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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA, PREGRADO EN TEOLOGÍA

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

BOGOTÁ D.C.

2011

INTENCIONALIDAD FORMATIVA DE LA AUTOBIOGRAFÍA DE SAN


ANTONIO MARÍA CLARET:

RELECTURA NARRATOLÓGICA EN CLAVE VOCACIONAL

GIOVANNI MAURICIO RAMÍREZ VANEGAS

Proyecto de grado para optar al título de

Licenciatura en Teología

Director:

JOSÉ SANTOS TORRES MUÑOZ

Candidato a Doctorado en Teología

1
AGRADECIMIENTOS

Este trabajo de grado es una manera de agradecer a la congregación de Misioneros


Claretianos por todo el apoyo que recibido durante estos años de formación religiosa; pero
de manera especial agradezco al P. Alfonso Reyes, CMF. por sus largos años de entrega
misionera que ha dado a la provincia claretiana de Colombia Oriental y Ecuador y su
particular preocupación de seguir infundiendo en los misioneros jóvenes, el carisma dado
por San Antonio María Claret. También quiero agradecer a mi director de Trabajo de
Grado, al P. José Santos Torres, CMF. quien ha sido una guía excepcional en este estudio
autobiográfico.

2
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN Pág.
Introducción…………………………………………………………………………... 6
Planteamiento del problema………………………………………………………... 8
CAPÍTULO 1
ESTUDIOS SOBRE LA AUTOBIOGRAFÍA DE SAN ANTONIO MARÍA CLARET
1.1. Vida Edificante...…………………………………..……………………………... 13
1.1.1. Método………..………………………………………………………... 13
1.1.2. Estructura…...………………………………………………………….. 15
1.1.3. Hallazgos……………………………………………………………….. 15
1.2. Místico de la acción …………………………………………………………… 15
1.2.1. Método………………………………………………………………….. 15
1.2.2. Estructura..……………………………………………………………... 16
1.2.3. Hallazgos……………………………………………………………….. 18
1.3. Vida Apostólica………...………………………………………………………. 19
1.3.1. Método………………………………………………………………...... 19
1.3.2. Estructura……………………………………………………………..... 19
1.3.3. Hallazgos……………………………………………………..………… 21
1.4. Paradigma apostólico…….…………………………………………………… 21
1.4.1. Método……………………………………………...…………………... 21
1.4.2. Estructura………………………………………..……………………... 22
1.4.3. Hallazgos……………………………………………..………………...… 23
1.5. Crítica documental: Idealización del misionero…………………………..… 24
1.5.1. Método…………………………………………………………………. 24
1.5.2. Estructura………………………………………………………………. 25
1.5.3. Hallazgos……………………………………………………………….. 26
1.6. Conclusiones………………………………………………………………….. 27

3
CAPÍTULO 2
BIOGRAFIA, AUTOBIOGRAFÍA, HAGIOGRAFIA Y TEOLOGÍA
2.1. Biografía como autobiografía…….………............................................. 31
2.1.1. Características del género biográfico……………………….……… 31
2.1.2. Género biográfico y autobiográfico………..……………………….. 33
2.1.3. Origen del género autobiográfico …………………….……………… 33
2.1.4. Características de las autobiografías……………………………… 34
2.1.5. Alcances y límites de los escritos autobiográficos……………….. 36
2.1.6. La Autobiografía de Claret……………….………………………….. 37
2.2. Biografía como hagiografía…………………………………………………. 38
2.2.1. Orígenes de los escritos biográficos hagiográficos cristianos…… 39
2.2.2. Escritos biográficos hagiográficos más que historiografías ….… 40
2.2.3. Estructura de las biografías hagiográficas………………………... 41
2.3. Biografía como teología……………………………………………………… 42
2.3.1. Teología del camino………………………………………………….. 43
2.3.2. La experiencia de camino en las Sagradas Escrituras……………. 44
2.3.3. Jesús como camino de seguimiento……………………………….. 45
2.3.4. La vida de los cristianos como experiencia de seguimiento……… 46
2.4. Conclusiones………………………………………………………………….. 47
CAPÍTULO 3
TEOLOGÍA NARRATIVA
3.1. Narratología …………………………………………………………………… 50
3.2. Narratología en la teología …………………………………………………… 50
3.3. Método de análisis narratológico …………………………………………… 51
3.3.1. La fábula, diégesis o ficción………………………………………… 52
3.3.2. Historia contada o narración………………………………………… 54
3.3.3. Texto, estilo o textualización………………………………………… 55
3.4. Conclusiones…………………………………………………………………. 56

4
CAPÍTULO 4
ANÁLISIS NARRATOLÓGICO
4.1. Análisis de la ficción o fábula……………………………………………… 60
4.1.1. Análisis de las acciones……………………………………………… 76
4.1.1.1. Naturaleza y jerarquización de las acciones………………. 76
4.1.1.2. Relaciones entre las acciones………………………………. 78
4.1.2. Análisis de la Intriga………………………………………………….. 79
4.1.2.1. Estados y cambios dentro de la Intriga ……………………. 84
4.1.3. Análisis de los personajes …………………………………………… 85
4.1.3.1 Claret como sujeto operador de la búsqueda……………. 86
4.1.4. Análisis de lugares……………………………………………………. 88
4.2. Análisis de la narración………………………………………………………. 89
4.3. Análisis del texto……………………………………………………………… 90
4.4. Conclusiones………………………………………………………………….. 93
5. CONCLUSIONES……………………………………………………………… 96
6. BIBIOGRAFÍA………………………………………………………………….. 100
ANEXOS

5
INTENCIONALIDAD FORMATIVA DE LA AUTOBIOGRAFÍA DE SAN
ANTONIO MARÍA CLARET:
RELECTURA NARRATOLÓGICA EN CLAVE VOCACIONAL

1. INTRODUCCIÓN

El presente estudio pretende hacer un acercamiento a la Autobiografía de San Antonio


María Claret, a través del método utilizado por la teología narrativa, un análisis
narratológico. Y por medio de él, brindar algunas claves de lectura, para una mejor
comprensión del texto Autobiográfico y de la intencionalidad de Claret al narrar algunos
acontecimientos que el mismo eligió de su vida; en miras de presentarlos a los miembros de
la naciente congregación de los Misioneros Claretianos.

La investigación parte de la preocupación de la Iglesia en esa búsqueda de revalorar la vida


de los hombres y mujeres que han hecho un camino de seguimiento cristiano, pues por
muchos años a este tipo de escritos se les ha dado unas connotaciones peyorativas al verlos
como contenidos subjetivos, que muestran experiencias significativas para los autores de
estos, pero altamente místicas y personales. Ahora bien, si tenemos en cuenta esto,
podemos comprender también en ellos, una clara intención de compartir la experiencia
personal, como una manera de edificar y motivar a otros al seguimiento, como parte del
carácter ejemplarizante de los escritos autobiográficos hagiográficos.

Es por eso que estos escritos se convierten en documentos fidedignos de experiencias de fe,
que ilustran a los que lo leen en las maneras como los autores, van comprendiendo el paso
de Dios por sus vidas y como ellos van identificando sus historias personales como fuentes
de la revelación de Dios en la historia. Es así que la Autobiografía de San Antonio María
Claret se convierte en un relato de discernimiento de la voluntad de Dios y en una manera
de identificar las acciones y pensamientos del Santo como uno de los modos de cómo opera
la acción salvífica de Dios en el mundo.

Realizar un análisis narratológico al escrito autobiográfico, es valorar el escrito en tanto a


una experiencia de fe vivida, equiparándolo, guardando las proporciones, a los escritos
evangélicos; es decir, comprender éste como un evangelio vivido que guarda en sí mismo

6
un conocimiento del Dios que nos enseñó Jesús. Esta nueva manera de acercarnos a los
relatos de vida de los santos, es complementario a la manera como se han estudiado éstos
escritos a lo largo de la historia de la Iglesia.

Es retornar a la esencia, con que nacieron estos escritos pertenecientes al género biográfico,
que es el carácter didáctico de los mismos, pues ellos han tenido siempre como pretensión,
mostrar valores éticos y morales, para los miembros de las sociedades donde nacieron. Es
por eso que el presente estudio va mas allá de un análisis histórico-crítico o apologético,
para internarse en la estructura del escrito en sí, descubriendo en él, el mensaje que el autor,
en este caso San Antonio María Claret, quería comunicar a los lectores de su Autobiografía,
por medio del relato de su historia de vida.

Pese a que este estudio no realiza un análisis de la totalidad de la Autobiografía, sino de


solamente una sección de la misma, si ha permitido hallar por medio del análisis
narratológico, algunas posibles claves de lectura, que permiten al lector acercarse al texto
con una mayor caridad de lo que en él se narra y con la posibilidad que estas claves le
permitan hacer una lectura comprensiva de la totalidad de la Autobiografía, brindándole
herramientas, para descubrir en su propia historia de vida, el paso de Dios y el modo como
cada cristiano va descubriendo el cómo hacer la voluntad de Dios.

7
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La Autobiografía de Claret no se ha leído en la clave ni en el modo correcto, pues se ha


utilizado en su análisis un método histórico-crítico en el cual se desvanece la real intención
con que fue escrita; pues la intencionalidad de la misma es la animación vocacional y la
formación de los misioneros claretianos. El estudio de la Autobiografía de San Antonio
María Claret se ha limitado a una recopilación de datos, como una manera de aproximarse a
la vida y misión propuesta para la congregación.

Es así, que el estudio autobiográfico esta enfatizado en una primera medida a constituir una
síntesis cronológica de la vida del Santo; mas sin embargo esta construcción se ha basado
en la comparación de los escritos y textos biográficos con otros textos de Claret, y sobre
todo buscando una manera de confrontar lo escrito con hechos históricos, en pro de una
validación histórica de la Autobiografía. En estos estudios se realiza un recorrido histórico
de los pasos de Claret desde el comienzo de su vida hasta el momento de su muerte; donde
se relatan hechos y pensamientos de Claret que van configurando su vida misionera, antes
bien se muestra con ello una evolución en su experiencia de fe.

En concordancia con este recorrido histórico de lugares, fechas y acciones, se da un


especial realce al trabajo que este hace en cada uno de los lugares donde se encuentra, a la
manera como va comprendiendo su respuesta de fe y las acciones como fruto de esta
respuesta. Su acción apostólica como misionero itinerante en Cataluña y canarias, para
luego crear un instituto de misioneros, para compartir el don dado por el Espíritu a otros
sacerdotes animados como él, a un estilo de vida misionera.

Existe dentro de sus acciones muchas maneras de ir respondiendo a su vocación, entre ellas
las publicaciones como una manera de combatir al mal, y como un medio de extender a
muchos la evangelización, la salvación, el apoyo a los institutos seglares y su encargo como
arzobispo en cuba, sus proyectos en la isla, y luego su cargo como confesor real y por
supuesto su preocupación por la formación de los seminaristas de su época.

La otra manera de hacer un estudio de la Autobiografía de Claret es desde la preocupación


de la congregación por trasmitir a las futuras generaciones la Espiritualidad del fundador, y
lo que se ha captado desde la lectura de la autobiografía es la conciencia viva del santo de

8
ser apóstol, se describe la vocación como punto central y clave de la vida de Claret; pues
teológicamente la vida autentica del cristiano1 no es sino la realización de esta especial
voluntad divina para él, ofreciendo Dios una misión, un destino, un ser y un quehacer, una
llamada singular y personal, para él solo como un tú.

Pese a esta profundización en busca de lo más original de la identidad claretiana; se ha


olvidado la relevancia primordial de nuestra fuente original, la Autobiografía, realizando
con ello un análisis semiótico, para comprender la significación de algunas analogías que
utiliza el autor, pero olvidando valorar el texto por lo que es en sí mismo, un texto que
guarda la intencionalidad de Claret, su vida, su conciencia; descrito esto desde la manera de
narrar, el modo en que escoge los ejemplos y experiencias vividas; guarda el ideal del como
ser misionero, como se debe formar al misionero, que debe animar a un misionero; tal
como lo vivo y lo pensó San Antonio María Claret; es decir cómo llevar el escrito del Santo
a la vida misma de las personas que han sido llamadas a compartir su carisma.

3. FORMULACIÓN DE LA PREGUNTA PROBLEMA

¿Cómo comprender los relatos biográficos escritos por San Antonio María Claret en su
Autobiografía desde su intencionalidad formativa, aplicando el método narratológico en
una clave vocacional?

4. HIPÓTESIS PLANTEADA

La clave central de la lectura de la autobiografía es vocacional, y el método con el cual


podremos llegar a una mejor comprensión de la propuesta formativa que subyace en ella, se
basaría en la teología narrativa.

5. JUSTIFICACIÓN

La teología debe comprenderse como la reflexión de una experiencia de vida leída desde
una experiencia de fe; es así que la teología no es más que la experiencia de vida de los
seres humanos, es su historia y como la han asumido a lo largo de la vida.

1
Cfr. Claret, Autobiografía, 82

9
Los análisis que se han hecho a las vidas de los santos o hagiografía se han convertido en
una separación entre la experiencia de fe, lo que ellos relatan, es decir el texto mismo, y la
experiencia vivida; al asumir sus escritos como parte de una alienación de su experiencia de
vida por su experiencia de fe y la interpretación que ellos hacen de los mismos; quitándole
el valor mismo a su experiencia; desde esta perspectiva los análisis hagiográficos se
convirtieron en la búsqueda de datos que dieran validez a los escritos, para evitar que se
tomaran estos como alienaciones, es decir que se convirtió la hagiografía en una especie de
apología de la vida de los santos.

Del mismo modo como se da una nueva mirada a los texto evangélicos, pues en la
búsqueda del Jesús histórico nos encontramos con las limitantes que al encontrar este
sustrato histórico de los textos no logramos con ello, encontrar el significado de la
encarnación de Jesús para la vida de los creyentes; pues el sentido salvífico también se
encuentra en quien escucha el mensaje, él es quien lo interpreta y lo llena de sentido para su
vida.2

Aquí nos encontramos con la posibilidad de abrir nuevos discursos para la teología y
revalorar la vida y experiencias de los creyentes desde su propia interpretación y sobre todo
como esta interpretación y relatos de vida alimentan la vida y la experiencia de fe de las
comunidades y de las personas. Esta allí el sentido último del anuncio y de la misión de los
cristianos; y es el de invitar a otros al camino de seguimiento de Jesús y por ende a aceptar
el plan salvífico de Dios en sus vidas; desde allí está centrado el papel de la teología.

Ahora bien, la congregación de los misioneros claretianos, animada por el Espíritu


infundido a la iglesia, desde la renovación plateada en el Concilio Vaticano II, ha
emprendido un retorno a sus fuentes, para encontrar en ellas lo más original de su carisma;
en este retorno a sus raíces carismáticas ha profundizado en la figura de su fundador;
haciendo una aproximación a su experiencia misionera teniendo como base el Texto escrito
por él mismo, su Autobiografía. Durante estos años de reflexión se ha aproximado a su
figura mediante el método histórico-crítico de sus escritos, pero este método ha olvidado lo
más original de su experiencia y en muchas ocasiones dejan a un lado las verdaderas

2
Cfr. Ibíd, 39

10
intenciones con que fue escrito este texto, haciendo que la propuesta de Claret se aleje de la
vivencia carismática de los misioneros claretianos hoy.

Por este motivo se pretende proponer una clave y un método diferente de aproximación al
texto, el cual permita al lector, en este caso los misioneros en formación, comprender mejor
lo que se propone Claret al escribir su Autobiografía, a partir de una relectura narratológica
en clave vocacional.

Esto no quiere decir que los análisis históricos-críticos que se aplican en primera medida a
los textos bíblicos, sean inapropiados, solo se asume que todo método de análisis tiene sus
limitantes y lo que se pretende con los nuevos métodos, entre ellos el semiótico y el
narratológico, es mostrar otros puntos de vista y otras intencionalidades al asumir un texto,
pues cada uno de los métodos pretende hallar la solución a sus propias preguntas; desde
este punto de vista el análisis narrativo o narratológico se enmarca no tanto en la limitación
de ver a un texto subyugado al autor, su medio y el contexto histórico donde se inscribe,
partiendo de especulaciones en muchos casos o en simple posibilidades empleadas por
estos analíticos dejando al texto en si en un segundo plano como si este careciera de
importancia.3

Otra método que se aplica al analizar los textos es la semiótica, la cual busca centrarse en el
texto en si olvidando con ello, la intencionalidad del autor y su contexto; es un análisis de
lo que se trata el texto. La diferencia que existe de este método con el narrativo, se
encuentra en el énfasis por identificar esa conexión entre autor y lector, dicho en otras
palabras, los narratólogos están interesados en determinar la estrategia narrativa desplegada
en el relato con vistas a actuar en el receptor, pues lo que interesa en los escritos edificantes
es mover al lector hacia una acción y desde allí encuentra la sintonía con la teología pues el
anuncio debe llevar a una conversión, es decir mover al escucha a un cambio de vida, de
mente, de manera de situarse frente al mundo.4

Este método es relativamente nuevo y por tal motivo no ha sido aplicado al estudio de los
escritos de San Antonio María Claret y desde esta perspectiva es una propuesta de relectura

3
Cfr. Marguerat; Bouquin, Como leer los relatos Bíblicos, iniciación al análisis narrativo, 21
4
Cfr. Ibíd., 22

11
de la autobiografía. Y lo que se busca es encontrar los vínculos autor- texto- lector; pues es
lo más fiable que tenemos en las obras escritas; el texto en sí y la manera como el autor se
quiere mostrar en él, unas narraciones que las ha puesto con una intencionalidad y lo que
pretende que ocurra cuando el lector las lea, es decir la imagen que tiene el mismo autor del
lector.

Estos nuevos recursos que ofrecen los estudios literarios a la teología aplicado en el campo
bíblico, pueden ser aplicados al campo hagiográfico; y esto es lo que se pretende con este
trabajo de grado, mostrar nuevas maneras de comprender el texto que nos interesa que es la
autobiografía de San Antonio María Claret, en donde el análisis lleve verdaderamente a
herramientas que permitan una vivencia de seguimiento a Jesús desde el carisma claretiano.

6. OBJETIVO GENERAL

Proponer una nueva clave y método de lectura que nos lleva a una mejor comprensión de la
Autobiografía de San Antonio María Claret desde la teología narrativa.

6.1. Objetivos Específicos


6.1.1. Comprender con mayor claridad la propuesta de Claret en la Autobiografía,
utilizando el método narratológico.
6.1.2. Ofrecer una herramienta que colabore en la formación de misioneros y a
clarificar su seguimiento de Jesús.

12
CAPÍTULO 1

ESTUDIOS SOBRE LA AUTOBIOGRAFÍA DE SAN ANTONIO MARIA CLARET

Después de la muerte del fundador, la congregación de misioneros claretianos desde sus


primeros años, comenzó a publicar una serie de biografías hagiográficas sobre la vida de
Claret, partiendo siempre de su propio escrito autobiográfico. A continuación se muestra
una breve reseña sobre las principales biografías y estudios hagiográficos de la vida de San
Antonio María Claret, realizados por miembros de la congregación; resaltando
principalmente el método utilizado en la investigación, la estructura plateada en estos
estudios y los hallazgos y conclusiones a los cuales llegan estos autores.

1.1. VIDA EDIFICANTE


1.1.1. Método

Esta biografía de San Antonio María Claret, titulada “Vida Edificante del Padre Claret,
Misionero y Fundador”, es en realidad una ampliación de su primera obra biográfica que se
conoce en la congregación como el “El resumen de la admirable vida”; en ella el P. Jaime
Clotet5 presenta, a partir de la autobiografía del santo y la adición de una serie de
complementos e informaciones de testigos que enviaban estos a la casa-madre de la
congregación, un panorama de las virtudes de Claret. La primera biografía de Clotet, fue
publicada en 1882 y él, “consciente que este trabajo había quedado corto, emprende la
elaboración de una nueva biografía”6; La intencionalidad de esta nueva obra biográfica,
como lo afirma el mismo P. Clotet, es “poner de manifiesto las virtudes de tan insigne
prelado”7. El P. Clotet utiliza en esta obra, como fuentes principales la Autobiografía del
santo, la primera biografía claretiana publicada en 1871 por D. Francisco de Asís y

5
El venerable P. Jaime Clotet y Fabrés nación en Manresa (Barcelona) el 24 de julio de 1822 en una familia
profundamente cristiana, que respiraba un aire de sencillez evangélica, Clotet fue uno de los cinco
cofundadores de la congragación de de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, fue Subdirector
General, Secretario General y superior de las primeras casas del Instituto en España y Francia. Duro diez
años escribiendo esta nueva biografía de Claret 1882-1892.
6
Cfr. Clotet, Vida Edificante del Padre Claret, Misionero y Fundador, IX-XII
7
Ibíd., XXIV

13
Aguilar8, además se vale de su propia experiencia vivida al compartir al lado de Claret, al
igual que de muchos otros testimonios de personas que trataron con Claret de cerca.9

En conclusión esta biografía queda enmarcada con una doble intencionalidad, la primera es
mostrar las virtudes del P. Claret como modelo de seguimiento, y la segunda es buscar el
reconocimiento del P. Claret como santo de la Iglesia, es decir que el P. Clotet escribe una
autentica biografía hagiográfica. Desde allí se debe comprender la aparición de algunos
acontecimientos relatados y la importancia que se le da a aspectos, tales como gracias
concedidas y milagros; por otra parte, el P. Clotet ve la necesidad de no alejarse de la figura
de Claret relatada en la autobiografía, por eso tomará la estructura de ella como orientación
básica.

1.1.2. Estructura

El P. Clotet enmarca su biografía de San Antonio María Claret en una estructura


arquetípica hagiográfica, es decir, relata en su texto “la vida, la muerte y los milagros del
santo”10; para ello dividirá su obra en siete periodos: a) primer período: desde el nacimiento
hasta que se dedicó a las misiones; b) segundo período: Desde que se dedicó a las misiones,
hasta que fue consagrado arzobispo; c) tercer período: desde que fue presentado para el
cargo de arzobispo hasta que fue nombrado confesor de la reina; d) cuarto período: desde el
nombramiento de confesor de la reina hasta el reconocimiento del reino de Italia; e) quinto
período: Desde reconocimiento del reino de Italia hasta los últimos meses de la vida del
Siervo de Dios; f) sexto período: Santidad del Siervo de Dios; g) séptimo período: De su
preciosa muerte y de lo que ocurrió después de ella.11

En cada periodo se explicita la conducta del santo en cada una de sus etapas vitales,
resaltándose desde su infancia el virtuosismo, la piedad y la conducta intachable que a la
postre será, la constante de su vida; la prudencia en sus cargos eclesiásticos, la misericordia
por los más frágiles y humildes, su celo, la mortificación a la que se somete, su

8
D. Francis de Asís Aguilar, Obispo de Segorbe y Admirador del santo; publicó la biografía en 1871.
9
Cfr. Clotet, Vida Edificante del Padre Claret, Misionero y Fundador, XVIII
10
Linares, Leyenda y figura de Santiago en dos hagiografías de principios del siglo XVII; Mauro Castellá Ferrer
y Hernando Ojea Gallego y sus Historias del Apóstol Santiago; Méridiennes (2006) 16, http://halshs.archives-
ouvertes.fr/docs/00/08/40/08/PDF/articlelidwinecorrige.pdf (consultado el 7 de julio de 2011)
11
Cfr. Clotet, Vida Edificante del Padre Claret, Misionero y Fundador, 12

14
mansedumbre y humildad. La vida de Claret relatada por Clotet también se encuentra
marcada por persecuciones por parte de incrédulos, del gobierno y autoridades superiores,
en una lucha contra el mal.

1.1.3. Hallazgos

El último capítulo, titulado conclusión de la vida admirable del Siervo de Dios Antonio
María Claret, da una idea de lo encontrado y corroborado por el autor de esta biografía;
muestra un resumen de esa vida ejemplarizante que fue relatada a lo largo de este escrito
hagiográfico, del mismo modo resalta la muerte de P. Claret a la luz de la muerte de los
justos, “una muerte despreciable para los ojos del mundo, mas no a los ojos de Dios”12
como elemento característico de las vidas de los santos; que son análogas a la experiencia
de Jesús, pues, del mismo modo, él muere como un hombre justo. Es por esto que se
considera a esta obra del P. Clotet, una autentica biografía hagiográfica clásica, que busca
ante todo exaltar las virtudes, gracias concedidas y milagros de Claret, mostrando que su
vida es el reflejo de santidad.

El P. Clotet hace una utilización de la Autobiografía como guía del recorrido biográfico; es
a través de la estructura que plantea el mismo Claret en ella, copiando la cronología y
ampliando cada uno de los hechos narrados en el escrito autobiográfico, con conocimiento
propio de su conocimiento del Santo, como también con la utilización de testimonios de
personas cercana a la vida de Claret.

1.2. MÍSTICO DE LA ACCIÓN


1.2.1. Método

Juan María Lozano, en su libro “Un místico de la acción, San Antonio María Claret”,
plantea un estudio de la espiritualidad de la persona de San Antonio María Claret, desde la
psicología y la teología espiritual, pues se intenta investigar con ello, la experiencia
religiosa como una vivencia privilegiada, que fue desarrollándose a lo largo de la vida de
Claret. Todo esto, como parte de una investigación de carácter positivo, en donde se busca

12
Cfr. Ibíd., 861

15
tanto tendencias constantes, como de preferencias; también se toma en este estudio la
autobiografía, realizando con ella una contextualización histórica de la vida del santo;
“buscando a través de esta comprensión sintética, el desarrollo de la espiritualidad de Claret
a lo largo de su experiencia de vida”13. En conclusión, es una búsqueda de la personalidad
de Claret a lo largo de su vida, y como ella va indicando el carácter apostólico de su actuar,
el cual supera las condiciones históricas vividas por él.

Este estudio sobre el desarrollo y doctrina espiritual en Claret, dan directrices para hablar
de una espiritualidad de la congregación de los misioneros claretianos. Con ello el autor
pretende mostrar que la vida de Claret no es solo muestra de una experiencia de vida
espiritual, sino que proporciona una espiritualidad propia, con unas características
notables14 en donde la experiencia de Claret, lleva consigo una experiencia religiosa; como
lo dice el autor en su introducción; la experiencia religiosa determina toda experiencia, pues
la presencia y la acción divina son percibidas y experimentadas en todas las cosas y en
nosotros mismos.15 Desde esta perspectiva, en Claret se puede hablar de una experiencia
mística en tanto que está acompañada de luces y gracias de amor que transforman la
realidad del ser humano, y solo producidos por los dones del Espíritu Santo16.

1.2.2. Estructura

Teniendo en cuenta lo anterior, el autor estructura su estudio de la espiritualidad de Antonio


María Claret, tomando como punto de partida los elementos que condicionan la
espiritualidad del Santo; el primero de ellos la personalidad, en este capítulo resalta el
carácter práctico, emprendedor y cómo va desarrollando su personalidad pasando del
orgullo a la pasión en su labor y del mismo modo cómo evoluciona de una fuerte timidez en
su niñez a un valor que se refleja en su extensa labor como predicador, denunciando los
males morales de la sociedad17y realizando una caracterización de la personalidad de
Claret; luego toma un capítulo donde describe el ambiente tanto sociopolítico, cómo
económico, y el ambiente eclesial y espiritual de la época; destaca la situación histórica de

13
Cfr. Lozano, Un místico de la acción, San Antonio María Claret, 33-34
14
Cfr. Ibíd., 12
15
Cfr. Ibíd., 17
16
Cfr. Ibíd., 18
17
Cfr. Ibíd., 76

16
España y de la Iglesia en el siglo XIX, de manera especial la batalla liberal contra la
Iglesia18, es decir un estado en vía de secularización. Del mismo modo, se muestra el
ambiente de industrialización que por entonces vivía Cataluña, por otra parte se narra el
ambiente espiritual, el cual tiene un acento marcado de ascetismo, propio de la
espiritualidad de este siglo, y el fenómeno de los escritos autobiográfico y demás apuntes
íntimos, propio del romanticismo literario y asumido por muchos místicos españoles. El
último capítulo de esta primera parte, hace referencia a las lecturas que Claret fue
asimilando en cada etapa de su vida, y como estas lecturas van a ser una fuente para su
itinerario espiritual.

Luego plantea una segunda parte, la cual llama punto de partida, donde analiza dos hechos
y situaciones que marcaran la vocación de Claret, la primera es la aparición de la Virgen y
la segunda es el descubrimiento de la vocación a partir de la lectura bíblica, por otra parte
también se muestra como la hagiografía se convierte en un influjo de su vida; pues Claret,
“en los hechos de los santos hallará siempre norma e incentivo”19 y cómo a lo largo de su
vida va descubriendo su vocación, del mismo modo como su personalidad se va
desarrollando a lo largo de los años; es decir, se muestra la evolución psico-espiritual desde
la infancia y juventud. Este capítulo concluye con un planteamiento y es, el descubrimiento
de su vocación como el centro de la personalidad y de su itinerario espiritual.

