Sunteți pe pagina 1din 5

Universidad De La Tercera Edad

(UTE)

Asignatura:

Terapia de Familia y Pareja

Tema:

Analizar Película Reto de Valientes

Participantes:

Juliana Tavaréz Carela ST201700041

Yanira Luciano ST20090501

Carolina Estévez ST201700044

Facilitador:

Lic. Ramon Rodriguez

25 de mayo del 2019

Santiago de los Caballeros

República Dominicana
Historia de la psicoterapia

Por qué una historia... y ¿por qué una historia de la psicoterapia?

La única razón que viene a mi mente en este momento para responder a las preguntas
planteadas, es que este capítulo es isomórfico con lo que sucede en un proceso terapéutico,
puesto que las personas llegan donde el terapeuta a contar una historia
Por lo tanto, la historia no es cosa vana... es el relato de aquellos momentos, eventos,
relaciones que marcaron el devenir de una persona (en el caso de la terapia) y el devenir de
un trabajo (en el caso de la psicoterapia). La historia nos introduce en la hilación del tiempo,
un tiempo diacrónico que se desenvuelve a lo largo de años y de siglos.
Finalmente, la historia permite ubicar una diferencia, tanto epistemológica como
metodológica y al hacerlo así, contribuye a circunscribir y determinar una identidad
específica. Aquello que se hace se refiere a determinadas bases y, por lo tanto, influye en lo
que se es... aquello que se es, constituye el resultado de la confluencia de muchos ríos,
transitados por innumerables personas que dejaron un legado...
En las sociedades primitivas.
A lo largo de la historia, los seres humanos han utilizado una serie de recursos o remedios
para salir (o hacer salir a otros) de situaciones vitales que en algún momento se constituyen
en problemas. La utilización de estos recursos está íntimamente ligada a los problemas que
los individuos presentan, pero también a los elementos conceptuales que poseen sobre sí
mismos y sobre el mundo que los rodea.
Entre algunos de los recursos escogidos por los individuos para enfrentar las dificultades se
pueden mencionar.
 Las confesiones
 Los baños espirituales
 La ingestión de diversos productos
 Ceremonias para la restauración del alma
 Exorcismos
 Confesiones
Estas formas de “tratamiento” aún sobreviven, de una u otra forma, en la cultura ecuatoriana,
sobre todo cuando existe una vinculación con una comunidad, ya sea indígena (donde estas
prácticas son ejercidas por el shamán, que practica las “limpias”) o religiosa, como es el caso
de los católicos que practican la confesión, ritual necesario para librarse del pecado antes de
comulgar.
El chamanismo ha conocido muchas variantes en la historia de los pueblos. Es el crisol de
numerosas creencias religiosas, pero también, y lo que interesa aquí, es el punto de partida de
la mayoría de prácticas terapéuticas mágicas y ritualizadas.
El estilo terapéutico del shamán, parece respetar ciertos principios constantes. El más común
es que no trabaja con el enfermo solo, sino en presencia de un público, que reúne
principalmente a los parientes del sujeto, ya sea en línea directa o indirecta, sus vecinos, sus
amigos. De tal suerte que no solamente se utiliza un proceso colectivo como apoyo para el
proceso terapéutico, sino que también se valoriza el vínculo de parentesco.
Así, la práctica chamánica favorece la restauración de una totalidad: la cohesión del mundo
visible y del mundo invisible, del ambiente natural y del sobrenatural, de los parientes y del
clan (Ellenberger, 1974; de Rocín, 1981, Eliade, 1951)7. Estas prácticas aún sobreviven en
ciertas comunidades indígenas y se mantienen como parte del acervo cultural del pueblo
ecuatoriano.
Siguiendo con el hilo histórico, se puede alcanzar la cuna de la civilización occidental.
Grecia
La visión animista y holística va a ceder el lugar a una concepción racionalista e
individualista, preparada por las innovaciones filosóficas de Platón, con el que comienza la
distinción entre el cuerpo y el espíritu.
Alcmeón iba a ser uno de los primeros médicos filósofos en practicar disecciones animales y
en considerar al cerebro como el órgano central de la razón y el asiento de los fenómenos
mentales en general, criterio compartido también por Hipócrates.
Esto favoreció el desarrollo de un pensamiento democrático que garantizaba las libertades del
individuo y su igualdad con respecto a otros ciudadanos; a partir de lo cual, el éxito o el
fracaso de una persona dependerían más de su moral personal y de sus capacidades y menos
de criterios mitológicos y públicos.
Este movimiento es interesante en la historia de la comprensión de los problemas psíquicos
porque se pasa de una concepción integral: el individuo como parte de la naturaleza, a una
concepción individual: el individuo como tal. Como fruto de este cambio, los trastornos
mentales comenzaron a ser interpretados como la expresión de conflictos internos, propios al
individuo el que se ve “dividido” entre el corazón y la razón, entre el amor y el honor, etc.
Antes de extenderse en esto, es posible detenerse un momento en Grecia, donde, según lo
explica Guillem Feixas (1993), se puede situar la vertiente racional de la psicoterapia,
principalmente en las obras de Aristóteles y Platón.
Así, Grecia se convierte en la cuna de la tradición médica occidental, cuyo inicio se sitúa en
los trabajos de Hipócrates (siglo IV a. C.), quien en su obra Corpus Hippocraticum incluye 70
tratados, en los que se sistematizan los conocimientos que las personas tenían hasta ese
momento sobre el ser humano y sus dolencias y que venían de diferentes fuentes: la medicina
sacerdotal vinculada al culto de Esculapio, la escuela pitagórica, las tradiciones de Egipto y
de la India y las concepciones filosóficas de su tiempos
Hipócrates fue el primero en describir las enfermedades atribuyéndoles causas naturales. Se
le considera el iniciador de la observación clínica y va a crear un método simple y
pragmático, esencialmente deductivo, elaborando una teoría fisiológica, que lleva el nombre
de “teoría humoral”.
Esta teoría describe el cuerpo humano como una asociación de cuatro humores: la flema, la
bilis amarilla, la bilis negra, y la sangre. La enfermedad aparece debido al trastorno de los
“humores”, cada uno de ellos relacionados con un órgano y con un elemento de la naturaleza,
lo cual, a su vez, determinaba cierto tipo de temperamento, todo lo cual se sintetiza en la
siguiente tabla:

