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ABOGADO.
TOMO I.
MEXICO.
Imprenta de J . R. Barbedillo y C.* Escalerillas n&m. 21
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1876.
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3POIR.
ABOGADO.
A EVARISTA PATINO.
FONDO r.
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VI
para consagrártele. Todo lo maravilloso te
asusta; y má3 bien que ceder á la espuela de la
curiosidad, tan común en las personas de tu
sexo, prefieres cerrar ios ojos á todo género de
prodigios.
Semejante conducta en tiempos más felices y
menos supersticiosos habría sido sabia. Hoy
que la superstición, hipócritamente disfrazada,
pretende imponer al mundo el cetro de su anti-
INTRODUCCION.
gua tiranía, no es posible calificarla de prudente.
Nunca la ignorancia será escudo de defensa
para la virtud que vive la vida de la verdad.
Roto el escudo que es fácil de romperse, ¿dónde
pararía los golpes para no ser herida? I
Por lo mismo que te asusta lo maravilloso y te
espanta el espiritismo, resurrección de lo m a r a -
ravilloso del paganismo, es fuerza que le co- Hace muy poco tiempo que la palabra espiri-
nozcas, tismo y la doctrina que así se llama, eran desco-
Resuélvete, pues, á saber lo que no podrás nocidas entre nosotros. Muy pocos curiosos, afec-
ignorar. Vean antes los ojos del alma lo que tos i leer periódicos extrangeros, habían t e -
no será remoto vean los ojos del cuerpo, si la nido noticia del nombre y de la cosa, pero sin
Providencia no levanta la v a r a de su justicia. fijar la atención ni consagrarse á su estudio.
Por los años de 1854 á 1855 se hablaba ya'
R Á F A E L GOMEZ. es cierto, en algunos círculos públicos y en e¡
seno de las familias, del magnetismo, que no se
distingue sustancialmente del espiritismo sino
como la especie del género. Las mesas girato-
VIII
rias formaban el pasatiempo mas indispensable paz, rezarlas un Padre nuestro y aplicarlas un
de las tertulias; se hacían circular, con asombro sufragio.
de todos, platillos y sombreros; se magnetizaban Tampoco se hablaba del demonio, sino para
niños y principalmente jóvenes hermosas, hasta ponderar lo sorprendente de tal ó cual feno'me-
llegar á producir en ellas Ja anestesia, á l o s a - no, para cuya explicación el instinto reconocía
ses prevenidos por el arte; pero, í decir verdad, que no eran bastantes los movimientos necesa-
nosotros nunca llegamos á observar en los así rios de una corriente magnética. ¡Cosas del Dia-
magnetizados la clara visión, la doble vista, el don blo! se exclamaba; pero sin sospechar siquiera
de adivinar los pensamientos de los demás y de que esa exclamación instintiva, agena ¡í toda
penetrar en el porvenir; el de discernir los espí- reflexión, fuese la voz de la verdad, la decla-
ritus, el de hablar en lenguas desconocidas é ig- ración de incompetencia de Id ciencia, la última
noradas, el de ver por el vientre, oir por los palabra de la razón filosófica y el fallo defi-
ojos &c.; ni mucho menos nada semejante á esa nitivo é inapelable de la razón teólogica
muchedumbre de fenómenos físicos que consti-
Pasaron los tiempos, y las cosas fueron to-
tuyen lo que se llama hoy manifestaciones y que
mando un carácter mas grave. Comenzó á
son la pompa indispensable de los médiums mo-
decirse que las mesas no solamente se movian,
dernos.
sino que se daban á entender ;que de giratorias se
La insensibilidad de los magnetizados y el mo- habian convertido en parlantes-, que razonaban,
vimiento de las mesas, sombreros y platillos se como el mejor controversista y calculaban co
atribuían, siguiendo los rumores vulgares, y sin mo el más excelente matemático. Empezó
meterse en investigaciones profundas ni siquie- i circular el rumor de que los magnetizados
ra superficiales, á las ponderadas virtudes del pasaban sin grandes esfuerzos á sonámbulos;
fluido magnético. E n todo lo que se verificaba que no solo se dormian á voluntad y con
se veia puramente una cuestión científica. Las la fé del magnetizador, sino que entraban en
almas de los difuntos eran agenas á la revolu- éxtasis; que ya no permanecían mudos y sordos»
ción que entonces se anunciaba. Nadie se acor- como al principio, sino que se expresaban como
daba de ellas, sino para desearlas una eterna hablistas consumados y no necesitaban de oir
X
voz alguna para ponerse al tanto de los más semejante tarea á notabilidades científicas y á
ocultos pensamientos. Se aseguraba ser un celebridades teológicas.
hecho, que á la influencia de las manipulaciones Estas noticias y la veleidad genial en el hom-
la inteligencia de los magnetizados era otra, por bre produjeron desde luego entre los mexicanos
la variedad y profundidad de los conocimientos el efecto de que se enfriara el entusiasmo que
de que daba muestras inequívocas, y por la se tenia por el magnetismo, que era la sal de
manera extraordinaria de adquirirlos, no nece- las pequeñas reuniones de familia y el platillo
sitando, como no necesitaban, del auxilio de los sabroso de las grandes tertulias. Sin embargo
sentidos. algunos prosiguieron, si bien procurando ocul-
El magnetismo llegó á interesar, produciendo tarse del público.
diferentes resoluciones y dando lugar á diver-
sos propósitos en las personas que se consagra-
ban á sus prácticas, ó que habian sido testigos
II.
de sus prodigios. Los unos le creyeron peligro-
so, y le volvieron las espaldas; los otros le j u z -
garon un progreso de la ciencia, y continuaron
en sus experimentos. Estos que á las tinieblas y en el secreto con-
En estas circunstancias comenzó á extenderse tinuaron andando por el resbaladizo camino en
la noticia de que la Corte de Roma prohibía á que habian puesto la planta, y que ya no se
los fieles se entretuviesen en la producción de podia considerar exento de todo peligro, fueron
los fenómenos magnéticos, que en mayor escala el núcleo primitivo de las asociaciones que mas
y de manera más extraordinaria se producían tarde no temieron revelar el misterio de su
también en Europa. Se supo que se había man- existencia. Por el contrario, juzgaron que era
dado hacer un estudio concienzudo acerca de llegada la oportunidad de exhibirse, de tomar
cuáles pudieran ser sus causas y á practicar un un nombre, de formular un credo y de estable-
exámen escrupuloso de todo aquello que pudie- cer un sistema mas ó menos regular de propa-
ra servir para caracterizarlos, encomendándose ganda.
Ya se comprenderá que hablamos de las aso- Sin embargo, no por esto se desmayó. La
ciaciones que se han denominado á ei mismas, "Sociedad espirita de México" se erigió en "So-
para distinguirse de las otras muchas que exis- ciedad espirita Central de la República M e x i -
ten, "Sociedades espiritas" Se fundó un pe cana" Cuenta con sucursales, según entende
riódico en esta ciudad á principios del año de mos, en Guadalajara, en Guanajuato, en Que-
1872, con el título de la "Ilustración Espirita" rétaro y en Yucatan. Aquí mismo varios c í r -
periódico que aun goza de la luz pública, si bien culos la reconocen. Se ha puesto en contacto
no del favor, sino de sus pocos, poquísimos coa varias asociaciones de la misma familia en
adeptos. Antes se liabia publicado otro en la los Estados-Unidos, en Francia, en España y
capital del importante Estado de Guanajuato. en Alemania.
Uno y otro se propusieron dar ;í conocer los En 1. ° de Setiembre de 1872 dió á la pren-
principios de lo que llaman nueva ciencia, las sa los antes discutidos artículos d e su credo y el
investigaciones de lo que apellidan nueva filoso- reglamento, única ley d é l o s asociados. De
fía y los dogmas de lo que se atreven á bauti- clara profesar y creer las doctrinas de Alian
zar con el nombre de nueva religión. Uno y Kardec, y que el espíritu de este moderno ni-
otro emprendieron el trabajo de buscarse saté- gromante es el protector de ella y de todas las
lites y partidarios, y de hacer las cabezas de sucursales que la reconozcan como centro.
los demás á la imagen y semejanza de las de Esta actitud de los hijos de las tinieblas que
sus redactores. no ocultaban ya cuales eran sus verdaderas
miras y hacia donde se dirigian todos sus esfuer-
En Guadalajara también Se hicieron algunas
zos; que paladinamente manifestaban su ánimos i.
publicaciones de ese género; pero la vida les ha
dad y sus odios á lo que el mundo, á pesar de su
faltado casi en el momento de nacer.
creciente corrupción, considera todavía como
Solamente la Ilustración Espirita ha podido lo mas inviolable y mas santo, al catolisismo^
sobrevivir en esta populosa ciudad; pues la fuente de toda civilización y de todo progreso, de
Luz en México que también comenzó á publicar- todo bien y de toda felicidad; esta actitud hóstil,
se, corrió la misma suerte que sus hermanas, las repetimos, vino á despertar á los católicos.
otras publicaciones de los Estados.
Desde entonces fué cuando se comenzó á colum en la mas grande de las perplejidades y en el',
brar por algunos lo que podía significar la pa- mayor de los asombros, parece que viene á ex-
labra espiritismo que no se encuentra aún en el tremecer los valles y las montañas de nuestra
diccionario de nuestra lengua. infortunada patria.
o
Felizmente las fatigas de los enemigos de
Los espiritas de México, no han producido,
Dios no han tenido éxito hasta ahora; sus es-
al menos públicamente, ninguno de esos fenó-
fuerzos han sido vanos. Si han conquistado
menos físicos, mecánicos, fisiológicos y psicoló-
algunos, es de aquellos que ya les pertenecían
gicos, que no pueden producirse por el hombre,
por otros títulos.
sin el auxilio de una causa superior en poder y
en inteligencia.
En las comunicaciones que refieren haber te
nido, y que han publicado, nada se observa de
extraordinario, de raro, ni de asombroso; nada
que haga abandonar Jas vías amplias, luminosa*
y mas ó menos conocidas del orden natural de-
las causas, por las oscuras, misteriosas é incom-
Si aquí parara todo, no seria necesario tener prensibles de otro órden de causas superior.
el don de profecía, para pronosticarles su infali- No ponen á la vista del público, ni dicen na-
ble próxima muerte. da de esa otra série de fenómenos que constitu-
P e r o las cosas cambian. Ese movimiento yen lo que se llama manifestaciones délos agentes
extraordinario de sorprendentes maravillas y invisibles; nada de navegaciones aéreas de cuer-
de prodigios incomprensibles é inexplicables pos pesados á despecho de la fuerza de grave-
que se inició en los Estados-Unidos del Norte dad; nada de figuras humanas que se ven y no-
en 1846 y que se comunicó despues de 1853, se tocan, nada de manos cuyo contacto hace
extremecer y eriza ios cabellos de los mas ani-
con una velocidad asombrosa á las naciones del
mosos; nada de esas voces que no so sabe quien
viejo continente, á Inglaterra, á Italia, á Fran-
las pronuncia, ni de esos ruidos que se ignora^
cia, á Rusia y Alemania, poniéndolas á todas
qué los produce; nada de esos instrumentos
d.erramaban sobre la tierra. Una cuba de v a -
músicos que solos modulan, 7a una marcha mi-
queta llena de agua se desprendió de las manos
litar, ya una sinfonía deliciosa.
de las jóvenes Plácida y Anacleta, hijas de
Y como, á decir de los partidarios del espiri- Balderas, (de 15 años la primera y de 12 la se-
tismo, todo eso constituye la prueba matemática gunda) que la llevaban; fué caminando algunos
de la verdad de tal doctrina, acaso por faltar la palmos sin tocar el pavimento, arrastrando & aque-
prueba ó permanecer oculta, las filas que en llas un gran trecho. Se miraban tijeras que
México formó no han engrosado. . cortaban las trenzas de una niña, sin que hu-
Sin embargo, nuestra creencia es que la fé biera quien las manejase, y se vió que, una vez
católica es el dique que ha contenido su marcha; terminada esta operacion, cayeron al suelo.
y por esto hoy pide refuerzos mayores.
Pompeijo nos parece, no será, un prófugo de la
Hay ya ejemplos de algunas manifestaciones, piara guedarena. Un cerdo, tan sabio qué cal-
si hemos de creer ú lo que se ha referido por la cula y que generaliza con mas facilidad que co-
prensa, sin contradicción ninguna hasta ahora. me granos de maíz, sin obedecer á señal alguna
En el Fstado de Tamaulipas, en el distrito de y solo por henchir el bolsillo del que le trae
Allende, rancho del antiguo Morelos y en la prisionero en una jaula de plata, necesita que
casa de la familia de D. Eusebio Balderas, no • se le otorgue una inteligencia y no común.
hace un año todavía. (1) ha tenido lugar una El tal cerdo nos recuérdalos pájaros de M, Tre-
que no cede ú la que se verificó en Hidesville ffeu (a).
en 1S46 en casa la familia F o x . Se veja trasla-
Antes solia hablarse de espantos; ahora se
dar el algodon, de los sacos en que estaba guar^
exhiben muy bondadosos los espíritus y se
dado, á la techumbre de la casa; flotaban por el
muestran tan condescendientes que consienten
aire tercios de sal que se desliaban solos y se
en que se trafique con su poder y con su inteli-
gencia^
(1) Esto pasó en el mes corrido desde 23 de Noviembre de Es probable que el espiritismo en México,
1873 á la misma fecha de Diciembre de 1874. Correspondencia ante tales manifestaciones, si se repiten, reciba
del Siglo XIX, tomo 56, número 10650. un impulso.
£n cuanto á sus funestos resultados prácticos,
algo se tiene ya que deplorar. Por la carta
pastoral del Xllmo. Sr. Obispo de Querétaro.
sabemos que el espiritismo ha invadido el terreno
de las familias religiosas y de buenas costumbres, IV.
con gravísimo menoscabo de su verdadera piedad
y con peligro inminente de su jé. Alguna per.
sona ha perdido la razón en esta capital, por
consagrarse á las prácticas de aquella diábolica. La cosa no es p» ra vista con indiferencia y
superstición. frialdad. Se presenta el espiritismo bajo una
De aquí la necesidad de que los que creemos brillante forma que deslumhra, con una pompa
y tenemos conciencia de estar en la verdad sal- que aturde y con un aparato que seduce.
gamos á su defensa, proporcionando á los que En opinion de sus propagadores el espiritismo
también están en la verdad, pero que acaso, con es la palanca poderosa, el admirable medio que
argumentos especiosos y seductores prodigios, hacia falta al poder del hombre, y que el hombre
pudieran ser separados fácilmente de ella, a r - ha encontrado por fin en fuerza de estudios y
mas defensivas de un temple que no todos tie- de investigaciones. No podia servirse un cebo,
nen á la mano. que mas estimulara el apetito, en el platillo de
3a soberbia, de la soberbia que fué el primero y
De aquí la obligación de los que ven el ocul-
es el mas formidable enemigo de la humanidad
to lazo de advertir á los que no le ven; y el
decaída.
deber de los que miden la extraordinaria mag-
nitud del peligro que se corre, de dar la. voz Se le muestra corno una conquista del siglo,
de alarma, para que los que le desprecian, por como una ciencia oculta ántes, pero que la sabi
insignificante, 6 no le huyen, porque en él no duría humana ha podido arrancar.del seno de la
reparan, se apresuren á huir, si amenaza de le- naturaleza. Es una conquista, ¡triste verdad!,
jos, 6 á conjurarle, si ha llegado. pero una conquista no hecha por los 'nombres,
sino de que son víctimas los hombres Es una
ciencia, '.verdad mas triste todavía! pero no una
ciencia nueva y de cuya adquisición y posesion
debamos gloriarnos, sino una ciencia tan antigua cable y misterioso algo de sublime que simpa-
como el árbol que Dios plantó en medio del pa- tiza con las disposiciones innatas y espontáneas
raíso, y cuyo conocimiento fué. la vergüenza y tendencias de su espíritu, el peligro que el hom-
el sonrojo de la primitiva pareja, y la desgracia bre corre de atarse por sí misino al carro del
original de su numerosa descendencia. Es la error, es inminente; con dificultad querrá tomar
ciencia del mal, tan cultivada por el paganismo, contra él todas aquellas precauciones que la pru-
y que comenzó á desaparecer de la tierra des- dencia aconseja.
pues que fué levantado en el Gólgota, por ma-
En concepto de un historiador filósofo, (2) la
nos celestiales y divinas, el árbol de la Crin, ;'r
curiosidad es hija de ¡a ignorancia, y se hacs ma -
bol de ciencia más alta y más sublime, cargado
dre de la ciencia' Nosotros entendemos que qui-
de frutos de vida y ele redención.
so significar, que suele hacerse madre de la
Si al hombre, que se considera débil y mise- ciencia. La* más veces, cuando Ja ignorancia,
rable, se le dice y vuelve á decir: á poco, costa de que nace la curiosidad, es una ignorancia sa-
puedes ser un semidiós: nada hay en la naturaleza bia, lejos de hacerse madre de la ciencia, se ha-
que pueda ocultarse, que resista á tu ciencia, se le ce su verdugo, obligándola á pasar por el tor-
tiende una red de seda de varios colores, en mento de necias preocupaciones y encadenando-
que será cojido fácilmente, ó mas bien, á que se la al potro de la.superstición mas grosera, No
entregará sin repugnancia de su voluntad. siempre el asombro abre las puertas del es-
Si á tan lisongeros atractivos se agregan los- píritu; sino que, por lo contrario, las cierra y
irresistibles del objeto á que se le quiere inclinar; las remacha mas frecuentemente, interceptando
si se toca la delicada fibra de su curiosidad na- de esa suerte el paso de la luz, y condensando
tural, para ¡a que todo lo desconocido tiene una mas y mas las tinieblas en que se envuelve.
magnificencia que cautiva. (1) y tobo lo inexpli Efectos desconocidos que superan Ja eficacia
de las causas naturales, ó que se producen fue-
SUMARIO.
SUMARIO.
- 2 3 -
de raidos y golpes misteriosos que comenzaron
á oirse en. las paredes, en los muebles, en las 1, 2, 3, 4 y 5 golpes, con cierta cadencia y en
puertas y en el pavimento, sin que hubiera po. intervalos que ellas marcaban. La respuesta^
dido averiguarse su causa. Aquellos ruidos eran llenando ambas condiciones, no se hizo esperar.
parecidos á ios que con los nudillos de los dedos La madre de las jóvenes preguntó la edad de
cada una de aquellas; y el desconocido golpean-
se forman al golpear sobre una mesa. La habita-
te dijo la edad con la mayor exactitud. En-
ción fué luego ocupada por la familia de Joba Fox.
tónces creyeron haber encontrado la mane-
Durante los tres primeros meses todo, pasó tran-
ra de comunicarse con los espíritus; y convinie
quilamente; pero al principio del cuarto, los gol-
ron en que una respuesta negativa se significa
pes y ruidos misteriosos comenzaron á repetirse
ria con un golpe, una afirmativa con tres y. uua
con más frecuencia y estruendo, al grado de que
dubitativa con dos;. De esto á una conversación
á los habitantes les era imposible dormir, no
en toda forma, no habia mas que un paso Fal-
obstante qua tuvieron el cuidado de acompa-
taba solamente el alfabeto, que quedó convenido
ñarse de un sinnúmero de personas deseosas de
sin salir del prodigioso sistema de los gol-
oir cosas tan raras, á la vez que de convencerse
pes (1). Por su medio se cercioraron bien
de q&e no eran víctimas de un engaño. Pero
pronto de que quien se comunicaba con ellas era
la costumbre todo lo hace familiar; de suerte que el espíritu de Carlos Rayn, buhonero asesinado
pasadas algunas semanas, los golpes ya no i n - en aquella casa hacia un año.
fundían en los habitantes el terror primitivo.
Fox tenia dos hijas en la edad núbil, á quienes Multitud de personas de todas clases y cate,
gorías acudían diariamente á Hydesville: sacer-
un dia les ocurrió, por vía de entretenimiento,
dotes, médicos, abogados, jueces, senadores, etc.,
imitar con sus dedos los golpes con que tanto
se molestaban antes; y fué grande su sorpresa
al notar que se les respondían con golpes seme-
(1) Cuando se quiere conversar se escribe una letra
jantes. No se espantaron ni se desanimaron por
del alfabeto, y si esta e3 la que se necesita para la forma-
esto, sino que se resolvieron á exigir del agente ción de la palabra, tres golpes anuncian que sí; si por el
invisible y desconocido que los producía, diese oontrario, deb8 desenliarse se escucha uno solo, equivalen-
te de la negación.
en cuya presencia era interrogado el agente in- el que forman, la lluvia al caer, el mar cuando
visible sobre minuciosos pormenores, que, con se alborota y el rayo cuando estalla. Se baten
una obediencia ciega y, en verdad, no propia de marchas y se ejecutan magníficos trozos de mú-
su rango, pasaba á puntualizar. sica militar. Se entona apénas un ritmo por
Fox y sus bijas cambian de domicilio, trasla- cualquiera de los asistentes, y una voz oculta
dándose de ílyüesville á la importante ciudad que no sale de boca alguna, pero que induda-
de Rochester; y cuando se creia que el alma de blemente se oye allí, le sigue cantando hasta
Carlos Rayn seguiría aturdiendo con sus grose- concluirle» Se tocan por sí solas las campanas, y
ras demostraciones en la casa, en que parece se escuchan dulces sinfonías, ejecutadas por ma-
había querido aprisionarse, á nuevos inquilinos, nos que no se ven, en violines y en guitarras.
se observó que loa ruidos y golpes caminaron Muebles de todos tamaños se desaareglan, sin
con las jóvenes que habían acertado á interpre que se sepa quien los impele, se mueven, se ad-
tarlos. Millares de personas ilustradas pudie hieren al suelo, no bastando fuerza alguna pa-
ron convencerse de la realidad de lo que tanto ra levantarlos. Mesas enormes cargadas de
preocupaba la atención pública. varios objetos se inclinan formando nn ángulo
Las raras é inexplicables novedades no pa- de menos de 45 grados, y ningún objeto cae;
raron en esto, que ya era demasiado. otras dan vueltas sobre un pié con todo y el
peso de muchas personas que se sientan sobre
A poco tiempo, no solo la familia Fox, sino
ellas. Las vajillas de porcelana se desprenden
otras muchas comienzan á sentirse influenciadas
de los aparadores sin romperse una sola pieza.
por el agente invisible. Los golpes y los rui-
dos varían de naturaleza y las manifestacio- A veces algunos hombres se levantan y quedan
nes de forma. Ya parecen producidos por un suspendidos en el aire, ó son trasladados de
martillo que golpea sobre los muebles, ya por un una habitación á otra. Estas se iluminan súbi-
mazo que se deja caer sobre los cercados de los tamente ó quedan sepultadas en la oscuridad.
campos y jardines; ya remedan una descarga Mujeres que aparecen despeinadas de un mo-
eléctrica, ya un terremoto; ya imitan el ruido mento á otro, antorchas que se apagan y que se
que hacen la sierra, el cepillo ó la lanzadera; ó necienden, voces que llaman, manos que aca-
«
-—26—
mento que revela á la vez que la verdad de los cuerpos bastante graves, y todo esto en oposi-
hechos, la suma gravedad del mal y su influen ción á las leyes conocidas de la naturaleza, y
cía en el porvenir de los pueblos Nos referi- y de una manera enteramente superior al poder
mos á la manifestación que suscrita por catorce comprensivo del entendimiento humano. Esta
mil ciudadanos americanos, fué dirigida al con- fuerza se manifiesta á millares de personas inte-
greso de la República del Norte. Sirva ella ligentes y racionales, sin que los sentidos del
á la vez de justificante á la breve reseña his- hombre hayan logrado hasta ahora descubrir,
tórica que hemos emprendido. Héla aquí: de un modo que satisfaga perfectamente, la cau-
"Los infrascritos, ciudadanos de la república sa primera ó aproximada de tales fenómenos.
