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LA FASE DE INVESTIGACIÓN DEL PROCESO PENAL DECLARATIVO

El proceso penal tiene una estructura distinta al resto de los procesos de los demás órdenes
jurisdiccionales, que es típica y exclusiva de este orden jurisdiccional y que depende de la vigencia en el
mismo del principio acusatorio (que impide juzgar a nadie sin que previamente exista acusación).

Por eso, dentro del proceso penal es necesaria una primera fase, que llamamos INSTRUCCIÓN,
diferenciada conceptual y funcionalmente, de una segunda fase que llamamos JUICIO ORAL.
En la primera (Instrucción) se investiga si los hechos acusados merecen ser juzgados en la segunda
fase (Juicio oral) y lo merecerán si tienen apariencia de delito y pueden ser atribuidos a una
persona concreta e individualizada.

De manera más completa, con fundamento constitucional parcial en el art. 117.3 CE puede dividirse el
proceso penal en 3 fases diferenciadas (llamadas a su vez procesos):
a) Fase de declaración: en la que tras el desarrollo de una investigación del hecho criminal y la
constatación de existencia de responsabilidad criminal suficiente para enjuiciar a una persona
(subfase de Instrucción, incluso hay quien distingue entre una Instrucción judicial, fiscal y
policial), se le acusa ante un tribunal pidiendo su condena (subfase de juicio oral), decidiendo el
juez mediante resolución fundada (subfase de condena)
b) Fase de ejecución: en la que se ejecuta lo juzgado dando cumplimiento al fallo condenatorio de la
sentencia.
c) Fase cautelar: no prevista de modo directo en la Constitución, pero necesaria al tener que
asegurar personas y bienes para que, si un dia se dicta sentencia condenatoria, ésta se pueda
ejecutar.

En el proceso penal de declaración se comienza por una etapa o subfase inicial llamada de INSTRUCCIÓN
o investigación o procedimiento preliminar; aunque realmente el proceso penal comienza de verdad
cuando se formula una acusación contra una persona determinada y por un hecho criminal concreto.
Pero para poder llegar a este punto, se requiere previamente realizar toda una serie de actos,
principalmente de investigación, tendentes a averiguar las circunstancias del hecho y la personalidad de
sus autores, que fundamenten la posterior acusación, dado que es normal que el delito se cometa en
secreto, que se procure evitar su descubrimiento y que no se conozca desde el principio quiñen lo ha
podido realizar.

En consecuencia, la finalidad de la FASE DE INSTRUCCIÓN es determinar hasta qué punto la notitia


criminis puede dar lugar al juicio. De una manera clara el art. 299 LECrim indica la finalidad de la
Instrucción: (leerlo)

Por tanto, la Instrucción cumple diversas funciones:


a) Preparar el juicio oral, fundamentando la acusación y la defensa respecto de una persona
concreta por un hecho criminal determinado que se le atribuye, y que es la función que podemos
calificar de principal.
b) Impedir que llegue a abrirse el juicio oral, cuando de la Instrucción no se desprendan la existencia
de indicios que permiten llegar a la conclusión provisinal de que es conveniente la cealebración
del juicio oral.
c) Lo que significa que la Instrucción no sólo sirve para llevar a cabo la investigación, sino que
también tiene como misión conseguir el aseguramiento de las personas y de las
responsabilidades pecuniarias de los que aparecen racionalmente como responsables de los
hechos, motivo por el cual se podrán llevar a cabo actuaciones que suponen restricciones de los
derechos de las personas y limitaciones en la administración y disposición de sus bienes;
medidas que podemos calificar como cautelares y que también forman parte de la instrucción,
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puesto que están destinadas a posibilitar el enjuiciamiento en las mejores condiciones de


quienes aparezcan como autores de hechos que racionalmente se pueden considerar
constitutivos de delitos.

CONTENIDO DE LA INSTRUCCIÓN

De las variadas funciones que cumple la instrucción, cabe deducir que su contenido esmuy variado:
a) Actos de iniciación del proceso (denuncia)
b) Actos que implican el ejercicio de la acción penal (querella)
c) Actos de investigación y, en su caso, de prueba anticipada
d) Actos de imputación (auto de procesamiento)
e) Actos cautelares (medidas cautelares personales y patrimoniales)
f) Otras diligencias

CARACTERÍSTICAS DE LA FASE DE INSTRUCCIÓN

La mayoría de tales características, veremos, son contrarias u opuestas a las que rigen en el Juicio oral,
debido a las distintas finalidades de una y otra fase.

