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Los cantos improvisados por los poetas del Nordeste brasileño :

tradición, urbanización, expansión, animación de un territorio


Thierry Rougier

Me llamo Thierry Rougier, trabajo en la universidad de Burdeos, soy músico y


etnólogo, particularmente interesado por América Latina. Desde 1992, empezé una
investigación sobre los cantores populares que improvisan sus coplas. Eso me llevó al
terreno de la región Nordeste de Brasil. Ahí, encontré aficionados de poesía improvisada :
los cantadores y sus admiradores, reunidos en sesiones nocturnas, llamadas cantorias.
Un elemento cultural compartido en toda América Latina es la pasión para la
palabra expresada según las reglas del arte. La poesía cantada y el torneo entre poetas
son apreciados. Pero en el Nordeste de Brasil, le otorgan suprema importancia a la
improvisación total de los versos cantados. Eso es el arte del repente, tradición local cuya
vivacidad es notable : sus actores son mucho más numerosos que antiguamente.
Ellos son llamados repentistas, cantadores o violeiros. Repentistas porque
renuevan siempre sus coplas ; cantadores, son artistas populares capazes de cantar
cualquier asunto propuesto por el público ; violeiros, se acompañan con un tipo de
guitarra, la viola emblemática de su profisión.
La urbanización ha dinamizado la evolución de la tradición del repente. Ésta
apareció en el siglo XIX en una zona semiárida y rural del interior de Nordeste, llamada
Sertão – en español sería la sartén. Las sequías provocaban éxodos periódicos y los
Nordestinos constituyeron el principal contingente de trabajadores emigrantes del país.
Desde medio siglo, han participado en la industrialización y la construcción de las grandes
ciudades. Este éxodo rural ha despoblado el Sertão, cuyos poetas itinerantes de antaño
se cambiaron en poetas emigrantes, siguiendo a su público hacia las ciudades y
adaptando su arte a la modernidad.
El proyecto urbano necesita ajuste social y adaptación cultural. Será expuesta la
tradición del repente, arte de la palabra cuya ética es espontaneidad y adaptación ; luego,
de qué manera los poetas improvisadores han conquistado nuevos espacios de
producción, diversificándose ; al fin, la razón del desarrollo de una expresión popular en
las ciudades donde se vive la diversidad cultural y la presión de la modernidad : los
improvisadores practican una forma de animación juntando creación y mediación.

