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Capítulo 2
TEORIA DE CRISIS .
Base epistemológica

El tiempo, ese ladrón que fabrica fantasmas…

La vida es el viaje del yo en el laberinto del tiempo.

El cuerpo nos incluye en el cambio irreversible (el sol vuelve a salir, pero los dientes no).

La palabra es el fantasma del objeto ausente

1 El doble encierro: solos y paralizados


La conciencia arcaica o proto-conciencia es la suposición del estado primigenio de la
conciencia cerca de la nada, donde todo comienza (el ser existe porque existe la nada).
¿Para qué conviene empezar de cero? Porque así comenzamos desde el origen, y vamos
analizando cómo se construye ésto que llamamos realidad. Dentro de ella, existimos los
humanos.
También podemos llegar al concepto de conciencia arcaica tomando en cuenta los datos
inmediatos de nuestra conciencia, percibimos que estamos encerrados en ella, que la
intimidad de nuestros pensamientos sólo puede ser transmitida con el pobre recurso de
canjear imágenes por sonidos, las palabras, y confiar que sean decodificadas conservando
su sentido para nosotros. Cualquier dificultad con el diálogo nos deja nuevamente en el
encierro de la subjetividad. Este es el tema de la separatividad humana, la condición de la
soledad última. La cultura se inventó para que podamos superar esto; el lenguaje nos redime
de este pecado original de aislamiento. Luego vamos a ver que la dificultad del diálogo es el
origen de la confusión, que es en definitiva el núcleo del sufrimiento mental.
La segunda característica de la inmediatez de la conciencia es que siempre percibe lo actual,
que siempre estamos en el “ahora”, en el presente, no hay más que presentes que se
suceden independientemente. Es decir que no sólo originariamente estamos adentro
(encerrados), sino que sólo existimos en el instante del presente, o sea que tampoco existe
“realmente” el tiempo, la historicidad, que ésta es una creación de la memoria, del lenguaje
que crea secuencias entre presentes inconexos, generando la vivencia de continuidad de un
transcurrir.
Para ilustrar esto vamos a analizar el cine. Marlon Brando se mueve, camina, se pelea,
según lo vemos sin ninguna duda. Pues… no, el cine no existe, son sólo diapositivas, fotos
inmóviles que se pasan a una velocidad superior a la persistencia de la imagen en la retina, y
por lo tanto no lo registramos como una serie de imágenes inmóviles sino que creemos que
Brando se mueve.
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2 La invención de la palabra
La sustitución del objeto ausente por un sonido fue una idea en sí misma elemental, pero
trajo una mutación fundamental: nos separó definitivamente de los animales. Aquel mono
ancestral, antepasado de antepasados sustituyó un objeto desaparecido con un sonido.
Inventó la palabra, que es “el fantasma del objeto ausente”. Lo sustituye y vale como él, lo
representa (re-presenta, lo presenta nuevamente). Con este sencillo truco pudo transmitir
una imagen de su mente a otra mente, transportando la imagen dentro de un sonido. Al oír
ese sonido otro mono generaba esa imagen en su mente. Suponemos que las primeras
palabras fueron para asegurar la sobrevivencia. Tal vez una de las primeras haya sido “león”
porque esto permitía subir a los árboles a aquellos que todavía no habían visto para salvarse.
Una vez aceptado el truco se fue complejizando: “león viene del río”, si era “viene león viejo”
los monos subían despacio, daba más información para esquivarlo.
La acumulación de sonidos significativos permitía describir escenas complejas, el pasado no
se perdía y se podía recrear, era una victoria en la guerra contra la evanescencia de la
realidad, comenzaba la memoria. Pero esto llevó a otra pregunta que ahora se podía hacer
¿cuáles son los presentes que vendrán?… y los monos-hombres adquirieron otra dimensión,
el futuro, que lograron “futurando recuerdos”. Arrojaban recuerdos, tal vez re-combinados, y
luego movían cosas para que esa escena alucinada, tejida con sonidos, se transformara en
un presente. Es decir, “se haga realidad lo imaginado”. Con este mecanismo inventaron el
proyecto, la planificación.

3 Conciencia primigenia
Desde este análisis es que podemos comprender un fenómeno muy inentendible desde los
supuestos racionales (espacio-temporales) que es el brote psicótico, pues el testimonio
clínico del paciente es “siento que el tiempo se congeló, que no existe el futuro y yo no existo
más…” Nosotros suponemos que el loco es en realidad el lúcido máximo que descubrió el
secreto final de la conciencia, que toda la realidad con su estructuración del espacio y del
tiempo es una construcción artificial de miles de años del lenguaje y de la cultura. Pero que
puede en situaciones muy críticas de la mente producirse una regresión a la conciencia
primigenia o arcaica, donde el humanoide mono todavía no había creado el espacio y el
tiempo. Es decir no había creado aún la historicidad, que es el tema que más nos preocupa,
pues pensamos que es la clave para entender las crisis psicológicas.
Entonces son dos las características de este estado primal de la conciencia, el encierro y la
paralización. Nosotros lo llamamos el doble encierro de la conciencia.

4 El tejido del tiempo


Una de las preguntas fundamentales del existente es ¿A dónde voy, cómo sigue la película
de mi vida? Por lo tanto, sólo la historia, el argumento que entreteje los presentes, da sentido
a cada escena. Si al alquilar una película en video la colocamos y está por la mitad, ese beso
de la pareja que vemos no va a ser entendido porque ¿qué beso es? … ¿El primero? ¿El de
la traición? ¿El de la despedida? Su significación depende de en qué historia esté insertado
ese beso. Para saberlo tendremos que poner la película desde el principio así cuando la
historia llegue al beso, tendrá significado. El contexto define al texto, la historia define cada
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acción. Además poder “entender” una película depende de tomar partido en la historia,
meternos en la historia, de identificarnos con alguien (en general con el protagonista) de
modo de poder “leer” lo que pasa desde ahí.
Vínculo y tiempo, tiempo y vínculo, cada dimensión define y sostiene a la otra, por eso el
proyecto humano, la condición de estar “arrojado al futuro”, como dice Heidegger es no sólo
un Da-Sein (ser-hacia delante), sino también un Mit-Da-Sein es decir un ser-futurado pero
con alguien (Mit en alemán significa “con otro”).

