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Informe1
Parte primera:
A. Visión de contexto.
1. Formación del consentimiento en línea.
2. Protección de la privacidad.
3. Protección del copyright de las mercancías multimediales.
4. Asignación de nombres de dominio.
5. Firmas digitales y entidades certificadoras: seguridad y certeza técnica
jurídica de las transacciones.
6. Valor probatorio del documento electrónico.
7. Gravámenes, aranceles e impuestos a las transacciones en línea.
Parte Segunda:
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Este documento está elaborado en base a las siguientes publicaciones del autor:
http://www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?action=fichaLibro&id_libro=43156 y
http://www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?action=fichaLibro&id_libro=72981
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A. Las normas particulares del Código Tributario, del Decreto ley 825 o ley del
IVA y de las Resoluciones N°45, 09 y 1515 del SII.
1. Generalidades.
2. El “modelo” de facturación electrónica.
3. Los fundamentos legales contenidos en la ley del IVA.
4. La impresión en papel de un ejemplar de la factura electrónica, su
naturaleza y su valor probatorio, y los ejemplares electrónicos.
5. Las Resoluciones N°45, 09 y 1515 del Servicio de Impuestos Internos.
Parte Primera
A. Visión de contexto.
Quienes así piensan olvidan, por ejemplo: (i) que desde hace 20 años existen las
Data Protection Act o leyes de protección de datos que amparan la privacidad de las
personas; que las partes contratantes pueden someter la solución de controversias a
mecanismos de arbitraje; (ii) que en temas como la aplicación de aranceles a las
transacciones en línea la tendencia -a instancias de la OMC- es llegar a una total
desregulación; (iii) que en cuanto al resguardo del “copyright” de las mercancías digitales
la OMPI ha propuesto validar legalmente el uso de mecanismos técnicos de resguardo
como la encriptación; (iv) que los documentos más importantes como las facturas y las
declaraciones aduaneras de importación o ingreso de mercancías se encuentran
reguladas expresamente, en lo legal y en sus detalles reglamentarios; (v) que teniendo
presente que los contratos electrónicos de comercio se realizan entre particulares,
"campean" en su ámbito los principios del consensualismo, de la autonomía de la
voluntad y de la libertad contractual; y, (vi) que el supuesto efecto "disuasivo" que
significaría el tipificar nuevos delitos informáticos no es tal, porque las empresas o los
bancos que se ven afectados prefieren no formalizar denuncias o querellas por un tema
de resguardar su imagen corporativa.
2. Protección de la privacidad.
Hoy en día somos detectables al navegar porque cada vez que ingresamos a un
sitio dejamos una huella o registro magnético en un "log" de acceso, o porque el servidor
computacional donde está el sitio de la red internet nos registra automáticamente
enviándonos archivos ocultos llamados “cookies” o “spyware”. Sobre todo mediante estos
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Teóricamente no cabe duda alguna respecto a que las leyes autorales pueden ser
aplicadas a Internet, ya que las redes telemáticas simplemente son nuevas formas de
reproducir en el espacio virtual, mediante soportes magnéticos y frente a terceros libros,
cuadros, imágenes, canciones, programas computacionales, etc. Ergo, es bizantino
discutir en orden a si es necesario o no modificar el fondo del derecho autoral o la ley de
propiedad intelectual para permitir su aplicación en el entorno digital, máxime cuando las
normas jurídicas que conforman este estatuto protegen a las obras “desde su creación” o
sancionan a quienes las reproduzcan sin derecho o sin autorización, “por cualquier medio”
o “por cualquier procedimiento”.
El tema del resguardo de los Derechos de Propiedad Intelectual ocupa uno de los
Capítulos importantes del Tratado chileno de Libre Comercio con Estados Unidos. En
términos directos, la firma de dicho acuerdo se traducirá en que tendrán vigor en Chile
varias de las disposiciones de una cuestionada y rígida ley norteamericana, la Digital
Millenium Copyright Act de 1998, sobre todo por la adopción de medidas tecnológicas de
resguardo que dicha norma exige.
Las "direcciones IP" son un conjunto de números que identifican los distintos
computadores conectados a una red. Para facilitar el uso de estos números en Internet,
se alfabetizan y se les asocian nombres de dominio, que son asignados y registrados, lo
que ha generado una serie de conflictos particularmente por el registro indebido y con
fines de lucro de nombres de dominio idénticos a marcas comerciales de terceros.
Se trata de lograr que una empresa o una persona natural que por ejemplo deseen
tener una página en Internet para hacer comercio electrónico y ofrecer sus productos,
posean debidamente inscritos y resguardados sus dominios o direcciones virtuales, los
que se caracterizan por ser geográficamente independientes o transnacionales, por tener
un mayor o menor valor de mercado (por ejemplo el de "Coca Cola" es de un alto valor
económico), y por constituir -en el ámbito de la propiedad industrial o derechos del
inventor- una "marca" susceptible de aprovechamiento comercial.
hizo- fue definir las cláusulas de un contrato que sólo produce efectos relativos entre las
partes que lo firman -el NIC y un solicitante de registro de nombre de dominio-, contrato
que además es de "adhesión" porque sus normas no pueden ser negociadas, que es
temporal -porque el servicio que presta el NIC se ha delimitado unilateralmente a dos
años- y que, con exactamente el mismo objeto, puede celebrarse con una, dos, tres o
más personas al mismo tiempo. Y siempre serán normas contractuales, a pesar de que el
NIC las denomine "Reglamentación".
A modo de anticipo sobre lo dicho más abajo: los archivos o mensajes electrónicos
son documentos e instrumentos privados cada vez más usados (con continente,
contenido, signos y susceptibles de ser firmados digitalmente -o encriptados-), sólo que
no están soportados en papel ni firmados olográficamente. Y ellos deben ser reconocidos
legalmente u homologados con los soportados en papel, lo que en Chile hizo el año 2002
la ley 19.799.
