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Por | 04/03/2020 | Opinión
Fuentes: La Tizza
¿Qué puede significar volver a Marx para trascenderlo? ¿Cómo es posible que el capitalismo logre
mantenerse, crisis tras crisis, apenas tambaleándose pero sin derrumbarse? ¿Cómo lo sostienen sus
contemporáneo? ¿Continuar las pistas de El Capital? A estas, y otras preguntas, responde el
investigador costarricense Henry Mora en esta nueva conversación con La Tizza, en la cual adelanta
algunas de sus ideas sobre lo que debe ser una lectura crítica de la monumental obra marxiana.
La Tizza (LT): Comencemos por el título de estas dos jornadas «Volver a Marx, para trascender a
Marx» y podemos hacer con él una pregunta doble: uno, ¿Volver a Marx?, ¿para qué, por qué, tiene
sentido hoy?; dos, ¿qué puede significar, desde el marxismo, «trascender a Marx»?
Henry Mora (HM): Bueno, creo que es un inicio muy adecuado para la entrevista. Por «volver a
Marx» me refiero al Marx original y, por tanto, a sus textos originales, no al marxismo vulgar que se
institucionalizó durante la era soviética — tanto en la antigua Unión Soviética como en Occidente —
. Aunque desde luego, no siempre está claro si los textos no editados y no publicados por Marx son,
en realidad, de su absoluta autoría; lo cual es en especial problemático con algunas de sus obras de
juventud. Sin embargo, es posible controlar mediante una lectura hermenéutica si alguna idea clave
que las desarrolla; o si, por el contrario, son con posterioridad desechadas o superadas.
¿Para qué y por qué, con qué sentido? Pienso que la institucionalización y dogmatización del
marxismo hizo mucho daño a los movimientos de izquierdas que durante el siglo xx y todavía hoy,
reivindican al marxismo como una teoría o un método que nos ayuda a luchar por otras sociedades
posibles y mejores que la actual. Por eso es muy importante detectar qué conceptos fueron mutilados
ejemplo, de la «teoría de las relaciones sociales de producción», reducida a una simple definición
vinculada con las relaciones de propiedad, mientras ignora todos los demás aspectos que en Marx se
incluyen. Por cierto, tal «teoría» no es, en realidad, una teoría, en el sentido tradicional, sino un
«marco categorial»: el marco categorial del materialismo histórico. Este marco categorial, es cierto,
incluye las relaciones de propiedad; pero también, la coordinación del trabajo social, los poderes de
apropiación y coordinación correspondientes, los valores y mitos de legitimación, entre otros. Pero la
definición de manual es casi inservible para la lucha contra el capitalismo hoy en día.
Pero además, el desarrollo que encontramos en Marx de este y otros temas claves es muchas veces
insuficiente, errático, ambiguo o simplemente ha quedado rebasado por el curso de la historia, de ahí
la importancia de volver a Marx para realizar esta triple tarea: uno, confrontar a Marx con el
marxismo vulgar; dos, desarrollar las propuestas teóricas pertinentes pero apenas esbozadas y; tres,
reconocer cómo el curso de la historia de la «sociedad burguesa» — como él solía llamar a lo que
nosotros denominamos «capitalismo» — , hace necesario aplicar a sus aportes su mismo método: el
método de la crítica.
¿Trascender a Marx? Bueno, sería iluso pensar que 150 después de la publicación del primer tomo
de El capital — por mencionar a su obra monumental — , la teoría básica del capitalismo allí
histórico que sirve de ilustración o de corroboración de las «leyes objetivas» o de las «leyes de
tendencia» por Marx descubiertas, sino incluso a su misma estructura teórica. Para muestra, un
ejemplo — pero podemos mencionar al menos una decena — : Marx estudia con sumo rigor y
detalle la «subsunción formal y real del trabajo directo», en especial en las secciones tercera y cuarta
del tomo I, pero apenas alcanzó a vislumbrar la subsunción formal y real del trabajo conceptual, o
como él le llama en un breve pasaje del tomo III, el «trabajo general». Y resulta que esta ausencia es
una clave fundamental para entender la estructura y la dinámica del capitalismo en el siglo XX y lo
que llevamos del siglo XXI. Aquí necesitamos «trascender a Marx», aunque en general, sus teorías
trabajo social, es un orden entrópico. Para alguien que se acerca al tema, ¿cómo traducir esta
analogía de la física? ¿Cómo contrarresta esa condición el sistema capitalista? ¿Qué consecuencias
tiene para la reproducción de las dos fuentes «originarias de toda riqueza», el ser humano y la
naturaleza?
HM: Como ha enfatizado Franz Hinkelammert, el capitalismo, sin dudas, representa un determinado
orden, y Marx mismo lo reconoció. Pero el problema es otro, es preguntarse de qué tipo de orden se
trata y cómo se sostiene. Marx retoma la idea de Adam Smith de los «efectos no intencionales de la
acción intencional», pero en Smith esto sirve para justificar el mito de la mano invisible del
mercado, o como decía Karl Polanyi, el mito del mercado autorregulado. La economía ortodoxa solo
reconocía hasta hace poco, efectos no intencionales positivos, o como ellos los llaman,
«externalidades positivas». El término «externalidad» no es para nada adecuado, porque sugiere que
todos los efectos de las relaciones humanas no coordinadas por el mercado son efectos externos, lo
que en la práctica significa que la mayoría de las relaciones humanas y sus efectos son
externalidades. Marx reconoce la existencia de efectos no intencionales negativos y cree que estos
como del ser humano. Como estos efectos son de naturaleza acumulativa, el orden que se genera es
entrópico, esto es: un orden que surge como reacción al desorden, o de un equilibrio por el
desequilibrio. Y no es una simple metáfora: el mercado desenfrenado, tal como lo estudia Marx
en El capital, es un orden destructivo y, por tanto, autodestructivo, por eso la referencia a un orden
entrópico.
Pero hay más para ilustrar esta metáfora. Así como un sistema abierto puede revertir el aumento de
otros sistemas con los cuales se relaciona — , el capitalismo también ostenta una cualidad similar:
conjuntos interdependientes, la naturaleza y el ser humano. Es muy fácil verlo a nivel de una
empresa si esta reduce sus costos con la contaminación del río aledaño al lanzar allí sus desperdicios
sus salarios. En ambos casos la crisis de la empresa es exteriorizada a lo que considera y trata como
«su entorno», aunque en términos estrictos no lo sea, ya que la economía forma parte del entretejido
social y este forma parte del entretejido de la naturaleza externa — no «subconjuntos» como suele
decirse — .
Las crisis de las relaciones humanas, las crisis de exclusión y las crisis medioambientales no indican
más que la capacidad que el sistema capitalista ha tenido para exteriorizar sus crisis. Los negocios
¿Cómo contrarrestar estas crisis? Polanyi sugería la reincrustación — embedding — del mercado y
mercantilización del trabajo, de la tierra y de las finanzas. Este me parece un punto de partida
adecuado, que no es otra cosa que socializar y ecologizar los mercados, aunque hoy debemos
agregar la feminización de los mercados, ya que estos actúan con especial virulencia y explotación
En términos de Marx, necesitamos ir más allá, pero aceptando que su tesis de la abolición de las
valor de cambio al valor de uso; a lo que tenemos que agregar, subordinar la racionalidad
eficiencia reproductiva que en el acto de producir se obligue a reproducir las dos fuentes originarias
autodestructor, incapaz de garantizar una vida digna — incluso simplemente una vida — para todos
y todas. Por este motivo hay que replantear la vieja tesis del «control consciente de la ley del valor»
LT: En la línea anterior, el marxismo vulgar, de amplia difusión, reduce la teoría de la plusvalía
capitalista a una «teoría de la explotación»; sin embargo, la cuestión, según el propio Marx y según
la evidencia empírica, sugiere que es algo más complejo que eso. ¿Qué aportes tienes a esa
discusión?
HM: En efecto, el problema que Marx busca demostrar con su teoría de la plusvalía, es que un
régimen de relaciones sociales de producción con coordinación ex post y coactiva del trabajo social
— Marx habla de división del trabajo a posteriori y natural — , y con propiedad privativa de los
medios de producción — propiedad privada monopolizada por una minoría — conduce, de manera
continua, al desequilibrio de las necesidades y socava: uno, las mismas relaciones de producción;
dos, el sistema de valores y; tres, las fuentes originarias de toda riqueza — ser humano y naturaleza
—.
esta teoría al análisis de la explotación, el cual, desde luego, es consustancial a toda sociedad de
clases.
Recordemos que, en la teoría neoclásica, el equilibrio de la división social del trabajo — equilibrio
categóricamente esta posibilidad — el «mito de la mano invisible» — , que, de ocurrir, sería por
mera coincidencia. Sin dudas, toda economía puede y debe analizarse desde el punto de vista de la
consistencia formal, tanto de los medios como de los fines; pero el «orden ideal» que, en realidad,
define el equilibrio del sistema de coordinación del trabajo social es el «equilibrio material» y el
«equilibrio reproductivo», o en términos de Marx, «la reproducción material de la vida real»; la cual,
sin embargo, debe ampliarse con la consideración del equilibrio del «metabolismo social» o del
capitalismo, no es más que una forma histórica particular de organización del sistema de división
social del trabajo o, mejor aún, de determinadas relaciones sociales de producción. Marx tuvo el
mérito de realizar esta crítica al pensamiento social y económico de su tiempo, aunque su aporte hoy
nos resulte incompleto para comprender la estructura y dinámica del capitalismo contemporáneo.
De modo lamentable — para la ciencia al menos — , la teoría neoclásica redujo el problema del
economía walrasiana — , pero esta nunca ha podido responder a la crítica de Marx, la cual parte de
deriva de la reducción del sistema de coordinación del trabajo social a un «sistema de precios» y, por
tanto, a la imposibilidad de descubrir o, siquiera vislumbrar, las raíces de la explotación y de la
distribución dela plusvalía entre las distintas fracciones de la burguesía y de la burocracia estatal.
El otro punto central que el marxismo institucionalizado perdió de vista, es que en presencia de
coordinación coactiva del trabajo social y de propiedad privativa, surgen, por necesidad, poderes de
apropiación, los cuales, en última instancia, explican por qué los trabajadores directos no se apropian
de todo el fondo de consumo, y cómo una parte sustancial de este es apropiado por las clases
dominantes, ya que ostenten la propiedad privativa de los medios de producción o porque controlan
el uso y la administración de estos medios. Este «olvido» fue muy conveniente para la burocracia
soviética, pues si aplicamos con rigor la teoría de Marx, esta burocracia fue en realidad una «clase
social».
LT: La teoría de las clases sociales, bajo las vulgarizaciones del marxismo, se empobreció mucho; y
de modo particular, al vincular de manera mecánica, las clases sociales con la propiedad. ¿Cómo
entender, desde una lectura crítica las ideas esenciales de la teoría de las clases sociales en el
HM: Según el «plan original» de seis libros para su crítica de la economía política, el tema de las
clases sociales no podía abordarse con el rigor científico exigido por el método teórico de Marx,
hasta después de desarrollados los tres primeros libros — del capital, de la propiedad de la tierra, del
trabajo asalariado — . Sin embargo, es claro que, en la redacción final del tomo I — el único
publicado en vida de Marx — la teoría de la plusvalía contiene, más que implícitamente, una teoría
de las clases «en general». Y digo «en general», en un sentido similar a como Marx elabora su teoría
del capital «en general» en el tomo I y en las dos primeras secciones del tomo II [de El Capital].
Pues bien, según el análisis de Marx, a una teoría de las clases «en general» le corresponde elaborar:
uno, las razones por las cuales las relaciones sociales de producción capitalistas — u otras con
coordinación coactiva — hacen surgir una clase dominante; dos, cómo esta clase legitimasus poderes
El problema es, entonces, demostrar los vínculos de cierta clase de coordinación del trabajo social
produccióncorrespondientes.
Se debe reconocer que, sin dudas, el marxismo tradicional le otorgó al régimen de propiedad una
capacidad cuasi metafísica en la explicación de estos problemas que he mencionado. Pero resulta
que el régimen de propiedad — privativa en este caso — , es solo uno de los componentes centrales
de las relaciones sociales de producción. Para decirlo en palabras sencillas, el régimen de propiedad
«estructura» las relaciones sociales de producción, y el sistema de coordinación del trabajo social
«ordena» la economía; así como el sistema de valores y de mitos sirve para estabilizar y legitimar los
En especial, la teoría de las clases «en general» devela cómo una coordinación coactiva y ex post del
clase y, como consecuencia de ello, también de los intereses específicos de ciertos sectores de sus
misma como una sociedad de la igualdad — claro, desde Marx sabemos que se trata de una igualdad
a las sociedades anteriores donde prevalecía la desigualdad, el poder de unos sobre otros. El único
poder que reconoce la economía burguesa es el «poder de mercado», que se presenta como una
«distorsión» con respecto a los «mercados perfectos». Por tanto, las clases solo pueden concebirse
Marx descubre una estructura de poder detrás de esa igualdad formal/contractual de la sociedad
capitalista, aunque advierte que esta estructura no se desarrolla, como necesidad, de manera
intencional, aunque sí sea intencional el aprovechamiento de estos poderes. Los poderes de la clase
dominante se basan en dos pilares: uno, los poderes de coordinación — una coordinación coactiva
y ex post del trabajo social conduce necesariamente a la propiedad privativa, a las clases sociales y a
de producción — ; dos, los poderes apropiación — estos surgen del régimen de propiedad, ya sea
propiedad privativa o como control del conjunto de la propiedad de los medios de producción por el
Estado: y en sus inicios, del Palacio, del Templo — . En definitiva, la teoría de las clases «en
general» que ya descubrimos claramente en el tomo I de El capital es una teoría de las relaciones de
¿Cómo nos ayuda este conocimiento a encauzar mejor las luchas contemporáneas de emancipación?
Dejando atrás las versiones simplistas, tanto burguesas como marxistas, y al ubicar el problema de
las clases dentro de un marco mayor, el de las relaciones sociales de producción — que, sin
embargo, hay que seguir desarrollando — , estamos mejor preparados para la praxis revolucionaria.
Sabemos que el régimen de propiedad no lo explica todo ni lo resuelve todo, sabemos que sin la
deslegitimación de los poderes de las clases dominantes es casi imposible evitar que las crisis del
sistema se exterioricen hacia «su entorno»; sabemos que «para ser realistas, hay que soñar con lo
imposible». Esto nos permitiría transformar la dialéctica histórica de Marx en una dialéctica
determinados mitos, los cuales le son funcionales a su existencia: el de la «mano invisible del
mercado», el del «progreso», el de la sociedad del «crecimiento ilimitado», entre otros. ¿Qué
HM: Toda clase dominante necesita estabilizar y legitimar sus poderes de dominación. La
fundamentales para este propósito, al extremo que determinadas normas se fetichizan hasta
convertirse en mitos: mitos de dominación. Estos mitos se introyectan de tal manera que se llegan a
«naturalizar». En lo que sigue me refiero solo a algunos de estos mitos, los que se incluyen en la
pregunta, que son de carácter supuestamente secular, aunque hay otros de igual o mayor
Comencemos por el mito de la «mano invisible». En este y en los demás casos, no entiendo por mito
una simple falacia, sino una narrativa, un mantra que, en este caso sirve tanto para opacar las
relaciones de poder subyacente, como para evadir la responsabilidad humana por las crisis que
como supuesta autorregulación del mercado, cuando en realidad, en toda sociedad de clases la tarea
de coordinación corresponde y es llevada a cabo por la clase dominante mediante determinados
medios e intermediarios. Pero es muy fácil achacar a las «leyes del mercado» la supuesta
inevitabilidad de determinadas consecuencias del «libre mercado». Claro que el mercado, con su
competitividad compulsiva muchas veces pone a las empresas — sean estas públicas o privadas —
en dilemas del tipo «contaminar o sobrevivir», «engañar o sobrevivir»; pero, por lo general, se trata
correspondientes.
mostrado una y otra vez como desastrosa, y cada vez son más frecuentes y gigantescos los
«rescates» del Estado o de los bancos centrales a empresas que, se suponen, no pueden caer. Y en la
teoría, la tesis de la mano invisible — o «teorema» según se dice — pasa por una quiebra incluso
aceptada por los propios teóricos neoclásicos; y es que incluso bajo los supuestos más «olímpicos»
entredicho, lo que no obsta para que en los manuales introductorios de economía se siga engatusando
a los estudiantes con estas pretendidas propiedades mágicas del mercado. Por lo demás, el carácter
trascendental de los supuestos del modelo matemático del equilibrio general lleva a paradojas como
que la «competencia perfecta» es un estado en el que los mercados — o cualquier otra institución —
no son necesarios. La tesis de la «mano invisible» es un mito, y como mito cumple funciones de
legitimación ideológica.