5 Lo obvio es invisible
Lo que quiero analizar, entender, describir, controlar, es lo más obvio, es lo que nunca se
percibe porque es “desde donde se percibe”, el ojo nunca ve el anteojo, es el “pasar de la
vida” (el devenir), es el tiempo. Para ilustrar relataré un chiste: Un hombre pasaba todos los
días la frontera con una carretilla llena de pasto. El guardia de la aduana sospechaba que
fuera un contrabando y buscaba dentro del pasto oro, joyas, droga o lo que supuestamente
ocultaba. Se desesperaba porque nunca encontraba nada.
Después de muchos años, los dos ya jubilados se encuentran y el aduanero le pregunta “Ya
que pasó todo ¿Porqué no me decís qué contrabandeabas?”. “Carretillas”, le contestó
sonriente.
Analizar el tiempo es como analizar la libertad o el aire, aparecen cuando faltan. Freud no
pudo analizar el tiempo, la transformación como problema existencial, porque la Viena
Imperial en la que vivió era un mundo tan estable que el tiempo no era un problema. Estaba
tan quieto que no se percibía.

6 Bases biológicas de Marx y Freud


Lo que tenemos en común con los animales es el hambre y la sexualidad. Estas dos
funciones que nos parecen tan biológicas condujeron a las dos más importantes
construcciones ideológicas del siglo pasado, el Marxismo (que estudia el desarrollo
económico, los alimentos) y el Psicoanálisis (que propone que el origen de la identidad tiene
raíz sexual). La base era comer y coger…Son las dos exigencias de la naturaleza. Comer
para la preservación del individuo y coger para la preservación de la especie.

7 No era el sexo sino el tiempo


La Biblia nos cuenta que Adán y Eva, en el paraíso, podían comer de todos los frutos, pero
Dios incluyó una prohibición, de cierto árbol no comerán. Esto colocó a la pareja originaria en
situación de inventar la anticipación, pues había un fruto cuyo sabor sólo podía ser alucinado,
imaginado. La manzana, usual metáfora del pecado sexual, condujo a la invención del
tiempo, pues exigió anticipar, planear algo: la transgresión.
El castigo de Dios, la pérdida del Paraíso del eterno presente, es una metáfora de la
consecuencia de este salto (la capacidad de anticipar). Separó al hombre de los animales,
pues lo condenó a la angustia de prefigurar su propia muerte (tal vez aquella tarde de
iniciativa Adán y Eva inventaron el sexo, el tiempo y la muerte).
También podríamos decir con respecto a la pareja (el diálogo) que Dios era el tercero e
inauguraba la cultura por ser el testigo que “define”. Respecto a la serpiente que tentó a Eva
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pienso que es una metáfora del lenguaje porque permitió señalar la manzana y no hay
tentación sin la palabra que señala el objeto.

8 Mejor coger que morir


Freud eligió desarrollar su teoría a partir de los órganos sexuales que son concretos y las
culpas edípicas. Yo elegí centrar la teoría en algo tan evanescente como el tiempo y señalar
el vacío existencial como origen de la enfermedad. Es natural que se venda más lo de Freud
porque distrae de lo más temido, la incertidumbre existencial. Históricamente siempre se
vendió más el sexo que la muerte, pero si no la enfrentamos y no hacemos algo con ella
(como revertirla con un proyecto de vida) la incertidumbre esencial va a estar siempre
jodiendo allá en el fondo.

9 En el fondo, nada
Usé el pozo que hizo Freud buscando el secreto del inconsciente, seguí cavando en él, de
pronto surgió algo desconcertante...desapareció también el pozo, quedó nada...vacío,
apareció el vacío.

10 La flecha del presente


El pasado no pasó, nos empuja hacia adelante. El presente no es una posición, es una
dirección, una flecha en el aire, está pero no está en ese lugar porque está en movimiento,
sólo existe un instante arrojado adelante.

11 La realidad es imaginaria
La inmensa mayoría de la gente cree que la realidad existe. Sería una crueldad avisarle que
es imaginaria, que sólo existe cuando se la percibe desde la subjetividad. Si nadie existiera,
desaparecía eso que llamamos realidad. Una frase del Budismo pregunta: “¿Cómo es el
sonido de un árbol que cae en un bosque donde no hay nadie?”.

12 El gran tiempo
A veces el tiempo se detiene aunque no de manera patológica: Se trata de las intensas
vivencias de totalización de la percepción donde se pierde la secuencia histórica, el tiempo
reloj y aparece un tiempo cósmico. Son generadas por los estados emocionales límites, el
impacto de un accidente, la exaltación por un triunfo largamente esperado, el orgasmo. El yo
queda fuera del tiempo y se autopercibe como totalidad histórica (el éxtasis religioso y el
satori del budismo zen deben ser los casos límite).
Puede decirse que en ese instante se vive la eternidad. Quedamos afuera de la trama de los
hábitos que sostienen la temporalidad de la vida cotidiana.

13 El fonema se hizo grafismo


Hubo otro salto además de usar el sonido (fonema) para atrapar lo evanescente, lo que la
transformación se robaba. Se comenzó a clavar el sonido en la pared de las cavernas y a
hacerlo permanente, adherido al mundo estable. Inventamos la escritura, el grafismo, otra
conquista sobre el tiempo ladrón. Lo sucedido permanecía adherido a las piedras, luego al
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barro cocido, a los pergaminos y ahora a este papel que tengo delante. Así el camino fue
más rápido para crear la cultura, se podían acumular generacionalmente los datos y el
crecimiento fue geométrico. Al punto de que cuando la electrónica, especialmente la
televisión se hacen cargo de la realidad, se convierten en la propia realidad virtual. Vigilia y
sueño se confunden.

