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III.

ASPECTOS MECÁNICOS DE LA ARTICULACIÓN DE LA


PELVIS:

La cintura pélvica está constituida por 4 huesos: un hueso sacro, el coxis y dos huesos
coxales.

Huesos que conforman la pelvis. () ilíaco; () sacro y () cóccix.

La pelvis tiene forma de embudo. Su estructura posee algunas características


diferenciales en el hombre y en la mujer. Es más ancha en las mujeres para
poder albergar al feto durante la gestación y posee un estrecho inferior más
amplio para facilitar el parto.

Morfología de la pelvis.

La cintura pelviana, debe responder a funciones estáticas y dinámicas:


Para la estática, es imprescindible una correcta coherencia de las tres piezas que
la componen. El estudio del recorrido de las fuerzas descendentes y ascendentes
que convergen hacia la pelvis demuestra la ingeniosidad de su arquitectura.
Para la dinámica, la cintura pelviana debe presentar una movilidad conjunta, pero
también una posible deformabilidad entre estas tres piezas para que puedan
adaptarse a las fuerzas asimétricas. Las alas ilíacas serán importantes brazos de
palanca para las cadenas musculares del tronco, pero también para las cadenas
musculares del miembro inferior. La movilidad ilíaca condicionará la estática y la
dinámica de los miembros inferiores.
Las alas ilíacas presentan dos principales movilidades:
1. la movilidad en anterioridad - posterioridad,
2. la movilidad en apertura - cierre.
La pelvis representa un sistema clave en el reparto mecánico de las fuerzas que
llegan desde la columna vertebral en dirección descendente y las fuerzas
ascendentes, originadas por el vector de reacción del suelo, que llegan a la
pelvis a través de la articulación coxofemoral.

Estos cuatro huesos se unen a través de 4 articulaciones.

 Dos articulaciones sacroiliacas (), que unen cada iliaco con el hueso
sacro, constituyen diartrosis.

 Una sínfisis del pubis (), que une por delante las dos ramas púbicas del
coxal, formando una diartro-anfiartrosis mecánica.

 Una articulación sacrocoxígea (), que une el hueso sacro con el coxis,
que para algunos autores se corresponde con una artrodia.

Articulaciones de la pelvis: articulación sacroilíaca (), articulación sacrocoxígea () y


articulación de la sínfisis del pubis ().

III.1. ARTICULACIÓN SACROILIACA

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Artrodia con una angulación semilunar de las carillas articulares. Al nacer la
orientación es más longitudinal, la semilunar se adquiere con las cargas.
El fibrocartílago comienza a degenerarse a los 30 años en hombres y a los 40 en
mujeres (más tardío debido a la gestación) pudiendo bloquear la articulación. Hay
una potente cápsula articular (principalmente por delante) reforzada por
ligamentos que le engrosan en su parte anterior aunque no limitan el movimiento
por ser mecánicamente débiles, son los ligamentos anteriores o sacroiliacos
ventrales.
Está rodeada de músculos muy potentes que se encargan de la movilidad y la
estabilidad dinámica de la articulación. También se encargan de mantener los ejes
del movimiento triplanar.
Sistema ligamentoso de la articulación sacroiliaca:
- Ligamento interóseo: el más potente y estabilizador.
- Ligamento sacroiliaco.
- Ligamento iliolumbar.
- Ligamento sacrotuberoso o sacrociático mayor.
- Ligamento sacroespinoso o sacrociático menor.
III.2. MODELO PANJABI
El equilibrio de las articulaciones supone su correcto funcionamiento y viceversa.
Sistema control (neural)
Sistema pasivo
Sistema activo (osteoarticular y ligamentoso) (miofascial)
Estabilidad: depende del llamado “mecanismo de cierre o autobloqueo” que a su
vez depende de:
Diseño anatómico: la pelvis se dispone en forma de cuña o triángulo invertido para
ser la “piedra angular del arco romano” y así autobloquearse. Esto es importante
pues la dirección de las fuerzas es extremidades-sacro-articulación sacroiliaca.
Las partes distales del arco están sujetas por los ligamentos sacroiliaco posterior,
sacrociático mayor y menor y por los músculos cocígeo y periforme. La orientación
de las carillas en semiluna contrarresta las traslaciones verticales y
anteroposteriores evitando una posible luxación. Los músculos del suelo pélvico y
el engranaje de las superficies articulares con aparición de las regularidades
contribuyen a ello.

