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Página7 de12Una vida terminada y plena es un logro y la muerte en que cada uno puede ser
juzgadofeliz oinfeliz. El viejo proverbio griego “nadie puede ser llamado feliz hasta que
hayamuerto”.El yo emotivista cuando alcanzó la soberanía en su propio dominio,
perdió los límitestradicionales que una identidad social y un proyecto de vida humana
ordenado a un findado le habían proporcionado.Oposición entre individualismo y
colectivismo. Las dos partes contendientes están deacuerdo en que tenemos abiertos solo
dos modos alternativos de vida social, uno en queson soberanas las opciones libres y
arbitrarias de los individuos, y otro en que laburocracia es soberana para limitar
precisamente las opciones libres y arbitrarias de losindividuos.Solzhenitsin ha entendido que
ambos modos de vida son al final, intolerables. Y en esteclima de individualismo burocrático el
yo emotivista tiene su espacio natural.No somos lo que dicen Sartre y Goffman,
precisamente porque somos los últimosherederos, por el momento de un proceso de
transformación histórica.Es erróneo separar la historia del yo y sus papeles de la historia del
lenguaje en que el yose define y a través del cual se expresan los papeles. Descubrimos una
sola historia y nodos historias paralelas.Los factores centrales de la expresión moral
contemporánea; uno era la multiplicidad y laaparente inconmensurabilidad de los conceptos
invocados. El otro era el uso asertivo deprincipios últimos para intentar cerrar el debate
moral.De dónde proceden esos rasgos de nuestro discurso y cómo y por qué están de moda
esuna estrategia obvia para esta investigación.Capítulo IV.- La cultura precedente y el proyecto
ilustrado de justificación de la moral.Los episodios de la historia que transformaron la
moralidad creando así la posibilidad delyo emotivista fueron episodios de la historia de la
filosofía.En nuestra cultura la filosofía académica es una actividad muy marginal y
especializada.Lo que les faltó a los franceses fueron tres cosas: una experiencia
protestantesecularizada, una clase instruida y relacionada con la administración pública, con el
clero ylos pensadores laicos formando un público lector unificado y un tipo de
universidadrevitalizada.Moral, desciende etimológicamente demoralis que significa
perteneciente al carácter y elcarácter de un hombre no es otra cosa que el conjunto de
disposiciones quesistemáticamente le llevan a actuar de un modo antes que de otro.La moral
de cualquier pasaje literario es la lección práctica que enseña.“Virtud moral” llega a ser un
predicado por derecho propio.En el siglo XVII “ser inmoral” se igualará con ser “sexualmente
laxo”.El libroEnten-Eller de Kierkegaard, tiene tres rasgos centrales: (1) la conexión entres
umodo de presentación y su tesis central. La opción entre lo ético y lo estético no es
elegirentre el bien y el mal. En el corazón de vida estético, está el intento de ahogar el yo en
lainmediatez de la experiencia presente. Es el enamorado romántico que se sumerge en
supropia pasión, donde el paradigma de lo ético es el matrimonio, como un estado
decompromiso y obligaciones de tipo duradero. (2) la profunda inconsistencia interna entresu
concepto de elección radical y su concepto de lo ético, que es presentado como undominio en
que los principios tienen autoridad sobre nosotros con independencia de
Página10 de12 podría ser si realizara su télos. Cada uno de los tres elementos del
esquema (1) laconcepción de una naturaleza humana ineducada, (2) la concepción de los
preceptos deuna ética racional, y (3) la concepción de una naturaleza humana como
podría ser sirealizara su télos; requiere la referencia a los otros dos para que su situación y su
funciónsean intelegibles.Este esquema fue ampliado y enriquecido dentro de un marco de
creencias teístas comoAquino, los judíos como Maimónides o los musulmanes como Averroes.