Ahora digamos algo sobre los otros mitos mencionados. Ya sea que concibamos el término
«ideología» como un marco categorial pre o meta científico, o como sinónimo de «falsa conciencia»,
a la muy antigua idea del progreso — tiene raíces grecorromanas — , le cabe la caracterización más
reciente de ideología, en especial tal como esta ha sido elaborada en los tres últimos siglos en la
sociedad inglesa del siglo XVII, con John Locke, y se confirma más tarde con la Revolución
Industrial, el desarrollo de la técnica y del «libre mercado», según Adam Smith; y aunque en un
actividad humana ala que no pudiera aplicarse: cientificismo, economicismo, entre otros.
Este perpetuo avance «hacia adelante» se suponía impulsado por las fuerzas de la razón, la ciencia,
; al mismo tiempo que la supuesta capacidad de progreso indefinido actuaba como una de las
problema humano que aquellas, junto con la economía de mercado y la democracia liberal no puedan
socialismo — donde cabe el continuo perfeccionamiento, pero no los cambios estructurales en las
relaciones sociales de producción. El mundo esperó milenios por esta revolución, y de ahora en
Esta concepción, a pesar de sus muchos críticos — como Iggers, Popper, Illich, entre otros — es aún
«científica» en muchas de las teorías del crecimiento económico y del desarrollo, en cualquiera de
sus variantes. La ilusión de crecer de por tiempo indefinido y de modo lineal, en un planeta finito —
«sociedad del crecimiento» — , quedó instalada hasta bien entrado el siglo XX, pues en efecto, no
será hasta la década del setenta de ese siglo pasado cuando el mito comenzó a mostrar fisuras,
Solo agreguemos que la ideología del progreso, en cuanto supuesto proceso natural en la sociedad,
se afianzó con el traslado — muchas veces acrítico — de las ideas evolucionistas que irrumpieron en
biología a mediados del siglo XIX, para con posterioridad, ya en el siglo XX, convertirse en la
convicción de que el progreso y la evolución social podrían alcanzarse por medio de esfuerzos
deliberados en procura del «desarrollo», lo que, sin dudas, choca con una de las ideas centrales de
Darwin: la evolución no tiene ningún fin intencionado, no persigue una finalidad, apenas ocurre por
En resumidas cuentas, toda sociedad de clases requiere de mitos de dominación para intentar
dedo en la llaga ni ha sido capaz — también hay excepciones — de levantar sus respectivos «mitos
de liberación»: los mitos de dominación no se combaten con argumentos de racionalidad — aunque
esto puede ayudar — , porque como hemos dicho, no se trata de simples falacias. Los mitos se
frente a los cuales necesitamos anteponer mitos de liberación, al estilo, por ejemplo, de la
Pachamama.
LT: Ya hemos visto y comprobado en la práctica, de modo dramático, que las relaciones de
dominación que engendra, o desarrolla el capitalismo — porque algunas le son anteriores — son
múltiples; sin embargo, Marx apenas — y aquí, «apenas» es un eufemismo — estudió una de ellas:
la dicotomía entre el trabajo asalariado y el capital. ¿Es esa la «principal»? El estudio, el marco
conceptual que elaboró Marx para abordarla ¿tiene sentido para comprender, interpretar y superar las
sino justo del individuo calculador, poseedor, egoísta, dominador y abstracto — de una corporalidad
desarrollan de manera imbricada, es posible percibir, incluso a simple vista, que la lógica del sistema
no implica un solo tipo de dicotomía o contradicción en las relaciones humanas, sino varios.
siglo XIX, aunque ya la Revolución Francesa deja mostrar al menos dos dicotomías más: la
sur de los Estados Unidos — y la opresión hacia las mujeres — solo contaban los derechos «del
hombre» — . Por esto, las tres emancipaciones de los siglos XIX y XX serán justo estas: la de la
clase obrera, la de los esclavos y, más tarde, la de la mujer. Pero las contradicciones en las relaciones
discriminación por el color de la piel. Ni los helenos ni los romanos llamaban «bárbaros» a los no
blancos. Eran otros supuestos atributos los que hacían a unos y a otros superiores a los «pueblos
consumió a Marx los mejores veinte años de su vida. Pero hoy queda claro que la emancipación
humana incluye, sin lugar a dudas, muchas emancipaciones, como más recientemente ha resultado
claro con la discriminación y persecución hacia las poblaciones no heterosexuales. Tenemos además
la discriminación entre etnias que, ha llevado incluso a guerras fratricidas de exterminio del otro
En fin, Marx denunció y estudió un tipo de «discriminación» que sigue estando vigente, pero que
hoy ya no monopoliza las luchas sociales de emancipación. Sin embargo, hoy en día el capitalismo
porque condiciona todas las demás. Lo que está en juego es la vida misma, amenazada por la guerra
nuclear, el agotamiento de los recursos, la crisis climática y, en última instancia, por la voracidad del
mercado total.
Bajo esta perspectiva, la lucha de clases no debe encapsular a las otras contradicciones, pues, aunque
todas tengan en común esta realidad triple del colonialismo-capitalismo-patriarcado, cada una de
ellas tiene su propia especificidad, lo que a su vez nos obliga a replantear esta lucha permanente por
la emancipación humana, o de modo más exacro, por las emancipaciones humanas. Y sí, hoy
necesitamos un marco conceptual más amplio que el legado por Marx, incluso para entender al
propio capitalismo.
LT: Ya hemos visto, en momentos anteriores, que los conceptos trascendentales de orden espontáneo
una «convivencia perfecta» — ; ¿qué lectura hacer hoy del mismo? Complejicemos la pregunta:
¿cuál es la condición humana que podría hacer posible la superación — no la inversión — del
capitalismo? ¿basta con la «asociación de hombres y mujeres libres» y con relaciones humanas
directas?
HM: El concepto finalista de sociedad en Marx es la sociedad comunista, el cual lleva asociado un
concepto límite que podemos denominar «convivencia perfecta». Y para Marx, la crítica de fondo no
es la propiedad, la cual es un resultado, sino, la división del trabajo. Pero no cualquier división del
trabajo, sino aquella que denomina «natural», y que bien podemos llamar más en propiedad, división
coactiva del trabajo — en el sentido de «impuesta», «exclusiva» — : esta es la que conduce de modo
A esta división coactiva del trabajo social, Marx le antepone la división voluntaria o espontánea, y
que guía sus primeras imaginaciones sobre la sociedad no enajenada, comunista. Pero no se da
cuenta que este concepto de división voluntaria del trabajo social conlleva implícitos los mismos
soviético. Todos estos conceptos límite corresponden a visualizaciones de una sociedad perfecta.
¿Qué supuestos son estos? En especial el de perfecta movilidad de las personas y el conocimiento
perfecto — incluso previsión perfecta — de todo lo relacionado con la actividad de los actores
trascendentales.
Estos supuestos también aparecen en la teoría walrasiana del equilibrio económico general y en la
teoría de Hayek sobre el orden espontáneo. Su carácter trascendental implica además que se trata de
supuestos con un carácter claramente antinstitucional, en el sentido de que con movilidad perfecta y
con información perfecta no harían falta las instituciones: todo podría resolverse vía relaciones
humanas directas.