de los Estados-Unidos de América, piden res- "2. ° Relámpagos ó resplandores de forma y
petuosamente que se les permita exponer á colores difereutes que aparecen eu lugares os-
Vuestra honrada reunión los fenómenos físicos curos, aunque no haya en ellos ninguna sustan-
é intelectuales, de origen dudoso y misteriosa cia capaz de provocar acción química ó ilumi-
tendencia, que se han manifestado en este país, nación fosforscente, y en ausencia de todo apa-
así como en casi todos los de Europa. Estos rato ó instrumento susceptible de engendrar
fenómenos se han multiplicado ya tanto en el electricidad ó producir combustión
Norte, en el Centro y en el Oeste de los i sta- "3. ° Otra fase del fenómeno, sobre la cual
d03-Unidos, que preocupan vivamente la aten- pedimos á vuestra augusta rennion que se fije,
ción pública. La naturaleza del asunto, acerca consiste en la variedad de los sonidos frecuen-
del cual llamamos especialmente el interés de tísimos por su repetición, varios por su carácter
vuestra honrada rennion, puede ser justamente y más ó ménos significativos por su impor-
apreciada, por medio de un rápido análisis de tancia.
los diferentes géneros de manifestaciones, de "Estos sonidos consisten, parte en golpes
que damos breve indicio, misteriosos (rappings) que parecen señalarla
"1. ° Una fuerza oculta que se aplica á r e - presencia de alguna.inteligencia invisible. Mu-
mover, levantar, detener, suspender ó alterar chas veces se escuchan sonidos análogos á los
de varios modos en su posicion normal varios que se dejan oir en las oficinas de las diversas
evidentemente movimientos ondulatorios por el
profesiones mécanicas, 6 bien ruidos semejantes
aire, que llegan á herir el nervio del oido y el
al zumbar de los vientos y al bramido de las
asiento del sentido auditivo, por mas que el
olas revueltas, á los cuales se agrega el desga-
origen de tales ondulaciones atmosféricas, no
jarse de los mástiles y el abrirse de un buque
tenga explicación plausible por parte de los
en lucha con la tempestad. A veces estallan
mas severos observadores.
ruidosas detonaciones parecidas al estampido
del trueno 6 al retumbar de la artillería; y es- "4 ° Todas las funciones, así del cuerpo eo-
tas detonaciones van acompañadas de un mo- mo de la mente humana, se modifican por e x -
vimiento de oscilación en los objetos circuns- traña manera, de suerte que producen un esta-
tantes, y también de un temblor ó de una f u e r - do del todo anormal en el sistema, y esto por
te vibración en toda la casa donde tienen Ingar medio de oausas que basta ahora ni se han de-
los tales fenómenos. En otros casos unos soni- finido ni entendido de una manera concluyente.
dos armoniosos llegan á acariciar el oido, pa- El poder invisible suspende con frecuencia lo
recidos en ocasiones á voces humanas, y mas á que nosotros ordinariamente consideramos como
menudo al acorde de varios instrumentos de operación normal de nuestras facultades, inter-
música. Los sonidos de la flauta, del tambor, rumpiendo las sensaciones, la posibilidad del
de la trompa, de la guitarra, del piano y del movimiento, la circulación del fluido animal;
arpa, se han escuchado reproducidos misterio- haciendo descender la temperatura de los miem'
samente, ora unidos, ora separados • y sin la 'oros y de las partes del cuerpo, hasta el frió y
presencia ni el empleo de los mismos instru- la rigidez de los cadáveres- Hubo ocasiones
mentos. Algunas veces eran los instrumentos en que la respiración se quedó detenida por
los que sonaban por sí solos y siempre sin nin- horas enteras y por dias, despues de los cuales
guna apariencia de concurso hamano ó de nin- así las facultades del espíritu como las funcio-^
gún otro agente visible Parece que estos fe- nes del cuerpo volvieron á tomar su curso ordi-
nómenos se reproducen, en cuanto á lo que res- nario. Seanos lícito, sin embargo, asegurar que
pecta á la cuestión conforme al procedimiento y á estos fenómenos siguieron muchas veces des-
á los principios reconocidos de la acústica. Hay conciertos permanentes de la mente, y enferme.
t
dades incurables; y no es ménos cierto que mu- zonable y satisfactoria. Aunque no podamos
chas personas anteriormente atacadas de deíec. concederles tanto respecto á esto, y aunque he-
tos orgánicos ó enfermedades incurables en la mos llegado legítimamente á conclusiones muy
apariencia inveteradas, se vieron súbitamente diversas con relación á las causas probables de
aliviadas ó totalmente curadas por el misterio- semejantes fenómenos, aseguramos, no obstante*,
respetuosamente á vuestra honrada reunión que
so agente.
los fenómenos ántes mencionados, existen real-
. "No nos parece fuera de propósito mencio-
mente y que su origen misterioso, su particular
nar las dos hipótesis generales por cuyo medio
naturaleza, su importante influencia sobre los
se explican estos singulares fenómenos. L na
intereses del género humano, reclaman una d e -
de ellas los atribuye al poder y á la inteligencia
tenida, científica y profunda investigación.
del espíritu de los muertos, obrando por medio
de elementos sutiles ó imponderables que r e - "Ni puede razonablemente negarse que di-
corren y penetran por cualquier forma y cuer- chos fenómenos no están destinados á producir
pos materiales; y es de importancia observar resultados importantes y duraderos, que inte-
que esta explicación se halla en armonía con resen de un modo permanente á la condicion
las pretensiones manifestadas por el mismo física, al desarrollo mental y al carácter moral
invisible y misterioso agente. Entre ios que de una gran fracción del pueblo americano. Es
aceptan esta hi. 2sis se hailan muchos de núes» cosa manifiesta que esas potencias ocultas tienen
tros ciudadano.;, distinguidos así por lo que mo- influjo sobre los principios esenciales de la salud
ralícente valer mo por la educación, por el y de la vida, del pensamiento y de la acción, v
poder de m :io, por su eminente posicion pueden destinarse á modificar las condiciones
social y por su influencia política. presentes de nuestra existencia, la fé, la filosofía
de la época, asi como el gobierno político del
"Otros no ménos distinguidos, desechan tal
mundo. Considerando, sin embargo, que es
suposición, sosteniendo el parecer de que los
esencialmente oportuno y estrictamente com-
principios conocidos de la física y de la metafí-
patible con el espíritu de nuestras instituciones
sica permiten á los que los investiguen darse
el dirigirnos í los representantes del pueblo
i cuenta de todos estos nechos de una manera ra-
para todas las cuestiones que puedan presumir- Entre las personas que suscriben la anterior
se que han de conducir al descubrimiento de exposición, figuran innumerables que disfrutan
nuevos principios y á conocimientos prodigiosos de una gran consideración por su probidad y su
para el género humano, nosotros, vuestros con- ilustración. El proveido de la Cámara fué, que
ciudadanos pedimos encarecidamente que se se nombrase la comision que se pedia. La guer-
nos oiga acerca de este punto. ra intestina entre los Estados del Sur y del
"En vista de los hechos y de las considera- Norte, que estalló en aquella sazón, fué par-
ciones que dejamos apuntadas en la presente te á diferir el deseado dictámen
exposición, vuestros conciudadanos solicitan res- Faltan todavía otros prodigios mas sorpren^
petuosamente de vuestra honrada reunión, que dentes y que vendrán, por su carácter inexpli-
se nombre una comision científica, á fin de que cable y tenebroso, á dar á conocer á los que
proceda al completo estudio de este asunto Pi- tengan ojos y quieran ver, la naturaleza de la
den ademas que se les vote un crédito para que causa que los produce.
dicha comision pueda conseguir sus investiga- Hablamos de las mesas giratorias y parlan
ciones hasta su perfecto cumplimiento. Cree- tes, de los cestillos y lápices que escriben, por
mos que los progresos de la ciencia y los ver- sí mismos y otros medios de comunicación e s -
daderos intereses del género humano lograrán pirita. Pero este punto merece un capítulo
un gran provecho de los resultados de las in- aparte.
vestigaciones que provocamos, en la firme espe-
ranza de que nuestra súplica ha de ser aproba-
da y sancionada por las honradas Cámaras del
•Congreso federal." (1)
SUMARIO.
Creencia de que los fenómenos podían explicarse por Demos un paso mas en el campo de i-s pro-
causas físicas ó disposiciones biológicas. —Estado del
digios espiritísticos. Parece que no cabe otra
espiritismo en Francia en 1852.—Chevreul, Babinet y
Faraday,—Las mesas giratorias escriben, lo mismo que
cosa más allá, y sin embargo, lo hasta aquí r e -
los castillos, los sombreros etc.—Altas cuestiones sobre ferido puede considerarse como insignificante-
que disertan aquellas, según Alian Kardec.—Modo de comparado con lo que falta que referir.
proceder.—Comunicación obtenida en 10 de Enero de Hasta el ano de 1853 las cosas habían pasa-
1856.—Resultado inesperado de los nuevos fenómenos
do y vuelto á pasar en los mismos términos, con
en Francia.-^Guizot proclama la existencia de lo so-
brenatural.—Conducta diversa observada en Rusia, muy cortas diferencias, en que se anunciaron
Alemania é Inglaterra.—Irlanda.—México no conta- desde el principio. Poclia muy bien acusarse
minado por la superstición á pesar de la vecindad COD á los espíritus de rutineros, y poclia también
la Union Americana.—Mr. Debay.—El barón de Gul-
creerse que su intervención en esos feno'meuos-
denstubbá.— M. Morin.—Escritura directa. — Danie 1
Dunglas Home pasa da América á E u r o p a . - R a s g o
no era necesaria, una vez que sin ella se pre-
sumían de explicarlos gran número de sabios.
El magüe tismo, la electricidad, el ventriolo- cestillos, las planchetas, los sombreros, los pía.
quismo ó bien ciertas disposiciones biológicas tíllos y los veladores y á escribir, no letras,
podian muy bien ser, según algunos, su causa sino palabras, frases y hasta largas disertacio-
sin necesidad de ocurrir á otra categoría de nes; y, según Alian Kardec, á tratar las mas al-
agentes que los físicos, ni á otro órdan de séres tas cuestiones de filosofía, de moral, de metafísica
que los meramente materiales. y de psicología (1).
Pur los años de 1852, al menos en Francia,
Los Estados-Unidos de América, que reci-
en la nsciou de la cual se ha dicho que es el
bieron de Europa el espiritismo, todavía en gér-
cerebro del mundo, los espíritus se considera-
men, se lo devolvieron en un estado de desarro-
ban perdidos. Las teorías científicas de Che-
llo colosal. Una semilla se tornó en aquellas
vreul y Babinet sobre la acción inconsciente de
regiones, en pocos años, un a'rbol que hace
los movimientos musculares, que secundó Fara-
sombra hoy á innumerables pueblos.
day, si no satisfacían enteramente, no se las
Alian Kardec refiere que este género de
miraba con desden. O los espíritus debían ser
manifestaciones espiritas por medio de la escri-
mas explícitos en sus manifestaciones, ó darse
tura de séres inanimados, tuvo lugar simulta'
por vencidos: así se discurría. Y, en efecto,
neamente en varias comarcas, precediendo, se
sus manifestaciones fueron mas elocuentes á
entiende, el consejo de los espíritus,
contar desde 1853. Las mesas giratorias, que
La manera de establecer la comunicación era
hasta entónces habían desempeñado en ese cho-
bien sencilla: se ataba al pié de una mesa, á
que de dos mundos un importante papel, pero
una plancheta, á un cestillo &c un lápiz y se
no la principal figura, fueron las que desde lue-
los colocaba sobre una hoja de papel, se impo-
go atrajeron las miradas de los agentes miste- nían las manos sobre aquellos objetos, que, pa
riosos. Ya no solo se movieron de diestra á s i - sados algunos minutos, comenzaban á girar, re
niestra, de abajo hácia arriba, ni se limitaron sultando de esta operacion escritas en el papel
á dar golpes que pudieran ser interpretados al
antojo con éxito mas ó menos satisfactorio, sino
que comenzaron á escribir, lo mismo que los
[1] Alian Kardec: "Le livre des Esprits."
las respuestas á las peguntas que se hacia ó las las ideas católicas, si eran desmentidas por las
revelaciones, que, de su voluntad daban los es- costumbres, ejercían, no hay que dudarlo, un
píritus, juzgándolas necesarias al cumplimien- ascendiente poderoso sobre las inteligencias.
to de sus ocultos fines y de su tenebrosa misión. No sucedió igual cosa en ínglateraa, y A l e -
Hé aquí lo que un cestillo comunicó en 10 de mania, países clásicos del protestantismo, ni
Enero de 1853 á uno de los mas fervorosos cre- tampoco en Rusia cismática, donde el espiri-
yentes del espiritismo en Francia: "Lo que yo tismo, bajo su nueva faz, se siguió cultivando y
digo aquí (en el papel escrito con carácteres in- se cultiva y se propaga.
teligibles) os prohibo expresamente que los di- Es de llamar la atención que en las mismas
gáis. La primera vez que escriba, escribiré Islas Británicas se nota una excepción respecto,
mejor." No se parece esta conducta misterio- de la católica Irlanda, que algo significa para
sa y egoísta de los espíritus á la franca y cari- los pensadores sérios. No es menos significati-
tativa de Aquel que mandó que su doctrina se vo para nosotros los mexicanos el hecho de que,
predicase á toda criatura y se enseñase á todas siendo la república vecina la especialmente f a -
las naciones. vorecida entre todas las naciones con el funesto
' sta novedad en los fenómenos produjo en presente del espiritismo, primero pudo atrave-
Francia un resultado inesperado. Ya no se les sar con él la dilatada extensión de los mares y
vió por el lado de la ciencia, que no se puede difundirle y aclimatarle en el viejo continente,
ver por ese lado lo que la sobrepuja. Guizot que pasar la extrecha corriente del Bravo, que
reconoce y pregona la existencia de lo sobre- tan mal defiende nuestras fronteras septentrio-
natural, y los hombres verdaderamente sabios nales; y esto á pesar de que los momentos en
y prudentes dan de mano á las mesas giratorias, que el espiritismo se desarrollaba allí, los ejér-
á la vez que la voz de alarma; y en cuanto á la citos americanos nos hacían la guerra mas i n -
parte científica, prefieren á la charlatanería de justa y ocupaban gran parte de nuestro terri-
los idólatras de la naturaleza, el sileocio. Ja- torio. Pero entónces toda la nación mexicana
mas el silencio ha-sido mas honorífico, pues era católica. Hasta hoy que el protestantismo
nunca encerró tanta sabiduría. En esa época ha estraviado algunas cabezas y corrompido
algunos corazones, el espiritismo comienza á Pero las cosas no pararon aquí. Se llegó á
abrirse paso. descubrir que las mesas, las planchetas etc*,
¡Grande debe ser la afinidad del protestantis- que para moverse necesitaban de la influencia
mo que niega todo culto, y del espiritismo que» medianimica, eran realmente un apéndice de la.
en último análisis, es la negación de Dios! mano del médiumpues que se vió que, tomando
Yolviendo á tomar el hilo de nuestra inter- este el lápiz, se sentía repentinamente obligado
rumpida relación, lo que ante todo debemos a d - por uua fuerza violenta á escribir, experimen-
vertir, es que las personas reflexivas renuncia- tando cosas horribles, si resistía. Esto y el po-
ron á la idea de un agente físico que no podia deroso poder que desarrollaban los reputados
ser su causa, salvo algunos como M. Debay como médiums, por las demostraciones que d a -
que se decidid, arrastrado por sus preocupacio- ban de su misión, fué una cosa que acabó de
nes filosóficas y contra todos los testimonios, á desconcertar las inteligencias.
negar la verdad de la escritura espontánea é Daniel Dungías Home ó Hume fué quien,
inteligente de las mesas, cestilios, etcr, atribu- despues de haber sido el pasmo de la América
yéndola á l o s que las ponian en movimiento. Inglesa, pasó á Europa, obedeciendo el consejo
E n estas circunstancias, el barón de G-uldens- de los espíritus.
tubbé obtuvo la escritura directa de los espíri Home ha sido el médium de mayor potencia,
tus. Le bastaba poner dentro de un cofre un de aptitudes medianímicas mas desarrolladas.
papel, hacer la evocacion, dejar pasar algunos Nacido en Escocia de una madre á que se a t r i -
instantes y encontrarse con la respuesta que buía el don de segunda vista, se trasladó desde
buscaba. sus primeros años á los Estados-Unidos, en
Con todo, no faltaron quienes como M. Morin, donde á la vez que la familia Fox comenzó á
viesen en ello fraude, cuya realidad no le era escuchar los ruidos y golpes misteriosos de los
dado demostrar. Así proceden ciertos sábios; espíritus. Allí fué favorecido con un asom-
primero se declaran incapaces de discernir acer- broso poder, y obtuvo revelaciones que no
ca de cosas que se palpan ó pueden palpar aun juzgó indiferentes al porvenir de la huma-
por el vulgo de los observadores, que confesar nidad Se creyó con una misión, y se entregó
la verdad de una manera paladina. sin reserva al cumplimiento ele ella.
—44—
«
- 50- -51—
municar, diciendo: M. Home, si he de creer en los sillones y las bancas andan solas y hacen á
una superstición rusa, este año os casareis; estáis los incrédulos una reverencia. Se escucha la
colocado entre las los hermanas. Doce dias armonía de un acordion á instancia de M. Cras •
despues contrajo esponsales con esta joven; pa- man, que desea oír algo de música, una mano
só á San Petersburgo, y se casó definitivamen- invisible es la que toca el instrumento. Pasa
te con ella, lista quedó desde entónces en los despues á las del conde Spada que se esfuerza
secretos del espiritismo. en vano porque no suene; una sinfonía deliciosa
Como la salud de M. Home continuase alte- se deja oír. Se perciben los ecos lejanos que r e -
rada, una vez dió en la manía de darse fuertes piten las últimas notas, y al cabo, una multitud
golpes en los órganos que padecían, á pesar del de golpecitos á manera de aplausos aéreos, v i e -
esfuerzo de las personas que le rodeaban,, por nen i conmover los oidos de los asistentes.
impedirlo. Con todo y lo descompasado de los MM. Spada y Phiseps fueron convencidos.
golpes, no experimentaba ningún género de do- "Tenemos la convicción, dice el primero, dé
lor, y á otro día se encontró perfectamente haber oido y visto cosas absolutamente incom-
restablecido. Este fué el- mismo método con prensibles é inexplicables; que esto nos baste.
que se curaron los convidsionarios ó temblado- Sin embargo, no creemos en los espíritus, sino
res de San Medardo. en una fascinación ejercida por M. Home que
Cuando le nació su primogénito, tuvieron hace ver lo que no existe." (1) Fascinación
lugar algunos prodigios que le anunciaron que más asombrosa todavía que la intervención de
seria uu. médium vidente. Algunas lloras antes los agentes invisibles.
del nacimiento se escucharon gorgeos y trinos Seria largo seguir al médium americano en el
de pájaros; y durante las tres noches que le si- desarrollo de su grande potencia medianimica.
guieron, apareció una estrella brillante sobre ¿Quiere algún curioso ser tocado por la mano de
su cabeza
Vuelto de Rusia á Italia, emprendió conven-
cer la incredulidad del conde Spada y de P h i -
[I] Y. M. Des Mousseaux. Les mediatears de la ma-
seps, y lo consiguió con mil portentos.Los sofás, gie. P . 21—28.
—52—
mos por ahora de los fines que la Providencia
un difunto? é inmediatamente experimenta la
se haya propuesto. Dios saca siempre el bien
frialdad y rigidez de una mano que se ve 6 no
del mal.
se ve, a voluntad. ¿Quiere saber á quien p e r -
Notemos solamente la importancia de la ante
tenece esa mano.' y se le dan signos inequívocos
rior reseña, por lo que hace á nuestro propdsi
y por él solo conocidos, d e q u e pertenece á su
to, que es el de que se vean los rápidos progre-
finada esposa. ¿La concurrencia desea flores?
sos del espiritismo.
y no se hacen esperar los ocultos servidores,
que se apresuran á poner en manos de todos
y de todas hermosísimos ramilletes.
¿M. Home se torna sonámbulo? y conducido
por los espiritus, recorre grandes espacios; una
grande estrella resplandece en su frente, otras
en sus cabellos y en los extremos de los dedos.
¿Impone las manos á una verbena sin tocarla? y
nubes de gratos aromas se difunden por todas
partes. ¿Entra en éxtásis? y anuncia en enigma,
que al dia siguiente se marchitarán las hojas de la
verbena. Nadie sabe por qué; pero el anuncio
se cumple. (1)
En vista de lo expuesto, nadie podrá dudar de
que la misión de Home es funesta, y de que fué
depositario de gran parte del poder del que es
llamado príncipe de este mundo. Prescinda-
009942
Sarniento y de la palabra del hombre, llevándo
Los fenómenos comenzaron á producirse, co- los á distancias infinitas con la celeridad del
mo se ha visto, en un siglo y en una nación po- rayo y del relámpago en el trelégrafo, la cien-
sitivistas y por lo mismo, poco dispuestos á de- cia no se sorprendía ni callaba sino que anali-
j a r pasar," ó más bien francamente resueltos á zaba y se daba de todo la razón,
contradecirla realidad de hechos que salieran de
Un charlatan, un impostor, un soñador, h a -
la triple esfera de la naturaleza, de la materia
bría sido silbado, y recibido en el desprecio
y de la ciencia.
público el castigo de su audacia. Hechos s u -
La Francia del último tercio del siglo X V I I I puestos ó faltos de comprobacion, y no cual-
y del primero del X I X , nunca podrá ser tacha- quiera, sino plenísima, como la luz meridiana 1
da de crédula, ui de retrógrada en lo que mi- no habran merecido el honor de ocupar la aten-
ra á los conocimientos humanos. En esa época ción de las inteligencias de entónces, sobrada-
estaba completamente humanizada; y si menos- mente escépticas para ser sorprendidas, h a r t o
preciaba la metafísica y se burlaba de la teolo- engreídas de sí mismas para alucinarse, y con
gía, en cambio, la física, la química, la botánica, alta conciencia de su ilustración, para dispen-
la medicina, la geología, &c, &c., recibían de su sarse de un exámen atento y minucioso, antes
prodigiosa actividad impulsos verdaderamente de dar un fallo definit¡ vo.
colosales. No había cosa que no se purificase
Por otra p&rte, el mundo de esa época, com-
en este múltiple crisol. Todo fenómeno tenia
puesto de eseépticos á la Epicuro, que' todo
su explicación en un agente de la naturaleza, en
lo negaban; de materialistas, que solo creían
un reactivo, en una combinación de fuerzas
en el poder de la naturaleza física, y de racio-
ocultas, en una disposición fisiológica, en una
nalistas, que no subían en sus sistemas más nllá
relación real, hipotética y hasta imaginaria. Si
de la razón humana; para quienes el cielo de
el vapor se presentaba como móvil y motor dé
los espíritus, si no era una quimera, era cuando
sí mismo en las locomotoras; si la luz usurpaba
ménos una región aparte, sin vínculo de ningún
la inteligencia al pintor y hacia las vece3 de
género con el mundo de los cuerpos, indiferen-
pintor y de colorido en el daguerreotipo; si la
te al destino de los hombres, no admitiría, sin
electricidad se tornaba en conductora del pen-
duda, graciosamente y por vía de condescen- opiniones en boga, desde su principio fueron
dencia y cortesía, hechos que, por más que t r a - juzgados así por gran parte de la turba de
taba de disimularlo, venian á echar por tierra aquellos filósofos que hacia éco á la impiedad
sus ensueños filosóficos, sus sistemas científicos cínica del de Ferney. Ahora mismo no faltan
y sus históricas utopias. quienes sigan un partido tan c'modo, pues dis
En efecto, el escepticismo en los principios pensa de todo estudio, de todo exámen y de to-
se concibe, pero no puede sostenerse en presen- da crítica. Pero si semejante subterfugio era en
cia de los hechos. Pirron se echa á cuestas con aquellos un sistema, en estos no merece otro
toda su filosofía, al verse acometido por un per- nombre que el de necedad. Los primeros se
ro, y "Volney olvida su ateísmo de gabinete encontraban en la alternativa de explicar los
en medio de los horrores de una borrasca. fenómenos por cansas naturales, ó bien de re-
Materialismo y existencia de espíritus puros, nunciar á sus teorías filosóficas. La ciencia no
racionalismo é intervención en el mundo de e s - se prestaba á la explicación; y renunciar á teo-
tos mismos espíritus, no pueden hacer vida co- rías filosóficas que halagaban y se amaban tan-
mún ni unirse con el lazo de indisoluble mari- to, era mucho para la soberbia de Voltaire y
dage. Sin embargo, los hechos espiritíscos han sus secuaces. Negar la realidad de los hechos
sido admitidos por estas tres entidades reácias, era el solo medio que conciliaba todos les inte-
despues de haber presenciado unos, valoriza- reses; y le adoptaron para no verse urgidos ni
do los testimonios que comprobaban otros, y comprometidos. Los segundos niegan solamen-
examinándolo todo á la luz de los únicos cri- te, porque se les ocurre negar.
terios generalmente reconocidos entónces, á la En pero tal subterfugio no puede sostener-
luz del criterio filosófico, del científico y del se más que por unos dias; y los hechos de que se
histórico. trata se han venido reproduciendo casi durante
Esto no quiere decir que no haya habido una centuria, y en toda ella no se ha levanta-
do el velo que cubre la tramoya, ni demostrado
quienes los hubiesen atribuido á impostura, 6
en qué consiste la impostura ó donde está el
los hayan querido reducir á una ilusión. Pre
escamoteo.
cisamente porque los fenómenos contrariaban las
—60— —61—
Notemos, sin embargo, que no todos y cada Pero hay mas, los mismos que avanzan que
uno de los hechos que se atribuyen al espiritis en la producion de los fenómenos media impos-
mo deben tenérse como reales y auténticos, tura, no niegan precisamente que se producen,
pues al arrimo de la verdad muchas veces se por el contrario, suponen que ellos tienen lugar,
abren camino el fraude y la superchería que aunque no por la virtud de agentes desconoci-
tan hábilmente explotan los decidores y los dos, sino por la de artificiosos y diestros ma-
charlatanes. Mas esto en vez de argüir algo nejos no descubiertos hasta ahora
contra la realidad de los que son ciertos, con Pero mientras que los que tal dicen no reve-
firma su verdad, pues al cabo el tiempo da á len en donde está y en qué consiste la impos"
conocer el engaño y desenmascara al engaña- tura, en qué circun tancias y de qué manera
dor.