En la tercera parte se relata el Itinerario espiritual del santo; en donde se relata una ascética
de la imitación de Cristo; “todo en Claret nace, como un halo, de la figura central de
Cristo20. Esta imitación de Cristo para Claret se realiza de un modo concreto, de contemplar
y copiar los mismos gestos del Señor”21. Esta imitación está dada desde la lectura de los
evangelios, con ello se está diciendo que Claret “consideraba esta imitación de los
evangelios como la base de la ascética”22. Otra parte importante dentro de este itinerario
Espiritual es “el profundo e intenso marianismo”23. Algo que influye no solo en el
apostolado de Claret, sino en su vida total, pues en él, hay un sentimiento de Maternidad

18
Cfr. Ibíd., 92
19
Cfr. Ibíd., 157
20
Ibíd., 199
21
Ibíd., 204
22
Ibíd., 207
23
Ibíd., 217

17
Espiritual de María, lo cual para Claret se convierte en una consagración; del mismo modo
se resalta las virtudes más sobresalientes de Claret, como es el amor, la mortificación y la
humildad y su vida marcada por el apostolado.

En la cuarta parte se estudia la experiencia mística, resaltando la gracia cristológica de la


conservación de las especies eucarísticas en su pecho; siendo este no un simple acto de
contemplación de Claret, sino que la “referencia predominante del Verbo encarnado ha
culminado en una experiencia intima de la vida de Cristo en él”24. El estudio culmina con
una conclusión donde delinea la espiritualidad martirial del santo en los dos años que
precedieron a su muerte.25

1.2.3. Hallazgos

El análisis que hace Lozano, sobre la espiritualidad de Claret es una propuesta de


comprensión del carisma de la congregación, a partir de la experiencia del Santo como
misionero apostólico, y de un análisis psicológico, entendido como una evolución según la
edad y las experiencias, en su comprensión de su carisma dentro de la Iglesia.

La experiencia y la doctrina espiritual de Claret, se muestran tres temas fundamentales; el


tema central es la vocación de Claret como misionero apostólico como el “desarrollo
mismo de la personalidad en su relación con el mundo externo”26. Otro tema es el
cristocentrismo de su espiritualidad, enmarcado desde la imitación de las virtudes
evangélicas y la devoción Eucaristía y la posterior gracia que lo acompañará los últimos
nueve años de su vida. Por último, el tema de la filiación a María como eje de su
espiritualidad. El título de la obra sirve a manera de conclusión y de lo hallado en el estudio
de la espiritualidad de San Antonio María Claret.

24
Ibíd., 397
25
Cfr. Ibíd., 36-37
26
Ibíd., 179

18
1.3. VIDA APOSTÓLICA
1.3.1. Método

La intencionalidad de Lozano es escribir una biografía del Santo, titulada “Una vida al
servicio del evangelio”, con el pedido de la congregación de hacer “una biografía de
mediana longitud, suficientemente ampliada, para dar una mirada seria y reposada de lo que
fue Antonio María Claret, y al mismo tiempo con la brevedad deseable para poder tentar a
un número mayor de lectores”27 , para lograrlo el autor se basa en la Autobiografía escrita
por Claret y las demás investigaciones que se han realizado, las cuales han aportado más
datos sobre la vida del Santo.

El autor intenta sopesar críticamente los diferentes datos, dados por las diferentes
biografías, estudios y monografías escritas por tantos misioneros claretianos, en los últimos
años; que permitan mostrar la imagen de Claret. Es por eso que con este escrito se pretende
mostrar un retrato de Claret, de su vida, del “significado más profundo de sus intenciones,
valores que oriento esta y las ideas y factores sociales que lo condicionaron”28 . El aporte
de esta autobiografía está en el hecho de ahondar sobre las actuaciones de Claret en Cuba y
en España, en su labor de confesor de la Reina Isabel II; al igual que toma en cuenta unos
estudios, sobre el ambiente español en época de las guerras napoleónicas.

En conclusión, el método que el autor usa para su biografía es el método histórico crítico;
comparando y resumiendo, el texto Autobiográfico con los demás hallazgos y estudios; los
cuales tiene un énfasis histórico, procurando formular una historiografía de Claret.

1.3.2. Estructura

El autor divide la obra en veintitrés capítulos: I comienza una vida, II Estudiante y


trabajador de Barcelona, III Seminarista en Vic, IV Estancia en Roma, V Misionero en
Cataluña, VI Popularismo y carismático, VII Apóstol moderno, VIII Apóstol de Gran
Canaria, IX Fundador de Misioneros, X Arzobispo de Santiago de Cuba, XI La
Evangelización de Cuba, XII Los problemas sociales, XIII Renovando las estructuras de la
diócesis, XIV Entre la Iglesia y el Espíritu, XV Rumbo a la Corte, XVI El confesor de su

27
Lozano, Una vida al servicio del evangelio, 7
28
Ibíd., 9

19
Majestad, XVII Claretianos, Claretianas, Carmelitas de la Caridad y Adoratrices, XVIII a l
largo de España, XIX Nuevos horizontes e iniciativas, XX En las mallas de la política, XXI
Viviendo desde Dios, XXII En París y Roma, XXIII Deseo irme con Cristo.

Cada uno de estos capítulos destaca el ambiente en donde se desarrolla la vida de Claret y
es, a su vez, complementado a través de compendios históricos de Cataluya, Sallent, Vic;
del mismo modo por medio del epistolario de Claret para dar un marco al lector, a manera
de una contextualización del momento histórico que vivía España y la Iglesia en el siglo
XIX.

Es visible como la intencionalidad que tiene el autor, es llevada a cabo en su escrito


biográfico, dando prelación en su narración, en un primer momento a la contexto histórico
que marcó los inicios de la vida de Claret en Sallent y sobre todo la actividad misionera de
Claret, como Arzobispo de Cuba, la cual es relatada desde el capítulo X al capítulo XIV; en
donde muestra las visitas misioneras y pastorales que sostuvo durante este período en la
Isla, para ello se vale del denso epistolario claretiano, donde en muchas de sus cartas,
explica el trabajo pastoral a sus más cercanos amigos y colaboradores.

En los capítulos XV al XXI, Lozano relata largamente toda esta etapa de Claret como
confesor real, y resalta la labor de Claret allí y su vivencia de seguimiento en un ambiente
tan adverso, en que vivía la corona española, en aquel momento; especialmente muestra el
testimonio que desde allí da, desde su seguimiento, y como continua su mística como
misionero apostólico, en las obras que dirigió durante este período y su misma “vivencia
cotidiana”29 en oración y practicas acéticas; en procurar de continuar fortaleciendo su
talante misionero.

Los dos últimos capítulos relatan los últimos años de Claret en el exilio, su participación en
el concilio Vaticano I y lo que ocurre alrededor suyo en los momentos previos y posteriores
a su muerte, dejando claro el carácter apostólico que se le reconoce a Claret y la manera
como afronto su muerte como una entrega total a Cristo.

29
Ibíd., 499

20
1.3.3. Hallazgos

A través del análisis comparativo de textos, Lozano realiza una obra biográfica de carácter
historiográfico, en donde resalta la actividad de Claret en medio en un contexto difícil,
como es el que vivió España en el siglo XIX, y da prelación al ambiente vivido por el
Santo, utilizando fuentes históricas, provenientes de historiadores y de la prensa misma. Se
resalta también, el énfasis dado en esta obra a la etapa de Claret como Arzobispo en Cuba y
como confesor, para ello, se vale extensamente del epistolario de Claret, como
complemento a lo ya relatado en la Autobiografía.

1.4. PARADIGMA APOSTÓLICO


1.4.1. Método

Atilano Alaiz realiza una biografía hagiográfica, que titula “No puedo callar; San Antonio
María Claret”; donde pone de realce su conocimiento sobre la figura de Antonio María
Claret, con ello pretende hacer memoria a la Iglesia de la presencia del santo en ella y de
actualidad para la vida de la misma. Su estudio de la vida del santo, tiene como base su
escrito autobiográfico y un sin número de otros escritos como cartas, notas espirituales y
apuntes íntimos; buscando con ello hallar su experiencia profética, de un hombre seducido
por Dios y urgido a ponerse incondicionalmente al servicio de la Palabra;30para lograr
perfilar un retrato de su personalidad.

Por otra parte el autor intenta resaltar en Claret el realismo de su vida, pues al relatar su
vida por etapas, realizando un recorrido cronológico, busca relacionarlas con la realidad
humana, social e histórica vivida por el Santo31. Con ello realiza el autor una explicación de
la autobiografía, orientando al lector en la lectura de la misma con notas, anécdotas y
complementándola con testimonios y escritos del propio Santo y de él mismo, como
maneras de interpretar cada uno de los pasajes abordados en la autobiografía; por otra parte
dentro del texto nos encontramos con notas de cómo el Santo va escribiendo la
autobiografía y el contexto en que ésta se va escribiendo, intentando con ello mostrar las

30
Cfr. Alaiz, No puedo callar; San Antonio María Claret, 8
31
Cfr. Ibíd., 9

21
intencionalidades de Claret con la misma y los posibles criterios de elección de sucesos que
se presentan en la autobiografía.

1.4.2. Estructura

Esta biografía está dividida en ocho capítulos, los cuales realizan un recorrido cronológico
por la vida de Claret y los principales aspectos de cada una de las épocas. El primer
capítulo titulado, “en la Iglesia domestica”, reconstruye el ambiente familiar, donde Claret
nació y cómo la formación recibida en ella, es fundamento del crecimiento espiritual de él,
acuñando “la expresión de Juan Crisóstomo, una ecclesiola”32 siendo los padres los
principales educadores en la fe de Claret. El segundo capítulo, “No se puede ser joven
impunemente”; recorre la vida de Claret en su juventud, el trabajo en la fábrica textil,
reflejando el ardor y la alegría que sentía por la fabricación que queda contrastado por la
tentación sufrida, en su pubertad y ese éxito en la fabricación que luego se convertirá en
cuestionamiento para su vida y a la postre en un “repudiar definitivamente a los ídolos y
optar radicalmente por Jesús”33. El tercer capítulo, “Sacerdote misionero”, muestra cómo
va cruzando Claret una nueva etapa de su vida y siente el “llamamiento de Dios para ir a
predicar o misionar”34, enraizando su personalidad al ministerio de los profetas y su
acercamiento místico a la Palabra de Dios, resaltando la búsqueda misionera que lo lleva de
Roma a Viladrau. El capítulo cuarto “Misionero Andante”, es un recorrido de las
motivaciones de Claret para la misión, entre ellas destaca el amor a la Palabra, la imitación
de Jesús, el amor que siente y ese ímpetu por salvar a los demás; y sobre todo la
identificación de Claret, cómo un “profeta de la esperanza”35, dando realce al papel de la
predicación dentro de su accionar misionero.

El capítulo cinco, “Pastor a lomos de mulo”, relata la experiencia de Claret como


Arzobispo en Cuba, resaltando los medios que utilizó durante el ejercicio de su labor, y las
actitudes que se enmarcan dentro de esa experiencia de imitación de Cristo y amor al
prójimo. El capítulo sexto, “Profeta en la corte”, resalta en esta etapa de la vida de Claret,
el malestar de Claret frente a la vida en palacio y su respuesta desde la austeridad; también

32
Ibíd., 21
33
Ibíd., 41
34
Ibíd., 64
35
Ibíd., 157

22
su malestar frente a las intrigas que se tejen allí, al igual que “el desequilibrio afectivo que
vive la reina”36. Por otra parte, muestra como Claret sigue con su agitada vida misionera
apostólica durante los viajes reales, del mismo modo, la manera de continuar esta labor
evangelizadora con las innumerables publicaciones “especialmente para los hombres de a
pie”37, es decir para el pueblo sencillo español, como también se preocupa, en los medios
escritos, por “contribuir intensamente en la renovación del clero español”38.

El capítulo séptimo, “ascético y místico”, da realce a la mística, como “plena cristificación


del discípulo de Jesús”39. Lo cual genera una unión con esa presencia de Dios, y llegará a
su plenitud mística en la gracia eucarística. El último capítulo, “Profeta en el exilio”,
expone la situación de persecución que sufre la familia real y Claret por ser el confesor de
la reina, y su exilio en Francia y su posterior muerte, “con el alma crucificada por la
infamia y la persecución”40.

1.4.3. Hallazgos

Esta biografía hagiográfica muestra la personalidad y una espiritualidad de Claret,


enraizada en su vocación como un misionero apostólico moderno; de allí se comprende el
uso de todos los medios de comunicación de su tiempo, que estuvieron a su alcance. Allí
está enmarcada la pretensión de esta biografía, en mostrar la vida de Claret sirve como
ejemplo para los misioneros de hoy, de su creatividad en la actividad misionera. En Claret
se resalta, un hombre que rompió con los esquemas de su época, es por eso que su modelo
de vida trasciende el tiempo, del mismo modo que los evangelios, guardando las
proporciones. La importancia de la vida de los santos en la Iglesia radica en la manera,
cómo cada una de ellas, interpreta el evangelio en la vida, sin olvidar teniendo en cuenta
una “debida hermenéutica y las debidas transposiciones socioculturales”41, de estas.
También da el autor a Claret, el apelativo de “precursor”42 en la importancia que dio al
movimiento bíblico que se verá solo hasta el concilio Vaticano II como fuente de toda

36
Ibíd., 424
37
Ibíd., 451
38
Ibíd., 453
39
Ibíd., 577
40
Ibíd., 658
41
Cfr. Ibíd., 663
42
Ibíd., 663

23
espiritualidad cristiana; del mismo modo, el ímpetu en la promoción de seglares, por medio
de academias e institutos, con ello adelantándose a las modernas formas de vida religiosa.

Esto lo logra el autor en base a un recorrido cronológico dado por el mismo escrito
Autobiográfico del Santo y complementado por una contextualización que ayuda a realizar
una narración más amena, para los lectores que quieren conocer la particularidad del santo
en la Iglesia, su aporte a la evangelización y lo edificante que es la vida de Claret para
quien se aproxime a ella.

1.5. CRÍTICA DOCUMENTAL: IDEALIZACIÓN DEL MISIONERO


1.5.1. Método

Pere Franquesa, pretende hacer una lectura crítica de la Autobiografía y de las biografías
construidas sobre Claret, en su libro “Claret a contraluz”; cuestionando la imagen
idealizada que la congregación ha construido alrededor de la imagen del santo y que él
mismo propone en su escrito autobiográfico, contrastándolo con un sinnúmero de cartas de
la época escritas por Claret. Esto lo hace desde el análisis de dos aspectos, la obediencia y
la pobreza, como temáticas controvertidas de la enseñanza de Claret y de la misma
congregación de misioneros claretianos.

El autor realiza una comparación con distintas fuentes, la autobiografía, la “Historia


Documentada”43, realizada por Fernández y le da una particular importancia al “Epistolario
claretiano”44, para comparar lo mostrado acerca de estos dos aspectos; vislumbrando en
cada uno de estos escritos el cambio de lenguaje y criterios, en lo referente a la obediencia
y la pobreza. Para el autor la autobiografía ha sido leída de una manera equívoca, al
presentarse como un documento histórico, pues para él, ésta debe ubicarse desde una
perspectiva de lectura edificante, que guarda la intención de mostrar el ideal de misionero.

43
Es una obra escrita por Cristóbal Fernández, titulada “El B. Antonio María Claret: Historia documentada de
su vida y empresas”. Ed. Colcusa. Madrid, 1941. Son dos volúmenes de 1065 y 930 pp., respectivamente.
44
Son tres volúmenes de epistolario activo y uno de epistolario pasivo de San Antonio María Claret. Madrid
1970, 1987, 1992.

24
1.5.2. Estructura

Esta relectura de la vida de Claret está dividida en dos capítulos, el primero hace referencia
a la Obediencia y el segundo a la Pobreza; en cada uno de ellos hace un recorrido
cronológico de cómo a lo largo de su vida Claret ha relatado sobre estos aspectos, de su
obediencia y la pobreza, mostrando las tergiversaciones entre, las narraciones en los textos
del mismo santo y lo concluido por los biógrafos, con las acciones mismas de Claret en
cada una de las épocas de su vida; intentando mostrar con ello la personalidad auténtica de
Claret que subyace bajo la referencia de estas dos virtudes.

El capítulo primero, titulado “La Obediencia de Claret”, “presenta las reacciones,


sentimientos y justificaciones que Claret ha dado y expresado con su vida y formas de
actuar ante los hechos, situaciones y actuaciones de los demás, para justificar su manera de
practicar la obediencia”45. Para ello el autor realiza un recorrido por la vida de Claret,
divide este recorrido en siete etapas, en cada una de ellas, contrapone lo narrado en la
Autobiografía con lo narrado por Fernández, ubicando la realidad política y las posibles
motivaciones que ha tenido Claret en cada momento histórico de su vida, mostrando unas
posibles tergiversaciones de las verdaderas motivaciones mostradas; pone en duda el
concepto tradicional de obediencia en la espiritualidad apostólica, viendo “la dificultad de
integrar la obediencia en Claret en el esquema tradicional de la ascética”46. Es así que el
autor plantea un adecuación permanente de la obediencia en Claret, que difiere mucho con
las enseñanzas fundamentales sobre ella, que están más arraigadas a la concepción de
sumisión-sacrificio, que es como tradicionalmente en la congregación se ha presentado
como concepción única; ella está orientada desde ese fundamento y característica de la
obediencia, como lo señala José María Viñas, la configuración con Cristo, y es, este
principio, que se reúne, valora e interpreta los textos de Claret47. Ésta característica de
enseñanza es la que propone a los demás, pero que al ponerla en sintonía con la forma de
actuar de Claret, no es asumida por él, sino que para él, la obediencia esta en un llamado a
ser enviado a predicar.

45
Franquesa, Claret a Contraluz, 13
46
Ibíd., 25
47
Cfr. Ibíd., 15

25
El segundo Capítulo, titulado “La otra cara de la pobreza de Claret”, plantea una pobreza
de Claret en el orden del apostolado, resalta “que lo que motiva a Claret a optar por la
pobreza no es la excelencia de esa virtud, ni la santidad que ella puede acarrear, sino el
deseo de evangelizar, de ayudar al prójimo”48. Mostrando que la pobreza personal de Claret
está íntimamente unida a su proyecto de vida apostólica, como medio para que el mensaje
de Dios llegue al corazón de los hombres. Este capítulo hace una síntesis de los escritos del
propio Claret, como de los biógrafos, sobre este tema; en ellos plantea ciertas
contradicciones entre las determinaciones sobre el manejo de dinero de Claret, y las
enseñanzas ascéticas de la pobreza. Enmarcando con ello que Claret comprende una
pobreza apostólica desde el “tener los medios necesarios para realizar el apostolado y
admite dedicarse a buscar estos medios o el dinero necesario”49; resaltando con ello el
carácter práctico de la pobreza en Claret y no sublime como plantea la enseñanza ascética
de la congregación.

1.5.3. Hallazgos

Mostrar como los biógrafos y estudiosos de Claret en sus investigaciones insisten


exclusivamente en la visión o valoración de los hechos positivos y edificantes; originando
una deformación de la historia de Claret. Mostrando con ello también lo decisivo que es, en
su vida, la misión apostólica, lo cual estará por encima de cualquier otra realidad y que
incluso las limitaciones o defectos son integrables a la espiritualidad, vista como una
historia de salvación, por lo cual utiliza la Autobiografía para realizar un estudio crítico de
los aspectos que le interesa mostrar cierta contradicción con otros textos autobiográficos,
como el epistolario claretiano; pues consiente que estas cartas escritas por Claret, son una
fuente fidedigna, para descubrir la verdadera personalidad del Santo, la cual se ve difusa en
la Autobiografía, al comprender este escrito como un discurso claramente doctrinal, el cual
oculta la personalidad de Claret y enaltece el ideal de misionero, que pretende narrar en
ésta.

48
Ibíd., 90
49
Ibíd., 131

26
1.6. CONCLUSIONES

Los estudios realizados a la Autobiografía de Claret, en su mayoría están orientados bajo


tres métodos; el primero es un método hagiográfico, el cual realiza un estudio de la vida del
santo, buscando sus principales virtudes, y acontecimientos que enmarque su seguimiento
de Jesús, al igual que la muerte y los milagros o gracias realizadas por él; dentro de este
tipo de estudio está enmarcada la obra del P. Clotet, Lozano Alaiz.

El estudio realizado por el P. Clotet es ante todo una biografía hagiográfica, la cual tiene
como objeto, uno realizar un escrito que de pistas a la Iglesia de la vida virtuosa del Insigne
Arzobispo Antonio María Claret; por tal motivo que la estructura aunque sigue en términos
generales la misma organización autobiográfica, da un refuerzo a un sinnúmero de acciones
y obras, realizadas por Claret durante su vida, mostrando también las gracias dadas por
Dios a su persona, es decir sus milagros y se relata unos apartes de lo que ocurre con Claret
luego de 1865, lo cual es fruto de su investigación, pues la autobiografía termina con los
hechos ocurridos a inicios de ese año, es decir que los tres últimos periodos narrados, son
realizados a partir de testimonios y muchas cartas y escritos de Claret, entre los cuales se
encuentran propósitos escritos para estos años. Resaltando en los últimos periodos de la
vida de Claret las persecuciones y calumnias, como parte de su vida santa, que termina con
una santa muerte. Como es un escrito que pretende colaborar en el proceso de beatificación
de Claret, todo el escrito es realizado como una biografía hagiográfica que sirva para este
propósito, mostrar a Claret como un verdadero santo de la iglesia.

Del mismo modo el estudio realizado por Alaiz es hagiográfico, pero este no lo hace de una
manera clásica; sino que da un realce mayor a las virtudes, a su seguimiento en sí, buscando
al mismo tiempo una veracidad histórica de lo narrado por Claret en la Autobiografía; pues
tiene la intencionalidad de realzar la personalidad de Claret, como modelo de misionero y
por otra parte, la preocupación de justificar históricamente todo lo narrado en la
Autobiografía. La preocupación no está en la santidad de Claret, sino en mostrar que, su
figura es modelo para todo misionero de la congregación.

Otra de las aproximaciones a la Autobiografía, está en el orden de la espiritualidad, y con


ello una búsqueda de la personalidad de Claret, este es el caso del estudio efectuado por

27
Lozano, pues utiliza un método psico-espiritual para realizar su análisis de la espiritualidad
en Claret, partiendo de cómo el contexto, el ambiente y sus mociones interiores están en
relación con su manera de actuar, y como esta va evolucionando en Claret desde su niñez
hasta su última etapa como confesor real, como parte de la evolución de la persona humana.

Por otra parte, Lozano está reafirmando la teología como una experiencia de Dios que ha
sido narrada antes que explicada técnicamente, y por ellos muestra el valor que tiene la
autobiografía, en la comprensión de la acción salvífica de Dios en la historia, pues para él:

La Biblia nos cuenta cómo los hombres y mujeres se han ido encontrando con Dios.
Y lo mismo hace la teología espiritual. La Biblia utilizando el concepto de Dios-
autor, se convierte en una especie de autobiografía en la que Dios narra la historia
de sus encuentros con nosotros. Y los evangelios nos cuentan el encuentro
definitivo… Todo discurso sobre Dios ha de ser primero un encuentro vivo con
Dios. El teólogo “habla con Dios” Antes de hablar de él, si su famosa teología no se
ha de derrumbar enseguida. Todo esto nos lleva a ver la importancia de los escritos
autobiográficos: autobiografías, diarios, notas sueltas sobre experiencias, relaciones,
cartas en que el autor vierte su propia vida50.

Pero, ya en el estudio de Franquesa, se vislumbra la problematización de la veracidad


histórica de la autobiografía, y hace énfasis que no se debe perder de vista, la
intencionalidad de ella, y es mostrar el ideal de misionero, por tal motivo, él ve en las cartas
de Claret una fuente fundamental para descubrir esa personalidad de Claret y no la
autobiografía, por tal motivo opta por hacer un estudio comparativo textual, un método
histórico- crítico; cayendo en ciertas ocasiones en aproximaciones psicológicas de la
personalidad de Claret, internándose en la conciencia del autor, lo cual es un poco
pretencioso y poco preciso.

Los Estudios sobre la vida de Claret, están enmarcados en descubrir por medio de los
textos, ese autor real, es decir, buscar las pistas sobre la personalidad de Claret y el modo
particular como el comprendió su seguimiento de la voluntad de Dios por medio de su
escrito autobiográfico; por tal motivo se utiliza ésta como historia, y se propone una

50
Lozano, Un místico de la acción; San Antonio María Claret, 35

28
búsqueda desde un análisis histórico-crítico, que de razón y refuerce esa historia narrada en
el texto autobiográfico; desde el punto de vista literario tal vez sea esta una pretensión muy
ambiciosa, pues es posible confundir el autor implícito de la obra con el autor real; es decir
ver sin ningún crítica a Claret en la obra autobiográfica.

En el fondo existe una discusión sobre el grado de verdad y de ficción que se encuentra en
el género autobiográfico, a causa del pacto de veracidad que imprime este género literario,
y por tal motivo este es asumido siempre desde una perspectiva de historiográfica, como se
ha entendido la hagiografía desde la antigüedad; así sea esta una historia subjetiva, es decir
una historia personal, de la cual se espera que la ficción no esté en ella, es decir que en ese
pacto de veracidad, se exige la sinceridad del autobiógrafo.

Es necesario tener en cuenta que la Autobiografía se acerca más a una confesión personal
estrictamente que a un documento historiográfico. Pues, la Autobiografía no es
propiamente una fuente documental ajena a los intereses cualificantes del autor y acordes a
los destinatarios de la congregación, y por supuesto, también al hecho de obedecer a un
encargo realizado por el superior de la congregación de los misioneros Claretianos, P. José
María Xifre.

Es claro que la Autobiografía no tiene en principio una pretensión hagiográfica y menos


historiográfica, aunque todos los biógrafos y los investigadores la hayan utilizado en estos
sentidos e incluso algunos la hayan descalificado al considerarla una pura doctrina
apologética.

Ninguno de estos estudios o hagiografías es realmente una investigación sobre la naturaleza


o género literario de la Autobiografía, sino que la usan aleatoriamente junto con otros
escritos autobiográficos, para hallar según la intencionalidad del investigador, una
espiritualidad o los hechos históricos que rodearon la vida de Claret.

Es así que el uso de la Autobiografía dentro de la congregación, está basada en una lectura
espiritual, carismática e histórica; en donde se busca la personalidad del Santo; para
comprender mejor el carisma de la congregación; pero no se ha tomado hasta el momento
la Autobiografía desde un estudio del interior de ella misma, no teniendo más intención que
descubrir por medio de las estrategias narratológicas que utiliza Claret, la intencionalidad

29
de la obra y ver en ella un método en sí; es decir la autobiografía hagiográfica, como una
herramienta para dar, de una manera más cercana a los lectores cristianos, el modo como
se hace un camino de descubrimiento de la voluntad de Dios en las diferentes situaciones
de la vida.

30
CAPÍTULO 2

BIOGRAFÍA, AUTOBIOGRAFÍA, HAGIOGRAFÍA Y TEOLOGÍA

El género biográfico y autobiográfico, está insertó dentro de la historia de occidente desde


muy antiguo, y se ha utilizado a lo largo de los siglos, como un medio didáctico de dar a
conocer valores a una sociedad, por medio de la vida de personas celebres, para éstas. El
Imperio Romano dará un impulso significativo a este género literario y marcará con ello,
las pautas del mismo.

Por otra parte, la biografía se convertirá en un escrito de gran valor dentro de la teología
cristiana, dado en el hecho, de tratarse de una narración de vida y esto sumado al
comprender tanto la Teología y las mismas Sagradas Escrituras como una vida narrada a la
luz de una experiencia de fe; comprendemos que la única manera como se ha manifestado
Dios en el mundo ha sido por medio de la vida misma de hombres y mujeres que a lo largo
de la historia han interpretado su historia de fe como un actuar en el mundo.

Lo cual constituye no solo como un medio o herramienta pedagógica que ha utilizados Dios
en la historia de la humanidad, sino como parte constitutiva de la revelación misma. La
teología como una praxis de vida, está orientada a compartir con otros, ese conocimiento
como experiencia de seguimiento; ese ha sido el papel de la Sagrada Escritura y por
supuesto de la memoria de tantos creyentes que con sus vidas, revelan la acción de Dios en
el mundo y precisamente allí es donde está el valor de la Autobiografía de Claret, no solo
para la congregación que comparte su carisma, sino para toda la Iglesia.

