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El Magnetismo, el sonambulismo y el espiritismo

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ABOGADO.

¿Quid est quod fuit? ipsum quod fatarum


est. ¿Qaid est quod factum est? ipsum
quod íaciendum est.
¿Qué es lo que hasta aquí ha sido? Lo
mismo que será. ¿Qué es lo que se ha
hecho? Lo mismo que se ha de hacer.
Eclesiasiés. C. I. 10—9

Edición de la "Voz de México."

TOMO I.

MEXICO.
Imprenta de J . R. Barbedillo y C.* Escalerillas n&m. 21
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1876.
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E magnetismo, el sonambulismo y el espiritismo

3POIR.

ABOGADO.

¿Quid est quod fait? ipsurn quod futurum


est. ¿Quid est quod factun est'' ipsuir
quod faciendum est,
¿Qué es lo que hasta aquí lia sido? Lo
mismo que será. ¿Qué es lo que se ha
hecho.' Lo mismo que se ha de hacer
Eclesiastes. C. 1.10— 9

Edición de la"Yoz de México.''


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México, año de IS uv ¿t j f a pdapillfrjAlfonsina
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Imprenta de la Yoz de México. Escalerillas número 21.

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A EVARISTA PATINO.

A tí, dulce esposa, 110 por lo que vale, sino-


por lo que me ha costado, consagro este libro.
Solamente tú, que sabes que es fruto de un ár-
bol enfermo, medirás el mérito y el tamaño de
la ofrenda, no por el número y el lustre de sus
hojas, sino por la sustancia saludable que con-
tiene.
Y aunque esta sustancia no sea propia mia, el
esfuerzo que en medio de mi debilidad hice pa-
ra asimílamela, me d i á ella, en tal manera
modificada, un derecho incontestable. El la-
brador, amasando con los sudores de su frente K .

tierra, que labra se hace dueño con el mas res^


petable y sagrado de los títulos' de--la do raída '
mies que cultiva. -•/•• X;
Despueg de todo, tengo un motivo particular

FONDO r.
VAtVEP.D.: Y " H E Z
VI
para consagrártele. Todo lo maravilloso te
asusta; y má3 bien que ceder á la espuela de la
curiosidad, tan común en las personas de tu
sexo, prefieres cerrar ios ojos á todo género de
prodigios.
Semejante conducta en tiempos más felices y
menos supersticiosos habría sido sabia. Hoy
que la superstición, hipócritamente disfrazada,
pretende imponer al mundo el cetro de su anti-
INTRODUCCION.
gua tiranía, no es posible calificarla de prudente.
Nunca la ignorancia será escudo de defensa
para la virtud que vive la vida de la verdad.
Roto el escudo que es fácil de romperse, ¿dónde
pararía los golpes para no ser herida? I
Por lo mismo que te asusta lo maravilloso y te
espanta el espiritismo, resurrección de lo m a r a -
ravilloso del paganismo, es fuerza que le co- Hace muy poco tiempo que la palabra espiri-
nozcas, tismo y la doctrina que así se llama, eran desco-
Resuélvete, pues, á saber lo que no podrás nocidas entre nosotros. Muy pocos curiosos, afec-
ignorar. Vean antes los ojos del alma lo que tos i leer periódicos extrangeros, habían t e -
no será remoto vean los ojos del cuerpo, si la nido noticia del nombre y de la cosa, pero sin
Providencia no levanta la v a r a de su justicia. fijar la atención ni consagrarse á su estudio.
Por los años de 1854 á 1855 se hablaba ya'
R Á F A E L GOMEZ. es cierto, en algunos círculos públicos y en e¡
seno de las familias, del magnetismo, que no se
distingue sustancialmente del espiritismo sino
como la especie del género. Las mesas girato-
VIII
rias formaban el pasatiempo mas indispensable paz, rezarlas un Padre nuestro y aplicarlas un
de las tertulias; se hacían circular, con asombro sufragio.
de todos, platillos y sombreros; se magnetizaban Tampoco se hablaba del demonio, sino para
niños y principalmente jóvenes hermosas, hasta ponderar lo sorprendente de tal ó cual feno'me-
llegar á producir en ellas Ja anestesia, á l o s a - no, para cuya explicación el instinto reconocía
ses prevenidos por el arte; pero, í decir verdad, que no eran bastantes los movimientos necesa-
nosotros nunca llegamos á observar en los así rios de una corriente magnética. ¡Cosas del Dia-
magnetizados la clara visión, la doble vista, el don blo! se exclamaba; pero sin sospechar siquiera
de adivinar los pensamientos de los demás y de que esa exclamación instintiva, agena ¡í toda
penetrar en el porvenir; el de discernir los espí- reflexión, fuese la voz de la verdad, la decla-
ritus, el de hablar en lenguas desconocidas é ig- ración de incompetencia de Id ciencia, la última
noradas, el de ver por el vientre, oir por los palabra de la razón filosófica y el fallo defi-
ojos &c.; ni mucho menos nada semejante á esa nitivo é inapelable de la razón teólogica
muchedumbre de fenómenos físicos que consti-
Pasaron los tiempos, y las cosas fueron to-
tuyen lo que se llama hoy manifestaciones y que
mando un carácter mas grave. Comenzó á
son la pompa indispensable de los médiums mo-
decirse que las mesas no solamente se movian,
dernos.
sino que se daban á entender ;que de giratorias se
La insensibilidad de los magnetizados y el mo- habian convertido en parlantes-, que razonaban,
vimiento de las mesas, sombreros y platillos se como el mejor controversista y calculaban co
atribuían, siguiendo los rumores vulgares, y sin mo el más excelente matemático. Empezó
meterse en investigaciones profundas ni siquie- i circular el rumor de que los magnetizados
ra superficiales, á las ponderadas virtudes del pasaban sin grandes esfuerzos á sonámbulos;
fluido magnético. E n todo lo que se verificaba que no solo se dormian á voluntad y con
se veia puramente una cuestión científica. Las la fé del magnetizador, sino que entraban en
almas de los difuntos eran agenas á la revolu- éxtasis; que ya no permanecían mudos y sordos»
ción que entonces se anunciaba. Nadie se acor- como al principio, sino que se expresaban como
daba de ellas, sino para desearlas una eterna hablistas consumados y no necesitaban de oir
X
voz alguna para ponerse al tanto de los más semejante tarea á notabilidades científicas y á
ocultos pensamientos. Se aseguraba ser un celebridades teológicas.
hecho, que á la influencia de las manipulaciones Estas noticias y la veleidad genial en el hom-
la inteligencia de los magnetizados era otra, por bre produjeron desde luego entre los mexicanos
la variedad y profundidad de los conocimientos el efecto de que se enfriara el entusiasmo que
de que daba muestras inequívocas, y por la se tenia por el magnetismo, que era la sal de
manera extraordinaria de adquirirlos, no nece- las pequeñas reuniones de familia y el platillo
sitando, como no necesitaban, del auxilio de los sabroso de las grandes tertulias. Sin embargo
sentidos. algunos prosiguieron, si bien procurando ocul-
El magnetismo llegó á interesar, produciendo tarse del público.
diferentes resoluciones y dando lugar á diver-
sos propósitos en las personas que se consagra-
ban á sus prácticas, ó que habian sido testigos
II.
de sus prodigios. Los unos le creyeron peligro-
so, y le volvieron las espaldas; los otros le j u z -
garon un progreso de la ciencia, y continuaron
en sus experimentos. Estos que á las tinieblas y en el secreto con-
En estas circunstancias comenzó á extenderse tinuaron andando por el resbaladizo camino en
la noticia de que la Corte de Roma prohibía á que habian puesto la planta, y que ya no se
los fieles se entretuviesen en la producción de podia considerar exento de todo peligro, fueron
los fenómenos magnéticos, que en mayor escala el núcleo primitivo de las asociaciones que mas
y de manera más extraordinaria se producían tarde no temieron revelar el misterio de su
también en Europa. Se supo que se había man- existencia. Por el contrario, juzgaron que era
dado hacer un estudio concienzudo acerca de llegada la oportunidad de exhibirse, de tomar
cuáles pudieran ser sus causas y á practicar un un nombre, de formular un credo y de estable-
exámen escrupuloso de todo aquello que pudie- cer un sistema mas ó menos regular de propa-
ra servir para caracterizarlos, encomendándose ganda.
Ya se comprenderá que hablamos de las aso- Sin embargo, no por esto se desmayó. La
ciaciones que se han denominado á ei mismas, "Sociedad espirita de México" se erigió en "So-
para distinguirse de las otras muchas que exis- ciedad espirita Central de la República M e x i -
ten, "Sociedades espiritas" Se fundó un pe cana" Cuenta con sucursales, según entende
riódico en esta ciudad á principios del año de mos, en Guadalajara, en Guanajuato, en Que-
1872, con el título de la "Ilustración Espirita" rétaro y en Yucatan. Aquí mismo varios c í r -
periódico que aun goza de la luz pública, si bien culos la reconocen. Se ha puesto en contacto
no del favor, sino de sus pocos, poquísimos coa varias asociaciones de la misma familia en
adeptos. Antes se liabia publicado otro en la los Estados-Unidos, en Francia, en España y
capital del importante Estado de Guanajuato. en Alemania.
Uno y otro se propusieron dar ;í conocer los En 1. ° de Setiembre de 1872 dió á la pren-
principios de lo que llaman nueva ciencia, las sa los antes discutidos artículos d e su credo y el
investigaciones de lo que apellidan nueva filoso- reglamento, única ley d é l o s asociados. De
fía y los dogmas de lo que se atreven á bauti- clara profesar y creer las doctrinas de Alian
zar con el nombre de nueva religión. Uno y Kardec, y que el espíritu de este moderno ni-
otro emprendieron el trabajo de buscarse saté- gromante es el protector de ella y de todas las
lites y partidarios, y de hacer las cabezas de sucursales que la reconozcan como centro.
los demás á la imagen y semejanza de las de Esta actitud de los hijos de las tinieblas que
sus redactores. no ocultaban ya cuales eran sus verdaderas
miras y hacia donde se dirigian todos sus esfuer-
En Guadalajara también Se hicieron algunas
zos; que paladinamente manifestaban su ánimos i.
publicaciones de ese género; pero la vida les ha
dad y sus odios á lo que el mundo, á pesar de su
faltado casi en el momento de nacer.
creciente corrupción, considera todavía como
Solamente la Ilustración Espirita ha podido lo mas inviolable y mas santo, al catolisismo^
sobrevivir en esta populosa ciudad; pues la fuente de toda civilización y de todo progreso, de
Luz en México que también comenzó á publicar- todo bien y de toda felicidad; esta actitud hóstil,
se, corrió la misma suerte que sus hermanas, las repetimos, vino á despertar á los católicos.
otras publicaciones de los Estados.
Desde entonces fué cuando se comenzó á colum en la mas grande de las perplejidades y en el',
brar por algunos lo que podía significar la pa- mayor de los asombros, parece que viene á ex-
labra espiritismo que no se encuentra aún en el tremecer los valles y las montañas de nuestra
diccionario de nuestra lengua. infortunada patria.
o
Felizmente las fatigas de los enemigos de
Los espiritas de México, no han producido,
Dios no han tenido éxito hasta ahora; sus es-
al menos públicamente, ninguno de esos fenó-
fuerzos han sido vanos. Si han conquistado
menos físicos, mecánicos, fisiológicos y psicoló-
algunos, es de aquellos que ya les pertenecían
gicos, que no pueden producirse por el hombre,
por otros títulos.
sin el auxilio de una causa superior en poder y
en inteligencia.
En las comunicaciones que refieren haber te
nido, y que han publicado, nada se observa de
extraordinario, de raro, ni de asombroso; nada
que haga abandonar Jas vías amplias, luminosa*
y mas ó menos conocidas del orden natural de-
las causas, por las oscuras, misteriosas é incom-
Si aquí parara todo, no seria necesario tener prensibles de otro órden de causas superior.
el don de profecía, para pronosticarles su infali- No ponen á la vista del público, ni dicen na-
ble próxima muerte. da de esa otra série de fenómenos que constitu-
P e r o las cosas cambian. Ese movimiento yen lo que se llama manifestaciones délos agentes
extraordinario de sorprendentes maravillas y invisibles; nada de navegaciones aéreas de cuer-
de prodigios incomprensibles é inexplicables pos pesados á despecho de la fuerza de grave-
que se inició en los Estados-Unidos del Norte dad; nada de figuras humanas que se ven y no-
en 1846 y que se comunicó despues de 1853, se tocan, nada de manos cuyo contacto hace
extremecer y eriza ios cabellos de los mas ani-
con una velocidad asombrosa á las naciones del
mosos; nada de esas voces que no so sabe quien
viejo continente, á Inglaterra, á Italia, á Fran-
las pronuncia, ni de esos ruidos que se ignora^
cia, á Rusia y Alemania, poniéndolas á todas
qué los produce; nada de esos instrumentos
d.erramaban sobre la tierra. Una cuba de v a -
músicos que solos modulan, 7a una marcha mi-
queta llena de agua se desprendió de las manos
litar, ya una sinfonía deliciosa.
de las jóvenes Plácida y Anacleta, hijas de
Y como, á decir de los partidarios del espiri- Balderas, (de 15 años la primera y de 12 la se-
tismo, todo eso constituye la prueba matemática gunda) que la llevaban; fué caminando algunos
de la verdad de tal doctrina, acaso por faltar la palmos sin tocar el pavimento, arrastrando & aque-
prueba ó permanecer oculta, las filas que en llas un gran trecho. Se miraban tijeras que
México formó no han engrosado. . cortaban las trenzas de una niña, sin que hu-
Sin embargo, nuestra creencia es que la fé biera quien las manejase, y se vió que, una vez
católica es el dique que ha contenido su marcha; terminada esta operacion, cayeron al suelo.
y por esto hoy pide refuerzos mayores.
Pompeijo nos parece, no será, un prófugo de la
Hay ya ejemplos de algunas manifestaciones, piara guedarena. Un cerdo, tan sabio qué cal-
si hemos de creer ú lo que se ha referido por la cula y que generaliza con mas facilidad que co-
prensa, sin contradicción ninguna hasta ahora. me granos de maíz, sin obedecer á señal alguna
En el Fstado de Tamaulipas, en el distrito de y solo por henchir el bolsillo del que le trae
Allende, rancho del antiguo Morelos y en la prisionero en una jaula de plata, necesita que
casa de la familia de D. Eusebio Balderas, no • se le otorgue una inteligencia y no común.
hace un año todavía. (1) ha tenido lugar una El tal cerdo nos recuérdalos pájaros de M, Tre-
que no cede ú la que se verificó en Hidesville ffeu (a).
en 1S46 en casa la familia F o x . Se veja trasla-
Antes solia hablarse de espantos; ahora se
dar el algodon, de los sacos en que estaba guar^
exhiben muy bondadosos los espíritus y se
dado, á la techumbre de la casa; flotaban por el
muestran tan condescendientes que consienten
aire tercios de sal que se desliaban solos y se
en que se trafique con su poder y con su inteli-
gencia^
(1) Esto pasó en el mes corrido desde 23 de Noviembre de Es probable que el espiritismo en México,
1873 á la misma fecha de Diciembre de 1874. Correspondencia ante tales manifestaciones, si se repiten, reciba
del Siglo XIX, tomo 56, número 10650. un impulso.
£n cuanto á sus funestos resultados prácticos,
algo se tiene ya que deplorar. Por la carta
pastoral del Xllmo. Sr. Obispo de Querétaro.
sabemos que el espiritismo ha invadido el terreno
de las familias religiosas y de buenas costumbres, IV.
con gravísimo menoscabo de su verdadera piedad
y con peligro inminente de su jé. Alguna per.
sona ha perdido la razón en esta capital, por
consagrarse á las prácticas de aquella diábolica. La cosa no es p» ra vista con indiferencia y
superstición. frialdad. Se presenta el espiritismo bajo una
De aquí la necesidad de que los que creemos brillante forma que deslumhra, con una pompa
y tenemos conciencia de estar en la verdad sal- que aturde y con un aparato que seduce.
gamos á su defensa, proporcionando á los que En opinion de sus propagadores el espiritismo
también están en la verdad, pero que acaso, con es la palanca poderosa, el admirable medio que
argumentos especiosos y seductores prodigios, hacia falta al poder del hombre, y que el hombre
pudieran ser separados fácilmente de ella, a r - ha encontrado por fin en fuerza de estudios y
mas defensivas de un temple que no todos tie- de investigaciones. No podia servirse un cebo,
nen á la mano. que mas estimulara el apetito, en el platillo de
3a soberbia, de la soberbia que fué el primero y
De aquí la obligación de los que ven el ocul-
es el mas formidable enemigo de la humanidad
to lazo de advertir á los que no le ven; y el
decaída.
deber de los que miden la extraordinaria mag-
nitud del peligro que se corre, de dar la. voz Se le muestra corno una conquista del siglo,
de alarma, para que los que le desprecian, por como una ciencia oculta ántes, pero que la sabi
insignificante, 6 no le huyen, porque en él no duría humana ha podido arrancar.del seno de la
reparan, se apresuren á huir, si amenaza de le- naturaleza. Es una conquista, ¡triste verdad!,
jos, 6 á conjurarle, si ha llegado. pero una conquista no hecha por los 'nombres,
sino de que son víctimas los hombres Es una
ciencia, '.verdad mas triste todavía! pero no una
ciencia nueva y de cuya adquisición y posesion
debamos gloriarnos, sino una ciencia tan antigua cable y misterioso algo de sublime que simpa-
como el árbol que Dios plantó en medio del pa- tiza con las disposiciones innatas y espontáneas
raíso, y cuyo conocimiento fué. la vergüenza y tendencias de su espíritu, el peligro que el hom-
el sonrojo de la primitiva pareja, y la desgracia bre corre de atarse por sí misino al carro del
original de su numerosa descendencia. Es la error, es inminente; con dificultad querrá tomar
ciencia del mal, tan cultivada por el paganismo, contra él todas aquellas precauciones que la pru-
y que comenzó á desaparecer de la tierra des- dencia aconseja.
pues que fué levantado en el Gólgota, por ma-
En concepto de un historiador filósofo, (2) la
nos celestiales y divinas, el árbol de la Crin, ;'r
curiosidad es hija de ¡a ignorancia, y se hacs ma -
bol de ciencia más alta y más sublime, cargado
dre de la ciencia' Nosotros entendemos que qui-
de frutos de vida y ele redención.
so significar, que suele hacerse madre de la
Si al hombre, que se considera débil y mise- ciencia. La* más veces, cuando Ja ignorancia,
rable, se le dice y vuelve á decir: á poco, costa de que nace la curiosidad, es una ignorancia sa-
puedes ser un semidiós: nada hay en la naturaleza bia, lejos de hacerse madre de la ciencia, se ha-
que pueda ocultarse, que resista á tu ciencia, se le ce su verdugo, obligándola á pasar por el tor-
tiende una red de seda de varios colores, en mento de necias preocupaciones y encadenando-
que será cojido fácilmente, ó mas bien, á que se la al potro de la.superstición mas grosera, No
entregará sin repugnancia de su voluntad. siempre el asombro abre las puertas del es-
Si á tan lisongeros atractivos se agregan los- píritu; sino que, por lo contrario, las cierra y
irresistibles del objeto á que se le quiere inclinar; las remacha mas frecuentemente, interceptando
si se toca la delicada fibra de su curiosidad na- de esa suerte el paso de la luz, y condensando
tural, para ¡a que todo lo desconocido tiene una mas y mas las tinieblas en que se envuelve.
magnificencia que cautiva. (1) y tobo lo inexpli Efectos desconocidos que superan Ja eficacia
de las causas naturales, ó que se producen fue-

(1) Tácito. Vida de Agrícola. -'Onuie ignotum pro magni-


fico cst."
(2] Vico. -La ciencia nueva'7
ra del tiempo y modo en que la naturaleza pu-
diera producirlos, portentos inauditos que mu.
chas veces llevan ei trastorno á las leyes que
-rigen el mundo de los cuerpos, un poder prodi- y.
gioso, y que no cabe por sus tamaños en el s u -
jeto cu que se deposita, una mirada que se e x -
tiende simultáneamente á todos los espacios y El espiritismo, ya se le llama con esta pala-
á todos los tiempos y escruta lo que se esconde bra, ya con otra cualquiera, como magnetismo ó
en sus profundidades y encierran sus abismos» sonambulismo, es la mágia antigás, la nigroman-
se atribuye al espiritismo. cia de la gentilidad. Es el culto del paganis-
¿Qué cosa es mas propia para picar la curio- mo resucitado, es la demonolatría puesta en
sidad é interesar la soberbia? ¿Qué cosa má? honor.
á prdposito qara extraviar al ignorante, desqui El mundo actual se muestra escandalizado
>
ciar al sabio y hacer vacilar al prudente. .
cuando oye semejantes afirmaciones, y rie á
Si el espiritismo es peligroso por desconoci-
dos carrillos de los estúpidos que tales cosas
do, el peligro será tanto menor, cuanto más se
avanzan.
le conozca. Es necesario, pues, darle á cono-
Los mismos que afirman que no marchan con
cer. Si es funesto, porque se le. presenta á los
el mando, los que empuñan la bandera de la
no iniciados en sus misterios como ana nueva
ortodoxia, se escandalizan cou él y tienen la
ciencia que es permitido cultivar, como una
candidez columbina de hacer coro á sus carca-
conquista de la inteligencia del hombre» y uno
jadas.
de los mas gloriosos timbres de dos siglos, el
fatal prestigio desaparecerá, si se le convence ¡El demonio despues de los gloriosos triunfos
de ciencia de perdición, de retroceso intelectual del cristianismo! |El demonio en el siglo XIX!
y de vana superstición. Es indispensable, pues, exclaman las ilustradas y las ignorantes mu-
acometer tan ímproba tarea, por mas que ella •chedumbres. El demonio, sí, con un poder tan
sobrepuje las bien escasas fuerzas propias que grande como su inteligencia, para la cual no hay
podemos poner en juego. secretos, y como su voluntad, para la cual no
hay obstáculos en la naturaleza, con un poder despojado, con una casi-omeipotencia, cuya efi-
que ejerce despóticamente sobre la presente cacia quiere emplear en su daño y en su ruina.
generación, que no le resiste y le vence, tenien- Para lograrlo, no espera mas que el mundo lo
do armas para resistirle y para vencerle. consienta; solo aguarda que el mundo se desar-
El demonio sí, el demonio en el siglo X I X : me de aqueilos poderosos instrumentos de de
no os escandalicéis. El demonio, sí; el demo- fensa que fueron forjados sobre las cu ¡ubres tld
nio, despues de las victorias de la Cruz: no riáis, Calvario.
corno los imbéciles. El demonio es, por razón de su naturaleza,
No riáis, no os escandalicéis, á lo ménos los poderoso, y en relación con el hombre que, n e -
que os consideréis verdaderos cristianos, y ca- gándole, le adora poderosísimo.
tólicos como se consideraban vuestros padres y Es tan poderoso que puede matar el alma
vuestros abuelos. El escándalo puede ser fari- perdiéndola eternamente. (1) tan sabio é inteli-
saico. La risa es una arma villana y el peor gente, que "yo sé" significa la palabra con que
de los argumentos se nombra (i). Mas oígase de la boca de T e r -
Mas bien que escandalizarse y que reir, se tuliano algo de lo mucho que pueden hacer Sa-
debe estudiar la doctrina católica y revistar los tanás y sus ángeles
acontecimientos ele actualidad y comparar es- "Bastará hablar de sus operaciones, dice; to-
tos con aquella. Cosa será entonces que haga das tienden á la desgracia del hombre. Des-
brotar lágrimas á los ojos, no risas á los la- de el principio del muudo su malicia se ha dis
bios tinguido en esto con un éxito completo. Oca-
Regístrense las escrituras santas; consúlten- sionan á los cuerpos enfermedades y funestos
se las tradiciones sagradas. Abranse los libros accidentes; hacen experimentar al alma, de un
de los padres de la Iglesia; léanse las páginas modo súbito, emociones violentas y desordena
de sus teólogos. Estudíese, en suma, la histo-
ria de la religión y de la sociedad.
En todas partes encontraremos al demonio (1) San Mateo, C. X, 28.
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amenazando al mundo, de cuyo dominio ha sido 2; Daemop, palabra griega que significa yo sé.
das, Siendo espíritus, no se Ies puede anuncian; y en efecto, lo son alguna vez de los
ver, cuando obran, y no se les reconoce sino males, jamas de los bienes." (I)
por los males que han hecho. Atacan los f r u - Sí, el demonio puede mucho; porque son mu-
tos y las mieses; insinúan en la flor no sé chas V muy grandes las perfecciones de su natu-
qué soplo emponzoñado que mata el gérmen é raleza. perfecciones que ha conservado aun des-
impide la madurez* como si fuera el aire vicia- pues de su caída. Puede obrar grandes prodigios,
do por una causa.desconocida que envia e x h a - como los que obrd, por ejemplo, por conducto de
laciones pestilentes.
"Por resortes también ocultos agitan á las
(1) Nunc de operations eorum satie erit exponer®.
almas, las corrompen, las inspiran accesos de fu-
Operatio eorum est hominis evarsio. Si? malitia spirit a -
ror y de demencia é infames pasiones; las cie- lis a primordio auspicata est in hominis esitium, Itaque
gan hasta tal punto que se hacen adorar, y las corporibus quidem et valetudines infligunt, et aliquos ca-
fuerzan á que se ofrezcan á sus ídolos en sacri- sus acerbos; animíe varó repentinos et extraordinarios p e y
ficios el manjar que mas les agrada, el humo de vim excesus Multum 8 piritualibus viribus licet'
invisibiles et insensibles in effectu potius quam in actu euo
los perfumes y de la sangre. Pero lo que para
appareant, si poma, si fruges nescio quod aura) latens Vi-
ellos encierra mayor delicia es alejar al hom- tium in flore prsecipitat, in germine et exanimat, in puber'
bre del verdadero Dios, por medio de sus pres- täte convulnerat, ac si cíeca ratione tentatus aer pestilentes
tigios y oráculos, cuyo secreto voy á decir. liaustus suos offandit. Eadem igitur obscuritate contagio..
ais aspiratio dcemouum et angelorun, mentis uoq u e
"Todo espíritu es como ave ligera. Esto es corruptelas agit furoribus et amentis foedis, ac ssevis l i b i -
cierto tanto de los ángeles cuanto de los demo- dinibus, cum erroribus variis; quorum iste poti-simus
nios. En un momento se trasportan a todas quo Deos isios captis et circumscriptis liominum m e n t i -
partes; para ellos la tierra toda es un mismo bus comendat, ut et sibi pabnla propria nidoris et san-
guinis procuret simnkeris ímaginibus oblata. E t quai
lugar. Les es tan fácil de saber lo que pasa
illis acuratior pascua est, quam ut linminem á reco<¡itata
aquí, como de publicarlo allá. La velocidad verse divinitatis avertant prcestigiis falsee divina'ionisl
propia de su naturaleza que no se conoce, les Qaas et ipsas quomodo operentur, expediam
hace pasar fácilmente por dioses. Así es que
Omnis spiritus ales; hoc et angeli eiDaemocef. Igitur
quieren ser tenidos por los autores de lo que momento ubique sunt; totusorbi^ illis locus unuá est: quid
XXVIII
"Si Dios no contuviese su furor, dice Bossuet,
los magos de Faraón (1). Puede atravesar las
le veríamos conmover este mundo con la misma
mayores distancias, como se infiere de esto que
facilidad con que nosotros hacemos dar vueltas
dijo á Job (2): "vengo de dar la vuelta al mundo;"
á una pelota" [1].
hacer oír sonidos articulados, pues sedujo á Eva
con la palabra; (3) mostrarse bajo formas visi-
bles, como sucedió en el paraíso, donde tomó la
forma de la serpiente, y en la tentación del
IV.
Hijo de Dios en el desierto; mover los cuerpos
á través del espacio, puesto que trasportó á
Jesús del desierto al pináculo del templo, (4) No porque los tiempos corren, su influencia
enfermar al hombre y cubrirle de llagas, (o) maléfica pasa. No porque e). cristianismo'triun»
como lo hizo con Job; desencadenar los vientos fó y acabó con su reinado, el demonio deja de
y levantar las tempestadas; hacer brillar los dar señales de vida, de recordar la época en
relámpagos y caer los rayos, como se ve de la que era rey despótico y absoluto, de hacer fá-
historia del mismo justo y pacientísimo va- ciles conquistas y de uncir á su carro una mu-
ron (61 chedumbre de esclavos voluntarios.
Jesucristo no vino á salvar á la humanidad á
fuerza y mal su grado. La humanidad es libre.
ubi geratnr tan facile sciuni, quam enunfciant. Velocitas La religión cristiana derrama sus gracias en
divinitas creditur, quia substantia iguoratnr; sic et aato- los que las solicitan y comunica sus virtudes i
res i n e r d u m vidari voluunt eorura, quse aununtiant E^
¡os de buena voluntad.
sunt plane malorum nonnunquata, Lon.- rura iamsn nun-
quam Tert, Apoicg. num. A X I L El Verbo no ató. al demonio, sino que dió £
(1) Erod. V ! i .
los hombres firmísimas y sólidas cadenas de
(2) Job I . 8. diamantes para que le atasen. No puso el Pe~
(3) Gen. I l l , 1.
[41 San Math. IV, 5.
f5) Job II, 7.
[1] Sermón snr lea demons. .
(6) Id. I, 16, 9.
1
do decir: ; i Así como en un ejército no todos los
lion y la Osa sobre la cerviz del dragón inferna ,,
soldados combaten de la misma manera ni con
sino que alzó encendida, sobre candelero de oro
las mismas armas, así están repartidos los p a -
que no colocó bajo ningún celemín, la antorcha
peles entre los demonios. Su malicia toma t o -
de la fé, para que con ella trasportasen monta-
das las formas: según son las virtudes, así son
ñas y le pudiesen aplastar.
las clases de ataque." (1) El, que los habia
Despues de los gloriosos triunfos del cristia- vencido, conocía perfectamente su poder y su
nismo ha dado to.lavía muestras de su póder. inteligencia, sus astucias y sus atropellos
Léanse los escritos y las actas de los Apóstoles.
Una muchedumbre de plagas esterilizaban
Llévese la vista por la historia eclesiástica y los campos del imperio de Carlomagno en el si-
aun por la profana. Se verá que el demonio, glo 8 ° ;se reunieron cuatro concilios, el de Pa-
vencido, aun busca y muchas veces encuentra rís y el de León, el de Maguncia y el de Tolosa.
víctimas que devorar. Se establecieron reglamentos sapientísimos, y
Un ángel de Satanás abofeteaba á San Pablo, despues de esta desecación católica, como se Ha
al convertido de. Damasco, al mismo vaso de maba á las medidas acordadas por aquellas
elección [1]. Roma en los primeros siglos de asambleas, las plagas cesaron.
la era cristiana mandaba misioneros que te - Dios permite algunas veces al demonio hacer
nían que combatir á Satanás bajo la forma pal- uso de su poder, Esto entra en los altos d e -
pable de dragones y de serpientes. Los desier- signios de su Providencia. Castiga por medie
tos de la Tebaida' dan el mas irrecusable testi- de ellos la iniquidad de los malos y pone a'
monio de su poder, aun contra los santos. Los prueba la fidelidad y virtudes de los buenos; (2)
solitarios que allí vivieron, los Pablos y lo 3 y esto sin que pueda argüirse nada contra su
Antonios, los Pacomios y los Pafnucios, comba-
tieron un gran combate con el demonio y sus
legiones á quienes vencieron. San Antonio pu- (1) San Athan. un Vita Sant Antonií.
(2) Santo Tomás. Suma 0, CIX, art. 3. Cum divi-
na justitia exigit ut per dsemones aliqua fiant vel ad puni-
[1] I I Coriut X I I , 7, Batus cst mihi stimuins car tionemt, malorum vel ad esercitaionsii bonorum.

me mae auge'us Sata ese. qui me olaphi'et


vesando una de esas épocas funestas en que se
bondad, ni venir daño alguno á la religión. Pe-
ié ha permitido á Satanás y á sus ángeles ejer-
ro dejemos que hable el Aguila de Tagasto.
cer extraordinarios poderes y desenfrenados fu-
"Los demonios, dice, tienen permiso, en tiem-
rores, valiéndose de los infelices que han poséi-
pos arreglados y limitados, de ejercitar su furor seido? Los hechos hablan muy alto, para que
contra la Ciudad de Dios, sirviéndose de aque- no despierten del letargo á los mas indiferentes.
llos de quienes se han hecho los amos, y permi- La actual generación ha puesto en olvido la
so igualmente no solo de recibir les sacrificios existencia de ese feroz enemigo de toda la h u -
voluntarios que se les ofrecen, sino también de manidad; mas todavía, se escandaliza de que
exigirlos por medio de violentas, persecuciones. haya quienes crean que existe y hasta que ha
Y en vez de que esto sea pernicioso á la Jgle existido, y le declara por sí y ante sí un mito d
sia, por el contrario, ella saca grandes venta- una alegoría. Hace burla de ciertas prácticas
jas'/' (1) de la Iglesia católica y de ciertos cánones p r o -
hibitivos que suponen que su existencia es uns
terrible verdad, y su influencia en las cosas hu-
VIL manas un hecho notorio y comprobado.
El siglo X I X positivista, como el que mas,
está enteramente consagrado al materialismo;
¿Y quién, á la vista de lo que pasa en el pre ha hecho de este uaa religión. No cree sino
sente siglo, no se conveuce de que estamos atra- lo que toca; y por esto solo cree en la materia
El espíritu es para él apénas una palabra. Ob.
sérvesele: su Dios es el oro; sus delicias supre-
[:i] De civit. Dei. L. X. C. 21. Moderali» autem p r e -
mas las hace consistir en la sensualidad. Oro
ñnitisque temporibus, etiam potestas permisa daemonibus
y placeres en todas partes. La ciencia es una
ut bominibus quos posident cxcitatis, inimicitias adversas
Dei civitatem tyranice exerceant, sibique sacrifica non quimera, si no produce; las bellas artes, la poe-
solum ab offereníibus sumant et a volentibus expetanfc, sia, la pintura, la escultura no le atraen, sino
veroni etiam ab invitis persequendo violeuter estorqueant,. porque le deleitan, y exaltan y sobrexitan las
non solam perniciosa non est, sed etiam utilis inyenifcur pasiones del cuerpo.
Ecclesia«.
XXXIV
H a extendido un tupido velo entre los dos
mundos. Mas allá de la naturaleza de que se Unicamente faltaba, ya no para la seme-
cree el rey, nada descubre; reputa absurdo lo janza, sino para la identidad; únicamente fal-
sobrenatural. Ver, oir, oler, gustar y tocar taba volver á la religión del paganismo, á la
son todas las funciones de su vida. Lo que no superstición de la gentilidad, á la magia, á
pasa por sus sentidos no merece ocupar un los oráculos y á las pitonisas. Se está dando
puesto en su inteligencia. Se juzga que es luz hoy un paso retrógrado hácia la magia, ála má-
y se llama siglo (Le las luces, en testimonio de la gia, por mas que se le haya cambiado el nom-
sinceridad de su juicio. ¿Y qué tiene que ver, bre, y se llame espiritismo. Ya nada falta.
exclama, la fé al lado de la luz? Pareciéndole El impulso está dado, ¿tendrá éxito completo?
absurda semejante unión, condena al ostracismo ¿Su influencia se hará general? ¿Volverá á res-
perpetuo la antigua fé, y levanta el alcázar s o - tablecerese sobre la tierra el imperio del destro
berbio de su iucredulidad, de su incredulidad nado príncipe de las tinieblas?
en el espíritu, de su incredulidad en la existen- Antes de responder á estas preguntas, confe-
cia del otro mundo, de su incredulidad en lo semos que en este movimiento hácia atras, y
principalmente en este movimiento hácia atras
sobrenatural.
en materias religiosas, vemos la realización de
Dice que progresa, y cada paso que da és ha-
secretos y altísimos designios de la Providen •
cia atras. Cifra todas sus aspiraciones en ir
cia; de la Providencia que mantiene el drden
acercándose á los siglos del paganismo; y esto
general, en medio del trastorno con que la
es retroceder, Asombra con qué facilidad ha
libertad individual procura perturbarle, y la
recorrido la enorme distancia que le separaba
cual, para conseguirlo, no hace mas que equili-
de aquellos. La semejanza es tan completa en-
brar las tendencias y los esfuerzos contrarios,
tre estas dos épocas, que es muy difícil de dis-
sin destruirlos, ni aniquilarlos. De esta suerte
tinguirlas. Oro y placeres le absorben; no eran
el Eterno Regulador, convierte el mal en bien (1)
otros los dioses que la gentilidad idolatraba; no
y prove á la perpétua subsistencia de su obra*
eran otros los estímulos que para obrar tenían
las mas ilustres personificaciones de aquellos
tiempos. [1] Gen L. 20 Vos cogitastis de me malum, sed Deus
aortit i\lum in bonum.
Extraviado el hombre, no cree en el espí- dad á que aspira con todo el calor de su natu-
ritu, en la existencia de la otra vida, en lo so- raleza, crea en las cosas que no debe creer y
brenatural; y tiene que creer, aunque lo resista, que son como el gérmen del infortunio final que
con la sola diferencia de que si se obstina en aborrece por instinto.
sus extravíos, creerá de manera que en esa su
Si se huye de la luz, se va á parar por nece-
fé encuentre su ruina y su castigo; mas si abre
sidad en las tinieblas. El desconocimiento dej
los ojos y recibe la luz que se le entra por ellos,
Sér Criador como padre, importa el reconoci-
entdnces su fé será su premio y su salvación.
miento del sér criado como amo.
Si no quiere creer en la existencia de otra El hombre,"como criatura, debe vivir siempre
vida feliz y desgraciada, y servirse de su creen- sometido. Si niegn la obediencia á su legítimo
cia para dirigir todos sus pasos hácia aquella y Soberano, se verá precisado á obedecer á un
apartarse siempre de esta, no por eso dejará de usurpador bastardo.
creer que existe, sino que erróneamente la cree- No tememos decir que el espiritismo, obra de
rá siempre feliz y esperará engañado tomar al las pasiones de los hombres, sometido á la ac-
fin posesion de ella, tras de tiempos mas ó ménos ción reguladora y reparadora de la Providencia }
largos. ¡Ay de él! cnando vea, ya sin remedio, va á ser, luz para unos y tinieblas para otros
que esa existencia futura es perdurable y des- dia para aquellos'y noche para estos; salvación
graciada para los que vivieron, como si fuera y premio para los dóciles; castigo y ruina para
una quimera. los rebeldes.
La incredulidad en las cosas de Dios se cas-
Los perversos, impelidos por su corrupción,
tiga, y no hay castigo mas proporcional, coa la han resucitado la mágia para perder al mundo;
credulidad en las cosas del Diablo. Este es un la Providencia se servirá de ella, como de ins-
hecho de la justicia divina, testificado per todas trumento de ira, para castigar la soberbia de
las historias. los descreídos, para fortificar la fé de los cre-
Nada mas justo que quien no cree en las yentes y para volver á sus antiguos quicios á la
cosas que debe creer, y que son como la fuen- humanidad.
te sellada que encierra los veneros de la felici- El espiritismo, pues, no tendrá éxito comple-
to; su influencia no se liará general; el príncipe
Sansón frente á frente de Nabucodonosor. Y
de las tinieblas no verá restablecido su impe-
No obstante la diferencia de poderes, Dios orde-
perio.
naba todos los sucesos del mundo en favor de
Despues de que la Providencia le haya hecho las esperanzas de un solo pueblo, y hacia servir
servir á la causa del catolicismo y á la acción á los hombres y á las naciones todas, que le
reparadora de su justicia, acabaran sus presti- eran rebeldes é iban por malos caminos, á la *
gios, dejarán de producirse sus maravillas, en - ejecución de sus altísimos é inescrutables desig-
mudeceran sus médiums y cesaran sus oráculos. nios. Arma la Siria contra la Judea, á fin
¿Cómo sucederá todo esto? Sucederá; hé aquf de que esta se mantenga dentro del círculo de
lo solo que es necesario saber. sus deberes; convierte en oliva la cimitarra de
los persas, para devolverla la libertad. Se va-
le de la Grecia para preparar las vías á la pro-
pagación de la Buena Nueva, y del Imperio Ro-
mano, para dar cumplido lleno á las antiguas
promesas, realizando el gran hecho de la r e -
VIII.
dención de la humanidad.
Esto que hizo la Providencia con el pueblo
escogido, en el espacio de cuatro mil años, en
circunstancias mas difíciles y adversas, sin que
El pueblo hebreo, Ciudad de Dios sobre la los hombres lo comprendiesen, ni reparasen en
tierra, según expresión de San Agustín, luchó la misteriosa eficacia de su acción, hará hoy con
desventajosamente, pero venciendo al cabo t el concurso de los pueblos cristianos, con el
contra el mundo junto, que formaba la ciudad mundo católico, haciendo servir las influencias
del mal. Abraham frente á frente de Niño; maléficas del príncipe de las tinieblas al triun-
Isaac frente á frente de Semíramis; Jacob frente fo del catolicismo, que ha sido es y será la sal-
á frente de Faraón; Josef frente á frente de vación de la humanidad, á la subsistencia glo-
Cécropes; Moisés frente á frente de Rómulo y riosa de la Iglesia, á la cual prometió asistir
que llamamos demonios, dice el gran filósofo
hasta la consumación de los siglos y contra la
de Aquino, á pesar de que resisten con todo su
cual, el Yerbo cuya palabra no faltará nunca
poder á la Divina Providencia, en la ejecución
aseguró, que no prevalecerían las puertas del
de sus decretos; así, con igual fin se sirve
infierno. de los hombres malvados, como se ve clara-
Es cierto que en este tremendo combate pe- mente en los tiranos, de cuya malicia se valió
recerán no pooos; pero serán únicamente aque- para tejer gloriosas coronas á los mártires." (1)
llos que lo quieran; aquellos que vuelvan las
El mundo lo verá no muy tarde y lo tocará
espaldas á la Cruz, aquellos que no se abreven
no muy léjos. Entre tanto, trabajemos en des-
en las vivíficas 6 inagotables fuentes de la gra-
enmascarar al espiritismo. Así será conocido
IP' cia. En cambio los do buena voluntad serán
por todos los qué tengan ojos y quieran ver.
salvos, despues de haber ceñido un laurel en
Es inútil advertir que no nos proponemos en-
la contienda y de haber conquistado una palma
señar á los entendidos. Dispuestos nos encon-
en la titánica lucha contra el infierno.
tramos á recibir sus lecciones. Solo queremos
No hay que dudarlo. El mal va á servir al
poner en guar dia á los ignorantes sencillos, de-
bien; las obras de Satanas á las obras de Dios;
masiado numerosos en México, para que no
i"
í Iis
• IjH» el espiritismo al catolicismo.
sean sorprendidos, y brindar á la inexpe-
I 1i Pero si el mal es tinieblas ¿como puede a l -
riencia juvenil con un escudo de defensa que
ternar con el bien que es luz esplendorosa? ¿Si
Satanás es enemigo de Dios ¿cómo puede p r e s -
tarse á ser, y ser el ejecutor de algunos de sus
designios? Así sucede. (1) Sant Thomas. Op. XXV. C. 4, Sunt tarnen
Dios, combinando, de misteriosa manera la quidam deceptores spiritus, quos daamones nominamus,
luz con las tinieblas, saca las sombras, y con qui quamvis q u a n t u m i n ipsis est, dispositioni divince res-
ellas forma el claro-oscuro, que realza y embe- sistantur, u t i t u r tarnen Deus eis ad SUEB dispositionis im-
pletionem, sicufc et malis hominibus utitur ad imp'endum
llece la hermosa perspectiva del gran cuadro
suai propositum voluntatis, ut p a t e t i n tyran : s, Quorum
de la naturaleza.
nequitia usus est ad Coronas Hiartyribu« fabricandas.
"El mismo emplea á los espíritus engañadores
tardíos que el paquidermo en estas operaciones. Jugaba
oponga á loa rudos ataques de los tenaces p r o -
brisca, y decia ántes de comenzar la partida si perderia 6
pagadores del espiritismo.
ganaría; y lo que anunciaba eso se cumplía. Hay que no- _
Sembrar en un terreno tan feraz la semilla tar que el cerdo jugaba sin ver los naipes. Con el dato de
de un poquito de bien es toda nuestra aspira- año en que cualquiera de los concurrentes habia. nacido,
ción; recojer algún fruto de aquella semilla, to determinaba .la edad precisa que tenia; y esto en un abrir
do nuestro deseo. Esperamos conseguirlo, ex- y cerrar de ojos. Por el contrario, conocida la edad, t a m -
bién en un abrir y cerrar da ojos, determinaba la época
poniendo con sencillez lo que liemos a p r e n -
del nacimiento. Ademas, decia la hora, dia, mes y a ñ o
dido de la ciencia y de la historia; de la ciencia en que trabajaba; adivinaba el naipe que tomaba este 6
que explica c5 cree posible la explicación de los aquel de los espectadores; sabia quien habia sido y quien
hechos ó fenómenos cuyas causas están ó pue- era presidente de la Eepública ect., etc.
den estar bajo el dominio de la razón, y de la L a manera de proceder era como sigue. Sobre uua
tarima levantada medio metro sobre el pavimento y con-
historia que certifica la realidad de los fenóme-
venientemente tapizada, estaba la jaula que encerraba el
nos y de los hechos, cuyas causas es fuerza bus- cerdo, y de la cual salia en el momento de la exhibición.
car en regiones mas altas que en las vastísimas' Sobre la misma tarima se colocaban, sin orden, cifras n u -
pero siempre limitadas de la misma razón h u - méricas, del uno al cero, cartones con los nombres de a l -
mana. gunos personages y también naipes. En rededor de la t a -
rima y casi tocandola, tomaban as'eato los curiosos que
iban á divertirse.
Se preguntaba á Ponpeyo, por ejemplo, ¿quien habia
sido el anterior presidente de México;? y dando con
grande celeridad una media vuelta hacia retaguardia,
como el mas diestro veterano, sin Ajarse en los objetos
que sobre el tapiz se habian puesto de antemano, sin ver-
los siquiera, separaba coa su inteligente trompa, el nom-
bre del personage que neaesitaba, y lo nombraba al asom-
(a) Págiua XVIII.—El cerdo de que se trata fué exhi-
brado público. Se le proponía una división; y proponerse-
bido por un Canadiense en una tienda de campaña, en l a
la y dar el cociente aran cosas que pasaban casi á la vez.
Plazuela de Santo Domingo en Febrero y Marzo de este
Si aquel era una cifra compuesta, no por eso se detenia,
año. sino que cogía la primera y luego la segunda, sin i n t e r -
E l cerdo sumaba y restaba, multiplicaba y dividia con rumpir la operacion, no obstante los granos de maíz con
ana prontitud asombrosa. Los espectadores eran mas que se estinulaba su apetito.
XLIY
Los pájaros magnetizados, según el método de los ado-
No es el primer liecho de este género. Tertuliano habla
radores da Brahma, jugaban también como Pompeyo á los
en el capítulo X 5 I I I de su Apologética, de cabras que
naipes. No creemos andar muy faera de camino, cuando
adivinaban en tiempos del paganismo.
hemos sospechado que Pompeyo podrá ser un prófugo de
Ultimamente, en el año de 1861, París ha presenciado un
la piaia de Genezareth.
espectáculo semejante dado por los pájaros magnetizados
de M. Tréfeu, quien aprendió ti comunicarles inteligencia, en
su viage por les tierras regadas por el Ganges. ¿Como lo
conseguía? Vais á saberlo.
Primeramente los magnetizaba, soplando sobre ellos ó to-
cándolos con la mano. Mediante esta operacion entraban
los cantores de la selva en sonambulismo, entraban, deci-
mos, aquellos que habían sobrevivido, pues mas de las
nueve décimas partes mueren bajo la influencia de las
comentes magnéticas. Mas los que sobreviven sa convier-
ten en bachilleres, en doctores y hasta en profetas.
H e aquí cómo describe el caballero Des Mocseaux
u n a de esas sesiones ornühománticas "Colocad delante de
estos volátiles, dice, letras, palabras, nombres, cifras; escri-
bid vosotros mismo3 en un papel, con propia mano y léjos
de teda mirada indiscreta, las preguntas que deseáis. Ye-
nid luego á preguntarles con confianza; preguntadles, v.
g, "¿quien os inspira?" Al panto uno de ellos busca
con el pico, entre aquella confusion de palabras disemina-
das bajo sus doctas patas; y os presar,ta esta palabra
"Dios''—Ahora dice la pregunta escrit i en el papel ¿si
durante el invierno de 1868 tendrá guerra el Austria?—
" S í , si tal personage lo juzga oportuno " [1J

(1) Des Mouseaux. La Magie au dixneuvieme siècle-. Ch. XII


division 3. ü
CAPITULO i.

SUMARIO.

Método que nos proponemos seguir.—Razón para ello.—


E n los fenómenos atribuidos al espiritismo comprende-
m o s los que se atribuyeron al magnetismo y al sona:n_
balismo.—¿Por qué?—Cosas que notar.—Fenómenos
atribuidos al magnetismo,---Una sesión de Mesmer en
el Hotel Bourret.—E! espiritismo comienza por a p o -
derarse del cuerpo.

Nada mas propio para conocer y dar á cono-


cer una cosa que conocer y dar á conocer su
historia. De suerte que el mejor método que
podemos seguir para lograr el fin que nos he-
mos propuesto respecto del espiritismo es refe-
rir la série de hechos que se le atribuyen.
igualmente natía hay que indique con mas atribuyen al espiritismo, se habrá conseguido co-
exactitud cuáles la causa de estos ó aquellos nocer este y se podrá señalar con precisión cuál
efectos que el exánien y estudio de ellos, de sus sea la oculta causa de aquellos.
diferencias, de sus semejanzas, de sus carcateres Hay que notar que eDtre los fenómenos atri-
peculiares, de sus ordinarias tendencias, y en buidos al espiritismo no comprendemos única-
suma, del modo y circunstancias en que se pro- mente los que comenzaron á producirse en los
ducen. Estados-Unidos de América en 1846, sino tam-
El árbol se conoce por sus frutos, y entre la bién los que se produjeron en Francia en el p e -
causa y el efecto hay una cadena, sin solucion riodo corrido desde 1778 á 1784, por Mesmer y
ninguna de continuidad, por cuyos eslabones se sus discípulos, y que entónces se atribuían al
puede subir de este á aquella y, viceversa, ba- magnetismo, igualmente que los que, despues de
jar de aquella á este, sin peligro probable de to este año, fueron atribuidos por Puysegur, Faria
mar rumbos estraviados. y Petetin al sonambulismo.

El investigador, colocado en el extremo en Sin embargo, como de hecho los fenómenos


que está patente el efecto, puede trasportarse no fueron los mismos en número y variedad
con mayor ó menor dificultad; coa mas ó m é - desde el principio, sino que iban sucediéndose
nos tropiezos, al extremo, donde la causa se en progresión creciente; y como, en cada vez
oculta, y al contrario. que la razón geométrica los multiplicaba, la
Así, por el humo que arroja el cráter de una ciencia que presumía dominarlos, cambiaba de
montaña volcánica, se reconoce con certeza la táctica ó de sistema, para explicarlos, de aqu{
existencia de fuegos subterráneos; y, por los di* la diferencia en las palabras, no obstante la
bujados contornos de un retrato, se adivinan los identidad y unicidad de la cosa. En realidad
perfiles reales y verdaderos del original de que las tres teorías capitales solo indican tre3 pe-
riodos en la historia de los fenómenos, que no
es copia.
se desarrollaron de una vez, sino paulatina-
Es, pues, evidente que si se conocen, estudian
mente.
v examinan los fenómenos maravillosos- que se
También hay que advertir que no porque, en
' 4
—4-
humano y que pueden ser como los precnsdres
la exposición que vamos ¿hacer, partimos desde
de grandes catástrofes sociales y religiosas.
1778, se entienda que damos por supuesto que
ántes no tuvieron lugar en los países cristianos No sucedía lo mismo con los que se verifica-
fenómenos idénticos. Por el contrario afirma- ban en tiempos anteriores de la era cristiana,
mos que no han dejado de producirse, así como pues tenian lugar aisladamente, y sin relación
en la antigüedad gentílica. Las posesas de visible los unos con los otros. Además, parecía
Loudun en 1632, los tembladores de San M e - que tendían á conmover, no al cuerpo social en
dardo á principios del siglo X V I I I , y en casi la conjunto, sino á este ó aquel individuo en lo
misma época, los camisardos de las Cevennas, y particular.
muchos otros casos aislados que seria difícil de Con tales antecedentes vamos á exponer la
enumerar, hablan muy alto para que pudieran série de fenómenos en cuestión, comenzando
pasarse inadvertidos. por aquellos que fueron atribuidos al magne-
tismo.
Si partimos de aquella época, es: en primer
Trasladémonos con el pensamiento al año de
lugar, porque ántes de ella se llamaban los fe-
1778 y á la populosa ciudad de Paris, cerca de
nómenos con su verdadero nombre y se consi-
la plaza Yendome, en el hotel Bourret. Se
deraban suficientemente explicados, mediante la
trata de una sesión pública. El sabio que la pre
intervención satánica; en segundo lugar, porque
side es el médico aleman Antonio Mesmer, re-
desde enténces la ciencia se apoderó de ellos
putado como visionario por la ignorancia y la
con ahinco y con una especie de frenesí, juzgán-
sabiduría de aquella época. Siempre los extre-
dolos de su competencia y ensayando explicar-
mos se tocan. Ya estamos en el gran salón cu-
los por causas meramente naturales; en tercer
bierto de ricas colgaduras. Cestos de flores
lugar, porque en los que se han verificado en la
aromáticas, colocados aquí y allí, impregnan !a
última centuria, que terminará dentro de un
atmósfera de deleitosa fragancia Multitud de
cuatrienio, se advierte cierto enlace y una con-
trípodes griegas y de misteriosos emblemas ha-
catenación no interrumpida, á la vez que m a r -
cían remontar la imaginación á cosas sepultadas
cadas tendencias á la universalidad, lo cual hace
ya en el polvo del olvido. Los templos de Isis,
creer que serán mas trascendentales al género
de Esculapio y de Serápis y los oráculos de dos, desfigurados y casi moribundos, se animan
D elfos, Dóiona y Cumas se representan á la de súbito y como por encanto. Saltan desmesu-
fantasía de la muchedumbre que arastra la cu radamente, corren los unos hácia los otros y se
riosidad ávida, por lo nuevo y lo maravilloso, no estrechan delirantes los piés, las rodillas, las
obstante el escepticismo que no cura de disi- manos y los brazos. Unos, principalmente las
mular. mujeres, se desmayan cierran los ojos y se sien
Mesmer, con un vestido de seda color de lila ten atacadas de sofocacion. G-estos y contor-
y con una pequeña barra de hierro en una ma- siones horribles, movimientos descompasados,
no, era el blanco de todas las miradas. Hácia risas sardónicas, lamentos y gemidos por uua
un lado un sinnúoiero de enfermos de ambos parte, y por otra miradas insinuantes y apasio
sexos que sufrían todo género de dolencias y nadas, sonrisas lisonjeras y ademanes que re-
esperaban recibir la salud con que á poca costa velaban que se gozaba de uo oculto deleite, se
se les brindaba, hácia el otro, un número m a - seguían á aquella primera escena. Las armonías
yor todavía de espectadores, notabilidades cien- de la música que no cesaba de resonar, léjos de
tíficas, políticas y literarias, los Bertholet, los disminuir, aumentaban tanta perturbación. Sola-
Montesquieu, los Lafayette, los de Noailles, de mente la barra 6 la mirada de Mesmer era pode-
Chastelnux y de Puysegur, todos esperaban con rosa para suspenderla ó hacerla cesar. Entdn-
ánsia el momento en que la escena anunciada ces todos se sentían sanados de sus dolencias, se
comenzase. abrazaban y se felicitaban reciprocamente, y no
ocultaban sus deseos por volver á experimentar
lin el centro del salón está una tina de ma-
aquellas sensaciones que los enloquecían, aque-
dera, en cuyo fondo se ven colocadas botellas
llos choques bruscos, capaces de dar la muerte
magnetizadas y cubiertas de agua acidulada.
á otro que no estuviera influenciado por el agen-
De la tina parten en todos sentidos flexibles
te, que, se decía, era el principio de la vida. El
cuerdas metálicas. A una voz de Mesmer, los
triunfo de Mesmer fué completo desde sus prime-
enfermos se asen de las cuerdas y se las e n r e -
ros ensayos. Ya no era un visionario, ni un e m -
dan en los brazos; y el indescriptible espectácu-
baucador, sino el hombre de la ciencia.
lo comienza. Todos aquellos enfermos, páli-
—8—
Observemos que el espiritismo, en esta su
primera manifestación, se presenta condecorado
con la borla universitaria, y cubierto de hom-
bros á pies, con el seductor y deslumbrante man-
to de la ciencia. Comienza por apoderarse del
cuerpo, proporcionándole, en blandas sensacio-
CAPITULO I I .
nes, eficaz medicina para todas sus enfermedades
y achaques. Se exhibe como un nuevo sistema
de terapéutica universal; no osa llamarse toda-
vía filosofía, moral, ni religión. SUMARIO.

Siendo instintivo el deseo de la salud, es se-


guro que será aceptado sin recelos, y que ningu-
no sospechará malignas iufluencias. Todo apa- Lo3 prodigios cada vez mas estupendos,—Casi no necesi-
tan de condiciones para producirse.—Puysegur y Faria
rece meditado con inteligencia, y dispuesto con
—Se hacen á un lado la barra de hierro y la tina mes-
habilidad, para temerse un fracaso.
méricas, los aromas y las armonías.—Puysegur los
sustituye con simple? pases de manos.— Faria i su vez
sustituye estos con el poder de su voz, y luego con el de
su voluntad. —Sonambulismo magnético, estático y lúci-
do.—Fenómenos atribuidos al sonambulismo.—Progrel
sos del espiritismo.— Ya no es medicina, sino m é -
dico.—El espiritismo no ae contenta coa el cuerpo.—
Comienza á abrirse brecha en e! alma.

Las cosas no paran aquí. Los fenómenos si-


guen siendo cada dia mas prodigiosos; no se
producen siempre de la misma manera; y puede
- I l -
afirmarse que casi no necesitan condicion algu- la voz. No faltó quien llegase al mismo resulta
na para producirse, al menos condicion puesta do, sin necesidad de la palabra. Un mandato
por los que se lisongean de ser quienes los pro- mental era bastante. Una vez producido el so-
ducen. nambulismo magnético, pronto pasó á sonambu-
Puysegur, aprovechado discípulo de Mesmer, lismo lúcido y luego á sonambulismo estático Hé
supo adelantarse á su maestro. Como él, cura aquí lo que por su medio ha venido á aumen-
las enfermedades y produce el delirio, los movi- tar los tesoros de la ciencia moderna, y que
mientos y las convulsiones mesmérieas, pero sin caracteriza aquel estado, dándonos una idea
necesidad de tina, ni de larra de lnerro, ni de aproximada de su naturaleza y de cuál es la
aromas, ni de armonías. Lijeros pases de manos¡ verdadera causa de los fenómenos observados-.
miradas de un momento le bastan al principio' Se observa:
con tal que haya concurso de voluntades. Des-
1 . ° Por su medio, el sonámbulo, á no ser
pués, hasta su presencia se hace innecesaria, ha-
pacto formal entre el magnetizador y el magne-
biendo comunicado á un olmo de su propiedad
tizado, nada recuerda de lo que pasa miéntras
en Busancy su potencia, y hecho de él un depó -
está sometido á la influencia magnética.
sito inagotable de fluido. Los enfermos acudían
2. ° El sonámbulo se torna insensible á toda
al árbol sanitario; y á su sombra se repetían las
clase de impresiones exteriores, salvo aquellas
mismas escenas del hotel Bourret, las danzas t
con que le excita el magnetizador ó la persona
las convulsiones, los gestos y los lamentos doloro-
con quien este le comunica.
sos, y al cabo también de todo esto, se obtenía el
3. ° El sonámbulo, por pobre de inteligencia
recobro de la salud. Pero el efecto hasta enton-
que sea en el estado de vigilia, se hace capaz
ces no producido, que abria la puerta á otros
de entender y resolver las cosas mas difíciles
mil secundarios y de un órden casi sobrehuma-
de cualquiera ciencia, y esto aun cuando jamás
no, y que Puysegur logró producir con su nue-
la hubiese-conocido ni supiera que existia; y
vo método, fué el sonambulismo magnético. Fa-
habla idiomas que nunca oyó ni aprendió.
ría le obtuvo también con precedimientos más
4 . ° El sonámbulo ve dentro de sí mismo
sencillos, tan sencillos como lo es [el imperio de
todo lo que pasa en su organización, lo mismo
que si su cuerpo fuera trasparente como el cris- tismo no se contenta con llamarse magnetismo,
tal, las alteraciones del mas delicado de sus <5r sino que añade ai antiguo, un nombre nuevo, y
ganos, y cómo se opera la circulación de la san- se llama también sonambulismo.
gre, etc.
Ser medicina universal es mucho, pero, á no
5. ° El sonámbulo conoce las enfermedades
dudarlo, es mucho mas ser medicina universal y
propias y las de las personas con que se le c o -
médico infalible al mismo tiempo. Curar todo
munica, y los remedios á propósito para sanar-
género de enfermedades, sin conocerlas, es una
las.
gran cosa, es una cosa estupendp; pero cosa mas
6. ° El sonámbulo preve los acontecimientos
grande y mas estupenda es hacer su curación y
futuros, ve á grandes distancias, sin que sea
su diagaósis á la vez, sin tener en cuenta los
obstáculo la interposición de los cuerpos sólidos
síntomas, ni haber hecho estudios de anatomía»
y opacos, y revela cosas secretas.
fisiología, patología, clínica y terapéutica. El
7. ° El sonámbulo penetra en el espíritu de
espiritismo se llama sonambulismo, porque es
cualquiera de sus semejantes, adivina sus p e n -
ya algo mas que un agente físico capaz de pro-
samientos, y no hace sino la voluntad del mag-
vocar convulsiones, risas, llantos y sensaciones
netizador.
agradables, y capaz de restablecer la salud per-
8. ° El sonámbulo, traspuestos sus sentidos,
dida; es una inteligencia verdaderamente ex-
ve, oye, gusta, etc., por el estómago, sin poder-
traordinaria.
lo hacer por los ojos, el oido y el paladar (1).
Penetra en el porvenir como en las cosa«
Como se ve, en un brevísimo tiempo se ha
ocultas; en el pensamiento de los demás, como
obrado un cauibio trascendental en los fenóme-
en la propia organización. No solamente d o -
nos, á tal punto que no se puede sostener que
mina en el cuerpo, sino que ha abierto bre-
permanecen en su esfera primitiva. El espiri—
cha, prescindiendo de los sentidos que comu-
nican al hombre interior con el mundo ex t
[IJ E s t s resumen está tomado de los profandos a r t í .
rior, para poder influir directamente en el alma
culos que con él titulo de el "Espiritismo en el mundo m o " y dominar sobre ella con el dominio mas
• derno," escribieron los redactores de la Civiitá Cattolica. absoluto.

UNIVERSIDAD P r '6 LEON


Hltelgco Valverüe y T t M z
—14—
El cambio, aunque brusco y repentino, Ha
sido radical. Antes, la causa de los fenó-
menos, era el magnetismo; hoy esto no es i
mas que un medio para producir el sonam-
bulismo, que se reputa como la causa verdade-
ra. Al cabo, el hipnotismo será descubierto
i
por Braid, y entonces no podrá ser considera-
do, ni aun como medio. Mas no anticipemos
las ideas, Prosigamos el hilo de nuestra h i s -
C A P I T U L O III
toria.

SUMARIO.