14 ¿Canibalismo o comunión?
Hace años un avión con estudiantes uruguayos de una escuela católica cayó en los Andes y
al cabo de cuarenta días se los dio por desaparecidos. Era imposible sobrevivir en ese lugar
sin víveres, sin embargo pudieron hacerlo. Sucedió (fue contado luego por ellos en un libro),
que cuando comenzaron a sentir que morirían de hambre registraron que los cadáveres de
sus amigos estaban perfectamente conservados por la nieve (en un freezer natural). Pero
aparecía la palabra “canibalismo” que hacía imposible esa solución. A esta altura se dio lugar
a la creación de una redefinición semántica y lograron la palabra salvadora. Eran católicos
practicantes y uno de ellos que estudiaba teología puso a disposición del grupo la nueva
palabra: “comunión”, pues dentro de la concepción católica la hostia y el pan de la misa son
en forma “real” el cuerpo y la sangre de Jesús y cada uno de los creyentes contiene a Jesús.
Esta palabra modificó el acto. Ya no era canibalismo, sino un acto de comunión, de modo
que esto permitió que se comieran a los compañeros y sobrevivieran.
Es notable como a veces sólo una palabra puede salvar una situación imposible. Si hubieran
sido peones chilenos perdidos en los Andes, los diarios hubieran hablado de “Canibalismo en
los Andes”.

15 La invención de las madres


Otro caso fue también la historia de una palabra que permitió nominar una situación creada
por la dictadura militar argentina. Los detenidos eran llevados, torturados y muertos, pero
esto no era reconocido. La negación del paradero era negada (una re-negación). Antes del
proceso militar un ser humano tenía dos posibilidades: estaba vivo o estaba muerto, no
existía esa tercera posibilidad “ni vivo ni muerto”. Esta era una ambigüedad inaguantable
para los parientes pues no podían iniciar el duelo de despedida (¿y si aparecía?), era
enloquecedora la espera. Esta situación de duda que se multiplicaba por miles de casos
generó un movimiento de las madres de los secuestrados (también se negaba que habían
sido secuestrados), que generó con su lucha una palabra que pudo colocar en el orden
simbólico ésta, antes inexistente, tercera categoría, entre vivo y muerto: la palabra
“desaparecido”, que permite incorporar a lo real lo perversamente fantasmal. Tanto es un
nuevo término, una nueva palabra de la cultura, que no se la traduce, en otros países se usa
también la palabra “desaparecido”, creada por las Madres de Plaza de Mayo para categorizar
lo incategorizable. Treinta mil personas en esta situación generaron el término. Ahora un
joven puede decir “mi padre es un desaparecido”, con lo cual se entiende la tercera
posibilidad aberrante. La nueva palabra permitió el duelo de lo ambiguo. Le dio paz y
descanso al fantasma del vivo-muerto. La tierra no entierra a los muertos, los entierra el
trabajo de duelo que, con palabras, categoriza al existente real en no-existente real, pero sí
en recuerdo existente.
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16 El instante infinito
El estudio del tiempo, este “fluido entrópico”, que en su fluir nos desconcierta, es bastante
difícil, pues el yo vive en el tiempo como el pez en el agua, y lo último que se le puede
preguntar a un pez es ¿qué es el agua?… pues nunca estuvo fuera de ella, salvo cuando el
pescador lo saca y por ausencia de su medio entiende qué “era” el agua, aunque ya es tarde
para él.
Cuando pensaba en el pez y su destino de no conocer lo que estaba tan cerca, por estar tan
cerca, pensé que no era posible un lugar “fuera del tiempo para estudiar el tiempo”. Me
parecía que me encontraba en la situación de estar en el mar dentro de un bote y si
desarmaba el bote para saber cómo estaba construido, me hundiría. Encontré tres lugares
fuera del tiempo: uno es la situación de conciencia cuando ocurre el brote psicótico, los
testimonios clínicos inmediatos son “que el tiempo se detuvo”, que se tiene la inaguantable
sensación de paralización del devenir donde el instante es infinito, algo así como haberse
“caído en la eternidad”, y por lo tanto la vivencia de desaparición del sí-mismo porque deja de
existir en la sucesión. “La vida es como una bicicleta, si se para se cae”. En realidad, la
vivencia más angustiante es el brote, pues no sólo se cae, sino que desaparece la bicicleta,
sucede la nada.
Otro lugar fuera del tiempo para estudiar el “mecanismo del tiempo” (todo órgano o
mecanismo señala su función sólo cuando falla o se detiene, la ausencia señala su
presencia), es la ingestión de ciertas drogas que afectan la corteza cerebral donde se
constituye la noción del tiempo. El hachis, LSD, wuachuma, etc., llevan a la conciencia a un
no-tiempo o tiempo-total donde no hay pasado y futuro.
El tercer lugar fuera del tiempo es el que logra el monje Zen desarmando la conciencia
racional, después de un largo entrenamiento logra el estado de satori donde ya no existe el
principio de contradicción lógico, no hay adentro y afuera ni ayer y mañana. Se llega a una
conciencia perceptiva en un “ahora”, un presente pleno y completo en sí mismo. Todo el
tiempo está completo en ese instante y desaparece la angustia de muerte, el instante es
eterno.

