Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Algo así me ha pasado con la frase “Basta con abrir una rendija” de la
meditación Un plan para resucitar de Francisco –publicado en Vida
Nueva– que, por sí sola, tiene más densidad espiritual que cualquier
capítulo del P. Rodríguez. Creo que la rendija se lo debe a estar
emparentada con la mostaza, la levadura, la sal o el candil: si ella
consigue que lo hermético se abra y lo impenetrable se vuelva
transitable, es que posee esa misma secreta energía de
transformación que empuja a crecer, levantar una masa,
condimentar un alimento o iluminar la oscuridad.
Afirmar que “basta abrir una rendija”, supone también participar de la
terca confianza de Jesús en el poder de lo pequeño frente a lo
grandioso, de lo callado frente al griterío, de la mansedumbre frente
a la dominación. Y ya tenemos melodía para irla silbando mientras
caminamos hacia el Plan para resucitar de Francisco.
Ahora vienen los ejemplos para confirmar lo dicho y no hay que irse
muy lejos porque, para experto en abrir rendijas, el propio Jesús: