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Comprensión de lectura para niños

Cuando nuestros hijos son pequeños nos preocupamos por poner a


su alcance todos los libros posibles para fomentar el hábito de leer
desde la cuna. Buscamos un rincón donde tengan su propia
biblioteca e información sobre la mejor manera para contar cuentos.
Un poco más adelante, nuestra preocupación es que ellos lean
libros de manera autónoma. Y buscamos entonces libros con los
que aprender a leer.
¿Y después? Después debemos asegurarnos de que no solo saben
reproducir fonéticamente las palabras escritas, sino de que
entienden lo que leen.

La comprensión lectora es la capacidad para entender lo que se lee,


tanto en referencia al significado de las palabras que forman un
texto, como con respecto a la comprensión global del texto mismo.
La capacidad de sacar información de lo que se lee, interpretarla y
reflexionar sobre ella se mejora con la práctica. No obstante,
debemos tener presente que la lectura ha de ser un placer, no una
obligación.
Por eso debemos evitar poner un libro en las manos de un niño
cuando este se encuentre cansado, hambriento o realizando
cualquier actividad lúdica, y escoger lecturas adecuadas e
interesantes, según edad, gustos y capacidades, para evitar que el
hecho de leer se convierta en un fastidio.
El objetivo es que muestre cada vez mayor interés y que se
esfuerce en comprender lo que lee, por ello el contenido ha de
estar acorde con sus conocimientos, con un vocabulario
adecuado y sin formas gramaticales o construcciones sintácticas
que le resulten frustrantes.
Cualquier momento cotidiano es bueno para motivar al niño, como
leer carteles mientras se pasea por la calle o pedirle que nos cuente
qué ha estado leyendo en clase ese día. Tampoco hace falta leer
solo libros, ya que tebeos, revistas o artículos de periódicos acordes
a su edad son otra buena opción.

¿Qué podemos hacer para mejorar la


comprensión lectora?
 Seguir una receta de cocina (y cocinarla), leer las
instrucciones de un juego antes de comenzar o el menú de un
restaurante para elegir los platos.
 Leer juntos un libro y hacerle preguntas al niño sobre el
mismo. ¿Qué ha hecho el protagonista? ¿Por qué lo ha
hecho? ¿Qué harías tú en su situación?
 Leer un artículo, noticia, cuento... y pedirle que lo resuma con
sus propias palabras.
 Hacer un dibujo tras la lectura de un texto.
 Escribir finales alternativos para una misma historia.
 Leer una frase y, a continuación, enunciar otra con el mismo
significado perocon palabras distintas, más sencillas. Así,
aprende vocabulario y comprende más fácilmente lo leído.
 Jugar a las definiciones: les damos la definición de una
palabra para que el niño busque a qué término corresponde
esa definición. Y a la inversa. Se puede jugar con palabras
cotidianas

Mejorar la comprensión de lectura


 La lectura es uno de los procesos intelectuales más importantes. De ahí que su
aprendizaje comience en etapas muy tempranas de la formación académica de cualquier
niño o niña escolarizado.

Sin embargo, informes externos como el conocido PISA, indican que los alumnos y
alumnas europeos, y especialmente los españoles muestran graves problemas en este
apartado en comparación con aquellos de otros continentes. Es decir, no comprenden
realmente lo que están leyendo.
Este problema, lejos de ser un mero suspenso, implica severas dificultades tanto a nivel
académico como social. Si el niño no entiende lo que lee, difícilmente podrá superar
adecuadamente los exámenes. Cuando ese niño sea adulto, será una persona incapaz
de entender la publicidad, los documentos del banco…

Por eso, en esta página proponemos una serie de estrategias que los padres pueden
poner en marcha en sus casas y así ayudar a mejorar la comprensión lectora de sus hijos:

El cerebro es más rápido que el ojo humano, leer al ritmo que el cerebro comprende es
una de la claves de la lectura rápida.

Algunas investigaciones han demostrado que la velocidad de la lectura y la comprensión


están altamente correlacionadas.

En los cursos de lectura rápida los alumnos que incrementan su velocidad, también


mejoran la comprensión del texto que leen. Incluso, cuando disminuyen su velocidad de
lectura, baja también su grado de comprensión.

Aunque con menos evidencia estadística, ir leyendo palabra por palabra (lectura de
palabras) inhibe la comprensión de la lectura.

Al parecer nuestro cerebro mantiene en un mismo nivel ambos aspectos: velocidad de


lectura y comprensión. De ahí que los llamados "malos estudiantes" salgan siempre
perdiendo: una pobre velocidad, también conlleva un bajo nivel de comprensión de la
lectura.