18 Heráclito y Parménides
La palabra controla la transformación para que sea entendible. La secuencia es colocar
pasado en el futuro, la planificación es como poner una marca allá en el futuro para después
encontrar la marca y conectar presentes aislados.
Hay dos polos para percibir el tiempo, uno, “todo fluye” (Heráclito) y el otro opuesto es “sólo
existen presentes estáticos, todo está quieto” (Parménides). Tal vez las dos hipótesis son
verdaderas porque lo que fluye son sólo presentes estáticos e inconexos.
El tiempo-cultura es un tiempo de presentes secuenciados, presentes cronados. Debo
aclarar que me permití crear un neologismo que es el verbo cronar (de cronos) que define
unir acontecimientos en el tiempo, secuencia presentes. Por ejemplo, la música es una figura
cronada. Cronar es memorar y expectar al mismo tiempo. Por eso la primera vez que
escuchamos una melodía no la entendemos porque oímos cada nota por separado, cada una
tiene sentido desde la anterior y la siguiente. El loco pierde este tiempo-cultura por eso siente
presentes discontinuos, dice "el mundo se detuvo" pero tampoco puede entender la
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transformación que percibe y por eso fabrica máquinas de congelar el tiempo, por ejemplo
los rituales obsesivos. En el Borda, estaba internado un relojero que había inventado un
freno para el tiempo. El reloj caminaba más despacio y él decía que así podía alcanzarlo.

19 Tiempo subjetivo y tiempo social


El tiempo tiene dos dimensiones distintas. Por un lado está el tiempo subjetivo, el tiempo
interno, el de la evocación y anticipación en lo imaginario que es errátil y cuyo orden es
imprevisible, no tiene secuencia cronal, lo sucedido se mezcla con lo anticipado, todo es
reversible, todo el tiempo está ahí, alrededor nuestro. Por otro el tiempo social, externo, está
espacializado, convertido en velocidad constante de las agujas del reloj, es el mismo para
todas las subjetividades, es el tiempo de los horarios y de los encuentros con el otro, es un
tiempo secuenciado e irreversible, no vuelve atrás. Pero la cultura crea el tiempo cíclico
donde todo vuelve a suceder, los meses y los días semanales. Enero se vuelve a repetir y
también los lunes y las ocho de la mañana. Este es el ciclo del eterno retorno que hemos
creado para enfrentar el sentimiento de evanescencia. Pero los años son irreversibles pues
tienen números que no vuelven atrás 2001, 2002, 2003… estos son los pasajes más
ansiógenos, por eso están protegidos por los ritos de pasaje que crea la cultura. Las fiestas
de fin de año, con bastante alcohol y ruido, nos distraen del miedo al tiempo irreversible.

20 Introvertido y extrovertido
Como modos extremos de vivir la temporalidad se perciben dos: uno es la opción imaginaria,
la persona orientada hacia adentro, el introvertido jungiano; y el otro es la personalidad
fáctica que permanece en el presente, hacia fuera, el extrovertido jungiano. El yo completo
existe en la intersección de espacio y tiempo. Su accionar concreto, real (espacio), es
atravesado, contextuado, dirigido por sus representaciones imaginarias, es el proyecto-
siendo de Sartre. Su historia es hecha en cada instante, vive en el presente pero existe en el
tiempo.
Esto lo lleva a tener dos diálogos, uno yo – vos con el otro concreto y el otro fui-seré, interno,
imaginario, donde yo me percibo a mí mismo recorriendo mi historia, mi destino.
De aquí se derivan, o se entienden, dos de las patologías más graves e importantes de
nuestra época: el que se “cayó para adentro”y quedó encerrado en un diálogo imaginario, el
esquizofrénico y el otro extremo, el que quedó encerrado afuera, el psicópata, la pura acción
sin historicidad, que no puede tener contacto con su intimidad yoica, pues no la tiene, no
adquirió en su historia infantil la capacidad de empatía con otro humano y lo tratará como un
objeto, porque él mismo se vive también como objeto, pues es una sola exterioridad.

21 Psicótico y psicópata
Los dos son enfermos pero el segundo es realmente peligroso. Es la persona manipuladora
que aparece en el cine desde una pura acción, matando y corriendo y en ningún momento
reflexiona sobre el sentido de lo que hace.
El esquizofrénico se invagina, se mete dentro de sí mismo y va a parar a un hospicio, pero el
psicópata al faltarle la emotividad puede ejercer el poder con los demás, porque al carecer de
identificación emocional puede cosificar al otro, golpearlo, manipularlo o matarlo sin culpa. Y
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no sólo no va al hospicio, sino que muchas veces ejerce el poder, pensemos en los militares
del proceso en Argentina que pudieron torturar y matar treinta mil personas sin que suceda la
identificación con las víctimas que daría como consecuencia un sentimiento de culpa
insoportable.
En el ciclo del día atravesamos el límite entre la realidad y lo imaginario. Todas las noches al
acostarnos relajamos la musculatura y se produce la conmutación cerebral de la vigilia al
sueño. En ese momento el tiempo social deja de existir y entramos en las imágenes
acrónicas (sin temporalidad) donde el pasado o el futuro es vivenciado como presente. En el
sueño volvemos al no espacio y no tiempo, llegamos al fondo de la conciencia, aun más si
tiene carácter de pesadilla.
Al despertar a la mañana volvemos a entrar al mundo compartido, otra vez se imponen las
categorías de adentro-afuera, ayer-mañana y debemos respetar normas sociales, roles. Se
reinstaló el tiempo-reloj y el encuentro con el otro nos exige estar afuera, en el mundo.
El humano tiene que dominar esta acrobacia de ser alguien para-sí y también ser para-el-
otro. Debe aprender a no caerse para adentro ni quedar encerrado afuera.

22 ¿Porqué Psicología Social?


