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Ahora bien, a esta mezcla indignante se ha agregado un ingrediente más, el Covid-19.

Las
personas que inicialmente se encontraban en bajas condiciones de calidad de vida, ahora se
enfrentan al aislamiento, a los despidos, a los desalojamientos; en síntesis, a una situación de
carencia aún más generalizada. Frente a esto, no niego la existencia del virus; pero mi percepción
me indica que es una herramienta de control social, un ejercicio biopolítico contemporáneo.
Agamben (2020) sostiene que la idea misma de contagio transforma a cada sujeto en un
potencial untador -haciendo referencia al desarrollo de la peste en Milán durante el año 1576-;
argumento que, llevado a mayor profundidad, convierte a cada persona en un terrorista en
potencia. “Particularmente invisible es la figura del portador sano o precoz, que contagia a una
multiplicidad de individuos sin que uno se pueda defender de él, como uno se podía defender del
untador” (p. 32), el untador de 1576 se convirtió en el portador del 2020. Podemos estar
presenciando otra evolución del Panóptico de Bentham (citado en Foucault, 1976). Por su parte,
Han B.C. (2020), enfatiza en el control que China logró ejercer sobre el virus gracias a la
manipulación del Big Data, un tipo de biopolítica digital que se puede convertir en una respuesta
para la sociedad occidental. “A la vista de la epidemia quizá deberíamos redefinir incluso la
soberanía. Es soberano quien dispone de datos. Cuando Europa proclama el estado de alarma o
cierra fronteras sigue aferrada a viejos modelos de soberanía” (p. 102), o de forma más explícita,
“China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la
pandemia” (p.110).

Importancia del pensamiento crítico y ético. Necesidad de pensamiento crítico (Artículo Wilson) +
ética del autocuidado (Foucault)

https://razonpublica.com/aislamiento-disciplina-impuesta-construccion-social-del-autocuidado/

En medio de esta confluencia de dinámicas inequitativas, Fe y Alegría, a través del Colegio


Soacha para Vivir Mejor, hace una apuesta por la intervención educativa en un sector
gravemente afectado por la desigualdad. En este sentido, la propuesta educativa de esta
comunidad parece plantearse como una solución a la situación dispar de la nación; aspecto de
gran importancia al tomar en cuenta el rol de la educación y, consecuentemente, de las
instituciones educativas en la sociedad. Para explicitar el rol mencionado, es fundamental hacer
el ejercicio en orden. ¿Qué significa le término educación? Como evidencian Díaz y Alemán
(2011), este constructo proviene etimológicamente del latín educare y educere; el primer término
significa proporcionar lo necesario desde afuera, mientras el segundo hace referencia al proceso
de extracción, “sacar algo que ya estaba dado de antemano” (p.3). Al integrar ambos conceptos,
establezco que la educación, como fenómeno, hace referencia a proporcionar los elementos
exteriores necesarios para extraer o explotar potencialidades internas. Sin embargo, como
institución, no siempre cumple con estas ideas. Berger y Luckmann (1968) sostienen que “Las
instituciones, por el hecho mismo de existir, también controlan el comportamiento humano
estableciendo pautas definidas de antemano que lo canalizan en una dirección determinada, en
oposición a las muchas otras que podrían darse” (p.76); al ser productos históricos (Berger y
Luckmann, 1968), están bañadas de la subjetividad del contexto en el que se produjeron,
incluyendo posibles intereses específicos. Por su parte, Bruner (1996) considera que:

Culturalism takes as its first premise that education is not an island, but part of the
continent of culture. It asks first what function education serves in the culture and what
role plays in the lives of those who operate within it. Its next question might be why
education is situated in the culture as it is, and how this placement reflects the distribution
of power, status, and other benefits. (p.11)

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