El espiritismo se estaciona 62 años.—Conjeturas sobre


la causa de esto.—Personajes que siguieron cul-
tivándole en Francia.—Empeüo de las academias y so.
ciedades científicas por averiguar la realidad de los fe_
nomenos y determinar su causa.—Los mismos magne-
tizadores lo juzgan necesario.—Diversidad de sistemas.
—El movimiento es general en las naciones de E u r o p a .
—Se estiende á la Asia. —Ukasse de Alejandro e m p e -
rador de Rasia.—Decretos de l o s reyes de Dinamarca,
•Suecia y Prusia.—Premio ofrecido por la Academia de
ciencias de Berlín.—En Italia se dan sesiones públicas.
—En Mancbester descubre Braid el hipnotismo.—Ellios-
ton en Inglaterra.—Esdaile en las Indias orientales.—
1846.- Gigantesco paso del espiritismo en el nuevo
continente.—Nuevos y mas estupendos fenómenos.—
Hydesville, en el Estado de Nueva-York, - F a m i l i a de T a l vez los espíritus no estaban suficiente-
John Fox.—Brev3 reseña histórica de lo acaecido con mente dispuestos, ni las cosas convenientemente
ella.-Veckman — Ruidos y golpes misteriosos.—Las-
preparadas. Acaso hubiera sido perjudicial al
hijas de Fox encuentran la manera de comunicarse con
espiritismo un desarrollo mas pronto; se habría
los espíritus. — Espíritu de Cárlos Rayn. - Multitud
de personas acuden á presenciar los fenómenos.—Fox y traicionado á sí mismo, dejando asomar, fuera
sus bijas se trasladan á Rochester.—Los golpes y los de sazón, las deformidades que podían servir
ruidos misteriosos se trasladan con ellos.—El contagio para caracterizarle y hacerle sospechoso y abor-
pasa á otras familias.—Los golpea y ru dos cambian de recible á las muchedumbres.
naturaleza y las manifestaciones de forma.—Descargas
eléctricas, terremotos, cantos é himnos que se ignora Era necesario no infundir recelos, y para ello
quién los entona, sinfonías" ejecutadas por manos que entretener y adormecer á estas con la repeti-
n o se ven.—Vajillas que caen y no se rompen, hombres- ción, por largo tiempo, de inocentes experi-
saspensos en el aire y otros raros fenómenos.—Se cree mentos, y hacerlas divagar por las dilatadas re-
en una tercera revelación.—Entran en la superstición
giones de la ciencia, buscando unos y aguar-
personajes notables.—MM. Simons, Edmonds, Talimage
y Dexter.
dando otros la solucion del problema que cau-
saba su pasmo y su confusion.
Así sucedió, en efecto. En el periodo de
1784 á 1825, los tres hermanas Puysegur y
principalmente el Marques, el abad Faria, el
Fueron tan rápidos los progresos del espiri-
Padre Hervier, Petetin, Deleuze, Roston, R o -
tismo en I03 seis anos corridos de 1778 á 1784,
bouan, G-eorget, Froissac y muchos otros conti-
que sin duda por esto desde la última época
nuaron consagrándose en Francia á la produc-
hasta 1846, permaneció como estacionario; es-
ción de los tales fenómenos y á la aplicación de
tacionario, decimos, no porque los fenómenos
la nueva medicina. Sucedieron á estos, hasta
no se produjesen, sino porque no se producían
1840, Hamard, Ricard, Pigeaire de Montpellier,
otros nuevos como todos lo esperaban, en vista
Hublier, Dupotet, Teste, Billot, Possin, Rové-
de la gran variedad y precocidad con que fue-
re; y en adelante se ocuparon en la misma ta-
ron manifestándose y desarrollándose al princi-
rea Braid, Elliotson, Esdaile, Azam, Broca, Fo-
pio*
llin, Velpeau, Guerineau y otros personajes mas madama Krüdner, nombró una comision para
ó ménos célebres y renombrados. examinar el magnetismo, la cual suscribió un
informe en que ponderaba la importancia de
Las academias y las sociedades científicas
aquel agente, pero opinando que no debia usar,
procuraban averiguar la realidad de los fenó-
se sino por médicos instruidos. Un ukase fué
menos, que no pocos de sus miembros descono-
dado inmediatamente en el sentido en que abun-
cían; y se esforzaban por sorprender su verda-
daban los comisionados imperiales.
dera causa en los agentes desconocidos de la
naturaleza, una vez que los conocidos no eran El rey de Dinamarca promulgó, en 1817, un
bastantes á determinarla. Entre los mismos decreto confirmatorio de otro del Consejo de
magnetizadores había algunos médicos y natu- salubridad, por el que el magnetismo era admi-
ralistas que trabajaban también por esta idea. tido en la práctica médica con las mismas con-
Puysegur y Deleuze no abandonaban el desa- diciones restrictivas que en Rusia.
creditado sistema de las corrientes magnéti- El mismo año el rey de Suecia, estableció
cas. Charpignon y Caupert ocurren á la elec- por un reglamento, que los aspirantes al grado
tricidad universal ;Petetin á la catakpsia histé- de doctores en medicina, en Estockolmo, debían
rica esencial; Litré á la teoría espontánea ó de las sostener tésis acerca í^el nuevo agente.
alucinaciones; Braid y Azam al hipnotismo ó También en ese mismo año el rey de Prusia
sueno nervioso; Barbarin á los espíritus y Billot -declaró que solamente los médicos estaban a u -
á los magnates del cielo ó á los ángeles, etc., torizados para aplicar el magnetismo á la cura-
etc. Tantas opiniones como cabezas: tot capita ción de las enfermedades; y en el siguiente, la
quot sententice. Academia de ciencias de Berlín, que en 1778 se
había limitado á responder á una exposición de
Semejante movimiento no tenia lugar única-
Mesmer, que estaba en un error, propuso un
mente en Francia, sino que, mas ó menos acti-
premio de 3300 francos para quien pudiese atri-
vo, se extendía á otras naciones de Europa y
buir los hechos del mesmerismo d la naturaleza
aun de la Asia.
orgánica.
En 1815 Alejandro, emperador de Rusia,
En Italia, el doctor Tommasi, el conde Mámi
aleccionado entonces sobre este particular por 5
Guidi y muchos, cuyos nombres omitimos, daban cuerpos opacos, el dominio del hombre esclavo
sesiones públicas y particulares. en el pasado y en el porvenir, el desarrollo por-
En Manchester, Braid produjo los fenómenos tentoso y precoz de la inteligencia, en la situa-
é inventó la teoría del hipnotismo. Elliotson ción ménos favorable á su desenvolvimiento, se
fundó un hospital en Inglaterra éhizo aplica- siguieron, con pasmo de todos, á aquellos pri-
ciones del fluido prodigioso. Esdaile, doctor meros experimentos.
inglés, se embarca para las Indias orientales, y Pero todos estos hechos no pasaban, por de-
descubre que en estas regiones es practicado el cirlo así, de las personas influenciadas y de las
magnetismo desde épocas remotísimas, por los que ejercían la.influencia. Debía comenzarse á
adoradores de Brahma. realizar otra serie, sin relación alguna visible
t
Esto comprueba que el movimiento era gene- con ninguna de aquellas personas, ágenos á sus
ral y preocupaba todos los entendimientos. noticias y a sus deseos, y lo que es más. contra-
rios aun á su misma explícita voluntad. J-sta
Llega el año de 1846, y, ya no en el viejo
última circunstancia venia á dar en tierra con
sino en el nuevo continente, el espiritismo da
las teorías hasta entonces en boga.
un paso verdaderamente gigantesco; sale de la
Hydesville, pueblecillo de la Union america-
órbita á que se habia circunscrito durante el
na, (Estado de Nueva York) fué el teatro en que
largo periodo de sesenta y dos años.
primeramente se e n e r v a r o n . La familia de un
Es asombroso lo que hasta aquí se ha refe- rancio metodista fué la primera que de ello dió
rido, pues ya hemos visto que á las espantosas testimonio, intentó y logró que se reprodujeran
conv- \ r.es, á las curaciones súbitas, mediante á sus instancias, y les dió el bautismo de una pu-
las corrientes magnéticas, sucedió el conocimiento blicidad funesta.
de las enfermedades y de sus remedios más efica-
Hé aquí una breve reseña histórica de los
ces, inspirado por el sonambulismo. Este se fué
pequeños principios que tuvieron. Por el año
perfeccionando, sin intervención de causa alguna
de 1846 habitaban una casa del r ferido pueblo
visible, pasando á ser lúcido y luego estático; y
la sugestión ó penetración de los pensamientos de Hydesville un individuo llamado Weekman,
age'nos, la vista á distancia y á través de los que se vió obligado á abandonarla con motivo
-•-rwr^''

- 2 3 -
de raidos y golpes misteriosos que comenzaron
á oirse en. las paredes, en los muebles, en las 1, 2, 3, 4 y 5 golpes, con cierta cadencia y en
puertas y en el pavimento, sin que hubiera po. intervalos que ellas marcaban. La respuesta^
dido averiguarse su causa. Aquellos ruidos eran llenando ambas condiciones, no se hizo esperar.
parecidos á ios que con los nudillos de los dedos La madre de las jóvenes preguntó la edad de
cada una de aquellas; y el desconocido golpean-
se forman al golpear sobre una mesa. La habita-
te dijo la edad con la mayor exactitud. En-
ción fué luego ocupada por la familia de Joba Fox.
tónces creyeron haber encontrado la mane-
Durante los tres primeros meses todo, pasó tran-
ra de comunicarse con los espíritus; y convinie
quilamente; pero al principio del cuarto, los gol-
ron en que una respuesta negativa se significa
pes y ruidos misteriosos comenzaron á repetirse
ria con un golpe, una afirmativa con tres y. uua
con más frecuencia y estruendo, al grado de que
dubitativa con dos;. De esto á una conversación
á los habitantes les era imposible dormir, no
en toda forma, no habia mas que un paso Fal-
obstante qua tuvieron el cuidado de acompa-
taba solamente el alfabeto, que quedó convenido
ñarse de un sinnúmero de personas deseosas de
sin salir del prodigioso sistema de los gol-
oir cosas tan raras, á la vez que de convencerse
pes (1). Por su medio se cercioraron bien
de q&e no eran víctimas de un engaño. Pero
pronto de que quien se comunicaba con ellas era
la costumbre todo lo hace familiar; de suerte que el espíritu de Carlos Rayn, buhonero asesinado
pasadas algunas semanas, los golpes ya no i n - en aquella casa hacia un año.
fundían en los habitantes el terror primitivo.
Fox tenia dos hijas en la edad núbil, á quienes Multitud de personas de todas clases y cate,
gorías acudían diariamente á Hydesville: sacer-
un dia les ocurrió, por vía de entretenimiento,
dotes, médicos, abogados, jueces, senadores, etc.,
imitar con sus dedos los golpes con que tanto
se molestaban antes; y fué grande su sorpresa
al notar que se les respondían con golpes seme-
(1) Cuando se quiere conversar se escribe una letra
jantes. No se espantaron ni se desanimaron por
del alfabeto, y si esta e3 la que se necesita para la forma-
esto, sino que se resolvieron á exigir del agente ción de la palabra, tres golpes anuncian que sí; si por el
invisible y desconocido que los producía, diese oontrario, deb8 desenliarse se escucha uno solo, equivalen-
te de la negación.
en cuya presencia era interrogado el agente in- el que forman, la lluvia al caer, el mar cuando
visible sobre minuciosos pormenores, que, con se alborota y el rayo cuando estalla. Se baten
una obediencia ciega y, en verdad, no propia de marchas y se ejecutan magníficos trozos de mú-
su rango, pasaba á puntualizar. sica militar. Se entona apénas un ritmo por
Fox y sus bijas cambian de domicilio, trasla- cualquiera de los asistentes, y una voz oculta
dándose de ílyüesville á la importante ciudad que no sale de boca alguna, pero que induda-
de Rochester; y cuando se creia que el alma de blemente se oye allí, le sigue cantando hasta
Carlos Rayn seguiría aturdiendo con sus grose- concluirle» Se tocan por sí solas las campanas, y
ras demostraciones en la casa, en que parece se escuchan dulces sinfonías, ejecutadas por ma-
había querido aprisionarse, á nuevos inquilinos, nos que no se ven, en violines y en guitarras.
se observó que loa ruidos y golpes caminaron Muebles de todos tamaños se desaareglan, sin
con las jóvenes que habían acertado á interpre que se sepa quien los impele, se mueven, se ad-
tarlos. Millares de personas ilustradas pudie hieren al suelo, no bastando fuerza alguna pa-
ron convencerse de la realidad de lo que tanto ra levantarlos. Mesas enormes cargadas de
preocupaba la atención pública. varios objetos se inclinan formando nn ángulo
Las raras é inexplicables novedades no pa- de menos de 45 grados, y ningún objeto cae;
raron en esto, que ya era demasiado. otras dan vueltas sobre un pié con todo y el
peso de muchas personas que se sientan sobre
A poco tiempo, no solo la familia Fox, sino
ellas. Las vajillas de porcelana se desprenden
otras muchas comienzan á sentirse influenciadas
de los aparadores sin romperse una sola pieza.
por el agente invisible. Los golpes y los rui-
dos varían de naturaleza y las manifestacio- A veces algunos hombres se levantan y quedan
nes de forma. Ya parecen producidos por un suspendidos en el aire, ó son trasladados de
martillo que golpea sobre los muebles, ya por un una habitación á otra. Estas se iluminan súbi-
mazo que se deja caer sobre los cercados de los tamente ó quedan sepultadas en la oscuridad.
campos y jardines; ya remedan una descarga Mujeres que aparecen despeinadas de un mo-
eléctrica, ya un terremoto; ya imitan el ruido mento á otro, antorchas que se apagan y que se
que hacen la sierra, el cepillo ó la lanzadera; ó necienden, voces que llaman, manos que aca-

«
-—26—

rician; todo visto, observado, sentido y su.ee-


diéndose en un desdrden y confusion verdade-
ramente infernales (1). Se cree en el anuncio
de una tercera revelación y en la existencia de
un oráculo; y se toma en arrendamiento un
gran salón que es el templo en donde consul-
tan las modernas pitonisas.
El contagio se extiende con la celeridad de CAPITULO IV.
un relámpago, é inficiona no solo al vulgo sino
á verdaderas notabilidades por su ciencia, ilus-
tración y criterio. Magistrados honorables co-
SL'MAJÜO.
mo MM. Simons y Edmonds, autoridades como
MM. Talimadge, médicos célebres, como el doc-
t o r Dexter, fueron contaminados.
Muoho 3 uo se c a l l a , - ¿ P o r qué?-Represeníacion de ca -
torce mil ciudadanos americanos.-Categoría de m u -
chas de las personas que firman la representación.—
Proveído de la Cámara, nombrando una comision que
[l'¿ L a table pariante 1854. Pág. 52 y sig. estudiase los fenómenos. - M o ü v o s porque no presen-
L e Mystère de la danse des tables dévoilé. Pág, 6—8» taron luego su dictamen. - O t r o s prodigios espiritas.
citados por Bizouard en su obra: ''Des raports de l'hom-
me avec le Démon." Tomo 6. °

En todo lo dicho hasta aquí no hay exagera-


ración; por el contrario, nos hemos conducido
con parcimonia, pues callamos mucho que se
debiera conocer, en atención á que hemos ofre-
cido un compendio. Sin embargo no queremos
privar á los lectores de la noticia de un d o c u -
- 2 8 -

mento que revela á la vez que la verdad de los cuerpos bastante graves, y todo esto en oposi-
hechos, la suma gravedad del mal y su influen ción á las leyes conocidas de la naturaleza, y
cía en el porvenir de los pueblos Nos referi- y de una manera enteramente superior al poder
mos á la manifestación que suscrita por catorce comprensivo del entendimiento humano. Esta
mil ciudadanos americanos, fué dirigida al con- fuerza se manifiesta á millares de personas inte-
greso de la República del Norte. Sirva ella ligentes y racionales, sin que los sentidos del
á la vez de justificante á la breve reseña his- hombre hayan logrado hasta ahora descubrir,
tórica que hemos emprendido. Héla aquí: de un modo que satisfaga perfectamente, la cau-
"Los infrascritos, ciudadanos de la república sa primera ó aproximada de tales fenómenos.
de los Estados-Unidos de América, piden res- "2. ° Relámpagos ó resplandores de forma y
petuosamente que se les permita exponer á colores difereutes que aparecen eu lugares os-
Vuestra honrada reunión los fenómenos físicos curos, aunque no haya en ellos ninguna sustan-
é intelectuales, de origen dudoso y misteriosa cia capaz de provocar acción química ó ilumi-
tendencia, que se han manifestado en este país, nación fosforscente, y en ausencia de todo apa-
así como en casi todos los de Europa. Estos rato ó instrumento susceptible de engendrar
fenómenos se han multiplicado ya tanto en el electricidad ó producir combustión
Norte, en el Centro y en el Oeste de los i sta- "3. ° Otra fase del fenómeno, sobre la cual
d03-Unidos, que preocupan vivamente la aten- pedimos á vuestra augusta rennion que se fije,
ción pública. La naturaleza del asunto, acerca consiste en la variedad de los sonidos frecuen-
del cual llamamos especialmente el interés de tísimos por su repetición, varios por su carácter
vuestra honrada rennion, puede ser justamente y más ó ménos significativos por su impor-
apreciada, por medio de un rápido análisis de tancia.
los diferentes géneros de manifestaciones, de "Estos sonidos consisten, parte en golpes
que damos breve indicio, misteriosos (rappings) que parecen señalarla
"1. ° Una fuerza oculta que se aplica á r e - presencia de alguna.inteligencia invisible. Mu-
mover, levantar, detener, suspender ó alterar chas veces se escuchan sonidos análogos á los
de varios modos en su posicion normal varios que se dejan oir en las oficinas de las diversas
evidentemente movimientos ondulatorios por el
profesiones mécanicas, 6 bien ruidos semejantes
aire, que llegan á herir el nervio del oido y el
al zumbar de los vientos y al bramido de las
asiento del sentido auditivo, por mas que el
olas revueltas, á los cuales se agrega el desga-
origen de tales ondulaciones atmosféricas, no
jarse de los mástiles y el abrirse de un buque
tenga explicación plausible por parte de los
en lucha con la tempestad. A veces estallan
mas severos observadores.
ruidosas detonaciones parecidas al estampido
del trueno 6 al retumbar de la artillería; y es- "4 ° Todas las funciones, así del cuerpo eo-
tas detonaciones van acompañadas de un mo- mo de la mente humana, se modifican por e x -
vimiento de oscilación en los objetos circuns- traña manera, de suerte que producen un esta-
tantes, y también de un temblor ó de una f u e r - do del todo anormal en el sistema, y esto por
te vibración en toda la casa donde tienen Ingar medio de oausas que basta ahora ni se han de-
los tales fenómenos. En otros casos unos soni- finido ni entendido de una manera concluyente.
dos armoniosos llegan á acariciar el oido, pa- El poder invisible suspende con frecuencia lo
recidos en ocasiones á voces humanas, y mas á que nosotros ordinariamente consideramos como
menudo al acorde de varios instrumentos de operación normal de nuestras facultades, inter-
música. Los sonidos de la flauta, del tambor, rumpiendo las sensaciones, la posibilidad del
de la trompa, de la guitarra, del piano y del movimiento, la circulación del fluido animal;
arpa, se han escuchado reproducidos misterio- haciendo descender la temperatura de los miem'
samente, ora unidos, ora separados • y sin la 'oros y de las partes del cuerpo, hasta el frió y
presencia ni el empleo de los mismos instru- la rigidez de los cadáveres- Hubo ocasiones
mentos. Algunas veces eran los instrumentos en que la respiración se quedó detenida por
los que sonaban por sí solos y siempre sin nin- horas enteras y por dias, despues de los cuales
guna apariencia de concurso hamano ó de nin- así las facultades del espíritu como las funcio-^
gún otro agente visible Parece que estos fe- nes del cuerpo volvieron á tomar su curso ordi-
nómenos se reproducen, en cuanto á lo que res- nario. Seanos lícito, sin embargo, asegurar que
pecta á la cuestión conforme al procedimiento y á estos fenómenos siguieron muchas veces des-
á los principios reconocidos de la acústica. Hay conciertos permanentes de la mente, y enferme.

t
dades incurables; y no es ménos cierto que mu- zonable y satisfactoria. Aunque no podamos
chas personas anteriormente atacadas de deíec. concederles tanto respecto á esto, y aunque he-
tos orgánicos ó enfermedades incurables en la mos llegado legítimamente á conclusiones muy
apariencia inveteradas, se vieron súbitamente diversas con relación á las causas probables de
aliviadas ó totalmente curadas por el misterio- semejantes fenómenos, aseguramos, no obstante*,
respetuosamente á vuestra honrada reunión que
so agente.
los fenómenos ántes mencionados, existen real-
. "No nos parece fuera de propósito mencio-
mente y que su origen misterioso, su particular
nar las dos hipótesis generales por cuyo medio
naturaleza, su importante influencia sobre los
se explican estos singulares fenómenos. L na
intereses del género humano, reclaman una d e -
de ellas los atribuye al poder y á la inteligencia
tenida, científica y profunda investigación.
del espíritu de los muertos, obrando por medio
de elementos sutiles ó imponderables que r e - "Ni puede razonablemente negarse que di-
corren y penetran por cualquier forma y cuer- chos fenómenos no están destinados á producir
pos materiales; y es de importancia observar resultados importantes y duraderos, que inte-
que esta explicación se halla en armonía con resen de un modo permanente á la condicion
las pretensiones manifestadas por el mismo física, al desarrollo mental y al carácter moral
invisible y misterioso agente. Entre ios que de una gran fracción del pueblo americano. Es
aceptan esta hi. 2sis se hailan muchos de núes» cosa manifiesta que esas potencias ocultas tienen
tros ciudadano.;, distinguidos así por lo que mo- influjo sobre los principios esenciales de la salud
ralícente valer mo por la educación, por el y de la vida, del pensamiento y de la acción, v
poder de m :io, por su eminente posicion pueden destinarse á modificar las condiciones
social y por su influencia política. presentes de nuestra existencia, la fé, la filosofía
de la época, asi como el gobierno político del
"Otros no ménos distinguidos, desechan tal
mundo. Considerando, sin embargo, que es
suposición, sosteniendo el parecer de que los
esencialmente oportuno y estrictamente com-
principios conocidos de la física y de la metafí-
patible con el espíritu de nuestras instituciones
sica permiten á los que los investiguen darse
el dirigirnos í los representantes del pueblo
i cuenta de todos estos nechos de una manera ra-
para todas las cuestiones que puedan presumir- Entre las personas que suscriben la anterior
se que han de conducir al descubrimiento de exposición, figuran innumerables que disfrutan
nuevos principios y á conocimientos prodigiosos de una gran consideración por su probidad y su
para el género humano, nosotros, vuestros con- ilustración. El proveido de la Cámara fué, que
ciudadanos pedimos encarecidamente que se se nombrase la comision que se pedia. La guer-
nos oiga acerca de este punto. ra intestina entre los Estados del Sur y del
"En vista de los hechos y de las considera- Norte, que estalló en aquella sazón, fué par-
ciones que dejamos apuntadas en la presente te á diferir el deseado dictámen
exposición, vuestros conciudadanos solicitan res- Faltan todavía otros prodigios mas sorpren^
petuosamente de vuestra honrada reunión, que dentes y que vendrán, por su carácter inexpli-
se nombre una comision científica, á fin de que cable y tenebroso, á dar á conocer á los que
proceda al completo estudio de este asunto Pi- tengan ojos y quieran ver, la naturaleza de la
den ademas que se les vote un crédito para que causa que los produce.
dicha comision pueda conseguir sus investiga- Hablamos de las mesas giratorias y parlan
ciones hasta su perfecto cumplimiento. Cree- tes, de los cestillos y lápices que escriben, por
mos que los progresos de la ciencia y los ver- sí mismos y otros medios de comunicación e s -
daderos intereses del género humano lograrán pirita. Pero este punto merece un capítulo
un gran provecho de los resultados de las in- aparte.
vestigaciones que provocamos, en la firme espe-
ranza de que nuestra súplica ha de ser aproba-
da y sancionada por las honradas Cámaras del
•Congreso federal." (1)

(I) La inserta Figuier en su obr i Histoire da merveí •


lien?, tomo. IY psg. 231. y la "Civiltá Catto'ica, eu la
obra antes citada con el título de el "Espiritiímo en el
mundo moderno"
biográficos.- Su llegada á Ealmg.—Primeras manifesta-
ciones públicas bajo su medianimidad.—Vaxi&s comuni-
caciones.—Ecstasis.—Marcha á Florencia.—La condesa,
de O.—Una señora inglesa.— Giannana.—Parte á Ña-
póles y luego á Roma.—Suspension de su potencia.—
Su conversion al catolicismo.—Ya á Paris,—Rasgo de
orgullo, obstinación y recaída.—El hermano de la con-
desa L . . . poseido. -Un niño sordo curado.--Home p r e .
siente su ma'rimonio con la hermana de la condesa
C A P I T U L O Y. Konkeleff—Lo realiza en San Petersbnrgo.—Se cura
á sí mismo con fuertes golpes,—Prodigios que anun-
ciaron el nacimiento de su primer hijo.—M.V1. Spada
y Phiseps.—Reflexiones.

SUMARIO.

Creencia de que los fenómenos podían explicarse por Demos un paso mas en el campo de i-s pro-
causas físicas ó disposiciones biológicas. —Estado del
digios espiritísticos. Parece que no cabe otra
espiritismo en Francia en 1852.—Chevreul, Babinet y
Faraday,—Las mesas giratorias escriben, lo mismo que
cosa más allá, y sin embargo, lo hasta aquí r e -
los castillos, los sombreros etc.—Altas cuestiones sobre ferido puede considerarse como insignificante-
que disertan aquellas, según Alian Kardec.—Modo de comparado con lo que falta que referir.
proceder.—Comunicación obtenida en 10 de Enero de Hasta el ano de 1853 las cosas habían pasa-
1856.—Resultado inesperado de los nuevos fenómenos
do y vuelto á pasar en los mismos términos, con
en Francia.-^Guizot proclama la existencia de lo so-
brenatural.—Conducta diversa observada en Rusia, muy cortas diferencias, en que se anunciaron
Alemania é Inglaterra.—Irlanda.—México no conta- desde el principio. Poclia muy bien acusarse
minado por la superstición á pesar de la vecindad COD á los espíritus de rutineros, y poclia también
la Union Americana.—Mr. Debay.—El barón de Gul-
creerse que su intervención en esos feno'meuos-
denstubbá.— M. Morin.—Escritura directa. — Danie 1
Dunglas Home pasa da América á E u r o p a . - R a s g o
no era necesaria, una vez que sin ella se pre-
sumían de explicarlos gran número de sabios.
El magüe tismo, la electricidad, el ventriolo- cestillos, las planchetas, los sombreros, los pía.
quismo ó bien ciertas disposiciones biológicas tíllos y los veladores y á escribir, no letras,
podian muy bien ser, según algunos, su causa sino palabras, frases y hasta largas disertacio-
sin necesidad de ocurrir á otra categoría de nes; y, según Alian Kardec, á tratar las mas al-
agentes que los físicos, ni á otro órdan de séres tas cuestiones de filosofía, de moral, de metafísica
que los meramente materiales. y de psicología (1).
Pur los años de 1852, al menos en Francia,
Los Estados-Unidos de América, que reci-
en la nsciou de la cual se ha dicho que es el
bieron de Europa el espiritismo, todavía en gér-
cerebro del mundo, los espíritus se considera-
men, se lo devolvieron en un estado de desarro-
ban perdidos. Las teorías científicas de Che-
llo colosal. Una semilla se tornó en aquellas
vreul y Babinet sobre la acción inconsciente de
regiones, en pocos años, un a'rbol que hace
los movimientos musculares, que secundó Fara-
sombra hoy á innumerables pueblos.
day, si no satisfacían enteramente, no se las
Alian Kardec refiere que este género de
miraba con desden. O los espíritus debían ser
manifestaciones espiritas por medio de la escri-
mas explícitos en sus manifestaciones, ó darse
tura de séres inanimados, tuvo lugar simulta'
por vencidos: así se discurría. Y, en efecto,
neamente en varias comarcas, precediendo, se
sus manifestaciones fueron mas elocuentes á
entiende, el consejo de los espíritus,
contar desde 1853. Las mesas giratorias, que
La manera de establecer la comunicación era
hasta entónces habían desempeñado en ese cho-
bien sencilla: se ataba al pié de una mesa, á
que de dos mundos un importante papel, pero
una plancheta, á un cestillo &c un lápiz y se
no la principal figura, fueron las que desde lue-
los colocaba sobre una hoja de papel, se impo-
go atrajeron las miradas de los agentes miste- nían las manos sobre aquellos objetos, que, pa
riosos. Ya no solo se movieron de diestra á s i - sados algunos minutos, comenzaban á girar, re
niestra, de abajo hácia arriba, ni se limitaron sultando de esta operacion escritas en el papel
á dar golpes que pudieran ser interpretados al
antojo con éxito mas ó menos satisfactorio, sino
que comenzaron á escribir, lo mismo que los
[1] Alian Kardec: "Le livre des Esprits."
las respuestas á las peguntas que se hacia ó las las ideas católicas, si eran desmentidas por las
revelaciones, que, de su voluntad daban los es- costumbres, ejercían, no hay que dudarlo, un
píritus, juzgándolas necesarias al cumplimien- ascendiente poderoso sobre las inteligencias.
to de sus ocultos fines y de su tenebrosa misión. No sucedió igual cosa en ínglateraa, y A l e -
Hé aquí lo que un cestillo comunicó en 10 de mania, países clásicos del protestantismo, ni
Enero de 1853 á uno de los mas fervorosos cre- tampoco en Rusia cismática, donde el espiri-
yentes del espiritismo en Francia: "Lo que yo tismo, bajo su nueva faz, se siguió cultivando y
digo aquí (en el papel escrito con carácteres in- se cultiva y se propaga.
teligibles) os prohibo expresamente que los di- Es de llamar la atención que en las mismas
gáis. La primera vez que escriba, escribiré Islas Británicas se nota una excepción respecto,
mejor." No se parece esta conducta misterio- de la católica Irlanda, que algo significa para
sa y egoísta de los espíritus á la franca y cari- los pensadores sérios. No es menos significati-
tativa de Aquel que mandó que su doctrina se vo para nosotros los mexicanos el hecho de que,
predicase á toda criatura y se enseñase á todas siendo la república vecina la especialmente f a -
las naciones. vorecida entre todas las naciones con el funesto
' sta novedad en los fenómenos produjo en presente del espiritismo, primero pudo atrave-
Francia un resultado inesperado. Ya no se les sar con él la dilatada extensión de los mares y
vió por el lado de la ciencia, que no se puede difundirle y aclimatarle en el viejo continente,
ver por ese lado lo que la sobrepuja. Guizot que pasar la extrecha corriente del Bravo, que
reconoce y pregona la existencia de lo sobre- tan mal defiende nuestras fronteras septentrio-
natural, y los hombres verdaderamente sabios nales; y esto á pesar de que los momentos en
y prudentes dan de mano á las mesas giratorias, que el espiritismo se desarrollaba allí, los ejér-
á la vez que la voz de alarma; y en cuanto á la citos americanos nos hacían la guerra mas i n -
parte científica, prefieren á la charlatanería de justa y ocupaban gran parte de nuestro terri-
los idólatras de la naturaleza, el sileocio. Ja- torio. Pero entónces toda la nación mexicana
mas el silencio ha-sido mas honorífico, pues era católica. Hasta hoy que el protestantismo
nunca encerró tanta sabiduría. En esa época ha estraviado algunas cabezas y corrompido
algunos corazones, el espiritismo comienza á Pero las cosas no pararon aquí. Se llegó á
abrirse paso. descubrir que las mesas, las planchetas etc*,
¡Grande debe ser la afinidad del protestantis- que para moverse necesitaban de la influencia
mo que niega todo culto, y del espiritismo que» medianimica, eran realmente un apéndice de la.
en último análisis, es la negación de Dios! mano del médiumpues que se vió que, tomando
Yolviendo á tomar el hilo de nuestra inter- este el lápiz, se sentía repentinamente obligado
rumpida relación, lo que ante todo debemos a d - por uua fuerza violenta á escribir, experimen-
vertir, es que las personas reflexivas renuncia- tando cosas horribles, si resistía. Esto y el po-
ron á la idea de un agente físico que no podia deroso poder que desarrollaban los reputados
ser su causa, salvo algunos como M. Debay como médiums, por las demostraciones que d a -
que se decidid, arrastrado por sus preocupacio- ban de su misión, fué una cosa que acabó de
nes filosóficas y contra todos los testimonios, á desconcertar las inteligencias.
negar la verdad de la escritura espontánea é Daniel Dungías Home ó Hume fué quien,
inteligente de las mesas, cestilios, etcr, atribu- despues de haber sido el pasmo de la América
yéndola á l o s que las ponian en movimiento. Inglesa, pasó á Europa, obedeciendo el consejo
E n estas circunstancias, el barón de G-uldens- de los espíritus.
tubbé obtuvo la escritura directa de los espíri Home ha sido el médium de mayor potencia,
tus. Le bastaba poner dentro de un cofre un de aptitudes medianímicas mas desarrolladas.
papel, hacer la evocacion, dejar pasar algunos Nacido en Escocia de una madre á que se a t r i -
instantes y encontrarse con la respuesta que buía el don de segunda vista, se trasladó desde
buscaba. sus primeros años á los Estados-Unidos, en
Con todo, no faltaron quienes como M. Morin, donde á la vez que la familia Fox comenzó á
viesen en ello fraude, cuya realidad no le era escuchar los ruidos y golpes misteriosos de los
dado demostrar. Así proceden ciertos sábios; espíritus. Allí fué favorecido con un asom-
primero se declaran incapaces de discernir acer- broso poder, y obtuvo revelaciones que no
ca de cosas que se palpan ó pueden palpar aun juzgó indiferentes al porvenir de la huma-
por el vulgo de los observadores, que confesar nidad Se creyó con una misión, y se entregó
la verdad de una manera paladina. sin reserva al cumplimiento ele ella.
—44—

Esta creencia y el mal estado de su s&lud,


En otra ocasion M. Home entra repentina-
con aprobación de los médicos y acuerdo de mente en éxtasis, y comienza á hablar cosas
sus despóticos señores los espíritus, le obliga- extrañas, que se conoce bien le son sugeridas.
ron á embarcarse para la Gran Bretaña. Da exhortaciones y pormenores acerca de algu-
En Abril de 1855 llegó á Ealing y se alojó en nas personas difuntas, pormenores enteramente
la casa de M. Rymer. Esta poblacion comen- desconocidos, cuya realidad fué comprobada
zó á ser teatro de la representación de sus ma- despues. (1)
ravillas, y fué la primera en Europa qne tuvo
Precedido de su funesta fama se encamina á
lugar de barruntar lo que podía ser el espiritis-
Florencia. Su presencia en esta ciudad fué
mo americano
bastante á que en la casa de la condesa de O
El doctor Wilkinson escribió bajo el seudó- se comenzasen á oir y seutir cosas extraordina-
nimo de Verax una carta al Morning Advertiser, rias. Esto dió motivo á que la condesa le llamase-
en que refiere los innumerables portentos de Home no se hizo sordo al ilamamiento. Ai
que fué testigo presencial. Todo aquel lujo de entrar, la condesa tocaba el piano, y se le vió
golpes, de ruidos y de armonías, en el desór- súbitamente levantarse y balancearse en el aire.
den mas espantoso, aires glacialmente frios que Impelida por una fuerza secreta, toma un lápiz
soplaban dentro de las piezas cuidadosamente y coloca su álbum sobre las rodillas é interroga
cerradas, descargas eléctricas, voces en el aire, al espíritu en estos términos: si sois mi padre,
manos regordetas, dedos largos, amarillos y tonvencedme escribiendo vuestro nombre; y el
brillantes que tocaban á los espectadores, todo nombre de su padre apareció escrito en el ál-
fné visto por los ingleses, cuyo positivismo los bum con el mismo carácter de letra que usaba
pone al abrigo de toda sospecha de demasiada en vida y calzado con su propia rúbrica.
credulidad.
Una vez Home interrogó á un espíritu que
deseaba comunicarse; hé aquí la respuesta que
se le dió: "'Querido E.... (S,... era uno de los
[1] Des tables tournantes. Tomo 2, pág. 83—82.
presentes) la inmortalidad es una gran verdad. Cita de Bizouard.
Llamado por una señorita inglesa residente sirvió de él muchas veces para 1.a perpetración
en la misma ciudad y que estaba siendo ator- de grandes crímenes. Añade que no quiere
mentada por todo género de manifestaciones misas, sino oraciones, para obtener con ellas
espiritas, M. Home se presentó, y una mesa algún descanso.
que estaba en la capilla, donde las manifesta- Hé aquí con qué destreza se va insinuando
ciones eran mas intolerables, se agitó brusca- el enemigo de los hombres: un poco mas y ya
mente y como cólerica. ¿Eres un espíritu? pre- no querrá oraciones sino blasfemias.
gunta el célebre médium. Tres movimientos M. Home resuelve pasar á Nápoles y luego á
aseguran que sí. ¿Eres un espíritu bueno? Tor- Roma; y se le anuncia que iba á quedar privado
na á preguntar: y se contesta negativamente de su potencia. íín efecto, su poder se le sus
por medio de un. golpe. En este instante se pende, sin que esto sea obstáculo para que pue-
ve por todos que una silla vieja se acerca por da comunicarlo todavía en Nápoles al ministro
sí sola á la mesa, como si alguno la trajese p a - americano Roberto Dale Owen, que se convier
r a sentarse en ella; las corrientes de aire frío te en médium á su presencia.
comenzaron á soplar; un estoque que se encon- Llega á Roma, estudia la doctrina católica,
traba sobre la mesa fué sacado de la vaina por encuentra en ella la explicación mas satisfacto-
lina mano invisible, la mesa se levanta, resbala ria y las pruebas mas palmarias de todos los
violentamente en el pavimento y se detiene de- hechos que ha observado. Quiere huir del mun-
lante de una puerta: una campanilla, levantándo- do y encerrarse en un monasterio. En fin, se
se por el aire, suena estrepitosamente en todas convierte al catolicismo; y la iglesia, despues de
direcciones; la inglesa se sieute tocada, lo mismo sérias deliberaciones, le admite en su gremio.
que todos los asistentes, por una mano helada; Sin embargo, se halla descontento sin su po-
el estoque vuelve por sí solo á la vaina y roza der; solia decir que sin él la vida le parecía una
las rodillas de M. Home. ¿Quién eres? pregun- página en blanco.
ta éste al espíritu. Un desgraciado, responde. Se dirige luego á Paris, en donde comienza i
Se llama Giannana, fué en vida fraile y murió ser solicitado por algunos con el fin de que dé
en aquella pieza; el estoque le pertenecia, se muestras de su facultad. Los espíritus se le ma-
nifiestan y le anuncian (estaba enfermo) que den- mármol que se encontraba en el salón; con tal
tro de poco se encontrará perfectamente lien. El pa agitación le miraba, que la condesa le pregun-
dre Ravignan i quien, con acuerdo del Sobera- tó la causa. Home respondió: Señora, el hom -
no Pontífice, habia elegido por director, le acon- bre cuyo lusto veis aquí, está poseido por un de-
seja que no ceda á las sugestiones, que se en- monio. El busto era de su hermano, y la con-
cierre con él, y dejará de ser atormentado. desa quedó confirmada en sus ideas, con lo que
Home se obstina, y dice: que ninguno tenia el de- se animó para hacerle otras preguntas, que die-
recho de impedirle él ejercicio de una facultad da- ron por resultado que el médium predijera: que
da por Dios. Este acto de soberbia le tornó pasado algún tiempo, su hermano sufriría una
otra vez, en un instante, esclavo abyecto de gran desgracia que le libraría de sus enemigos.
Satanás. A los cuatro meses, se agrega, la predicción,
fué cumplida
El primer aconteciaiiento que reveló que su
antigua potencia le habia sido restituida, fué un Buscado por una señora con el. fin de que
acto de sugestión y una predicción que se vid le curase un hijo sordo, desahuciado por los
realizada, según se refiere. Era el caso, que médicos, le bastó pasar involuntariamente sus
miéntras que la condesa L bordaba, un brazos en toruo del cuello del niño enfermo,
hermano suyo le leia un libro de los mas irre- para que este exclamase con emoción: ¡Mamá-.'
ligiosos del último siglo, cuando repentinamen- ya oigo!
te se le demuda la cara de ana manera espan- En otra ocasion, estando en Italia fué invita-
tosa; en u boca torcida jugaba la amarga son- do Home á tomar la sopa; y no obstante que
risa de la desesperación; sus ojos desmesurada- rehusaba este género de invitaciones, se sintió
mente abiertos y erizadas las cejas. Podia obligado á aceptar la que le hizo la condesa
haber servido de modelo á un pintor para dar Konkeleff, hija del general ruso Kroíl. Es-
uua idea de un ángel caido. Su hermana le tando en la mesa, la condesa le presentó una de
creyó poseido; pero no se atrevió á revelárselo. sus hermanas, y siente que esta jóven debe ser
Un dia, estando M. Home en la casa de la coa- su esposa; la jóven, á su vez, se ve agitada por
desa, fijó con intención la vista en un busto de un extraño presentimiento que no vacila, en co-

«
- 50- -51—
municar, diciendo: M. Home, si he de creer en los sillones y las bancas andan solas y hacen á
una superstición rusa, este año os casareis; estáis los incrédulos una reverencia. Se escucha la
colocado entre las los hermanas. Doce dias armonía de un acordion á instancia de M. Cras •
despues contrajo esponsales con esta joven; pa- man, que desea oír algo de música, una mano
só á San Petersburgo, y se casó definitivamen- invisible es la que toca el instrumento. Pasa
te con ella, lista quedó desde entónces en los despues á las del conde Spada que se esfuerza
secretos del espiritismo. en vano porque no suene; una sinfonía deliciosa
Como la salud de M. Home continuase alte- se deja oír. Se perciben los ecos lejanos que r e -
rada, una vez dió en la manía de darse fuertes piten las últimas notas, y al cabo, una multitud
golpes en los órganos que padecían, á pesar del de golpecitos á manera de aplausos aéreos, v i e -
esfuerzo de las personas que le rodeaban,, por nen i conmover los oidos de los asistentes.
impedirlo. Con todo y lo descompasado de los MM. Spada y Phiseps fueron convencidos.
golpes, no experimentaba ningún género de do- "Tenemos la convicción, dice el primero, dé
lor, y á otro día se encontró perfectamente haber oido y visto cosas absolutamente incom-
restablecido. Este fué el- mismo método con prensibles é inexplicables; que esto nos baste.
que se curaron los convidsionarios ó temblado- Sin embargo, no creemos en los espíritus, sino
res de San Medardo. en una fascinación ejercida por M. Home que
Cuando le nació su primogénito, tuvieron hace ver lo que no existe." (1) Fascinación
lugar algunos prodigios que le anunciaron que más asombrosa todavía que la intervención de
seria uu. médium vidente. Algunas lloras antes los agentes invisibles.
del nacimiento se escucharon gorgeos y trinos Seria largo seguir al médium americano en el
de pájaros; y durante las tres noches que le si- desarrollo de su grande potencia medianimica.
guieron, apareció una estrella brillante sobre ¿Quiere algún curioso ser tocado por la mano de
su cabeza
Vuelto de Rusia á Italia, emprendió conven-
cer la incredulidad del conde Spada y de P h i -
[I] Y. M. Des Mousseaux. Les mediatears de la ma-
seps, y lo consiguió con mil portentos.Los sofás, gie. P . 21—28.
—52—
mos por ahora de los fines que la Providencia
un difunto? é inmediatamente experimenta la
se haya propuesto. Dios saca siempre el bien
frialdad y rigidez de una mano que se ve 6 no
del mal.
se ve, a voluntad. ¿Quiere saber á quien p e r -
Notemos solamente la importancia de la ante
tenece esa mano.' y se le dan signos inequívocos
rior reseña, por lo que hace á nuestro propdsi
y por él solo conocidos, d e q u e pertenece á su
to, que es el de que se vean los rápidos progre-
finada esposa. ¿La concurrencia desea flores?
sos del espiritismo.
y no se hacen esperar los ocultos servidores,
que se apresuran á poner en manos de todos
y de todas hermosísimos ramilletes.
¿M. Home se torna sonámbulo? y conducido
por los espiritus, recorre grandes espacios; una
grande estrella resplandece en su frente, otras
en sus cabellos y en los extremos de los dedos.
¿Impone las manos á una verbena sin tocarla? y
nubes de gratos aromas se difunden por todas
partes. ¿Entra en éxtásis? y anuncia en enigma,
que al dia siguiente se marchitarán las hojas de la
verbena. Nadie sabe por qué; pero el anuncio
se cumple. (1)
En vista de lo expuesto, nadie podrá dudar de
que la misión de Home es funesta, y de que fué
depositario de gran parte del poder del que es
llamado príncipe de este mundo. Prescinda-

[l] Bizoiard, obra citada, tomo 6 . 0


testigos.—Loa Huffeland, los Orilla, los Recamier. &c*
—Adversarios del espiritismo convertidos, en presencie
de I 0 3 hechos, en s n s propugnadores.~EI Doctor Ros-
tan.—Notable confesion. M. L . Eiguier.—Comunica-
ciones que tuvo con el espíritu de su hijo.—Resultados
prácticos.

CAPITULO "VI. Empero ¿estos extraordinarios fenómenos son


reales? ¿íío son meras fantasías? ¿Está per"
feetamente examinada, estudiada y comprobada
su verdad?
SUMARIO.
Es claro que si nada hay de real en ellos, no
deben ocupar la atención ni trabajar la inteli-
gencia de ningún pensador. Es evidente que si
en último análisis su verdad se reduce á la pa-
Realidad de los fenómenos espiritistas.—Todo género
de gentes deponen en su favor.—Imposibilidad de que
labra desautorizada de unos cuantos, no hay
en Francia y en las épocas en que tuvieron lngarha., por qué considerarlos para nada, ni por que
bieran sido admitidos si fueran una impostura y m e - otorgarles importancia grande ni pequeña, sino
ras fantasías.—Hubo algunos qoe los ca'ificaron de verlos con el mayor desden y sepultarlos en el
tales no por convicción, sino por sistema.—No faltan olvido
hoy. Conducta necia de estos.—El trascurso de casi
cien años persuade su realidad.—No todos los fenóme-
Pero desgraciadamente las cosas pasan de
nos son auténticos.—Los aparentes prueban la existen- otro modo. La realidad que hay en ellos es n o -
cia de los reales.—Moneda falsa y moneda legítima. toria; su verdad se funda en el testimonio casi
—Los que atribuyen los fenómenos á impostura n o unánime de todo género de gentes, y en la fuer-
niegan que se producen.—«Deben tenerse como ciertos za lógicade inducciones que en vano se querrían
miéntrasla impostura n o se justifique.—Calidad de los
eludir.
heokos.—Calidad de los testimonios.—Calidad de les

009942
Sarniento y de la palabra del hombre, llevándo
Los fenómenos comenzaron á producirse, co- los á distancias infinitas con la celeridad del
mo se ha visto, en un siglo y en una nación po- rayo y del relámpago en el trelégrafo, la cien-
sitivistas y por lo mismo, poco dispuestos á de- cia no se sorprendía ni callaba sino que anali-
j a r pasar," ó más bien francamente resueltos á zaba y se daba de todo la razón,
contradecirla realidad de hechos que salieran de
Un charlatan, un impostor, un soñador, h a -
la triple esfera de la naturaleza, de la materia
bría sido silbado, y recibido en el desprecio
y de la ciencia.
público el castigo de su audacia. Hechos s u -
La Francia del último tercio del siglo X V I I I puestos ó faltos de comprobacion, y no cual-
y del primero del X I X , nunca podrá ser tacha- quiera, sino plenísima, como la luz meridiana 1
da de crédula, ui de retrógrada en lo que mi- no habran merecido el honor de ocupar la aten-
ra á los conocimientos humanos. En esa época ción de las inteligencias de entónces, sobrada-
estaba completamente humanizada; y si menos- mente escépticas para ser sorprendidas, h a r t o
preciaba la metafísica y se burlaba de la teolo- engreídas de sí mismas para alucinarse, y con
gía, en cambio, la física, la química, la botánica, alta conciencia de su ilustración, para dispen-
la medicina, la geología, &c, &c., recibían de su sarse de un exámen atento y minucioso, antes
prodigiosa actividad impulsos verdaderamente de dar un fallo definit¡ vo.
colosales. No había cosa que no se purificase
Por otra p&rte, el mundo de esa época, com-
en este múltiple crisol. Todo fenómeno tenia
puesto de eseépticos á la Epicuro, que' todo
su explicación en un agente de la naturaleza, en
lo negaban; de materialistas, que solo creían
un reactivo, en una combinación de fuerzas
en el poder de la naturaleza física, y de racio-
ocultas, en una disposición fisiológica, en una
nalistas, que no subían en sus sistemas más nllá
relación real, hipotética y hasta imaginaria. Si
de la razón humana; para quienes el cielo de
el vapor se presentaba como móvil y motor dé
los espíritus, si no era una quimera, era cuando
sí mismo en las locomotoras; si la luz usurpaba
ménos una región aparte, sin vínculo de ningún
la inteligencia al pintor y hacia las vece3 de
género con el mundo de los cuerpos, indiferen-
pintor y de colorido en el daguerreotipo; si la
te al destino de los hombres, no admitiría, sin
electricidad se tornaba en conductora del pen-
duda, graciosamente y por vía de condescen- opiniones en boga, desde su principio fueron
dencia y cortesía, hechos que, por más que t r a - juzgados así por gran parte de la turba de
taba de disimularlo, venian á echar por tierra aquellos filósofos que hacia éco á la impiedad
sus ensueños filosóficos, sus sistemas científicos cínica del de Ferney. Ahora mismo no faltan
y sus históricas utopias. quienes sigan un partido tan c'modo, pues dis
En efecto, el escepticismo en los principios pensa de todo estudio, de todo exámen y de to-
se concibe, pero no puede sostenerse en presen- da crítica. Pero si semejante subterfugio era en
cia de los hechos. Pirron se echa á cuestas con aquellos un sistema, en estos no merece otro
toda su filosofía, al verse acometido por un per- nombre que el de necedad. Los primeros se
ro, y "Volney olvida su ateísmo de gabinete encontraban en la alternativa de explicar los
en medio de los horrores de una borrasca. fenómenos por cansas naturales, ó bien de re-
Materialismo y existencia de espíritus puros, nunciar á sus teorías filosóficas. La ciencia no
racionalismo é intervención en el mundo de e s - se prestaba á la explicación; y renunciar á teo-
tos mismos espíritus, no pueden hacer vida co- rías filosóficas que halagaban y se amaban tan-
mún ni unirse con el lazo de indisoluble mari- to, era mucho para la soberbia de Voltaire y
dage. Sin embargo, los hechos espiritíscos han sus secuaces. Negar la realidad de los hechos
sido admitidos por estas tres entidades reácias, era el solo medio que conciliaba todos les inte-
despues de haber presenciado unos, valoriza- reses; y le adoptaron para no verse urgidos ni
do los testimonios que comprobaban otros, y comprometidos. Los segundos niegan solamen-
examinándolo todo á la luz de los únicos cri- te, porque se les ocurre negar.
terios generalmente reconocidos entónces, á la En pero tal subterfugio no puede sostener-
luz del criterio filosófico, del científico y del se más que por unos dias; y los hechos de que se
histórico. trata se han venido reproduciendo casi durante
Esto no quiere decir que no haya habido una centuria, y en toda ella no se ha levanta-
do el velo que cubre la tramoya, ni demostrado
quienes los hubiesen atribuido á impostura, 6
en qué consiste la impostura ó donde está el
los hayan querido reducir á una ilusión. Pre
escamoteo.
cisamente porque los fenómenos contrariaban las
—60— —61—
Notemos, sin embargo, que no todos y cada Pero hay mas, los mismos que avanzan que
uno de los hechos que se atribuyen al espiritis en la producion de los fenómenos media impos-
mo deben tenérse como reales y auténticos, tura, no niegan precisamente que se producen,
pues al arrimo de la verdad muchas veces se por el contrario, suponen que ellos tienen lugar,
abren camino el fraude y la superchería que aunque no por la virtud de agentes desconoci-
tan hábilmente explotan los decidores y los dos, sino por la de artificiosos y diestros ma-
charlatanes. Mas esto en vez de argüir algo nejos no descubiertos hasta ahora
contra la realidad de los que son ciertos, con Pero mientras que los que tal dicen no reve-
firma su verdad, pues al cabo el tiempo da á len en donde está y en qué consiste la impos"
conocer el engaño y desenmascara al engaña- tura, en qué circun tancias y de qué manera
dor.
Las imposturas son la moneda falsa del mer
cado de las maravillas
comprobar el fenómeno de la vis'on á través de cuerpos
La moneda falsa no circularía si no circulara
opacos, logró engañar por a'gun tiempo á aquel; pero
moneda legítima Aquella misma moneda s o - M. Frapart, en dos ó tres pruebas á que la sujetó, descu-
lamente pasa entre comerciantes poco expertos brió la superchería de que se valia la sonámbula para leer
y avisados, y esto, recientemente trojelada. El en un libro cerrado. Consistía en copiar ánte3 en ua pa-
uso y el tiempo la gastan, y saltan pronto á pel, que llevaba consigo, algunos párrafos del libro que
se le presentaba, exigiendo para esto one se la dejase
la vista aun del vulgo de los consumidores,
algunos momentos sola.
los signos que denuncian que no es del cuño
Los hermanos Davenport llamaron la atención del p u -
y metal marcados por la ley, como por algún
blico y de la prensa de Paris primeramente, y despues de
tiempo lo pareció (I). una ciudad de Alemania, con lo que llamaban sesión oscura
y gabinete misterioso. Se les ataba fuertemente y en me-
dio de las tinieblas hacían girar por los aires guitarras,
campanillas y panderos, con asombro de los espectadores,
(1) Podían citarse innumerables ejemplos, en todas
pues se encendían las luces y se encontraban los Daven-
materias, de la boga efímera de lo maravilloso falso y
port perfectamente atados. Pronto, sin embargo, el p r e s -
bastardo. La señorita Emilia, sonámbula que M. Hublier
tidigitador Robin en Francia, y el artesano Hartman en
iba á presentar á la Academia francesa, con el fin de
no como quiera, sino con instrumentos que se
procede el impostor, el buen sentido y la jus-
hallen en relación íntima y necesaria con la
ticia exigen que se desestime su vana palabre-
verdad, y con pruebas ciaras, tan claras como
ría; recurso frivolo con el cual suelen escudarse
la luz del medio dia.
casi siempre la impotencia, la ignorancia y la
Si no se rinde semejante prueba, la historia
presunción de los que creen candorosamente
no dará nunca un fallo condenatorio ni en con-
poder y saber todo.
tra de los hechos ni en contra de sus autores,
Debieran reflexionar que la impostura como porque nada habría que la justificase; sino que
delito, no se presume, sino que debe probarse consignará en sus páginas la verdad de los pri-
por quienes aseguran su existeucia, y probarse, meros y la veracidad de los segundos. Así lo
ha hecho; y su criterio es seguro y casi siem*
y» >ans<
pre infalible.

Volviendo á nuestro propósito, reflexionemo-


Alemania, les demostraron que ellos mismos eran, los que,
que se trata de hechos de toda notoriedad, que
desatándose, ponían e n movimiento todos aquellos objetos pasaron á la presencia de numerosas muchedum-
Lo miemo acaba de pasar en México con M Fay, discí- bres, no delante de este d de aquel individuo;
pulo de aquellos, quien se presentó en la escena, anuncian- de hechos públicos y no privados, capaces, no
do que el espectáculo que ofrecía, tenia por objeto probar solo de excitar la atención de todo género de
a verdad d* las manifestaciones maravillosas de los agentes
hombres, sino de conmover, como conmovieron
nvisibles. E n la primera sesión, que fué c rasagrada á la
de facto, la sociedad; de gravísima importancia»
prensa, logró impresionar de tal manera á esta, que al dia
siguiente todos los periódicos, con excepción oe uno, lle- no de leve significación; contrarios, no favora-
m r o n sus columnas con el rtlaío de las estupendas rnara - bles á las preocupaciones y opiniones reinantes;
villas. No obstante, apenas pudo dar tres espectáculos contemporáneos, y no de otras edades; fáciles
en el Teatro Nacional, pues el Lie. D. Eduardo Novoa, de de ser observados por todos, no velados ni os-
Puebla, se presentó imitando perfectamente los llamados
curecidos por algún artificio. No hay duda, la
prodigios y eje utando á toda luz lo que Fay ejecutaba en
la oscuridad: demostrando así. qus todo era un escamo
gran duración y la calidad de los hechos alejan
teo y de los a as torpes. aun la mas leve sospecha de falsedad.
—64—

Mas lo que, sobre todo, viene á colocarlos en rados á toda prueba; de tes tigos que refieren y
el rango mas alto de certidumbre, en el rango dan fe de lo que vieron y presenciaron; de gentes
de la evidencia, es la excelente calidad y el nu de todos los sistemas, aun los mas inconcilia-
mero de los testimonios que se levantan y de- bles; de todas las escuelas, aun las mas intransi-
ponen en su favor. gentes; de observadores juiciosos y profundos que
No barian tanta fuerza, si fueran solo de todo lo investigan y de todo inquieren la explica-
hombres vulgares é ignorantes, de hombres de ción; de espíritus fuertes y de inteligencias pers-
probidad problemática y de honradez dudosa; picaces que solo se rinden á razones robustas,
de testigos que se refieren á las afirmaciones de invencibles y poderosas;
personajes inciertos y que no vieron las cosas Son testimonios de los Cubier, I03 Gioffroy,
cuya existencia garantizan; de gentes apasiona- los Fadaray, los Laplace, los Franklin, los
das por un sistema y afiliadas en este bando ó Montesquieu, los Lafayette, los Huffeland, los
en aquella escuela; de observadores poco cir- Arago, los Recamier, los Husson, los Babinet, los
cunspectos y superficiales que se contentaran de Jusieu, los Ellioston, los Cabanis, los Litré
con ver y admirarse, sin tomar Ínteres en darse los Figuier, los Rostan, los Des Mousseaux, los
cuenta de aquello que admiraban ó veian; de de Resie, los Thiboudet, los de Mirville, los
inteligencias fáciles de ser convencidas con una Bizouard, e t c , etc.
razón cualquiera 6 con una apariencia de ra- Entre estos, como se ve, se encuentran natu-
zón. No, los testimonios son de los más graves ralistas como Arago y Cubier, racionalistas,
por su autoridad, de los mas atendibles por su como Gioffroy, materialistas como Cabanis, ateos
peso, de los mas incontestables por su unifor- como Litré, filosdfos como Montesquieu; médi-
midad, Son testimonios de hombres que hacen cos como Husson y Rostan, abogados como
profesion de sabiduría, y son justamente repu- Bizouard, protestantes como Ellioston y Esdai-
tados por sábios, y pertenecen ademas, por su le, católicos como MM. des Mousseaux y de
ciencia, por su nacimiento y por su educación & Mirville.
las mas elevadas categorías sociales; de hom- Conspira á fundar mas y mas la realidad de
bres en su mayor parte, probos á toda luz y hon* los fenómenos espiritísticos, sin salir del terre
acordes con los fenómenos fisiológicos que yo
no de la fe humana, el número de incrédulos
entónces conocía, que tuve lástima de algunos
que despues de haberlos observado, se han r e -
á los cuales reputé dominados de un nuevo gé-
suelto á desertar de sus antiguas banderas, por
nero de locura; ni se me ocurrió siquiera en la
más que tal deserción les fuera dura y bochor-
imaginación la idea de que un individuo dotado
nosa, pues lastimaba profundamente su amor
de razón tuviese nunca que prestar fe i seme-
propio y los exponia á l a rechiíla pública de sus
jantes quimeras. Y hablé y escribí bajo estos
viejos partidarios y de los insensatos á lo menos.
sentimientos por espacio de unos diez años.
Incrédulos eran y mucho Huffeland, Orfila, ''Deplorable ejemplo de una ciega preocupación
Recamier, Pigeaire de Montpellier, Géorget, de juicio, la cual, llevándonos á descuidar el
Spada, Phissepa, Rostan, Figuier y otros innu- único medio positivo de instrucción que posee-
merables, que al fin, rendidos á la fuerza de la mos, es decir, la aplicación de nuestros sentidos,
evidencia, han tenido que hacer el sacrificio de nos envuelve en largos y á veces también i r r e -
su orgullo y hasta de sus teorías ante las sacro-
mediables errores. Pero sucedió el caso de
santas aras de la verdad. que por simple curiosidad, y solo por vía da
El Doctor Rostan, no solo no creia en los prueba, me di á ejercitar el magnetismo. La
hechos en que uos ocupamos, sino que reputaba persona que se sometía á él no conocía ni por
faltos de seso y de sentido común á los que les asomo sus efectos: nótese esta circunstancia.
daban ascenso. Hizo públicas sus creencias por Cual fué mi admiración cuando á los pocos i n s -
la prensa, y las estuvo sosteniendo con enérgi. tantes excité fenómenos tan singulares, tan fue.
ca vehemencia por mucho tiempo. Mas una ra de lo acostumbrado, que no me atreví á ha-
vez por m e r o juego se puso á magnetizar, y sintió blar á nadie por no parecer ridículo Y
vergüenza, al observar que los fenómenos que
logró producir desde luego, venían á contrariar- no tuve que verificar los fenómenos magnéticos
lo Oigamos lo que él mismo escribió despues. sobre una sola persona: sino que con motivo de
"Cuando yo, dice, m u y j ó v e n a u n , oí hablar mis observaciones elegí individuos de varia con-
por primera vez, del magnetismo animal, los dición, de diferente sexo, muchos de los cuales
hechos que se me referían estaban tan poco ignoraban hasta el nombre del magnetismo; l i -
8
teratos, alumnos de medicina, epilépticos, seno- Con M. L. Figuier ha sucedido otro tanto.
ras de la buen < sociedad, jóvenes, algunas de Quien haya leido su laboriosa obra Historie du
las cuales se asustaban hasta de secundar mis ex- MerveiMeux habrá visto hasta qué punto lle-
perimentos. Continué en esta manera de examen gaba la incredulidad de aquel insigne natura-
por espacio de muchos años, y únicamente por lista. En particular abrigaba una franca y
el gran Ínteres que me cansaban aquellas vehemente animosidad en contra de los corre-
indagaciones. Y fuera de un pequeño número ligionarios de Alian Kardec, de quienes se
de excepciones obtuve siempre fenómenos dig- burlaba y á quienes consideraba como locos
nos de la mayor atención Finalmente, y visionarios. Pues, bien, no hay mas que
nuestro cofrade y amigo Georget, cuyo pirro- ver el corto tiempo que medió entre la publi-
nismo no puede ponerse en duda, ¿no ha esti- cación de la obra á que nos hemos referido y
mado como deber suyo el vencer todo mi- la otra obra que dió despues á la estampa y
serable respeto humano y publicar lo que los que intituló Le Landemain de la Morí. En este
hechos le habían enseñado? Muchos de sus corto tiempo, el reácio gdversario del espiri-
experimentos tuvieron lugar en mi casa: no tismo aparece enteramente cambiado; es ya un
teníamos ambos mas objeto que el de ins- espirita por los cuatro costados, de pies á ca-
truirnos: ambos á dos Íbamos con un espíritu beza y en alma y cuerpo, por mas que trate
de duda y de indagación. ¿Qué interés po- de disfrazarlo, y por mas que conserve vivos
día tener el doctor Géorget en publicar el re- sus antiguos rencores hacia los partidarios de
sultado de sus observaciones? ¿Y cuál es el las evocaciones y de los éxtasis.
que pueda tener yo ahora en sostenerle? Si yo ¿A qué se debió tan repentina mudanza? Un
creyese que la engañaron, ¿querría participar hijo querido, le fué arrebatado por la muerte,
de esta nota? Si él era un bribón, ¿iría yo á cuando apenas se anunciaba la hermosa pri
ser su cómplice?" (1) mavera de su vida. La amarga tristeza y la
horrible desesperación vinieron á destrozar la
pulpitante entraña que poco ántes era vivifi-
(1) Diction, de Médécine^en 18 vol., tom, X I I I , arfc.
cada por el mas violento, fervoroso y profun-
Magnetismo.
do de los amores. En estas circunstancias a l -
go que no era, pero que el triste y desesperado con algunos recortes, son ya para él una pal-
padre creyó ser el hijo querido, se le apare- maria realidad.
cid; y tuvo con él pláticas dulcísimas y miste- Y si bien ha pasado de un error í otro
riosas comunicaciones que le llenaron, según error, porque no ha querido ponerse á la
refiere, de consuelos y de esperanzas. Supo sombra del catolicismo, en cuyo regazo descan-
qne otros amigos de cuya despreocupación y sa la verdad, no obstante, este cambio de
entereza no podia dudar, habían sido objeto frente, esta evolucion súbita, es una de las
de iguales ó parecidas atenciones de parte de pruebas mas brillantes de la realidad inéga-
los espíritus. La evidencia resplandeció á ble de los fenómenos de que se trata. U n i -
sus ojos, intereso su corazon; y era imposible camente así se explica cómo es que hoy que-
no rendirse á ella, á pesar de las repugnan- ma lo que adoraba ayer, y adora hoy lo que
cias que se levantaban en el fondo de su alma, ayer había quemado.
á la presencia y al recuerdo de sus no muy añe-
jas opiniones.
El hecho es que si el autor de I¿ Hisloire
du MerveUieitx calificó alguna vez de quimeras
y de fantasías los heehos que sirven de base
á la teoría espirita, el autor de Lendemain du
la Mort parece que no opina de la misma suer-
te, pues, por mas que lo pretende disfrazar,
cree en la teoría misma que impugnaba y es ya
un discípulo vergonzante de Alian Kardec.
Las revelaciones de los habitantes de los espa-
cios, la pluralidad de las existencias, y por
lo mismo, el absurdo sistema de las rencarna-
ciones ó la antigua metempsícsis pitagórica
De intento nos hemos querido compren
der en el número de testigos, cuya autori-
dad hemos hecho valer en favor de la r e a -
lidad de los fenómenos espiritísticos, á ningún
teólogo, ni á ningún superior eclesiástico. De.
CAPITULO V i l .
bian ser mencionados aparte. En primer
lugar, para que los preocupados no se a l a r -
(Continuación del asunto anterior.) masen, y, sin mas razón que la necia de que
los teólogos y los obispos lo decían, atribuye-
SUMARIO.
sen á fanatismo afirmaciones que arrancan so-
lamente la fuerza de la verdad y la noteriedad
de los hechos. ¡Cómo si los teólogos y los
¿Por qué no hemos citado teólogos ni obispos?—Superio- obispos, por solo serlo, careciesen de sentido
ridad del criterio teológico respecto del filosófico.—Su- común! ¡Cómo si, al profundizar y sondear los
perioridad del criterio de los Pastores espirituales r e s - luminosos abismos de la ciencia de Dios, aque-
pecto de ambos.—Fundamentos de una y otra superio- llos, y, al tomar estos en sus manos el cayado
ridad.—'Teológos asegurando la verdad de los fenóme-
de pastores de las almas, no hiciesen, ni pensa-
nos .—PP. Gury, Caroli, Pincianni, Pailloux, etc., eto.
- Arzobispos y obispos, los de Burdeos, de Besanzon,
sen hacer otra cosa, sino despojarse del criterio
y d e P a r i s ; los deViviers, de Auch, de Rouen, ete moral y de la razón, que no abandona aun á los
—Obispo de Querétaro. —Notables testimonios de los que la desdeñan, la dan tormento y la sacrifi-
RR, de la Civiltá Cattolicca, del cardenal Donnefc, del P can. Eu segundo lugar, porque, como princi-
Voisin, del P . "Ventura de Raúlica y del abate Gaume.
palmente escribimos para los católicos y para
—Otro género de pruebas.—Sociedades enteras dando
las gentes sensatas, unos y otras miran con
testimonio de los hechos.—Las muchedumbres.—Los
gobiernoa—Las academias y asociaciones científicas.
distintos ojos que el vulgo de los sábios, los
Asociaciones que se dicen religiosas.—La Iglesia de la testimonios de los hombres versados en la teo-
Nueva Jerusalem.—Instituciones y monumentos públi- logía y encargados del gobierno y dirección
cos.— Dispensarios magnéticos.--Hospitales. ~Libro3 de las conciencias
•-Periódicos.—Refiexiones.
- 7 5 -
Y en verdad, que su conducta es tan
pia. El criterio filosófico es la visión de
justa como discreta. El criterio teológico
un solo ojo; el teológico la visión de dos
es y será siempre süpsrior al criterio filosó
Por lo mismo, este abarca los objetos
fico; y sobrepujará al uno y al otro el criterio
que examina, bajo mayor numero de aspectos
de los que han sido elegidos para apacen-
que aquel. El criterio filosófico ve las cosas
tar el rebano de Jesucristo.
que trata de explicar á la claridad hermosa
El criterio teológico no desdeña el criterio de una antorcha, pero antorcha que pueden
filosófico, si no por el contrario le acepta y apagar los soplos de algún viento desencadena-
acoge, y se complace en consultarle en todas do, y cuyos resplandores no alcanzan á g r a n -
sus investigaciones. Léjos de verle con d e s - des distancias ni á hondos abismos. > 1 criterio
vío, hácia él dirige sus primeras miradas ántes teológico las ve también así, y ít demás, á las
de dar un paso en el intrincado laberinto, cu- claridades indeficientes de un sol que camina
yas entradas y salidas se propone conocer. El con él y nunca se pone en sus horizontes. Su
criterio filosófico se apoya en sola la razón y mirada, pues, es mas certera, mas intima; no se
en sus inducciones que nunca son necesarias detiene en la superficie, sino que penetra, por
é infalibles, y, en no pocos difíciles casos, se decirlo así, la sustancia de las cosas y se apo-
auxilia de la conjetura. El criterio teológico dera de su naturaleza.
parte de la razón, camina á la resplandeciente
Sin embargo, ambos son sobrepujados por le
luz de sus inducciones y á las remisas é i n -
criterio de los Pastores de la grey cristiana.
termitentes penumbras de la conjetura misma
¿Por que? La responsabilidad moral que pesa
en los momentos en que aquella luz padece sobre ellos los pone en el caso de ser mas pro-
dasmayos y sufre eclipses; pero no se con- fundos y diligentes en el estudio, mas delicados
tenta con esto, sino que se abraza de la fe, y escrupulosos en el examen y mas prudentes,
sol puesto entre dos mundos, y se ayuda juiciosos y reservados en sus dictámenes. E x -
de ias verdades reveladas, y con la ciencia cúsesenos esta digresión.
de ellas acrece el tesoro de la ciencia p r o -
Así, pues, no porque valgan menos que los
de los filósofos, sino precisamente porque valen las repetidas resoluciones de la Corte Romana,
mas, ponemos aparte los testimonios de los obis- en que mas adelante y con otro motivo nos ocu-
pos y de los teólogos. paremos.
De estos, pocos h a b r á que hayan escrito sobre No es fuera de propósito, porque no podrán
los fenómenos mágico-espiritistas, y de aquellos, tener á la mano los libros y documentos en que
ninguno que no haya afirmado y enseñado su constan los testimonios á que nos leferimos, ci-
realidad. Los Padres Ventura de Raúlica, Ca- tar aquí palabras textuales de algunos de aque-
roli, Gury, Voisin, Pinciani, Pailloux, Martig- llos escritores mas notables, para que no se di-
non y los sapientísimos jesuítas, redactores de ga que torcemos su sentido y los interpretamos
la Civiltà Catholicca, los abates Loubert, Gui- á nuestro deseo.
llois, Monticeli, Mau pied, Gaume etc., etc., de
"Si los fenómenos de que hablamos, dicen los
los primeros; y de los segundos, los cardenales
ilustrados padres jesuítas redactores de la Ci-
Gousset, Donnet, arzobispo de Burdeos, Cesa-
iUá Cattolica, no fueran mas que tretas de em-
rio, arzobispo de Besançon, Monseñor Sibour,
baucadores, ilusiones de vista ó de oido, mani-
arzobispo de Paris, y el de Alby; los obispos
pulaciones de titiriteros, podríamos dar un adiós
de Viviers, de Auch, de Rouen, de Nevers,
á la ciencia, un adiós al raciocinio, un adiós á
de Orleans, de Autun, de Cambray, y entre
las deducciones y á los principios." (1)
nosotros, el de Querétaro, Dr. D. Ramon Ca-
macho, afirman y enseñan á una voz, ó suponen
solamente la realidad de los fenómenos, y p r o -
claman unánimes la verdad de los hechos en
Fede Catholicca et lo Spiritismo; el P . Gury, Compendium
tela de juicio. (1) Prescindamos por ahora de
Theologize Moralis; el Abate Gaume, "Tratado sobre el
Espíritu Santo," edición mexicana de 1871, y la conoci-
da y preciosa obrita de los redactores de la Civüta Catho-
[1] Pueden consultarse las obras siguientes : P . Nam- licca, " E l Espiritismo en el Mundo moderno," edición de
pon, Du spiritisme; el P . Pailloui, Le Magnetisme, le spi- Lugo, 1870; y las pastorales de los Señores Arzobispos y
ritisme et la Possesion; el P . Martignon, Les morts et les Obispos, citados á cada paso en aquellas obras.
vivants; Mimonda, Del Magnetismo amimale; G'aliotti, La [1] Obra citada pág. 54.
do con mayor vehemencia la realidad de los
El cardenal Donnet, dirigiéndose á M. Des fenómenos espiritas, por haber sido repetidas
Mousseaux, con motivo de la obra La Magie en veces, juntamente con el marqués de Mirville,
él Siglo XIXque le había remitido para su apro testigo presencial de ellos, se comprenderá el
bacion, dice: "Yo no puedo hacer otra cosa
verdadero significado délas palabras subrayadas.
mas que aplaudir el valor perseverante y la
Si no por la dignidad de la gerarquía del P .
fuerza de razón con los cuales impugnáis y com-
Voisin, indudablemente sí por la ciencia, cono-
batís una de las mas graves enfermedades de
cimientos prácticos y experiencias personales?;
nuestro siglo, la ma'gia, sea cual fuere el nom-
su testimonio es de una grande importancia y de
bre que se la dé y la máscara con que se la
un enorme peso. Antiguo misionero en las regio-
cubra.
nes del Celeste Imperio y director en 1863 de las
"¡Extrañas condiciones del espíritu humano misiones extranjeras, ha tenido oportunidad de
qué se abandona á sus propias fuerzas! En vivir largo tiempo en la tierra clásica de la
el siglo anterior al nuestro, un materialismo idolatría, de estar en comercio despues con
abyecto y grosero era empeñosamente predica- los misioneros de aquellos países infortunados
do por muchos filósofos de gran celebridad; hoy y de palpar la funesta realidad de la mágia
ha surgido una nueva doctrina: y ha escrito en y de las artes diabólicas. Este esclarecido
sus estandartes: espiritismo. Desgraciadamen- sacerdote, de toda .competencia, despues de
te, ella no se ha reducido al dogma de la espi- haber leido La Magie au dix-neuvieme siè-
ritualidad de las almas y de la existencia de cle, escribe al caballero Des Mousseaux: " N o
los espíritus; sino que, pasando todos los lími- son aventuradas vuestras afirmaciones por-
tes, dejándose arrastrar á las aberraciones de que siempre las escudáis con la prueba. En
la mágia, ha renovado á nuestros ojos sus repug- presencia de tan gran muchedumbre de hechos,
nantes espectáculos." tan bien autenticados, ninguno tiene derecho
Si se reflexiona que M. Des Mousseaux, á para argüiros de falsedad. Sin embargo, no
quien se dirige la carta gratulatoria, es uno de sucede así, porque os habéis visto obligado a'
los escritores concienzudos que han defendi refutar contradictores que lo atribuyen todo á
alucinación Lo que debe sorprendernos, es "En fin, vuestro libro confundirá á la ve - á
que algunos de estos Contradictores son sabios esa turba necia, niaise (porque niai necio, v i e -
y hombres piadosos, que, sin examinar las prue- no de nier, n e g a r , ) que con aplomo incompa.
bas, y siguiendo un sistema premeditado, nie- rabie se atreve á rechazar hechos admitidos por
gan todo lo que excede d su natural comprensión, la humanidad entera; y á pretendidos sabios, que,
y se ciegan á sí mismos frente á frente de la evi- respirando á pulmones llenos el Absurdo, nos
dencia." ahogan con interpretaciones tan contrarias á
Bastaría el dictamen de jueces tan competen- la verdadera ciencia como el buen sentido ma<
tes; pero son tan faltamente reputados, y con vulgar [1]."
justicia, el P. V e n t u r a de Ráulica y el Abate "¿Qué se ha de pensar de esos fenómenos se
Gaume, por la extension de sus conocimientos pregunta, el autor del "Tratado sobre el Espíri-
y la delicadeza y excelencia de su criterio, que tu Santo" y quienes son esos espíritus?
nos creemos en la obligación de tomar nota do "Decir como algunos, se responde: Yo niego
sus juicios á este respecto. todos esos fenómenos, porque no he visto nin-
"Yo no podré, habla el sabio y antiguo gene- guno; es decir, niego á Pekin,porque nunca he
ral de los Teatinos al mismo caballero Des estado allí. Eso es decir á los testigos de esos
Mousseaux, felicitaros demasiado por haberos fenómenos: sois engañados ó engañadores. E s .
consagrado á tan noble tarea (el estudio de los te cumplimiento no se dirige á algunos indivi-
fenómenos mágicos). En un tiempo de igno- duos, fáciles de seducir ó cómplices interesados
rancia y de negación universales, supone gran en una vil mentira, sino á millares de hombres
valor una empresa semejante. serios y respetables, de todos los países, que,
"Habéis tratado el asunto como maestro. no conociéndose, no habiéndose visto nunca,
"Vuestro vasto saber, vuestra inmensa eru-
dición ponen en evidencia la incontestable rea-
lidad de los hechos Vuestra lógica inexora- (1) Paeden leerse íntegros los documentos citados
ble demuestra su carácter sobrenatural y su na- en la obra mencionada La, Magie au dix-meuvieuce siécle
turaleza demoniaca. Introducción.
se encuentran alucinados en la misma liora, rías, sino lo que es ma3, las mismas sociedades
ó se entienden para afirmar como verdadero en masa ó la colectividad de los individuos. Y
un hecho materialmente falso. Es decir, en fin, no se diga que esto es indiferente á la firmeza
niego, porque niego. Pero la negación sin de los testimonios, pues no tendrá mas valor el
prueba es una necedad (1).' conjunto que las partes. De hecho le tiene; y
Tan numerosos y explícitos testimonios, ma- esto se nota aun en las cosas materiales.
nifestados y sostenidos con toda aquella since- Cien alambres delgados no podrán sostener,
ridad y energía qué inspira siempre una convic- sin doblarse, un peso de veinte kilógramos, pero
ción intima y profunda, son para satisfacer á si se les junta, formando con todos ellos una-
los razonadores mas exigentes y para constituir barra; sostendrán fácilmente aquel peso, y aun
una prueba que ninguna otra puede exceder en un peso dos veces mayor. En el órden mora}
plenitud. como en el órden físico, la unión da y multipli-
Con todo, parece que cuando los hechos son ca la fuerza.
mas extraordinarios y salen de la común esfera De aquí es que cuando las sociedades en ma-
d e los que forman la acostumbrada trama de la sa aseguran la verdad de un hecho cualquiera,
historia, la verdad, como que se esfuerza en por un instinto de que la ¡naturaleza humana no
d a r s e á conocer por mayor número de medios se puede despojar y que no sabe de donde
y en manifestarse mas ampliamente, seanos viene ni como existe, la convicción y la eren
permitido hablar así. cia son mas sólidas y mas invencibles que
cnando descansan en el testimonio aislado de
Tal acoutece con los fenómenos mágico-espi-
los mismos individuos que la componen
ritistas. Deponen en favor de ellos, no tan so-
Ahora bien, las sociedades se expresan en
lo los individuos de todas condiciones y eatego-
este particular, ya por el órgano de las mu-
chedumbres, ya por el de sus gobiernos, ora
por medio de sus academais y asociaciones
científicas y religiosas; ora por el de sus ins.
(lj T r a t a d o sobre el Espíritu Santo, t. 1, cap,
X X X I I I . pág. 890. Edición de México 1871.
tituciones y públicos monumentos. Y de cual-
• - 3 4 -
qaier manera que se expresen, su voz es de Los gobiernos tampoco permanecían silenciosos
una autoridad que oprime y que subyuga á los ni mudos. Heridos por la resplandeciente luz
mas independientes espíritus, de la evidencia no reprimían el movimiento
Las incontables y entusiastas muchedumbres de la sociedad, por mas que temieran algu-
que llenaban el hotel Bourret é inundaban nas veces que la paz pública fuese alterada;
la plaza de Yendome y sus amplias avenidas , por el contrario, seguían el mismo rumbo
cuando Mesmer asombraba á !a Francia con los que ella, y solamente se proponían dar término
prodigios de su terapéutica universal, no se afa- al pasmo y á la admiración general, p r o -
naban ni corrían en pos de una quimera. Las curando que se descubriese la causa misteriosa
no menos numerosas que poco despues, dejan • 6 reglamentando el uso y aplicación del agen-
do el centro de las poblaciones, iban á fi- te oculto,
jar sus movibles tiendas a l r e d e d o r del cor- El rey de Francia nombraba comisiones
pulento olmo de Busancy, en cuyo tronco Puy- con este fin y exitaba á la Academia y á
segur había depositado la eficaz virtud de la Sociedad Real de Medicina á que, valién-
su fluídica panacea, nó se movían ni se agi- dose de los recursos de la ciencia, pusiesen
taban, por aparecer víctimas de un vil en las cosas en claro y se utilizasen. en bien
gaño ni despreciables juguetes de una torpe de la humanidad. Estos cuerpos de sabios,
ilusión á pesar de sus antipatías y de sus repug-
Baling en Inglaterra, lo mismo que Hydesville nancias de escuela, estudiaban, examinaban y
y Rochester en los Estados-Unidos cóntem- confesaban, aunque con embozo, que algunos