Entonces podemos decir que la existencia de la conciencia depende del “mundo real”, de la
cultura, pero ésta fue inventada por las subjetividades. De modo que el conjunto es indivisible
y forma un sistema único que es el yo-mundo, y la Psicología Social merece existir para
poder analizar esto como una entidad autónoma, no psicología (subjetividad) por un lado, e
independientemente otra ciencia separada que estudie la cultura, la sociología (objetividad).
Los grupos son las matrices de las identidades, por eso uno de los instrumentos de trabajo
de la Psicología Social son los grupos como primera matriz de la identidad.
También el espacio social del aprendizaje de la realidad en los niños es un grupo, la familia,
que comienza la tarea de socializar los contenidos emocionales (confusos e inestables) de
los niños pequeños a través del aprendizaje del lenguaje, de los roles y las ceremonias
sociales. En la frontera entre mi interior y el mundo se encuentra la base de existencia
concreta, el cuerpo. Ojos, oídos y demás órganos de relación son los transmisores de
mensajes para y desde el afuera. La piel recorta mi intimidad, yo me figuro ser adentro de
este cuerpo y que sus lentas transformaciones estabilizan mi viaje por el tiempo en mi
proceso de vida.

23 Las Tres Aperturas


El sistema actual individualista tiene una concepción del mundo formado por personas solas,
por individuos que utilizan sólo palabras y dirigido hacia el pasado. El paradigma de esto es
el psicoanálisis. La propuesta de esta cultura es individual.
Nosotros proponemos tres aperturas que inauguran otro paradigma, ir de lo individual a lo
grupal, ir de las palabras a la acción, a lo corporal, a la actividad para generar un nuevo
futuro, no sólo remover el pasado. Hay una gran diferencia en la operatividad. El futuro
contiene el cambio y tiene los elementos del pasado. Se trabaja prospectivamente, para
poder hacerlo, hay que incorporar el cuerpo, que tiene la posibilidad de modificar la realidad.
El sistema no es tonto, ¿por qué plantea lo individual, sólo a nivel de la palabra y atendiendo
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el pasado?. Porque así no hay cambio. Esto asegura la conservación del sistema y que no
cambie nada. Los cambios históricos siempre han sucedido cuando el pueblo se junta y
actúa. En la Revolución Francesa la gente se juntó y quemó la Bastilla, le cortaron la cabeza
al Rey, produjo un cambio enorme en la civilización: “Igualdad, Libertad, Fraternidad”,
inventaron tres cosas que antes no existían. Antes existían la nobleza, la plebe y la voluntad
del Rey”, de origen divino. Ellos inventaron algo nuevo desde la acción grupal.

24 La seguridad se paga con aburrimiento


La cultura más eficiente para enfrentar los cambios de la vida es la más prejuiciosa, porque
tiene clichés y rituales. La más tonta es la más útil porque es más estereotipada y puede
resistir mejor el caos, es segura pero mortalmente aburrida, no tiene capacidad de
transformación y desaparece por falta de adaptación a la nueva etapa histórica.
La burocratización de la vida cotidiana en nuestra clase media llena de normas, horarios,
prejuicios, congelan la aventura. También las ortodoxias religiosas congelan la incertidumbre
y el alma.

25 Filosofía existencial
Los grandes temas de la filosofía existencial son el proyecto, el desamparo; el hombre
arrojado a la incertidumbre, la mirada del otro (la mirada del otro que me define). Esta
concepción del hombre surgió después de las dos primeras guerras mundiales que
destrozaron el ordenado y organizado mundo europeo. Destruyeron esa estable y burguesa
concepción europea. Tengamos en cuenta que Freud estructuró su pensamiento antes de
ese cambio filosófico que modificó la autopercepción del hombre. El tema actual es enfrentar
la incertidumbre del destino, ya no es reprimir o no las fantasías sexuales incestuosas.

26 Cosmogonía bíblica y filosofía existencial


El centro de la temática de la filosofía existencial es el hombre como problema para sí
mismo, en oposición al hombre agobiado por la mirada normativa del Jehová bíblico. Según
esta concepción, la culpa por la vida instintiva se centra en la desobediencia, mientras que la
temática fundamental de la filosofía existencial es el proceso de ser, de existir, de sobrevivir
en el tiempo.
Respecto al basamento filosófico que sustenta ambos modelos, hemos dicho ya que la
filosofía freudiana referida al hombre está impregnada del modelo bíblico, con un Jehová
restrictivo y toda una secuela de transgresiones, culpas y castigos. Esto fue la causa de que
se tuviera sobre el hombre una perspectiva centrada en la represión de lo sexual y la
angustia de castración; el superyo organiza el psiquismo y el falocentrismo, consecuencia de
ese Jehová todopoderoso que lo impregna todo.
Debajo de nuestro modelo, que concibe la enfermedad temporalmente, se encuentra el
sistema de explicación existencial del hombre. La concepción cambia totalmente, no existe
ya un Jehová restrictivo que, si bien nos castigaba, nos miraba y de ese modo no nos
sentíamos solos. El hombre se encuentra solo consigo mismo, no existen ya reglas fijas para
mí, y advierto que lo que escoja será mi responsabilidad exclusiva; aunque elija la esclavitud,
la elección correrá por mi cuenta. Sartre dice: “Estamos condenados a la libertad y si me
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decido por un Dios que me ordene, en el fondo se, que yo elijo creer en ese Dios”. De aquí
en adelante el hombre mismo tiene que superar su subjetividad, debe buscar en la mirada
del otro la comprobación de su existencia. Y al elegirse ser-ahí, al elegirse como proyecto
que se está haciendo en ese momento, nos colocamos en el centro del problema de la
temporalidad, en el que nos enfrentamos con lo que Sartre llama la “vorágine de
posibilidades”, que contiene todo futuro inmediato. Nosotros al concebir temporalmente la
psicopatología, comprobamos que el concepto sartreano de libertad como vértigo de
posibilidades se aproxima mucho al tema del vacío producido por la paralización del tiempo
en que consiste la crisis, y que el proyecto sartreano refleja la necesidad de impedir la
fragmentación del yo “por exceso de libertad”, pues infinitos futuros posibles no es ningún
futuro, es un futuro vacío.