La mayoría de los adultos que son capaces de incrementar de forma considerable


su velocidad de lectura, rara vez lo hacen sin aumentar notablemente su
nivel comprensión.

Por tanto las mejores técnicas y cursos de lectura rápida son aquellos que se ocupan de
ambas cosas: velocidad de lectura y comprensión. No basta con trucos para mover
los ojos en verticalidad por las páginas de un libro. Hay que corregir y mejorar nuestros
hábitos de lectura que no favorezcan la comprensión.

 Trucos sencillos para mejorar la compresión de la lectura

1. Incrementar la velocidad de la lectura, pero teniendo en mente la necesidad de


comprender. Leer rápido con la convicción de que si leemos más rápido, podemos
comprenderlo mejor.
2. Mejorar nuestra capacidad para entender globalmente frases enteras, párrafos,
páginas, apartados...
3. Familiarizarnos con el tipo de lenguaje y contenido.
 

Técnicas para mejorar la comprensión lectora

1. La selección del texto: 

-Debe aportar un valor al niño (el respeto, el esfuerzo, la tolerancia...) que contribuya


a su formación como persona 
- Debe estar claro el mensaje del autor, no debe ser ambiguo 
- El vocabulario debe adaptarse al nivel de cada lector, con vocablos de uso
frecuente. 

2. Antes de la lectura:

- Motivar al niño sobre la lectura preguntándole sobre qué irá el texto en función del


título o de las ilustraciones que lo acompañan. 
- Anticipar información sobre el contenido del texto para interesarles 

3. Durante la lectura: 

- Ir haciendo preguntas sobre el contenido 
- Aclarar el significado de las palabras que no entiendan. No merece la pena que
pierdan tiempo buscándo en el diccionario. Recuerda que tratamos de mejorar la
comprensión lectora. 
- Hacer que el niño se haga a sí mismo preguntas sobre la lectura. Por ejemplo:
¿Tiene el texto algo que ver con lo que tú pensabas? 

4. Después de la lectura: 

- Resumen de las ideas principales 


- Preparar preguntas de tres tipos diferentes: 

Literales: Con información que aparezca en el texto. Estas preguntas deben ser las
más frecuentes en niveles de Primaria

Interpretativas: Preguntas cuya respuesta no aparezca directamente en el texto, sino


que haya que deducirla a partir de su contenido. Deben ser las más importantes
en Secundaria y Bachillerato 

Críticas: Preguntas no directamente relacionadas con el texto, en las que el alumno


debe expresar su opinión sobre algún asunto tratado.
Cómo escribir un párrafo
La práctica de escribir párrafos es esencial para una buena escritura. Los
párrafos ayudan a dividir textos grandes y hacen que los lectores comprendan
el contenido con más facilidad. Ellos guían al lector sobre tu argumento
enfocándose en una idea o propósito principal.[1] Sin embargo, saber cómo
escribir un buen párrafo bien estructurado puede ser un poco complicado. ¡Lee
las pautas brindadas a continuación para saber cómo hacer que tus
habilidades para escribir párrafos se vuelvan grandiosas!

Parte 1 de 3: Planificar el párrafo

Decide cuál será el tema principal del párrafo. Antes de empezar a escribir


tu párrafo, debes tener una idea clara de lo que se hablará en él. Esto se debe
a que un párrafo es básicamente un grupo de oraciones que están
relacionadas con un tema central.[2] Sin una idea clara de cuál es el tema
principal, a tu párrafo le faltará un enfoque y cohesión. Para determinar el tema
exacto de tu párrafo, debes hacer ciertas preguntas:

 ¿Cuál es la pregunta que me hicieron? Si vas a escribir un


párrafo como respuesta a una pregunta en particular como “Decidiste donar
dinero a una organización benéfica. ¿Qué organización elegiste y por qué?” o
“Describe tu día favorito de la semana”, tendrás que pensar cuidadosamente
en esa pregunta y asegurarte de responderla de forma directa, en lugar de
salirte del tema.
 ¿Cuáles son las ideas o problemas principales que debo
abordar? Piensa en el tema sobre el cual te están preguntando o sobre el que
decidiste escribir y considera cuáles son las ideas o problemas más relevantes
relacionados con él. Los párrafos suelen ser relativamente cortos; por ello, es
importante que trates de abordar todas las ideas principales sin salirte del
tema.
 ¿Para quién voy a escribir? Piensa en quién será el lector de
este párrafo o artículo. ¿Cuál es su conocimiento previo? ¿Está familiarizado
con el tema en cuestión o requerirá algunas oraciones explicativas?
 Si tus párrafos forman parte de un ensayo más extenso, escribir
un esquema del ensayo puede ayudarte a definir las ideas o propósitos
principales de cada párrafo.

