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Sentencia No.

C-098/96
MP. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ
Marzo siete (7) de mil novecientos noventa y seis (1996)
Tema: Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 1° y el literal a del artículo 2° de la Ley 54 de 1990 “Por la
cual se definen las uniones maritales de hecho y el régimen patrimonial entre compañeros permanentes”.

TEXTO DE LA NORMA DEMANDADA

La Ley 54 de 1990, se ocupa de definir las uniones maritales de hecho y establecer el régimen patrimonial entre
compañeros permanentes.
"Artículo 1.- A partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos civiles, se denomina unión
marital de hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen una comunidad de
vida permanente y singular.
Igualmente, y para todos los efectos civiles, se denominan compañero y compañera permanente, al hombre y
la mujer que forman parte de la unión marital de hecho”.
“Artículo 2.- Se presumen sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a declararla
judicialmente en cualquiera de los siguientes casos:
a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años entre un hombre y una
mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio.”
(Se demandan las partes subrayadas)

El Cargo: las normas demandadas no toman en consideración a las parejas de mujeres o de hombres que
cohabitan de manera estable y permanente y, por este motivo, se produce una discriminación que viola los
artículos 1, 13, 16, 18 y 21 de la C.P.

Problema jurídico: ¿El legislador al regular en términos de equidad y de justicia las relaciones patrimoniales entre
concubinos heterosexuales, ha debido cobijar también a las parejas homosexuales, teniendo presente que respecto
de éstas puede eventualmente predicarse una comunidad de vida permanente la cual igualmente se apoya en el
trabajo, ayuda y socorro mutuos y que, de otra parte, se trata de un grupo humano socialmente estigmatizado y
carente de protección legal?

CONSIDERACIONES DE LA CORTE
Las disposiciones acusadas, por el hecho de contraer su ámbito a las parejas heterosexuales, no coartan el derecho
constitucional a la libre opción sexual. La ley no impide, en modo alguno, que se constituyan parejas homosexuales y
no obliga a las personas a abjurar de su condición u orientación sexual. La sociedad patrimonial en sí misma no es un
presupuesto necesario para ejercitar este derecho fundamental. En todo caso, la orientación sexual, en modo alguno
empecé a las personas a celebrar válidamente con sus pares o con terceros, contratos o negocios de contenido
patrimonial, inclusive de naturaleza asociativa.

Se han señalado en esta sentencia algunos elementos que están presentes en las uniones maritales
heterosexuales y que no lo están en las homosexuales, los cuales son suficientes para tenerlas como supuestos
distintos - además de la obvia diferencia de su composición.

 Las uniones maritales de hecho de carácter heterosexual, en cuanto conforman familia son tomadas en
cuenta por la ley con el objeto de garantizar su “protección integral” y, en especial, que “la mujer y el
hombre” tengan iguales derechos y deberes, lo que como objeto necesario de protección no se da en las
parejas homosexuales.
 De otra parte, sin postular que la protección legal deba cesar por ausencia de hijos, la hipótesis más general
y corriente es que la unión heterosexual genere la familia unida por vínculos naturales. En este sentido, es
apenas razonable suponer que la protección patrimonial de la unión marital heterosexual, por lo menos
mediatamente toma en consideración esta posibilidad latente en su conformación, la que no cabe predicar
de la pareja homosexual.
 Por lo tanto son varios los factores de orden social y jurídico, tenidos en cuenta por el Constituyente, los que
han incidido en la decisión legislativa, y no simplemente la mera consideración de la comunidad de vida
entre los miembros de la pareja, máxime si se piensa que aquélla puede encontrarse en parejas y grupos
sociales muy diversos, de dos o de varios miembros, unidos o no por lazos sexuales o afectivos y no por ello
el Legislador ha de estar obligado a reconocer siempre la existencia de un régimen patrimonial análogo al
establecido en la Ley 54 de 1990.

Los derechos patrimoniales que la ley reconoce a quienes conforman la unión marital de hecho, responde a una
concepción de equidad en la distribución de los beneficios y cargas que de ella se derivan. A cada miembro se
reconoce lo que en justicia le pertenece. El hecho de que la misma regla no se aplique a las uniones homosexuales,
no autoriza considerar que se haya consagrado un privilegio odioso, máxime si se toma en consideración la norma
constitucional que le da sustento (art. 42).

El fin de la ley se circunscribió a proteger las uniones maritales heterosexuales sin perjudicar las restantes y sin que
estas últimas sufrieran detrimento o quebranto alguno, como en efecto no ha ocurrido.

RESUELVE
PRIMERO. - Estarse a lo resuelto en la Sentencia C-239 de 1994 en relación con la expresión “a partir de la vigencia
de la presente ley” del artículo primero; y declarar EXEQUIBLE la parte restante del mismo artículo, que dice: “para
todos los efectos civiles, se denomina unión marital de hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar
casados, hacen una comunidad de vida permanente y singular. Igualmente, y para todos los efectos civiles, se
denominan compañero y compañera permanente, al hombre y la mujer que forman parte de la unión marital de
hecho”.
SEGUNDO. - Declarar EXEQUIBLE, el literal a) del artículo segundo de la Ley 54 de 1990.

Sentencia C-075/07
MP. RODRIGO ESCOBAR GIL
Siete (7) de febrero de dos mil siete (2007).
Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 1 y 2, parciales, de la Ley 54 de 1990, modificada parcialmente
por la Ley 979 de 2005.

NORMA DEMANDADA
LEY 54 DE 1990. “Por la cual se definen las uniones maritales de hecho y el régimen patrimonial entre compañeros
permanentes”

ART. 1º—A partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos civiles, se denomina unión marital de
hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que, sin estar casados, hacen una comunidad de vida
permanente y singular.
Igualmente, y para todos los efectos civiles, se denominan compañero y compañera permanente, al hombre y la
mujer que forman parte de la unión marital de hecho.
Artículo 2o. Se presume sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a declararla
judicialmente en cualquiera de los siguientes casos:
a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años, entre un hombre y una mujer
sin impedimento legal para contraer matrimonio;
b) Cuando exista una unión marital de hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento legal para
contraer matrimonio por parte de uno o de ambos compañeros permanentes, siempre y cuando la sociedad o
sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas y liquidadas por lo menos un año antes de la fecha en que
se inició la unión marital de hecho.
Los compañeros permanentes que se encuentren en alguno de los casos anteriores podrán declarar la existencia
de la sociedad patrimonial acudiendo a los siguientes medios:
1. Por mutuo consentimiento declarado mediante escritura pública ante Notario donde dé fe de la existencia de
dicha sociedad y acrediten la unión marital de hecho y los demás presupuestos que se prevén en los literales a) y
b) del presente artículo.
2. Por manifestación expresa mediante acta suscrita en un centro de conciliación legalmente reconocido
demostrando la existencia de los requisitos previstos en los literales a) y b) de este artículo.”
Los accionantes consideran que las disposiciones acusadas vulneran el preámbulo y los artículos 1º y 38 de la
Constitución Política.

El problema jurídico: ¿Determinar si la ley, al establecer el régimen patrimonial entre compañeros permanentes y
limitarlo a las uniones conformadas por un hombre y una mujer, viola los derechos fundamentales a la igual protección,
al respeto de la dignidad humana, al mínimo vital y a la libre asociación de los integrantes de las parejas conformadas
por personas del mismo sexo?

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

 La ausencia de protección en el ámbito patrimonial para la pareja homosexual resulta lesiva de la dignidad de la
persona humana, es contraria al derecho al libre desarrollo de la personalidad y comporta una forma de
discriminación proscrita por la Constitución.

 La falta de reconocimiento jurídico de la realidad conformada por las parejas homosexuales es un atentado contra
la dignidad de sus integrantes porque lesiona su autonomía y capacidad de autodeterminación al impedir que su
decisión de conformar un proyecto de vida en común produzca efectos jurídico patrimoniales, lo cual significa que,
dado un régimen imperativo del derecho civil, quedan en una situación de desprotección que no están en capacidad
de afrontar. No hay razón que justifique someter a las parejas homosexuales a un régimen que resulta incompatible
con una opción vital a la que han accedido en ejercicio de su derecho al libre desarrollo de la personalidad, ni
resulta de recibo que la decisión legislativa de establecer un régimen para regular la situación patrimonial entre
compañeros permanentes, sea indiferente ante los eventos de desprotección a los que puede dar lugar tratándose
de parejas homosexuales.

 La decisión legislativa de no incluir a las parejas homosexuales en el régimen patrimonial previsto para las uniones
maritales de hecho, comporta una restricción injustificada de la autonomía de los integrantes de tales parejas y
puede tener efectos lesivos, no solo en cuanto obstaculiza la realización de su proyecto de vida común, sino porque
no ofrece una respuesta adecuada para las situaciones de conflicto que se pueden presentar cuando por cualquier
causa cese la cohabitación.

 En relación con la situación patrimonial de las parejas homosexuales existe un déficit de protección a la luz del
ordenamiento constitucional, llevan a la conclusión de que el régimen de la Ley 54 de 1990, tal como fue
modificado por la Ley 979 de 2005, en la medida en que se aplica exclusivamente a las parejas heterosexuales y
excluye de su ámbito a las parejas homosexuales, resulta discriminatorio. Así, no obstante las diferencias objetivas
que existen entre los dos tipos de pareja, y las específicas consideraciones que llevaron al legislador del año 1990 a
establecer este régimen de protección, fundadas en la necesidad de proteger a la mujer y a la familia, no es menos
cierto que hoy por hoy puede advertirse que la parejas homosexuales presentan requerimientos análogos de
protección y que no existen razones objetivas que justifiquen un tratamiento diferenciado.

 Es contrario a la Constitución que se prevea un régimen legal de protección exclusivamente para las parejas
heterosexuales y por consiguiente se declarará la exequibilidad de la Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la
Ley 979 de 2005, en el entendido que el régimen de protección allí previsto también se aplica a las parejas
homosexuales.

 Por lo tanto, la pareja homosexual que cumpla con las condiciones previstas en la ley para las uniones maritales de
hecho, esto es la comunidad de vida permanente y singular, mantenida por un periodo de al menos dos años,
accede al régimen de protección allí dispuesto, de manera que queda amparada por la presunción de sociedad
patrimonial y sus integrantes pueden, de manera individual o conjunta, acudir a los medios previstos en la ley para
establecerla cuando así lo consideren adecuado.
RESUELVE

Declarar la EXEQUIBILIDAD de la Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de 2005, en el entendido
que el régimen de protección en ella contenido se aplica también a las parejas homosexuales.

AUTO 5118 DEL 27 DE MAYO DE 2010


MP. GLORIA ISABEL ESPINEL FAJARDO
Al momento de liquidar la sociedad conyugal se debe establecer el pasivo externo y el interno.
Pasivo interno

 Las deudas internas de la sociedad conyugal a favor de los bienes no gananciales, a estas deudas se les da el nombre
de recompensas. (art. 1790 y 1797 del C.C.). Estas deudas surgen de las relaciones jurídicas entre los tres
patrimonios en vigencia de la sociedad conyugal, es decir de la relación jurídica de los bienes gananciales y no
gananciales.
Pasivo externo

 Las deudas adquiridas por los cónyuges frente a terceros, en relación con los bienes sociales o gananciales.
 Todos los gastos hechos para la adquisición de un bien ganancial.
 Los precios o saldos que se quedan debiendo en virtud de la adquisición de un bien.

Hipótesis

 Cuando el bien que un cónyuge tenía al casarse o el adquirido durante la sociedad a título gratuito, fue vendido y
con el precio se adquirió otro sin haber obrado la subrogación real. (En este caso el patrimonio propio tendrá
derecho a una indemnización).
 Cuando una deuda no social de uno de los cónyuges es pagada con dineros del haber social, ejemplo cuando la
deuda existente en el momento del matrimonio se cancela durante la sociedad con haberes que han debido entrar
al haber social. (En este caso la masa común debe indemnizar)

PROBLEMA JURIDICO: ¿Se deben incluir como recompensas, en los inventarios y avalúos practicados, los pagos hechos
por uno de los cónyuges después de ocurrida la disolución de la sociedad conyugal?

Ejemplos de pagos realizados

 Cuotas de crédito hipotecario sobre inmueble adquirido en vigencia de la sociedad conyugal.


 Impuesto predial de inmueble social
 Cuotas de crédito prendario que recae sobre un vehículo adquirido en vigencia de la sociedad conyugal.

CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL

 Los pagos realizados con posterioridad a la disolución de la sociedad conyugal, no corresponden, en rigor, al
concepto de recompensa, según lo establecido en el art. 1835 del C.C.
 No es posible reconocer, en la liquidación de la sociedad conyugal, los pagos realizados por uno de los cónyuges con
posterioridad a la disolución de la sociedad conyugal, como recompensas que deban ser deducidas de los
gananciales de la otra parte, dado que los pagos efectuados después de la disolución de la sociedad conyugal tienen
es la connotación de deuda de la sociedad conyugal.
 Como la CSJ, ha sostenido que la sociedad conyugal, disuelta, degenera en una comunidad, a la cual representan, en
caso de muerte de uno de los cónyuges o de ambos, el sobreviviente y los herederos del otro, o los herederos de
ambos según el caso.
 Si la obligación social o de los bienes gananciales frente a terceros, no es solidaria, ni indivisible, y se hace exigible
después de disuelta la sociedad conyugal pero antes de su liquidación, los comuneros solo están obligados a pagar
su cuota parte y los acreedores solo podrán exigir a cada comunero el pago de dicha cuota, pero si uno de los
comuneros paga la deuda en su totalidad, esta deberá ser descontada del activo bruto de la comunidad, pero no
puede el comunero pretender que en la liquidación de la sociedad conyugal se le reconozca indemnización, es decir
que como hay es un enriquecimiento sin justa causa de uno de los comuneros, esto lo debe hacer es valer en un
proceso separado al de la liquidación de la sociedad conyugal.
 Pero si la obligación es solidaria o indivisible, el pago total realizado por uno de los comuneros después de la
disolución de la sociedad conyugal pero antes de la liquidación, lo coloca en posición de subrogatario del tercero
acreedor, por consiguiente al momento de la liquidación de la sociedad conyugal podrá exigir el excedente pagado
para que se deduzca de los gananciales del otro comunero, pues el excedente que pago sigue siendo una deuda de
la sociedad conyugal o de los bienes gananciales frente a terceros, en cuyos derechos el se ha subrogado.
 En consecuencia, como en el caso de este proceso, existe la deuda social en cuyo 50% se subrogo uno de los
cónyuges, se deberá incluir en los inventarios el monto adicional pagado por ese cónyuge, para que se deduzca de
los gananciales del otro cónyuge, el 50%.
 Incluso bajo el supuesto de que las obligaciones pagadas por uno de los cónyuges sean de la comunidad y no de la
sociedad conyugal se impone deducir de los gananciales del otro cónyuge el 50% de los pagos efectuados.

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 10 de octubre de 2016


SC 14428-2016
Radicado: 00047-01
Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ramírez

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Si hay una sociedad conyugal sin disolver puede nacer una sociedad patrimonial entre
compañeros permanentes?

CONSIDERACIONES:
No, por las siguientes razones:
 Antes de la promulgación del año 1990, el ordenamiento jurídico no protegía los derechos patrimoniales de los
compañeros permanentes surgidos por el solo hecho de la convivencia ni ningún tipo de sociedad de bienes entre
ellos. Esto cambio cuando el legislador promulgó la Ley 54 de 1990 «por la cual se definen las uniones maritales de
hecho y el régimen patrimonial entre compañeros permanentes» porque su propósito fue precisamente regular y
otorgar amparo jurídico a las uniones nacidas bajo las circunstancias que allí mismo describió.
 En varias normas se ha declarado la improcedencia de la coexistencia de dos sociedades universales, como lo son la
sociedad conyugal y la sociedad patrimonial.
o La ley 54 de 1990 señala como requisito para la conformación de sociedad patrimonial la existencia de la unión
marital de hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento legal para contraer matrimonio por parte
de uno o ambos compañeros permanentes «… siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales
anteriores que hayan sido disueltas y (liquidadas) por lo menos un año antes de la fecha en que se inició la
unión marital de hecho».
o Basta, para tal efecto, que la sociedad se encuentre disuelta, porque solo a partir de ese momento «queda
fijado definitivamente el patrimonio de ella, es decir, sus activos y pasivos, y entre unos y otros se sigue una
comunidad universal de bienes sociales, administrados en adelante en igualdad de condiciones por ambos
cónyuges (o, en su caso, por el sobreviviente y los herederos del difunto)».
 Si no hay sociedad conyugal disuelta no puede afirmarse, salvo que se quisiera ir en contra de toda lógica, que los
activos de aquella pueden simultáneamente ingresar y hacer parte de otra universalidad, pues lo que existe en un
lugar y período determinados no puede estar, al mismo tiempo, en otra parte.
 Aunque son incompatibles dos sociedades universales en un mismo lapso, nada impide que concurra una sociedad
universal con una que no lo es, como la sociedad de hecho formada entre concubinos, pues estas últimas, a
diferencia de aquellas, tienen su capital plenamente delimitado de manera precisa y concreta
o Nada impide que una sociedad de hecho, como la formada entre concubinos, pueda concurrir con otras, civiles
o comerciales legalmente constituidas, toda vez que lo que el legislador enfáticamente reprime es la
concurrencia de sociedades universales.

Sentencia C- 278 de 2014


Expediente D-9903.
Actor: Carlos Mario Ulloa Mateus y Mónica Alejandra Rodríguez Ruiz.
Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 1781 (parcial) del Código Civil.
Magistrado Sustanciador: MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO

PROBLEMAS JURIDICOS
1. ¿Desconoce el numeral 6 del artículo 1781 del Código Civil el derecho a la igualdad, establecido en el artículo 13
Superior y el mandato constitucional de iguales derechos y deberes de la pareja en el matrimonio, consagrado en el
artículo 42, considerando que dicha disposición mantiene la facultad, únicamente en cabeza de la mujer, de aportar
al haber relativo de la sociedad conyugal bienes raíces que deberán serle recompensados en caso de disolución y
liquidación de la misma, sin establecer dicha prerrogativa también para el marido?