piaron algunos anos mas adelanté otras mu. hechos eran innegables, si bien rendían h o -
chedumbres que proclamaban í una vez y menaje á sus sistemas, estraviandose en la
sin que mediase ni fuese posible acuerdo en- determinación de la causa.
tre ellas, la realidad de las estupendas cosas que Ya hemos visto que el emperador de Rusia,
veian. Lo mismo pasaba en Florencia, en Ña- los reyes de Dinamarca, de Suecia y de Prusia
póles y en muchas de las principales ciuda- obedecieron al mismo impulso, que no podían
des de Alemania, resistir ; pero sí dirigir de -ina manera conve-
jíífrfiBflílOf« gQftflrJfrff V gv!IOÍ',;JJÍ;
niente. Vimos también que la Academia de - 8 7 -
ciencias de Berlín avanzó hasta fundar un pre^ 44 congregaciones de swedemborguistas. A este
mió para quien demostrase que la causa física género de asociaciones corresponden las socie-
de los fenómenos pertenecía a' la naturaleza or- dades espiritas, (como la del "Círculo de la
gánica. La Cámara legislativa de la nación mas Luz" de esta ciudad de México) que en gran nú-
positivista del mundo moderno, la Union Ame- mero se hallan establecidas en ambos continen-
ricana, no pudo hacerse sorda á la respetable tes. Para ellas el espiritismo es una nueva re-
exposición de catorce [mil de sus ciudadanos ligión, y los prodigios que le atribuyen un medio
que demandaban su intervención por lo que de comunicación con los otros mundos, á la vez
miraba al esclarecimiento y solucion del p r o - que un medio eficacísimo de propaganda. No
blema que de tan extraña manera se habia plan- es de extrañarse, pues, que sean los mas empe-
teado; y toma parte en esa tarea, á ejemplo de ñosos defensores de la realidad de aquellos.
lo que habían hecho las testas coronadas del Si á todo esto, que es mucho, se añaden las
viejo continente. fundaciones de dispensarios magnéticos y de hos-
Las asociaciones científicas, en pequeños y pitales, que se llevaron á cabo, precisamente
grandes círculos, se multiplicaron. Y despues para palpar los resultados p rácticos del agente
de haberse fundado la famosa de la Armonía, maravilloso y aplicarle á la curación de las en-
podían contarse por millares las que se siguie- fermedades, en Europa como en América, no es
ron fundando en las mas importantes ciudados posible abrigar ya dudas; se hace preciso p r o -
del globo. clamar en alta voz la verdad histórica de los
No faltaron asociaciones religiosas que ne hechos por extraordinarios que parescan.
solo reconocían y reconocen la verdad de tales Semejantes fundaciones son monumentos elo-
hechos; sino que ellos son como sus sacramentos cuentísimos, de tan decisiva autoridad, qne no
y la parte ceremonial de su culto. Allí está la puede haberla mayor. Terquedad seria resis-
Iglesia de la Nueva Jerusalen, de que fué primer tirla; y absurdo pretender explicar de otra m a -
gefe Swedemborg, tan extendida en Suecia y en nera que los mismos monumentos explican, el
América. En 1844 se contaban en esta última origen que tuvieron y los motivos porque sus
fundadores pusieron la primera y última pie-
dra en ellos.
-88—
No es menos poderoso el argumento que se Si no son ciertos, si no están comprobados
apoya en esa multitud de periódicos estableci- estos hechos, puede afirmarse que no hay hecho
dos con el exclusivo fin de consignar diariamente cierto, ni comprobado en toda la redondez de
los mas extraños fenómenos, y en ese gran núme- la tierra, Si no creer en ellos es razonable'
ro de obras que se han escrito sobre la materia ¿para qué hablar de testimonio de los hombres,
desde 1778 hasta el presente. Pasan de dos mil los ni de fe humana? Si no hemos de creer porque
libros, según los redactores de la GiviUa Catho- no hemos sido testigos presenciales, no creamos
licca, y con ellos se podría formar una bibliote- que existe Pekín, ni San Petersburgo, Roma, ni
ca de no pequeño valor. Paris, pues jamás hemos pasado las fronteras
de la República- No creamos tampoco quo
Ahora bien, los periódicos y los libros, aun-
existieron Nínive y Babilonia, Tébas y Ménfis,
que escritos por este ó por aquel individuo, son
Homero y Sanconiaton, Alejandro y Darío, Aní-
la voz genuina de la sociedad, el órgano ordina-
bal y li'scipion, pues la existencia de aquellas
rio por donde esta expresa sus creencias, sus
célebres ciudades y de estos grandes hombres
opiniones y hasta sus sistemas. Los periódicos
no cuenta en su apoyo con la milésima parte de
y los libros no se escribirían, si no hubiese con-
los fundamentos que los hechos cuya realidad
sumidores y muchos, que sostuviesen los prime-
queda, en nuestro concepto, demostrada.
meroS y á cuyas expensas fueran impresos los
segundos. ¿Podrá creerse que haya quienes
gasten su dinero solamente porque se les refieran
quimeras y fantasías? Esto sucedería una vez
pero nodos ni tres; sucedería por una semana, por
un mes, pero no p o r el espacio dé casi un siglo.
No hay duda; todo nos pone en la necesi-
dad de admitir la realidad de los fenómenos
mágico-espiritistas, ó bien de renunciar para
siempre á la infalibilidad del criterio histórico,
del criterio moral, del criterio de los sentidos,
y, en suma, de todos los criterios.
para dejar sólidamente establecida la verdad
histórica de los fenómenos, no creemos que d e -
bemos dispensarnos del trabajo de demostrar
que ellos no constituyen una novedad en los
CAPITULO Y1II. anales del mundo, ni una mejoría en los p r i n -
cipios, ni un progreso en la ciencia, en la filo-
SUMARIO." sofía, en la moral, ni en la religión.
Los partidarios del espiritismo se empeñan
Los hechos espiritas no son una novedad ni un progre- en hacer creer todo esto, confiando en que de
so.—Fenómenos mágicos de la antigüedad.—Se anun-
esta suerte será mas eficaz su propaganda. No
cia que se va á hacer un estudio histórico de ellos, y un
estudio comparativo de los primeros.—Resultado de
se contentan con ver en aquella doctrina una
ambos estudios.—Nada hay nuevo bajo el sol.—Primer -ciencia, sino que avanzan á llamarla la ciencia]
fenómeno espiritista.—La serpiente hablando y Eedu- •como si dijeran la única ciencia, la ciencia que
ciendo á Eva.—Comentario de San Agusíin.--Fa¡sos comprende todas las ciencias. Es poco para
Profetas.—El madero y las piedras hablando.—Yaras
ellos presentarle como una religión, y la nom-
de los agoreros.—Pasages de Habaeuc y de Oseas.—So-
nambulismo, pasage de Isaías.-Hagnetismo, serpientes bran la religión del porvenir, queriendo signifi-
encantadas, pasage de J e r e m í a s . - M o d o de encantar car que todas las otras pasarán con el tiempo,
las serpientes—Virgilio y Scilio Itálico.-Evocacion de y ella sola dominará umversalmente.
las almas de los difuntos entre los hebreos.-Notables
Demostrando que no son una novedad, los
prescripciones del Deuteronomio, - Voces y ruidos
misteriosos.—Josefo y el templo de J e r u s a l e n . - O o n -
tales fenómenos, sino que son antiquísimos, lo-
clueion. graremos arrancar la máscara con que se quie-
re ocultar su deformidad; pero particularmente
conseguiremos fortificar mas y mas la convic-
ción de que ellos son un hecho, como no hay
Nada de lo que conspire á aumentar la luz
ninguno igual en certeza, entre los mas compro,
en este punto es inútil ni superfluo ni ocioso.
bados de la historia.
Así es que. aunque con lo expuesto bastaría
La verdad de los antiguos fenómenos mági-
eos justificará la realidad de los modernos fenó- Parece que contra los nigromantes del siglo
menos espiritas, y viceversa, la verdad de es- X I X fueron escritas estas palabras: "Nada
tos servirá de apoyo á la realidad de aquellos; es nuevo en este mundo; ni puede nadie decir:
viniendo á formar una y otra série un todo su- hé aquí una cosa nueva: porque ya existió en
jeto á las mismas leyes y condiciones de exis- los siglos anteriores á nosotros." "¿Qué es lo
tencia. Mutuamente se sostendrán como los que hasta aquí ha sido? Lo mismo que será»
eslabones de una cadena, ó como las piedras y ¿Qué es lo que se ha hecho? Lo mismo qne se
la clave de un arco hecho conforme á las reglas ha de hacer." (1) Parece también que, aludiendo
de la arquitectura al espiritismo, se dijo que todo era vanidad de
Ademas, al penetrar en las sombras de la vanidades. (2).
antigüedad y al descorrer los densos velos El hombre, atento .á lo que pasa desdeña lo
con que se arropa, no nos limitaremos al es- que pasó: halagado por todo aquello que le es
tudio histórico de los fenómenos que en aque- contemporáneo y en cuya representación pue-
llos remotísimos tiempos se produjeron, sino de tomar á su cargo un papel cualquiera, pone
que iremos haciendo, aunque de paso, pero un abismo de separación entre las generaciones
no tanto que no se palpe su perfecta iden- que fueron y las que son, un velo impenetra-
tidad con los fenómenos contemporáneos, un ble entre los sucesos de que da testimonio y
estudio comparativo de los unos y de los los de que da testimonio la historia; y llama
otros. Esto nos servirá para llegar mas fá-
cilmente al principal fia que nos hemos pro
puesto en esta obra, que es el de fijar y deter-
[1] Nihil sab sole novum, nec valet quisquam dieere: E c
minar por ellos su verdadera causa. ce hoe recens est: jam enim praecessit in soeculis, quaa
Los hechos de que el espiritismo moderno fuerunt ante nos. ' ¿Quid est quod fait? ipsum quod futu-
presume dar la explicación no son, en efecto? rum est. ¿Quid est quod factum est? ipsum quod facie
una verdad, ni el sistema filosófico que sobre dum est.
Ecelesiastes I. 10. 9
ellos se quiere fundar es ciencia ni mucho mé
(2) Yanitas vanitatum et omnia vanitas.
nos la ciencia. Id., id 2.
- D o -

Moisés, el mas antiguo de los historiadores,


nuevo, no a lo que nunca ha sucedido y sucede, como le llama Bossuet, refiere en las primeras
sino á lo que jamás ha visto. ¡Y cómo cono- paginas del G-énesis, que una serpiente dijo á
cia al hombre el que escribid: "No queda me- la primera mujer: "¿Porqué motivo os ha man-
moria de las cosas pasadas; mas tampoco de las dado Dios que no comiéseis de todos los árbo-
que están por venir liabr^ memoria entre aque- les del paraíso?" Y la muger respondió: "Del
llos que vendrán despues al último!" (1) fruto de los árboles que hay en el paraíso, si
Esto acontece á los sabios del mundo que to- comemos: mas del fruto de aquel árbol que está
do lo refieren á sí mismos, las cosas y los suce- en medio del paraíso, mandónos Dios que no
sos, la ciencia y la historia. comiésemos, ni le tocásemos siquiera, para que no
Nada tiene, pues, de extraño que los nuevos muramos." La serpiente replicó: "¡Oh! cierta-
apóstoles déla futura, novísima religión univer- mente que no moriréis. Sabe, empero, Dios que
sal, los magos de hoy, los iluminados del siglo en cualquier tiempo que comiereis de él, se
de las luces, los espiritistas modernos, vean abriran vuestros ojos; y sereis como Dioses, co-
una novedad en hechos de antigüedad remota, y nocedores del bien y del mal (1),"
una ciencia en lo que tiene tanto de ciencia co- H e aquí una serpiente que habla y q u e se
mo de novedad. Nada hay tan antiguo como muestra mas inteligente que una de * las dos
los hechos espiritísticos. Si alguno lo duda primeras criaturas que acaban de recibir de
venga y eche con nosotros una ojeada sobre Dios el soplo de vida, y con el soplo de v¿
la historia (2).

como van á buscar los fundamentos de su doctrina en los


[1] Non est priorum memoria: sed nec corum, qui-
relatos de l a . mitología y en los arsenales de la supersti-
dem, qose postea fatura suut, erit recordatio apud eos
ción pagana.
qni futuri sunt in novissimo. Id., id. 11
(V Qui dixit ad mulierem: cur prjecepit vobis Deus
(2) E n esto se 'contradicen los discípulos de Alla a non
comederitis de omni ligno paradisi? Cui respon-
Kardec, pues tan pronto afirman que los fenómenos son
s i mulier: De fruoto lignorum, q u a sunt in p a r a d l o ve.
una novedad y una conquista preciosa de la época actual
da, la inteligencia y la racionalidad; mas i n - Comentando este pasaje el gran obispo de
teligente, sin duda, puesto que logrd engañar- Hipona enseña: "que la serpiente no compren-
la y persuadirla de que el fruto del árbol era día el sentido de las palabras que dirigía á la
b u e n o para comer. (1) Hé aquí un hecho es- mujer, porque no se debe creer que su alma
piritístico, el primer hecho espiritístico que fué hecha capaz de razón; y por otra parte, los
tuvo lugar precisamente cuando fué el mundo hombres mismos, cuya naturaleza es racional,
y comenzaba el tiempo. ¿Quereis una antigüe- no saben lo que dicen, cuando el demonio se
dad mas remota? (2) Yale tanto que hable una sirve de ellos para hablar/'' (1) Hemos juzgado
serpiente privada de entendimiento, y i la que que no era para pasarse en silencio una obser-
no es natural el uso de la palabra, como que vación que se conforma tanto con !o que pasa
hable una mesa giratoria. La misma imposibi- en la actualidad, á pesar de haber trascurrido
lidad natural hay en ambas. catorce siglos desde la época en que fué con-
signada.

Los espiritistas de hoy, si creen en las mesas


cimur: De fructu vero ligni, quod est in medio paradiei, parlantes, no creen en las mesas inteligen-
prcecepit nobis Deus ne comederemus, et ne tangeremus
tes; y por esto, han ido á turbar la quietud
illud ne forte moriamur. Dixit auten serpens ad mulle»
rem: Nequaquam morta moriemini. Scit enim Deus quod
de las almas de los muertos, so pena de no
in.quocunque die comederitis ex eo aperientur oouli vestri: poderse dar cuenta de aquellos fenómenos
et' eritis sicut dii, scientes bonum et malum. Gen, III., 1 2 Los médiums modernos, ya en el sonambu-
3. 4. 5. f:l ta V M .. .. ' ; r; • _;
(I) Vidit igitur mulier quod bonum esset lignum ad
vescend\im. Id., id. 6.
(2j Nótese que siendo Adán y Eva los primeros hom- f i ] Non itaqua serpens. verborum sonos inteligeba^
bres, no puede atribursc ese fenómeno inteligente á la po* lui ex ilio fiebaut ad mulierem; nec emin conversa ere •
tencia inteligente de las almas de los difuntos Ninguno ienda est anima ejus natnram rationalem; quandoquidem
habia muerto todavía. ¿Qué dirán los espiritistas en pre- nec ipsi homines, quorum rationalis natura est cum demo
sencia de este solo hecho que da en tierra con su teoría? niis loquitur, sciunt quid loquatur. San Agus. Super
Ooortunamente daremos á este argumento toda la ampli- Sen. ad lib. 1. cap. XXYIII,
tud de que es suceptible.
• - 9 9 -
-98-
temas filosófico-morales, como se tornan en i n -
lismo mas <5 menos lúcido, ya en éxtasis, n o térpretes del Evangelio
tienen tampoco conciencia de las cosas e x - Ellos vaticinaban, en efecto, y los portentos
traordinarias que descubren y predicen, en el anunciados tenian lugar no pocas vece3. Por es-
instante en que son víctimas dsl sagrado fu- to el Legislador del escogido pueblo se fijaba en
ror, ni conservan recuerdo de ellas cuando lia ellos sèriamente. "Si en medio de tu pueblo,
pasado la perniciosa influencia. Esto es lo dice, se presentare un profeta ó quien diga ha-
que cotidianamente aseguran todos los que ber tenido vision en sueños, y pronosticase a l -
están iniciados en sus misterios: Esos hom- guna señal ó prodigio, y sucediendo lo que predi'
bres, pues, á quienes se referia San Agus- jo, te dijere: Tamos y sigamos á los dioses age-
tín, y de cuyas lenguas se servían los de- nos que no conoces y sirvámosles; no escucha-
monios. no se [distinguen, sino por el nombre rás las palabras de aquel profeta.'' (1) Esta
y la época en que existieron, de los que prescripción supone que el peligro era inminen-
se dan á conocer hoy como órganos pasi- te y seductora la tentación. Los falsos profe-
vos de comunicación entre las almas de los tas no eran, pues, meros charlatanes sin mas
muertos y las de los que viven poder que el tan vano de su propia palabra, ni
Sin salir del pueblo hebreo ni de las pá- jugadores de manos, cuyas supercherías hubie-
ginas sagradas, podemos encontrar un sinnúme- ran podido ponerse prontamente á toda luz. Si
ro de casos de espiritismo propiamente tal- se les llamaba profetas falsos, no era á causa de
En ellos abunda el Exodo. Los magos de la
corte de Faraón valen bien un Home, un Gre-
goire, un Barón de Guldenstubbé.
(1) Si surrexerit in medio tni propketes, aufc qui
Los falsos profetas que vaticinaban en Israel
somnium vidisset te dieat, et prfedixerít signum atque
y anunciaban muchas veces prodigios que se portentum, et evenerit qaod locuutus est, et dixerit tibi:
cumplirían, en confirmación de sus engañosas Eamus et seqaamur déos alíenos quos ignoras et servia-
predicciones, valen tanto cuanto esos nuevos se- mus eis, non audies yerba prophetae illius. Daut. X I I Í
ñores del porvenir, que tan fácilmente forjan sis- I..2..3.
10
la falsedad de los prodigios, que como el texto consultado con un pedazo de leño, y las varas
indica, se cumplían, sino á causa de la falsedad suyas ó de los agoreros le Kan dado las respues-
dé sus doctrinas. En verdad eran inspirados, tas acerca de lo futuro: porque el espíritu de
aunque por un espíritu mentiroso. " E t ero fornicación ó idolatría los ha fascinado, v han
spiritus mendax in omni ore proplietarum vuelto la espalda á su Dios. (1) Estas palabras,
ejus." (1) en presencia de lo que pasa, son verdadéramen
Yéamos también en las mismas páginas los te terribles y llenan de desconsuelo á los hom-
objetos inanimados moverse y ser llamados por bres pensadores de buena voluntad. Bien me-
rece el siglo XXX, corrompido hasta en la mé
los hombres de aquel tiempo en auxilio sayo.
dula de los huesos é idólatra de sí mismo, ser
Un madero se levanta, una piedra habla, y un
iniciado en la resucitada, ciencia de la supersti-
cayado da respuestas tocantes al porvenir, co-
ción, y ser testigo y víctima á la vez de las f a -
mo las daban los oráculos. " A y de aquel que
laces aberraciones á que induce con sus m a r a -
dice á un madero: Despiértatej y á una muda
villas.
piedra: Levántate y socórreme, exclamaba Haba-
cuc, uno de los profetas del Señor. (2) Esto ¿Qué son las mesas giratorias sino pedazos de
significa que semejantes prácticas eran comunes leño que se consulta? ¿Qué la vara mesmérica,
en los pueblos gentiles y aun en el judío, cuya por ejemplo, sino el cayado de ios agoreros que
afición se procuraba contrarestar. responde como oráculo?

Oseas es mas explícito todavía. Despues de Los portentos del sonambulismo tampoco fue-
echar en cara á los israelitas su inmoralidad y ron extraños al conocimiento del pueblo primi-
corrupción, añade: "Por eso el pueblo mió ha tivo. Isaías increpa á todos aquellos que se me-
ten en los sepidcros y van á dormir en los tem-

[1] IV. Reg. 1—2.


[11 Populus meas in ligno sno interrogabit, et bacu-
[2] Vse qui dicifc ligno: Espergiscert; surge,[lapidi la- lus ejus ammtiavit ei: spíritus emin fornicationis d=cepi
ceró. Cap. 2.19, eos, et forticati sunt á De o sno. 0. c sea IV. 12.
Virgilio la describe perfectamente en este verso
píos (1) de los ídolos, á donde, como despues
del libro 7. ° de la Eneida.
se verá, acudían ios paganos para saber por me-
dio del sueño cosas ocultas, y sobre todo, el re-
"Spargerequisomnos cantuque manuque solebat"
medio de sus enfermedades.
En ese mismo pueblo se encuentran también Enteramente conforme con Sillo Itálico' (1)
huellas del poder atribuido ahora al magnetis- que dice:
mo. "Yo enviaré contra vosotros, dice J e r e -
mías, serpientes y basiliscos, contra los cuales "Tractuque graves sopire cheiydros."
no sirve ningún encantamiento; y os morde-
rán." (2) El Salmista compara el furor de los Como si dijeran: el modo de dormir las serpien-
impíos á una serpiente, á-un áspid que se hace sor- tes es cantándoles é imponiéndoles las manos. ¿No
do, que se tapa las orejas, y no quiere escuchar la es esta la manera con que hoy se magnetiza? La
voz de los encantadores, ni la del hechicero por mas influencia magnética no se distingue del encanta-
diestro que sea en los encantamientos. (3) Mas miento, sino por el nombre; pero el nombre es
para que se vea en las serpientes encantadas las de convención;
influencias magnéticas, es fuerza que se conozca
Sondeemos un poco mas los abismos de la an-
la manera con que los Puysegur de aquella
tigüedad hebrea; y veremos no sin asombro de
época, conseguían encantarlas' ó magnetizarlas>
muchos, que en ella fué conocido el espiritismo con
todo su aparato. La evocacion de las.almas de los
difuntos, ese gran recurso de los recursos espiri-
(1) LXV. . tas, era en aquellos primitivos tiempos p r a c -
(2) Ego • mittam vobis serpea'es reguíos, quibus non ticada. Las páginas sagradas están llenas de
est ineantatio; et mordebunt vos. Jeremías V I I I lí.
(3) F u r o r illius secundum simílitudinem serpentis: sieut
aspidis surdfe et obturantes aures suas quíe non exauditvo
cem incantamentium et veneficit incantantis sapienter.
(1) Silms Itálicas, L . 1 Panicorum.
Selm. L V I I 5 6.
—104— —105—
ejemplos que pudieras citarse. Nos limitare- consulta como oráculos, están representados los.
mos al siguiente pasaje del Deuíeronomio: "Cuan modernos médiums, que de la misma manera son
do hubiereis entrado en la tierra que tu Señor consultados por los que no se guardan de imitar
Dios te dará, guárdate de querer imitar á aque- las abominaciones de acuellas gentes; en la impor-
llas gentes." "No se vea en tu país quien puri- tancia práctica que se daba al sueño natural do
fique á su hijo ó hija, pasándolos por el fuego; que habla Moisés y al sueño artificial á que se
ni quien consulte adivinos, y haga caso de sueños refiere Isaías en el pasaje aludido anteriormen-
ó agüeros; no haya hechiceros, ni encantadores, te, (i) el que tenga ojos y vea no podrá menos
ni quien pida consejo á los que tienen espíritu que reconocer algo dél poder atribuido al sonam-
pitónico, y á ios astrólogos, ni quien intente ave. bulismo. Y cuando, despuesde todo esto, se con-
riguar por medio de los difuntos la verdad (1) dena la investigación de la verdad p o r medio
Ea las primeras páginas del primer libro del de los difuntos, cualquiera se convence de que
primero de los pueblos, encontramos, pues, los todo no forma mas que un mismo sistema, el de la
elementos de esa nueva ciencia, de cuyos progre- magia antigua, que, si prescindimos del nombre j
sos se espera una tercera revelación. En los he- viene á confundirse con el espiritismo del si-
chiceros, en los encantadores, en lo£ adivinos, en glo X I X .
los que tienen espíritu pitónico, á quienes se Solamente una cosa nos falta que encontrar
en los anales del pueblo judío, esas voces y rui-
dos que se oyen en el aire, ignorándose de dónde
vienen, y que conforme á la teoría espirita, son
(Ti Quanao ingresaus faeris terram, qnam Dominas el anuncio de la presencia de los espíritus. E s -
Deus tuus dabit tibi, cabe ne imitare velis abominationes te fenómeno tampoco fué desconocido; y á falta
illarum gentium.—Neo inveniatur in te qui.lustret filiumi
saum, ant fíliam, ducens per igaem: aut qui arioles susci-
tetur, et observet somnia atque angaria, nec sit maléficas
nec incantator, nec qui pythones consulet, nec divinos,
a&t qaaerat á mortuis veritatem. Deut. X V I I I . 9—10—

(i) Is. LV. í ,


de los anales sagrados, demostrémoslo con los y desesperada del principio del mal contra el
anales profanos de la nación ayer escogida, hoy, principio del bien, el antagonismo desproporcio-
por sus ingratitudes, reprobada. Nadie ignora nal y perpetuo entre las tinieblas y la luz, y la
aquel pasaje de Josefo, quien refiere: "que á n - piedra de toque en que la incredulidad mas cie-
tes de la ruina de Jerusalen, se oyó en el tem- ga y sistemática no puede menos de sorprender
plo una voz que decía: "Salgamos de aquí," mi' las diferencias entre el fenómeno, el prodigio y
gremus hiño" pasaje que nuestro Pesado inmor« el milagro; entre lo natural, lo sobrehumano y
^alizó en esta estrofa de la mas tierna de las ele- lo sobrenatural.
gías. Pero no nos limitemos al pueblo hebreo: estu-
diemos esta materia en otros pueblos de la an-
"Los levitas oyeron de noche tigüedad.
Dentro al sancta sanctorum augusto,
De pavor penetrados y susto,
Pasos de hombres huyendo en tropel,
Y una voz que pronuncia: ídigamos
Presto, presto del sitio inseguro,
!Ay del pueblo, del templo y del muro!
¡Ay de tí, desdichada Salen."

Este género de hechos, pues, mágicos ó es-


pirítiscos, déseles el nombre que se quiera, se
produjeron en la cuna del primero y se produ-
cirán en el sepulcro del último de los pueblos:
son el alpha y serán la omega del alfabeto en
que está escrita y se escribirá la historia de la hu
inanidad, porque ellos significan la lucha incesan"
ma manera que ésta los fenómenos espiritas,
Sus legisladores y sus profetas prohibían seve-
ramente la consagración á semejantes prácticas;
CAPITULO IX.
y al prohibirla, no suponían que ellas formasen
el patrimonio, ni ménos que fuesen una costum-
SUMARIO.
bre propia del pueblo que gobernaban y diri-
gían. Por el contrario, vemos que se las tiene
E l espiritismo en ios pueblos limítrofes de la nación he-
como abominaciones de naciones extranjeras. (1)
brea—Babilonia, Nrnive, Egipto.—Los Khartumim.—
Los Darades,—Vara mágica.—El código Ostanes.— Y en efecto, á orillas del Tigris y del Eufrates
Piinio revelando algo de su contenido.—El magnetismo como á las del Nilo; en Babilonia y Nínive co-
y el sonnmbulismo en el templo de Isis,—Curacio- mo en Egipto, parece que los libros sagrados
nes obradas con su virtud.—Tratamiento según Pros-
colocan el centro de este genero de maravillas.
pero Alpino.—Argumento de Celso. — Retablos con-
memorativos é instructivos.— Pases de manos.— E l
Los Kartumim de que habla Daniel [2] eran
espiritismo en Grecia y en Roma.—Tema de filósofos, verdaderos magos ó hechiceros, que por medio
poetas é historiadores.—La mitología no es mera fábu- de ritos, interpretación de les sueños, evocacion
la.—Templo de Apolo.—Oráculo deDélfos.-Respuesta de los muertos, explicación de los prodigios y
de la pitonisa y manera de darla descrita por Lucano.
hechizo de los encantamientos, presumían adi-
—Furor sagrado.-^Las trípodes inmóviles primero y
luego moviéndose solas.—Oráculo de Cúmas.—Descrip- vinar el porvenir, descubrían cosas ocultas, s a -
ción de Virgilio.—Varios fenómenos.—El furor sa. naban las enfermedades, hacían bien á los ami-
grado principio de la inspiración, según Platón; las ex> gos y mal á los enemigos. ¿Y cuál no era el
haUiciones según Cicerón, Aristóteles etc.—Comparación
poder de los que se atrevieron á entrar en
entre los antiguos y los modernos fenómenos.—Re-
flexiones.—Trasposición de los sentido«.—Respuesta
competencia con el inspirado autor del Penta-
de! oráculo de Mopso. teuco en presencia de la corte de Faraón?
Los Darades persas hacían descender el fue-

No seria violento inferir de lo demostrado


anteriormente, que los pueblos limítrofes ó ve- [l] Dent. X V I I I . 9 .
cinos á la nación hebrea, conocieron de la mis- (V D a n . I. 2 0 - 1 1 . V. 1 1 - 2 7 .
—111—
go sobre las víctimas por sacrificar; oraban de dose del sueño artificial. Próspero Alpino (1)
cierto modo, por ellos solos conocido, para evo dice: "que las fricciones medicinales y las fric-
car ciertos espíritus y alejar otros; fueron los ciones misteriosas eran los remedios, que apli-
primeros que usaron de la varilla divinatoria, caban con éxito seguro á las enfermedades
y dieron su nombre (Mog, sacerdoteJ i todos secretas é incurables Despues de innumera-
los que cultivaban ese arte, que habían reduci- bles ceremonias, los enfermos envueltos en
do á preceptos, formando con ellos una especie pieles de carnero, eran conducidos al santuario
de código llamado Ostanes. Refiriéndose á este del templo, donde el Dios se les aparecía en
y á la mágia que en él enseñaban, dice P l i - sueños y les revelaba los remedios que debian
nio (1) "Las especies de esta son varias, pues curarlos. Cuando los enfermos lio recibían las
asienta que se puede adivinar por el agua, por comunicaciones divinas, unos sacerdotes llama-
el cielo, por el aire; por las estrellas, por las dos oneirópolas se dormían por sí mismos, y el
lámparas, por los lavamanos, por las hachas y Dios no les negaba el favor solicitado." Celso,
por otros muchos modos; pudiendo ademas co- tratando de rebajar el mérito de las curaciones
municarse y conversar con las sombras infer- obradas por Jesucristo, contraponíalos portentos
nales ó las almas de los difuntos," producidos por egipcios vulgares, que por un óbo-
Con respecto á los egipcios, consta de la his- lo se entretienen en hacer, cosas maravillosas. ¿No
toria y de los monumentos que sacaron gran los veis, dice, arrojar los demonios del cuerpo de
partido del poder que se atribuye al magnetis- los hombres y curar las enfermedades son solo so-
mo y al sonambulismo, y que uno y otro les fue- plar? (Morbos exsuffiantes.) [2]
ron familiares, por mas que en los monumentos
Era costumbre en esta nación que los enfermos
ni en la historia figuren semejantes nombres. El
templo de Isis se hizo famoso merced á las cura-
ciones efectuadas por sus sacerdotes, que expío-

(1 ) Citado por Loubert. Le Magnetismo et le So-


nambulisme, cap. X X .
2 Orígenes contra Celso. L , 0 1 . 0
dia se representa á Vichnou con una mano le-
que eran sanados colgasen en el templo retablos
vantada, de cuyos dedos se desprenden, hácia
en los que describían el mal que sufrían y el re-
arriba, llamas; la otra con el ademan usado por
medio que le había extirpado; y Strabon y P l i -
ios egipcios. Los sacerdotes le llaman abeasion
nio opinan que la mecidina tuvo su origen en las
que significa, tened fé.
instrucciones de esos retablos. (1)
Seriamos interminables si nos propusiéramos
Entre estos se encuentran algunos que dan tes-
estudiar bajo este respecto las tradiciones de
timonio de la acción curativa de las manos o de
tantos pueblos. Así es que nos limitaremos á
los pases de manos, como se diría hoy. En el
dos de los mas grandes del gentilismo; grande
llamado retablo de Isis se ven tres personas: la
el uno p6r su ilustración y por su sabiduría, y
una acostada en una cama, otra poniéndole la
grande el otro principalmente, por la suma de
mano izquierda sobre el pecho, y manteniendo la
poder, que depositó y ejerció sobre casi todo el
derecha levantada y abierta, mientras que la ter-
muado entónces conocido. Nos referimos al
cera, que está frente á la segunda y que le mira
pueblo griego y al romano, que hicieron á los
fijamente, tiene su diestra sobre la cabeza. En
otros' pueblos á su imagen y semejanza.
el mismo templo de la Diosa hay multitud de
geroglíficos, que traducidos no son mas que la En el misterio de los templos y en el secreto
ciencia del magnetismo. Se ve un hombre colo- del hogar, en los oráculos y en las pitonisas, y en
cado en su lecho, delante del cual otro lleva y los agoreros y en los adivinos que formaban la
trae á distancia su mano, de los piés á la cabe- máquina religioso-político-social de esas naciones,
za. (2) No magnetizaba de otra manera Puy encontramos también, como cosa vulgar, todos
segur. Hay huellas en la antigüedad pagana esos portentos. Historiadores, filósofos, poetas,
liasta del famoso Croyez et Veuillez de aquel po- hablan de ellos. Los primeros los refieren se-
deroso magnetizador ó médium espirita. En la In- riamente, los segundos pretenden explicarlos y
averiguar la causa, y los últimos se sirven de lo
que presentan de maravilloso, en la epopeya, de
lo que tienen de patético en el drama, y de lo
1. Strabon. Lib. XIV. Plicio L ° I o XXIV. 1.
ou poco de extravagante y ridículo á que se en-
2. Loubert. id. id.
cuentran mezclados, en la comedia. Heródoto co- de Roma. (1) Pasaba esto á los treinta y nue-
m o T á c i t o ; Platón y Aristóteles, como Cicerón ve años de nuestra era, cuando los oráculos ha.
y Plutarco; Homero y Sófocles, como Virgilio y bian enmudecido ante la poderosa voz de los
Séneca, y Menaudro como Plauto. apóstoles de la Buena Nueva. Oid cómo ex-
No hay un solo libro de la antigüedad paga- traña el poeta el silencio y se queja de la inmo-
na que se lea, sin tropezar é cada paso con esos vilidad de las trípodes sagradas. "La mayor
fenómenos. Puede decirse que la mitología no desgracia de nuestro siglo, dice, es haber perdi-
es una fábula, sino la historia verídica de las do este presente de los dioses: el oráculo de
cosas extraordinarias que entónces realmente Délfos está mudo desde que los reyes temen el
pasaron, y qué se resisten ahora á la creencia porvenir y no dejan hablar á los dioses. Las
ilustrada y tan altamente cristiana de los mo- sacerdotisas de Cyrrha no se quejan de que les
dernos pueblos. (1) falta la voz, se gozan en esa quietud del t e m -
plo: porque tan luego como el dios baja al co-
Penetremos por un momento en el templo
razon de un mortal, una muerte prematura es la
de Apolo y veamos de qué manera la pitonisa
pena ó la recompensa de la inspiración divina:
deifica daba sus oráculos.
el delirio, el. exceso del entusiasmo, quebrantan
Lucano, después de hacer notar el nuevo giro la máquina humana: el alma frágil se rompe al
tomado por la teurgia pagana, refiere lo que poderoso impulso de los dioses. Desde hace
acaeció á Apio que se empeñó en arrancar una tiempo que las trípodes permanecen inmóviles
respuesta del dios con respecto á los destinos • y en silencio la caverna." En tan desfavorables
circunstancias, Apio viene á consultar: fuerza al
pontífice á que abra el templo, y aquel obliga i
la sacerdotisa que resiste y la arrastra hácia el
L Podía esevibirse una obra, que seria cueva en el
mundo, eu la cual se demostrase la verdad real d e lo que
se llama mitología. Pero-para que esta obra fuese lo que
deberla ser, se necesitaría la cabeza de un San Agustín
de un Bossoet, de u n Vico ó de un César Cantú.
1 Farsalia. Canto 5.
—116— — 117 —
vestíbulo.. Femonoe tiembla al pisar el temido puma, signo de una rábia insensata: llora, un
pavimento: triste alarido se extiende por las cavernas..
"Limine terrífico metuens consistere Phebas." y profetiza á medias, porque Apolo le cierra la
Y procura disuadir á Apio del intento de boca Entonces el seno de la virgen vie-
querer penetrar el porvenir. "El Parnaso está ne á chocar contra las puertas que se abren, s¿
arroja fuera del templo, pero su rábia continúa.
mudo, le dice, y sus cavernas en silencio."
No ha dicho todo, y el dios á quien no ha podi-
" Mutto Parnasus hiatu
do arrojar la posee todavía. El es quien la obli-
Conticuit." ga á girar los torcidos y errantes ojos por la bd-
Piensa engañarle, pronunciando palabras que veda del cielo." Al fin la pitonisa cae y mue-
inventa y que atribuye falsamente al dios; pero re ahogada por la apolínea inspiración.
Apio ñola cree, porque mira que: "su pecbo está Oigamos ahora á Virgilio cdmo describe el
tranquilo: su voz no tiene el confuso sonido que oráculo de Cúmas y á la virgen sacerdotisa en
anuncia una alma agitada por el santo delirio. el momento de sentirse inspirada por el dios:
Sus palabras no son las entrecortadas que se es-
capan de una boca convulsa, ni que son capaces
de llenar los oscuros subterráneos: sus cabellos "Un grande lado del Euboico risco
no se erizan para sacudir la corona: la bdveda Está tajado y reducido á cueva,
del templo no tiembla, y el bosque está quieto. A la cual se entra por cien anchas calles;
Apio no ve que se muevan las trípodes y se in-
A cada calle cierra su alta pnerta,
digna." A l cabo la sacerdotisa es poseida por
Por do salen cien voces con ruido,
el dios, y furiosa y demente lleva su cabeza en
todas direcciones: caen de su frente las cintas Respuesta de la gran fébea sibila.
sagradas y las guirnaldas de Febo. Presa de Ya estaba al umbral del sacro templo
vértigo, sé vuelve hácia el templo vacío: sus pa- Cuando la virgen dijo: ya, ya es hora
sos son inciertos; se derriban los trípodes; arde
De consultar el apolíneo aliento
fuego en sus venas, y pronto su boca arroja es-
-118-
jVed al dios, ved al dios!" Diciendo aquesto, Y echaron por los aires la respuesta

Ante las puertas de la sacra cueva De la sacerdotisa de este modo." (1)

Muda el rostro y color súbitamente:


Nuestros lectores nos excusarán que les dis-
Revuelve y descompone los cabellos. traigamos con citas tan largas, aunque no sea
Hínchele el pecho, el corazón y entrañas mas sino porque les ofrecemos la oportuni-
La rabia celestial que el dios le infun e dad de qne comparen la demencia, furor y en-
tusiasmo sagrados de las antiguas silibas. con el
Y comienza á alentar con mas violencia."
entusiasmo, furor, y demencia de los modernos
Y mas adelante: médiums, bajo la influencia misteriosa del sonam-
bulismo magnético, lúcido y extático.
"Pero la profetiza del gran Febo, ^ L a s silibas, pues no profetizaban á sangre frian
Aun no pudieado resistir al bravo sino que precisamente necesitaban de que se les,
comunicase el furor divino. Platón enseña fin
Y fiero aliento que incitando la iba,
Phedro) que e\ furor es la causa y principio de
Con semblante feroz, en la ancha cueva
la adivinación y demuestra que por su medio las
Furiosa corre, salta y vuelve en torno, saeerdotizas de Delfos, Dódona y demás, que ha
Muriendo por echar, si echar pudiese, tenido el don de predecir, daban sus oráculos.
De aquel insano pecho, al grande Febo. Lo mismo piensan Cicerón y Aristóteles. (2) Plu-
Mas cuanto mas trabaja y se fatiga, tarco, Porfirio, Jámblico y otros muchos, t r a -
tando de explicar la manera con que ese furor se
Tanto él mas la fatiga y la trabaja.
les comunicaba, aseguran que era á virtud de
Oprime y doma su rabiosa boca: ciertas exhalaciones desprendidas de la tierra.
Y á su talante enfrena, rige y guia
El fiero corazon, furioso y bravo.
1. Virg., Eneida, L" 6?.
Ya las cien grandes puertas del gran templo
2. De Divin. Lib. 2, Arist. Problem. Sect. XXX. 9 -
Ellas por sí, sin las abrir se abrieron, 1. etc lib. de Muudo.
Ahora bien ; la semejanza, ó mas bien, perfec- Oigamos á Plauto, poeta cómico, que nada es-
ta identidad entre las sibilas y los mediuns, es cribía que no estuviera en las costumbres, y,
palmaria. Aquellas acosadas por el furor divi- por decirle así, en la constitución de la sociedad
no, y estos enagenados y fuera de sí mismos por para la cual escribía. En su comedia intitula-
el éxtasis, no se distinguen. Unas y otras se el "Anfitrión," que imitó Molière, con tanta per-
demudan y toman actitudes extravagantes: unas fección, pone en boca de Mercurio y Sosia el si.
y otros se sienten encadenados por una fuerza guíente diálogo:
superior que no les es posible resistir. Pode- "M. Quid si illum tractim tangam ut dormiat
mos, pues, asegurar que las sibilas antiguas eran "S. Servaveris, nam cotinuas has tres noctes per-
los médiums de hoy, y que el furor divino la de
vigilan,n
mencia y entusiasmo sagrado, no son otra cosa que
el éxtasis y todos esos efectos producidos por Lo cual, traducido en verso castellano, dice:
el sonambulismo magnético- M. ¿Y qué si con mis manos le. tocase
Una vez y otra vez y le durmiera?
Y para que la identidad sea mas cabal, ¿quién
no re en esas exhalaciones desprendidas de la S. Me darías la vida, pue« tres noches
tierra y que servian de medio para comunicar Ha que el sueno mis párpados no cierra.
el furor profético algo parecido á las corrientes ^ e d aquí producido el sueño con los toca-
magnéticas con que se explican ahora la clara vi- mientos repetidos, imposiciones ó pases de ma-
sión, la segunda vista, la sugestión, la p e n e t r a - ' nos; no de otro modo que como se produce en
cion en el porvenir, de que da pruebas irrecu- los círculos espiritas.
sables el sonambulismo? Todavía podía conduciros »1 interior de los
Pero si no contentan cosas semejantes en apa- templos consagrados á Trofonio, á Esculapio y í
riencia aunqne iguales en realidad, nos es posible Mopso, en donde veríais el sonambulismo en to-
hallar en la historia la apariencia y la realidad do su esplendor, y siempre acompañado de ese
juntamente, tanto en la manera de producir es- indispensable cortejo de rarezas y de cosas i n -
ta clase de fenómenos, cuanto en la índole de los explicables; pero seriamos mas largos de lo que
mismos fenómenos. nos hemos propuesto serlo en estos estudios.
Solo vamos á referir un caso de trasposición
de los sentidos, tan común en los sonámbulos, con-
tado por Plutarco (1) Helo aquí. Un gober-
C A P I T U L O X.
nador de Cicilia, epicúreo, y materialista por
convicción, quiso sorprender y tender un lazo á
lo que él llamaba mala fé de los sacerdotes del (Continuación del asunto anterior.)
oráculo de Mopso. Escogitó un medio inusitado
basta entonces, escribiendo su pregunta en una
carta que cerró convenientemente y entregó á SUMARIO
uno de sus esclavos. Este fué al oráculo, entró
en sueño y pronto recibió por respuesta esta pa-
Voces, raides, golpes, temblores ¿ta., fenómenos muy co-
labra: Negro. La pregunta escrita habia sido es-
munes en la antigüedad pagana.—Pasaje de Lucrecio.
ta: ¿Te inmolaré un toro Naneo ó negro? —Rarezas que acompañaron la muerte de Edipo.—Un
También de este modo suelen hacer hoy los trozo clásico de Soíócles.—Prodigio acaecido en el mr-r
espiritas preguntas á sus génios protectores. Jonio en presencia de toda una tripulación —Thámas y
el Gran Pan.—Averiguación mandada pr acticar por Ti
berio.—Comentario de M. L . Figuier.—Resplandores
luces y fuegos.—Los Penates de Eneas.— Lá f o r r a de
Julo.—Objetos inanimados moviéndose y hablando.—
E3tátaa de Dédalo.—Trípodes fabricadas por Vulcano.
—,Cabras y mesas que adivinan.-.Tertu liano.—¿tiesi.
1. I n lib de Defectn orae. lia de los nigromantes Hilario y Patricio pronostican-
do.—Estátua de Memnon.—Encinas de Dóclona — El
Neso y Pitgáoras.—Reflexiones.

Ya se habrá podido notar, por lo expuesto en


el capítulo antecedente, que las inspiraciones pro
féticas de las sibilas, (hoy comunicaciones de
los médiums) no tenían lugar sino despnes de blar de las palabras del historiador Josefo, agre-
haberse producido ciertos fenómenos físicos ga, que la tradición universal de los escritores
como golpes, ruidos, temblores, movimientos da por sentado que estas rarezas se repetían
bruscos y trastornos de los objetos materiales millares de veces entre los paganos: Quod mi-
en torno de la sacerdotisa, y sin haberse an- lies factum esse tradidere scriptores. "He visto
tes representado escenas semejantes á aque lugares, cuenta Lucrecio, (1) en que se reprodu-
lias á que hoy se da el nombre de manifestacio- cen voces seis ó mas ocasiones Y los
nes. Por eso, en el pasage de Lucano á que habitantes de estas comarcas suponen la presen-
nos referimos ya, cuando Femonoe quería hacer cia de las ninfas y los sátiros de piés ligeros.
creer i Apio que profetizaba, DO consiguió per- Los faunos, dicen ellos, en sus juegos nocturnos
suadirle, porque veía este que la bóveda del tem- turban el silencio de la soledad con alegres
plo no temblaba, el bosque permanecía tranquilo é cantos: á las dulces vibraciones de la cuerda
inmóviles las trípodes, mirando en estos fenóme- se unen sus tiernos acentos, acompañados en
nos materiales que nunca faltaban, el signo intervalos por la flauta que tocan con agilidad
inequívoco de la inspiración. Por esto, también prodigiosa. Pan anuncia que va á aproximar-
en el pasaje de Virgilio, al oráculo de la virgen se á los huéspedes de estos lugares; ellos lo
de Cumas preceden cien estruendosas voces, y án- presienten, cuando sobre su anfibia cabeza agita
tes de ser proferido, sin que haya mano que las su corona de pino, y roza con su encorbado l a -
abra, se abren por sí mismas las puertas del san- bio las numerosas cañas desiguales de su zam-
tuario. poña que hinche, al soplar, con innumerables so-
nidos pastoriles." Esas voces, sonidos y armo-
Estas manifestaciones espiritas por medio de
nías musicales no pueden ser ilusiones de la
voces y de ruidos, eran un hecho común y or-
fantasía ni, como parece creerlo el cantor de la
dinario en la antigüedad. Bulenger (1) al ha-

1 De Prodig. veter. c. 48. 1 De Rerum natura. 1. L 0


eternidad de la materia, loa ecos que reper go se despoja de los harapos que viste, y lla-
cuten en las montanas. mando d sus hijas, las manda traerle agua para
Tampoco lo son los temblores de tierra, los el baño y las libaciones. Ellas subieron á la co-
relámpagos, rayos y voces que acompañaron lina de la fecunda Céres, y ejecutaron prontas
la muerte de Edipo que libertó á Tébas de la las paternales órdenes; le purificaron y le re-
monstruosa esfinge. Es verdaderamente espirítis- vistieron una ropa nuuca usada, conforme á ios
tieo el aparato con que el poeta que más alto ritos sagrados. Cuando sus deseos quedaron
ciñó el trágico coturno, describe la muerte de cumplidos y todo hubo acabado, el dios de los
su héroe. Oid con este motivo un trozo de infiernos hizo resonar un fragoroso trueno; á es-
literatura clásica, á la vez que una demostra- te ruido las hijas se extremecieron, y cayendo
ción importante en este punto: "Sí, (dice el men- en las rodillas de su padre, derramaron lágri-
sajero á la multitud de Tebanos representados mas y sollozaron sin término. Más él, al oir es
en el antiguo coro de la tragedia griega) lo acón te ruido fatal, las abraza y las dice: Hijas mias,
tecido es verdaderamente maravilloso. Yosotros desde este dia ya no teneis padre; toa o ha acabado
habéis visto cómo ha salido de aquí; sin guía, él para mí; en lo porvenir estáis lib res de dispensar-
mismo nos guiaba. (1) Llegado que hubo al bor- me vuestros cuidados, que, bie n sé, han debido sím-
de de esta caverna, (la entrada del Tártaro) que penosos; pero una sola palabra sea vuestra recom-
descansa sobre cimientos de bronce, se detiene pensa: ninguno os amaba más que yo: cuando ya
en uno de los numerosos senderos que dividen el no exista para vosotras, el resto de vuestra vida
camino, cerca de un antro profundo que guarda será tranquilo. A. estas palabras, todos, abrazán-
la memoria de la eterna fidelidad de Theseo y dose, arrojaban tristes lamentos, y gemidos. Sin
de Piritoü: allí se sienta entre la roca thórica, embargo, todo cesó, y á trasportes tan tiernos
un peral silvestre y un sepulcro de piedras; lúe- sucedió un mustio silencio: repentinamente una
voz, cuyo sonido nos dejó helados de espanto, la
voz de un Dios, se hizo escuchar; la voz llamaba
1 Edipo estaba ciego. Veia, pues, á pesar de hallarse
á Edipo y gritaba: Edipo, ¿Qué esperas? ven; tú
privado de! sentido de la vista. Así ven también los so
námbulos. tardas demasiado. Y él, sintiendo que es llama-
—129—
—128—
servir de guía, sin haber previamente recobrado
do por un dios, ruega á Theseo que se le acerque
la vista: oid el trueno con que es saludado á su
y le dice "Luego dirigiéndose á sus bijas
llegada á la boca del Tártaro y la voz del dios
las empeña á que se retiren de aquellos lugares.
que le llama, porque tarda demasiado; imaginad
"No os es permitido, les advierte, ver ni oir lo
cuál seria de terrible el espectáculo, que no p u -
demás, de que solo Theseo puede ser testigo/'
do contemplar la mirada serena de Theseo tan
"Theseo queda solo, contiuúa el mensajero, cu-
acostubrada á ese género de terrores, y conve-
briéndose los ojos con las manos, como en pre-
nid en que en nada se distingue esta escena de
sencia de un espectáculo terrible, cuya vista no le
las mil que se registran en los anales del espiri-
fué dable soportar. Luego le vimos arrodillarse
tismo moderno. No se puede creer que fueron
y adorar ai mismo tiempo á la tierra y al divi-
fantasías é imaginaciones del poeta, ni alucina
no Olimpo. El género de muerte que á Edipo
ciones del conmovido mensajero, que exclama
nos ha arrebatado es desconocido á los mortales;
con el franco acento solamente propio de la
ni fué herido por el rayo de los dioses, ni aho-
verdad: Ha perdido el juicio y está privado de
gado por una violenta tempestad; sin duda al -
sentido común quién juzga mentiroso é increíble mi
gun dios se le llevó á los infierno?, ó la tierra se
relato.
abrid dulcemente para recibirle en sus abismos
Plutarco, refiriéndose á Cleombroto, quien
sombríos. El espiró sin esfuerzo, sin dolor y de
lo sabia de Epitharsio, nos cuenta en su obra
nna manera prodigiosa." (1)
del Silencio de los Oráculos, lo acaecido cerca de
Una reflexión solamente acerca de este pasa- las islas del mar Jonio á toda una tripulación.
je. El hombre que para caminar necesitaba á n - Es el caso, que cuando todos bebían y se diver-
tes del débil apoyo de sus hijas Antígona é Is • tían, como buenos marinos, se oyó repentina-
menia, porque estaba ciego, vedle repentina- mente una voz en los aires, que venia de una
mente en el bosque consagrado á la* Euménides isla vecina y que llamaba por su nombre al pi-
loto Thámas: e Paxis repente vocem auditam esse
cujusdan Thamum inclamantis. No habiéndose
respondido, la voz, en tono mas levantado le
1 Edipo en Colona. Sófocles.
—130— —131—
previno que cuanio el navio llegase á un punto milagros iban á obrarse en el nombre de un
denomínalo Pandes, anunciase que el Gran nuevo Dios."
Pa?i habia muerto. Se discutid si se obedecería, Igual cosa que con las voces y los ruidos, s u -
y se convino que si el viento no era bastante cedía en la antigüedad con las luces brillantes
fuerte para pasar mas allá del lugar indicado, que resplandecen ahora súbitamente en los l u -
se ejecutaría la órden misteriosa. Habiéndose gares en que algunos médiums ponen en juego
cumplido aquella condicion, pues los vientos su potencia, y de que se ven circundados ellos
nunca gozaron de mayor calma, Tliámas con mismos ó los objetos que tocan: Eneas miraba
todo su esfuerzo exclamó: el Gran Pan ha muer' que los dioses penates, que habia salvado ¡del
to. A pénas pronunciadas estas palabras, se incendio troyano, se ceñían con una aureola de
oyeron resonar por todas partes gemidos y la. claros resplandores, agregando:
mentos: cura vixdum finiseí sequntum esse ingen-
tem non unius sed miütorum gemitum. El empe- "No pudo aquesto ser soñado,
rador Tib.rio, que lo supo, mandó practicar Pues junto á mí sus claros ojos vía,
una averiguación y consultó á los sabios acerca Y sus cabellos con el velo usado,
de quién fuese el que acababa de morir; y se re- Sus augustas personas conocía;
solvió que el Oran Pan era un hijo de Penélo-
Y del temor que entonces me turbaba
pe y de Mercurio. M. L. Figuier, á pesar de las
Todo mi cuerpo frió sudor manaba (1).
preocupaciones filosóficas que le dominaban sobre
la realidad de ese género de hechos maravillo- Una llama de fuego apareció de repente en
sos, cuando escribía la L'Mstoire du MerveiUeux la gorra del pequeño Julo, que se extendió por
se expresa así, al ocuparse en el referido: "Esta la cabeza, sienes y cabello, sin hacer daño algu-
solemne y mística proclamación de la muerte no al niño. (2) Anquises entendido en presa-
del Gran Pan, era acaso mas seria de lo quo
podía indicarlo la galantería de Tiberio. Era
en efecto, la época de la caida próxima de las
ideas paganas; era el tiempo en que nuevos 1 Virgilio, Eneida. L. 3 , 0
2 Id., id. L. 2.®
—132—
gios, ve en esto nn augurio feliz, y así lo ma- se mueven y se escapan.''' (1) Pausanias (2) y-
nifiesta a la consternada familia, á tiempo que Plutarco (3) dan testimonio de hechos semejan-
tes acaecidos en Esparta y Tiro. Homero, refi-
"Corrió una estrella, con su luz fogosa riéndose á-las trípodes construidas por Yulcano )
Dejó la oscura noche esclarecida, se expresa así:
Pasó junto á las torres presurosa
"Trípodes veinte á un tiempo fabricaba,
. Y fué á esconderse tras el monte Ida:
Que á la pared á veces arrimados
Por largo trecho abrió una vía lumbrosa:
Del magnífico alcázar por sí mismos
Dió olor de azufre al aire en su corrida;
En él régio salón entrar pudiesen
Mi padre ya rendido se levanta,
En que se juntan los eternos dioses
Y al cielo adora y á la estrella santa,"
7volver otra vez adonde estaban, (4)

La inofensiva llama en torno de la cabéza de Tertuliano habla de la costumbre antigua de


Julo nos recuerda al pequeño vidente, hijo de consultar ¿quién se lo imaginara? las mismas
Home y de Saccha, (1) coronado de luces en el mesas giratorias que tanto ruido han metido en
instante de su nacimiento; y la estrella, las qu e los últimos años en los Estados-Unidos, en Eu-
al entrar en éxtasis ceñían algunas veces la fren, ropa y hasta en nuestra misma República! Es
te de Daniel Dunglas. curioso este pasaje del inmortal apologista, pa -
Yéamos también como entonces de la misma ra dispensarnos de darle á conocer á los que le
suerte que ahora, se movían y hablaban los ob-
jetos inanimados. " L a s estatuas de Dédalo, dice
Platón, esta'n encadenadas: cuando no lo están, 1 In Meninone, apud Philip, Camerar. Medi t. His*
Parte 2, c. 9.
2 Id,, id, id.
3 I n Alexand.
1 Tal era el nombre ele Madama Home. 4 Hom. dila. I L . X V I 1 L
Ji'jr - ^