1. Las actuaciones son predominantemente escritas (arts. 315, 450 LECrim)


Al tratarse la Instrucción de una fase preparatoria del juicio oral, se admite que rija el principio
de la escritura, mientras que por el contrario el art. 120 CE exige que las actuaciones del proceso
penal sean predominantemente orales.
Realmente lo que rige en la Instrucción es el principio de documentación completa de todas las
diligencias practicadas (que deben realizar los jueces ante sus secretarios, 321 LECrim), porque
esa es la única manera de poder decidir en su momento, si con base a las actuaciones
practicadas en esta fase (muchas ya lejanas en el tiempo) se debe abrir o no la fase destinada al
enjuiciamiento del acusado.

2. Las actuaciones no están regidas por el principio de concentración

3. Las diligencias instructorias no son actos probatorios


Los actos probatorios tienen lugar en el juicio oral, salvo dos excepciones (la prueba anticipada y
la prueba preconstituida) y van encaminados a demostrar la existencia de unos hechos que darán
lugar a la absolución o condena del acusado.
Por el contrario, las diligencias instructorias van encaminadas sobre todo a determinar las
circunstancias que posibilitarán en el futuro abrir o no el juicio oral. Por tanto, las diligencias
instructorias no cumplen, en principio, función alguna en el juicio oral y no pueden ser la base
para la sentencia.
Asi:
- El acto de investigación se dirige a averiguar o descubrir algo que se desconoce; el de prueba
a verificar la verdad de una afirmación de hecho realizada por la parte.
- El acto de investigación se realiza en la instrucción; el de prueba en el juicio oral, salvo
excepciones.
- El acto de investigación puede fundar resoluciones de trámite para que el proceso avance
(auto de procesamiento, apertura de juicio oral…), pero que no sirven para fundar la
sentencia sobre la culpabilidad o inocencia del acusad; los de prueba si sirven para convencer
al juez sobre la existencia del hecho punible y la participación del acusado, desvirtuando la
presunción de inocencia.
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- Los actos de investigación pueden practicarse sin contradicción si la investigación asi lo exige;
los de prueba han de practicarse siempre con audiencia de todas las partes.

4. En la Instrucción rige el principio de investigación de oficio


El órgano encargado de la Instrucción actúa de oficio, sin necesidad de que su actuación sea
pedida por las partes. Sin que nadie se lo pida, lleva a cabo las diligencias instructorias que
estime convenientes para la realización de la función de investigación.
Por el contrario, en el Juicio oral rige el principio de aportación de parte, de modo que solo en
pocas ocasiones puede el órgano judicial practicar pruebas de oficio.

5. Las diligencias instructorias son secretas o reservadas para el público, no para las partes
personadas que pueden tomar conocimiento y participar en todas las diligencias
El secreto (o mejor dicho el carácter reservado de las actuaciones que integran la Instrucción
para el público) no tendría justificación constitucional si la Instrucción fuese un enjuiciamiento,
pero si lo tiene al no serlo, y posibilitar que las personas sometidas a una investigación no sufran
con la publicidad de dicha investigación más perjuicios de los necesarios, pues si tras la
investigación de la noticia criminal se llegase a la convencimiento racional de que los hechos
investigados no están tipificados penalmente o no pueden ser atribuidos a la persona acusada, el
daño sobre el acusado sería enorme.
Por eso, el secreto de la Instrucción ayuda a conservar el honor y el buen nombre del acusado y
lo aleja del daño que puede producir la publicidad, por lo que es un bien para el acusado.
La pena de banquillo que sufren hoy muchos acusados, condenados por los medios de
comunicación antes de que lo sean por sentencia, se evitaría si se pusiera más cuidado en
mantener el secreto de las actuaciones instructorias, pero ese cuidado no existe y tampoco se
exigen las responsabilidades disciplinarias y penales correspondientes.
Pero además de lo dicho, el secreto (o carácter reservado para el público) de la Instrucción tiene
también como finalidad garantizar el éxito de la propia investigación. De esta manera, el art. 301
LECrim impone el secreto frente a todas aquellas personas que no participan en el propio
proceso (en la Investigación), correspondiendo sólo a las partes personadas el derecho a tener el
conocimiento de lo que se actúa en la fase de Instrucción (arts. 302 y 776.3 LECrim).
Ese derecho a conocer de las partes, no impide sin embargo que, de oficio o a instancia de parte,
el juez instructor pueda acordar el secreto también para todas las partes personadas, con
exclusión del Ministerio Fiscal (arts. 302 LECrim y 4.1 EOMF). Pero se ha de tratar de una decisión
motivada y basarse en razones de aseguramiento de la investigación (evitar riesgos para la vida,
libertad, etc. de otras personas, prevenir situaciones que puedan comprometer gravemente el
resultado de la investigación). Además, al tratarse de una excepción a la regla general, debe
estar limitado en el tiempo dicho secreto (un mes como máximo, aunque una corruptela muy
extendida permite que con sucesivas prórrogas se pueda alcanzar un periodo muy superior, lo
que puede vulnerar derechos fundamentales de las partes como el derecho a un proceso
público, a la contradicción y el derecho de defensa). En realidad la única cautela que establece la
LECrim es que el secreto debe alzarse diez días antes de la conclusión de la instrucción (art. 302).

