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Evelio Martínez-Cañadas
Director de la colección: Javier Guallar
Diseño de la colección: Editorial UOC
Diseño de la cubierta: Natalia Serrano
Primera edición en lengua castellana: septiembre 2017
Primera edición en formato digital (epub): marzo 2018
© Evelio Martínez-Cañadas, del texto
© Javier Guallar, de la edición
© Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL) de esta edición, 2017
Rambla del Poblenou, 156, 08018 Barcelona
http://www.editorialuoc.com
Realización editorial: Sònia Poch
ISBN: 978-84-9064-149-1
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de
ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa
autorización escrita de los titulares del copyright.
Autor
Evelio Martínez-Cañadas
Cuáles son los principales motivos para aplicar la curación de contenidos en una biblioteca.
Cómo usar la curación de contenidos para aprovechar mejor el fondo y el espacio físico del
centro.
Índice
¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE LIBRO?
INTRODUCCIÓN
Como suele pasar en estos casos, los resultados de una muestra particular no tienen por qué
ser extensibles a otros grupos, pero lo cierto es que el estudio del Pew dibuja un retrato de la
infoxicación con más matices de lo que se creía en un principio.
Si hubiera que resumir los indicios que se tienen de la naturaleza de la infoxicación, quizá
podríamos utilizar la siguiente fórmula: la infoxicación depende de la psique y de las capacidades
e intereses de cada persona, y puede presentarse en situaciones concretas, aunque no
necesariamente siempre que hay abundancia de información.
Bien puede ser que esta fórmula explique por qué los usuarios no han acudido como se
esperaba a las bibliotecas a buscar la ayuda de los bibliotecarios para mitigar su supuesta
infoxicación.
Extractar (abstracting): un extracto o porción del artículo, que quizá incluye el título del
mismo, sus primeras frases o incluso su imagen.
Retitular (retitling): reelaboración del titular del contenido original, usualmente con la
intención de ganar visibilidad e impacto.
Resumir/comentar (summarizing): un resumen o sinopsis del artículo creado de nuevo (es
decir, es un resumen que no se encuentra en el artículo original).
Citar (quoting): una cita del contenido original, que quizá no lo represente en su totalidad
pero que el curator ha encontrado relevante.
Storyboarding: recopilación de contenidos de diferente formato y origen para crear una
narración.
Paralelizar (parallelizing): el curator utiliza un contenido que puede no estar directamente
relacionado con su tema de interés para establecer conexiones con otros contenidos que
sean significativos para su audiencia.
Esta fase se conoce como fase de sense making o caracterización,[4] de dotación de sentido a los
contenidos. En esta fase recae el valor diferencial que un content curator puede ofrecer con respecto
a otros métodos automatizables de recopilación de información: el curator ofrece contexto,
interpreta, analiza y sintetiza la información para su público objetivo, mostrando por qué esta es
relevante.
El escenario social puede ser propicio para que las bibliotecas apuesten por la CC. Como
hemos visto, por una parte los usuarios siguen dependiendo (ya sea de manera pasiva o activa) de
un buen número de intermediarios para satisfacer sus necesidades informativas; por otra, es bien
posible que la tolerancia a la infoxicación sea mayor de lo que se pensaba, no solo en la búsqueda
y gestión de contenidos, sino también en el consumo de los mismos. Gracias al capital simbólico
que atesoran (son instituciones que suelen estar bien valoradas por la sociedad), las bibliotecas
podrían estar bien situadas para llevar a cabo la CC y ofrecer esa actividad como un servicio de
valor a sus usuarios.
Asimismo, otro factor de fondo parece dejarnos en un momento idóneo para la CC. Tras unos
años en los que la profesión bibliotecaria se ha volcado en los aspectos relativos a las nuevas
tecnologías, hay voces que apuestan por recuperar una función bien valorada por los usuarios: la
prescripción de lecturas (García Hinarejos, 2017), algo en lo que tanto los medios tradicionales
como las plataformas sociales de recomendación llevan años ganando terreno a las bibliotecas.
Esa apuesta por una cierta vuelta a los orígenes (Martínez-Cañadas, 2017a) está en
consonancia con una función más tradicional pero igualmente importante de las bibliotecas (en
especial las públicas): ser despositarias y transmisoras de los productos de la imaginación, de la
creatividad y de la racionalidad humana,[5] cumpliendo así los objetivos de fomentar la educación
y el conocimiento. La CC podría entenderse entonces como uno de los medios más actualizados
con los que pueden contar las bibliotecas para llevar a cabo esa función. Y ello supone un cierto
cambio de paradigma: una implicación activa en la búsqueda, creación y difusión de ideas más allá
del quietismo que en la mayoría de ocasiones implica el servicio de referencia tal y como se
entiende en la actualidad.