2.1. BIOGRAFÍA COMO AUTOBIOGRAFÍA


2.1.1. Características del género biográfico

El género literario que se conoce como biográfico, tiene a su mentor en Plutarco, un


biógrafo romano del Siglo I d.C.; este es considerado “a la vez el padre de la biografía y del
término que la designa, emplea la palabra “vida” (en griego )”51 , con ello se indica que
la característica fundamental de este tipo de textos, es la narración de una vida. El origen de
51
May, La Autobiografía, 185

31
este género está en el mundo antiguo, y se difundió luego de la muerte de hombres celebres,
sobre todo en Roma, en el hábito de “pronunciar un elogio o laudatio”52, ésta tenía al menos
una forma ideal constituida por:

Primero sobre la familia y los antepasados del difunto, luego sobre su carrera
pública y los hechos más destacados, amén de sobre su vida privada y familiar y por
fin, y naturalmente, sobre las virtudes por las cuales merecía perpetuarse en la
memoria de los conciudadanos.53

Por otra parte, otro de los caminos donde se siguió cultivando este género, fue en la
enseñanza de la Iglesia especialmente por:

los Evangelios, en particular el de San Mateo y San Lucas que contienen las
consideraciones de rigor sobre la genealogía, la familia y el nacimiento de Jesús, o
de los distintos conjuntos de las Vidas de los santos… destinados a perpetuar la
memoria de una vida ejemplar y a servir de fuente inagotable de edificación y
enseñanza.54

En conclusión, tanto las formas biográficas, laicales como de orden religioso, “comienzan,
entonces, en uno o en otro sentido, como un elogio. Que es también un elogio didáctico”55,
pues tienen éstas, como énfasis, enseñar a través de un ejemplo de vida de bien, valores y
virtudes a los miembros de una sociedad, los cuales también guardan una forma básica, y
en este sentido es claro el ejemplo de las biografías de los gobernantes en la época del
Imperio Romano, en donde se narra bajo el modelo de la laudatio, que utiliza la
organización cronológica de la vida de los héroes como se desarrolló, “es decir en el
tiempo, comenzando por el nacimiento y finalizando con la muerte. Pero este desarrollo
cronológico no es más que una armazón, […] que es constantemente atravesado por un
orden temático didáctico”56.

52
Ibíd., 186
53
Ibíd.
54
Ibíd., 187
55
Gittings, La naturaleza de la biografía, 22
56
May, La Autobiografía, 189

32
2.1.2. Género biográfico y autobiográfico

La característica fundamental que une a la autobiografía y la biografía, es que las dos parten
del presupuesto que “una vida puede ser contada, o si se quiere, traducida en palabras y, por
otra, que en la medida en que las palabras permanecen una vez escritas, una vida humana
puede ser preservada de la muerte”57. Este preservar esta dado en el hecho que es una vida
que se cree debe ser contada, por el valor intrínseco de la misma para el comportamiento
moral de los ciudadanos.

Aunque “biografía y autobiografía se presentan como narraciones de una vida. Sin


embargo, frente a la biografía, […] incluso contra ella, se halla en cierto modo la
autobiografía”58, pues la autobiografía se convertirá en un texto referencial y autentico en
donde el autor habla de su experiencia personal, en donde el material al que tiene acceso el
autobiógrafo, es inmenso, frente a la limitación de material del más documentado biógrafo.
Esto quiere decir, que el autobiógrafo tiene completo dominio del contenido del texto, algo
que un biógrafo jamás podrá alcanzar.

2.1.3. Origen del género autobiográfico

El género autobiográfico, es una variación del género biográfico y tanto en la voz narrativa
como en el plano autorial, estos dos géneros se oponen. La autobiografía tiene su propio
origen, es algo en lo que todo el mundo parecer estar “de acuerdo, en pensar que las
Confesiones de San Agustín son una verdadera autobiografía, aun cuando preceden catorce
siglos a la invención de esta palabra”59. San Agustín se convertirá por siglos en modelo de
lo que se conoce como una autobiografía; sin embargo según los estudios de Bajtín60,
considera:

La existencia de formas autobiográficas dentro del género biográfico de la


antigüedad, distinguiendo dos tipos de autobiografías; la primera, platónica, donde
la autoconciencia biográfica está ligada a las formas clásicas de las metamorfosis
57
Ibíd., 185
58
Caballé, Biografía y autobiografía: convergencias y divergencias entre ambos géneros, publicado en El
otro, el mismo; biografía y autobiografía en Europa (siglos XVII – XX), 53
59
May, La Autobiografía, 21
60
Mijaíl Mijaílovich Bajtin (1895-1975). Teórico literario ruso, autor de la obra Problemas de la poética de
Dostoievski.

33
mitológicas; y la segunda, la autobiografía retórica. En este segundo tipo descansa
el encomio, del discurso cívico póstumo y conmemorativo que sustituyó el
lamento61.

Estas formas autobiográficas primigenias, solo serán reconocidas como género literario
hasta principios del siglo XIX, pues:

La palabra autobiografía comienza a implantarse en las diversas lenguas europeas


una decena de años después de la publicación póstuma de las Confesiones
(Rousseau) […] todo indica que el éxito del libro promovió la oportunidad de la
primera conciencia colectiva acerca de la existencia literaria de la autobiografía62.

Es incuestionable el impulso que tendrá los escritos autobiográficos en el siglo XIX y la


influencia de Rousseau sobre la literatura autobiográfica europea, pero dentro del
cristianismo, este tipo de escritos han sido ampliamente utilizados; es decir que, a partir del
Rousseau, se comienza una nueva etapa de los escritos autobiográficos ahora en búsqueda
de un conocimiento de sí mismo, contrario a los escritos autobiográficos cristianos, que
buscan un conocimiento de Dios; este aporte del cristianismo al género autobiográfico se
podrían clasificar como:

Escritos autobiográficos inspirados en la piedad (aquellos que siguiendo la tradición


de San Agustín, se dedican a describir la acción de Dios sobre la vida del ser
humano, por ejemplo, los de Santa Teresa de Ávila, San Ignacio de Loyola, Bunyan
o después, los de Joseph Priestley o del cardenal Newman)63.

2.1.4. Características de las autobiografías

Las autobiografías, cual sea la índole de la misma, laical o de piedad, fundamentalmente


tienen dos características, “la primera es que la autobiografía es una obra de la madurez, o
de la vejez, y la segunda es que los autores son conocidos por muchos antes de la
publicación de la historia de sus vidas”64. Allí se abre un horizonte, lo cual puede ofrecer

61
Rodríguez, Autobiografía y dialogismo: El género literario y el Río, novelas de caballería, 108
62
May, La Autobiografía, 23
63
Ibíd., 27
64
Ibíd., 33

34
una nueva característica dentro de las autobiografías y es el hecho de que las mismas se
mueven entre dos frentes o como lo dice Bajtin, toda autobiografía está suscrita a dos
cronotopos, uno interno y otro externo.

Es decir, en realidad toda autobiografía “tiene este carácter bifronte: por una parte es un
acto de conciencia que constituye una identidad, un yo. Pero por otra parte es un acto de
comunicación, justificación del yo frente a los otros (los lectores), el público”65. Por tal
motivo el autobiógrafo hace una selección de sus hechos de vida que va a presentar a los
otros, con ello pretende hacer su vida entendible para los demás.

Esta imagen del yo que quiere darse a los demás, está dada por unas motivaciones o
intencionalidades del autobiógrafo. Se podría hablar que existen dos tipos de móviles, unos
racionales y otros afectivos. Dentro de los racionales se encuentra una intencionalidad
apologética, como esa necesidad de “justificarse en público por las acciones que se
ejecutaron o las ideas que se profesaron”66. También en este tipo de autobiografía de móvil
racional se encuentra la autobiografía testimonio, la cual “debe entenderse como la
obligación que sienten numerosos autobiógrafos de hacer que aquello de lo que fueron
testigos privilegiados, por una razón u otra, no desaparezca con ellos”67. Y, de este modo,
“cuando el objetivo del testimonio privilegiado del autobiógrafo es el espectáculo de su
propia conciencia, lo que cuenta puede entrañar una confesión”68.

Dentro de los móviles afectivos, se encuentra la necesidad del autobiógrafo de “medirse en


el tiempo es la pura voluptuosidad del recuerdo y sobre todo del recuerdo lejano la que, a
medida que envejecemos, lejos de hundirse en el olvido, remonta por lo contrario a la
superficie, munida de recuerdos de la infancia y la juventud”69. Otro de los móviles es la
necesidad, por medio de la autobiografía de:

Encontrar el sentido de la existencia, es la necesidad de encontrar un orden a la vida


ya vivida, es tan instintivo y universal que los autobiógrafos ceden a ello sin
percibirlo. El solo hecho de dar un título diferente a los sucesivos periodos de la

65
Pozuelo, De la autobiografía: Teoría y estilo, 52
66
May, La Autobiografía, 47
67
Ibíd., 50
68
Ibíd., 51
69
Ibíd., 56

35
autobiografía, de dividirlos en épocas y en capítulos, o de reconocer
retrospectivamente los acontecimientos críticos y las líneas de partición, todos estos
indicios tan repetidos en las autobiografías, revelan el carácter universal de esta
necesidad70.

2.1.5. Alcances y límites de los escritos autobiográficos

El alcance más significativo de un escrito autobiográfico, está en la naturaleza misma de la


narración, pues esta hace que “el autor de su propia vida, tiene la virtud quizás inesperada,
quizás mágica, la de reflejar también, aunque de otra manera, la de su lector”71. Allí se
puede enraizar la característica pedagógica de este tipo de escritos y la manera como
algunos Santos de la Iglesia, han visto como las autobiografías sirven de perfecto vehículo
para llevar un conocimiento de Dios y una propuesta de seguimiento.

Es así, que una autobiografía al narrar la experiencia de vida, por el mismo autor se
convierte en un documento fidedigno de la intimidad misma de quien la escribe, y además
sí tenemos en cuenta que “lo íntimo es un camino más seguro hacia lo universal que lo
general”72, nos encontramos con el máximo valor de este tipo de escritos: “la autobiografía
es quizás la forma literaria en la que se establece la más perfecta armonía entre el autor y el
lector”73. Cumpliendo con ello, a cabalidad esa característica didáctica fundamental de
transmitir a través de hechos de vida, unos valores ético-religiosos de gran reconocimiento
social.

Mas sin embargo, se ha de tener en cuenta que aunque los escritos autobiográficos, pese a
que se establece un pacto de veracidad de lo que allí se narra, especialmente si hablamos de
autobiografías confesionales o testimoniales, existe la limitación, en la misma construcción
del escrito, y es la “interferencia del pasado y del presente, el propio acto de poner por
escrito el recuerdo que se tiene de un acontecimiento del pasado implica inevitablemente
una aproximación o un enfrentamiento entre el pasado del recuerdo y el presente de la

70
Cfr. Ibíd., 66-67
71
Ibíd., 126
72
Ibíd., 129
73
Ibíd., 131

36
escritura”74. Y es desde allí que se establece la crítica más fuerte contra este tipo de textos,
porque en muchos sentidos, la historia narrada allí, no puede tomarse en su totalidad como
una narración histórica sin más. Es necesario comprender que existe una distancia en el
tiempo de los hechos narrados y el momento en que se escribe los mismos, al igual que la
intencionalidad que el autor le quiera dar a su texto. Pese a esto las autobiografías siguen
teniendo una función histórica; “aun cuando la intención no sea escribir un documento
histórico, no se puede dejar de sentir la influencia del medio y escribir en función del
mismo”75. Desde allí se puede comprender la manera como habitualmente se abordan estos
textos por los estudiosos de este tipo de escritos.

2.1.6. La Autobiografía de Claret

El caso particular del escrito autobiográfico de San Antonio María Claret, se podría ubicar
como parte del fenómeno que se dio a partir de 1850 de “cierta importancia en la historia de
la literatura espiritual española. Un grupo de santos y siervos de Dios dejaron sus
autobiografías y series de anotaciones de sus experiencias místicas”76. Ésta corriente
literaria de producción de autobiografías y diarios íntimos se da, a causa, que “estos santos
y siervos de Dios vivían en pleno romanticismo y éste tenía por tendencia característica el
gusto por abrir el propio corazón y revelar los sentimientos más íntimos. Recuérdese que
Rousseau había escrito sus confesiones”77 y se convertirá en una fuente de revitalización
del género autobiográfico.

Del mismo modo hay que recordar que el texto Autobiográfico de Claret, se realiza por
Petición del Superior General de la Congregación de los Misioneros Claretianos (Aut. 1),
con la pretensión de ser fuente para los nuevos miembros de la congregación y la vez
convirtiéndose este “como fuente de inspiración para la reflexión teológica”78.

Este breve panorama sobre el género biográfico y autobiográfico, revela en primera


medida, el carácter pedagógico que desde el principio tiene el hecho de transformar en
palabras una vida; dado en el hecho de contar la vida de hombres insignes, permitiendo al

74
Ibíd., 91
75
Ibíd., 117
76
Lozano, Un místico de la acción, 104
77
Ibíd., 104-105
78
Ibíd., 105

37
lector identificarse con ciertos valores ético-religiosos, que las sociedades identifican en
ellos el merito para ser perdurables. Y por otra parte se identifica una estructura arquetípica
dada desde las laudatio romanas, en donde se organiza la historia del hombre celebre de
manera cronológica, como una manera de estructurar el orden temático que quiere
comunicar tanto el biógrafo como el autobiógrafo.

2.2. BIOGRAFÍA COMO HAGIOGRAFÍA

Dentro de la Iglesia, siempre ha tenido relevancia, la vida y experiencia de seguimiento de


ciertas personas que se distinguen por una vida acorde a las enseñanzas de Jesús, y es por
eso que dentro de ésta, existe una disciplina que estudia los textos que tratan sobre la vida,
milagros y pasión de los santos, es decir “la descripción sobre su santidad”79, llamada
hagiografía. La vida de estos hombres y mujeres han servido a lo largo de toda la historia
de la Iglesia, como un medio de ayuda a los fieles en la búsqueda de “la perfección de la fe
y de la caridad”80 y con la intencionalidad de “excitar nuestra fe y nuestro amor”81.

El origen de este tipo de escritos es muy antiguo y se puede ubicar dentro de la naciente
iglesia cristiana, con las primeras Actas martiriales las cuales eran utilizadas en los actos
litúrgicos de la iglesia primigenia. Estos primeros textos recuerdan la pasión de los
primeros cristianos martirizados en la época de persecución que hace el imperio romano a
la iglesia y eran memoria del juicio y condena de los mártires; también se realizaron otros
escritos ya no de orden jurídico que se conocieron como passio, las cuales guardan un
sentido edificante, en donde se busca primordialmente divulgar las virtudes de los santos,
para ver en ellos modelos de conducta dentro de la Iglesia. Estos primeros escritos sobre la
vida de los santos, con él tiempo van emparentándose con diferentes géneros literarios
grecorromanos, como es el caso del género biográfico, que a la postre será, el género de
mayor relevancia dentro del corpus de textos hagiográficos.

79
BOUYER, Diccionario de Teología, 312
80
Ibíd.
81
Ibíd.

38
2.2.1. Orígenes de los escritos biográficos hagiográficos cristianos

Durante el siglo IV se difunde dentro del imperio romano, un género literario cultivado
desde del helenismo y que se extiende sobre todo durante la época imperial. La biografía,
en esta época era muy variada y abierta a otros géneros literarios, sobre todo el del
encomio, y con él se utilizaban anécdotas o sentencias, para evidenciar la superioridad o
inferioridad del personaje cómo objeto del relato.

Modelo de las hagiografías cristianas, de las cuales se basó Justino, será la obra de Suetonio
(Siglo I), historiador y biógrafo del imperio romano, conocido por su obra “la vida de los
Césares”; pues ella, cambiará el concepto de escritos cristianos anteriores que relataban
básicamente el momento de la muerte de los mártires, pero desde el siglo IV el género
experimenta cambios evidentes, como es la preocupación por relatar la vida anterior a la
conversión, resaltan los tonos de celebración y abundan los tópicos para crear un efecto en
el lector.

En tiempos anteriores a Constantino el hombre de Dios era sobre todo el mártir,


pero al finalizar las persecuciones el modelo del hombre cristiano se conforma
según los ideales del monje; incluso el obispo, frecuente biografiado, lleva una vida
de ascesis que lo asemeja al monje82.

La apuesta del relato del biógrafo cristiano estará en no solo ver como el santo, monje o
obispo, se enfrenta al poder civil romano, sino se centra en toda la vida del santo, en su
lucha por los ideales, tomados del monaquismo: la contemplación y la ascesis. Este ideal
monástico constituye uno de los fenómenos más importantes y duraderos que caracterizan
la historia del cristianismo desde principios del s. IV; el monaquismo cristiano se
manifiesta como un movimiento de reacción frente a la incipiente mundanización del
cristianismo, tras la última gran persecución, la de Dioclesano; este ideal se difundió en la
cultura occidental especialmente por el escrito traducido al latín de “La Vida de Antonio”,
escrito por Atanasio en el año 356; “esta biografía ejemplar de uno de los primeros y más
grandes monjes (bien conocido por él) fue extraordinario instrumento de propaganda

82
Moreschini y Norelli, Patrología; Manual de la literatura cristiana antigua griega y latina, 435

39
monástica”83, allí se muestra a un hombre que no solo renuncio a sus falsos valores, sino
también a alguien que ha realizado en el mundo el ideal de perfección cristiana, del mismo
modo esto servirá de inicio para lo que luego Sulpicio Severo presentará en su obra en que
relata la vida de Martín de Tours, como también la misma exigencia de hacer el bien al
prójimo y de no alejarse de la búsqueda de la perfección, es lo que caracteriza a la “Vida de
Hilarión” contada por Jerónimo, este también escribió la Vita Puli, un asceta que decidió
llevar una vida eremítica, predecesor de Antonio84.

Al estudiar la Vida de Martín, se plantea, cómo en todas las vidas de santos, el problema de
la veracidad histórica de los hechos narrados. Pues existen planteamientos al estudiar el
texto que afirman que Sulpucio Severo tomo episodios de la Vida de Antonio y los
transfirió idénticos a la Vida de Martín. Por otra parte, el texto tal vez propone mostrar que
también en occidente se llevaron prácticas igual de ascéticas y exigentes que en Oriente.
Del mismo modo, dentro de estos “textos, no debe sorprender la importancia que se le da a
los sueños, visiones y apariciones milagrosas, porque para los lectores esos hechos les
parecían obvios, pues forman parte de la forma mentis de los hombres de este siglo”85.

Paulino de Nola, amigo de Sulpicio, escribió una biografía en verso en honor de Felix,
probablemente imitando la Vida de Pablo y la Vida de Malco, de Jerónimo. Por otra parte
Paulino de Milán y Posidio, escritores africanos, escriben sobre un obispo santo, utilizando
las normas impuestas en el siglo IV, es decir “comienza con el nacimiento o bautismo,
luego sigue una cronología, olvidando algunos episodios y subrayando otros”86. En cada
una de ellas se capta también la espiritualidad del santo.

2.2.2. Escritos biográficos hagiográficos más que historiografías

Norma Durán87, clarifica un poco cómo ha cambiado el significado de los escritos


hagiográficos desde la Edad Antigua y Medioevo hasta hoy. En la Antigüedad y Medioevo
no se puede hablar de una distinción clara entre lo hagiográfico y lo historiográfico, ya que

83
Vian, Filología e Historia de los Textos Cristianos, 161
84
Cfr. Ibíd., 162
85
Moreschini y Norelli, Patrología; Manual de la literatura cristiana antigua griega y latina, 437
86
Ibíd., 439
87
Norma Duran catedrática de la Universidad Iberoamericana de México en el año 2006 y autora del libro
Retorica de la Santidad.

40
en este época estas dos distinciones iban de la mano, hacían parte de un todo conocido
como historia, y este término hagiografía, aunque se utiliza desde el pasado, hace referencia
a lo sagrado, no explícitamente a los escritos de la vida de los Santos, y es por eso que en
muchas partes de la historia cuando se hace referencia a la vida de los santos, “se utiliza
diversas palabras; a veces se les denomina simplemente vitae, otras pasio, historia, crónica,
acta, etcétera; pero nunca lleva el termino de hagiografía”88. Pues, en el mundo antiguo y
medieval, lo sagrado hace parte de lo cotidiano, del mismo modo como la vida de personas
ejemplares para la sociedad, como lo puede ser también un santo; esto quiere decir que no
existe una diferencia entre lo profano y lo sagrado, todo pertenece al mismo mundo, tal vez
a causa que la teología sea en este tiempo, la ciencia que domina esta época y está por
encima de cualquier otra ciencia; es decir se convierte ella en patrón de medida para
cualquier interpretación del mundo en general.

“La hagiografía, no es un género literario en estricto sentido sino una disciplina histórica
que estudia los textos que tratan sobre la vida, milagros, pasiones y muerte de los santos” 89.
Este corpus está compuesto por materiales hagiográficos de diferentes estilos, que se van
configurando a lo largo del Medioevo donde no existe una clara distinción entre formas
biográficas o históricas, por lo cual se podría hablar de una hagiografía histórica.

Ahora bien en la modernidad, los escritos hagiográficos, son vistos de una manera
diferente, pues se es claro que el papel fundamental de los mismo, esta mas allá de una
concepción historiográfica, pues se comprende el carácter edificante de los mismos y que
mas allá de mostrar hechos reales, están enmarcados en su función, por la que fueron
compuestos estos textos.

2.2.3. Estructura de las biografías hagiográficas

A partir de la propuesta de Ruffinato90, el plantea la posibilidad que los relatos


hagiográficos se identifiquen con un sistema común de valores constantes, como parte de

88
Duran, Retorica de la Santidad, 48
89
Ibíd., 107
90
Aldo Ruffinatto. Catedrático licenciado en Filosofa y letras de la universidad de Turín, conferencista en las
principales Universidades de Italia, España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Argentina y México sobre
temas filológicos y literarios relativos a la literatura española medieval, la de los Siglo de Oro y la Literatura
comparada hispano-italiana; autor del artículo.

41
una estructura arquetípica que puede estar cercano al lenguaje evangélico; es decir que este
relato es un dato concreto de la vida de Cristo en la narración evangélica, precisando que se
entiende esta, no como fuente de sentido filológico, sino como arquetipo en el sentido de
estructura profunda; con ello se pone en similitud a este tipo de escritos con la vida de Jesús
relatada en los evangelios.

Desde las investigaciones hechas por Ruffinatto, a los relatos hagiográficos de Berceo91,
plantea una estructura arquetípica de este hagiógrafo español, que a la postre, podría ser de
gran influencia para todos los autores de obras de estilo biográfico y autobiográfico, aun en
el siglo XIX en Europa. La estructura planteada por Ruffinatto es la siguiente:

a) Situación inicial, en ella se expresa el nombre y la condición futura del santo, b)


Inclinación precoz del santo al bien, c) El santo se aleja del mundo, en algunas
adopta una vida ermitaña, d) Abandono, es allí donde el santo desempeña una
función monástica o sacerdotal, e) Interviene un antagonista que obliga a huir al
santo, f) El santo funda o restaura un monasterio, g) Milagros hechos por el santo en
su vida, h) Muerte del Santo, i) Milagros del Santo después de su muerte92

Esto muestra, que en la tradición cristiana las biografías, aunque en un principio estas
tienen una fuerte influencia del encomio grecorromano, poseen unas características propias
dadas a partir del ideal monástico originado a partir del s. IV. En ellas se presenta la manera
como el santo se enfrenta por medio de sus virtudes y sus prácticas de ascesis y
contemplación a los valores de una sociedad cristiana mundanizada, convirtiéndose así en
modelos de vida de inspiración moral; los cuales, guardan cierta similitud con los escritos
evangélicos en la manera de ser relatadas estas vidas en referencia a la manera como es
relatada la vida de Jesús en los evangelios.

2.3. BIOGRAFÍA COMO TEOLOGÍA

Al comprenderse la teología como la reflexión de una experiencia de vida leída desde una
experiencia de fe, también se comprende el papel de la biografía dentro de la teología; pues

91
Gonzalo de Berceo (Berceo c. 1197 - antes de 1264) fue un poeta español y hagiógrafo, autor de: la
Historia de San Millán, la Vida de Sancta Oria, virgen y La vida del glorioso confesor Santo Domingo de Silos,
por ejemplo. Su obra maestra es, sin embargo, los Milagros de Nuestra Señora.
92
Ruffinatto, Hacia una Teoría Semiológica del Relato Hagiográfico, 122-123

42
ésta última, será la concretización de experiencia de vida de los seres humanos, de su
historia y de cómo ella es asumida en la misma vida. A partir de esta concepción se puede
hablar de “la teología como una ciencia a posteriori y como tal, se funda en una experiencia
individual, concreta e histórica”93. En estos dos últimos siglos se ha acrecentado la
discusión al interior de la teología, “sobre una marcada desvinculación entre vida y dogma,
entre el sistema teológico y la experiencia religiosa”94. Esta separación planteada por la
teología católica, se ha convertido como foco de la reflexión, en ese buscar el camino de
conexión nuevamente entre la reflexión teológica y la vida de las comunidades cristianas.

2.3.1. Teología del camino

Comprender “la teología como seguimiento significa mostrar que la biografía del creyente
es condición de posibilidad del conocimiento teológico”95. Y con ello se hace referencia a
la experiencia, de cada ser humano, de sentirse en camino; es decir, el cristiano ve como
camino de salvación su vida misma; pues para él, cada persona es un viajero que busca
como destino la patria celestial.

Desde la perspectiva de camino, se afirma que “el hombre es un “homo viator”. Estar toda
la vida en camino y no llegar nunca a darle fin son dos experiencias fundamentales en la
existencia humana. La vida del creyente no escapa a esta ley”96. Esta condición del ser
humano condiciona radicalmente la vida y la manera de comprender la existencia misma
del hombre. Un camino que no solo hace referencia a un desplazamiento espacial, sino que
lo hace también a una construcción de lo humano; el hombre se forma y se hace mientras
vive. Esta experiencia de camino tiene la característica que pareciera para el hombre que
nunca termina; es la condición de estar siempre en camino, siempre en construcción y
autoconocimiento; allí radica el misterio del hombre; pues para él, la vida no es
simplemente el recuerdo o una recapitulación de datos y eventos que sucedieron en el
pasado, unas acciones que realiza y unos propósitos para el futuro, es mucho más que eso,
pues para el hombre la experiencia de vida es una historia con significado, siendo este
significado alimento para el presente y una ayuda para la proyección hacia su futuro. Es así

93
Schneider, Teología como biografía, una fundamentación Dogmática, 13
94
Ibíd.
95
Ibíd., 18
96
Ibíd., 19

43
que el vivir se convierte en un proceso del deber ser del hombre, en su propia finalidad, por
tal motivo aprende a ser siendo y de esta manera se proyecta a ser, proyecta su camino.

2.3.2. La experiencia de camino en las Sagradas escrituras

La experiencia de fe relatada en las Sagradas Escrituras, nos muestra a un pueblo que está
en camino, hacia la tierra prometida. “Se describe en el Antiguo Testamento la vida del
creyente como un camino de peregrinación”97. El salmo 25, muestra la experiencia de fe
enmarcada bajo la imagen de camino: “Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus
sendas” (Sal 25, 4) En este salmo se destaca el conocimiento de Dios, como una
experiencia de camino, es un camino de salvación de búsqueda de la voluntad de Dios. Del
mismo modo, los profetas relatan la experiencia de Dios, como un camino de seguimiento,
como lo relata el profeta Jeremías: “Y dirás a este pueblo: "Así dice el Señor: 'He aquí,
pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte” (Jr 21,8).

Del mismo modo, el Nuevo Testamento, alimentado por esta teología de camino, muestra la
salvación ahora en la persona de Jesús: “Simón Pedro le dijo: Señor, ¿adónde vas? Jesús
respondió: Adonde yo voy, tú no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después.” (Jn
13, 36). Es así que el discípulo, hará un camino de seguimiento, del maestro para alcanzar
la salvación, un seguimiento que está dado en la vida misma del seguidor. La teología
cristiana interpretó esa experiencia de camino que vivió el pueblo de Israel en “una alegoría
del camino de peregrinación que conduce a la patria celestial”98; cómo lo relata la misma
Carta de Pablo a los Corintios: “estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas
como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos.” (1 Co 10, 1-11)
muestra cómo su historia es una búsqueda, un camino en pro de las promesas hechas a
Abrahán que tendrá fin el momento del encuentro con la patria celestial; “pero en realidad,
anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser
llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad”. (Hb 11, 13-16).

97
Ibíd.
98
Ibíd., 20

44
Por tal motivo, en la Sagrada Escritura “Dios no revela contenidos objetivos, sino a sí
mismo. En la Biblia no hay una verdad retórica. La revelación de Dios está aquí
estrechamente entretejida con la historia de la fe de aquellos hombres que han asumido en
su praxis vital y existencial lo anunciado y comunicado por Dios”99. Esto quiere decir, que
a lo largo de toda la Sagrada Escritura, nos encontramos con las acciones de hombres y
mujeres que han creído identificar en su propia historia, la voluntad de Dios y un camino
hacía la salvación.