2
El Título V de la ley y el Título Segundo del reglamento encomiendan a la Subsecretaría de Economía la
acreditación o autorización de funcionamiento de aquellas empresas -la ley excluye acertadamente a las
personas naturales- que permitirán el uso de firmas y que respaldarán la identidad de los firmantes y
asignarán "Fe Pública" en un contexto al cual nunca han podido ni podrán ser llamados los notarios, primero
emitiendo los llamados "certificados digitales de firma electrónica" a que alude el Título IV de la ley y en
segundo lugar, respaldando a sus clientes o usuarios al permitir que se verifique su identidad mediante la
consulta electrónica en su sitio WEB o de la red Internet.
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Una "orden de compra" por si misma debe bastarse y no puede desconocerse por
quien se la envía a un proveedor; la "factura que se emita" para dar cuenta de las
mercancías vendidas o de los servicios prestados debe ser inalterable y poseer
constancia de la fecha de su otorgamiento; y el "archivo de cesión" que se utilice para
perfeccionar el factoring electrónico, adquiere una importancia esencial en caso de un
litigio o controversia entre el cedente y la empresa de factoraje.
Ahora bien, la situación se estimó más complicada en lo que dice relación con
productos que se entregan como información digitalizada a través de Internet, pues se
plantean distintas cuestiones acerca del régimen normativo adecuado que habría que
imponerles..., particularmente por el carácter aterritorial de la red y la naturaleza
transnacional del comercio electrónico. Con este norte se iniciaron una serie de estudios y
acciones3.
3
La importancia del tema llevó a la OMC a desarrollar un link específico sobre comercio electrónico en el site
de la institución. En este, la entidad parte por conceptualizar al comercio electrónico como aquel que abarca
tanto los productos que se adquieren y pagan a través de Internet, pero que se entregan materialmente, como
los productos que se entregan como información digitalizada a través de Internet. Seguidamente entra en el
terreno de las clasificaciones y afirma que el comercio electrónico -la producción, la publicidad, la venta y la
distribución de productos a través de las redes de telecomunicación- se puede dividir en tres grandes
categorías, con miras al análisis de las políticas generales al respecto: i) la fase de búsqueda, en la que los
productores y consumidores, o compradores y vendedores, interactúan por vez primera; ii) la fase de encargo
y pago, una vez que se ha convenido una transacción; y iii) la fase de entrega.
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El Consejo General tenía además que elaborar un informe sobre los progresos
alcanzados en el programa de trabajo y formular recomendaciones sobre posibles
medidas, que serían revisadas a fines de 1999 en la Conferencia de Seattle. No obstante
y sin perjuicio de los resultados del programa de trabajo, se declaró unánimente que los
Miembros mantendrían su práctica actual de no imponer derechos de aduana a las
transmisiones electrónicas.
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El tema que mas ha marcado el devenir de Internet en estos tiempos es el sugimiento del e-commerce o del
e-business. Sociológica, económica y culturalmente se ha conceptualizado este fenómeno bajo el nombre de
“La Nueva Economía”. Parafraseando “Las Olas” de Alvin TOFLER, un economista –SCHUMPETER- postuló
hace algún tiempo la existencia de “olas de destrucción creativa” que estaban golpeando la economía
mundial, aportando nuevas riquezas y cambiando las formas de producirla, contexto en el cual surgió la
llamada nueva economía. Las diferencias esenciales con la economía tradicional serían su carácter global, su
preeminencia de bienes intangibles (información, finanzas, servicios, entretención, creaciones intelectuales,
etcétera) a diferencia de riquezas como las manufacturas, el petróleo o los bienes raíces, y su fuerte o radical
interconexión telemática, lo cual se traduce en una también fuerte relación e interdependencia con el
desarrollo de la industria de las Tecnologías de la Información o TI.
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1. Generalidades.
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El concepto de "Productos Digitalizados" no está reconocido por la legislación chilena, y es el momento de
promover adecuaciones de clasificaciones obsoletas y limitadas, por cierto, recogidas de la doctrina francesa
por allá por 1875. El primer elemento tecnológico que cuestionó al derecho fueron los programas
computacionales, esas cosas intangibles e inmateriales que constituyen parte del "soporte lógico" de un
sistema computacional, que pueden ser reproducidas o copiadas cientos de veces sin que el propietario sea
menoscabado o privado de la posesión del software. Hoy, de cara al mundo de las redes telemáticas y de
productos multimediales, que mientras son transmitidos sólo son "bits" de información energizada o
magnetizada, es necesario superar la clasificación legal civil de las cosas en "corporales" o físicas e
"incorporales" o meros derechos -para agregar la categoría de "cosas ideales, intelectuales, intangibles
o inmateriales"-, y reinterpretar la noción penal de "documento" como aquel restringido al soporte papel.
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Es acertado definir al comercio electrónico como el intercambio mediante redes digitales de información,
entre empresas -”business to business”- o entre empresas y consumidores -”business to consumer”-, que da
lugar u origina una relación comercial (que jurídicamente es contractual), consistente en la entrega en línea de
bienes intangibles..., en la prestación de servicios..., o en un pedido electrónico de bienes tangibles. Se trata
de relaciones jurídicas a distancia, entre ausentes, entre desconocidos, on line o “telemáticas”, donde los
problemas “jurídicos” obedecen, básicamente, (1) a la inmaterialidad de los soportes magnéticos y el
problema de su prueba en caso de conflicto y (2) a la aterritorialidad de transacciones de e-commerce
internacional, por ejemplo cuando son mediante Internet.
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electrónico del día y la hora que el consumidor se conectó, eligió la mercancía y pagó -
generalmente con tarjeta de crédito-. En el mundo del "Business to Consumer" esto
siempre se establece previamente y sin posibilidad de negociación alguna en los llamados
Términos Generales o Condiciones del Servicio.