EL LUGAR DE LA CURACIÓN DE
CONTENIDOS EN LAS BIBLIOTECAS
El capítulo anterior finaliza considerando las ventajas de aplicar la CC en las bibliotecas.
Hasta el momento han sido pocos los modelos o las propuestas orientadas en ese sentido. En este
capítulo repasaremos las existentes: el modelo de gestión de comunidades y contenidos de José A.
Merlo y la propuesta de nuevas guías temáticas de Javier Guallar. Los analizaremos por turnos y
ofreceremos una reflexión sobre sus debilidades, que en cierta manera son complementarias. Por
último, propondremos un marco que permita sistematizar una estrategia para la CC en las
bibliotecas.
José A. Merlo desarrolla sus argumentos en un escrito publicado en dos partes en Biblioblog.
Puesto que la segunda parte está dedicada a las herramientas, centraremos nuestra atención en la
primera parte, la más conceptual (Merlo Vega, 2014).
Hay que situar el escrito de Merlo en el contexto en el que fue escrito: un momento de intensa
discusión sobre el perfil y las funciones del content curator en el sector de la Información y
Documentación. Quizá por ello Merlo comienza su artículo afirmando que debido a su
desempeño laboral, los profesionales de la información son (o deberían serlo) de facto content
curators. El autor parece entonces apoyar las opiniones que sostenían (y sostienen) la equivalencia
entre los perfiles de bibliotecario y de content curator, puntualizando que este último es más
específico del ámbito de las relaciones públicas:
«... cualquier profesional que actualmente seleccione, procese y difunda información es de alguna manera gestor de
comunidades y contenidos. Hay quienes trabajan con estos perfiles laborales y quienes desarrollan estas tareas como
parte de sus funciones. Así ocurre en las bibliotecas, donde el rango de competencias profesionales se ha ampliado
con la gestión de comunidades y contenidos.»
Para el autor, la actividad de curación se complementa con la labor del bibliotecario como
community manager o gestor de comunidades:
«La biblioteca es gestora de comunidades y contenidos cuando mantiene actividad en redes y medios sociales y
utiliza servicios participativos para la obtención y agregación de información, el tratamiento de los recursos y la
comunicación de los contenidos».
Según Merlo, ha sido la aparición de nuevas herramientas lo que ha determinado esta nueva
concepción de la labor bibliotecaria de selección y difusión de información, herramientas que
aportan nuevas maneras para tratar y compartir la información. Por ello,
«el foco, desde mi punto de vista, está en las herramientas que hacen posible que de forma ágil recibamos y
compartamos información con nuestros usuarios».
El modelo de Merlo es un marco útil con el que situar la CC en el quehacer de las bibliotecas.
Pero también creemos que se le pueden hacer un par de críticas destacables.
En primer lugar, la importancia dada a las herramientas es muy matizable. Y es que lo que
hace de la CC un campo de práctica diferencial es la contextualización de los contenidos, el valor
que el curator aporta a la información a partir de su tratamiento (la aplicación de diferentes
estrategias de caracterización), y no tanto las herramientas. Demasiado a menudo, el énfasis en las
herramientas impide fomentar la discusión sobre las mejores estrategias para enfocar la curación,
así como sobre las técnicas para tratar la información y aportar valor. Ambos son aspectos que
han de ser tenidos en cuenta si se quiere aplicar la CC de una forma consistente y continua.
En segundo lugar, también es muy matizable el considerar que la CC debe restringirse a la
información digital. Merlo sigue la opinión mayoritaria y en buena parte justificada de que la CC
es una actividad propia del ámbito digital, pero consideramos que ello es un error. Para entender
por qué, podemos aplicar el (llamémosle así) argumento de la preexistencia: si algunos profesionales,
como los bibliotecarios, afirman que ya practicaban la CC antes de su popularización y que eso
los convierte en curators (como afirma Merlo), podemos establecer que hay perfiles que
practicaban una actividad no limitada al ámbito digital que solo después ha sido reconocida como
CC. En el tercer capítulo veremos el ejemplo de Maria Popova y su plataforma Brain Pickings. Lo
importante de resaltar estos casos es que muestran que la CC es una estrategia válida para aplicar
a contenidos físicos, aunque el medio de difusión de estos sea digital, algo muy conveniente para
las bibliotecas, dado que a día de hoy sus colecciones siguen siendo mayoritariamente en formato
físico.