2.3.3. Jesús como camino de seguimiento


Desde los comienzos de la Iglesia, la predicación ha girado entorno de la vida de Jesús, y es
algo que se vislumbra ya en “Pablo, Juan y la comunidad temprana partieron en su
pensamiento de la “tradición” de Jesús y dieron forma a sus palabras de vida y a su teología
a partir de la estructura del seguimiento”100. La enseñanza en el cristianismo primitivo
estaba guiada desde la experiencia de seguimiento de los mismos anunciadores de Jesús:

El conocimiento dogmático no es algo que se transmita primaria y únicamente a


través del concepto, sino en el acontecimiento del seguimiento, es decir en aquellos
hombres que hacen del Evangelio su experiencia, anunciándolo por medio de su
propia vida. Su experiencia de fe confiere a la teología, muy especialmente al
pensamiento dogmático, un rasgo práctico-narrativo.101

El estilo narrativo en el anuncio, se hace presente, también en los evangelios, los cuales
están compuestos por formas literarias grecorromanas, es lo que Bultmann llama leyenda,
“Un género que de narraciones que aparece en los evangelios al igual que en la literatura
popular del entorno, cuya forma expositiva no es en modo alguno profana, sino claramente
edificante”102. Del mismo modo la construcción misma de los Evangelios, nos muestra una
enseñanza doctrinal, que parte de una estructura “cronológica de la vida pública de
Jesús”103, aunque la intencionalidad de los evangelistas no sea histórica, como algo propio
del género biográfico, si se convierten, pese a esto, “los evangelios en un subtipo de

99
Ibíd., 22
100
Ibíd., 23
101
Ibíd., 27
102
Vielhauer, Historia de la Literatura Cristiana, 325
103
Aune, Nuevo Testamento en su entorno literario, 62

45
biografía greco-romana”104. Es cierto que, las normas historiográficas modernas difieren de
la concepción de historia de la antigüedad; es por eso que en la biografía antigua griega, la
historia se convierte en un vehículo “en donde los valores trascendentes se encarnaban en
personajes y estados excepcionales que podían servir de modelos para el presente y el
futuro”105. Estos personajes, más que históricos son prototipos y paradigmas de humanidad.

La fe en Jesús en el cristianismo, no es solo lo convierte a Él, en paradigma y prototipo,


sino que “el camino de la fe consiste en seguir el camino de Jesús y traducir el mensaje de
la encarnación en experiencia de Dios: la humanidad de Jesús es aquí “símbolo real y
constitutivo del logos” (Karl Rahner) y “sacramento de Dios” (Tomás de Aquino)”106. Con
lo cual se está afirmando que Jesús, su vida y sus acciones, son expresión de la encarnación
de Dios en el mundo y que tomar esto como verdad irrevocable, tendrá como consecuencia
para el creyente, que el mismo haga su camino de seguimiento, como único medio de
salvación; con ello se plantea que:

El fundamento cristológico del camino de experiencias cristianas que conduce de


manera inmediata al encuentro con el misterio de Dios no es un fundamento de
carácter gnoseo-lógico, exige más bien una praxis del seguimiento: solo
experimentará quien lleve a la práctica lo que se le ha señalado como misión.107

2.3.4. La vida de los cristianos como experiencia de seguimiento

Del mismo como la vida de Jesús se convierte en experiencia de seguimiento, en la vida de


la Iglesia van surgiendo hombres y mujeres, que van trasparentando esa experiencia de
Dios en sus vidas:

la historia de la vida de estos hombres, su biografía, se convierte en una suerte de


mistagogía, en una guía hacia el misterio de Dios. Las biografías de las existencias
teológicas son continuación de la biografía-raíz, la biografía de Jesús de Nazaret.108

104
Ibíd., 84
105
Ibíd.
106
Schneider, Teología como biografía, una fundamentación Dogmática, 46
107
Ibíd.
108
Ibíd., 30

46
Es por eso que la vida de los mismos creyentes y seguidores, se convierten también en un
saber cristológico, el cual, “no se compone de conceptos, tampoco se transmite por medio
de ellos, por lo menos no primariamente, sino por medio de historias que tienen por objeto
el seguimiento, de ahí que tenga necesariamente un sesgo práctico-narrativo”109. Esta es la
manera como la Iglesia ha comprendido, el valor de la memoria de los santos para la vida,
el crecimiento y la maduración de cada uno de los miembros de la misma.

Por otra parte, el hacer memoria de estos hombres y mujeres, es:

Uno de los rasgos que caracterizan la experiencia cristiana de la fe en su


encaminarse por la vía del seguimiento, es conducir al creyente a tomar la palabra y
negarse a guardar silencio. La búsqueda del lenguaje en que formular las
experiencias vividas debe contemplarse como uno de los aspectos esenciales de toda
misión al servicio de la comunidad de los creyentes110.

Por eso guarda un valor particular, el hecho que algunos de estos hombres y mujeres, ellos
mismos hayan narrado sus experiencias de seguimiento, pues ellos son testigos fidedignos
de su propia vida y este es el caso particular de Claret y su Autobiografía.

2.4. CONCLUSIONES

El género biográfico y autobiográfico tiene su origen en el mundo antiguo, y son los


historiadores y biógrafos del Imperio Romano, quienes desarrollan una estructura
primigenia de este tipo de escritos. Es por eso que el encomio, se convertirá en la manera de
exaltar la vida de hombres sobresalientes en virtudes y valores ético-religiosos en las
sociedades grecorromanas y así se convierten ellos en ejemplo de vida para los demás
ciudadanos.

El valor pedagógico de estos escritos, también será asimilado por la naciente Iglesia
cristiana, que verá, en un primer momento en sus mártires, la necesidad de hacer memoria
de ellos y sus procesos, pero luego influenciada por Plutarco, biógrafo romano,
descubrirán la posibilidad no solo de rememorar, sino de motivar a los cristianos a una vida
de seguimiento de Jesús, por medio de estos escritos biográficos, del mismo modo como la
109
Ibíd., 43
110
Ibíd., 51

47
vida de Jesús relatada en los evangelios ha impulsado siempre a la Iglesia la búsqueda de la
perfección de la fe y la caridad.

Es por eso, que las biografías y autobiografías hagiográficas, y en el caso particular de esta
investigación, la Autobiografía de Claret, se convierten en la posibilidad de abrir nuevos
discursos para la teología; revalorando la vida y experiencias de los creyentes desde su
propia interpretación de la revelación de Dios en ellos, y sobre todo como esta
interpretación y relatos de vida, desde esa característica pedagógica, alimentan la vida y la
experiencia de fe de las comunidades.

Es así que el testimonio es el sentido último del anuncio y la misión de los cristianos, que
se traduce en el invitar a otros al camino de seguimiento de Jesús y por ende a aceptar el
plan salvífico de Dios en sus vidas; desde allí está centrado el papel de la teología y del
escrito autobiográfico de Claret, pues este nos brinda todo un camino de discernimiento del
llamado que Dios le va haciendo a lo largo de su vida, el cual puede convertirse en modelo
para todo cristiano de cómo ir interpretado su propio llamado.

48
CAPÍTULO 3

TEOLOGÍA NARRATIVA

Al pertenecer la Autobiografía de Claret, al género biográfico; se comprende que en ella


existe una historia relatada, la cual está constituida por una construcción literaria, que
propuso el autor de su propia vida. Esta obra, como cualquier otra obra literaria, responde a
unas estructuras básicas o características que configuran al texto como un escrito
autobiográfico; es por eso que Claret, lo que organiza en su Autobiografía, es una narración
de su vida. La cual implica, unos géneros literarios que se entrelazan; entre los cuales
encontramos el “género histórico-narrativo, el cual es prevalente, siendo el hilo conductor
de toda la prosa. Contiene hechos controlables por documentos y testigos; también hechos
íntimos controlables por testimonios de sus directores espirituales”111. Por otra parte, el tipo
narrativo es la estructura que domina el género Autobiográfico y desde el cual desarrolla lo
demás géneros que allí se exponen, como el expositivo-doctrinal, el cual está enraizado en
la intencionalidad que da Claret a este escrito; y del mismo modo intercala aparte
pertenecientes al género “exclamativo-oracional, a causa de que Claret vive en su siglo una
cultura y cosmovisión romántica”112.

Las características de este escrito, reclaman para su análisis un método que esté de acuerdo,
al género al que pertenece, y vemos en ella, la clara visión de ser un texto narrativo; es por
eso, que a partir de las nuevas corrientes de análisis literarios, que ya son aplicadas en los
estudios teológicos encontramos la teología narrativa como un método que puede dar
mejores herramientas para la comprensión profunda la experiencia de Dios en el escrito
Autobiográfico de Claret. Por eso, se hace necesario comprender lo que es la teología
narrativa, al igual que la narratología, ciencia en la cual se basa, y por último, los aspectos
fundamentales del método narratológico.

111
Reyes, Modulo Fucla: Identidad y pensamiento claretiano, 9
112
Ibíd.

49
3.1. NARRATOLOGÍA

La teología narrativa proviene de las nuevas corrientes de análisis literario que comenzaron
a salir a la luz en la década del 60; este estudio científico de la narrativa se conoce con el
nombre de narratología, el cual consiste “en identificar los procedimientos o las estructuras
creadoras en los textos de naturaleza narrativa”113 pues se afirma que “el sentido de la obra
se encuentra primero en el juego de las formas internas que la obra misma presenta y
rechazando al mismo tiempo, toda afirmación de una independencia del relato con respecto
al mundo”114; como lo pretende hacer la teoría estructuralista o del análisis semiótico,
centrándose únicamente en el texto y olvidando todo lo exterior al mismo; puesta a esta
teoría le interesa “es el funcionamiento del lenguaje, siguiendo un principio llamado
postulado de la inmanencia: nada fuera del texto, nada salvo el texto y todo el texto[…]es el
mundo del texto lo que se ha de recorrer”115.

La narratología, siendo un nuevo enfoque de estudio literario, está basada en el


estructuralismo, pero rompe con él, aliándose con los enfoques de lectura pragmáticos; y
son este tipo de lecturas las que “pretenden buscar el efecto del texto en el lector”116. Con el
énfasis de “proporcionar los medios para identificar la arquitectura narrativa de texto que,
mediante el acto de la lectura, va a desplegar este mundo al que el lector o lectora son
convocados a entrar”117.

3.2. NARRATOLOGÍA EN LA TEOLOGÍA

La narratología es algo que ha entrado en el mundo de la exégesis bíblica, donde se ha


aproximado los estudiosos de la Biblia desde diferentes perspectivas o lecturas. Cada una
de estas lecturas, pretenden hacer una pregunta diferente al texto, según el lugar desde
donde se toma y cada pregunta exige una serie de herramientas metodológicas, para lograr
tal cometido.

113
Siciliani, Teología narrativa; un enfoque desde las Florecillas de San Francisco de Asís, 24
114
Ibíd., 25
115
Marguerat y Bourquin, Como leer los relatos bíblicos; Iniciación al análisis narrativo, 15
116
Ibíd., 17
117
Marguerat, Wénin y Escaffre, En torno a los relatos bíblicos, 7

50
La narratología, rompe con la manera tradicional de estudios bíblicos, pues la exégesis
histórico-crítica, “que reinó en solitario sobre el estudio científico de la Biblia desde el
siglo XVII, era heredera de una concepción romántica de la literatura; su axioma: sólo la
génesis de los textos da acceso a la intención de los autores”118. Por otra parte surge una
corriente de crítica literaria que pretende alejarse de la tendencia del método histórico
crítico, por medio de la desvinculación del texto a la sobrevaloración de la historia, el
contexto y su autor; allí se suscriben el análisis semiótico como el narrativo, los cuales
tienen afinidad en algunos postulados.

La diferencia de estos diferentes métodos, está en la manera como se comprenden los


elementos de la comunicación, pues “cuando alguien dirige un mensaje a otro, […] el
mensaje verbal tiene una doble dimensión: el contexto y el código”119. En donde el
contexto remite al mundo representado, mientras el código remite a los signos lingüísticos.
A su vez, estos elementos de la comunicación forman dos ejes: uno de representación dadas
por los elementos contexto-mensaje-código; y un eje de comunicación dado por el los
elementos receptor-mensaje emisor. Es así que el análisis histórico-crítico busca
“reconstruir históricamente el contexto al que remite el texto”120; mientras el análisis
estructural o semiótico, se sitúa también en el eje de representación, comprendiendo el
texto como “un sistema de señales del que hay que captar su organización en red”121.

3.3. MÉTODO DE ANÁLISIS NARRATOLÓGICO

Ahora bien, el análisis narrativo, se sitúa en el eje de comunicación, interesándose, “por la


forma en que el emisor comunica su mensaje al receptor: versa sobre la configuración que
permite alcanzar su efecto sobre él”122. Para comprender mejor el método narratológico se
hace necesario tener claro algunos conceptos:

El texto es un todo finito y estructurado que se compone de signos lingüísticos y si


este es un texto narrativo, es uno en donde un agente relata una narración. Una
historia es una fábula presentada de cierta manera. Una fábula es una serie de

118
Marguerat y Bourquin, Como leer los relatos bíblicos; Iniciación al análisis narrativo, 21
119
Marguerat, Wénin y Escaffre, En torno a los relatos bíblicos, 8
120
Ibíd.
121
Ibíd.
122
Ibíd.

51
acontecimientos lógica y cronológicamente relacionados que unos actores causan o
experimentan. Un acontecimiento es la transición de un estado a otro. Los actores
son agentes que llevan a cabo acciones; no son necesariamente humanos. Actuar se
define aquí como causar o experimentar un acontecimiento123.

La primera afirmación que se desprende, de estos conceptos es que el texto no es igual a la


historia que se narra en él. Lo que indica la existencia de estratos de los textos narrativos,
los cuales pueden ser estudiados por separado.

3.3.1. La fabula, Diégesis o ficción

El primer estrato que subyace dentro de un texto de características narrativas es la fabula, y


esta no es más que la organización lógica de acontecimientos, de la misma manera que
ocurren en la realidad, aunque “cierto tipos de textos narrativos, absurdos, fantásticos o
experimentales por ejemplo, está ausente; de hecho estos textos se caracterizan por su
distorsión o negación de la lógica de la realidad”124. Esta concordancia con la lógica de la
realidad, es tan solo la que “experimenta el lector como natural y en concordancia con el
mundo”125.

Ahora bien, estos acontecimientos enlazados de manera lógica están conformados por
elementos, fijos y mutables, Es decir objetos y procesos:

Los objetos no solo se deben entender como actores, los cuales son más o menos
estables en la mayoría de las fabulas, sino también como lugares y cosas. Los
procesos son los cambios que suceden, los acontecimientos. La palabra proceso
hace hincapié en las ideas de desarrollo, sucesión, alteración e interrelación entre los
acontecimientos126.

Los acontecimientos al definirse como una “transición de un estado a otro, que causan o
experimentan los actores”127, a su vez estos acontecimientos, como se afirmó, están
relacionados en construcciones lógicas y cronológicas, por eso el siguiente pasos del

123
Bal, Teoría de la narrativa; Una introducción a la narratología, 13
124
Ibíd., 20
125
Ibíd.
126
Ibíd., 21
127
Ibíd.

52
análisis es describir cómo se estructuran dichos acontecimientos según sus relaciones. Esta
estructura de relación de los acontecimientos, se le conoce en la narratología de múltiples
formas, trama, ciclo narrativo o intriga. Sin importar el nombre esta estructura de los
acontecimientos está constituida básicamente en una fabula por fases: “la posibilidad o
virtualidad, el acontecimiento o realización y el resultado o conclusión”128. Por otra parte
este concepto ya es manejado desde antiguo:

Aristóteles, en su tratado de la poética, observa y comenta la trama de la tragedia.


Según él, un drama se estructura en dos vertientes: el nudo y del desenlace. “En
todo tragedia hay nudo y desenlace, el nudo comprende los acontecimientos
exteriores de la historia, y a menudo una parte de los acontecimientos interiores.
Denomino nudo al lo que va, desde el principio, hasta la parte que precede
inmediatamente al cambio que conduce a la felicidad o a la desgracia; desenlace, a
lo que va, desde el comienzo de dicho cambio , hasta el final” (1455b, 24-29).
Aristóteles ve, pues, que la trama se articula en torno a un cambio que hace bascular
el destino del héroe hacía la felicidad o a la desgracia.129

Este esquema clásico aristotélico, fue afinado por Larivaille, el cual afirma que, “todo
relato se define por la presencia de dos lindes narrativas, situación inicial y situación final,
entre las cuales se establece una relación de transformación”130; y es la transformación la
que hace pasar un sujeto de un estado a otro; un estado provocado (nudo) y aplicado
(desenlace); esto se conoce como el esquema quinario. Esta trama básica, no es única, es
decir, existen diferentes tipos de estructura de trama, dada “por la naturaleza de los
cambios que caracterizan los acontecimientos del relato”131; entre estos tipos encontramos
unas intrigas de acción, que se puede definir como una aventura, en donde se pasa de una
situación “A” a una situación “B”, opuesta; en donde la situación transformadora,
básicamente es de carácter práctico. También existen unas “intrigas de conocimiento, en

128
Ibíd., 27
129
Marguerat y Bourquin, Como leer los relatos bíblicos; Iniciación al análisis narrativo, 69
130
Ibíd., 71
131
Siciliani, Teología narrativa; un enfoque desde las Florecillas de San Francisco de Asís, 52

53
donde lo que cambia es el conocimiento de algo o alguien”132; otras pueden ser, por
ejemplo, intrigas del personaje en donde existe un proceso de transformación del héroe.

Sin embargo, dentro de los relatos también puede existir una combinación de tramas o
intrigas que se entrelazan durante todo el relato, entre ellas se encuentra “la superposición,
en donde, la última parte de una trama puede construir el arranque de la siguiente”133; al
igual que el uso de tramas en cadena, las cuales por medio de el efecto de la repetición de
tramas, “con el fin de aumentar la tensión narrativa, conduciendo sea al refuerzo, sea a la
sorpresa”134.

Otro elemento importante dentro de la trama son los actores o personajes, pues sobre ellos
recaen los acontecimientos, los causan o los sufren; estos actores, deben “tener un papel
funcional en las estructuras de esa fabula”135; a este tipo de actores se denominan, actores
funcionales. Estos actores se clasifican en primer lugar según su “hacer”, para ello se
considera el esquema actancial; el cual, “considerando el relato una búsqueda, conduce a
precisar los roles o funciones, necesarios para la existencia del relato: “el emisor”, “el
sujeto”, “el objeto”, “el coadyuvante”, “el oponente” y “el destinatario””136; y en un
segundo lugar clasificar los personajes, ya no de acuerdo a su hacer dentro de la trama, sino
a su ser, y estos se caracterizan según el método propuesto por Ph. Hamon:

Éste método comprende seis categorías de criterios de clasificación del héroe: la


calificación diferencial, tiene que ver con la naturaleza y la cantidad de atributos
dados al personaje. La funcionalidad diferencial, concierne el análisis del “hacer”
del personaje según el esquema actancial de la semiótica. La distribución
diferencial, está orientada hacia las apariciones del personaje en los momentos
estratégicos del desarrollo de la trama. La autonomía diferencial, se refiere a la
capacidad del personaje para parecer solo y para encontrar otros personajes. La pre-
designación convencional, enfoca las características del personaje en función del

132
Ibíd., 53
133
Marguerat y Bourquin, Como leer los relatos bíblicos; Iniciación al análisis narrativo, 86
134
Ibíd., 85
135
Bal, Teoría de la narrativa; Una introducción a la narratología, 33
136
Siciliani, Teología narrativa; un enfoque desde las Florecillas de San Francisco de Asís, 66

54
género al cual pertenece el relato estudiado. El comentario explicito, hace hincapié
en el discurso evaluativo que el narrador elabora sobre el personaje.137

Ahora bien, la acción de los actores se desenvuelve, “en el interior de una historia contada
en un marco determinado: en un tiempo, un lugar y un entorno social concreto”138; los
lugares sirven para determinar la penetración y relación de los elementos de la fábula, del
mismo modo los lugares pueden tener un significado, generando contrastes en la historia
contada. Por otra parte, como se ha definido acontecimiento como proceso, es vital
comprender que un “proceso es un cambio, una evolución, y presupone, por tanto, una
sucesión en el tiempo o una cronología”139; es decir que los acontecimientos ocurren en un
tiempo y con un orden. El tiempo se da de maneras variables dentro de la fábula, “una
primera y muy global distinción podría realizarse entre crisis y desarrollo: el primer
término indica un espacio corto de tiempo en el que se ha condensado los acontecimientos,
el segundo un periodo mayor en el que se presenta un desarrollo”140.

3.3.2. Historia contada o narración

El segundo nivel de análisis corresponde a la narración o historia, en donde se estudia la


manera en que el narrador ejecuta la función y la posición que adopta frente a la historia
que cuenta”141. En donde básicamente se realiza un análisis del modo narrativo, la voz
narrativa, la perspectiva, las instancias narrativas y los niveles narrativos.

La manera cómo la historia es presentada por el narrador, depende de dos modos, la


distancia y la focalización; la distancia está dada con respecto del narrador de la historia
contada y en esta se distinguen dos modos de contar:

El showing mode (mostrar) produce un fuerte efecto de la proximidad entre los


sucesos y el lector, gracias a una transposición directa o detallada de los
acontecimientos o de las palabras del personaje. […] En el telling mode, el lector

137
Ibíd., 65
138
Marguerat y Bourquin, Como leer los relatos bíblicos; Iniciación al análisis narrativo, 127
139
Bal, Teoría de la narrativa; Una introducción a la narratología, 45
140
Ibíd., 46
141
Siciliani, Teología narrativa; un enfoque desde las Florecillas de San Francisco de Asís, 99

55
participa de un comentario de los hechos, más que en una escena concreta y viva de
las acciones y de los diálogos142.

Del mismo modo el narrador para definir la distancia puede emplear dos técnicas
narrativas, las escenas y los sumarios, y es en este último en donde el narrador puede dar
distancia al ser condensaciones y resúmenes de acciones.

Dentro de la funciones del narrador dentro de la historia está dada desde el hecho mismo de
contar y en el relato lo aborda desde unas “perspectivas narrativas, la narratología se
interesa exactamente en el prisma a través del cual son percibidos los acontecimientos de la
ficción, es decir quien ve en el relato”143; esto es lo que se conoce como focalización.
Cuando se habla del análisis de la voz narrativa, lo que se indica es “la presencia o no del
narrador en el universo ficcional”144. Por otra parte dentro de la narración se establece una
relación entre el tiempo de la historia contada y el tiempo de la narración, es decir, “el
tiempo en que el narrador emplea en contar la ficción, mesurable en palabras, líneas,
párrafos, páginas, etc.”145, que le permiten a la historia contada llevar un ritmo y velocidad,
o una aceleración en momentos claves de la historia.

3.3.3. Texto, estilo o textualización

“En este tercer nivel, se permanecerá en la misma perspectiva pragmática, pero focalizando
en algunas técnicas de estilo. Estas son importantes por dos razones: traducen el proyecto
ideológico del autor implícito y producen un impacto comunicacional sobre el lector”146.
Por otra parte, se profundiza en el carácter lingüístico del texto, es decir viendo al narrador
como un agente lingüístico que por medio de signos comunica al lector. Es así que este
estudio lingüístico ofrece la explicación del por qué de la repetición de palabras y de las
estructuras de las frases.

142
Ibíd., 100
143
Ibíd., 113
144
Ibíd., 119
145
Ibíd., 126
146
Ibíd., 129

56
De este mismo modo, el análisis del texto permite “asir las marcas textuales que
manifiestan la relación del relato con las realidades del mundo y con otros textos”147. Es
decir que “su estructura narrativa en sí misma está construida sobre una serie de opciones
que procuran guiar al lector en su tarea interpretativa del texto”148.

Esa relación con el mundo que presenta el texto, está dada en la pertenecía del mismo texto
a una cultura, es decir que tiene una “relación manifiesta o secreta con otros textos que lo
precedieron o que lo acompañan y que puede retomar para imitarlos, criticarlos o por otras
razones”149. Dentro de estas relaciones con otros textos se ubica la intertextualidad o la
presencia de otros textos dentro del texto; por otra parte dentro de estas relaciones
textuales, existe también la paratextualidad o peritexto, que hacen referencia “a todo lo que
sirve para presentar el texto mismo, es decir, títulos, subtítulos, prefacios, postfacios,
advertencias, notas epígrafes, ilustraciones, dorso, solapa, forro, formato cobertura”150. Por
ejemplo, los títulos dicen de manera metafórica o figurada los contenidos y formas del
libro, o los subtítulos u otras indicaciones textuales, también pueden ofrecer alusión a las
divisiones de la narración.

3.4. CONCLUSIONES

El método narratológico es posible aplicarlo a todos los textos de características narrativas,


por tal motivo al ser la Autobiografía un texto de énfasis narrativo, es posible aplicar las
nuevas corrientes de análisis literario, que ya son aplicadas por la teología, en el análisis de
textos bíblicos. Estas nuevas tendencias de análisis literario, tiene como objetivo identificar
las estructuras con las que fueron creadas las narraciones, tanto de manera interna, como en
su relación con el mundo. Es así que la teoría narratológica siendo heredera de los enfoques
estructuralistas y pragmáticos, busca el efecto del texto sobre el lector, con ello se pretende
aplicar este método a la Autobiografía, buscando ese eje comunicacional entre el autor y el
lector del texto, para lograr una mejor comprensión del mensaje que la Autobiografía
comunica.

147
Ibíd. 149
148
Ibíd., 150
149
Ibíd., 153
150
Ibíd., 157

57
Como se ha mostrado a lo largo del presente estudio, tanto en la exégesis bíblica como en la
hagiografía, se ha utilizado casi exclusivamente el método histórico-crítico para realizar los
estudios teológicos de los textos; con ello se ha olvidado el valor que tiene la narración en
sí y el mensaje, que en la organización de ese mundo narrado, es llevado por el autor al
lector. Es por eso que el método narratológico se sitúa en el eje comunicacional, y le
interesa básicamente la manera como el emisor comunica el mensaje al receptor, y de qué
manera llega a este cometido.

Dentro del análisis narratológico, se tiene en cuenta con claridad la existencia de una
diferencia entre el texto y la historia que se narra en él; por eso, es posible dentro de un
relato encontrar estratos narrativos que pueden ser estudiados por separado. Es así, que se
distinguen tres estratos; el primero es el texto que se comprende como una estructura de
signos lingüísticos donde se relata una narración, el siguiente estrato que se estudia dentro
del análisis, es la historia narrada donde se presenta una fábula, comprendiéndose ésta,
como una serie de acontecimientos organizados de manera lógica y cronológica.

El primer nivel que se analiza es la fabula o ficción y es donde se desarrollan los


acontecimientos, es decir allí es donde se encuentran los procesos o desarrollo de los
hechos, que son los cambios o transiciones que experimentan o causan los actores; todo
esto sucede en una estructura o intriga, la cual está constituida por un estado inicial, un
nudo y un desenlace.

El segundo nivel de análisis corresponde a la narración o historia narrada, la cual tiene


como énfasis la manera como el narrador efectúa su función de narrar, básicamente son las
herramientas que utiliza el narrador para la ir contando la historia. Y el tercer nivel de
análisis es el texto o textualización y este busca profundizar en el carácter lingüístico del
texto, en sus relaciones con otros textos, en las marcas o referencias dentro del mismo
texto.

Es el análisis de estos tres niveles de la narración, lo que permite comprender el sentido


final del texto, las intencionalidades, las maneras y formas utilizadas por el autor para
comunicar un mensaje al lector; es decir, que el método brinda herramientas para una mejor
comprensión de los textos narrativos.

58
CAPÍTULO 4

ANÁLISIS NARRATOLÓGICO

Como ya se ha afirmado, la Autobiografía de Claret, es un encargo del Superior General de


la congregación de los Misioneros Claretianos (Aut. 1), y ésta presenta una clara
intencionalidad formativa, que pretende brindar una ayuda didáctica, a través del
conocimiento de la finalidad de la congregación a los nuevos miembros de la congregación,
a partir de la experiencia del Fundador.

Claret elabora su Autobiografía dividiéndola en tres partes, como lo afirma en el comienzo


de la misma:

La primera parte comprenderá lo que principalmente ocurrió desde mi nacimiento


hasta que fui a Roma (1807-1839). La segunda contendrá lo perteneciente al tiempo
de las Misiones (1840-1850). La tercera, lo más notorio que ha ocurrido desde la
Consagración de arzobispo en adelante. (1850-1862). (Aut. 2)

Pero, el presente estudio, solo pretende dar unas posibles claves interpretativas para la
lectura y comprensión de la Autobiografía, y por otra parte ofrecer un método de lectura
nuevo hasta hoy en el estudio de los textos autobiográficos del Fundador; es por eso que se
fijará el análisis en una sección de la misma. La sección a analizar pertenece a la segunda
parte, titulada De las misiones, los capítulos I al VII, que contiene los parágrafos 113 al
169.

