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La gestión educativa es mucho más que administrar recursos:

consiste en un conjunto de procesos de tomar decisiones y ejecutar acciones, orientada a las prácticas
pedagógicas y evaluación de las mismas. De acuerdo a Sander (2004) & Farro (2008).

Actualmente, existen dos modelos para concebir la gestión educativa


De acuerdo a Delgado (2002). Estos son el modelo normativo, y el modelo estratégico participativo, los cuáles
a su vez determinan el rol que tiene la dirección o el director al interior de la Institución Educativa.

El modelo normativo se basa en dirigir la institución desde una autoridad central, denominada el rector, bajo
un conjunto de normas internas y un control externo, trayendo como consecuencia organizaciones cerradas, y
resistentes al cambio.

El modelo estratégico - participativo se caracteriza el trabajo mancomunado de los actores


educativos, normas que facilitan proyectos y producen instituciones abiertas al cambio, resultado de una
cadena de situaciones o una serie de proyectos educativos.

La dirección detecta la autoridad y responsabilidad en la Institución Educativa, la cual tiene como funciones el
pilar de la administración moderna: Planear, organizar, mandar, coordinar y controlar. La dirección también se
concibe en modelos de dirección, los cuáles son la dirección autoritaria, la cual concentra decisiones en la
cúspide de la Institución Educativa.

La dirección asamblearia, concentra sus decisiones en todos los miembros de tal institución, y la dirección
participativa, sienta sus bases en el trabajo colaborativo; y la aceptación compartida de responsabilidades.
Este último estilo de dirección es coherente con la dinámica social que se presenta actualmente.

Influencias de las Tendencias Globales en la Gestión Educativa


las teorías de administración se han adaptado a las condiciones de las instituciones educativas en América
latina y el mundo, de acuerdo a una tendencia global.
La gestión educativa tiene su propia dinámica y perspectiva histórica, basada en cinco enfoques principales,
aunque en cada Institución educativa se puedan incorporar diversos elementos de dichos enfoques.
Tabla 2. Enfoques Conceptuales Aplicados a la Administración de la Educación

Actualmente la gestión educativa está en un proceso de cambio, y dentro de sus tendencias se encuentra la
necesidad de democracia y calidad. La calidad tiene varios matices, como lo es la calidad política, cuya misión
es alcanzar los fines políticos y culturales dentro de la sociedad. Este matiz a su vez contiene a la calidad
académica, cuya misión es el nivel de eficiencia y eficacia de los métodos usados en el proceso educativo
Otro de los aspectos de la calidad en la gestión educativa se relaciona con la calidad colectiva, propuesta por
Sander (2004). Cuya misión es obtener la equidad y el bien común como resultado final de la educación de la
comunidad, y este aspecto contiene la calidad individual, cuya misión es la calidad subjetiva que percibe cada
individuo.
La calidad en la educación tiene cuatro aspectos: Disponer de personal preparado para administrar, cualificar
el trabajo de educadores, monitorear los resultados, gestionar elementos organizativos los cuáles tienen lugar
en las Instituciones Educativas, Universidades, secretarías de Educación y órganos adscritos al Ministerio de
Educación
Otra tendencia que se muestra en la Gestión Educativa, y derivada de su necesidad de incorporar democracia
a sus decisiones es la denominada Gestión Horizontal, dónde las decisiones que afectan a los actores en una
Institución Educativa se tome a nivel colegiado, potenciada mediante redes de organización y administración.

Para Gimeno Sacristán (1986) un modelo es una representación conceptual, simbólica de la realidad; al ser
necesariamente esquemática se convierte en una representación parcial y selectiva, es decir, no agota la
realidad de modo significativo y absoluto. En este sentido, el modelo es provisional y aproximativo, no
excluyente de otros. Es decir, se trata de un constructo teórico que nos sirve para organizar una serie de
representaciones o teorías implícitas, elementos racionalizadores de la práctica que influyen decisivamente en
los juicios e interpretaciones de los sujetos y en la forma en que resuelven las múltiples interacciones diarias.
Los modelos se traducen en esquemas prácticos de acción internalizados, orientadores del quehacer cotidiano
y reguladores de la práctica.
Con fines analíticos, hemos distinguido dos modelos de gestión opuestos, sabiendo de antemano que en la
realidad difícilmente se los pueda encontrar en forma pura. Se trata del modelo normativo y del estratégico-
participativo.
En el primero, las organizaciones educativas son pensadas como objetos que pueden ser dirigidos desde el
nivel de conducción central a partir de un conjunto de normas y el control externo. Subyace una concepción
del cambio educativo como resultado de los proyectos impulsados desde el Estado por la coalición de poder,
que deben “arrasar” con los vestigios de formaciones pasadas e instalar, “desde arriba”, nuevas formas de
autoridad y de entender el mundo. Predomina una actitud legalista y una fuerte rigidez, lo que dificulta la
adaptación a las cambiantes condiciones del entorno. No se promueve la participación de los actores
involucrados en la realidad educativa. Este modelo de gestión da lugar a instituciones cerradas, poco
permeables, con escasos vínculos con el medio y con otras organizaciones.
En el modelo estratégico participativo, el proceso de cambio educativo es concebido como una cadena o
sucesión de situaciones, inmersas en una trama social donde coexisten y pugnan diferentes fuerzas. En este
contexto, los administradores despliegan una variedad de estrategias sin perder de vista los objetivos, pues
poseen un plan general, flexible y abierto a lo imprevisto. Los administradores planifican y conducen en forma
participativa y reconocen que los resultados son producto de un trabajo en equipo. Las normas cumplen la
función de fijar un encuadre y límites necesarios a la convivencia de los actores, y dejan “espacios libres” para
impulsar proyectos y desarrollar innovaciones. El modelo da lugar a organizaciones entendidas como sistemas
abiertos, que se insertan en redes interinstitucionales y desarrollan actividades de vinculación con la
comunidad.

NORMATIVO
VENTAJAS DESVENTAJAS
-Planificación orientada al crecimiento cuantitativo del -Una gran rigidez, que dificulta la adaptación a las
sistema ya que concibe una visión lineal del futuro. cambiantes condiciones del entorno
-Acciones enfocadas estrictamente en la visión -Es limitada la participación de los actores
institucional. involucrados en la realidad educativa
-Proyecta lo que se trabajará en corto y mediano plazo; pues -Instituciones cerradas, poco permeables con escasos
desde el presente se puede mejorar el mañana. vínculos con el medio
- Actitud normativa, que da cumplimiento a los mandatos -Genera burocracia y actitudes autoritarias,
constitucionales y directrices en cuanto a la prestación del percibiendo imposiciones de la dirección y de los
servicio. coordinadores que desmotivan a los docentes

-Mínima integración y poca flexibilidad

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