En un momento ofreceremos un marco alternativo con el que considerar la CC. Pero antes
veamos una propuesta de aplicación de la CC en bibliotecas.
El modelo de Merlo sirve como base para la propuesta de aplicación de CC en las bibliotecas
de Javier Guallar: lo que él denomina nuevas guías temáticas. El autor desarrolla esta idea
principalmente en una entrada del blog Los Content Curators (mantenido junto con Javier Leiva-
Aguilera), así como en un artículo para el Anuario ThinkEpi (Guallar, 2014; 2016a). La entrada en
Los Content Curators es más conceptual que el artículo del Anuario, donde se recogen herramientas
y ejemplos de aplicación, de modo que nos centraremos en el primer texto.
Guallar explicita la conexión entre el modelo de Merlo y su propuesta:
«Nuestra opinión es que la curación de contenidos aplicada al ámbito de las bibliotecas se puede entender como
una oportunidad no solo para informar, sino para conectar y establecer vínculos con la audiencia con nuevas
herramientas y productos.»
Esa función informativa y a la vez de vínculo con la audiencia podría ser llevada a cabo
reciclando un producto clásico elaborado por las bibliotecas universitarias: las guías temáticas.
Las primeras guías, entendidas como un conjunto de enlaces a recursos agrupados en categorías y
subcategorías, tenían un carácter más bien estático y no siempre presentaban un aporte de valor
por parte del bibliotecario. La aparición de las herramientas y plataformas 2.0 (como Delicious),
que permiten un mayor dinamismo en su creación y difusión, han supuesto la popularización de
las guías en el mundo bibliotecario. Para Guallar, este contexto es adecuado de cara a impulsar la
creación de guías temáticas basadas en la CC, utilizando la abundancia de herramientas sociales
disponibles en el mercado. El autor destaca algunas características importantes de estas nuevas
guías:
Está claro que ello no es una limitación en sí de la propuesta de Guallar, sino un desarrollo
insuficiente de las posibilidades de la CC. Es algo sobre lo que reflexionar, puesto que para
Guallar (y en ello coincidimos con el autor)...
«El factor diferencial de la calidad de una CC no será solamente una buena selección de contenidos (que estén
adecuadamente dirigidos a nuestros usuarios), sino ofrecer contextualización, comentarios, ayuda, guía, opinión...
Será clave, por tanto, que los usuarios aprecien siempre la “voz” del curador de contenidos en sus productos: es
decir, que la biblioteca, en este caso, tenga su propia “voz” como curadora de contenidos para su comunidad.»
Bien puede ser que esta carencia en la caracterización de contenidos venga facilitada por algo
que criticábamos en el modelo de Merlo: el énfasis en las herramientas. Con su facilidad de uso, lo
llamativo de los productos resultantes y su aceptación por un público amplio, muchos centros
han apostado por las plataformas sociales, movidos por el deseo de crear comunidad con sus
usuarios. Pero en un mercado saturado de curadores (profesionales o amateurs) utilizando
plataformas sociales, parece razonable que los esfuerzos deban estar en otro sitio: en conseguir
una voz propia con la que destacar, como comenta Guallar.
Temas
Tipos de contenido
Fuentes de donde obtenerlo
Mensaje que se quiere comunicar a la audiencia
El cuadrante inferior izquierdo, estructura (structure), implica otras cuestiones a tener en cuenta
sobre el contenido, como por ejemplo:
Flujo de trabajo (workflow): los procesos, herramientas y recursos humanos que se necesitan
para poner en marcha y mantener las iniciativas relativas al contenido.
Gobernanza (governance): qué personas toman las decisiones clave sobre el contenido y sobre
la estrategia a llevar a cabo, así como las vías de comunicación que han de establecerse para
ello.
El resto, como dicen, es historia: Brain Pickings se ha convertido en una plataforma visitada
por miles de personas al día, como también se cuentan por miles sus suscriptores y sus seguidores
en redes sociales. Además, Popova ha colaborado con medios como The Atlantic, Wired UK y The
Huffington Post.
Buena parte del éxito de Popova se basa en su manera de entender la CC. La mayoría de
comentaristas defienden dos ideas en cuanto a la CC: primero, que es una actividad dedicada al
contenido digital; segundo, que la función de los curadores es aliviar la infoxicación, separando el
grano de la paja y ofreciendo lo más relevante del ámbito en que se desempeñan. Pero la
estrategia de Popova parece contradecir o al menos matizar ambas afirmaciones.