—134— -135
ignoran ó no hayan fijado su atención en lo que mejanza de la trípode deifica (1) y con varillas
significa: "Si es dado, dice, á los magos hacer de laurel, esta infausta mesilla que veis aquí; y
aparecer fantasmas, evocar las almas de los con imprecaciones de versos secretos, y mucha s
muertos, obligar á los niños á dar oráculos; si ceremonias la hemos consagrado ritualmente y
engañan con milagros aparentes ó prodigios que la hemos puesto en movimiento; y la manera de
parecen debidos á los círculos ó cadenas que for- moverla siempre que deseábamos respuestas de
man entre sí; si infunden el sueño en el que cosas ocultas, era esta. La colocábamos en
quieren; si conjuran; si tienen á sus órdenes medio de la casa, espurgándola en rededor con
mensajeros y demonios, por cuya virtud es sahumerios arábigos; y poníamos sobre ella un
un hecho vulgar y corriente entre ellos, que platito redondo, compuesto de diversos metales.
las cabras y las mesas adivinen, quvd caprce et En rededor del borde y en intervalos estaban
mensa divinare consueverunt, ¿con cuanto mayor esculpidas las veinticuatro letras del alfabeto.
empeño aquellos poderosos espíritus no se es- Un hombre, vestido el cuerpo, calzados los piés
forzarán en hacer por su propia cuenta todo y cubierta la cabeza de paño de lino, y llevan-
aquello que hacen por cuenta de otros?" • do en las manos las verbenas del árbol afortu-
nado, despues de haber invocado con misterio-
Si se desea mayor claridad respecto de lo co
mun qne era en aquellos tiempos el hecho cuya
novedad hoy asombra á muchos, qua no pueden
explicarse cómo se mueven y giran las mesas y
cómo responden á las preguntas que se les hacen
(1 ) El trípode dèlfico era una verdadera mesa. Así lo
leáse lo que Ammiano Marcelino refiere acerca dice Servio al comentar estos versos de Virgilio:
de la explicación que dieron los nigromantes
"Trisogena interpres divum, qui numini Pboebi
Hilario y Patricio, acusados de haber procura-
Qui trípodas, clarii lauros, qui sidera sentis.''
do investigar, por medio de la mágia, quien ha-
Hé aquí sus palabras: trípodes mensíe fuerunt quibus
bía de suceder al emperador Yalentiniano. Héla
superpositse Phoebades vaticinabantar.
aquí; "Hemos construido, hablan los acusados, Calculad por esto lo remotamente antiguo de las nove-
magníficos jueces, bajo crueles auspicios á se- dades con que se divierte el siglo XIX.
sos versos la divinidad que da los vaticinios, nimados, incapaces por lo mismo de palabra y
estuvo en pié cerca d e aquella mesa, según la de inteligencia, hablasen y enseñasen ál os hom-
ceremonia de la ciencia. Luego sostuvo el ani- bres que les consultaban cosas ocultas y supe-
llo que estaba suspendido á los velos sagrados riores á su virtud intelectiva. Los penates de
por medio de un hilo sutilísimo de lino carpàti- Eneas, (ídolos de piedra ó de madera) predije-
co y que se hallaba consagrado; y el anillo, dan- ron á aquel, en concepto de Virgilio, la funda-
do saltos por los intervalos que separan las le- ción de Roma. Hablando daba sus oráculos la
tras, forma, según se p a r a sobre esta ó aquella, estátua de Memnon. Hablaban con ese mismo
versos heróicos con todas las reglas de la me- fin las encinas seculares de Dódona; y hasta el
dida métrica y conforme á las preguntas que se rio Nesso, encantado por las lucubraciones de
hacen: precisamente como son los versos pí- Pitágoras, uno de los mas poderosos médiums
ticos ó los oráculos d e los brónquidas. Pre- déla gentilidad, le saludaba, diciendo: Salve,
guntamos entonces, quién habia de suceder en ¡ohlPithagoras.

el presente imperio y lié aquí que A no hacer de la universalidad de los hombres


el anillo salta y compone en sus dos paradas de cuarenta siglos el receptáculo moral de todos
dos sílabas TEO, y continúa añadiendo la si- los errores, á no despojarlos del sentido común,
guiente letra V. En aquel momento uno de los que nada es bastante á extraviar en hechos que
circunstantes exclamó que Teodoro era aquel a' se palpan, debemos convenir en que lo que se
quien designaba la voluntad de los hados y no refiere en tantos libros, es una de las verdades
se prosiguió en la indagación, (1) históricas mejor probadas y establecidas.
En efecto, fué un fenómeno conocido de toda De las autoridades á que hemos recurrido,
la antigüedad pagana, el de que los séres ina- llaman, sobre todo, la atención del filósofo, por
la perfecta identidad de los hechos que consig-
naron en sus escritos, con los que pasan en la
actualidad, Tertuliano y Ammiano Marcelino.
Los Magos que hacen aparecer fantasmas y en-
1 A rumian. Marcel. R e r u m gestarum, Lib. X I X , C . 1
gañan con prodigios desempeñaban entónces el
papel de los médiums espiritas, que no hacen No os sorprendáis de semejantes coinciden-
otra cosa. Los círculos y cadenas en torno de la cias. También las potencias inteligentes, como
mesa, de que se valían los primeros para la adi- los agentes materiales, obran por lo común de
vinación, son exactamente los mismos de que la misma suerte. ¿Qué ha sido? Lo r^ismo que
ahora se valen los segundos. El sueño infundi- Jia de. ser< ¿ Qué se ha hecho? Lo mismo que se
do por aquellos, d su placer, es el sonambulismo, ha de hacer.
conocido y practido desde épocas tan remotas.
Y para que nada falte á la identidad, véamos el
anillo mágico bajo la influencia medianímiea de
los nigromantes Hilario y Patricio, expresar
al golpear y parar sobre las letras del alfabeto,
cosas iguales o' parecidas á las que expresa el
Índice de los modernos'espíritas. No se extra-
ñan tampoco los perfumes arábigos y las verbe-
nas i que alude Ammiano Marcelino, y su pre-
sencia nos hace pensar en la verbena y los per-
fumes i que daban tanta importancia los mes-
meristas, Nube&l de aromas se esparcieron por
él. aire y entre nosotros, al solo contacto de las ma-
nos de M. Home Un ramo de verbena es-
taba en un vaso cerca de una caja Una

mano tocó á M. Home; y la planta, deshecha la


raíz, y con el vaso en que estaba colocada, fué ar*
rojada por los espíritus sobre la mesa. (1)

1 Home Revelations. C.|XI.


gentes,, y de la evocacion de las almas de los
muertos, pra'ctica común á ambas edades, la an-
CAPITULO XL tigua y la moderna. Seremos breves.
En cuanto á las primeras, son i n n j j í r a b l e s
SUMARIO. las de que autores respetables han perpetuado
la memoria. Platou, en el Libro de las leyes, no
(Continuación del mismo asunto.) quiere que se erijan capillas ni templos á los es-
píritus que se aparezcan, ya de noche, ya de
Apariciones y desapariciones.—Prohibición de erigir tena« dia. Cicerón cuenta que Ta'ges se mostró b r o -
píos á los muertos q u e se aparezcan.—Táges brotan-
do de u n surco.—El h e c h o lo asegura formalmente Ci-
tando súbitamente de un surco, á un labrador,
cerón.—Aparición de P a n á F i l i p í d e s e n e l Partenion.— el cual, espantado á su vista, comenzó á dar vo-
Publio se aparece y predice la ruina del imperio roma-
no.—Un sacerdote de Júpiter vuelve de la tumba y de- ces, y ante la muchedumbre de etruscos que se
nuncia á un asesino.—Gabinio trae á Pompeyo noticias reunieron á sus clamores, Ta'ges les hizo saber
de los dioses infernales y le anuncia prosperidades.—
Monstruos y fantasmas.—Los bueyes de la Isla del sol. muchas cosas que se escribieron. "Estas cosas,
—Espectros y simulacros.—Lucrecio asegura su reali- añade, las sabemos de ellos mismos; las conser-
dad y niega que sean almas prófugas del Aqueronté; da
una mala explicación sobre la causa de ellos.—Ceremo. van escritas y son la fuente de su disciplina"
nia ds los Lémures descrita por Ovidio.—Señal que
(1) Herodoto da por cierta la aparición de Pan
destierralas sombras.—Habas negras, moneda de u l t r a -
tumba.— Comparación.— Reflexión.—Una escena del á Filípides cerca del monte Partenion, y d i -
Mostellaña de Plauto. —El alma de Diaponcio y el al-
ma de Carlos Ravn.—.Notables coincidencias.—Las evo-
ce que el templo que se le erigió y el cuito que-se
caciones.—Trespotia, Ténaro y Heraclea lugares con- le rendía en Aténas no reconocieron otro prin-
sagrados á ellas.—Periandro evoca á su esposa Melisa.
—Calondas hace que sea evocado el espíritu del poeta cipio. (3) Phlegon testifica que el poeta Publio
Arquíloco.—Pausanias hsce lo mismo con el alma de la devorado por un lobo se apareció y predijo la
joven Cleonicia.-vEl rey latino evoca á su padre Fauno.
La desecracion es una especie de evocacion. ruma del imperio romano. Aristóteles habla de

Y amos ahora á hablar de las apariciones y


desapariciones, de los fantasmas y monstruos 1 Cic. De Div. Lib. 2, ° X X I I I .
i
que ponían en terror á aquellas como a estas 2 Herodoto. VI. 105.
nn sacerdote de Júpiter que volvió despues de mió, de la multitud de sombras, monstruos y fan-
muerto á denunciar al asesino, y Flinio de la tasmas que se dejan ver por todas partes y á
aparición de G-abinio á Pompeyo, manifestándo- todas horas; y como filósofo se ocupa en a v e r i -
le que lt^pdioses infernales estaban contentos y guar su causa y en explicar cuáles son y por
satisfechos de su persona, y que su empresa qué son. Oigámosle y adelantaremos mucho en
tendría un éxito felicísimo: nuestra tarea.
Respecto á monstruos, eran frecuentísimos entre "'Entremos ahora, dice, á tratar de una mate-
griegos y romanos. Entre muchos que forman el ria diferente, pero intimamente ligada álas ver-
maravilloso de la Odisea, Homero refiere uno dades que te he hecho conocer. Bien sabes que
de que fueron testigos los compañeros de Ulíses hay en el espacio sustancias que llamamos simu-
sucedido en la Isla de Sol, Habiendo aquellos lacros, que son, por decirlo así, á manera de
degollado parte del rebaño consagrado al padre membranas desprendidas de la superficie de los
de la luz, éste irritado por el horrendo sacrile cuerpos, que andan volando al acaso en medio
gio, determinó castigarlos. "Los dioses, dice el de la atmósfera, nos espantan en el estado de
gran poeta épico, no tardaron en enviar á estos vigilia, y en sueños asedian nuestro espíritu con
desgraciados signos de su cólera; las pieles de figuras nonstruosas, espectros y fantasmas, cuyo
los bueyes descuartizados se pusieron á andar; horrible aspecto nos despierta. No creas que
las carnes que se asaban sobre los carbones en- estos simulacros ligeros sean almas tránsfugas
cendidos comenzaron á mugir; las que aun per- del Aqueronte que se empeñan en andar volando en-
manecían crudas respondían á sus mugidos, de tre los que viven y en entremeterse todavía en las
tal manera y con tauta verdad que se creía oír escenas de la vida; porque, cuando el cuerpo y
i los bueyes mismos." (1) el alma, al separarse, han vuelto á sus elemen-
tos, la muerte no deja sobrevivir la mas peque-
Lucrecio en su poema de la naturaleza c£e las
ña parte del sér que ha herido con su o-ua-
cosas habla como historiador á su querido Me-
daña. (1)"

1 Od, L . X I I 1 De Natura íterum. L. ° 4. versos del 33 al 44.


Fueron conocidos, pues, por Grecia y por .Ro- hallan reparo en asegurarlo. Esto habría equi-
ma los monstruos y fantasmas que se aprecen valido á declarar que' ninguno de los sabios é
y desaparecen. Por lo mismo, esas figuras hur ignorantes que existieron en la antigüedad, h a -
manas que ven- los espiritas de hoy, no son una bía tenido expedito el uso de la razón: que to •
cosa nueVa en la historia de la humanidad. Tam- dos se encontraban desprovistos de juicio, y que
poco es una teoría científica nueva en los anales tan numerosos pueblos y naciones tan ilustra-
de la filosofía, la que atribuye aquellos fenóme- das y poderosas no fueron otra cosa mas que
nos á las almas de los difuntos, que quieren en- casas de verdaderos orates. Lucrecio se cuidó
trar en comunicación con los vivientes. Fíjese bien de tocar extremos tan desesperados; y así
la atención en las' palabras que de intento he® es que no se atreve á borrar con mano temera-
mos subrayado, y se convencerá el mas preoeu- ria una página sola de la historia, aunque, al
do de que eso que admira y pasma a»los discípu- dar la explicación de aquellos fenómenos, deje
los de Alian Kardec, no es mas que un desecho asaz corrida y mal puesta la filosofía.
de las antiguas supersticiosas que el cristianis- H é aquí'de qué manera explica los innumera-
mo había logrado extirpar; un retoño del árbol bles mónstruos que aparecen y desaparecen.
venenoso, que las ideas paganas, hacia las cua- Su teoría, aunque errónea, no es para pasarse
les retrogradan las modernas generaciones, en silencio, por cuanto á que confirma la reali-
han fecundado, permitiéndolo Dios en castigo de dad de los hechos de que trata de darse cuenta.
su inmoralidad y de su locura. "Yo aseguro, dice que los simulacros ó imá-
Lucrecio, que por lo visto, no era espirita, ni genes de todos los cuerpos andan volteando b a -
espiritualista, puesto que negaba la teoría de los jo todas las formas, y llenan el espacio:-por su
que creen en las comunicaciones de los vivos sustancia fina y delicada se juntan fácilmente
con los muertos, y puesto que para él la inmor- eu los aires, se mezclan como las telas urdidas
talidad del alma era una quimera, no toma el por la araña, Son mas sutiles que las imágenes
partido de negar, sn notoria realidad, como lo que se escapan de los objetos y afectan nuestra
hacen algunos en ahorro de trabajo, ni de atri- vista, porque penetran al interior del aloia y
buirlos á demencia ni á locura, como otros no mueven sus resortes. He aquí por qué vemos
Centauros, miembros de Si/las, colas de Cerberos y "En medio de la noche, dice, cuando el silen-
las imágenes de los'difuntos, cuyos cuerpos están cio favorece el sueño, y no se oyen los ladridos
ha tiempo encerrados en las entrañas de la tier- de los perros, ni los varios cantos de los p á j a -
ra El Centauro que miramos no es la ros, el que ha quedado fiel á los ritos antiguos y
imagen de un ser que haya existido realmente: que teme i los dioses, se levanta descalzo, con
es formado por los simulacros del hombre y del sus dos dedos, el índice y el pulgar reunidos, lace
caballo, que el acaso ha reunido y á cuya com- oir la señal que destiena las sombras ligeras, pa^
binación han contribuido su flexibilidad y suti- ra que no se levanten delante de él, si anda sin
leza " (1) hacer ruido. Tres veces lava sus manos en el
No pasemos adelante sin hacer notar otro agua de una fuente, vuelve y toma en su boca
rasgo .característico que marca la identidad de habas negras, y las arroja luego detras, dicien-
las apariciones á que alude el discípulo de Epi- do: arrojo estas habas y con ellas rescato á mí y
curo con las de que dan testimonio los espiritas. á los mios. Nueve veces pronuncia estas p a l a -
Esos miembros de Sicas, esas colas de Cerberos que bras sin mirar atrás; según la creencia, la som-
vagan por el aire, valen bien lo que esas manos bra las recoje y sigue su camino sin ser a d v e r -
sin cuerpo que escriben ahora y que tocan, ya tida. De nuevo se lava las manos y hace reso-
frias ya abrasantes, á los que asisten á una se- nar el bronce de Tamesa, conjura á las sombras
sión de espiritismo. á que abandonen su casa, y después de haber
La antigua ceremonia nocturna de los Lému- dicho nueve veces, Manes paternales, salid, mira
res descrita por Ovidio tan minuciosamente y hácia atrás y cree haber cumplido con todos I03
en tono sério, no tenia otro fin, en concepto del ritos de la ceremonia." (1)
poeta, que ahuyentar las sombras de los muer- Miéntras mas estudiamos, la identidad de los
tos que se gozaban en entenderse y tratarse hechos espiritísticos antiguos y modernos es
con los vivos.

1 Lucrecio de Nat. Rer. L . 0 4. ° 1 Ovid/Fast. 5 . °


mas palmaria hasta el mas insignificante de sus rita que tuvo lugar en los Estados -Unidos dell
pormenores. Norte; y no podréis ménos que esclamar conmi
La ceremonia de los Lémures era nocturna: go: ¡el árbol se conoce por sus frutos: los frutos
los espiritas recomiendan que sus sesiones se son iguales: iguales deben ser los árboles que
tengan por la noche. La señal á que obedecían los han producido!
los manes 6 las sombras de los difuntos, en tiem- Oigamos á Plauto. La escena pasa entre Theu-
po de Ovidio, era el ruido que el iniciado ropide, dueño de la casa teatro del hecho que se-
hacia, rozando ó juntando el d e d o índice con el refiere, y Tranion, esclavo de Theuropide.
pulgar.
"Theur.—¿Cómo? ¿que prodigio tienes que
(t anunciarme?
8ignaque dat digitis medio cura pólice jmctis
Tran.— [Señalando los esclavos cargados de
Recuerden nuestros lectores que esa misma bagages.) ¡Pronto! por favor mandadles que
ftié la señal por cuyo medio l a s jóvenes Eoxl se retirén de aquí.
lograron entenderse con los espíritus en Hydes-
ville. Los conjuros por nueve veces repetidos Theur.—(A los suyos.) Retiraos. (Diciendo
para que se auyenten las sombras, alguna rela- estOj toca la tierra con el dedo para aplacar á Ios-
ción deben tener con las nueve clases dé espíri- dioses infernales.)
tus imperfectos que procuran hacerse propicios Tran. --(A los esclavos.) No toquéis la casa:
bs creyentes espiritualistas: tocad mas bien la tierra.
Una palabra más acerca de este punto, con e, Theur.—-Pero, te conjuro por Hércules, es-
fin de que resalte más la identidad de los an- plícate.
tiguos y de los modernos prodigios, para ocu-
parnos en seguida de las evocaciones. Tran.—Siete meses ha que nadie ha entrado-
en esa casa, desde que nosotros la abandona-
Asistid primeramente á la representación de
mos.
una escena de una de las comedias de Plauto, y
despues recordad Ja primera comunicación espí- Theur.—Esplícame el motivo.
Tran.—Mira por todas partes si alguno nos hijo comió en la ciudad; á su vuelta nos veni-
B3cueha. mos á acostar y nos dormimos. Por casualidad
Theur.—(Despues de haber visto.) Puedes olvidé apagar mi linterna; y él lanza un gran
hablar con seguridad, grito.
Tran.—Vuelve á ver. Theur.—¿Qué es esto, hijo mió?
Theur.—Nadie hay aquí Habla por Tran. —¡Chistl isilencio! escuchadme.
fin. Theur.—¡En sueños! ¿verdad?
Tran.—Se ha cometido un asesinato horri-
Tran. - Sí; pero escuchad: y que el muerto le-
ble
habia hablado así.
Theur.—¿Cómo? No comprendo
Theur.—(Interrogándole) ¿En sueños'7
Tran.—Se ha cometido, os digo, un crimen en
Tran.—¿Querríais que estuviese dormido un
otra ocasioD, hace ya largo tiempo. El suceso
hombre ahorcado hace sesenta años? Deliráis
es antiguo y no hago mas que referirlo.
algunas veces de un modo extraño.
Theur.—¿Cuál es el crimen? ¿Quién es el Theur.—Me callo.
autor? dímelo
Tran.—He aquí lo que le dijo: "Soy Diapon-
Tran.—Es.un huésped que sorprende á su ció, unexrranjero Aquí habito. Esta ca-
huésped y le estrangula con su propia mano sa está en mi poder. Pluton no ha querido re*
El asesino es, según creo, el que os ha vendido cibirme en el Aqueronte, porque he muerto án-
la casa. tes de tiempo. Fui víctima de la traición; mi:
Theur —¡Le ha estrangulado! huésped me asesinó aquí mismo; sepultó mi ca-
dáver en este mismo lugar secretamente y sin.
Tran.—Y le ha robado su oro; despues le ha
funerales. El malvado codiciaba el oro que yo-
enterrado en la misma casa.
poseía; tú, ahora, sal de aquí. Esta casa está
manchada por el crimen; es una impiedad h a -
bitar en ella."
—153—

Un año entero no bastaría para referiros to- cial & estas prácticas. Periandro, tirano de Co-
dos los prodigios que se producen en estos l u - rinto, habiendo asesinado en un trasporte
gares." (1) de ira á su-esposa Melesia, á quien amaba
tiernamente, se dirijió á Trespotia solo con el
Recordad ahora la primera comunicación es- fin de evocar su espíritu. (1) Calondas ocurrid
pirita moderna en Hydesville. Cambiad sola- á Ténaro é hizo que los sacerdotes evocasen la
mente el nombre de Diaponcio por el de Carlos sombra del poeta Arquíloco á cuyo matador de-
Rayn, y tendreis la ma's perfecta de las ecua- seaba conocer. (2)
ciones. Ambos aparecidos asesinados por sus Pausánias hizo igual cosa respecto del espíri-
huéspedes, los dos sepultados en la casa en que tu de la jó ven Cleonicia á quien habia dado
se aparecían; y uno y otro asesinados por la sed muerte, valiéndose de los sacerdotes de Hera-
oro que devoraba á los asesinos clea. El rey Latino evocó á su padre Fauno
Tantas coincidencias no son de explicarse, si- para que le indicase, si casaria con Turno á su
no bajo el concepto de que uno mismo haya si- hija Lavinia. (3) En suma, la ceremonia de
do el espíritu que hablaba por la boca de Dia- los Lémures descrita por Ovidio, no era otra
poncio y de Cárlos R a y n . cosa mas que la desecracion, que es una especie
Pasemos á las evocaciones. Estas, como las de evocacion.
apariciones, eran frecuentísimas y ordinaria- La evocacion que en su origen se dirigió a
mente se acompañaban. Ellas son el alma de la las almas de los difuntos, se extendió á los dio-
nigromancia antigua. L a Trespotia, Ténaro y ses- Innumerables son los ejemplos que pudie-
Heraclea se hicieron célebres, porque estos lu-
gares estaban consagrados de una manera espe-

1 Heredot. V. 29.
1 Piauto. MoatelL Act. 2. o Escena I I . Sea el relato de
2 Plutarco. De sera nurn. vind.
Tranion un ardid, él comprueba, sin embargo, lo que s®
•quiere, pues dejaría de serlo. 3. Virg. Eneida, L . 7.
—154—-
ran citarse; pero consultando la brevedad, r e -
mitimos i los curiosos ó incrédulos i los auto- CAPITULO X I I .
res y lugares de que se hace mérito al calcé de
esta plana. (1) SUMA El O.
• -> . i Vi '

Se confirma la conyicoon de que en Grecia y Roma eran


™ a í ! ? f es íritas
P " O b r a s monumenta-
S o ¿ ' Odisea y la Eneida—Cada . a g i n a d o
ellas ofrece r á p r u e b a . - S e refieren otras maravillas-
- £ a r i s invisible es trasportado al palacio de Priamo.
- V e n u s trastornada en anc ana le reúne con Helena,
- i n e a s desaparece súbitamente de la vista de Diomé-
t o m a la
™ i~r *emqanza de Laodeco, Neptu-
enrnv.v f * 8 7 } ° T 3 a d e U ü g ^ r e r o . - L o s dioses
combatiendo con ios hombres bajo W a s h u m e a s —
Vénus y Marte'heridos por el hijo de Tideo - L o s ca
tallos de A f i l e s llorando, hablando y p r o f e s á n d o -
l a itócamandro convenido en h o m b r e . - L a Odisea pre-
senta mayores p r o d i g i o s . - S e refioren a l g u n o s . - M i -
1 Plinio Hist. Nat. Lib. 28. Virg. Eneida. Lib. 2. í v e r s a s fisuras; forma una fantasma asom-
Maorobio. Satura. I H , 9. Horacio üarmen. Lib 2. O orosa.-irasformaciones de Proteo.-Metamórfosis obra-
1 . a Ovid. Faust. 6. ° aas por Circe—Otras obradas por Minerva y por N e p -
S í ~ 7 , r e n a s q u e c a n t a n . - F u n e s t o presente de
^ 1 0 . - A l g u n a s otras maravillas de la E n e i d a . - Y é n u s
en traje d e c a z a d o r a SQ a p a r e c e , E n e a g > , e h a c 0 ¡ n v i a i ,
ble asi como a A c a t e s . - T a l a d a á Julo á los bosques
ü e i a i d a l i a y h a c e qce Cupido tome la semejanza de
Ascamo—Se vuelve á aparecer á Eneas, resplandecien-
do en la oscur.dad—La sombra de Creusa. - F a n t a s m a
tornado por J u n o . - L a s naves de Eneas convertidas
en motas.—Arbustos manando sangre y exhalando qne-
g s - A d i v i n o s — R e a l i d a d de todos estes f e n ó m e n o s -
Palabras de Sofócles—Otras de Homero—Comenta-
rios de Madama Dacier—Opinión de Sen Agustín -

No puede caber duda de que Grecia y Roma


presenciaban todos los dias esos extraordinarios
féndmenos, esas rarezas que, en fuerza de se r
tan estupendas, fueron consideradas despues por Para complemento del trabajo que hemos em-
el vulgo, y aun por pensadores serios que no prendido, vamos á llamar la atención sobre a l -
los estudiaron con el esmero que reclamaban, gunos de los más notables que hemos encontra-
como meramente fabulosos. Pero si todavía, á do, al registrar descuidadamente las hojas en
pesar de lo expuesto, se pudiera vacilar por que están descritos el sitio y ruina de Troya,
algunos, les aconsejamos lean con despreocupa- las aventuras de "Clises y los orígenes del p u e -
ción tres obras monumentales de la antigüedad, blo Romano.
de las que hemos citado no pocos trozos; obras
Yénus cubre coa una nube, que forma de un
que no fueron escritas con motivo de la nigro-
modo prodigioso, á Páris, y lo conduce, sin ser
mancia, ni para dar á conocer este arte prodi-
visto, á una de las alcobas del palacio de P r i a -
gioso, sino con motivo y objeto diversos. Nos
mo, arrebatándole así á la terrible venganza de
referimos á la Iliada y Odisea de Homero y á
Menelao: luego, la figura de una anciana servi-
la Eneida de Virgilio. En ellas se encontrará
dora de Helena, habla á esta y la lleva al lado
un cuantioso c&udal de documentos, á cuya luz
de su raptor. (1)
verán resplandecer la verdad histórica de los
prodigios de la magia antigua, que tanto les ser- La misma Vénus hace desaparecer á Eneas
virá para persuadirlos de la de las maravillas de ,1a vista de Diomédes que combate con él y
del moderno espiritismo. se halla próximo á vencerle, y le aparta, sin
que nadie perciba cómo, del campo de b a t a -
Puede asegurarse que no hay una sola pági-
lla. (2)
na en esas tres magníficas epopeyas, donde no
se tropieze con un fenómeno del género de los Minerva, tomando la semejanza de Laodoco,
que estudiamos, mas ó menos admirable, mas ó exita y persuade á Pandaro á que arroje so-
menos inexplicable. Muchos, muchísimos ente- breMenelao uno de sus terribles dardos. (3)
ramente iguales ó parecidos á los que hoy se
vienen reproduciendo, se podrán leer en cada
libro de los que forman aquellos monumentos de 1 Iliada, lib. 3. °
la literatura clásica. 2 I d . lib. 5 , °
3 Id. lib. i .
Los caballos de Aquíles lloran la muerte de
Neptuno, bajo la figura de Calcas, anima ala
Patroclo. (I) Uno de ellos, Xanto, usando de
lid á los dos Ayax; y despues, bajo la de otro
la palabra con que le brinda la diosa Juno, da
guerrero influyente, entusiasma y alborota á las
respuestas á su señor, y le anuncia sus p r ó x i -
muchedubres armadas. (1)
mos triunfos, callando en seguida, porque las
Los habitantes todos del Olimpo no se des-
furias vienen y le privan de la voz (2)
deñan de tomar parte en las guerras de los
hombres, y bajan de las altísimas regiones. Yé- El rio Escama ndro, convirtiéndose repenti-
nns y Apolo, Marte y Minerva, disfrazados de namente en hombre, sale al encuentro del for-
guerreros, prestan sus auxilios, los unos á los midable Aquíles, le reconviene duramente y
Griegos y los otros á los Troyanos. Y, ;cosa. lucha con él. (3)
asombrosa que ciertamente no cuadra con el
Las trípodes, fabricadas por Vulcano de d u -
atributo de la divinidad de que hacen alarde los
rísimo metal, iban por sí mismas, como lo h e -
falsos dioses del gentilismo! el denodado Dio-
mos visto ya, á la asamblea de los dioses, y des-
médes hijo de Tideo hiere, sin que se tache 'de
pues volvían á las ardorosas fraguas del divino
sacrilego, ni reciba un castigo inmediato, en
artífice. (4)
una de las manos á Yénus, y en uno de los
costados i Marte. (2) Pasando á la Odisea, los fenómenos son más
Los fenómenos no son solamente de esta es- numerosos y mas varios. Minerva toma la fi-
pecie, es decir, de la especie de los producidos gura del discreto Mentor, acompaña á Teléma-
por seres inteligentes, sino que los hay también co en su viaje á Pilos, y al fin desaparece en
de aquellos que tienen hoy lugar y se observan
en los seres privados de inteligencia y aun en
los inanimados.
1 Id. lib. 17
2 I d , lib. 19.
3 Hiada. Lib. 21.
1 Iliad, lib. 13.
i Id, lib. 18.
2 Id.lib. 13.
presencia de Néstor y de su corte, trasformán- Minerva, procediendo de igual manera, tras-
dose en buho. (1). forma al astuto y sabio griego en anciano hara-
La misma Minerva, b a j o la figura de la hija piento, para que no sea conocido por los 1 tacen-
de Dímas, se aparece & la princesa Nausica. (2) ees, ni por los amantes de su esposa (1)
Aquella diosa oculta tras una nube á Ulíses,,
Neptuno cambia el navio que condujo á U l í -
su favorecido, para que no sea visto por los
ses i Itaca en roca, conservándole sin embargo
Feaciences. [3]
ja forma. (2)
La misma hija de Júpiter forma un fantasma-
Ya hemos hablado de lo acontecido con los
enteramente parecido á la princesa Iftinia, her-
descuartizados bueyes de la Isla del Sol. (3)
mana de Penélope, y le envia á consolar á esta.
El fantasma entra á la alcoba y sale de ella, á Las sirenas que encantan á los hombres que
pesar de estar cerradas las puertas, despues de se las acercan, sin que puedan estos evitar el
haber derramado el consuelo en el espíritu de poder de sus encantamientos, salen al paso á
aquella. [4] Ulíses en medio del Océano, y cantan tan d u l -
cemente y le dicen cosas tan lisonjeras, que á
Proteo se trasforma á la vista de Ulíses tan
no permanecer atado en el navio, habría ido á
pronto en león como en dragón, en leopardo
habitar al espacioso campo, donde no se ve mas
como en jabalí, en agua como en árbol. (5)
que osamentás de muertos hacinados y cadáveres
Circe metamorfosea á los compañeros d e que él sol acaba de secar. (4)
Ulíses, convirtiéndolos en cerdos al solo contac-
Eolo encierra á todos los vientos, ménos á
to de su v ara de oro, (6)
Céfiro, en un odre formado de una piel de buey
y atada la boca con un cordon de oro, y se lo
1 Odisea lib. 3.
2 I d . lib. 6.
3 Id. id. 1 I d . lib. 13.
4 I d . lib. 4.
2 Id, id.
5 I d . lib. 4.
3 I d . pág. 142.
6 Odisea lib. 10.
4 Id. lib. 12.
entrega á Ulíses á lin de que llevando los cien- curidad que reinaba* y le dirije palabras de
tos encadenados, sea feliz y próspera su nave- •consuelo. (1)
gación. Los codiciosos compañeros de aquel La sombra de Creusa se presenta á la vista
rompen el odre, y en el momento se levanta la del hijo de Anquíses y le habla como si viviera
mas furiosa de las tempestades. (1) aun.(2)
Las cosas que se cuentan en la Eneida no son J u n o forma de una espesa nube una vana y
menos estupendas y pasmosas Yénus se apa- ligera imagen del príncipe troyano, dando á
rece á Eneas en las costas líbicas en traje de este fantasma armas iguales, escudo y casco se-
cazadora, y entra en pláticas con él y le mues- mejantes á los de aquel, y voz, palabras y pasos
t r a los caminos que debe seguir. Introduce á eomo los del mismo héroe. "Así voltean, agrega
él y á Acates, cubriéndolos con una nube para el cisne de Mantua, según la común opínion,
que no sean vistos por los Fenicios, hasta el pa las sombas de los muertos sobre la tierra." (3)
lacio de la reina Dido. (2)
Las naves de Eneas se convierten á la vista
La propia diosa infunde en Aseanio un pro- de los Rútulos y de Tumo en ninfas, á la voz
fundo sueño y le trasporta á los bosques de la de la madre de los dioses; y despues, así meta-
Idalia: hace que Cupido tome la figura de aquel morforseadas, circundan la nave de Eneas que
niño, y le conduce y pone en el regazo de la vuelve al lugar del combate, y le informan de
hospitalaria reina. (3) los peligros que oc-rre, recobrando en la sazón
En medio de los horrores del incendio de mas oportuna su forma primitiva. (4)
Troya se aparece la misma diosa á Eneas, mas Eneas que prepara un sacrificio á los dioses
resplandeciente que nunca, á pesar de la os- sus protéetares en uno de los bosques de la

1 Odisea lib. 10. 1 I d . lib. 2.


2 I d . id.
2 Eneida !ib. 1. 3 Eneida lib. 10.
3 I I id. A Id. lib. 9 y 19.
—164 —
Tracia, va á cortar unos arbustos que, al ser vagante que esas tres obras clásicas de la an-
cortados, manan sangre de sus cortezas. Escu- tigüedad? No podría sostenerse bajo ningún,
cha en derredor tristes gemidos y una voz lúgubre título que son ellas unos modelos inimitables.
Los que las escribieron jamás dan á entender
que exclama: "¿por qué despedazas á un des-
ni autorizan á suponer que son cosa de la fan-
graciado? Respeta mi sepulcro y no manches tus
tasía. Lejos de esto todo conspira á hacer creer
manes puras." (1)
que al poner en juego el aparato que sirve de ci
Seria largo de continuar poniendo á la vista miento á sus obras no han hecho masque con-
de nuestros lectores las maravillas de que se tar en lenguaje poético la historia de aquellos-
encuentra llena la Eneida, desde su primera tiempos.
hasta su última página. Ya en los capítulos
Ya hemos visto en el capítulo diez las palabras
anteriores hemos referido algunas otras como
que Sófocles pone en boca del mensajero que
la de la cabellera de Julo que arde sin que-
cuenta la muerte de Edipo: "Ha perdido, les
marse, y todos los otros fenómenos físicos que
dice, el juicio y está privado de sentido común
se produjeron a'ntes y despues de pronunciar su.
quien juzga mentiroso é increíble mi relato."
oráculo la pitonisa délfica.
Homero hace decir á Ulíses, dirigiéndose al
Entónees abundaban los adivinos, y puede
cantor Demodoco y refiriéndose á los detalles
decirse que nada se hacia sin ellos. No es ex-
de los hechos que causaron la ruina de Troya,
traño, pues, que tanto Homero eom Yirgilio se
lo siguiente: Si me contais él pormenor de toda
ocupen á cada paso de IQC Helenos y de los Ti-
esta aventura, yo daré testimonio á todos los hom-
resias, de los Anfiar&os y de los PGlífidos.
bres de que Apolo mismo es quien os inspira."
Todas estas cosas deben de haber pasado en
realidad y nc ser c a r a s invenciones. Si esto Mme. Dacier á pesar de que no quiere ver en es-
pudiera suponerse, ¿qué cosa habría mas estra- tas rarezas sino meras alegorías, en cuya expli-
cacion se fatiga muchas veces en vano, comenta
así las palabras subrayadas. "Ulíses no queda
satisfecho con las pruebas que Demodoco ha dado
de que esté verdaderamente inspirado, habiendo
—166— —167—
cantado las aventuras de los G-riegos con tan* uno de los que los custodiaban hacia asar unos
ta verdad como si las hubiera visto. El quie- pescados para servir i la mesa; y repentinamen-
re asegurarse todavia mas, y para esto le pro- te estos pescados se pusieron á saltar y p a l -
pone cantar la historia del caballo de madera pitar como si estuvieran vivos. Manifestán-
porque si la canta tal cual es, no puede dudar dose asombrados los circunstantes, Atayétes
ya de que Apolo es quien le instruye, revelán- llamó a su guardia y le dijo: no te alarmes de es-
dole las cosas pasadas y dictándole su canto", te prodigio; no sucede por tí sino por mí; es Pro»
•'Cuan maravillosa es la destreza, agrega, de tesílas que me advierte que, aunque muerto y eribál-
que usa para obligarnos á mirar todas estas samado, tiene poder para castigarme. (1)
aventuras de la guerra de Troya, no como fábu-
Finalmente, San Agustín, ese sublime genio
las, sino como historias cuya verdad y certeza
que se elevó tanto en las regiones de la verdad
no es lícito poner en duda. Homero, es pues,
histórica, ai ocuparse pre cisamente en los fenó-
este poeta instruido por Apolo mismo, y lo que
menos mas increibles de ia materia, como son
canta es tan cierto como si lo hubiese visto." (1)
las metamorfosis obradas por Circe, y otras se-
La misma erudita escritora, en vista de lo acón"
mejantes, como las trasformaciones de los com-
tecido con los bueyes del sol, iguala y con
pañeros de Diomédes en pájaros y las de los A r -
razón, estos fenómenos á otros que no la poesía,
cades en lobos, se expresa así:
sino la historia consigna. Cita lo que refiere
Herodoto al fin del libro primero de su grande "Los que leen tales cosas esperan tal vez
obra; y es lo que s i g u e . - H a b i e n d o los Griegos conocer nuestra opinion acerca de ellas; pero
llevado á .-esto algunos prisioneros que habían qué podremos decir sino que es necesario huir
hecho al ejército de Xerjes, y entre otros á uno de enmedio de Babilonia ó de la ciudad del
de sus generales llamado Atayétes y á su hijo, mundo, que es la sociedad de los ángeles y de

[1] Remarques sur l'Odisséelir, V I I I pag. 249. E d i c


tion de París. 1756.
(2) Remarques sur l'Odissée lib. X I I pag. 67.
opinion, es adormecer los sentidos del hombre
los hombres impios, y encaminarnos á grandes
•con un adormecimiento mas profundo que el del
pasos hacia el Dios vivo, as istidos de la fé y
sueño; y sin embargo, como su fantasía, aunque
acompañados de la caridad. Cuanto mayor es el
inmaterial, es susceptible de mil impresiones
poder de los demonios sobre la tierra, tanto
diferentes de los cuerpos, y capaz de revestir sus
mas debemos adherirnos al Mediador que nos
formas y de hacerlos aparecer así á los ojos de
aparta de la? tonas inferiores para elevarnos á
los demás, pueden lograr que aquel que es su
las superiores.
víctima se crea tal cual las apariencias lo mani-
"En efecto; si decimos que no se debe dar cré- fiestan, como podrá parecerle en sueños qué es
dito á esas maravillas, no faltarían hoy mismo un caballo y que lleva una carga á cuestas. Si
gentes que aseguraran que habían oído referir estas cargas son verdaderos cuerpos, los demo-
como ciertas y aun presenciado trasformaciones nios son quienes las conducen, á fin de sorpren-
semejantes. der á los hombres con esta ilusión, y ponerlos
" E s necesario, por lo mismo, agrega el es- en la necesidad de creer que la béstia que ven
critor sagrado un poco mas adelante, creer fir- es tan real, como la carga que llevan, (1)
memente, que como Dios es todopoderoso, pue-
de hacer todo lo que quiere, ya en premio, ya
en castigo; y que los demonios, que son ángeles,
pero corrompidos, no pueden nada mas que lo
1 Sed de ista tanta ludificatione daemonum, nos quid
que les permita aquel, cuyos juicios son algunas dieamus, qui haec legent, fortasis spectent. Efcquiddi-
veces secretos y siempre justos. Es, pues, cier- cernus, nisi de medio Babilonis esse fuguiendum? Qaod
to que cuando ellos hacen semejantes cosas, no praeceptum propheticum ita spirifcualiter inteligitur ut de
,kujus saeculi civitate, quae profecto et angelorum et h o -
-crian nuevas naturalezas^ sino que cambian las
minum societas impiorum est, fidei pasibus, quae per di-
que el verdadero Dios ha criado, haciendo qu e lationem operatur in Deum vivam proficiendo fugiamus.
darescan lo que no son. Asi, no creemos que Quanto quippe in hcec una potestatem dcemonum m a j o -
puedan en ningún modo trocar el alma de nn rem videmus, tanto tenacias Meditori est inhcerendum-
hombre en la de un bruto, ni aun operar este per quem de imis ad summa conscendimus. Si enim di-
xerimus ea non esse credenda.nondesunt etiam nunc, qui
cambio en su cuerpo. Lo que hacen, según mi
San Agastin' al emitir està opinion, no obra nociendo y teniendo á la vista relaciones de per-
ligéramente, ni sin fundamentos, sino por el sonas fidedignas y que no podrían ser desmen-
contrario, despues de haber hecho un estudio tidas: H(£G ad nos non quibuscumque, qualibus cre-
ciere putaremus indignum; sedeis referentibusper--
ejusmodi qu sedani, vcl'certissima audissevel etiam exper- venerunt, quos nobis non existimaremusfume men
tos esse asseverent Firmisime tarnen credendum
titos. [1]
est omnipotentem Deum onmia posse fecero quae voluerifci
sive vindicando sive prcestando nec dcemones aliquid operare Tratando de explicar los fenómenos, como-
secundum naturae suae potentiam [quia et ipsa angelica los explica, da á conocer con clarísimas pa
creakira est, licet proprio sit vitio maligna,] nisi quod ilio labras, que no son meras fábulas. El autor de
permiserit, cujus judicia oculta sunt malta, injusta nulla.
la Ciudad de Dios no pertenecía, por cierto, al
Nec tunc dcemones naturas créànt, si aliquid tale faciunt d 9
qualibus factis ista vertitur quaestio sed specie tenus, quae vulgo de los sabios (eruditum vulguYn) sino á los-
a vero Deo sunt creata, comrautantur videantur esse quod mas elevados y concienzudos pensadores.
non sunt Non itaque solum animnm sed nec corpus
qnidem ulla rations crediderim dcemonum arte Tel potes-
tate in membra et lineamenta bestialia veraciter posse con.
•erti; sed phantast ; cam homimis, qnod etiam cogitando
sive sommando per rerum innmerabilia genera variatur>
et cum corpus non sit, corporum tamen similes mira
cerelitate formas capi sopites aut oppresio corporeis ho*
minis sensibus, ad aliorum sensum nescio quo inefabili
modo figura corporea posse produci, viventia qnidem, sed
multo gravina atque vehementius quam somno suis sen-
Bibus obseratis; phantasticum autem iilad veluti cor«
poratnm in tlicujus animalis effigie appareat sensibu-
àJienis, talisque etiam sibi homo esse videatur, sicut talig
sibi videri posset in somnis, et portare onera: quae ones
ra si vera sunt corpora, p o r t a n t e a deemonibus, ut fila-
datar homnibue, pa rtim vera hominum corpora, par
tim jumeniorum- falsa cernentibus. De civitate Dei. lib-
XYIlI.cap.18.
mas digno de notarse es que iguales cosas si-
guieron teniendo lugar, despues de aquel tiem-
po, en el seno de las naciones que no recibieron
CAPITULO XIII. la luz del nuevo astro, mientras no la .recibie-
ron; y en ias que, habiéndola recibido, cerraron
voluntariamente los ojos á sus rayos y volvie-
SUMARIO, ron á sepultarse en las tinieblas de la supers-
tición.

Hay mas, en los mismos pueblos netamente


L o s mismos fenómenos pasaban despues del cristianismo.
cristianos no han faltado ejemplos de semejan-
—Pasaban en los pneblos á que no liabia llegado k luz
del Evangelio.—Pasan en las naciones que, habien- tes rarezas, si bien estos se han realizado siem-
do sido cristianas, dejaron de serlo,—Pasan aun en
ciertas individualidades de las naciones que lo son.—La
pre en una órbita menos ámplia, y no han pasa-
cuestión es de principios, no meramente cronólogica.—- do de ciertas individualidades que se pierden en
Se amplia el estudio histérico-comparativo, — Se co-
mienza por los pueblos que permanecieron paganos, por
la inmensa muchedumbre de la universalidad.
no tener conocimiento de la nueva doctrina.—Oráculos, Han sido una excepción y no la regla general.
profeta?, sibilas, nigromantes, etc., en América.—Los
indígenas de la Virginia y de la Florida.—Evocaciones No será ocioso, pues, extender el estudio his-
que hacían los piaches de Camaná.—En Chile tienen
lugar prodigios mágicos.—Ercilla refiere uno mara- tórico y comparativo en que nos ocupamos á los
villoso que 88 verificó en presencia del ejército espa- prodigios de la mágia con que se han entreneni-
ñol y del auracano.—Evocacion y oráculos en Nueva
Granada y en Uraba.—Hechiceros en la América Me- do algunos pueblos de los existentes de este lado
ridional.—Mujeres tembladoras.—Prácticas mágicas en de la Cruz. Esto nos servirá para ir acercán-
las Antillas.—Efectos maravillosos de ciertos polvos.
—Rara manera de hacerse los dioses que adoraban. donos mas y mas á la verdad, é ir desenmasca-
—Ministerio de los Bohiques.
rando de una manera insensible al autor de
aquellos, ó lo que es lo mismo, para adelántar
en el conocimiento de la causa de los fenóme-
Todo esto sucedía en las épocas anteriores nos y de su naturaleza, que es el fin que nos
al tiempo del cristianismo, en la universalidad hemos propuesto.
de los pueblos de la tierra. Pero lo que hay Desde luego advertiremos, y no podremos me
nos que advertir, que sucediéndose las maravi- tes y astrólogos, de magos y encantadores, de bru-
llas mágicas sin consideración á los tiempos, jos y hechiceros. En esas regiones se reproduje-
la cuestión que entrañan no e3 cronológica) sino ron los mismos fenómenos que en las europeas,
de ideas y de principios; una vez que la supers* asíaticas y africanas, los mismos ruidos, las mis-
ticion muere allí donde ciertas ideas y ciertos mas voces, las mismas luces, las mismas apari -
principios dejan de reinar: se conserva donde ciones, desapariciones, espectros y fantasmas!
aquellas y estos permanecen, y resucita donde los mismos trastornos en el cuerpo y en el a l -
unos y otros vuelven á ser invocados y tenidos ma de los que eran espectadores ó actores en
en grande honor. las escenas que se representaban, cuando se
Así pues, comenzando por aquellos pueblos pretendía por los ministros del paganismo pe-
que existieron ya en la era cristiana, sin haber netrar en el porvenir, curar las enfermedades
tenido conocimiento del Evangelio, vemos que por medios extraordinarios, dañar y fascinar,
entre los que comprende el continente de la comunicarse con inteligencias superiores y aeo-
América, pasaba en este punto lo mismo que en jerse á ellas en los casos dificultosos y en el
Europa, Asia y Africa durante su gentilidad. momento de acometer empresas arduas y de tal
Asombra la identidad de principios y creencias, ó cual importancia general.
de sucesos y prácticas^ en tierras separadas por Los indígenas de la Virginia y de la Florida
el inmenso Océano, y sin comunicación alguna tenian sus sátrapas que evocaban las sombras,
entre ellas; y no se explica esta identidad sino ensayaban adivinar el porvenir, hacían descen-
bajo el concepto de que los habitantes de unas der las lluvias con gesticulaciones horribles y
y otras hayan estado inspirados por un mi^mo fórmulas vanas y sin sentido, calmaban las tem .
espíritu, y hayan sido dirigidas por una misma pestades con sus ensalmos y curaban las dolen"
mano. cias con solo el canto de una frase mágica. Lo s
En efecto, la América tuvo también sus orá- caribes tenian sus maziris, los de Oumaná sus
culos y sus templos, sus profetas y sus sibilas; piaches, los indios de la ribera del Amazona
y sus habitantes llevaron el paso por la tierra con sus pagesis, los del Darien sus sacerdotes que§
todo ese numeroso acompañamiento denigroman- para adivinar, se embriagaban ó se adormecían
con el humo de una yerba los; chilenos sus macias- del demonio, según las vueltas que da y los visa-
y los peruanos sus ministros de pwhacaim; y ges que hace. Llega entónces á él uno de aque-
todos ellos producían los mismos fenómenos y llos hombres, y pregunta lo que quiere; y el res-
practicaban las mismas ceremonias con cortas- ponde."
diferencias. (1) Hé aquí, ántes de pasar adel ante, una caver-
El historiador Francisco L. de G-omara, des- na, como en el templo de Trofonio, un banquillo
cribe así la manera con que los piaches de como en el oráculo de Delfos, y el ruido, y log
Cumaná evocaban, para que les revelase lo f u - síntomas del furor ¡sagrado, como en el de C u -
turo, al diablo (en concepto del cronista, á sus mas, en Italia, en el de Júpiter Amon, en Libia,
dioses en concepto de los piaches). "Entra el y en el de Dódona, en el Epiro.
piache, dice, en una cueva ó cámara secreta una- En Chile como dijimos, se conocían estas prác-
noche muy oscura; lleva consigo ciertos mance - ticasy áellas se consagraban con anhelo todos sus
bos animosos, que hagan las preguntas sin t e - iufortunados habitantes Recibían, ya directa-
mor- Siéntase él en un banquillo, y ellos están mente de los espíritus, ya por conducto de sus-
en pié. Llama, vocea, reza versos, tañe sona- ministros ó de sus ídolos, instr ucciones á que
jas ó caracol, y en tono lloroso dice muchas ve arreglar su conducta Veian autorizadas estas
ees: Prororure, prororure, que son palabras de con prodigios que reputaban verdaderos mila-
ruego. Si el diablo no viene á ellos, vuelve el gros.
son, canta versos de amenaza con gesto enojado»
hace y dice grandes fieros y meneos. Cuando Ercilla en su célebre poema refiere uno de
viene, que por el ruido se conoce, tañe muy recio esos hechos extraordinarios, de qne fué testigo
y apriesa, y luego cae, y muestra estar presa todo el ejército español que hacia la guerra á
¡os indómitos hijos del Arauco, y que asegura-
ban unánimenente los indios todos de la comar.
ca. Para que se advierta que es un hecho históri-
co el que relata, y no un recurso de que se vale pa
1 Léase á Pedro Ciesa de León, "Crónica del Perú."
ra hacer intervenir algo maravilloso en el asunto
Francisco López de Gomara, "Historia de lai Indias "
—179—
—178— •
épico qae desenvuelve, y preparar así el ánimo Agua recia, granizo, piedra espesa
de los lectores, pone la siguiente estrofa. las intrincadas nubes despedían,
rayos, truenos, relámpagos apriesa
"En contar una cosa estoy dudoso,
rompen los cielos y la tierra abriau:
Que soy de poner dudas enemigo,
bacen los vientos áspera represa
Y es un extraño caso milagroso
que en su entera violencia competían;
Que fué todo un ejército testigo,
cuanto topa arrebata el torbellino,
Aun que yo soy en esto escrupuloso
alzándolo en furioso remolino.
Por lo qu3 del lo, arriba, Señor, digo,
No dejaré en efeto de contarlo, U n miedo igual á todos atormenta,
Pues los indios no dejan de afirmarlo." (1) no hay corazon, no bay ánimo así entero,
que en tanta confasion, furia y tormenta
H é aquí el prodigio que refiere:
no temblase, aunque mas fuese de acero:
Cuando el campo de allí quería mudarse, en esto Eponamon se les presenta
que ya la trompa á caminar tocaba, en forma de dragón horrible y fiero
súbito comenzó el aire á turbarse., con enroscada cola envuelto en fuego,
y de prodigios triste se espesaba: y en torpe y ronca voz les habló luego.
nubes con nubes vienen á cerrarse, Diciéndoles: que apriesa caminasen
turbulento rumor se levantaba, sobre el pueblo español amedrentado,
que con airados ímpetus violentos
que por cualquiera banda que llegasen
mostraban su furor los cuatro vientos.
con gran facilidad seria tomado,
y que al cuchillo y fuego la entregasen
sin dejar hombre á vida y muro alzado:

1 La Araucana part. 1 f canto 9 ?


esto dicho que todos lo entendieron,
15
—180—
en humo se deshizo, y no lo vieron. presentando, al parecer, á las personas de sus
Al punto los confusos elementos ascendientes ya difuntos. Lo raro es que t a -
fueron sus movimientos aplacando, les estatuas les servían de oráculos, bastando
para que se auimasen y respondiesen á las pre-
y los desenfrenados cuatro vientos
guntas que se les hacían, la evocaeion sacramen-
se van d sus cavernas retirando; tal de los sacerdotes. (1)
las nubes se retraen á sus asientos
En Ja costa de Pária (América Méridional)
el cielo y claro Sol desocupando: aparecían de tiempo en tiempo uno3 hechiceros
solo el miedo en el pecho mas osado que decían traer la divinidad, y que se hacían
no dejó su lugar desocupado. (1) recibir con grandes honores y fiestas. Antes
de su llegada andaban las mujeres de dos en
Yernos aquí, como hemos visto en otro3 lu- dos, y de casa en casa, confesando "públicamen-
gares, la reproducción mas ó menos fiel de los te sus faltas y pidiendo perdón de ellas. Lle-
fenómenos que preceden á la aparición de los gaba, el hechicero y despues de haber recibido
espíritus; vemos á Eponamon en forma de dra- las ruidosas ovaciones, comenzaba á anunciar á
gón haciendo USG de la palabra, y dando san- la muchedrumbre que le esperaba, cosas que su-
grientas instrucciones á sus ciegas é infelices cederían y que halagaban sobre todo su ociosidad
víctimas, á fin de que llevasen el terror y la y vanidad. "En acabando, agrega el dicho his-
derrota al centro del ejército conquistador. toriador, su plática 6 fingido oráculo el hechice-
Según Torquemadá, los indígenas del reino ro, comienzan á temblar todos, en especial las
de Popian, hoy Nueva Granada, así como los mujeres, con grandes temblores de sus cuerpos
del Tiraba, acostumbraban tener en sus casas que parecen endemoniados echándose
nn gran número de pequeñas estatuas, fabrica- en el suelo, y eehando espuma por la boca; y
das por ellos mismos de cera 6 de palo, y r e - con esto les hace creer el hechicero, que entón.
ees les entra la bondad, que ellos desean, y que

1 Lugar citado, 1 Torqnemada. Monarquía indiana, Lib. 6. cap. 33.


Si, caminando un indígena, observaba que un
se hacen participantes de la amistad de sus fin-
árbol se movia mas que los otros, lo cual le i n -
gidos dioses; y al que esto no hace, tiene por
fundía terror, se acercaba al árbol, y lé pregun»
malo, é indigno de aquellos bienes, que allí se
taba ¿quién era y qué quería? El árbol le r e s -
les ha prometido" (1) pondía en voces claras: "Llamáme un lohique
En la antigua isla española, en Santo Domin- (sacerdote d hechicero) y él te dirá quién soy."
go, Cuba y demás Antillas usaban de distinto "Iba el indio luego, habla el autor de la M o -
procedimiento para predecir las cosas futuras. narquía Indiana, por el dicho bohique y puesto
"Tomaban ciertos polvos, y echados en un ca- con recato jnnto al árbol y sentado, h acia cier-
ñuto como una pequeña flauta, poníanlos en las ta ceremonia; y luego se levantaba y referíale
ventanas de las narices, y absorviéndolos, reci- las dignidades y títulos de los mayores señores
bían aquella cantidad que convenia para el acto que había en la Isla; y luego le preguntaba;
que representaban, y conforme era el negocio ¿qué haces aquí? ¿qué quieres? ¿para qué me
que pretendían. Con estos polvos quedaban mandaste llamar? Dirne si quieres que te cor-
privados [aunque no del todo] del sentido, y te y lleve conmigo, y de qué manera quieres
como borrachos; luego hablaban un lenguaje que te lleve, porque yo te haré una casa en que
confuso y sordo, como diciendo algunas depre- mores y una labranza de que comas. Entdnces,
caciones; y con esto se hacían dignos de que el demonio respondía por el árbol lo que quería
unas estatuas que tenían presentes, les hablasen y que lo cortase; y declarábale la manera como
y recibiesen respuestas de ellas, de lo que pre- lo había de llevar, y el modo de la casa que le
tendían; y por esta manera se les descubrían había de hacer y labranza que le habia de la«
los secretos y ellos adivinaban." (2) brar y cultivar. El bohique cortaba el árbol y
Los mismos isleños tenían raras ceremonias hacia de él uua estátua ó ídolo de mala y desa-
para hacer los dioces que adoraban y que les catada figura; llevábalo y hacíale casa y se-
serviau de oráculos. Helas aquí. menteras, y con ciertas ceremonias era cada
año celebrado; al cual tenían recurso como
oráculo de quien sabían todas las cosas qu®
1 I d id. id. cap. XXVII.
2 Id. lib. lib. 9 cap. X V I I .
pretendían y deseaban, así de mal como de
bien." (1)
En el antiguo Anáhuac nada faltaba tampoco
de las rarezas que presenciaron los persas y los
egipcios, los romanos y los griegos. Pero esto
CAPITULO XIV.
merece un capítulo aparte.

SUMARIO.

Estimación en que los antiguo3 mexicanos tenían la o p i -


mon de los adivinos.—Muchedumbre de nombres con
que eran llamados.—Los Tlamacaxqui y Tlachihuqui
Aparición de Texcaltlipuca.—TenoxtiOan en incendio.—
1 Monarquía Indiana lib. 6 . = '_cap. X Y I I I . Los Tonalpouliquió astrólogos.-Los Tomamacpalitotiques
o nigromantes.—Sus escursiones depredatorias.—Sueño
que sabían infundir.—Los Naolli y las Mometzpopinque
o brujos y brujas —Curaban coa pases de manos ó so.
piando sobre los enfermos.—Ceremonias nocturnas de
los Tlamacaxqui.—Fantasmas, los TlacanexquimiUi y los
Cerulapachton. —Los Macioquezque y las Ciuapipiiti ó las
almas de los difuntos vagando por los a i r e s . - R u i d o s .
—Diversidad de ellos.-Semejanza con los oidos en
tí ochester.—Voces y lamentos.—La nueva piedra de
los sacrificios, hablando.—Anuncia que se va á s u m e r -
gir, y se sumerge bajo las aguas, rompiendo antes el
puente de Zo/oco.--Fenómenos maravillosos al acercarle
la conquista.-^Reflesiones.

Los antiguos mexicanos tenían en gran vene-


ración 6 temor á los hombres que se distinguían
por sus conocimientos de las cosas ocultas 6
por suceder, adquiridos de las inspiraciones de
—187-—
—186—
sus dioses que se les revelaban de diversas suer- les dice, hacia airas." Ellos hacen lo que se
tes y por varios medios. Su opinion era esti- les ordena, y ven que Tenoxtitlan es consumi-
mada en mucho y se la consultaba: da por el mas voraz de los incendios. Espanta-
La multitud de nombres que se les daba y con dos de este espectáculo caen en tierra y quedan
los cuales eran conocidos, denuncia al observa- miídos por un momento, el cual pasado, vuelven
á anunciar al emperador la voluntad del i r r i t a -
dor atento cuáles eran los grados de su poder
do dios de sus abuelos (1)
y el ramo de magia á que especialmente se con-
sagraban. Los tonalpouhqui eran verdaderos astrólogos^
pues tonalpouhqui significa lo mismo que hombre
Los que llamaban Tlamacaxqui 6 Teopúqui y que sabe conocer la fortuna de los qne nacen. N o
TlachiJiuque y que desempeñaban el papel de sa- habia niño que naciese respecto de cuyo desti
cerdotes de sus ídolos, eran vaticinadores, y sus no no se les consultase.
respuestas eran tenidas como oráculos; en los
casos de guerra ó de gran solemnidad evocaban Las tomamacpalitotique eran lo mismo que ni-
á sus dioses y consultábanlos; y los dioses se les gromantes, hechiceros, y encantadores, que se
aparecían y les d a b a n respuestas adecuadas. valían de sus hechizos y de sus encantamientos
para dañar primero, y despues, para hacer cesar
Cuando Moctezuma, puesto en terror por los
el mal que habían causado; eran temidos y abor-
avances que sobre la capital de su imperio ha-
recidos á la vez. Tenían potencia para infundir
cían los españoles, procuraba alejarlos, ocurrid
lo que hoy llamaríamos sueño artificial ó sonara-
á aquellos, amenazándolos de muerte, si con sus
bulismo magnético en las personas de cuya ha
evoluciones circulares, ademanes, conjuros, can-
cienda trataban de apoderarse.
tos, imprecaciones, hechizos y encantamientos, no
lograban desbaratarlos ni espantarlos Los teo- H é aquí la manera con que el P . Sahagun
pixqui y tlachihuques se juntaron en muchedum- pinta una de esas escursiones depredatorias»
bre y salieron al encuentro de los españoles?
cuando se les apareció el principal de sus dioses,
TexcaUipuca, encendido en furor, y comenzó á re- 1. Sahagun "Relación de la conquista de Nueva Espa-
ña." Solis. "Conquista da México."
frecuentísimas en ellos: Aquellos hechiceros' Los Naolli y las mometzpopinque eran brujos
dice, que se llaman tomamacpalüotique ó por y brujas, cuya ocupacion ordinaria era la de
otro nombre, tepupuxáuique, cuando querían maleficiar. Se consagraban también á la medí-
robar alguna casa hacían la imagen de Cecoatl 6 ciña y curaban, ya pasando por él cuerpo de los
de Quetzalcoatl, y eran hasta quince 6 veinte los enfermos repetidas veces las manos, lo que llama-
que entendían en esto, é iban todos bailando á ban fricciones, ya soplando sobre ellos, ó con
donde iban á robar, íbalos guiando uno que lle- amuletos y con ensalmos.
vaba la imágen de Quetzacoatl y otro que lievaba Los Tlamacaxqui tenían también sus ceremo-
un brazo, desde el codo hasta la mano, de una nias nocturnas, parecidas á las de los Lémures-
mujer que hubiese muerto del primer parto, í En medio del silencio de la noche salían á los
la que cortaba á hurto el brazo izquierdo; y montes vecinos á ofrecer cañas y ramos de pi-
estos ladrones llevaban uno de estos delante de nos; y se les aparecían mil fantasmas que creían
sí para hacer un hecho malo, y uno de les que ilusiones de Texcatlipuca. Se aparecían á los
iban guiando lo llevaba en el hombro. En lle- que eran sacerdotes y á los que no lo eran mu-
gando á la casa donde iban á robar, antes que chas veces, en formas varias, ya en la de hom-
entrasen dentro de la casa, estando en el patio bres sin cabeza ni piés que daban el nombre de
de la misma, daban golpes en e). suelo con el Tlacanexquimilli, ya en la de mujeres enanas
brazo de la muerta, y en llegando á la puerta llamadas Centlapaohton. que tan pronto eran
de la casa daban otros golpes en el umbral de vistas como desaparecían, ya en la de calaveras
la misma casa con dicho brazo. Hecho esto, que rodaban en pos de los que las veían, y que
decían que todos los de la casa se adormecían ó se paraban, si este sé paraba, ya finalmente en
Se amortecían, que nadie podía hablar ni mo- la de muertos amortajados que se quejaban y
verse, y estaban como muertos, aunque enten- gemían. (1)
dían y veían lo que se hacia " (1)

1 Historia general de la Nueva España, lib. 4. ° cap.


1 Sabagun, ebra citada, tomo 2. 0 p a. XII y X III
XXXI,
Las almas de los difuntos también se comu- tn les combates era, para I03 que traían, señal
nicaban con los aztecas, bajo la apariencia hu- segura de victoria.
mana de las macioaquezque, que eran las que Si los monstruos aparecidos eran del género
morían del primer parto; y que por este moti- de las ciuapipilti, los ruidos cambiaban de carác.
vo elevaban al rango de diosas ó mujeres celes- ter; é imitaban, ya el zumbido que forman los
tiales, que esto significa la palabra Ciuapipilti husos al hilar, ya el compasado son que, al tejer,
con que ya muertas y deificadas se las llamaba* se produce con la lanzadera, ya el desordenado
Los aztecas creían que estas diosas andaban jun- de varias petaquillas puestas en movimiento. (1)
tas en el aire, y aparecían cuando querían á los Así también, despues que John Fox se domici-
que viven sobre la tierra. (1) lió en R oehester, los espíritus américanos modev
Aqueste mismo supuesto es la base en que nos fingían golpes de martillo sobre los muebles^
descansa el espiritismo actual. de mazo en el cercado de los jardines, y r e m e -
daban perfectamente el ruido áe la sierra, del
Antes, y en el momento de aparecerse seme-
cepillo, y también, como las ciuapipilti, el de la
jantes estantiguas, principalmente las Tlacanex-
lanzadera.
quimiUi, se oian unos ruidos y golpes como de
hacha que corta lena y & que se daba el nombre Eran también comunes las voces pavorosas
de tooaltepuztli, que significa hacha nocturna que que resonaban en los aires, sin poderse averiguar
ponia espanto á los cobardes y animaba í los de dónde venían.
esforzados á ir en pos de los fantasmas, de los Casi todos los historiadores refieren las que
cuales podían asirse y no los soltaban hasta no se oyeron una' noche, cuando estaba próxima la
haber recibido de ellos un considerable número conquista de esta tierra por los españoles. Eran
de espinas de maguey, especie de amuleto que las voces "como de una mujer que angustiaba y
con lloro decía: ¡Oh! hijos míos, que. ya ha llega»

o o
1 Sabagun. Obra citada, Tomo I Lib. I Cap. 19
1 Sahagoc. Obra citada. Cap. 6 ° Lib. 29.
Toda la copia de rarezas de que hemos pro
do vuestra destrucción! ¡Oh! hijos mios, dónde
curado dar una idea, de otras que callamos
os llevaré para que no os acabéis de perder!" (1)
para no recargar el cuadro, y de muchas que se
En este mismo tiempo resolvió Moctezuma
escaparon á los cronistas por falta de documen-
levantar una nueva ara para los sacrificios aj
tos, eran cosas extraordinarias, que sin dejar
dios Huitzilopochtli, y ordenó que con este fin se
de serlo pasaban ordinariamente entre los az-
condujese desde Acolco al templo, una piedra
tecas.
que fuese dos codos mas grande y una braza
mas ancha que la antigua ara. Esta piedra, coD Parece, sin embargo, que años ántes de ser
gran sorpresa de la multitud que la conducía, conquistados, las rarezas tomaron un nuevo ca-
comenzó á hablar manifestando, que ya no era rácter y fueron mas frecuentes y pasmosas-
tiempo de hacer lo que antes, que inútilmente Las potencias infernales, á las cuales no se ocul
se la llevaba, que no pasaria mas allá del puen- taba que la Cruz pasaba del antiguo al nuevo
te de Xoloco. Y en efecto, al llegar á este, mundo en la carabela de Cortéz, se desencade-
pronunció: hasta aquí ha de ser, y no mas; y ej naron y pusieron en juego todos sus prestigios ;
puente, que era de cedro y de siete palmos de y, en la imposibilidad de vencer combatiendo
grueso, se quebró y cayó la piedra dentro dej contra el signo, emblema de redención y de
agua. (2) Este hecho perfectamente averiguado victoria, se desataron en iras y furores, de que
y comprobado es igual al ele las mesas girato- dieron inequívocas muestras á sus vasallos, que
rias y parlantes! sin saberlo, sacudían el mas vergonzoso yugo é
iban á ser bien pronto rescatados del mas ne-
fando de los cautiverios.
Yaticinios de ruina próxima, voces ruidos y
1 L e mvsters de la dause des tables. p. 6—8—10-Sa- espantos, monstruos desconocidos y resureccio-
l i aOs a n7, Eelaoion. de la conquista de Nueva España nes aparentes, visiones y sueños, terrores y pre-
ap. 1 ? sentimientos; el cielo y la tierra trastornados,
2 Bustamante. His. del Emperador Moctezuma. Ye-
perturbados los corazones; todo esto sirvió de
ancourt. Teatro mexicano, tomo 1 . ° pág. 43. Fer-
anuncio, no á la conquista que habiade poner el
nando de Alva Tezozomoc, Herrera, etc., etc.
cetro de Moctezuma en las manos de Isabel y de
Fernando, sino á la única conquista gloriosa que
los teocalli de EuitzüopocUli y Texcatlipuca en ba-
sílicas donde se rindiesen eternos cultos al Yer-
bo del Padre, Luz de Luz. verdadero Dios de Dios CAPITULO XY.
Yerdadero, y á los idólatras de Satanasen ado-
radores de Jesucristo.
Es una verdad, pues, tratándose de la univer- SUMARIO.
salidad de las naciones gentiles, que los mismos
fenómenos se produjeron en toda?, á las orillas
Influencia del cristianismo respecto á la nigromancia.—
del Eufrátes, como á las del Gánges, á las del
L a demonocracia universal e3 hoy imposible.—No lo
Kilo, como á las del Tíber; en Europa, Asia, es el dominio satánico sobre los individuos que le con-
Africa, como en América. sienten.—Poder del hombre 'sobre Satanás.—No p o r -
que triunfó la Cruz, los fenómenos mágicos dejaron de
producirse absolutamente.—Su realidad y posibilidad sa
cQmprueban por los mismos evangelios.—Simón el Mago
y Bar-Jesu.—Heregías y sectas filosóficas.—Supersti-
ciones de los maniqueos y de los neoplatánicos,