6. Tiempo de las actuaciones instructorias


A partir de las reformas de la LECrim del año 2015, concretamente del art. 324, se ha consagrado
una leve aplicación del principio de limitación temporal en la práctica de diligencias instructorias,
reduciendo el periodo de instrucción, en principio, a 6 meses de duración, a no ser que la
Instrucción sea calificada por el juez como “compleja”, en cuyo caso puede dilatarse por un
tiempo de 18 meses prorrogables, como máximo, en otros tantos, siempre que así lo pida el
Ministerio Fiscal o alguna de las partes personadas y el juez entienda que concurren razones que
así lo justifiquen.
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Se trata sin embargo de supuestos abiertos a la interpretación (la complejidad o no) y donde
además esos plazos se interrumpen si se declara el secreto de las actuaciones o el
sobreseimiento provisional, lo que hace que dicha limitación temporal sea más un deseo que una
realidad.
Vean como los fiscales piden la derogación de ese plazo máximo de la instrucción.

7. Piezas de la instrucción
La instrucción está formada por tres piezas necesarias y una eventual:
a) Pieza principal: Desde el auto de incoación hasta el de conclusión, y contiene todas las
diligencias encaminadas a averiguar el delito y la participación del imputado, con todas las
circunstancias relevantes para su calificación.
b) Pieza de situación personal: donde constan las diligencias relativas a las medidas cautelares
personales.
c) Pieza de responsabilidad civil: donde constan todas las diligencias relativas a las medidas
cautelares patrimoniales decretadas sobre el imputado para hacer frente a sus
responsabilidades pecuniarias penales y civiles (fianzas, embargos, multas, costas…)
d) Pieza de responsabilidad civil subsidiaria: es eventual, sólo se forma cuando el resposnable
civil es un tercero no imputado.

ORGANOS ENCARGADOS DE LA INSTRUCCIÓN

1. Los Juzgados de Instrucción


En nuestro país, la legislación procesal penal, atribuye la competencia para la fase de instrucción
al Juez de Instrucción (art. 14.2 LECrim), a diferencia de lo que ocurre en otros ordenamientos
próximos y no tan próximos, sin que por tanto hayan cuajado de momento los aires modernos
que van dirigidos a conceder la fase instructoria al Ministerio Fiscal, salvo en el proceso penal de
menores regulado por la Ley de 2000.
Parece que, por el momento, nuestro legislador sigue creyendo que la mejor solución es que sea
un órgano judicial quien lleve a cabo toda la fase de instrucción, dejando al Ministerio Fiscal
como órgano fiscalizador de los actos instructorios y animador de la instrucción, defendiendo los
derechos de los acusados y el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas.
Si bien, una reforma del año 1988 (la que introduce el proceso abreviado) permite al MF llevar a
cabo lo que podemos denominar una instrucción preliminar (art. 773 LECrim), que ha sido
refrendada en el art. 5 EOMF.
Otros órganos judiciales instructores:
a) El Juzgado de Violencia sobre la Mujer en caso de violencia de género.
b) Otros jueces comisionados por el de Instrucción o JVM para realizar determinadas diligencias
(Juzgados de Paz)
c) Juez instructor especial en el caso de los aforados al TS y al TSJ (magistrado de la Sala)