Las imposturas son la moneda falsa del mer
cado de las maravillas
comprobar el fenómeno de la vis'on á través de cuerpos
La moneda falsa no circularía si no circulara
opacos, logró engañar por a'gun tiempo á aquel; pero
moneda legítima Aquella misma moneda s o - M. Frapart, en dos ó tres pruebas á que la sujetó, descu-
lamente pasa entre comerciantes poco expertos brió la superchería de que se valia la sonámbula para leer
y avisados, y esto, recientemente trojelada. El en un libro cerrado. Consistía en copiar ánte3 en ua pa-
uso y el tiempo la gastan, y saltan pronto á pel, que llevaba consigo, algunos párrafos del libro que
se le presentaba, exigiendo para esto one se la dejase
la vista aun del vulgo de los consumidores,
algunos momentos sola.
los signos que denuncian que no es del cuño
Los hermanos Davenport llamaron la atención del p u -
y metal marcados por la ley, como por algún
blico y de la prensa de Paris primeramente, y despues de
tiempo lo pareció (I). una ciudad de Alemania, con lo que llamaban sesión oscura
y gabinete misterioso. Se les ataba fuertemente y en me-
dio de las tinieblas hacían girar por los aires guitarras,
campanillas y panderos, con asombro de los espectadores,
(1) Podían citarse innumerables ejemplos, en todas
pues se encendían las luces y se encontraban los Daven-
materias, de la boga efímera de lo maravilloso falso y
port perfectamente atados. Pronto, sin embargo, el p r e s -
bastardo. La señorita Emilia, sonámbula que M. Hublier
tidigitador Robin en Francia, y el artesano Hartman en
iba á presentar á la Academia francesa, con el fin de
no como quiera, sino con instrumentos que se
procede el impostor, el buen sentido y la jus-
hallen en relación íntima y necesaria con la
ticia exigen que se desestime su vana palabre-
verdad, y con pruebas ciaras, tan claras como
ría; recurso frivolo con el cual suelen escudarse
la luz del medio dia.
casi siempre la impotencia, la ignorancia y la
Si no se rinde semejante prueba, la historia
presunción de los que creen candorosamente
no dará nunca un fallo condenatorio ni en con-
poder y saber todo.
tra de los hechos ni en contra de sus autores,
Debieran reflexionar que la impostura como porque nada habría que la justificase; sino que
delito, no se presume, sino que debe probarse consignará en sus páginas la verdad de los pri-
por quienes aseguran su existeucia, y probarse, meros y la veracidad de los segundos. Así lo
ha hecho; y su criterio es seguro y casi siem*
y» >ans<
pre infalible.
Mas lo que, sobre todo, viene á colocarlos en rados á toda prueba; de tes tigos que refieren y
el rango mas alto de certidumbre, en el rango dan fe de lo que vieron y presenciaron; de gentes
de la evidencia, es la excelente calidad y el nu de todos los sistemas, aun los mas inconcilia-
mero de los testimonios que se levantan y de- bles; de todas las escuelas, aun las mas intransi-
ponen en su favor. gentes; de observadores juiciosos y profundos que
No barian tanta fuerza, si fueran solo de todo lo investigan y de todo inquieren la explica-
hombres vulgares é ignorantes, de hombres de ción; de espíritus fuertes y de inteligencias pers-
probidad problemática y de honradez dudosa; picaces que solo se rinden á razones robustas,
de testigos que se refieren á las afirmaciones de invencibles y poderosas;
personajes inciertos y que no vieron las cosas Son testimonios de los Cubier, I03 Gioffroy,
cuya existencia garantizan; de gentes apasiona- los Fadaray, los Laplace, los Franklin, los
das por un sistema y afiliadas en este bando ó Montesquieu, los Lafayette, los Huffeland, los
en aquella escuela; de observadores poco cir- Arago, los Recamier, los Husson, los Babinet, los
cunspectos y superficiales que se contentaran de Jusieu, los Ellioston, los Cabanis, los Litré
con ver y admirarse, sin tomar Ínteres en darse los Figuier, los Rostan, los Des Mousseaux, los
cuenta de aquello que admiraban ó veian; de de Resie, los Thiboudet, los de Mirville, los
inteligencias fáciles de ser convencidas con una Bizouard, e t c , etc.
razón cualquiera 6 con una apariencia de ra- Entre estos, como se ve, se encuentran natu-
zón. No, los testimonios son de los más graves ralistas como Arago y Cubier, racionalistas,
por su autoridad, de los mas atendibles por su como Gioffroy, materialistas como Cabanis, ateos
peso, de los mas incontestables por su unifor- como Litré, filosdfos como Montesquieu; médi-
midad, Son testimonios de hombres que hacen cos como Husson y Rostan, abogados como
profesion de sabiduría, y son justamente repu- Bizouard, protestantes como Ellioston y Esdai-
tados por sábios, y pertenecen ademas, por su le, católicos como MM. des Mousseaux y de
ciencia, por su nacimiento y por su educación & Mirville.
las mas elevadas categorías sociales; de hom- Conspira á fundar mas y mas la realidad de
bres en su mayor parte, probos á toda luz y hon* los fenómenos espiritísticos, sin salir del terre
acordes con los fenómenos fisiológicos que yo
no de la fe humana, el número de incrédulos
entónces conocía, que tuve lástima de algunos
que despues de haberlos observado, se han r e -
á los cuales reputé dominados de un nuevo gé-
suelto á desertar de sus antiguas banderas, por
nero de locura; ni se me ocurrió siquiera en la
más que tal deserción les fuera dura y bochor-
imaginación la idea de que un individuo dotado
nosa, pues lastimaba profundamente su amor
de razón tuviese nunca que prestar fe i seme-
propio y los exponia á l a rechiíla pública de sus
jantes quimeras. Y hablé y escribí bajo estos
viejos partidarios y de los insensatos á lo menos.
sentimientos por espacio de unos diez años.
Incrédulos eran y mucho Huffeland, Orfila, ''Deplorable ejemplo de una ciega preocupación
Recamier, Pigeaire de Montpellier, Géorget, de juicio, la cual, llevándonos á descuidar el
Spada, Phissepa, Rostan, Figuier y otros innu- único medio positivo de instrucción que posee-
merables, que al fin, rendidos á la fuerza de la mos, es decir, la aplicación de nuestros sentidos,
evidencia, han tenido que hacer el sacrificio de nos envuelve en largos y á veces también i r r e -
su orgullo y hasta de sus teorías ante las sacro-
mediables errores. Pero sucedió el caso de
santas aras de la verdad. que por simple curiosidad, y solo por vía da
El Doctor Rostan, no solo no creia en los prueba, me di á ejercitar el magnetismo. La
hechos en que uos ocupamos, sino que reputaba persona que se sometía á él no conocía ni por
faltos de seso y de sentido común á los que les asomo sus efectos: nótese esta circunstancia.
daban ascenso. Hizo públicas sus creencias por Cual fué mi admiración cuando á los pocos i n s -
la prensa, y las estuvo sosteniendo con enérgi. tantes excité fenómenos tan singulares, tan fue.
ca vehemencia por mucho tiempo. Mas una ra de lo acostumbrado, que no me atreví á ha-
vez por m e r o juego se puso á magnetizar, y sintió blar á nadie por no parecer ridículo Y
vergüenza, al observar que los fenómenos que
logró producir desde luego, venían á contrariar- no tuve que verificar los fenómenos magnéticos
lo Oigamos lo que él mismo escribió despues. sobre una sola persona: sino que con motivo de
"Cuando yo, dice, m u y j ó v e n a u n , oí hablar mis observaciones elegí individuos de varia con-
por primera vez, del magnetismo animal, los dición, de diferente sexo, muchos de los cuales
hechos que se me referían estaban tan poco ignoraban hasta el nombre del magnetismo; l i -
8
teratos, alumnos de medicina, epilépticos, seno- Con M. L. Figuier ha sucedido otro tanto.
ras de la buen < sociedad, jóvenes, algunas de Quien haya leido su laboriosa obra Historie du
las cuales se asustaban hasta de secundar mis ex- MerveiMeux habrá visto hasta qué punto lle-
perimentos. Continué en esta manera de examen gaba la incredulidad de aquel insigne natura-
por espacio de muchos años, y únicamente por lista. En particular abrigaba una franca y
el gran Ínteres que me cansaban aquellas vehemente animosidad en contra de los corre-
indagaciones. Y fuera de un pequeño número ligionarios de Alian Kardec, de quienes se
de excepciones obtuve siempre fenómenos dig- burlaba y á quienes consideraba como locos
nos de la mayor atención Finalmente, y visionarios. Pues, bien, no hay mas que
nuestro cofrade y amigo Georget, cuyo pirro- ver el corto tiempo que medió entre la publi-
nismo no puede ponerse en duda, ¿no ha esti- cación de la obra á que nos hemos referido y
mado como deber suyo el vencer todo mi- la otra obra que dió despues á la estampa y
serable respeto humano y publicar lo que los que intituló Le Landemain de la Morí. En este
hechos le habían enseñado? Muchos de sus corto tiempo, el reácio gdversario del espiri-
experimentos tuvieron lugar en mi casa: no tismo aparece enteramente cambiado; es ya un
teníamos ambos mas objeto que el de ins- espirita por los cuatro costados, de pies á ca-
truirnos: ambos á dos Íbamos con un espíritu beza y en alma y cuerpo, por mas que trate
de duda y de indagación. ¿Qué interés po- de disfrazarlo, y por mas que conserve vivos
día tener el doctor Géorget en publicar el re- sus antiguos rencores hacia los partidarios de
sultado de sus observaciones? ¿Y cuál es el las evocaciones y de los éxtasis.
que pueda tener yo ahora en sostenerle? Si yo ¿A qué se debió tan repentina mudanza? Un
creyese que la engañaron, ¿querría participar hijo querido, le fué arrebatado por la muerte,
de esta nota? Si él era un bribón, ¿iría yo á cuando apenas se anunciaba la hermosa pri
ser su cómplice?" (1) mavera de su vida. La amarga tristeza y la
horrible desesperación vinieron á destrozar la
pulpitante entraña que poco ántes era vivifi-
(1) Diction, de Médécine^en 18 vol., tom, X I I I , arfc.
cada por el mas violento, fervoroso y profun-
Magnetismo.
do de los amores. En estas circunstancias a l -
go que no era, pero que el triste y desesperado con algunos recortes, son ya para él una pal-
padre creyó ser el hijo querido, se le apare- maria realidad.
cid; y tuvo con él pláticas dulcísimas y miste- Y si bien ha pasado de un error í otro
riosas comunicaciones que le llenaron, según error, porque no ha querido ponerse á la
refiere, de consuelos y de esperanzas. Supo sombra del catolicismo, en cuyo regazo descan-
qne otros amigos de cuya despreocupación y sa la verdad, no obstante, este cambio de
entereza no podia dudar, habían sido objeto frente, esta evolucion súbita, es una de las
de iguales ó parecidas atenciones de parte de pruebas mas brillantes de la realidad inéga-
los espíritus. La evidencia resplandeció á ble de los fenómenos de que se trata. U n i -
sus ojos, intereso su corazon; y era imposible camente así se explica cómo es que hoy que-
no rendirse á ella, á pesar de las repugnan- ma lo que adoraba ayer, y adora hoy lo que
cias que se levantaban en el fondo de su alma, ayer había quemado.
á la presencia y al recuerdo de sus no muy añe-
jas opiniones.
El hecho es que si el autor de I¿ Hisloire
du MerveUieitx calificó alguna vez de quimeras
y de fantasías los heehos que sirven de base
á la teoría espirita, el autor de Lendemain du
la Mort parece que no opina de la misma suer-
te, pues, por mas que lo pretende disfrazar,
cree en la teoría misma que impugnaba y es ya
un discípulo vergonzante de Alian Kardec.
Las revelaciones de los habitantes de los espa-
cios, la pluralidad de las existencias, y por
lo mismo, el absurdo sistema de las rencarna-
ciones ó la antigua metempsícsis pitagórica
De intento nos hemos querido compren
der en el número de testigos, cuya autori-
dad hemos hecho valer en favor de la r e a -
lidad de los fenómenos espiritísticos, á ningún
teólogo, ni á ningún superior eclesiástico. De.
CAPITULO V i l .
bian ser mencionados aparte. En primer
lugar, para que los preocupados no se a l a r -
(Continuación del asunto anterior.) masen, y, sin mas razón que la necia de que
los teólogos y los obispos lo decían, atribuye-
SUMARIO.
sen á fanatismo afirmaciones que arrancan so-
lamente la fuerza de la verdad y la noteriedad
de los hechos. ¡Cómo si los teólogos y los
¿Por qué no hemos citado teólogos ni obispos?—Superio- obispos, por solo serlo, careciesen de sentido
ridad del criterio teológico respecto del filosófico.—Su- común! ¡Cómo si, al profundizar y sondear los
perioridad del criterio de los Pastores espirituales r e s - luminosos abismos de la ciencia de Dios, aque-
pecto de ambos.—Fundamentos de una y otra superio- llos, y, al tomar estos en sus manos el cayado
ridad.—'Teológos asegurando la verdad de los fenóme-
de pastores de las almas, no hiciesen, ni pensa-
nos .—PP. Gury, Caroli, Pincianni, Pailloux, etc., eto.
- Arzobispos y obispos, los de Burdeos, de Besanzon,
sen hacer otra cosa, sino despojarse del criterio
y d e P a r i s ; los deViviers, de Auch, de Rouen, ete moral y de la razón, que no abandona aun á los
—Obispo de Querétaro. —Notables testimonios de los que la desdeñan, la dan tormento y la sacrifi-
RR, de la Civiltá Cattolicca, del cardenal Donnefc, del P can. Eu segundo lugar, porque, como princi-
Voisin, del P . "Ventura de Raúlica y del abate Gaume.
palmente escribimos para los católicos y para
—Otro género de pruebas.—Sociedades enteras dando
las gentes sensatas, unos y otras miran con
testimonio de los hechos.—Las muchedumbres.—Los
gobiernoa—Las academias y asociaciones científicas.
distintos ojos que el vulgo de los sábios, los
Asociaciones que se dicen religiosas.—La Iglesia de la testimonios de los hombres versados en la teo-
Nueva Jerusalem.—Instituciones y monumentos públi- logía y encargados del gobierno y dirección
cos.— Dispensarios magnéticos.--Hospitales. ~Libro3 de las conciencias
•-Periódicos.—Refiexiones.
- 7 5 -
Y en verdad, que su conducta es tan
pia. El criterio filosófico es la visión de
justa como discreta. El criterio teológico
un solo ojo; el teológico la visión de dos
es y será siempre süpsrior al criterio filosó
Por lo mismo, este abarca los objetos
fico; y sobrepujará al uno y al otro el criterio
que examina, bajo mayor numero de aspectos
de los que han sido elegidos para apacen-
que aquel. El criterio filosófico ve las cosas
tar el rebano de Jesucristo.
que trata de explicar á la claridad hermosa
El criterio teológico no desdeña el criterio de una antorcha, pero antorcha que pueden
filosófico, si no por el contrario le acepta y apagar los soplos de algún viento desencadena-
acoge, y se complace en consultarle en todas do, y cuyos resplandores no alcanzan á g r a n -
sus investigaciones. Léjos de verle con d e s - des distancias ni á hondos abismos. > 1 criterio
vío, hácia él dirige sus primeras miradas ántes teológico las ve también así, y ít demás, á las
de dar un paso en el intrincado laberinto, cu- claridades indeficientes de un sol que camina
yas entradas y salidas se propone conocer. El con él y nunca se pone en sus horizontes. Su
criterio filosófico se apoya en sola la razón y mirada, pues, es mas certera, mas intima; no se
en sus inducciones que nunca son necesarias detiene en la superficie, sino que penetra, por
é infalibles, y, en no pocos difíciles casos, se decirlo así, la sustancia de las cosas y se apo-
auxilia de la conjetura. El criterio teológico dera de su naturaleza.
parte de la razón, camina á la resplandeciente
Sin embargo, ambos son sobrepujados por le
luz de sus inducciones y á las remisas é i n -
criterio de los Pastores de la grey cristiana.
termitentes penumbras de la conjetura misma
¿Por que? La responsabilidad moral que pesa
en los momentos en que aquella luz padece sobre ellos los pone en el caso de ser mas pro-
dasmayos y sufre eclipses; pero no se con- fundos y diligentes en el estudio, mas delicados
tenta con esto, sino que se abraza de la fe, y escrupulosos en el examen y mas prudentes,
sol puesto entre dos mundos, y se ayuda juiciosos y reservados en sus dictámenes. E x -
de ias verdades reveladas, y con la ciencia cúsesenos esta digresión.
de ellas acrece el tesoro de la ciencia p r o -
Así, pues, no porque valgan menos que los
de los filósofos, sino precisamente porque valen las repetidas resoluciones de la Corte Romana,
mas, ponemos aparte los testimonios de los obis- en que mas adelante y con otro motivo nos ocu-
pos y de los teólogos. paremos.
De estos, pocos h a b r á que hayan escrito sobre No es fuera de propósito, porque no podrán
los fenómenos mágico-espiritistas, y de aquellos, tener á la mano los libros y documentos en que
ninguno que no haya afirmado y enseñado su constan los testimonios á que nos leferimos, ci-
realidad. Los Padres Ventura de Raúlica, Ca- tar aquí palabras textuales de algunos de aque-
roli, Gury, Voisin, Pinciani, Pailloux, Martig- llos escritores mas notables, para que no se di-
non y los sapientísimos jesuítas, redactores de ga que torcemos su sentido y los interpretamos
la Civiltà Catholicca, los abates Loubert, Gui- á nuestro deseo.
llois, Monticeli, Mau pied, Gaume etc., etc., de
"Si los fenómenos de que hablamos, dicen los
los primeros; y de los segundos, los cardenales
ilustrados padres jesuítas redactores de la Ci-
Gousset, Donnet, arzobispo de Burdeos, Cesa-
iUá Cattolica, no fueran mas que tretas de em-
rio, arzobispo de Besançon, Monseñor Sibour,
baucadores, ilusiones de vista ó de oido, mani-
arzobispo de Paris, y el de Alby; los obispos
pulaciones de titiriteros, podríamos dar un adiós
de Viviers, de Auch, de Rouen, de Nevers,
á la ciencia, un adiós al raciocinio, un adiós á
de Orleans, de Autun, de Cambray, y entre
las deducciones y á los principios." (1)
nosotros, el de Querétaro, Dr. D. Ramon Ca-
macho, afirman y enseñan á una voz, ó suponen
solamente la realidad de los fenómenos, y p r o -
claman unánimes la verdad de los hechos en
Fede Catholicca et lo Spiritismo; el P . Gury, Compendium
tela de juicio. (1) Prescindamos por ahora de
Theologize Moralis; el Abate Gaume, "Tratado sobre el
Espíritu Santo," edición mexicana de 1871, y la conoci-
da y preciosa obrita de los redactores de la Civüta Catho-
[1] Pueden consultarse las obras siguientes : P . Nam- licca, " E l Espiritismo en el Mundo moderno," edición de
pon, Du spiritisme; el P . Pailloui, Le Magnetisme, le spi- Lugo, 1870; y las pastorales de los Señores Arzobispos y
ritisme et la Possesion; el P . Martignon, Les morts et les Obispos, citados á cada paso en aquellas obras.
vivants; Mimonda, Del Magnetismo amimale; G'aliotti, La [1] Obra citada pág. 54.
do con mayor vehemencia la realidad de los
El cardenal Donnet, dirigiéndose á M. Des fenómenos espiritas, por haber sido repetidas
Mousseaux, con motivo de la obra La Magie en veces, juntamente con el marqués de Mirville,
él Siglo XIXque le había remitido para su apro testigo presencial de ellos, se comprenderá el
bacion, dice: "Yo no puedo hacer otra cosa
verdadero significado délas palabras subrayadas.
mas que aplaudir el valor perseverante y la
Si no por la dignidad de la gerarquía del P .
fuerza de razón con los cuales impugnáis y com-
Voisin, indudablemente sí por la ciencia, cono-
batís una de las mas graves enfermedades de
cimientos prácticos y experiencias personales?;
nuestro siglo, la ma'gia, sea cual fuere el nom-
su testimonio es de una grande importancia y de
bre que se la dé y la máscara con que se la
un enorme peso. Antiguo misionero en las regio-
cubra.
nes del Celeste Imperio y director en 1863 de las
"¡Extrañas condiciones del espíritu humano misiones extranjeras, ha tenido oportunidad de
qué se abandona á sus propias fuerzas! En vivir largo tiempo en la tierra clásica de la
el siglo anterior al nuestro, un materialismo idolatría, de estar en comercio despues con
abyecto y grosero era empeñosamente predica- los misioneros de aquellos países infortunados
do por muchos filósofos de gran celebridad; hoy y de palpar la funesta realidad de la mágia
ha surgido una nueva doctrina: y ha escrito en y de las artes diabólicas. Este esclarecido
sus estandartes: espiritismo. Desgraciadamen- sacerdote, de toda .competencia, despues de
te, ella no se ha reducido al dogma de la espi- haber leido La Magie au dix-neuvieme siè-
ritualidad de las almas y de la existencia de cle, escribe al caballero Des Mousseaux: " N o
los espíritus; sino que, pasando todos los lími- son aventuradas vuestras afirmaciones por-
tes, dejándose arrastrar á las aberraciones de que siempre las escudáis con la prueba. En
la mágia, ha renovado á nuestros ojos sus repug- presencia de tan gran muchedumbre de hechos,
nantes espectáculos." tan bien autenticados, ninguno tiene derecho
Si se reflexiona que M. Des Mousseaux, á para argüiros de falsedad. Sin embargo, no
quien se dirige la carta gratulatoria, es uno de sucede así, porque os habéis visto obligado a'
los escritores concienzudos que han defendi refutar contradictores que lo atribuyen todo á
alucinación Lo que debe sorprendernos, es "En fin, vuestro libro confundirá á la ve - á
que algunos de estos Contradictores son sabios esa turba necia, niaise (porque niai necio, v i e -
y hombres piadosos, que, sin examinar las prue- no de nier, n e g a r , ) que con aplomo incompa.