En alguna ocasión,[14] Popova ha declarado abiertamente su oposición al modelo de acceso a
la información mediado por buscadores (en especial Google). Según ella, un buen número de
contenidos online están pensados para una rápida caducidad. Por el contrario, su actividad de
curación se centra preferentemente en contenidos offline, sobre todo libros en formato físico, en
busca de materiales raros, poco frecuentes, que aporten a los lectores alguna muestra de
conocimiento (e incluso de sabiduría) perenne. Esta filosofía es lo que en alguna ocasión hemos
denominado estrategia de la escasez (Martínez-Cañadas, 2016b), una estrategia que tiene dos
implicaciones interesantes.
En primer lugar, el concepto de lo escaso suele ir asociado al concepto de valor: cuanto más
escaso es un bien o un servicio, más valioso se percibe. Lo mismo podemos decir de los
contenidos: cuanto más escasos, cuanto menos frecuentes, más oportunidades de que el público
los considere intrínsecamente valiosos.
Apostar por la escasez, no obstante, no garantiza el éxito si los contenidos no consiguen
conectar con el público. Popova solventa esta dificultad con dos hábiles movimientos: la selección
de sus contenidos, muy centrados en la cultura literaria y en lo visual (los libros ilustrados suelen
figurar entre sus elecciones), y con la manera de presentarlos, mediante una presentación gráfica
preciosista y cuidada al detalle y usando titulares llamativos (llenos de términos que captan
nuestra atención, como timeless, wisdom o stunning).
En segundo lugar, la estrategia de la escasez sitúa al curador en una relación ambigua respecto
a la infoxicación. Y es que si no existiese la abundancia informativa, tampoco existirían por
contraposición los materiales escasos, por lo que no está claro que una curadora como Popova
esté interesada en la lucha contra la infoxicación (a pesar de lo que puedan dar a entender sus
declaraciones contra la cultura Google).
El caso de Maria Popova es significativo para las bibliotecas en un doble sentido: primero,
porque muestra que la CC puede aplicarse con éxito a materiales como los libros físicos,
utilizando técnicas de caracterización adecuadas (en el caso de Popova tiene gran importancia la
citación); segundo, porque las oportunidades de aplicar la estrategia de la escasez son enormes en
centros de carácter generalista, como las bibliotecas públicas, o con un importante fondo
histórico y patrimonial.
http://bigthink.com/
El boom de la información digital suele despertar una pregunta nada fácil de responder: ¿cómo
hacer que el exceso de información disponible se convierta en conocimiento para los individuos?
Esa es la misión central de la plataforma Big Think.
No en vano, desde que se fundó en 2008 por Peter Hopkins y Victoria Brown, uno de los
lemas con los que Big Think se ha presentado al público es «Smarter, Faster», esto es, «Más
inteligente, más rápido». En la sección «About Us» de su página web se nos comenta algo más de
sus principios, así como de su funcionamiento.
Big Think pretende ofrecer a los lectores grandes ideas que les permitan dar sentido al mar de
información en el que vivimos, siempre poniendo énfasis en la interdisciplinariedad. Para ello, la
plataforma cuenta con un nutrido equipo de colaboradores (2.000, según se nos dice), entre los
que se incluyen algunas de las mentes más brillantes del pensamiento moderno. El equipo
editorial de Big Think se encarga de interrogar a los colaboradores sobre los últimos desarrollos
en sus campos para después decidir cuáles de esas ideas aparecerán en la plataforma (según
criterios de significancia, relevancia y aplicabilidad). Dada la preferencia por el formato de vídeo
para presentar las ideas de los expertos, Big Think fue conocida durante un tiempo como el
YouTube de las ideas (o también como el YouTube de los intelectuales).[15]
El formato de vídeo convive con el tradicional artículo de blog. Agrupados en grandes
categorías como «Bussiness», «Politics» o «Science», las entradas de Big Think nos presentan
comentarios, análisis e incluso fragmentos de libros de próxima aparición. Pero esto no siempre
ha sido así. En el curso de la historia de la plataforma, se ha producido un cambio en el enfoque
de las entradas, dejando de lado la que creemos que era la característica formal más interesante de
Big Think en cuanto a la curación y contextualización de ideas. La manera de llevar ambas a cabo
era sencilla y elegante, además de muy informativa. La noticia seleccionada se resumía bajo el
encabezamiento «What’s the latest development?» [‘¿Cuál es el último desarrollo?’]. Justo a
continuación, la noticia se contextualizaba bajo el encabezamiento «What’s the big idea?» [‘¿Cuál
es la gran idea?’]. Con esta presentación de contenidos, Big Think permitía una digestión eficaz de
la información y, por tanto, facilitaba a su público la tarea de poner orden al caos informativo y
de seguir las tendencias más relevantes del pensamiento contemporáneo.
