Una mirada al embalaje innecesario con plástico

Sammy Carolina Arias Guevara

Estudiante de octavo semestre de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, Universidad Popular del Cesar.

El ser humado es consumidor por naturaleza, debe adquirir bienes para satisfacer sus
necesidades. Esta adquisición mueve la economía, genera empleos y por ende
ganancias. Muchas personas viven del comercio, y entre más demanda haya, más
oferta habrá. Pero también, más plástico se generará. No se habla del plástico que
constituye el bien como tal, al cual se le dará un uso final, se habla de aquel que
destinado al embalaje del producto ofertado. Cuando un producto es fabricado, se debe
embalar para poder ser distribuido. Las empresas usan plástico quizá por ser
económicamente más rentable, pero he podido notar que en muchas ocasiones y para
algunos productos el uso de este material no está justificado e inclusive podría
sugerirse que es nada sostenible.

Como el empaque es usado para el almacenamiento y transporte del producto, es

lógico que este sea retirado para ser exhibido, una vez llega a los almacenes que
ofertan el producto. Entonces, se habla del plástico cuya función fue ser fabricado para
posteriormente ser desechado, lo cual se traduce a un periodo de vida útil corto, en
comparación al tiempo de biodegradación. Para ser exactos, se puede hablar de una
prenda de vestir, la cual se dobla y se empaca por unidad en plástico, para ser después
empacada por docenas en otro plástico, y otra vez empacada para poder ser distribuida;
entonces se habla de muchos empaques plásticos, que serán desechados.

En un almacén en donde haya mayor demanda, se generará mucho más plástico, y es

que he observado que hasta los productos de plástico, están envueltos en plástico,
¡absurdo! Más aún, cuando el empaque es fabricado con plástico de un gran grosor y
por lo tanto resistencia para productos que no lo ameritan, y es cierto que pueden darle
otros usos, como para relleno de artículos para exhibición (como bolsos) y reciclaje,
pero por lo general terminan en la basura, generando una mayor cantidad de residuos
sólidos y por lo tanto ocupando un espacio en el relleno sanitario dando así menor
tiempo de vida al mismo.

¿La solución? Las empresas deben dejar de producir estos empaques innecesarios, es
que es absurdo que unos sacapuntas plásticos necesiten un empaque plástico dentro
de una caja de cartón, por el daño ambiental que causa justificado en un fin patético,
¿cuidar que no se rayen los sacapuntas? Habría que comunicarse con una empresa en
China, para sugerir un empaque ambientalmente sostenible. Las empresas deben tener
responsabilidad ambiental, y pensar en alternativas más sostenibles, quizá sea falta de
interés, inconsciencia, pero deberían cambiar esta forma de embalaje, por alternativas
más sostenibles. La biodegrabilidad de estos empaques es una de estas, que ya
muchas empresas adoptan, al igual que ideas innovadoras y amigables con el
ambiente para el empaque y/o almacenamiento de estos productos, el uso de papel
reciclado, puede significar un efecto negativo económicamente hablando en la empresa,
sin embargo, la utilización de este tipo de productos debe ser promovida por el
gobierno y más tratándose de pequeñas y medianas empresas, para no dejar espacio a
excusas por el cambio del material, también el usar menor cantidad de bolsas, debe
tener un fin que puede estar ligado a la organización de los productos dentro de la
fábrica, son procesos que ignoro, pero siempre se pueden buscar mejores alternativas,
para lograr una empresa sostenible. También cabe resaltar que así como el proveedor
es quién decide el cómo envía sus productos y el comerciante toma la decisión de
demandarlos, recibirlos, si este último exigiera un embalaje con la mínima cantidad de
plástico, más sostenible, estos se verían obligados a tomar medidas, dejando de usar
empaques innecesarios de plástico.