Si, por las siguientes razones:


o El progresivo reconocimiento legal de los derechos de la mujer fue recogido en la Constitución de 1991. En el
artículo 42, inciso 5 se establece que las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de
la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes
o En el derecho internacional, instrumentos como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, consagran el deber de los Estados de asegurar una igualdad real entre los
miembros de la pareja que conforma el matrimonio o la unión de hecho.
o La Corte también ha señalado la necesidad de reconocer la igualdad entre el hombre y la mujer en las
relaciones familiares.
 Por ejemplo, en la sentencia C-007 de 2001 se planteó si el artículo 140 n. 6 del Código Civil establecía una
diferencia injustificada entre hombre y mujer, al prever que solo esta última podía convalidar el
matrimonio celebrado por rapto. En esa ocasión la Corte condicionó la exequibilidad de la norma a que se
entendiera que también el hombre raptado podía convalidar el matrimonio.
o La progresiva igualdad lograda entre hombres y mujeres en el seno de la familia y el matrimonio, también
incidió en el paulatino reconocimiento de los derechos y obligaciones de estas últimas con respecto a los
efectos económicos del vínculo matrimonial.
o Los cónyuges gozan hoy en día de los mismos derechos y deberes no solo en el marco del matrimonio y de las
relaciones familiares, sino también en relación con la posibilidad de administrar en igualdad de condiciones la
sociedad conyugal pudiendo disponer libremente tanto de sus propios bienes como de los bienes comunes.
 De este modo, se considera que la norma puede permanecer en el ordenamiento siempre que la
potestad establecida en el numeral 6º del artículo 1781 del Código Civil, se extienda al hombre.
 La progresiva igualdad reconocida a los cónyuges en la administración de la sociedad conyugal, no tiene el potencial
de modificar la composición del haber relativo, ni le resta sentido al numeral 6º del artículo 1781, siempre que se
extienda al marido la potestad de aportar a este haber sus bienes raíces, ya que dicha facultad expresa una de las
maneras de gestionar libremente los bienes en el marco de la sociedad conyugal.

2. ¿Vulnera el artículo 58 de la Constitución, el hecho de que la recompensa del haber relativo consagrado en los
numerales 3º, 4º y 6º del artículo 1781 del Código Civil, consista únicamente en la restitución del valor nominal de
los bienes en el momento de la constitución de la sociedad conyugal?

No, por las siguientes razones:


o El derecho a la propiedad privada como expresión de la libertad económica del individuo, otorga a su titular la
capacidad de goce, uso y disposición de bienes corporales o incorporales, pero debe someterse a las
restricciones que establezca la Constitución y la ley.
 El enriquecimiento sin causa se constituye en una de las maneras en las que se vulnera el núcleo esencial
de este derecho al afectarse el equilibrio patrimonial entre las partes sin que exista justificación alguna en
el marco del Derecho.
o La sociedad conyugal se compone del haber absoluto y relativo. El primero, descrito en los numerales 1º, 2º y
5º del artículo 1781 del Código Civil, no genera deber de recompensa. Por otra parte, los bienes del haber
relativo a los que se refieren los numerales 3º, 4º y 6º del mismo artículo del Código, implican la obligación de
recompensar al cónyuge que los aportó.
 La recompensa, también denominada deuda interna de la sociedad, surge de los desplazamientos
patrimoniales o del pago de las obligaciones a favor o en contra de la sociedad o de los cónyuges, de lo
cual se desprende la necesidad de restablecer el equilibrio patrimonial.
o Es necesario diferenciar entre la actualización del precio de un bien y la valorización o desvalorización del
mismo como consecuencia de un aumento o disminución de su valor debido a los flujos del mercado.
o Se entiende que el deber de recompensa en relación con los bienes del haber relativo en las disposiciones
acusadas, consiste en la restitución del valor nominal actualizado de dichos bienes, es decir del valor que
tuvieron al momento del aporte o adquisición con la correspondiente corrección monetaria.
 El valor con el precio actualizado de los bienes no es parte de la sociedad conyugal, sino que se reconoce
como parte de la recompensa al cónyuge que lo aportó. Dicho mecanismo, lejos de constituir un
detrimento patrimonial o un riesgo económico desproporcionado garantiza el orden económico justo.
o En este sentido, no se verifican los elementos del enriquecimiento sin causa puesto que, al devolverse
justamente el valor aportado por una de las partes, con la respectiva actualización monetaria, no se está
propiciando un enriquecimiento u empobrecimiento de alguno de los cónyuges, sino que se está recompensado
lo que realmente cada uno entregó voluntariamente a la sociedad.
o La valorización adicional del bien como resultado de las fluctuaciones económicas y del mercado pertenece a la
sociedad conyugal y deberá ser divididas entre los cónyuges sin que lo anterior se configure en una violación
del derecho a la propiedad privada, ya que no es el fin del matrimonio lucrarse ni enriquecerse a costa del otro.

3. ¿Se viola el derecho a la igualdad, por el hecho de que el Legislador haya regulado de manera diferente la sociedad
conyugal y la sociedad patrimonial de las uniones permanentes?

o No, pues los numerales 3º, 4º y 6º del artículo 1781 del Código Civil no vulneran el derecho a la igualdad en la
medida en que el matrimonio y la unión marital de hecho son dos instituciones diferentes respecto de las
cuales no existe ninguna obligación Constitucional que exija darles el mismo tratamiento en cuanto a sus
efectos patrimoniales.

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de septiembre 18 de 1991

PROBLEMA JURIDICO: ¿Un cónyuge está legitimado para reclamar un acto de simulación sobre uno de los bienes
sociales?

CONSIDERACIONES:

Si, por las siguientes razones:

 El negocio jurídico es considerado como el instrumento más eficaz al que acuden constantemente las personas para
regular sus relaciones entre sí, en el común de los casos las declaraciones de voluntad emitidas por las partes
contratantes responden a una intención seria, sin que se pueda descartar que en ocasiones tales declaraciones no
resultan ser reales sino fingidas.
o Por consiguiente, cuando se está en presencia de estas últimas, la doctrina viene calificando dichos ajustes
contractuales de negocios simulados, los que revisten estas dos formas: cuando se crea una apariencia para
encubrir otro negocio (simulación relativa); y cuando ciertamente no se ha querido celebrar acto jurídico alguno
(simulación absoluta).
 Cuando la convención es simulada, su aniquilamiento se puede lograr a través de la acción correspondiente.
o Uno de los cónyuges puede estar legitimado para demandar la simulación de los negocios jurídicos
celebrados por el otro respecto de bienes sociales, siendo la prueba indiciaria a la que se acude con
frecuencia para establecerla, por la conducta que asumen las partes en la celebración del negocio jurídico
fingido.
 Ha sostenido la Corte que "generalmente los simulantes asumen una conducta sigilosa en su celebración, puesto
que toman previsiones para no dejar huella de su fingimiento y, por el contrario, en el recorrido de tal propósito,
procuran revestirlo de ciertos hechos que exteriorizan una aparente realidad.
o Ante esta situación, la prueba de la simulación se toma tortuosa por la índole de la reserva en que se han
colocado las partes, lo que explica que quien combate el acto fingido, en determinadas circunstancias, sólo
pueda acudir a los indicios.
 No obstante que la parte demandada apelante no impugna en sí la decisión que acogió como cierta la simulación del
contrato de compraventa, contenido a la escritura, puesto que enfila su ataque exclusivamente en punto a la
legitimación del demandante para impetrar tal declaración, no está por demás poner de presente que el material
probatorio arroja suficientes indicios que la confirman.
o El precio de venta de la finca, que contiene el contrato, resulta irrisorio frente al que le atribuyeron los peritos
para esa misma época
o En su declaración de parte la demandada admite que tenía conflictos con su esposo, en relación con la
administración de la finca, y que por tal motivo la transfirió. Dice que le daba órdenes y él no las cumplía.
o Los hijos comunes de los cónyuges, partes en el proceso, socios de la sociedad a quienes se recibió declaración,
no dan explicación circunstanciada y convincente del negocio de compraventa y de su origen. Aceptan que el
demandante, socio igualmente, no estuvo presente cuando se tomó la decisión de traspasar la finca.
o La demandada no presentó libros de la sociedad, cuya exhibición fue decretada, aduciendo su desaparición.
Dijo no tener a la mano recibos de consignaciones y extractos y no recordar el número de la cuenta corriente de
la sociedad.