Escribe la información y las ideas relacionadas con ese tema. Cuando


tengas una idea más clara de lo que quieres abordar en tu párrafo, puedes
empezar a organizar tus pensamientos escribiendo tus ideas en un bloc de
notas o en un documento de Word. Aún no hay necesidad de escribir oraciones
completas, solo algunas palabras y frases clave. Cuando ya tengas todo
escrito, tendrás una idea más clara de cuáles son los puntos esenciales que
deberás incluir en tu párrafo y cuáles son innecesarios.

 En este punto, podrías darte cuenta de que hay un vacío en tu


conocimiento y de que será necesario consultar algunos datos y cifras para
sustentar tu argumento.
 Es una buena idea realizar esta investigación ahora, de modo que
tengas a la mano toda la información relevante cuando llegue el momento de
escribir.

Determina cómo quieres estructurar tu párrafo. Ahora que estableciste


claramente todos tus pensamientos, ideas, datos y cifras, puedes empezar a
pensar en cómo estructurar tu párrafo. Considera cada uno de los puntos que
deseas abordar y trata de organizarlos en un orden lógico, esto hará que tu
párrafo sea más coherente y fácil de leer.[3]

 Este nuevo orden puede ser cronológico, colocar primero la


información más importante o simplemente hacer que el párrafo sea más fácil
de leer y más interesante; todo depende del tema y del estilo del párrafo que
deseas escribir.[3]
 Después de decidir el orden de todos los elementos, puedes
escribir nuevamente tus puntos siguiendo esta nueva estructura. Esto ayudará
a hacer que el proceso de escritura sea mucho más rápido y sencillo.

Parte 2 de 3: Escribir el párrafo

Escribe una oración principal. La primera oración de tu párrafo debe ser la


oración principal. Una oración principal es una línea introductoria que indica
cuál será la idea principal o la tesis del párrafo. Esta debe contener el punto
más importante y relevante que deseas plasmar en relación con tu tema; por lo
tanto, debe resumir el párrafo completo.[2]

 Cada una de las demás oraciones que escribas debe sustentar la


oración principal y brindar más detalles, así como hablar sobre los problemas o
las ideas que plantea. Si alguna de las oraciones que escribes no puede
relacionarse directamente con la oración principal, no debes incluirla en este
párrafo.
 Los escritores más experimentados pueden incluir su oración
principal en cualquier parte del párrafo y no necesariamente en la primera
línea. Sin embargo, los escritores principiantes, o que tienen menos
experiencia escribiendo párrafos, deben colocar primero la oración principal, ya
que les ayudará a guiarse a través de las demás partes del párrafo. [2]
 Tu oración principal no debe ser muy extensa ni muy corta. Si es
muy extensa, no podrás hablar sobre las ideas de forma adecuada en el
párrafo. Si es muy corta, no tendrás mucho sobre lo cual hablar.
Coloca los detalles de sustento. Después de escribir tu oración principal y
sentirte satisfecho con ella, puedes empezar a colocar las demás partes de tu
párrafo. Aquí es cuando las notas bien estructuradas y detalladas que
escribiste antes serán de utilidad. Asegúrate de que tu párrafo sea coherente,
es decir, que sea fácil de leer y comprender, que cada oración se conecte con
la siguiente y que todo fluya adecuadamente como una unidad. Para lograrlo,
trata de escribir oraciones simples y claras que expresen exactamente lo que
quieres decir.[3]

 Enlaza cada oración con palabras de transición que formen un


puente entre una oración y la siguiente. Las palabras de transición pueden
ayudarte a comparar y contrastar, mostrar secuencias, mostrar una causa y
efecto, resaltar las ideas importantes y avanzar con fluidez de una idea a la
siguiente. Estas palabras de transición incluyen a “además”, “es más” y
“asimismo”. También puedes emplear transiciones cronológicas, como “en
primer lugar”, “en segundo lugar” y “en tercer lugar”. [3]
 Las oraciones de sustento son la parte esencial de tu párrafo, así
que debes colocarlas junto con toda la evidencia posible que sustente tu
oración principal. Dependiendo del tema, puedes usar datos, cifras,
estadísticas y ejemplos; o puedes emplear historias, anécdotas y citas. Puedes
emplear todo lo que desees, siempre y cuando sea relevante. [2]
 En términos de extensión, entre tres y cinco oraciones suelen
bastar para cubrir tus puntos principales y sustentar adecuadamente tu oración
principal, pero esto variará de forma significativa dependiendo del tema y la
extensión del artículo que vas a escribir. No hay una extensión fija para un
párrafo, así que este debe ser tan largo como sea necesario para cubrir
adecuadamente la idea principal.
Escribe una oración de conclusión. La oración de conclusión de tu párrafo
debe relacionar todo. Una buena oración de conclusión reforzará la idea
descrita en tu oración principal, pero ahora contará con todo el peso de la
evidencia o los argumentos indicados en las oraciones de sustento. Después
de leer la oración de conclusión, el lector no debe tener ninguna duda sobre la
exactitud o la relevancia del párrafo como una unidad.