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Las fuerzas mantienen el cierre y son originadas por 2 sistemas, que originan la
nutación: la nutación estabiliza la articulación sacroiliaca porque tensa los
ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso. En la nutación se abre el estrecho
inferior de la pelvis cerrándose la superior. También ocurre que el promontorio y el
coxis se adelantan originando la separación de las tuberosidades isquiáticas y
acercando las alas iliacas. La nutación es el movimiento más amplio en el
nacimiento tras salir la cabeza del bebe (previamente ha habido una
contranutación para encajar la cabeza en la salida). No sólo son movimientos del
momento del parto sino que se dan continuamente al andar: en la fase de
balanceo con la pierna se produce la nutación y con la pierna apoyada ocurre la
contranutación.
Unidades miofasciales internas y externas: las unidades externas se componen de
3 sistemas,
- Sistema oblicuo: el sistema oblicuo posterior está constituido a través de la fascia
toracolumbar, dorsal ancho y glúteo mayor contralateral en contracción
simultánea, se estabiliza así la articulación sacroiliaca. El sistema oblicuo anterior
se compone de los abdominales oblicuos mayor y menor de un lado a través de la
fascia abdominal hasta los aductores de la cadera del lado contralateral. Tiene
inserción en la sínfisis del pubis estabilizando ésta directamente e indirectamente
a la articulación sacroiliaca.
- Sistema profundo longitudinal: unión del erector espinae, ligamento
sacrotuberoso y bíceps femoral a través de la fascia toracodorsal en su lámina
más profunda. Estabiliza la articulación sacroiliaca.
- Sistema lateral: unión del glúteo menor y medio y aductores de cadera
contralaterales. Estabiliza durante la marcha en el plano frontal.
III.3. MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA
Para algunos esta articulación es considerada una anfiartrosis, por lo tanto no es
capaz de realizar movimientos salvo en el momento del alumbramiento en la
mujer. En realidad es una falsa anfiartrosis, ya que es capaz de realizar
movimientos ligeros de rotaciones y deslizamientos.  
Por tanto la pelvis posee gran importancia en el equilibrio inestable de la columna
vertebral, ya que cualquier discordancia en la primera repercutirá inevitablemente
en la segunda, por lo cual podríamos considerarla una unidad funcional. Las
articulaciones sacroilíacas son el relevo entre la columna vertebral que es flexible
por encima y la estabilidad de la pelvis por debajo.
Las superficies articulares del sacro y el ilion se caracterizan por la presencia de
elevaciones y depresiones que hacen difícil determinar que superficie articular es
cóncava y cúal es convexa. Para efectos prácticos, Kaltenborn, confecciona un
modelo mecánico donde el sacro es una cuña encajada entre los dos ilíacos por lo

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cual considera a esta, la superficie cóncava y a aquella, la cóncava. 
Se considera que el sacro forma parte de las vértebras lumbares, y que los ilíacos
forman parte de los miembros inferiores