27 El psicoanálisis y las crisis


Los psicólogos también perdieron el concepto del sí-mismo y del proyecto vital (el alma y el
destino) porque la religiosidad freudiana no ha podido escapar de la cultura dominante
actual. Es una versión melancoloide (sólo el pasado como preocupación) con la matriz de la
familia pequeño-burguesa (la sagrada familia edípica) y con la asepsia médica (la curación
como adaptación a lo “normal”). Por eso el psicoanálisis creció tan notablemente en nuestra
ciudad de los “Malos Aires queridos”, que también creó un folklore hermoso y melancólico
como es el tango, tan parecido al psicoanálisis por ser los dos duelos interminables. Por todo
esto es que el psicoanálisis no puede operar teórica ni técnicamente en el momento crítico
de la perturbación mental (la crisis) y sólo opera con las neurosis estabilizadas, es decir
cuando se establece el cuadro clínico.
Aclaramos que tampoco el modelo psiquiátrico puede operar en la crisis, sólo medica con
psicofármacos y luego segrega en depósitos a los enfermos donde el brote se transforma en
delirio. Más adelante en los capítulos correspondientes a terapias volveremos sobre este
análisis.

28 Error y verdad
Freud con su concepción epistemológica de principios de siglo, habla del descubrimiento de
las partes del aparato psíquico y considera estos descubrimientos como una verdad de la
Naturaleza, como si eso existiera antes de la cultura y no a través de un paradigma cultural.
La epistemología moderna considera que los supuestos teóricos sólo son esquemas
conceptuales, imaginarios, edificios conceptuales que permiten organizar datos de la forma
más económica. Supuestos explicativos que al ser compartidos permiten la coordinación de
expectativas en la operación de la realidad. Pienso que Freud termina inventando una
religión laica para los que no pueden creer en las otras religiones.

29 Freud y Sartre
Por fin se me unen Freud y Sartre. Freud es el tema del deseo, Sartre es el tema del testigo
Se sintetizan así: El otro me define, por eso lo deseo.
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30 Jesús y Buda
Dos dioses, dos concepciones de la existencia. Jesús nos mira agonizante desde la tortura
de la Cruz, es la cosmogonía judeo-cristiana de la culpa y el reproche. Del otro lado está
Buda que sonriente y bien comido, atraviesa el mundo buscando el conocimiento y
fundamentalmente tratando de encontrarse a sí mismo, que es encontrar el mundo adentro
de uno ¡que lástima que no nos tocó Buda como dios a imitar!

31 De Jehová a Darwin
La explicación de la creación del mundo occidental, la cosmogonía, pudo pasar de ser
explicada por Dios a ser explicada por Charles Darwin. Antes la explicación de la creación
estaba sostenida por la mirada de Dios, por la fe en Él (Él creó todas las especies, en Él
creemos). La Teoría de la Evolución es fundamentalmente una explicación estructural pues
propone que creamos en el razonamiento científico, en la existencia de una sucesión que
luego se constituyó en un modelo de pensamiento para lo económico (Marx) y para lo
psicológico (Freud).
Darwin nos independizó de Dios para explicar la historia natural, la economía y la psiquiatría.

32 Necesidad de dioses
El problema no es si Dios o los dioses existen, lo que seguro existe y es indudable, es el gran
agujero, la incertidumbre final. No importa si el corcho es verdad o no, lo que importa es el
agujero que el corcho tapa. El gran agujero final. Yo creo en el agujero, por lo tanto, creo en
dios, porque lo necesito.

33 La mirada del otro


Ser mirado, que alguien objetive nuestra existencia es esencial para que alguien crea en su
propia existencia como objetividad y continuidad. El registro por el otro, los otros, tiene
distintos grados de detalle, los otros íntimos nos testimonian la vida íntima y los otros lejanos
los roles sociales (verdulero, psicólogo, pasajero, ciudadano…), que son parte de nuestra
identidad como presentación social.
El otro me define, me clasifica, me singulariza, me reasegura en mí. No podemos quedarnos
sin los otros y nosotros somos los otros del que nos mira. Los humanos se sostienen como
castillos de naipes, uno con otro, si retiramos un naipe se cae el otro. Existimos en medio del
juego, en la transacción simbólica del juego social. Cada interacción social define roles:
agredir (víctima-agresor), curar (paciente-terapeuta), enseñar (alumno-maestro). Si falta un
término el otro desaparece; si se acabaran los locos dejarían de existir los psiquiatras.
En los casos de gran soledad buscamos nuevas miradas y en caso extremo de desamparo
hasta pueden ser miradas imaginarias.

34 La soledad es peor
En un orfanato dirigido por monjas había un dibujo del ojo de Dios en un costado del aula y
en todas las habitaciones. Ese ojo enorme, muy bien pintado vigilaba todo el tiempo, no
permitía la intimidad y tampoco la desobediencia. La pregunta es ¿por qué los niños
aceptaban la presencia de ese ojo omnipotente y omnipresente? Porque aunque provocaba
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culpa y miedo de ser permanentemente vigilados, les evitaba la soledad. Es decir que
cuando no tengo la mirada de papá y mamá por lo menos tengo la mirada de dios que si bien
está atento a mis pecados, por lo menos me mira a mí y no siento la soledad absoluta.

35 El mar está en medio del barco


Podemos decir que la cultura nos protege de nuestro caos interno. Si queremos hacer una
imagen sobre esto tenemos que pensar en algo muy extraño, un cuadro donde el mar está
en el centro pues es nuestro caos interno (el inconsciente para Freud) y el barco que nos
sostiene está afuera, alrededor y es lo que llamamos la realidad, la cultura estructurada por
los símbolos, las palabras.
La palabra, el concepto, la categoría, permite seleccionar del caos de la realidad sólo
algunos elementos que nos interesan, nos permite “ver” una figura definida en un fondo
indefinido. Por esto en los trastornos mentales graves el lenguaje se desestructura. En las
psicosis se producen ensalada de palabras y neologismos, porque el loco que pasó por el
brote (la desintegración de la realidad) debe restituir una realidad (su delirio) como si fuera un
inventor del mundo, para estabilizar nuevamente el caos del universo en transformación en el
cual los humanos estamos inmersos.