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Recuérdese, que los usuarios sólo buscan afanosamente y de buena fe que funcione el intercambio, y no
aclarar categorías jurídicas pensando en posibles demandas porque el "CD" o disco compacto llegó malo o
porque el libro se recibió en un idioma distinto al indicado en el sitio o servidor de la red Internet al comprarlo.
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Otro supuesto aporte doctrinario jurídico sin ninguna importancia práctica, es el de debatir si los contratos
electrónicos son "entre ausentes" o "entre presentes". (i) Es un debate que surge probablemente de quienes
nunca han revisado los términos legales o las condiciones de uso de un sitio web, que solucionan
expresamente el punto; (ii) es un debate que pretende prescindir del hecho evidente que entre las partes
contratantes no existe un contacto físico directo presencial, porque los que se conectan en forma remota y en
línea son los sistemas computacionales; es un discurso dialéctico que pretende incluso revisar el concepto de
"ausentes"; y, (iii) es un supuesto debate, que aún cuando se acepte que la presencia virtual no sería
presencia "real o física" pero si una nueva forma de presencia y no de ausencia, nunca podría significar que
se le restara mérito a los términos legales del site transaccional que definen qué derecho se aplica, qué
tribunal es competente y cuándo y cómo se entiende perfeccionado el consentimiento.
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¿Cuáles son estas normas generales?. Las contempladas en los artículos 96 y ss.
del Código de Comercio, para cuyo estudio de cara a los contratos electrónicos los
presupuestos básicos son dos: (i) primero, el entender que la oferta o propuesta se hace
legalmente "por escrito", porque lo único que cambia es el tipo de soporte o continente y
la forma de incorporar el contenido -ambos electrónicos- y porque así lo estableció el año
2002 el artículo 3° de la ley 19.799, que vino a homologar ambos soportes; y, (ii) en
segundo lugar, que siempre serán contratos celebrados "entre ausentes" porque nunca la
aceptación podrá ser conocida en forma inmediata por el contratante que realizó la oferta,
ya que siempre existirá la intermediación de dos sistemas computacionales y de una red
telemática, que son los únicos que en forma inmediata -y formal, lógica, digital e
irracionalmente- saben o conocen del contenido del mensaje que se envía y que acepta la
oferta, para así entenderse formado el consentimiento en la compraventa mercantil
electrónica.
Por su novedad y por su aplicación directa al mundo del "B2C" o del comercio
electrónico entre empresas y consumidores, y a pesar de que no se trata de contratos
mercantiles electrónicos que requieran la emisión de facturas, creemos interesante
académica y dogmáticamente -por su aporte en la conformación de una nueva
institucionalizad jurídica- resumir lo más importante de estas normas acerca de la
formación del consentimiento electrónico, incorporadas el año 2004 por la ley 19.995 al
Estatuto Jurídico local sobre los Derechos de los Consumidores.
9
Una breve explicación sobre esta garantía, puede verse en la URL
http://www.conadecus.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=27&Itemid=9.
15
Pues bien: si la confirmación escrita del contrato celebrado se remite, el plazo para
ejercer el derecho de retracto se cuenta desde la fecha de recepción del bien o desde la
celebración del contrato en el caso de la prestación de servicios. En caso contrario, o de
no mediar confirmación remitida, el plazo se extiende a 90 días.
10
El único caso que conocemos, en cuanto a considerar desconocer la opción de ejercerse el derecho de
retracto se presentó en materia del contrato electrónico de asignación y registro de nombres de dominio, al
cual nos referimos más arriba. Véase en la URL http://www.cnnn.cl/documentos/actas/2004/acta-de-la-sesion-
ordinaria-2004-3 el debate a este respecto. En definitiva, el NIC Chile resolvió todo lo contrario y, junto con
cumplir a cabalidad con lo dispuesto por el artículo 12 A, no desconoce la posibilidad de ejercer el derecho de
retracto con posterioridad al pago realizado por su contraparte.
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Como corolario de lo anterior, se explicita que "la sola visita del sitio de Internet
en el cual se ofrece el acceso a determinados servicios no impone al consumidor
obligación alguna, a menos que haya aceptado en forma inequívoca las condiciones
ofrecidas por el proveedor". Que la aceptación haya sido inequívoca será una cuestión de
hecho que tendrá que determinar el Juzgado de Policía Local respectivo.
1. Generalidades.
Así como es clave entender que los documentos deben firmarse y la identidad de
las partes contratantes –pequeños y grandes proveedores (concentradores), proveedores
y consumidores, oferentes y clientes, vendedores y compradores- debe autenticarse,
tenemos la percepción, fruto de la experiencia, que en definitiva será la posibilidad que los
contratos electrónicos sobre actos de comercio o las compraventas mercantiles
electrónicas se documenten en instrumentos firmados y poseedores -per se- de certeza
técnica y jurídica, lo que le dará estabilidad al comercio electrónico11.
Junto a las órdenes de compra, el instrumento mercantil más relevante sin lugar a
dudas lo constituye la factura electrónica, donde se consignan los bienes adquiridos o los
servicios prestados, el precio o los saldos de precio pagados por ellos y eventualmente la
recepción efectiva de las mercaderías. El uso de ambos ya es cotidiano para grandes
empresas concentradoras, como es el caso de los supermercados que comercializan con
sus proveedores en el sitio www.merconet.cl; ellos, por un lado piden a los proveedores
11
Nuestra postura es radicalmente distante de aquellos juristas que insisten en argumentar en cuanto a que
"tipificándose mejores delitos informáticos" los usuarios se sentirán más seguros al comerciar. No debe
olvidarse, que las empresas afectadas siempre prefieren no denunciar para no dañar su imagen. En años de
investigación, no conocemos ni una sola querella criminal interpuesta por un delito cometido en el contexto de
una operación de comercio electrónico.