Volviendo a Marx, tanto en los Manuscritos, como en La Ideología alemana y también en El
Pero en El capital — y Engels de manera muy clara en el Anti Dühring — , Marx se acerca a una
idea que después determinó totalmente al marxismo institucionalizado: la idea de una posible
trabajo sin los efectos propios de la división de trabajo. Es el caso, por ejemplo, de su referencia a la
empresa capitalista como una división del trabajo a priori, mientras que el mercado capitalista tiene
Marx habla entonces de la nueva sociedad como una aplicación de esta división de trabajo a
socialista — en Crítica del Programa de Gotha — : «de cada uno según su capacidad, a cada uno
según su rendimiento»; «de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad». En la
primera etapa vale el principio de la igualdad en la distribución del producto — en realidad, del
fondo para el consumo individual — , pero sigue rigiendo el principio que regula el intercambio de
De manera que, tanto en Marx como en Engels se pueden apreciar dos conceptos en el plano del
equilibrio de la división del trabajo. Sin embargo, no se dan cuenta del carácter distinto de esos
conceptos y los confunden de manera continua. Por una parte, el concepto que se basa en la idea del
hombre total y de la conversión de la división coactiva de trabajo en división del trabajo voluntaria o
espontánea y, en segundo lugar, el concepto que se basa en la planificación del trabajo social — a
El primer concepto llevaría más bien a una sociedad comunista concebida en términos de
¿Qué problema radical vemos aquí? En especial un problema de factibilidad en relación con la
condición humana. La revolución total que Marx anuncia es una revolución en nombre de la
sociedad sin clases, sin propiedad privada, sin dinero, sin relaciones mercantiles, sin Estado; pero en
factibilidad es consecuencia directa de que la humanidad se propone solo metas que puede
De manera que, y para no alargarnos demasiado, puedo resumir así nuestra tesis principal: uno, el
realización rebasa la condición humana misma; dos, esta «barrera de factibilidad» no es apenas
histórica, sino radical; tres, las distintas teorías e ideologías de las ciencias sociales actuales evitan
confrontar este concepto y su problemática, y al hacerlo caen en el pozo de la «razón utópica» como
manera, pero se mantiene vigente como «idea regulativa» que debe orientar los proyectos de
LT: En una carta, de 1965, del Che al flamante secretario de organización del naciente Partido
Comunista cubano, Armando Hart; el primero criticaba, por dogmáticos, los manuales soviéticos que
se habrían convertido en una biblia, y se lamentaba, sin embargo, que la Biblia para los marxistas no
de El Capital. A ciento cincuenta años de su primer tomo ¿qué claves están incólumes en ese texto y
HM: Bueno, Hinkelammert y yo hemos dicho que necesitamos con urgencia de una segunda crítica
de la economía política, con tres principales tareas por delante: uno, la crítica de la economía
burguesa de hoy en día, incluida su fundamentación mítica; dos, una actualización de la teoría básica
del capitalismo que nos legó Marx y; tres, la elaboración de una «economía para la vida» que ponga
los fundamentos de otras economías posibles. Hablemos un poco de lo segundo, y en especial del
Después de más de 150 años de publicado el tomo I de El Capital — me concentro en exclusivo en
esta obra — , y no obstante el monumental trabajo físico e intelectual que el mismo representó para
su autor — y su legado para la Humanidad — , es claro que, como toda obra teórica e histórica, el
paso de los años ha incidido, eventualmente, en la validez de algunos de sus principales aportes o
resultados. No me refiero al material histórico que sirve de respaldo, ya sea para ilustrar, ya sea para
construir los argumentos teóricos respectivos; sino, sobre todo, a la estructura lógica de la obra, a su
punto de partida, a sus transiciones dialécticas, y a su concordancia con los rasgos centrales del
capitalismo actual. En este sentido, la evaluación crítica a realizar no pretende anular los aportes
cimeros de Marx en dicha obra para la comprensión y crítica del capitalismo, sino más bien, levantar
un conjunto limitado de temas de discusión que el capitalismo actual nos obliga a reconsiderar, en
especial, «El proceso de producción del capital» presentado en el tomo I de El Capital. Y aunque se
trata de una investigación en curso, puedo al menos mencionar algunas de las hipótesis en las que
estoy trabajando:
Uno. El problema del punto de partida: mercancía y coordinación del trabajo social. Son conocidas
las dificultades que encontró Marx para la redacción del primer capítulo de El capital; pero no me
refiero tanto a eso, sino a la pregunta de si «La mercancía» sigue siendo el punto de partida
adecuado para el acceso al estudio de la sociedad burguesa actual. ¿No sería más pertinente, hoy en
Dos. La subsunción del trabajo conceptual.Ya hablamos algo sobre esto. Marx estudia con exquisito
detalle la subsunción formal y real del trabajo directo, pero en el tomo III se refiere a otro tipo de
trabajo productivo — productivo para el capital — : el trabajo general, expresión que usa para
referirse a la técnica, la ciencia y la innovación. Creemos más conveniente hablar en este caso de
«trabajo conceptual», y es claro que el mismo es central en la actualidad. No obstante, esta «pieza»
— la subsunción formal y real del trabajo conceptual — está ausente en el tomo I — y casi
imposible que fuera de otra manera pues el mismo proceso apenas comenzaba a vislumbrarse al final
de la vida de Marx — .
Tres. El problema del trabajo improductivo. Especialmente en el tomo II de El capital y en Teorías
la naturaleza.
llamado la atención sobre un tema central ausente en la obra de Marx: el trabajo de reproducción. Es
imposible entender la reproducción social sin incorporar en la teoría básica del capitalismo, la
división sexual del trabajo y los llamados trabajos de cuidado. Y no se trata apenas de algo que el
capitalismo arrastra del patriarcado, ya que este trabajo de reproducción adquiere un papel, una
originarias» de toda riqueza social. Me refiero, desde luego, al tema ecológico. Marx lo adelanta —
estudió mucho los efectos del capitalismo sobre la fertilidad de la tierra, por ejemplo — y contamos
con muchos aportes contemporáneos sobre cómo imbricar la dinámica de la acumulación con el
capítulo sobre la acumulación originaria solía verse como un presupuesto histórico del capital, un
proceso emergente que ocurría y servía de «gran empuje» al capitalismo. Pero hoy es generalizada la
tesis de que la acumulación originaria no es simplemente originaria, sino que se trata de una
acumulación permanente de recursos, tierras, ideas, saberes, culturas, etc. Esta acumulación
permanente ya no puede ser vista como un anexo a la parte en rigor teórica de una teoría básica del
capitalismo.
Ser «explotado» se está convirtiendo en un privilegio, en una condición para la existencia, de una
manera mucho más dramática que en la época de Marx, cuando el campesinado era todavía una
salida posible a la subsunción directa por el capital. De manera similar, la mayor exclusión hoy en
día no es ser parte del ejército de reserva, sino ser tratado como población sobrante por el capital.
Bueno, estos son solo algunos ejemplos de lo que entiendo por una necesaria actualización de la
teoría básica del capitalismo, esa que Marx desarrolla en el tomo I y en las dos primeras secciones
del tomo II, en especial. La tarea es tan titánica como elaborar una «economía para la vida».
Fuente: https://medium.com/la-tiza/volver-a-marx-para-trascender-a-marx-hacia-una-lectura-cr
%C3%ADtica-de-el-capital-4741d1ba3fef
Han transcurrido ya treinta años desde aquel nefasto 25 de diciembre de 1991, fecha que marca de
modo oficial la desintegración del primer Estado socialista de la historia: la Unión Soviética. Como
en casi todos los procesos históricos, el reconocimiento de derecho no es más que la certificación de
lo que ya se había concretado de hecho. Décadas de errores acumulados y una dirección oportunista
que en los últimos años precipitó las condiciones de desintegración fueron algunos de los factores
Continuar estudiando y extrayendo las lecciones adecuadas del fracaso del socialismo en Europa del
Este, lejos de ser un ejercicio ocioso de cerebros trasnochados, resulta cada vez más importante para
la experiencia socialista de Cuba y para un mundo donde la modernidad capitalista plantea con
En este sentido conviene leer el libro El derrumbe del socialismo en Europa, que ya cuenta con dos
ediciones cubanas por la Editorial Ciencias Sociales (2014 y 2016), y constituye un valioso aporte a
Su autor, José Luis Rodríguez (La Habana, 1946), obtuvo el grado de Doctor en Ciencias
cubana; entre ellos, los de ministro de Finanzas y Precios de 1993 a 1995 y de Economía y
Sectorial Provincial de Cultura en Villa Clara, accedió a dialogar sobre su libro y las problemáticas
que en él se plantean, como claves para comprender toda práctica socialista pasada y corregir toda
José Ernesto Nováez Guerrero (JENG): Profesor, deseo comenzar hablando respecto a la NEP. El
Che, en los Apuntes críticos a la Economía Política, considera la NEP como el gran error de Lenin,
nunca, de verdad, las relaciones de propiedad. ¿Considera usted que para las relaciones económicas
atrasadas de la URSS en los años veinte, después de la devastación de la Guerra Civil, resultaba
inevitable la reproducción de las formas capitalistas o se hubieran podido valorar nuevas formas de
socialización, tomando experiencias de la propia comuna rural rusa o de algún otro antecedente
histórico? ¿Por qué? ¿Y qué papel cree que haya jugado la NEP en este proceso?
José Luis Rodríguez (JLR): Creo que es muy difícil decir, a tantos años de distancia, que había otra
alternativa. Hay que valorar cómo triunfa la revolución en Rusia y qué condiciones tiene. Es un
proceso en el cual primero se rompe la cadena del capitalismo en Eurasia por el eslabón más débil.
feudalismo fue superado en Rusia apenas en 1861. Ya en ese momento había ocurrido la Revolución
francesa, varios países de Europa Occidental habían transitado, de una u otra manera, a través de las
revoluciones de 1830, de 1848, hacia una forma de propiedad capitalista más o menos avanzada.
Entonces podemos decir que Rusia, junto con Japón, son los dos países que cierran el ciclo de la
transición de la sociedad feudal a la sociedad capitalista entre dos de los grandes imperios de Europa
y Asia.