bas, y siguiendo un sistema premeditado, nie- rabie se atreve á rechazar hechos admitidos por
gan todo lo que excede d su natural comprensión, la humanidad entera; y á pretendidos sabios, que,
y se ciegan á sí mismos frente á frente de la evi- respirando á pulmones llenos el Absurdo, nos
dencia." ahogan con interpretaciones tan contrarias á
Bastaría el dictamen de jueces tan competen- la verdadera ciencia como el buen sentido ma<
tes; pero son tan faltamente reputados, y con vulgar [1]."
justicia, el P. V e n t u r a de Ráulica y el Abate "¿Qué se ha de pensar de esos fenómenos se
Gaume, por la extension de sus conocimientos pregunta, el autor del "Tratado sobre el Espíri-
y la delicadeza y excelencia de su criterio, que tu Santo" y quienes son esos espíritus?
nos creemos en la obligación de tomar nota do "Decir como algunos, se responde: Yo niego
sus juicios á este respecto. todos esos fenómenos, porque no he visto nin-
"Yo no podré, habla el sabio y antiguo gene- guno; es decir, niego á Pekin,porque nunca he
ral de los Teatinos al mismo caballero Des estado allí. Eso es decir á los testigos de esos
Mousseaux, felicitaros demasiado por haberos fenómenos: sois engañados ó engañadores. E s .
consagrado á tan noble tarea (el estudio de los te cumplimiento no se dirige á algunos indivi-
fenómenos mágicos). En un tiempo de igno- duos, fáciles de seducir ó cómplices interesados
rancia y de negación universales, supone gran en una vil mentira, sino á millares de hombres
valor una empresa semejante. serios y respetables, de todos los países, que,
"Habéis tratado el asunto como maestro. no conociéndose, no habiéndose visto nunca,
"Vuestro vasto saber, vuestra inmensa eru-
dición ponen en evidencia la incontestable rea-
lidad de los hechos Vuestra lógica inexora- (1) Paeden leerse íntegros los documentos citados
ble demuestra su carácter sobrenatural y su na- en la obra mencionada La, Magie au dix-meuvieuce siécle
turaleza demoniaca. Introducción.
se encuentran alucinados en la misma liora, rías, sino lo que es ma3, las mismas sociedades
ó se entienden para afirmar como verdadero en masa ó la colectividad de los individuos. Y
un hecho materialmente falso. Es decir, en fin, no se diga que esto es indiferente á la firmeza
niego, porque niego. Pero la negación sin de los testimonios, pues no tendrá mas valor el
prueba es una necedad (1).' conjunto que las partes. De hecho le tiene; y
Tan numerosos y explícitos testimonios, ma- esto se nota aun en las cosas materiales.
nifestados y sostenidos con toda aquella since- Cien alambres delgados no podrán sostener,
ridad y energía qué inspira siempre una convic- sin doblarse, un peso de veinte kilógramos, pero
ción intima y profunda, son para satisfacer á si se les junta, formando con todos ellos una-
los razonadores mas exigentes y para constituir barra; sostendrán fácilmente aquel peso, y aun
una prueba que ninguna otra puede exceder en un peso dos veces mayor. En el órden mora}
plenitud. como en el órden físico, la unión da y multipli-
Con todo, parece que cuando los hechos son ca la fuerza.
mas extraordinarios y salen de la común esfera De aquí es que cuando las sociedades en ma-
d e los que forman la acostumbrada trama de la sa aseguran la verdad de un hecho cualquiera,
historia, la verdad, como que se esfuerza en por un instinto de que la ¡naturaleza humana no
d a r s e á conocer por mayor número de medios se puede despojar y que no sabe de donde
y en manifestarse mas ampliamente, seanos viene ni como existe, la convicción y la eren
permitido hablar así. cia son mas sólidas y mas invencibles que
cnando descansan en el testimonio aislado de
Tal acoutece con los fenómenos mágico-espi-
los mismos individuos que la componen
ritistas. Deponen en favor de ellos, no tan so-
Ahora bien, las sociedades se expresan en
lo los individuos de todas condiciones y eatego-
este particular, ya por el órgano de las mu-
chedumbres, ya por el de sus gobiernos, ora
por medio de sus academais y asociaciones
científicas y religiosas; ora por el de sus ins.
(lj T r a t a d o sobre el Espíritu Santo, t. 1, cap,
X X X I I I . pág. 890. Edición de México 1871.
tituciones y públicos monumentos. Y de cual-
• - 3 4 -
qaier manera que se expresen, su voz es de Los gobiernos tampoco permanecían silenciosos
una autoridad que oprime y que subyuga á los ni mudos. Heridos por la resplandeciente luz
mas independientes espíritus, de la evidencia no reprimían el movimiento
Las incontables y entusiastas muchedumbres de la sociedad, por mas que temieran algu-
que llenaban el hotel Bourret é inundaban nas veces que la paz pública fuese alterada;
la plaza de Yendome y sus amplias avenidas , por el contrario, seguían el mismo rumbo
cuando Mesmer asombraba á !a Francia con los que ella, y solamente se proponían dar término
prodigios de su terapéutica universal, no se afa- al pasmo y á la admiración general, p r o -
naban ni corrían en pos de una quimera. Las curando que se descubriese la causa misteriosa
no menos numerosas que poco despues, dejan • 6 reglamentando el uso y aplicación del agen-
do el centro de las poblaciones, iban á fi- te oculto,
jar sus movibles tiendas a l r e d e d o r del cor- El rey de Francia nombraba comisiones
pulento olmo de Busancy, en cuyo tronco Puy- con este fin y exitaba á la Academia y á
segur había depositado la eficaz virtud de la Sociedad Real de Medicina á que, valién-
su fluídica panacea, nó se movían ni se agi- dose de los recursos de la ciencia, pusiesen
taban, por aparecer víctimas de un vil en las cosas en claro y se utilizasen. en bien
gaño ni despreciables juguetes de una torpe de la humanidad. Estos cuerpos de sabios,
ilusión á pesar de sus antipatías y de sus repug-
Baling en Inglaterra, lo mismo que Hydesville nancias de escuela, estudiaban, examinaban y
y Rochester en los Estados-Unidos cóntem- confesaban, aunque con embozo, que algunos
•
piaron algunos anos mas adelanté otras mu. hechos eran innegables, si bien rendían h o -
chedumbres que proclamaban í una vez y menaje á sus sistemas, estraviandose en la
sin que mediase ni fuese posible acuerdo en- determinación de la causa.
tre ellas, la realidad de las estupendas cosas que Ya hemos visto que el emperador de Rusia,
veian. Lo mismo pasaba en Florencia, en Ña- los reyes de Dinamarca, de Suecia y de Prusia
póles y en muchas de las principales ciuda- obedecieron al mismo impulso, que no podían
des de Alemania, resistir ; pero sí dirigir de -ina manera conve-
jíífrfiBflílOf« gQftflrJfrff V gv!IOÍ',;JJÍ;
niente. Vimos también que la Academia de - 8 7 -
ciencias de Berlín avanzó hasta fundar un pre^ 44 congregaciones de swedemborguistas. A este
mió para quien demostrase que la causa física género de asociaciones corresponden las socie-
de los fenómenos pertenecía a' la naturaleza or- dades espiritas, (como la del "Círculo de la
gánica. La Cámara legislativa de la nación mas Luz" de esta ciudad de México) que en gran nú-
positivista del mundo moderno, la Union Ame- mero se hallan establecidas en ambos continen-
ricana, no pudo hacerse sorda á la respetable tes. Para ellas el espiritismo es una nueva re-
exposición de catorce [mil de sus ciudadanos ligión, y los prodigios que le atribuyen un medio
que demandaban su intervención por lo que de comunicación con los otros mundos, á la vez
miraba al esclarecimiento y solucion del p r o - que un medio eficacísimo de propaganda. No
blema que de tan extraña manera se habia plan- es de extrañarse, pues, que sean los mas empe-
teado; y toma parte en esa tarea, á ejemplo de ñosos defensores de la realidad de aquellos.
lo que habían hecho las testas coronadas del Si á todo esto, que es mucho, se añaden las
viejo continente. fundaciones de dispensarios magnéticos y de hos-
Las asociaciones científicas, en pequeños y pitales, que se llevaron á cabo, precisamente
grandes círculos, se multiplicaron. Y despues para palpar los resultados p rácticos del agente
de haberse fundado la famosa de la Armonía, maravilloso y aplicarle á la curación de las en-
podían contarse por millares las que se siguie- fermedades, en Europa como en América, no es
ron fundando en las mas importantes ciudados posible abrigar ya dudas; se hace preciso p r o -
del globo. clamar en alta voz la verdad histórica de los
No faltaron asociaciones religiosas que ne hechos por extraordinarios que parescan.
solo reconocían y reconocen la verdad de tales Semejantes fundaciones son monumentos elo-
hechos; sino que ellos son como sus sacramentos cuentísimos, de tan decisiva autoridad, qne no
y la parte ceremonial de su culto. Allí está la puede haberla mayor. Terquedad seria resis-
Iglesia de la Nueva Jerusalen, de que fué primer tirla; y absurdo pretender explicar de otra m a -
gefe Swedemborg, tan extendida en Suecia y en nera que los mismos monumentos explican, el
América. En 1844 se contaban en esta última origen que tuvieron y los motivos porque sus
fundadores pusieron la primera y última pie-
dra en ellos.
-88—
No es menos poderoso el argumento que se Si no son ciertos, si no están comprobados
apoya en esa multitud de periódicos estableci- estos hechos, puede afirmarse que no hay hecho
dos con el exclusivo fin de consignar diariamente cierto, ni comprobado en toda la redondez de
los mas extraños fenómenos, y en ese gran núme- la tierra, Si no creer en ellos es razonable'
ro de obras que se han escrito sobre la materia ¿para qué hablar de testimonio de los hombres,
desde 1778 hasta el presente. Pasan de dos mil los ni de fe humana? Si no hemos de creer porque
libros, según los redactores de la GiviUa Catho- no hemos sido testigos presenciales, no creamos
licca, y con ellos se podría formar una bibliote- que existe Pekín, ni San Petersburgo, Roma, ni
ca de no pequeño valor. Paris, pues jamás hemos pasado las fronteras
de la República- No creamos tampoco quo
Ahora bien, los periódicos y los libros, aun-
existieron Nínive y Babilonia, Tébas y Ménfis,
que escritos por este ó por aquel individuo, son
Homero y Sanconiaton, Alejandro y Darío, Aní-
la voz genuina de la sociedad, el órgano ordina-
bal y li'scipion, pues la existencia de aquellas
rio por donde esta expresa sus creencias, sus
célebres ciudades y de estos grandes hombres
opiniones y hasta sus sistemas. Los periódicos
no cuenta en su apoyo con la milésima parte de
y los libros no se escribirían, si no hubiese con-
los fundamentos que los hechos cuya realidad
sumidores y muchos, que sostuviesen los prime-
queda, en nuestro concepto, demostrada.
meroS y á cuyas expensas fueran impresos los
segundos. ¿Podrá creerse que haya quienes
gasten su dinero solamente porque se les refieran
quimeras y fantasías? Esto sucedería una vez
pero nodos ni tres; sucedería por una semana, por
un mes, pero no p o r el espacio dé casi un siglo.
No hay duda; todo nos pone en la necesi-
dad de admitir la realidad de los fenómenos
mágico-espiritistas, ó bien de renunciar para
siempre á la infalibilidad del criterio histórico,
del criterio moral, del criterio de los sentidos,
y, en suma, de todos los criterios.
para dejar sólidamente establecida la verdad
histórica de los fenómenos, no creemos que d e -
bemos dispensarnos del trabajo de demostrar
que ellos no constituyen una novedad en los
CAPITULO Y1II. anales del mundo, ni una mejoría en los p r i n -
cipios, ni un progreso en la ciencia, en la filo-
SUMARIO." sofía, en la moral, ni en la religión.
Los partidarios del espiritismo se empeñan
Los hechos espiritas no son una novedad ni un progre- en hacer creer todo esto, confiando en que de
so.—Fenómenos mágicos de la antigüedad.—Se anun-
esta suerte será mas eficaz su propaganda. No
cia que se va á hacer un estudio histórico de ellos, y un
estudio comparativo de los primeros.—Resultado de
se contentan con ver en aquella doctrina una
ambos estudios.—Nada hay nuevo bajo el sol.—Primer -ciencia, sino que avanzan á llamarla la ciencia]
fenómeno espiritista.—La serpiente hablando y Eedu- •como si dijeran la única ciencia, la ciencia que
ciendo á Eva.—Comentario de San Agusíin.--Fa¡sos comprende todas las ciencias. Es poco para
Profetas.—El madero y las piedras hablando.—Yaras
ellos presentarle como una religión, y la nom-
de los agoreros.—Pasages de Habaeuc y de Oseas.—So-
nambulismo, pasage de Isaías.-Hagnetismo, serpientes bran la religión del porvenir, queriendo signifi-
encantadas, pasage de J e r e m í a s . - M o d o de encantar car que todas las otras pasarán con el tiempo,
las serpientes—Virgilio y Scilio Itálico.-Evocacion de y ella sola dominará umversalmente.
las almas de los difuntos entre los hebreos.-Notables
Demostrando que no son una novedad, los
prescripciones del Deuteronomio, - Voces y ruidos
misteriosos.—Josefo y el templo de J e r u s a l e n . - O o n -
tales fenómenos, sino que son antiquísimos, lo-
clueion. graremos arrancar la máscara con que se quie-
re ocultar su deformidad; pero particularmente
conseguiremos fortificar mas y mas la convic-
ción de que ellos son un hecho, como no hay
Nada de lo que conspire á aumentar la luz
ninguno igual en certeza, entre los mas compro,
en este punto es inútil ni superfluo ni ocioso.
bados de la historia.
Así es que. aunque con lo expuesto bastaría
La verdad de los antiguos fenómenos mági-
eos justificará la realidad de los modernos fenó- Parece que contra los nigromantes del siglo
menos espiritas, y viceversa, la verdad de es- X I X fueron escritas estas palabras: "Nada
tos servirá de apoyo á la realidad de aquellos; es nuevo en este mundo; ni puede nadie decir:
viniendo á formar una y otra série un todo su- hé aquí una cosa nueva: porque ya existió en
jeto á las mismas leyes y condiciones de exis- los siglos anteriores á nosotros." "¿Qué es lo
tencia. Mutuamente se sostendrán como los que hasta aquí ha sido? Lo mismo que será»
eslabones de una cadena, ó como las piedras y ¿Qué es lo que se ha hecho? Lo mismo qne se
la clave de un arco hecho conforme á las reglas ha de hacer." (1) Parece también que, aludiendo
de la arquitectura al espiritismo, se dijo que todo era vanidad de
Ademas, al penetrar en las sombras de la vanidades. (2).
antigüedad y al descorrer los densos velos El hombre, atento .á lo que pasa desdeña lo
con que se arropa, no nos limitaremos al es- que pasó: halagado por todo aquello que le es
tudio histórico de los fenómenos que en aque- contemporáneo y en cuya representación pue-
llos remotísimos tiempos se produjeron, sino de tomar á su cargo un papel cualquiera, pone
que iremos haciendo, aunque de paso, pero un abismo de separación entre las generaciones
no tanto que no se palpe su perfecta iden- que fueron y las que son, un velo impenetra-
tidad con los fenómenos contemporáneos, un ble entre los sucesos de que da testimonio y
estudio comparativo de los unos y de los los de que da testimonio la historia; y llama
otros. Esto nos servirá para llegar mas fá-
cilmente al principal fia que nos hemos pro
puesto en esta obra, que es el de fijar y deter-
[1] Nihil sab sole novum, nec valet quisquam dieere: E c
minar por ellos su verdadera causa. ce hoe recens est: jam enim praecessit in soeculis, quaa
Los hechos de que el espiritismo moderno fuerunt ante nos. ' ¿Quid est quod fait? ipsum quod futu-
presume dar la explicación no son, en efecto? rum est. ¿Quid est quod factum est? ipsum quod facie
una verdad, ni el sistema filosófico que sobre dum est.
Ecelesiastes I. 10. 9
ellos se quiere fundar es ciencia ni mucho mé
(2) Yanitas vanitatum et omnia vanitas.
nos la ciencia. Id., id 2.
- D o -
Oseas es mas explícito todavía. Despues de Los portentos del sonambulismo tampoco fue-
echar en cara á los israelitas su inmoralidad y ron extraños al conocimiento del pueblo primi-
corrupción, añade: "Por eso el pueblo mió ha tivo. Isaías increpa á todos aquellos que se me-
ten en los sepidcros y van á dormir en los tem-
—134— -135
ignoran ó no hayan fijado su atención en lo que mejanza de la trípode deifica (1) y con varillas
significa: "Si es dado, dice, á los magos hacer de laurel, esta infausta mesilla que veis aquí; y
aparecer fantasmas, evocar las almas de los con imprecaciones de versos secretos, y mucha s
muertos, obligar á los niños á dar oráculos; si ceremonias la hemos consagrado ritualmente y
engañan con milagros aparentes ó prodigios que la hemos puesto en movimiento; y la manera de
parecen debidos á los círculos ó cadenas que for- moverla siempre que deseábamos respuestas de
man entre sí; si infunden el sueño en el que cosas ocultas, era esta. La colocábamos en
quieren; si conjuran; si tienen á sus órdenes medio de la casa, espurgándola en rededor con
mensajeros y demonios, por cuya virtud es sahumerios arábigos; y poníamos sobre ella un
un hecho vulgar y corriente entre ellos, que platito redondo, compuesto de diversos metales.
las cabras y las mesas adivinen, quvd caprce et En rededor del borde y en intervalos estaban
mensa divinare consueverunt, ¿con cuanto mayor esculpidas las veinticuatro letras del alfabeto.
empeño aquellos poderosos espíritus no se es- Un hombre, vestido el cuerpo, calzados los piés
forzarán en hacer por su propia cuenta todo y cubierta la cabeza de paño de lino, y llevan-
aquello que hacen por cuenta de otros?" • do en las manos las verbenas del árbol afortu-
nado, despues de haber invocado con misterio-
Si se desea mayor claridad respecto de lo co
mun qne era en aquellos tiempos el hecho cuya
novedad hoy asombra á muchos, qua no pueden
explicarse cómo se mueven y giran las mesas y
cómo responden á las preguntas que se les hacen
(1 ) El trípode dèlfico era una verdadera mesa. Así lo
leáse lo que Ammiano Marcelino refiere acerca dice Servio al comentar estos versos de Virgilio:
de la explicación que dieron los nigromantes
"Trisogena interpres divum, qui numini Pboebi
Hilario y Patricio, acusados de haber procura-
Qui trípodas, clarii lauros, qui sidera sentis.''
do investigar, por medio de la mágia, quien ha-
Hé aquí sus palabras: trípodes mensíe fuerunt quibus
bía de suceder al emperador Yalentiniano. Héla
superpositse Phoebades vaticinabantar.
aquí; "Hemos construido, hablan los acusados, Calculad por esto lo remotamente antiguo de las nove-
magníficos jueces, bajo crueles auspicios á se- dades con que se divierte el siglo XIX.
sos versos la divinidad que da los vaticinios, nimados, incapaces por lo mismo de palabra y
estuvo en pié cerca d e aquella mesa, según la de inteligencia, hablasen y enseñasen ál os hom-
ceremonia de la ciencia. Luego sostuvo el ani- bres que les consultaban cosas ocultas y supe-
llo que estaba suspendido á los velos sagrados riores á su virtud intelectiva. Los penates de
por medio de un hilo sutilísimo de lino carpàti- Eneas, (ídolos de piedra ó de madera) predije-
co y que se hallaba consagrado; y el anillo, dan- ron á aquel, en concepto de Virgilio, la funda-
do saltos por los intervalos que separan las le- ción de Roma. Hablando daba sus oráculos la
tras, forma, según se p a r a sobre esta ó aquella, estátua de Memnon. Hablaban con ese mismo
versos heróicos con todas las reglas de la me- fin las encinas seculares de Dódona; y hasta el
dida métrica y conforme á las preguntas que se rio Nesso, encantado por las lucubraciones de
hacen: precisamente como son los versos pí- Pitágoras, uno de los mas poderosos médiums
ticos ó los oráculos d e los brónquidas. Pre- déla gentilidad, le saludaba, diciendo: Salve,
guntamos entonces, quién habia de suceder en ¡ohlPithagoras.
•
gentes,, y de la evocacion de las almas de los
muertos, pra'ctica común á ambas edades, la an-
CAPITULO XL tigua y la moderna. Seremos breves.
En cuanto á las primeras, son i n n j j í r a b l e s
SUMARIO. las de que autores respetables han perpetuado
la memoria. Platou, en el Libro de las leyes, no
(Continuación del mismo asunto.) quiere que se erijan capillas ni templos á los es-
píritus que se aparezcan, ya de noche, ya de
Apariciones y desapariciones.—Prohibición de erigir tena« dia. Cicerón cuenta que Ta'ges se mostró b r o -
píos á los muertos q u e se aparezcan.—Táges brotan-
do de u n surco.—El h e c h o lo asegura formalmente Ci-
tando súbitamente de un surco, á un labrador,
cerón.—Aparición de P a n á F i l i p í d e s e n e l Partenion.— el cual, espantado á su vista, comenzó á dar vo-
Publio se aparece y predice la ruina del imperio roma-
no.—Un sacerdote de Júpiter vuelve de la tumba y de- ces, y ante la muchedumbre de etruscos que se
nuncia á un asesino.—Gabinio trae á Pompeyo noticias reunieron á sus clamores, Ta'ges les hizo saber
de los dioses infernales y le anuncia prosperidades.—
Monstruos y fantasmas.—Los bueyes de la Isla del sol. muchas cosas que se escribieron. "Estas cosas,
—Espectros y simulacros.—Lucrecio asegura su reali- añade, las sabemos de ellos mismos; las conser-
dad y niega que sean almas prófugas del Aqueronté; da
una mala explicación sobre la causa de ellos.—Ceremo. van escritas y son la fuente de su disciplina"
nia ds los Lémures descrita por Ovidio.—Señal que
(1) Herodoto da por cierta la aparición de Pan
destierralas sombras.—Habas negras, moneda de u l t r a -
tumba.— Comparación.— Reflexión.—Una escena del á Filípides cerca del monte Partenion, y d i -
Mostellaña de Plauto. —El alma de Diaponcio y el al-
ma de Carlos Ravn.—.Notables coincidencias.—Las evo-
ce que el templo que se le erigió y el cuito que-se
caciones.—Trespotia, Ténaro y Heraclea lugares con- le rendía en Aténas no reconocieron otro prin-
sagrados á ellas.—Periandro evoca á su esposa Melisa.
—Calondas hace que sea evocado el espíritu del poeta cipio. (3) Phlegon testifica que el poeta Publio
Arquíloco.—Pausanias hsce lo mismo con el alma de la devorado por un lobo se apareció y predijo la
joven Cleonicia.-vEl rey latino evoca á su padre Fauno.
La desecracion es una especie de evocacion. ruma del imperio romano. Aristóteles habla de
Un año entero no bastaría para referiros to- cial & estas prácticas. Periandro, tirano de Co-
dos los prodigios que se producen en estos l u - rinto, habiendo asesinado en un trasporte
gares." (1) de ira á su-esposa Melesia, á quien amaba
tiernamente, se dirijió á Trespotia solo con el
Recordad ahora la primera comunicación es- fin de evocar su espíritu. (1) Calondas ocurrid
pirita moderna en Hydesville. Cambiad sola- á Ténaro é hizo que los sacerdotes evocasen la
mente el nombre de Diaponcio por el de Carlos sombra del poeta Arquíloco á cuyo matador de-
Rayn, y tendreis la ma's perfecta de las ecua- seaba conocer. (2)
ciones. Ambos aparecidos asesinados por sus Pausánias hizo igual cosa respecto del espíri-
huéspedes, los dos sepultados en la casa en que tu de la jó ven Cleonicia á quien habia dado
se aparecían; y uno y otro asesinados por la sed muerte, valiéndose de los sacerdotes de Hera-
oro que devoraba á los asesinos clea. El rey Latino evocó á su padre Fauno
Tantas coincidencias no son de explicarse, si- para que le indicase, si casaria con Turno á su
no bajo el concepto de que uno mismo haya si- hija Lavinia. (3) En suma, la ceremonia de
do el espíritu que hablaba por la boca de Dia- los Lémures descrita por Ovidio, no era otra
poncio y de Cárlos R a y n . cosa mas que la desecracion, que es una especie
Pasemos á las evocaciones. Estas, como las de evocacion.
apariciones, eran frecuentísimas y ordinaria- La evocacion que en su origen se dirigió a
mente se acompañaban. Ellas son el alma de la las almas de los difuntos, se extendió á los dio-
nigromancia antigua. L a Trespotia, Ténaro y ses- Innumerables son los ejemplos que pudie-
Heraclea se hicieron célebres, porque estos lu-
gares estaban consagrados de una manera espe-
1 Heredot. V. 29.
1 Piauto. MoatelL Act. 2. o Escena I I . Sea el relato de
2 Plutarco. De sera nurn. vind.
Tranion un ardid, él comprueba, sin embargo, lo que s®
•quiere, pues dejaría de serlo. 3. Virg. Eneida, L . 7.