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que estén en condiciones de recibir electrónicamente las órdenes de compra, y por el otro
esperan que las operaciones comerciales sean facturadas de la misma forma.
No nos desviaremos hacia los ámbitos del Derecho Procesal, pero el tema debe
anticiparse ahora de manera genérica para luego, entrando en materia concreta y
alejándonos de la teorización que tanto gusta a los académicos, demostrar cuál es o de
qué depende a esta fecha en el Derecho Chileno el mérito probatorio general de una
factura electrónica que sea firmada de la misma forma, o el del llamado "archivo
electrónico de cesión" que desde este año 2005 cuando se emite y envía conlleva el
perfeccionamiento electrónico de la cesión de créditos que es esencial al contrato de
factoring.
Pero el tema es otro. La cuestión es lograr que todos los registros magnéticos
mediante los cuales se da cuenta de hechos virtuales -tales como haberse bajado de
Internet un programa computacional obteniendo o no la licencia respectiva, haberse
registrado un nombre de dominio o una dirección en Internet, haberse encriptado o
firmado un mensaje electrónico, haberse accesado indebidamente a una base de datos
personales o a un sitio WEB con contenidos ilícitos o haberse enviado un documento
mercantil electrónico como la factura-, tengan valor probatorio como tales, “per se”, y que
jurídicamente, en nuestro sistema de valoración legal de los medios de prueba, dichos
mensajes magnéticos constituyan instrumentos asimilables a los documentos públicos o
privados12.
12
Un téngase presente: creemos que en el mundo del comercio electrónico es un problema teórico o formal
que los documentos o mensajes firmados digitalmente e intercambiados telemáticamente, a pesar de su
intangibilidad, puedan ser reconocidos jurídicamente ante un tribunal. En un ámbito en que los mitos abundan,
hay quienes afirman que es la característica de que los mensajes intercambiados no están soportados en
papel "la que precisamente puede detener el desarrollo del comercio electrónico". No es para tanto; puede
que ayude a una mayor certeza y genere mayor confianza en los asesores legales de las empresas, pero
nunca un proyecto de comercio electrónico se va a entrampar por este tema, ya que basta que se estipule una
cláusula de arbitraje ante árbitros arbitradores para permitir que se resuelvan los conflictos en base a los
registros magnéticos usados. Y en el hecho: es poco probable que un proveedor vaya a exponerse a perder a
18
El conflicto surgía atendido que los registros donde constan las transacciones y las
firmas son digitales y no soportados o impresos en papel -se trata del tema de la
“desmaterialización de instrumentos y documentos”-, con lo cual, aún se cree que no
satisfacen los requisitos legales de escrituración y firma y que no son pruebas visibles de
los contratos celebrados.
Esto, atendido que los medios probatorios de los hechos sobre los cuales
eventualmente se litigará y su grado de valor son señalados taxativamente por el
legislador chileno, sea en el Código Civil, en el Código de Comercio, en el Código de
Procedimiento Civil, en el Código de Procedimiento Penal o en leyes especiales, y por
razones de Orden Público estas leyes reguladoras de la prueba son inmodificables por la
voluntad de las partes.
su cliente o proveedor más grande demandándolo, si por ejemplo existe desacuerdo en cuanto al número de
toneladas compradas.
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todo escrito que dejara constancia de un hecho sin que sea necesaria una firma
manuscrita. El instrumento en cambio, que es equivalente al concepto de "objeto", sería
toda cosa mueble, material, corporal, inmaterial o magnética capaz de representar un
hecho.
Ocurre lo mismo con las facturas o guías de despacho que deben ser presentadas
para retirar o transportar bienes. El problema surge porque en estos casos (al imprimirse
en papel un documento soportado electrónicamente) la firma digital de los documentos
electrónicos desaparece, y al no intervenir el hombre carecerá de firma manuscrita y será
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difícil determinar -salvo el uso de mecanismos tecnológicos como los códigos de barra
que se adicionan a los papeles impresos- su autoría o atribuir responsabilidades.
En un plano de "lege data" o de legislación vigente, este tema nos debe llevar a
revisar los artículos 3°, 4° y 5° de la ley. Y en un plano de "lege ferenda" o de ideas sobre
cómo legislar, a proponer especialmente que se agregue un nuevo artículo "5° bis"
referido a las copias impresas en papel de los originales previamente emitidos en forma
electrónica. Los artículos pertinentes establecen lo siguiente13:
Artículo 3º.- Los actos y contratos otorgados o celebrados por personas naturales
o jurídicas, suscritos por medio de firma electrónica, serán válidos de la misma
manera y producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en
soporte de papel. Dichos actos y contratos se reputarán como escritos, en los
casos en que la ley exija que los mismos consten de ese modo, y en todos
aquellos casos en que la ley prevea consecuencias jurídicas cuando constan
igualmente por escrito.
13
Como veremos más abajo, estas normas han sido modificadas por un proyecto de ley aprobado en el
Parlamento con fecha 4 de Septiembre del año 2007.
21
Tales excepciones son los actos o contratos otorgados o celebrados en los casos
siguientes: a) aquellos en que la ley exige una solemnidad que no sea susceptible de
cumplirse mediante documento electrónico; b) aquellos en que la ley requiera la
concurrencia personal de alguna de las partes; y, c) aquellos relativos al derecho de
familia.
El penúltimo inciso (tercero) del artículo 3º señala que “la firma electrónica,
cualquiera sea su naturaleza” (es decir, respaldada por un certificado digital emitido por
una entidad certificadora previamente acreditada, o no…), “se mirará como firma
manuscrita para todos los efectos legales…”. Esto es una repetición o profundización de
lo propuesto en el inciso primero del artículo.
