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CARNET: MG-102115
El libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” escrito por Dr. Stephen R
Covey tiene como objetivo enseñar a las personas a conducir su vida de manera
efectiva, de tal manera que cada persona se sienta en paz y satisfecha consigo
misma.
Covey nos muestra una serie de pasos o una metodología que nos ayudara a ser
altamente efectivos con respecto a nuestras actividades en diferentes ámbitos de
nuestra vida, todo esto basados en el conocimiento, la capacidad y el deseo.
PARADIGMAS Y PRINCIPIOS
En este capítulo el Dr. Stephen R Covey hace énfasis en la ética del carácter
(principios básicos para vivir con efectividad) pero después de la primera guerra
mundial se convertiría en la ética de la personalidad (actitudes y conductas), dos
paradigmas que nos han acompañado en nuestra vida. Para identificar un
paradigma y luego cambiarlo, primero tenemos que entenderlo así tal cual
nuestros 5 sentidos lo logran percibir, de la manera como lo entendamos así lo
podremos practicar. Cada uno de nosotros ve las cosas con forme a las diferentes
experiencias vividas a lo largo de nuestros años, tenemos que tener muy claro que
en la vida y en nuestra sociedad nunca una persona va a pensar igual que otra, ya
que dentro de cada cabeza humana existe un mundo diferente, es decir que si
miramos a nuestro entorno podremos observar que hay miles de mundos
caminando por las calles; tal vez pueden ser similares pero nunca iguales. Para
poder entender esos mundos tenemos que adaptarnos, escuchar la percepción de
los demás y así poder tener una visión más amplia y objetiva a la hora de tomar
decisiones importantes en nuestra vida.
Los paradigmas no son considerados buenos ni malos ya que muchas veces nos
ayudan a cumplir actividades con éxito pero por otro lado frecuentemente se
convierten en una piedra dentro de nuestro zapato, es ahí cuando debemos de
darnos cuenta que necesitamos un cambio radical de paradigmas debido a que si
seguimos con el mismo pensamiento es probable que muchas situaciones de
nuestra vida nos lleven al fracaso total.
Este primer hábito nos enseña a tener iniciativa en todo lo que nosotros
emprendamos, en actuar uno mismo antes de que otros actúen por nosotros, se
trata de comprometernos y mantener los compromisos que se pacten con otras
personas. El ser proactivo, significa no solo tomar iniciativa, también significa que
nosotros como seres humanos tenemos la responsabilidad de nuestras propias
vidas y las decisiones que tomamos dentro de ella, nuestra conducta es un factor
muy importante en nuestras decisiones. Tomar la iniciativa no significa insistir en
algo, significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan,
tomar la iniciativa es buscar soluciones a los diferentes problemas que se
presenten en los diferentes ámbitos de nuestras vidas.
Sin duda alguna la pro actividad también nos ayudara a ser mejores personas
dentro de nuestros hogares, dentro de nuestras familias y dentro de nuestro
círculo social; muchas veces integrantes de nuestras familias necesitan un poco
de ánimo, un empujón, un granito de pro actividad para tomar una decisión
importante en su vida y ese granito lo podemos poner nosotros si somos
proactivos, luego sentiremos una satisfacción enorme al saber que nuestra ayuda
fue muy valiosa para ese familiar o amigo.
Para ser una persona proactiva es necesario que nuestro círculo de influencia sea
mayor a nuestro círculo de preocupación y esto se da cuando estamos seguros de
nosotros mismos. El círculo de preocupación es nuestro entorno y si estamos más
pendiente de este que de nosotros mismos, vamos a estar siempre inseguros en
lo que hacemos y las decisiones que tomamos para cada situación de la vida
cotidiana.
Pero ¿Qué es la misión personal? Pues es una base para tomar decisiones
importantes sobre nuestra propia vida y las situaciones que se nos presentan cada
día en diferentes ámbitos de la misma. Debemos centrar nuestro vivir en principios
correctos, con una base sólida para el desarrollo de factores que alimenten
nuestra vida y nuestra alma. Cuando nos centramos en principios, se ven las
cosas de otro modo y empezamos a actuar de otra manera debido a que se logra
desarrollar un alto grado de sabiduría e inteligencia y esto se convierte en una
competencia que nos puede ser de mucha ayuda al momento de ingresar a una
organización u empresa del mercado laboral.
En el trabajo, todos los días nos encontramos con personas cuyas metas u
objetivos son totalmente distintas a las metas que tiene la empresa para la cual
ellas laboran, por tanto dichas personas no tienen compromiso; actualmente toda
organización busca crear una unidad, busca consolidar equipos de trabajo
comprometidos, que vayan en el mismo camino de la empresa y que compartan
las mismas metas de la organización. Por lo tanto cada vez que llegamos a
nuestros lugares de trabajo tenemos que llevar un objetivo en mente de tal manera
que se convierta en un incentivo para empezar a realizar las diferentes actividades
que la organización nos ha designado para contribuir al desarrollo de la misma.
Todos tenemos diferentes centros que por lo general no los priorizamos, tales
como:
Para implementar este tercer hábito se debe tener ya establecida una visión de lo
que queremos ser y hacer para luego ordenar según importancia nuestras
prioridades en la vida. Debemos organizar el tiempo que dedicaremos a esas
prioridades y separaremos lo urgente de lo importante y lo que no es importante.
Se debe tener claro que este hábito va estrictamente amarrado con el primer y
segundo hábito, debemos de poseer una planificación de nuestra vida diaria,
donde se vea reflejada la administración de nuestras actividades y nuestro tiempo.
Se trata de identificar las actividades importantes de las no importantes (ya sean
actividades laborales, sociales, académicas, etc.), de aprender a decir si a las
prioridades y decir no a otras actividades que no son de mucha importancia y no
son urgentes.
En el ámbito laboral, el tiempo siempre es nuestro gran aliado y por eso debemos
de tener la planificación de nuestras actividades diarias, esto nos va a permitir
desempeñar nuestras funciones de manera efectiva y que el margen de error en
estas actividades sea muy bajo, ya que el desorden al momento de laborar
siempre nos lleva al caos, a la confusión y a los “horrores” que pueden costar
mucho dinero o cualquier otro recurso a las compañías para las cuales nosotros
laboramos poniendo en riesgo nuestro puesto de trabajo.