—154—-
ran citarse; pero consultando la brevedad, r e -
mitimos i los curiosos ó incrédulos i los auto- CAPITULO X I I .
res y lugares de que se hace mérito al calcé de
esta plana. (1) SUMA El O.
• -> . i Vi '
SUMARIO.
o o
1 Sabagun. Obra citada, Tomo I Lib. I Cap. 19
1 Sahagoc. Obra citada. Cap. 6 ° Lib. 29.
Toda la copia de rarezas de que hemos pro
do vuestra destrucción! ¡Oh! hijos mios, dónde
curado dar una idea, de otras que callamos
os llevaré para que no os acabéis de perder!" (1)
para no recargar el cuadro, y de muchas que se
En este mismo tiempo resolvió Moctezuma
escaparon á los cronistas por falta de documen-
levantar una nueva ara para los sacrificios aj
tos, eran cosas extraordinarias, que sin dejar
dios Huitzilopochtli, y ordenó que con este fin se
de serlo pasaban ordinariamente entre los az-
condujese desde Acolco al templo, una piedra
tecas.
que fuese dos codos mas grande y una braza
mas ancha que la antigua ara. Esta piedra, coD Parece, sin embargo, que años ántes de ser
gran sorpresa de la multitud que la conducía, conquistados, las rarezas tomaron un nuevo ca-
comenzó á hablar manifestando, que ya no era rácter y fueron mas frecuentes y pasmosas-
tiempo de hacer lo que antes, que inútilmente Las potencias infernales, á las cuales no se ocul
se la llevaba, que no pasaria mas allá del puen- taba que la Cruz pasaba del antiguo al nuevo
te de Xoloco. Y en efecto, al llegar á este, mundo en la carabela de Cortéz, se desencade-
pronunció: hasta aquí ha de ser, y no mas; y ej naron y pusieron en juego todos sus prestigios ;
puente, que era de cedro y de siete palmos de y, en la imposibilidad de vencer combatiendo
grueso, se quebró y cayó la piedra dentro dej contra el signo, emblema de redención y de
agua. (2) Este hecho perfectamente averiguado victoria, se desataron en iras y furores, de que
y comprobado es igual al ele las mesas girato- dieron inequívocas muestras á sus vasallos, que
rias y parlantes! sin saberlo, sacudían el mas vergonzoso yugo é
iban á ser bien pronto rescatados del mas ne-
fando de los cautiverios.
Yaticinios de ruina próxima, voces ruidos y
1 L e mvsters de la dause des tables. p. 6—8—10-Sa- espantos, monstruos desconocidos y resureccio-
l i aOs a n7, Eelaoion. de la conquista de Nueva España nes aparentes, visiones y sueños, terrores y pre-
ap. 1 ? sentimientos; el cielo y la tierra trastornados,
2 Bustamante. His. del Emperador Moctezuma. Ye-
perturbados los corazones; todo esto sirvió de
ancourt. Teatro mexicano, tomo 1 . ° pág. 43. Fer-
anuncio, no á la conquista que habiade poner el
nando de Alva Tezozomoc, Herrera, etc., etc.
cetro de Moctezuma en las manos de Isabel y de
Fernando, sino á la única conquista gloriosa que
los teocalli de EuitzüopocUli y Texcatlipuca en ba-
sílicas donde se rindiesen eternos cultos al Yer-
bo del Padre, Luz de Luz. verdadero Dios de Dios CAPITULO XY.
Yerdadero, y á los idólatras de Satanasen ado-
radores de Jesucristo.
Es una verdad, pues, tratándose de la univer- SUMARIO.
salidad de las naciones gentiles, que los mismos
fenómenos se produjeron en toda?, á las orillas
Influencia del cristianismo respecto á la nigromancia.—
del Eufrátes, como á las del Gánges, á las del
L a demonocracia universal e3 hoy imposible.—No lo
Kilo, como á las del Tíber; en Europa, Asia, es el dominio satánico sobre los individuos que le con-
Africa, como en América. sienten.—Poder del hombre 'sobre Satanás.—No p o r -
que triunfó la Cruz, los fenómenos mágicos dejaron de
producirse absolutamente.—Su realidad y posibilidad sa
cQmprueban por los mismos evangelios.—Simón el Mago
y Bar-Jesu.—Heregías y sectas filosóficas.—Supersti-
ciones de los maniqueos y de los neoplatánicos,
sé vea limitados á algunas regiones y afectando misma, al demonio, de principe de este mundo,
de un modo directo solamente á los individuos. ni San Juan de gobernador del mismo, ni San
De regla general que eran, pasaron á ser ex- Pablo llamándole Cosmócrata•
cepción. Lo que la doctrina supone y ensena viene á
De aquí es que no porque la Cruz triunfó de ser confirmado por los hechos que han tenido
los ídolos, los fenómenos mágicos dejaron abso- lugar en el seno de la misma Iglesia católica,
lutamente de producirse, ni las destronadas in desde los primeros hasta los últimos dias de su
teligencias angélicas de ensayar su poder entre existencia gloriosa.
los cristianos, El Evangelio mismo supone la Simón el Mago, llamado de los samaritanos
posibilidad de que aquellos se reprodujeran ea por los sorprendentes prodigios que lograba
lo de adelante, y la de que estas se esforzarían producir, "La gran virtud de Dios," y á quien
en no permanecer ociosas. En el supuesto con- los mismos erigieron una estátua: Bar-Jesu,
trario seria inexplicable la potestad sobre todos 'que con iguales artes ponia obstáculos á la con!
os demonios concedida á los apóstoles por el Di« versión del Procónsul Sergio, Menandró, Satur-
vino Maestro, potestatem super omnia daemo * nino, Basílides, Oapócrates, &c., que le suce-
nia; (1) no seria signo distintivo de los que cre- dieron, no son personajes extraños á la historia,
yeren en su doctrina, esa misma potestad, (2) ni los hechos de que fueron autores, meras i l u -
ni el hijo del trueno habria podido -decir de los siones de la fantasía.
ángeles malo3, que eran ¡os encargados de hacer- Pero no solo en algunas individualidades co-
daño á la tierra y al mar. (3) No habria Jesu- mo estas se cultivaron las prácticas supersticio-
cristo calificado con verdad, y era la Yerdad sas, sino principalmente en el seno de las here-
gías primitivas y de las sectas filosóficas que se
armaron de todas armas contra la apénas cono-
cida y ya triunfante religión del Crucificado.
<1) San Lúeas IX, 1. Entre aquellas^ figura en primer término de
(2) San .Marcos XVI, 17. la escala el maniqueismo, del que San León el
i
i ( 3 ; Ápoc VIH, 2. Grande ha podido ;afirmar, sin ser desmentido
por sus contemporáneos, que todo lo que había cesario, causa de los demás seres, de los génios
de impiedad entre los paganos, de ceguedad y de la3 almas. Pensaba que ciertos minerales
entre los judíos, de crímenes en los misterios 6 ciertas plantas podían dar al alma humana
de la mágia, y de blasfemias y sacrilegios en un grado de sutileza propio para hacer ver los
todas las keregías juntas, vino á afluir como en espíritus. Atribuía á los génios los diversos
la mas impura cisterna, en la secta infame y prodigios de todas las religiones, y opinaba que
monstruosa de que fué digno jefe el apóstata el objeto de la filosofía era levantar el alma
Mánes. por sobre las impresiones corporales, excitar
su sensibilidad para ponerla en relación con los
La filosofía, á su turno, la que, por no pare-
espíritus. Pero la semejanza casi se torna en
cer retrógrada, trató de conciliar algo de las
identidad, si se estudia al primero y más a r -
verdades evangélicas con las crasas y desacre-
diente de sus discípulos, que al escuchar al
ditadas aberraciones del paganismo, la que se
maestro exclamó: esto mismo es lo que yo bus •
avergonzó d© hacerse cristiana, no vaciló en
coba. Nos referimos á Plotino. Este vivía per-
que en sus sesiones académicas se continuasen
suadido de que estaba bajo la protección de un
iniciando sus adeptos en los pavorosos misterios
génio, que habiendo sido evocado por un sacer-
que ya casi no tenían abrigo en los templos de
dote del templo de Isis, resultó ser un dios El
la gentilidad, y en quo fuesen esornadas con
mismo predecía lo porvenir y descubría las co-
las manifestaciones y comunicaciones de los es-
sas ocultas. Según él y sus secuaces la sustan*
píritus cuyc poder tocaba ya á su ocaso.
cia etérea, cuyo principio es el rayo solar, p r e -
El neoplatonismo estaba á la cabeza de estas side inmediatamente á la conservación del mun-
sectas filosóficas; y el sistema de Amonio, su do, que consideraba eterno; sobre esta sustan-
fundador, y de Plotino, Porfirio, Hierócles y cia está'el mundo de las inteligencia?, y en el
Jámblico, discípulos de aquel, si se le examina grado supremo, Dios. El sol es al mundo v i -
con mediana atención, no se diferencia del que visible, lo que Dios al inteligible. El hombre
ahora enseñan Alian Kardec y los infortunados eleva á Dios por eléxtasis, que reduce el alma
propagadores de su doctrina. al estado de esencia pura; y de esta suerte se
Amonio reconocía la existencia de un sér ne-
le revelan cosas que no le es dado conocer por
sí mismo.
Este éxtasis era el mismo delirio 6 manía de
Platón.
CAPITULO XYI.
¿Quién no]ve en todo esto¿ por una parte el
culto que hoy se conoce con el nombre de e3-
peritismo, y por otra la filosofía espiritualista
SUMARIO.
de Alian Kardec?
/
ralea, está pervertido. Están pervertidos y vi- juzgan que fuera del Dios Uno, hay otra diosa 3
ven esclavos del diablo los que, abandonando divinidad <5 numen.
á su criador, bascan las inspiraciones del ene-
" P o r lo cual los sacerdotes deben predicar
migo común; y por lo mismo, debe expurgarse
con toda solicitud al pueblo de Dios en las igle-
la Santa Iglesia de esta peste.
sias que tienen encomendadas, á fin de que se
'•Debe tenerse présente también que algunas
conozca que todas esas cosas son falsas, y que
mujeres abominables reciben á los demonios;
los fantasmas que perturban el alma de los fie-
y seducidas per sus engaños, fantasmas é ilu-
les, no son obra de Dios, sino del maligno E s -
siones, creen y declaran que ellas cabalgan por
píritu. Es Satanás mismo el que apoderán-
la noche sobre ciertos animales con Diana (1)
dose del espíritu de las mujeres y, trasfomán•
diosa de los paganos ó coü Herodiades y otra
dose en ángel de luz, toma la semejanza de diver-
muchedumbre de mujeres, y que recorren en el
sas personas y turbando en medio del sueño
silencio nocturno muchas tierras; que se hacen
las cabezas en,que reside, las sugiere ya cosas
obedecer algunas veces, y no pocas las llaman
alegres, ya tristes, ora cosas conocidas, ora
y vienen á su servicio. ¡Ojalá que ellas solas
desconocidas, y las obliga á creer que esto que
pereciesen en su perfidia y no arrastrasen, co-
solo pasa en el alma y en la imaginación, tiene
mo arrastran á muchas, á la muerte de la in-
lugar también en el cuerpo y en. la realidad.
fidelidad! Porque una gran multitud engaña-
da por esta falsa opinion, cree que tales cosas " ¿ A quién no sucede que en sueños y entre
son reales, y creyéndolo, se desvian de la fé visiones nocturnas, sale fuera de sí y ve dormí»
recta y caen en el error de los paganos, que do cosas que no ve en plena vigilia? ¿Quién hay
tan necio y tan romo de inteligencia, quejuz—
gue que todo lo que pasa en el alma, se realiza
también fuera de ella? Las visiones del profe-
ta Ezequiel fueron visiones de su espíritu no
1 Hoy se cree que los sonábulos recorrea grandes dis-
de su cuerpo, San Juan Apóstol'no vio ni oyó
tancias, y pueden, si desean estudiar astronomía, por
con los ojos y oídos materiales, sino con los del
ejemplo, ir á estudiarla sobre los mismos astros.
alma, las cosas misteriosas que refiere en el
17
Apocalipsis, como él mismo lo dice: staiim fui
El concilio TruUano tenido en el año de 692,
in spiritu. Y San P a b l o no avanza á afirmar
no es tampoco para pasarse en silencio; debe
que fué arrebatado e n su cuerpo.
- cuando ménos recordarse que castiga con la
"Así es que debe advertirse á todos que los pena mayor eclesiástica í los que hacen las fun-
que tales d semejantes cosas creen perdieron la ciones y desempeñan el oficio dé adivinos, á los
fe; y que los que no tienen una fé recta en el que practican las evocaciones de las almas do
Señor, no son del-Señor, sino de aquel en quien los muertos, etc., etc. (a)
creen, es decir del diablo. Porque por el mismo
Señor Nuestro fué escrito: que todas tas cosas
fueron hechas por El &c. Luego, el que cree
que puede hacerse algo, ó mudarse una criatu-
ra en otra mejor 6 peor, 6 trasformarse en es- tivi tenentur, qui relieto creatore suo, diaboli suffragia
pecie diferente y tomar diversa semejanza, si quaeruat: <$• ideo a tali peste debet mundari san età Ec-
clesia. Illud etiam non est omittendum quod quae-
no e3 por la virtud del mismo Criador, que hi-
dam sceleratae mulieres retro post Satanam conversae»
zo todas las cosas y p o r quien todas las cosas diemonum illus ; onibus Sf phantasmatibus seduetae, credunt
fueron hechas, es indudablemente infiel y peor & profitentur, se nocturnis horis cum Diana Dea Pagano-
que los paganos." (1) rum, vel cnm Hsrodiade, & innumera multitudine mulie-
rumequitare super quasdan bestias, & multarum terrarum
spatia intempestae noctis sileutio pnrtransire, ejusque
jussionibus velut dominaa obedire, 4" certis noctibus ad
ejus fervitium evocari. Sed utinam bae solae in perfidia
sua periissent. & non moltoa secum ad infidelitatis interi-
1 Episcopi, eorumque ministri omnibns modis elaborare
tum pertraxisaent. Nam ianumera multitudo hac falsa opi-
siudeant, u t perniciosam, & â diabolo inventa m sortilegam
nioni decepta, haeo vera esse credunt. & credendo à r e c t i
& magicam artem ex parochiis suis penitus eradicent: &
fide deviant, & errore paganorum involvuntur, cum »liquid
si aliquem viram, aut mulierem hujuscsmodi sceleris seota-
divinitatis aut nummis extra unum Deum arbitrantur.
torem invenerint, t u r p i t e r d e s honestatum de parochiis suis
Qaapropter Sacerdotes per Ecclesjas sibi commissas popu-
ejiciant. Ait euim Apostolus: Exreticum hominem post
lo Dei omnia instantia praedicare debent, ut noverint
primam &fecundam correptionen dc.vita, sciens, quia subver
baec omnia falsa esse, & non à divino, fed à maligno
sus est, qui hujusmodi est. Subversi sunt, & â diabolo cap-
Spiritu talia phantasmata mentibus fidelium irrogari.
—214— —215—
En apoyo de la legislación canónica viene la trdlogos, los hechiceros, los encantadores, y en
legislación civil cristiana. Decretos $de Cons- suma, íuese cual fuere el nombre que llevasen,
tantino y de Constancio, de Valentiniano, V a - los que usaran mágicos apparatus, como se e x -
lente y de los dos Teodosios, así como las Capi presa uno de los primeros (1).
tulares de Cario Magno no tuvieron otro fin en
La legislación española, que fué la nuestra
el vasto imperio romano de que fueron gefes,
por mucho tiempo, y lo es ahora en p a r t e toda-
qne reprimir en algún modo los males que con
vía, tanto civil como eclesiástica, está llena de
sus prestigios ocasionaban los augures, los as-
este género de prohibiciones. Fuera del cánon
del concilio de Elvira á que nos hemos referido,
pueden verse los X X I V y X X I X del concilio
cuarto de Toledo y el capítulo 15 del primero.
Si quidem ipse Satanas, qui transfigurat se in An-
Chindasvinto penó por la ley 1. 0 3 y 3. * , títu •
lum lucis, cum mentem cujuscumqua mulierculae ceperit, 10 2. ° , Lib. V I del Fuero Juzgo con doscientos
& hanc sibi per infidelitaten subjugaver it, illico tracsfor. azotes, infamia y prisión perpétua á los magos
mat s@ in diversarum species persanarum atque similitudi- y encantadores; D . Alfonso el Sabio, J u a n I y
lies; & mentem, quam captivam tenet, in somniis deludens»
11 de Castilla, los juzgaron dignos del último
modo laeta, modo tristia, modo cognitas, modo incognitag
personas ostendes, per devia quaeqae deducit: & cum so-
lus Spritus hoc patitur, inßdelis mens hoc non in animo,
sed in corpore evenire opinatur. Quis enim non in somniis
& nocturnia visionibus extra se educitur, & multa videfc
dormiendo, quae nunquam viderat vigilando? Quis vero perdidit: ty qui fidem rectam in Domino HÖH habet, hie.
tam stultas & nebes sit, qui baec omnia, quae in solo spi- non est ejus, sed illius, in quem credit, id est, diaboli-
xitu Sunt, etiam in corpore accidere arbitretur? cum Eze- Nam de Domino nostro scriptum est; Omnia per ipsum
chiel Propheta visiones Domini in spiritu, con in corpore facta sunt, &c. Quisquis ergo aliquid credit posse fieri,
vidit: & Joannes Apostolus Apocalipsis sicram entum in aut aliquam creatarem in melius aut in deterias immuta-
spiritu, [non in corpore vidit & audivit, sicut ispe dicit; ri, aut transforaiari in aliam speciem völ simiiitudinem»
Staiim, inqnifc./wi in spiritu. a E t Paulus non audet dice- nisi ab ipso creatore, qui omni* facit, & per quern omnia
re se raptum in corpcre. Omnibus itaqus publice annun- facta sunt, proculdubio infidelis est, fy P a g a n o deterior.
liandum est, quod qui ¿alia, £ his similia credit, fidem 1 Véase el código Teodosiano. De Malef. et Mathem,
suplicio. (1) Las leyes de la 7. * Partida, 1.a* cosa en es a razón, acaeciéndoles muchas oca-
y 2. 53 título X X I I I son curiosas, porque ge siones por el espanto que reciben andando de no-
ocupan en describir el modo con que algunos che, buscando estas cosas a tales en los lugares
procuran adivinar lo porvenir, y el de evocar extraños; de manera que-a!ganos de elles mue-
los espíritus. "La segunda manera de adeni« ren 6fincan locos ó desmemoriados; por ende
nansa, dice la primera, es de los agoreros é de defendemos que ninguno non sea osado de t r a -
los sorteros, 6 de los fechiceros que catan agüe" bajar, nin de usar, de tal enemiga, como esta:
ros de aves, ó de estornudos, de palabras; 6 porque es cosa que pesa á Dios, é viene ende
ecban suertes 6 catan en agua, 6 en cristal ó en muy grave daño á los ornes." (1)
espejo, 6 en espada, ó en otra cosa luciente, (2) Todas estas disposiciones penales comprue-
-d fazen fecburas d¿ metal (5 de otra cosa cual- ban la existencia de los hechos supersticiosos
quier; ó adeuinanza en cabeza de orne muerto 6 que se propusieron extirpar eu las respectivas,
de bestia, <5 eu palma de niño 6 de mujer vir- épocas en que se pusieron en vigor ó se recor»
gen. Estoi truhanes etc." ilNecromantia} con- dd su observancia.
forme á la segunda de dichas leyes, dicen en
latin, á un saber extraño que e3 para encantar
(llamar con el canto, evocar) espíritus malos: é
(a) Hé aquí algunos de los cánones citados y
porque de los ornes que se trabajan í fazer esto
otros que no se señalan.
viene muy gran daño á la tierra é señaladamen-
Si quis Ariolos, Aruspioes, vel incantatorea obseryave-
te á los que los creen, é les demandan alguna rit, aut phylacieriis usas faerit, anathema sit.
