- Depósito rápido de glucógeno en el hígado a partir de la glucosa post prandial, esto es
muy importante ya que luego de las comidas, la glucemia comienza a descender y esto hace que disminuya de forma importante la insulina y el glucógeno del hígado se transforma de nuevo en glucosa y se libera de nuevo a la sangre para evitar entrar en hipoglucemia. - La insulina facilita la captación y depósito de glucosa en el hígado por medio de : Inactiva la fosforilasa hepática , degrada el glucógeno en glucosa e impide que se degrade el glucógeno que almacenan los hepatocitos Aumenta la captación de la glucosa en sangre debido a que incrementa la actividad de la glucoquinasa, la cual aumenta la fosforilación inicial de la glucosa tras su difusión al hepatocito Fomenta la actividad de las enzimas favorecedoras de la síntesis de la glucógeno, entre ellas, la glucógeno sintetasa. - En los casos en los que la glucosa del hepatocito es superior a la cantidad que puede almacenarse la insulina va a favorecer la conversión de este exceso en ácidos grasos, los cuales se empaquetarán en triglicéridos dentro de las lipoproteínas de muy baja densidad, transportadas a través de la sangre hacia los adipocitos, para almacenarse como grasa. - Inhibe la gluconeogénesis, debido a que inhibe las enzimas hepáticas necesarias para este proceso, parte de este efecto se debe a la acción de la insulina sobre el músculo, reduciendo la liberación de aminoácidos.
El hígado libera glucosa entre las comidas todo ello se da por una serie de pasos:
1. Con el descenso de la glucosa en sangre se disminuye la síntesis de insulina por el
páncreas. 2. Se eliminan todos los efectos antes descritos. 3. La falta de insulina activa a la fosforilasa que produce la degradación de glucógeno a glucosa fosfato. 4. La glucosa fosfatasa, ahora activa, separa el radical fosfato de la glucosa y permite que esta pueda salir a la sangre.
El 60% de la glucosa se almacena en el hígado luego de la comida.