Sentencia SC 382 de 2005


Magistrado Ponente: Pedro Octavio Munar

PROBLEMA JURIDICO: ¿En una pareja unida por unión marital de hecho y unidos además por parentesco, se genera
sociedad patrimonial de hecho?

CONSIDERACIONES:
Para dar respuesta a la interrogante planteada , es preciso establecer que en la ley 54 de 1990 se plasma que hay
presunción de sociedad patrimonial entre compañeros permanentes ,y se podrá decretar judicialmente en 2 casos
principalmente , primero, cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años , entre un
hombre y una mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio , y segundo , cuando exista una unión marital de
hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento legal por parte de uno de los compañeros permanentes ,
siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas por lo menos un año antes de la
fecha en que se inició la unión marital de hecho .
Ahora , hay que referirse al caso en concreto , en el cual el impedimento legal que nos concierne es el parentesco entre
las partes , pues en el sistema patrio está prohibido por la ley , y se rechaza en todo sentido las uniones entre padres e
hijos , como se establece en la sentencia objeto de estudio :"considera la Corte que la existencia de un vínculo de
parentesco en los grados previstos por el legislador como causal de impedimento no solamente obsta el nacimiento de
una sociedad patrimonial entre los amantes, sino, lo que es más tajante, impide que aflore entre ellos una unión marital
que merezca tutela legal. O, por decirlo con mayor claridad, si entre la pareja existe una relación de parentesco que el
ordenamiento considere como incestuosa, no surge entre ellos una unión marital de las previstas en la Ley 54 de 1990,
ni, menos aún, una sociedad patrimonial.". Concluyendo así que en una unión en la cual las partes son padre e hija, no
se forma sociedad patrimonial de hecho, bajo ningún caso, pues están bajo una causal de impedimento legal para que se
conforme una unión marital de hecho y mucho menos una sociedad patrimonial, toda vez que en el ordenamiento legal
colombiano, están prohibidas las relaciones incestuosas

RESUELVE: Se casa la sentencia impugnada y se dicta sentencia sustitutiva, declarando que no existe sociedad
patrimonial de hecho por el impedimento legal de parentesco padre - hija, en el caso objeto de estudio; y
controvirtiendo los argumentos del tribunal, quien deducía que si se generaba sociedad patrimonial.

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia


EXP 2560 DE 1980
Magistrado Ponente: JORGE VALENCIA ARANGO

UNIÓN MARITAL DE HECHO EL CONCUBINATO EN LA HISTORIA:


 Surge coetáneamente con la figura del matrimonio
 Pasa a segundo plano debido a la influencia de la doctrina cristiana, que instituye al matrimonio
 Esa unión fue considerada como delito
 "La familia es un hecho social, natural primario o instintivo " ella es la fuente y el principio de toda organización. En
ella se encuentra el rudimento de la autoridad y consta, el principio de la subordinación, base y sentido de todo
poder.
 Grupo que en esencia sigue siendo el mismo a pesar de la evolución del pensamiento humano y de las instituciones
 Empieza a hablarse de hijos naturales y nadie dijo nada de la familia natural y en especial sobre el concubinato, su
fuente más comprensiva.
 En nuestro país la ley 45 de 1936 llegó a representar el mayor progreso.
 Como se infiere en estricto sentido no hay familia legítima no familia natural, ella es una misma y una sola realidad
sociológica
 Lo anterior siguiendo una visión civilista , porque si se ve desde el mora (católico) la unión libre es pecado
 Hay que tener en cuenta que la familia es una creación artificial de la ley.
 Es una realidad sociológica definida, sea legítima o natural
 Solo se hablaba de hijos legitimo en el código civil cuando se refiere a los habidos dentro del matrimonio, naturales a
los hijos de quienes no estaban casados no podían casarse, son los incestuosos o adulterinos
 El código daba igual valor al matrimonio católico que al civil, a excepción de solo otorgarle validez al católico, hasta
1887 con la ley 54 en donde se reconoce nuevamente su eficacia jurídica al matrimonio católico.
 La fórmula sobre presunción de paternidad es la misma consagrada para los hijos de matrimonio legítimo por el
artículo 214 del código civil siempre que se tratara de concubinato "perfecto o notorio "
 Para considerar a una mujer como concubina se requiere que viva públicamente con él , como si fueran casados ,
siempre que uno y otro sean solteros o viudos , descartada toda posibilidad de concubinato simple , es decir ,
aquellos e que uno por lo menos , es casado y no puede contraer matrimonio o aquel otro en que conviven
clandestinamente.

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia SC 2379 de 2016


Magistrada Ponente: Margarita Cabello Blanco

PROBLEMA JURÍDICO: ¿En un proceso de sucesión, en el cual se han vendido sus derechos herencia les, sin
conocimiento total de la más sucesora por el doloso ocultamiento de bienes de la sociedad conyugal, hay lugar a
declarar la restitución de los bienes objeto de sucesión y pago de su valor doblado?

