Sunteți pe pagina 1din 1

Con frecuencia, el orador utiliza proyecciones de PowerPoint como apoyo a la

intervención. Aunque en ocasiones es recomendable, e incluso imprescindible, como en la


presentación de informes económicos, en algunas ocasiones es contraproducente, al hacerse un
excesivo y mal uso de la herramienta. Para evitarlo, se aconseja tener en cuenta las siguientes
recomendaciones y advertencias:

* La proyección es un medio, un apoyo, y no un fin en sí misma. Muchos oradores dedican más


tiempo a preparar su PowerPoint que a escribir un discurso sólido y bien estructurado o a buscar
las palabras adecuadas y esa frase brillante que sintetice la idea-fuerza.

* Casi siempre el PowerPoint está más pensado para servir de guion al orador que para resultar
útil a la audiencia.

* En la mayoría de los casos, los asistentes no pueden leer bien los textos por la lejanía de la
pantalla.

* Se debe usar la menor cantidad de texto posible, no más de cinco puntos y tres o cuatro
palabras por punto.

*Mucho mejor el uso moderado de gráficos o imágenes que de texto. Las imágenes deben ser
pocas y muy ilustrativas para apoyar los argumentos del orador.

* Las proyecciones distraen muchas veces la atención de la audiencia, más pendiente de la


pantalla que de las palabras del orador. El PowerPoint no debe ser más que un simple apoyo.

* Los oradores que se limitan a leer los textos del PowerPoint aburren con rapidez a la audiencia,
que desconectan del discurso para leer directamente el texto.

* Con frecuencia, se presentan problemas técnicos en el ordenador o en la sala que impiden la


proyección. Algunos oradores entran en pánico, pues le resulta del todo imposible articular su
conferencia sin esas proyecciones. Moraleja, el orador debe tener siempre pensado un plan B
ante estos imprevistos, con un esquema de contenidos que le permita pronunciar tu discurso
sin el apoyo de las proyecciones.

* No abusar en el número de transparencias. Mejor menos que más. Jamás pasar de largo
algunas porque da la sensación que improvisación al utilizar una presentación anterior, por lo
que se le resta el encanto de la exclusividad,

En resumen, que el uso del PowerPoint está sobredimensionado y, de hecho, es


contraproducente en muchas ocasiones, lo que crea al orador una empobrecedora
dependencia. Hay que usarlo tan solo lo imprescindible, cuando sea realmente necesario y
preferentemente con gráficos o imágenes que tengan impacto sin necesidad de ser leídas. El uso
de material audiovisual, por su gran impacto, también debe ser bien dosificado porque, aunque
puede ayudar y ensalzar la intervención, también puede distraer del mensaje principal y romper
el hilo del discurso.

S-ar putea să vă placă și