En estos tiempos de crisis pandémica mundial se ha tenido que
implementar una educación a distancia en entornos virtuales, en
donde son muchos los requerimientos y la inmediatez que tienen docentes e instituciones en la implementación de diseños curriculares innovadores, con más flexibilización de tiempos y espacios académicos, de calidad que despierten en los estudiantes una motivación genuina para sus aprendizajes en entornos educativos no tradicionales. Esta flexibilización debe pensar en una gestión estratégica que responda a las demandas del tercer milenio de cara a una crisis pandémica global. Pensar en estas acciones tendientes a reformular las políticas educativas en la era digital implica retomar debates políticos y experiencias del quehacer educativo desde el compromiso social. La educación a distancia ya no es una barrera para la comunicación, sea no presencial, virtual, en línea, si debe contener una planificación, mediación pedagógica e interacción con los diferentes estamentos. Para llevar a cabo esto, Se deben implementar diferentes medios digitales para el aprendizaje. Una pedagogía de la virtualidad desde el paradigma de la complejidad nos interpela a pensar en una pedagogía como construcción creativa, que será posible y aplicable en la medida que las TIC se vuelvan cada vez más alcanzables para la mayoría y al servicio de los procesos de enseñanza y aprendizaje. La educación a distancia es un sistema de enseñanza y aprendizaje bidireccional entre profesor y estudiantes. Existen un conjunto de herramientas llamadas plataformas que permiten realizar usar pizarras digitales, entrevistas interactivas, bibliotecas virtuales, video conferencias en tiempo real, desarrollo de documentos colaborativos, entre otros. (Zoom, meet, classroom, whatsapp, etc.)
Considerando este contexto de pandemia, y la dificultad frente al
avance en la malla curricular 2020, el Ministerio de Educación actualizó las priorizaciones educativas y las difundió para todos los establecimientos educacionales.
Este se presenta como una herramienta de apoyo curricular para los
colegios, que permita enfrentar y minimizar las consecuencias adversas de la interrupción de clases presenciales. La Priorización Curricular está basada en tres principios básicos definidos por el Ministerio de Educación; seguridad, flexibilidad, y equidad. Se suma también el principio que define la educación de calidad desde la atención efectiva a la diversidad en el contexto de la educación inclusiva.
La iniciativa tendrá una duración de dos años con flexibilidad (2020 y
2021) y permitirá un avance gradual hacia el currículum vigente. Considera estos años como espacios de recuperación y reforzamiento de aprendizajes esenciales e incluye criterios flexibles sobre el plan de estudios y de evaluación.
Frente a todo lo expuesto es necesario fortalecer la capacidad de
tomar decisiones pedagógicas y curriculares en función de los estudiantes, contextos, recursos, etc. Esto implica hacerse cargo de las desigualdades de acceso de los estudiantes y pensar soluciones creativas y viables para cada contexto. Las herramientas virtuales no funcionarán para todos, debemos buscar nuevas alternativas. Esto requiere de mayor flexibilidad y autonomía de los establecimientos educacionales.
“En un sentido amplio pueden entenderse como un proceso
compartido de toma de decisiones tendiente a ajustar la respuesta educativa a las diferentes características y necesidades de los alumnos/as con objeto de garantizarles el pleno acceso a la enseñanza y la cultura” (Gine, 2002). En síntesis, el proceso de adaptación curricular debe formar parte del proyecto educativo institucional, de la gestión pedagógica de la escuela y materializarse en la planificación de situaciones de enseñanza y aprendizaje, amplias, variadas y flexibles que permitan a todos los alumnos participar y avanzar en el máximo grado posible al logro de los objetivos de aprendizaje.
“Para lograr el desarrollo de un currículo relevante, pertinente y
flexible son necesarios los aprendizajes básicos comunes para todos, que asegure la igualdad de oportunidades, pero al mismo tiempo, aprendizajes que sean pertinentes a las múltiples necesidades individuales de los estudiantes y de los contextos y comunidades educativas, es decir que resulten significativos para el sujeto que aprende” (UNESCO/OREALC, 2007).