 No solo parafrasees la oración principal. La oración de conclusión


debe reconocer lo que se expuso antes de ella y recordarle al lector la
relevancia de lo expuesto.[6]
 Por ejemplo, en un párrafo que hable sobre el tema “¿Por qué
Canadá es un lugar grandioso en donde vivir?”, la oración de conclusión podría
ser similar a “De toda la evidencia brindada, como los fantásticos servicios de
salud ofrecidos en Canadá, su sistema educativo de primer nivel y sus
ciudades limpias y seguras, podemos concluir que este país definitivamente es
un lugar grandioso donde vivir”.

Aprende a determinar cuándo continuar en un nuevo párrafo. En


ocasiones, puede ser difícil distinguir en dónde terminar un párrafo y empezar
otro. Afortunadamente, existen algunas pautas que puedes seguir y que
pueden poner en evidencia la necesidad de continuar en un nuevo párrafo. La
pauta más básica para seguir es que, siempre que empieces a hablar sobre
una nueva idea, debes hacerlo en un nuevo párrafo. Los párrafos nunca deben
contener más de una idea central. Si una idea determinada cuenta con
múltiples puntos o facetas, cada aspecto individual de la idea debe contar con
su propio párrafo.[2][7]
 También se emplea un nuevo párrafo cada vez que contrastas
dos puntos o cuando presentas cada postura de un argumento. Por ejemplo, si
tu tema es “¿Los funcionarios públicos deben recibir salarios más bajos?”, un
párrafo tendrá que abordar los argumentos que están de acuerdo con un
salario menor para los funcionarios públicos, mientras que otro brindará
argumentos en contra de esta idea.[2]
 Los párrafos hacen que un escrito sea más fácil de comprender y
les brindan a los lectores un “descanso” entre las nuevas ideas para que
comprendan lo que acaban de leer. Si sientes que el párrafo que escribes se
vuelve demasiado complejo o contiene una serie de puntos complejos, puedes
considerar la posibilidad de dividirlo en párrafos separados. [2]
 Cuando escribas un artículo, la introducción y la conclusión
siempre deberán contar con sus propios párrafos. El párrafo de introducción
debe definir el objetivo del artículo y lo que espera lograr, y al mismo tiempo
debe brindar una descripción breve de las ideas y los problemas sobre los que
hablará. El párrafo de conclusión brinda un resumen de la información y los
argumentos del artículo e indica en términos claros lo que el artículo ha
expuesto o probado. También puede presentar una nueva idea, una que abre
la mente del lector para que reflexione sobre las cuestiones planteadas en el
artículo.[2]
 Si vas a escribir un material de ficción, debes empezar un nuevo
párrafo con diálogos para mostrar a un nuevo hablante.

Parte 3 de 3: Revisar el párrafo

Revisa la ortografía y la gramática de tu párrafo. Cuando termines de


escribir, es esencial que vuelvas a leer tu párrafo dos o tres veces para verificar
si hay palabras mal escritas y errores gramaticales. Los errores de ortografía y
de gramática pueden impactar de forma significativa en la calidad con la que se
percibe en tu párrafo, incluso si las ideas y argumentos que contiene son de
alta calidad. Es muy fácil pasar por alto errores pequeños cuando se escribe,
así que no omitas este paso, incluso si tienes prisa.

 Asegúrate de que cada oración tenga un sujeto y de que todos los


sustantivos propios empiecen con mayúscula. También asegúrate de que todos
los sujetos y los verbos concuerden entre sí y de usar el mismo tiempo en todo
el párrafo.
 Usa un diccionario para volver a revisar la escritura de las
palabras de las que no estás seguro, no asumas que están correctas. También
puedes usar un tesauro para buscar sinónimos para las palabras, si sientes
que estás usando demasiado el mismo término. Solo recuerda buscar en el
diccionario cualquier palabra que elijas del tesauro para asegurarte de conocer
su significado exacto. Los tesauros agrupan las palabras de forma muy general
y no todas ellas significan lo mismo. Por ejemplo, el tesauro indica que “alegre”,
“eufórico” y “contento” son sinónimos de “feliz”, pero cada una de estas
palabras tiene su propia connotación o matiz de significado particular que
puede cambiar el tono e incluso el significado de tu oración si no eres
cuidadoso.
 Revisa tu párrafo para asegurarte de emplear la puntuación de
forma apropiada, tales como las comas, los dos puntos, el punto y coma, y los
puntos suspensivos, en el contexto correcto.

