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INCONSTITUCIONALIDAD GENERAL
determinan el monto del impuesto en el uno por ciento sobre ingresos brutos devengados
o el equivalente al uno por ciento del activo neto total, referidos a situaciones de hecho y
de derecho agotadas durante mil novecientos noventa, así como afecta derechos
adquiridos durante tal período, produciendo con ello efectos ex tunc, o sea, retroactivos,
prohibidos por la Constitución. Invoca la doctrina contenida en sentencias de esta Corte
relacionadas con el principio de irretroactividad de la ley, para apoyar su tesis acerca de
que el artículo impugnado en su totalidad, está afectando el derecho adquirido por los
sujetos pasivos del gravamen, al treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa,
de disponer de los ingresos obtenidos durante tal período, o de sus activos establecidos a
la misma fecha, con lo que se pretende retrotraer los efectos de la ley a situaciones
acaecidas antes de su vigencia; crear un impuesto para un evento agotado, constituye una
real y efectiva retroactividad de la ley impositiva. 2) Denuncia la inconstitucionalidad del
inciso a) primer párrafo, e inciso b) primer párrafo, del artículo 4 de la Ley por estar en
contraposición al principio de capacidad de pago y de la equidad y justicia tributaria
contenidos en el artículo 243 de la Constitución Política, porque la norma impone a los
sujetos pasivos la obligación de pagar el equivalente al uno por ciento del total de los
ingresos brutos devengados o el equivalente al uno por ciento del activo neto total, la cifra
que sea mayor, habidos durante mil novecientos noventa, lo que resulta contrario al
sistema tributario justo y equitativo, y está contra el principio de capacidad de pago,
porque aquellos ingresos son diferentes cualitativa y cuantitativamente de los obtenidos
en el momento en que haya de hacerse efectivo el impuesto; es decir, que se paga la
obligación tributaria actualmente pero con parámetros referidos a hechos pasados, lo que
obviamente, es injusto pues está alejado de la capacidad de pago actual del
contribuyente. El legislador no tomó en cuenta la potencialidad económica del
contribuyente pues se le obliga a tributar, muchas veces, sobre bienes que pueden ser
ajenos, por ejemplo, los activos adquiridos al crédito. 3) El referido artículo 4 de la Ley
viola la prohibición de doble o múltiple tributación reconocido por el artículo 242 de la
Constitución Política. Afirma que los elementos que tipifican la doble tributación, conforme
la norma constitucional, son los mismos en el impuesto extraordinario creado por la Ley
impugnada, y en la Ley del Impuesto Sobre la Renta contenida en el Decreto 58-87 del
Congreso de la República. 4) Se cuestiona el mismo artículo 4, porque en el primer párrafo
del inciso a) se grava a los sujetos que tengan ingresos o activos superiores a un centavo;
y en el párrafo primero del inciso b) se grava a los sujetos pasivos únicamente cuando
tengan ingresos superiores a treinta y seis mil quetzales anuales. Ello constituye un
tratamiento desigual a situaciones iguales lo que es contrario al principio de igualdad
contenido en el artículo 4o. de la Constitución Política. 5) Denuncia que el artículo 4
impugnado grava ingresos y activos que, por haberse obtenido durante mil novecientos
noventa pasaron a formar parte del patrimonio del sujeto, con lo que se viola el derecho a
la propiedad porque se está afectando la libre disposición de bienes adquiridos
definitivamente, lo que se traduce en la existencia de un impuesto confiscatorio. Todo ello
implica violación al artículo 39 de la Constitución que garantiza la propiedad privada y la
libre disposición de los bienes.
II. TRÁMITE DE LA INCONSTITUCIONALIDAD
No se decretó la suspensión provisional. Se confirió audiencia al Ministerio Público, al
Presidente de la República, al Congreso de la República, al Ministerio de Finanzas Públicas,
al Banco de Guatemala, a la Superintendencia de Bancos y al Colegio de Abogados y
Notarios de Guatemala.