CONSIDERACIONES
La corte desarrolla este problema partiendo de que el heredero , se ha desprendido de su interés patrimonial en dicha
sucesión , es decir , pese a que este no puede ser despojado de su calidad de heredero , si puede perder sus derechos
patrimoniales en la herencia , como se presenta en este caso , pues El heredero , vende sus derechos herenciales por un
valor de 500.000.000 , sin saber ni enterarse del haber social que conforma dicha herencia , pero no por esto no es
válido dicho negocio , que en términos más claros , la corte dice : "Celebrada la cesión , el cedente conserva su
intransmisible calidad de heredero que es por la que responde o no , según que el acto sea oneroso o gratuito
respectivamente , pero dicho cedente queda despojado por virtud de la cesión de todo o parte de su derecho
patrimonial , el real de herencia que pasa al cesionario con las facultades y prerrogativas inherentes … "

A modo de conclusión, podemos determinar que el heredero que haya vendido sus derechos herenciales, no goza de
ningún atributo respecto de los derechos patrimoniales objeto del negocio jurídico celebrado.

SENTENCIA 04 DE MARZO 1996


EXP. 4751
MAGISTRADO PONENTE: Pedro Lafont Pianetta
Historial del Caso: autonomía del negocio jurídico, de disolución y renuncia de gananciales.

El negocio jurídico de la disolución de la sociedad conyugal no solo es autónomo por los elementos que conforman sino
también por sus respectivas consecuencias.

Dicha autonomía se encuentra determinada fundamentalmente por su objeto, consistente en la disolución de la


sociedad conyugal preexistente, esto es, en la terminación, finalización o extinción de un régimen de sociedad conyugal
que, por ausencia de capitulaciones o ratificación en esta, se había establecido desde el momento del matrimonio.

Ello se encuentra establecido en forma clara cuando se dispone de manera expresa que “la sociedad conyugal se
disuelve: (…) 5 por mutuo acuerdo de los cónyuges capaces elevado a escritura pública (art. 1820 C. Civil)”

Y ello es así no solo por la intención del citado artículo, sino también por la función natural y obvia que tiene el negocio
disolutorio de cualquier tipo de sociedad, constituida voluntaria o legalmente.(…) Es decir, dicho texto permite inferir
claramente que la partición de gananciales no solo es posible hacerla de manera judicial sino también en forma
voluntaria, y en este último caso puede hacerse no solamente separada del acto previo de la disolución, sino que
también puede recogerse en el mismo documento tanto la disolución voluntaria como la partición voluntaria
correspondiente.

Este negocio jurídico disolutorio produce por si solo los siguientes efectos:

De una parte, la extinción de la sociedad conyugal y su régimen permite a los cónyuges recobrar de ahí en adelante el
régimen de separación de bienes y de otra también surge la eventual creación de una masa indivisa de gananciales
compuesta de bienes, deudas y demás elementos indicados en la ley, que, como universalidad jurídica, genera en favor
de ambos cónyuges el derecho a la participación en ellas llamados derechos universales de gananciales.

En tratando de la renuncia de gananciales se trata de aquel negocio jurídico que a diferencia del negocio jurídico
disolutorio, no tiene por objeto disolver la sociedad conyugal para darle existencia concreta y real a la masa de
gananciales, sino otro completamente distinto, consistente en poner fin a esa masa indivisa de gananciales y darle
satisfacción a los derechos sobre ella surgidos desde la disolución mediante la correspondiente partición, la cual, no
solamente comprende “el inventario de bienes y deudas sociales”, sino también “su liquidación”, tal como lo señala la
parte final del numeral 5 del art. 1820 del C. Civil. Luego, como se dejó visto, se trata de un negocio jurídico no
solamente distinto a la disolución, sino que esta última constituye un presupuesto de aquel.

Viene de todo lo dicho que, si para la renuncia de gananciales no se requiere que previamente se haya elaborado
inventario y avalúo, ni mucho menos que se hayan liquidado y adjudicado los bienes, tampoco puede exigirse como
requisito para que pueda resultar procedente dicha renuncia que se encuentre perfeccionada la correspondiente
partición.

Porque para la re mencionada renuncia de gananciales no se requiere que previamente se haya partido la sociedad
conyugal indivisa disuelta precedentemente.

Además, tal hipótesis de renuncia después de la partición sería jurídicamente imposible, puesto que no habría derechos
gananciales que renunciar (…) estos solamente tienen existencia entre el momento de su nacimiento con la disolución
de la sociedad conyugal y el momento de la partición, en que los derechos se satisfacen con adjudicaciones
individualizadas.

Conclusión del Dr.

Para la renuncia de gananciales no se requiere que previamente haya un inventario o avalúo de bienes.

Entonces si como ya se señaló la liquidación de la sociedad conyugal es distinta e independiente del acto de la
disolución, y si, producida esta, nace una masa universal o indivisa de gananciales, para que un cónyuge pueda renunciar
a ellos no se necesita que previamente se haya hecho el inventario de bienes ni su avalúo, ni la relación de pasivos, pues
basta que el cónyuge manifiesta válidamente dicha renuncia, para que produzca los efectos contemplados en el artículo
en comento.

Sentencia No. C-239/94 – 19 de mayo de 1994


Demanda de inconstitucionalidad
Magistrado Ponente: Dr. JORGE ARANGO MEJIA.

NORMA ACUSADA: "LEY NUMERO 54 DE 1990

"ART. 1o.- A partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos civiles, se denomina unión marital de
hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que, sin estar casados, hacen una comunidad de vida permanente y
singular.

"Igualmente y para todos los efectos civiles, se denominan compañero y compañera permanente, al hombre y la mujer
que forman parte de la unión marital de hecho.

"ART. 7o.- A la liquidación de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes se aplicarán las normas
contenidas en el Libro 4o. Título XXII, Capítulo I al VI del Código Civil.

"Los procesos de disolución y liquidación de sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, se tramitará por el
procedimiento establecido en el Título XXX del Código de Procedimiento Civil y serán del conocimiento de los jueces de
familia en primera instancia."

En concepto del demandante, el artículo primero de la ley 54 de 1990, desconoce los artículos 5o., 13, 29 y 93 de la
Constitución Nacional, al establecer una especie de discriminación, que no permite que la ley produzca efectos frente a
las uniones de hecho existentes al momento de su expedición.

PROBLEMA JURIDICO: ¿La aplicación de la ley 54 de 1990 en el tiempo viola el derecho a la igualdad para aquellos
concubinatos que hayan iniciado y terminado su convivencia antes de la promulgación de la ley o aquellos que la hayan
iniciado y mantenido durante la expedición de la misma?

CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

Sólo el legislador al dictar una ley, puede establecer su carácter retroactivo. Pero el juez al momento de aplicarla, no
puede desconocer las situaciones jurídicas concretas ya consolidadas.
De otra parte, es evidente que la SOCIEDAD PATRIMONIAL ENTRE COMPAÑEROS PERMANENTES no pudo disolverse
antes de entrar en vigencia la ley 54, que la creó como tal, sencillamente porque mal podría haberse disuelto lo que no
existía.

Según el actor, esta norma, al disponer que " A partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos civiles, se
denomina unión marital de hecho. . .", consagra una discriminación en perjuicio de personas que sostuvieron relaciones
concubinarias antes de la vigencia de la ley, personas a las cuales no sería aplicable, en razón del principio general de
irretroactividad de la ley. La alegada discriminación sería contraria al principio de igualdad consagrado en el artículo 13
de la Constitución, y violaría también el artículo 42, en cuanto este último reconoce la familia constituida por vínculos
naturales y la originada en el matrimonio.

Tampoco acierta el actor al afirmar que la unión marital de hecho es el mismo concubinato existente antes de la vigencia
de la ley. Podría serlo si se tienen en cuenta únicamente los hechos, desprovistos de sus consecuencias jurídicas. Pero la
verdad es la creación de una nueva institución jurídica, la unión marital de hecho, a la cual la ley 54 le asigna unos
efectos económicos, o patrimoniales como dice la ley, en relación con los miembros de la pareja. De allí, al
establecimiento de los mismos derechos y obligaciones que existen entre los cónyuges, hay un abismo.

En segundo lugar, aceptando el principio de que la ley se aplica a partir de su vigencia, corresponderá al juez, en cada
caso concreto, determinar su aplicación. Por ejemplo, en relación con las uniones existentes en el momento de
comenzar su vigencia la ley, habría que preguntarse si los dos años previstos en los literales a) y b) del artículo segundo,
deben contarse solamente dentro de la vigencia de la misma, o pueden comprender el tiempo anterior. Pero esto, se
repite, es asunto de interpretación de la ley, y por consiguiente de su aplicación, y nada tiene que ver con la
exequibilidad.

En el fondo, lo que el actor pretende al pedirle a la Corte que declare la inexequiblidad de la expresión " a partir de la
vigencia de la presente ley", es nada menos que el determinar que la ley tiene efecto retroactivo. Conducta que no
puede asumir la Corte, por más que se invoque, equivocadamente, el principio de igualdad.

Inciso segundo del artículo 7o: "Los procesos de disolución y liquidación de sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes, se tramitarán por el procedimiento establecido en el Título XXX del Código de Procedimiento Civil y serán
del conocimiento de los jueces de familia en primera instancia."

Las apreciaciones del demandante sobre este inciso, carecen de fundamento. No puede afirmarse que la norma viole el
debido proceso, solamente porque su aplicación dé lugar a diversas situaciones.

Es evidente que el proceso establecido en el Título XXX, Libro Tercero del Código de Procedimiento Civil, supone que la
existencia de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes haya sido declarada judicialmente, como lo prevé
el artículo 2o. de la ley.

También cuando la causa de la disolución sea la muerte de uno de los compañeros permanentes, y exista la sentencia
que prevé el artículo 2o. de la ley, que declare la existencia de la sociedad patrimonial, la liquidación podrá hacerse en el
respectivo proceso de sucesión, como lo determina el artículo 6o.

Pero, al proceso de liquidación sólo podrá llegarse después de haberse declarado judicialmente la existencia de la
sociedad patrimonial. Tal declaración, por no existir un trámite especial, deberá hacerse en un proceso ordinario.

Hay que entender, además, que si la sociedad patrimonial se ha disuelto por mutuo consentimiento de los compañeros
permanentes elevado a escritura pública, como lo prevé el literal c) del artículo 5o., también podrá seguirse el
procedimiento del título XXX del Libro Tercero del Código de Procedimiento Civil.

Finalmente, nada obsta para que los compañeros permanentes, siendo capaces civilmente y estando de acuerdo,
liquiden la sociedad patrimonial por sí mismos, por escritura pública.
No es exacto, en consecuencia, afirmar que la ley haya dejado al arbitrio del juez la determinación del proceso que deba
tramitarse.

Por lo expuesto, la supuesta inconstitucionalidad no encuentra fundamento alguno. Por el contrario, el inciso
demandado no es contrario a norma ninguna de la Constitución y por ello será declarado exequible.

RESUELVE: DECLARAR EXEQUIBLES el artículo 1o., y el inciso segundo del artículo 7 de la ley 54 de 1990.

Ponente: Silvio Fernando Trejos Bueno


Fecha de Resolución: 20 de septiembre de 2000
Emisor: Sala de Casación Civil
Número de Providencia:6117
Sentido del Fallo: NO CASA
Historial del Caso: Resuelve recurso contra sentencia de Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Familia,
de 22 de febrero de 1996
Casación - Declaración de Existencia de Unión Marital de Hecho - Sociedad Patrimonial entre compañeros permanentes -
singularidad.

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Es posible que coexistan y se declaren dos uniones maritales de hecho, así como lo es la
coexistencia de un matrimonio vigente y una unión marital de hecho por alguno o ambos de los compañeros
permanentes?

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

La ley 54 de 1990 regula los efectos de orden económico, pero a condición de que la existencia de unión de hecho
obtenga homologación judicial, lo cual quiere decir que aunque por su naturaleza nace de los hechos y para su iniciación
no se requiere cumplir formalidad alguna, esos efectos quedan condicionados a que mediante sentencia se declare su
existencia.

Ahora bien, el artículo 1º de la ley 54 de 1990 dispone: “a partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos
civiles, se denomina unión marital de hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen una
comunidad de vida permanente y singular”; precepto del cual se infiere que son requisitos fundamentales para su
estructuración, la diversidad de sexos entre los miembros de la pareja, pues se acepta como tal únicamente la
conformada por un hombre y una mujer; que no sean casados entre sí, pues obviamente de estarlo quedan sujetos a las
reglas del matrimonio; y que exista comunidad de vida con las características de permanente y singular.

Dentro de ese contexto brota evidente que el legislador sabedor de que muchas son las uniones de hechos que se
integran con personas que son o han sido casadas con terceros, previó que no concurrieran dos sociedades
patrimoniales, la conyugal que se conformó por razón del matrimonio anterior y la patrimonial entre compañeros
permanentes; igualmente previó que si uno de los compañeros permanentes contrae matrimonio con persona distinta,
se disuelve la sociedad marital patrimonial precedente. El legislador no tuvo en mente dar cabida, en cambio, a la
coexistencia de sociedades patrimoniales nacidas de la unión marital de hecho.