La causa de la elección de esta sección, está dada en: primero, esta sección nos ofrece una
rica narración detallada de acontecimientos vividos por Claret, en una etapa muy
importante de su búsqueda vocacional, pues es “un capítulo singularísimo de literatura
picaresca vuelta a lo divino, con un estilo único que no se ve en otro lugar de la
Autobiografía”151; segundo, en esta sección, se expresa explícitamente su búsqueda
vocacional misionera, siendo este el eje particular del carisma de la congregación, dado en
el título del primer capítulo de esta segunda parte, Del llamamiento de Dios para ir a
predicar o misionar; tercero, si la intencionalidad de la Autobiografía es para la formación

151
FERNANDEZ, Historia documentada de su vida y empresas. Vol I., 117

59
de misioneros, es precisamente en esta segunda parte de la Autobiografía dónde se expresa
todo un modo de comprender y de responder al llamado vocacional, donde se combina la
narración y una exposición doctrinal sobre el significado que tiene para Claret el sentirse
llamado a la misión.

4.1. ANALISÍS DE LA FICCIÓN O FÁBULA

Capítulo I Del llamamiento de Dios para predicar o misionar

Numeral Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


temporales las acciones
113 Desde que Claret -Se me pasaron los deseos -Interna
de ser
-Pensé no solo en santificar -Interna
mi alma
-Discurría que haría y como -Interna
continuamente haría para salvar las almas de
mis prójimos
-rogaba -Interna
-me ofrecía -Interna
de continuo -que leíamos en la mesa -Externa
cada día -me ayudaba -Interna
-me movía y excitaba era la -Interna
lectura de la Santa Biblia a la
siempre que he sido muy aficionado
-Me había dado para -Interna
Dios arrancarme
-Sentía la voz del Señor -Interna
120 Claret -Me llamaba Interna/externa
-Saliera a predicar -Externa
-en la oración me pasaba lo -Interna
mismo
-determiné dejar el curato e -Interna Curato
irme a Roma Roma
-Presentarme en la -Externa
congregación de Propaganda
Fide para que me mandase a
cualquier parte del mundo mundo

60
Capítulo II De la salida de España

Numer Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


al temporales las acciones
121 Claret -Vencer y superar Interna - externa
-Poder salir -Externa Parroquia
-salí Externa Barcelona
-me dirigí Externa Roma
-tomar pase Externa Olost
-volverme Exterior Tría de Perafita
-a quien consulté lo que ya Externa San Felipe Neri
Al instante había hecho Externa Castellar de
-le oí Externa Nunch, Tosas,
-emprendí el viaje Externa Font de Picasó
-me dirigí Externa y Auseja
Francia
Superior
eclesiástico y
población
Dios -Con la ayuda Interior-Exterior
-se hallaba Exterior
P. Matavera -me escuchó Exterior
-me animó Interior
122 Claret -mi itinerario fue Castellar de
-desembarqué Exterior Nuch, Tosas,
Finalmente -llegué a Roma Exterior Puerto, Font
del Picasó,
Osseja, Olette,
Prades,
Perpiñá,
Narbona,
Montpeller,
Nimes,
Marsella,
Civitavecchia,
Roma.
123 Ahora Claret -diré lo que principalmente Exterior Olost
ocurrió Catellar de
Muy de mañana -salí de Olost Exterior Nunch
-fui a dormir a Castellar de Exterior Lugares
Nunch bastante

61
-recé Exterior desierto
-fui a descansar Exterior Tosas
Después -de haber caminado Exterior Puerto
Todo el día Collado
El día siguiente, -celebré Exterior Fuente del
tempranito -me fui a Tosas Exterior Picasó
-nos dijeron Exterior Puigcerda
-me detuve Exterior
Hasta -nos dijeron Exterior
-emprendí la subida Exterior
Un poco antes -llegar al collado Exterior
-le contesté Exterior
-me era lo mismo Interior
-ir por otro camino Exterior
-le contesté Exterior
-se lo presenté Exterior
-le contesté Exterior
-yo conocí que los Interior
embarazaba
Señor cura -me recibió Exterior
Ladrones -había Exterior
-se habían retirado Exterior
-me salió un hombre Exterior
-me gritó Exterior
-me apuntó con un fusil Exterior
-se acercó / se me puso al Exterior
lado
Hombres -me dijo Exterior
armados -me acompañó Exterior
Comandante -me hizo preguntas Exterior
-me preguntó que si Exterior
llevaba pase
-me lo devolvió Exterior
-me dijo Exterior
124 Al mismo tiempo Claret -observé Exterior Puigcerdá
-le dije Exterior Francia
-al ver que no les daba Interior
cuidado
-hice este pensamiento Interior
-sin decirles cosa alguna Exterior
-me volví/me dirigí a Exterior

62
Francia
Después -haber andado Exterior
-le dije Exterior
Ladrones -tenían mucha gente presa Exterior
Mientras -estaban hablando Exterior
conmigo
empezaron -a marchar Exterior
-andaban a prisa Exterior
El mismo que -se volvió Exterior
me había -al ver Exterior
preso -me llamó Exterior
-se echo a correr Exterior
-me dijo Exterior
Gente presa -todos se fueron Exterior
marchando
finalmente Comandante -dijo que me habían de Exterior
llevar
125 Claret -gracias debo dar Interior Roma
Pocos días -habíamos quedado Exterior
antes -saldríamos juntos Exterior En este mismo
-me marché solo Exterior lugar
-me sucedió lo que he Exterior Puerto de
dicho Marsella
Dios -me libró a mí y aquellas Exterior
gentes
-la grande providencia y Exterior
cuidado habéis tenido de

Gentes -estaban presas Exterior
El día señalado Joven -no compareció Exterior
ordenado -me mandó decir Exterior
-no podía ir conmigo Exterior
Después de -salió Exterior
pocos días -al pasar por el mismo Exterior
lugar
-le robaron Exterior
-le hicieron desnudar Exterior
-le quitaron la camisa Exterior
-me lo refirió Exterior
Ladrones -le cogieron Exterior

63
Capítulo III De lo que ocurrió al entrar y pasar por Francia

Numeral Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


temporales las acciones
126 Aquella misma Dios y la -me libraron de los Exterior
tarde Virgen ladrones
Por ser
sábado
Claret -fui bien recibido Exterior Auseja
-llevaba pase del interior Exterior
de España
-se me lo quedaron Exterior
-me dieron uno de Exterior Auleta
refugiado
-emprendí el viaje Exterior Roma
-pasé por Auleta Exterior
-pasé a Prades Exterior Prades
-pasé a Perpiñán Exterior Perpigñan
-pasé por Montpeller Exterior Montpeller
-iba solo y sin Exterior Nimes
recomendación
-hallaba sujetos Exterior Demás
desconocidos poblaciones
La gente -me instaban a que me Exterior
quedase
-me recibieron con toda Interior/exterior
caridad
-fui muy bien recibido Interior/exterior
Sujetos -me estaban esperando Exterior
desconocidos
Dios -tiene providencia Exterior/Interior
singularmente sobre mí
127 Claret - Al llegar Exterior Marsella
-estuve muy bien en la Interior/exterior
casa
Durante cinco -estar en Marsella para Exterior
días esperar embarcación
Al día -al salir de casa para ir al Exterior Calle
siguiente cónsul español
-al primero que encontré le Exterior Casa donde
pregunté vivía

64
Sujeto -se juntó conmigo Exterior
-me llevó a una casa Exterior
-me dijo la calle Exterior
-al verme solo Exterior
-tuvo la amabilidad de Exterior
venirme a acompañar
-habló por mí Exterior
-me volvió a acompañar Exterior
Aquellos cinco -me venía a buscar Exterior
días, mañana -me acompañaba a visitar Exterior Iglesias
y tarde las iglesias
-cosas profanas ni siquiera Exterior
habló jamás
128 Finalmente Claret -a mí me gustaba Interior
Llegó la hora -jamás le vi comer, no Exterior
de la beber
embarcación
La una de la
tarde.
Un poco antes
Sujeto -se me presentó Exterior Mi cuarto
-cogió mi hatillo Exterior
-lo quiso llevar Interior Puerto
-nos dirigimos Exterior Buque
-nos despedimos Exterior
-estuvo conmigo tan fino Exterior/interior Templos
-me llevaba a los templos Exterior
A estas horas -se iba / me dejaba Exterior
Luego -volvía Exterior
Su gran -le enviaba para que me Exterior
Señor cuidara

Capítulo IV De lo que ocurrió en el buque

Numeral Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


temporales las acciones
129 A la una de la Claret -me embarqué Exterior
tarde -había rezado vísperas y Exterior

65
completas
-al llegar al buque Exterior
-oí a unos que hablaban en Exterior
castellano
-me dio una gran alegría Interior
-les pregunté Exterior
-le vi Exterior
-le consolé Exterior
La tarde y -En estas conversaciones Exterior
principios de la pasamos
noche
Gentes de -hacían aquella travesía Exterior
varias
naciones
Religiosos -habían salido de Navarra Exterior
Benedictinos -se iban a Roma Exterior Roma
españoles -me contaron Exterior
-penas y trabajos habían Exterior
pasado
-la miseria en la cual se Exterior
hallaban
Joven -estaba muy afligido Interior
ordenado -le habían robado Exterior Al pasar la
-me faltó a la palabra Exterior frontera
-estaba hecho una miseria Exterior
130 Claret -No era por recreo, sino Exterior Roma
para trabajar y sufrir
-consideré que debía Interior
buscar el lugar más
humilde
-más tuviese oportunidad Exterior
de sufrir
Después -pagué el flete de andar Exterior Sobre cubierta
sobre cubierta La Proa
-haberme retirado Exterior
-rezar el rosario y demás Exterior
devociones
-busqué un puesto para Exterior
descansar
-me senté y descansé la Exterior
cabeza

66
131 Claret -meditaba como estaría Interior
Jesucristo
-estando ya descansando Exterior
-sin moverme Exterior
-me puse el capote Exterior
-teniendo al cabeza Exterior
inclinada
-el agua me venía encima Exterior
-cuando oía el golpe de la Exterior
ola
-inclinaba la cabeza Exterior
-daba la espalda Exterior
-me caía encima el agua Exterior
El Señor -quiso que fuese algo Interior
parecida en la tempestad
Tempestad -se levantó Exterior Buque
-las olas se estrellaban Exterior
-agua entraba en el buque Exterior
132 Toda la noche Claret -así pasé Exterior
hasta el
amanecer
Antes -me había mojado con el Exterior
agua del mar
Después -me mojé con el agua Exterior
dulce de la lluvia
-todo esto lo llevaba Exterior
siempre
Antes -de embarcarme Exterior
-hice en Marsella mi Exterior
provisión
Los cinco días -cayó mucha agua encima Exterior
de -me caló Exterior Marsella
embarcación -me mojó el pan y el queso Exterior Civitavecchia
-así lo tuve que comer Exterior
-tenía bastante hambre Exterior
-me sabía muy bien Exterior
133 El día Claret -saqué el breviario Exterior Embarcación
siguiente de la -recé los maitines Exterior
embarcación
Al cabo de -vi que venía hacía mí Exterior
poco -al verle venir, pensé Interior

67
-así lo hice Exterior
-los acepté Exterior
-di las gracias Exterior
-fui y los repartí entre Exterior
aquellos infelices
Un señor -se me acercó Exterior
ingles -me dijo Exterior
-amaba a los sacerdotes Interior
Un rato -haber hablado Exterior
-se fue a su camarote Exterior
-traía una porción de duros Exterior
Al instante Infelices -fueron a la cocina Exterior Cocina y
españoles -compraron y comieron Exterior repostería
134 Otros señores -hicieron lo mismo Exterior
viajeros -me dieron Exterior
Claret -todo se lo partí entre ellos Exterior
-no me quedé un maravedí Exterior
para mí
-ni comía un bocado de lo Exterior
que ellos habían comprado
-me contenté con mi pan Exterior
mojado
Señor inglés -al verme a mí tan pobre Exterior
-manifestó quedar Interior
edificado
-me vino a decir Exterior
-desembarcaría en Liorna Exterior Liorna
-iría a Roma Exterior
-me dio escrito su nombre Exterior Roma
y el plació donde iba a vivir
-fuese a verle Exterior
-me daría cuanto Exterior
necesitase
135 Claret -esta aventura me confirmó Interior
que para edificar y mover a
las gentes el mejor y más
eficaz medio es el ejemplo
El señor -le había de excitar el Interior
inglés desprecio
-el ver un sacerdote pobre Exterior
-le movió de tal manera Interior

68
- no sabía cómo manifestar Interior
la afección
Todos los -me manifestaron respeto y Exterior
viajeros veneración
136 Después de Claret -llegamos a Civitavecchia Exterior Civitavecchia
cinco días -nos dirigimos a Roma Exterior Roma
-llegamos sin novedad Exterior
-no quiero otra cosa que Interior
conocer tu santísima
voluntad, cumplirla,
amaros y serviros
-dadme continuamente Interior
vuestra gracia y fuerza
Dios -por bondad y misericordia Interior

Capítulo V De la llegada a Roma y entrada en el Noviciado de la Compañía de Jesús

Numeral Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


temporales las acciones
137 Las diez de la Claret y el -Llegamos a Roma Exterior Roma
mañana joven catalán -nos fuimos al convento Exterior Convento de la
mas pronto que hallamos Transpontina
-nos acercamos a la Exterior
portería
-preguntamos al hermano Exterior
portero
-Fuimos a su celda Exterior
-le preguntamos, si sabia Exterior
donde había catalanes
ordenados
Religiosos -se fueron a un convento Exterior
españoles
Hermano -nos contestó, que sí Exterior
portero
P. Comas -nos recibió bien Exterior Convento de
-nos dijo, en el convento Exterior San Basilio
de San Basilio
Cerca de una -tuvo la amabilidad de Exterior

69
hora acompañarnos
138 Los catalanes -nos recibieron muy bien Exterior
ordenados
Claret -empecé a practicar las Exterior Roma
diligencias
-no llevaba más que una Exterior
carta de recomendación
-cuando llegue a Roma ya Exterior
había salido para su
destino
-yo me creí aquello como Interior
providencial
-tuviese tiempo para hacer Exterior
los ejercicios espirituales
Este año -aun no había podido Exterior
hacer
Sr. Vilardell -había salido para su Exterior
destino
Aquellos días Cardenal de -había salido al campo Exterior Campo
el mes de Propaganda -estaría fuera Exterior
octubre Fide
139 Claret -me dirigí a un Padre Exterior Casa Profesa
-empecé los ejercicios Exterior de la
En los días -le daba cuentas Exterior Compañía de
que él me -le contesté Exterior Jesús
señalo
Padre de la -me alabo el pensamiento Exterior
Casa Profesa -me entregó el libro Exterior
-me dio los consejos que Exterior
creyó necesarios
En los últimos -me dijo Exterior
días
140 Claret -tenía una idea formada de Interior
la Compañía tan alta
-me he considerado un Interior
pigmeo
Padre -me animó Exterior
Director -me dijo que escribiera un Exterior
memorial al Padre General
141 El día Claret -lo hice todo como él me Exterior
siguiente dijo

70
-fui allá Exterior
-llegue a su cuarto Exterior
Al momento -fui Exterior
-ya vivía en el noviciado Exterior
2 de
noviembre
-me hallé jesuita Interior
De la noche a
la mañana
-me contemplaba vertido Interior
de la santa sotana
-casi no acertaba a creer Interior
Padre -me quiso ver Exterior
General -habló conmigo Exterior
-me dijo Exterior
Padre -salía Exterior Sant´Andrea de
Provincial -me recibió muy bien Exterior Monte Cavallo
142 Claret -me hallaba muy fervoroso Interior
-veía tantas cosas buenas Exterior
-mi afán era aspirar a la Interior
perfección
-todo me gustaba mucho Interior
-Aprendía Interior
-yo me confundía mucho Interior
cuando veía todos tan
adelantados
Dios -ayudado de la gracia Interior
Noche antes Directores del Se leía el catálogo Exterior
noviciado
143 Novicios -se proponía la practica Interior
-apuntando, lo que hacía y Exterior
como lo hacía
-estado todos reunidos Exterior
Al llegar la Director -con permiso Exterior
tarde espiritual -se cerraba la lista Exterior
-se tiraba en el buzón Exterior
Por la noche Ayudante del -Recogía aquellas listitas Exterior Capilla
Padre rector -se leía
144 Claret -cuantas practicas vi Exterior
-esta me pareció que era Interior
una de las mejores
-me gustó y aprovechó Interior
-cuantas veces decía Interior

71
-así lo hacía Exterior
Dios -ayudado de la gracia Interior
145 Los viernes Novicios -todos ayunaban Exterior
El sábado -nadie lo tomaba Exterior
-los postres los más los Exterior
dejaban
Todos los días -todos comían muy poco Exterior
Los Padres -eran los que comían Exterior
más graves menos
Claret -he observado Exterior
146 Cada día de la Padre -no comía Exterior
semana, espiritual -no bebía Exterior
menos los -estando arrodillado Exterior
domingos delante de una mesa
147 Los miércoles, Padre -pasaba un cuadernito en Exterior
viernes y Portinaro blanco
sábados y
vigilias de
fiestas
principales
Cuando era la -pasaba, tocaba y abría la Exterior
hora puerta
-se presentaba al rector Exterior
-volvía a pasar Exterior
-tocaba y abría la puerta Exterior
-indicaba sí o no Exterior
Novicios -ponía brevemente lo que Exterior
deseaba hacer
-se hacía sin faltar al Exterior
silencio
-pasaba por todos Exterior
El padre -salía Exterior
-tomaba el cuadernito Exterior
-se iba a su mesa Exterior
-escribía lo que intentaba Exterior
practicar
-devolvía el cuadernito Exterior
-es decía: fulano y fulano Exterior
sí; los otros no
148 Elipsis: explicación de la
existencia de otras

72
mortificaciones ocultas
149 Claret -diré algunas que pasaron Exterior
por mi
Todos los -me hacían jugar Exterior
jueves -supliqué que tuviera la Exterior
bondad de dejarme
estudiar u orar
-puse tanto cuidado en Interior
jugar bien
-ganaba todas las partidas Exterior
P. Rector -me contestó Exterior
rotundamente que jugase
150 En cierta Claret -vi Exterior
ocasión -conocí Interior
-movido de compasión Interior
-dije, yo diría misa tarde Exterior
después -me hicieron celebrar más Exterior
temprano que antes
Todos los días Un sacerdote -tenía que celebrar misa Exterior
festivos -en ayunas le tenía algún Exterior
Muy tarde tanto molesto
Tanto tiempo
Superior -me dijo, ya vería Exterior
151 Cuando Claret -fui a Roma Exterior Roma
-solo llevaba el breviario y Exterior
al Biblia
-al llegar la noviciado Exterior
-me colocaron en una Exterior
celda
- la pedí Exterior
-jamás la vi Exterior
-tuve que salir enfermo Exterior
entonces -me la devolvieron Exterior
Padres -se llevaron mi Biblia Exterior
Jesuitas -me dijeron: Bien Exterior
152 El Señor -favor me hizo en llevarme Exterior Roma
-introducirme entre Exterior
aquellos padres y
hermanos
Claret -me ha servido mucho para Exterior
hacer el bien en los

73
prójimos
-allí aprendí el modo de Interior
dar los ejercicios
-allí aprendí otras cosas Interior
Con el tiempo -me han servido mucho Interior

Capítulo VII De la salida de Roma y llegada a España

Numeral Marcas Actores Verbos de acción Naturaleza de Lugares


temporales las acciones
165 Claret -me hallaba yo muy Interior
contento
-estando siempre ocupado Exterior
en las conferencias que Exterior
hacíamos de catequizar,
predicar y confesar
-Todos los -íbamos al hospital Exterior Hospital de
viernes -confesar enfermos Exterior San Giácomo
-Los sábados -a predicar en la cárcel Exterior
-El día 2 de -entré en el noviciado Exterior
noviembre de
1839
-cuatro meses -empezamos los ejercicios Exterior
después de -los empecé con Exterior
haber entrad muchísimo gusto
166 Claret -así iba siguiendo y Interior
adelantando
Un día -me vino un dolor Exterior
-no podía caminar Exterior
-fue preciso ir a la Exterior Enfermería
enfermería
-me aplicaron los remedios Exterior
-me alivie tanto, pero no Exterior
del todo
-le contesté que me Exterior
parecía bien
-me presente a él EXterior
P. Rector -al verme así Exterior

74
-me dijo: lo que pasa en V. Exterior
no es natural
-y me dijo Exterior
P. General -se consultará Exterior
-me oyó con mucha Exterior
atención
-me dijo con toda Exterior España
resolución, sin titubear
167 Claret -con esta resolución no Exterior
hubo otro remedio que España
volver para España
A mediado de -salí de Roma Exterior Roma
marzo Cataluña
Con el tiempo P. General -estaba inspirado cuando Interior
me dijo estas palabras
- me decía: Exterior
Dios le llevó a la
Compañía, no para que
quedase en ella, sino para
que aprendiese a ganar Interior
almas para el cielo
-me puse en observación Exterior Olost
desde Olost
-de Olost pasé a Vich Exterior Vich
13 de mayo -Fui Exterior
-Aquí me acabé de Exterior Viladrau
restablecerme
P. de la -Querían que fuese a Interior Manresa
Compañía fijarme a Manresa
P. Fermín de - quería que fuese a Berga Interior Berga
Alcaraz
El Superior -me dijo que pasase a Exterior Viladrau
Viladrau
-me dio nombramiento de Exterior
Regente
168 Cura Párroco -había Exterior
Teniente cura -en mi ausencia cargaba el EXterior
con lo espiritual
Claret -me daba la subsistencia Exterior
nada mas
-cuidaba de lo espiritual Exterior

75
-me vino bien para Exterior
empezar desde allí las
misiones
169 Señor -cual admirable es la Interior
Providencia
-todo lo habéis dispuesto Interior
del modo mejor, para la
gloria vuestra y salvación
de las almas

4.1.1. Análisis de las acciones


4.1.1.1. Naturaleza y jerarquización de las acciones

Los verbos hacen referencia, la mayor parte a Claret, en ellos se encuentra, en una primera
medida, un debatirse interior de Claret (Aut. 113 y 120) dadas en las acciones de:
“discurrí”, “pensé”, “me dio a conocer” y “sentía la voz del Señor que me llamaba para que
saliera a predicar” ( Aut. 120); siempre con el mismo objeto salvar las almas (Aut. 113,
167, 169); este salir a misionar lo lleva a tomar la decisión de viajar a Roma y presentarse a
Propaganda Fide (Aut. 120). Por esta razón se introduce dentro de la narración, una elipsis
con las motivaciones que le movieron para tomar esta decisión, a partir de una lectura y
explicación de textos bíblicos de los profetas, a manera de introducción (Aut. 114 - 119)

La narración estará enmarcada en un relato de viaje, Claret saliendo de España y


dirigiéndose a Roma, es por eso que desde el inicio se enuncia el itinerario que siguió para
llegar a Roma (Aut. 121 y 122) Muchas de las acciones hacen referencia al viaje y a lo que
acontece en él, es así que se encuentran acciones que marcan la narración como un
permanente tránsito, entre ellas se encuentran: irme, salí, me dirigí, me fui, ir, saldríamos,
marché, pasé, al llegar, me llevó, me embarqué, llegamos, fuimos y volver (Aut. 120, 121,
122, 123, 124, 125, 126, 129, 137, 139, 151, 167).

Durante todo el viaje para presentarse a Propaganda Fide en Roma, Claret tendrá que
“vencer y superar” dificultades, como lo narra (Aut. 121); Y es así, que se relatan durante el
viaje a Roma, una serie de problemas que tendrá que superar. La primera de ellas es que en
Barcelona “no le quisieron hacer pase” (Aut. 121) por esta razón hará el viaje por tierra,

76
cruzando la frontera francesa por Font de Picasó, para llegar a la primera población
francesa de este lado de la frontera Auseja y luego dirigirse a Marsella y allí embarcarse
hacia Civitavecchia, Italia. La segunda dificultad será en el cruce de la frontera, por su
detención por unos “hombres armados” (Aut. 123). Luego la búsqueda en Marsella del pase
para viajar Italia y el hombre desconocido que lo acompaña y lo ayuda (Aut. 127 y Aut.
128); mas adelante narra lo ocurrido en el viaje en barco y como confirma su testimonio
sirve para “edificar y mover a las gentes” (Aut. 135) y así termina su viaje, llegando a
Roma (Aut. 137).

El relato continúa con la última dificultad para presentarse a Propaganda Fide y es que el
Cardenal encargado de ella, se encuentra de viaje “por todo el mes de octubre” (Aut. 138)
lo cual generara un cambio en los planes de su viaje, pues al hacer los Ejercicios de San
Ignacio, el Padre que los dirigía, le propone a Claret el ingresar a la Compañía de Jesús
(Aut. 138) y allí se cambia el destino de Claret, pues se olvidará de ser enviado a las
misiones de Propaganda Fide, ya que al salir de la Compañía por “un dolor tan grande en la
pierna derecha” (Aut. 166) y por el consejo del Padre General de la Compañía (Aut. 167),
regresa a España, ahora más liberado de responsabilidades espirituales, y “empezando las
misiones en la parroquia de Viladrau” (Aut. 168) logrando con ello, el cumplimiento del
llamado que tuvo en Sallent, antes de partir a Roma.

Por otra parte, en el relato existen unos apartados, especialmente en el último parágrafo de
cada capítulo, donde el narrador suspende la narración para realizar una exclamación-
oracional de acción de gracias (Aut. 125, 136, 152, 169), también existe todo un capítulo
dedicado a las oraciones escritas por Claret, durante su estadía en el noviciado, al cual
habría que encontrar su función dentro del texto (Aut. II c. 6, 153 al 164).

Dentro de la narración se encuentran algunas acciones que tienen un carácter interno, es


decir que acontecen en la mayoría de veces en la conciencia del personaje, la mayoría veces
en Claret, en donde se muestra claramente un discernimiento, reflexión y toma de
decisiones del personaje, frente a la experiencia que ha vivido, por ejemplo; inicia la
narración con una introducción donde habla de su esclarecimiento vocacional, que se ha
relatado en la primera parte de la Autobiografía a manera de sumario, “desde que me
pasaron los deseos de ser Cartujo” (Aut. 113) y los verbos “pensé” y “discurría

77
continuamente” (Aut. 113) abren el panorama al lector de una búsqueda que ha iniciado ya
y que continúa a lo largo del relato que el narrador proseguirá a contar. Es así que al
finalizar ciertos sucesos, el narrador muestra estos discernimientos sobre como el
personaje, va comprendiendo e interpretando la Providencia de Dios en cada situación o en
otros momentos como interpretar la voluntad de Dios en esas situaciones concretas, por
ejemplo; “¡Oh, cuántas gracias debo dar al Señor, que me libró a mí y a aquellas gentes
que estaban presas!” (Aut. 125) Toda la situación de no ser llevado preso, significó para el
personaje, una acción de la Providencia de Dios; es decir, el narrador califica este viaje
como una aventura (Aut. 135); está caracterizada por la percepción de una protección
divina, pues en cada una de las dificultades, y sobre todo en el desenlace de las mismas, en
donde Claret da gracias por la Providencia singular que Dios ha tenido sobre él,
manifestada en el cuidado, la misericordia y la bondad (Aut. 125, 126, 136, 152 y 169)

4.1.1.2. Relaciones entre las acciones

Las relaciones de las acciones se desarrollan a partir de la estructura de un viaje, salida –


llegada; teniendo en cuenta que también este viaje se presenta como una búsqueda de su
propia vocación o llamado; El sujeto, Claret, sintiendo la voz, (llamado) es enviado a
predicar (envío) es por eso que decide dejar el curato, para presentarse a Propaganda Fide
(Aut. 120) en Roma; es por eso que narrará el viaje a Roma. Esta salida se da en Sallent,
España y terminando con su llegada a Roma en donde tendrá una experiencia como novicio
de la Compañía de Jesús, la concluirá con una enfermedad (Aut. 166) que será el hecho que
se interpretara, por parte del Superior General de la Compañía como un llamado de Dios a
regresar a España (Aut. 167) y allí comenzar las misiones (Aut. 168). Este viaje y
búsqueda, lo llevará a la comprensión que el objeto que persigue, “la salvación de las
almas” (Aut. 167), es una consecución del actuar en cualquier lugar donde se esté, no solo
en la misión ad gentes, como comprendió en un principio, sino que también este envío se
da desde su lugar de origen, España; en la diócesis de Vich, de cual el provenía, es por eso
que termina el viaje empezando las misiones en Viladrau, cuando regresa (Aut. 168)

78
4.1.2. Análisis de la intriga

INTRODUCCIÓN ESTADO INICIAL


Aut. 113 - 119 Aut. 120
NUDO
Aut. 121 - 166
Introducción Estado Inicial Introducción
Aut. 121 - 122 Aut. 126 Aut. 129
Estado inicial

Segunda secuencia
Primera secuencia

Tercera secuencia
Aut. 130
Estado Inicial Nudo Nudo
Aut. 123 Aut. 127 Aut. 131 - 132
Nudo Desenlace Desenlace
Aut. 124 Aut. 128 Aut. 133 - 134
Desenlace Conclusión
Aut. 125 Aut.135 - 136
Cuarta secuencia (acción desencadenante)
Introducción Estado Inicial Nudo Elipsis Desenlace
Aut. 137 Aut. 138 Aut. 139 - 152 y 165 Aut. 153 - 164 Aut. 166
DESCENLACE
Aut. 167 - 168
CONCLUSIÓN
Aut. 169

El comienzo de la segunda parte de la Autobiografía se titula de De las misiones y el primer


capítulo de este se titula Del llamamiento de Dios para predicar o misionar. El título de
este capítulo nos da una clave de lectura que deberá tenerse en cuenta, para comprender la
intriga que se manejará a lo largo de ésta sección que se ha escogido para su análisis. El
llamamiento entendido como vocación, desde una perspectiva cristiana, este se comprende
como una acción de discernimiento de la voluntad de Dios, por parte del ser humano.