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LA INSTRUCCIÓN JUDICIAL Y DE LA INSTRUCCIÓN FISCAL

2. La intervención del Ministerio Fiscal


El MF es parte en la instrucción y, sobre todo, es el órgano fiscalizador de la instrucción (arts. 306
y 324LECrim), y ello en varios sentidos:
a) porque el art. 773 LECrim le impone la tarea de impulsar y simplificar la tramitación de la
instrucción, instando la realización de todas las diligencias que estime oportunas,
b) pero también exigiendo la terminación de la instrucción cuando estime que ya se han
practicado las actuaciones necesarias para resolver sobre el ejercicio de la acción penal, esto
es, para acusar o no.
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c) junto a ello, también el MF tiene asignada la función de velar por el respeto de las garantías
procesales del investigado y encausado, así como por la protección de los derechos de las
víctimas y de los perjudicados por el delito (aart. 773 LECrim)
Lo anterior evidencia que el MF no es una parte acusadora más, sino que es algo menos que el
órgano instructor y mucho más que una parte, porque entre otras cosas puede dar a la Policía
Judicial instrucciones generales o particulares para el ejercicio más eficaz de sus funciones (art.
773 LECrim), pudiendo, tras la reforma de la LECrim de 2015, tramitar el denominado proceso
por aceptación de decreto (arts. 803bis.a y ss. LECrim), que trasciende claramente las funciones
acusadoras e investigadoras propias del MF.

CLASES DE INSTRUCCIÓN

1. La Instrucción Judicial: Sumario, Diligencias previas, Diligencias urgentes


La LECrim regula una fase instructoria para el proceso común (arts. 299-648), otra distinta para el
proceso abreviado (arts. 774 y ss.), otra para el proceso ante el Tribunal del Jurado (arts. 24 y ss.
LOTJ), y una última para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos (art. 797).
Pero, en realidad, lo que hace la LECrim es establecer una serie de normas generales reguladoras
de la fase de instrucción que están dedicadas a la fase instructoria del proceso común, y una
serie de especialidades que están recogidas en la LOTJ y en los arts. LECrim relativos al proceso
abreviado y a los juicios rápidos.
Dichas especialidades van dirigidas a propiciar un proceso mucho más rápido.
A la fase de instrucción regulada para el proceso común la LECrim le llama SUMARIO (art. 299), a
la instrucción llevada a cabo en el proceso abreviado le denomina DILIGENCIAS PREVIAS, y
DILIGENCIAS URGENTES a la regulada en el art. 797 para los juicios rápidos, mientras que para el
Tribunal del Jurado la LOTJ habla de INSTRUCCIÓN.
Es obvio que en función de determinados factores como que se trate de hechos constitutivos de
delitos flagrantes, o confesados por el acusado, o de muy fácil prueba, etc., la instrucción será
más sencilla o más complicada, y más rápida o más dilatada, pero toda Instrucción presenta una
característica común: practicar las diligencias necesarias para estar en condiciones de decidir si
se abre el juicio oral contra determinada persona.

2. La Instrucción preliminar
Distinta de la instrucción judicial es la llevada a cabo por la Policía Judicial o por el MF antes de la
iniciación del proceso penal.
Se trata en ambos casos de una instrucción que sólo se puede realizar en los casos que no exista
sobre los mismos hechos una instrucción judicial en marcha (art. 773.2 LECrim, 282 y ss., 770 y
ss., 796), por lo que debe cesar tan pronto se conozca la existencia de una instrucción judicial, y
su función primordial, sobre todo en el caso de la policía judicial, es recoger todos los datos
sobre los delitos públicos que se cometieren en su territorio para ponerlos a disposición de la
autoridad judicial, pasando a partir de dicho momento la policía judicial a ser un instrumento de
la instrucción.
La Instrucción preliminar puede no existir en los casos en que la notitia criminis llegue
directamente ante el juez instructor, porque la denuncia o querella se presente ante él.
Finalmente, la instrucción preliminar no tiene carácter jurisdiccional, pues ni la policía judicial ni
el MF son órganos jurisdiccionales, lo que no impide que policía y fiscal deban realizar la
investigación con absoluto respeto a los derechos de las personas sometidas a la investigación y
con cumplimiento de las normas legales (arts. 297, 771, 796 LECrim).
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a) La instrucción preliminar de la Policía Judicial