Así como es una verdad histórica de las me-


jor averiguadas y comprobadas, que entre los
paganos reinó por muchos siglos la superstición,
y esta constituía el fondo del culto que ^se t r i -
butaba á la Divinidad por los miembros todos
del linage humano, ya colectiva, ya distributi-
vamente considerados, sin mas excepción que
el escogido pueblo hebreo; de la propia manera
16
es históricamente cierto, ó no hay certeza his- bia conducirlo á la perfección, que á pesar de
tórica sobre la tierra, que la resplandeciente las tinieblas que le cercaban, entreveía, y no
antorcha del cristianismo vino á disipar las som. obstante su deprabacion extrema, ansiaba y
bras de muerte que el deforme monstruo de la procuraba de conquistar; y en un momento,
superstición proyectaba sobre el mundo antiguo vencido el gran cosmócrata, como le llamaba el
Y desde entónces toda la máquina religioso- Apóstol de las gentes, el usurpado reino pasó
político-social de las generaciones anteriores á á manos de su único y verdadero Señor; y la
Jesucristo, paró sus bruscos movimientos, rotas humanidad hizo memoria de sus destinos, volvió
para siempre las piezas de que se componía, á la senda de que se habia desviado y con t e m -
desviadas de sus centros y sin el p unto de apo- pló fácil y hacedera la perfección.
yo de sus ejes las ruedas sobre que caminaba,
El reinado universal de Satanás es imposi-
y estrellado el sistema de engranes que combi-
ble en el mundo, desde que el Yerbo le resca-
naba en ella todos los movimientos, aun los mas
tó con el infinito precio de su sangre; pero
opuestos de la materia y los mas extravagantes
no es imposible en el hombre que quiere so-
del espíritu. L03 oráculos con sus adivinacio-
metérsele, Satanás ha quedado sin cetro, pero
nes y con sus adivinos, la magia con sus presti-
no sin deseo de reconquistarlo: ha sido .venci-
giadores y encantadores, y con sus prestigios
y encantamientos, las ceremonias de la evoca- do y humillado, pero está muy distante de
ción de las almas de los difuntos y la influencia contentarse de su derrota y de resignarse con su
funesta de los génios protectores ó espíritus humillación; Su ódio á los hombres es igual ¿
familiares, recibieron un golpe terrible. El mun- su soberbia que no conoce límites; y rugirá en
do gimió bajo el peso de cadenas que no le era torno de ellos, hambriento por devorarlos, mién-
dado romper, y fué libertado: la demonocracia tras que haya uno solo sobre la tierra que le
universal le había penetrado hasta en la médu- esté consagrado. ¡Ay de aquellos que oyéndo-
la de'sna huesos, y penetrándole, le tenia en- le rugir no "huyen, sino que, por el contrario, se
fermizo y moribundo, olvidado de sus grandes le acercan!
destinos, y léjos, muy lejos de la senda que de- Cuenta la mitología que Júpiter, despues de
haber arrojado sus rayos sobre Tifón, echó so-
/

bre él la isla de Sicilia, y que desde entonces


riamente se sujetan á sus tiranías; puede, porque
está bramando y gimiendo bajo e3e peso que
los hombres consienten en delegarle el poder
le oprime y agovía; que las llamas que de tiem-
inmenso que sobre sí mismos tienen,?y de que
po en tiempo'vomita el E t n a , son la cansada res-
el Dios Redentor no ha podido despojarlos, s i -
piración que se escapa penosamente de su pecho, no destruyendo la más perfecta de sus obras.
y que siempre que se remueve, para buscar algún La Misericordia Divina, si pudo y tuvo á bien
alivio, cambiando de postura, toda la comarca si- contrarestar, por medio de la gracia, el no es-
ciliciana tiembla. Si las cosas grandes pueden caso poder que al demonio daba sobre el hom-
compararse con las pequeñas, y las santas con bre la superioridad de su naturaleza; si pudo y
las profanas, nosotros diriamos que Jesucristo tuvo á bien arrebatarle el cetro que astutamen-
despues de haber humillado y destronado á Sa- te se apropió en la tentadora y peligrosa celada
tanás, le arrojó al fondo del abismo, y dejó ro- del paraíso, no podía quitar al hombre su pro-
dar sobre él la firmísima roca que sirve de ci- pio poder, su libertad propia, que es el timbre
miento á su iglesia. Allí aplastado el ángel de su gloria y de su grandeza, á ' l a vez que la
rebelde, se retuerce en vano y se agita con las marca de su baldón y de su miseria.
convulsiones de su impotente furor, y, solivian-
Ahora puede el hombre vencer y humillar á
do alguna vez el peso bajo que gime desespera-
Satanas con solo quererlo, pero quererlo con
do, ocasiona esas violentas sacudidas que ponen
eficacia; así como no mas con quererlo puede.
en conmocion y terror el mundo de los espíri-
ser humillado y vencido.
tus. Pero, por hercúleos que sean sus esfuer-
zos, habiendo perdido p a r a siempre, merced á Por tanto, no,hay motivo por qué maravillar-
la redención, los títulos que hasta cierto punto se de ver, como se verá, que las artes diabóli-
habia legitimado la culpa del primer hombre, cas, antes conocidas con el nombre de mágia y
ha perdido también el formidable poder que hoy con el de espiritismo, turben la paz y la
poseyó y ejerció por espacio de cuarenta siglos tranquilidad de los que llevan en sus frentes la
con tanto lujo de crueldad. Ahora puede to- insignia de cristianos. En tiempos del paga-
davía, y mucho, respécto de los que volunta* nismo se pusieron en juego por todas partes y
tuvieron un carácter social. De Jesucristo acá,

sé vea limitados á algunas regiones y afectando misma, al demonio, de principe de este mundo,
de un modo directo solamente á los individuos. ni San Juan de gobernador del mismo, ni San
De regla general que eran, pasaron á ser ex- Pablo llamándole Cosmócrata•
cepción. Lo que la doctrina supone y ensena viene á
De aquí es que no porque la Cruz triunfó de ser confirmado por los hechos que han tenido
los ídolos, los fenómenos mágicos dejaron abso- lugar en el seno de la misma Iglesia católica,
lutamente de producirse, ni las destronadas in desde los primeros hasta los últimos dias de su
teligencias angélicas de ensayar su poder entre existencia gloriosa.
los cristianos, El Evangelio mismo supone la Simón el Mago, llamado de los samaritanos
posibilidad de que aquellos se reprodujeran ea por los sorprendentes prodigios que lograba
lo de adelante, y la de que estas se esforzarían producir, "La gran virtud de Dios," y á quien
en no permanecer ociosas. En el supuesto con- los mismos erigieron una estátua: Bar-Jesu,
trario seria inexplicable la potestad sobre todos 'que con iguales artes ponia obstáculos á la con!
os demonios concedida á los apóstoles por el Di« versión del Procónsul Sergio, Menandró, Satur-
vino Maestro, potestatem super omnia daemo * nino, Basílides, Oapócrates, &c., que le suce-
nia; (1) no seria signo distintivo de los que cre- dieron, no son personajes extraños á la historia,
yeren en su doctrina, esa misma potestad, (2) ni los hechos de que fueron autores, meras i l u -
ni el hijo del trueno habria podido -decir de los siones de la fantasía.
ángeles malo3, que eran ¡os encargados de hacer- Pero no solo en algunas individualidades co-
daño á la tierra y al mar. (3) No habria Jesu- mo estas se cultivaron las prácticas supersticio-
cristo calificado con verdad, y era la Yerdad sas, sino principalmente en el seno de las here-
gías primitivas y de las sectas filosóficas que se
armaron de todas armas contra la apénas cono-
cida y ya triunfante religión del Crucificado.
<1) San Lúeas IX, 1. Entre aquellas^ figura en primer término de
(2) San .Marcos XVI, 17. la escala el maniqueismo, del que San León el
i
i ( 3 ; Ápoc VIH, 2. Grande ha podido ;afirmar, sin ser desmentido
por sus contemporáneos, que todo lo que había cesario, causa de los demás seres, de los génios
de impiedad entre los paganos, de ceguedad y de la3 almas. Pensaba que ciertos minerales
entre los judíos, de crímenes en los misterios 6 ciertas plantas podían dar al alma humana
de la mágia, y de blasfemias y sacrilegios en un grado de sutileza propio para hacer ver los
todas las keregías juntas, vino á afluir como en espíritus. Atribuía á los génios los diversos
la mas impura cisterna, en la secta infame y prodigios de todas las religiones, y opinaba que
monstruosa de que fué digno jefe el apóstata el objeto de la filosofía era levantar el alma
Mánes. por sobre las impresiones corporales, excitar
su sensibilidad para ponerla en relación con los
La filosofía, á su turno, la que, por no pare-
espíritus. Pero la semejanza casi se torna en
cer retrógrada, trató de conciliar algo de las
identidad, si se estudia al primero y más a r -
verdades evangélicas con las crasas y desacre-
diente de sus discípulos, que al escuchar al
ditadas aberraciones del paganismo, la que se
maestro exclamó: esto mismo es lo que yo bus •
avergonzó d© hacerse cristiana, no vaciló en
coba. Nos referimos á Plotino. Este vivía per-
que en sus sesiones académicas se continuasen
suadido de que estaba bajo la protección de un
iniciando sus adeptos en los pavorosos misterios
génio, que habiendo sido evocado por un sacer-
que ya casi no tenían abrigo en los templos de
dote del templo de Isis, resultó ser un dios El
la gentilidad, y en quo fuesen esornadas con
mismo predecía lo porvenir y descubría las co-
las manifestaciones y comunicaciones de los es-
sas ocultas. Según él y sus secuaces la sustan*
píritus cuyc poder tocaba ya á su ocaso.
cia etérea, cuyo principio es el rayo solar, p r e -
El neoplatonismo estaba á la cabeza de estas side inmediatamente á la conservación del mun-
sectas filosóficas; y el sistema de Amonio, su do, que consideraba eterno; sobre esta sustan-
fundador, y de Plotino, Porfirio, Hierócles y cia está'el mundo de las inteligencia?, y en el
Jámblico, discípulos de aquel, si se le examina grado supremo, Dios. El sol es al mundo v i -
con mediana atención, no se diferencia del que visible, lo que Dios al inteligible. El hombre
ahora enseñan Alian Kardec y los infortunados eleva á Dios por eléxtasis, que reduce el alma
propagadores de su doctrina. al estado de esencia pura; y de esta suerte se
Amonio reconocía la existencia de un sér ne-
le revelan cosas que no le es dado conocer por
sí mismo.
Este éxtasis era el mismo delirio 6 manía de
Platón.
CAPITULO XYI.
¿Quién no]ve en todo esto¿ por una parte el
culto que hoy se conoce con el nombre de e3-
peritismo, y por otra la filosofía espiritualista
SUMARIO.
de Alian Kardec?

(Continuación del mismo asunto.)

Semejanza del Tratado de los misterios de Jámblico con


el Libro de los Espíritus ó de los Médiums de Alian
Kardec,—Sueños venidos de los genios.—Dificultad co-
mún á 'los espiritistas y á los neoplatónicos, de distin-
guir á los buenos de los malos espíritus.—Rarezas que
se notaban en los inspirados.—Paáage de Jámblico.—
Comprueban la realidad de los fenómenos despaes del
cristianismo las disposiciones penales de la Iglesia.—
Concilios de Ancyra, de Arles, de Elvira, de Laodicea,
de Auxerre y da Narbona.—Canon caput episcopi.—Le-
gislación civil cristiana.—Decreto de Constantino, de
Teodoro y o. ros emperadores cristianos.—Leyes espa-
ñolas.—El Fuero Juzgo y el código de las Partidas.

Si abriéramos el Tratado di los misterios de


Jámblico, ferviente neoplatónico también de
los primitivos siglos cristianos, equivaldría á
hacerlo con el Libro de los Espíritus ó de los
Médiums, tan conocidos hoy. Los unos p a r e -
tos admiten, espíritus que mienten y engañan,
cen ediciones estereotípicas del otro, al méno3
qui mentiuntur [etfaUunt. (1) Sobre este p a r t i -
en cuanto al fondo. Procuremos dar una idea,
cular hacia Porfirio á Jámblico curiosísimas
aunque ligera, de este. Tratándose, por ejem-
consultas.
plo, de los sueños, su autor enseña, que en lo
P o r ser confirmatorio del concepto que del
general son debidos á causas naturales y añade
espiritismo actual nos hemos formado, no pode-
en seguida, que los que vienen de los génios no
mos resistir á la tentación de copiar un p á r r a -
se verifican del mismo modo que aquellos; y
fo de la obra citada de Jámblico, en el que se
que se les puede tener aun en el estado de vi-
describe el cambio que se obraba en los que
gilia, oyéndose entdnces voces que instruyen
ejercían el sagrado ministerio ó cultivaban la
brevemente acerca de lo que conviene hacer* (1)
teurgia, cambio que aumentaba su poder y los
En el capítulo, Inspiratus habet deum pro anima,
hacia ¿como de otra naturaleza. H é aquí el
dice que el signo más seguro de que se está
párrafo: " E l fuego no tiene poder sobre ellos;
inspirado, es ver descender el espíritu, (2) y
pueden andar sobre áscuas sin sentirlo; el gé-
recibir de él instrucciones místicas: el espíritu
nio que los anima contrarresta su ardor; si e x -
se muestra al principio bajo una cierta aparien-
perimentan sus impresiones, no les causa n i n -
cia de fuego.
gún dolor y son insensibles á las picaduras y
La misma dificultad tenian los neoplatdnicos contusiones. H a y mas, son invulnerables, se
que la que tienen hoy los espiritistas en distin- les hiere con espadas y lanzas y no quedan ves-
guir si los espíritus eran bueno3 ó malo3, y en tigios; no siendo humanas sus acciones, pueden
sus comunicaciones admitían aquellos, como es- pasar á lugares impenetrables é inaccesibles...
andar sobre las aguas como sobre caminos s ó -
lidos; no todos obran los mismos prodigios, sus
operaciones y sus efectos, varían según las per*

1 Compárese con lo que Alian KardeC dice del so«


nambnlÍ8mo lúcido. Libro de los espíritu! capítulo 8
Libro 2.
1 Véase Allan-Kardeo, obra cita, Lib. 2, cap, 1.
2 Los médiums videntes.
sonas, (1) Unos son agitados á la vez en todos pero no para demostrar que entre los mismos
los mienbros del 'cuerpo; otros no experimen- bautizados no escaseaban, como era lo cierto.
tan movimientos convulsivos, sino en un solo Fuera de estos documentos son irrecusables
miembro. A estes movimientos sucede un re- á este respecto, las disposiciones penales, las
poso profundo, una súbita calma; en este esta- prohibiciones y excomuniones que se fulmina-
-i •
ron desde entónces por los concilios contra los
do oyen ruidos de toda especie, melodiosos, es-
esclavos de semejante superstición. Ya desde
pantosos, lúgubres; ya son voces que cantan en
el ano 314, los de Aneyra y de Arlés la conde-
coro, ya voces desacordes, continuas ó inter-
naron del modo más expreso-. Igual cosa hicie-
mitentes Estos inspirados^ unos se en-
ron los de Elvira en España por los años de
tregan al baile, ¡otros al canto (2) Hay
343, el de Laodicea én Frigia, el de Agde en
algunos cuya estatura aumenta como la de un
505, el de Orleans en 511, el de Auxerre en
coloso, y otros en que disminuye basta confun-
570, el de Narbona en 589.
dirse con la de los niños. Se ven [unos levan-
tarse por el aire, caminar horizontalmente, de» Es notable particularmente el canon Episco-
pi, duodécimo del Concilio Anquilense, por,
jarse caer sin sufrir ningún [género de lesión, ®
cuanto á que en él se determinan algunas de las
Esto tan pasmoso que pasaba á los minüros sa-
prácticas acostumbradas, y se dan á conocer
grados, pasa en la actualidad á los médiums sus
algunos de los fenómenos de la nigromancia.
sucesores.
Juzgamos conveniente insertarlo integro.
Esto seria sobrado para dar por sentado que
en los primeros siglos de la Iglesia todavía la "Los obispos y sus coadjutores, dice, deben
religión de la magia contaba con sus adeptos, esforzarse en extirpar de sus diócesis la magia
y los detestables encantamientos inventados por
el diablo; si encuentran en ellas hombre ó mu-
jer contaminadas con este vicio, deben a r r o -
1 Entre I03 médiums actuales los hay de más ó menos jarlos del gremio. Porque dice el Apóstol: Eu*
poder."
ye del hombre hereje, despues de haberle corregido
2 Recuérdense las escenas mesmérieas del hotel Bour-
una y dos veces: sabiendo que quien es de esta
ret.

/
ralea, está pervertido. Están pervertidos y vi- juzgan que fuera del Dios Uno, hay otra diosa 3
ven esclavos del diablo los que, abandonando divinidad <5 numen.
á su criador, bascan las inspiraciones del ene-
" P o r lo cual los sacerdotes deben predicar
migo común; y por lo mismo, debe expurgarse
con toda solicitud al pueblo de Dios en las igle-
la Santa Iglesia de esta peste.
sias que tienen encomendadas, á fin de que se
'•Debe tenerse présente también que algunas
conozca que todas esas cosas son falsas, y que
mujeres abominables reciben á los demonios;
los fantasmas que perturban el alma de los fie-
y seducidas per sus engaños, fantasmas é ilu-
les, no son obra de Dios, sino del maligno E s -
siones, creen y declaran que ellas cabalgan por
píritu. Es Satanás mismo el que apoderán-
la noche sobre ciertos animales con Diana (1)
dose del espíritu de las mujeres y, trasfomán•
diosa de los paganos ó coü Herodiades y otra
dose en ángel de luz, toma la semejanza de diver-
muchedumbre de mujeres, y que recorren en el
sas personas y turbando en medio del sueño
silencio nocturno muchas tierras; que se hacen
las cabezas en,que reside, las sugiere ya cosas
obedecer algunas veces, y no pocas las llaman
alegres, ya tristes, ora cosas conocidas, ora
y vienen á su servicio. ¡Ojalá que ellas solas
desconocidas, y las obliga á creer que esto que
pereciesen en su perfidia y no arrastrasen, co-
solo pasa en el alma y en la imaginación, tiene
mo arrastran á muchas, á la muerte de la in-
lugar también en el cuerpo y en. la realidad.
fidelidad! Porque una gran multitud engaña-
da por esta falsa opinion, cree que tales cosas " ¿ A quién no sucede que en sueños y entre
son reales, y creyéndolo, se desvian de la fé visiones nocturnas, sale fuera de sí y ve dormí»
recta y caen en el error de los paganos, que do cosas que no ve en plena vigilia? ¿Quién hay
tan necio y tan romo de inteligencia, quejuz—
gue que todo lo que pasa en el alma, se realiza
también fuera de ella? Las visiones del profe-
ta Ezequiel fueron visiones de su espíritu no
1 Hoy se cree que los sonábulos recorrea grandes dis-
de su cuerpo, San Juan Apóstol'no vio ni oyó
tancias, y pueden, si desean estudiar astronomía, por
con los ojos y oídos materiales, sino con los del
ejemplo, ir á estudiarla sobre los mismos astros.
alma, las cosas misteriosas que refiere en el
17
Apocalipsis, como él mismo lo dice: staiim fui
El concilio TruUano tenido en el año de 692,
in spiritu. Y San P a b l o no avanza á afirmar
no es tampoco para pasarse en silencio; debe
que fué arrebatado e n su cuerpo.
- cuando ménos recordarse que castiga con la
"Así es que debe advertirse á todos que los pena mayor eclesiástica í los que hacen las fun-
que tales d semejantes cosas creen perdieron la ciones y desempeñan el oficio dé adivinos, á los
fe; y que los que no tienen una fé recta en el que practican las evocaciones de las almas do
Señor, no son del-Señor, sino de aquel en quien los muertos, etc., etc. (a)
creen, es decir del diablo. Porque por el mismo
Señor Nuestro fué escrito: que todas tas cosas
fueron hechas por El &c. Luego, el que cree
que puede hacerse algo, ó mudarse una criatu-
ra en otra mejor 6 peor, 6 trasformarse en es- tivi tenentur, qui relieto creatore suo, diaboli suffragia
pecie diferente y tomar diversa semejanza, si quaeruat: <$• ideo a tali peste debet mundari san età Ec-
clesia. Illud etiam non est omittendum quod quae-
no e3 por la virtud del mismo Criador, que hi-
dam sceleratae mulieres retro post Satanam conversae»
zo todas las cosas y p o r quien todas las cosas diemonum illus ; onibus Sf phantasmatibus seduetae, credunt
fueron hechas, es indudablemente infiel y peor & profitentur, se nocturnis horis cum Diana Dea Pagano-
que los paganos." (1) rum, vel cnm Hsrodiade, & innumera multitudine mulie-
rumequitare super quasdan bestias, & multarum terrarum
spatia intempestae noctis sileutio pnrtransire, ejusque
jussionibus velut dominaa obedire, 4" certis noctibus ad
ejus fervitium evocari. Sed utinam bae solae in perfidia
sua periissent. & non moltoa secum ad infidelitatis interi-
1 Episcopi, eorumque ministri omnibns modis elaborare
tum pertraxisaent. Nam ianumera multitudo hac falsa opi-
siudeant, u t perniciosam, & â diabolo inventa m sortilegam
nioni decepta, haeo vera esse credunt. & credendo à r e c t i
& magicam artem ex parochiis suis penitus eradicent: &
fide deviant, & errore paganorum involvuntur, cum »liquid
si aliquem viram, aut mulierem hujuscsmodi sceleris seota-
divinitatis aut nummis extra unum Deum arbitrantur.
torem invenerint, t u r p i t e r d e s honestatum de parochiis suis
Qaapropter Sacerdotes per Ecclesjas sibi commissas popu-
ejiciant. Ait euim Apostolus: Exreticum hominem post
lo Dei omnia instantia praedicare debent, ut noverint
primam &fecundam correptionen dc.vita, sciens, quia subver
baec omnia falsa esse, & non à divino, fed à maligno
sus est, qui hujusmodi est. Subversi sunt, & â diabolo cap-
Spiritu talia phantasmata mentibus fidelium irrogari.
—214— —215—
En apoyo de la legislación canónica viene la trdlogos, los hechiceros, los encantadores, y en
legislación civil cristiana. Decretos $de Cons- suma, íuese cual fuere el nombre que llevasen,
tantino y de Constancio, de Valentiniano, V a - los que usaran mágicos apparatus, como se e x -
lente y de los dos Teodosios, así como las Capi presa uno de los primeros (1).
tulares de Cario Magno no tuvieron otro fin en
La legislación española, que fué la nuestra
el vasto imperio romano de que fueron gefes,
por mucho tiempo, y lo es ahora en p a r t e toda-
qne reprimir en algún modo los males que con
vía, tanto civil como eclesiástica, está llena de
sus prestigios ocasionaban los augures, los as-
este género de prohibiciones. Fuera del cánon
del concilio de Elvira á que nos hemos referido,
pueden verse los X X I V y X X I X del concilio
cuarto de Toledo y el capítulo 15 del primero.
Si quidem ipse Satanas, qui transfigurat se in An-
Chindasvinto penó por la ley 1. 0 3 y 3. * , títu •
lum lucis, cum mentem cujuscumqua mulierculae ceperit, 10 2. ° , Lib. V I del Fuero Juzgo con doscientos
& hanc sibi per infidelitaten subjugaver it, illico tracsfor. azotes, infamia y prisión perpétua á los magos
mat s@ in diversarum species persanarum atque similitudi- y encantadores; D . Alfonso el Sabio, J u a n I y
lies; & mentem, quam captivam tenet, in somniis deludens»
11 de Castilla, los juzgaron dignos del último
modo laeta, modo tristia, modo cognitas, modo incognitag
personas ostendes, per devia quaeqae deducit: & cum so-
lus Spritus hoc patitur, inßdelis mens hoc non in animo,
sed in corpore evenire opinatur. Quis enim non in somniis
& nocturnia visionibus extra se educitur, & multa videfc
dormiendo, quae nunquam viderat vigilando? Quis vero perdidit: ty qui fidem rectam in Domino HÖH habet, hie.
tam stultas & nebes sit, qui baec omnia, quae in solo spi- non est ejus, sed illius, in quem credit, id est, diaboli-
xitu Sunt, etiam in corpore accidere arbitretur? cum Eze- Nam de Domino nostro scriptum est; Omnia per ipsum
chiel Propheta visiones Domini in spiritu, con in corpore facta sunt, &c. Quisquis ergo aliquid credit posse fieri,
vidit: & Joannes Apostolus Apocalipsis sicram entum in aut aliquam creatarem in melius aut in deterias immuta-
spiritu, [non in corpore vidit & audivit, sicut ispe dicit; ri, aut transforaiari in aliam speciem völ simiiitudinem»
Staiim, inqnifc./wi in spiritu. a E t Paulus non audet dice- nisi ab ipso creatore, qui omni* facit, & per quern omnia
re se raptum in corpcre. Omnibus itaqus publice annun- facta sunt, proculdubio infidelis est, fy P a g a n o deterior.
liandum est, quod qui ¿alia, £ his similia credit, fidem 1 Véase el código Teodosiano. De Malef. et Mathem,
suplicio. (1) Las leyes de la 7. * Partida, 1.a* cosa en es a razón, acaeciéndoles muchas oca-
y 2. 53 título X X I I I son curiosas, porque ge siones por el espanto que reciben andando de no-
ocupan en describir el modo con que algunos che, buscando estas cosas a tales en los lugares
procuran adivinar lo porvenir, y el de evocar extraños; de manera que-a!ganos de elles mue-
los espíritus. "La segunda manera de adeni« ren 6fincan locos ó desmemoriados; por ende
nansa, dice la primera, es de los agoreros é de defendemos que ninguno non sea osado de t r a -
los sorteros, 6 de los fechiceros que catan agüe" bajar, nin de usar, de tal enemiga, como esta:
ros de aves, ó de estornudos, de palabras; 6 porque es cosa que pesa á Dios, é viene ende
ecban suertes 6 catan en agua, 6 en cristal ó en muy grave daño á los ornes." (1)
espejo, 6 en espada, ó en otra cosa luciente, (2) Todas estas disposiciones penales comprue-
-d fazen fecburas d¿ metal (5 de otra cosa cual- ban la existencia de los hechos supersticiosos
quier; ó adeuinanza en cabeza de orne muerto 6 que se propusieron extirpar eu las respectivas,
de bestia, <5 eu palma de niño 6 de mujer vir- épocas en que se pusieron en vigor ó se recor»
gen. Estoi truhanes etc." ilNecromantia} con- dd su observancia.
forme á la segunda de dichas leyes, dicen en
latin, á un saber extraño que e3 para encantar
(llamar con el canto, evocar) espíritus malos: é
(a) Hé aquí algunos de los cánones citados y
porque de los ornes que se trabajan í fazer esto
otros que no se señalan.
viene muy gran daño á la tierra é señaladamen-
Si quis Ariolos, Aruspioes, vel incantatorea obseryave-
te á los que los creen, é les demandan alguna rit, aut phylacieriis usas faerit, anathema sit.
Qui divinatione3 espetant, & morem Gantilium subse«

1 "Muere» é fincan locos et desmemoriados«" De estas


a a a mismas muertes repentinas, y locuras f r e c u e n t e s se la*
1 Leyes 3 . tit.XXIII', P. 711, 5. y 6. . y tit
3 . o LSb. 7 I H , N . R . mentan los quinoe mil ciudadanos americanos en su ex-
posición al Congreso de los Estado9rUnidos, qne ya cono-
2 H e aquí conocido el hypnotismo que los Docleres
cen nuestros lectores. México conoce también algunos
Aíam y Braid han querido hacer pasar últimamente co-
desgraciados, hechos locos por el espiritismo.
mo una novedad.
q u u n t u r , vel in domos suas hujusmodi hominis i n t r c d a -
cunt, exquirendi aliquid a r t e maieficaj eufc expiandi cau-
sa, sub regula quinquennii jaceant, focumdum gradus CAPITULO XVII.
poenitentiae definitos, <&o. í'''•• i • • • % ">' • • • ¡i • '•• -
N o n oportet sacris officiis deditos, vel Clericos, Magos . ¡íÜCSíf • *"><
ant iucantatores exister?, aut facere phylacteria, quae ani r
SUMARIO.
m a r u m fuarum vincuia comprobantur. Eos autem, qui : B< ' • U' •
talibus rebus u t u n t u r , projlci ab Eec'esia jussimu?.
Si quis Episcopus, aut Presbyter, sive Diaconus, Tej
(Continuación del asunto anterior.)
Qtiilibet ex ordine Clericorum, Magos, aut Aruspice?, aut
Incantatores, aut Ariolos, aut certe Augtrres, vel Sortils-
gos, vel qui profitenlur artem magicam, aut aliquos eorum
similia exercenies consulubse fuerit deprehensu®, a b h o n e Celo de la Iglesia Católica por el bien de 1 s almas — E I
Ritual Romano.—De las instrucciones que da á j o ?
re dignitatis suae snspensus mpnasterii curam suseipiat» exorcis'a? se infiere la realidad de los fenómenos mági-
ifcique poeaitentiae perp3tuadeditU3, scelu* admissum sa- co-espiritistas. —Signos de obsesion.— Sucesos maravi-
crilegii solvat. llosos acaecidos en Alemania en 1550 con las religiosas
de Noatet — Otros q u s tuvieron lugar en F r a n c i a en
Aüquanti Olerici, sive L?ici student aaguris, & sub no» 1632 con las Ursulinas de L o u d u n , - Otros del mismo
reine fictae religicnis per eas, ;quas Sanctorum sertes género producidos en la propia nación en 1700 y en
1733 con loa Camisardos ó Tembladores de las Ceve-
vocant divinatiouis scientiam profitentur, aut quarumqun-
nas y con los Convulsionarios de San Medardo.—Espíri-
que scripturarum inspectione futura p r o m i t t u n t . Haec t u s golpeadores, trasgos c duer.des conocidos en todos
quineunque Clerieus s u t Laicus ¿etee:us fuerit vel consu- los idioma«.—Epoca de San Agustín.—La casa de Hes-
lere, Te! docere, a b Eclesiä habeantor exfcraneüs. perio —Tiempos de Teod. rico.—El médico Elpidío y
I03 Sucsentriones.— Apariciones de B'.ngen.— Espíri-
TOGOS estos cänones se eneuentran en ei De- tus golpeadores de Stiaford. We-ley, éc - E l de S a l a -
manea.—Diligencias que se practicaron - -Espíritu iatii-
oreto P. 2. * C. XXVJ. borilero d e Tedwortli.—Pesquises á que dio lugar.—
-»adup. m »iüJoe-f) tittoua •>> .jfljiKKixe feßoiJaßmi) Resultado.

1
ÍL i>¡i .. ••/ "• -íi ' ü ; . ' t -
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»iit • 98 ¿o « R e f o v V . t&MJSö! \ -S.vmißö » ' >• Vi'"-! « Pero si por no dar las leyes antedichas algu-
1
• -»j n goflfiiriiöain -ob;: «bßi® ' ! i>»; •"<•. nos pormenores que acaso se extrañarán, se en-
-oaoo ß 9 « S i t ó í • • • • > « o l ob e r . 0 fe gj
contrase ó creyese encontrar un pretexto para
p -i'-tjjifi a e i « i i n » J l e o o ß o o c o i / M A r '<\• i l ao~ ¡¡
,Oiß? giiiqs® ta i o q acool eofíojú .
eludir su testiraouio, y no mirar la résplande-
cíente claridad que arrojaa en la materia, sa- nocido 6 entender á quien los habí a; descubrir
quemos de otias fuentes la parte complementaria las cosas distantes y ocultas; hacer ostentación
de esa prueba, que se entra por los ojos basta lo de fuerzas que están sobre la naturaleza de
más íntimo de la conciencia del hombre moral. la edad y condicion de la persona que tal h a -
La Iglesia católica que, por la salud de las almas, ce." (1) Esta aptitud, ó mas bien facilidad po-
no cesa de estar examinando los pastos que en líglota, esta segunda vista y vista á distancia,
la vina cristiana van haciendo brotar los años, son precisamente ahora las señales inequívocas
y de señalar al rebaño y hacerle discernir los de que tal ó cual es un médium 6 intermediario
dañosos de los saludable?, ha procedido sobre entre el mundo visible y el invisible.
el particular con todo aquel acierto, mesura y Semejantes signos fueron observados de h e -
sabiduría que demuestran que siempre está cho en multitud de casos acaecidos. Así, en
influida por la asistencia divina. Así, en el 15-50, según refiere un escritor de quien aleja
Ritual Romano, en la parte que ha sido más toda sospecha la incredulidad de que se ala-
ridiculizada por la ignorancia, la impiedad y ba y su prevención sistemática contra todo
la incredulidad, hoy convencidas de hecho de lo sobrenatural y maravilloso, (2) las religiosas
que la existencia de los obsesos y posesos no de Noetet (Alemania) estallaron repentinamen-
era, como creían, una fábula grosera, ni uua le*- te en mil extravagancias, y en medio de ellas
yenda ridicula; en la parte, repetimos, que inti- profetizaban lo porvenir y hablaban lenguas
tula: De Exorcisandis Obsesis á Demonio, da desconocidas. (3) Ea 1632 las Ursalinas de
al exorcista ciertas instrucciones para el exacto
desempeño de su oficio, suo muñere recle funga-
tur,, y á fin de que no crea de ligero en las ob-
sesiones, sino cuando, despues de un maduro 1 Signa autem ob3ÌdentU demonis sunt: ignota l i n g u a
exámen, se presenten los signos que revelan el loqui pluribns verbi«, vel loqueatem intelaerò; diatantia
hecho de la obsesion. Hé aquí, entre otros, et occulta patefacere; vires supra etatis et coadit'onis na-
turam ostindere.
varios de esos signos distintivos, que marca:
2 Calmeil.
"Hablar muchas lenguas ó alguu idioma deseo-
3 Gran Dictionaire de sciences medicale^.
Loudun (Francia) fueron víctimas de la misma tos, adivinaciones y profecías fueron comunes i
invasión, mediante la perniciosa influencia de aquellos secuaces de Oalvino y á estos discípu*
Urbano G-randier. Largo seria pormenorizar los de Jansenio. Entre los cristianos, pues,
las cosas maravillosas que tuvieron lugar, res- y esto de tiempos mny atrás, no han faltado
pecto al espíritu y al cuerpo, al espacio y al ejemplos de verdaderos espiritistas, ni de fenó-
tiempo. Son curiosas las conversaciones que menos de espiritismo.
las poseídas sostuvieron con los exorcistas y Solo resta, para dar la última pincelada en el
multitud de espectadores, en idiomas por ellas cuadro, hacer patente que tampoco los espíritus
del todo ignorados. M. de Launay de Nasilly, golpeadores, que tanto preocupan á los hijos del
recien llegado á Loudun, de este continente, siglo X I X , estuvieron entre los cristianos, ántes
asegura que les habló en el idioma de muchas de ahora, en un reposo absoluto y que no pocas
tribus de este país, y que habían contestado de veces pusieron en juego todo ese aparato de
la manera mas satisfactoria, y aun referídole ruidos, golpes, espantos y terrores que consti-
cosas que pasaban en estas regiones. (1) tuyen lo que técnicamente llaman los espiritis-
Iguales fenómenos y otros, todavía* más in- tas una manifestación.
ceeibles y extraño?, se produjeron en 1700 en- Regístrense los diccionarios de las lenguas
tre los llamados Camisavdos ó Tembladores de las más comunes; y se veráa, en el de la nuestra,
OeveDas, y en 1633, entre los Convulsionarios estas palabras, trasgos, duendes; en el de la
de San Medardo sobre el sepulcro del diácono francesa, gobelins, lutins; en el la sueca, trulles;
de Paris, Insensibilidad y agilidad pasmosa en en el ele la italiana, farfarelli y en el de la rusa,
los cuerpos; exaltación y delirio en las almas, mitren; todas para significar ciertos espíritus que
vista á distancia, penetración de los pensamien- siempre se ha creído suelen apoderarse de las
casas é infestarlas y vejar á sus habitantes de
variadas é inexplicables maneras; pero sobre
todo con ruidos, golpes y voces indeterminadas,
1 Gorres. La Mystique Divine, Naturelle et Diaboli-
con risas y contactos extraños, cuya [causa no
que. Tomo 3. ° Capitulo XLIV. Leriçhe. Traité spécial
de la CGsesion de Loudun.
se ha podido averiguar. Si no hubieran exis-
tido semejantes espíritus, ni se hubiesen cono- ta Teodoro, cuenta de la casa de un tribuno,
cido sus manifestaciones groseras, seria imposi- que los hombres que la habitaban y los anima-
ble explicar el hecho nudo de encontrarse en es domésticos eraa importuoados de diversas
los diccionarios esas palabras. Péro la prueba suertes por los espíritus: que cuando aquellos
puede ser directa, como lo vamos á ver, consul- se ponían á la mesa, se les arrojaba piedras y
tando algo de lo que historiadores ó cronistas espantaba con ruidos, cuyo origen era imposible
respetables é imparciales, han dejado escrito de encontrar. Idénticas apariciones ó mani-
acerca de estas inteligencias golpeadoras, cuya festaciones tuvieron lugar, según Sigebert, en
existencia, desconocida á los americanos, los co- su Crónica, en 958, cerca de Bingen.
menzó á llenar de admiración en 1847. Los espíritus golpeadores de Tedworth, de
Ya desde la época de San Agustin fueron no- Wesley, Hudemühlem, de Dropano, de Strat-
tados. El mismo Santo refiere que la casa de fort, Bowter, de Dcetting, de Malta y otros que
un tal Hésperio, situada en la diócesis de Hi - menciona Gorres, por espacio de mucho tiempo
pona, en un punto conocido con el nombre de fueron terror de los lugares en que se alojaron,
Zubeda, era vejada y maltratada lo mismo que y de los hombres á cuyo arrimo se les antojaba
sus habitantes, por los espíritus. (1) vivir. Y no se crea que se tenían tales cosas
como meras consejas ni que pasaban fuera del
En tiempo de Teodorico rey de los Ostrogo-
círculo de las personas de criterio y solo en el
dos, la morada de un tal Elpidio, médico, y un
seno de la ignorancia, ni mucho ménos que no
establecimiento de baños en el cantón llamado
se las examinaba por personas de toda compe-
Sucseniriones (Diócesis de Arlés) se encontra-
tencia. Por el contrario, la misma autoridad
ren en igual predicamento. (2) El Presbítero
se encargaba de esclarecer la causa de que pu-
Jorge, en la vida de su maestro el archimandrL
dieran proceder.

En la misma España, nación que ordinaria-


mente, con injusticia é imperdonable ligereza,
se ha tenido por supersticiosa, se procuraba de
1 De C i ñ t . Dei. Lib. 22, c. 8 . 0
darse cuenta de las explicaciones naturales que
2 Act. 1, 27 Aug.
gundo tomó una piedra y la arrojó al techo
quitasen á ciertos hechos el carácter maravillo-
diciendo: "seas diablo ó trasgo, vuélveme esta
so con que se presentaban-
piedra." Al momento y á la vista de todos,
En comprobación de esto, léase lo que refid- la piedra vino á pegar en el bonete del algua-
re Torquemada, en su obra, "Jardín de Flores" cil.
acerca de un espíritu golpeador de Salamanca. Averiguación mas minuciosa se hizo en In-
Se extendió el rumor de que en una casa de es- glaterra acerca de la real existencia del espíri-
ta ciudad habitaba un espíritu que atormentaba tu golpeador dé Tedwort'n. Es G-rainvil, cape-
á sus moradores con toda suerte de travesuras, llán del rey Carlos II, escritor contemporáneo,
entre las que se contaba la de arrojarles pie- quien refiere todos los pasos qne con este fin se
dras, que aunque no causaban daño, sí ocasio dieron por los particulares y la autoridad. Rui-
naban molestia. Llegó el rumor á noticias dos, golpes, gemidos, voces, redobles de tam-
del corregidor, quien con el competente núme- bor, aires y marchas militares se sentian repen-
ro de personas despreocupadas, pasó á visitar y tinamente. Se veían los asientos voltear en
examinar la casa; nada' encontró á q u e pudie- rededor, los zapatos de los niños escaparse y
ran atribuirse tantos espantos; trató de tran- volar por sobre las cabezas. Aquel espíritu,
quilizar á la dueña de la casa, la cual insistien- como los de hoy, respondía también con golpes
do en la realidad de los hechos extraños que dados, si no en la mesa, sí por medio del t a m -
había referido, excitó la hilaridad y burlas del bor. Por este medio se consiguió saber que
corregidor y compañeros. Pero apénas estos Satanás era quien todo lo traía trastornado en
bajaban la escalera, cuando oyeron un gran aquella casa. (1) Y es de notarse que el espí-
ruido y vieron rodar á sus piés y á lo largo de ritu tamborilero afirmaba también, como el gol-
la escalera una cantidad de piedras considera- peador de Hydesville, por medio de tres golpes.
ble. En vista de esto el corregidor se volvió,
y estando en la entrada, comenzó una lluvia de
piedras que tocando en lo alto de la techumbre
rebotaban y caían al suelo. Asombrados de lo
que veían corregidor, algaacil y demá«, el se- 1 Graiavil, Sadducismus triunphatus.
18
Los límites de estos estudios no nos permi-
ten extendernos más; pero lo poco que se ha
dicho y la consulta que de las obras citadas en
el cuerpo y al pié de este capítulo pueden ha-
cer los que desean mayores dato3 basta para
que se tenga por cierto, que entre los cristianos,
si bien con ménos frecuencia y con un carácter
que nada tiene de general ni de social, so han
venido produciendo de la propia manera y CAPITULO X V I I I .
ajustándose, por decirlo así, á la misma ru-
tina.
SUMARIO»

Transición.—Empeño en averiguar la causa de I03 fenó


menos.—Teorías de los antiguos.—Teorías de lrs m o -
dernos.—El magnetismo.—Exposición de la teoría de
ese nombre.—¿Cómo le h a n definido? Existencia de
un finido megcétioo.—¿Cómo obra?—Es el agente de
la vida de relación.—Funciones del cerebro respecto de
61.—Papel que representa el fluido. Es el ministro de la
voluntad,—Modificaciones que sufre conforme á la ac»
cion de la voluntad.-^Es susceptible de abuso.

Si no hemos cumplido satisfactoriamente nues-


tro¡intento con el estudio que hemos acabado
de hacer dó los fondmenos mágicos 6 espiritís-
ticos producidos en el mundo pagano y en el
cristiano, nos parece que al ménos habrémos
—230—
—231—
logrado dar una idea de ellos, la bastante para .0 í
obras que nos han quedado de los antiguos en-
llegar al conocimiento de su naturaleza y de su
contramos no pocas teorías unidas entre si con
causa.
parentesco mas ó ménos estrecho con las que
Siendo tal la trascendencia é importancia de
en estos últimos siglos se han sucedido, obte-
ese género de hechos, natural era que no pa-
niendo una boga mas ó ménos pasagera. Las
sasen inadvertidos y qué la inteligencia del
teorías de la3 exhalaciones, de los simulacros,
hombre procurara darse cuenta de qué cosa los
del furor sacro y de las evocaciones de las almas
producía y de cómo se producían, una vez que
de los muertos, no son extrañas ni del todo i n -
no le era dado, sin degradarse á sí mÍ3mo, des-
diferentes á las á que la moderna sabiduría se
conocer su realidad.
ha acogido como á último recurso para disipar
Así sucedió siempre, no solo á fines del siglo sus dudas Principalmente la última de las
X V I I I en que se manifestaron de una manera dichas, que es J a que al presente disfruta de
desconocida á las generaciones adoradoras de mayor favor, es la misma, sin habérsela reto-
l a Cruz, no solo en este siglo de las investiga- cado siquiera.
ciones, llamado por esto antonoma'sticamente
Se ha preferido buscarla explicaciou en la
de las luces, sino en los siglos anteriores al
ciencia y en la filosofía, no debiendo buscarse
cristianismo, ora en el seno de la culta Gre-
sino en la fé y en la teología. Tratándose de
cia y de Roma la poderosa, ora en el de los
cosas que están fuera de la naturaleza ordina-
demás pueblos apellidados con razón ó sin jus-
ria, la filosofía y las ciencias nada dirán, si no
ticia bárbaros.
son inspiradas por la teología y por la fé.
Entónces, como despues y ahora, todos se
Conocidos los fenómenos espiritísticos moder-
afanaban por sorprender su causa en el secreto
nos, vistos la relación que tienen y vínculos
de las ciencias ó de las religiones; todos se afa-
que los unen con los antiguos fenómenos mági-
naban por encontrarles una explicación. Y se
cos; siendo inegable su realidad, apoyada como
inventaron teorías unas despues de otras, y
está en todos los criterios, es natural y confor-
tantas cuantas eran las cabezas que se consa-
me con el fin que no3 hemos propuesto exponer
graban á su estudio y examen. En las pocas
las teorías filósoficas, mediante las cuales se
pretenden explicar aquellos. Ellas son muchas
Según Mesmer, el magnetismo es un sexto
en el nombre, si bien pocas en la realidad, como
tendremos lugar de hacerlo entender. Util sentido, artificial.
seria exponerlas todas, pero no necesario, su- Notable es la descripción que él mismo hace
puesto que todas en último análisis, se reducen de ese Huido. Héla aquí:
á tres que son, la del maguetismo, la del sonam- "El es el medio de influencia recíproca entre
bulismo y la del espiritismo. A su debido los cuerpos celestes, la tierra y los cuerpos ani-
tiempo daremos el porqué de esto que ahora mados; no tiene solucion de continuidad; de ma-
solamente afirmamos. nera que no consiente vacio; su estabilidad no per-
La prioridad de tiempo exige que n03 ocupe • mite ninguna comparación, es capaz de recibir,
mos primeramente en exponer la teoría del propagar y comunicar todas las impresiones del
magnetismo; luego la del sonamb ulismo, y por movimiento; es susceptible de flujo y de reflujo.
ultimo, la del espiritismo. Este es el drden El cuerpo animal experimenta los efectos de
que históricamente les corresponde, partiendo este agente é, insinuándose en la sustancia de
del último tercio del siglo X V I I I , en que los los nervios, los afecta inmediatamente. Se r e -
tales fenómenos resucitaron, por decirlo así, conocen de un modo particular en el cuerpo h u -
bajo la influencia y poder medianímicos del mano propiedades análogas á las del imán; se
austriaco Mesmer. distinguen polos diversos y opuestos. La acción
y la virtud del magnetismo animal pueden ser
Parece que lo primero qua deberian hacer
comunicadas de un cuerpo á otros cuerpos a n i -
los inventores y defensores de esta teoria, era
mados 6 inanimados. Esta acción tiene lugar
decir lo que entienden por magnetismo, para
á grandes distancias, sin el auxilio de cuerpo
lograr ser entendidos mas fácilmente. Lo han
alguno intermediario. Se aumenta y refleja
intentado en efecto, pero con éxito tan desgra-
por los hielos; se comunica, propaga y crece con
ciado, que ninguna de las muchas diñniciones
el sonido; aquella virtud puede ser acumulada,
que han formulado, no digamos satisface, mas
concentrada y trasportada. Aunque es univer-
ni siquiera es para interesar ni preocupar el
sal este fluido, no son igualmente capaces de
criterio del vulgo. contenerle los cuerpos animados; aun hay algu-
nos, si bien en corto número, que tienen una Ricard: " L a manifestación de la voluntad
propiedad tan contraria, que su sola presencia que poseen todos los séres." (1)
destruye sus efectos en los otros cuerpos." (1) Charpignon: "Todas las influencias que tienen
Guidi le ha definido: "El más potente mo. su centro de acción en el hombre."
tor de la naturaleza." "La omnipotencia de la Chardel: "La trasmisión que el hombre hace
voluntad en la imposición de una mano carita- de su propia vida,"
tiva y pura sobre nn infeliz doliente." "Un Idgiez, por difinirle, ha desatinado y hasta
Proteo inexplicable." "La propiedad de todo blasfemado. Según él, es lo blanco y lo negro,
sér viviente de atraer una parte dél fluido eté- la materia y el movimiento; y no ha temido agre-
reo y universal, y de obrar con él cuantas ve- gar con desembarazo impío: el magnetismo es
ces se quiera sobre sus semejantes, sobre sí Dios; la Eucaristía es el fluido vital impanado.
mismo y aun sobre ciertos cuerpos orgáni- Es imposible formarse idea de la cosa por las
cos." (2) En estos mismos términos, con poca di- difiniciones que de ella se dan. Veamos si por
ferencia lo define, Gauthier, (3) la teoría, tal cual se expone por uno de los
Delausanne le define: "La acción de la inte- mas ardientes y juiciosos defensores del magne-
ligencia sobre las fuerzas conservadoras de la tismo, el abate Loubret.
vida." (4) Para el Abate exi3te un fluido en la natura-
leza, imponderable, impalpable, sutil, etéreo,,
con sus polos de atracción y repulsión como
la electricidad: que obra á grandes distancias
y se propaga con una velocidad asombrosa.
1 R a p o r t d e Bailly, citado por Figuier. "Histoire du
Merveilleux. T. 3. ° , P . 338. Obra sobre todos los cuerpos, imprimiéndoles
2 "Luce Magnética." M m . del 10 de Enero de una variedad infinita de movimientos, y espe-
185t.
3 Introduction au magnetisme.
4 Phisiologie, medecine et raetaphsique du magne«
iisme. 1 Almanak Populaire.
cialmente sobre el cuerpo hainauo y bajo la di- factoría de un sinnúmero de fenómenos fisioló-
rección inteligente del hombre. La parte in- gicos, psicológicos y mixtos. Este fluido existe
material de este es afectada, cuando se le poae en todos los séres del reino animal, vegetal y
en actividad, de maneras múltiples y varias; y, mineral, ó en otros términos, en el orgánico y
ya le hace caer en una especie de aturdimiento en el inorgánico; pero en una copia mayor y
ó de marasmo, ya le constituye en un estado en nn grado de pureza y de actividad particu-
de frenes/, j a en el de una lucidez qne. pone en lar en el hombre.
juego sus fuerzas latentes, (5 facultades ocultas, El cerebro humano es el foco ó condensador
ordinariamente inactivas. Este agente mara- del magnetismo animal; los cordones nerviosos
villoso es la verdadera piedra filosofal, la fór- son sus conductores. En ese foco se está ela-
mula matemática que aplicada resuelve^ todos borando continuamente y en razón directa de
Í03 problemas, la panacea universal, desidera- la cantidad que se gasta, ya en el mantenimien-
tura de la medicina, el espíritu vital de Santo to de las funciones de la vida, ya en la produc-
Tomás de Aquino, el principio lumínico de ción de otros mil fenómenos, exteriores por
Newton, el éter de Zenon, el quid divinum, el cuanto á que'áe realizan fuera de su órbita n a -
Theion de Hipócrates tural. El cerebro no necesita, como las tierras
feraces, de descanso: un continuo trabajo a u -
Este fluido llamado fluido vital, fluido ner-
menta, por el contrario, su energía: son mayo-
vioso, magnetismo animal y más [propiamente
res sus productos, mayor es su fuerza produc-
magnetismo humano, se ha reconocido ser el
tora.
agente que mantiene la vida de relación y hace
las veces del mediador plástico, del bátavo Le- El fluido nervioso en sus relaciones CGU el
clerk. Es el eslabón que une el cuerpo con el hombre, puede considerarse como el ministro
alma, el instrumento de que.ésta se vale para de su voluntad, ó mas bien como el esclavo que
que aquel cumpla y ejecute puntualmente sus no inquiere la razón de lo que se le manda, si-
órdenes; la clave que abre la entrada á través no que está siempre pronto á ejecutar ciegamen-
del muro que separaba la psicología y la fisiolo- te sus órdenes.
gía, y que suministra la explicación más satis- El hombre quiere mover su mano; y basta
—239-—

que lo quiera para que el fluido sutil se despren- movimiento, modifica en cierto modo el alma,
da, en mayor ó menor cantidad, del cerebro, si. haciendo del cerebro un instrumento mas deli-
ga la dirección que se le marca, apoderándose cada, un servidor mas dócil que contribuye á la
del cordon nervioso qne está en relación con perfección de su obra y á la pronta ejecución
la mano, y le comunique instatáneamente el de su pensamiento; y hé aquí también el origen
movimiento. de los fenómenos psicológicos á que la magneti-
zación da lugar. Mas no por esto deben atri-
De igual manera la acción de la voluntad
buirse estos últimos al agente material, 3Íno á
sobre el fluido nervioso, y la eficacia de este en
sola el alma. Así como no se atribuye al vino
obedecer y seguir el impulso que una vez se le
la elocuencia del hombre en cierto grado de
ha comunicado, obran fuera del cuerpo del hom-
ebriedad, ni al champaña el estro poético que
bre sobre otros hombres ó sobre los objetos
se enciende en el que le toma, ni al ópio las
exteriores inmediatos ó á distancia. ¿No obran
idéas raras y no acostumbradas, que mediante
así la electricidad y el magnetismo mineral?
su influjo se despiertan. Nada de materialis.
¿No obra así el pensamiento interior, el verlo
mo, sino mucho de ciencia, es lo que se vé á
de la inteligencia, desprendiéadcse del indivi-
dúo que le engendra, tomando cuerpo y como través de esta teoría ségun el Abate.
encarnándose en la voz humana y recorriendo En cuanto á la parte moral que es la que
grandes espacios y comunicándose á otras inte- mas pudiera alarmar, bastaría decir que siendo
ligencias por medio de la atmósfera, conductora el magnetismo una verdad, no puede ser en sí
de los sonidos? mismo enemigo de la virtud.

La voluntad modifica el estado normal del El poder magnético es una facultad natural,
fluido nervioso en maneras infinitas; el fluido común á todos los hombres, repartida entre
nervioso á su vez modifica en la misma propor- ellos en diversos grados, como la imaginación y
cion el organismo y es modificado por este; y la misma inteligencia, que no en todos es igual.
hé aquí el origen de tantos fenómenos fisiológi- Siendo una facultad que es regida por la volun-
cos como se observan en los magnetizados. El tad y el libre albedrío, está sujeta como todas
fluido nervioso recíprocamente, ya puesto en las de su género á leyes morales. Y por lo
mismo es susceptible de abuso; y su abuso no
puede menos de ser reprobado Mas esto mis-
mo da por sentada su bondad intrínseca y la
legitimidad de su ejercicio. El abuso viene del CAPITÜIO XIX
hombre, no de la cosa; el hombre puede obrar
mal, y la cosa permanecer buena.
SUMERJO.
Esta es la teoría tal cual la espone uno de
sus mas ardientes defensores. Así discurre el
Abate Loubret en su obra Le mac/netisme devant Se enuncia la expoíicicn de la hipótesis científica del so-
les corps savants, No hemos hecho mas que r a m b u l ú m c — ¿ E n qué comi-te el sonambulismo? La
U3i cia no responde i atisfaetorir-mente á esta jregun-
extractar en pocas frases, lo que enseña y ta.—Les efectos que fie le atribuyen son los mismos
que »1 mpgcetifmo.—Ci mplic: (ion que resuba.— ¿Por-
desarrolla en varios capítulos.
qué ha tido necesario ocurrir á esta nceva hipótesis?—
Figuier, Braid, Asam y Breca defensores del sor am-
buiistro é impugnadores del magr etisrco y de toda
teoría que se funda en la ex ; stencia de un fluido parti-
cular.—Palabras de Figuier«—Mega la existencia de
ta! finido, s t a cuál fuere eu nembre.— Se considera ee-
ia teoría cemo i r é r o s v a g a y iras poiitiva.—Funda-
mentos que !e dan ais fsrtidsrios —Efectos extraordi-
narios del sueño natural.—Opiniones de Platón y de
Aristóteles con respecto á él.—Sonrmbulismo ratural
ó nectembulismo.—Anécdota de un parisiense referida
per Jebnston —Ccnsecuenciss que ue infieren en fa»
vor del sonambulismo artificial.—Se pretei de demos-
trar la existencia de este con el descubrimiento del hip-
notismo.—Método para hipnotizar.—¿Cómo se explican
les fenómenos?—Otras pulabrss de Figuier.— Refle-
xión del autor.

Ahora toca su turno á la exposicicn del so-


nambulismo. ¿En qué consiste el sonambulis-
mo? es una pregunta á que la ciencia moderna
ni la antigua han podido dar una respuésta sa-
tisfactoria. Para formarse una idea de él es fractaban los rayos luminosos con una fuerza
necesario hacer lo que con el magnetismo, es que no guardaba proporcion con su densidad,
decir, estudiar los efectos que se le atribuyen. inferir que esta afinidad de los cuerpos hácia
Pero siendo los mismos, resulta una verdadera la luz suponia en ellos un principio de luz y de
complicación, pues seria lógico deducir que mag- calórico, y por lo mismo la existencia de un
netismo y sonambulismo son idéuticos, te en- fluido luminoso. Pero hoy que las teorías cien -
tiende, caso de ser un hecho su existencia. tíficas mas aceptadas y, parece, más comproba-
das por experimentos, han encontrado que la
¿Por qué, pues, se dió de mano al magnetis«
electricidad, el magnetismo, el calórico, la luz,
mo y se puso en boga el sonambulismo? No
no son otra ccsa más que modificaciones, mane-
contentos algunos con la explicación que de
ras de >er de una sola sustancia, tocia teoría
los fenómenos dan los mesmeristas, puysegu-
que se funde en la hipótesis de que existe un
risías, &c.¡ por cuanto á que descansa en la hi-
fluido particular, sea el que fuere, se debe t e -
pótesis de la existencia de un fluido particular
ner como retrógrada.
difundido por toda la naturaleza corpórea y
"Establezcamos desde luego, dice Figuier, (1)
sujeto á la voluntad humana, han tenido nece-
que la nocion de ese fluido que estaba per-
sidad de ocurrir al sonambli smo artificial que
fectamente de acuerdo con el espíritu de la an-
íes ha parecido llena mejor las exigencias de
tigua física, no está ya en armonía con el espí-
la ciencia.
ritu actual de aquella ciencia. En cuanto al
Figuier, Braid, Azam y Broca son del núme- agente luminoso, la teoría de Newton sobre la
ro de estos. Según el primero, la existencia emisión, es decir, sobre la existencia de un flui-
de ese fluido particular, que llaman magnético, do material, imponderable y que puede t r a s -
es solamente hipotética y en realidad supone portarse á distancia con velocidad asombrosa,
un retroceso en IGS conocimientos humanos. ha sido reconocida en nuestros dias inexacta
Bien pudo Newton, cuando la física y la quí-
mica estaban, por decirlo así en mantillas, al
ver que un diamante y una gota de agua re-
c
1 Eistoire d a JÍerveilleai. Tomo 3. P . 342.
19
por el doble medio de la experiencia y del cál-
fundada en la observación de I03 hechos. En
culo. La hipótesis del fluido luminoso está,
las inducciones puede haber extravío, y las hi-
pues, hoy umversalmente abandonada, A con-
pótesis nunca dejarán de serlo, por plausibles y
secuencia de la íntima conexion ó identidad de
satisfactorias que parezcan.
la luz y del calor, el fluido calórico ha decaído
Se supone que el sonambulismo artificial,
de igual modo; y se puede afirmar otro tanto del
eléctrico y del magnético, y por mejor decir, del desde el primero de sus grados ó elementos,
solo fluido eléctrico, estando, como está recono- que es el sueño artificial, hasta el último, que
cida, la identidad de la electricidad y del mag- es el éxtasis, encuentra fundamentos sólidos,
netismo, También el fluido eléctrico está casi para reconocer en él la causa dé tan varios y
desterrado de la ciencia moderna; si esta ex- portentosos fenómenos.
presión figurada está en 'uso, es por la comodi- ¿Quién no ha sentido, dicen sus defensores,
dad que ofrece á la demostración y al lsnguaje dentro de sí mismo la energía que comunica al
escrito ó hablado; pero esta concesion á la ru- alma el sueño natural? Lo que no se ocurre
tina escolástica, nada tiene que ver con el fon« durante el dia y en el estado de vigilia, ¿cuán-
do de la cosa' Se puede decir de [una manera tas veces viene al pensamiento durante la n o -
general que l a idea de fluidos que suponen la che y á merced del despejo y lucidez intelec-
existencia de un agente material, que puede tuales de un tranquilo sueño? La solucion de
moverse y viajar en el espacio y d través de árduos problemas que hay que desatar en el
los cuerpos, está en el índice de la ciencia mo- curso ordinario de la vida, las mas acertadas
derna." combinaciones en los negocios, los pensamien-
tos mas originales, las ideas mas felices brotan
A consecuencia de esto, la teoría del sonam-
en el cerebro, al descorrerse sobre los ojos el
bulismo se puso en boga. Se la considera, en denso velo de los párpados, al encenderse la
efecto, por los que creen que los fenómenos espi- cabeza con el fuego de la sangre que se conges-
ritísticos son y no pueden ser sino naturales, tiona, impelida hácia arriba por ese beleño nar-
como menos empírica, menos vaga y mas real cótico que parece infundido por las sombras de
y positiva, porque la juzgan experimental ó la noche. Entóneos la imaginación vuela por
espacios sin límites; y el espíritu, señor de sí
mismo, y verdadero rey de la creación, com- que pueden afectarle la vista, y así su razo-
prende las causas y ve en ellas los efectos. En. namiento es mas profundo y su mirada inte-
tónces la memoria de lo pasado y la expectati- rior mas penetrante y certera. Es indudable
va de lo porvenir se confunden en la intuición que la energía del alma aumentaría, si p u -
presente, como se confunde un punto puesto diera incomunicarse del mundo exterior que
sobre otro punto, una línea sobre otra de la distrae y divide su atención, logrando suspen-
misma'extensión, haciéndose para él tan fácil der las funciones de los otros sentidos, como de
el conocimiento de las cosas pasadas, como la hecho suspende las funciones del seutido de
apreciación de las futuras. Los hechos, agre- la vista. Esto precisamente se logra con el
gan, confirman la exactitud lógica de estas in- sueño.
ducciones. El predicador, de que habla el doc- Desde la mas remota antigüedad se ha dado
tor Gall, confeccionaba sus mas elocuentes ser- al sueño una gran importancia, dicen los parti-
mones durante el sueño, Se cuenta que La. darios del sonambulismo. Génios que, por su
fontaine compuso, durmiendo, la fábula "Les elevación, han sido llamados divinos, como P l a -
deux Pigeon3." (1) tón, filósofos profundos, como Aristóteles, han
visto en el sueño algo parecido á las maravillas
Estudiando al hombre, se convence cua Iquie-
de que el presente siglo da testimonio. " E n -
ra de las maravillas de que es capaz bajo la
tónces, dice el primero, adormecidas las dos
influencia del sueño. El hombre para medi-
partes indóciles del alma, sucede que la otra
tar cierra voluntariamente los cjos, se con-
parte, la de la razón y el entendimiento, pro*
centra, aisla el alma de Jos objetos exteriores
fundiza y penetra mas las cosas; y en medio de
la quietud del sueño tiene inspiraciones mas
tranquilas y veraces. (1) Las imágenes de los
1 No se olvide quo estaraos esponiendo la teoría, re, objetos exteriores, dice también Aristóteles,
servándonos reiutarla despues. Queremos, por lo mismo,
presentar a e n t 'do ei aparato seductor coa que la pre-
sentan sus partidarios.
1 Citado por Cicerón, De Dirin. L. 1, o. 29,
hieren no solamente en el estado de vigilia, sino Si el sonámbulo natural ó noctámbulo hace
igoal y mas principalmente durante el sueno. cosas que en el estado de vigilia le serian v e r -
E n el dia la acción continua de los sentidos y daderamente imposibles, no hay por qué vaci-
la preocupación del espíritu hacen desaparecer lar en creer que el sonámbulo artificial, én sus
estas imágenes, lo mismo que en presencia de grados de lucidez y de éxtasis pueda hacer c e -
una luz mas grande parece apagarse la mas sas que parezcan sobrehumanas. Johnston (1)
pequeña; pero en la noche, como los sentidos refiere de un parisiense, que una noche se le •
están en reposo, I03 espíritus vitales refluyen vantó dormido, tomó su espada, atravesó á n a -
de fuera hácia dentro, hácia el principio d e h do el Sena, mató á un hombre que se había
sensibilidad y presentan las imágenes circunda- propuesto asesinar; y despues q u e h u b o consu-
das de un resplandor más vivo. (1) mado su crimen, volvió á pasar el rio, llegó á
Los amigos del sonambulismo artificial vea en su casa, se acostó, sin despertar durante el tiem-
estos fenómenos psicológicos del sueño, algo que po trascurrido en todas e 3 t a s operaciones q u e
requerían cálculo, calma, sangre fría y una di-
se aproxima á las maravillas cuya causa tratan
rección inteligente. ¿Qué extraño es, p u e s , que
de señalar. Pasan en seguida al examen del
el hombre, bajo la influencia del sonambidismo
sonambulismo natural, en que aquellos fenóme-
artificial, conozca el mal que padece, y dé con
nos son más variados y sorprendentes; y les
el remedio? Bien puede el estado de sonambu-
parece que bien puede el arte por un lado, y la
lismo despertar en el hombre el instinto ani-
ciencia y la razón por otro, perfeccionar esta
mal; y guiado por este discernir lo que le es
situación moral del alma y, perfeccionada, lle-
dañoso de lo que le es saludable- ¿No hecen
gar á explicar por ella la existencia de ese otro
esto mismo los brutos? El hipopótamo, cuan-
órden de fenómenos que no podían producirse
do se siente cargado de sangre, se arroja en
en el hombre en el estado normal y ordinario
medio de rosales espinosos, y se ministra una
en que le vemos constituido.

1 Aris'.ot. De Somniis. I I I . 1 Thauraatografía Naturalis.


sangría tan abundante como iajnecesita, cerrán- Tomad entre los dedos índice y pulgar un
dose él mismo las venas abiertas con solo re- objeto brillante cualquiera; tenedlo á la distan-
volcarse en la tierra. El perro busca la gra- cia de 20 á 40 centímetros de los ojos, en una
ma, se purga ccn ella, y luego se pone á dieta posieion tal, por arriba de la frente, que ejerza
para obtener una más pronta curación. El la mayor acción posible sobre los ojos y los
gato hace igual cosa con la misma yerba. Ate- párpados y que obligue al que quiera hipnoti-
nágoras decia, que "la facultad de prever el zarse á llevar la vista bácia la parte superior.
porvenir y de curar las enfermedades, es pro- Teniendo fija la vista en el objeto y el espíritu
pia del alma.' 5 Todos estos son hechos, dicen los atento únicamente á la idea de aquel objeto?
sonambulistas, que confirman la verdad de nues- despues de un corto intervalo de tiempo el
tro sistema; pero si no son bastantes á conten- sueño nervioso comenzará á producir sus efec-
tar inmoderadas exigencias, venid con nosotros tos. (1) Mirareis repetidas las escenas de la
y estudiemos los últimos descubrimientos de la sala de las crisis y el infierno de las convulsiones
ciencia. No podréis decirnos lo que á los de- de Mesmer y las danzas del olmo de Bosancy.
fensores del magnetismo: ese fluido nervioso con La fantasía se exaltara, laiuíeligencia se desar-
que todo lo pretendeis explicar no existe; 6 al rollará fuera de lo ordinario; y la previsión, la
ménos no babeis probado que ésisfca, Nosotros intuición, la penetración de los pensamientos
os vamos á demostrar que existe el sonambu- y la vista á distancia sé irán sucediendo con
lismo artificial, y que vosotros mismos podréis asombro de .todos.
hacer la experiencia de producirlo.
El cbjeto brillante puede sustituirse bien, si
El descubrimiento del hipnotismo hecho en
se quiere, con unas tijeras y hasta con el e x -
1841 por el Doctor Braid de Manchester, viene
tremo de la nariz; lo que importa es tener fija
á aclarar todos los misterios y á resolver todos
la mirada y atento el espíritu.
los problemas. (1)
El hipnotismo, hijo de la nueva ciencia, estu-

1 Hipnotismo, palabra derivada ds griego, HIPNOS)


que significa sueñe. 1 Diccionaire de medicine de Nysguiet.