Es así que el narrador inicia con una contextualización para el lector, donde retoma la
búsqueda anterior, la cual será punto de partida para esta nueva búsqueda, que planea
relatar.

79
Desde que me pasaron los deseos de ser Cartujo, que Dios me había dado para
arrancarme del mundo, pensé, no sólo en santificar mi alma, sino también discurría
continuamente qué haría y cómo lo haría para salvar las almas de mis prójimos.
(Aut. 113)

Esta introducción, muestra como Claret realiza un primer cambio, dado en el ciclo narrativo
anterior, de ser fabricante textil a querer ser cartujo y luego el convertirse en sacerdote,
ejerciendo sus funciones en la parroquia de Sallent, su pueblo natal, es así que en esta
primera parte de éste parágrafo, se hace un resumen del ciclo anterior, sirviendo a su vez de
un enganche temporal con el nuevo ciclo de búsqueda que comienza.

Dentro de toda la narración y como elemento que abre y cierra la secuencia narrativa
escogida, está el objeto, que es, la “salvación de las almas” (Aut. 113 y 169) “discurría
continuamente qué haría y cómo lo haría para salvar las almas de mis prójimos”. Este
objeto, es el que persigue durante toda la Autobiografía, concluyendo en este mismo
parágrafo “me ofrecía de continuo a este mismo objeto” (Aut. 113), un pasado imperfecto
del verbo ofrecer; esto indica, en cuanto no ha terminado la acción, sino que, fue y sigue
siendo; por este motivo, el objeto es clave de lectura de la Autobiografía.

Entre los parágrafos 114 al 119, el narrador mostrará un listado de motivaciones bíblicas,
que ayudaron a discernir a Claret en la determinación de emprender el viaje a Roma.

La historia o la intriga comienza con una determinación de Claret; “Así es que determiné
dejar el curato e irme a Roma y presentarme a la Congregación de Propaganda Fide para
que me mandase a cualquier parte del mundo” (Aut. 120). Aquí se plantea el estado inicial
de la narración; después de sentir la voz de Dios en la Biblia que lo envía a la misión,
determinó salir de sacerdote de la parroquia de Sallent y viajar a Roma, para así presentarse
a la misión Ad gentes, como fruto del discernimiento de la voluntad de Dios, por medio de
la Palabra.

Luego lo que continúa de allí en adelante es la narración del viaje de Claret a Roma, el cual
tiene una duración de diez días, siendo este el tiempo de la ficción desde su salida de Olost
hasta su llegada a Roma. Este viaje se narra en tres secuencias narrativas, que tienen como
división los mismos capítulos dados por el autor. La primera secuencia narrativa,

80
corresponde al capítulo II De la salida de España; y en él se presenta adicionalmente el
itinerario completo de viaje:

Mi itinerario fue Castellar de Nuch, Tosas, Puerto, Font del Picasó, Osseja, Olette,
Prades, Perpiñán, Narbona, Montpellier, Nimes, Marsella, en que embarqué en el
vapor Tancrede; desembarqué en Civitavecchia, y finalmente, llegué a Roma. (Aut.
122)

Comenzando la narración, luego de estos parágrafos introductorios, a partir de “Ahora diré


lo que principalmente ocurrió en este viaje” (Aut. 123). En esta secuencia resalta lo
acontecido al cruzar la frontera franco-española, a la altura de Font del Picasó, al ser
detenido por unos ladrones y providencialmente liberado sin ningún esfuerzo, fruto de la
astucia de Claret (Aut. 124) y del cuidado de Dios, como lo expresa Claret, en una
exclamación de agradecimiento (Aut. 125).

Luego se introduce una nueva secuencia narrativa, que comienza en el capítulo III De lo
que ocurrió al entrar y pasar por Francia; el cual inicia con una marca temporal, “Aquella
misma tarde” (Aut. 126) y en donde también se realiza un sumario de la situación anterior,
“me libraron de los ladrones” (Aut. 126) también da comienzo a esta secuencia el lugar,
“entré en el primer pueblo de Francia” (Aut. 126); en este paso por Francia, resalta el
narrador un acontecimiento al transitar por aquellos poblados franceses y que al llegar a
Marsella se muestra en toda su inmensidad “en todas partes hallaba sujetos desconocidos
quienes parece que me estaban esperando” (Aut. 126) allí en Marsella se encuentra con un
sujeto, el cual el narrador no da nombres, que acompaña a Claret a todas partes, e interpreta
Claret que este sujeto, “parecía que su gran Señor le enviaba para que me cuidara con todo
esmero” (Aut. 128) haciendo con ello, una clara referencia a la Providencia de Dios,
reafirmándolo con la expresión “más parecía ángel que hombre” (Aut. 128), con esto
claramente indica el envío por parte de Dios de personas, para que lo ayuden a la
consecución de su objeto.

La tercera secuencia narrativa está dada a partir del capítulo IV De lo que ocurrió en el
buque, iniciando nuevamente con una marca temporal y de lugar, “A la una de la tarde me
embarqué” (Aut. 129) Esta secuencia narrativa contiene una perspectiva diferente, pues esta

81
no se construye a partir de un hecho extraordinario que muestre la Providencia de Dios,
como si lo hace las dos anteriores secuencias narrativas, sino que desde la práctica acética,
muestra una forma de evangelización. Aquí Claret muestra un “trabajar y sufrir por
Jesucristo” (Aut. 130) cómo parte de su llamado, por eso considera que “debía buscar el
lugar más humilde, más pobre y donde tuviese, más oportunidad de sufrir” (Aut. 130) Este
sufrir tiene una clara intencionalidad y es mostrar el testimonio frente a los compañeros de
viaje, con lo cual comprende que:

La persuasión en que yo estaba, que, para edificar y mover a las gentes, el mejor y
más eficaz medio es el ejemplo, la pobreza, el desprendimiento, el no comer, la
mortificación, la abnegación. (Aut. 135)

Mostrando que el objeto de su llamado es claramente apostólico, pues el mover y excitar a


los demás a la conversión, es un medio de buscar la Salvación de las almas. Y con ello está
comprendiendo Claret, que la búsqueda de su vocación es igual a hacer la Voluntad de
Dios, está búsqueda es expuesta en la oración final con la que cierra este episodio; “Ay
Señor y Padre mío, no deseo más que conocer vuestra santísima voluntad para cumplirla”
(Aut. 136) y allí termina el viaje, con la llegada a Civtavecchia, Italia y luego dirigiéndose
a Roma.

La cuarta secuencia narrativa es en donde encontramos la acción trasformadora, es allí el


punto culmen del objetivo del viaje a Roma, que se ve imposibilitado de concretar a causa
de no encontrarse el Cardenal de Propaganda Fide (Aut. 138) lo cual presenta para Claret
un cambio de planes que tendrán un final inesperado. Este capítulo V De la llegada a Roma
y entrada en el Noviciado de la Compañía de Jesús, presenta el comienzo de esta secuencia
narrativa, dado como es común en las anteriores secuencias por un marcador temporal y un
lugar, “Serían las diez de la mañana cuando llegamos a Roma” (Aut. 137); al llegar a Roma
y no encontrarse el encargado de Propaganda Fide, Claret cree que aquello es
“providencial” (Aut. 139) para realizar sus ejercicios espirituales y mientras los hace en la
Casa Profesa de la Compañía, el director de los ejercicios, le propone ingresar a la
Compañía y al tener la entrevista con el Superior General, es admitido al noviciado (Aut.
141)

82
Este ingreso al noviciado, no es algo que se salga de la lógica de la búsqueda de Claret,
pues como se lo dice el director a Claret;

Ya que Dios Nuestro Señor le llama a las misiones extranjeras, mejor sería que
usted se agregara a la Compañía de Jesús; que por medio de ella sería enviado y
acompañado; que no andar solo, que es cosa muy expuesta. (Aut. 139)

Esta experiencia dentro del noviciado de la Compañía será fundamental y tendrá, por ende,
un cambio de perspectiva, pues ya no se presentará a Propaganda Fide, y allí en el
noviciado descubre unas prácticas y recibe un aprendizaje, como es narrado en la
Autobiografía, “Allí aprendí otras cosas que con el tiempo me han servido mucho” (Aut.
152). Esta experiencia marcará un cambio en Claret y su manera de comprender su llamado
a la misión; el final del capítulo V como es ya habitual en el narrador terminará con una
reflexión y exclamación de agradecimiento a Dios por la experiencia vivida (Aut. 152)

Esta secuencia narrativa no termina en el capítulo V sino que es interrumpida por un


capítulo dedicado a las oraciones escritas por el noviciado Capítulo VI De las oraciones
que escribí estando en el Noviciado (Aut. 153 – Aut. 164). Estos parágrafos sirven al
narrador para mostrar algunas oraciones como una manera de manifestar el llamado que
siente Claret, del celo de la mayor gloria de Dios y la Salvación de las almas. Y su
inclusión en el texto radica en que la salvación de las almas se presenta frecuentemente en
el relato como el objeto que persigue Claret permanentemente.

Luego, la narración continúa en el Capítulo VII De la salida de Roma y llegada a España,


el cual relata cómo, al pasar cuatro meses allí, un fuerte dolor en la pierna, determina su
salida de la Compañía y regreso a España, por concejo del Superior General de la
Compañía, “me dijo con toda resolución, sin titubear: Es la voluntad de Dios que V. Vaya
pronto a España; no tenga miedo, ánimo” (Aut. 166) Esta resolución dará un giro en la
intención de Claret de ser misionero Ad gentes, y hará que él regrese a España y desde allí
comenzar las misiones (Aut. 168) en su nuevo destino la Parroquia de Viladrau. Allí está el
desenlace de todo el viaje a Roma y concluye con una exclamación oracional que cerrará la
búsqueda en comprender que este nuevo destino es dado por Dios para cumplir el objeto

83
que persigue Claret, “¡Bendito seáis, Dios mío, que todo lo habéis dispuesto del modo
mejor para gloria vuestra y salvación de las almas!” (Aut. 169)

4.1.2.1. Estados y cambios dentro de la Intriga

Existe dentro de la intriga del relato, tres puntos fundamentales donde se construye la
estructura de la misma; una situación inicial dada en el hecho de Claret encontrarse en el
curato de Sallent, teniendo en cargo de teniente de la parroquia; es en eso momento que
surge el llamado a las misiones, “en muchas partes de la Santa Biblia sentía la voz del
Señor que me llamaba para que saliera a predicar. En la oración me pasaba lo mismo” (Aut.
120). Este escuchar la voz de Dios, es lo que impulsa a Claret a dejar su lugar como
párroco, y emprender una búsqueda vocacional entendida como el ser enviado a las
misiones Ad gentes, por eso emprende el viaje a Roma para presentarse a Propaganda
Fide.

Ahora bien, la situación final de la Intriga nos muestra a un Claret que después del viaje a
Roma y el noviciado en la Compañía, ha tenido múltiples aprendizajes, para la misión o
para “ganar almas para el cielo” (Aut. 167), pero que deja de lado las misiones Ad gentes,
regresando a su país, a su diócesis; y desde la parroquia de Viladrau, empezar las misiones
en la iglesia local. Lo que se nos presenta aquí es el hallazgo fundamental de la vocación de
Claret, la comprensión de ser Misionero Apostólico, alejándose de sus labores de párroco,
para dedicarse a la predicación itinerante; lo cual concluirá con la fundación de una
congregación misionera (Aut. II c. 34)

Y por último, la acción transformadora o punto de inflexión del relato, está dada en su
experiencia en Roma, en dos situaciones que se relatan cómo providenciales y que dan un
giro total a la intriga; la primera es el hecho de la ausencia del Cardenal de Propaganda
Fide, por encontrarse ese mes ausente (Aut. 138) y allí mismo se relata “Yo creí que
aquello era providencial a fin de que tuviese tiempo para hacer los ejercicios espirituales”
(Aut. 138) y la segunda dada en la resolución del Padre General de la Compañía de Jesús de
animarlo a dejar el noviciado y regresar a España luego de encontrarse Claret enfermo de
su pierna (Aut. 166). Esta determinación será tomada como algo providencial para Claret,

84
pues luego dice, “con el tiempo se conoció que el P. General estaba inspirado cuando me
dijo estas palabras” (Aut. 167)

Por otra parte, al tener un panorama global de la Autobiografía, nos encontramos en Claret
un descernimiento que se relata a lo largo del texto. Aunque el presente trabajo solo está
basado en los seis primeros capítulos de la segunda parte de la Autobiografía, al tomar la
búsqueda realizada desde la primera parte de la misma, nos encontramos con unos cambios
de estado de Claret, situados en la Autobiografía en momentos concretos de su vida.

La primera Parte de la Autobiografía la cual comienza con la narración de su nacimiento en


el año 1807 y llega el relato hasta su asignación como vicario y económo de la Parroquia de
Sallent en 1839; durante esta etapa el joven Claret se encuentra frente a su primera
búsqueda, pues al pertenecer a una familia de tradición textilera, lo envía a Barcelona para
que realice sus estudios en fabricación textil y es allí donde se enfrenta a la encrucijada de
elegir dos estados, el primero en el desempeño como tejedor y el otro en tomar un estilo de
vida cristiana, allí surge la posibilidad de ser cartujo lo cual no se concretizara y con el
traslado a Vich lo lleva a tomar los estudios en el seminario secular de Vich; con lo que
concluirá con su ordenación en el año 1835 y su traslado a la Parroquia de Sallent.

Luego se relata en la segunda parte de la Autobiografía, las nuevas posibilidades que se


abren a su vocación y tendrá que decidir entre ser párroco y ser Predicador en las misiones
Ad gentes, Es allí donde su viaje a Roma, en busca de las misiones Ad Gentes, dará unos
nuevas posibilidades entre su intencionalidad primera del viaje presentarse a Propaganda
Fide y la nueva que se le abre de ingresar a la orden religiosa de la Compañía de Jesús,
pero la providencia de Dios, lo guiará por un nuevo camino, la predicación itinerante en
España y es este último cambio es el que posibilita que en el año 1849, funde con otros
cinco sacerdotes una congregación misionera, la congregación de los misioneros hijos del
Inmaculado Corazón de María.

4.1.3. Análisis de los personajes

Al ser el relato de tipo autobiográfico, el sujeto de la narración es Claret y su búsqueda de


cumplir la voluntad de Dios, que poco a poco la va interpretando a lo largo de su vida y de
su viaje. Dios por medio de la lectura de Biblia, que hace Claret, le va revelando su

85
llamado, su elección y su envió y todo esto tiene como objeto, la Salvación de las almas o
la Salvación del prójimo.

Para lograr este objeto, que persigue, Claret tendrá que superar algunas dificultades y
opositores, pero por otra parte, siempre hallará algunos ayudantes que permitirán que logre
su objeto, la intervención de estos ayudantes, no es más que la intervención de Dios mismo,
a veces de manera directa y otras de manera indirecta, utilizando personas o
acontecimientos, que deja de relieve la Providencia de Dios operando de manera
permanente en la vida de Claret. En el viaje irá asumiendo unas prácticas y aprendiendo
ciertas comprensiones, que ha manera de objetos calificantes, le permitirán estos alcanzar
su objeto final.

4.1.3.1 Claret como sujeto operador de la búsqueda

Sujeto operador de la búsqueda: Claret


Emisor Objeto Destinatario
Dios Salvación de las almas el prójimo
- En muchas partes de la Santa - discurría continuamente qué - Edificar y mover a las gentes.
Biblia sentía la voz del Señor que haría y cómo lo haría para salvar (Aut. 135)
me llamaba para que saliera a las almas de mis prójimos. (Aut. - Pero si no me ha aprovechado a
predicar. (Aut. 120) 113) mí, me ha servido mucho para
- parecía que su gran Señor le - Dios le llevó a la Compañía no hacer el bien en los prójimos.
enviaba para que me cuidara con para que se quedase en ella, sino (Aut. 152)
todo esmero. (Aut. 128) para que aprendiese a ganar
almas para el cielo. (Aut. 167)
- ¡Bendito seáis, Dios mío, que
todo lo habéis dispuesto del modo
mejor para gloria vuestra y
salvación de las almas! (Aut.
169)

Coadyudante Objetos calificantes Oponente


Providencia de Dios - Las vidas de los santos que - tuve que vencer y superar de
- llamado P. Matavera,… El buen leíamos en la mesa cada día, las parte del superior eclesiástico y
padre me escuchó con mucha lecturas espirituales, que yo en de la población para poder salir
paciencia y caridad, y me animó a particular tenía, todo me ayudaba de la parroquia.(Aut. 121)
que continuara. (Aut. 121) a esto; pero lo que más me movía - en el Puerto había ladrones.
- fui a dormir a la parroquia de y excitaba era la lectura de la (Aut. 123)

86
Castellar de Nuch. El señor cura Santa Biblia, a que siempre he
me recibió muy bien (Aut. 123) sido muy aficionado. (Aut. 113)
- el mismo que me había preso - presentarme a la Congregación
se volvió, y al ver que me iba me de Propaganda Fide para que me
llamó y se echó a correr, y al mandase a cualquier parte del
llegarse a mí me dijo con voz baja: mundo. (Aut. 120)
No lo diga a nadie. (Aut. 124) - el mejor y más eficaz medio es el
- ¡Oh, cuántas gracias debo dar al ejemplo, la pobreza, el
Señor, que me libró a mí y a desprendimiento, el no comer,
aquellas gentes que estaban la mortificación, la abnegación.
presas! (Aut. 125) (Aut. 135)
- De Olette pasé a Prades, y - ¡Qué bien te estaría a ti esta
también hallé gente que me virtud! La has de poner por obra.
recibieron con toda caridad. (Aut. Y así lo hacía ayudado de la
126) gracia de Dios. (Aut. 144)
- en todas partes hallaba - Allí aprendí el modo de dar los
sujetos desconocidos quienes Ejercicios de San Ignacio, el
parece que me estaban método de predicar, catequizar
esperando. (Aut. 126) y confesar con grande utilidad y
- Al llegar a Marsella, un sujeto provecho. Allí aprendí otras
se juntó conmigo por el camino. cosas que con el tiempo me han
(Aut. 127) servido mucho. (Aut. 152)
- Me dirigí al Emmo. Señor
Cardenal de Propaganda Fide, y
cabalmente en aquellos días
había salido al campo y me
dijeron que por todo el mes de
octubre estaría fuera. (Aut. 138)
- al Padre que me dirigía.
Entonces él me animó. (Aut. 140)
- Muy grande favor me hizo el
Señor en llevarme a Roma, y en
introducirme, aunque (por) poco
tiempo, entre aquellos padres y
Hermanos tan virtuosos. (Aut.
152)
- con el tiempo se conoció que el
P. General estaba inspirado
cuando me dijo estas palabras.
(Aut. 167)
- el Superior me dijo que (no)

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debía ir a ninguno de estos dos
puntos, sino que pasase a
Viladrau. (Aut. 167)
- ¡Bendito seáis, Dios mío, que
todo lo habéis dispuesto del modo
mejor para gloria vuestra y
salvación de las almas! (Aut. 169)

4.1.4. Análisis de los lugares

Al ser esta sección de la Autobiografía un relato de viaje, en la narración se marca con


detalle los lugares por donde va transitando hasta llegar a Roma; la narración comienza en
España, en el curato de Sallent (Aut. 113) luego su viaje a Barcelona (Aut. 121), después se
muestra su tránsito rumbo a la frontera fraco-española (Aut. 123-125), su paso por Francia,
su estadía en Marsella (Aut. 126-128), su viaje en buque a Italia y su llegada a Roma (Aut.
129-136); allí en Roma, su estadía en el convento de San Basilio y su vivencia como
novicio en la Casa Profesa (Aut. 137-152, 165-166), luego su regreso a España ahora cómo
ayudante de lo espiritual en la Parroquia de Viladrau (Aut. 167-169).

El comienzo y el final de todo el viaje remiten a España (Aut. 120 y 167); en esa búsqueda
de Claret de su llamado, confirma que su envío no está dado al mundo por Propaganda
Fide, ni su envío esta dado en la Compañía de Jesús para las misiones. Su envío misionero
se concretiza nuevamente en España. Al finalizar el viaje aunque no produce un cambio
significativo en el lugar si concluye con el envío misionero como la ratificación de su
vocación y de su llamado; es así que existe es un cambio interior en Claret, de la manera de
comprender la misión, la cual no está dada por el lugar, sino por la manera de asumir su
destino misioneros, pues aunque regresa a una Parroquia de la diócesis de Vich, su manera
de vivir allí su vocación es diferente, pues no se dedica a lo espiritual solamente como
Regente de la parroquia, sino se le presenta la oportunidad de salir y empezar desde allí las
misiones.

Aunque aparentemente el viaje y su traslado parecieran cíclicos, España – Roma – España,


en realidad es un retorno espacial a manera de espiral, este transitar como búsqueda lo lleva

88
a nuevas perspectivas de asumir la misión y un regreso asumiendo el curato de manera
distinta y con una perspectiva clara misionero itinerante o predicador, ya no como párroco,
encargado de lo espiritual únicamente. Del mismo modo si tenemos un panorama global de
la Autobiografía vemos que a lo largo de ella se plantean este tipo de viajes desde el
principio de la misma, con las mismas características de finalizar el viaje en el mismo lugar
donde se inicia.

Podremos encontrar en la Autobiografía, principalmente cuatro viajes. En la Primera parte


de ella, nos encontramos con un viaje del joven Claret a Barcelona, Comenzando en
Sallent, su lugar de origen, saliendo hacia Barcelona a realizar sus estudios en fabricación
textil y regresando a Sallent, tiempo después no como fabricador, sino como teniente y
ecónomo de la parroquia de aquel pueblo (Sallent – Barcelona – Sallent) El segundo viaje
es el analizado en este trabajo (España – Roma – España); el tercer viaje es el que continua
en esta sección tan importante dentro de la Autobiografía a partir del Capítulo X de la
Segunda parte, con su traslado a Vich, liberado de parroquias y su dedicación exclusiva la
predicación en los lugares donde fuera enviado, a lo largo de Cataluña y de Canarias, lo
cual concluirá con su regreso a Vich para Fundar la Congregación misionera (Vich –
Cataluña – Canarias – Vich).

El cuarto viaje es el relatado en la tercera y última parte de la Autobiografía, su designación


como Arzobispo de Santiago de Cuba, su travesía hasta allí, sus viajes pastorales por la isla
y su regreso a España cómo confesor real (España – Cuba – España). Al comprender los
viajes relatados en la Autobiografía como momentos de búsqueda y discernimiento de la
voluntad de Dios, se convierten en métodos de lectura de la Autobiografía, es decir como
modos de abordar este escrito, tomando las secciones enteras de cada viaje y las búsquedas
y discernimientos propios de cada uno de estos viajes.

4.2. ANÁLISIS DE LA NARRACIÓN

El narrador a lo largo de estos capítulos seleccionados realiza una detallada descripción de


los acontecimientos vividos durante el viaje a Roma, como ya se ha dicho de manera única
dentro de todo el escrito autobiográfico. Evitando en su gran mayoría de veces los
sumarios, y dedicándose en la narración a mostrar o realizar un showing permanente de los

89
acontecimientos vividos, aquí en la historia el narrador hace un acercamiento detallado, una
proximidad única frente a la historia que está relatando.

En estos seis capítulos analizados, se encuentran detalladamente descritas cinco escenas, la


primera de ellas el cruce y detención en la frontera (Aut. 123-124), la segunda lo vivido en
Marsella con este sujeto que lo ayuda (Aut. 127 y 128), la tercera escena lo que aconteció
en el buque rumbo a Italia (Aut. 129-134); la cuarta escena, el ingreso al noviciado de la
Compañía (Aut. 139-141) y la quinta escena la salida del noviciado (Aut. 165-166)

En estas escenas el narrador destaca como la Providencia de Dios se vale de los diferentes
sujetos y situaciones, para llevar a Claret a la consecución de su objeto (Aut. 125, 126, 138,
152, 167 y 169); por otra parte es interesante la cercanía que estos hechos hacen con el
lector, al involucrarlo dentro de la historia que se está narrando. Mostrando también con
ello, la manifestación de Dios en la vida de Claret en situaciones que acontecen en un viaje
y a su vez mostrando un camino de discernimiento permanente, relatado en su máxima
expresión en estos capítulos; allí está el valor de estos sobre el resto de la narración
autobiográfica y su importancia dentro de la estructura y comprensión de la misma, pues el
hecho en que el narrador se detenga en tantos detalles, muestra la cercanía y la importancia
radical de la selección de estos acontecimientos para integrar el cuerpo autobiográfico,
teniendo en cuenta la distancia de tiempo que existe entre el hecho narrado y el momento
en que se escribió, lo cual da una distancia de más de veintidós años.

4.3. ANÁLISIS DEL TEXTO

Dentro del análisis del texto, lo más relevante dentro de la Autobiografía es la


intertextualidad que está impregnada en toda ella, pues el narrador utiliza un sinnúmero de
referencias bíblicas, que explican los cambios, el discernimiento y los aprendizajes de
Claret, y es natural esta constante alusión bíblica, pues el mismo narrador lo señala, “la
Biblia, que yo tanto apreciaba” (Aut. 151). Esta sección de la Autobiografía tiene su propia
alusión bíblica dada en los parágrafos 114 al 119; pues cómo característica fundamental
dentro la vida de Claret se encuentra la lectura de la Biblia, “lo que más me movía y

90
excitaba era la lectura de la Santa Biblia, a que siempre he sido muy aficionado” (Aut.
113).

En los parágrafos 114 al 119, el narrador hace una utilización de pasajes de los profetas
Isaías y Ezequiel, los cuales son tomados de una lista de textos bíblicos, realizada por el
mismo Santo, entre los años 1831 – 1835, “en los que Claret descubrió su vocación al
apostolado”152. Los textos tomados del Isaías son los pertenecientes al capítulo 41, de los
versículos 9 al 11, 13 y 15 al 18, a cada uno de estos versículos, el narrador ofrece una
interpretación de su vida a la luz de ellos.

yo te he tomado de los extremos de la tierra y te he llamado de sus lejanas tierras.(Is


41, 9) Con estas palabras conocía cómo el Señor me había llamado sin mérito
ninguno de parte de patria, padres ni mía. Y te dije: Siervo mío eres tú, yo te escogí
y no te deseché. (Aut. 114)

No temas que yo estoy contigo; no declines, porque yo soy tu Dios: te conforté y te


auxilié, y te amparó la derecha de mi justo (ib., 10). Aquí conocí cómo el Señor me
sacó en bien de todos los apuros que he referido en la primera parte y de los medios
de que se valió. (Aut. 115)

Conocía los grandes enemigos que tendría, y las terribles y espantosas


persecuciones que se levantarían contra mí, pero el Señor me decía: He aquí que
confundidos y avergonzados serán todos los que pelean contra ti: serán como si no
fuesen y perecerán los hombres que te contradicen. Porque yo soy el Señor tu Dios,
que te tomo por la mano y te digo: No temas que yo te he ayudado (ib., 13). (Aut.
116)

Yo te puse como un carro nuevo que trilla armado de dientes serradores; trillarás los
montes y los desmenuzarás y reducirás como a polvo los collados (ib., 15). Por estas
palabras el Señor me daba a conocer el efecto que había de causar la predicación y
la misión que él mismo me confiaba. Los montes quiere decir los soberbios,
racionalistas, etc., etc., y con nombre de collados quiere que entienda los lujuriosos,
collados por donde todos los pecadores vienen a pasar. Yo les argüiré y convenceré
152
Claret, San Antonio María Claret; Autobiografía y escritos complementarios, 520

91
y por esto me dice: Los aventarás, y el viento los llevará y los esparcirá el
torbellino, y tú te regocijarás en el Señor y te alegrarás en el Santo de Israel (ib.,
16). (Aut. 117)

El Señor me dio a conocer que no sólo tenía que predicar a los pecadores sino
también a los sencillos de los campos y aldeas había de catequizar, predicar, etc.,
etc., y por esto me dijo aquellas palabras: Los menesterosos y los pobres buscan
aguas y no las hay; la lengua de ellos se secó de sed. Yo el Señor les oiré; yo el Dios
de Israel no les desampararé (ib., 17). Yo haré salir ríos en las cumbres de los
collados y fuentes en medio de los campos, y los que en el día son áridos desiertos,
serán estanques de buenas y saludables aguas (ib., 18). (Aut. 118)

Del mismo modo, el narrador introduce dentro del texto los versículos 18 y 19 del tercer
capítulo del libro de Ezequiel:

Hijo del hombre, yo te he puesto por centinela a la casa de Israel; y oirás la palabra
de mi boca y se la anunciarás de mi parte (v. 18). Si diciendo yo al impío: de cierto
morirás; tú no se lo anunciares, ni le hablares para que se aparte del camino impío y
viva; aquel impío morirá en su maldad, mas la sangre de él de tu mano la demandaré
(v. 18).