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informaciones ciertas en la oportunidad que se publicó el Decreto 58-91, pues los balances
generales y los estados demostrativos de pérdidas y ganancias... ya estaban en
condiciones reglamentarias de ser aprobados por los socios..."; en tanto que para los
contribuyentes que iniciaron sus actividades después del primero de enero de mil
novecientos noventa, debieron cerrar sus ejercicios anuales de imposición, después del
primero de enero de mil novecientos noventa y uno. Lo normado representa, en este
aspecto, un criterio práctico, acertado y de fácil determinación; c) no existe discriminación
en el tratamiento a las personas jurídicas fiscalizadas por la Superintendencia de Bancos,
porque se trata de un sector de la economía que posee características peculiares que
justifican ese tratamiento. Sería inequitativo e ilegítimo si se estableciere que se gravara la
totalidad de las primas devengadas por una empresa de seguros, cuando los asegurados
pueden rescindir sus contratos o pagar sus primas por abonos. En cuanto a la denuncia de
discriminación para las personas que por primera vez comenzaron a trabajar en relación
de dependencia ganando más de treinta y seis mil quetzales, después del treinta y uno de
diciembre de mil novecientos noventa, manifiesta que el Congreso de la República debe
establecer una base imponible en la ley y ésta debe referirse a cierto período o fecha; d)
el artículo 243 de la Constitución establece que uno de los requisitos que configuran la
doble tributación es que el hecho generador es gravado dos o más veces por el mismo
evento o período de imposición. En la ley impugnada, el hecho generador, para las
personas jurídicas y para las individuales propietarias de empresas, está dado por los
ingresos brutos obtenidos o por el activo total, la cifra que sea mayor; y en el impuesto
sobre la renta se considera como hecho generador la obtención de rentas, beneficios,
utilidades o ganancias. En consecuencia, no existe la doble tributación que se atribuye al
artículo 4, pues se trata de hechos generadores distintos, de temporalidad diferente. El
Ministerio participa de evitar la doble tributación, "pero la propia Constitución en su
artículo 171 inciso c) confiere al Congreso de la República la facultad de establecer, no
sólo impuestos ordinarios que permitan solventar los gastos públicos, sino también
impuestos extraordinarios". "Aún en el más extremo de los casos, el pretendido criterio de
evitar la doble tributación no podría ser suficiente fundamento cuando están en juego
elementos del orden de los señalados, que constituyen la estructura y sostén de la
estabilidad del Estado de derecho... la doble tributación debe evitarse en todos los casos
que se trate de tributos ordinarios, pero no puede tener aplicación cuando se establecen
impuestos extraordinarios." El artículo 135 inciso d) de la Constitución precisa la obligación
de contribuir a los gastos públicos, por lo que no existe la inconstitucionalidad denunciada;
e) al referirse a la impugnación del artículo 4 de la Ley atribuyéndole el vicio de
retroactividad, dice que es un error considerar que el impuesto extraordinario recae sobre
un período anual terminado en cualquier fecha del año mil novecientos noventa, es decir,
con efecto hacia el pasado. La ley impugnada establece que rige y tiene consecuencias
para el futuro, a partir de la fecha en que entró en vigor. "El hecho de que para
determinar la base imponible del impuesto extraordinario, el legislador haya considerado
ingresos brutos obtenidos o el valor de los activos netos al cierre del período terminado en
el año mil novecientos noventa, tiene un propósito meramente referencial, como
parámetro para poder fijar con precisión la cuantía del impuesto o la base de su
recaudación correspondiente y para que cada obligado pueda hacerlo mediante
declaración jurada especial y en forma cierta. De no tener esta última característica, la
obligación carecería del requisito indispensable de su exigibilidad a la fecha fijada por la
ley para el pago del impuesto." Agrega que no se está revisando un caso ya juzgado, ni
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propugna por un sistema tributario justo y equitativo y para lograrlo establece que las
leyes de la materia serán estructuradas conforme el principio de capacidad de pago, la
prohibición de los tributos confiscatorios y la doble o múltiple tributación.
-III-
Se impugna de inconstitucional el artículo 3 que exime de la obligación a que se
refiere esa ley, a los entes autónomos o descentralizados del Estado, lo cual, alega, viola
los artículos 4, 135 incisos a) y d) y 243 de la Constitución Política de la República. Sobre
este aspecto cabe considerar que el artículo 239 de la Constitución, que contiene el
principio de legalidad, establece una reserva en el sentido que la ley determinará, entre
las bases de recaudación del tributo, lo relativo a las exenciones. En consecuencia, es
facultad del legislador fijar los criterios que sirven de base para establecer excepciones al
deber de contribuir a los gastos públicos; por lo tanto, excluir de la obligación impositiva a
los entes autónomos y descentralizados del Estado, al igual que a otras instituciones que
se mencionan en la Ley, no contradice el principio de igualdad de los seres humanos, ni la
obligación de servir y defender a la patria, ni de contribuir a los gastos públicos, ni la
capacidad de pago, que, respectivamente se establecen en los artículos constitucionales,
4o., 135 incisos a) y d), y 243 que invoca el interponente, porque la norma cuestionada
tiene como base el principio de legalidad consignado expresamente en el citado artículo
239 de la Constitución Política. Por tales consideraciones, esta Corte estima que no existe
la inconstitucionalidad denunciada.