La contextualización de información en una entrada de blog no ha de tener necesariamente el
formato de Big Think, pero sí es imprescindible que se dé, y que lo haga de una manera clara, algo
central en la CC; con frecuencia esto se descuida en las entradas de blog.
Pensando en las bibliotecas, Big Think nos parece un buen ejemplo de cómo sacar partido a la
abundancia de nueva información, un enfoque totalmente opuesto al de Maria Popova. El
carácter interdisciplinar de la plataforma y su presentación de los contenidos transmite el mensaje
claro de compromiso con el arte de convertir la información de nuestro día a día en
conocimiento.
Un solo contenido
Varios contenidos
Contenidos externos
Contenidos propios
Contenidos propios y externos
Curación
La heurística de Guallar viene a llenar un hueco existente en la literatura sobre la CC: permite
observar el mecanismo interno de este tipo de productos a la vez ofrece una forma útil de aislar
los diferentes tipos para facilitar su estudio (recomendamos la lectura del artículo original de
Guallar, en el que se mencionan y analizan ejemplos de cada grupo).
Por nuestra parte, seguiremos el espíritu pragmático que impulsa esta obra y mencionaremos
diez de los formatos de entradas más populares en la actualidad que pueden ser aplicados en
bibliotecas. La lista no pretende ser exhausitva, sino tan solo informativa. La intención no es
analizar los formatos en profundidad ni clasificar sus tipologías, sino ofrecer un esbozo de las
maneras en que la CC se puede plasmar en una entrada de blog. En cada formato mencionaremos
algunos ejemplos, a los que el lector interesado puede acudir para completar la imagen.
Presentaremos los formatos en un muy aproximado orden creciente de complejidad. Si bien
esta puede ser una propiedad subjetiva (en función de las habilidades y de los intereses del
curador), esperamos que nuestra presentación revele que no todos los formatos requieren ni el
mismo esfuerzo ni la misma dedicación.
1. Recopilación de enlaces/noticias
Sin duda, el formato más extendido. La presentación de los enlaces/noticias (y por tanto su
contextualización) puede ser muy variable: desde una sola mención al título hasta una breve
referencia a su contenido.
Ejemplos: la sección del blog de Miquel Pellicer «Los mejores artículos»,[16] en la que las
noticias tienen el formato de tuits incrustados, o la plataforma The Browser,[17] en la que cada
artículo seleccionado es resumido en unas pocas líneas para ofrecer una indicación de su
contenido.
2. Recopilación de enlaces/noticias en fotogalería/videogalería
Una variante del formato anterior que busca resaltar la selección mediante el recurso de la
imagen.
Ejemplos: tanto las imágenes como las videogalerías suelen ser muy frecuentes en los medios
periodísticos. Como ejemplo de lo primero, el artículo «Día nacional del libro» en la edición
mexicana del Huffington Post;[18] como ejemplo de lo segundo, el artículo «Canciones de George
Michael para recordar» en el diario El País.[19]
3. Imagen del día
Una manera de presentar un contenido apelando al poder de la imagen.
Ejemplos: los medios periodísticos también destacan en este formato, aunque hay un amplio
abanico de plataformas que lo utilizan (o lo han utilizado), como Hipertextual[20] o la NASA.[21]
4. Extraer ideas de un libro
Un formato basado en la técnica de caracterización citar (quoting).
Ejemplo: Maria Popova es sin duda el ejemplo más destacado de este tipo de formato, con la
bella disposición de las entradas en su plataforma Brain Pickings.
5. Guías personales de lectura/audición/visionado
Las guías de lectura, pero también de audición y visionado, suelen ser un recurso muy
utilizado en las bibliotecas para presentar los libros relacionados con una materia o autor. No
obstante, en este tipo de formato no prima tanto la exhaustividad a la hora de recopilar los
contenidos como el presentar una selección subjetiva y personal.