36 ¿Qué darán esta noche...?


Los sueños son una actividad fantasmal donde no hay palabras sino imágenes. Es la
actividad más íntima que tenemos, por eso decimos "mi sueño es... ". El primer libro que
escribió Freud fue justamente "La interpretación de los sueños". Estos aparecen en la Biblia y
en muchas otras religiones antiguas. Son mensajes de nosotros a nosotros mismos, así los
define Perls, el inventor de la terapia gestáltica. Son mensajes existenciales en un lenguaje
metafórico. Los sueños nos permiten elaborar, hablar con los muertos, con lo que no está,
son intentos elaborativos, son terapéuticos de por sí. Si aparecen pesadillas es por algo que
no estamos tomando en cuenta. Las pesadillas son sueños enojados.
Yo me hice amigo de mis sueños, cuando me voy a dormir me pregunto “¿Qué darán esta
noche en el cine de los sueños?”. Con eso casi no tengo pesadillas, vienen películas de
viajes, de acción, policiales y a veces alguna porno…

37 El centro vacío
El encierro o sentimiento de la conciencia cautiva tiene que ver con la vivencia del núcleo
más íntimo, el sí-mismo en la subjetividad extrema que sólo aparece en los momentos de
experiencias culminantes, el peligro de muerte, los shocks psicológicos que desestructuran y
desarman la trama de realidad. En estas situaciones el campo cotidiano pierde sentido, el
segundo tiene una duración infinita, aparece el sin sentido fundamental de la existencia
cuando ésta es percibida desde la muerte, desde la nada. No por nada en la cultura popular
el término alma todavía se conserva, y señala este último núcleo yoico, el carozo del yo, que
como el carozo, tiene la información matriz y puede reproducir la mismidad del durazno.
De todos modos la racionalidad humana encierra en sus capas más profundas el vacío
central de un destino-para-la-muerte, como dicen los existencialistas. Podríamos decir que la
mente tiene en el centro un agujero, que las últimas preguntas no pueden ser contestadas. Y
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este agujero vacío es guardado por sucesivas capas de racionalidad, de palabras, de mitos,
normas, etc., que van organizándose en capas como una cebolla. Cuando vamos sacando
las capas para saber qué guarda en su interior, llegamos a la última que no guarda nada;
cuando termina la última capa desapareció la cebolla.

38 Fábricas de futuro
El problema esencial en la vida es la fabricación de futuro, deberían existir fábricas que
vendan futuros…y las hay, son las ideologías, los fanatismos, las revoluciones, que generan
una expectativa, una tarea a realizar.

39 Concepto de la Escena Cero


Cada humano tiene un destino singular e irrepetible. La variedad de las posibilidades
fundantes de una vida: padres, cuerpo, historia infantil, primeras experiencias placenteras y
dolorosas, se combinan cada vez, en cada humano y le dan singularidad a ese destino. Este
núcleo originario del yo, es como el carozo, la semilla de la planta, que tiene la información
genética. Es el ADN de la historia de vida. La llamo Escena Cero o escena primigenia por ser
la situación fundante, que se configura en los primeros años de vida. Tiene que ver con la
matriz primera de vinculación y las circunstancias de placer y dolor. Esta escena arcaica es
ambivalente, contiene placer y dolor mezclados. Da miedo y seguridad. Es una situación
básicamente incompleta, debe cerrar, hay algo que falta. Esto a completar es lo que produce
la energía, el buscar ese placer y controlar ese peligro.

40 Temor y deseo
Cada escena, la deseada y la temida, son distintas pero están emparentadas, son como las
dos caras de una misma moneda. El placer de la libertad pero al mismo tiempo el temor de
separarse. La escena cero contiene un conflicto a resolver y ésto nos sirve para una primera
configuración de la realidad, nos permite elegir, ver una figura, buscar lo deseado y evitar lo
temido. Nos permite elegir caminos, da un sentido que ordena el caos del mundo real. Todo
lo que nos lleve a completarla es vivido en dirección a una realización personal en nuestra
historia de vida. Si nacimos en soledad, el anhelo será tener una familia numerosa, pero
aquel que fue sofocado en sus orígenes por una familia invasora, va a sentir su triunfo
cuando se vea en una casita en el bosque, solo con su pareja. La escena cero contiene una
contradicción por eso es una situación dinámica y nos da un mapa en el laberinto del tiempo.
La escena cero de cada humano le da el centro de integración de la historia, es el leit motiv
de su vida. También toda obra de arte tiene una escena cero, un argumento central, quiere
decirnos algo, un cuadro, una película son el desarrollo de un tema.

41 La memoria es una escena


La ventaja de tomar la escena cero, de trabajar con una imagen, consiste en que es
trabajable con ensueño dirigido y con psicodrama. De todas maneras la situación de lo que
realmente ocurrió no es una escena sino un hecho. Luego se almacena y se recuerda como
una imagen mnémica que puede ser revivenciada, visualizada, soñada, ensoñada. Es fácil
acceder a ella al tomarla como escena.
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42 Arqueología subjetiva
La exploración de la escena cero requiere una labor arqueológica, hay que ir pegando
pedazos sueltos: recuerdos infantiles, escenas temidas, zonas de placer, sueños, síntomas,
etc. También la escena cero es una hipótesis de trabajo para el área terapéutica y nos da el
origen de esa historia de vida. El tema del origen es fundamental para entender algo, cuando
enfrentamos una situación caótica nos hacemos la pregunta clave: ¿cómo empezó
esto?...Porque el origen permite entender el desarrollo, pero también prever un posible final.
La teoría de la escena cero, no es una hipótesis fatalista. El pasado puede superarse,
elaborarse, corregirse. En cada momento podemos elegir la continuación de la historia. La
vida es una película en que estamos metidos y somos los protagonistas, pero se trata de una
película que tiene algo inédito, la vamos filmando cada vez. Las circunstancias nos caen
encima y a veces no podemos elegir lo que nos pasa, pero sí podemos elegir "qué hacer con
lo que nos pasa".
En Estados Unidos recibía pacientes de Vietnam en el manicomio de Brooklyn, tuve tres con
la pierna amputada porque los vietnamitas hacían trampas con púas de bambú untadas con
excremento que les producía rápidamente una septicemia (verdadera técnica de guerra
bacteriológica). Los tres tipos tenían el mismo traumatismo, sin embargo uno eligió
deprimirse, se hizo alcohólico. Otro eligió ser el campeón de la rehabilitación, quería ser el
mejor deportista rengo de Nueva York y el último dijo: “yo acepto mi pérdida y voy a hacer mi
vida normal”. Son distintas salidas con el mismo traumatismo, cada uno lo enfrentó desde su
manera de ver el mundo, desde su escena cero.

