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La cintura pélvica está constituida por 4 huesos: un hueso sacro, el coxis y dos huesos
coxales.
Huesos que conforman la pelvis. () ilíaco; () sacro y () cóccix.
Morfología de la pelvis.
Dos articulaciones sacroiliacas (), que unen cada iliaco con el hueso
sacro, constituyen diartrosis.
Una sínfisis del pubis (), que une por delante las dos ramas púbicas del
coxal, formando una diartro-anfiartrosis mecánica.
Una articulación sacrocoxígea (), que une el hueso sacro con el coxis,
que para algunos autores se corresponde con una artrodia.
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Artrodia con una angulación semilunar de las carillas articulares. Al nacer la
orientación es más longitudinal, la semilunar se adquiere con las cargas.
El fibrocartílago comienza a degenerarse a los 30 años en hombres y a los 40 en
mujeres (más tardío debido a la gestación) pudiendo bloquear la articulación. Hay
una potente cápsula articular (principalmente por delante) reforzada por
ligamentos que le engrosan en su parte anterior aunque no limitan el movimiento
por ser mecánicamente débiles, son los ligamentos anteriores o sacroiliacos
ventrales.
Está rodeada de músculos muy potentes que se encargan de la movilidad y la
estabilidad dinámica de la articulación. También se encargan de mantener los ejes
del movimiento triplanar.
Sistema ligamentoso de la articulación sacroiliaca:
- Ligamento interóseo: el más potente y estabilizador.
- Ligamento sacroiliaco.
- Ligamento iliolumbar.
- Ligamento sacrotuberoso o sacrociático mayor.
- Ligamento sacroespinoso o sacrociático menor.
III.2. MODELO PANJABI
El equilibrio de las articulaciones supone su correcto funcionamiento y viceversa.
Sistema control (neural)
Sistema pasivo
Sistema activo (osteoarticular y ligamentoso) (miofascial)
Estabilidad: depende del llamado “mecanismo de cierre o autobloqueo” que a su
vez depende de:
Diseño anatómico: la pelvis se dispone en forma de cuña o triángulo invertido para
ser la “piedra angular del arco romano” y así autobloquearse. Esto es importante
pues la dirección de las fuerzas es extremidades-sacro-articulación sacroiliaca.
Las partes distales del arco están sujetas por los ligamentos sacroiliaco posterior,
sacrociático mayor y menor y por los músculos cocígeo y periforme. La orientación
de las carillas en semiluna contrarresta las traslaciones verticales y
anteroposteriores evitando una posible luxación. Los músculos del suelo pélvico y
el engranaje de las superficies articulares con aparición de las regularidades
contribuyen a ello.
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Las fuerzas mantienen el cierre y son originadas por 2 sistemas, que originan la
nutación: la nutación estabiliza la articulación sacroiliaca porque tensa los
ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso. En la nutación se abre el estrecho
inferior de la pelvis cerrándose la superior. También ocurre que el promontorio y el
coxis se adelantan originando la separación de las tuberosidades isquiáticas y
acercando las alas iliacas. La nutación es el movimiento más amplio en el
nacimiento tras salir la cabeza del bebe (previamente ha habido una
contranutación para encajar la cabeza en la salida). No sólo son movimientos del
momento del parto sino que se dan continuamente al andar: en la fase de
balanceo con la pierna se produce la nutación y con la pierna apoyada ocurre la
contranutación.
Unidades miofasciales internas y externas: las unidades externas se componen de
3 sistemas,
- Sistema oblicuo: el sistema oblicuo posterior está constituido a través de la fascia
toracolumbar, dorsal ancho y glúteo mayor contralateral en contracción
simultánea, se estabiliza así la articulación sacroiliaca. El sistema oblicuo anterior
se compone de los abdominales oblicuos mayor y menor de un lado a través de la
fascia abdominal hasta los aductores de la cadera del lado contralateral. Tiene
inserción en la sínfisis del pubis estabilizando ésta directamente e indirectamente
a la articulación sacroiliaca.
- Sistema profundo longitudinal: unión del erector espinae, ligamento
sacrotuberoso y bíceps femoral a través de la fascia toracodorsal en su lámina
más profunda. Estabiliza la articulación sacroiliaca.
- Sistema lateral: unión del glúteo menor y medio y aductores de cadera
contralaterales. Estabiliza durante la marcha en el plano frontal.
III.3. MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA
Para algunos esta articulación es considerada una anfiartrosis, por lo tanto no es
capaz de realizar movimientos salvo en el momento del alumbramiento en la
mujer. En realidad es una falsa anfiartrosis, ya que es capaz de realizar
movimientos ligeros de rotaciones y deslizamientos.
Por tanto la pelvis posee gran importancia en el equilibrio inestable de la columna
vertebral, ya que cualquier discordancia en la primera repercutirá inevitablemente
en la segunda, por lo cual podríamos considerarla una unidad funcional. Las
articulaciones sacroilíacas son el relevo entre la columna vertebral que es flexible
por encima y la estabilidad de la pelvis por debajo.