Los preceptos dela ética tienen que ser entendidos como expresiones de una ley divinamente
ordenada.El verdadero fin del hombre no puede conseguirse completamente en este
mundo.Durante el predominio de la versión teísta de la moral clásica, la expresión moral
tiene undoble punto de vista, decir qué curso de acción guiará hacia el verdadero fin del
hombre ydecir lo que exige la ley ordenada por Dios y comprendida por la razón.Este
acuerdo amplio no sobrevive cuando salen a escena el protestantismo y elcatolicismo
jansenista.La razón no puede dar, afirman las nuevas teologías, ninguna auténtica
comprensión delverdadero fin del hombre; ese poder de la razón fue destruido por la caída del
hombre.Sin embargo se mantiene la oposición entre el hombre tal como es y el hombre tal
comopodría ser si realizara su télos, y la ley divina es aún el maestro de escuela que nos
pasadel primer estadio al último, aunque solo la gracia nos hace capaces de responder
yobedecer a sus preceptos.Es Pascal quien se da cuenta de que la concepción de la
razón protestante-jansenistacoincide en muchos aspectos con la concepción de la razón
instalada en la ciencia y lafilosofía más innovadoras del siglo XVII.La razón es cálculo; puede
asentar verdades de hecho y relaciones matemáticas pero nadamás. Debe callar acerca de
los fines. La razón tampoco puede como creyó Descartes,refutar el escepticismo; por
eso uno de los logros centrales de la razón según Pascalconsiste en darse cuenta de que
nuestras creencias se fundan en último término en lanaturaleza, la costumbre y el
hábito.Todos rechazan cualquier visión teleológica de la naturaleza humana, cualquier visión
delhombre como poseedor de una esencia que defina su verdadero fin. Pero entender eso
esentender por qué fracasaron aquellos en su proyecto de encontrar una base para la
moral.La conjunción del rechazo laico de las teologías protestante y católica y el
rechazocientífico y filosófico del aristotelismo iba a eliminar cualquier noción del hombre
comopodría ser si realizara su télos.Esta por una parte un cierto contenido de la moral: un
conjunto de mandatos privados desu contexto teleológico. Por otra cierta visión de una
naturaleza humana ineducada talcomo es.Los mandatos morales no podrían ser
deducidos de juicios verdaderos acerca de lanaturaleza humana. Así entendidos, los
mandatos de la moral son tales, que la naturalezamoral así entendida tiene fuerte tendencia a
desobedecer.En lo que era un proyecto destinado inevitablemente al fracaso, intentaron
encontrar unabase racional para sus creencias morales, un modo peculiar de entender la
naturalezahumana.En el segundo libro de la segundaCrítica reconoce que sin un segmento
teleológico elproyecto total de la moral se vuelve ininteligible. En la filosofía moral de Kant
pareció unaconcesión arbitraria e injustificable a posiciones que ya había rechazado. Kant
estaba en lo
Página11 de12cierto; la moral presupone algo muy parecido al esquema teleológico de Dios,
libertad yfelicidad modo de corona final de la virtud que Kant propone.Postular sin
restricciones un principio lógico general del que se hace depender todo, esespúreo y la
etiqueta escolástica solo garantiza el silogismo aristotélico. Hay varios tiposde razonamiento
válido en cuya conclusión puede aparecer algún elemento que no estépresente en las
premisas.Prior a propósito del principio invocado ilustra adecuadamente su derrumbamiento;
de lapremisa: ”él es un capitán de barco”, la conclusión pueden inferir válidamente: “él
debehacer todo aquello que un capitán de barco debe hacer”. Una premisa “ES”, puede
enocasiones llevar a una conclusión “DEBE”.Se puede afirmar un principio cuya validez deriva,
no de un principio lógico general sinodel significado de los términos clave empleados.De
premisas factuales tales como “este reloj es enormemente impreciso e
irregularmarcando el tiempo” y “este reloj es demasiado pesado para llevarlo encima
concomodidad” la conclusión valorativa válida que se sigue es: “este es un mal reloj”De
premisas factuales como “él consigue una cosecha mejor por acre que cualquier otrogranjero
del distrito”, “tiene el programa más eficaz de mejora del sueloque se conoce” y“gana todos
los primeros premios en las ferias de agricultura “La conclusión valorativaválida es: “él es un
buen granjero”Definimos reloj y granjero en términos de propósito y función que
característicamente seespera que cumplan un reloj y un granjero.Cualquier razonamiento
basado en premisas que afirman que se satisfacen los criteriosadecuados a una conclusión,
será una argumentación válida que lleva de premisasfactuales a una conclusión valorativa.
Podemos afirmar que para que se mantenga algunaversión corregida del principio “ninguna
conclusióndebe de premisases” debe excluir desu alcance las argumentaciones que envuelvan
conceptos funcionales.Las argumentaciones morales de la tradición clásica aristotélica
comprenden comomínimo un concepto funcional central, el concepto de hombre entendido
como poseedorde una naturaleza esencial y de un propósito o función esenciales.Ser un
hombre es desempeñar una serie de papeles, cada uno de los cuales tiene entidady propósitos
propios: miembro de una familia, ciudadano, soldado, filósofo, servidor deDios.Lamar bueno
a algo es por lo tanto también formular un juicio factual. Dentro de estatradición las
proposiciones morales y valorativas pueden ser designadas verdaderas ofalsas
exactamente de la misma manera que todas las demás proposiciones factuales loson. Pero
una vez que desaparece de la moral la noción de propósitos o funcionesesencialmente
humanas, comienza a parecer implausible tratar a los juicios morales comosentencias
factuales.Kant no trata los juicios morales como señales de lo que la ley requiere o manda,
sinocomo imperativos por derecho propio. Y los imperativos no son susceptibles de verdad
ofalsedad.En ese contexto los juicios morales eran a la vez hipotéticos y categóricos.
Hipotéticospuesto que expresaban un juicio sobre la conducta teleológicamente apropiada de
un serhumano: “debes hacer esto y esto dado que tu télos es tal y tal”Categóricos puesto que
señalaban los contenidos de la ley universal ordenada por Dios:“debes hacer esto y esto; esto
es lo que ordena la ley de Dios”