La improvisación : una tradición móvil

El surgimiento del verso improvisado está estimulado por el encuentro entre poetas
y admiradores en una sesión nocturna. Un protocolo rige la cantoria tradicional : dos
cantores tocan la viola, sentados lado a lado al pie de alguna pared, frente a su auditorio
que a menudo les pide temas o estilos. Los poemas están siempre producidos a dos
autores alternando las coplas. El diálogo poético, su emulación y algunas reglas (por
ejemplo la obligación de retomar en el primer verso la rima que el otro ha dejado al fin de
su copla, rima que no se puede prever), todo garantiza la autenticidad del improviso. Es el
valor esencial, ante otros criterios formales. Los repentistas se distinguen así de otros
poetas del Nordeste, como los coquistas ; éstos tocan pandeiro y suelen montar una
estrofa mezclando elementos memorizados y trechos improvisados. Además de este coco
de embolada, menciono aquí otros géneros de poesia oral más locales, como : el coco de
roda que une danza, percusiones, coro y poesia en las zonas litorales ; el maracatu rural
de Nazaré da Mata, Estado de Pernambuco, donde coplas improvisadas alternan con una
música rapidísima ; el aboio, ligado a la cría de bovinos, cuyos poetas cantan sin
acompañamiento, con alguna influencia árabe o turca.
Comparado con estos géneros muy variados, el repente tiene la fama de llevar el
más alto grado de improvisación poética. Ahora voy a caracterizar su música.
La música
Al contrario de los versos, la melodía que los sostiene no está improvisada. Los
cantadores aprenden de oído muchas tonadas tradicionales, y usan una de éstas al
cantar, con alguna variación personal. Así, las melodías evolucionan poco a poco. Se
crían también nuevas tonadas por derivación de las antiguas. El poeta que abre el canto
escoge en este vasto repertorio el aire que le parece más conveniente para sostener el
tema a desarrollar ; el poeta que le responde debe repetir este aire llevando un
sentimiento particular. Es el soporte constante del poema. Ciertas tonadas son siempre
asociadas a una forma poética peculiar, comportando un determinado estribillo. A veces,
el cantador esboza la tonada escogida preludiando en su viola.
Las melodías son compuestas para que se cante una nota por sílaba, con
excepción de la última que puede ser ornada de vibrato o de melisma. Son funcionales
para cantar una poesía metrificada donde los versos miden 7, 10 o 11 sílabas. Tienen un
fuerte carácter modal, el modo menor es excepcional, los modos más frecuentes son
nuestra escala mayor y alteraciones de ésta (el cuarto grado más alto, el séptimo más
bajo, o una combinación de ambos). A menudo, las notas no son cantadas de manera
temperada, o sea, hay una ligera diferencia de tono entre lo cantado y la nota
correspondiente en el brazo de la viola, dividido en doce semitonos iguales como en una
guitarra. Eso es más notable cuando el cantor venga de una zona rural, pues la
urbanización tiende a normalizar los modos. En fin, los modos son muy variables, pero la
estructura permanece : las tonadas han de ser un buen soporte para las formas poéticas,
que sufren también constante evolución.
El toque de viola es el elemento indispensable a la improvisación : dicen los
repentistas que su inspiración no puede prescindir del sonido de las cuerdas. Afinan con
mucho cuidado los dos instrumentos, que cuentan de 7 a 10 cuerdas de metal, algunas
duplas o triplas, organizadas en 5 coros. Sin embargo, con excepción de algún preludio o
contracanto, la música de la viola es extremamente monótona. Toda la sesión tiene por
acompañamiento el vaivén de los dedos sobre un único acorde mayor, apenas adornado
con unas notas vecinas. El carácter constante de la harmonía y del ritmo es el elemento
unificador, permite la creación de lo imprevisible por el improvisador. Al mismo tiempo,
éste tiene que memorizar algo de lo que ha dicho el colega, y pensar en lo que va a decir
en la próxima estrofa, montada en pocos segundos. El instrumento es la herramienta del
poeta en la performance, porque su música concilia la atención y la concentración.
Para ilustrar eso, voy a hablar de las canciones que no son improvisadas y que
marcan una pausa en el protocolo de la sesión de improviso. En algún momento, un
oyente puede pedir una canción compuesta, generalmente nostálgica. Será interpretada
por uno de los poetas que se acompañará entonces con acordes diversos, mayores y
menores, de tres a seis acordes para una canción ordinaria. Resumiendo : para una
canción ya conocida de todos, la versatilidad de los acordes ; para el suspense del torneo
poético, el carácter monolítico de la harmonía.
Los aspectos musicales son importantes para los oyentes, que tienen sus
preferencias en función de las características vocales, rítmicas o escénicas del cantador.
No obstante, para un cantador, estos aspectos no son criterios determinantes de su
calidad profesional, que sólo depende de su maestría de la poesía y del idioma. A
respecto del idioma, se trata del portugués en uso en Brasil, con elevada exigencia en la
riqueza del vocabulario y la calidad sonora de las rimas. Los poetas cantan según la
pronunciación de su región de origen y pueden integrar regionalismos que son muchas
veces palabras indígenas. Pero no conozco a ningún improvisador produciendo en alguna
lengua indígena de Brasil. Ahora hay que hablar de la poesía.
La poesía
Los cantadores realizan sus performances orales siguiendo lo que llaman
modalidades. Eso es la estructura que liga el texto a la música. Cuentan casi cincuenta
modalidades diferentes, en evolución constante : unas caen en desuso, nuevas surgen,
generalmente inventadas en el anonimato. La modalidad determina la métrica, la largura
de las estrofas, la estructura de las rimas y a vezes un estribillo o una melodía obligada.
La más usada es la sextilla, estrofa de seis versos de siete sílabas, con rima entre los
versos pares. La décima está también muy usada y considerada como obra maestra en la
construcción poética. Hay dos tipos de décima : una tiene versos de siete sílabas, otra de
diez. Para construir su estrofa, el improvisador tiene que hallar cuatro rimas diferentes y
organizarlas según una estructura complexa, ABBAACCDDC. Ello es lo que llaman en
España décima espinela, del nombre de Vicente Espinel, poeta andaluz del siglo XVI.
Está todavía en uso en la poesía improvisada por los payadores chilenos, argentinos,
uruguayos, o por los trovadores cubanos. O sea, es la forma poética común a los países
latinoamericanos. Una precisión importante : cuando en español cuentan 8 sílabas en un
verso, en portugués cuentan solamente 7 porque son contadas hasta la última sílaba
acentuada. Igualmente, los versos decasilábicos del Brasil corresponden a los versos de
11 sílabas de los hispanohablantes.
A menudo, la décima acaba en un mote, estribillo de uno o dos versos que alguien
propone a los dos poetas antes que empecen a improvizar. Hay que memorizar el mote
para desarrollar su temática, retomar sus rimas en los versos 6, 7 y 8, y repetirlo al fin de
la estrofa. Otra modalidad con la misma exigencia es el galope cuya peculiaridad es un
verso de 11 sílabas (métrica alexandrina). Está usado para cantar asuntos bucólicos.
Otras modalidades presentan exigencias diferentes, cuando los dos improvisadores
deben alternar los versos en lugar de las estrofas. Por ejemplo en el quadrão perguntado,
han de responder en un solo verso a lo que fue preguntado al verso anterior. En las
modalidades cantador de você y gabinete, los cantores pueden mostrar su virtuosismo
repitiendo un largo estribillo.
La cantidad de formas que se pueden escuchar durante una cantoria no tiene
equivalente en los otros géneros de poesía oral. Para expresarse, los poetas se someten
a una tradición exigente que hacen evolucionar, inventando nuevas formas, con objectivo
de excelencia. Este cuidado de diversificación, además de una particularidad estética, es
una prueba de flexibilidad para el cantador – un pensamiento capaz de moverse dentro de
cualquier cuadro es también capaz de mobilizarse en cualquier circunstancia. Así se
templa el espírito crítico que es exigencia ética del cantador.

