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revueltos
La asociatividad y el comercio justo como posible medida para
disminuir los problemas de la diversidad productiva agropecuaria
en el Perú. Caso Iniciativa Papas Andinas.
El presente ensayo utiliza tres términos que es necesario definir para su cabal
comprensión. El primero de ellos es el de pequeños agricultores, que según Fernando
Eguren, Presidente en el año 2009 del Centro de Estudios Peruanos (CEPES) se
refiere a una vasta cantidad de agricultores que se diferencian por estar insertos en el
mercado con cultivos comerciales, por ser monoproductores que suelen exportar sus
producciones y por usar sus producciones tanto como para comercializar como para la
autosubsistencia.
Por otro lado, la asociatividad es definida por varias fuentes como un mecanismo
para que las poblaciones productoras más vulnerables enfrenten los desafíos que la
globalización trae consigo. En el caso peruano, existen seis tipos de formas jurídicas de
asociatividad contempladas en la normatividad vigente, éstas son las Cooperativas
Agrarias o Agrícolas, las Cooperativas de Trabajadores, las Cooperativas de Usuarios,
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las Sociedades Agrícolas de Interés Social, las Asociaciones y las Sociedades
Anónimas (Pérez, Camacho y Equipo APOMIPE 2010), de las cuales, las Asociaciones
son las más comunes entre los agricultores peruanos.
Las ventajas que la asociatividad trae a los pequeños agricultores son que, al
ser medidas estratégicas colectivas, se pueden obtener beneficios individuales
mediante acciones conjuntas, disminuyendo los costos y cargas laborales (OTOYA
2010). Asimismo, para insertarse en el mercado, se les facilitará el proceso al cumplir
con los requisitos por pertenecer a una forma asociativa reconocida legalmente. Por
último, esta condición también los favorece al buscar relacionarse con los demás
actores pertenecientes a las cadenas productivas, es decir, comerciantes, clientes,
financieras, etc.
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consumidores, organizaciones de certificación e importadores, las cuales se basan en
un interés compartido con equidad, colaboración y confianza. Por otro lado, los
objetivos del comercio justo son obtener condiciones más justas para los productores
marginados y, con el apoyo de los consumidores, revolucionar las prácticas y reglas del
comercio internacional (Johnson 2003).
Una definición parecida es la que la FLO presenta: el comercio justo como una
alternativa frente “al comercio convencional y se basa en la cooperación entre
productores y consumidores”. El objetivo es ofrecer condiciones comerciales más
justas y beneficiosas para los productores. Por otro lado, el comercio justo es para los
consumidores una forma de combatir la pobreza desde sus compras diarias (FLO
2010).
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Soto 2010). Según el último censo agropecuario realizado en el país, “el 92% de
unidades agropecuarias tenía menos de 20 hectáreas y el 72% de agricultores
manejaba unidades menores a 5 ha. (Alvarado 2009)
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La forma de participar de estas transnacionales en el mercado trae consigo
consecuencias sociales y medioambientales desventajosas para muchos otros actores
de la sociedad. Por ejemplo, el plátano es un producto que se cultiva en América del
Sur, y el 90% de las exportaciones van para América del Norte y Europa, volviendo
muy dependientes a los primeros de los segundos. Asimismo, el mercado del plátano lo
dominan en un 85% tres multinacionales estadounidenses, las cuales evidencian
condiciones de trabajo y de vida inaceptables para sus proveedores (agricultores), la
desaparición de formas de agremiación y el deterioro del ambiente, debido a la gran
cantidad de insumos químicos utilizados y métodos de producción intensiva. Esta y
otras razones han generado la dependencia de los países del Sur de los países del
Norte, deviniendo en que los primeros se especialicen en productos de exportación,
perdiendo autonomía económica y desarticulando territorios que pasan de ser espacios
para vivir a espacios para producir (Johnson 2003).
Es entonces cuando el comercio justo nace como medida para enfrentar las
desigualdades que el comercio internacional trae a los países y las poblaciones más
vulnerables del mundo. La toma de consciencia por parte de los consumidores acerca
de los problemas sociales y ambientales que el comercio internacional trae fomentó el
primer sello de comercio justo entre organizaciones holandesas y organizaciones de
productores de café en México (Johnson 2003).
Max Havelaar introdujo el sello de café justo en 188 para el caso mencionado en
el párrafo anterior. Este sello pretendía señalar que las condiciones de producción y
comercialización del producto fueron monitoreadas. Esta medida permite abrir más
puntos de venta dada la potencialidad de venta que el producto ofrece. Este modelo se
replicó en diversas partes del mundo durante la década de los 80: Max Haavelar
(Bélgica, Suiza, Dinamarca, Noruega y Francia), Transfair (Alemania, Austria,
Luxemburgo, Italia, USA, Canadá y Japón), Fairtrade en el Reino Unido e Irlanda,
Rättvisemärkt en Suecia y Reilu Kauppa en Finlandia (FLO 2010).
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certificaciones mundiales, logrando lanzar en el 2002 la FAIRTRADE Certification Mark.
En el 2007, FLO se divide para convertirse en FLO, estándares de comercio justo y
FLO-CERT, inspectora que certifica organizaciones de productores y auditorías. Hoy en
día se ha logrado que productores pertenezcan a la mesa directiva de FLO (FLO 2010).
En el Perú, existe desde el año 1997 el Grupo Red de Economía Solidaria del
Perú (GRESP), el cual fomenta la creación de Grupos de Iniciativa de Economía
Solidaria (GIES) que trabajan el desarrollo económico en el país y a nivel internacional.