Ejemplo: dada la multitud de sitios y plataformas dedicados a la lectura, son numerosos los
ejemplos que podríamos aducir. Optaremos por mencionar un ejemplo dedicado a la música: la
entrada «La primavera la sang m’altera,...» [‘La primavera la sangre me altera...’][22] de la estantería
virtual dedicada a la música[23] de la Biblioteca Virtual de la Xarxa de Biblioteques Municipals de
la Diputació de Barcelona.[24]
6. Listas
A diferencia de las recopilaciones de enlaces o noticias y de las guías de lectura, las listas no
están necesariamente referidas a temas de actualidad ni a un tipo de producto cultural. Todo cabe,
pues, en ellas. Ejemplo: en el ámbito de la Información y Documentación, Julián Marquina hace
en su página web un uso intensivo de las listas para crear entradas. Como ejemplo, la entrada «10
puntos que debes tener en cuenta sobre las redes sociales en tu biblioteca».[25]
7. Comentario experto
Un formato que puede presentarse en diversas variantes, ya sea como una opinión abierta
sobre un tema o en forma de consejos o trucos en relación a diferentes ámbitos (como ventas,
marketing...).
Ejemplo: la entrada «Consells per augmentar la visibilitat dels articles de recerca» [‘Consejos
para aumentar la visibilidad de los artículos de investigación’][26] en el blog del CRAI de la
Facultat de Lletres de la Universitat de Barcelona.[27] El escrito es una traducción de los consejos
recogidos en un artículo de Jon Tennant[28] adaptado a los recursos de la Universitat de
Barcelona y resumido en formato infografía. Además, incluye enlaces a un par de recursos
adicionales sobre la cuestión.
8. Pasar revista a una cuestión
Uno de los formatos que acerca la CC a la práctica tradicional del periodismo: recopilar,
comentar y relacionar contenidos que hacen referencia a un tema o problemática.
Ejemplo: el blog de la Biblioteca Nacional de Catalunya[29] recoge una entrada[30] sobre la
exposición que la Diputación Provincial dedicó a Enric Prat de la Riba en 1967. La entrada nos
ofrece un análisis del evento, recogiendo imágenes y citas de fuentes de la época.
9. Listicles
El término es una contracción entre list y article, y hace referencia a esta doble naturaleza: un
artículo en el que la argumentación se presenta y estructura en forma de lista. Es, por tanto, un
formato diferente a las listas, aunque la estructura superficial pueda dar a entender lo contrario.
Si bien la argumentación puede ser original, eso no excluye la utilización de contenido curado, ya
sea de otros o creado por el propio curador.
Ejemplo: mencionemos de nuevo a Julián Marquina, que también hace un uso intensivo de los
listicles en su blog. Como ejemplo: «10 razones para que te animes a ser bibliotecario».[31]
10. Storyboards
La traducción de storyboard es ‘guion gráfico’, expresión que ya nos da una idea del tipo de
formato: la recopilación de fuentes diversas, con preeminencia del formato visual, para explicar
una historia. Es un tipo de formato que se corresponde plenamente con la aplicación de la
técnica de caracterización storyboarding.
Ejemplos: la popular plataforma para curar contenidos Storify basa su funcionamiento en la
creación de storyboards. Diversos medios periodísticos han experimentado con Storify, como The
Guardian[32] o El País.[33] No obstante, no es imprescindible utilizar una herramienta concreta,
dada la capacidad de los blogs para embeber contenido multimedia. Como ejemplo, la entrada
«Música i tradicions nadalenques a Castelló» [‘Música y tradiciones navideñas en Castellón’][34] en
el blog de la Universitat Jaume I,[35] una recopilación de recursos del repositorio de la
Universitat, tanto texto como imágenes y audio, para formar una historia en torno a un tema tan
específico.
Entrada dedicada al libro Y llegó la barbarie, de Jose Ángel Ruiz Jiménez. En su obra, Ruiz
Jiménez realiza un completo recorrido por los antecedentes, causas y consecuencias de los
conflictos armados que, en la década de 1990, azotaron a la extinta Yugoslavia. En lugar de
realizar una reseña de la obra, se opta por extraer una idea que consideramos significativa: la
manera en que los medios de comunicación presentaron en su momento aquellos conflictos,
contribuyendo a crear una imagen distorsionada de los motivos de las mismos y de los
contendientes. La entrada está realizada siguiendo la técnica de caracterización citar, ofreciendo
fragmentos relevantes del texto de Ruiz Jiménez con una tipografía destacada.
Ejemplo 2: «Els preescolars poden diferenciar entre pintures abstractes fetes per artistes i les fetes per altres infants o per
animals» [‘Los preescolares pueden diferenciar entre pinturas abstractas hechas por artistas y las hechas por otros niños o por
animales’].[38]
El texto se centra en un estudio de psicología sobre la percepción que los menores tienen del
arte abstracto. Para comentar tanto la metodología del estudio como sus conclusiones, se utilizan
dos reseñas del estudio publicadas en medios internacionales (técnica resumir). Las fuentes son
mencionadas en el artículo y se incluye una cita traducida de una de las reseñas (técnica citar).