Qui divinatione3 espetant, & morem Gantilium subse«
1
ÍL i>¡i .. ••/ "• -íi ' ü ; . ' t -
ssdasöG '''{••••., ..ii£texi!P5.i ÜÖ r.oool • é tit>"enJ
»iit • 98 ¿o « R e f o v V . t&MJSö! \ -S.vmißö » ' >• Vi'"-! « Pero si por no dar las leyes antedichas algu-
1
• -»j n goflfiiriiöain -ob;: «bßi® ' ! i>»; •"<•. nos pormenores que acaso se extrañarán, se en-
-oaoo ß 9 « S i t ó í • • • • > « o l ob e r . 0 fe gj
contrase ó creyese encontrar un pretexto para
p -i'-tjjifi a e i « i i n » J l e o o ß o o c o i / M A r '<\• i l ao~ ¡¡
,Oiß? giiiqs® ta i o q acool eofíojú .
eludir su testiraouio, y no mirar la résplande-
cíente claridad que arrojaa en la materia, sa- nocido 6 entender á quien los habí a; descubrir
quemos de otias fuentes la parte complementaria las cosas distantes y ocultas; hacer ostentación
de esa prueba, que se entra por los ojos basta lo de fuerzas que están sobre la naturaleza de
más íntimo de la conciencia del hombre moral. la edad y condicion de la persona que tal h a -
La Iglesia católica que, por la salud de las almas, ce." (1) Esta aptitud, ó mas bien facilidad po-
no cesa de estar examinando los pastos que en líglota, esta segunda vista y vista á distancia,
la vina cristiana van haciendo brotar los años, son precisamente ahora las señales inequívocas
y de señalar al rebaño y hacerle discernir los de que tal ó cual es un médium 6 intermediario
dañosos de los saludable?, ha procedido sobre entre el mundo visible y el invisible.
el particular con todo aquel acierto, mesura y Semejantes signos fueron observados de h e -
sabiduría que demuestran que siempre está cho en multitud de casos acaecidos. Así, en
influida por la asistencia divina. Así, en el 15-50, según refiere un escritor de quien aleja
Ritual Romano, en la parte que ha sido más toda sospecha la incredulidad de que se ala-
ridiculizada por la ignorancia, la impiedad y ba y su prevención sistemática contra todo
la incredulidad, hoy convencidas de hecho de lo sobrenatural y maravilloso, (2) las religiosas
que la existencia de los obsesos y posesos no de Noetet (Alemania) estallaron repentinamen-
era, como creían, una fábula grosera, ni uua le*- te en mil extravagancias, y en medio de ellas
yenda ridicula; en la parte, repetimos, que inti- profetizaban lo porvenir y hablaban lenguas
tula: De Exorcisandis Obsesis á Demonio, da desconocidas. (3) Ea 1632 las Ursalinas de
al exorcista ciertas instrucciones para el exacto
desempeño de su oficio, suo muñere recle funga-
tur,, y á fin de que no crea de ligero en las ob-
sesiones, sino cuando, despues de un maduro 1 Signa autem ob3ÌdentU demonis sunt: ignota l i n g u a
exámen, se presenten los signos que revelan el loqui pluribns verbi«, vel loqueatem intelaerò; diatantia
hecho de la obsesion. Hé aquí, entre otros, et occulta patefacere; vires supra etatis et coadit'onis na-
turam ostindere.
varios de esos signos distintivos, que marca:
2 Calmeil.
"Hablar muchas lenguas ó alguu idioma deseo-
3 Gran Dictionaire de sciences medicale^.
Loudun (Francia) fueron víctimas de la misma tos, adivinaciones y profecías fueron comunes i
invasión, mediante la perniciosa influencia de aquellos secuaces de Oalvino y á estos discípu*
Urbano G-randier. Largo seria pormenorizar los de Jansenio. Entre los cristianos, pues,
las cosas maravillosas que tuvieron lugar, res- y esto de tiempos mny atrás, no han faltado
pecto al espíritu y al cuerpo, al espacio y al ejemplos de verdaderos espiritistas, ni de fenó-
tiempo. Son curiosas las conversaciones que menos de espiritismo.
las poseídas sostuvieron con los exorcistas y Solo resta, para dar la última pincelada en el
multitud de espectadores, en idiomas por ellas cuadro, hacer patente que tampoco los espíritus
del todo ignorados. M. de Launay de Nasilly, golpeadores, que tanto preocupan á los hijos del
recien llegado á Loudun, de este continente, siglo X I X , estuvieron entre los cristianos, ántes
asegura que les habló en el idioma de muchas de ahora, en un reposo absoluto y que no pocas
tribus de este país, y que habían contestado de veces pusieron en juego todo ese aparato de
la manera mas satisfactoria, y aun referídole ruidos, golpes, espantos y terrores que consti-
cosas que pasaban en estas regiones. (1) tuyen lo que técnicamente llaman los espiritis-
Iguales fenómenos y otros, todavía* más in- tas una manifestación.
ceeibles y extraño?, se produjeron en 1700 en- Regístrense los diccionarios de las lenguas
tre los llamados Camisavdos ó Tembladores de las más comunes; y se veráa, en el de la nuestra,
OeveDas, y en 1633, entre los Convulsionarios estas palabras, trasgos, duendes; en el de la
de San Medardo sobre el sepulcro del diácono francesa, gobelins, lutins; en el la sueca, trulles;
de Paris, Insensibilidad y agilidad pasmosa en en el ele la italiana, farfarelli y en el de la rusa,
los cuerpos; exaltación y delirio en las almas, mitren; todas para significar ciertos espíritus que
vista á distancia, penetración de los pensamien- siempre se ha creído suelen apoderarse de las
casas é infestarlas y vejar á sus habitantes de
variadas é inexplicables maneras; pero sobre
todo con ruidos, golpes y voces indeterminadas,
1 Gorres. La Mystique Divine, Naturelle et Diaboli-
con risas y contactos extraños, cuya [causa no
que. Tomo 3. ° Capitulo XLIV. Leriçhe. Traité spécial
de la CGsesion de Loudun.
se ha podido averiguar. Si no hubieran exis-
tido semejantes espíritus, ni se hubiesen cono- ta Teodoro, cuenta de la casa de un tribuno,
cido sus manifestaciones groseras, seria imposi- que los hombres que la habitaban y los anima-
ble explicar el hecho nudo de encontrarse en es domésticos eraa importuoados de diversas
los diccionarios esas palabras. Péro la prueba suertes por los espíritus: que cuando aquellos
puede ser directa, como lo vamos á ver, consul- se ponían á la mesa, se les arrojaba piedras y
tando algo de lo que historiadores ó cronistas espantaba con ruidos, cuyo origen era imposible
respetables é imparciales, han dejado escrito de encontrar. Idénticas apariciones ó mani-
acerca de estas inteligencias golpeadoras, cuya festaciones tuvieron lugar, según Sigebert, en
existencia, desconocida á los americanos, los co- su Crónica, en 958, cerca de Bingen.
menzó á llenar de admiración en 1847. Los espíritus golpeadores de Tedworth, de
Ya desde la época de San Agustin fueron no- Wesley, Hudemühlem, de Dropano, de Strat-
tados. El mismo Santo refiere que la casa de fort, Bowter, de Dcetting, de Malta y otros que
un tal Hésperio, situada en la diócesis de Hi - menciona Gorres, por espacio de mucho tiempo
pona, en un punto conocido con el nombre de fueron terror de los lugares en que se alojaron,
Zubeda, era vejada y maltratada lo mismo que y de los hombres á cuyo arrimo se les antojaba
sus habitantes, por los espíritus. (1) vivir. Y no se crea que se tenían tales cosas
como meras consejas ni que pasaban fuera del
En tiempo de Teodorico rey de los Ostrogo-
círculo de las personas de criterio y solo en el
dos, la morada de un tal Elpidio, médico, y un
seno de la ignorancia, ni mucho ménos que no
establecimiento de baños en el cantón llamado
se las examinaba por personas de toda compe-
Sucseniriones (Diócesis de Arlés) se encontra-
tencia. Por el contrario, la misma autoridad
ren en igual predicamento. (2) El Presbítero
se encargaba de esclarecer la causa de que pu-
Jorge, en la vida de su maestro el archimandrL
dieran proceder.
que lo quiera para que el fluido sutil se despren- movimiento, modifica en cierto modo el alma,
da, en mayor ó menor cantidad, del cerebro, si. haciendo del cerebro un instrumento mas deli-
ga la dirección que se le marca, apoderándose cada, un servidor mas dócil que contribuye á la
del cordon nervioso qne está en relación con perfección de su obra y á la pronta ejecución
la mano, y le comunique instatáneamente el de su pensamiento; y hé aquí también el origen
movimiento. de los fenómenos psicológicos á que la magneti-
zación da lugar. Mas no por esto deben atri-
De igual manera la acción de la voluntad
buirse estos últimos al agente material, 3Íno á
sobre el fluido nervioso, y la eficacia de este en
sola el alma. Así como no se atribuye al vino
obedecer y seguir el impulso que una vez se le
la elocuencia del hombre en cierto grado de
ha comunicado, obran fuera del cuerpo del hom-
ebriedad, ni al champaña el estro poético que
bre sobre otros hombres ó sobre los objetos
se enciende en el que le toma, ni al ópio las
exteriores inmediatos ó á distancia. ¿No obran
idéas raras y no acostumbradas, que mediante
así la electricidad y el magnetismo mineral?
su influjo se despiertan. Nada de materialis.
¿No obra así el pensamiento interior, el verlo
mo, sino mucho de ciencia, es lo que se vé á
de la inteligencia, desprendiéadcse del indivi-
dúo que le engendra, tomando cuerpo y como través de esta teoría ségun el Abate.
encarnándose en la voz humana y recorriendo En cuanto á la parte moral que es la que
grandes espacios y comunicándose á otras inte- mas pudiera alarmar, bastaría decir que siendo
ligencias por medio de la atmósfera, conductora el magnetismo una verdad, no puede ser en sí
de los sonidos? mismo enemigo de la virtud.
La voluntad modifica el estado normal del El poder magnético es una facultad natural,
fluido nervioso en maneras infinitas; el fluido común á todos los hombres, repartida entre
nervioso á su vez modifica en la misma propor- ellos en diversos grados, como la imaginación y
cion el organismo y es modificado por este; y la misma inteligencia, que no en todos es igual.
hé aquí el origen de tantos fenómenos fisiológi- Siendo una facultad que es regida por la volun-
cos como se observan en los magnetizados. El tad y el libre albedrío, está sujeta como todas
fluido nervioso recíprocamente, ya puesto en las de su género á leyes morales. Y por lo
mismo es susceptible de abuso; y su abuso no
puede menos de ser reprobado Mas esto mis-
mo da por sentada su bondad intrínseca y la
legitimidad de su ejercicio. El abuso viene del CAPITÜIO XIX
hombre, no de la cosa; el hombre puede obrar
mal, y la cosa permanecer buena.
SUMERJO.
Esta es la teoría tal cual la espone uno de
sus mas ardientes defensores. Así discurre el
Abate Loubret en su obra Le mac/netisme devant Se enuncia la expoíicicn de la hipótesis científica del so-
les corps savants, No hemos hecho mas que r a m b u l ú m c — ¿ E n qué comi-te el sonambulismo? La
U3i cia no responde i atisfaetorir-mente á esta jregun-
extractar en pocas frases, lo que enseña y ta.—Les efectos que fie le atribuyen son los mismos
que »1 mpgcetifmo.—Ci mplic: (ion que resuba.— ¿Por-
desarrolla en varios capítulos.
qué ha tido necesario ocurrir á esta nceva hipótesis?—
Figuier, Braid, Asam y Breca defensores del sor am-
buiistro é impugnadores del magr etisrco y de toda
teoría que se funda en la ex ; stencia de un fluido parti-
cular.—Palabras de Figuier«—Mega la existencia de
ta! finido, s t a cuál fuere eu nembre.— Se considera ee-
ia teoría cemo i r é r o s v a g a y iras poiitiva.—Funda-
mentos que !e dan ais fsrtidsrios —Efectos extraordi-
narios del sueño natural.—Opiniones de Platón y de
Aristóteles con respecto á él.—Sonrmbulismo ratural
ó nectembulismo.—Anécdota de un parisiense referida
per Jebnston —Ccnsecuenciss que ue infieren en fa»
vor del sonambulismo artificial.—Se pretei de demos-
trar la existencia de este con el descubrimiento del hip-
notismo.—Método para hipnotizar.—¿Cómo se explican
les fenómenos?—Otras pulabrss de Figuier.— Refle-
xión del autor.
«
diado por un sinnúmero de sabios, y que no es Sonambulismo artificial. Así la expone, al mé-
otra eosa mas que un sueño nervioso y en rea- nos, Figuier en sn obra intitulada: "Histoire
lidad el sonambulismo artificial, viene á explicar du Mervilleux.» Tomo 3 . ° Cap, X V I . P. 360.
naturalmente todo lo que hasta ahora estaba
Para concluir este capítulo, y sin estar con
sin explicación ó con explicaciones extravagan-
formes con el juicio del expresado Figuier, solo
tes, arbitrarias é hipotéticas.
para que se vea cuál es la causa natural que
En presencia del hipnotismo la teoría del dá á esos fenómenos, vamos á trascribir estas
magnetismo humano ha venido abajo. El mag- palabras suyas, que revelan toda la extensión
netismo, aun supuesta su existencia, no puede y toda la importancia que concede al sonambu-
ser la causa de los fenómenos. Antes las cosas lismo artificial:
permaecian dudosas, pues se aseguraba que
'"La perfecta semejanza del sueño nervioso
aquel fluido producía el sonambulismo artificial'
{hipnotismo) con el estado de sonambulis no ar-
y aunque no se demostraba, nadie podia decir
tificial, da cuenta no solo de las crisis del ban-
que era imposible ni demostraba lo contrario,
quete de Mesmer, sino del sonambulismo arti-
No sucede ahora lo mismo. Puede discurrirse
ficial descubierto por el marqués de Puysegur
así: siempre que se observan los fenómenos'
y tan largamente explotado por los magnetiza-
hay sonambulismo; y no siempre que hay so-
dores de nuestra época; en fin, de les pretendí-
nambulismo hay magnetismo; luego, no este
dos fenómenos de magia que ha dado á luz la
sino aquel, es su causa eficiente y determinante,
escuela moderna que hemos llamado mágico-
El hipnotismo e3 un sonambulismo artificial que
magnética, La misma teoría fisiológica expli-
no necesita de las corrientes magnéticas para
ca otra mnltitud de acontecimientos, tenidos por
producirse.
sobrenaturales, que nos ha trasmitido la histo-
Callen, pues, las razones y los argumentos, ria general ó particular de los prodigios reco-
en presencia de los hechos; la metafísica, cuan- pilados en los anales de las ciencias ocultas.
do hablan la observación y la experiencia. Es fácil de encontrar en los diversos pueblos
Tal es en compendio la teoría que quiere ex- muchos medios . de encantamiento, de fascina»
car los fenómenos espiritísticos por medio del cion, etc., que deben parecer del mismo órden
—254—
que los provocados por el sneño nervioso. Las
proesas y los héroes de- la taumaturgia moder- CAPITULO XX.
na quedan también despojados para nosotros
de todo prestigio sobrenatural. El iluminismo SUMARIO.
estático de muchedumbre de individuos y aun
de poblaciones enteras, estado que embaraza- Razones por las cuales fué necesario dsr de mano á las
ba tanto la crítica científica, no tiene ya mis- teorías físicas y psicológicas, y buscar otra que llenase
mejor las eiigencias del entendimiente.—Se tropieza
terios para ella: lo maravilloso se desvanece dc¡-grac¡{¡d¡-mei¡te con la teoría del espiritismo-—Ba-
de toda región tenebrosa en donde la ciencia se filosófica de estn tecrís.—ComieD/a la exposición de
la misma.—Se distingue entre manifestaciones y co-
pone una vez la planta. municaciones e&píritgs.—Nt-turaleza de loa espíritus
que se hacen intervenir.—Su gerarq nía.—Tres órde-
Ya lo vemos, ¿quién lo habria jamás imagi- nes en que están colocados.—Espíritus impuros, ligercs
nado siquiera? La ciencia moderna ha encon- ignorantes, malignes, incorsecuemes y burlones.—Es-
píritus pseudo-sabios y teutros.—Golpeadores y per-
trado el punto de apoyo que buscaba, en la turbadores. Todos estos corresponden al primer or-
den geiárquiro.—Corresponden al segundo órden los
doble punía de unas tijeras; en el extremo de espiritas benéficos, ilustrados y sabios.—Se ocupan
la nariz y hasta en el ombligo de los monges principalmente en cuestiones científicas y de moral.—
Corresponden a! tercer órden los espíritus puros.—Dan
del monte Athos. ¡Ruda que es ella, pues ha órdenes á los otros espíritus y las reciben de la divini-
dejado pasar tantos siglos sin poder salir de su d a d — l a m a t e r a no ejerce en ellos irfluencia alguna.
—Peiiefpíritu.—Operaciones t¡ne se les atribuyen.—
embarazo! Si al ménos fuera una verdad esta Esta teoría r,o es nueva, es una alteración do la doctri^
conquista y no un pueril desahogo de la vani- r.a católica acerca de los ángeles y de les demonios.—
Palabras de Bos^uet. — Manera de cimucicarse con
dad (1) ellos.—Evocaciones—Fenómenos que tienen facilidad
de producir.—Alianza del espiritismo cou ti sonambu-
lismo y el magnetismo.—Explicaciones que da Alian
Kardec.— Refiexion' , del autor.
y sorprendieron en ella la clave, única que pe- P e r o el espíritu de sistema, y más que todo,
dia abrirles la puerta para penetr ar en el abis- la preocupación morosamente acariciada de no
mo de las causas ocultas; otros, queriendo lle- reconocer otras causas inteligentes, fuera de
var la ciencia humana á todas p a r t e s , aun á Dios que no se atre?en á negar explícitamente,
aquellas que están fuera de su alcance; preocu- y fuera d e l - a l m a humana que de una manera
pados en «entra de la doctrina reveleda, que solapada revisten con los atributos de la Divi-
entre sus dogmas comprende el de la primitiva nidad; en la imposibilidad, que los hecho3 más
prevaricación angélica, y por lo mismo el de la palmarios demostraban, do que pudiera ser cau-
existencia de genios maléficos que a s e d i é cons- sa de aquellas maravillas el alma del hombre
tantemente á la humanidad, buscando á quién durante su prisión en la cárcel del cuerpo, t u -
devorar, no tuvieron la fuerza de ánimo para vieron que recurrir á la hipótesis, nótese bien,
quemar el ídolo de su soberbia, y á níes de pre- de que eran producidos por la misma alma, l i -
sentarse en un siglo materialista y descreído, b r e ya por la muerte de las .cadenas de la
como partidarios de la demonologia, prefirie- carne.
ron hacerse demonólatras prácticos.
Y decimos hipótesis, porque para afirmar,
Estos veían, y no podían ménos que ver, que como afirman, semejante causalidad, no se a p o -
los fenómenos, de que eran testigos, sallan de yan en hecho?, ni alegan razón alguna p l a u -
las leyes de la ciencia vulgar, y revelaban en su sible.
causa la acción de una voluntad lib re é inteligente. Los séres que se comunican, dice Alian K a r -
Creían, y con razón á la \ e r d a d , que un efecto dec, se designan d sí mismos con el nombre de
inteligente debe tener por causa una potencia inte- espíritus 6 de génios que han pertenecido, al mé-
ligente. (1) En esto procedían como prudentes y nos algunos, d los hombres que han vivido sobre
discurrían como filósofos» la tierra. Y de este h^cho, que por lo mismo
que es un acto de un sér inteligente y libre, que
no se ha demostrado tenga el privilegio, el atri-
buto d.vino de la infalibilidad, y en consecuen •
1 Alian Kardec, L e libre des esprits, cía que no quiera eDganarnos, se infiere que las
almas de los difuntos son los agentes iuvisibles,
causa de los fenómenos. hombre que sirve de intermediario ó de médium
entre el mundo visible y el invisible. Realmen-
Esta es la base filosófica de la teoría espirita te son una alianza hecha por los espíritus con
que exponemos ahora. los hombres, de quienes son oidos, si hablan;
Desde luego, para darse cuenta de la teoría, vistos, si toman alguna forma humana ó mate-
debe distinguirse entre manifestaciones y comu- rial; obedecidos, si les ordenan que escriban ó
nicaciones espiritas. Las primeras se traducen hablen; é interpretados, si tienen á bien expre-
por hechos físicos que se realizan en torno de sar sus pensamientos por medio de golpes y
los observadores y son como el signo que les movimientos convenidos de antemano. De aquí
anuncia la presencia de algún espíritu que quie- la distinción establecida por los espiritistas ame-
re comunicarse. Los objetos que se mueven, ricanos en médiums audientes, videntes, escri-
levantan y quedan suspendidos en el aire, sin bientest pallantes é intérpretes.
aparecer la causa, y muchas veces de un modo En cuanto á la naturaleza de esos espíritus,
contrario á las leyes conocidas de la naturaleza; la nueva teoría la estima inmaterial, dejando
los resplandores que se producen en medio de entrever, sin embargo, que entre la naturaleza
las tinieblas, y las tinieblas que repentinamen- espiritual y la corpórea, tal vez no haya u n a
te aparecen allí donde reinaba una serena cla- diferencia esencial. La vid espirita no signi-
ridad; los golpes y los ruidos misteriosos, las fica otro cosa. El sarmiento es el cuerpo, el
armonías de instrumentos músicos, las voces licor, el espíritu y el grano, el hombre.
dulces, los cantos que se escuchan y los perfu-
No todos ellos ocupan igual puesto en la es-
mes que se difunden; la turbación y alteración
cala del mundo invisible, ni todos son igual men-
de los actos orgánicos del hombre y el trastor-
té conocedores. Hay entre ellos una gerarquía
no súbito de algunas de su3 funciones psicoló-
de tres órdenes con su correspondiente subdi-
gicas, son otros tantos fenómenos á que la nue-
visión, según el grado de perfección que han
va ciencia da el nombre de manifestaciones. Las
alcanzado; y la lucidez de su inteligencia tiene
comunicaciones espiritas se distinguen por la
tantos matices como los colores del arco-iris.
relación necesaria en que se encuentran coa el
No todos quieren ni hacen el bien; muchos son
inclinados al mal y procuran causarlo; no todos En el segundo drden espirita predomina el
ilustran á los hombres; muchos los burlan y los espíritu sobre la materia y una inclinación mar-
engañan. En unos predomina la materia sobre cada hácia el bien. De aquí los espíritus bené-
el espíritu, la propensión al mal, la ignorancia, ficos, cuya cualidad dominante es la bondad, y
el orgullo, el egoismo y toda3 las malas pasio» se ocupan en proteger á los hombres.
lies. De aquí los espíritus impuros que dan De aquí los espíritus ilustrados y los espíritus
consejos pérfidos, atizan la discordia, inspiran sdbios, siendo en unos y otros grande la exten-
desconfianzas, se disfrazan con todos los trajes sión de sus conocimientos, y distinguiéndose
y se ponen todas las ma'scaras "para engañar solamente en que los primeros se preocuban
mejor. Su placer está en procurar la ruina de más de las cuestiones científicas, á diferencia
los hombres. de los segundos, que tienen cierta predilección
De aquí ¡os espíritus ligeros, ignorciniéSj ma- por las cuestiones morales.
lignos, inconsecuentes y burlones; se mezclan en El otro <5rden ó gerarquía comprende una
todo é inducen en el error mediante mistifica- sola clase, la de los espíritus puros; se c a -
ciones y travesuras pueriles. racterizan por la ninguna influencia que en élloe
De aquí los espíritus pseudo-sabios, cuyos co • tiene y ejerce la materia, y por su superiori-
nocimientos, aunque extensos, se hallan mezcla- dad intelectual y moral absolutas respecto de
dos á multitud de errores. Creen saber mas los otros espíritus á quienes dan órdenes, que
de lo que en realidad saben. ellos á su vez reciben de la divinidad, (1)
De aquí los espíritus neutros, que ni son tan Todos estos espíritus vagan en torno de los
buenos que hagan siempre el bien, ni tan malos humanos; gozan del don de la ubiquidad; pene-
que practiquen siempre el mal. Son poco su-
periores al vulgo de la humanidad.
De aquí finalmente, los espíritus golpeadores
y perturbadores, más aptos para las cosas ma-
teriales que para los trabajos de la inteli- 1 Extractado de Alian Kardeo. La lirve des espiits.
•
tencia del fuego oculto que no podemos ver, que que siempre que aquel impulso ciego se verifi-
los tales fenómenos no pueden ser debidos sino case, se produciría la maravilla de la formación
á una sola y única causa. del poema de Yirgilio, ó siquiera la del Ego
Porque si cada uno de ellos debiera tener Ule qui quondam con que comieza, seria mengua
una causa diversa, ¿cuántas se necesitaría po- de entendimiento y síntoma marcado de demen-
ner en juego para producir tan grande varie- cia. Para que tal sucediera toda vez que se
dad, que, como dijimos, excede á la variedad tentara el experimento, se requeriría que cada
de las combinaciones de las letras del alfabeto? tipo fuera puesto en su lugar por un agente; y
Si son muchas y no una sola la causa, ¿no os pa- para que la infinidad de agentes que debían po-
rece una coincidencia muy rara que todas ellas nerse enjuego; caminasen acordes, era fuerza
se pongan en movimiento á la vez, cuando me- subordinarlos á un agente ordenador que abar-
nos se piensa, ni se espera, siendo que no hay na- case el conjunto; en cuyo caso este seria la ver-
da superior á ellas que las impela á entrar en dadera causa del prodigio, siendo los otros me-
acción? Si cada causa produce su fenómeno, ras causas secundarias ó simples instrumen-
¿cómo es que no se nota que obra con inde- tos.
pendencia de las otras? ¿"Bastará que una Así, pues, en el supuesto de que sea múlti-
opere para que las d e ^ a s comiencen su ope- ple y no una la causa de los fenómenos espiri-
ración? Pero si esto pasa realmente ¿por qué tistas, tendremos que admitir: ó que todas
unas veces dejan algunas de operar, y otras obran ciegamente, y entónces no es posible que
ocasiones, ó bien se anticipan, ó se retardan, aquellos se repitan tantas veces como se quiera:
<5 toman el lugar y tiempo que no les corres- ó que obran con alguna inteligencia, y entónces
ponde? tampoco es posible su reproducción capricho-
sa, si no los ponemos i las órdenes y al s e r -
Está bien, aunque el sentido moral lo repug-
vicio de una sola inteligencia que haga que
né, que se suponga por los amigos de las mas
todos los hechos particulares conspiren á un
desatinadas hipótesis, que arrojados un dia al
solo fin.
airo un competente número de tipos de impren-
ta, resultase formada la Eneida; pero sostener ¿Quién podia esperar qué hombres sin n i n -
guna clase de conoció]ieníos en música, toca- Pero ce dice: " n o obstante, los fenómenos del
sen repentinamente una partitura de Norma ó espiritismo reconocen distintas causas, sin de-
Sona'mbula, ó, aun cuando los supongamos con jar de producirse con cierta unidad, bajo la
los conocimientos necesarios, lograran hacerlo, excitación pasiva del médium á cuya influencia
sin ponerse de acuerdo en el tiempo cuando se producen." ¿Y qué significa esa excitación
ménos, y sobre todo, sin seguir las indicaciones pasiva del médium, que no sea contrario á la
de la gama, en donde están escritas las órde- misma filosofía del .lenguaje?
nes inteligentes del compositor?