Mas si tú apercibieres al impío y él no se convirtiere de su impiedad y de su impío


camino, él ciertamente morirá en su maldad, más tú salvaste tu alma (v. 19). (Aut.
19)

El narrador hace una selección exclusiva de textos proféticos, donde muestra primero, el
llamado y envío a la misión, y por otra parte, por medio de ellos relata el carácter de
elección que han tenido los profetas y que siente también Claret; una elección dada no solo
por el hecho de ser llamado, sino por el acompañamiento permanente de Dios, lo cual es
ratificación de esa elección.

Es así que esta introducción, que se hace en el capítulo primero de la segunda parte de la
Autobiografía, ofrece una clave de lectura de este ciclo narrativo y a su vez de todo el
escrito autobiográfico, el cual plantea una similitud entre la experiencia de Claret, y la

92
experiencia de los profetas del Antiguo Testamento: Llamado – Elección – Envío –
Martirio.

En particular este ciclo, profundizará en la elección y posterior envió a la misión, pues se


podría decir que, el llamado es narrado en la primera parte de la Autobiografía, y el
martirio se expresara en la tercera parte, desde las calumnias y persecuciones vividas en
Cuba, en particular pos su atentado y en España al ser nombrado confesor real. Desde esta
perspectiva es clara la dimensión profética dentro de la comprensión de Claret de su
vocación misionera.

4.4. CONCLUSIONES

El análisis narratológico efectuado a los seis primeros capítulos de la segunda parte de la


Autobiografía refuerzan lo planteado en los capítulos anteriores de la presente
investigación, y es el valor que tiene la experiencia narrada dentro de la teología, pues estas
secuencias narrativas, ilustran el seguimiento de Jesucristo desde una experiencia particular
de vida, como es la relatada por Claret.

Por otra parte, el carácter edificante de la Autobiografía y como ésta se crea desde una
perspectiva pedagógica que se verá de una manera más clara en los capítulos siguientes a
esta sección analizada, donde se realiza desde unas herramientas expositivas, toda la
doctrina que subyace de la experiencia de búsqueda vocacional narrada por Claret y su
comprensión del significado de ser un misionero apostólico.

Es así, que el presente análisis narratológico suministra unas herramientas de lectura, a los
misioneros de manera particular, y cualquier persona que pretenda hacer un acercamiento a
este texto autobiográfico, permitiendo con ello una mejor comprensión sobre lo que el autor
quiso comunicar en este texto, no solo en la sección estudiada, sino también unas claves de
lectura que permitan comprender la Autobiografía en su totalidad. Dentro de las posibles
claves de lectura, encontramos las siguientes:

La primera es de carácter carismático, dado en el hecho del objeto que persigue Claret a lo
largo de la narración el cual no cambia y que le da un énfasis apostólico a la misma, y es el

93
hecho de buscar y procurar siempre la Salvación de las almas. Esta dimensión
soteriológica, es la fuente carismática y vocacional en Claret, pues desde ella se comprende
el hecho de cada una de las acciones, prácticas y virtudes que resaltan en el escrito. En base
a ella se puede comprender, primero su celo incansable por la predicación, pues esta lo que
busca es la salvación de cada hombre y mujer; comprendiéndose con ello, toda su acción
ministerial. Por otra parte la salvación de los otros, se convierte en la manera de
comprender la práctica ascética en Claret, es decir el ejercicio de las mortificaciones,
pobreza, humildad, mansedumbre, etc.; tienen un carácter apostólico-testimonial, que
pretenden mover a los otros a la conversión, es decir hacen parte de la búsqueda del objeto
que mueve a Claret permanentemente, la Salvación de las almas.

Otra de las claves de lectura que se abren a partir de este estudio, es seguir la secuencia de
discernimiento que se desprende de la narración, allí se presenta la búsqueda del modo de
lograr el objeto que se propone Claret, es decir la comprensión de cómo ser misionero. La
narración muestra en un comienzo un Claret que comprende su misión, como una misión
Ad gentes, a través de su experiencia en el noviciado de la Compañía, comprenderá la
misión como una predicación itinerante, incluso realizable en una parroquia de su diócesis
en España.

De este modo, el discernimiento se convierte en eje transversal de toda la Autobiografía, es


decir que, es posible mirar desde esta secuencia narrativa, el centro de la búsqueda
vocacional de Claret. Pues no es el llamado a la vocación sacerdotal el eje de la búsqueda,
sino el principio de la misma, siendo este el estado donde concluye la primera parte de la
Autobiografía; pero el centro de la búsqueda es el lugar donde giró su vida de forma radical
y definitiva, por eso es posible que el giro se encuentre narrado en el viaje a Roma; con ello
se explicaría la narración tan detallada, realizada por escenas, mostrando una cercanía con
el lector, y es precisamente esa una de las particularidades de esta técnica del mostrar o
showing, y es imbuir al lector dentro de la narración, algo que el narrador logra muy bien
en estos capítulos, y que además son únicos en este escrito autobiográfico.

Si esto es así, el punto de inflexión de la secuencia narrativa analizada, puede ser tomado
como el punto de inflexión de la totalidad de la Autobiografía; al ser este el giró definitivo

94
para una vida dedicada a la misión apostólica. Es partir de esta experiencia narrada que se
construye todo un relato, ahora, siempre bajo la perspectiva de misionero apostólico.

La última clave, que subyace a partir del análisis es la comprensión de la vocación


misionera apostólica, desde la dimensión profética; dada desde el hecho mismo de la asidua
lectura de la Biblia, y la identificación con el esquema de los profetas del Antiguo
Testamento, (llamado-elección-envío-martirio). Dándole relevancia en esta sección al
aspecto de la elección, constatado en el mostrar la Providencia de Dios operando
constantemente en el relato de viaje de Claret; en donde Dios no solo es el emitente del
llamado, sino también ayudante de Claret, para que él logre alcanzar el objeto, la Salvación
de las almas, que es su vocación fundamental.

Por último la construcción de la narración, desde un relato de viaje, marca un éxodo


permanente de Claret, que se convierte en un viaje de búsqueda, discernimiento y
aprendizaje, con unas características fundamentales, las cuales son: primero, luego de hacer
todo el recorrido existe un cambio en el personaje, en Claret se plantea un estado diferente,
dado en el hecho de una nueva comprensión de la misión, y del modo como realizarla. En
la sección analizada, el estado de Claret de párroco en Sallent, es transformado luego de
toda la experiencia, en un misionero itinerante, al ser nombrado Regente de la parroquia de
Viladrau; y la segunda característica, es el retorno del personaje al lugar desde donde
partió su búsqueda, pues Claret sale de una parroquia de la diócesis de Vich y después de
estar en Roma, regresa España a una parroquia de su misma diócesis.

Este estilo de narración, desde un relato de viaje, no es solo característico de esta sección,
sino característica de todo el escrito autobiográfico; es por eso que al tomar todo el escrito
autobiográfico, identificando los desplazamientos, se convierte esta división en un método
de lectura Autobiográfica. Pues, a través de este modo de lectura, identificamos los puntos
de giros fundamentales de la narración, los cuales son los que permiten al protagonista
comprender su búsqueda vocacional o el discernimiento de su llamado. Es así que al tener
un panorama global de la Autobiografía, es posible identificar la narración de cuatro viajes,
teniendo como guía el retorno al mismo lugar, luego de cada búsqueda: Sallent-Barcelona-
Sallent; España-Roma-España; Vich-Cataluña-Canaria-Vich y España-Cuba-España.

95
5. CONCLUSIONES

Del método que se utilice para abordar un texto hagiográfico, en este caso la Autobiografía
de Claret, dependerá del modo como comprenda el investigador éste escrito. Desde esta
perspectiva es claro que, los estudios que se han realizado sobre Claret han tenido en sí
mismos una preconcepción del significado de la Autobiografía. Es por eso que las
investigaciones realizadas por Clotet y Alaiz, han tenido claro un carácter apologético que
pretende resaltar en Claret las virtudes propias de un santo, es por eso el énfasis en una vida
predestinada y en donde se profundiza en ocasiones en los milagros, como es el caso de
Clotet, o en la vida ascética y virtuosa desde la infancia, como es el caso de Alaiz.

Por otra parte, el estudio efectuado por Lozano y Franquesa, tiene un carácter histórico, al
comprender la Autobiografía como un documento historiográfico. Es por eso que el método
histórico-crítico, utilizado por estos autores, pretende ahondar a partir de los paralelos de la
historia vivida por Claret y el texto narrado, en una veracidad histórica; hallando
correlaciones que permitan dar validez al texto, por medio de otros escritos autobiográficos,
como cartas y apuntes, y escritos de la época.

Pero si se comprende la Autobiografía como un escrito con sentido en sí mismo, el estudio


que se desprende de una concepción así, será un análisis de la narración autobiográfica, al
considerarse ésta, como un modo de comunicación de un mensaje que pretende dar el autor
al lector. Es por eso, que el método más adecuado para abordar el texto autobiográfico es el
narratológico; pues, desde él se comprende:

En primer lugar, la Autobiografía es ante todo un escrito didáctico, que pretende


comunicar, a través de la narración de las experiencias vividas por Claret, no solo la
realización de un ideal de cristiano, como lo haría un escrito apologético, sino el
discernimiento de un llamado, el cual pretende motivar a otros a hacer un camino, un
seguimiento de la voluntad de Dios, del mismo modo como lo han experimentado los
profetas y Jesús.

En segundo término, la importancia teológica y eclesial de la Autobiografía, no está en la


validez histórica, sino en la experiencia misma de seguimiento cristiano que expone Claret
en su escrito; un seguimiento que implica un discernimiento permanente a la luz de la

96
Sagrada Escritura, de su propia experiencia y de los acontecimientos que va viviendo a lo
largo de su vida.

Por otra parte, al ser la Autobiografía un escrito cristiano, tiene una característica
edificante; es por eso que todo lo que se encuentra en él, pretende ser testimonio de una
vida en búsqueda de la perfección de la fe y al caridad. Al tener en cuenta esta perspectiva
se comprende, el porqué la utilización del género biográfico hagiográfico, para estructurar
su escrito; pues en el seno de la Iglesia cuando se habla de edificar a través de las
experiencias de vida, solo se conoce el modo como la tradición lo ha venido haciendo desde
sus orígenes, por medio de los escritos hagiográficos, especialmente las biografías
hagiográficas o vida de santos.

Ahora bien, al ser la Autobiografía de Claret un relato de vida, guarda las características
propias de una narración literaria, dada en la organización de unos acontecimientos, que
buscan comunicar al lector, no solo una historia, sino un mensaje. Es así, que para conocer
el mensaje que hay en el escrito con mayor profundidad fue necesario analizar los tres
estratos que la teoría narrativa ha encontrado en este tipo de relatos de características
narrativas; la fábula, la narración y el texto.

Al aplicar este análisis narratológico a los capítulos I al VII de la segunda parte de la


Autobiografía, al considerarse esta sección de vital importancia dentro de todo el escrito,
dado en el hecho, de la rica y detallada narración, de estilo único en estos capítulos y al
considerarse esta segunda parte de la Autobiografía como eje fundamental de la experiencia
misionera de Claret; además esto corroborado por los siguientes hallazgos arrojados al
realizar el análisis, los cuales se pueden considerar como claves de lectura no solo para esta
sección, sino para todo el escrito autobiográfico de Claret:

Al tener un lector desprevenido un acercamiento a la narración autobiográfica sin más,


pareciera que Claret todo el tiempo busca la realización de un ideal, ser misionero; pero al
ahondar en el texto se descubre que el objeto que persigue Claret es la Salvación de las
almas. Este objeto soteriológico es el motor de la búsqueda de Claret de hallar el modo
como puede lograr este objeto; desde esta perspectiva se comprende todas las acciones de
Claret como de carácter apostólico. Es por eso que la congregación al entender el carisma

97
de Claret como misionero apostólico, está vinculando directamente la preocupación de
Claret por la salvación de la humanidad. Esta frase permea permanentemente el texto y es
la que tiene en mente al realizar su ministerio dentro de la Iglesia y la que tiene en mente al
escribir el escrito autobiográfico.

Es por esta razón, que esta preocupación aparece explícitamente en muchos lugares del
texto, y es el punto de arranque y finalización de la sección analizada, y es a partir de ella
que se puede comprender las practicas ascéticas y la imitación de Cristo que propone, pues
no tiene otro valor que el testimonial, convirtiendo estas acciones en medio de procurar en
otros la conversión, que es sinónimo de salvación. Con ello queda derogado el ver las
prácticas ascéticas en Claret, como una búsqueda de la propia santidad como objeto final.

Otra de las claves de lectura que se abren a través del análisis narrativo, es ver el relato
como un permanente discernimiento del llamado; pues el ciclo narrativo analizado, muestra
como la comprensión del modo de responder al llamado se va modificando con las
experiencias que va viviendo. Pues al contrario de lo que se piensa el llamado de Claret, no
solo se da en su juventud cuando decide escoger un estilo de vida cristiana, como
presbítero, sino que a lo largo de su vida va discerniendo cual es el modo más adecuado
para responder al llamado y se va modificando, de querer ser misionero en Propaganda
Fide, nace en Roma la posibilidad de ser misionero en la Compañía de Jesús, luego
comprende que puede responder al llamado siendo misionero itinerante en su misma
diócesis de origen.

La última clave de lectura es la comprensión de su vocación, en similitud a la de los


profetas del Antiguo Testamento, la cual ofrece una posibilidad de estructurar el relato, a la
luz de la experiencia profética, donde existe un llamado, una elección, un envió y un
martirio; es así que el relato autobiográfico se puede poner en correlación a los relatos
proféticos, donde la ratificación del llamado, es decir la elección, está dada en el hecho de
sentir permanentemente la Providencia de Dios en su vida; pues lo que certifica la
autenticidad del llamado, está en el hecho, que el profeta habla de parte de Dios, es decir,
sus palabras provienen de Dios. Es así que en este ciclo narrativo, existe una preocupación
por mostrar como Claret ha sido elegido por Dios, para ser su mensajero; y esto está dado
en el sentirse acompañado de Dios; desde esta perspectiva se comprende los episodios

98
narrados donde se muestra como diferentes personas lo ayudan a superar las dificultades
que se le presentan en su viaje a Roma.

Por último, el análisis permite visualizar en el relato de viaje, un motivo utilizado por
Claret para mostrar su búsqueda interior, el cual muestra que el cambio en Claret no está
dado en el hecho de cambio de lugar, pues su viaje termina en el mismo lugar donde inició,
pero la perspectiva de vida si es diferente al estado inicial, en donde comienza la narración.
Si este criterio es tomado para analizar la totalidad de la Autobiografía, nos encontramos
con un método de lectura dado a partir del hecho de situar con claridad en todo el escrito
los movimientos de lugar de Claret y sus cambios de estado interior; desde allí se puede
encontrar unas constantes, en sus cambios y es el hecho que siempre las búsquedas
terminan en el mismo lugar donde se iniciaron.

Esta investigación del escrito autobiográfico tenía como objetivo el brindar algunas
herramientas y un método de lectura novedoso para los lectores que se quieran acercar a la
Autobiografía de Claret; las cuales como se ha mostrado en este trabajo son solamente
posibilidades de apertura al texto y a una mejor comprensión del mismo. No se ha analizada
la totalidad del escrito, pero se visualiza ya con el método aplicado, la posibilidad de abrir
nuevos caminos de comprensión del carisma de la congregación y un ejemplo de
discernimiento, útil para entender el llamado que tiene cada cristiano, sea o no un misionero
claretiano.

99
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102
ANEXO 1

AUTOBIOGRAFÍA DEL ARZOBISPO ANTONIO MARÍA CLARET

PARTE SEGUNDA

De las misiones

CAPÍTULOI

Del llamamiento de Dios para ir a predicar o misionar

113. Desde que me pasaron los deseos de ser Cartujo, que Dios me había dado para
arrancarme del mundo, pensé, no sólo en santificar mi alma, sino también discurría
continuamente qué haría y cómo lo haría para salvar las almas de mis prójimos. Al efecto,
rogaba a Jesús y a María y me ofrecía de continuo a este mismo objeto. Las vidas de los
santos que leíamos en la mesa cada día, las lecturas espirituales, que yo en particular tenía,
todo me ayudaba a esto; pero lo que más me movía y excitaba era la lectura de la Santa
Biblia, a que siempre he sido muy aficionado.

114. Había pasajes que me hacían tan fuerte impresión, que me parecía que oía una voz que
me decía a mí lo mismo que leía. Muchos eran estos pasajes, pero singularmente los
siguientes: Apprehendi te ab extremis terrae et a longinquis ejus vocavi te et dixi: servus es
tu, elegi te et non abjeci te (Isaías, cap. 41, 9): yo te he tomado de los extremos de la tierra
y te he llamado de sus lejanas tierras. Con estas palabras conocía cómo el Señor me había
llamado sin mérito ninguno de parte de patria, padres ni mía. Y te dije: Siervo mío eres tú,
yo te escogí y no te deseché.

115. No temas que yo estoy contigo; no declines, porque yo soy tu Dios: te conforté y te
auxilié, y te amparó la derecha de mi justo (ib., 10). Aquí conocí cómo el Señor me sacó en
bien de todos los apuros que he referido en la primera parte y de los medios de que se valió.

116. Conocía los grandes enemigos que tendría, y las terribles y espantosas persecuciones
que se levantarían contra mí, pero el Señor me decía: He aquí que confundidos y
avergonzados serán todos los que pelean contra ti: serán como si no fuesen y perecerán los

103
hombres que te contradicen. Porque yo soy el Señor tu Dios, que te tomo por la mano y te
digo: No temas que yo te he ayudado (ib., 13).

117. Yo te puse como un carro nuevo que trilla armado de dientes serradores; trillarás los
montes y los desmenuzarás y reducirás como a polvo los collados (ib., 15). Por estas
palabras el Señor me daba a conocer el efecto que había de causar la predicación y la
misión que él mismo me confiaba. Los montes quiere decir los soberbios, racionalistas, etc.,
etc., y con nombre de collados quiere que entienda los lujuriosos, collados por donde todos
los pecadores vienen a pasar. Yo les arg_iré y convenceré y por esto me dice: Los
aventarás, y el viento los llevará y los esparcirá el torbellino, y tú te regocijarás en el Señor
y te alegrarás en el Santo de Israel (ib., 16).

118. El Señor me dio a conocer que no sólo tenía que predicar a los pecadores sino también
a los sencillos de los campos y aldeas había de catequizar, predicar, etc., etc., y por esto me
dijo aquellas palabras: Los menesterosos y los pobres buscan aguas y no las hay; la lengua
de ellos se secó de sed. Yo el Señor les oiré; yo el Dios de Israel no les desampararé (ib.,
17). Yo haré salir ríos en las cumbres de los collados y fuentes en medio de los campos, y
los que en el día son áridos desiertos, serán estanques de buenas y saludables aguas (ib.,
18).

Y de un modo muy particular me hizo Dios Nuestro Señor entender aquellas palabras:
Spiritus Dominis super me et evangelizare pauperibus misit me Dominus et sanare contritos
corde (Is. 61, 1).

119. Lo mismo me sucedía al leer el profeta Ezequiel, singularmente el capítulo III. Con
estas palabras: Hijo del hombre, yo te he puesto por centinela a la casa de Israel; y oirás la
palabra de mi boca y se la anunciarás de mi parte (v. 18).

Si diciendo yo al impío: de cierto morirás; tú no se lo anunciares, ni le hablares para que se


aparte del camino impío y viva; aquel impío morirá en su maldad, mas la sangre de él de tu
mano la demandaré (v. 18).

Mas si tú apercibieres al impío y él no se convirtiere de su impiedad y de su impío camino,


él ciertamente morirá en su maldad, mas tú salvaste tu alma (v. 19).

104
120. En muchas partes de la Santa Biblia sentía la voz del Señor que me llamaba para que
saliera a predicar. En la oración me pasaba lo mismo. Así es que determiné dejar el curato e
irme a Roma y presentarme a la Congregación de Propaganda Fide para que me mandase a
cualquier parte del mundo.

CAPÍTULOII

De la salida de España

121. Muchas y grandes fueron las dificultades que tuve que vencer y superar de parte del
superior eclesiástico y de la población para poder salir de la parroquia, pero con la ayuda de
Dios salí. Medirigí a Barcelona con la intención de tomar pase para el extranjero y
embarcarme para Roma; mas en Barcelona no me quisieron dar pase y fue preciso
volverme. Me dirigí a Olost, en donde tenía un hermano, llamado José, fabricante. De allí
me dirigí a la Tría de Perafita, en donde se hallaba un padre de San Felipe Neri, llamado P.
Matavera, hombre de mucha experiencia, ciencia y virtud, a quien consulté mi viaje e
intención que en él tenía, lo que ya había hecho para realizarlo y las dificultades tan
grandes que había tocado. El buen padre me escuchó con mucha paciencia y caridad, y me
animó a que continuara. Como un oráculo le oí y al instante emprendí el viaje. Con pase del
interior, me dirigí a Castellar de Nuch, Tosas, Font del Picasó y Osseja; este último pueblo
ya es de Francia.

122. Mi itinerario fue Castellar de Nuch, Tosas, Puerto, Font del Picasó, Osseja, Olette,
Prades, Perpiñá, Narbona, Montpeller, Nimes, Marsella, en que embarqué en el vapor
Tancrede; desembarqué en Civitavecchia, y finalmente, llegué a Roma.

123. Ahora diré lo que principalmente ocurrió en este viaje. Salí muy de mañana de Olost y
fui a dormir a la parroquia de Castellar de Nuch. El señor cura me recibió muy bien; Dios
se lo pague. Recé y me fui a descansar, pues que bien lo necesitaba después de haber
caminado todo el día a pie por lugares bastante desiertos. El día siguiente, tempranito,
celebré misa y me fui a Tosas. Aquí nos dijeron que en el Puerto había ladrones. Me detuve
hasta que nos dijeron que ya se habían retirado. Emprendí la subida al Puerto, y un poco
antes de llegar al collado en que está la Fuente del Picasó, me salió un hombre que me
gritó: ¡alto! y me apuntó con un fusil; se acercó, se me puso al lado y me dijo que me había

105
de acompañar al señor comandante. En efecto, me acompañó a uno que dirigía una partida
de diez hombres armados, me hizo varias preguntas y yo le contesté con mucha entereza.
Me preguntó si llevaba pase; le contesté que sí y se lo presenté y me lo devolvió. Me dijo
que por qué no había pasado por Puigcerdá. Yo le contesté que para mí lo mismo era ir por
Puigcerdá que por otro camino, porque quien va bien despachado puede pasar por donde le
da la gana. Yo conocí que los embarazaba.

124. Al mismo tiempo observé que allá en un rincón tenían mucha gente presa, y con
alguna seña que les harían todos se fueron marchando, mientras los armados estaban
hablando conmigo. Finalmente, el comandante dijo que me habían de llevar a Puigcerdá y
me habían de presentar al Sr. Gobernador. Yo le dije que no tenía por qué temer al Sr.
Gobernador, que más bien debían temer ellos de haber detenido a quien viaja bien
despachado según ley. Ellos empezaron a marchar a Puigcerdá formados en fila; ellos
andaban aprisa, yo poquito a poco, y al ver que no les daba cuidado, hice este pensamiento:
Si ellos se te hubiesen querido llevar, te habrían puesto delante o en medio de la fila; pero
te han dejado el último; esto quiere decir que te marches. En efecto, sin decirles cosa
alguna, me volví para atrás y me dirigí a Francia. Después de haber andado así algunos
pasos, el mismo que me había preso se volvió, y al ver que me iba me llamó y se echó a
correr, y al llegarse a mí me dijo con voz baja: No lo diga a nadie. Yo le dije: Vayan
ustedes con Dios.

125. ¡Oh, cuántas gracias debo dar al Señor, que me libró a mí y a aquellas gentes que
estaban presas! Y para mayor gloria de Dios debo decir que pocos días antes habíamos
quedado convenidos con un joven ordenando que los dos juntos saldríamos para Roma:
llegó el día señalado; aquel joven no compareció y me mandó decir que no le esperase, que
él no podía ir conmigo. Con este aviso yo me marché solo, y me sucedió lo que he dicho. El
salió después de pocos días, y al pasar por este mismo lugar, aquellos mismos ladrones le
cogieron, le robaron todo el dinero que llevaba, y para mejor registrarle, le hicieron
desnudar, hasta le quitaron la camisa, como él mismo me lo refirió la primera vez que nos
vimos, que fue en el puerto de Marsella. ¡Cuántas gracias debo dar a Dios! ¡Bendito seáis,
Padre mío, por la grande providencia y cuidado que siempre y en todas partes habéis tenido
de mí!

106
CAPÍTULOIII

De lo que ocurrió al entrar y pasar por Francia

126. Aquella misma tarde que Dios nuestro Señor y la Santísima Virgen me libraron de los
ladrones, por ser sábado, entré en el primer pueblo de Francia, que se llama Osseja. Fui
muy bien recibido. Como llevaba pase del interior de España se me lo quedaron y me
dieron uno de refugiado. Con ese pase emprendí el viaje, pasé por un pueblo llamado Olette
y me instaban mucho para que me quedase allí; pero mi deseo era ir a Roma. De Olette
pasé a Prades, y también hallé gente que me recibieron con toda caridad. De aquí pasé a
Perpiñán. Aquí me cambiaron el pase y me dieron uno para Roma, y también fui muy bien
recibido de gente que yo nunca había visto ni conocido. Pasé por Montpellier, Nimes y
demás poblaciones, y al paso que iba, solo y sin recomendación, en todas partes hallaba
sujetos desconocidos quienes parece que me estaban esperando. ¡Bendita sea la Providencia
que Dios tiene de todas sus criaturas, singularmente sobre mí!

127. Al llegar a Marsella, un sujeto se juntó conmigo por el camino. Me llevó a una casa en
que estuve muy bien durante los cinco días que tuve que estar en Marsella para esperar
embarcación. Al día siguiente, al salir de casa para ir al cónsul español, como tenía
obligación, para que me refrendara el pase, al primero que encontré le pregunté por la calle
en que me habían dicho vivía el cónsul, y este mismo señor a quien pregunté, no sólo me
dijo la calle, sino que, al verme solo, tuvo la amabilidad de venirme a acompañar. El habló
por mí y me despacharon muy bien y me volvió a acompañar a mi posada; y en todos
aquellos cinco días, mañana y tarde, me venía a buscar a mi cuarto y me acompañaba a
visitar las iglesias, camposanto y todo lo más precioso que hay en aquella población en
materia de Religión, pues que de edificios y cosas profanas ni siquiera me habló jamás.

128. Finalmente, llegó la hora de la embarcación, que fue la una de la tarde. Un poco antes
se presentó en mi cuarto, cogió mi hatillo y de todos modos lo quiso llevar, y así, los dos
solitos, nos dirigimos al puerto y frente al buque nos despedimos; pero todos aquellos cinco
días estuvo conmigo tan fino, tan atento, tan amable y tan ocupado de mí, que parecía que
su gran Señor le enviaba para que me cuidara con todo esmero; más parecía ángel que
hombre; tan modesto, tan alegre y grave al mismo tiempo, tan religioso y devoto, que

107
siempre me llevaba a los templos, cosa que a mí me gustaba mucho; nunca me habló de
entrar en ningún café ni cosa semejante, ni jamás le vi comer ni beber, porque a estas horas
se iba y me dejaba y luego volvía.