El artículo 5º se enuncia como la norma que alude a la forma o a las reglas que
habrán de seguirse para “presentarse” los documentos electrónicos en juicio (esto es,
para “producir” las partes la prueba de hechos magnéticos, electrónicos o digitales…),
pero además formula o determina cual será “el valor probatorio” (esto es, la forma de
“evaluarse” por los tribunales) de dichos documentos.
Lo que se busca es “premiar” con un mayor valor legal en caso de juicio a quienes
utilicen documentos o mensajes electrónicos firmados digitalmente por entidades
previamente acreditadas, pero en el día a día de las transacciones comerciales vía redes
éste tipo de estímulos no interesa a los usuarios, los que además siempre –sin
excepción- pactan mecanismos de arbitraje, con lo cual en la práctica nunca se ha
presentado –ni se presentará probablemente- un juicio de esta naturaleza ante los
tribunales ordinarios de justicia. Se trata de un invento jurídico que ha carecido de
trascendencia (porque con o sin acreditación el mercado usa la misma tecnología "PKI"),
y que ha justificado el cobro de un alto arancel de acreditación (anual o mensual) por el
Ministerio de Economía.
La firma digital (una especie de firma electrónica) debiera ser una sola desde el
punto de vista de los requisitos y sus efectos legales, es decir, siempre debiera exigirse el
respaldo de un certificado de identidad digital emitido por un prestador de servicios de
certificación -acreditado técnicamente-, para que produzca siempre los mismos efectos
14
Él dispone, en lo relevante: (i) "La certificación de las firmas electrónicas avanzadas de las autoridades o
funcionarios de los órganos del Estado se realizará por los respectivos ministros de fe. Si éste no se
encontrare establecido en la ley, el reglamento a que se refiere el artículo 10 indicará la forma en que se
designará un funcionario para estos efectos"; (ii) "Los efectos probatorios de la certificación practicada por el
ministro de fe competente serán equivalentes a los de la certificación realizadas por un prestador acreditado
de servicios de certificación"; (iii) "Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso primero, los órganos del Estado
podrán contratar los servicios de certificación de firmas electrónicas con entidades certificadoras acreditadas,
si ello resultare más conveniente, técnica o económicamente, en las condiciones que señale el respectivo
reglamento".
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En caso que el documento sea objetado, en conformidad con las reglas generales, el
Tribunal podrá ordenar una prueba complementaria de autenticidad, a costa de la parte
que formula la impugnación, sin perjuicio de lo que se resuelva sobre pago de costas. El
resultado de la prueba complementaria de autenticidad será suficiente para tener por
reconocido o por objetado el instrumento, según corresponda.
En el caso de documentos electrónicos privados, para los efectos del artículo 346, N°3, se
entenderá que han sido puestos en conocimiento de la parte contraria en la audiencia de
percepción.”.
“2. Los que posean la calidad de instrumento privado, en cuanto hayan sido
suscritos con firma electrónica avanzada, tendrán el mismo valor probatorio señalado en
el número anterior. Sin embargo, no harán fe respecto de su fecha, a menos que ésta
conste a través de un fechado electrónico otorgado por un prestador acreditado.
Parte Segunda
A. Las normas del Código Tributario, del Decreto Ley 825 o ley del IVA y las
Resoluciones N°45 (2003), N°09 (2001) y N°1515 (1995) del Servicio de Impuestos
Internos.
1. Generalidades.
Las normas que se revisan en detalle en este acápite son de la mayor importancia.
Ellas constituyen el fundamento legal particular y administrativo de la factura electrónica
en Chile, y a las mismas se refiere o se remite expresamente el artículo 9° de la ley
19.983 cuando señala que las nuevas normas -sobre cesibilidad y ejecutividad- serán
aplicables en caso que la factura sea un documento electrónico "emitido de conformidad a
la ley", por un contribuyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos. La factura
electrónica que se emita debe ajustarse en primer lugar y particularmente a la ley o a la
normativa tributaria.
15
El artículo 30, desde Julio de 1997 establece que no obstante que las declaraciones se deben presentar por
escrito o soportadas en papel, la Dirección puede autorizar a los contribuyentes para que presenten a las
oficinas del SII los informes y declaraciones juradas, de IVA y de renta en soportes distintos, cuya lectura
pueda efectuarse mediante sistemas tecnológicos. En su virtud, se dictó la Resolución 09 de Febrero del año
2001.
25
nada tuvo que ver a este respecto la ley general sobre firmas y documentos electrónicos
del año 2002.
El modelo anterior no tenía gran viabilidad de ser aplicado porque era -y sigue
siendo- de altos costos y exige que se trate de contribuyentes de grandes volúmenes de
facturación. El actual en cambio, el que ha validado y definido la Resolución Exenta N°45
del Servicio de Impuestos Internos, es de bajos costos; usa estándares técnicos
modernos y no los obsoletos del EDIFACT18; usa documentos que son firmados y
16
Esta norma, redactada para la operatoria mediante redes cerradas de valor agregado (denominadas VAN
por el término en inglés Value Added Network) y no para redes abiertas como Internet, aún está vigente.
17
Véase la URL http://www.sii.cl/documentos/circulares/1996/20.htm
18
Recuérdese que la sigla UN/EDIFACT se compone de tres siglas menores: (i) UN (United Nations), las
Naciones Unidas, el organismo responsable de la puesta en marcha y el desarrollo continuado del estándar;
(ii) EDI (Electronic Data Interchange), Intercambio Electrónico de Documentos, indica el concepto que se está
estandarizando; y, (iii) FACT (for Administration, Comerce and Transport), que señala la aplicación de este
estándar a la administración, el comercio y el transporte internacionales.