También se menciona, aunque brevemente, otro estudio de las autoras del estudio reseñado
(técnica paralelizar). A continuación, los artículos sirven de puente para recomendar una obra del
fondo de Biblioteques de Barcelona sobre los fundamentos y las principales ideas del arte
abstracto (técnica paralelizar), utilizando un resumen de la obra (técnica resumir) y una cita de su
introducción (de nuevo, técnica citar).
Figura 4. Post de Bibarnabloc comentado como Ejemplo 2 (Fuente:
http://bibarnabloc.cat/2016/04/28/preescolars-diferenciar-pintures-abstractes-fetes-artistes-fetes-
altres-infants-animals/)
Ejemplo 3: «La girafa: un gegant en perill d’extinció» [‘La jirafa: un gigante en peligro de extinción’].[39]
Algunas de las obras incluidas en los bloques eran localizables con una búsqueda simple en el
catálogo, pero eso limitaba mucho el conjunto de documentos posibles para una exposición sobre
los diversos aspectos de la lectura. Así, no teníamos documentos recuperables por una búsqueda
como «beneficios + lectura», pero sí obras relacionadas con la misma. Por ejemplo, la obra
Superficiales, de Nicholas Carr, que puede ser entendida como un alegato a favor de la lectura
impresa y de los beneficios que supone frente a la lectura digital. Para destacar las relaciones
(ocultas a primera vista) de las obras con el bloque «Beneficios de la lectura», se optó por una
etiqueta sencilla en la que se mencionaba el beneficio relacionado con el texto (figura 6).
Figura 6. Etiqueta en la exposición «Un viatge per la lectura» [‘Un viaje por la lectura’]. Fuente: imagen
tomada por el autor.
Encontramos entonces los principales elementos de una exposición que hemos visto en el
apartado anterior: un tema o idea principal (la diversidad de aspectos del acto lector); una
estructura argumentada que despliega la idea (cuatro subtemas al mismo nivel que se
corresponden con algunas de las maneras en que puede ser estudiada la lectura); e información
complementaria que permite captar la estructura, comprender el porqué de la presencia de los
documentos y establecer relaciones entre estos (carteles, rótulos y etiquetas).
CONCLUSIÓN: LA CURACIÓN DE
CONTENIDOS Y EL FUTURO DE LAS
BIBLIOTECAS
No quisiéramos concluir esta obra sin mencionar el que a día de hoy puede considerarse el
principal contraargumento para no apostar por la CC en las bibliotecas: la renovada importancia
del espacio de los edificios bibliotecarios de cara al futuro. Lo que subyace en el centro de esta
idea puede resumirse de la siguiente manera: en la sociedad digital y conectada, la biblioteca como
suministradora de información se vuelve inviable (Juárez, 2017); si las bibliotecas quieren
sobrevivir, deben buscar nuevas maneras de atraer usuarios; dada la desmaterialización que
supone lo digital, quizá el futuro pase por apostar por lo contrario: el espacio físico y lo que este
puede ofrecer a los usuarios.
La reutilización del espacio físico puede tomar varias direcciones en función del tipo de
centro. Así, en las bibliotecas universitarias se podrían crear espacios de socialización, de trabajo
colectivo y de conexión para los dispositivos digitales; en las bibliotecas públicas, además, se
podrían desarrollar espacios para la interacción y la creatividad, como los makerspaces, que sirvan
de catalizador para la creación de comunidades.
Ciertamente, lo expuesto en el primer capítulo puede verse como una refutación de la idea de
que la biblioteca como suministradora de información no tiene lugar en nuestras sociedades. No
repetiremos argumentos, pero diremos que no hay nada que a priori haga incompatibles las
funciones social e informativa de las bibliotecas. Sin duda, es cierto que cada vez más usuarios
prescinden de los servicios de las bibliotecas para satisfacer sus demandas de información, pero
quizá eso solo muestre que los bibliotecarios no han sido hábiles a la hora de ocupar un nicho en
el ecosistema informativo. Puede que esto tenga diferentes explicaciones, pero a nuestro entender
hay dos destacadas. En primer lugar, la apuesta en los últimos años por la vertiente más técnica de
la profesión. Era (y sigue siendo) algo necesario, pero el clima de opinión en la comunidad
bibliotecaria no ha favorecido el prestar atención a lo importante que para las bibliotecas podrían
llegar a ser las habilidades de los bibliotecarios para recolectar, tratar y difundir información.