«
diado por un sinnúmero de sabios, y que no es Sonambulismo artificial. Así la expone, al mé-
otra eosa mas que un sueño nervioso y en rea- nos, Figuier en sn obra intitulada: "Histoire
lidad el sonambulismo artificial, viene á explicar du Mervilleux.» Tomo 3 . ° Cap, X V I . P. 360.
naturalmente todo lo que hasta ahora estaba
Para concluir este capítulo, y sin estar con
sin explicación ó con explicaciones extravagan-
formes con el juicio del expresado Figuier, solo
tes, arbitrarias é hipotéticas.
para que se vea cuál es la causa natural que
En presencia del hipnotismo la teoría del dá á esos fenómenos, vamos á trascribir estas
magnetismo humano ha venido abajo. El mag- palabras suyas, que revelan toda la extensión
netismo, aun supuesta su existencia, no puede y toda la importancia que concede al sonambu-
ser la causa de los fenómenos. Antes las cosas lismo artificial:
permaecian dudosas, pues se aseguraba que
'"La perfecta semejanza del sueño nervioso
aquel fluido producía el sonambulismo artificial'
{hipnotismo) con el estado de sonambulis no ar-
y aunque no se demostraba, nadie podia decir
tificial, da cuenta no solo de las crisis del ban-
que era imposible ni demostraba lo contrario,
quete de Mesmer, sino del sonambulismo arti-
No sucede ahora lo mismo. Puede discurrirse
ficial descubierto por el marqués de Puysegur
así: siempre que se observan los fenómenos'
y tan largamente explotado por los magnetiza-
hay sonambulismo; y no siempre que hay so-
dores de nuestra época; en fin, de les pretendí-
nambulismo hay magnetismo; luego, no este
dos fenómenos de magia que ha dado á luz la
sino aquel, es su causa eficiente y determinante,
escuela moderna que hemos llamado mágico-
El hipnotismo e3 un sonambulismo artificial que
magnética, La misma teoría fisiológica expli-
no necesita de las corrientes magnéticas para
ca otra mnltitud de acontecimientos, tenidos por
producirse.
sobrenaturales, que nos ha trasmitido la histo-
Callen, pues, las razones y los argumentos, ria general ó particular de los prodigios reco-
en presencia de los hechos; la metafísica, cuan- pilados en los anales de las ciencias ocultas.
do hablan la observación y la experiencia. Es fácil de encontrar en los diversos pueblos
Tal es en compendio la teoría que quiere ex- muchos medios . de encantamiento, de fascina»
car los fenómenos espiritísticos por medio del cion, etc., que deben parecer del mismo órden
—254—
que los provocados por el sneño nervioso. Las
proesas y los héroes de- la taumaturgia moder- CAPITULO XX.
na quedan también despojados para nosotros
de todo prestigio sobrenatural. El iluminismo SUMARIO.
estático de muchedumbre de individuos y aun
de poblaciones enteras, estado que embaraza- Razones por las cuales fué necesario dsr de mano á las
ba tanto la crítica científica, no tiene ya mis- teorías físicas y psicológicas, y buscar otra que llenase
mejor las eiigencias del entendimiente.—Se tropieza
terios para ella: lo maravilloso se desvanece dc¡-grac¡{¡d¡-mei¡te con la teoría del espiritismo-—Ba-
de toda región tenebrosa en donde la ciencia se filosófica de estn tecrís.—ComieD/a la exposición de
la misma.—Se distingue entre manifestaciones y co-
pone una vez la planta. municaciones e&píritgs.—Nt-turaleza de loa espíritus
que se hacen intervenir.—Su gerarq nía.—Tres órde-
Ya lo vemos, ¿quién lo habria jamás imagi- nes en que están colocados.—Espíritus impuros, ligercs
nado siquiera? La ciencia moderna ha encon- ignorantes, malignes, incorsecuemes y burlones.—Es-
píritus pseudo-sabios y teutros.—Golpeadores y per-
trado el punto de apoyo que buscaba, en la turbadores. Todos estos corresponden al primer or-
den geiárquiro.—Corresponden al segundo órden los
doble punía de unas tijeras; en el extremo de espiritas benéficos, ilustrados y sabios.—Se ocupan
la nariz y hasta en el ombligo de los monges principalmente en cuestiones científicas y de moral.—
Corresponden a! tercer órden los espíritus puros.—Dan
del monte Athos. ¡Ruda que es ella, pues ha órdenes á los otros espíritus y las reciben de la divini-
dejado pasar tantos siglos sin poder salir de su d a d — l a m a t e r a no ejerce en ellos irfluencia alguna.
—Peiiefpíritu.—Operaciones t¡ne se les atribuyen.—
embarazo! Si al ménos fuera una verdad esta Esta teoría r,o es nueva, es una alteración do la doctri^
conquista y no un pueril desahogo de la vani- r.a católica acerca de los ángeles y de les demonios.—
Palabras de Bos^uet. — Manera de cimucicarse con
dad (1) ellos.—Evocaciones—Fenómenos que tienen facilidad
de producir.—Alianza del espiritismo cou ti sonambu-
lismo y el magnetismo.—Explicaciones que da Alian
Kardec.— Refiexion' , del autor.

La naturaleza vária de los fenómenos de que


se ha hablado, y el drden hasta cierto pun-
to arbitrario y caprichoso con que se realizan;
1 Ya liemos visto que esto del hipnotismo es una cosa
bien antigua y no una conquista de los modernos. la falta de uniformidad con que, bajo la influen»
cía de las mismas circunstancias, se producen y de religión, poniendo en aprietos los entendí,
la notoria ausencia de una ley invariable y mientos, y en tortura las conciencias mas ilus-
constante, como son todas las leyes que rigen tradas. Evidentemente las cosas no eran para
en el mundo físico, á que sujetarlos; la ninguna pasarse en silencio; y la cuestión de las mesas gi-
proporeion entre ellos y las causas materialel ratorias y parlantes, de lo« cestilios escribientes y
á que pudieran ser atribuidos, y la mayor per- de los mediuns intérpretes y videntes, no era de
fección que á la primera vista se notaba en los compararse con la que provocaron, v, g., las con-
fenómenos mismos respecto de la perfección de vulsiones de la rana de G-alvani, el poder del co*
que pueden ser capaces los agentes materiales, meta de Franklin, y las audaces afirmaciones as»
fueron motivo de que, si pues los hechos en su tronómicas de Galileo. El mundo moral podía
mayor parte no podían negarse, sin rehusar el continuar en su carrera de perfección sin el g a l
obsequio debido á la verdad y sin rebelarse vanismo, sin los pararayos y sin la verdad, y á
contra toda fé humana, base de la ciencias ex- pesar de la verdad del pur si mime que esta-
perimentales y de la historia; fueron motivo, bleció, parece que para siempre, el movimiento
repetimos, de que las inteligencias tratasen de de nuestro planeta.
buscar en otro campo distinto del de la natura- La materia será lo que ha sido desde el prin •
jeza corpórea, la explicación que reclamaba, ya cipio, sean cuales fueren las ideas de los hom-
no digamos la ciencia, sino, lo que es mas, la bres acerca de su naturaleza^ leyes y movimien-
conciencia individual y social: tos, ciertas ó erróneas, más ó ménos aproxima-
das á la verdad, más ó ménos vecinas al error.
En medio de ese lujoso y grosero aparato de
No sucede lo mismo con el mundo de los espí-
golpes y de ruidos que parecían no interesar
ritus que gira bajo el poder de las ideas, y que
otra cosa mas que los sentidos y la curiosidad
camina á su destino ó retograda al abismo, se-
que tan fácilmente rinde culto á lo nuevo, se
gún sea el concepto que el hombre se forme de
notaba por los que penetraban algo mas en el
la moral, según sean las opiniones que en punto
fondo de las cosas y se cuidaban poco de la su-
á religión le dominen, porque así será ordenada
perficie, cierta tendencia en los fenómenos á
6 desordenada su conducta.
modificar las ideas de metafísica, de moral y
—258 —
pierda la conciencia de sí mismo y se torne e s -
La cuestión en el primer caso es una cuestión
clavo de otro cualquiera de sus semejantes. E r a
de ciencia; en el segundo, de conciencia. Aque-
tanto como poner su perfección intelectual en
lla interesa el deseo innato por saber; esta com-
la mas grande de las ignorancias, aquella de
plica la felicidad. La primera preocupará á los
que no le es posible darse cuenta, y la perfec-
sabios, la segunda á los hombres que no quieren
ción moral en la situación ménos propia para
caer en desgracia, es decir, á todos.
conseguirla, aquella en que la individualidad
Si los fenómenos se hubiesen limitado á la desaparece por completo, en que lo que llaman
esfera meramente material, no h b r i a q u e deses- yo n # s e conoce ni se siente i sí mismo.
perar de encontrarles explicación en 1a física
De aquí es que fué preciso tomar otro rumbo,
en la química ó en la medicina; pero desde el
una vez que los nuevos fenómenos cambiaban de
momento en que la materia los repudió, y ellos,
aspecto y de carácter. Los frutos eran tales
mismos tendían á confirmar la justicia de seme-
que se hacia indispensable suponerlos produci-
jante repudio, los hombres, sabios é ignorantes,
dos por otro árbol que en alguna manera éncer-
grandes y pequeños, no podían permanecer in-
r a r a su simiente.
diferentes. No se contentaron con las explicacio-
nes hasta entómes dadas; porque veían que el Como de ordinario sucede en loa problemas
magnetismo se mostraba sobadamente inteli- filosóficos ó morales que hay que resolver, en
las cuestiones que deben ilustrarse, el hombre
gente y soberanamente libre, y que en niugun
supuesto podía correspon 'er á la inercia de la siempre es hombre, es decir, un conjunto i n e x -
materia la activilad 'del .pensamiento, ni a'las plicable de miseria y de grandeza; unas veces
leyes de la necesidad á que e*tá por razón de señor de sí mismo, y otras esclavo de sus preo-
su naturaleza sometida, los fueros del libre al* cupaciones. A l tener que escoger entre los
bedrío. dos únicos caminos, que fuera del y a inútil men-
te recorrido, quedaban, hubo una grande esci-
Era mucho avanzar en la vía de la sinrazón
ciou, un verdadero cisma, lot capita quoi sen-
y del absurdo, conceder lan portentoso poder
tentice.
al sonambulismo magnético ó nervioso (hipno-
Algunos pensaron en la influencia, satánica,
tismo) que comienzan por hacer que' el hombre
—260— —26 l ^ -

y sorprendieron en ella la clave, única que pe- P e r o el espíritu de sistema, y más que todo,
dia abrirles la puerta para penetr ar en el abis- la preocupación morosamente acariciada de no
mo de las causas ocultas; otros, queriendo lle- reconocer otras causas inteligentes, fuera de
var la ciencia humana á todas p a r t e s , aun á Dios que no se atre?en á negar explícitamente,
aquellas que están fuera de su alcance; preocu- y fuera d e l - a l m a humana que de una manera
pados en «entra de la doctrina reveleda, que solapada revisten con los atributos de la Divi-
entre sus dogmas comprende el de la primitiva nidad; en la imposibilidad, que los hecho3 más
prevaricación angélica, y por lo mismo el de la palmarios demostraban, do que pudiera ser cau-
existencia de genios maléficos que a s e d i é cons- sa de aquellas maravillas el alma del hombre
tantemente á la humanidad, buscando á quién durante su prisión en la cárcel del cuerpo, t u -
devorar, no tuvieron la fuerza de ánimo para vieron que recurrir á la hipótesis, nótese bien,
quemar el ídolo de su soberbia, y á níes de pre- de que eran producidos por la misma alma, l i -
sentarse en un siglo materialista y descreído, b r e ya por la muerte de las .cadenas de la
como partidarios de la demonologia, prefirie- carne.
ron hacerse demonólatras prácticos.
Y decimos hipótesis, porque para afirmar,
Estos veían, y no podían ménos que ver, que como afirman, semejante causalidad, no se a p o -
los fenómenos, de que eran testigos, sallan de yan en hecho?, ni alegan razón alguna p l a u -
las leyes de la ciencia vulgar, y revelaban en su sible.
causa la acción de una voluntad lib re é inteligente. Los séres que se comunican, dice Alian K a r -
Creían, y con razón á la \ e r d a d , que un efecto dec, se designan d sí mismos con el nombre de
inteligente debe tener por causa una potencia inte- espíritus 6 de génios que han pertenecido, al mé-
ligente. (1) En esto procedían como prudentes y nos algunos, d los hombres que han vivido sobre
discurrían como filósofos» la tierra. Y de este h^cho, que por lo mismo
que es un acto de un sér inteligente y libre, que
no se ha demostrado tenga el privilegio, el atri-
buto d.vino de la infalibilidad, y en consecuen •
1 Alian Kardec, L e libre des esprits, cía que no quiera eDganarnos, se infiere que las
almas de los difuntos son los agentes iuvisibles,
causa de los fenómenos. hombre que sirve de intermediario ó de médium
entre el mundo visible y el invisible. Realmen-
Esta es la base filosófica de la teoría espirita te son una alianza hecha por los espíritus con
que exponemos ahora. los hombres, de quienes son oidos, si hablan;
Desde luego, para darse cuenta de la teoría, vistos, si toman alguna forma humana ó mate-
debe distinguirse entre manifestaciones y comu- rial; obedecidos, si les ordenan que escriban ó
nicaciones espiritas. Las primeras se traducen hablen; é interpretados, si tienen á bien expre-
por hechos físicos que se realizan en torno de sar sus pensamientos por medio de golpes y
los observadores y son como el signo que les movimientos convenidos de antemano. De aquí
anuncia la presencia de algún espíritu que quie- la distinción establecida por los espiritistas ame-
re comunicarse. Los objetos que se mueven, ricanos en médiums audientes, videntes, escri-
levantan y quedan suspendidos en el aire, sin bientest pallantes é intérpretes.
aparecer la causa, y muchas veces de un modo En cuanto á la naturaleza de esos espíritus,
contrario á las leyes conocidas de la naturaleza; la nueva teoría la estima inmaterial, dejando
los resplandores que se producen en medio de entrever, sin embargo, que entre la naturaleza
las tinieblas, y las tinieblas que repentinamen- espiritual y la corpórea, tal vez no haya u n a
te aparecen allí donde reinaba una serena cla- diferencia esencial. La vid espirita no signi-
ridad; los golpes y los ruidos misteriosos, las fica otro cosa. El sarmiento es el cuerpo, el
armonías de instrumentos músicos, las voces licor, el espíritu y el grano, el hombre.
dulces, los cantos que se escuchan y los perfu-
No todos ellos ocupan igual puesto en la es-
mes que se difunden; la turbación y alteración
cala del mundo invisible, ni todos son igual men-
de los actos orgánicos del hombre y el trastor-
té conocedores. Hay entre ellos una gerarquía
no súbito de algunas de su3 funciones psicoló-
de tres órdenes con su correspondiente subdi-
gicas, son otros tantos fenómenos á que la nue-
visión, según el grado de perfección que han
va ciencia da el nombre de manifestaciones. Las
alcanzado; y la lucidez de su inteligencia tiene
comunicaciones espiritas se distinguen por la
tantos matices como los colores del arco-iris.
relación necesaria en que se encuentran coa el
No todos quieren ni hacen el bien; muchos son
inclinados al mal y procuran causarlo; no todos En el segundo drden espirita predomina el
ilustran á los hombres; muchos los burlan y los espíritu sobre la materia y una inclinación mar-
engañan. En unos predomina la materia sobre cada hácia el bien. De aquí los espíritus bené-
el espíritu, la propensión al mal, la ignorancia, ficos, cuya cualidad dominante es la bondad, y
el orgullo, el egoismo y toda3 las malas pasio» se ocupan en proteger á los hombres.
lies. De aquí los espíritus impuros que dan De aquí los espíritus ilustrados y los espíritus
consejos pérfidos, atizan la discordia, inspiran sdbios, siendo en unos y otros grande la exten-
desconfianzas, se disfrazan con todos los trajes sión de sus conocimientos, y distinguiéndose
y se ponen todas las ma'scaras "para engañar solamente en que los primeros se preocuban
mejor. Su placer está en procurar la ruina de más de las cuestiones científicas, á diferencia
los hombres. de los segundos, que tienen cierta predilección
De aquí ¡os espíritus ligeros, ignorciniéSj ma- por las cuestiones morales.
lignos, inconsecuentes y burlones; se mezclan en El otro <5rden ó gerarquía comprende una
todo é inducen en el error mediante mistifica- sola clase, la de los espíritus puros; se c a -
ciones y travesuras pueriles. racterizan por la ninguna influencia que en élloe
De aquí los espíritus pseudo-sabios, cuyos co • tiene y ejerce la materia, y por su superiori-
nocimientos, aunque extensos, se hallan mezcla- dad intelectual y moral absolutas respecto de
dos á multitud de errores. Creen saber mas los otros espíritus á quienes dan órdenes, que
de lo que en realidad saben. ellos á su vez reciben de la divinidad, (1)

De aquí los espíritus neutros, que ni son tan Todos estos espíritus vagan en torno de los
buenos que hagan siempre el bien, ni tan malos humanos; gozan del don de la ubiquidad; pene-
que practiquen siempre el mal. Son poco su-
periores al vulgo de la humanidad.
De aquí finalmente, los espíritus golpeadores
y perturbadores, más aptos para las cosas ma-
teriales que para los trabajos de la inteli- 1 Extractado de Alian Kardeo. La lirve des espiits.

gencia, Todo lo relatiro á gerarquía.


- 2 6 6 - —267—
traii los cuerpos mas daros y se trasportan en como se verá oportunamente, no es mas que un
instantes á la3 regiones mas remotas. Leen los mal disfrazado plagio de la doctrina católica
pensamientos de los hombres y le sugieren los acerca de los espíritus buenos y de los malos,
suyos propios. Tienen sobre la naturaleza f í - de los ángeles y de los demonios, que la cegue-
sica un poder incontestable, y pueden produ- dad y el crgullo científicos han bastardeado.
cir fenómenos extraordinarios, sin salir del Todo error, decia el eminente Bossuet, está fun-
círculo de las leyes ordinarias. dado en una verdad de que se abusa.
Están rodeados de un vapor luminoso, llama- En cuanto á la manera de entenderse los
do periespírit/u, por medio del cual se comuni- hombres con ese sinnúmero de espíritus, bas^a
can con los cuerpos. Pueden volver á encar- decir que nada hay mas fácil y sencillo. Si
narse, ya para purificarse, ya para cumplir al* ellos voluntariamente se manifiestan, sobra po-
guna misión que se les encomienda. Pueden ner el oiclo atento y cansarlos, que nimea se
unirse al cuerpo viviente de un hombre y ejer- fastidiarán, con interminables preguntas, (5 bien
cer en su alma una influencia decisiva, y hacer- evocarlos con seriedad; y se puede estar seguro
le como partícipe de su poder: ó tan solo asis- de que vendrán con igual prontitud, ora se
tirle de cerca, guardándole, protegiéndole y di- hallen cerca de nosotros, ora vaguen en la at-
rigiéndole. Preven los acontecimieato3 y ha- mósfera del último de los planetas. No obs •
cen que se cumplan, inspirando, en los que son tante la altura de su rango, se apresurarán
á servirnos y á obsequiar nuestros deseos y
objeto de la predicción, iales ó cua'es pensa-
nuestros caprichos. Su humildad y su condes-
mientos y ayudando ellos mismos á la realiza-
cendencia son grandes. Un general en jefe que
ción.
tuviera la dignación de ponerse á las órdenes
H é aquí en su parte principal la teoría espi- de un cabo de escuadra, no seria mas humilde
rita, que se dice inspirada ó revelada por loa y mas condescendiente que aquellas inteligen-
espíritus, y que, sin embargo, se sostiene ser cias, que como emjambres de zumbadoras abe-
una ciencia toda humana y natural. jas llenan los espacios.
Se dice que esta teoría es nueva y debida al
Invisibles, porque su naturaleza es inmatc-
progreso siempre creciente de la humanidad; y
rial, pueden removerlo todo, sin ser vistos, y noctambulismo, sonambulismo magnético, etc.
producir con relación á los cuerpos orgánicos é desempeñan, en efecto, cada uno de ellos su
inorgánicos, animados é inanimados, todo géne- papel.
nero de fenómenos, mecánicos, físicos, fisio- El sueño desata los lazos que unen el espíritu
lógicos, psicológicos, y todos ellos de carácter con el cuerpo del hombre. Durante él, el alma
sobrehumano. Y esto sin necesidad de salir no tiene necesidad de la materia, recorre libre
del órden natural y ordinario. El fluido uni- el espacio y entra en relación mas directa con
versal, la materia cósmica es la palanca que muí. los espíritus. (1)
tiplica su potencia y con la cual iodo lo trastor-
"En el noctambulismo, la independencia del
nan. El sueño natural, el noctambulismo, el
alma es mas completa que en el sueño; sus fa-
sonambulismo magnético y nervioso, ya lúcido,
cultades están mas desarrolladas y
ya estático, etc., que saben producir dotan á los
aquella puede abandonar provisionalmente el
hombres de un nuevo sentido, que es como el
cuerpo."
ojo con que el alma humana penetra todos los
El sonambulismo magnético sirve para su-
abismos: el abismo del espacio, el abismo del
plir el sonambulismo natural. La lucidez y el
tiempo, el abismo de las causas desconocidas y
éxtasis son accidentes de aquella situación e x -
ocultas, el abismo de la inteligencia y el abismo
traordinaria que aumentan los grados de poder,
de la conciencia.
desatando casi por completo las cadenas que
Porque, y esto debe notarse, todas estas teo- quitan al alma su libertad nataral." (2)
rías caben en, y se dan la mano con la teoría Si en sí misma no fuera absurda esta teoría,
espírita ; que ninguna esclavo, si se exceptúa la si no fuera inmoral por el carácter de sus re-
que se funda en la doctrina católica. velaciones y de sus prácticas, seria cierta-
Siempre el error se muestra complaciente y
contemplativo coa el error; pero nunca ccn la
verdad. Esto seria suicidarse.
1 Airan KardeC, Le Livre des esprits, cap. 8. °
En la explicación de los mas sorprendentes
hechos del espiritismo, el sueño natural, el 2 Idem, idem.
mente la má* lógica y llevaría la ventaja sobre
las otras que se han imaginado para la explica- CAPITULO X X L
JÍ!
ción de los fenómenos e s p i r i t i s t a s , nuevos é
ignorados, si se quiere, para la presente ge- SUMARIO.
neración, pero antiguos y conocidos para la hu-
manidad. Es fuerza reconocerlo. Necesidad que había de hacer lo que hemos hecho.—
N o son solamente tres, pero pueden reducirse á ese
número las hipótesis excogitadas pera la explicación de
loa fenómenos.—El magnetismo á la caboza de las
teorías que se fundan en k intervención de un agente
físico.—El sonambulismo á la de las teorías llamadas
psicológicas—El espiritismo á la de las que suponen

nna causa inteligente que exista fuera del hombre.—
Previamente sa examina si la causa de los fenómenos
deberá ser múltiple ó única.—Debe ser única.—Los
antiguos como Cicerón, Lucrecio, Piotine & así Jo
creyeron.—Se mencionan algunas otras hipótesis.—Por
cada una de ella? se pretende explicar todos los fenó-
menos.—Raciocinios que prueban la unicidai de la cau-
sa.—Objeción tomada de la exitaciou pasiva del me-«
dium.—Se resuelve la objsoion—¿Son única causa do
los fenómenos a'gana de las teorías fluíd:cas, de las
psicológicas ó de los espiritualistas?—Ño.—Se anuncia
la demostración.
1
'i C>*i • ¡9 i-;' vi "O Hilliiií - ' >'• • '•'

La exposición compendiosa de los hechos


maravillosos de la antigua magia -r de los del
moderno espiritismo era indispensable tí nues-
tro propósito. Igualmente lo era el estudio
senos la manera de decir, el magnetismo; otro
comparativo entre los unos y los otros, que he
de las que coa idéntico fin recurren á una causa
mos cuidado hacer de paso, para irnos acercan-
inteligente, pero sin salir del hombre, y al fren-
do poco á poco, atento el lazo que los uniera 6
te de este irá dominando el sonambulismo; y e n
separara, á la fuente ó fuentes de su proceden-
suma, un tercer grupo de las que suponen tam-
cia.
bién una causa inteligente, pero no existente
El método y el órden en la discusión, no en el hombre, sino fuera del hombre, y este úl-
méncs que la lealtad que debe ser guía y norte timo grupo seguirá la suerte y se colocará bajo
de los que honradamente escriben sobre cual- la ley del espiritismo.6 esplritualismo.
quier materia, nos condujeron á presentar en
No necesitábamos de más que de estos ante-
extracto las principales hipótesis] científicas
cedentes, para ocuparnos en el examen de las
que en la explicación de aquellos hechos se
teorías, (5 lo que es lo mismo, en la investiga-
disputan la palma, y son les que, ora por sus
ción de la cau«a productora de los lenómencs
apariencias de verdad mas ó menos seductoras*
mágicos ó espiritistas, llámeseles como se quiera.
ora porque á ellas pueden reducirse, en último
Pero lo que ante todo ocurre preguntar en
análisis, todas las otras hasta hoy excogitadas
presencia, por una parte, de tantas hipótesis y
han interesado más vivamente la séria atención
en vista, por otra, del número, variedad, y dife-
de los sabios. • ,0. ,
rencias específicas de semejantes fenómenos, es
Así, pues, no porque nos limitamos á dar
si su causa habrá de ser múltiple ó única. A
una lijera idea de las teorías del magnetismo,
esta pregunta ha respondido ya el sentiuo co-
del sonambulismo y del espiritismo, nos propo-
mún, el instinto filosófico de los que se la p r o -
nemos desentendernos de las demás, sino que,
pusieron en los tiempos antiguos, y de los que
visto el parentesco natural con que estas se en-
también se la han propuesto y proponen desde
cuentran ligadas á las primeras, formaremos tres
el último tercio del siglo X V I I I al úldmo t e r -
grupos que comprenderemos en los mismos a r -
cio del siglo X I X .
gumentos: uno de aquellas que explican los
Ninguno ha querido dar á cada uno de los
héchos, mediante la influencia de un agente f í -
efectos prestigiosos observados, ni siquiera í
sico, yendo á la cabeza de este grupo, permita-
cada una de las séries en que pudieran colocar- lo quo toca á los últimos tiempos, ¡cuántos no
se ó clasificarse los que son semejantes ó de son los sistemas!
una misma naturaleza, una causa distinta; sino Fuera del magnetismo animal de Mesmer que
que todos, sin acuerdo premeditado ni prévio, han propugnado todavía despues de muchos
kan pensado que el origen de tanta simultánea años Chardel, Gauthier y Ricard, han servi-
variedad, debia reconocer la unidad como cen- do de base á otros: la electricidad universal de
tro, y jamas vacilaron por lo mismo, en atri- Cauperi y Charpígnon, el principio nervioso de
buirlos á una sola y única cauca. Muller, el od de Reichenbaeh, el spirod de Rai-
En la antigüedad, Cicerón Plutarco y otros ne, el éter de Bellanger, los movimientos incons-
hacían nacer de las exhalaciones ds ciertos luga- cientes y musculares do Babinet y el motor de
res la inspiración pítbica y demás prestigios deí- Eissen, en órden á los agentes materiales; en
ficos. Lucrecio recurría á la imaginación y á drden á los incorpóreos, el sonambulismo arti-
los simulacros, como se ha visto, no pudiendo ficial, él hipnotismo de Asam y de Broea, la ca*
pasar por que todo fuera obra de las almas ' talepsia histérica esencial de Petetin, la reverbe-
qne habitaban el Aqueronte: viceversa, ( M - ración del pensamiento de G-orres, etc., etc.; y
díó, Plotmo, Porfirio, <Bc., juzgaban que, ó de. en suma en el órden enteramente espiritual el
b?.a renunciarse á toda explicación ó era nece- misticismo de Swedemborg y de Cahagnet, el
sario poner en movimiento I03 Grénios, los La- magnatismo de Billot y el actuál espiritismo de
res. los Manes y los Lémures 6 Larvas, de Alian Kardec y Camilo Flammarion. ,¿|f
que consideraban llenos los espacios. (1) Por Sin embargo de ser tan multiplicados y tan
inconciliables todos estos sistemas, sus autores
no los limitan solo á ciertos fenómenos, sino que
los extiendea á los que tienen lugar, sean cua-
1 Se llamaba Lares á las almas de aquellos que ha- les. fueren en número, carácter y naturaleza.
blan vivido honestamente; Lémures ó L a r r a s , á las de Creen dominar con sus explicaciones todo ese
sos q u t habían sido malos durante la vida, y Manes á la* conjunto.
de aquellos respeto de quienes s* ignoraba si habían vía
vdo bien ó mal.
La convicción en este particular ha tenido
tal grado de fuerza en los que se han ocupado
existencia, en la imposibilidad de hacerlo con
en la materia, que primero que cada'uno señale
sns condiciones particulares ó diferencias especí-
í cada fenómeno distinta causa, lo que habría
ficas. Conocidas de alguna manera las rela-
sido un recurso espedito para cortar el hilo, ó
ciones, todas ó algunas, se cuenta con una luz
mas bien para desatar el nudo gordiano de la
que si, como la evidencia, no hace palpables al
dificultad, mejor han resuelto exhibir teorías
entendimiento las cosas, se las adapta y asimila
erróneas, que no resuelven la cuestión, ni mu-
con irresistible fuerza, como la certidumbre.
cho menos satisfacen el entendimiento ávido de
verdad, y negar otros, rebelándose contra el Entre el agente y la a»ccion hay también cor
criterio histórico, la realidad de aquellos hechos respondencias recíprocas. La actividad del
cuya explicación no cabe en sus hipótesis. agente es la medida de su acción, y el sér, la
de su virtud operativa ó activa. Nunca la
Esto, que parece coincidencia casual, es una
acción se extiende á mas que la actividad, ni la
manifestación instintiva de la fuerza con que la
actividad á mas que el sér. No hay acción que
verdad suele insinuarse á la razón, que conoce
no lleve en sí misma el sello del agente.
por mera intuición y sin necesidad de juicio más
cosas de las que piensa. Con todo, no seria En el efecto, pues, debemos encontrar la cau-
difícil, partiendo de los hechos, llegar por in- sa productora ó indicios ciertos de ella: en la
ducciones ineludibles á la unidad ó unicidad de acción, el agente ó la virtud característica del
su causa. Ensayémoslo, porque este punto es agente; y de todos modos no habremos trabaja-
cardinal. do en vano. •
Y bien, IGS fenómenos espiritistas, como todo
Entre la causa y el efecto hay relaciones ne-
fenómeno, son efectos que proceden de una
cesarias, que si muchas veces 8e ocultan en al-
causa y suponen necesariamente la acción de
go, de tal manera que no es posible determinar-
un agente; por lo mismo hay en ellos relacio-
las con exactitud matemática, se muestran bajo
nes necesarias y correspondencias recíprocas,
aspecto diverso, también en algo; de suerte que
que es fuerza apreciar y conocer.
no es difícil distinguirlas mas ó menos cierta?
Podemos observar desde luego, con solo r e -
mente, ni fijar sus condiciones generales de
cordar algo de su historia, la manera con que
se producen y circunstancias en que se produ- presentación de la misma escena. Los autores
cen. No se producen siempre, ni en épocas parecen los mismos, pero aseguraríais que, ó
fijas ni conforme á leyes invariables, ni en cir- su papel ha cambiado ó le destrozan misera-
cunstancias dadas. Regularmente los unos se blemente como cómicos de la legua; sin embar-
siguen á los otros, sin guardar boy el órden de go, con poca atención que presteis á la trama,
ayer, ni mañana el de boy: su número varía encontrareis en medio de aquel trastorno de es*
también, pero por mucho que disminuya, jamas cenas, el mismo argumento en el fondo. Los
es tanto que se confunda con la singularidad. La fenómenos espiritas son más, muchos más en
muchedumbre les es simpa'tica y característica; número que las letras del alfabeto; combinad-
son impelidos á la colectividad y al conjunto. los si quereis, pues que de hecho se producen
No sabemos de un caso de espiritismo en que combinados y os pasmará el guarismo de sus
haya tenido lugar un fenómeno solo. Al re- combinaciones, con mas razón que os pasman
ferir los que se producían bajo la influencia me» las del abedecedario, y esto que llenan los dic-
dianímica de Home se habrá podido notar. cionarios de todas las lenguas y los innumera-
Unas veces comienza la manifestación por bles libros hasta ahora escritos, y seguirán lle-
golpes, ruidos y voces, á que siguen movimien- nando todavía los libros por escribir. (1)
tos biusaos de los objetos, ascensos, trastor-
O poco entendemos de filosofía ó esta c i r -
nos y temblores en muros y pavimento: otras'
cunstancia, la de producirse lo3 fenómenos sin
sobrevienen dulces y delicadas armonías, can-
órden fijo y en conjunto mas ó menos numero-
tos acordados ó bien precipitados y sin compás!
so, está indicando, como indica el humo la exis-
truenos, rayos, relámpagos, luces, resplandores,
iluminaciones súbitas, aureolas, estrellas, etc.,
etc.; á pocos momentos aparecen y desaparecen
objetos extraños, como manos que acarician y
estrechan á los circunstantes, que escriben y
1 Si se quieren mayores pruebas, léase la Revue S p i -
responden á lo que se les pregunta. Hoy pasa
ritiste redactada por Alian Kardec f l 8 5 8 j y la obra tan-
todo esto, y mañana inútilmente querreis la re -
tas veces citada de Bizonard.


tencia del fuego oculto que no podemos ver, que que siempre que aquel impulso ciego se verifi-
los tales fenómenos no pueden ser debidos sino case, se produciría la maravilla de la formación
á una sola y única causa. del poema de Yirgilio, ó siquiera la del Ego
Porque si cada uno de ellos debiera tener Ule qui quondam con que comieza, seria mengua
una causa diversa, ¿cuántas se necesitaría po- de entendimiento y síntoma marcado de demen-
ner en juego para producir tan grande varie- cia. Para que tal sucediera toda vez que se
dad, que, como dijimos, excede á la variedad tentara el experimento, se requeriría que cada
de las combinaciones de las letras del alfabeto? tipo fuera puesto en su lugar por un agente; y
Si son muchas y no una sola la causa, ¿no os pa- para que la infinidad de agentes que debían po-
rece una coincidencia muy rara que todas ellas nerse enjuego; caminasen acordes, era fuerza
se pongan en movimiento á la vez, cuando me- subordinarlos á un agente ordenador que abar-
nos se piensa, ni se espera, siendo que no hay na- case el conjunto; en cuyo caso este seria la ver-
da superior á ellas que las impela á entrar en dadera causa del prodigio, siendo los otros me-
acción? Si cada causa produce su fenómeno, ras causas secundarias ó simples instrumen-
¿cómo es que no se nota que obra con inde- tos.
pendencia de las otras? ¿"Bastará que una Así, pues, en el supuesto de que sea múlti-
opere para que las d e ^ a s comiencen su ope- ple y no una la causa de los fenómenos espiri-
ración? Pero si esto pasa realmente ¿por qué tistas, tendremos que admitir: ó que todas
unas veces dejan algunas de operar, y otras obran ciegamente, y entónces no es posible que
ocasiones, ó bien se anticipan, ó se retardan, aquellos se repitan tantas veces como se quiera:
<5 toman el lugar y tiempo que no les corres- ó que obran con alguna inteligencia, y entónces
ponde? tampoco es posible su reproducción capricho-
sa, si no los ponemos i las órdenes y al s e r -
Está bien, aunque el sentido moral lo repug-
vicio de una sola inteligencia que haga que
né, que se suponga por los amigos de las mas
todos los hechos particulares conspiren á un
desatinadas hipótesis, que arrojados un dia al
solo fin.
airo un competente número de tipos de impren-
ta, resultase formada la Eneida; pero sostener ¿Quién podia esperar qué hombres sin n i n -
guna clase de conoció]ieníos en música, toca- Pero ce dice: " n o obstante, los fenómenos del
sen repentinamente una partitura de Norma ó espiritismo reconocen distintas causas, sin de-
Sona'mbula, ó, aun cuando los supongamos con jar de producirse con cierta unidad, bajo la
los conocimientos necesarios, lograran hacerlo, excitación pasiva del médium á cuya influencia
sin ponerse de acuerdo en el tiempo cuando se producen." ¿Y qué significa esa excitación
ménos, y sobre todo, sin seguir las indicaciones pasiva del médium, que no sea contrario á la
de la gama, en donde están escritas las órde- misma filosofía del .lenguaje?
nes inteligentes del compositor?
Ademas supongámoslo. Ya vimos anterior
Es inconcuso: todo conjunto 6 colectividad mente la multitud de cansas que debían poner-
inseparable en cualquier categoría de seres, es se en juego; y por mas pasivo que el médium
homogéneo á pesar de la heterogeneidad de sus se conduzca, ninguno dudará que aun para e x -
partes; siendo homogéneo es uno; y lo que es citar aquellas causas, necesita al méiLis cono-
uno lo es por la unidad de la causa que le ha cerlas. ¿Y quién se atrevería á afirmar que
comunicado aquella cualidad, Y esto, á pesar en efecto las conoce? Los sábios que frecuen-
de que el conjunto fuese mas d ménos estenso, an las academias científicas confiesan que no
es decir, comprendiera mayor ó menor número es es dado subir á tan excelsas alturas. Y los
de fenómenos, pues lo que une cien, por ejem- fenómenos se producen bajo la influencia de
plo, puede muy bien unir cincuenta; y lo que los médium mas ignorantes y rústicos.
viene á determinar la causa que se busca no es
Por otra parte, no queráis hacer de un
el número que cuenta, sino la relación que or-
médium que en el instante en que las mara-
dena; no es la variedad que separa, sino la
villas que atribuís á su excitación pasiva se
unidad que todo lo lleva y refiere á un centro
realizan, no tiene conciencia de su persona
común. En conclusion, todo conjunto es una
entidad colectiva; toda entidad colectiva vive lidad ni se conoce á sí mismo, un Júpiter
de la unidad; y la unidad del efecto, la unidad tonante ó un Neptuno, un Pluton ó una Mi-
de la acción, no se concibe fuera de la unidad nerva.
de la causa y del agente. T odo médium es un hombre; y como tal t i e -
ne limitada su actividad; no puede, siu consti- ser esta causa única, que es necesaria, y que
tuirse criador de las cosas, simplificar la sen- como necesaria buscamos? No; será la última
cillez de las leyes de la naturaleza, ni varíalas palabra que pronunciemos despues del e x a -
á su antojo que, sea dicho de paso, es incapaz men concienzudo de aquellas hipótesis á que
d e sentir en el estado en que le suponéis. El nos vamos á consagrar.
hombre necesitará siempre de inteligencia y
de esfuerzos para obrar sobre los agentes natu-
rales; y los agentes naturales podrán obedecer
el mandato del hombre, pero al proceder á su
ejecución, lo harán no conforme á nuevas leyes,
que no pueden recibirlas más que de la Divi-
nidad, sino conforme á las leyes recibidas des-
de el principio, y á las que están sujetas por la
más imperiosa de las necesidades.

Por otra parte, y sea esta la postrera r e -


flexión, si la potencia del médium es tal que
basta su excitación pasiva para poner en mo-
vimiento tantas causas, entónces la causa es el
mismo médium; y por consiguió nte la causa de
los fenómenos es, como lo sostenemos, sola y
única.

Ahora bien: las hipótesis fluídicas á cuya ca-


beza heñios puesto el magnetismo, las psicoló-
gicas presididas por el sonambulismo y las es-
piritualistas que no salen del órden natural,
dominadas por el espiritismo, ¿pueden aspirar á
mo animal, por más que baya otras teorías que,
por su importancia filosófica, debieran ser a n -
tes examinadas.
Y a se ha visto que los sostenedores de esta
CAPITULO XXII. hipótesis, entre los que figuran hombres ilus-
tre?, establecen como punto de partida el hecho
de que existe en la naturaleza un agente mate-
SUMARIO»
tial, que han llamado magnetismo animal ó hu-
mano. Desde Mesmer quedó puesta ó más
Se examina primeramente la teoría del magnetismo.—Pun bien supuesta esta base que, como tal, debiera
to de partida de su3 defensora?. —Existencia del flui- fundarse en cosas más positivas que vanas pa-
do magnético.—No está demostrada,—Respuesta da labras y simples aserciones empíricas
Meamer.—Declaración de la Academia de las Cien-
cia, de la Sociedad Real y de la Facultad de Medicina.
Primero es ser que ser algov. Primero es que
—El magnetismo en laB regiones ¿el vulgo.—Epigra- exista el agente de quo se trata, que atribuirle
ma.—Reflexiones del autor.—Nuevo esámen de la tan desmesurado poder y tan decisiva eficacia.
Academia de Medicina.—Resultado.—Opiniones do Mucho nos equivocamos, ó la tal hipótesis no
M. Morin, de Grimeili &c.,—Esfuerzos inútiles de les
tiene más ínteres ctentífico que el de una pala-
defensores del magnetismo para probar su existencia
bra pronunciada á tiempo, ó el de una afirma-
E l péndulo de Gerbouin.—Argumente fundado en la
existencia del náutico, de la tremielga y del siluro.— ción dogmática h e c h a por quienes no tienen
Respuesta de la Givüta Cathólicca,—Consecuencias que misión de dogmatizar.
se deducen en contra del magnetismo, de las observa,
No de ahora, sino de anos atras y cuando
ciones de Matteucci sobre la tremielga.—La existencia
las convulsiones dé la sala ele lás crisis tenian
de fluidos especiales es contraria á las tendencias de
la física moderna.—Se responde á una dificultad. atónita y pasmada á Paris, que de poco se asom-
bra y maravilla, las inteligencias protestaron
La prioridad de tiempo nos obliga á exami- contra la suposición gratuita de la existencia
del fluido zoo-magnético y los sabios exigieron
nar primeramente la ipótesis que esplica Ios-
las pruebas correspondientes.
fenómenos espiritistas por medio del magnetis -
Entónces Mesmer se contentaba con decir klin, Lavoisier y Bailly, despues de examina-
que el tal fluido debía considerarse amo un sesto dos y estudiados los fenómenos, y de valoriza-
sentido artificial. Preguntado acerca del porqué das las pruebas relativas á la causa, declara-
de esta consideracien que estimaba necesaria, ron de consuno: que no Jiabia masóla que justi-
respondía con el enfásis de un maestro que da mu- fícase la existencia del fluido magnético animal.
cho valor á su palabra: los sentidos, no se definen, En el momento, pues, de nacer esta hipótesi?,,
ni se demuestran, sino que se sienten. Respues- se la consideró perdida; en el instante de le-
ta de maestro e3 esta ciertamente, por lo que vantarse el magnetismo, cayó; y león que h u -
tiene de despótico, pero no de filósofo, que de- biera sido, no habria tenido poder bastante en
ja de serlo en el instante en que prescinde de su caída, ya no digamos para defenderse de los
la demostración. Nada tenia de científica y otros animales de su especie que quisiesen ofen-
ménos todavía de satisfactoria, sobre todo tra- derle, más ni para evitar las coces ni castigar
tándose de sentidos artijicialesf que como obra la saña del asno que viniera á insultarle en su
del arte, el artífice debia saber á la perfección desgracia.
la manera de formarlos, y conocer la materia De suerte que no solo se escribieron sesudas
de que se sirvió para ponerlos en movimiento y sapientísimas refutaciones, sino que habien-
y en actual ejercicio. do descendido la opinion académica de las al
Ninguno quedó contento de tal respuesta; y tas regiones de la ciencia á las inferiores del
la tuvieron todos 6 la mayor parte por un efugio vulgo, fué el magnetismo animal objeto de la
de la impotencia, salvo algunos adeptos que irrisión epigramática. Entónces se dijo una
fascinados con el modo fácil de explicación no vez y se repitió ciento la siguiente estrofa, que
se cuidaron de ir más allá. Tan firme estaba en el original francés no carece de verdadera
Mesmer en el terreno de los hechos, como dé- sal ática:
bil y falso en el de la filosofía.

Desde luego la Academia de l a s Ciencias, la "¡Ei magnetismo está muerto!


Sociedad Real y la Facultad de Medicina, en Le condena la Academia,
cuyo seno figuraban notabilidades como Fran- La facultad no le premia,
—290- —291—
Pues de baldón le han cubierto. Pero es el hecho que ya en aquella época la
Tras fallo tan sabio y cierto, idea no era nueva; y así lo declaró la Sociedad
Si algún ente original Real de Medicina. "El pretendido magaetismo
animal, decia, tal cual se anuncia, es un sistema
Sigue en su tema fatal,
antiguo, muy ponderado en el siglo auterior y
Fuerza es decirle sin saña:
4' caido en el olvido," (1) Se le hacia remontar
''Cree, cree en la cucaña hasta los tiempos de Paracelso, y se andaba en
Del m a g n e t i s m o . . . . animal." (1) esto con demasiada condescendencia.

Siempre las nuevas ideas* se decia, cuando Así, pues, oportunidad habia tenido la idea de
se personifican ó encarnan por la primera vez, personificarse y encarnarse una y cien veces; y
encuentran opositores rabiosos y contradicto- en cada una de esas reincarnaciones ganar si-
res ?pasionados, Y por otra parte, el desden quiera un palmo de terreno. Las ideas que al
y el encono de los sabios han tenido muchas nacer no presentan título alguno, aunque este
veces que avergonzarse de sus inconsiderados título sea contestado, no pueden aspirar al d o -
brios: el chiste y el ridículo están léjos de ser minio de las inteligencias ni coa el lapso de los
argumentos decisivos años, porque esto significa que no solo les falta
la verdad, sino hasta la verosimilitud. El p r o -
verbial puré si muove de Galileo, no se pronun-
ció aislado; fué una consecuencia de razones que
no se han podido destruir todavía.
1 La magnétisme est aax abois;
La faculté, 1' Ácademie Más si entónces pudiera considerarse ei mag-
L'ont condamné tout d'une voix,
E t l'ont couvert d'ignominie.
Apres ce jugement, bien sage et bien legal,
bi quelque esprit original
Persiste encore en son delire,
I l será permis de lui dire: 1 Eaport a la Société Royale de Medicine. A Paris, le
Crois au magnetisme atimal! 16 Août 17S4.
netismo humano como nuevo, era natural que al-
la magia." (í) El mismo autor hace decir á este
go se hubiese adelantado respecto de su existen,
siglo, que llama de las conquistas científicas, per-
cia en un siglo de investigaciones que ha tras- sonificándole y dirigiéndose á otros siglos: 'cYo
currido. Es cierto que durante esta centuria ha he sepultado el magnetismo, he resucitado la ma-
tenido algunos partidarios, pero ha sido mayor gia que era tenida por muerta. Antiguamente
el número de sus enemigos; y además, aquellos, una sola de estas cosas hubiera hecho la gloria
en materia de demostracicn científica acerca del de un s i g l o . . . . ¡Vosotros, siglos de oro, habéis
hecho de su existencia, no han sido más atinados muerto; solo yo vivo!" (2)
y felices que sus antecesores.
Grimelli también se revelaba contra la s u -
Despues, (en los años de 1831 y 1837) el flui- puesta existencia de ese fluido, cuando decía:
do magnético sufrid un segundo y tercero exá- " E n t r e nosotros, Nobili y Mazianini cuanta
men de parte de la Academia Francesa de Medi- más estudiaban la naturaleza organizada y vi-
cina; y en una y otra ocasion, pero sobre todo, viente, guiados de la observación y de la e x p e -
en la última fué herido de muerte. En 1831 no riencia y siguiendo los más exquisitos a r g u -
tomándose en consideración ni discutiéndose si- mentos eléctricos, tanto ménos autorizaban las
quiera el dictámen del relator Iíusson que pare, lucubraciones electro-magnético-üsioldgicas de
cia favorecerle, y declarándose en 1837, prece- Lamagna, las francesas elegancias de una copi-
diendo estudios y observaciones prácticas, que los laridad instable, y las graves veleidades britá-
hechos nada tenían de concluientes en favor de la nicas de una acción eléctrica trocada con la ac-
doctrina del magnetismo animal. ción nerviosa; y entre nosotros también los pro-
fundos cultivadores de la ciencia y del arte de
Los sabios naturalistas en hx particular, lo mis-
moque los reunidos en cuerpo, han seguido gene-
ralmente este sendero. "Hace setenta años, es-
cribía M. Morin, que se predica el magnetismo á
las Academias; y cuando apenas se comenzaba á
1 V. Comment ie sprit vienfc áux tablee P . 52.
sospechar su existencia, deja de vivir y sobreviene
2 Id., P . 12T y 129.
•—295—

curar, E s t e v a n G-alüni, Miguel Medici, Mauricio nos que en arena; hemos dicho mal, en
Bufaliui rechazan, llevados de su juicio y doc- me vacio.
trina, las t e o r í a s y los sistemas de una eleetri. Entre tanto los defensores de la hipótesis
cidad fisiológica, que toda se vuelve imaginado - zoo-magnética ¿qué han hecho? ¿Han intenta-
nes y conjeturas y que audazmeute intenta hacer do siquiera demostrar su existencia? A ellos y
muestra d e si propia en la patria de Galileo, de no á sus contrarios tocaba evidenciar este pun-
Malp¡ghi ? de Spalanzani y de Volta." (1) " N i la to cardinal de su sistema. Y en efecto lo han
vibración d e los cordones nerviosos, enseña el intentado; pero los vanos esfuerzos impendidos
autorizado Magendi, ni el pretendido fluido ner- han sido estériles, si no contraproducentes. El
vioso, ni Ja electricidad son explicaciones sufi- péndulo de Gerbouin, por ejemplo, pareció al
cientes de la trasmisión de las sensaciones." Por
principio que ministraba la deseada prueba, pues
último, o b s e r v a Figuier, la inmensa variedad de
tomándole con los dedos índice y pulgar, voltea-
los medios que puede producir el estado mague,
ba á voluntad del magnetizador que emitia su
tico es un argumento contra la existencia real
fluido, ya lo tuviera aquel ú otra persona
de un fluido que emanase del cuerpo magneti-
tida á su influencia; pero, como dice Loubert,
zador." (2)
bien podia ser que semejante movimiento le fuera
comunicado, no por el fluido, sino por los dedos
De s u e r t e que está léjosj de ser un hecho en
que le sujetaban. Esta sospecha se tornó en
las esferas de la ciencia la existencia ¿el mag-
realidad, cuando el mismo Loubert y M . Char-
netismo h u m a n o . Cualquiera teoría, pues, que
pignon fijaron el péndulo á un cuerpo sólido,
se funde e n base semejante, se funda poco raé-
influenciándole, sin embargo, con la mano, pues
entónces el péndulo quedó en la inmovilidad
más perfecta. (1) También se refiere que los

1 Osservazioni ed esperienza electro fisíologiche.


1 Loubert. L e Magnetismo et le Sanambu'.isme devant
2 F i g u i e r ; Histoire du Mervilleux, tomo 3 . 0 c. lo1
le corpa savants c, X I I .
— 297—

sonámbulos han visto este fluido y aistinguídole es más bien contra la existencia del fluido zoo mag-
de los otros; pero el que tiene los ojos cerrados, nético. (1) Y en verdad, la misma denominación
respondemos con un espiritista de la Capital, que de eléctricos dada á esos animales establece sus
no pertenece al Círculo de laLu7, (1) no ve por diferencias respecto de los que no tienen aquélla
sí mismo, así esté despierto. Y además, jamás calidad. Circula en ellos la electricidad, no en
los sonámbulos han revelado que su clara visión. virtud de una ley general al reino á que p e r t e -
sea debida al magnetismo; y aunque alguna vez necen, sino merced a un aparato en el cual
hubiesen aventurado la especie, no habrían sabi- aquella se elabora. Beequerel en Francia y Mat-
do justificar que son oráculos infalibles. teucci en Italia hicieron un estudio especial de
la tremielga, y han reconocido la realidad de ese
Del hecho de que existen algunos animales
aparato. E l último le describe minuciosamente,
marinos con propiedades eléctricas que se desar-
resultando que está compuesto de dos órganos,
rollan cuando se les irrita, como el náutico, l a
que á su vez se componen de pequeños alveolos
tremielga y el siluro, han procurado sacar p a r -
como los del panal, que se unen entre sí delante
tido en favor del magnetismo huma fio, que her-
de los huesos de la nariz, y están separados de
manan con la electricidad animal. La consecuen-
la piel por un gran aponeurtísis. Los alveolos se
cia no puede ser mas ilógica, pues se sienta un
encuentran llenos de una materia gelatinosa, que
principio general sobre casos particulares redu-
contienen nueve partes de agua por una de a l -
cidos en número. Si alguna consecuencia se dedu-
búmina y de un poco de sal común. E l referido
ce, dicen los redactores de la Civilitd Cathclica,
Matteueci comprobó con experimentos, que las
vesículas que fcrman los alveolos, eran los pe-
queños órganos elementales del aparato eléctri-
co. De suerte que no es violento, ni mucho m é -

1 Reunión de espiritistas en México, de la cual es ó r -


gano "L* Ilustración espirita." La persona á qne aludi-
mos, á diferencia de los de la Luz, cree en^el infierno y en
los demonios. Cada círculo tiene BU credo. 1 El espiritismo en el mundo moderno, X X X I X .
DOS arbitrario asegurar, que en esos animales
en último análisis estaría de mas en la natura-
hay electricidad propia, porque hay un aparato
leza?
generador de ese fluido, y que en aquellos en
que falta el aparato, debe faltar también la elec- Por otra parte, la física, como todo lo que
tricidad. Ahora bien; si esta ó su hermano el alcanza un positivo progreso, tiende y se dirige
magnetismo animal, es invisible, no lo es el apa- á la unidad, polo y centro de toda verdad, y por
pato. Luego si todos los animales tuvieran una lo mismo de toda ciencia perfecta, con la misma
electricidad ó magnetismo propios, nada seria necesidad natural que los cuerpos pesados tien-
más fácil de hacerse constar, pues bastaría mos- den hácia el centro de la tierra y la brújula s©
trar en todos el aparato. dirige hácia los polos. Y esta tendencia y d i -
rección, que cada dia va aproximando su punto
H a y más; de los experimentos y observacio- de partida con su punto de estación, es contra*
nes de Matteucci resulta, que la electricidad que ría á todo sistema que estribe en la existencia
se desarrolla en la tremielga, no se distingue de de agentes ó fluidos especiales.
la electricidad conocida: tiene sus polos positivo
y negativo, produce violentas conmociones y con- Está bien que en la época de Mesmer se ocur-
tracciones, sigue la ley de las distancias, desvía riese á ellos; entdnces tenia preocupadas las ca-
la aguja imantada, é inmanta bajo la influencia bezas el fluido luminoso de Newton, cuyo génio
pe su descarga una hélice, por cuyo centro atra- pareció dejar resueltos todos los problemas,
hasta su tiempo irresolubles, dando de esta
viesa una barrita de acero; todo lo cual significa
manera una importancia verdaderamente cien-
que obra la llamada electricidad animal del mis-
tífica á su teoría, y entreteniendo las inteligen-
mo modo que la electricidad común. Supuesto
cias con la claridad de sus soluciones, para que
el parentesco entre este fluido y el magnético,
no se fijasen en la oscuridad del supuesto de
¿no podia decirse lo mismo del último? Así
que partía. Hoy que el fluido luminoso ha
vendríamos á parar en que el magnetismo hu-
desaparecido por completo, y los esfuerzos de
mano explicaría los fenómenos que pudieran ex-
todos los sabios naturalistas, alentados con e x -
plicarse con el magnetismo mineral. Pero en -
perimentos positivos, se encaminan á establecer
tónces, ¿á qué afanarse por un agente físico, que
sobre sólidas bases la explicación de todos los
fenómenos laminosos, caloríficos, eléctricos y diferentes movimientos vibratorios, estos pudie-
magnéticos, mediente ,un SO C t^ ran propagarse precisamente por el fluido espe-
mente modificado, quien pretenda oponerse á cial que correspondía, encontrándose á virtud
este movimiento progresista, retrogradando á de la confusión ó de la mezcla, ó interrumpidos
la antigua variedad, no está ciertamente á la en su extensión ó formando un agente nuevo
altura que debe, como amigo y cultivador de que se compondría de todos aquellos fluidos, p e '
las ciencias naturales. ro que no seria ninguno de ellos. Esto seria
A este punto es impelida la humauidad por tanto más hacedero, cuanto á que es mucha la
la bella naturaleza. El bello ideal, el tipo de tenuidad y sutileza de que se lea dota. La r a -
zón ve mas clara y natural la producción de los
la perfección está en la variedad y en la unidad
fenómenos, suponiendo una sola sustancia, por
admirablemente dispuestas y combinadas: la
ejemplo, el eter; pues si de la modificación d i -
variedad en los fenómenos de uu mismo órden
versa puede dimanar la variedad de los fenó-
y la unidad en la causa. Sobre este punto léa-
menos, y diversos movimientos pueden modi-
se la cita que de M. L. Figuier hicimos en otro
ficar una misma sustancia, quedan todos aque-
lugar. (1)
llos perfectamente explicados.
Si para cada uno de los fenómenos atribuidos
á la luz, al calor, á la electiicidad y al magne- P a r a responder á la dificultad que brota
tismo fuera necesaria la existencia de fluidos del hecho de la confusion ó mezcla de los fluí»
especiales; como estes íluides deberían llenar dos, no cabe suponer que estos ¡se hallen c o -
los espacios y encontrarse en estado latente en locados en capas ó fajas, sin confundirse n i
los mismos cuerpos, resultaría una confusion ó mezclarse, porque eutónces cada uno de ello s
mezcla entre ellos; y apéna3 puede concebirse no llenaría los espacios ni ocuparía todos I03
cómo, al ser modificados diversamente por los cuerpos, supuesta la impenetrabilidad, propie-
dad inseparable de la materia.
Podemos inferir por ahora que la hipótesis
zoo-magnética descansa en una base cuya r e a -
I Cap. X I X . P . 243.
lidad no está comprobada científicamente: que
]a misma DO se conforma con las tendencias y
el espíritu de la física actual, sino que para
alegar en su favor algún título, necesita retro-
gradar, y en suma, que pugna con hechos y
experimentos numerosos de cuya certeza no se capitulo xxiü.
puede dudar.

SUMARIO.

Se examina el magnetismo en sus relaciones con la metafí-


sica.—LosJilósofosmodernos, enemigos de la metafísica.
—Apreciaciones suyas acerca de ella.—La metafísica es
la reina délas ciencias.'- Sin la metafísica no es posi-
ble llegar al conocimiento de ninguna verdad.—Crasa
dontradiccion de los que ridiculizan la metafísica.—Sa
fija el punto que se va á estudiar.—El magnetismo,
como sustancia media entre el cuerpo y el espíritu h u -
mano, es imposible.—Así la consideran el abate Lou-
bert, Alian Kardec y G-authier. —La teoría de tres almas
en el hombre es de la más remota antigüedad.—La bue-
na filosofía no admite hipótesis semejante.—Se refuta
ésta con razones incontrastables.

Consideremos ahora el magnetismo animal


en sus relaciones con la metafísica; y veremos
que esta ciencia se pronuocia formalmente con-
tra su existencia. No se nos oculta que el so-
lo anuncio de semejante idea va á causar escán
clalo en algunos y á excitar en otros estruen Mas no continuemos en predecir lo que sucede-
dosas sonrisas ú homéricas carcajadas, como se rá sin remedio, porque fatigando á un tiempo la
pluma y el entendimiento, siempre nos mostra-
estila decir.
remos escasos, y quedaremos atras de tantas al
Ya sentimos heridos nuestros tímpanos con
tisonantes declamaciones en que se prorumpa.
estas 6 parecidas declamaciones: "¡La metafí-
¡Es tan fácil hacer gala de esa dote por la cual
sica! ¿Y qué tiene que ver esa mómia de la
se afanan tanto los comediantes!
Edad Media, cien veces enterrada por la civi-
lización y el progreso, con cuestiones que no ¿Mas es verdad que la metafísica sea tan des-
son, que no pueden sér de su competencia? ¿Y preciable como la pintan? ¿No será que se
cómo osa presentarse esa estéril y desacre- truena contra ella, ó porque no la comprenden
ditada madre de las categorías y de los pre» ó no quieren comprenderla; pues á comprender-
dicamentos delante del siglo de las luces, de las la ó quererla comprender, seria forzoso hacer el
altas ideas, de los grandes inventos, del vapor, sacrificio de no pocas aventuradas opiniones
dar de mano y volver la espalda á ciertos e r -
del pararayos y del telégrafo? El magnetismo
rores que, conformándose, á ciertos coslumbres
animal es un ramo de la física, y, á más conce-
se les mira con afición deleitosa, y morosamen-
der, de la fisiología: las únicas andaderas de
te se les acaricia?
que tal cual vez necesitan una y otra ciencia,
las solas luces que han menester, son la obser- Esto parece lo cierto. La metafísica está
vación y la experiencia, ¡Léjos, muy léjos ese muy alta para que se la pueda destronar. Es
fárrago de abstracciones; el positivismo moder- la reina de las ciencias naturales. Ninguna de
no le estima en lo que vale, y vale ménos qu e estas puede hacer alarde de legitimidad, si no
nada! Departa en dulces pláticas la metafísica muestra en su portada la efigie de aquella so-
con su hermana la teología, vieja como ella, es- berana. ¿Cuáles son mas exactas que las ma-
trafalaria como ella, y dejen ambas en paz á la temática?, y cuáles mas positivas que Ja física?
física, la química, la zoología, la geología, etc., Pues bien, esta no seria positiva, no seria ni
etc., jóvenes de grandes esperanzas y las úni- ciencia, sin las matemáticas que la comunican
cas reinas y señoras en el terreno de la ciencia." la virtud de generalizar por medio del cálculo
—307-

digresión es ya demasiado larga. Fijemos el


y de la fórmula; y la3 matemáticas son lo que
punto que nos proponemos estudiar.
son, es decir, la ciencia de lo evidente, porque
en el fondo son la metafísica mas pura y eleva- Cuando vam03 á examinar el magnetismo bu
da. La metafísica gira en las regiones de la mano en sus relaciones con la metafísica, no es
posibilidad, de donde todo sér que ba existido nuestro ánimo referirnos á su existencia como
6 existirá, ha salido (5 tiene que salir: ella mues- intermediario entre el cuerpo y el alma del hom-
tra el tipo de las cosas en la única manera que bre. Puede ser que exista el tal agente magné-
pueden existir, así como la física muestra las tico; acaso algún dia llegue á comprobarse que
cosas mismas tales como están y la química co- existe, á pesar de las razones incontrastables qua
mo pueden estar entrando en combinación. No anteriormente explanamos; pero nunca existirá
separemos, pues, lo que se encuentra unido na- ni p o d r á comprobarse que exista como sustancia
turalmente. media entre la materia y el espíritu. Esta exis-
tencia es para nosotros un imposible metafí-
L a metafísica para el filósofo es el crisol que sico.
separa, en las cosas sometidas á su estudio é in- Y con todo, los partidarios del magnetismo
vestigación, todo lo que en aquellas hay de real así la consideran. Ya se ha podido ver en la
y de cierto, de lo que tienen de quimérico y de parte expositiva de la teoría. "El alma usa, dice
absurdo. Demos de mano á esa brújula que Loubert, para trasmitir el pensamiento, la v o -
siempre nos señala el norte de la verdad; y que- luntad, etc.... del sistema nervioso, del fluido ner-
daremos perdidos en el Océano de todos los vioso, del fluido magnético; este es, por decirlo
errores. así. el instrumento de que aquella se sirve, el
Pero los mismos que tanto desden fingen ha- medio que atraviesa; y estos hechos son del d o -
cia ella con las palabras, son los que de hecho minio de la psicología fisiológica." "Los cuerpos
escriben su mas brillante apologética. ¿Por que nos rodean, c o n t i n ú a . . . . , los órganos que
qué no creen en los milagros del catolicismo, están dentro de nosotros mismos, obran, para
por ejemplo? Porque no son posibles, respon- llegar hasta el alma, sobre el sistema nervioso,
den; y ¿acaso las ciencias naturales se ocupan sobre el fluido magnético, que es aquí todavia el
en la posibilidad? Pero detengámonos, pues la 23
vehículo, el medio de trasmisión; y estos hechos ó suspenden las relaciones. Pero la vida está
son del dominio de la fisiología psicológica. (1) siempre como una tercera entidad entre el alma
Alian Kardec es del mismo sentir, y más expre- y el cuerpo; el hombre puede poner en movi-
so acerca de este modo de considerar el magnetis- miento su fluido vital ó magnético y lanzarle en
mo humano. "¿Hay en el hombre, se pregunta, ráfagas sobre otro hombre y I03 fluidosde los dos
otra cosa además del alma y del cuerpo!" "Hay, cuerpos se unen. Lanzado sin voluntad, el fluido
responde, ua lazo que une el alma y el cuerpo. La es puramente material y animal; con voluntad,
naturaleza de este lazo es semi-material, es decir, e3 espiritual, animal y material." (1)
intermediario entre el espíritu y el cuerpo. Es ne-
Como se ve, tanto los magnetistas. como Ios-
cesario para que uno y otro puedan comunicarse; y
espiritistas y los vitalistas parten del supuesto
por medio de este lazo el espíritu obra sobre la
de esa trinidad de motores en el hombre, á lo3
materia y recíprocamente." (2) A este lazo le lla-
cuales atribuyen cierta virtud, auu considerados
ma periespíritu, y terminantemente asegura que
separadamente.
este periespiritu no es otra cosa más que el alma vi-
No tiene duda que retrogradamos en todos
tal, el fluido nervioso, el fluido magnético. (3)
ramos y muy principalmente en filosofía. Puede
Oigamos al vitalista Aubin Gauthier, que no
llamarse sin injuria al presente siglo, siglo de
es méoos claro sobre el particular. Así escribe
las exhumaciones, pues no hay vejez de que ten-
ea su Tratado del Magnetismo-. "El alma está uni-
ga noticia que deje descansar en paz sobre su
da al cuerpo por una sustancia intermediaria; de
tumba olvidada y enmohecida. Con el mismo
suerte, que el hombre contiene en sí mismo el
afán con que se apresura á desenterrar los már-
alma, la vida y la materia organizada que obran
moles y los priapos de Pompeya y Herculano,
simultánea ó separadamente, según que las ac-
lo cual podia servir á la historia del arte, resu-
ciones humananas necesitan un concurso mutuo
cita antiguas teorías filosóficas; y no solo las re-

1 Lonbert. Le Magnetismo et le Sonambulismo. C.X1X


2 Alian Kardec. Libre des esprits. L . I I , C. 2 . 0
3 Id. Itroduction. 1 V. P . 465 y »'guantes.
sncita, como debiera, para medir la distancia
Si fuera el alma intelectual distinta de la ani-
que la inteligencia alumbrada por el Evangelio
mal.y de la. vegetal, el cerebro no baria otra
ba recorrido, y para comparar los añejos delirios
cosa más que pensar; no sentiria ni viviría, y
con las verdades que hoy son el pan de la civi-
siente y vive, el corazon sentiria nada más, pe-
lización, sino para ponerlas sobre el celemín, y
ro no viviría, y vive, sin embargo, como vive
darles la preferencia más salvaje, lo cual sola-
mente puede servir para irnos acercaudo poco el nígado y todo el cuerpo. Cuando alguna
á poco á la barbarie. dolencia afectase alguno de sus miembros, s u -
frirían estos, nunca el hombre todo.
En efecto, esta teoría de las tres almas es de
tan alta antigüedad, que vergüenza da tomarla Aun cuando en este hay pensamientos, sen-
como recurso científico. En realidad son las al- saciones y movimientos, y estas diversas o p e -
n a s que Platón colocaba en el hígado, en.el co- raciones son distintas en el fondo, todas proce-
razon y en el cerebro. den de un principio simplícimo, que en su per-
fección superior, que consiste en lo que encier-
En el hombre no hay más que una alma, por-
ra de inteligente, comprende la virtud del a l -
que no hay más que una personalidad; de la mis-
ma animal y de la vegetal, es decir, piensa,
ma manera que en una estátua no hay mas que
siente y vive á la vez en el hombre. En los
una representación, porque no hay mas que ana
seres que se encuentran en cierto drden, el que
forma. El hombre se siente uno y no tres; y se
está'arriba tiene, en una unidad perfectísima,
sentiria tres, si fuera animado por tres almas.
algo,que le eleva sobre los que están abajo, y
En este fenómeno interno de la conciencia al mismo tiempo abraza la virtud que estos en-
humana estriba lo poco de filosofía que entraña cierran. Si así no fuera, nada tendrían de co-
el yo germánico de Kant, Fichte y Scheling. mún y no estarían colocados en el mismo órden
El mismo hombre que piensa, compara, racio- ni.en rigurosa escala. S i n o estuvieran en la
cina y generaliza, es el que siente y vive. No unidad más perfecta, no habría superioridad
desempeña aquellas elevadas funciones uno, ni real, sino meramente numérica. No se podria
las funciones medias ctro, ni las inferiores un decir este sér es superior á aquellos otros dos,
tercero. sino tres séres son más que dos, y dos más que
uno. No podría decirse, el alma intelectual es tancia honda, inconmensurable, infinita que me-
superior á la animal, ni la animal á Ja vegetal; dia entre el que es la plenitud del Sér y la
sino que tres almas son superiores á dos almas criatura, que es un abismo de nadas y de mise-
y dos almas á una. rias, Dios comprende en su esencia impenetra-
ble y profunda, y de una manera maravillosa-
Más ¿de qué manera la primera comprende en
mente superior, augustamente misteriosa y emi-
la unidad de su sér las do3 segundas? Ya se ha
nentísima, y sin mezcla de imperfección, ni som
dicho que comprende su virtud, no sus respec-
bra de defecto, todas Ía3 capacidades intelecti^
tivas entidades.
vas de los millares de millares de hombres n a -
Así, un génio comprende la virtud intelectiva cidos y por nacer, y de los millones de ejércitos
propia y la de un talento; un talento comprende de ángeles que llenan los cielos de los ciclos y
la suya y la de una mediana inteligencia; una circundan el trono de su divina, eterna, incon-
mediana inteligencia laque le pertenece y la de mutable y omnipotente Magestad; y esto sin que
una inteligencia vulgar; y sin embargo el génio padezca, ni se multiplique su unidad absoluta,
no tiene cuatro almas, niel talento tres, ni la in« indivisible y per feotísima.
teligencia mediana dos, ni la inteligencia vulgar
El alma intelectual, valiéndonos de ejemplos
ménos que una; sino que una es el alma en la
que nos son más familiares, comprende en su
inteligencia vulgar, en la mediana, en el talento
ser único la virtud de las almas animal y vege-
y en el génio. Podíamos ascender todavía más
tal, como la fuerza que mueve el universo, com-
en la escala de los espíritus, pasando á las inte-
prende la que hace girar el sistema planetario,
ligencias angélicas, en cuya com paracion el hom-
como esta, la que ggita la masa de la tierra,
bre es poco ménos que ellas, paulo minus ab an-
como la tierra, que produce ese infinito número
gelis; y veríamos que también los ángeles com-
de movimientos y de incesantes cambios, en to-
prenden en su naturaleza superior la capacidad
das las clases de seres que mantiene en su su -
intelectual del hombre y la que le pone sobre
perficie, desde el humilde heleeho hasta el em-
él. Y ya que plugo al Creador y Conservador
cumbrado cedro, y desde el mosquito hasta el
de las cosas criar al hombre á su imágen y se-
elefante. Así, finalmente, las comprende como
mejanza, podríamos ver que, á pesar de la dis *
la luz los colores, en el poder de producirlos La línea recta no se distingue de la curva
todos, no como existen en la natura'eza, sepa- sino por la dirección, (5 porque la una mide la
rado?, porqué existen en UDa infinita variedad; más corta distancia entre dos puntos dados, y
sino somo existen en la haz luminosa, fundidos, la otra siempre mide distancias mayores relati-
por expresarnos así, y sin el carácter especial vas. Ambas líneas, puede afirmarse que se
que los distingue. constituyen por una naturaleza esencial común,
pues son una sèrie de puntos matemáticos; y
Sí, pues, en el hombre no hay mas que el
sin embargo de esta naturaleza común, y no
alma intelectual, que es á la vez inteligencia,
obstante que la diferencia que las separa es has-
sensación y vida <5 fuente de vida, de sensación
ta cierto punto modal, ha sido la desespera-
y de inteligencia, no existe ni puede existir el
ción de los mas levantados geómetras de la
supuesto intermediario de Loubert, el pretendi-
tierra la resolución científica de este teorema»
do periespíritu d e Alian Kardec, ni la soñada
á la primera vista tan sencillo, encontrar una lí-
alma vital de Aubin Gautbier. P e r o profun«
nea intermediaria entre la recta y la curva. ¡Ver-
dicémos un poco más. Esta alma vital, este
dadera desesperación! Eila ha hecho de es-
periespíritu, este intermediario ¿son posibles?
tas palabras, buscar la cuadratura del círculo,
La naturaleza q u e Alian Kardec le atribuye es
un proloquio que se aplica á quien intenta con-
la de semi-materiol; y es fuerza convenir en que,
seguir una cosa que es inasequible, y se empen*
si ha de tener el carácter de un sér medio entre
en algún imposible cualquiera.
el alma y el cuerpo, debe participar de las na-
turalezas contrarias de los dos.