Los actos de instrucción preliminar de la PJ se reducen a los comprendidos en el art.282
LECrim: averiguar la comisión de los delitos públicos en su territorio, para lo cual pueden
realizar las diligencias necesarias dirigidas a descubrir a los delincuentes y recoger todos los
efectos, instrumentos o pruebas del delito que pudiesen estar en peligro de desaparecer
(detención del sospechoso, interrogar a quienes tengan relación con la comisión de los
hechos, intervenir objetos, cosas o bienes, practicar entradas y registros en determinados
casos…)
Toda esta actividad policial se refleja en un documento que se llama ATESTADO, que debe
entregarse al órgano judicial, y que cumple las funciones de una denuncia, si bien en casos
excepcionales determinadas partes del mismo pueden tener incluso valor probatorio.
Recuerden que ahora el art. 284 LECrim, modificado en 2015, matiza la obligación de la PJ de
enviar el atestado a la autoridad judicial, debiendo no hacerlo en caso de que no exista autor
conocido del delito, salvo si se trata de delitos contra la vida, integridad física, libertad,
delitos sexuales o de corrupción, debiendo conservarlo a disposición del MF y del Juez.

b) La instrucción preliminar del Ministerio Fiscal


El art. 773 LECrim le da al MF la posibilidad de iniciar y completar una instrucción preliminar,
sin que puede llevar a cabo las actuaciones reservadas exclusivamente a la autoridad judicial
(por suponer limitaciones importantes de derecho fundamentales: prisión provisional,
entrada y registro, secuestro de publicaciones…, o por tratarse de casos de prueba
preconstituida).
Así, puede recibir denuncias, practicar u ordenar a la PJ la práctica de diligencias para
comprobar los hechos y las responsabilidades de los partícipes en los mismos, instar a la
autoridad judicial una instrucción judicial, etc.
Todas estas diligencias han de practicarse con el mismo respeto a los derechos y garantías
procesales que las realizadas ante la autoridad judicial.
Su duración ha de ser proporcionada a la naturaleza del hecho investigado, sin que puedan
exceder de 6 meses, salvo prórroga mediante decreto motivado del Fiscal General del Estado.
Si el hecho no reviste caracteres de delito deberá archivar su Instrucción, con comunicación
al ofendido o perjudicado para que reitere, si lo desea, su denuncia ante el Juez (arts. 773
LECrim y 5 EOMF).
Si el hecho reviste significación penal debe procederse a formular la oportuna denuncia o
querella ante la autoridad judicial.
Recordemos, sin embargo, que en el proceso penal de menores el MF ha pasado a asumir la
dirección de la instrucción, pudiendo practicar todos los actos instructorios que no conlleven
limitación de derechos fundamentales (arts. 16 y 23 LO 5/2000).

LA INSTRUCCIÓN COMO PROCEDIMIENTO

Podemos ver, de lo dicho, que la instrucción es una fase del proceso penal.
Que todas las actuaciones que se llevan a cabo en esta fase están reguladas por la Ley, estableciéndose
un procedimiento judicial que ha de seguir el juez de instrucción.
No vamos a estudiar todos y cada uno de los actos que se producen tras la apertura de la fase de
instrucción y hasta que se ponga fin a la misma, pero si lo hiciéramos veríamos que cada uno de ellos
tiene su propio procedimiento en la Ley, en unos casos con una regulación más detallada y en otros más
genérica.
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Ahora bien, como ideas generales a todas las fases de instrucción de los diferentes procesos podemos
indicar:

a) Que, como regla general, cada hecho con apariencia delictiva deberá ser objeto del
correspondiente procedimiento instructorio, salvo los hechos delictivos conexos que se
tramitarán en un solo proceso (arts. 17 y 726 LECrim)

b) Tanto la LOPJ (art. 184) como la LECrim (art. 201) establecen el principio de que todos los días
son hábiles para los actos de investigación, frente a las demás actuaciones judiciales que se
practican en los días laborales (de lunes a viernes) y dentro de las horas hábiles (LOPJ), y ello
para facilitar la investigación y la rapidez en la misma.

c) Dada la finalidad de la investigación (comprobar hechos y averiguar personas) sólo deben


practicarse las diligencias de investigación que sean legales, pero además necesarias y
pertinentes. A sensu contrario, no está permitido practicar cualquier tipo de diligencia al juez, ni
el juez tiene obligación de aceptar la práctica de cualquier diligencia pedida por las partes
personadas (arts. 311 y 312 LECrim).