26
autenticados y que, una vez enviados no pueden ser repudiados; presupone la existencia
de prestadoras de los servicios de "certificación" acreditadas por el SII únicamente para
que provean los software que permiten a los contribuyentes generar las firmas o claves
electrónicas19; admite que existan otras empresas prestadoras de los servicios de
"facturación", pero no necesariamente acreditadas por el SII; etcétera. Revisemos
brevemente este "modelo" antes de ver el detalle de su regulación legal.
El objetivo de fondo buscado fue, que duda cabe, la disminución de los costos
operacionales tanto para los contribuyentes como para el SII y la optimización de la
fiscalización para evitar le evasión en el pago del IVA y las facturas falsas.
Como una manera de optimizar y facilitar las operaciones comerciales entre las
empresas y la relación de éstas con el SII se desarrolló un modelo de operación para
generar y transmitir documentos tributarios en forma electrónica a través de la red
Internet, liberándose a los contribuyentes que opten voluntariamente por presentar la
solicitud de autorización para acogerse al sistema de la obligación de imprimirlos en papel
especial y de guardarlos "físicamente" -léase "soportados en papel", porque el
almacenamiento de "bits" o de documentos electrónicos por seis años no se ha suprimido
y también es "físico", sólo que de una materialidad diversa.
El sistema tradicional -por así llamarlo- exige que los documentos tributarios que
respaldan las operaciones comerciales sean registrados en papel autorizado previamente
por el SII, lo que se materializa a través de un timbre de cuño que el contribuyente está
obligado a aplicar sobre sus documentos en papel.
Para aplicar este timbre de cuño se debe concurrir periódicamente al SII llevando
los documentos que se desea timbrar con los folios pre-impresos, lo que puede resultar
muy engorroso y de un alto costo administrativo por la necesidad de mantener un stock de
documentos timbrados suficientes para el negocio. Se incrementan aún más los costos
involucrados por la necesidad de almacenar o guardar físicamente por seis años las
copias de dichos documentos tributarios, tanto emitidos como recibidos y con archivos
indexados de los documentos por fecha, proveedor o cliente, en vista de una eventual o
posible fiscalización por parte del SII.
19
Es otro error conceptual grave afirmar, como se ha hecho, que estos PSC o Prestadores de Servicios de
Certificación existen para almacenar las facturas electrónicas que se emitan. Al contrario: una vez vendido y
emitido el programa que se llama "certificado electrónico", con el único objeto de acreditar la identidad del
firmante y permitirle generar las claves que se usarán para firmar, la empresa certificadora no lleva registro
alguno de cuáles o cuántos serán los documentos firmados. Un certificado puede durar dos años, y durante su
vigencia pueden firmarse uno o miles de facturas, sin que esto sea de conocimiento de la empresa
certificadora.
20
Recuérdese que este tema se reguló previamente, para el ámbito tributario, mediante la Resolución Nº09 de
Febrero del 2001.
27
Este esquema equivale a que el SII exija su ejemplar electrónico del documento en
el momento de su generación -y podrá discutirse si es "un original" o "una copia"
electrónica lo que recibe-, o si todos son ejemplares originales, cosa que resulta
impracticable con los documentos soportados en papel.
Por último, reiterar una idea importante: para la operación del modelo y al igual
que ya se había hecho en materia de presentación de declaraciones y pago de impuestos
mediante Internet, se consideró fundamental la generación de firmas electrónicas -o
claves- respaldadas por certificados digitales de identidad –o programas generadores de
claves-, con el objeto de asegurar la autenticidad de los emisores, cautelar la integridad
de los documentos generados y transmitidos electrónicamente y evitar el desconocimiento
o el repudio de las facturas enviadas por los contribuyentes o comerciantes facturadores.
Si ha sido una ley nueva la que ha validado en Chile de manera general todo tipo
de documento comercial y electrónico o no soportado en papel, con la conditio sine
quanon de que esté debidamente firmado21, forzoso es precisar que, con anterioridad y de
manera particular o restringida al ámbito del Derecho Tributario, el artículo 56 del Decreto
Ley 825 había reconocido legalmente a la factura electrónica. O más precisamente, fue
esta norma y su modificación del año 1997 la que facultó al Director del Servicio de
Impuestos Internos –no lo mandató en forma obligatoria- para optar por implementar por
vía administrativa su existencia y permitir de manera amplia y segura el intercambio
electrónico de documentos tributarios.
21
Nos referimos, por cierto, al artículo 3º de la ley 19.799.
28
Un par de años antes había sido el artículo 71 bis del Decreto Supremo N°55 o
Reglamento de la ley del IVA el que se refirió a los documentos tributarios impresos por
medios computacionales, pero sin referirse a su calidad o no de "copia" y sin regular su
valor probatorio.
Fue el inciso cuarto del artículo 56 del Decreto Ley 825 el que al ser modificado en
1997 abordó este tema con mayor exactitud, señalando expresamente lo siguiente:
22
El año 1997 dispuso mediante la Resolución 1515 y el año 2003 mediante la Resolución 45.
23
En nuestra opinión, las impresiones o representaciones impresas de las facturas electrónicas que realicen
los emisores para enviarlas a sus receptores no electrónicos o para despachar mercancías físicas en
conformidad a la Resolución 45, cabe subsumirlas en el inciso cuarto del artículo 56 del Decreto Ley 825, y
poseen el valor probatorio de un instrumento privado emanado de la persona bajo cuya firma electrónica se
transmitió.
24
Un detalle de toda la normativa administrativa, que a esta fecha está siendo objeto de otro trabajo de
investigación, puede verse en la URL http://www.sii.cl/factura_electronica/normativa.htm.
29
Son los emisores de la factura, por cierto, los que luego y en conformidad al
artículo 9° de la ley 19.983 deberán suscribir el recibo de todo o parte del precio o
remuneración, y son los receptores -que opten por la operatoria electrónica- los que
verificarán con el acuse de recibo electrónico la recepción de las mercaderías o servicios
que consten en la factura. Porque el sistema o modelo acepta, pragmáticamente, que los
receptores puedan ser "no electrónicos".