 Movimientos de ilíaco sobre sacro


Las alas ilíacas presentan dos principales movilidades: 1. la movilidad en
anterioridad – posterioridad; y la movilidad en apertura – cierre
Rotación anterior del ilíaco. El ala ilíaca realiza una rotación alrededor de un
centro: la cabeza del fémur. Por tanto hay un descenso de la espina ilíaca
antero superior y un ascenso de la postero superior. Una anterioridad bilateral
provocará lo que conocemos como anteversión pélvica. Kaltenborn denomina
al movimiento como rotación ventral.
Rotación posterior del ilíaco. El ala iliaca realiza una rotación posterior alrededor
de la cabeza del fémur. Aquí sucede todo lo contrario que en el movimiento
anterior, una ascenso de la EIAS y un descenso de la EIPS. Tendremos a su vez
en la suma bilateral del movimiento una retroversión pélvica. Kaltenborn la
denomina rotación dorsal.
Apertura ilíaca. Alrededor de un eje oblicuo, el ilíaco realiza un movimiento de
apertura que implica: la cresta ilíaca hacia fuera, hacia delante y hacia abajo (en
relación al eje); la rama isquio – pubiana, hacia adentro, hacia atrás y hacia arriba
(en relación al eje); el sacro se verticaliza durante la apertura de los ilíacos.
Cierre ilíaco. Alrededor del eje oblicuo tenso de la sacro ilíaca en el pubis, el ilíaco
realiza un movimiento de cierre que implica: la cresta ilíaca hacia adentro, hacia
atrás y hacia arriba (en relación al eje); la rama isquio – pubiana hacia fuera, hacia
delante y hacia abajo (en relación al eje); el sacro se horizontaliza durante el cierre
ilíaco. 

 Movimientos de sacro sobre ilíaco


Para Kaltenborn el sacro posee movimientos en tres ejes:
Movimientos alrededor del eje frontal, se produce principalmente en el polo
superior del sacro. Cuando la base del sacro se mueve en sentido ventrocaudal
en relación con ambos ilíacos, el movimiento recibe el nombre de nutación. El
movimiento opuesto de la base en sentido dorsocraneal, se denomina
contranutación.
Movimientos alrededor del eje sagital, se produce en el polo inferior del sacro y se
denomina flexión lateral a la derecha y a la izquierda. Durante la flexión lateral a la
derecha, el polo superior derecho del sacro se mueve en sentido caudal, y el polo
izquierdo se mueve en sentido craneal.
Movimientos alrededor del eje vertical o longitudinal, se produce principalmente en
el polo superior del sacro y se describe como rotación a ala izquierda y a la

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derecha. Cuando el lado derecho se mueve en sentido ventral, el lado izquierdo se
mueve en sentido dorsal.
III.4. EXAMEN DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA: PRUEBAS DE
PROVOCACIÓN
Las pruebas de provocación son un método utilizado comúnmente para el
diagnóstico del dolor procedente de la articulación sacroilíaca. Estos materiales
detallan varias maniobras usadas para aislar la articulación sacroilíaca como la
fuente del dolor. 
Comentarios de las pruebas en general:

 Para obtener un resultado positivo en una prueba, esta debe reproducir el


dolor habitual del paciente en la región de la articulación sacroilíaca.

 Si bien 1 prueba positiva genera sospechas, 3 o más pruebas positivas


indicarían que la articulación sacroilíaca genera el dolor.

 Según el estudio de Laslett, 3 o más pruebas de provocación positivas


arrojan una sensibilidad del 91% y 78% de especificidad. 1 Según el estudio
de Szadek, las pruebas de compresión y empuje de muslo tienen ambas
una buena validez diagnóstica singular. 2
 
 DISTRACCIÓN
Aplica fuerzas de tracción en la cara anterior de las articulaciones sacroilíacas

 El paciente se encuentra en decúbito supino y se le pide que coloque su


antebrazo detrás de su columna lumbar para dar apoyo a la lordosis
natural.

 Se coloca una almohada debajo de las rodillas del paciente. El examinador


coloca sus manos en las caras anterior y medial dela columna ilíaca
anterior superior izquierda y derecha del paciente con los brazos cruzados y
los codos rectos.

 El examinador se inclina hacia el paciente para aplicar una presión lenta y


constante.

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 EMPUJE DEL MUSLO
Aplica esfuerzo de corte anteroposterior sobre la articulación sacroilíaca 

 El paciente se encuentra en decúbito supino con el lado de la cadera


afectada flexionada a 90 grados. El examinador estabiliza con la mano a la
pelvis en la columna ilíaca anterior superior (ASIS, por sus siglas en inglés)
opuesta.