Ademas supongámoslo. Ya vimos anterior
Es inconcuso: todo conjunto 6 colectividad mente la multitud de cansas que debían poner-
inseparable en cualquier categoría de seres, es se en juego; y por mas pasivo que el médium
homogéneo á pesar de la heterogeneidad de sus se conduzca, ninguno dudará que aun para e x -
partes; siendo homogéneo es uno; y lo que es citar aquellas causas, necesita al méiLis cono-
uno lo es por la unidad de la causa que le ha cerlas. ¿Y quién se atrevería á afirmar que
comunicado aquella cualidad, Y esto, á pesar en efecto las conoce? Los sábios que frecuen-
de que el conjunto fuese mas d ménos estenso, an las academias científicas confiesan que no
es decir, comprendiera mayor ó menor número es es dado subir á tan excelsas alturas. Y los
de fenómenos, pues lo que une cien, por ejem- fenómenos se producen bajo la influencia de
plo, puede muy bien unir cincuenta; y lo que los médium mas ignorantes y rústicos.
viene á determinar la causa que se busca no es
Por otra parte, no queráis hacer de un
el número que cuenta, sino la relación que or-
médium que en el instante en que las mara-
dena; no es la variedad que separa, sino la
villas que atribuís á su excitación pasiva se
unidad que todo lo lleva y refiere á un centro
realizan, no tiene conciencia de su persona
común. En conclusion, todo conjunto es una
entidad colectiva; toda entidad colectiva vive lidad ni se conoce á sí mismo, un Júpiter
de la unidad; y la unidad del efecto, la unidad tonante ó un Neptuno, un Pluton ó una Mi-
de la acción, no se concibe fuera de la unidad nerva.
de la causa y del agente. T odo médium es un hombre; y como tal t i e -
ne limitada su actividad; no puede, siu consti- ser esta causa única, que es necesaria, y que
tuirse criador de las cosas, simplificar la sen- como necesaria buscamos? No; será la última
cillez de las leyes de la naturaleza, ni varíalas palabra que pronunciemos despues del e x a -
á su antojo que, sea dicho de paso, es incapaz men concienzudo de aquellas hipótesis á que
d e sentir en el estado en que le suponéis. El nos vamos á consagrar.
hombre necesitará siempre de inteligencia y
de esfuerzos para obrar sobre los agentes natu-
rales; y los agentes naturales podrán obedecer
el mandato del hombre, pero al proceder á su
ejecución, lo harán no conforme á nuevas leyes,
que no pueden recibirlas más que de la Divi-
nidad, sino conforme á las leyes recibidas des-
de el principio, y á las que están sujetas por la
más imperiosa de las necesidades.
Siempre las nuevas ideas* se decia, cuando Así, pues, oportunidad habia tenido la idea de
se personifican ó encarnan por la primera vez, personificarse y encarnarse una y cien veces; y
encuentran opositores rabiosos y contradicto- en cada una de esas reincarnaciones ganar si-
res ?pasionados, Y por otra parte, el desden quiera un palmo de terreno. Las ideas que al
y el encono de los sabios han tenido muchas nacer no presentan título alguno, aunque este
veces que avergonzarse de sus inconsiderados título sea contestado, no pueden aspirar al d o -
brios: el chiste y el ridículo están léjos de ser minio de las inteligencias ni coa el lapso de los
argumentos decisivos años, porque esto significa que no solo les falta
la verdad, sino hasta la verosimilitud. El p r o -
verbial puré si muove de Galileo, no se pronun-
ció aislado; fué una consecuencia de razones que
no se han podido destruir todavía.
1 La magnétisme est aax abois;
La faculté, 1' Ácademie Más si entónces pudiera considerarse ei mag-
L'ont condamné tout d'une voix,
E t l'ont couvert d'ignominie.
Apres ce jugement, bien sage et bien legal,
bi quelque esprit original
Persiste encore en son delire,
I l será permis de lui dire: 1 Eaport a la Société Royale de Medicine. A Paris, le
Crois au magnetisme atimal! 16 Août 17S4.
netismo humano como nuevo, era natural que al-
la magia." (í) El mismo autor hace decir á este
go se hubiese adelantado respecto de su existen,
siglo, que llama de las conquistas científicas, per-
cia en un siglo de investigaciones que ha tras- sonificándole y dirigiéndose á otros siglos: 'cYo
currido. Es cierto que durante esta centuria ha he sepultado el magnetismo, he resucitado la ma-
tenido algunos partidarios, pero ha sido mayor gia que era tenida por muerta. Antiguamente
el número de sus enemigos; y además, aquellos, una sola de estas cosas hubiera hecho la gloria
en materia de demostracicn científica acerca del de un s i g l o . . . . ¡Vosotros, siglos de oro, habéis
hecho de su existencia, no han sido más atinados muerto; solo yo vivo!" (2)
y felices que sus antecesores.
Grimelli también se revelaba contra la s u -
Despues, (en los años de 1831 y 1837) el flui- puesta existencia de ese fluido, cuando decía:
do magnético sufrid un segundo y tercero exá- " E n t r e nosotros, Nobili y Mazianini cuanta
men de parte de la Academia Francesa de Medi- más estudiaban la naturaleza organizada y vi-
cina; y en una y otra ocasion, pero sobre todo, viente, guiados de la observación y de la e x p e -
en la última fué herido de muerte. En 1831 no riencia y siguiendo los más exquisitos a r g u -
tomándose en consideración ni discutiéndose si- mentos eléctricos, tanto ménos autorizaban las
quiera el dictámen del relator Iíusson que pare, lucubraciones electro-magnético-üsioldgicas de
cia favorecerle, y declarándose en 1837, prece- Lamagna, las francesas elegancias de una copi-
diendo estudios y observaciones prácticas, que los laridad instable, y las graves veleidades britá-
hechos nada tenían de concluientes en favor de la nicas de una acción eléctrica trocada con la ac-
doctrina del magnetismo animal. ción nerviosa; y entre nosotros también los pro-
fundos cultivadores de la ciencia y del arte de
Los sabios naturalistas en hx particular, lo mis-
moque los reunidos en cuerpo, han seguido gene-
ralmente este sendero. "Hace setenta años, es-
cribía M. Morin, que se predica el magnetismo á
las Academias; y cuando apenas se comenzaba á
1 V. Comment ie sprit vienfc áux tablee P . 52.
sospechar su existencia, deja de vivir y sobreviene
2 Id., P . 12T y 129.
•—295—
curar, E s t e v a n G-alüni, Miguel Medici, Mauricio nos que en arena; hemos dicho mal, en
Bufaliui rechazan, llevados de su juicio y doc- me vacio.
trina, las t e o r í a s y los sistemas de una eleetri. Entre tanto los defensores de la hipótesis
cidad fisiológica, que toda se vuelve imaginado - zoo-magnética ¿qué han hecho? ¿Han intenta-
nes y conjeturas y que audazmeute intenta hacer do siquiera demostrar su existencia? A ellos y
muestra d e si propia en la patria de Galileo, de no á sus contrarios tocaba evidenciar este pun-
Malp¡ghi ? de Spalanzani y de Volta." (1) " N i la to cardinal de su sistema. Y en efecto lo han
vibración d e los cordones nerviosos, enseña el intentado; pero los vanos esfuerzos impendidos
autorizado Magendi, ni el pretendido fluido ner- han sido estériles, si no contraproducentes. El
vioso, ni Ja electricidad son explicaciones sufi- péndulo de Gerbouin, por ejemplo, pareció al
cientes de la trasmisión de las sensaciones." Por
principio que ministraba la deseada prueba, pues
último, o b s e r v a Figuier, la inmensa variedad de
tomándole con los dedos índice y pulgar, voltea-
los medios que puede producir el estado mague,
ba á voluntad del magnetizador que emitia su
tico es un argumento contra la existencia real
fluido, ya lo tuviera aquel ú otra persona
de un fluido que emanase del cuerpo magneti-
tida á su influencia; pero, como dice Loubert,
zador." (2)
bien podia ser que semejante movimiento le fuera
comunicado, no por el fluido, sino por los dedos
De s u e r t e que está léjosj de ser un hecho en
que le sujetaban. Esta sospecha se tornó en
las esferas de la ciencia la existencia ¿el mag-
realidad, cuando el mismo Loubert y M . Char-
netismo h u m a n o . Cualquiera teoría, pues, que
pignon fijaron el péndulo á un cuerpo sólido,
se funde e n base semejante, se funda poco raé-
influenciándole, sin embargo, con la mano, pues
entónces el péndulo quedó en la inmovilidad
más perfecta. (1) También se refiere que los
sonámbulos han visto este fluido y aistinguídole es más bien contra la existencia del fluido zoo mag-
de los otros; pero el que tiene los ojos cerrados, nético. (1) Y en verdad, la misma denominación
respondemos con un espiritista de la Capital, que de eléctricos dada á esos animales establece sus
no pertenece al Círculo de laLu7, (1) no ve por diferencias respecto de los que no tienen aquélla
sí mismo, así esté despierto. Y además, jamás calidad. Circula en ellos la electricidad, no en
los sonámbulos han revelado que su clara visión. virtud de una ley general al reino á que p e r t e -
sea debida al magnetismo; y aunque alguna vez necen, sino merced a un aparato en el cual
hubiesen aventurado la especie, no habrían sabi- aquella se elabora. Beequerel en Francia y Mat-
do justificar que son oráculos infalibles. teucci en Italia hicieron un estudio especial de
la tremielga, y han reconocido la realidad de ese
Del hecho de que existen algunos animales
aparato. E l último le describe minuciosamente,
marinos con propiedades eléctricas que se desar-
resultando que está compuesto de dos órganos,
rollan cuando se les irrita, como el náutico, l a
que á su vez se componen de pequeños alveolos
tremielga y el siluro, han procurado sacar p a r -
como los del panal, que se unen entre sí delante
tido en favor del magnetismo huma fio, que her-
de los huesos de la nariz, y están separados de
manan con la electricidad animal. La consecuen-
la piel por un gran aponeurtísis. Los alveolos se
cia no puede ser mas ilógica, pues se sienta un
encuentran llenos de una materia gelatinosa, que
principio general sobre casos particulares redu-
contienen nueve partes de agua por una de a l -
cidos en número. Si alguna consecuencia se dedu-
búmina y de un poco de sal común. E l referido
ce, dicen los redactores de la Civilitd Cathclica,
Matteueci comprobó con experimentos, que las
vesículas que fcrman los alveolos, eran los pe-
queños órganos elementales del aparato eléctri-
co. De suerte que no es violento, ni mucho m é -
SUMARIO.
respecto de la cual puedan campear libremente d o s lo que han escrito en sus libros Jacob» y
las opiniones de los católico?, sino u s a doctrina • otros de la Siria, amantes de sutilezas, que tey
— 329 —
en el hombre dos almas: una animal, que anima
la unidad de aquella, separando del seno de la
el cuerpo y se halla mezclada con la sangre; y
Iglesia á los qae afirmasen que el alma inteli-
otra espiritual, que es la fuente de la razón.
gente no es la forma sustancial del cuerpo. "Si
Mas creemos que el hombre tiene una sola y
alguno presumiese afirmar, defender y sostener
misma alma que en unión con el cuerpo, le da
pertinazmente que el alma racional ó inteli-
la vida y se gobierna á sí misma por la ra-
gente no es la forma del cuerpo humano por si y
zón." (1) Como se ve, la enseñanza católica de
esencialmente, sea reputado como herege " (1)
los primeros siglos ya cubria con la egida de
El concilio general de Letran, (Sess. V i l ) ce-
sus altas decisiones este principio: el alma hu-
lebrado en 1513 definió lo mismo.
mana es una.
No obstante estas definiciones, no han falta-
Despues, en 869, el cuarto concilio ecuméni- do teólogos católicos que han tratado de inter-
co constantinopolitano (2) tuvo á bien consa- pretarlas según su propio juicio y de cohones-
grar con su sanción la misma doctrina. tarlas con teorías filosóficas que en materia de
En 1311 el concilio general de Viena definió psicología y de fisiología han aventurado algu-
también el otro punto de la unión sustancial del nos médicos, teorías que suponen, como las a n -
alma con el cuerpo, tan íntimamente conexo con tiguas, la trinidad ó dualidad de almas.
cion entre los efectos que tienen lugar y la cau- Üdo común. Está bien que del cerebro se difun-
sa que se les asigna; pues lo pequeño no puede da hasta las mas remotas extremidades del cuer
dar el sér ¿ lo grande, ni lo grande á lo mayor, po el prodigioso fluido; existe, en efecto, un v e -
ni lo mayor á lo máximo. Faltando la propor- hículo, los cordones nerviosos. P e r o estos t i e -
cionalidad, que es por decirlo así, el sello apa* nen un límite, y muy cercano. Una vez que
reme de la causalidad, lo que se dice efecto, lo le ha tocado, que será pronto, supuesta la v e l o -
será sin duda, porque forzosamente tuvo que ser cidad con que se trasporta ¿qué senda tomará?
producido; pero no io será de aquella causa que »Por qué medio se comunicará? Y dado que
se presume conocer y á la cual no le une nin- se halle senda y encuentre medio de comunica,
guna relación, sino de otra desconocida 6 en la cion, ¿cómo conservará la dirección que ha r e -
que no se ha reparado. cibido d seguirá otra nueva para ir á mover
este objeto con preferencia á aquel otro, p a r a
Ya vimcs, al esponer la hipótesis que refu-
ponerse en contacto con esta inteligencia mejor
tamos, la manera en que se explica la parte,
que con la otra que se encuentra en un punto
Ilamémcsla mecánica de su acción, sabemos que
del espacio, que se ignora? Estas dificultades
se supone que el cerelro es el gran receptáculo
d imposibilidades podrian allanarse, suponiendo
de ese fluido que no se agota, sino que se elabo*
que ¡1 magnetismo, al desprenderse del cuerpo
ra tanto m¿s cuanto más se gasta, y que condu-
humano, a r r a s t r a en su carrera la inteligencia
cido por los cordones nerviosos, del cerebro se
del hombre que la emite, para poder conocer
extiende á toda la periferia del cuerpo, de don"
los varios objetos con que va tropezando, y la
de se lanza £ los espacios, rompiendo el valla-
voluntad del mismo para elegir entre ellos aquel
dar que aquella opone á su paso y se comunica
en que se propone ejercitar su actividad; ó bien
de esta suerte con los objetos físicos exteriores
pasar por el disparate de que el fluido nervioso
que pone en movimiento, y con las mismas in-
es libre é inteligente, mas libre é inteligente que
teligencias cuyes pensamientos y voliciones des*
cubre al magnetizador. el alma»
H a y mas; sí el hombre, por medio del mag-
Todo esto es fácil de decirse, pero no de sos*
netismo cura, por ejemplo, las enfermedades de
tener un examen de la ciencia ni del simple sen-
25
sus semejantes y las conoce y las toca y las
hasta el golpeo inteligente é inexplicable de to-
analiza, ¿cómo se muestra impotente para cu-
dos y de cada uno de sus piés.
rarse i sí propio y no es capaz de adivinar uno
solo de los dolores que turban el equilibrio de De paso haremos aquí una reflaxion que no3
su cuerpo? Si legra que un nino se exprese sugiere la historia del magnetismo, Mesmer con-
como sábio y se dé á entender en idiomas des» sideraba ó aparentaba considerar los fenómenos
conocido!, ¿edmo él aparece tan ignorante, y magnéticos como fenómenos meramente físicos y
apénas alcanza á hacerse comprender en el leu» fisiológicos. Pnysegnr, poniéndoles por base la
guaje que aprendiera de sus padres? Si puede voluntad y la creencia y por objeto el bien:
dar la vista á distancias inmensas y apoderarse
del porvenir, ¿cómo no ve lo que tiene delante Volonté active vers le hien:
de sus ojos, y se esfuerza en vano por darse Croyance ferme en sa puisance,
cuenta de los misterios del presente? En suma, Confiance entiere en Vemployant:
¿cómo es que pudiendo tanto, nada puede en
realidad? P o r esto, sin duda, desde el princi- los trasportò al terreno de la psicologia y de la
pio se ha querido sacar el magn etismo de la es« ética» Alian Kardec y'Flammarien con todos
fera meramente material, y ponerlo en r e l a - los modernos espiritualistas han formado de
ción con la parte mas noble y superior del ellos un culto, cuando para obtenerlos se sirven
hombre. de la or ación y se acojen á las preces.
Su eficacia de acción se hace depender, en Hé aquí, pues, un ascenso que nada tiene de
efecto, de la voluntad que quiere y del entendi- regular y que debe preocupar los entendimien-
miento que cree con firmeza obtener el resulta, tos reflexivos. P a r a nosotros la física y la
do. Estas son las condiciones bajo las cuales, se fisiología de Mesmer no se distinguen de la a n -
dice, desarrolla su poder. Querer y creer: no se tigua magia negra; la psicología y la ética de
necesita de otra cosa más para producir la gran Paysegur se confunden con la moral del sensua-
muchedumbre de maravillas, desde el simple lismo; y el culto de los espiritistas con la reli-
movimiento mécanico giratorio de una mesilla, gion de la materia, con el politeismo y el pan-
teismo paganos. Fenómenos, que sufren seme-
—343—
ran, como se ha podido ver en otra parte; aun- material? M , responderán todos los que ven
que la curación sea muchas veces pasajera, y á los discípulos de Hipócrates y de Galeno afa-
otras recaiga en descrédito propio de los que se narse inútilmente no pocas ocasiones para a l i -
viar un dolor de muelas ó hacer desaparecer un
constipado. No, se empeñarán en repetir los
que contemplan á aquellos sabios, beneméritos
de la humanidad doliente, andar á tientas con
1 Esto acaeció en Mordía hace dos años; y en los p e -
una escasa luz entre abismos de ¡tinieblas y e n -
riódicos de la época se pueden ver los documentos á que
se alude. tre abismos de oscuridades. Sí, responderemos
nosotros con los partidarios del magnetismo; los principios y particularmente del principio
hay una virtud mucho mayor, la de curar, no de causalidad, ¿qué valen los principios, si el
una sino tedas las enfermedades, no las enfer- magnetismo está sobre todo principio? A se-
medades que fraternizan por sus semejanzas, mejante consecuencia es necesario llegar, si es
sino las enfermedades más contrarias en sus positiva la virtud del fluido magnético, si ella
causas, sus síntomas y sus efectos; y curarlas es, en efecto, la causa de tantas maravillas, si
todas con la misma sustancia, en la misma ella y sola ella puede prestarles una explica-
dósis y sin variar en un ápice la forma de apli- ción satisfactoria y razonable. Pero como los
cación, ni con la naturaleza y temperamento principios son inconmutablemente subsistentes,
de los individuos, ni con las influencias atmos» 'nada que deje de suponerlos es admisible, ni en
féricas y de clima, etc., etc. ¡Milagro vais á el terreno de la filosofía, ni en las regiones de la
decir! Si hubierais dicho absurdo, habríais an- ciencia, ni en el tribunal de la razón, ni ante la
dado cuerdos. barra del sentido común.
Pero el asombro va á crecer, ó no cabe asom- Y la trasposición de los sentidos, que es otro
bro en la fantasía, al saber que el mismo agente de los fenómenos fisiológicos, ¿es ménos absur-
que cura las enfermedades, equilibrando los hu- do por razón de la causa que se le supone? Leer
mores, las produce todas, alterando el equili- un libro y en general ver, no por los ojos, sino
brio con que funcionan. Con la misma facilidad por el epigastro; gustar un manjar con el cogote
que nn magnetizador hace saltar al sometido á y no con el paladar, oir con las rodillas en l u -
su influencia á algunos metros del pavimento, gar de oir con los tímpanos auditivos, y esto
en medio de las ridiculamente lastimosas con- sin más que porque no se nos baña con una rá-
vulsiones de un ataque] nervioso, reduce al cata- faga instantánea de ese fluido juguetón, cuya en-
léptico á la más incompleta inmovilidad. La tretención es la de burlarse procazmente de la na-
sensibilidad exquisita proviene de la misma turaleza, parece má3 que un hecho contad o á lo
causa que la anestesia: la locura d© la misma sério, nna conseja para divertir niños- Y sin
fuente que la lucidez. embargo, esa trasposición es histórica. A ser
Y aunque esto importa el trastorno de todos el magnetismo hijo de la naturaleza, debia He-
var á cuestas, con más justicia que Can, las Resulta, pues, si es cierta esta manera de ver
maldiciones de su ultrajada madre. los objetos, ó que no es necesaria la imagen pa*
Observemos el fenómeno de la visión por el epi- ra la visión, ó que la imagen puede formarse
gastro. Esta se verifica ni más ni ménos lo mismo sin el elemento indispensable de ia luz. A d e -
que por el órgano de la vista. Y sin embargo, más; en este último supuesto como la imagen,
el epigastro no necesita de luz para presentar para serlo, debe conformarse con las cosas c u -
al alma la imagen del objeto; es opaco y no tras- yas especies ó contornos toma, y aquellas son
parente, como la córnea ciistaiina, y á, pesar percibidas por los magnetizados y por los que
de su opacidad y contra las leyes de la física, no lo están, como si fueran de diversos colores,
los rayos que forman la imagen penetran por tendríamos colores sin luz, lo que contradice
él, supuesto que la visión tiene lugar. El cru- la ciencia; serian posibles los colores en la os-
zamiento de los rayos luminosos es sin duda un curidad, lo que la experiencia repugna. Resul-
becbo; y no hay pupilas ni nada parecido en el taría también lo que indicamos y ahora repeti-
epigastro. Las imágenes pierden las medias mos, que la luz se refractaba de igual suerte en
tintas sin que haya diafragma en aquel impro- los cuerpos trasparentes como el cristal, en los
visado sentido que desempeñe esta función, co- traslucientes como una delgada lámina de mar-
mo le hay en el ojo; y la3 pierden, una vez fil, y en los opacos, como un pedazo de ébano ó
que son vistas con toda claridad. La retina palo de rosa; el sér obra como es, y entónces las
recibe la impresión y la comunica al espíri- diferencias en los cuerpos bajo este respecto se-
tu, prescindiendo de todo medio natural y or- rian de solo nombre: la naturaleza no podia ser
dinario, pues si esta se encuentra natural- otra cosa mas que una ilusión y la mas grosera
mente unida con el nervio óptico, no suce- de las imposturas. ¡Cuántos conocimientos era
de lo mismo con el epigastro que represen- fuerza arrancar á las conquistas de los siglos, y
ta en la economía animal papeles diferentes, principalmente á las del siglo XIX! No debe-
que conspiran más bien que á entretener ó ría hablarse de astronomía, ni de óptica, ni de
modificar la vida de relación, á mantener y fotografía, etc., sin exponerse de seguro, cuan-
conservar la meramente vegetativa. do ménos, á una homérica carcajada. Para aca-
bar con todas las quimeras del magnetismo, esto
Solo bastaríaj y en los mas fanáticos, esta r e -
flexión: si el magnetismo es un agente natural
¿cómo e3 que tiende á la negación práctica del
(Jrden regular de la naturaleza y se halla en
pepétua lucha con ella?
CAPITULO X X V i l .
SUMARIO.
SUMARIO.
fluencias más que las de un fluido cualquie- cionar el fenómeno con la ley, supuesto el en-
ra. lace natural y necesario que entre ambos exis-
¿Cómo explicarse, en efecto, que una mujer te.
que jamas ha cursado las aulas, ni sentádose en Pero ¿en qué principios inmutables se fundan
las universidades, ni viajado, ni estado en con- los idiomas? ¿Por qué leyes naturales y nece-
tacto con los Domingo de Neissa y los Mezzo- sarias se rijen las le nguas? El significado de las
fanti, se desate de improviso en bien concerta- palabras es de convención, cualquiera que sea
das y á veces profundas respuestas en tártaro, la teoría que se adm ita en materia de lenguaje»
indio, caldeo, hebreo, siriaco, japonés, chino y y a se le dé un or ígen divino con Bonald y A u -
persa, lo mismo que en romano, griego, galo, gusto Nicolás, ya se le atribuya un origen na-
aleman, francés, inglés, español é italiano; y tural y humano con Yico. La diferencia enton-
entienda lo que se le pregunta? ces estaría no en las palabras mismas, sino en
la inteligencia que las habia hecho significar lo
Por grande que sea la lucidez del médium, por
que significan, la cual en la primera hipótesis
mucho que su inteligencia se desarrolle al aislarse
seria Dios, y en la segunda, el hombre.