También ha creado la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético y es miembro
fundador de la Red Intercontinental de Promoción del la Economía Solidaria (RIPESS)
y de la Mesa de Coordinación Latinoamericana de Comercio Justo. GRESP busca
desarrollar una propuesta teórica de Economía Solidaria y trabajar procurando el
desarrollo integral de las personas, la equidad de género y la institucionalización de la
democracia, por lo que el comercio justo es uno de sus ejes temáticos, entre otros
(GRESP 2009).
Por otra parte, la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético apoya a los
agricultores orgánicos en la inserción a mercados, influye en decisiones políticas en pro
de los pequeños productores y hace campañas para fomentar el consumo ético, que se
define como la actitud del consumidor que prefiere comprar productos que hayan
considerado la ética en el trato del factor humano en la producción y sean amigables
con el medio ambiente. Entre sus miembros se encuentran la Junta Nacional del Café,
la Red de Agricultura Ecológica del Perú, la Central Interregional de Artesanos del
Perú, entre otros que en total suman 28 instituciones integrantes (CIAP s/f).
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Sin embargo, dentro de esta red no se encuentra la Iniciativa Papas Andinas,
que nació del reciente éxito que presentan los cultivos de papas andinas en su relación
con el mercado de hojuelas de papas fritas.
La meta del CIP es proveer una fuente de ingresos potencial para las
comunidades agrícolas altoandinas. Este proyecto busca preservar una parte integral
de de la biodiversidad y cultura de los cultivos de papas andinas creando
oportunidades de mercado para ellos. Además, busca preservar la calidad genética de
las especies de papas nativas iniciando desde las mismas parcelas de los agricultores.
Por otro lado, el logro sirvió de base para que se creara una alianza público
privada con el fin de promover el comercio de papas nativas con responsabilidad social
y desarrollando tecnología y capacidades para aumentar la competitividad de los
pequeños agricultores. El resultado de esto fue la creación de la “Iniciativa Papas
Andinas”, la cual promueve el uso de papas nativas y desarrolla acuerdos basados en
el comercio justo para la comercialización de estas (CIP 2007: 22, 23).
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siendo la papa un producto cuya característica es su diversidad de tipos, se vuelve un
caso controversial para cumplir con dichos estándares.
Esta amplia variedad puede ser vista como un beneficio, pero también una
desventaja, ya que según los estándares comerciales y teniendo en cuenta la
heterogeneidad de la población de pequeños agricultores, sería muy difícil insertar en
el mercado a estos productores.
Por otro lado, existe un miedo por parte de los países desarrollados en
referencia a perder sus estándares por tener que adecuarse a los países más
vulnerables. Esto es comparado con cambiar a estándares bajos y en consecuencia
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con la pérdida de competitividad. Sin embargo, nada asegura que los altos estándares
impuestos por los países dominantes hayan sido establecidos para imponer costos
altos a los demás países que no pueden alcanzarlos.
Por otra parte, si bien las normas de certificación deben ser flexibles, es
oportuno mencionar que deben existir ciertas reglas básicas para participar en el
mercado internacional, con el fin de que todos los actores cuenten con una cantidad de
derechos y deberes comunes. Es por ello que la asociatividad es una buena opción
para cadenas productivas de cultivos como las papas nativas, ya que las provee de los
requisitos legales y la generación de capital social necesario para comercializar con las
grandes empresas internacionales y no sucumbir en el intento.
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Además, la asociatividad toma en cuenta factores intrínsecos y extrínsecos de
las asociaciones que pueden convertirse en competencias distintivas, lo cual fortalece
su posición frente a otras agrupaciones comerciales del mismo producto. En el caso de
las papas nativas, además de los valores nutricionales que brindan, son un producto
exclusivo de las zonas altoandinas peruanas.
Las teorías que defienden que el aumento del comercio produce tasas de
crecimiento sostenido más rápido toman en cuenta la importancia del conocimiento, el
aprendizaje y el capital humano para la especialización y la innovación. Sin embargo,
los países en desarrollo no cuentan con dichas capacidades desarrolladas, incluso a
niveles pequeños, pero a través de la asociatividad, es mucho más fácil comenzar con
su desarrollo.
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En ese contexto, los Estados deberían promover desde sus fortalezas internas
que sus industrias se desarrollen, y en el caso peruano agropecuario, se puede lograr a
través de la promoción y fortalecimiento de asociaciones de pequeños productores que
comercialicen según los parámetros del comercio justo, para adquirir mayores
beneficios que les permitan salir más rápido y de manera sostenible de su situación de
marginalidad y vulnerabilidad.
Bibliografía
CEPES
http://www.cipotato.org/publications/annual_reports/2007spa/0302_ltrd.asp
CIAP
www.ciap.org/Old/marcha/Volanteword.doc
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ECONOMIC ANAYSIS
1997 “Fair Trade and Harmonization – Prerequisites for free trade?” Por: Jagdish N.
Bhagwati y Robert E. Hudec. Consulta: 29/11/2010
EMPRENDER
http://www.fairtrade.net/history_of_fairtrade.html
http://www.gresp.org.pe/nosotros.php
2010 “¿Por qué una iniciativa de papas andinas?” y “Mas de 4000 variedades”.
Consulta: 29/11/2010.
http://www.papasandinas.org/home.html
INTERCOOPERATION
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MINKA
http://www.minkaperu.com/public.html
PROMPEX
http://www.prompex.gob.pe/prompex/documents/miercoles_exportador/2006/03-
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STIGLITZ, JOSEPH
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