-IV-
Por razón de método, se examina en este apartado la denuncia que hacen ambos
accionantes acerca de que el artículo 4 de la Ley impugnada infringe el principio de
irretroactividad de la ley, contenido en el artículo 15 de la Constitución Política. Los
accionantes coinciden en señalar el inciso b) del segundo párrafo del artículo 4, en el que
se establece que para los efectos de la ley, por ingresos brutos anuales se debe entender
el total de ingresos de fuente guatemalteca, incluyendo ganancias, rentas, utilidades,
beneficios, arrendamientos, intereses que no provengan de cuenta bancaria de ahorros y
de bonos públicos o privados, honorarios y prestaciones, sin excluir ganancias de capital
obtenidas por el sujeto durante su período anual terminado en cualquier fecha del año de
mil novecientos noventa.
Por su parte, la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa Guatemalteca,
impugna las demás disposiciones del citado artículo 4, así: el segundo párrafo del inciso
a), referente a que el activo neto total será el monto total del activo, según el balance
general cuando proceda, al cierre del período anual terminado en cualquier fecha del año
de mil novecientos noventa; el tercer párrafo del inciso b), relacionado con quienes
hubieren iniciado actividades después del primero de enero de mil novecientos noventa; y
la última parte del inciso a), que se refiere en igual forma a las personas jurídicas cuya
fiscalización corresponde a la Superintendencia de Bancos. Impugna, asimismo, la
retroactividad del impuesto en cuanto que la determinación de la cuantía del uno por
ciento sobre ingresos brutos devengados o el equivalente al uno por ciento del activo neto
total, afecta situaciones de hecho y de derecho agotadas en el período mil novecientos
noventa. Alegan que de la simple lectura de los preceptos legales se establece que la
obligación tributaria se impone sobre hechos acaecidos previamente a que la ley entrara
en vigor puesto que se están gravando ingresos de fuente guatemalteca del año fiscal mil
novecientos noventa, afectando, por lo tanto, derechos consolidados, o sea que es una ley
que obra sobre el pasado y lesiona derechos adquiridos bajo el amparo de leyes
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Tesoro. Decidir por una u otra forma es facultad del obligado. La ley otorga igual
oportunidad a todos los destinatarios para la adquisición de los bonos, previendo la
posibilidad de que la totalidad de sujetos pasivos opten por hacer esa inversión, lo que, a
la vez, implica que el legislador determinó que el Estado podía asumir la obligación de
devolver la totalidad de la recaudación financiera. En ese sentido, no existe violación al
artículo 135 inciso d) de la Constitución que establece el deber de los guatemaltecos de
contribuir a los gastos públicos de conformidad con la ley, por cuanto que la adquisición
obligatoria de bonos es una manera de cumplir con ese mandato; tampoco se viola el
principio de legalidad contenido en el artículo constitucional 239 referente a las
exenciones, porque, según se indicó, la norma cuestionada contiene una opción para el
cumplimiento de una obligación pecuniaria a favor del Estado, diferente a la naturaleza de
las exenciones a que se refiere el citado artículo constitucional. La exención consiste en
que la ley establece que determinados sujetos no quedan afectos al cumplimiento de la
obligación impositiva o determina qué rentas o ingresos no están afectos a determinados
tributos. Las otras normas constitucionales que invoca el accionante como transgredidas,
no tienen relación con el contenido de la norma impugnada; efectivamente, el artículo 4o.
de la Constitución establece que todos los seres humanos son iguales en dignidad y
derechos; el 152, párrafo primero, preceptúa que el poder proviene del pueblo y que su
ejercicio está sujeto a las limitaciones señaladas por la Constitución y la ley; el 153 y el
154, respectivamente, establecen que el imperio de la ley se extiende a todas las personas
que se encuentren en el territorio de la República; y que los funcionarios son depositarios
de la autoridad, responsables por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a
ella. Estos artículos constitucionales no contienen ninguna disposición relacionada con el
sistema tributario. Asimismo, el artículo 175 de la Constitución no puede ser transgredido
porque su contenido es el principio de supremacía constitucional que informa al
ordenamiento jurídico. Por lo considerado, no existe la inconstitucionalidad denunciada.
-IX-
Respecto al artículo 16, el accionante dice que viola los artículos 39 párrafo
primero, 43, 119 incisos a), k) y n), y 44 de la Constitución Política. El artículo impugnado,
originalmente establecía: "... A partir del treinta de junio de mil novecientos noventa y
dos, y hasta el treinta de junio de mil novecientos noventa y cuatro las instituciones
financieras, públicas y privadas en los contratos que celebren con personas naturales o
jurídicas del sector privado deberán exigir la presentación del atestado que compruebe el
cumplimiento de sus obligaciones conforme esta ley y siempre que en tales contratos se
determinase o resultase una cuantía mayor de treinta y seis mil quetzales (Q.36,000.00).