Humores, elementos, órganos y temperamentos asociados

Humor  Elementos Órganos  Temperamento 


asociados 

La sangre  Aire  Corazón  Sanguíneo 

La flema  Agua  Cerebro Flemático 

La Fuego Hígado  Colérico 


bilis amarilla 

La bilis negra  Tierra Bazo Melancólico 

Esta teoría concebía a la salud como un estado de armonía o equilibrio (crasis) entre estos
humores y la enfermedad como un desequilibrio de los mismos (discrasis). La curación era
obra de la naturaleza y el médico lo único que tenía que hacer era restablecer el equilibrio a
través de la dieta y la higiene.
Hipócrates consideraba este criterio de manera unilateral y lineal; es decir, únicamente del
entorno hacia el enfermo y no tomaba en cuenta la reciprocidad de las influencias y la
dinámica interaccional. La mirada del médico permanecía centrada sobre el individuo.
La teoría de Hipócrates es, a la vez, somatogenética y psicogénetica, intentando explicar los
trastornos mentales a través de causas fisiológicas u orgánicas, lo cual constituye la filiación
histórica del modelo biológico actual en psiquiatría y, a la vez, introduciendo causas
psicológicas de orden intelectual o afectivo para explicar los trastornos mentales, lo cual
constituye la filiación histórica del modelo psicodinámico actual en psiquiatría.
Esta influencia aún se mantiene en la cultura occidental, ya que la comprensión de los
problemas todavía se basa en aspectos orgánicos y en entender al individuo separado de su
entorno, lo cual tuvo varias consecuencias:
Galeno distingue tres clases de cosas:

1. Las naturales
2. Las no naturales
3. Las preternaturales

Estás comprensión está basada en las concepciones que las personas tenían en su tiempo,
sobre lo que es el ser humano y lo que le sucede. De esta manera, se sitúa el problema en el
individuo, el cual, pierde su vínculo, no sólo con la naturaleza, sino también con las personas
que le rodean. Esta concepción se mantiene incluso en el área psicológica, ya que, por
ejemplo, Freud plan- tea que los conflictos intrapsíquicos son el fruto de problemas internos
al ser humano.

S-ar putea să vă placă și