¿Y esto se concibe siquiera? ¿Quién puede


imaginarse el s é r y el no sér, existiendo á la
vez én un mismo sujeto? ¿Quién la luz y la os»
caridad en un mismo punto de los espacios?
Pues no es más fácil y hacedero esto, que ese
intermediario q u e se ha creido encontrar en el
magnetismo humano.
—317—

esenciales? L a extensión por una parte y por


otra la simplicidad, porque debia ser extensa
como la materia y simple como el espíritu. La
inercia de un lado y de otro la actividad, porque
capitulo xxiv.
como la materia no podía ménos que ser inertei
y como el espíritu forzosamente tenia que ser
SUMARIO.
activa. La multiplicidad de los elementos consti-
tutivos á la vez que la unidad absoluta en la
esencia, porque como materia, debia estar cons-
¿Cuáles deberían ser !os atributos esenciales de esa sus- tituida de partes, y como espíritu debia de ser
tancia intermediaria?—La extensión, la inercia y la
multiplicidad, por una parte, y por otra, la simplicidad, indivisible. Y esto seria lo mismo que dar una
1* act vidad y la unidad.—Si aquella sustancia solamen- existencia positiva á la nada absoluta, y aniqui-
te fuera material ó espiritual, estaría de más. —Eí inú-
til, ei el alma puede por sí misma desempeñar el triple lar el sér, conservándole sin embargo; unir con
<5rden de funciones que le corresponden,—Si no lo el lazo de un consorcio imposible el si que afir-
puede, menos lo podria una cosa que le es inferior.—
Argumento contra la sustancia intermediaria, tomado ma la conveniencia de las ideas y la realidad de
de la manera de unión entre la materia y la forma.—Si
entre el alma y el cuerpo humanos hubiese una tercera
las cosas, y el no que todo lo niega hasta á sí
sustancia, desaparecería la personalidad.—El alma es mismo. El principio de contradicción, funda™
la forma sustancial del cuerpo.—Consecuencia de este
principio en contra de la supuesta sustancia que los mentó de toda filosofía, dejaría de ser principio
une.—Cómo está el alma en cada una de las partes del axiomático, V la palabra absurdo no pasaría de
cuerpo.—Cosas que deben tener presente los católicos.
—Los Dogmas Eclesiásticos.—Concilios de Constanti- un sonido, pues no se concibe absurdo ni con-
n o s , da Viena y de Letran. —Breves de S. S. el Sr. tradicción, desde el instante en que una sala
P,o I X ea 1857 y 1860,—Corolario.
contradicción y un solo absurdo vienen á ser
un hecho.
Si este lazo no fuera compuesto de las dos
Imaginémonos por un momento esa sustan-
naturalezas extremas para cuya unión se juzga
cia media, ese ente semi-material ó semi-espi-
necesario, sino solo d é l a espiritual, por ejem-
ritual, pues estas dos palabras representan una
plo, que sin dejar de ser incompatible, le queda-
misma idea. ¿Cuáles serian sus propiedades
se inferior como el alma de las bestia«; ó de erando rcéms falta de esmero y de cuidado en
solo la material, no en el estado ordinario de el art fice. ¿No puede? pues no lo podría t a m -
los cuerpos, sino en un estado de sutileza que poco esa tercera entidad, iaferior con mucho al
los sentidos no pudiesen apreciar, resultaría: ó alma, aunque inconcusamente superior al cuer-
que Ja imposibilidad de unirse el espíritu á la po. Si una locomotora con la fuerza de veinte
materia era únicamente hipotética é imaginaria, ( aballes no puede recorrer diez millas en un
ó que era real y positiva. Y en el primer su- segundo, tampoco lo podrá otra que tenga la
puesto, esa sustancia intermedia, que se busca mitad de aquella fuerza.
con tanto afau para explicar cierto* fenómenos La forma de una cosa, es decir, aquello en cu-
psicológicos y fisiológicos, estaña de más, una ya virtud es y sen sus operaciones, está inme-
vez que la repugnancia del espíritu hacia ¡a ma- diatamente unida á su materia, pues si no lo es
teria no es esencial, pues si lo fuesp, lo seria en tuviera, ó no seria su forma, ó la cosa no exis-
toda especie de seres espirituales, cualquiera tiría. la forma de una estiíua, que es lo
grado que ocupasen en la escala, v lo seria en que la hace representar á este más bien que á
toda clase de séres materiales, ya fuesen pesa- otro personage, está unida con exclusión de to-
dcs, ya ligeros, ya groseros y denso?, ya sutiles do vínculo extraño, al mármol ó bronce en que
y vaporosos. En el segundo supuesto, subsis- fué modelada. Si semejante unión se inter-
tiría la misma dificultad en estos y en aquellos, rumpiese por algon lazo intermedio cualquiera f
y el problema quedaría siempre imposible de desaparecería la perfección y el parecido, y con
resolverse. ambos la representación: habria un pedazo de
mármol ó de bronce, pero no una estatua.
Por otra parte, el alma intelectiva ¿puede ó
no puede desempeñar directamente el triple ór- Pi ngamos entre el alma, forma sustancial, y
den de funciones ó acciones que le correspon- entre el cuerpo, materia de ese compuesto que
den, humanas, animales y vitales? ¿Puede? llamamos hombre, una sustancia diferente, una
pues entónces ¿para qué multiplicar las causas? tercera entidad; y tendremos, es verdad, una
Una rueda superflua en una máquina seria una alma y un cuerpo animado, colocadcs en cier-
pieza inútil que argüiría corto entendimiento ó ta relación, pero, por mas que busquemos, no
encontraremos un hombre. Tendríamos á caer siente ni vive por aquella, sino que existe por el
en el absurdo de que el hombre es, como pen- alma animal y vive por la vegetal, no repugna
saba Platon, ima inteligencia que tiene por que sienta y viva el cuerpo, aun despues de la
apéndice el cuerpo, ó como despues tradujo separación de la inteligencia; y lalexperiencia de
Bonald, una inteligencia servida de órganos. Lo todos los dias es una elocuente protesta contra
que equivale á significar que esta nuestra perso- semejante suposición.
nalidad, indivisible y una, se partiría cuando Siendo el alma la forma sustancial de todo el
ménos en dos y se duplicaría por una necesidad cuerpo, lo es de cada una de sus partes, como
de naturaleza. El hombre seria entónces una lo enseña el mas sublimé y profundo de los me-
alma gobernando á una béstia, ó un cuerpo go- tafísicas, (1) dando por raaon "que es propio de
bernado por una alma; su union seria tan acci- la naturaleza de la forma sustancial perfeccionar
dental, como lo es la de un hombre que cabalga no solamente el todo, sino también cada parte,
en un caballo; y el alma y el cuerpo serian tan substantialis autem forma ncn solum est perfectio
distintos, separados é independientes como lo es totius, sed cujuslibet partís. Lo que demuestra
el mismo hombre respecto del caballo en que esta verdad, agrega, es que ninguna parte del
cabaka: Podría no solo concebirse existiendo, cuerpo tiene las operaciones que le son propias,
CD
sino de hecho existir el cuerpo sin el alma; una vez que el alma se le separa." (2) Conse-
de la misma suerte que se concibe existiendo y cuencia de esto es que el alma anima inmediata-
en realidad existe el caballo con ó sin el hombre. mente y en virtud del contacto mas íntimo y
misterioso, tanto el cuerpo considerado en con-
Si hubiera necesidad de un medio entre esos
dos extremos, el alma inteligente no seria la for-
ma sustancial del cuerpo; y lo es y no puede de-
jar de serlo. Suprimamos ese soplo que Dios
inspiró sobre Ja faz de la más perfecta de sus 1 Santo Tomas de Aquino, Snm. Theol. P . 1. Q.
criaturas en la tierra; y habremos suprimido al L X X V I , art, 8 .
hombre y decretado sin apelación la disolución (2) Cujus Signum est qv.oi nullapars corporis Jia)et pro•
del cuerpo. Porque es evidente que si este no prium opus, anima recedente.
— 322— —323—
junto, como sus partes distribuitivamente consi- que están bajo la jurisdicción exclusiva del gus-
deradas. De suerte que es una verdact alta- to: la mano no hace lo que el pié, ni el pié lo
mente filosófica esta que asienta el Angel de que la mano: el corazon tiene encomendado, en
las Escuelas: '»El alma está en cada cuerpo, y la economía humana, un papel distinto que el
toda en todo el cuerpo, y toda en cada parte .que los aparatos digestivos desempeñan, y, así
del cuerpo " (1) Luego no ha menester de co- prócediendo, encontraríamos que cada órgano
municar sus órdenes ni de trasmitir sus movi- .• gira ó se mueve dentro de diverso círculo de
miento?", por ningún género de intermediario, .actividad, en esta o en aquella dirección, y con
ya sea este una alma inferior, ya sea un fluido ' mayor ó menor impulso, por mas que todos con-
sutil, porque entre las cosas en que hay una es- verjan á un solo y único fin. Y es evidente
trecha unión, una unión sustancial, no se con- que. sí el alma se comunicase no directamente
cibe distancia, ni por lo mismo, medio. con cada parte del cuerpo, sino valiéndose de
Y no se diga que esti presencia simultánea un intermediario, los órganos, materia inerte y
del alma en cada una de las partes del cuerpo . á su servicio, serian indiferentes á todas sus
es absurda, pues hechos incontestables y de que operaciones, y ninguno de ellos debería desem-
todos pueden formarse lá certidumbre mas com- peñar una determinada con preferencia á otra
pleta, la están indican lo. Y en efecto es así. ú otras. Las imágenes de los objetos pasarían
Observemos que cada parte del cuerpo hu nano •á la retina á trave3 de los tímpanos auriculares,
tiéne su operacion propia y sus funciones deter- y los sonidos por el diafragma cristalino del
minadas; el ojo ve y no oye; el oido oye y no aparato de la visión.
ve: el olfato es sensible á los oiores y da cuen- Y no se diga que esto mismo debía suceder,
ta de ellos ai alma, pero no lo es á los sabores y con mayor razón, supuesta esa especie de
ubiquidad del espíritu humano en el cuerpo;
porque si aquel reside todo en cada parte
de este, no reside, como advierte Santo Tomás
de Aqoino, con la totalidad de su virtud, non
autem secundum totalitatem virtutis, siuo con la
(1) S. Ag. De Trini YI. S <nto Tonú*, lugar citado.
24
totalidad de su perfección y de su esencia, secun-
dum totaliíaiemperfectionis et essentiae. Está en totalidad de virtud 6 de poder; porque la blan-
cada parte todo su sér, pero no todo su poder y cura esparramada en toda la superficie es más
todas sus facultades; y así, prosigue el génio de sensible á la vista que la que se reduce á uno
la mas alta personificación de la inteligencia de sus puntos. Pero si se la examina en cuan-
humana, cuyas sublimes inspiraciones no nos to á su totalidad de especie ó de esencia, toda
cansaremos de seguir: "El alma está en el ojo la blancura está en cada parte de Ja superficie.''
para ver, en el oido para oir, etc." Esto último que pasa con la blancura, pasa con
el alma humana; y si lo primero se comprende f
Todavía podemos tccar co'mo hace accesible
y se explica y se palpa, no hay motivo de r e -
tanta profundidad, que no pueden penetrar to-
putar absurdo, inexplicable é imaginario lo se-
dos los entendimientos, aun á los más vulgares.
gundo.
Despues de distinguir tres especies de todos;
uno que se divide en partes extensas y que Para tener en este punto evidencia de razonf
es realmente una cantidad, como una línea, un basta observar un hecho innegable. Si se cor-
cuerpo; otro que se divide en partes que se ta un ramo de una planta, este ramo, puesto en
conciben por la razón, pero que realmente no las condiciones debidas, sigue nutriéndose de
existen separadas, como los seres compuestos la tierra, crece, germina y fructifica del mismo
de forma y de materia, y, en suma, un ter- modo que el tallo de que fué segregado. Est 0
cer todo que se divide en partes virtuales ó po- significa que el tallo y el ramo, quedaron con el
tendales, discurre así: "De suerte que, si se principio de vida que tenían á pesar de su s e -
preguntase, cdmo la blaucura está en toda la paración, lo que no habría acontecido si el alma
superficie y toda en cada partícula de la super- vegetal no hubiera residido toda en toda la
ficie, se debería distinguir: si se trata de la to- planta y toda en cada parte de la planta. Sí,
talidad de cantidad, tal cual la blancura la po- pues, es una realidad la presencia simultánea
see por accidente, no podría afirmarse que está del alma vegetativa, su ubiquidad en cada par-
toda ea cada parte de la superficie, Lo mismo te de la planta, no vemos por qué el alma inte-
sucedería si fuese considerada en cuaDto d la ligente que la excele ea perfección y con cuya
naturaleza superior no es comparable, no pue-
—327—
da residir en el cuerpo del hombre de una ma- que se pueda seguir ó no, y respecto de la cual
nera parecida, aunque modificada por las dife- ¿ued;n campear las opiniones de los católicos,
rencias esenciales que las distinguen, B i n o una doctrina que, en su calidad de dog-
Hasta aquí hemos querido discutir estg punto mática, obliga estrechamente su creencia; sin
sin mas armas que la lógica y el raciocinio. embargo, jeuán dulce es creer con la fe cris-
Discutimos con los idólatras de 1 a razón, y era tiana que no es un fanatismo ciego, sino un sex-
fuerza hablarles en nombre de su diosa. Que- to sentido moral que ilustra las conciencias y
remos decir ahora una palabra á quienes aman ensancha la esfera de acción de los entendimien-
a l a razón, no obstante que se resisten á que- tos!
mar en sus altares un grano de incienso que re- En efecto, la doctrina c u q u e estriba la ma-
servan para el único Dios que debe ser servido yor parte de los argumentos de que nos hemos
y adorado, autor del hombre y de la razón; servido, para no admitir como posible ese prin-
queremos decir una palabra á los católico?, que cipio de vida, que se coloca entre la materia y el
sin dejar de ser filósofos, son ereyeaíe?; en ellos espíritu que componen al hombre, es de fé ca-
la íé y la ciencia son una misma cosa, porque tólica. Nos hemos fundado principalmente en
la fó es un obsequio razonable í la verdad; y la unidad ó unicidad del alma, y en la manera
nada razonable es extraño á la verdadera sabi- de unión, no accidental, sino esencial; no sola,
duría. mente conveniente, sino íntima, radical y nece-

La teoría, decimos mal, la doctrina que acer- garia.


ca de la unión del alma con el cuerpo humano Y en efecto, prescindiendo del gran recurso
hemos procurado desoavolver, con el fin ¿e de las tradiciones, ya desde tiempos de San
demostrar la imposibilidad metafísica, lo absur- Agustín se leia en el libro de los Dogmas Ede-
do de ese sér intermediario que ec cree haber sLicos esta profesion-de fé, que n , puede ser
encontrado en el magnetismo animal, no es más explícita, respecto de la mudad del alma y
una doctrina que te puede seguir ó no, y d e su unión sustancia', "Nosotros no ensena-

respecto de la cual puedan campear libremente d o s lo que han escrito en sus libros Jacob» y
las opiniones de los católico?, sino u s a doctrina • otros de la Siria, amantes de sutilezas, que tey
— 329 —
en el hombre dos almas: una animal, que anima
la unidad de aquella, separando del seno de la
el cuerpo y se halla mezclada con la sangre; y
Iglesia á los qae afirmasen que el alma inteli-
otra espiritual, que es la fuente de la razón.
gente no es la forma sustancial del cuerpo. "Si
Mas creemos que el hombre tiene una sola y
alguno presumiese afirmar, defender y sostener
misma alma que en unión con el cuerpo, le da
pertinazmente que el alma racional ó inteli-
la vida y se gobierna á sí misma por la ra-
gente no es la forma del cuerpo humano por si y
zón." (1) Como se ve, la enseñanza católica de
esencialmente, sea reputado como herege " (1)
los primeros siglos ya cubria con la egida de
El concilio general de Letran, (Sess. V i l ) ce-
sus altas decisiones este principio: el alma hu-
lebrado en 1513 definió lo mismo.
mana es una.
No obstante estas definiciones, no han falta-
Despues, en 869, el cuarto concilio ecuméni- do teólogos católicos que han tratado de inter-
co constantinopolitano (2) tuvo á bien consa- pretarlas según su propio juicio y de cohones-
grar con su sanción la misma doctrina. tarlas con teorías filosóficas que en materia de
En 1311 el concilio general de Viena definió psicología y de fisiología han aventurado algu-
también el otro punto de la unión sustancial del nos médicos, teorías que suponen, como las a n -
alma con el cuerpo, tan íntimamente conexo con tiguas, la trinidad ó dualidad de almas.

En presencia de semejante intento S. S. el


Sr. Pío I X recordó á la creencia de su rebaño,
en 1857, lo definido en los concilios generales de
Viena y de Coustantinopla, en su Breve que
1 Neque duaa animas esse dicimus in uno honrne, six
cut Jacobus et alii disputatores Svrorum scribunt: unam
animaiem qua animetur corpus, et quae imixta sit sangui-
ne, et alteram spiritua!em, quae rstionem min'strat. Sed
dicimus unam esse eamdemque auimam in hom'ne, quae
et societate vivificet et semetipiam sua ratione disponat. 1 Si qui* delude a s i e r e , defenderá, seu teñera perti-
[Gennad Massill. De Eolesiasticis Dogmaiibus. C. 15, naciter, prae-umpsarit q u o l anima r a t i o n s , seu m o -
T . 8. ° , Opp. S. Aug.] tiva, r o n sit forma corporis bumani per se, et essential*
2 Can. S I . ter, tanquam haereticus sit censendue.
condenó los errores del abate Güntber, que' ni de tres almas, no pueden admitir entre la so-
admitia el duodinamismo, dirigiéndose al ar- la alma humana y el cuerpo, ninguna sustancia
zobispo de Colonia. Hé aquí sus palabras: ó afrente intermediario, ya se llame principio de
"Noscimus Icedi catholicam sententiam ac doctri- vid!, alma vital, periespíritu ó fluido magné-
nara de homine qui corpore et anima ita úbsolvá• tico.
tur, ut anima eaque raiionalis, sit vera per se at- Por lo expuesto, nos parece demostrado con
que única corporis forma" Y todavía en 30 de razones de irresistible íuerza á los filósofos r a -
Abril de 1860, con motivo de que el canónigo cionalistas, y coa razones y argumentos de au-
Baltbzer continuó ensenando en la Universidad toridad divina á los creyentes, que la existen-
¿e Breslau la hipótesis filósofica del abate Gün. cía del magnetismo animal, como intermediario
ther, dirigió otro Breve al Obispo de aquella dió- entre el espíritu y la materia, es metafísica»
cesis, condenando un folleto de ese canónigo., mente imposible y absurda.
que suponía que el cuerpo humano tenia un
principio de vida propio, independiente del alma
racional. (1) Así, pues, es de fé católica, que
el alma en el hombre es una gola, y que esa al-
ma es ia forma snstancial del cuerpo.
En consecuencia, Í03 católicos, sin dejar de
serlo, no pueden pasar por la existencia de dos

1 Notaium est Baltbzerism in suo li-


bello, c:;m camera conirove-siam ad lioc revocasset s i ne
corpori vifce prin i; ium proprium ab anima rationali ipsa
discretam, eo temeritatis prog.-esum esse, ut opositem sen.
tenti a m et appe'aret htereticam et prò tali babendarn esse
multis verbis argueret.
—333-
más enérgico y poderoso; más poderoso, sin du-
da, que todos los sentidos del cuerpo, y ma3
CAPITULO XXY.
poderoso que todas las potencias del alma, si es
que las obras son la medida del poder, como
SUMARIO. realmente lo son.
Bajo este respecto mirado el magnetismo, e3
E x a m e n del magnetismo puesto en acción,—Supuest as
virtuies de e*e fluido.—La manera con que, ss dice, una materia dispuesta, que al fuerte impulso de
obra y las condiciones bujo q«e, es supone, desar- l a voluntad toma todas las formas, es como
rolla su p»d?r, convencen su no existencia,—Todo
agé'ite de Ja naturaleza, con excspcion del alma huma- de caleidoscopio que con la rapidez de sus mo-
na que es libre, obra siempre del nremo modo 6 inva- vimientos y ea las múltiples reflexiones de sus
riablemente, dadas las condiciones n-cesarias.—Don*
firmi ests princ pió lo que se observ i ea !a luz.—Leyes paredes angulares, ofrece á la vista una varié,
que es a sigua al reflej .rse y propagarse—Son i n v t r i i -
bles y «ecrs^rias.—Igual c isa sucede c m e! calor, ¡a
dad infinita de contornos y de figuras, de miti-
electricidad eto.—Li mism» n?cesid.id preside las opa- ces y de colores.
raciones de los agentes incorpóreos —El castor, la g o -
londrina, !a ab^ja.—Debia saceder io mismo con el Difícilmente se concibe que haya un agente
magnetismo, á ser cierta su existencia y ciertas lis opa- físico dotado de tantas virtudes como las que se
raciones que se le atribuyen.—¿Por qué?—NoUbles
palabras de M.Figuier á este respecto.—Consecuencias atribuyenal fluido zoo-magnético. CuandoIdjiez,
que se infieren.—NJ hay proporcionalidad en é', como
causa, y los efec'os que ee le atribuyen.—Se recu u rd a la
remontándose en alas de su entusiasmo por el
manera como se exp ica la acción del magnetismo, al magnetismo, del absurdo fildsofico á la blasfe-
pr.-ducir I. s fenómenos.—Todo «lio es fácil de decirse,
pero no de sostener un examen.—Rizones qu* justifi- mia religiosa, escribid, primero, el magnetismo es
can esta a-ercion.— í.a efic ciade su acción ee luce de • lo blanco y lo negro, la materia y el movimiento;
pender dn la voluntad y de la creencia del mag etizador y
del magnetizado—Aforismo del A . d-j Puysígur —Sa y despues. el magnetismo es Dios; h Eucaristía es
falseJad bajo e.-e respecto.—Su verdad bajo otros que ¿lfluido vital vnpanado, (1) expresó, sin pensarlo
se desconocen.

Examinemos ahora el magnetismo humano en


acción, es decir, obrando, saliendo de su inercia
habitual ó de naturaleza al impulso superior de 1 Di'ertation Historique et scienlifique sur la Trinité

la voluntad, que encuentra en él el instrumento egiptienue


—sal-
ín sospecharlo siquiera, una verdad en el lengua-
distancias á que se encuentra el foco y el objeto
j e d d error, é hizo una quimera de lo que juzga-
iluminado.
ba divinidad; porque en realidad, cuando quiso
Igual necesidad preside las operaciones de
significar que el magnetismo era todo, significó
los otros fluidos, del calórico, de la electricidad
que era nada.
y del magnetismo mineral.
Su nada, en efecto, se palpa, si visto como un
Respecto de los agentes iucorpóreo3 se a d -
agente de la naturaleza, se examina la manera
en que obra y las condiciones bajo que desarro vierte la misma uniformidad en el obrar; la mo-
lia su peder, según lo suponen sus partida- notonía, permítasenos la frase, íes es esencial.
rios. Así, el agente incorpóreo que preside los moví*
iniento3 de los animales, siempre les sugiere los
En la naturaleza r.o hay agente, ni material,
ni incorpóreo, salvo el alma humana que está mismos apetitos; y la conducta de aquellos en
dotada de inteligencia y libertad, que no obre todos los casos es igual en cada sér de la mis-
siempre del mismo modo, ya en el principio, ya ma especie. Ei castor construye hace 60 siglos,
en el medio, ya en el fio de su acción, y que ano por año sus diques para guarecerse de las
no desarrolle su poder invariablemente, da- avenidas de los ríos, sin que nunca adelante ni
das las condiciones necesarias para su desar- retroceda: la golondrina que inmigró de las
rollo. tierras africanas á las smptenírionales de la
La luz se refleja siempre en todas las super- América, cuando Haitzilopoztli era en estas re-
ficies, sin que falle nunca la ecuación formada giones adorado, no sabe ahora más que lo que
por sus ángulos de reflexión y de incidencia; y entónces sabia en cuanto al arte de formar su
según es la dirección en qne cae sobre los cuer- nido; ni las abejas en cuanto al de ordenar y
pos diáfanos, y la mayor ó menor densidad de henchir de suave y dulce miel los alveolos de
sus masas, se aproxima 6 se aleja de la normal sus panales; ni la hormiga en cuanto á la distri-
correspondiente; su propagación es siempre en bución económica de £U3 trabajos y al abundan
línea recta, cualesquiera que sean las circunstan- te abastecimiento de sus graneros.
cias del medio que atraviesa; y su intensidad La acción, pues, de Ies agentes físicos ó incor.
guarda en todas ocasiones proporcion con las p óreos de la naturaleza, con excepción del
hombre, es fatal y necesaria; so poder es a!go> mil caras, cuyas propiedades varian sin cesar y
si se halla encadenado; nada, si libre. que produce los efectos más irregulares, según
Si el magnetismo humano es un agente del a voluntad ó el capricho de quien lo emite.
uno 6 del otro género, d de ambos d la vez, no ¿Quiere el magnetizador hacer insensible d al-
hay razón porque sil acción en el mundo, deje guno? Derrama sobre él inmediatamente su
de ser ccrno la de sus semejantes, ni motivo por. fluido. ¿Quiere hacer entrar en calor un enfer-
que su poder se desarrolle en otra suerte. ¿Qué mo? El fluido. ¿Quiere refrescarle? El fluido.
podria justificar la excepción hecha en su favor? ¿Quiere curarle un dolor de cabeza ó causarle
¿Qué fuerza bastaría d legitimar tan desmedido una jaqueca? El fluido. ¿Quiere inspirarle los
privilegio? ¿La naturaleza? Pero si la misma ma's contrarios sentimientos, curarle de enfer-
naturaleza es regida por leyes necesarias y obe- medades las mas extravagantes en su causa,
dece ciega los impulsos que se le comunican. quiere infundir el sueño? El fluido y siempre
¿El Autor de la naturaleza? P e r o entdnces la el fluido. El agua magnetizada, es decir, car-
acción seria divina, no magnética; el poder se- gada del sonado fluido magnético, es literal-
ria prestado, y no propio. Y hé aquí conver- mente un remedio para todos los males; ella
tido el magnetismo, d e agente en un instrumen- puede purgar 6 constipar; fortalecer y debili-
to como otro cualquiera. tar, acelerar ó hacer mas lenta la circulación
de la sangre, enflaquecer 6 engordar; es el re-
Pero hagamos á u n lado nuestras propias re- medio de Fontanarosa. De buena fé, tal ver-
flexiones, dejemos oir la voz de la ciencia inter- satilidad en las dotes naturales de un agente,
pretada en esta vez, como siempre que no se ¿no bastaría para hacer dudar d cualquiera
interpone alguna preocupación, con grande fideli- acerca de su existencia'"
dad por el despejado talento de M. Figuíer. "Un
De estas observaciones basadas en los hechos
agente cualquiera de l a naturaleza, dice, está do-
mas averiguados, se infiere: 1. ° que no siendo
tado de propiedades constantes que no cambian,
verosímil ni uniforme la manera de obrar del
sino en una corta medida d virtud de las cir-
magnetismo, no puede ser, real ni por lo mismo
cunstancias exteriores. Por el contrario, el
verdadera su acción, y 2. ° que no hay propor»
fluido de les magnetizadores es un Proteo d e
—339—

cion entre los efectos que tienen lugar y la cau- Üdo común. Está bien que del cerebro se difun-
sa que se les asigna; pues lo pequeño no puede da hasta las mas remotas extremidades del cuer
dar el sér ¿ lo grande, ni lo grande á lo mayor, po el prodigioso fluido; existe, en efecto, un v e -
ni lo mayor á lo máximo. Faltando la propor- hículo, los cordones nerviosos. P e r o estos t i e -
cionalidad, que es por decirlo así, el sello apa* nen un límite, y muy cercano. Una vez que
reme de la causalidad, lo que se dice efecto, lo le ha tocado, que será pronto, supuesta la v e l o -
será sin duda, porque forzosamente tuvo que ser cidad con que se trasporta ¿qué senda tomará?
producido; pero no io será de aquella causa que »Por qué medio se comunicará? Y dado que
se presume conocer y á la cual no le une nin- se halle senda y encuentre medio de comunica,
guna relación, sino de otra desconocida 6 en la cion, ¿cómo conservará la dirección que ha r e -
que no se ha reparado. cibido d seguirá otra nueva para ir á mover
este objeto con preferencia á aquel otro, p a r a
Ya vimcs, al esponer la hipótesis que refu-
ponerse en contacto con esta inteligencia mejor
tamos, la manera en que se explica la parte,
que con la otra que se encuentra en un punto
Ilamémcsla mecánica de su acción, sabemos que
del espacio, que se ignora? Estas dificultades
se supone que el cerelro es el gran receptáculo
d imposibilidades podrian allanarse, suponiendo
de ese fluido que no se agota, sino que se elabo*
que ¡1 magnetismo, al desprenderse del cuerpo
ra tanto m¿s cuanto más se gasta, y que condu-
humano, a r r a s t r a en su carrera la inteligencia
cido por los cordones nerviosos, del cerebro se
del hombre que la emite, para poder conocer
extiende á toda la periferia del cuerpo, de don"
los varios objetos con que va tropezando, y la
de se lanza £ los espacios, rompiendo el valla-
voluntad del mismo para elegir entre ellos aquel
dar que aquella opone á su paso y se comunica
en que se propone ejercitar su actividad; ó bien
de esta suerte con los objetos físicos exteriores
pasar por el disparate de que el fluido nervioso
que pone en movimiento, y con las mismas in-
es libre é inteligente, mas libre é inteligente que
teligencias cuyes pensamientos y voliciones des*
cubre al magnetizador. el alma»
H a y mas; sí el hombre, por medio del mag-
Todo esto es fácil de decirse, pero no de sos*
netismo cura, por ejemplo, las enfermedades de
tener un examen de la ciencia ni del simple sen-
25
sus semejantes y las conoce y las toca y las
hasta el golpeo inteligente é inexplicable de to-
analiza, ¿cómo se muestra impotente para cu-
dos y de cada uno de sus piés.
rarse i sí propio y no es capaz de adivinar uno
solo de los dolores que turban el equilibrio de De paso haremos aquí una reflaxion que no3
su cuerpo? Si legra que un nino se exprese sugiere la historia del magnetismo, Mesmer con-
como sábio y se dé á entender en idiomas des» sideraba ó aparentaba considerar los fenómenos
conocido!, ¿edmo él aparece tan ignorante, y magnéticos como fenómenos meramente físicos y
apénas alcanza á hacerse comprender en el leu» fisiológicos. Pnysegnr, poniéndoles por base la
guaje que aprendiera de sus padres? Si puede voluntad y la creencia y por objeto el bien:
dar la vista á distancias inmensas y apoderarse
del porvenir, ¿cómo no ve lo que tiene delante Volonté active vers le hien:
de sus ojos, y se esfuerza en vano por darse Croyance ferme en sa puisance,
cuenta de los misterios del presente? En suma, Confiance entiere en Vemployant:
¿cómo es que pudiendo tanto, nada puede en
realidad? P o r esto, sin duda, desde el princi- los trasportò al terreno de la psicologia y de la
pio se ha querido sacar el magn etismo de la es« ética» Alian Kardec y'Flammarien con todos
fera meramente material, y ponerlo en r e l a - los modernos espiritualistas han formado de
ción con la parte mas noble y superior del ellos un culto, cuando para obtenerlos se sirven
hombre. de la or ación y se acojen á las preces.

Su eficacia de acción se hace depender, en Hé aquí, pues, un ascenso que nada tiene de
efecto, de la voluntad que quiere y del entendi- regular y que debe preocupar los entendimien-
miento que cree con firmeza obtener el resulta, tos reflexivos. P a r a nosotros la física y la
do. Estas son las condiciones bajo las cuales, se fisiología de Mesmer no se distinguen de la a n -
dice, desarrolla su poder. Querer y creer: no se tigua magia negra; la psicología y la ética de
necesita de otra cosa más para producir la gran Paysegur se confunden con la moral del sensua-
muchedumbre de maravillas, desde el simple lismo; y el culto de los espiritistas con la reli-
movimiento mécanico giratorio de una mesilla, gion de la materia, con el politeismo y el pan-
teismo paganos. Fenómenos, que sufren seme-
—343—

siendo imposible que quiera lo que ignora, y que


jantes trasformaciones, todo podrán formar, mé-
crea aquello de que no tiene la menor idea.
nos nna ciencia de las llamadas naturales.
Si querer y creer es la coadicíon sine qua non Si nada sabe de lo que va & producir, nada
de la producción de los fenómenos, no es soate- puede querer ni creer; y falta la condicion deter»
nible en buena filosofía que sea el magnetismo minativa del fenómeno. Be suerte que se^ en-
su causa. contraría envuelto en un inmenso círculo vicio-
so de que en vano se esforzaría en salir, pues,
Si queriendo j creyendo se producen, y el mag-
para que se realice lo qne ignora, le es menester
netismo no es su causa, todos los hombres pue-
querer y creer, y para querer y creer, le es indis-
den querer y creer; y por lo mismo no habría uno
pensable no ignorar.
solo por quien no pudieran eer producidos, y
hay muchos, nada ménos que el mayor número, Si sabe el fenómeno., la magnetizaciou es inú-
que no los produce, por más enérgica qua sea su til y el fluido sobra, una vez que nada nuevo va
voluntad y firme su creencia. ¿ revelar al magnetizador, que lo sabe ya todo
Pero remontémonos un poco más. ¿El mag- de antemano.
netizador sabe qué fenómenos van á realizarse Otro absurdo hay que admitir, si nos confor-
bajo su influencia medianímíca? ¿Sabe cuando mamos con semejante supuesto: el hombrees
quiere magnetizar y cree que magnetizará, si ha- omnipotente, pues la omnipotencia es la ecua-
rá girar una mesa, temblar el pavimento, saltar ción entre la voluntad y el poder: hasta ahora
un velador, modular un canto, entonar una sin® no se le ha considerado tal, porque hasta ahora
fonía, encender ó apagar una antorcha, formar quererlo todo no ha significado poderlo todo»
una tempestad, un relámpago ó un trueno, so- Pero desde el instante en que,
plar una brisa refrigerante ó un viento impetuo»
Quererlo todo=Poderlo iodo;
so, penetrar los pensamientos, revistar ios susce-
sos del pasado y contar la série y órden de los Poderlo iodo—Omnipotencia,
que se realizarán en lo porvenir?
no debe negarse tan alta prerogativa al sér cuya
Es preciso fijar este punto; pues si lo sabe, lo
voluntad no conoce límites. Tendríamos, pues
podrá querer y le será fácil y hacedero creer,
-345—
tantos omnipotentes como son los hombres. La tuvo suspendido su poder, no faltaron quiene3
magestad estarla mejor representada en un ha-
le excitasen á dar una muestra de su renombra*
rapo que en un pedazo de púrpura, por un cetro
da habilidad. Machas veces tuvo voluntad de
de caña que por uno de oro.
producir algunos de los fenómenos que solía; sa
Por otra parte, la historia protesta contra tan encerraba dentro de sí mismo enardeciendo su
imaginaria suposición; con la muda elocuencia fé, por medio de actos explícitos y formales;
de los hechos nos está indicando que debemos y todo fué inútil hasta el instante en que le
independer los fenómenos de la voluntad y de cegó la soberbia, revelándose contra los salu-
la inteligencia; ella, que nunca se preocupa ni dables consejos del director que
se altera, da testimonio de que los fenómenos convirtió al catolicismo.
se realizan á pesar de la inclinación y de la L a voluntad y la creencia no son, no pueden
conciencia de aquel que parece ser causa do t o - ser las condiciones que hagan del magnetismo
dos. Consultemos siquiera dos de sus páginas. animal un agente tan extraordinario y de tan
Puysegcr, despues de haber magnetizado el alto poder, que cuando se pone en movimiento,
olmo de Busancy, se sorprendía de que diaria- poco valen comparados con él los sentidos del
mente se le venian á relatar innumerables c u - cuerpo, y nada signiñcau las potencias del alma,
raciones y casos de clara visión y de vista á i pesar de que los primeros sean los instrumen-
distancia en las personas que acudían en mul- tos mas delicados puestos á las órdenes de la
titud á la sombra de su árbol magnetizado. E l inteligencia, y en las segundas esté circunscrito
árbol, pues, obraba lo mismo que Puysegur; y el espacioso círculo de la actividad del humano
sin embargo, el árbol carecía de inteligencia y
GS
voluntad, á no ser que se suponga que, al comu- P e w c o m o no hay error que no descansa en
nicarse el fluido magnético, la inteligencia y vo- nna verdad ó la suponga, de la misma manera
luntad del Marques magnetizador, pasaban tam- que no hay defecto sino en los séres dotados a e
bién al olmo maravilloso. Pero si aquello pue- alguna perfección, nosotros creemos ser cierto
de suponerse, no cabe imaginarse lo segundo. que para la producción de los fenómenos espi-
ritistas, son precisas en el medio á cuyo influjo
Durante el periodo de un ano en que Home se producen, la voluntad por una parte y la
-346—
creencia por otra; que¡ambas facultades desem-
peñan en ellos un papel importante.
En efecto, se necesita de someter la voluntad
y el entendimiento no al fenómeno, sino á la
causa oculta del fenómeno, que, i no dudarlo* CAPITULO X X V . .
debe ser nna inteligencia superior al bombre *y
una voluntad tiránicamente dominadora. Es
SUMARIO.
fuerza que se forme un concierto entre ambos.
Entdnces, cuando aquella causa iuteligente tiene
comprometido y encadenado al hombre, en cuan» T „ verdad y el error en la d i s c ^ o n . - S u p e r i o r i d a d ab-

to al entendimiento por una fá ciega y bastarda,


sin embargo nada esplica
y en cuanto á suflibre albedrío por la esclavi- cié?, de los fenómenos que se atr. buyML ÌU LUI,
—Fenómenos físicos, fisiologico*, P ^ Ç f ^ ^
tud voluntaria ma'3 abyecta y vergonzosa, enton- Zuvales ó sobrenaturales y f ^ f S ^ ex-
ce?, repetimos, se complace en entretenerle y di- magneúsrao no esplica ^ ^ ^ m Z 3 las
plica el movimiento da las mesas gu»-v ,
vertirle con juegos que interesan su curiosidad, pláticas que T á l ^
y de alucinarle y deslumhrarle con prestigios respuestas inteligentes que dan. a n * jr_
r i n . - I s o satisface, por ser ^ ^ L e r g . -
que tanto cuadran á sus tendencias hácia lo ma- re contrario a los h e c h o f c - I ^ • m a ™ . e t i s m o otros
villoso. ¡Ah! este funesto concierto ss la exi- So demuestra que tampoco e x p . c a el ¿ fce
de los y a r i o s fenómenos físicos que se oo.e.YBu
gencia eterna de aquel,¡que henchido de sober- las manifestaciones.
bia y devorado por la envidia desde el princi-
pio, procura usurpar los honores á que Dios solo N o conocemos lucha más desigual ni combate
tiene derecho, el sacrificio de la voluntad y el m á 3 desproporcionado que la lucha de la ver-
obsequio del entendimiento|de la criatura razo- dad con el error, y el combate de los que lidian
nable. Este concierto no es otro más que aquel por la defensa de aquella, y de los que pugnan
antiguo pacto entre el hombre? degenerado y por el triunfo de este. Si el error no contara
corrompido ylentre el ángel pavoroso y maléfico densa parte con el auxilio d e las pasiones y
de IES tiniebla? 0
miserias-humanas, y de otra, si inconsecuente
por necesidad, no recibiera la pequeña fuerza obres de esta ó de aquella suerte, ni que se
con que resiste, de la misma verdad que trata ¿esarolle ó no tu poder en tales ó cuales condi-
de vencer, humillar y aniquilar, ni la lucha ni ciones: tu eficacia depende de la inteligencia y
el combate serian posibles. La verdad se de- de la voluntad, y aun si quieres, la volunta-i y
fiende á sí misma; el error da señales de vida [a-inteligencia del hombre están á tu servicio y
solo por que no se avergüenza de tomar algo de en espera á todas horas de tus órdenes y hasta
l a sustancia de la verdad, ni de servirse del va« de tus caprichos, á pesar de que les eres infe-
ier de espíritus enfermizos y de inteligencias rior con una inferioridad que no hay medida
degeneradas. que pueda apreciar debidamente; sin embargo,
Es gloria de la verdad poder decir en todas nada de lo que atribuyes á tu acción explicas,
circunstancias al error: " N a d a quiero negar de ninguno de les hechos, de que te juzgas autor y
lo que piensas te favorece: acepto la situación causa, lleva tu sello." Y, en efecto, es así co-
tai cual me la propones: no pretenderé para mo dice la verdad. El magnetismo humano es
vencerte echar por tierra los deleznables mu- insuficiente para la explicación délos fenóme-
ros con que te rodeas, ni de mellar las inútiles nos y hechos espiritistas. Examinémoslos un
armas que te ciñes: en pié aquellos, tú mismo tanto cuanto, y el error aparecerá en toda su
ios derrumbarás, para sepultarte en sus escom- desnudez, y la verdad en todo su esplendor.
bros; y en juego estas, si ofenden, será á tí; si Mas antes dividamos aquellos fenómenos en
hieren, será á tí; si matan será á tí; á tí solo cinco séries: la primera que comprenda los que
que inconsiderada y torpemente las esgrimes.'' se producen de una manera mecánica y física,
como los ruidos, los golpas, ios movimientos de
No nosotros, sino la verdad dice hoy al e r -
las mesas, los relámpagos, los truenos, los ra-
ror encarnado en el magnetismo humano: "Quie*
yos, las luces, las voces, las armonías, etc., etc.;
ro suponer que existes y que tu existencia está
y que denominaremos fenómenos físicos. La
comprobada: paso por que seas ese sér interme-
secunda que abarque los que afectan las funcio-
diario, luz y sombra á la vez, realidad y quime-
nes vitales del hombre y su organización, como
ra al mismo tiempo: no entra en mis planes pa-
la insensibilidad d exagerada impresionabilidad
ra abatirte de un soplo, tomar en cuenta que
que se observa no pocas veces; las enfermeda« fuera ó sobre de la naturaleza; no de la natura-
des extrañas que se causan y las no ménos en- lesa universal que abraza el gran conjunto de
trañas que se cursan; la interrupción de las sen- todos los séres, sino de esa naturaleza particu-
saciones, el trastorno y trasposición de los sen* lar cuyo centro ocupa la criatura humana; y fi-
tidos, etes> etc., fenómenos que llamaremos fisio* nalmente, la quinta série, compuesta de los
lógicos, La tercera la formaremos de aquellos q u e apellidaremos indiferentemente mágicos,
hechos que modifican ó perturban las operacio- unitivos ó mixtos, por cuanto á que su reproduc-
nes ordinarias del alma, ensachando ó extre* ción confunde los cuatro órdenes anteriores y
chando el círculo en que suelen tener lugar, y afecta de la misma suerte el mundo inferior de
aumentando ó disminuyendo el poder y virtudes los cuerpos y el superior de los espíritus sepa»
del espíritu más allá de la esfera á que están dos, como el sueño magnético nervioso, por ejem-
uno y otra3 circunscritos, como la segunda vis- plo.
ta, la vista á distancia, el conocimiento de las
Comenzando per la primera série que, á no
cosas ocultas, y la aptitud poliglota tan fácil-
dudarlo, puede afirmarse que es la mas accesible
mente trocada en realidad en los mismos igno-
ai magnetismo animal, y la que se presta más á
rantes que se desatan de súbito hablando len-
la explicación de ios hechos que comprende,
guas desconocidas; y estos hechos los distingui-
por pertenecer todos al órden físico y ser el
remos coa el nombre de psicológicos. La cuar-
magnetismo un agente que se coloca en este ó r -
ta série comprenderá los que, como las comuni-
den^ nos persuadiremos hasta la evidencia de
caciones, revelaciones, mistificaciones, noticias
su insuficiencia y de su ninguna importancia
de las cosas futuras que no existen, y de las pa-
científica.
sadas que, aunque existieron, no dejaron trazas
¿Qué cosa más sencilla en las apariencias que
de su memoria en la tradición, ni en la historia,
el fenómeno tan común de las mesas giratorias,
ni en los monumentos, debemos llamar extra-
ambulantes y parlantes? Pues, á pesar de su
naturales ó sobrenaturales9 en atención i que la
sencillez, el magnetismo es incapaz de poseer á
causa de que provienen pertenece inconcusa»
la vez las dos fuerzas que se necesitan para
mente á un mundo superior, y está colocada
producir el movimiento circular, y U disconti-
nua, la acelerada ó retardada, que es menester sin aumentar ni disminuir el número de perso-
poner en jcego para qne la mesa marche á pa- nas que se proponen magnetizarla, unas veces
sos regulares, corra precipitada ó se detenga la mesa gira, otras salta, otras anda y otras en.
perezosa poco á poco hasta quedar inmóvil en snma, asombra con la variedad de mil capricho-
el lugar en que ménos se pensara; y es igual- sos movimientos, que no pueden ser causados
mente incapaz de adquirir el altísimo don de por una sola y única fuerza. También se ha
darse í entender por medio de golpes ordena- notado que en algunas ocasiones un pequeño
dos y de convención, mejor que se dan á enten- trípode permanece inmóvil en presencia de la
der las inteligencias mas despiertas y claras por misma acción magnética que obedece un mueble
medio de la palabra. de peso y de tamaño infinitamente superiores;
y que cuando no basta la voluntad del
Conforme í las leyes de la física, el movi-
zador para mover una paja, sobra, bajo la i n -
miento circular 6 curvilíneo no se produce por
fluencia de las mismas circunstsncias, el mara-
una sola fuerza, sino por dos en direcciones di-
villoso fluido para levantar objetos del peso de
ferentes, que se combinan y modifican. Así, la
no pocos quintales. ¿De qué agente de la n a -
parábola! que forma una piedra que se arroja
turaleza física puede decirse cosa semejante?
al espacio, se produce en virtud del impulso obii
El fuego, que es capaz de fundir un pedazo de
cuo ú horizontal que del motor recibe la piedra
platino, es con mayor razón capaz de elevar á
y del de lagravedad que constantemente obra so-
bre ella, atrayéndola hácia el centro de la tierra. uno, dos ó tres grados su temperatura. La nu-
Ahora bien; el magnetismo es una fuerza, que • be electrizada, en cuyo seno se enciende un r e -
podrá obrar en todas direcciones, horizontal lámpago, podría producir no una, sino millares
obl ícua ó perpendicularmente, pero no en los de pequeñas chispas.
¿res sentidos ni en dos á la vez; y esto era ne- Si tales movimientos no tienen explicación
cesario para que fuese causa del movimiente gi- satisfact oria en el magnetismo, ¿la tendrán esas
ratorio de una mesa. H a y más; si observamos pláticas [significativas que se entablan entre la
lo que ordinariamente pasa, cuando se quiere mesa y los circunstantes, las preguntas hechas
producir el fenómeno qne nos ocupa, vemos que por éstos y las respuestas dada3 por aquella,
respuestas que muchas veces asombran por su
gencias y todas las voluntades; y estando en
precisión y admiran por su profundidad? Mu-
contacto comunica cada una de ellas á las d e -
chos han tenido el candor de creerlo, ó se han
más por medio de la mesa, que es como el centro
mostrado tan dominados por la preocupación,
común á donde todas convergen sus pensamien-
que se han engajado á sí mismos, no obstante
tos y sus voliciones. De suerte que si alguna
la copia de sus conocimientos científicos y la
de las personas presentes sabe la respuesta de
elevación indisputable de su inteligencia. Oiga°
la pregunta, la mesa no hace otra cosa más
mos cómo refiere y explica M. de Gasparin es-
que servirle de instrumento, como sucede con
te hecho, por la penetración de ios pensamien-
la lengua en las situaciones ordinarias de la
tos que da lugar á las que él llama pretendidas
vida. Pero nosotros decimos, si ninguno de los
adivinaciones, <¿La penetración de ios pensa-
concurrentes la sabe ¿cómo es que la respuesta
mientos, dice, es la qué dá el nombre á muchas
se obtine, aunque sea errónea? ¿Por qué se da
pretendidas adivinaciones. La mesa señala la
una sola y no tantas cuantas son las personas
hora, la edad de las personas, el número de las
que operan? ¿Qué cosa es lo que viene á deter-
monedas contenidas en una bolsa; pero es bajo
minar la elección de una que se expresa sobre
la condicion, agrega, que una de las personas
las innumerables que se callan? La dificultad es
de las que formen la cadena que ciñe la mesa
inmensa.
en derredor, lo sepa; si no el error es segu-
P e r o los hechos protestan contra el supuesto de
ro." ( i ) Esta teoría parecida á la de la rever-
Gasparin, que cree no debe salirse de los límites
beración del pensamiento de Gorres, supone lo •
de la cadena magnética ó de las personas que la
que suponen todos los partidarios del magne-
forman. En efecto, el mismo Gasparin cuenta que
tismo, que este, dirigido por la intención y por
en una ocasion se intentó una experiencia sobre
la voluntad, pone en contacto todas las inteli-
adivinar un número pensado: un testigo habia co-
locado un cero, y la mesa estaba fuera de su ac •
cion los experimentadores aquellos; no podian ob.
tener un golpe solo, y se impacientaban y deses-
1 Des tables tournanteg, P . 315 y 319. peraban ya, cuando supieron que el número co-
municado era cero. Caudemberg hace notar
26
con este motivo, "que siendo diez los experi- Otro hecho decisivo en contra, contado tara -
mentadores y no pensando sino solamente uno bien por G-asparin. Este pregunta á la mesa
en el cero, los otros nueve debian querer fuer- su edad, á tiempo que involuntariamente- pen-
temente que el pié designado se levantase; sin saba en cuarenta y dos años; pero la mesa da
embargo, el pensamiento de uno solo ba sido cuarenta y tres golpes, edad real en que pen-
obedecido, y la voluntad enérgica de nueve saba la esposa de G-asparin. Sorprendido de
conspirando á un solo fin no ha sido obsequiada que la mesa revelase un número que no es-
ni atendida." (1) El mismo Oaudemberg refuta taba en el pensamiento del médium. M. de
directamente la hipótesis débil é insostenible de Mirville le pregunta: ¿Cómo ha podido ele -
G-a8parin: " L a persona, dice, que piensa én el gir la mesa entre dos pensamientos el verda -
número 53, por ejemplo, no tiene la voluntad dero, estando todas las probabilidades por el
de detener la mesa al quinto golpe y despues al que no lo era? (1) Estrechado G-asparin de esta
tercero; debe pensar en el número, ó, si se quie- suerte responde: "que el más bello triunfo de las
re, en sus dos cifras á la vez; la mesa tiene, mesas no es obedecer á una órden mental, sino
pues, que reproducir una imágen de dos cifras, discernir la verdad entre dos órdenes tácitas.' 5
un pensamiento; lo que es muy diferente. No "Acabamos de dar un gran paso, continúa, se
habiendo leido ninguno de los experimentado- ve brillar no corto entendimiento y surgir de
res este pensamiento, es fuerza que la mesa lea. la mesa un principio de sobreinteligencia, surin-
pero una mesa que lee un pensamiento y lo re- teligenceHé aquí derribado con la diestra el
presenta por golpes, es un fenómeno que hace edificio que habia levantado la siniestra. H é
suponer necesariamente una inteligencia fuera aquí desbaratada en un momento la tela urdida
del círculo de los experimentadores." (2) por la noche. Con razón se ha dicho que no hay
absurdo que no haya sido enseñado por algún

1 Le monde spirituel. P , 33 y 34.


2 Id. P . 22 y 29 1 Questiones des eprits, P. 27 y siguientes.
filcsófo (1) y se ha comparado la filosofia con la cuando los primeros dependen del número, las
artificiosa Penèlope, (2) segundas de la amplitud y los terceros del modo
Si el magnetismo animai no esplica el simple y de la forma de las vibraciones? ¿No se palpa
movimiento giratorio de una mesa, ménos puede que si el agente hace vibrar los cuerpos sonoros,
explicar los otros mil complicadísimos de la sè- dos, tres ó cuatro veces en un tiempo, haga v i -
rie de los fenómenos físicos. ¿Cómo podría pro- brar los mismos cuerpos diez, doce o veinte ve-
ducir una voz de las muchas que se oyen en el ces? ¿No se ve con evidencia que si comunica á
momento de una manifestación? No se trata de las oscilaciones una extensión, por ejemplo de
un ruido pasajero, de un sonido vano, sino de dos milímetros, no puede comunicarle á la vez
un movimiento vibratorio articulado, que por lo otra menor, ni mayor ni máxima, y que si el
mismo supone en el instrumento que la forma, modo y la forma de las oscilaciones están cir-
artícu ! acione-, que á su vez suponen una orga- cunscritos y determinados, no es posible que
nización á propósito; de un sonido intencional y coexistan con modos y formas diferentes? Mos-
significativo que supone una causa y un motor tradnos un hombre que simultáneamente s a -
inteligente. Y las sinfonías y los conciertos que de una flauta ó de una cuerda sonidos agu-
instrumentales y vocales que son un hecho es- dos y graves, armónicos y acordes. ¿Y pretendeis
piritista de los más auténticos, ¿se prestarán más que un agente inferior al hombre, como le supo-
fácilmente á la explicación? ¿Cómo pudiera néis, pueda hacer resonar todos los instrumen-
imaginarse siquiera que un solo agente, sin va- tos con la variedad que seria necesaria para
riar el vehículo del sonido, ni las condiciones hacer oir una partitura como se pudiera oir en
de éste, diera todos los tonos, comunicara todas tiempo de ópera en el Teatro Nacional? Os bur-
las intensidades y remedara todos los timbres láis del buen sentido y no teneis compasion do
nosotros ni de vosotros mismos.

1 Cicero. De DÍVÍD. I I . 58.


2 Augusto Nicolás. Estudios fiiosoficos.
—361 —
sible á quien estudia el espiritismo, más bien
en la parte filósofica que en la histórica, e x a -
minarlos todos.
La vida de relación en el hombre es todavía
un misterio para la metafísica y para la ciencia,
á pesar de que la primera conoce bastantemen-
te, para aspirar á conocimientos más elevados,
la naturaleza del alma, y la segunda ha logra-
CAPITULO X X V I I .
do describir, parece que con verdad, el aparato
del cuerpo, descomponiéndole en órganos prin-
(Continuación del anterior asunto.)
cipales y en elementos simplísimos. Hay mo-
tivos para creer que continuará en ser un mis-
SUMARIO. terio. La fisiología, pues, por mas que se sue-
ñe robusta jóven, es una niña, como lo demues-
Fenómenos - fisiológicos, —El magnetismo no los explica. tran las mantillas que pretende mal ocultar á la
—No explica la curación de las enfermedades, que fué vista de sus compañeras, las otras ciencias.
un hecho en la antigüedad y lo es ahora,—Se demues-
tra,—Ni menos explica cómo es que teniendo virtud
Detengámonos, en cumplimiento de nuestro
para curarlas, no le falta poder para producirlas.—El propósito en un fenómeno que impresiona é i n -
magnetismo en contra del principio de causalidad.— teresa vivamente & les hombres que miran con
Trasposición de los sentidos.—El fenómeno de la visión repugnancia el dolor, es decir, á todos. Alu-
por el epigastro.—Absurdos porque seria forzoso pasar.
dimos á las enfermedades, respecto de las cua-
les se concede al magnetismo una influencia tras-
Si del órden de los fenómenos físicos pasamos cendental y un dominio ilimitado.
al de los fisiológicos, la dificultad en la explica- Prescindiendo de los hechos antiguos, que en
ción sube de punto y la insuficiencia del agente este punto fueron numerosos, siendo parte á fun-
no puede imaginarse más absoluta. Examine- dar una religión, á levantar templos y hacer
mos algunos de la segunda série, no siendo po- hombres dioses, como Serapis, Mopso y Escu-
-362— —363—-

lapio; la curación de las enfermedades ha sido creen instrumentos de la naturaleza ó ministres


siempre el lado más seductor del magnetismo de la Divinidad.
animal. No fuera una tentación si se le despo- La curación de las enfermedades supone, cuan»
j a r a de tan simpática virtud. Cagliostro, Mes- do ménos, tres cosas: conocimiento de la enfer-
mer y Puysegur en el siglo pasado, y en el pre. medad, conocimiento del remedio, poder dispo-
sente, entre Gtroe, el médium médico ó curandero ner de este remedio y aplicarle de una manera
Jacobo el zuavo, que tanto picó la curiosidad de conveniente. El magnetismo animal da á los
Paris en 1867, son los que más adeptos han que de él se sirven esta aptitud y aquellos co-
conquistado. Entre nosotros el conde de Seguier nocimientos. Se diagnostica p o r medio del mag"
últimamente, llamado por elvulgocon mas ver- netismo; se acierta con la medicina por medio
dad de la que se piensa, el médico tentador, lo- del magnetismo; se encuentra la medicina por
gró, con ios maravillososos fenómenos que ob* medio del magnetismo, y ¿e la aplica, en la d ó -
tenia ai solo contacto de su mano, hacer admi- sis y forma que se requiere, p o r medio del mag-
radores suyos de varios entendidos en la cien- netismo. El magnetismo es á la vez el l a u r e a -
cia médica, quienes no rehusaron dar á la es- do doctor que propina, la panacea que todo lo
tampa un testimonio público de la verdad de sana, el terapeuta que ordena el tratamiento, y
los hechos que presenciaron, (1) el hábil curandero que le pone en ejecución.
No hay duda que semejantes hombres cu- ¿ P u e d e imaginarse mayor v i r t u d en un agente

ran, como se ha podido ver en otra parte; aun- material? M , responderán todos los que ven
que la curación sea muchas veces pasajera, y á los discípulos de Hipócrates y de Galeno afa-
otras recaiga en descrédito propio de los que se narse inútilmente no pocas ocasiones para a l i -
viar un dolor de muelas ó hacer desaparecer un
constipado. No, se empeñarán en repetir los
que contemplan á aquellos sabios, beneméritos
de la humanidad doliente, andar á tientas con
1 Esto acaeció en Mordía hace dos años; y en los p e -
una escasa luz entre abismos de ¡tinieblas y e n -
riódicos de la época se pueden ver los documentos á que
se alude. tre abismos de oscuridades. Sí, responderemos
nosotros con los partidarios del magnetismo; los principios y particularmente del principio
hay una virtud mucho mayor, la de curar, no de causalidad, ¿qué valen los principios, si el
una sino tedas las enfermedades, no las enfer- magnetismo está sobre todo principio? A se-
medades que fraternizan por sus semejanzas, mejante consecuencia es necesario llegar, si es
sino las enfermedades más contrarias en sus positiva la virtud del fluido magnético, si ella
causas, sus síntomas y sus efectos; y curarlas es, en efecto, la causa de tantas maravillas, si
todas con la misma sustancia, en la misma ella y sola ella puede prestarles una explica-
dósis y sin variar en un ápice la forma de apli- ción satisfactoria y razonable. Pero como los
cación, ni con la naturaleza y temperamento principios son inconmutablemente subsistentes,
de los individuos, ni con las influencias atmos» 'nada que deje de suponerlos es admisible, ni en
féricas y de clima, etc., etc. ¡Milagro vais á el terreno de la filosofía, ni en las regiones de la
decir! Si hubierais dicho absurdo, habríais an- ciencia, ni en el tribunal de la razón, ni ante la
dado cuerdos. barra del sentido común.

Pero el asombro va á crecer, ó no cabe asom- Y la trasposición de los sentidos, que es otro
bro en la fantasía, al saber que el mismo agente de los fenómenos fisiológicos, ¿es ménos absur-
que cura las enfermedades, equilibrando los hu- do por razón de la causa que se le supone? Leer
mores, las produce todas, alterando el equili- un libro y en general ver, no por los ojos, sino
brio con que funcionan. Con la misma facilidad por el epigastro; gustar un manjar con el cogote
que nn magnetizador hace saltar al sometido á y no con el paladar, oir con las rodillas en l u -
su influencia á algunos metros del pavimento, gar de oir con los tímpanos auditivos, y esto
en medio de las ridiculamente lastimosas con- sin más que porque no se nos baña con una rá-
vulsiones de un ataque] nervioso, reduce al cata- faga instantánea de ese fluido juguetón, cuya en-
léptico á la más incompleta inmovilidad. La tretención es la de burlarse procazmente de la na-
sensibilidad exquisita proviene de la misma turaleza, parece má3 que un hecho contad o á lo
causa que la anestesia: la locura d© la misma sério, nna conseja para divertir niños- Y sin
fuente que la lucidez. embargo, esa trasposición es histórica. A ser
Y aunque esto importa el trastorno de todos el magnetismo hijo de la naturaleza, debia He-
var á cuestas, con más justicia que Can, las Resulta, pues, si es cierta esta manera de ver
maldiciones de su ultrajada madre. los objetos, ó que no es necesaria la imagen pa*
Observemos el fenómeno de la visión por el epi- ra la visión, ó que la imagen puede formarse
gastro. Esta se verifica ni más ni ménos lo mismo sin el elemento indispensable de ia luz. A d e -
que por el órgano de la vista. Y sin embargo, más; en este último supuesto como la imagen,
el epigastro no necesita de luz para presentar para serlo, debe conformarse con las cosas c u -
al alma la imagen del objeto; es opaco y no tras- yas especies ó contornos toma, y aquellas son
parente, como la córnea ciistaiina, y á, pesar percibidas por los magnetizados y por los que
de su opacidad y contra las leyes de la física, no lo están, como si fueran de diversos colores,
los rayos que forman la imagen penetran por tendríamos colores sin luz, lo que contradice
él, supuesto que la visión tiene lugar. El cru- la ciencia; serian posibles los colores en la os-
zamiento de los rayos luminosos es sin duda un curidad, lo que la experiencia repugna. Resul-
becbo; y no hay pupilas ni nada parecido en el taría también lo que indicamos y ahora repeti-
epigastro. Las imágenes pierden las medias mos, que la luz se refractaba de igual suerte en
tintas sin que haya diafragma en aquel impro- los cuerpos trasparentes como el cristal, en los
visado sentido que desempeñe esta función, co- traslucientes como una delgada lámina de mar-
mo le hay en el ojo; y la3 pierden, una vez fil, y en los opacos, como un pedazo de ébano ó
que son vistas con toda claridad. La retina palo de rosa; el sér obra como es, y entónces las
recibe la impresión y la comunica al espíri- diferencias en los cuerpos bajo este respecto se-
tu, prescindiendo de todo medio natural y or- rian de solo nombre: la naturaleza no podia ser
dinario, pues si esta se encuentra natural- otra cosa mas que una ilusión y la mas grosera
mente unida con el nervio óptico, no suce- de las imposturas. ¡Cuántos conocimientos era
de lo mismo con el epigastro que represen- fuerza arrancar á las conquistas de los siglos, y
ta en la economía animal papeles diferentes, principalmente á las del siglo XIX! No debe-
que conspiran más bien que á entretener ó ría hablarse de astronomía, ni de óptica, ni de
modificar la vida de relación, á mantener y fotografía, etc., sin exponerse de seguro, cuan-
conservar la meramente vegetativa. do ménos, á una homérica carcajada. Para aca-
bar con todas las quimeras del magnetismo, esto
Solo bastaríaj y en los mas fanáticos, esta r e -
flexión: si el magnetismo es un agente natural
¿cómo e3 que tiende á la negación práctica del
(Jrden regular de la naturaleza y se halla en
pepétua lucha con ella?