é independerse, como se supone, el espíritu de la
materia, es forzoso convenir en que no por eso Seria preciso, pues, conocer la convención
podrá adquirir conocimientos que en sí mismo primitiva y las inumerables convenciones que
no tiene, siquiera en estado de germen, ni los en el trascurso de ios siglos y en la embrollada
recibe de otra parte. confusion de cien generaciones, han venido mo-
Nos nos repugnaría tanto que un ignorante dificando el lenguaje y formando de él una i n -
hablase como sábio en materias metafísicas, en finita variedad de dialectos que apénas pueden
ciencias naturales y otras semejantes, porque al referirse á un tronco común. Haced una prue-
fin conocía algo de principios y algo de las le- ba; y os espantará la dificultad. El latin de las
yes que rigen al mundo de los cuerpos; y cono- doce tablas ya no fué el de Cicerón, ni el de Ci-
cido el principio y sabida la ley, fácil es á un cerón el del tiempo de Justiniano, ni este el
entendimiento súbitamente despierto, deducir la que presumimos hablar y escribir con perfec-
consecuencia encerrada en el principio y reía- ción. El castellano del fuero de Avilez, ¡cuán
—380— —381—
• variado no se encuentra en las Partidas! Ya se Loubert y Figuier (1) pretenden explicar este
nscesitan estudios no escasos, para formar el hecho, dando por cierto q u i l a s frases, con que
árbol genealógico de algunas palabras que hoy responden los magnetizados,i las forman de pa-
.reputamos castizas. labras que oyeron en el curso de la vida y en
las cuales no se fijaron; pero que la lucidez mag-
Difícil no, que imposible es llegar á tan altos nética viene á desenterrarlas del abismo de la
conocimientos, sin más que cerrar los ojos y memoria. No pasa este recurso de una v e r -
dormirse al influjo de las corrientes magnéticas. dadera evasiva que los hechos convencen de
No están escritos ni podrían escribirse todos los injustificable y de indigna de la lealtad que en
cambios que han sufrido los idiomas. Tampoco las cuestiones científicas, como en todo, debe
hay inteligencia humana, ni la habrá, que los servir de divisa á los que se proponen abordarlas,
sepa ni pueda saberlos, ¿En dónde leería su En otro capítulo (2) hicimos relación del caso
tan difusa y enmarañada historia, si faltan los
certificado por M. de Launay de Nazilly, quién,
libros? ¿De quién los aprendería, si carece de
habiendo dirigido algunas preguntas en varias
maestro?
lenguas americanas, entónces poco ménos cono-
Todavía más: suponiendo que fuera hacedero cidas que ahora, á una de las posesas de Loudun,
asimilarse tantas noticias en un momento, ¿de obtuvo respuestas que le pasmaron. ¿Cuándo
qué manera imitaría los sonidos, si nunca los habia estado esta pobre reclusa en el continente
oyó, si en aquella situación no los oye? Imitad que se acababa de descubrir, ni tratado con uno
el canto del cisne, que es fama no cantó nunca. solo de sus aborígenas?
Os desafio; y esto, sin embargo, presenta mé- Por otra parte, seria una coincidencia aun
nos inconvenientes. Se necesita, pues, una in-
teligencia que revele la significación de las p a -
labras, un sér que las pronuncie siquiera en se-
creto á muestro oido.QDigan los partidarios del 1 Loubert. " " L e magnetisme et le sonambulism^de-
fluidofmagnético, no nosotros, si este puede ser vant les corps savants. G. I X P . 193. Figuier. Tomo 3. °
aquella inteligencia; y j e n t ó n c e s ellos mismos <î. 1. ° Histoire du Merveilleux.
habrán condenado su existencia. 2 Cap. X I I , pâg. 222.
—382— -383-
más prodigiosa que el portento de entender y contaba entre el número de ellos, dijo en alta
darsé í entender m diferentes lenguas, el de voz: " H é aquí un mal espíritu que nada tiene
que esas palabras oidas en otra época, casi de correcto. 5 ' El exhorcista tornó á preguntar,
siempre ignorándose su significación, y en las dando otro giro á la frase: ¿Quies quemadoras?
que no se fijó por un momento la atención, s u - y la reclusa cambió la concordancia, y contestó
puesto que no han podido retenerse ni se p r e - también con otro solecismo, en sentir de Figuier:
sentan al llamado de la memoria cuando las Jesu CJiriste. Si este es todo el dato que se tie-
evoca en el estado de vigilia, fueran precisa- ne ú otros de semejante tenor, en verdad que
mente las mismas que se necesitaban para f o r - con poco se satisface la ciencia, que en otras
mar la respuesta á la pregunta, que es de ordi- materias se muestra tan exigente y escrupulosa.
nario caprichosa y ofrece dificultades; y formar- El diálogo de que se ha hecho mérito, prueba
la precisa, clara, adecuada, y por lo común s a - dos cosas: primera, el fenómeno: segunda, la
tisfactoria. Era preciso hacer de la casualidad causa del fenómeno. ¿Quién no vé toda la as-
una inteligencia de cierta elevación y de un tucia de aquel que tomó en el principio la for
discernimiento profundo, cosa ménos hacedera ma de la serpiente, el más astuto de todos los
que la de sacar del caes un nuevo sistema de animales, en el adoro te dirigido al exhorcista
mundos, que le manda que adore á su Dios, á su Cria-
dor? De esta suerte no refirió la adoracion
La falta de corrección y de concordancia que
que rendia, al Sér Supremo, sino á la criatura,
se nota en algunas respuestas, sirve á Mr.
por la cual no quería ser reconocida. Despues,
Figuier de apoyo para sostener su teoría. R e -
estrechado y reducido hasta no más en las dos
fiere el caso que tuvo lugar en una de las pose-
preguntas ¿á quién adoras? ¿quién es aquel d
das de Loudun. El exhorcista dijo á esta en
quien adoras? no se desconcertó su habilidad ?
latin: adora Deumiuum, Creatorem luurrt; ella res
ni se agotaron los recursos de su ingenio; sino
pondió: adoro te. No contento de la respuesta
que á pesar de la opinion de los hablistas que le
el exhorcista, le pregunta: ¿quem adoras? y ella
escuchaban, logró contestar en buen latin lo
replica: Jesús Christus. ¡Solecismo! exclamaron
que correspondía, no comprometiendo su so-
los concurrentes. Y Daniel Drouin, que se
berbia ni por un instante una palabra, que si ia
hubiera pronunciado, le habría hecho bramar
de colera y de rabia. En la primera respuesta
anfibológica nombró simplemente á Jesucristo,
pero se cuidó de manifestar que le adoraba; y
en la segunda, ea que hizo uso del vocativo, se
le encaró, permítasenos la expresión, sin que CAPITULO XXX.
ninguno lo advirtiese. En realidad, su triple
contestación no fué otra cosa más que una t r i -
ple evasiva con que logró engañar á los que le (Conclusión del asunto anterior.)
tachaban de ignorante y grosero.
No, el don de lenguas no puede ser natural. SUMARIO.
Hablamos de ese don espontáneo de que los
hombres que de él dan muestras no tienen con-
Fenómenos extranaturales ó sobrenaturales Manifestaciones
ciencia y que existe perfecto sin necesidad de
y comunicaciones espiritas, revelación»s de ultratumba
los esfuerzos y trabajos de su inteligencia. El y profecías.—E! fluido magnético no las explica.— Cau-
don de los Mezzofanti y los Domingo de Neis3a sa á qne las atribuyen M. Figuier y M. Debray.—Hipó-
es cosa diferente. tesis de M. Jobard.—M. Gaspario le refuta victoriosa-
mente.—Extremos que tocan los sabios que pretenden
explicar estos fenómenos.—Explicaciones satisfactorios.,
solamente las dá el catolicismo.
do zoo- magnético se le llame fluido universal con dida de la acción, si es que la acción no existe
el seudónimo sábío Traverse Oldfield; zoo •eléc- ni puede existir sin causa.
trico con Pettetin; electrico-Uótico con Braid y Y siendo siempre materiales y no dejando de
Carpenter; vital con M. Delaage; od con R e i - haber proporcion entre su poder y el poder de
chembach, spirod con Eaine; lumínico con M a z -
la materia, y debiendo existir en todo caso una
zoni; principio nervioso con Muller; etéreo con
relación necesaria é invariable entre su natura-
B e l l a D g e r ; músculo motor con Eissen; esfuerzos
leza y su manera de obrar, entre el sér en
conspirantes con Babinet, y movimientos involun•
reposo y el mismo sér en movimianto, todo lo
taños inconcientes con Faraday y Chevréul, etc.,
que se ha dicho y demostrado en contra del
etc., si entre todos estos agentes y los fenóme-
magnetismo humano, procede en contra de los
nos se interpone la misma imposibilidad física
otros agentes físicos en que se ha pensado para
y metafísica, de hecho y de razón. Sean cuales
sustituirle.
fuei en los elementos que forman estos diversos
agentes, en el supuesto de que todos existan, sea La mayor parte de las razones expendidas se
cual fuere su poder, sea cual fuere su manera fundan no en aquello que el magnetismo puede
de obrar, siempre han de ser proporcionales i tener de particular y específico, sino en lo que
su naturaleza, jamas podrán excederla, ni nunca tiene de común y genérico en la naturaleza á
ser movidos ni regidos en su acción por leyes que pertenece. Y una vez que la base de las
que no descansen sobre el indispensable cimien- razones es común, convienen á todos los agentes
to de su sér. unidos por esa común base.
Y todos aquellos agentes, por heterogéneos Dijimos, por ejemplo, que la existencia del
que sean sus elementos constitutivos, han de ser magnetismo no estaba demostrada de tai suerte
siempre materiales; por desmesurado que sea su que se pudiera discurrir con la seguridad y
poder, ha de guardar "fproporcion con el poder aplomo con que es fuerza discurrir en materias
de la materia; por extraño y desconocido que sea científicas; y esto mismo se puede afirmar r e s -
su modo de obrar, ha de ser conforme í su n a - pecto de las otras causas materiales que hasta
turaleza que se identifica con el sér y es la me- .ahora solo se suponen; y afirmarlo con mayor
autoridad, pues si respecto de aquel fluido se han ¿Cómo si tantas hipótesis están heridas en su
hecho algunos ensayos en este particular, a u n - base por razones tan obvias se han hecho un
que estériles, á niguno que sepamos se le ha lugar en el terreno de las ciencias y han domi-
ocurrido procurarlo respecto del espíritu de vida, nado en las cabezas de no pocos sábios natura-
del Od, del Spirod, etc. listas? ¿Esto convencerá ó que las diversas
teorías no flaquean igalmente ni del mismo lado,
Manifestamos también que el magnetismo co-
ó que, cuando ménos, todas juntas ministrarán
mo intermediario entre la alma y el cuerpo era
la solucion del problema que cada una de por
metafisícameote imposible, pues d ser posible
era necesario admitir el absurdo de un ser que sí no resuelve?
fuera y no fuera d la vez, lo que repugna la ma's Lo que convence, bien estudiada aquella c i r -
grosera de las filosofías y el sentido común mé- cunstancia, es que ninguna de ellas satisface, que
nos despierto. Igual cosa es aplicable d aque- todas son arbitrarias; porque todas se fundan
llos otros agentes, supuesto sin que ese interme- sobre supuestos, y supuestos absurdos. E l mis-
diario se declaran irrealizables los fenómenos, y
mo empeño de los sábios en inventar nuevas
que aquellos lian sido escogitados precisamente
teorías, prueba la insuficiencia científica de las
para hacer las veces de este.
anteriores.
Así podríamos seguir raciocinando acerca de Los sábios no han podido ponerse de acuerdo.
la aplicación extensiva de los argumentos que A b r i d algunos de tantos libros como se han
parece se limitaban d convencer de imaginaria escrito, y vereis que unos á otros se refutan de
la hipótesis zoo-magnética; pero que en realidad la manera más victoriosa, lo que significa que
abarcan un círculo ma's vasto todavía que el que ninguno tiene razón, una vez que la verdad es
la ciencia ha recorrido en un siglo. invencible.
EN EL PRIMER TOMO.
f) -'*» !! JiUiVV/ * ¿
cuerpo I
29
—405 —
bre Braid el hipnotismo. Slüoston en l o -
nes para pro ducirse, Pnysegur y Faria. Se
glaterra, E&aile én las Indias Orientales.
hacen í nn lado la larra de hierro y la tina
1846 Gigantesco paso del espiritismo en el
mesméricas, los a r o m a s y las a r m o n í a s . P o y -
Nuevo Continente. Nneyos y mía estu-
s e g u r los sustituye con simples pases de ma•
pendes .fenómenos. Hy¡?esville, en el E s -
«os» Faria á su vez sustituye estos coa el
tado de Nueva York. Familia de JoVn F o x .
poder de su voz, y luego con el de su vo-
Breve reseña histórica % lo acaecido con
luntad. Sonámbulismo inágmtico, estático y
ella, Veeckman. t M z y golpes miste-
lucido. F e n ó menos atribuidos al sonambu-
riosos. Las hijas dé Fox encuentran la ma-
lismo, Progresos del espiritismo. Y a no
n e r a de comunicarse cok espíritus. Es-
es medicina, sino médico. E l espiritismo no
píritu de Carlos R a y a . Multitud de per
se contenta con e l cuerpo. Comienza á
sonas acuden ¿; f i ú é é * ? los •fenóme-
abrirse brecha en el alma 9
nos. F o x y sus hljas ?é trasladan Á Ró •
Cap. I I I . El espiritismo se estaciona 62
chester. Los golpes y ruidos misterio -
años» Conjeturas sobre la causa de esto. :
sos se trasladan con ellos. M e o i ^ g i o Pa>
Personajes que siguieron cultivándole en
sa & ¿tras familias. Los golpes y ruidos
Francia, Empeño ce las Academias y Sa*'
ciedades científicas por averiguar la reali- cambian de naturaleza y bvs manifestamos
dad de los feaómenos y determinar su causa. nes de forma. Descargas eléctrica?, terre-
Los-mismos magaetizidores lo juzgan nece- motos, cantos e himnos, ^ se ignora quién
sario. Diversidad de sistemas. El moví» los entona, sinfonías ejecutadas por manos
miento es general en las naciones de Eu - que no se ven. Y a j i l h s que caen y bo se
ropa. Se. extiende á la Asia. Ukasse de rompen, hombres s o c i o s ea él' aire y
Alejandro emperador de Rueia. D e c r e - otros raros fenómenos. S e cree n una te.r-
tos de los reyes de Dinamarca, Sueeia y cera rebelión. Entran feo la ^ M Ú r n
Prosia. Premio ofrecido por la Academia personajes notables. Simón?, Edmons
de ciencias de B e r l í n . EQ Italia se dan Talimage y
sesiones públicas. E n Manchester de3cu- Cap, t f . Mucho que seca! la. ¿Urque?
Representación de catorce mif ciudadanos Su llegada á Ealing. Primeras manifesta-
americanos. Categoría de muchas de las ciones publicas bajo sa medianimidad. Y a-
personas qne firman la representación. rias comunicaciones. Estasis. Marcha á
Proveído de la Cámara, nombrando una Florencia. La Condesa de O. Una seño-
comision que estudiase los fenómenos. Mo- ra inglesa. Giammana. P a r t e á Nápolea
tivos per qae no presentaron luego su d i c - y luego á Roma. Suspensión de su poten-
tamen. Otros prodigios espiritas tencia. Su conversión al catolicismo. Y a
Cap Y . Creencia de que los fenómenos á París, Rasgo de orgullo, obstinación y
podían explicarse por causas físicas ó dis- lecaida. El hermano de la Condesa L . . . .
posiciones biológicas. Estado del espiritis- poseído. U n niño sordo. Home presiente
mo en Francia, en 1852. Cbevreul, Babi- su matrimonio con la hermana de la Conde-
aet y F a r a d a y , Las mesas giratorias es- ea Konkolcff. Lo realiza en San Petera-
criben, lo mismo que los cestillos, los som- burgo. Se cura á sí mismo con fuertes
breros, etc. Altas cuestiones sobre que golpes. Prodigios que anunciaron el n a -
disertan aquellas,según Alian Kardcc, Mo- cimiento de su primer hijo. MM. Spada y
do de procedí r. Comunicación obtenida-
Phi8ep3. Reflexiones
e n l O de Enero de 1865. Resultado ines-
Cap. Y I Realidad de los fenómenos es-
perado de los nuevos fenómenos en Fran-
piritualistas. Todo genero de gentes depo-
cia. Gaizot proclama la existencia de lo
nen en su favor. Imposibilidad de que, en
sobrenatural. Conducta diversa observa»
Francia y en la época, en que tuvieron l u -
da en Rusia, Alemania é Inglaterra.' I r -
gar, hubieran sidos admitidos, si f u e r a una
landa. México no contaminado por la su-
impostura y meras fantasías. Hubo algu-
perstición, á pesar de la vecindad con la
nos que ios calificaron de tales no por c o n -
Union Americana. M Debay. El barón
vicción, sino por sistema. No faltan hoy.
de Gruldenstubbé. M. Marín, Escritura
Conducta necia de éstos. El trascurso de
directa. Daniel Dungías Iíome pasa de
casi cien años persuade au realidad. No
América á Europa. Rasgos biográficos.
todos los fenómenos son auténticos.. .Los
•*}eéHmi& HñsiBhS -«-y? ,,p Otro género de prueba?. Sociedades ente-
apai entes prueban la existencia de los rea- ras dando testimonio de los hechos. L a s
camier. etc. Adversarios del espiritismo, Cap. .yIII. Los hechos espiritas no son
nicaciones que tuvo con d espíritu de su hi- ellos, y un estudio comparativo de los pri-
jo, Resultados prácticas 54 meros. Resaltado de ambos estudios. N a -
Cap. Y I I . ¿Por qué no hemGs citado da hay nuevo bajo el s o l . P r i m e r fe-
teólogos ni obispos? ' Superiodad de' c r i - nómeno espiritista. L a serpiente hablan-
terio de los Pastores espirituales respecto de y seduciendo á Eva, Comentario de
de ambos. Fandamentés desuna y otra su- San Agustín. Falsos Profetas, E l m a d e -
perioridad. Teólogos asegurando la v e r - ro y las piedras hablando. Y a r a s de los
dad de los feo ¿meaos. PP. G-ary, Caroli, agoreros. Passges de Habacuc y de 0 -
Pineiaczn, Paiiloux, ele. etc." Arzobispos
seas. Sonambulismo, pasage de Isaías.
y Obispo?, los de Burdeos, deBesanzon, y
Magnetismo, serpientes encantadas, pasa -
de Par i?, los de Yivicts, de Auch, de Rou-
ge de Jeramía?. Modo da e n c a n t a r lasser-
en, ele, Obispo de Qaeréíaro. Notables
pienteB. Virgilio y Scüio Itálico, E r o -
testimonios dé los R E . cíe la Civiliá CattoU-
cacion de las almas d e los difuntos entre
coa, del cardenal Dounet, del P . Yoisin. del
los Hebreos. •N o t a b l e s prescripciones del
P. Ventura de Kauiiea y del abate G-aume.
— 411 -
nes. Plinio revelando algo de su conteni- Gran Pan. Aberiguacion mandada prac-
\
flaido, La manera con que, se dice, obra y y del magnetizado, Aforismo del M, de
las condiciones bajo que, se supone, désar- Puysegur, 8 a falsedad bajo e3e respecto,
rolla su poder, convence su no existencia. Sn verdad bajo otro que se desconoce... 332
Todo agente de la naturaleza, con excep- Cap, X X V I La verdad y el error en la
ción del alma humana, que es libre, obra discusión, Superioridad absoluta de la ver-
siémpre del mismo mcdo é invariablemente, dad. Ella concede todo al magnetismo; y
dadas las condiciones necesarias, Confirma sin embargo nada explica este finido, D i -
este principio lo que se observa en la luz. versas especies de los fenómenos que se
Leyes que esta sigue al reflejarse y propa- atribuyen al magnetismo. Fenómenos físi-
garse, Son invariables y necesarias, Igual cos, fisiológicos, psicológicos, extrumturales
cosa sucede coa el calor, la electricidad &c 6 sobrenaturales, y mágicos, unitivos ó mix
La misma necesidad preside las operacio- tos> El magnetismo no explica los fenóme-
nes de los agentes incorpóreos. El castor, nos físicos, No explica el movimiento de
la golondrina, la abeja, Debia suceder lo las mesas giratorias, menos las pláticas
mismo con el magnetismo, á ser cierta su que sostienen con los que las hacea girar, y
existencia y ciertas las operaciones que se las respuestas inteligentes que dan. Efagio
le atriboyen. ¿Por que? Notables palabras de M. Gasparin, No satisface, por ser el
d e M , Figuieráeste respecto, Consecuencias supuesto bajo que discurre contrario á los
que se infieren. N o hay proporcionalidad hechos. Palabras de Candemberg. Sa d e -
en él como causa, y los efectos que se le muestra que tampoco explica el magnetis-
atribuyen. Se recuerda la manera como sa mo otros de los varios fenómenos tísicos ^
explica la acción del magnetismo, al produ- que se observan durante las manifestaciones. 347
cir los fenomenos. Todo ello es fácil de Cap. X X V i l , Fenómenos fisiológicos.
decirse, pero no ae sostener un exámen, El magnetismo no los explica, No explica
Razones que justifican esta aserción, La efi- la curación de las enfermedades, qae fué ua
cacia de su acción se hace depender de la hecho en la antigüedad y lo es ahora, Se
voluntad y de la creencia del magnetizador demuestra, Ni menos explica como es que
guier y M , Debray. Hipótesis de M , J o -
teniendo virtud para curarlas, no le falta
bard M . G-asparin le refuta vistoriosa*
poder para frodccirlas. El n agneti'mo en
mente. E x t r e m o s que tocan los sábio3 que
contra del principio de caus-liria i. Traspo-
pretenden explicar estos fenómenos. E x -
sición de los -sentidos, El fenómeno de la
plicaciones satisfactorias solamente las d á
visión por el epigastro. Absurdos porque
el c a t o l i c i s m o , . . . . . V . . . . . .7777 385
seria forzoso pasar 360
Cap, X X X I , P o r qué no se demuestra
Cap, XXVIIT, El magnetismo no ex*
que el magnetismo no e x p l i c a los fenóme-
plica los fenómenos psicológicos, Y en prU
nos mágicos, unitivos ó mixtos. Teorías
mer lngar, la vista á distancia. Demostra-
que quedan refatadas cou las razones que
ción. No explica la penetración de los pen *
se han alegado contra aquel finido. C a -
Sarniento?. Los dos ojos, interior y exterior
rácter genérico de estas razones. Se ensa-
de Grorres. Insuficiencia de esta hipótesis. 369
y a su aplicación. L a invención sucesiva
Cap, X X I X , Don de lengua?. El mag- de tantas hipótesis prueba que ninguna es
netismo no lo explica, Se demuestra. La verdadera. L a boga pasajera que han te-
significación de las palabras es convencio- n i d o se debe al espíritu por toda novedad
nal, no está sujeta á leyes invariables, Im- que reina en estas gentes- N a d a significa
posibilidad de aprender en un momento esa boga, tratándose de la verdad. E l rei-
dado la copia de cenocimientos que era me- nado de ésta es eterno. L a verdad se h a
nester para hablar en todas ó machas len- abierto siempre paso, y no ha ocultado la
guas. Explicaciones que dan el abate Loa» única solucion del problema 394
bert y M, Figaier, Refutación, incorree*.
ciones de ciertas respuestas de los médiums, 377
Cap, X X X , Fenómenos extranaturales
FIN DEL INDICE DEL TOMO PRIMERO.
6 sobrenaturales, Manifestaciones ó comunU
cationes espiritas, revelaciones de ultratum- i
ba y profecías, El fluido magnético no las
explica. Causa á que las atribayen M, Fi* 31