 El examinador se para en el mismo lado que la pierna flexionada. El


examinador ejerce una presión creciente constante a través del eje del
fémur.

 FABER - (Flexion, ABduction, External Rotation) (Flexión, Abducción,


Rotación Externa) 
Aplica fuerza de tracción en la cara anterior de las articulaciones sacroilíacas del
lado sometido a prueba. 

 El paciente se encuentra en decúbito supino mientras el examinador cruza


el pie del lado afectado sobre el muslo del lado opuesto. El examinador
estabiliza con la mano a la pelvis en la columna ilíaca anterior superior
(ASIS, por sus siglas en inglés) opuesta.

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 Se aplica y se incrementa de manera constante una fuerza suave en la
rodilla del lado afectado del paciente, lo que exagera el movimiento de
flexión, abducción y rotación externa de la cadera.

 COMPRESIÓN
Aplica una fuerza de compresión en las articulaciones sacroilíacas 

 El paciente se coloca en una posición de decúbito lateral, con el lado


afectado hacia arriba, de espaldas al examinador, con una almohada entre
las rodillas.

 El examinador aplica una presión constante hacia abajo a través de la cara


anterior del hueso ilíaco lateral, entre el trocánter mayor y la cresta ilíaca.

 GAENSLEN
Aplica esfuerzo de torsión en las articulaciones sacroilíacas 

 El paciente se encuentra en decúbito supino con el lado de la pierna


afectada cerca del borde de la camilla. Por razones de seguridad, los
hombros del paciente se colocan hacia el centro de la camilla.

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 El paciente luego flexiona completamente el lado no afectado de la pierna y
mantiene la rodilla flexionada. El examinador estabiliza la pierna con su
mano colocada sobre la mano del paciente. Esta acción mantiene al hueso
ilíaco sobre el lado no sometido a prueba en una posición ligeramente
posterior y estable durante la maniobra.

 El examinador sostiene la pierna del lado cercano mientras la baja de la


camilla. El examinador luego aplica una fuerza constante hacia abajo hacia
el muslo distal del paciente sobre el lado afectado mientras que aplica
simultáneamente una fuerza constante de “flexión de cadera” sobre la
rodilla del paciente sobre el lado no afectado.

IV. ASPECTOS MECÁNICOS DE LA ARTICULACIÓN DE LA


CADERA:

IV.1. ARTICULACIÓN COXOFEMORAL:


La articulación de la cadera o articulación coxofemoral es una enartrosis
de tipo esferoidal muy estable que se da entre la cabeza esférica del
fémur y la cavidad cotiloidea o acetábulo del hueso coxal. Estas dos
estructuras que la forman está muy adaptadas la una a la otra, lo que
confiere una gran estabilidad a la articulación, encajan a la perfección.
Las principales funciones de esta articulación son las de dar estabilidad
al cuerpo, soportar su peso y orientar el miembro inferior en todas
direcciones, es por ello que juega un papel fundamental en la
locomoción.

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Fig. 1: Articulación coxofemoral
IV.2. ACETÁBULO COXAL:
Esta estructura deriva de la fusión de los tres huesos de la
cadera: ilion, isquion y pubis.

Fig. 2: Acetábulo.
No es una esfera completa, pero la cavidad cotiloidea consigue aumentar en
profundidad gracias a un reborde de fibrocartílago, el RODETE ACETABULAR o
cotiloideo, que llega a envolver la cabeza del fémur casi por completo y mejora la
estabilidad. Este rodete cartilaginoso continúa a través de la escotadura
isquiopubiana convertido en LIGAMENTO TRANSVERSO capsular. 
En el fondo del acetábulo no hay fibrocartílago, sino una especie de bolsa de
grasa vascularizada denominada ALMOHADILLA DE HAVERS.
Tampoco la superficie articular ocupa todo el acetábulo, sino que la parte
recubierta por cartílago hialino tiene forma de media luna (ceja cotiloidea).