En el contrato se hará mérito de la presentación de dicho atestado y de no presentarse no
podrá otorgarse el contrato en cuestión, salvo que alguno de los otorgantes manifiesta en
declaración jurada en el mismo instrumento notarial, que no está obligado al pago del
impuesto. En este caso el notario dará aviso de tal circunstancia a la Dirección General de
Rentas Internas, dentro del plazo de tres días de haber recibido dicho juramento, de no
hacerlo, el notario será sancionado con una multa de un mil quetzales (Q.1,000.00).
Los notarios que autoricen contratos entre particulares cuyo monto sea mayor de
treinta y seis mil quetzales (Q.36,000.00) deberán hacer mérito del atestado que
compruebe el cumplimiento por los otorgantes de sus obligaciones bajo esta ley. La
violación de este precepto hace al notario solidariamente responsable del pago de la
obligación no satisfecha."
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como tales, (de retroactivas) porque son las consecuencias nuevas las que se rigen por la
ley nueva"; pero esos presupuestos no se dan en la ley objeto de examen porque no se
trata de la sola referencia a un hecho pasado del que surjan consecuencias posteriores a
la ley, sino en forma terminante afecta a una situación consolidada, a un hecho pretérito
que ya no producirá ningún efecto con posterioridad a la nueva ley. Sobre este aspecto,
Flores Zavala comenta: "La ley tributaria puede gravar los efectos no producidos de un
acto o contrato, aun cuando éste se haya realizado o celebrado antes de su expedición, si
el hecho generador del crédito fiscal consiste en esos efectos. Es decir, si el hecho
generador es la realización de determinados efectos de un acto o contrato, no podría
aplicarse el gravamen a los efectos ya producidos, de acuerdo con lo expuesto en el
párrafo anterior, pero sí podrá aplicarse a los que se realicen con posterioridad. Por
ejemplo, si una persona presta a otra determinada cantidad de dinero que devengará un
interés (mutuo con interés), en una época en que no existe impuesto alguno sobre la
percepción de intereses, es posible aplicar el gravamen que establezca la ley nueva a los
intereses por causarse de ese contrato, pero no así a los ya causados" (Id. Pág. 166). El
claro ejemplo que cita el jurista mexicano coincide con la sentencia que se cita como
precedente dictada por la Corte de Constitucionalidad, en la que consideró que el sólo
hecho de hacer referencia al pasado no es suficiente para calificar a la ley de retroactiva,
porque son las consecuencias nuevas las que se rigen por la ley nueva, situación que,
reiteramos, no se presenta en la ley cuestionada.
En la jurisprudencia comparada se encuentran fallos que se orientan en el mismo sentido.
La Suprema Corte de México consideró: "Por tanto, al gravar el citado artículo 2o.,
transitorio, ingresos percibidos con anterioridad a la fecha en que entró en vigor el
ordenamiento al que pertenece, lo que es gravar hechos realizados con anterioridad a esa
vigencia, por lo que se debe declarar que es retroactiva, y por lo mismo, que es una
disposición contraria al artículo 14 constitucional". ("La Interpretación Constitucional de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en Materia de Impuestos 1917-1985". Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Página 431).
Por los motivos expuestos opinamos que la ley impugnada es de efecto retroactivo y,
consecuentemente, entra en conflicto con lo estipulado en el artículo 15 de la Constitución
Política, por lo que, a nuestro juicio, era procedente declarar con lugar la
inconstitucionalidad demandada.
B) La doble tributación. Uno de los elementos esenciales que informan al sistema
impositivo es el principio de legalidad; éste no significa únicamente que la obligación
tributaria deba estar establecidas en una ley, sino que esa ley debe determinar los
caracteres del tributo, el contenido y el alcance de la obligación. En otras palabras, no se
trata de que el impuesto se encuentre en una disposición que emane del Poder Legislativo
sino, de manera especial, que aquel acto del legislador no sea contrario a los preceptos de
la Constitución, porque ésta es la ley suprema, vinculante --como dice el fallo-- no sólo
para los gobernados sino también para el Poder público, a efecto de asegurar la vigencia
del Estado Constitucional de Derecho.
Ahora bien, en la sentencia se considera que el fundamento del impuesto "no consiste en
las necesidades normales del Estado, sino que el elemento esencial que determinó su
creación lo constituyen las ingentes necesidades en el ámbito de la educación, salud,
infraestructura física seguridad pública civil y deuda pública externa..." Agrega que la ley
impugnada tiene fundamento en el artículo 171 inciso c) de la Constitución que otorga al
Congreso de la República la "atribución de decretar impuestos extraordinarios conforme a
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