43 Catecismo moffatteano
Para operar con la Teoría de Crisis hay que creer y aceptar como verdades dos hipótesis de
trabajo, dos postulados.
Uno es el doble encierro de la conciencia, partir de la conciencia arcaica que originalmente
está vacía, cautiva y paralizada. Donde no existe la comunicación, no existe el tiempo, donde
estamos solos e inmóviles. No hay ni amor ni historia. Pero nos viene a salvar la palabra que
nos permite dos fantasías: Que nos comunicamos con otra mente y que vivimos una historia.
La historicidad asegura la transformación con estabilidad. En la memoria las imágenes son
clasificadas por las palabras que simplifican, encajonan, las percepciones que se repiten. El
yo tiene asegurado dos temas, uno en el espacio a través de su cuerpo, su casa y el mundo
circundante y otro en el tiempo a través de su proyecto de vida.
El otro postulado es la inversión de la pregunta que tiene que ver también con que
originalmente sólo existe la nada. Supone lo siguiente: No existe la locura sino sólo la
cordura. La vida se construye, no existe por sí misma, no existe antes de su construcción,
por eso la cultura es el aparato que permite construir la vida. La enfermedad no es la
represión sino el no aprendizaje. La terapia es aprender la salud. El barco rodea al mar, el
mar está adentro, el barco alrededor. El otro me salva de mí a través de la cultura.
Hay otros dos postulados menores: El conflicto genera la historia, la contradicción que
permite una síntesis que da origen a una nueva contradicción y permite que la situación se
vaya modificando, luego si se cronan las modificaciones, los sucesivos presentes, se obtiene
la historia. La vida es la historia de un largo diálogo con vos y conmigo.
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La prospectiva define la percepción, el deseo y la percepción es el presente. El último tema


propone que vivir es meter el mundo adentro, se va de joven a viejo...el futuro está afuera,
vamos de adentro-ayer a afuera-mañana. Abandonamos lo conocido y enfrentamos lo
desconocido, por lo tanto somos sujetos de la tristeza y del miedo porque la transformación
es inevitable.

44 Habeas Corpus
En esta cultura desalmada, en esta cultura donde el hombre está “afuerado”, afuera de sí,
tendríamos que solicitar un hábeas corpus para la subjetividad, para la intimidad, para el
alma.

45 Escenas en pena
Las escenas desaparecidas, las personas o los objetos desaparecidos cuando quedan
solamente como imágenes internas, quedan en crudo y son como “escenas en pena”, no
enterradas, escenas fantasmas, almas en pena. Estas escenas se entierran con palabras, se
apalabran y entonces descansan en paz.

46 Los errores son útiles


Se aprende equivocándose. Para resolver algo es necesario primero recorrer muchos
caminos equivocados porque la solución, el camino correcto, la nueva solución es
desconocida. En realidad aprender es aprender a no cometer errores, por eso también el
azar es el camino porque sólo se puede elegir la nueva solución una vez ocurrida.
Muchos descubrimientos nacen de un error. Por ejemplo Fleming para descubrir la penicilina
usó un error, estaba cultivando unas bacterias y aparecieron ciertos hongos que comían las
bacterias y le arruinaban el cultivo. Entonces en vez de tirar el preparado porque lo que
estaba analizando era otra cosa, observó ese error aparente y estudió el hongo. Siguió
investigando el hongo y no la bacteria. El problema se convirtió en la solución y descubrió la
penicilina.
Este libro es también consecuencia de haber recorrido caminos que resultaron errados pero
que nos mostraron nuevos territorios. También la naturaleza crea por aciertos y errores. Hay
que saber encontrar el acierto en el inconveniente.

47 Las boludeces salvadoras


La íntima conciencia de la propia muerte, de mi desaparición absoluta y para siempre, es
muy breve. Es un hecho tan absurdo y tan a contramano de la vida que se presenta como un
instante de intenso escalofrío existencial, pero inmediatamente el tramado de la cultura te
rescata para la atención interesada en el mundo. A veces una pequeña boludez, una imagen
cotidiana, te hace saber que todavía estás “vivito y coleando”.

48 Escenografías del yo
Nuestra casa y nuestra ciudad son escenografías que nos re-confirman nuestra identidad
(seguimos siendo nosotros a pesar de nuestras transformaciones). Pichón Rivière rescataba
el término criollo “querencia” para aquello que nos completa. En este sentido, el exiliado
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siente que la nueva ciudad le es extraña, sus recorridos no le devuelven recuerdos de sí


mismo, no se re-encuentra en la escenografía nueva. Por esto es que aparece el sentimiento
de despersonalización como psicopatología en el desterrado. El mundo que nos rodea
somos también nosotros

49 La solución en el problema
De chico muchas veces estuve solo, dialogando conmigo mismo, de grande para salir de ese
diálogo interno, que muchas veces me angustiaba, inventé un otro con quien hablo de sus
diálogos internos, del cual he llegado a vivir y lo llamo “el paciente”.

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