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IV.3. CABEZA DEL FÉMUR:
La cabeza del fémur se presenta como una esfera convexa cubierta de cartílago
hialino. En su centro articular hay un hueco, la fosita o fóvea, por la cual se inserta
el ligamento que mantiene unida la articulación, este es el LIGAMENTO
REDONDO.
El ligamento redondo o ligamento de la cabeza del fémur es intraarticular, mide
unos 3 cm aproximadamente y va desde el punto medio de la cabeza del fémur
hasta unirse con el acetábulo. Alberga en su interior una arteria que riega la
cabeza del fémur.

IV.4. CÁPSULA ARTICULAR:


Es la cápsula de fibrocartílago que recorre el borde de la cavidad cotiloidea
(también el rodete y el ligamento transverso). Se repliega para cubrir el cuello del
fémur, donde finalmente se inserta. Estas fibras, llamadas retinaculares,
acompañan arterias relevantes en la irrigación femoral.

La cápsula es laxa en general, se vuelve más densa en las regiones anterior y


superior debido a la orientación del fémur y a los requerimientos en esas zonas.

La unión entre las superficies articulares es muy fuerte y, además, del hueso coxal
salen tres ligamentos que refuerzan aún más la articulación. Estos 3 ligamentos
son:

 LIGAMENTO ÍLEOFEMORAL: tiene forma de Y invertida. Es unos de los


ligamentos más fuertes del cuerpo. Su origen está en la espina ilíaca
anteroinferior y se inserta en la zona intertrocantérea.
 LIGAMENTO PUBOFEMORAL: sale de la rama superior del pubis. Supone
un refuerzo de la parte inferior. No es un ligamento muy fuerte, pero ayuda
evitando la separación excesiva del muslo.
 LIGAMENTO ISQUIOFEMORAL: es el más débil. Va describiendo una
espiral desde la zona posterior de la articulación hacia arriba. Su labor
principal es impedir la hiperextensión.

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Fig.3: Ligamentos de refuerzo.

En cuanto a los MOVIMIENTOS, al ser una articulación de tipo enartrosis,


podemos moverla en todas direcciones. Los músculos motores principales son los
más grandes y con las inserciones más distales.

 FLEXIÓN. Los principales músculos que la posibilitan son el psoas y el


ilíaco. Tomamos como referencia el eje transversal. Esta limitado porque el
muslo llega a topar con el abdomen o por la tensión en los isquiotibiales si
la rodilla está extendida. 120º máximo si la rodilla está flexionada.
 EXTENSIÓN. El músculo principal es el glúteo mayor, pero participan
también los isquiotibiales. El ángulo máximo es de 20º, limitado por la
tensión del ligamento ileofemoral.
 ADUCCIÓN. Este movimiento dio nombre a los principales músculos que
participan en él, los aductores (largo, corto y mayor). La contracción de los
aductores es esencial para caminar, correr o andar a la pata coja.
 ABDUCCIÓN. Este movimiento se da si se contraen los músculos glúteos
medio y menor.
 ROTACIÓN. La rotación medial (hacia dentro, hacia el plano sagital)
depende de los músculos glúteo medio y menor, y está limitado por la
tensión de los rotadores laterales y el ligamento En la rotación lateral
participan una gran variedad de músculos (piriforme, obturador interno y
externo, géminos, cuadrado femoral, glúteo mayor y sartorio). En la rotación
lateral el factor limitante es la tensión de los rotadores medios y del
ligamento ileofemoral.
 CIRCUNDUCCIÓN. Este movimiento es una combinación de casi todos los
anteriormente mencionados.

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Fig. 4: Movimientos articulación coxofemoral

La articulación de la cadera, unión coxofemoral, es una articulación par y simétrica


que une los miembros los inferiores a la cintura pélvica (Fig.1). Constituye el tipo
más perfecto de enartrosis mecánica: esfera maciza (Fig.2) encajada en una
hemiesfera hueca (Fig. 2•), cuyo movimiento es triaxial. Los ejes instantáneos de
movimiento son múltiples, agrupándose en el centro geométrico de la cabeza
femoral

Figura 1. Unión coxofemoral:


establecida entre el acetábulo del
coxal y la cabeza del fémur.