Cuando triunfa en Rusia la revolución en 1917, vienen de una guerra que ha destrozado al país. Si
uno calcula las producciones que existían en 1917 y las compara con las del período de preguerra en
1913, la caída es brutal. De ahí que en marzo de 1918 las condiciones obliguen a implantar el
comunismo de guerra, como medida para lidiar con la situación económica del país que se agravaba
con la Guerra Civil, en medio de una coyuntura donde había que alimentar a la población y al
ejército. Vemos entonces que la transición al socialismo no es para nada pacífica, ni siquiera
En medio del idealismo propio de las primeras etapas de los procesos revolucionarios, el
Comunismo de Guerra trajo en 1919, como una de sus aristas, la idea de que era posible una
planteamientos como el del famoso libro El ABC del comunismo, de Bujarin y Preobrazensky, de
que no se desarrollaran las relaciones monetario-mercantiles, dado lo que se había logrado hacer en
Esta situación se mantiene hasta 1920, cuando el gobierno bolchevique gana la Guerra Civil, después
el poder, pero en medio de una gran disputa ideológica interna entre Bujarin, Trotski y Lenin. No
obstante, Lenin logra imponerse, con una posición que pudiéramos considerar pragmática y que
En marzo de 1921, en el XI Congreso del Partido Comunista Ruso, Lenin señala que en el Ejército
Rojo, el 80 % de los soldados son campesinos que van a retornar a sus tierras, devastadas por
completo en la guerra, y para los cuales no van a funcionar, en lo más mínimo, los recursos que
harían falta para desarrollar una producción cooperativa y, sobre todo, para desarrollar el interés de
esos campesinos, que venían de una etapa muy cercana todavía al feudalismo, en la producción
social. Y Lenin se percata de que hay que dar un paso atrás, un paso táctico, que tal vez si hubiera
tenido otras condiciones no hubiera asumido. Pero la prioridad era la supervivencia. Lenin hizo las
concesiones que entendió. Nosotros también, en el Período Especial a la altura del año 1994 o 1995,
hicimos concesiones que Fidel reconoció como concesiones capitalistas, pero había que garantizar
personalidades tan fuertes dentro de su liderazgo como es el caso de Trotski — quien había estado
presente en 1905 en el estallido revolucionario de Petrogrado — , y Lenin tiene que lidiar con ellas.
Estas personas no tienen la visión teórica, conceptual, incluso ideológica que él tiene, pero son
personas de las que no puede prescindir. Recordemos el famoso episodio con Zinóviev y Kámenev,
a los cuales Lenin llama «los esquiroles de la revolución», pero no los expulsa del partido, porque
Lenin también comprende la importancia de la unidad de los revolucionarios — más allá de errores
Así y no obstante las diferencias, Lenin logra en vida una unidad de ese conglomerado de
Lenin. Por un lado, él está proponiendo determinadas concesiones, y la gente y muchos de sus
Pero el líder bolchevique comprendió que no había manera de estimular la producción material en
Rusia si no se reconocía el interés material más primario en esa masa enorme de campesinos. Él
habla entonces de un capitalismo de Estado y lo plantea como un retroceso táctico que, como es
lógico, él no podía prever hasta dónde iba a llegar. Pensaba que los efectos perniciosos de este
retroceso se podían controlar desarrollando una forma de propiedad cooperativa, una forma de
colectivización primaria, de manera gradual, para convencer a los campesinos que es más productivo
trabajar asociados.
JENG: En los años veinte se da un profundo debate económico en la Rusia soviética, que incluso hay
quien lo ha leído intentando descubrir detrás de cada uno de los actores involucrados la expresión de
determinados intereses clasistas. ¿Cuáles fueron, desde su perspectiva, los principales ejes temáticos
JLR: Allí se produce un vacío proveniente del hecho de que, antes de la muerte de Lenin, en el año
1922, se dan una serie de discusiones relativas al problema de las nacionalidades, y se da un fuerte
enfrentamiento de Lenin con Stalin. Por otro lado, Lenin mantiene una relación con Trostki, con el
Esta es una etapa en la cual Lenin, sabiendo que estaba muy enfermo, busca la manera de eliminar
1922 la situación se agrava a tal punto que el líder bolchevique comienza a dictar lo que es
considerado como su testamento político. En este documento él hace una evaluación de las
principales figuras del partido en ese momento y deja bien claro que hay que evitar la división del
mismo entre Trostki y Stalin. Es evidente que comprendió con claridad la contradicción entre ambos
y las diferencias de sus personalidades. Trotski era un hombre culto, un buen orador y un hombre de
gran arraigo en las masas mientras que Stalin era un hombre de un carácter brusco, del aparato
interno del partido, que no tenía ese carisma, pero que además provenía de una nacionalidad no rusa,
Georgia, lo cual en el contexto adquiría relevancia. La situación llegó a un punto en que Lenin en su
testamento llega incluso a pedir la separación de Stalin del cargo de secretario general del partido,
por problemas de carácter y por el inmenso poder que había acumulado, así como el uso que hacía
del mismo.
Por infortunio, Lenin no pudo culminar su política para dejar una dirección unida. A ello se une que
la muerte del líder bolchevique va a ser un cataclismo tan grande que explica por qué, en medio de
ese gran pesar, nadie le reclama a Stalin que cumpla con lo que se plantea en el «testamento
político» de Lenin. Lo conocen, sí, los delegados del XIII Congreso PCR (b), pero la cercanía de la
muerte de Lenin creo que es todavía un trauma que pesa sobre ellos.
Por otro lado, Trotski se mantiene, de manera errónea, al margen no solo del aparato del Estado, sino
incluso de todo el proceso político en torno a la muerte de Lenin. No participa en los funerales, no se
ocupa de ventilar sus puntos de vista tampoco. Le cede el terreno a Stalin en la práctica, lo subestima
y eso fue fatal para él porque Stalin no olvidó eso. Poco después de la muerte de Lenin sacan a
Trotski del Buró Político y empieza todo el proceso de cuestionamiento hacia él en el partido, de
exilio, en Alma Atá y luego fuera del país. Viajaría sin destino fijo por Europa hasta radicarse a
principios de los años treinta en México, donde viviría hasta su asesinato en 1940.
De modo paralelo, pasa el momento donde el partido acuerda no dar a conocer el «testamento
político» de Lenin. Esto fue un triunfo formidable para Stalin, que favorece la posición del líder
georgiano al frente del partido, maniobraría de manera muy hábil para deshacerse de sus enemigos
Por otro lado, en 1924–1925 se da una relativa recuperación económica y comienzan los debates en
torno a la política de industrialización, pero implícitamente en ese debate está el tema de las
relaciones monetario-mercantiles en el socialismo. Ahí es donde entra el gran debate entre Nicolai
conocimiento del marxismo en la dirección de partido de entonces, quería jugar una carta para
necesidad de aceptar un tránsito con la extensión de la política de la NEP. La famosa frase que lo
marcó de por vida: «¡Enriqueceos!», lo identifica con los intereses de la pequeña burguesía
campesina sobre todo. Mientras que Preobrazensky era un hombre de ultraizquierda y yo pienso que
era mejor economista que Bujarin. En su libro La nueva economía, Preobrazensky desarrolla la
existencia de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo y plantea que son relaciones que
existen de manera objetiva, que van a jugar un papel subordinado en la acción parcialmente efectiva
de la ley del valor. Al considerarlas como relaciones subordinadas tenía razón, pero no les daba el
Ya en 1935, cuando se teoriza en torno al cálculo económico, que no es más que la racionalización
sobre la presencia del mercado en el socialismo, las tesis que prevalecen son las de Preobrazensky,
quien en la práctica no pudo disfrutar de ese hecho porque lo fusilan poco después, en 1937.
JENG: Usted afirma en su libro que a partir de 1928–1929 se comienzan a tomar una serie de
medidas que representan en la práctica el desmontaje de la NEP como política. La etapa que sigue es
económicos y el costo social de estas medidas ¿cómo valoraría la práctica económica del
estalinismo?