CAPITULO X X V i l .

SUMARIO.

( Continúa el asunto anterior.,

El magnetismo no explica los fenómenos psicológico?.—Y


en primer lugar, la vista á distancia.—Demostración.
—No explica la penetración de los pensamientos.—Los
dos ojos, interior y exterior de Gorres.—Insuficiencia
de esta hipótesis.

Veamos ahora como el magnetismo tampoco


explica los fenómenos psicológicos. Uno de I03
más notables, y del cual, por más que se diga,
no puede darnos cuenta aquel fluido, es el de
segunda vista ó vista á distancia, El hombre,
puesto en sonambulismo por medio de una cor-
riente magnética, adquiere el don de ver los ob-
—371-
estando en el Norte DO la veré, si miro hacia el
jetos lejanos, ya le separen de ellos millares de
el Sur; si no se dónde está, m e e s preciso h a .
leguas, y3 se interpongan entre uno y otro ma-
berla conocido clguna vez, pues solo así puedo
sas enormes y cadenas de montañas. El hom-
recorriendo la extensión del firmamento, distin-
bre no necesita ir á Paris para saber lo que pa-
guir aquella constelación de las otras con que
sa en los Bouievar3 ni á las orillas del Sena, ni
pudiera confundirla. Ahora bien; el que^ no
de trasportarse á Pekin para conocer las cos-
ha ido á Paris, ni nunca ha estado en China,
tumbres de sus habitantes y medir la pondera-
no sabe dónde están ambas ciudades ni puede
da extensión de su gran muralla. Por ese don
preciarse de conocerlas. ¿Cómo, pues, el m a g -
puede estar en todas partes, puede ser inmenso
netizado da con ellas al primer golpe de su vista
con relación á los lugares.
interior y nos describe, con una exactitud que
¿Y cómo puede explicarse con el magnetismo asombra, sus calles y sus plazas, sus casas y<
este hecho verdaderamente increíble, á no cons- sus palacios? A no ser que admitamos un sér
tar como consta su existencia* El fluido ocupa que le sea superior, cuando ménos en noticias,
todos los espacios; y por lo mismo, el hombre que le diga interiormente: "aquí está lo quieres
está en comunicación con todos los seres. No se ver; ésta y no aquella cosa es la que buscas,,
necesita más de querer para sentir los efectos el fenómeno es inexplicable;pero semejante s é r ,
de esa comunicación, así como no se necesita está visto que no puede ser el magnetismo, una
más de abrir los ojos para ver los objetos ilumi- vez que sí está dotado de sutileza, no lo está
nados. ¿Y bien, por qué se ven solamente las co- de inteligencia; e inteligencia que no sutileza e3
sas en que se piensa? ¿Cómo, no sabiendo en qué lo único que pudiera resolver la dificultad.
punto del espacio se encuentran colocadas, acer-
tamos á dar con ellas? ¿Cómo, no conociéndolas Además, el hombre obra como es; más claro,
de antemano, las distinguimos de las otras? su acción sigue la razón de su sér, supuesto que
aquella no es otra cosa más que el sér en mo-
Yo abro los ojos y quiero ver, por ejemplo,
vimiento. Y el hombre es limitado en el tiem-
la Osa Mayor; pero para lograrlo, tengo nece
po y en el espacio. Yive en medio de los si-
sidad de saber en qué parte del horizonte está
glos y su existencia es de años. Está colocado
para dirigir háeia esa parte la mirada; pues 27
en espacios inmensos; y no alcanza á distinguí r
sino los estrechos del horizonte que le cercan un libro, es verdaderamente imposible, si no se
y le tienen como aprisionado. Toda acción, pues, sale de las regiones de la materia y del círculo
que salva los tiempos en que es, y sale de los que el hombre abarca con sus operaciones or-
espacios en que vivo, no es acción propia del dinarias ó extraordinarias, independientes de
hombre; porque entónees la acción se extende- toda causa extraña ó provocadas por circuns-
ría mas allá del sér; no tendría razón por qué cias accidentales.
ser; existiría sin causa. Este argumento ten- Aunque distingamos, como quiere Gorres,
dremos oportunidad de desarrollarlo, tal cua^ dos ojos en el hombre, uno interior y otro ex-
lo exije su importancia filosófica, cuando nos terior, ó más bien que dos ojos, dos elementos
ocupemos en la refutación de las otras teorías. de uno solo y único sentido; no por eso podrá
La vista á distancia, por lo mismo que rom- adelantarse un palmo en el terreno de lo filosó-
pe con esa proporcionalidad de esencia ó de fico y de lo razonable.
naturaleza, ó no es un fenómeno psicológico, Si hay esos dos ojos ó esos dos elementos de.
come se pretende, porque no es una operacion uno solo ¿por qué únicamente se ejercita el e x -
propia del alma, (al cual es, ni ménos un fenó- terior y yace comunmente en una inercia com*
meno que pudiera ser producido por el llamado pleta el interior, siendo así que es superior al
magnetismo animal. primero? Siempre los seres más perfectos son
La penetración de los pensamientos y el don los más activos; la actividad es en ellos la m e -
de hablar diversas lenguas jamas oidas ni apren- dida de su perfección. El cuerpo, por ejemplo»
didas, que se advierte en los mognetizados y inferior al alma, por más que funcione, no sobre-
principalmente en los lúcidos y estáticos, tam- pujará al espíritu que aun en medio del sueño
poco son para ser explicados por la virtud del tiene en juego su entendimiento y trabaja sin
fluido magnético ni de ningún otro. descanso. Si es el magnetismo lo que viene á
despertar este último y adormecer el primero
La penetración de los pensamientos ó suges-
¿cómo pudieran cohonestarse, en la virtud de
tión que consiste en leer una alma los secretos
una causa común, efectos tan contrarios y tan.
de otra alma, como si estuviera leyéndose en
faera de toda proporcion? ¿Por qué el mague-
tismo, que es un agente físico, ejerce influencias O qué ¿podrá ser cierto que I03 sentidos p r o .
tan marcadas en el ojo del alma, despertándola, pios impiden á nuestra alma salir, por decirlo
á pesar de la ausencia de toda simpatía, y sus así, para entrar en la de los otros hombres; y
influencias positivas son nulas con relación al la de estos no impedirían la entrada de aquella?
ojo del cuerpo, cuya aptitud operativa en vez de Si los sentidos en acción son un obstáculo para
aumentar, disminuye; en lugar de comunicarle que el alma se mueva libremente, lo seráD, ora
mayor vida, la paraliza? tropiece con ellos en la periferia de nuestro
El ojo exterior es un obstáculo para la visión cuerpo, ora en la periferia del cuerpo de los d e -
del interior ó no: si es un obstáculo es más po- más.
deroso, más perfecto; lo que parece absurdo. Si
Así, era preciso dar por supuesto, para a d -
no es un obstáculo, la visión interior debe tener
mitir el fenómeno de la penetración de los pen -
lugar en el estado de sueno y de vigilia, y á vo-
samientos, como producido por la causa que se
luntad del hombre, sin necesidad de estímulos.
determina, admitir que los sentidos exteriores
Si es un obstáculo, no podrá leerse en el inte-
de aquellos que se encuentran en presencia de
rior del alma de ningún hombre cuyos sentidos
un magnetizador están como los de este, p a r a -
exteriores estén funcionando, porque la visión
lizados; ó lo que es lo mismo, admitir que basta
interior se opera por una especie de penetración
magnetizar á un individuo para que todos sus
de un espíritu en otro espíritu; y la penetración
semejantes, 6 al ménos todos los que con él se
no es posible, si hay obstáculos que la impidan.
comunican, queden igualmente magnetizados; lo
Pero se dice: <(el magnetismo remueve los que de hecho no sucede ni jamás ha sucedido.
obstáculos paralizando las funcioues del ojo ex- Finalmente, así como el ojo material para
terior." Muy bien; pero únicamente en la per- percibir los objetos, necesita de la luz del so\
sona magnetizada que lee y no en las no magne- que los ilumina, así también el ojo del alma,
tizadas y cuycs pensamientos y sentimientos van para conocer los secretos de que no tiene con-
a ser leidos; porque estas se mantienen en el ciencia ni noticia, necesita dé una luz interior
mismo estado que ántes de que el médium que- que se los revele; porque si no necesitara de esta
dase sometido á la influencia magnética. luz ó le bastara la material, los conoceria siem-
pre que quisiese conocerlos. Esta luz no puede
serlo tampoco; porque la luz que la ilumina de-
be ser de la misma naturaleza que el objeto
iluminado y superior en alguna suerte. Así la
luz del sol es de la misma naturaleza que el
ojo, pues una y otra son materia; y aquella es
superior á este, porque es incorruptible; y el
magnetismo, í no ser que se quiera dar e3íe
nombre á lo que nosotros llamamos un espíritu capitulo xxix.
no es de la misma naturaleza que el alma, ni
mucho ménos le es superior. Nunca el instru-
( Continuación del anterior asunto.)
mento es superior al artífice.

SUMARIO.

Don de lenguas.—El magnetismo no lo explioa.—Se d e -


muestra.—La significación de las palabras es conven-
cional, no está sujeta á leyes invariables.—Imposibili-
dad de aprender en un momento dado la copia de
conocimientos que era menester para hablar en todas
ó muchas lenguas.—Explicaciones que dau el abate
Loubert y M . Figuier.—Refutación,—Incorrecciones de
ciertas respuestas de los médiums.

Ya se ha visto que se tornan repentinamente


los magnetizados, por ignorantes y rudos que
sean, consumados poliglotas, y este es otro de
los fenómenos psicológicos,'1 de que no t s posibl
darse cuenta, si no se han de admitir otras i n -
—379—

fluencias más que las de un fluido cualquie- cionar el fenómeno con la ley, supuesto el en-
ra. lace natural y necesario que entre ambos exis-
¿Cómo explicarse, en efecto, que una mujer te.
que jamas ha cursado las aulas, ni sentádose en Pero ¿en qué principios inmutables se fundan
las universidades, ni viajado, ni estado en con- los idiomas? ¿Por qué leyes naturales y nece-
tacto con los Domingo de Neissa y los Mezzo- sarias se rijen las le nguas? El significado de las
fanti, se desate de improviso en bien concerta- palabras es de convención, cualquiera que sea
das y á veces profundas respuestas en tártaro, la teoría que se adm ita en materia de lenguaje»
indio, caldeo, hebreo, siriaco, japonés, chino y y a se le dé un or ígen divino con Bonald y A u -
persa, lo mismo que en romano, griego, galo, gusto Nicolás, ya se le atribuya un origen na-
aleman, francés, inglés, español é italiano; y tural y humano con Yico. La diferencia enton-
entienda lo que se le pregunta? ces estaría no en las palabras mismas, sino en
la inteligencia que las habia hecho significar lo
Por grande que sea la lucidez del médium, por
que significan, la cual en la primera hipótesis
mucho que su inteligencia se desarrolle al aislarse
seria Dios, y en la segunda, el hombre.
é independerse, como se supone, el espíritu de la
materia, es forzoso convenir en que no por eso Seria preciso, pues, conocer la convención
podrá adquirir conocimientos que en sí mismo primitiva y las inumerables convenciones que
no tiene, siquiera en estado de germen, ni los en el trascurso de ios siglos y en la embrollada
recibe de otra parte. confusion de cien generaciones, han venido mo-
Nos nos repugnaría tanto que un ignorante dificando el lenguaje y formando de él una i n -
hablase como sábio en materias metafísicas, en finita variedad de dialectos que apénas pueden
ciencias naturales y otras semejantes, porque al referirse á un tronco común. Haced una prue-
fin conocía algo de principios y algo de las le- ba; y os espantará la dificultad. El latin de las
yes que rigen al mundo de los cuerpos; y cono- doce tablas ya no fué el de Cicerón, ni el de Ci-
cido el principio y sabida la ley, fácil es á un cerón el del tiempo de Justiniano, ni este el
entendimiento súbitamente despierto, deducir la que presumimos hablar y escribir con perfec-
consecuencia encerrada en el principio y reía- ción. El castellano del fuero de Avilez, ¡cuán
—380— —381—

• variado no se encuentra en las Partidas! Ya se Loubert y Figuier (1) pretenden explicar este
nscesitan estudios no escasos, para formar el hecho, dando por cierto q u i l a s frases, con que
árbol genealógico de algunas palabras que hoy responden los magnetizados,i las forman de pa-
.reputamos castizas. labras que oyeron en el curso de la vida y en
las cuales no se fijaron; pero que la lucidez mag-
Difícil no, que imposible es llegar á tan altos nética viene á desenterrarlas del abismo de la
conocimientos, sin más que cerrar los ojos y memoria. No pasa este recurso de una v e r -
dormirse al influjo de las corrientes magnéticas. dadera evasiva que los hechos convencen de
No están escritos ni podrían escribirse todos los injustificable y de indigna de la lealtad que en
cambios que han sufrido los idiomas. Tampoco las cuestiones científicas, como en todo, debe
hay inteligencia humana, ni la habrá, que los servir de divisa á los que se proponen abordarlas,
sepa ni pueda saberlos, ¿En dónde leería su En otro capítulo (2) hicimos relación del caso
tan difusa y enmarañada historia, si faltan los
certificado por M. de Launay de Nazilly, quién,
libros? ¿De quién los aprendería, si carece de
habiendo dirigido algunas preguntas en varias
maestro?
lenguas americanas, entónces poco ménos cono-
Todavía más: suponiendo que fuera hacedero cidas que ahora, á una de las posesas de Loudun,
asimilarse tantas noticias en un momento, ¿de obtuvo respuestas que le pasmaron. ¿Cuándo
qué manera imitaría los sonidos, si nunca los habia estado esta pobre reclusa en el continente
oyó, si en aquella situación no los oye? Imitad que se acababa de descubrir, ni tratado con uno
el canto del cisne, que es fama no cantó nunca. solo de sus aborígenas?
Os desafio; y esto, sin embargo, presenta mé- Por otra parte, seria una coincidencia aun
nos inconvenientes. Se necesita, pues, una in-
teligencia que revele la significación de las p a -
labras, un sér que las pronuncie siquiera en se-
creto á muestro oido.QDigan los partidarios del 1 Loubert. " " L e magnetisme et le sonambulism^de-
fluidofmagnético, no nosotros, si este puede ser vant les corps savants. G. I X P . 193. Figuier. Tomo 3. °
aquella inteligencia; y j e n t ó n c e s ellos mismos <î. 1. ° Histoire du Merveilleux.
habrán condenado su existencia. 2 Cap. X I I , pâg. 222.
—382— -383-

más prodigiosa que el portento de entender y contaba entre el número de ellos, dijo en alta
darsé í entender m diferentes lenguas, el de voz: " H é aquí un mal espíritu que nada tiene
que esas palabras oidas en otra época, casi de correcto. 5 ' El exhorcista tornó á preguntar,
siempre ignorándose su significación, y en las dando otro giro á la frase: ¿Quies quemadoras?
que no se fijó por un momento la atención, s u - y la reclusa cambió la concordancia, y contestó
puesto que no han podido retenerse ni se p r e - también con otro solecismo, en sentir de Figuier:
sentan al llamado de la memoria cuando las Jesu CJiriste. Si este es todo el dato que se tie-
evoca en el estado de vigilia, fueran precisa- ne ú otros de semejante tenor, en verdad que
mente las mismas que se necesitaban para f o r - con poco se satisface la ciencia, que en otras
mar la respuesta á la pregunta, que es de ordi- materias se muestra tan exigente y escrupulosa.
nario caprichosa y ofrece dificultades; y formar- El diálogo de que se ha hecho mérito, prueba
la precisa, clara, adecuada, y por lo común s a - dos cosas: primera, el fenómeno: segunda, la
tisfactoria. Era preciso hacer de la casualidad causa del fenómeno. ¿Quién no vé toda la as-
una inteligencia de cierta elevación y de un tucia de aquel que tomó en el principio la for
discernimiento profundo, cosa ménos hacedera ma de la serpiente, el más astuto de todos los
que la de sacar del caes un nuevo sistema de animales, en el adoro te dirigido al exhorcista
mundos, que le manda que adore á su Dios, á su Cria-
dor? De esta suerte no refirió la adoracion
La falta de corrección y de concordancia que
que rendia, al Sér Supremo, sino á la criatura,
se nota en algunas respuestas, sirve á Mr.
por la cual no quería ser reconocida. Despues,
Figuier de apoyo para sostener su teoría. R e -
estrechado y reducido hasta no más en las dos
fiere el caso que tuvo lugar en una de las pose-
preguntas ¿á quién adoras? ¿quién es aquel d
das de Loudun. El exhorcista dijo á esta en
quien adoras? no se desconcertó su habilidad ?
latin: adora Deumiuum, Creatorem luurrt; ella res
ni se agotaron los recursos de su ingenio; sino
pondió: adoro te. No contento de la respuesta
que á pesar de la opinion de los hablistas que le
el exhorcista, le pregunta: ¿quem adoras? y ella
escuchaban, logró contestar en buen latin lo
replica: Jesús Christus. ¡Solecismo! exclamaron
que correspondía, no comprometiendo su so-
los concurrentes. Y Daniel Drouin, que se
berbia ni por un instante una palabra, que si ia
hubiera pronunciado, le habría hecho bramar
de colera y de rabia. En la primera respuesta
anfibológica nombró simplemente á Jesucristo,
pero se cuidó de manifestar que le adoraba; y
en la segunda, ea que hizo uso del vocativo, se
le encaró, permítasenos la expresión, sin que CAPITULO XXX.
ninguno lo advirtiese. En realidad, su triple
contestación no fué otra cosa más que una t r i -
ple evasiva con que logró engañar á los que le (Conclusión del asunto anterior.)
tachaban de ignorante y grosero.
No, el don de lenguas no puede ser natural. SUMARIO.
Hablamos de ese don espontáneo de que los
hombres que de él dan muestras no tienen con-
Fenómenos extranaturales ó sobrenaturales Manifestaciones
ciencia y que existe perfecto sin necesidad de
y comunicaciones espiritas, revelación»s de ultratumba
los esfuerzos y trabajos de su inteligencia. El y profecías.—E! fluido magnético no las explica.— Cau-
don de los Mezzofanti y los Domingo de Neis3a sa á qne las atribuyen M. Figuier y M. Debray.—Hipó-
es cosa diferente. tesis de M. Jobard.—M. Gaspario le refuta victoriosa-
mente.—Extremos que tocan los sabios que pretenden
explicar estos fenómenos.—Explicaciones satisfactorios.,
solamente las dá el catolicismo.

Si el magnetismo animal no satiface las exi-


gencias de una razón mesurada respecto de la
explicación de los fenómenos que hasta aqu 1
hemos considerado, mucho ménos las satisfará
en los que falta examinar.
—387—
- 386—
cesos que se preparan. Sí, pues, el hombre re-
Fs un nuevo mundo el que se nos presenta,
cibe manifestaciones y entra en comunicaciones;
una región desconocida la que tenemos á la vis-
si se le hacen [revelaciones y se le [descorren los
ta. No comprendemos cómo hay audaces que
velos de un tiempo que aun no existe, es incon-
sin temor pongan en aquel la planta, sin más
cuso que hay un sér igual, cuando ménos en n a -
guía que su ceguera; ni como se despeñan en
turaleza y en poder, que se manifieste y que con
esta sin otra luz distinta de la escasa con que no
él se comunique, qué le revele cosas ocultas y
pueden darse cuenta de la región en que vi-
misteriosas y le dé á conocer sucesos que nadie
ven.
puede prever y que solo son en el seno de la
Indudablemente que los fendmenas á que di- posibilidad. Y el magnetismo que por más q u .
mos la calificación de extramturales ó sobrenatu- se le pretenda levantar, es inferior al hombre
rales, suponiendo un poder mayor que los otros, en naturaleza y en poder, jamás podrá repre-
si existen, son debidos á una causa superior; el sentar papel tan importante, ni suplir ninguno
fluido magnético que no h a podido acreditar su de los dos extremos, que necesariamente supo-
paternidad con relación á los comprendidos en ne este género de fenómenos.
las tres primeras series, no s erá más feliz en
conseguirlo por lo que toca á los que en la úl- De aquí es que, cuando se ha llegado á este
tima série se abarcan. punto, sus más a c é r r i m o s defensores han tenido,
6 que negar contra la luz de la evidencia los
Basta solamente decir: manifestaciones, comn-
hechos que no podian explicar, como Figuier,
nicaciones, revelaciones y conocimientos de lo por-
Debray y otros que cuando se muestran más
venir, para afirmar dos e x t r e m o s iguales cuando
c o n d e s c e n d i e n t e s , los atribuyen á meras imagi-
ménos en naturaleza y en poder. Nadie sé ma-
naciones ó alucinaciones; ó combinar como J o -
nifiesta sino á quien le comprende; nadie se co.
b a r d , las influencias del fluido con ciertas i n t e -
munica sino con quien es capaz d e comunicarse;
ligencias separadas que de acuerdo con el hom-
nadie se revela sino á quien ig ñora, pero puede
bre se sirven de él, no sabémos con qué oculto
saber las cosas que son objeto de la revelación;
designio. L a negación de los hechos importa
nadie descubre el porvenir, sino á quién el porve-
la negación de la propia dignidad, pues no sig~
nir importa y para quién algo significan los su-
28
nifica otra cosa eeharse á cuestas la nota de es-
ra por este medio del pensamiento del otro, que
túpidos ó de nécios, que tiene que recaer en los encarga á la ondulación trasmitir su respuesta."
que toman aquel partido á vista de pruebas his- Y más adelante se expresa de esta suerte: "Al
tóricas tan patentes, una vez que proceder así evocar los muertos acontece ni más ni ménos lo
es hacer una máxima sábia de esta frase: niego mismo; la mesa cargada de fluido nervioso r e -
porque niego. Aquello de alucinaciones é ima- cibe de la voluntad un movimiento vibratorio
ginaciones es cosa de otro lugar. que se comunica al éter ó á la electricidad uní-
versal; esta, encontrando en sus inmensos anillos
El recurso de Jobard no satisface, y sobre
la universalidad de los séres, hiere al espíritu á
todo, está fuera de la teoría física del magnetis-
quien va dirigido, cuyo espíritu inteligente y
mo. Jobard explica las comunicaciones y las
libre, vuelve á enviar, si quiere, por el mismo
revelaciones en estos <5 semejantes términos. (1)
Supone que el espacio está lleno de fluidos im- vehículo, un signo, como por ejemplo, una chispa
ponderables y que el sistema de las ondulacio- electrica, un movimiento giratorio, letras escri-
nes se aplica á todos los fluidos; y de aquí i n - tas sobre un cuadrante, etc."
fiere que aquellos tienen lugar en el hombre y La dificultad que ofrece esta hipótesis entera-
los espíritus de la misma manera que la trasmi- mente arbitraria no es como quiera. ¿De qué
cion de los despachos telegráficos. "En las dos manera el fluido nervioso dirige las vibraciones
extremidades, dice, del aparato (sea la mesa) del éter 6 de la electricidad universal precisa-
existen dos séres inteligentes, más 6 ménos dis- mente al punto que ocupa el espíritu evocado?
tantes el uno del otro, que comunican por una ;Por qué no le confunden con tantos otros que
ondulación fluídica desprovista de inteligencia. a n d a n errantes por los espacios? ¿La voluntad
Sin embargo, el pensamiento del uno se apode- del hombre da la dirección al fluido nervioso, y
este la trasmite al éter? Pero si el hombre i g -
nora hácia qué rumbo se halla la inteligencia
eme se propone evocar; si muchas veces no la
conoce y por ^ mismo no podrá distinguirlas
1 Jobard: La tab!e parlante. P. 56 y eignientes. de laa demás. Para salir de tamaño laberinto
—391 —

nos vemos forzados á conceder al magnetismo significación, jamás seria comprendida. El a c -


una inteligencia superior á la humana, cosa por. to material seguiría siendo material; si lo que
qne no pasan ni los partidarios de las teorías que se dice de una estación á otra del telégrafo
fluídicas, ni los de las espiritualistas, ni los mis- se comprende, es porque previamente se ha con-
mos que, como el sabio que impugnamos, pre- venido en dar tal sentido á cada una de las o n -
tenden hacer de aquellas dos especies una sola dulaciones fluídicas."
razonable. (I)
"¿Habéis celebrado, pregunta el mismo, s e -
M. Gasparin con su acostumbrado buen sen. mejante concierto con los espíritus? No tengo
tido cuando refuta, responde á M. Jobard así: nada que oponer, si no es, que no veo estas
"Aunque se coloquen dos séres inteligentes en combinaciones de signos; los espíritus se sirven
las dos extremidades de una línea telegráfica de ellos en sus respuestas; pero vosotros no las
para trasmitirse ondulaciones fluídicas á las
empleáis en vuestras preguntas, las cuales for-
cuales darían en su pensamiento determinada
muláis sin alfabeto alguno, ¿Cómo una vibra-
ción constantemente la misma se diversificará
á los ojos de los espíritus, designará al que evo-
cais y hará que comprendáis las cuestiones que
les proponéis? Si vuestra intención se une á la
1 Un ñus YO Manolifco Gazquez, á quien conocemos, ca- vibración, esta se torna inteligente; y tropezáis
zador por más señas, contaba seriamente que en la caza
con el escollo con que otros han tropezado."
osaba de cierias balas que llamaba rastreras ó rastreadoras.
Su virtud era grande, pues le bastaba disparar su esco-
No se puede decir nada de más juicioso ni de-
b e t a para que las balagsc encargasen de tomar la direc- más solido.
ción conveniente, hasta herir y dar muerte al animal con ¿Por qué, pues, tantos delirios en cabezas
que se proponía regalar su apetito. El magnetismo de
tan bien 1 formadas? Porque las preocupacio-
Mr. Jobard es rastrero ó rastreador como las balas del ca-
zador aquel. Husmea que husmea, hasta que da con
nes filosóficas y de sistema no les permiten ver-
os espíritus en que piensa el médium que dispone de sus la luz y con ella la verdad. Están á oscuras
corrientes, porque no quieren abrir los ojos; viven enga-
nados porque no quieren abrir sus almas a' la
espíritus; en el catolicismo, que sin negar la
verdad.
naturaleza, afirma algo que le es superior y
Unos no quieren ver sino materia en todo; une con eslabón de oro dos mundos de dia-
y todo lo quieren explicar por la materia: mante. El catolicismo os dará la explicación,
otros quieren ver en todo la naturaleza; y q u i e porque el catolicismo es la verdad.
ren explicarlo todo por la naturaleza. Pero la rea
lidad está muy léjos de su voluntad; realmen-
te hay espíritus y lo sobrenatural es un he-
cho.

Por esto, aquellos que admiten la existencia


de los espíritus, como Alian Kardec, Carion,
Pierart y Gentil son los que, si no están en
la verdad, se hallan en la situación más p r o -
pia para hacerse de satélites. No nos canse,
mos; el magnetismo animal, que no puede ser
otra cosa más que materia; que ámás conceder,
es un agente de la naturaleza de que el hom-
bre es el centro, no puede explicar fendme-
nos, que suponen de todas maneras y considé-
reseles por cualquier lado, inteligencia; ni he-
chos cuya causa está indudablemente fuera ó
sobre de la naturaleza.

¿Quereis explicaciones satisfactorias? Bus-


cadlas en el catolicismo cuyo primer dogma es
la creación del mundo físico, cuya crencia más
sublime y consoladora es la creencia en los
ios-, pero entregarse á semejante tarea seria d o -
blar inútilmente el trabajo é incurrir en fasti-
diosas repeticiones, supuesto que aquellos fenó-
menos no se diferencian, sino porque se verifican
i la vez la de todas las séries confundiéndose
en el hecho, aunque sean diversas las esferas a
que corresponden y las causas que se les atri-
CAPITULO XXXI
buyen.
Así, consagraremos este capítulo á llamar la
SUMARIO. atención sobre un punto que nos parece de la
primera importancia, y que es como la corona de
nuestros esfuerzos y el complemento de nuestro
¿Por qué 110 se demuestra que el magnetismo no explica
los fenómenos mágicos, unitivos ó mixtos?—Teorías que
trabajo respecto de la refutación de las teorías
quedan refutadas con las razones que se han alegado que comprendimos en el primer grupo, y que
contra aquel fluido.—Carácter genérico de estas razo- reconocen por base la intervención de un agen-
nes.—Se ensaya su 'aplicación.—La invención sucesiva te físico como causa de los fenómenos que se
de tantas hipótesis prueba que niDguna es verda-
trata de explicar.
dera.—La boga pasajera que han tenido se debe al es-
píritu por toda novedad que reina en ciertas gentes. Hemos procurado que las razones y los a r -
Nada significa esa boga, tratándose de la verdad. El gumentos, que hicimos valer en contra del mag*
reinado de esta es eterno.—La verdad se lia abierto netismo, fueran de tal naturaleza que pudiesen
siempre paso, y no ha ocultado la única solucion d e l
aplicarse no solo á este fiuido, sino á cualesquiera
problema.
otros motores, sin más restricción que la de que
pertenezcan al,mondo corpóreo. De esta suer-
te noshemos evitado refutar cada una de ellas en
Deberíamos ahora entrar en la demostración
especial; lo que habría sido cansado y poco pro-
de que el magnetismo animal co B explica tam-
vechoso.
poco la quinta série de fenómenos espiritistas á
En efecto, ¿qué importa que en lugar dei fluí-
que dimos los nombres de mágicos, unitivos ó mix>
-397—

do zoo- magnético se le llame fluido universal con dida de la acción, si es que la acción no existe
el seudónimo sábío Traverse Oldfield; zoo •eléc- ni puede existir sin causa.
trico con Pettetin; electrico-Uótico con Braid y Y siendo siempre materiales y no dejando de
Carpenter; vital con M. Delaage; od con R e i - haber proporcion entre su poder y el poder de
chembach, spirod con Eaine; lumínico con M a z -
la materia, y debiendo existir en todo caso una
zoni; principio nervioso con Muller; etéreo con
relación necesaria é invariable entre su natura-
B e l l a D g e r ; músculo motor con Eissen; esfuerzos
leza y su manera de obrar, entre el sér en
conspirantes con Babinet, y movimientos involun•
reposo y el mismo sér en movimianto, todo lo
taños inconcientes con Faraday y Chevréul, etc.,
que se ha dicho y demostrado en contra del
etc., si entre todos estos agentes y los fenóme-
magnetismo humano, procede en contra de los
nos se interpone la misma imposibilidad física
otros agentes físicos en que se ha pensado para
y metafísica, de hecho y de razón. Sean cuales
sustituirle.
fuei en los elementos que forman estos diversos
agentes, en el supuesto de que todos existan, sea La mayor parte de las razones expendidas se
cual fuere su poder, sea cual fuere su manera fundan no en aquello que el magnetismo puede
de obrar, siempre han de ser proporcionales i tener de particular y específico, sino en lo que
su naturaleza, jamas podrán excederla, ni nunca tiene de común y genérico en la naturaleza á
ser movidos ni regidos en su acción por leyes que pertenece. Y una vez que la base de las
que no descansen sobre el indispensable cimien- razones es común, convienen á todos los agentes
to de su sér. unidos por esa común base.

Y todos aquellos agentes, por heterogéneos Dijimos, por ejemplo, que la existencia del
que sean sus elementos constitutivos, han de ser magnetismo no estaba demostrada de tai suerte
siempre materiales; por desmesurado que sea su que se pudiera discurrir con la seguridad y
poder, ha de guardar "fproporcion con el poder aplomo con que es fuerza discurrir en materias
de la materia; por extraño y desconocido que sea científicas; y esto mismo se puede afirmar r e s -
su modo de obrar, ha de ser conforme í su n a - pecto de las otras causas materiales que hasta
turaleza que se identifica con el sér y es la me- .ahora solo se suponen; y afirmarlo con mayor
autoridad, pues si respecto de aquel fluido se han ¿Cómo si tantas hipótesis están heridas en su
hecho algunos ensayos en este particular, a u n - base por razones tan obvias se han hecho un
que estériles, á niguno que sepamos se le ha lugar en el terreno de las ciencias y han domi-
ocurrido procurarlo respecto del espíritu de vida, nado en las cabezas de no pocos sábios natura-
del Od, del Spirod, etc. listas? ¿Esto convencerá ó que las diversas
teorías no flaquean igalmente ni del mismo lado,
Manifestamos también que el magnetismo co-
ó que, cuando ménos, todas juntas ministrarán
mo intermediario entre la alma y el cuerpo era
la solucion del problema que cada una de por
metafisícameote imposible, pues d ser posible
era necesario admitir el absurdo de un ser que sí no resuelve?
fuera y no fuera d la vez, lo que repugna la ma's Lo que convence, bien estudiada aquella c i r -
grosera de las filosofías y el sentido común mé- cunstancia, es que ninguna de ellas satisface, que
nos despierto. Igual cosa es aplicable d aque- todas son arbitrarias; porque todas se fundan
llos otros agentes, supuesto sin que ese interme- sobre supuestos, y supuestos absurdos. E l mis-
diario se declaran irrealizables los fenómenos, y
mo empeño de los sábios en inventar nuevas
que aquellos lian sido escogitados precisamente
teorías, prueba la insuficiencia científica de las
para hacer las veces de este.
anteriores.
Así podríamos seguir raciocinando acerca de Los sábios no han podido ponerse de acuerdo.
la aplicación extensiva de los argumentos que A b r i d algunos de tantos libros como se han
parece se limitaban d convencer de imaginaria escrito, y vereis que unos á otros se refutan de
la hipótesis zoo-magnética; pero que en realidad la manera más victoriosa, lo que significa que
abarcan un círculo ma's vasto todavía que el que ninguno tiene razón, una vez que la verdad es
la ciencia ha recorrido en un siglo. invencible.

Confiamos en que el lector amigo de la v e r - La boga de que cada teoría d su turno ha


dad no se ahorrará el trabajo de comparar, para disfrutado p o r algún tiempo, se h a reducido al
convencerse de la exactitud de nuestras pa- círculo de l a gente que se apasiona siempre por
labras. la novedad, solamente por el hecho de serlo y
-400-
jamás ha trascendido á Ja universalidad de los Aunque nada dijeran sobre este particu-
hombres pensadores y positivamente ilustrados. lar los libros, la voz de los monumentos i m -
H a sido, por otra parte, boga de un dia, de una pone, como no se ha podido ménos de n o -
hora, de un instante, según que se ha podido tar.
rasgar más ó ménos prontamente el ropage s e -
ductor con que se ha cubierto, y dejar ver la
nada de su sustancia.

La boga pasajera, pues, no significa gran


cosa, tratándose de la verdad cuyo imperio
debe ser eterno. La verdad tiene que reinar
y reina siempre, cuando no en las esferas de la
inteligencia que se la sustraen por soberbia, sien
el terreno de los hechos de que ella es el foDdo,
el centro y la superficie, el principio, el medio y
FIN DEL TOMO PRIMERO.
el fin.

P o r esto reinó, á pesar de la ceguera inte-


lectual y del abatimiento moral en que yacia
el mundo, entre los paganos. Los fenómenos
espiritistas se explicaban entonces por las ex-
halaciones de ciertos lugares, como hoy se e x -
plican por el magnetismo. H a y error del uno
y del otro lado; pero históricamente la v e r -
dad se supo abrir paso por entre tantas b r u -
mas, ¡y sus páginas encierran desde aquellos
remotos tiempos la verdadera solucion del p r o -
blema.
t

I B * iM'i 1 .éü'ii :• "lÉs o - í : } : , s q b s b


ai \ sv sm«¿<¿ S ' iíi'A a.: I>- ÜGD- a
- t f i i a o m i f i Asi % bboqÚ sol ^ b É a s s i a
m & t t g Q f q m i a ¡ioé e V ^ b b ^ I ' ^ h
í a ñCO SCÍ iO e^OSiáaBB SS7 B3, l a i t l
«ort'á él- íp neo op9£j{ ^ , s o v m .efo ishou
INDICE
-udmsoos ifeobitidni.-. s d a e ^ b a ^ l Álh i
D E L A S M A T E R I A S C O N T E N I D A S

EN EL PRIMER TOMO.
f) -'*» !! JiUiVV/ * ¿

t f ll £i) saoÍ9¿i3tí pasiifiiiqñajM JjfiO


1
ni ..
. : sis ' A s f• • '
T
DEDICATORIA *. • •
INTRODUCCION
Cap. I. Método que nos proponemos se-

guir. R a z ó n para ello. E n los fenómenos

atribuidos al espiritismo comprendemos los •

q u e se atribuyeron al magnetismo y al so-

nambulismo. ¿Por qué? Cosas que notar.

Fenómenos atribuidos al magnetismo. Una

sesión de Mesmer en el hotel B o u r r e t . E l

espiritismo comienza por apoderarse del

cuerpo I

C a p . II. Los prodigios cada vez mas

estupendos.—Casi no necesitan de condicio-

29
—405 —
bre Braid el hipnotismo. Slüoston en l o -
nes para pro ducirse, Pnysegur y Faria. Se
glaterra, E&aile én las Indias Orientales.
hacen í nn lado la larra de hierro y la tina
1846 Gigantesco paso del espiritismo en el
mesméricas, los a r o m a s y las a r m o n í a s . P o y -
Nuevo Continente. Nneyos y mía estu-
s e g u r los sustituye con simples pases de ma•
pendes .fenómenos. Hy¡?esville, en el E s -
«os» Faria á su vez sustituye estos coa el
tado de Nueva York. Familia de JoVn F o x .
poder de su voz, y luego con el de su vo-
Breve reseña histórica % lo acaecido con
luntad. Sonámbulismo inágmtico, estático y
ella, Veeckman. t M z y golpes miste-
lucido. F e n ó menos atribuidos al sonambu-
riosos. Las hijas dé Fox encuentran la ma-
lismo, Progresos del espiritismo. Y a no
n e r a de comunicarse cok espíritus. Es-
es medicina, sino médico. E l espiritismo no
píritu de Carlos R a y a . Multitud de per
se contenta con e l cuerpo. Comienza á
sonas acuden ¿; f i ú é é * ? los •fenóme-
abrirse brecha en el alma 9
nos. F o x y sus hljas ?é trasladan Á Ró •
Cap. I I I . El espiritismo se estaciona 62
chester. Los golpes y ruidos misterio -
años» Conjeturas sobre la causa de esto. :
sos se trasladan con ellos. M e o i ^ g i o Pa>
Personajes que siguieron cultivándole en
sa & ¿tras familias. Los golpes y ruidos
Francia, Empeño ce las Academias y Sa*'
ciedades científicas por averiguar la reali- cambian de naturaleza y bvs manifestamos
dad de los feaómenos y determinar su causa. nes de forma. Descargas eléctrica?, terre-
Los-mismos magaetizidores lo juzgan nece- motos, cantos e himnos, ^ se ignora quién
sario. Diversidad de sistemas. El moví» los entona, sinfonías ejecutadas por manos
miento es general en las naciones de Eu - que no se ven. Y a j i l h s que caen y bo se
ropa. Se. extiende á la Asia. Ukasse de rompen, hombres s o c i o s ea él' aire y
Alejandro emperador de Rueia. D e c r e - otros raros fenómenos. S e cree n una te.r-
tos de los reyes de Dinamarca, Sueeia y cera rebelión. Entran feo la ^ M Ú r n
Prosia. Premio ofrecido por la Academia personajes notables. Simón?, Edmons
de ciencias de B e r l í n . EQ Italia se dan Talimage y
sesiones públicas. E n Manchester de3cu- Cap, t f . Mucho que seca! la. ¿Urque?
Representación de catorce mif ciudadanos Su llegada á Ealing. Primeras manifesta-
americanos. Categoría de muchas de las ciones publicas bajo sa medianimidad. Y a-
personas qne firman la representación. rias comunicaciones. Estasis. Marcha á
Proveído de la Cámara, nombrando una Florencia. La Condesa de O. Una seño-
comision que estudiase los fenómenos. Mo- ra inglesa. Giammana. P a r t e á Nápolea
tivos per qae no presentaron luego su d i c - y luego á Roma. Suspensión de su poten-
tamen. Otros prodigios espiritas tencia. Su conversión al catolicismo. Y a
Cap Y . Creencia de que los fenómenos á París, Rasgo de orgullo, obstinación y
podían explicarse por causas físicas ó dis- lecaida. El hermano de la Condesa L . . . .
posiciones biológicas. Estado del espiritis- poseído. U n niño sordo. Home presiente
mo en Francia, en 1852. Cbevreul, Babi- su matrimonio con la hermana de la Conde-
aet y F a r a d a y , Las mesas giratorias es- ea Konkolcff. Lo realiza en San Petera-
criben, lo mismo que los cestillos, los som- burgo. Se cura á sí mismo con fuertes
breros, etc. Altas cuestiones sobre que golpes. Prodigios que anunciaron el n a -
disertan aquellas,según Alian Kardcc, Mo- cimiento de su primer hijo. MM. Spada y
do de procedí r. Comunicación obtenida-
Phi8ep3. Reflexiones
e n l O de Enero de 1865. Resultado ines-
Cap. Y I Realidad de los fenómenos es-
perado de los nuevos fenómenos en Fran-
piritualistas. Todo genero de gentes depo-
cia. Gaizot proclama la existencia de lo
nen en su favor. Imposibilidad de que, en
sobrenatural. Conducta diversa observa»
Francia y en la época, en que tuvieron l u -
da en Rusia, Alemania é Inglaterra.' I r -
gar, hubieran sidos admitidos, si f u e r a una
landa. México no contaminado por la su-
impostura y meras fantasías. Hubo algu-
perstición, á pesar de la vecindad con la
nos que ios calificaron de tales no por c o n -
Union Americana. M Debay. El barón
vicción, sino por sistema. No faltan hoy.
de Gruldenstubbé. M. Marín, Escritura
Conducta necia de éstos. El trascurso de
directa. Daniel Dungías Iíome pasa de
casi cien años persuade au realidad. No
América á Europa. Rasgos biográficos.
todos los fenómenos son auténticos.. .Los
•*}eéHmi& HñsiBhS -«-y? ,,p Otro género de prueba?. Sociedades ente-

apai entes prueban la existencia de los rea- ras dando testimonio de los hechos. L a s

les. Moneda falsa y moiieda legítima. Los muchedumbres. L o s gobierno?. L a s A c a -

qae atribuyen los fenómenos a' impostu- demias y Asociaciones científicas. A s o -

r a n o ciegan que se reproducen. Deben, ciaciones que se d i c e n r e l i g i o s a s . L a Igle-

tenerse como ciertos miéaíras la impostura sia de la N u e v a Jerusalem Instituciones y

no se justifique. Calidad de los hechoa. monumentos públicos. Dispensarios m a g -

Calidad de los testimonios. Calidad de los néticos. Hospitales. Libros. Periódicos^

testigos. Los Ifuffelanú, las Orfita, los Re- Reflexiones....... ^

camier. etc. Adversarios del espiritismo, Cap. .yIII. Los hechos espiritas no son

convertidos en. presencia ¿e ios hechos, en nna novedad ni un progreso. Fenómenos

sus p r o p u g n a d o s . EJ doctor Rostan. No mágicos de la antigüedad,; Se anuncia

table confesión. M, L. Fígaier. Comu- que se v a í hacer un estudio histórico de

nicaciones que tuvo con d espíritu de su hi- ellos, y un estudio comparativo de los pri-
jo, Resultados prácticas 54 meros. Resaltado de ambos estudios. N a -
Cap. Y I I . ¿Por qué no hemGs citado da hay nuevo bajo el s o l . P r i m e r fe-
teólogos ni obispos? ' Superiodad de' c r i - nómeno espiritista. L a serpiente hablan-
terio de los Pastores espirituales respecto de y seduciendo á Eva, Comentario de
de ambos. Fandamentés desuna y otra su- San Agustín. Falsos Profetas, E l m a d e -
perioridad. Teólogos asegurando la v e r - ro y las piedras hablando. Y a r a s de los
dad de los feo ¿meaos. PP. G-ary, Caroli, agoreros. Passges de Habacuc y de 0 -
Pineiaczn, Paiiloux, ele. etc." Arzobispos
seas. Sonambulismo, pasage de Isaías.
y Obispo?, los de Burdeos, deBesanzon, y
Magnetismo, serpientes encantadas, pasa -
de Par i?, los de Yivicts, de Auch, de Rou-
ge de Jeramía?. Modo da e n c a n t a r lasser-
en, ele, Obispo de Qaeréíaro. Notables
pienteB. Virgilio y Scüio Itálico, E r o -
testimonios dé los R E . cíe la Civiliá CattoU-
cacion de las almas d e los difuntos entre
coa, del cardenal Dounet, del P . Yoisin. del
los Hebreos. •N o t a b l e s prescripciones del
P. Ventura de Kauiiea y del abate G-aume.
— 411 -

Deoteronomio. V o c e a y rnido9 misterio- Cap. X . Voces, ruidos, golpes, temblo-

sos. Josefo y el templo de Jerusalen. Con- res etc., f e n ó m e n o s m u y comunes en l a an-

clusión 9 0 tigüedad pagana. Pasage de Lucrecio. R a -

Cap. I X . E l espiritismo en los pueblos rezas que acompañaron la muerte de Edi»

limítrofes de la nación hebrea. Babilonia, po. U n trozo clásico de Sofócles. P r o -

Níníve, Egipto. Los Khartumim. L o s digio acaecido en el mar J o n i o en presen-

Dardes. V a i a mágica. E l código Osta- cia de toda una tripulación. T h á m a a y ef

nes. Plinio revelando algo de su conteni- Gran Pan. Aberiguacion mandada prac-

do. • E l magnetismo y el sonambulismo ea ticar por Tiberio. Comentario de M . L .

el templo de Isis. Curaciones obradas con Fignier. Resplandores, luces y faego. L o s

su virtud. Tratamiento según Prospero Penates de Eneas. L a gorra de Julo. O b -

Alpino. A r g u m e n t o de Celso. Retablos jetos inanimados moviéndose y hablando»

conmemorativos é instructivos. Pases de Estatua de Dédalo. Trípodes fabricadas

manos. E l espiritismo en Grecia y en R o - p o r V u l c a n o . Cabras y mesas qae adivi-

ma. T e m a de filósofos, poetas é historia- nan. Tertuliano. Mesilla de los nigra

d o r e s . L a m i t o l o g í a n o es m e r a f á b u l a . T e m - mantés Hilario y Patricio pronosticando.

plo de A p o l o . Oráculos de Délfos. R e s - Estatua de M e m n o n . Encinas de D ó d o n a .

puesta de la pitonisa y manera de darla, E l N e s o y Pitágoras. R e f l e x i o n e s . . . . . . 323

descrita por Lucano. F a r o r sagrado. L a s


Cap. X I . Apariciones y desapariciones.
trípodes inmdbiles primero y luego m o -
Prohibiciones de erigir templos á los muer
viéndose solas. Oráculo de Cumas. D e s -
tos que se aparezcan. Táges brotando de
cripción de Virgilio. Vario3 fenómenos.
u n surco. E l hecho lo asegura formalmen-
E l furor sagrado principio de la inspira-
te Cicerón. Aparición de P a n á Filípi-
ción, segan Platón; las exhalaciones según
des e n el Partenion. Publio se a p a r e c e y
Cicerón, Aristóteles etc. Comparación en-
p r e d í c e l a ruina del imperio romano. U n
tre los antiguos y los modernos fenómenos.
sacerdote de Júpiter vuelve de la tumba y
Respuesta del oráculo de Mopso ' 108
denuncia i un asesino. Gabinio trae á
— 413 —
Pompeyo noticias de los dioses infernales y •trasportado al palacio de Priamo. Véous,
le anuncia prosperidades. Monstruos y fan- trasformada en anciana, le reúne coa Hele-
tasma?. Los bueyes de la Isla del Sol. Es- na. "Eneas desaparece súbitamente de la
pectros y simulacros. Lucrecio asegura su vista de Diom'éde?. Minerva toma la se-
d ÍU
realidad y niega que sean cimas prófugas m e j a n z a de 'Lápdúco, Neptuno j a de Calcas
del Aqueronte; dá una mala explicación s o - y luego la de un guerrero, Los dioses
bre la causa de ellos. Ceremonia de los combatiendo con los hombres bajo formas
Lémures descrita por Ovidio. Señal que humanas. Véaos y Márte heridos por el
destierra las sombras. Habas negras, mo- hijo de Tideo. Los caballos de Aquílés llo-
neda de ultratumba. Comparación, R e - rando, hablando y profetizando. E¡ Esca-
flexión, Una escena del MMlaria de Plan- f a n d r o coa vertido en hombre. La Odisea
to. El alma de Diaponeio y el alma de Car- presenta mayores prodigios. Sa refieren
los Rayn, Notables coincidencias. Las algunos. Minerva bajo diversas figuras;
evocaciones, Trespotia, Tenaro y H e r a - forma un fantasma asombroso. T i a s f o r -
clea, lugares consagrados á ellas, Perean- maciones de Proteo. Metamóífosis obra«
dro evoca á su esposa' Melisa. Calendas das por Circé. O ti as obradas por Miner-
hace que sea evocado el espíritu del poeta va y por Neptuno. Sirenas que encantan.
Arquíloco, Pausíraias hace lo mismo con Funesto presente de Eólo. Algunas otras
el alma de la jóven Cleonicia. El rey la- maravillas de la Eneida. Véaus ea traje
tino evoca á su padre Fauno, La desecra- -de cazadora se aparees á Eneas, le hace in-
cion es nna especie de evocacion visible así como d AcáteW Traslada á J a -
Cap. X I I . Se confirma la convicción de lo á los bosques de la Idiíia y líaCe que Cu-
que en Grecia y Roma eran familiares los pido tome la semejaaaa de Ascaaio. ^ Se
fenómenos espiritas. Obras monumentales.' vuelve á aparecer á resplandecien-
la Diada,- la Odisea y la Eneida. Cada do eii la oscuridad La sombra de Creasa. ,
página de ellas ofreee una prueba. Se re- Fantasma formado por J l M . Las naves
fieren otras maravillas. Páris invisible es de Eneas convertid^ en ninfa?: Arbustos
manando sangre y exhalando queja?. Adi- Efectos maravillosos de ciertos polvos. Ra-
viao?. Realidad de todo* estos fenómenos. ra manera de hacerse los dioses qoe a d o -
Palabras de Sofócles. Otras de Homero. raban. Ministerio de los B o h i q u e s . . . . . . 173
Comeaterios de Madame Daeier. Opinión
de San Agostía. Reflexión Cap. X I V . Extimacion en qoe los an-
Cap XJ1I, Los mismos feuómenos pa- tiguos mexicanos tenián la opinion de los
saban despues del cristianismo. Pasaban adivinos. Mochedumbre de nombres con
en los poeblos á qoe no había llegado la loz qoe eran llamados. Los Tlamacaxqui y
del evangelio. Pasan en las naciones qoe, Tlachihuqui. Aparición de Texealtipuca. Te-
habiendo sido cristianas, dejaroo de serlo. noztitlan en incendio. Los lonálpouhqui 6
Pasan aan en ciertas individualidades de las astrólogos. Los Tomamacpalitoitques ó ni-
naciones qae lo son. La cuestión es de gromantes. Sas excursiones de predatorias.
principios, no merameote cronólogica. Se Sueno que sabían infundir. Los NaoUi y
amplía el estudio histórico-comparativo. l a s Mometzpopinque 6 brojos y brajas* C u -
Se comienza por-los pueblos que permane« raban con pases de manos 6 soplando sobre
eieron paganos, por no tener conocimiento los enfermos, Ceremonias nocturnas de
de la noeva doctrina. Oráculos, profetas,, los Tlamacaxqui, Fantasmas, los Tíacanex•
sibilas, nigromantes, e(c. en América. Los quimilli y los Cenllapachton. Los Macio-
indígenas de la Virginia y de la florida. quezque y las Ciuapipüli 6 las almas de los
Evocaciones que hacían los piaches de Cu - difantos vagando por los aires, Ruidos.
maná. Ea Chile tienen logar prdigios mági- Diversidad de ellos. Semejanza con ios
cos. Ercilla refiere uno maravilloso que se oidos en Rochester. Voces y lamentos.
verificó en presencia del ejercito español y La nueva piedra de los sacrificios, hablan-
del araocaoo. Evocacion y oráculos en Noe do. Anuncia que se va á sumergir, y se
va Granada y en ü r a b a . Hechiceros en la sumerge bajo las aguas, rompiendo antea el
América M e r i d i o D a l , Mujeres temblado- puente de Xoloco. Fenómenos maravillosos
ra*. Prácticas mágicas en las Antillas. a l acercarse la conquista. Reflexiones.... 185
r
Cap. X \ . Influencia del cristianismo
to de Constantino, de Teodoro y otros e m -
respecto á la nigromancia. L a demonocraeia
peradores cristianos. Leyes españolas. E l
universal es h o y imponible, N o lo es el
Fuero Juzgo y el código de las Partidas... 205
dominio satánico sobre los individuos que
Cap. X V I I . Celo de la Iglesia Católica
le consienten. P o d e r del hombre sobre
por e l bien d e las a l m a s . E l Ritual R o m a n o .
Satanás, N o .porque triunfó la Cruz, los
D e las instrucciones que da á los exorcistas
fenómenos mágicos dejaron de producirse
se infiere la d e ios fenómenos má
realidad
absolutamente* S u realidad y posibilidad se
gko* espiritistas. Signos d e o b s e s i o n . S u -
c o m p r u e b a .por los mismos evangelios. Si •
cesos maravillosos acaecidos e n Alemania
m o n el M a g o y Bar-Jeeu.
Heregías y nec- en 1550 con las religiosas de Noetet. Otros
ias filosóficas. Supersticiones de los isa * que tuvieron lugar en Francia en 1632 con
niqueos y de ios neoplaióaiaos, 195 las Ursulinas de Load un, Oiro3 del mismo
género producidos ea la propia nación en
„ •X FEJK BOJ .iihculaí nsslóss s o p O5SD8
Lap, A V I . . .Semejanza del Tratado de • „ 1700 y en 1733 con' los Comisardos ó
les misterios
irlOl/fi
'de Jámbímq
v
coa el Libro' de Tembladores de las Cevenas y con los con-
los Espíritus,p d e los Médiums de Alian v i s i o n a r i o s de San Medardo. Espíritus
K a r d e c a Sueñoa veDidos. de los géaios. golpeadores, trasgos ó duendes conocidos en
Dificultad común, á los espiritistas y á los todos los idiomas, . Epoca de San Agustin.
neoplatóoieos, d e distiogair á los buenos de L a casa de Hesperio. Tiempos de Teodori-.
los malos espíritus. Rarezas que se n o t a - . , v . C o, El médico Elpidio y los Sucsentriones,
ban en los inspirados, Pasage de Jáciiblí- Apariciones de Bicgen, Espíritus golpea-
eo. Comprueban lx realidad de los.fenó- dores de Straford, Wealey, &o, E l de Sala-
m a n c a . Diligencias que se practicaron. Es-
menos despues d e l cristianismo las diaposi-
p í r i t u tamborilero de T e é w o r t h , Pesquisas
ciones p e n a l e s d e la Iglesia. Concilios de
Ancyra, de A r l e s , de Elvira, da Laodicea, á que dió lugar, Resultado, 219
de A u x e r r e y d e Narboaa. Canon capul Cap, X V i l I . Transición, Empeño en
qñscopi. Legislación civil cristiana, Deere- averiguar la causa de los fenómenos. T e o -
— 4 1 8 — .

rías de los antigaos. Teorías de los modera

nos. E l magnetismo. Exposición de la ño natural. Observaciones de Platón y de


teoría de ese nombre. ¿Cómo le han defi-
Aristóteles con respecto á él. Sonambu-
nido? Existencia de un fluido magnético,
lismo natnral ó noctambulismo. Anécdota
¿C<5mo obra? E s el agonte de la vida de
de un parisiense referida por Johnston. Con-
relación. Funciones del cerebro respecto
secuencias qae se infieren en favor del s o -
d e él. P a p e l que representa el fluido. E s
nambulismo artificial. Se pretende demos-
el ministro de la voluntad. Modificaciones
trar ia existencia de este con el descubri-
mieto del hipnotismo, Método para hipnoti*
que 6ufre conforme á l a acción de la volan-
zar. ¿Cómo se explican los fenómenos?
tad. E s susceptible de a b u s o , . . . . . . . . . . . 229
Otras palabras de Figaier. Reflexión del
Cap. X I X . Se anuncia la exposición de la
autor, 241
hipótesis científica del sonambulismo. ¿En
Cap, X X ? Razones por las cuales fué
qué consisto él sonambulismo?. La ciencia
necesario dar de mano á las teorías físicas
no responde satisfactoriamente í esta p r e -
psicológicas, y buscar otra que llenase me-
gunta. Los efectos que se le atribuyen son
jor las exigencias del entendimiento. Se
los mismos que al magnetismo. Compli-
tropieza desgraciadamente con la teoría del
cación que resalta. ¿Por qué ha sido n e c e -
espiritismo, Base filosófica de esta teoría.
sario ocurrir á esta nueva hipótesis? F i -
Comienza la exposición de la misma, Se
gaier, Braid, Asam y Broca defensores del
distingue entre manifestaciones y comuni-
sonambulismo é impugnadores dsl magne-
caciones espiritas. Naturaleza de los es-
tismo y de toda teoría qae se fanda en la
píritus que se hacen intervenir, Su gerar-
existencia de un Anido particular. P a l a -
quía, Tres órdenes en que están colocados.
bras de Figaier. Niega la existencia de tal Espíritus impuros, ligeros, ignorantes, ma-
fluido, sea cual fuere su nombre. Se consi» lignos, inconsecuentes y burlones. Espiri-
dera esta teoría como méuos v a g a y más tas psendo-sabios y neutros. Golpeadores
positiva. Fundamentos que le dan sos par- y perturbadores. Todos estos correspon-
tidarios. Efectos extraordinarios del sue- den al primer órden gerárquieo, Corres-
30
421-
poaden al segando drdea los espíritus bené- del hombre, Previamente se examina si la
ficos, ilustrados y sabios. Be ocupan prin- causa de los fenómenos deberá ser múltiple
cipalmente en cuestiones científicas y de <5 única. Debe ser única, Los antigaos
moral. Corresponden al tercer órden los como Cicerón, Lucrecio, Plotino etc. así lo
espíritus puros. Dan drdenes á los otros creyeron. Se mencionan algunas otras h i -
espiritas y las reciben de la divinidad. La pótesis, Por cada una de ellas se preten-
materia no ejerce ea ellos influencia a l - de explicar todos los fenómenos. Racioci-
guna, Periespíritu- Operaciones que les nios que prueban la unicidad de la causa.
atribuyen. E s t a teoría no es nueva, es uua Objeción tomada de la excitación pasiva del
alteración de la dotrina católica acerca de médium. Se resuelve la objecion. ¿Son
los ángeles y d e los demonios. Palabras única causa de los fenómenos alguna de las
de Bossuet, Manera de comunicarse con teorías fluídicas, de las psicológicas ó de las
ellos. Evocaciones, Fenómenos que tie- espiritualistas? No, Se anuncia la d e -
nen facilidad de producir. Alianza del mostración, 271
espiritismo con el sonambulismo y el mag*
Cap. X X I I . Se examina primeramente
netismo. Explicaciones que da Alian Kar-
la teoría de magnetismo, Ponto de partida
dec. Reflexión del autor de sus defensores. Existencia del fluido
Cap. X X I , Necesidad que habia de ha- magnético. No está demostrada. Respues-
cer lo que hemos hecho. No son solamen- ta de Mesmer. Declaración de la A c a d e -
te tres, pero pueden reducirse á ese núme* mia de las Ciencias, de la Sociedad Real y
ro las hipótesis excogitadas para la explica- de la Facultad de Medicina, El magnetis-
ción de los fenómenos, El magnetismo á mo en las regiones del valgo. Epgrama.
la cabeza de las teorías qne se fundan en la Reflexiones del autor. Nuevo exámen de
intervención de un agente físico. El sonam» la Academia de Medicina, Resultado. Opi-
bulismo á la de las teorías llamadas psico- niones de M. Morin, de Grimelli, etc. Es-
lógicas, El espiritismo á lado de las que su- fuerzos inútiles de los defensores del mag.
ponen una causa inteligente que existí fuera netismo para probar su existencia. El pén-
dolo de Gerbonin. Argumento fondado en Cap. X X I Y . ¿Cuáles deberían ser los
la existencia del náutico, de la tremielga y atributos esenciales de esa snstancia inter-
del 8Íloro. Respuesta de la Civiltá Gatho- mediaria? La extensión, la inercia y la
licca. Consecuencias que se deducen en multiplicidad por una parte, y por otra, la
contra del magnetismo, de las observacio- simplicidad, la actividad y la unidad. Si
nes de Matteucci sobre la tremielga. La aquella sustancia solamente fuera material
existencia de fluidos especiales es contra- ó espiritual, estaría de mas. Es inútil, si
ria á Jas tendencias de la física moderna. el alma puede por sí misma desempeñar el
Se responde á una dilcultad 286 triple órden de funciones que le correspon-
i " O í w f y v i ' -tí'y'l «í .vJíiJjSi' de. Si no lo puede, menos lo podría una
Cap, X X t i l . Se examina el magnetismo cosa que le es inferior. Argumento contra
en sus relaciones con la metafísica. Apre- la sustancia intermediaria, tomado de la
ciaciones soyas acerca de ella. Los filóso- manera de unión entre la materia y la for-
fos modernos, enemigos de la metafísica. ma. Si entre el alma y el cuerpo humanos
La metafísica es la reina de las ciencias. hubiese una tercera sustancia, desaparece-
Sin la metafísica no es posible llegar al co • ría la personalidad. El alma es la forma
nccimiento de ninguna verdad. Crasa con- sustancial del cuerpo. Consecuencia de es-
tradicción de los que ridiculizan la metafí- te principio en contra de la sopoesta sus-
sica. Se fija el punto que se va á estudiar. tancia qoe los une. Cómo está el alma en
El magnetismo, como sustancia media e n - cada una de las partes del cuerpo, Cosas
tre el cuerpo y el espirita humano, es im- que deben tener presentes los católicos.
posible. AÉÍ le consideran el abate L o u - Los Dogmas Eclesiásticos. Concilios de
bert, Alian Kardec y Gauthier. La teoría Constantinopla, de Yiena y de Letran.
de tres almas en el hombre es de la mas Breves de S, S. el Sr. Pió I X en 1867 y
remota antigüedad. La buena filosofía oo 1860! Corolario 316
admite hipótesis semejante. Se refuta ésta Cap, X X V , Exámen del magnetismo
con razones incontrastables SOS puesto en acción, Supuestas virtudes de ese

\
flaido, La manera con que, se dice, obra y y del magnetizado, Aforismo del M, de
las condiciones bajo que, se supone, désar- Puysegur, 8 a falsedad bajo e3e respecto,
rolla su poder, convence su no existencia. Sn verdad bajo otro que se desconoce... 332
Todo agente de la naturaleza, con excep- Cap, X X V I La verdad y el error en la
ción del alma humana, que es libre, obra discusión, Superioridad absoluta de la ver-
siémpre del mismo mcdo é invariablemente, dad. Ella concede todo al magnetismo; y
dadas las condiciones necesarias, Confirma sin embargo nada explica este finido, D i -
este principio lo que se observa en la luz. versas especies de los fenómenos que se
Leyes que esta sigue al reflejarse y propa- atribuyen al magnetismo. Fenómenos físi-
garse, Son invariables y necesarias, Igual cos, fisiológicos, psicológicos, extrumturales
cosa sucede coa el calor, la electricidad &c 6 sobrenaturales, y mágicos, unitivos ó mix
La misma necesidad preside las operacio- tos> El magnetismo no explica los fenóme-
nes de los agentes incorpóreos. El castor, nos físicos, No explica el movimiento de
la golondrina, la abeja, Debia suceder lo las mesas giratorias, menos las pláticas
mismo con el magnetismo, á ser cierta su que sostienen con los que las hacea girar, y
existencia y ciertas las operaciones que se las respuestas inteligentes que dan. Efagio
le atriboyen. ¿Por que? Notables palabras de M. Gasparin, No satisface, por ser el
d e M , Figuieráeste respecto, Consecuencias supuesto bajo que discurre contrario á los
que se infieren. N o hay proporcionalidad hechos. Palabras de Candemberg. Sa d e -
en él como causa, y los efectos que se le muestra que tampoco explica el magnetis-
atribuyen. Se recuerda la manera como sa mo otros de los varios fenómenos tísicos ^
explica la acción del magnetismo, al produ- que se observan durante las manifestaciones. 347
cir los fenomenos. Todo ello es fácil de Cap. X X V i l , Fenómenos fisiológicos.
decirse, pero no ae sostener un exámen, El magnetismo no los explica, No explica
Razones que justifican esta aserción, La efi- la curación de las enfermedades, qae fué ua
cacia de su acción se hace depender de la hecho en la antigüedad y lo es ahora, Se
voluntad y de la creencia del magnetizador demuestra, Ni menos explica como es que
guier y M , Debray. Hipótesis de M , J o -
teniendo virtud para curarlas, no le falta
bard M . G-asparin le refuta vistoriosa*
poder para frodccirlas. El n agneti'mo en
mente. E x t r e m o s que tocan los sábio3 que
contra del principio de caus-liria i. Traspo-
pretenden explicar estos fenómenos. E x -
sición de los -sentidos, El fenómeno de la
plicaciones satisfactorias solamente las d á
visión por el epigastro. Absurdos porque
el c a t o l i c i s m o , . . . . . V . . . . . .7777 385
seria forzoso pasar 360
Cap, X X X I , P o r qué no se demuestra
Cap, XXVIIT, El magnetismo no ex*
que el magnetismo no e x p l i c a los fenóme-
plica los fenómenos psicológicos, Y en prU
nos mágicos, unitivos ó mixtos. Teorías
mer lngar, la vista á distancia. Demostra-
que quedan refatadas cou las razones que
ción. No explica la penetración de los pen *
se han alegado contra aquel finido. C a -
Sarniento?. Los dos ojos, interior y exterior
rácter genérico de estas razones. Se ensa-
de Grorres. Insuficiencia de esta hipótesis. 369
y a su aplicación. L a invención sucesiva
Cap, X X I X , Don de lengua?. El mag- de tantas hipótesis prueba que ninguna es
netismo no lo explica, Se demuestra. La verdadera. L a boga pasajera que han te-
significación de las palabras es convencio- n i d o se debe al espíritu por toda novedad
nal, no está sujeta á leyes invariables, Im- que reina en estas gentes- N a d a significa
posibilidad de aprender en un momento esa boga, tratándose de la verdad. E l rei-
dado la copia de cenocimientos que era me- nado de ésta es eterno. L a verdad se h a
nester para hablar en todas ó machas len- abierto siempre paso, y no ha ocultado la
guas. Explicaciones que dan el abate Loa» única solucion del problema 394
bert y M, Figaier, Refutación, incorree*.
ciones de ciertas respuestas de los médiums, 377
Cap, X X X , Fenómenos extranaturales
FIN DEL INDICE DEL TOMO PRIMERO.
6 sobrenaturales, Manifestaciones ó comunU
cationes espiritas, revelaciones de ultratum- i
ba y profecías, El fluido magnético no las
explica. Causa á que las atribayen M, Fi* 31

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