d) Para que la Instrucción pueda cumplir con su finalidad va a ser necesaria la práctica de toda una
serie de actos de investigación o instructorios, que serán realizados, fundamentalmente, a
instancia de las partes acusadoras, que son las que necesitan quebrar la presunción de inocencia
que tiene todo acusado; pero también se realizarán actos investigativos que tiendan a consolidar
dicha presunción y a negar la virtualidad de la acusación formulada. De ahí que la LECrim permita
que las partes acusadoras soliciten la práctica de las diligencias instructorias que sean necesarias
para la investigación de los hechos (art. 277.5 LECrim). Pero también que el acusado pida, por su
lado, la práctica de las diligencias que coadyuven a la defensa de sus intereses (arts. 302 y 299
LECrim).Y al mismo tiempo, la LECrim impone a los órganos de instrucción que lleven a cabo no
sólo las actuaciones tendentes a fijar la culpabilidad del acusado, sino también a determinar su
inocencia (art. 2 LECrim).
Tales actos instructorios pueden pues llevarse a cabo a instancia de parte o de oficio.

e) Los medios a través de los cuales se lleva a cabo la investigación son muy variados. Se trata de
medios, métodos de investigación que tienden a posibilitar la apertura del juicio oral, mediante
la fijación de unos hechos que, con apariencia de delito y atribuibles claramente a una persona
determinada, son susceptibles de enjuiciamiento, para en su momento ser objeto de imposición
de sanción penal; o, por el contrario, posibilitar el sobreseimiento.
Cada delito requiere de unos específicos actos de investigación, pero la ley no puede, ni debe,
regular todos los actos de investigación posibles, ni fijar una lista tasada de actos de
investigación que deban practicarse necesariamente en todos los casos, ni regular cualquier
actividad humana que pueda ser considera de investigación; sino que la intuición, inteligencia,
sabiduría, olfato… deben tener cabida en la investigación del crimen, sin tasar los medios en los
que esas cualidades del investigador deben hacerse patentes. Por lo que la ley solo debe regular
los actos de investigación que suponen injerencia en derechos fundamentales del imputado y
aquellos que serán medio de prueba en el juicio oral, lo que puede determinarse como el núcleo
esencial de la investigación en lo que a tutela legal se refeire.
La LECrim regula:
- El reconocimiento de las personas en rueda (arts. 369 y ss.)
- Las declaraciones indagatorias y el interrogatorio judicial (arts. 385 yss.)
- La declaración de terceras personas o testigos (arts. 410 y ss.)
- La inspección de las cosas y de los lugares por el órgano judicial (arts. 326 y ss. y 778)
- La entrada y registro en los lugares (arts. 545, 74)
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Igualmente se consigue el fin de la investigación con:


- La intervención de los agentes de la autoridad encubiertos (art. 282bis)
- La intervención de técnicos cuyo conocimiento sea necesario para la resolución de distintos
problemas que se produzcan en la investigación, peritos (art. 335)
Junto a estos medios de investigación, la LECrim permite también la investigación mediante:
- La intervención de las comunicaciones personales (art. 579)
- La circulación y entrega vigilada de drogas, en los delitos de narcotráfico (art. 263bis)
También la LECrim permite llevar a cabo actuaciones para la identificación y conservación del
cuerpo del delito (art. 334) y para la investigación de determinadas conductas, mediante la
utilización de métodos alcoholométricos y técnicas de videovigilancia (LO 4/1997).

Desde otro punto de vista;


- Actos dirigidos a buscar y adquirir fuentes de la investigación: entrada y registro en lugar
cerrado, registro de libros y papeles, detención y apertura de la correspondencia,
intervención de comunicaciones, medios de investigación basados en utilización de altas
tecnologías (dispositivos técnicos de captación de imágenes, seguimiento y localización de
personas, registros sobre equipos informáticos…)
- Actos que proporcionan por si mismos fuentes de investigación: inspección ocular,
declaraciones de testigos, informes periciales, documentos, identificación del imputado,
injerencias corporales…
Desde el punto de vista de la limitación o no de derechos fundamentales:
- Actos de investigación que comportan limitación de derechos fundamentales relativos
(entrada y registro domiciliario)
- Actos de investigación que no afectan a derechos fundamentales (declaración de un testigo)