5.1) La Resolución 09 de Febrero del 2001, sobre normas que regulan el uso de
firmas y certificados electrónicos en el ámbito tributario.
Ella fue dictada en conformidad al mandato legal del Código del ramo, cuyo
artículo 30 desde Julio de 1997 establece que no obstante que las declaraciones se
deben presentar “por escrito” o soportadas en papel, la Dirección puede autorizar a los
contribuyentes para que presenten a las oficinas del SII los informes y declaraciones
juradas, de IVA y de renta en soportes distintos, cuya lectura pueda efectuarse mediante
sistemas tecnológicos.
- “Firma Electrónica” -el sustituto digital de la firma ológrafa que permite al receptor
de un documento digital, verificar con certeza la identidad proclamada por el emisor del
mismo, mantener la integridad del contenido del documento digital transmitido e impedir al
signatario desconocer la autoría del documento digital o repudiarlo en forma posterior-;
25
En estricto rigor, es un software o programa.
30
c) Los efectos del uso de firmas y certificados digitales emitidos por entidades
previamente acreditadas (los únicos importantes por lo demás) y la revocación de los
mismos.
Primero, el que se establece (el año 2001) que la firma electrónica tendrá el mismo
efecto jurídico que una firma manuscrita u ológrafa, en la medida que ella sea verificada
por referencia a una llave pública incluida en un certificado digital válidamente emitido por
un proveedor de servicios de certificación previa y debidamente acreditado, y se
presumirá que la firma electrónica aplicada en un documento digital constituye una
manifestación de voluntad de su signatario, respecto de su envío, contenido, oportunidad
y lugar de despacho.
Para terminar y de cara a la factura. Es otro gran error omitir mencionar que la
posibilidad que existan empresas prestadoras de servicios de certificación autorizadas o
acreditadas para operar en materia tributaria, únicamente respaldando la identidad del
contribuyente que firma electrónicamente un documento como la factura26, está regulada
por esta Resolución cuyo fundamento legal habilitante es el Código Tributario en su
artículo 30.
Y el error es aún mayor, cuando se afirma que su rol o el servicio que prestan
consiste -copulativamente- en certificar o "autenticar los documentos o facturas firmados"
y en "almacenar las facturas electrónicas emitidas", porque estas empresas certificadoras
ni siquiera -conceptualmente- deben conocer el contenido o la naturaleza de lo que se
firma mediante los programas o software que ellas venden, comercialización que se hace
con total independencia de cuáles sean los documentos a ser firmados y sólo para
generar las claves que permitan al signatario o persona natural firmar , autenticada y
electrónicamente.
26
En estricto rigor, a esta fecha las mismas empresas certificadoras han asumido además la función
externalizada de realizar desarrollos o programas específicos para el proceso de facturación electrónica. Se
trata, en esencia, de que un tercero asuma todos los elementos técnicos y de gestión requeridos para cumplir
con la normativa recién estudiada. No es un tema menor, es un contrato por ende bastante "dirigido", y de
partida las empresas capacitadas para hacerlo deben ser previamente habilitadas por el SII. Esta habilitación,
al extremo,
32
- El Sexto, a los procedimientos que debe seguir un receptor "no electrónico" o que
no ha sido previamente autorizado como emisor para poder recibir documentos
electrónicos;
27
Esta es la normativa administrativa esencial sobre la factura electrónica. Existen otras, como por ejemplo la
Resolución 107 relacionada con las facturas electrónicas de compras, que puede consultarse en la URL
http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2005/reso107.htm; o la Resolución 86, relacionada con la
autorización como Emisores de Documentos Tributarios Electrónicos a los contribuyentes que se Inscriban en
la aplicación de facturación electrónica disponible en el Portal Tributario Mipyme, que puede verse en la URL
http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2005/reso86.htm.
33
b) Tres fueron las materias "consideradas" por la Resolución. (i) Una, que según el
inciso 3° del artículo 56 de la Ley sobre Impuestos a las Ventas y Servicios el Director
"podía" autorizar el intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas
tecnológicos, en reemplazo de la emisión de documentos en papel y exigiéndose los
requisitos necesarios para resguardar debidamente el interés fiscal. (ii) Otra, que el uso
de documentos soportados y firmados electrónicamente en reemplazo de los soportados
en papel había sido validado -además- de manera general por los artículos 3°, 4° y
5° de la ley 19.799. (iii) Y la tercera, que la tecnología de firma electrónica permite
garantizar la integridad de los documentos y asegurar la autenticidad del emisor de ellos.
- (vii) "Información Electrónica de Ventas y Compras", que son los archivos que
reemplazan a los Libros de Compras y Ventas que deben observar las formalidades
legales establecidas en la ley del IVA;
Son, por cierto, los mínimos necesarios desde el punto de vista tributario y técnico,
tales como: poseer inicio de actividades vigente, tener la calidad de contribuyente de
IVA28, no tener la condición de querellado, procesado o, en su caso, acusado conforme al
Código Procesal Penal por delito tributario, o que un contribuyente haya sido sancionado
por este tipo de delito hasta el cumplimiento total de su pena.
Para que un contribuyente sea autorizado como emisor electrónico debe cumplir a
lo menos con las pruebas de certificación "básica" correspondientes a Factura
Electrónica, Nota de Crédito Electrónica y Nota de Débito Electrónica, proceso que está
publicado y se lleva a cabo a través del sitio Web del SII. Si aspira a ser autorizado para
emitir otros documentos electrónicos, deberá cumplir -además- los requisitos
"adicionales" de carácter técnico y administrativo que respecto de dichos documentos
haya establecido y publicado el SII.