Los asuntos
Esa ética se revela al escuchar lo cantado en las sesiones. Lo que está dicho frente
al público y la manera de decirlo constituyen uno de los mayores criterios para juzgar una
improvisación. Este criterio lo llaman oração, los otros siendo formales, llamados rima y
métrica : un poeta tiene que producir versos regulares, sin quebrar el ritmo ; también tiene
que hallar muchas y buenas rimas. En una sesión, los oyentes proponen un asunto, en
voz alta o escribiéndolo en un papelito depositado en una bandeja que recoge también los
óbolos. Un aficionado a poesía puede proponer un tema versificado que será el mote de
fin de estrofa. Los cantadores tienen la obligación de satisfacer los pedidos. Cumplen su
papel de artista popular teatralizando la vida de los que los escuchan. Cada sesión es un
momento de intercambio : ideas circulan y sentimientos están compartidos. Hay un
diálogo permanente entre los poetas, y entre ellos y sus oyentes. Así, las temáticas se
renuevan siempre, a merced de los públicos en los lugares variados que recorren los
cantadores.
El campo temático es muy ancho. Abarca : el arte poético en sí, cantando el valor
de los poetas y el pesar de los desaparecidos ; los asuntos divertidos, el más apreciado
siendo un desafío entre cantadores ; el amor, feliz o infeliz ; los temas bucólicos ; los
temas existenciales o filosóficos ; los que podemos llamar éticos, moralistas o edificantes ;
en fin, los temas sociales y políticos. Un repentista tiene que saber cantar cualquier tema.
Eso es posible por la preparación de los improvisadores. Se abstienen de utilizar versos
de memoria, pero aprenden muchísimas palabras para fecundar su imaginación. Leen
libros, diccionarios, periódicos o Internet, escuchan la radio y la tele, y sobre todo asisten
a las performances de otros repentistas. Por necesidad, se enteran de la actualidad
social, política y mediática, pues tienen que comentarla. Son los eruditos de la cultura
popular.
Sus conocimientos legitiman su papel satírico. En un plano lúdico, pueden trocar
insultos en la cantoria, que es teatro de rivalidad. En un plano moral, tienen total liberdad
de palabra para hablar del poder y denunciar sus abusos e impericias, en términos
acerbos. Los oyentes aprovechan eso para proponer los temas más palpitantes, que los
cantadores tratarán con espírito crítico. Varias veces escuché este dictamen : « Los
cantadores dicen lo que el pueblo diría si pudiera». Muchos poetas se consideran unos
defensores del pueblo, a la vanguardia de las preocupaciones sociales.