f) Eficacia probatoria excepcional de los actos de investigación


Los medios de investigación que se usan en la fase de instrucción, en determinadas ocasiones y
siempre que se abra el juicio oral, además de servir para sustentar la investigación y permitir la
acusación, pueden ser verdaderos medios de prueba.
Obvio que esa no es su finalidad normal, ya que el art. 741 LECrim indica que el órgano judicial
sólo puede basar su sentencia en las pruebas que se practiquen en el juicio oral.
Sin embargo, puede ocurrir que por la propia naturaleza de las cosas sea imposible repetir en el
juicio oral lo llevado a cabo en la instrucción como medio de investigación (p.e., caso de un
testigo que está en peligro de muerte, al cual con gran probabilidad no podrá tomársele
declaración como testigo en el juicio oral; pues hay que buscar una solución para que esa
declaración no sea sólo un medio de investigación, sino que pueda incluso servir para
fundamentar una condena o absolución, y ahí está la posibilidad de la práctica anticipada de esta
declaración como prueba a valer en el juicio oral pero que se práctica en la Instrucción con las
mismas garantías que en el juicio oral, y que luego se introduce en el juicio oral mediante la
lectura).
En otras ocasiones, la imposibilidad de repetir el acto de investigación en el juicio oral para que
sea una prueba, viene dada por la propia irrepetibilidad de los hechos investigados que se
pretenden probar (caso de una entrada y registro en un local y lo allí localizado, o lo localizado
en una intervención de comunicaciones personales, etc.).
En todos estos casos, la imposibilidad de practicar la prueba en el juicio utilizando los mismos
medios que fueron utilizados en la Instrucción, determina que la ley, de manera excepcional,
permita que dichas investigaciones tengan efectos probatorios, siempre que se realicen en unas
determinadas condiciones formales, tanto procesales como constitucionales, en las que queden
salvaguardados los derechos del acusado, siendo imprescindible la intervención del juez y la
vigencia del principio de contradicción, para que ello sea posible.
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g) Conforme al art. 299 LECrim, recordemos que también es finalidad de la Instrucción asegurar
las personas y las responsabilidades pecuniarias de los acusados, para lo cual se llevarán a
cabo los correspondientes actos o actuaciones, que normalmente se denominan actos
aseguratorios o medidas cautelares.
Estos actos son de la competencia exclusiva del órgano judicial, pues afectan a derechos
fundamentales de la persona y se modifica el régimen de administración o de disposición de
determinados bienes del deudor/acusado.
Su finalidad es asegurar la posible ejecución de la sentencia de condena que pueda dictarse al
final del proceso, con base a la existencia de una apariencia del derecho (del derecho a penar del
Estado) y en la existencia del peligro que se produce por el retardo natural en la tramitación de
los asuntos que puede hacer ilusoria la pena a imponer e incluso la propia tramitación del propio
proceso (que no permite generalmente hacerlo en rebeldía del acusado).
Como medidas de carácter personal, la LECrim regula:
- La detención (arts. 489 y ss.)
- La prisión provisional (arts. 502 y ss.)
- La libertad provisional (arts. 528 y ss.)
- La privación del permiso de conducir vehículos a motor (art. 529bis)
- La prohibición de residir en determinados lugares o aproximarse a ellos (at. 544bis)
- La suspensión de cargos públicos (arts. 384bis LECrim, 383 y 384 LOPJ)
- Otras medidas como la suspensión de actividades para empresas o establecimientos (art.
129.2 CP)
Como medidas cautelares patrimoniales, la LECrim prevé:
- Medidas tendentes a la conservación de las cosas relacionadas con el delito (arts. 334 y ss.)
- Medidas destinadas a asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse,
como fianza, embargo, ocupaciones de bienes o cosas, pensión provisional en determinados
supuestos, etc. (arts. 589 y ss.)

TERMINACIÓN DE LA INSTRUCCIÓN

Una vez que el órgano instructor haya practicado las actuaciones que a su juicio son necesarias para el
buen éxito de la instrucción, es decir, cuando estime que la instrucción se haya completa, deberá hacer
la declaración de estar la instrucción conclusa, normalmente mediante una resolución motivada o auto,
aunque aquí hay variaciones en los distintos tipos de procesos.

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