Figura 2.
Articulación
coxofemoral,

enartrosis mecánica: hemiesfera hueca (acetábulo) y esfera maciza (cabeza


del fémur).
Los movimientos que realiza esta articulación son los siguientes:

En el plano sagital y alrededor de un eje transversal, se realiza la


flexión/extensión.

En el plano frontal y alrededor de un eje anteroposterior, se produce el


movimiento de la abducción / aducción.

En el plano transverso y alrededor de un eje vertical, se efectúan los


movimientos de rotación interna/externa.
La superficie articular del fémur corresponde a la cabeza femoral (epífisis
proximal) que representa, aproximadamente, 2/3 de una esfera maciza. En
condiciones normales, la cabeza del fémur está inclinada en relación a la diáfisis,

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formando el ángulo de inclinación, también denominado ángulo cervicodiafisario, y
cuyo valor normal puede variar de entre 125° y 135° (Fig.3B). Al nacimiento este
ángulo está aumentado casi en 45°, y se va modificando por el efecto de las
fuerzas
que recaen sobre la cadera (Fig.3A). Es mayor la plasticidad en los primeros años
de la vida, modificándose en los ancianos con menor intensidad (Fig.3C). Los
cambios patológicos en este ángulo conducen a una posición anormal de la
pierna.

Figura 3. Ángulo cervicodiafisario valores al nacimiento (A); en el adulto


sano (B) y en el anciano (C).
El ángulo de declinación femoral (o de torsión femoral) se constituye entre la línea
que atraviesa la zona central del cuello del fémur y la línea transversal que une
ambos cóndilos femorales (Fig. 4). En condiciones de normalidad tiene un valor de
12°, con un rango de variabilidad entre 4° y 20°. Cuando es mayor de 15° se habla
de ante versión femoral y cuando es menor de 8° de retroversión femoral. Este
ángulo es mayor al nacimiento (40°- 45° mayor) y se va corrigiendo según se
conforma la articulación coxofemoral definitiva. En aquellas personas que por
posiciones incorrectas al sentarse eviten esta corrección fisiológica (sentarse en
W), pueden presentar ante versión patológica de la cabeza femoral que se traduce
en un aumento de la rotación interna de la pierna (rótula) a la marcha y otros
condicionantes mecánicos sobre la cadena dinámica de la extremidad inferior.

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Figura 4. Ángulo de declinación femoral normal y patológica.
Para explorar la torsión de la cabeza femoral, se coloca al paciente en decúbito
supino y se orienta el trocánter mayor del fémur paralelo a la camilla de
exploración, observando la posición de la rótula, que en condiciones de
normalidad debe mirar al cenit y el pie estar correctamente alineado (Fig. 5).

Figura 5. Ángulo de declinación femoral normal; exploración de la rótula con


trocánter mayor paralelo a la camilla.
Cuando el ángulo de declinación del fémur es mayor de lo normal (15°), para
articularse con el coxal debe realizar una rotación interna, con lo cual la rótula
quedará orientada hacia medial y el pie se desplaza hacia adentro (Fig. 6).

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Figura 7. Ángulo de declinación femoral disminuido (retroversión);
exploración de la rótula (rotada hacia lateral) con trocánter mayor paralelo a
la camilla.
Los ligamentos de la articulación son tres. En la cara anterior de la cadera se
sitúan dos: ligamento iliofemoral o ligamento de Bertín (Fig. 8•), con un haz
superior y otro inferior, y el pubofemoral (Fig.8).
Los dos juntos describen una Z, por eso se conocen también como ligamento en
Z de la cadera. Reforzando la articulación de la cadera por la cara posterior
encontramos el ligamento isquiofemoral (Fig. 9).

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