Revisa la coherencia y el estilo de tu párrafo. No solo debes garantizar que


los aspectos técnicos de tu escritura sean acertados, esta también debe tener
claridad, así como un flujo de estilo. Puedes lograrlo variando la extensión y el
formato de tus oraciones, y usando palabras de transición, así como un
vocabulario variado.[2]

 El punto de vista de tu escritura debe ser consistente en todo el


párrafo y, desde luego, en todo el artículo. Por ejemplo, si vas a escribir en
primera persona (p. ej., “Considero que...”), no debes cambiar a una voz pasiva
(“Se considera que”) a la mitad del artículo.
 Sin embargo, también debes tratar de no comenzar cada oración
con “Considero que...” o “Yo afirmo que...”, trata de variar el formato de tus
oraciones. Esto hará que el párrafo sea más interesante para el lector y
ayudará a que fluya con más naturalidad.
 En el caso de los escritores principiantes, es mejor emplear
oraciones puntuales y cortas que expresen claramente tu punto de vista. Las
oraciones largas y poco sólidas pueden volverse incoherentes rápidamente o
contener errores gramaticales, así que trata de evitarlas hasta que tengas más
experiencia como escritor.

Decide si tu párrafo está completo. Después de volver a leer el párrafo y


arreglar los errores gramaticales o de estilo, debes darle otro vistazo para
determinar si está completo. Trata de revisar el párrafo de forma objetiva y
decide si sustenta y desarrolla tu oración principal en la medida de lo necesario
o si necesita algunos detalles más o evidencia adicional para respaldar tus
afirmaciones.[3]

 Si consideras que el contenido del resto de tu párrafo sustenta y


desarrolla adecuadamente la afirmación más importante de tu oración principal,
es probable que tu párrafo esté completo. Sin embargo, si aún no se explora ni
se explica algún aspecto importante del tema o si el párrafo tiene menos de
tres oraciones, es probable que tengas que trabajar un poco más en él. [3]
 Por otro lado, podrías decidir que tu párrafo es demasiado largo y
que presenta contenido superfluo o que se desvía del tema. Si este es el caso,
debes editar el párrafo para que solo contenga la información más relevante.
 Si consideras que todo el contenido es necesario para expresar tu
punto de vista, pero el párrafo aún es muy largo, considera la posibilidad de
dividirlo en varios más específicos y más pequeños.
Consejos
 Un párrafo debe contener:
o una oración principal;
o una o más oraciones de sustento;
o una oración de conclusión.
 Cuando leas, percibe cómo se dividen los párrafos. Si aprendes por
experiencia lo que es un párrafo, podrás dividir un escrito en partes adecuadas
por intuición.
 No hay normas estrictas para la extensión de un párrafo. En lugar de
ello, asegúrate de que haya divisiones naturales. Cada párrafo debe contener
una idea principal y otras oraciones que la sustenten.
 Siempre coloca una sangría antes de iniciar un nuevo párrafo. Las
sangrías de 1,27 cm (0,5 pulgadas) son de uso estándar para la escritura en
castellano.
 Los errores de ortografía y gramática pueden restarle valor incluso a la
escritura mejor planificada. Usa un corrector de ortografía o pídele a alguien
que lea tu trabajo si tienes alguna duda.
 Si vas a escribir una conversación, empieza un nuevo párrafo siempre
que otra persona tome la palabra.
 El secreto yace en:
o unidad: contar con una sola idea y el tema debe expresarse.
o orden: la forma en la que organizas tus oraciones ayuda al lector a
comprender mejor.
o coherencia: cualidad que hace que tu escritura pueda
comprenderse. Las oraciones deben estar conectadas entre sí.
o integridad: todas las oraciones empleadas en un párrafo deben
transmitir un mensaje completo.
 Adapta tu escritura a tu propósito. Así como vistes prendas diferentes
para ocasiones y condiciones climáticas diferentes, debes escribir con un estilo
que se adapte a tu propósito.

Advertencias
 No esperes hasta el último minuto si se trata de una asignación escolar.
Cuenta con tiempo suficiente para planificar y escribir cada párrafo. Esto hará
que tu asignación tenga una calidad mucho más alta.

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