JLR: Bueno, primero Stalin es muy cauteloso, no toma partido en el debate que hay entre Bujarin y
afilia más a las opiniones de Preobrazensky. Por lo tanto, el choca con Bujarin de inicio, aunque
Stalin se deja querer, sin comprometerse demasiado. Así, a él le va a resultar más fácil explicar la
producto de la existencia de las distintas formas de propiedad y afirmar que mientras exista esa
diversidad de formas existirá el mercado. Pero deja fuera del análisis la propiedad estatal, no se
responde ni por él ni antes por Preobrazensky, el por qué dentro de la propiedad estatal se mantienen
problemas económicos del socialismo en la URSS, ni lo va a resolver la teoría en ese sentido hasta
los años sesenta, que es cuando viene la famosa tesis del aislamiento económico relativo y se
profundiza en la idea de que puede desaparecer la propiedad privada, pero no desaparecen las
condiciones que dan lugar a un intercambio a través de ese aislamiento, que obliga a confrontar a
La falta de una respuesta adecuada en términos conceptuales de las razones de permanencia del
mercado en el socialismo trajo para la causa revolucionaria un costo enorme, porque en teóricamente
muchos autores concibieron al mercado como si fuese inocuo, ignorando todas sus contradicciones,
tratando de remendar cada vez que estallaban esas contradicciones pero no profundizaron en realidad
creados y está la famosa huelga de abastecimiento de trigo — creo que es en el invierno de 1927–
1928 — donde los productores se niegan, si no les pagan precios mayores, a abastecer las ciudades.
arranca.
En apariencia, lo que dice Stalin es muy razonable: «Esas personas se han declarado enemigos del
Estado soviético», «Esto no puede seguir así», lo cual viene muy bien con los criterios de
contrarreforma. Lenin sabía que esas contradicciones estallarían a partir de la NEP, pero Stalin no le
lugar de eso envía los comisarios al campo, los kulaks — los campesinos ricos — son desterrados a
Siberia y los campesinos integrados por la fuerza a las cooperativas. Eso representó un costo
enorme: están las cifras del año 1932–1933, que reflejan la hambruna que se desató, porque dejaron
Hay una cosa interesante, yo la encontré en el libro Historia de las ideas socialistas, de Cole: en el
tomo dedicado a los años treinta, él se pregunta por qué transcurren las purgas y la eliminación de
los enemigos de Stalin sin que se produzca una reacción. Él parte de un criterio que es interesante,
dice más o menos: «Bueno, imaginemos cómo era el campesino antes de ese proceso, cuando se
introduce la cooperativización forzosa y cuando comienza la industrialización». Porque al mismo
tiempo del proceso de desmontaje de la NEP, empiezan los procesos de industrialización acelerada,
en los años 1929–1930, y una gran masa de campesinos va, de manera forzosa, a trabajar como
obreros en las ciudades. Y eso, que podría parecer algo forzoso, que genera desarraigo, va a tener
también un ángulo positivo al modificar las condiciones de vida de esos campesinos. Hombres y
mujeres que vivían en tiendas de paja, sin condiciones mínimas de higiene, con una alimentación
precaria, sin condiciones para enfrentar el invierno, de pronto se ven viviendo en un edificio
colectivo, con tres o cuatro familias más en el mismo piso, pero con un baño, protegidos del frío,
mejor alimentados.
JENG: Al principio la resistencia al proceso de colectivización forzosa fue violenta. Mataban a las
JLR: Sí, claro, pero ahí los kulaks desempeñaban un papel importante, pues la riqueza estaba en lo
Ahora bien, toda esa masa de gente que se transfiere a las ciudades cambia sus condiciones de vida.
Y el que se anota ese logro es Stalin. Esto puede explicar, según Cole, por qué esa gran colectividad
siguió oyendo lo que le decía Stalin sin preocuparse demasiado por estos procesos políticos, que eran
procesos que seguía en lo esencial la élite, la intelectualidad, pero no eran procesos en los que la
gran masa del pueblo estuviera pendiente de ellos ni nada por el estilo.
También todavía hoy hay una gran discusión sobre si en realidad había una oposición a Stalin en los
años treinta o no. Yo pienso que sí había una oposición, en particular entre los militares. Nunca ha
quedado claro el juicio secreto de mariscal Tujachevski — solo había cinco mariscales en el Ejército
Rojo por esos años — porque además fue un proceso expedito. Todo parece indicar, hay una teoría
en ese sentido, de que lograron infiltrarse los nazis en las filas de los militares de mayor rango y
logran una real conspiración allí adentro, o al menos hacen creer que la hay, o como mínimo la
apariencia de que esta conspiración existía. Los valiosos oficiales que se perdieron por este proceso
le causaron una debilidad estratégica al pensamiento militar soviético que por poco les cuesta la
todo en el estrato militar y en la alta dirección del partido y el Estado. El Comité Central del PCUS
del XVIII Congreso del año 1939 ni se parece al del año 1934.
JENG: En las páginas 40–41 del libro usted apunta, hablando del estalinismo como modelo político:
«(…) fue el abandono de los factores de movilización política, incluyendo la ausencia de democracia
y las prácticas represivas un elemento determinante en estos años, causando un daño que resultaría
irreparable para las ideas del socialismo en la Unión Soviética y posteriormente en la Europa
oriental, al punto de constituir un elemento cardinal para explicar las bases políticas del derrumbe
del socialismo europeo años después.» ¿Se puede entonces, sobre esta base, decir que en los años de
Stalin las medidas económicas y el ascenso y consolidación de la casta burocrática sientan las bases
JENG: O sea, usted discrepa de los autores de El Socialismo Traicionado, en este sentido. Ellos
Introducción Este libro trata del colapso de la Unión Soviética y de su significado para el siglo XXI.
La magnitud de…
rebelion.org
JLR: Yo pienso que si se hace un análisis de la perspectiva histórica y sobre todo de sus relaciones
con Cuba, puede decirse que Jruschov fue un hombre extraordinariamente positivo, punto y aparte
de la Crisis de Octubre. Jruschov no es lo que pintan los autores de este libro, no es el personaje
siniestro que está gestando una transición al capitalismo. Lo que vino después de él fue peor.
las ideas del socialismo de mercado, de querer competir, desde el punto de vista del consumo, con
cincuenta, cuando la productividad cae y la situación se pone tensa. Él realiza maniobras — yo diría
un poco desesperadas — y trata de darle un impulso a la economía. Así está el Congreso del PCUS
de 1961, donde se acuerda el famoso programa de construcción del comunismo, algo bastante
idealista en las condiciones concretas que se vivían entonces. Es decir, el intenta enviar una serie de
muerte de Stalin. De pronto se hace público — por primera vez — que hay un testamento político de
Lenin y que, en esencia, Stalin violó el legado leninista. Hay que leerse el discurso de Jruschov en el
XX Congreso. Yo creo que al final era necesario este discurso y en esto discrepo de los autores
JENG: Una de las lecturas que ellos hacen es que tanto Jruschov como Gorbachov convierten a
Stalin en el saco donde echar todas las culpas de lo que iba mal en el socialismo.
JLR: Yo creo que, en efecto, no era el saco de todo lo que iba mal, pero tampoco era un inocente
cordero. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, cometió errores garrafales, que estuvieron a
Sin dudas, era muy duro tener que admitir los errores cometidos por Stalin y otros dirigentes
soviéticos de primer nivel como Malenkov, Molotov, Kaganovich y Beria, e incluso el propio
Jruschov, pero existían múltiples evidencias de esos errores que ponían de manera seria en riesgo el
socialismo soviético.
Considero, volviendo al tema de Jruschov, que ellos estaban buscando una salida para relanzar la
economía soviética. Y tienen mucho éxito las ideas del manejo del mercado con la planificación, y
cargan la mano en el hacer frente a la planificación burocrática que era vista como un freno. Se
cuestiona así la enorme burocracia estatal que se había creado. Todo eso tenían razón en criticarlo,
pero la solución que buscaban no era profundizando en el socialismo, sino buscando en el mercado
alternativas de solución.
Hay también un hecho importante: el nivel de vida queda tan destrozado después de la guerra, en
1945, que a la gente había que darle algo. Fíjate que tanto Malenkov como Jruschov se orientan, de
manera directa, a elevar la producción de bienes de consumo después del año 1953.
JENG: Usted en su libro hace un análisis de la evolución económica de las sociedades socialistas de
Europa del Este por décadas que resulta valioso en grado sumo para entender muchas medidas
políticas de esos años: explica cómo esas economías socialistas van a tener, en un inicio, un período
de crecimiento — imagino que por todo el proceso mismo de reconstrucción luego de la guerra —
sociedades que están más cerca de Europa Occidental — la RDA, Checoslovaquia, Hungría — que
son, además, las que tenían una cultura capitalista más desarrollada antes de la guerra.
JLR: Allí, como es lógico, se lanzaron primero a las reformas de lo que podía denominarse como
una variante de socialismo de mercado, en Hungría y Checoslovaquia, que eran las que mejores
potencialidades económicas tenían. Polonia no estaba a ese nivel y los búlgaros se fueron al extremo:
las reformas más rápidas y más profundas se dieron en Bulgaria; en un solo año, 1958, lo quisieron
cambiar todo.
