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Laura Nieto. Telf.: 0424-6365526. Email: lauranietocarrillo@gmail.

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Modo de Vida e Identidad Nacional. Sección #004. Unidad III.

MODO DE PRODUCCIÓN

La existencia del ser humano se ha visto determinada a lo largo del tiempo por
la necesidad de gozar de una serie de elementos básicos -entiéndase como
vestido, alimento y vivienda- para garantizar una vida plena y satisfactoria. El
esclavismo de la Edad Antigua, el feudalismo de la Edad Media y el capitalismo de
hoy en día, no deben ser estudiados –si lo que se busca es su completa
comprensión- sino pues, a través de la concepción materialista de la historia que
nos brinda Marx. Pues, es esta, la que expone la importancia que tiene y ha tenido
el modo de producción como determinante de los modos de vida.

Pues bien, esto adquiere mayor fundamento si entendemos el Modo de


producción como las condiciones técnicas bajo los cuales se llevan a cabo los
procesos de producción y distribución de los bienes materiales que dan lugar y se
relacionan con los elementos jurídico-políticos e ideológicos de una sociedad. La
existencia de clases sociales, por ejemplo, tiene completo sentido si la
observamos bajo este foco. Así, como en el esclavismo, el orden social se veía
determinado por la existencia de dos clases sociales, una dominante y dueña de
propiedades: el amo y una dominada: el esclavo, vemos en el feudalismo al señor
feudal y al siervo, y en el capitalismo al burgués y al proletariado; todas dadas en
función de dichos procesos, una que los controla y otra que lo lleva a cabo. Así
nace, a su vez, el concepto de Relaciones de producción.

Analizando de esa misma manera, es decir, en función de su producción, esos


tres periodos de la historia, nos encontramos con un factor indispensable para el
proceso: los medios de producción. Estos serian entonces, los materiales
determinados de los cuales se valdría dicha clase obrera para realizar la
mercancía. Marta Harnecker en su libro Los conceptos elementales del
materialismo histórico, divide estos en función de aquellos sobre los cuales trabaja
el hombre y aquellos que constituyen el medio con los que se trabaja. Sobre los
primeros explica:

Podemos distinguir dos tipos de objeto: el que proviene directamente de


la naturaleza como es el caso del mineral que es extraído de la tierra o
del tronco del tronco del árbol que va a ser cortado por el leñador o el
cuero que se saca del ganado, y el que ya ha sufrido una transformación
previa realizada por el trabajo humano, como son las barras de cobre o
las tablas aserradas o el cuero curtido. En el primer caso se trata de lo
que Marx llamó materia bruta, en el segundo caso de lo que llamó
materia prima.

En relación a lo segundo, constituyen los instrumentos de producción, las


herramientas que permiten al trabajador transformar el objeto sobre el que trabaja
en el producto final. No obstante, comprenden además todas aquellas
condiciones materiales que intervienen indirectamente en el proceso y constituyen
una parte importante dentro de este, por ejemplo, las redes de transporte para la
distribución.

Sin embargo, nada de esto sería posible sin un motor fundamental, la fuerza de
trabajo; pues de nada sirve tener los medios de producción a ausencia de esta.
Este gasto de energía física y mental empleada para ello dentro de la producción
constituye entonces tal elemento. De esta manera, el salario que se le paga a un
trabajador, es la representación del valor de la fuerza de trabajo que viene dado
por la existencia de una jornada laboral en la que produce no solo en función de
cubrir sus necesidades sino para generar, en mayor medida, más riquezas para el
burgués (plusvalor).

De esta manera, volvemos al punto de origen: la existencia de una clase


explotadora y una explotada. El capitalista tiene todo su afán en ver el resultado
de su inversión convertido en un “plus”, es decir, en más dinero. Para ello, es
necesario producir a mayor escala, aún cuando eso signifique abusar del
proletariado. Sus intereses pasan por encima de todo lo demás y se ven
reforzados por la existencia de un Estado que no tiene problema alguno con ello,
al contrario, sanciona leyes y normas que facilita el predominio de esa pequeña
clase social mientras la otra aumenta sin cesar a falta de oportunidades. Nos
hemos convertido en no más que eso, en un elemento de producción.

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