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UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


PROGRAMA DE LICENCIATURA EN TEOLOGIA
BOGOTÁ – COLOMBIA

Alumnos:

 Martínez Sánchez, Jorge David


 Almaguer Rodríguez, Alexi Omar
 Monasterios M., Víctor Fernando

ELABORACIÓN ESCOLASTICA

A partir del siglo XI se comienzan se comienza a aplicar la dialéctica en la teología, dicha


aplicación tiene tres puntos focales, el primero es el Patrístico que usa del método histórico-biblico,
el segundo la lógica que usa del método dialectico y el tercero el ecléctico que interpreta el dato
historia a la luz de la dialéctica. El discurso dialectico sobre los sacramentos en primer lugar, tiene
un hilo conductor a las verdades de la fe y en según lugar unas categorías filosóficas claramente
determinadas. Estas dos afirmaciones llevan a un desarrollo de conceptos sobre teología
sacramental, con una metodología y una temática.

El Doctor de Hipona, ocupa el primer lugar en la formulación sistemática sobre los


sacramentos, planteando a este último como un signo visible de la gracia invisible. Berengario de
Tours, se constituye como el primer teólogo en dar una definición de sacramento por medio de la
razón, definiéndolo como signo de una realidad sagrada de la gracia invisible. San Anselmo sigue la
vinculación de los principios agustinianos para afirmar que la fe está por encima de la razón, en la
misma línea Pedro Abelardo propone la reflexión dialéctica para hacer una síntesis teológica,
dándole fuerza al concepto ya propuesto por Agustín y Berengario de “Visibile signum, invisibiles
gratiae”.

En la misma línea de los autores citados anteriormente, otros exponentes del tema suman
esfuerzos hacia la definición de sacramentos. Hugo de san Víctor, propone una reflexión teológica
global de los sacramentos, respondiendo en su reflexión dos puntos respectos a estos “¿Qué son?
y ¿para qué son?, añadiendo que el sacramento es perdón de los pecados y condición universal
sanante. En una obra anónima llamada “Summa sententiarum” se estudia al sacramento como
causalidad de la gracia, aportando a reflexión la investigación y apropiación del sacramento como
vía de gracia y de una gracia eficaz.

En otras obras anónimas, como lo son la “Sententiae Parisiense” y la “Ysagoge in


Theologiam”, se replantea el concepto de sacramento desde la visión de signo añadiéndole la
especificidad de la causalidad sobre natural. Por su parte, Pedro Lombardo propone los sacramentos
como gracia sanante y remedio para el pecado original y los pecados actuales, insistiendo en la
relación entre signo-sacramento y la noción de causalidad; es decir, el sacramento como medio de
santificación.
Un cambio paradigmático ocurre cuando el aristotelismo aparece en Occidente, la
estructura del pensamiento agustiniano se ve alterado por el binomio materia-forma aplicado a los
sacramentos, encontrándolo en autores como Hugo de san Caro y el Docto Angélico. En Hugo de
san Caro, se encuentra por primera vez el binomio materia-forma como “Materia sacramenti cum
forma verborum”. Por otra parte, el Doctor Angélico recoge en la Suma Teológica elaboró la mejor
síntesis doctrinal de los sacramentos, proponiendo una doble finalidad del sacramento, siendo
remedio y santificación, además, propone dos dimensiones del sacramento la cristológica teniendo
su eficacia en Cristo y antropológica porque es el hombre el sujeto del sacramento. El mismo Doctor,
habla sobre el sacramento hilemorfista, recalcando el sacramento como acción; es decir, algo que
se realiza, aplicación del signo sacramental.

En los albores del siglo XIII se da una rigurosa definición de sacramento, ante las diversas
disputas que surgen entorno a los sacramentos, de manera especial con el bautismo, se hace la
diferenciación del “sacramentum” como el signo exterior y la “res sacramenti” que es la significación
justificada; es decir, efecto del signo sacramental, su virtud, lo interior, lo espiritual, etc. Además se
sigue recalcando el binomio materia-forma tomado el “verbum”, signo visible del sacramemto y el
“Elementum” es la operabilidad invisible. Se mantiene también la idea del hilomorfismo aristotélico;
es decir, el sacramento como palabra y cosa, la palabra es la forma del sacramento y la cosa es la
materia del sacramento.

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