Por su parte, Yugoslavia había emprendido un propio proceso de reforma con la autogestión — con
un fuerte contenido de mercado para los parámetros de esa época- a partir de 1947–48 — lo que
llevó a que fuera condenada y aislada del resto de los países socialistas, situación que duraría hasta
JENG: ¿Cómo afectó este proceso de reformas en Europa del este las dinámicas económicas internas
JLR: Ahí lo que sucedió es que, en términos de la paridad militar con Estados Unidos, la Unión
Soviética a finales de los cincuenta estaba muy atrás y ellos desarrollan, en mi opinión, el concepto
de coexistencia pacífica buscando ganar tiempo en ese sentido. Lo convierten en la piedra angular de
toda su política exterior. Como es lógico, eso se impone también en las llamadas «democracias
populares» de Europa Oriental. Pero además hay procesos nacionales que impulsan, digamos, el
consumismo socialista.
Es muy interesante el caso de Hungría. Janos Kadar, dirigente del POSH, cuando llega al poder en el
año 1956 — luego del alzamiento contrarrevolucionario que se produce en octubre de ese año y que
es aplastado por tropas soviéticas — se da cuenta de que esa sociedad abrigaba un profundo
sentimiento de hostilidad hacia los soviéticos y él buscará, en lo adelante, crear una base de
desarrollo socialista, de consumo nacional, lo cual implica acercarse en cierta medida a Occidente y
desarrolla una política donde sustituye el factor ideológico con la búsqueda de un mayor nivel de
vida.
En el caso de Checoslovaquia, este fue siempre un país muy occidental, con mucho desarrollo, sobre
todo con una gran influencia de la industria alemana. No le costó mucho trabajo por tanto acercarse a
esa política y llega al poder una nueva dirección del partido en los años sesenta y son muy
manipulados por el tema de los derechos humanos. Los soviéticos, que ya venían con la experiencia
agudización de las contradicciones con Occidente en los sesenta, a raíz de la crisis de Octubre. Ven
mercado y deciden intervenir en 1968. Sustituyen a Alexander Dubček y ponen en su lugar a Gustáv
Husák, quien había salido de los campos de concentración estalinistas apenas en 1963. La etapa que
sigue en Checoslovaquia hasta la caída del socialismo en 1989 es bastante gris, con un alto nivel de
Fidel, en el discurso de agosto de 1968 — discurso que se da en medio de las contradicciones con los
soviéticos y las luchas en América Latina — afirma que por un lado es cierto que había que salvar el
campo socialista, pero por otro las tropas del Pacto de Varsovia violaban la soberanía nacional
checa. En una parte incluso llega a cuestionar si estarían dispuestos a hacer lo mismo si se produjera
23 de agosto de 1968
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Esos años finales de la década del sesenta son años de tirantez para las relaciones cubano-soviéticas.
Luego del fracaso de la zafra del setenta, se impone una reflexión y Cuba tiene que replantearse estas
relaciones porque quedamos con una deuda de más de dos mil millones de dólares con los soviéticos
y así comienza un reacomodo de estas relaciones en el año 1971. Cuba ingresa al CAME en 1972.
JENG: En su libro usted dialoga mucho con Roger Keeran y Thomas Kenny, los autores de El
Socialismo Traicionado, y con la tesis que ellos sostienen de una continuidad entre Bujarin, Jruschov
y Gorbachov. Mientras estos cambios se están dando en las sociedades de Europa oriental, qué
JLR: En realidad, no comparto esa tesis y creo que no está demostrada en el libro, tampoco. Primero,
Bujarin era un revolucionario que militaba en el campo de la teoría, nunca, fue dirigente político
efectivo. Él lo que dirigió fue el periódico Pravda y después de eso su labor fue netamente
académica. Se interesó por los análisis teóricos como los de Preobrazensky en los años veinte. Se ve
inmerso en un proceso en el que lo expulsan del partido en 1929 y vuelve a ingresar otra vez, hasta
Para aquel que desee profundizar en la vida de este revolucionario soviético, le recomiendo lea el
libro de Stephen F. Cohen, Bukharin and the Bolshevik Revolucion. A Political Biography, 1888–
No creo que él haya elaborado una gran teoría. Fue un hombre que, en un momento de
confrontación, eligió un bando y no creo que se pueda extraer de su obra un cuerpo teórico que
permita afirmar: «Jruschov estudió a Bujarin y estas fueron las lecciones que extrajo». Y Gorbachov
menos.
Mijail Gorbachov era un campesino. Fue secretario de una región agraria que, para su beneficio, en
ella radicaba el lugar a donde iban a descansar los grandes dirigentes del país en el Mar Negro. En el
caso de Gorbachov hay que reconocer también que no era el típico dirigente soviético, sobrio y
parco, sino que era un hombre con facilidad de palabra, puede decirse que era un populista.
Yo no creo que haya existido esa triple conexión que Keeran y Kenny sostienen. Creo que está
«traída por los pelos» porque, además, no hay más nadie que sostenga esa tesis. Esto por un lado.
Por otro lado, lo que estaba sucediendo en Europa oriental partía del hecho de que era un socialismo
fallido desde los inicios, por las razones que fueren. Cuando se toma, por ejemplo, el proceso de
1965 en Rumanía en que sale de la dirección Gheorghe Gheorghiu-Dej y asume Nicolae Ceauşescu,
vemos como Ceauşescu es el primero en afiliarse al FMI en los años setenta y además, dentro del
CAME, su país actuaba como una fuerza negativa, oponiéndose a todo, con posiciones hostiles con
claridad al socialismo.
JENG: Aunque Jruschov sí había asimilado ciertos mecanismos de mercado, la Unión Soviética se
abstuvo de reformas radicales de carácter mercantil, reformas que sí se verificaron en muchos países
JLR: La discusión de estas reformas fue la más larga. Desde 1958 en que arrancaron los debates
hasta el año 1965. Este debate tan largo fue resultado de que existía una resistencia por parte de
aquellos que creían que se podían resolver los problemas con la planificación. Así hay un gran
lamentable por muchos economistas — con ejemplos concretos de fábricas dirigidas mediante
programación lineal. Y están los trabajos de Alexéi Kosyguin quien planteó la reforma empresarial
sobre la base del mercado: es lo que desata un gran debate entre 1962 y 1965. Kosyguin es el
hombre bajo cuya dirección pudieron salvarse las industrias soviéticas en la Segunda Guerra
Mundial trasladándolas hasta los Urales. Él trata de componer todo este debate y tiene que enfrentar
una situación complicada con la salida de Jruschov del poder en 1964. Frente a los errores en la
dirección de Jruschov — en quien se concentraba todo el poder — se divide la dirección del país.
Emergen tres cargos fundamentales: el presidente, Anastas Mikoyán, el primer secretario del PCUS,
Leonid Brezhnev y el primer ministro Alexei Kosyguin. Esto reduce de modo drástico el escenario
de acción de Kosyguin.
Es interesante ver las ideas de Kosyguin en ese sentido, porque él trata de compatibilizar todo
aquello y de armar un modelo coherente y, en mi opinión, es uno de los factores que demora que las
reformas no se aprueben hasta el año 1965. Por un lado, los dogmáticos dentro del partido
resistiéndose a las reformas, por otro lado los matemáticos introduciendo modernas técnicas, pero
con pocas posibilidades de utilizarse en la planificación y por otro el famoso trabajo de Evsei
1965 no se llega a aplicar por completo en el caso de la Unión Soviética, empiezan a rectificarla por
el camino y se queda a medias. Esto permite darse cuenta de las contradicciones que deben haber
existido a lo interno en la dirección del país y que determinaron que eso se produjera de esa manera.
En los otros países socialistas de Europa los primeros que arrancaron con reformas fueron, como ya
dije, los búlgaros, que en el propio año 1958 ya las habían hecho, desarrollando los famosos
combinados agroindustriales. Hungría se demoró hasta el año 1967, que fue cuando introdujeron la
planificación indicativa y por primera vez se eliminó la planificación centralizada dentro del campo
socialista, aunque ya Yugoslavia, que era un actor aparte, la había eliminado desde antes. De
Checoslovaquia ya hemos hablado. Sus reformas fueron detenidas en el año 1968. Era casi una
reforma liberal, muy cercana a lo que sería después la Perestroika. Y en la RDA, por las propias
peculiaridades de la existencia de ese país, todo debía ser muy ordenado. En todos los procesos
alemanes, los soviéticos jugaban un papel político decisivo y esto determinaba todo lo demás. Por su
parte Rumanía se inclinaba cada vez más a Occidente y Polonia no logra avanzar en las reformas a
partir de la no solución de las contradicciones internas que afectaron ese país después de la guerra
mundial.