Un movimiento conquistador : nuevos espacios de producción, nuevos actores


Esta descripción de la cantoria era basada en una reunión tradicional dicha pé de
parede, como suelen organizar en casa particular para alguna fiesta, o en bar o
restaurante con reparto de los beneficios entre patrón y cantores. Sería muy incompleta
sin mencionar los nuevos espacios de producción. Desde 1950, concursos están
organizados por asociaciones culturales donde actúan poetas y apologistas, para
promover su arte. Estos eventos acontecen en lugares prestigiosos de la cultura como
teatros, donde se puede acoger a centenas de personas - un público más largo entonces
que en las sesiones de tipo familial, privado o campestre. Los concursos son
competiciones entre duos : los dos cantores están de pie en el palco para una breve
presentación, la viola en bandolera, al lado de un jurado que impone los asuntos y nota el
duo, unicamente según los tres criterios rima, métrica y oração. Frente al palco, el público
sostiene a sus favoritos. Los vencedores ganan trofeos, un buen cachet y una fama
acrecentada en el medio del repente, muy concurrente. Los concursos tienen mucho
éxito, cada semana sucede por lo menos uno en alguna ciudad de Brasil. Así, son
frecuentes las oportunidades de poner en juego los títulos. Estas competiciones,
inventadas por los cantadores, contribuyeron a la promoción de su arte y a
profesionalizarlos – ahora el pagamiento por cachet tiende a reemplazar la colecta en la
bandeja, los contratos se substituyen a los compromisos orales. La tradición evoluciona
de esta manera, gracias a la rivalidad entre poetas que inventan circunstancias inéditas
para improvizar.
Eso sucede también en programas de radio consagrados al repente, producidos y
animados por los poetas. Durante la emisión, promueven las próximas cantorias y
improvisan, a pesar de la ausencia física del público que manda sus pedidos por teléfono
o correo. En las zonas más afectadas por el éxodo rural, la radiodifusión es una ocasión
regular de escuchar a repentistas. Varios han aprendido las bases de su arte de esta
manera, antes de frecuentar sus primeras cantorias.
Desde los últimos años del siglo pasado y el desarrollo del turismo en el litoral, las
playas son un nuevo espacio para poetas más humildes. Sin pedido, ellos cantan unas
coplas abordando a los turistas. Están criticados por sus colegas más famosos, por
ajenarse de la tradición : cantan de día y no atienden pedidos. En estas circunstancias,
hay poco intercambio como suele haber en las cantorias, pues en la playa hacen una
mera colecta. Pero los dichos poetas de praia implantaron una forma inédita de repente
en espacios poco propicios. Contribuyen a la expansión y visibilidad de su práctica.
Hay que mencionar también los recientes festivales en plaza pública, en contexto
sonorizado y ecléctico a respecto de la programación. Ahí los cantadores tienen la
oportunidad de cantar para miles de personas.
La diversificación de los actores se manifesta luego que haga una oportunidad de
abertura. Hace unos cuarenta años, poetisas han surgido en un medio profesional
exclusivamente masculino. La evolución hacia la mixidad de las prácticas sociales en
Brasil fue aprovechada por esas mujeres para tomar la palabra en asamblea. Igualan a
los hombres por eso de la capacidad artística y del espírito crítico, y se conforman a su
vocación de poeta popular diciendo todo. Pero no fue fácil emanciparse de la actitud
reservada tradicionalmente asignada a las mujeres. Eso puede explicar el pequeño
número de poetisas en actividad. Por otra parte, el público de las cantorias es mixto ; hay
aficionadas que acompañan a los poetas en sus giras o no faltan a un concurso. Sin
embargo, hé encontrado solamente dos poetisas durante la investigación : testimoniaban
de la dificuldad que hay para vencer los prejuicios, y se felicitaban por la evolución actual.
La producción discográfica es un aspecto importante de la actividad de los
cantadores actuales. Usan su C.D. como una tarjeta para buscar contratos. Lo grabado es
una obra oral de índole diferente, pues es difícil improvisar en un estudio, sin inspiración
estimulada por solicitaciones de oyentes. No se trata, entonces, de repente sino de
poemas elaborados. En vez de escribirlos, los autores los repiten hasta alcanzar la mejor
expresión. Los asuntos son escogidos por el duo constituído y alternan con canciones
compuestas. A ejemplo de un poema escrito y publicado, un C.D. deja un rastro, al
contrario de la evanescencia del verso autenticamente improvisado. Aficionados usan este
soporte para oir poesía cantada y compensar la escasez de eventos en su pago.
Total, los cantadores actuales estiman que son millares y bien más numerosos que
sus predecesores. El dinamismo de su tradición acompaña una evolución cualitativa
notable : la mayoría de los cantadores de antaño eran analfabetos, vivían en condiciones
precarias y se preocupaban poco con criterios musicales, escénicos o corporativos – eso
no rebaja nada su calidad de grandes poetas cuyo recuerdo está vivo en la tradición. Los
epígonos trabajan para subir socialmente, estudiando, promoviendo buenos espectáculos,
organizando su profisión por el medio de asociaciones, mano a mano con otros
defensores de la cultura popular.
El activismo de los cantadores y de sus admiradores, asociados en la coproducción
de contextos a fin de cumplir y perpetuar el repente, lleva a una apropriación de los
espacios donde toman la palabra para mobilizar las consciencias.

