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[MÚSICA] Te doy la bienvenida de nuevo

a "La edad de las catedrales". La última vez vimos los elementos básicos
de las iglesias medievales: la cripta, el ábside y el coro, la nave,
los transeptos y el crucero, así como algunas de las innovaciones
arquitectónicas de las catedrales góticas: los muros más delgados y la sustitución
del interior pintado por las vidrieras; el efecto de una altura desmesurada que
se elevaba hasta la luz, los distintos tipos de esculturas
de bulto redondo, el delicado efecto de las tracerías,
y la impresión de complejidad y energía del exterior y el interior. Hoy hablaremos
de algunos
aspectos técnicos relacionados con los edificios góticos para responder a la
pregunta de
cómo fue posible que los constructores de las catedrales góticas consiguieran
levantar unas estructuras tan altas y grandes y al mismo tiempo conseguir que
parezcan tan elegantes y delicadas. La primera innovación técnica de
la arquitectura gótica guardaba relación con el refuerzo de los cimientos que
soportaban
el peso de los altos techos abovedados. Algunas de las columnas de los muros
de las catedrales son extremadamente gruesas, como vemos aquí en Notre-Dame de
París. Fíjate en el grosor de las columnas
a ambos lados de la nave central. Otras columnas, sin embargo, son
claramente menos gruesas por el uso de lo que se llama
pilares compuestos, pilares, medias columnas o pilastras que rodean el basamento
principal
hasta el nivel del capitel o ábaco, desde el que partiría
la gran bóveda. Aquí vemos ejemplos de pilares
compuestos en la entrada de la nave de Saint-Denis. Y aquí tenemos algunos ejemplos
tempranos de Francia e Inglaterra de pilares con
pilastras o columnillas separadas. Las pilastras o columnillas se muestran
en color negro, el centro de la columna sombreado. Las bóvedas de crucería, tan
altas
y anchas, se reforzaban por un sistema de nervios diseñados para transferir el peso
de la cubierta a unos puntos determinados en la parte superior de las columnas, que
transferían el peso hacia el suelo. Los expertos han debatido largo
y tendido sobre si los nervios son meramente decorativos o si tienen
una función estructural. Sin embargo, no cabe duda de que
la bóveda de crucería reemplazó a la de cañón y que las bóvedas
de arista son un elemento esencial del diseño gótico. Aquí vemos la bóveda del coro
de Notre-Dame de París. Vemos los nervios que se cruzan
unos con otros, la nervadura característica del gótico. Es una característica de
estilo
que sobrevive como estilo, como en estos ejemplos de nervadura
en las cubiertas de uno de los edificios de Yale, aunque no sean necesarios
estructuralmente. La estructura de las catedrales
góticas se reforzaba con el uso de arcos apuntados, como se aprecia en la fachada
oeste de Notre-Dame de París o en esta representación del Nuevo Mundo
que encontramos en Yale. Resulta que los arcos apuntados
son del 25 al 30% más fuertes que los arcos
de medio punto románicos, que con el tiempo tendían a ceder
en el centro, como se ve aquí en Vézelay. Sobre todo, la arquitectura
religiosa gótica está asociada con la construcción
de soportes externos para sus altos muros. Se consigue gracias a las construcción
de arcos arbotantes que unen el interior y el exterior del edificio
en un todo orgánico. Aquí vemos un ejemplo
del coro de Saint-Denis, pero veremos ejemplos más espectaculares
por ejemplo en Reims, como vemos en el exterior del ábside
del coro de Le Mans, en Beauvais, en Chartres, donde
los arcos arbotantes dan una sensación de increíble ligereza estructural. Estos
ejemplos del estilo gótico clásico rechazan la frontalidad impasible
del estilo románico. Si lo característico de las construcciones
románicas era la masa y el peso, lo característico del
gótico son los vectores y la fuerzas. En este corte transversal de un arco
de arbotante del responsable de la restauración de las catedrales
góticas en el siglo XIX, Eugene Emmanuel
Viollet-le-Duc,
vemos cómo el sistema gótico de arbotantes recoge la presión lateral de la bóveda
y la descarga en el suelo. La estructura de contrafuertes y arbotantes
está cargada de energía, es compleja, de múltiples capas, sigue líneas
horizontales y verticales
pero también diagonales. Usa una serie de formas, líneas
rectas, arcos redondeados y apuntados, triángulos, cuadrados, trapecios,
que revelan un espacio que dentro y fuera del edificio a veces es visible
y a veces no lo es. La línea azul del dibujo separa el interior
y el exterior de la construcción y nos permite compararla con el pequeño
tamaño de la persona en la tribuna. Con su dinamismo y su complejidad,
los muros góticos son un juego de fuerzas, no de pesos. Las fuerzas se oponen una a
la otra,
se equilibran una a la otra, producen así una tercera
en un punto diferente. Esto ocurre con el empuje lateral
de la nervadura de la bóveda ojival, que llega se encuentra con el empuje
del arbotante, la línea roja. El arbotante transmite
las carga al pilar externo vertical de donde se transfiere al punto óptimo
antes de descargar en los masivos contrafuertes externos
y de ahí hacia el suelo. Fíjate en el peso del pináculo,
colocado ahí para estabilizar las fuerzas oblicuas de los arbotantes
y contrarrestar los empujes laterales. Los arcos arbotantes superiores
también tienen la función de resistir la presión de los vientos en la superficie
expuesta del muro del claristorio y el tejado en los niveles
más altos de la nave, mientras que los niveles más bajos
resisten la presión lateral de la bóveda. Finalmente los constructores
de catedrales de los siglos XII y XIII fueron capaces de construir
unos edificios tan grandes y tan altos gracias al uso de un modelo
de construcción en módulos, como vemos en esta reconstrucción
de la planta original de Notre-Dame de Laon o de la catedral de Sens o de Chartres.