Las superficies articulares del sacro y el ilion se caracterizan por la presencia de
elevaciones y depresiones que hacen difícil determinar que superficie articular es
cóncava y cúal es convexa. Para efectos prácticos, Kaltenborn, confecciona un
modelo mecánico donde el sacro es una cuña encajada entre los dos ilíacos por lo
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cual considera a esta, la superficie cóncava y a aquella, la cóncava.
Se considera que el sacro forma parte de las vértebras lumbares, y que los ilíacos
forman parte de los miembros inferiores
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derecha. Cuando el lado derecho se mueve en sentido ventral, el lado izquierdo se
mueve en sentido dorsal.
III.4. EXAMEN DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA: PRUEBAS DE
PROVOCACIÓN
Las pruebas de provocación son un método utilizado comúnmente para el
diagnóstico del dolor procedente de la articulación sacroilíaca. Estos materiales
detallan varias maniobras usadas para aislar la articulación sacroilíaca como la
fuente del dolor.
Comentarios de las pruebas en general:
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EMPUJE DEL MUSLO
Aplica esfuerzo de corte anteroposterior sobre la articulación sacroilíaca
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Se aplica y se incrementa de manera constante una fuerza suave en la
rodilla del lado afectado del paciente, lo que exagera el movimiento de
flexión, abducción y rotación externa de la cadera.
COMPRESIÓN
Aplica una fuerza de compresión en las articulaciones sacroilíacas
GAENSLEN
Aplica esfuerzo de torsión en las articulaciones sacroilíacas
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El paciente luego flexiona completamente el lado no afectado de la pierna y
mantiene la rodilla flexionada. El examinador estabiliza la pierna con su
mano colocada sobre la mano del paciente. Esta acción mantiene al hueso
ilíaco sobre el lado no sometido a prueba en una posición ligeramente
posterior y estable durante la maniobra.
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Fig. 1: Articulación coxofemoral
IV.2. ACETÁBULO COXAL:
Esta estructura deriva de la fusión de los tres huesos de la
cadera: ilion, isquion y pubis.
Fig. 2: Acetábulo.
No es una esfera completa, pero la cavidad cotiloidea consigue aumentar en
profundidad gracias a un reborde de fibrocartílago, el RODETE ACETABULAR o
cotiloideo, que llega a envolver la cabeza del fémur casi por completo y mejora la
estabilidad. Este rodete cartilaginoso continúa a través de la escotadura
isquiopubiana convertido en LIGAMENTO TRANSVERSO capsular.
En el fondo del acetábulo no hay fibrocartílago, sino una especie de bolsa de
grasa vascularizada denominada ALMOHADILLA DE HAVERS.
Tampoco la superficie articular ocupa todo el acetábulo, sino que la parte
recubierta por cartílago hialino tiene forma de media luna (ceja cotiloidea).
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IV.3. CABEZA DEL FÉMUR:
La cabeza del fémur se presenta como una esfera convexa cubierta de cartílago
hialino. En su centro articular hay un hueco, la fosita o fóvea, por la cual se inserta
el ligamento que mantiene unida la articulación, este es el LIGAMENTO
REDONDO.
El ligamento redondo o ligamento de la cabeza del fémur es intraarticular, mide
unos 3 cm aproximadamente y va desde el punto medio de la cabeza del fémur
hasta unirse con el acetábulo. Alberga en su interior una arteria que riega la
cabeza del fémur.
La unión entre las superficies articulares es muy fuerte y, además, del hueso coxal
salen tres ligamentos que refuerzan aún más la articulación. Estos 3 ligamentos
son:
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Fig.3: Ligamentos de refuerzo.
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Fig. 4: Movimientos articulación coxofemoral
Figura 2.
Articulación
coxofemoral,
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formando el ángulo de inclinación, también denominado ángulo cervicodiafisario, y
cuyo valor normal puede variar de entre 125° y 135° (Fig.3B). Al nacimiento este
ángulo está aumentado casi en 45°, y se va modificando por el efecto de las
fuerzas
que recaen sobre la cadera (Fig.3A). Es mayor la plasticidad en los primeros años
de la vida, modificándose en los ancianos con menor intensidad (Fig.3C). Los
cambios patológicos en este ángulo conducen a una posición anormal de la
pierna.
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Figura 4. Ángulo de declinación femoral normal y patológica.
Para explorar la torsión de la cabeza femoral, se coloca al paciente en decúbito
supino y se orienta el trocánter mayor del fémur paralelo a la camilla de
exploración, observando la posición de la rótula, que en condiciones de
normalidad debe mirar al cenit y el pie estar correctamente alineado (Fig. 5).
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Figura 7. Ángulo de declinación femoral disminuido (retroversión);
exploración de la rótula (rotada hacia lateral) con trocánter mayor paralelo a
la camilla.
Los ligamentos de la articulación son tres. En la cara anterior de la cadera se
sitúan dos: ligamento iliofemoral o ligamento de Bertín (Fig. 8•), con un haz
superior y otro inferior, y el pubofemoral (Fig.8).
Los dos juntos describen una Z, por eso se conocen también como ligamento en
Z de la cadera. Reforzando la articulación de la cadera por la cara posterior
encontramos el ligamento isquiofemoral (Fig. 9).
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