Mobilidad, urbanización y expansión : animación de un territorio

Sin parar, los cantadores van al encuentro de nuevos públicos, que son también
muy móbiles por la emigración característica de la región Nordeste. El clima del sertão
semiárido, alternando una época seca y otra propicia al cultivo, provoca migraciones
estacionales. Acontecen también éxodos debidos a sequías excepcionales. Hay otras
razones de orden demográfico, económico y político : el Nordeste tiene los peores índices
sociales del país, y un saldo migratorio negativo con todas las otras regiones. Una
muchedumbre de Nordestinos participó en la explotación de la hevea en Amazonia, en la
industrialización del sur del país y en la construcción de sus capitales, particularmente
São Paulo, mayor ciudad de Suramérica. Ellos siguieron la urbanización general, mayor
fenómeno del último medio siglo : en 1960, cuando una nueva capital futurista fue
edificada, por un Brasileño viviendo en la ciudad cuatro vivían en el campo. Hace unos
años que la proporción está invertida. Eso llevó a un éxodo rural descomunal en el Sertão,
cuna de la tradición.
Los cantadores siempre se desplazaron mucho, a pie o montados en caso de los
más viejos que interrogué, nascidos durante la primera guerra mundial. Ahora va
aumentando la mobilidad de los actuales, por las mutaciones sociodemográficas. Por
necesidad, siguieron a su público y en su mayor parte se urbanizaron. Aprovecharon lo s
medios modernos de transporte, de comunicación, de información ; conquistaron los
nuevos espacios de expresión ya mencionados ; alzaron su nivel escolar y su
conocimiento del mundo ; tuvieron que atender pedidos más diversificados de parte de
oyentes afrontando la modernidad. Esas nuevas condiciones de producción estimularon a
los cantadores, pues la capacidad de adaptación es el resorte de un improvisador.
En un contexto favorable de mutaciones rápidas, los cantadores dicen que viven
una evolución maravillosa : están más instruídos y organizados que antes. Miles de
poetas viven hoy de su arte popular hasta los confines del vasto Brasil, en todo lugar
donde pueden magnificar el idioma portugués en sus poemas, en todo lugar donde
emigrados sienten necesidad de organizar una sesión donde será cantada la cultura del
terruño nordestino.
La dinámica social que muestran los cantadores no tiene equivalente en los otros
géneros de poesia oral vigentes de Brasil. Según mi hipótesis, esos géneros no dan
tamaña importancia a la improvisación, sus actores reiteran las formas en vez de
recrearlas y por ende no impulsan necesarias adaptaciones a la tradición.
En mi investigación me interesé por otras categorías de poetas populares. Por
ejemplo, los coquistas encontrados testimonian que su número está declinando, estando
disminuyendo las oportunidades de presentarse al público. Ahora bien, el coco que cantan
se caracteriza con formas más divertidas y rápidas que el repente ; en sus duelos,
profieren groserías muy apreciadas, tocan pandero en ritmo alegre, entonan estribillos
atrayentes ; en la embolada, su espectáculo más famoso, trocan insultos... Pero
improvisan parcialmente, memorizando coplas picarescas que arman hábilmente
conforme el contexto y las reacciones. A menudo, actuan en espacios abiertos (calles,
plazas, ferias) que animan con su prestación pareja a sketch o match. Son lugares poco
propicios a asuntos sensatos. Los oyentes no participan en la temática, pues los
coquistas no atienden pedidos. Entregan poco contenudo informativo o crítico, a
diferencia de lo que se escucha en las cantorias.
Los dos géneros tienen semejanzas : se trata de una poesia cantada en un contexto popular.
Pero se diferencian a nivel del sentido que le otorgan. Cuando hay más improvisación, puede crearse
un espacio donde se intercambian palabras libres, de una cierta hondura. Eso es propio de los
repentistas. He mostrado que la mobilidad de su pensamiento está relacionada con su mobilidad
espacial. También está relacionada con el deseo de transformación social que tienen : quieren ser
portavoz de su pueblo brasileño.
En conclusión, los cantadores animan un territorio en el cual divulgan elementos
culturales propios de la región donde apareció su arte. Sin embargo, este territorio donde
actualizan la tradición es sin limite, debido a la expansión del repente por los caminos de
la emigración nordestina. Los improvisadores son mediadores que promueven estrategias
de adaptación. Producen y transforman constantemente los elementos de la cultura de la
gente que los escucha.
Discografía