La arquitectura gótica es sinónimo de
multiplicaciones, de desarrollo modular, con un sistema de redes,
un modelo que se repite. La nave se divide en una serie de
unidades idénticas, unas separaciones analíticas en las que
cada parte refuerza la adyacente así que un edificio era más resistente
cuanto más grande fuera. Esta cualidad de módulos regulares
que pueden sustituirse unos a otros ha llevado a la comparación de
la arquitectura gótica con la filosofía escolástica, que pretende encontrar en la
lógica,
un lenguaje en el cual se pueden insertar ideas y sustituirlas unas por otras. El
historiador del arte Gottfried Semper
hizo notar que "la arquitectura gótica es
la escolástica en piedra", una idea más elaborada
en un libro de Erwin Panofsky, "La Arquitectura Gótica
y la Filosofía Escolástica". La arquitectura gótica estuvo ciertamente
vinculada a la nueva ciencia y el saber de la época. Lo vamos a ver más
espectacularmente
cuando hablemos de Chartres, uno de los nuevos centros de aprendizaje
en los siglos XII y XIII. Antes de finalizar hoy me gustaría
compartir contigo un hecho sorprendente. Las catedrales fueron construidas
sin materiales de medición. Todo fue hecho a través de la proporción. Esta losa de
la tumba de Hughes Libergier, fallecido en 1263, y que en 1231
comenzó la construcción de la abadía de Saint-Nicaise en Reims,
muestra al maestro de obras con una vara; no es una vara de medir sino que se
utilizaba
como una brújula para trazar relaciones. Los grandes constructores
se veían a sí mismos como geómetras. Suger afirma que "Saint-Denis brillará
con la belleza de la longitud y anchura". Por otra parte dice: "Fue astutamente
previsto
a través de las columnas superiores y arcos centrales, que debían colocarse
sobre los inferiores en la cripta, la nave central de la nave antigua debe ser
igualada
por medio de la geometría e instrumentos aritméticos,
con la nave central de nueva adición". Aquí es innegable la influencia
de la ciencia árabe y las matemáticas. Los árabes tenían una vasta
ciencia clásica y de la India. Filtrada a través de las universidades
de España, tal conocimiento llegó
a Francia en el siglo XII. Adelardo de Bath tradujo
las obras completas de Euclides en un momento en que solo unos pocos teoremas
eran conocidos en Europa occidental. En 1145 Robert de Chester tradujo
la obra Al-Khawarizmi sobre álgebra que marcan la llegada
de los métodos de cálculo del álgebra a Europa. En un incidente famoso
en la historia de la arquitectura, los constructores de la catedral de Milán
tropezaron con dificultades y convocaron a los grandes arquitectos
de todo el mundo en 1391 o 1392 . Sobrevivieron los registros
de su discusión. Demostraron que no había discusiones
sobre la importancia de las formas geométricas para hacer el plano del futuro
diseño
de la catedral. Hubo solamente debate
sobre si utilizar el cuadrado en el que la planta se habían construido ya
o el triángulo equilátero. En su distribución
proporcional geométrica, las catedrales góticas se supone
que representan las proporciones divinas según las líneas que Dios
reveló a Noé para la construcción del Arca o a Moisés para la construcción
del Arca de la Alianza, o las proporciones reveladas a Salomón
para la construcción del primer templo. También tienen una relación con la música
y con las relaciones musicales, y esto por el concepto platónico
del simbolismo del número. Para Agustín, los números
son "los pensamientos de Dios". "Todas las cosas corpóreas
existen en proporción y número", dice él. Y la relación perfecta de Agustín,
uno a dos, o la octava, se usa generalmente para determinar
la altura de la catedral o la relación entre la longitud de la iglesia
y la anchura total del crucero. Como hemos visto, la arquitectura
tenía una función anagógica. Es decir, debe ser espiritualmente
edificante y provocar un paso
hacia el mundo espiritual y tenía el propósito de encarnar
la proporción en los números con la creencia de que la percepción
de las relaciones encarna la razón y lleva a Dios en su Santuario,
la ciudad celestial. Los números guían la mente de la percepción de las cosas
a una verdad invisible de Dios, que se muestra como
el arquitecto del universo, como se ve en esta miniatura
de una Biblia francesa de mediados del siglo XIII. En nuestra próxima sesión
examinaremos la construcción de la catedral gótica más conocida,
Notre Dame, en París.

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