Habilidades más «blandas», pero no por ello más prescindibles. La onda expansiva de esa apuesta
por la técnica sigue dejándose notar a día de hoy en cuestiones como el desconocimiento (y el
desinterés) de los bibliotecarios de buena parte de la colección de sus centros y las dificultades
para dinamizarla y explotarla. En segundo lugar, el reparo que muchos profesionales sienten ante
la posibilidad de prescribir contenidos. En la imaginación de no pocos bibliotecarios, la
prescripción se asocia a «decirle a la gente qué es lo que tiene que leer» o a situarse en una
posición de superioridad intelectual con respecto a los usuarios. Lo cierto es que dichos temores
enmascaran una realidad mucho más simple: los usuarios aceptan de buena gana las
recomendaciones, y recomendar no excluye la conversación con estos, algo que preocupa mucho a
los defensores de la biblioteca como espacio comunitario.
A modo de resumen general, podemos decir que potenciar la CC en las bibliotecas pasaría
por, al menos, los siguientes puntos:
No es poca cosa, pero no tienen por qué ser objetivos inalcanzables. La consecución del
compromiso de las bibliotecas con la educación y el conocimiento bien vale la pena el esfuerzo.
Bibliografía
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Notas
[1] Como ejemplo, el debate iniciado por Tomàs Baiget en Iwetel (Baiget, 2012).
[2] La charla TED de Schwartz sobre las ideas de su obra cuenta con más de 2 millones
de visitas. https://www.youtube.com/watch?v=VO6XEQIsCoM
[4] Para ampliar información, véase Guallar; Leiva-Aguilera (2013) y un gráfico en Leiva-
Aguilera (2013).
[5] Quizá Michael Gorman sea quien mejor ha expresado esta idea, como por ejemplo en
Gorman (2007). Gracias a Lluís Anglada por la referencia.
[6] Sobre las ventajas de utilizar el marketing de contenidos para difundir la colección
digital, véase Arroyo-Vázquez (2017).
[7] Las 4 S’s del método de CC de Guallar y Leiva-Aguilera son: Search (búsqueda), Select
(selección), Sense making (caracterización) y Share (difusión).
[10] Hay que insistir en que esa postura no debería implicar que se considere la CC como
un medio barato para obtener contenido: una buena CC también implica tiempo y un
personal con las habilidades necesarias.
[11] Para un esquema simplificado, Leiva-Aguilera (2013). Para una explicación en detalle,
véase Guallar y Leiva-Aguilera (2013a). Para un ejemplo de aplicación, Guallar (2015b).
[12] Para un completo resumen de los aspectos a tener en cuenta en la fase de diseño:
Torres Castrillo (2014).
[17] http://thebrowser.com/
[18] http://www.huffingtonpost.com.mx/2016/11/12/galeria-dia-nacional-del-libro/
[20] http://hipertextual.com/imagen-del-dia
[21] http://www.nasa.gov/multimedia/imagegallery/iotd.html
[22] http://bibliotecavirtual.diba.cat/musica/sang-altera
[23] http://bibliotecavirtual.diba.cat/musica
[24] http://bibliotecavirtual.diba.cat/
[25] http://www.julianmarquina.es/10-puntos-que-debes-tener-en-cuenta-sobre-las-redes-
sociales-en-tu-biblioteca/
[26] https://blocdelletres.ub.edu/2017/05/10/consells-per-augmentar-la-visibilitat-dels-
articles-de-recerca/
[27] https://blocdelletres.ub.edu/
[28] http://blog.scienceopen.com/2017/03/promoting-your-articles-to-increase-your-
digital-identity-and-research-impact/
[29] http://www.bnc.cat/El-Blog-de-la-BC/
[30] http://www.bnc.cat/El-Blog-de-la-BC/Exposicion-bibliografica-Prat-de-la-Riba-
1967
[31] http://www.julianmarquina.es/10-razones-para-que-te-animes-a-ser-bibliotecario/
[32] http://storify.com/guardian
[33] http://storify.com/el_pais
[34] http://blogs.uji.es/bibliotecauji/les-tradicions-nadalenques-a-castello/
[35] http://blogs.uji.es/bibliotecauji/
[38] http://bibarnabloc.cat/2016/04/28/preescolars-diferenciar-pintures-abstractes-fetes-
artistes-fetes-altres-infants-animals/
[39] http://bibarnabloc.cat/2017/01/20/girafa-gegant-perill-dextincio/
[40] http://www.iucnredlist.org/details/9194/0
[44] Para una información más completa, recomendamos el ya citado manual de García
Blanco, así como el más específico Museum texts: communication frameworks, de Louise
Ravelli (2006).