JENG: En su libro aborda todo el complejo proceso económico de los setenta y principios de los
ochenta y hay consenso en que Andropov marcó algunas directrices que, de haberse continuado,
JLR: Yuri Andropov no tenía todo el poder. En el año 1983 se cumple el centenario de la muerte de
Carlos Marx y él escribe un trabajo sobre eso y no se lo publican. Tuvo que publicarlo en la
revista El Comunista.
Más allá de lo anecdótico, fue un dirigente enfermo que trató de poner orden en la sociedad soviética
y de impulsar la economía que se encontraba estancada. Pero murió sin haber cumplido un año en el
cargo.
JENG: Es un líder también que, después de los tres o cuatro primeros meses de asumir el cargo, pasa
la mayor parte de su tiempo en el hospital. Su sucesor, Chernenko también tenía un estado de salud
precario y eso era del conocimiento del Comité Central. Todo esto redundó en una parálisis política
y económica para el país. La pregunta en concreto es ¿cuál era la situación en 1985 y hasta qué
punto se justificaron las reformas de Gorbachov? Y, relacionado con esto, usted en otro momento
del libro dialoga también con la tesis de Keeran y Kenny de darle mucho peso a la figura individual
de Gorbachov, de Yákovlev, como artífices del derrumbe. Entonces también quisiera que me
hablara, en el proceso del derrumbe del socialismo en la URSS, ¿qué papel jugaron los individuos y
qué papel jugaron las problemáticas económicas y sociales acumuladas a causa de las relaciones de
JLR: Bueno, la situación económica en 1985 revela que había terminado un quinquenio muy por
debajo de las tasas de crecimiento mínimas que se habían planificado. La reclamada incorporación
Brezhnev en 1982, muere Andropov en1984 y muere Chernenko en1985. Es decir, hay una ruptura
constante en el equipo de dirección, que no le da tiempo a analizar más a fondo quién era Mijail
Gorbachov.
Era una situación en la cual se requería una reforma económica y, en apariencia, digo en apariencia
salvar el socialismo. Si uno toma el libro Perestroika, de 1986 y ve los conceptos que tiene sobre la
ciencia, la tecnología, las necesidades de mayor transparencia, se coincide con lo que planteaba Fidel
de que no se puede estar en desacuerdo con nada de eso. Ahora, el problema es cómo lo fueron
haciendo. Qué personas se fueron acercando cada vez más al centro del poder. Estaban Alexandr
Yákovlev, Edvard Shevardnadze, Boris Yeltsin junto a Mijail Gorbachov. Y este último era, de
JENG: Yákovlev, sobre todo, era quizás el más claro en términos ideológicos…
JLR: Yákovlev tenía una gran experiencia como embajador en Occidente. Él fue director del
Instituto de Relaciones Internacionales, uno de los tanques pensantes más importantes de la Unión
Soviética. Quizás, Yákolev era el dirigente de mayor cultura — se comunicaba en varios idiomas —
la Unión Soviética. Gorbachov pensaba que él los dominaba y en realidad, lo estaban dominando a
él, porque actuaron a su espalda muchas veces. Por ejemplo, todo el fenómeno del secesionismo en
situación de disidencia dentro de la dirección, quien rompe el cordón ahí es Yeltsin, el cual ya era
Estas cuatro figuras que hemos mencionado funcionaron, en la práctica, como catalizadores de una
JENG: ¿Cree usted que el problema principal está en estas mismas relaciones de propiedad no
resueltas, que representan en la práctica la supervivencia dentro del proceso de formas de conciencia
JLR: Ellos empiezan a tomar medidas económicas. Entre ellas la reforma de la ley de empresas, la
reforma agropecuaria, que representan cambios solo de orden burocrático y no logran resolver las
dificultades reales. Aquí no puede pasarse por alto que uno de los problemas históricos en la
agricultura soviética, además de la colectivización forzosa, fue que no lograron resolver nunca el
para resolver el problema alimentario, incluso en rubros tradicionales como el trigo. Se puede decir
que el estado siempre mantuvo una relación no favorable con el sector agropecuario soviético,
producto de una serie de errores y medidas contradictorias que se tomaron con el campo.
JENG: ¿Y el análisis de Keeran y Kenny en torno al papel jugado por la segunda economía como
JLR: Yo pienso que, en efecto, existía la segunda economía, pero no con las dimensiones que ellos le
atribuyen. Yo estuve ahí muchas veces en esos años y nunca lo percibí de esa forma. Creo que no se
puede explicar de manera adecuada el derrumbe del socialismo poniendo el análisis de la segunda
economía por encima de todos los errores y desviaciones que se cometieron desde la época de Stalin
en adelante. Por cierto, ambos autores convierten a esta figura casi en un factor neutro y arremeten
JLR: Sí, pero el peso de la burocracia en el Estado venía desde la época de los zares: no es un
problema del socialismo, aunque este no lo logró superar nunca. Y, por otra parte está la corrupción:
los famosos sucesos de la Calle Gorki, donde estuvo involucrado el yerno de Brezhnev en negocios
de diamantes, fenómeno reprimido por Andropov. Pero claro, este grado de corrupción es
incomparable con el que vino después de la desaparición de la Unión Soviética en 1991. Ese país
cayó en picada como un avión al estrellarse. Había que ver aquello. La gente pasando hambre, más
de doscientos mil científicos emigraron, incluyendo varios premios Nobel, la pobreza cubría el 50 %
de la población en 1998. El sistema más corrupto ahora mismo en Rusia es la educación. Allí se
Después del derrumbe de la Unión Soviética en los nuevos países que emergieron de la
desintegración, incluyendo Rusia, se dieron fenómenos muy negativos, incluyendo cosas increíbles e
JENG: En su opinión, ¿qué razones explican la inacción del aparato partidista y de la sociedad
JLR: Yo creo que los privaron del poder real y sufrieron un proceso de desideologización a lo largo
Desde el Pleno del Comité Central, de 1987, cuando se proclamó que el partido no era la fuerza
dirigente de la sociedad soviética, se privó de poder y legitimidad a todos los secretarios del partido
en todas partes del país: ya nadie les hacía caso. Esto llevó a una desmovilización al interior del
aparato partidista. Sus miembros se fueron desligando, conscientes de que se les había acabado el
poder real.
Mucha de esa gente se recompone después y van a parar al partido Rusia Unida, que es el partido
JENG: En 1991 el 70 % del pueblo soviético votó a favor de la continuidad de la unión y sin
demuestra cómo se dio este proceso. Cómo se fue colocando en las cabezas de las personas, por
ejemplo, que la educación gratuita no era un logro del socialismo, sino sencillamente un derecho,
que la salud pública era gratuita, pero que no era de calidad, o que no podían viajar al extranjero. En
ese contexto era de esperar que hubiera muchas personas con ansias de emigrar a Occidente.
También había un divorcio entre los dirigentes y el ciudadano común. El único dirigente que yo
recuerdo que era respetado por los soviéticos de a pie era Kosyguin. Pero ni Brezhnev, ni Andropov.
Andropov quizás un poco más, aunque era muy temido por su pasado en la KGB.
JENG: Una última pregunta, ¿qué similitudes y diferencias se pueden percibir entre el proceso de
reformas que se dio en la Unión Soviética y los países del campo socialista en los ochenta y el
JLR: Nosotros hemos heredado algo de los antiguos soviéticos que hasta ahora no nos ha resuelto el
problema y es pensar que cambiando la documentación, con decretos, resoluciones, leyes, y otros
documentos, se van a resolver los problemas. Eso es típicamente soviético y no funciona aquí.
Nuestros procedimientos burocráticos de control son igualitos a los soviéticos. Nosotros hemos
Heredamos mucho de esa visión burocrática de las cosas que no funciona. Entonces eso nos genera
muchas trabas. Muchos burócratas han malinterpretado lo que dice Raúl de «Sin prisa, pero sin
pausa» y se han quedado con la primera parte nada más. El Plan mismo, su concepto determinista,
nos acaba. Eso, con los niveles de incertidumbre con que opera la economía cubana, es muy difícil
que tenga éxito. Fidel nos dijo a nosotros en el año 1997, cuando estábamos elaborando los
documentos para el V Congreso del partido, que no nos amarráramos a los números y nos sugirió
En fin, yo pienso que no los procesos, pero sí las prácticas, muchas prácticas, es necesario acabar de
como en otras cosas más — nos diferenciamos de las experiencias fallidas del llamado socialismo
real, por lo que creo que existen condiciones para avanzar en nuestro modelo de sociedad socialista.
Fuente: https://medium.com/la-tiza/a-prop%C3%B3sito-del-derrumbe-9777d9911f6e