LODDO et ROUGIER, Repentistas nordestinos – troubadours actuels du Nordeste du


Brésil. Cordes : CORDAE / La Talvera, 2006, librito de 96 p acompañado con dos C.D.

LODDO Daniel, « Cururu e Siriri, chants et musique des fêtes religieuses du Mato
Grosso », en Musiques d’Amérique Latine. Cordes : CORDAE/LaTalvera, 1998, pp. 47-64

Payadores de Chile – Poètes improvisateurs du Chili, Langon : Daquí, label des Nuits
Atypiques. Dos C.D. con librito ilustrado - traducción de los poemas y de las entrevistas,
texto de presentación : Thierry Rougier.

Bibliografía

LODDO Daniel et ROUGIER Thierry, « Cantadores du Nordeste du Brésil : un art en


devenir », en L’art des chansonniers : actes du colloque de Gaillac des 28, 29, 30
novembre 2003. Toulouse : Conservatoire Occitan, Centre des Musiques et Danses
Traditionnelles Toulouse-Midi-Pyrénées

ROUGIER Thierry, Les cantadores, poètes improvisateurs de la cantoria : une tradition en


mouvement dans le Nordeste brésilien. Tesis de doctorado en etnología, bajo la dirección
de Sory Camara, Bordeaux 2, 2006, 333p

CORDAE (Centre Occitan de Recherche, Documentation et Animation Ethnographique)


BP 40, 23 Grand rue de l'Horloge, 81170 Cordes-sur-ciel
tel : (33) 05 56 62 19 17 mail : talvera@talvera.org site : www.talvera.org
director : Daniel LODDO

Resumen de la conferencia de Thierry Rougier

En el Nordeste brasileño, miles de cantadores itinerantes viven de su arte, interpelando al


público para cantar a dúo poemas improvisados sobre un territorio que alcanza los
caminos de la emigración. La apropriación social del espacio por la cultura popular se
cumple en intercambios que dichos trovadores realizan en sus actuaciones, en el contexto
de la urbanización del país. Será expuesta la tradición del repente, arte de la palabra cuya
ética es espontaneidad y adaptación ; luego, de qué manera los poetas improvisadores
han conquistado nuevos espacios de producción, diversificándose ; al fin, la razón del
desarrollo de una expresión popular en las ciudades donde se vive la diversidad cultural y
la presión de la modernidad : los improvisadores practican una forma de animación
territorial juntando creación y mediación.

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