(iii) Enviar los documentos electrónicos a sus receptores electrónicos por el medio
que se haya acordado, cumpliéndose los requisitos mínimos establecidos por el SII;
(iv) Recibir todos los documentos electrónicos de sus proveedores que sean
emisores electrónicos autorizados y entregar un acuse recibo;
28
A este respecto, puede verse en la URL http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2006/reso93.htm como
en Agosto del año 2006 se autorizó administrativamente la incorporación al sistema de facturación electrónica
de quienes no sean contribuyentes de IVA, sean personas naturales y jurídicas, e incluso entidades que no
posean personalidad jurídica, bajo el cumplimiento de determinados requisitos.
35
Luego de solicitar los folios y de autenticarse con certificado digital en el sitio Web
del Servicio, ellos se asignan -materialmente- a través de la entrega de un archivo
computacional llamado "Código de Autorización de Folios (CAF)" que debe ser guardado
por el contribuyente en forma segura y evitando el acceso de terceros para evitar que sea
mal usado, y sólo pueden ser usados una vez para generar o emitir el documento
electrónico.
En caso de detectarse errores durante la revisión por el SII sobre los documentos
tributarios electrónicos aceptados, se generarán reparos los cuales serán informados al
emisor electrónico; estos reparos podrán ser corregidos con Notas de Débito Electrónicas
o Notas de Crédito Electrónicas, si corresponde.
Una novedad normativa se ha explicitado, que resulta obvia -por cierto- para
respaldar el proceso electrónico: "el registro en la contabilidad de un documento
electrónico emitido por un emisor electrónico, tendrá como respaldo válido los
documentos archivados electrónicamente".
29
Ellas son: a) errores en la confección del archivo electrónico que impidan la lectura o análisis de la
información contenida; b) inexistencia de algunos de los siguientes datos: tipo de documento y folio de éste,
Rut emisor, Rut receptor, fecha de emisión, monto total, timbre electrónico y firma electrónica; c) Rut de
emisor o Rut de receptor inválido; d) firma electrónica inválida; e) folio del documento no autorizado, anulado
o ya recibido por el SII.
36
30
El resolutivo "Sexto" se refiere a los procedimientos de un receptor no electrónico para recibir documentos
electrónicos, aclarándose que el registro en la contabilidad del documento electrónico seguirá teniendo como
respaldo válido el documento en papel. Esta representación impresa será tributariamente válida, y si el
receptor no electrónico lo autoriza expresamente, el emisor podrá enviar por vía electrónica la representación
impresa para que posteriormente sea llevada a papel por el receptor.
31
Una Resolución Ex. N°11, del 2003, había sido inicialmente la que facultó al emisor electrónico para solicitar
autorización al receptor no electrónico, con el fin de enviarle la representación impresa por medios
electrónicos según el formato establecido en el Instructivo Técnico publicado en el sitio Web del SII.
37
Fue además una de las primeras normas en definir en Chile lo que debía
entenderse por "firma electrónica".
Por cierto, la Resolución 1515 de Marzo de 1995 está plenamente vigente, y con
posterioridad a su promulgación fue objeto de específicas modificaciones. Como
anticipamos, su texto actualizado puede consultarse en una Circular N°20 de 1996, que
contiene instrucciones relativas a la utilización de un sistema electrónico para la emisión,
transmisión y recepción de documentos tributarios por los contribuyentes32.
El fundamento legal previo fue dado sólo por una norma reglamentaria en Enero
de ese año, a saber, por el ya citado artículo 71 bis del Decreto Supremo N°55 o
Reglamento de la ley del IVA, cuyo inciso cuarto facultó a la Dirección del Servicio de
Impuestos Internos para autorizar (i) la emisión de facturas, facturas de compra,
32
Véase la URL http://www.sii.cl/documentos/circulares/1996/20.htm
38
- a) "Red de Valor Agregado" (o VAN por las palabras inglesas "value added
network"), conceptualizada como una red de transmisión electrónica de datos a la cual se
agregan servicios adicionales, tales como los de casilla electrónica e Intercambio
electrónico de datos o "EDI" mediante documentos previamente estandarizados;
- c) en poseer un capital social que no podrá ser inferior a 4.000 UTM al momento
en que soliciten la autorización respectiva;
- e) en constituir una garantía en favor del Servicio de Impuestos Internos por los
montos y en la forma que establezca el Servicio en la Resolución que autorice su
operación;
Y el artículo tercero fijó para los contribuyentes que deseen utilizar este sistema
electrónico de transmisión de documentos tributarios, las siguientes condiciones y
requisitos:
Junto al escaso desarrollo del comercio electrónico en el país, la causa quizás más
importante para el poco éxito en la implementación práctica de esta normativa emana del
propio articulado de la Resolución Exenta 1515. En efecto, el numeral 3º estableció que
dentro de las condiciones y requisitos que deben cumplir los contribuyentes que deseen
utilizar el sistema electrónico de transmisión de documentos tributarios mediante redes
33
En el Título II sobre infracciones y sanciones, en el Párrafo 1° relativo a los contribuyentes y otros
obligados, el artículo 97 consigna cómo serán sancionadas diversas infracciones a las disposiciones
tributarias. El N°10, concretamente, alude al no otorgamiento de guías de despacho, de facturas, notas de
débito, notas de crédito o boletas en los casos y en la forma exigidos por las leyes, el uso de documentos
tributarios no autorizados o no timbrados previamente, y el fraccionamiento del monto de las ventas o el de
otras operaciones para eludir el otorgamiento de boletas. ¿Las sanciones?: multas y clausura de locales, y
sanciones penales para el caso de reiteraciones.
41
Una consecuencia lógica es que esta limitante cuantitativa, sumada por cierto a los
altos costos de operar a través de las Redes de Valor Agregado o VAN autorizadas a esta
fecha, hizo inaccesible el uso de facturas electrónicas a sectores empresariales como las
Pymes, que registran un menor movimiento operacional.