CAPÍTULOIV

De lo que ocurrió en el buque

129. A la una de la tarde me embarqué, y antes había rezado vísperas y completas, para no
exponerme a rezar mal por motivo de las maniobras que siempre hay que hacer en las
primeras horas, y quizás a no poder rezar en caso de marearme. Al llegar al buque, donde
había mucha gente de varias naciones que hacían aquella travesía, oí a unos que hablaban
en castellano, y me dio una gran alegría y les pregunté ¿Son ustedes españoles? Me
contestaron que sí y me explicaron que eran religiosos benedictinos que habían salido de
Navarra por motivo de lo que había hecho el general Maroto, y que se iban a Roma; me
contaron las penas y trabajos que habían pasado y la miseria actual en que se hallaban.

También me dijeron que en el mismo buque había otro español, catalán, que estaba muy
afligido; que al pasar la frontera le habían robado. Cabalmente éste era el que había de
venir conmigo y me faltó a la palabra. Le vi y estaba hecho una miseria; le consolé como
pude. En estas conversaciones pasamos la tarde y principios de la noche.

130. Como mi viaje a Roma no era por recreo, sino para trabajar y sufrir por Jesucristo,
consideré que debía buscar el lugar más humilde, más pobre y donde tuviese más
oportunidad de sufrir. Al efecto, pagué el flete de andar sobre cubierta y a la parte de la
proa, que es el lugar más pobre y barato de la embarcación. Después de haberme retirado
solo a rezar el Rosario y demás devociones, busqué un puesto para descansar un poco y no
hallé otro más a propósito que un montón de cuerda arrollada, en que me senté, y descansé
la cabeza sobre un cañón de artillería que estaba en la tronera del lado del buque.

131. En esta posición meditaba cómo estaría Jesucristo descansando cuando iba embarcado
con sus discípulos, y esta meditación fue tan propia, que aun el Señor quiso que fuese algo
parecida en la tempestad; porque estando ya descansando, se levantó tan recia tempestad
que el agua entraba dentro del buque. Yo, sin moverme, sentado sobre aquella rueda o

108
montón de cuerda, me puse el capote encima de la cabeza, y el hatillo con la provisión y
sombrero encima el regazo arrimado al cuerpo, teniendo la cabeza un poco inclinada por
delante a fin de que se escurriese el agua, que me venía encima, de las olas que se
estrellaban contra el buque. Así es que cuando oía el golpe de la ola yo inclinaba la cabeza,
daba la espalda y me caía encima el agua.

132. Así pasé toda la noche hasta el amanecer en que vino la lluvia y calmó la tempestad, y
si antes me había mojado con el agua del mar, después me mojé con el agua dulce de la
lluvia. Todo mi equipaje consistía en una camisa, un par de medias, un pañuelo, la navaja
de afeitar y un peine, el Breviario y la santa Biblia de un volumen muy pequeño. Mas como
a los que van encima cubierta, no se les da nada de comida, es preciso que cada uno lleve
su provisión para el viaje. Como yo ya lo sabía. antes de embarcarme hice en Marsella mi
provisión, que consistía en una torta de pan de alguna libra y un pedazo de queso. Esta fue
toda mi provisión para los cinco días de embarcación de Marsella a Civitavecchia, entre las
escalas que hicimos y las tempestades que tuvimos. Y como la tempestad fue tan larga y
fuerte, cavó mucha agua encima, de modo que me caló todo el capote y me mojó el pan y el
queso, y así lo tuve que comer, y no obstante de estar muy salado, como tenía bastante
hambre, me sabía muy bien.

133. El día siguiente de la embarcación, calmada la tempestad y secada la lluvia, saqué el


Breviario y recé los maitines y horas menores. Concluido el rezo, se me acercó un señor
inglés, que me dijo que era católico y que amaba a los sacerdotes católicos, y después de
haber hablado un rato se fue a su camarote y al cabo de poco vi que venía hacia mí con un
plato en que traía una porción de duros. Yo, al verle venir, pensé: ¿Qué vas a hacer?
¿Aceptaras o no ese dinero?... Y me dije entre mí: Tú no lo necesitas, pero ya lo necesitan
aquellos infelices españoles, y así los aceptarás y se los repartirás. Y, en efecto, así lo hice;
los acepté, le di las gracias y fui a repartir aquellos duros entre aquellos infelices, que al
instante se fueron a la cocina o repostería y compraron y comieron cuanto habían menester.

134. Otros señores viajeros hicieron lo mismo; también me dieron, y yo todo se lo repartí
entre ellos, por manera que yo no me quedé un marevadí para mí, siendo así que para mí
me lo daban, ni comí un bocado de lo que ellos habían comprado para comer; me contenté
con mi pan mojado de agua del mar. Aquel señor inglés, al verme a mí tan pobre y

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desprendido y que aquellos comían de lo que habían comprado con el dinero que yo les
había distribuido y que yo no comía nada, manifestó quedar tan edificado, que me vino a
decir que él se desembarcaría en Livorno y que después, por tierra iría a Roma, y en un
papel me dio escrito su nombre y el palacio adonde iba a vivir, y que fuese a verle y que me
daría cuanto necesitase.

135. Toda esta aventura me confirmó en la persuasión en que yo estaba, que, para edificar y
mover a las gentes, el mejor y más eficaz medio es el ejemplo, la pobreza, el
desprendimiento, el no comer, la mortificación, la abnegación. Este señorón inglés, que
andaba con lujo asiático, dentro del buque llevaba el coche, criados, pájaros, perros, que
parece que mi aspecto le había de excitar el desprecio; pero al ver un sacerdote pobre,
desprendido, mortificado, le movió de tal manera, que él mismo no sabía cómo manifestar
la afectación. Y no sólo él, sino también todos los viajeros, que no eran pocos, todos me
manifestaron respeto y veneración; y quizás si me hubiesen visto que en la mesa alternaba
con ellos y que me las echaba de rico y garboso, me habrían murmurado y despreciado,
como he visto que lo han hecho con otros; por manera que la virtud es tan necesaria al
sacerdote, que aun los malos quieren que nosotros seamos buenos.

136. Después de cinco días de embarcación llegamos a Civitavecchia, y de allí nos


dirigimos a Roma y llegamos sin novedad por la bondad y misericordia de Dios. ¡Oh cuán
buenos sois, Padre mío! ¡Quién acertara siempre a serviros con toda fidelidad y amor!
Dadme continuamente vuestra gracia para conocer lo que es de vuestro agrado y fuerza de
voluntad para ponerlo por obra! ¡Ay Señor y Padre mío, no deseo más que conocer vuestra
santísima voluntad para cumplirla, no quiero otra cosa más que amaros con todo fervor y
serviros con toda fidelidad! ¡Madre mía, Madre del amor hermoso, ayudadme!...

CAPÍTULOV

De la llegada a Roma y entrada en el Noviciado de la Compañía de Jesús

137. Serían las diez de la mañana cuando llegamos a Roma. Los religiosos se fueron a un
convento de su Orden y nos separamos. Yo y el ordenando catalán nos fuimos al convento
que más pronto hallamos a preguntar en dónde había ordenandos catalanes. Nos acercamos
a la portería del convento de la Transpontina, que son Religiosos Carmelitas, y

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preguntamos al hermano portero si en aquel convento había algún religioso español, y nos
contestó que sí, que el Padre principal, que se llamaba Rmo. Comas, era español catalán.
Fuimos a su celda y nos recibió muy bien. Le preguntamos si sabía en dónde había
catalanes ordenandos y él nos dijo que en el convento de San Basilio, y tuvo la caridad y
amabilidad de acompañarnos, no obstante de distar cerca de una hora la Transpontina de
San Basilio.

138. Los catalanes ordenandos nos recibieron muy bien, no obstante de no habernos jamás
visto ni conocido. Yo, desde luego, empecé a practicar las diligencias, según el objeto que
me había propuesto en este viaje. No llevaba más que una carta de recomendación para el
Ilmo. Sr. Vilardell, catalán, Obispo del Líbano, consagrado hacía poco, y cuando llegué a
Roma ya había salido para su destino. Me dirigí al Emmo. Señor Cardenal de Propaganda
Fide, y cabalmente en aquellos días había salido al campo y me dijeron que por todo el mes
de octubre estaría fuera. Yo creí que aquello era providencial a fin de que tuviese tiempo
para hacer los ejercicios espirituales que cada año hacía desde que era estudiante, y este año
aún no había podido hacer por razón del viaje.

139. Al efecto, me dirigí a un padre de la casa Profesa de la Compañía de Jesús, me alabó el


pensamiento de hacer los ejercicios, me entregó el libro de los Ejercicios de San Ignacio
por el cual los había de hacer, me dio los consejos que creyó necesarios y empecé los
ejercicios. En los días que él me señaló le daba cuenta de mi espíritu, y a los últimos días
me dijo: Ya que Dios Nuestro Señor le llama a las misiones extranjeras, mejor sería que
usted se agregara a la Compañía de Jesús; que por medio de ella sería enviado y
acompañado; que no andar solo, que es cosa muy expuesta. Yo le contesté: Que para mí
bien conocía que sería mejor; pero ¡qué hago yo para que la Compañía me admita!

140. Yo tenía una idea formada de la Compañía tan alta y agigantada que ni siquiera había
soñado que me admitiesen, porque yo consideraba a todos los Padres como grandes en
virtud y ciencia, y yo en ambas cosas me he considerado y soy de verdad un puro pigmeo, y
así lo dije al Padre que me dirigía. Entonces él me animó, y me dijo que escribiera un
memorial al Padre General que vivía en la misma casa profesa.

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141. Lo hice todo como él me dijo, y el día siguiente de haber entregado la solicitud, el
Padre General me quiso ver. Fui allá, y así como llegué a su cuarto salía el Padre
Provincial. Habló conmigo un buen rato y me dijo: Aquel Padre que salía cuando usted
entraba es el Padre Provincial que vive en Sant' Ardrea de Monte Cavallo; vaya usted allá y
dígale que yo le envío, y que cuanto haga, yo lo doy por bien hecho. Fui al momento, me
recibió muy bien, y el día 2 de noviembre ya vivía en el noviciado... por manera que de la
noche a la mañana me hallé Jesuita. Cuando me contemplaba vestido de la santa sotana de
la Compañía, casi no acertaba a creer lo que veía, me parecía un sueño, un encanto.

142. Como acababa de hacer los ejercicios me hallaba muy fervoroso. Así es que todo mi
afán era aspirar a la perfección, y como en el noviciado veía tantas cosas buenas, todo me
llamaba la atención; todo me gustaba mucho y se me grababa en el corazón; de todos tenía
que aprender y de verdad aprendía ayudado de la gracia del Señor. Yo me confundía mucho
cuando veía a todos tan adelantados en la virtud y yo tan atrasado. Cuando quedé más
confundido y avergonzado de mí mismo fue la noche antes de la fiesta de la Inmaculada
Concepción, cuando se leía el catálogo de las obras buenas que se habían hecho en
preparación de la fiesta y en obsequio de María Santísima.

143. Esto se hacía de esta manera cuando se acercaba una festividad del Señor, de la
Santísima Virgen o de algún Santo especial. Cada uno, con permiso del Director espiritual,
se proponía la práctica de alguna virtud, según su inclinación o necesidad particular; cada
uno hacía sus correspondientes actos y continuaba así, practicando y apuntando todo lo que
hacía y cómo lo hacía. Al llegar la tarde última se cerraba la lista de lo que se había hecho,
en forma de cartita, y se tiraba en el buzón que había en la puerta del cuarto del Padre
Rector. Luego el Padre tenía un ayudante que recogía aquellas listitas, y de ellas formaba
un catálogo como una letanía que se leía por la noche en la Capilla, estando todos reunidos.

144. Esta lista estaba encabezada en estos términos: Virtudes que los Padres y Hermanos de
esta casa han practicado en obsequio de María Santísima y en preparación de la fiesta de la
Inmaculada Concepción. Ha habido sujeto que ha hecho tantos actos de tal virtud, de esta y
de esta manera. Ha habido sujeto que ha hecho esto y esto, y de esta manera, y así iba
siguiendo el catálogo de todos. De cuantas prácticas vi en aquella santa casa, ésta me
pareció que era una de las mejores o de las que a mí más me gustó y aprovechó. Como no

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se decía el nombre de quién practicaba aquella virtud, no había peligro de vanidad de parte
de él, y todos nos aprovechábamos al saber cómo lo había practicado, para hacer una cosa
parecida en otra ocasión. ¡Oh cuántas veces me decía: ¡Qué bien te estaría a ti esta virtud!
La has de poner por obra. Y así lo hacía ayudado de la gracia de Dios.

145. Por regla no hay mortificaciones mandadas, pero quizá en ninguna religión se
practican más que en la Compañía. Unas se ven, otras no; pero todas se han de hacer con la
venia del Director. Los viernes todos ayunaban, el sábado casi también, porque por la
noche, además de la ensalada, pasaban un huevo para cada uno, pero nadie lo tomaba. Los
postres, los más los dejaban o tomaban muy poco. De los demás platos también dejaban
mucho y siempre dejaban lo que más les gustaba. Había observado que todos comían muy
poco en todos los días, y los Padres más graves siempre eran los que comían menos.

146. Había uno que se llamaba el Padre espiritual, y lo era de la casa. que casi cada día de
la semana, menos los domingos, no comía más que pan, ni bebía otra cosa que agua, y
estando arrodillado delante de una mesa más bajita en medio del refectorio y en esta
postura estaba mientras duraba la comida o la cena de la Comunidad. El que miraba aquel
hombre tan venerable arrodillado delante de una mesita de pan y agua, ¡cómo no se había
de avergonzar de estar sentado y comer regaladamente!

147. Había un Padre que hacía de portinaro o cabo, y los miércoles, viernes y sábados y
vigilias de fiestas principales, pasaba un cuadernito en blanco en que cada uno ponía
brevemente lo que deseaba hacer, v. gr.: El Padre o el Hermano tal desea comer en el suelo
besar los pies bendición de mesa y gracias con los brazos en cruz servir a la mesa lavar los
platos, etc. Todo esto se hacía sin faltar al silencio, y se practicaba de esta manera. Cuando
era la hora pasaba el portinaro, tocaba y abría la puerta del cuarto y se quedaba fuera, salía
el Padre a la puerta, tomaba el cuadernito, se iba a su mesa y en un solo renglón escribía lo
que intentaba practicar, y devolvía el cuadernito, y así pasaba por todos. Luego se
presentaba al Rector y éste decía: Fulano y Fulano, sí; los otros, no. Volvía a pasar el
portinaro, tocaba y abría la puerta y desde allí con la cabeza indicaba sí o no.

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148. Además de estas mortificaciones exteriores había otras ocultas, como eran cilicios,
cadenillas de brazo, muslo, disciplinas, etc., etc.; fregar vasos humildes, excusados, faroles,
quinqués, etc., etc., pero para todo se necesitaba permiso.

149. Había ciertas mortificaciones que ellos daban sin uno pedir y casi sin conocer. Diré
algunas que pasaron por mí. Yo nunca he sido aficionado al juego, y por lo mismo me
hacían jugar todos los jueves en que nos hacían ir a una huerta. Yo, con toda sencillez,
supliqué al P. Rector que tuviera la bondad de dejarme estudiar u orar en lugar de jugar, y
me contestó redondamente que jugase, y que jugase bien. Yo puse tanto cuidado en jugar
bien, que ganaba todas las partidas.

150. Vi en cierta ocasión a un sacerdote de la casa que todos los días festivos tenía que
celebrar la misa muy tarde, y conocí que el tener que estar tanto tiempo en ayunas le tenía
algún tanto molesto, aunque él no se quejaba por esto. Yo, movido de compasión, dije al
Superior que, si era su gusto y voluntad, yo diría la misa tarde, porque a mi no me daba
pena el desayunarme tarde, y aquel sacerdote la podría celebrar en la hora que yo la
celebraba, que era una hora muy cómoda. Me dijo que ya vería, y el resultado fue que
después siempre me la hicieron celebrar más temprano que antes.

151. Ya he dicho que cuando fui a Roma sólo llevaba el Breviario de todo el año y una
Biblia de letra pequeña para leerla todos los días, aun de viaje, porque siempre he sido
aficionado a la lectura de la Santa Biblia. Pues bien, al llegar al Noviciado me colocaron
(en una celda) que había todos los libros que había menester, menos la Biblia, que yo tanto
apreciaba. Cabalmente, con la ropa de mi uso se llevaron también la Biblia que yo había
traído; la pedí y me dijo: Bien; Pero la Biblia jamás la vi hasta que tuve que salir por
enfermo, que entonces me la devolvieron.

152. Muy grande favor me hizo el Señor en llevarme a Roma, y en introducirme, aunque
(por) poco tiempo, entre aquellos padre y Hermanos tan virtuosos. ¡Ojalá me hubiese yo
aprovechado!, Pero si no me ha aprovechado a mí, me ha servido mucho para hacer el bien
en los prójimos. Allí aprendí el modo de dar los Ejercicios de San Ignacio, el método de
predicar, catequizar y confesar con grande utilidad y provecho. Allí aprendí otras cosas que
con el tiempo me han servido mucho. ¡Bendito seáis, Dios mío, que tan bueno y

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misericordioso habéis sido conmigo! Haced que os ame, que so sirva con todo fervor y que
os haga amar y servir en todas las criaturas. ¡Oh criaturas todas, amad a Dios, servid a
Dios! Probad y ved por experiencia cuán suave es amar y servir a Dios. ¡Oh Dios mío! ¡Oh
bien mío!

CAPÍTULOVI

De las oraciones que escribí estando en el Noviciado

153. Como en las recreaciones no se hablaba de otra cosa que de virtudes, de la devoción a
María Santísima y de la manera de ganar almas para el cielo, así es que en aquellos días
prendió en mí tan fuertemente la llama del celo de la mayor gloria de Dios y de la salvación
de las almas, que me tenía enteramente devorado. Yo me ofrecía enteramente a Dios sin
reserva, yo pensaba y discurría continuamente qué haría para el bien de mis prójimos, y ya
que no llegaba el tiempo de trabajar, me empleaba en orar. Entre otras cosas, escribí estas
dos oraciones:

154. [Primera oración].- ¡Oh Santísima María, concebida sin mancha original, Virgen y
Madre del Hijo de Dios vivo, Reina y Emperatriz de cielos y tierra! Ya que sois Madre de
piedad y misericordia, dignaos volver esos vuestros tiernos y compasivos ojos hacia este
infeliz desterrado en este valle de lágrimas, angustias y miserias, que, aunque desgraciado,
tiene la dichosa suerte de ser hijo vuestro. ¡Oh Madre mía, cuánto os amo! ¡Cuánto os
aprecio! ¡Oh, cuanta es la confianza que en Vos tengo de que me daréis la perseverancia en
vuestro santo servicio y la gracia final¡

155. Al propio tiempo, Madre mía, os suplico y pido la destrucción de todas las herejías,
que están devorando el rebañó de vuestro santísimo Hijo; acordaos, oh piadosísima Virgen,
que Vos tenéis poder para acabar con todas ellas; hacedlo por caridad, por aquel grande
amor que profesáis a Jesucristo, Hijo vuestro; mirad que estas almas, redimidas con el
precio infinito de la sangre de Jesús, vuelven otra vez en poder del demonio, con desprecio
de vuestro Hijo y de Vos.

156. Ea, pues, Madre mía, ¿qué falta? ¿Queréis acaso un instrumento del que valiéndoos
pongáis remedio a tan gran mal? Aquí tenéis uno, y al mismo tiempo que se conoce el más

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vil y despreciable, se considera el más útil a este fin, para que así resplandezca más vuestro
poder y se vea más visiblemente que sois Vos la que obráis y no yo. Ea, amorosa Madre, no
perdamos tiempo; aquí me tenéis, disponed de mí; bien sabéis que soy todo vuestro. Confía
que así lo haréis por vuestra gran bondad, piedad y misericordia, y os lo ruego por el amor
que tenéis al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.

157. Otra oración.- ¡Oh inmaculada Virgen y Madre de Dios, Reina y Señora de la gracia!
Dignaos por caridad dar una compasiva mirada a este mundo perdido. Reparad cómo todos
han abandonado el camino que se dignó enseñarles vuestro santísimo Hijo; se han olvidado
de sus santas leyes y se han pervertido tanto, que se puede decir: Non est qui faciant
bonum, non est usque at unum. Se ha extinguido en ellos la santa virtud de la fe, de suerte
que apenas se encuentra sobre la tierra. ¡Ay! Extinguida esta divina luz, todo es obscuridad
y tinieblas, y no saben dónde caen. Sin embargo, agolpados van con paso apresurado por el
ancho camino que les conduce a la eterna perdición.

158. ¿Y queréis Vos, Madre mía, que yo, siendo un hermano de estos infelices, me mire
con indiferencia su fatal ruina? ¡Ah, no¡ Ni el amor que tengo a Dios, ni el amor al prójimo
lo pueden tolerar; porque ¿cómo se dirá que yo tengo caridad o amor de dios si, viendo que
mi hermano está en necesidad, no lo socorro? ¿Cómo tendré caridad si sabiendo que en un
camino hay ladrones y asesinos que roban y matan a cuantos pasan, no obstante no se lo
advierto a los que se dirigen allá? ¿Cómo tendré caridad si, sabiendo que los carnívoros
lobos están degollando a las ovejas de mi amo, callo? ¿Cómo tendré caridad si enmudezco
al ver cómo roban las alhajas de la casa de mi Padre, alhajas tan preciosas que cuestan la
sangre y la vida de un Dios, y al ver que han pegado fuego a la casa y heredad de mi
amadísimo Padre?

159. ¡Ah!, no es posible callar, Madre mía, en tales ocasiones; no, no callaré, aunque
supiese que de mí han de hacer pedazos; no quiero callar; llamaré, gritaré, daré voces al
cielo y a la tierra a fin de que se remedie tan gran mal; no callaré; y si de tanto gritar se
vuelven roncas o mudas mis fauces, levantaré las manos al cielo, espeluznaré mis cabellos,
y los golpes que con los pies daré al suelo suplirán la falta de mi lengua.

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160. Por tanto, Madre mía, desde ahora ya comienzo a hablar y a gritar; ya acudo a Vos; sí,
a Vos, que sois Madre de misericordia; dignaos dar socorro a tan grande necesidad; no me
digáis que no podéis, porque yo sé que en el orden de la gracia sois omnipotente. Dignaos,
os suplico, dar a todos la gracia de la conversión, pues que sin ésta no haríamos nada, y
entonces enviadme y veréis cómo se convierten. Yo sé que daréis esta gracia a todos los
que de veras la pedirán; pero si ellos no la piden, es porque no conocen su necesidad, y tan
fatal es su estado, que ni conocen lo que les conviene, y esto cabalmente me mueve aún
más a compasión.

161. Por tanto, yo como primero y principal pecador, la pido para todos los demás y me
ofrezco por instrumento de su conversión. Aunque esté destituido de toda dote natural para
este objeto, no importa, mitte me, así se verá mejor que gratia Dei sum id quod sum. Tal
vez me diréis que ellos, como enfermos frenéticos, no querrán escuchar al que les quiere
curar, antes bien me despreciarán y perseguirán de muerte. No importa, mitte me, porque
cupio esse anathema pro fratribus meis. O bien me diréis que no podré sufrir tantas
impertinencias de frío, calor, lluvias, desnudez, hambre, sed, etc., etc. No hay duda que de
mi parte nada puedo soportar, pero confío en Vos y digo: Omnia possum in ea quae me
confortat.

162. ¡Oh María, madre y esperanza mía, consuelo de mi alma y objeto de mi amor!
Acordaos de las muchas gracias que os he pedido, y todas me las habéis concedido.
¿Cabalmente ahora hallaré agotado ese manantial perenne? No, no se ha oído ni se oirá
jamás que ningún devoto vuestro haya sido reprochado de Vos. Ya veis, Señora, que todo
esto que os pido se dirige a la mayor gloria de Dios y vuestra y al bien de las almas; por
esto lo espero alcanzar y lo alcanzaré, y para que os mováis a concedérmelo más pronto, no
alegaré méritos míos, porque no tengo sino deméritos; os diré, sí, que como Hija que sois
del Eterno Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo, es muy conforme que celéis
el honor de la Santísima Trinidad, de la que es viva imagen el alma del hombre, y además
esa misma imagen es bañada con la sangre de Dios humanado.

163. Habiendo Jesús y Vos hacho tanto por ella, ¿ahora la abandonaréis? Es verdad que de
este abandono es merecedora; mas por caridad os suplico que no la abandonéis; os lo pido
por lo más santo y sagrado que hay sobre el cielo y la tierra; os lo pido por aquel mismo a

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quien yo, aunque indigno, hospedo todos los días en mi casa, le hablo como amigo, le
mando y me obedece, bajando a mi voz del cielo. Este es el mismo Dios que os preservó de
la culpa original, que se encarnó en vuestras entrañas, que os colmó de gloria en el cielo y
os hizo abogada de los pecadores; y éste, no obstante de ser Dios, me oye, me obedece cada
día; pues oídme Vos, a lo menos esta vez, dignaos concederme la gracia que os pido.
Confío que lo haréis, porque Vos sois mi Madre, mi alivio, mi consuelo, mi fortaleza y
todas las cosas después de Jesús. ¡Viva Jesús, viva María! Amén.

164. Jaculatoria.- ¡Oh Jesús y María! El amor que os tengo me hace desear la muerte para
poder estar unidos en el cielo; pero es tan grande este amor, que me hace pedir larga vida
para ganar almas para el cielo. ¡Oh amor! ¡Oh amor! ¡Oh amor! Estas dos oraciones, como
he dicho, las escribí en el Noviciado de Roma. El P. Ministro las vio y le gustaron. Todo
sea para la gloria de Dios y la salvación de las Almas.

CAPÍTULOVII

De la salida de Roma y llegada a España

165. Me hallaba yo muy contento en el Noviciado, estando siempre ocupado en las


conferencias que hacíamos de catequizar, predicar y confesar. Además, todos los viernes
íbamos al Hospital de San Giácomo a confesar a los enfermos, y los sábados a predicar en
la cárcel a los presos. Yo entré en el Noviciado el día 2 de Noviembre de 1839, día de
Animas, y, pasado el día 2 de Febrero, día de la Purificación de María Santísima del año
1840, esto es, cuatro meses después de haber entrado, empezamos los Ejercicios de San
Ignacio, que duraron un mes. Yo los empecé con muchísimo gusto y con grandes deseos de
aprovecharme bien de ellos.

166. Así iba siguiendo y adelantando, cuando he aquí que un día me vino un dolor tan
grande en la pierna derecha, que no podía caminar. Fue preciso ir a la enfermería. Me
aplicaron los remedios oportunos y me alivié algún tanto, pero no del todo, y se temieron
que quedaría tullido. Al verme así, el P. Rector me dijo: Lo que pasa en V. No es natural,
pues que tan contento, alegre y sano como ha estado siempre, y ahora cabalmente en estos
días esa novedad, me hace pensar que el Señor quiere alguna otra cosa de V. Y me dijo: Si
le parece bien, se consultará con el P. General, que es tan bueno y que tantos conocimientos

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(tiene) de Dios; le consultaremos. Yo le contesté que me parecía muy bien y me presenté a
él. Me oyó con mucha atención, y, después de haber oído mi narración de todo lo ocurrido,
me dijo con toda resolución, sin titubear: Es la voluntad de Dios que V. Vaya pronto a
España; no tenga miedo, ánimo.

167. Con esta tan terminante resolución no hubo otro remedio que volver para España. Y
con el tiempo se conoció que el P. General estaba inspirado cuando me dijo estas palabras.
Y en una de las cartas que me escribió me decía: Dios le llevó a la Compañía no para que se
quedase en ella, sino para que aprendiese a ganar almas para el cielo. A mediados del mes
de marzo salí de Roma en dirección a Cataluña. Los PP. De la Compañía querían que fuese
a fijarme en la ciudad de Manresa, y el Rmo. P. Fermín de Alcaraz quería que fuese a
Berga, en que se estaban dando misiones, dejándome, no obstante, en entera libertad, según
las circunstancias de aquellos tiempos. Me puse en observación desde Olost; de Olost pasé
a Vich, y el Superior me dijo que (no) debía ir a ninguno de estos dos puntos, sino que
pasase a Viladrau, y al efecto me dio el nombramiento de Regente, y fui el día 13 de mayo.
Aquí me acabé de restablecer de mis males.

168. En la Parroquia de Viladrau había un cura párroco anciano e imposibilitado, y además


había un teniente cura de la misma población. Todas las temporalidades iban a cuenta del
Cura; a mí me daba la subsistencia nada más y yo cuidaba de lo espiritual. Mas como había
teniente cura, en mi ausencia cargaba él con toda la parte espiritual. Y así me vino muy
bien para empezar desde allí las misiones.

169. ¡Cuán admirable es la Providencia del Señor, cómo me libró de ir a Berga, en donde
indispensablemente me habría comprometido con el mero hecho de ir allá, en que de
asiento estaban los realistas! ¡Bendito seáis, Dios mío, que todo lo habéis dispuesto del
modo mejor para gloria vuestra y salvación de las almas!

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