Obvio que no es cierto, como dice la demandante, que si el legislador acepta que haya unión marital de hecho y
matrimonio vigente al mismo tiempo, en donde se involucre uno de los compañeros permanentes o ambos, con mayor
razón es dable aceptar la concurrencia de varias uniones maritales, pues en realidad para efectos patrimoniales le ley 54
exige justamente la previa disolución y liquidación de la sociedad conyugal, y pasado un año de ésta para concedérselos
a la unión de hecho, y esta se extingue si uno de los compañeros permanentes contrae matrimonio.

En efecto, de un lado, la ley sólo le otorga efectos civiles a la unión marital de hecho que se conforma por un solo
hombre y una sola mujer, lo que, per se, excluye que uno u otra puedan a la vez sostenerla con personas distintas y da
para decir que si uno de los compañeros tiene vigente un vínculo conyugal, lo contrae después, o mantiene
simultáneamente una relación semejante con un tercero, no se conforma en las nuevas relaciones la unión marital,
implícitamente se produce el efecto personal de la exclusividad de la relación.

Se reafirma porque la unión marital exige que los compañeros permanentes hagan una “comunidad de vida permanente
y singular”; la permanencia toca con la duración firme, la constancia, la perseverancia y, sobre todo, la estabilidad de la
comunidad de vida, y excluye la que es meramente pasajera o casual; se concreta aquí para efectos patrimoniales en dos
años de convivencia única; e indudablemente atenta contra esa estabilidad y habrá casos en que la descarta el hecho
mismo de que un hombre o una mujer pretenda convivir, como compañero permanente, con un número plural de
personas, evidentemente todas o algunas de estas relaciones no alcanzan a constituir una unión marital de hecho.

Y que la comunidad de vida sea singular atañe con que sea solo esa, sin que exista otra de la misma especie.

La explicación de la característica de singular que el citado artículo primero contempla, no es más que la simple
aplicación de lo hasta aquí dicho en torno al objetivo de unidad familiar pretendido con la unión marital de hecho, por
cuanto la misma naturaleza de familia la hace acreedora de la protección estatal implicando para el efecto una
estabilidad definida determinada por una convivencia plena y un respeto profundo entre sus miembros en aplicación de
los mismos principios que redundan la vida matrimonial formalmente constituida, pues, como se indicó, se pretendió
considerar esta unión como si lo único que faltara para participar de aquella categoría fuera el rito matrimonial que
corresponda.

La exigencia es que no haya en ninguno de los compañeros permanentes más uniones maritales que la que los ata, la
que, en consecuencia, ha de ser exclusiva. Porque si uno de ellos, o los dos, sostiene no sólo esa unión sino otra u otras
con terceras personas, se convierte en una circunstancia que impide la configuración del fenómeno.

Ninguna razón de orden jurídico, pues, asiste al recurrente para sostener la posibilidad de la concurrencia de varias
uniones maritales que involucre a un compañero permanente común, en pos de defender los intereses de la
demandante a quien el Tribunal no le otorgó el reconocimiento de la sociedad patrimonial derivada de la unión marital
de hecho que dijo haber conformado con E.B.O. con el argumento de que judicialmente ya había sido reconocida una
sociedad patrimonial originada en la unión marital que constituyó la misma persona, en vida, con persona distinta y
durante el mismo término.

Ciertamente que reconocida y demostrada la existencia de una sociedad patrimonial entre unos compañeros
permanentes, no es dable reconocer después, referida a la misma época, la concurrencia de otra. No se trata de dar una
preferencia especial a una unión marital sobre otra de manera arbitraria, simplemente cuando se dan casos como el que
aquí se trata se da una circunstancia de índole procesal, inseparable de la seguridad jurídica, en virtud de la cual en el
proceso donde primero se declaró ya la existencia de la sociedad patrimonial emergente de una unión marital de hecho
se demostraron, en su momento, todos los elementos que la estructuran, incluyendo la comunidad de vida permanente
y singular, mientras que en el segundo proceso quedó desvirtuada, cuando menos, la singularidad de la unión por cuyo
reconocimiento se propugna, y por lo mismo es advertible su fracaso.

DECISION: En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia proferida el 22 de febrero de 1996 por la Sala de
Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santafé de Bogotá en el proceso arriba referido.

IDENTIFICACION Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Sentencia 21 de abril de 1999.
DE LA SENTENCIA
DE QUE TRATA SOCIEDAD CONYUGAL; VENTA FRAUDULENTA DE BIENES.

PROBLEMA JURIDICO
¿La facultad de administrar y disponer libremente de los bienes sociales por parte de los cónyuges se mantiene una
vez disuelta la sociedad conyugal?
CONSIDERACIONES
La sociedad conyugal, tiene desde 1933 dos administradores, en vez de uno; pero dos administradores con
autonomía propia, cada uno sobre el respectivo conjunto de bienes muebles e inmuebles aportados al matrimonio o
adquiridos durante la unión, ya por el marido o por la mujer.
Esta facultad de administrar y disponer libremente se ve recortada cuando la sociedad se disuelve; a partir de ese
evento, cada uno de los esposos solo puede disponer de los bienes que sean suyos exclusivamente, desde luego que
en nada los afecta la disolución de la sociedad. Por este hecho, emerge la indivisión o comunidad de gananciales, y
mientras perdure ese estado, o sea, entre tanto se liquide y se realice la partición y la adjudicación de bienes, cada
cónyuge pierde la facultad que tenia de administrar y disponer libremente de los bienes sociales.

El desconocimiento e esta situación, que uno de los cónyuges venda un bien que tenga la condición de bien social,
puede dar lugar al fenómeno de venta de cosa ajena, postura que ha sido reiterada en la jurisprudencia de la corte.
Pero también puede desencadenar la sanción contemplada por el art. 1824 del código civil, la cual encuentra
enderezada a reprimir toda conducta dolosa de uno de los cónyuges que distraiga (es decir, aparte, desvié, o aleje)
bienes de la masa partible, con la consecuente defraudación para el otro, que se manifiesta en el hecho de su no
participación en ese bien, separado de la manera dicha de la masa social partible.

IDENTIFICACION Corte Constitucional, Sentencia C-174 de 1996, MP: Jorge Arango Mejía
DE LA SENTENCIA

DE QUE TRATA COMPAÑEROS PERMANENTES; DIFERENCIAS CON LA SITUACION JURIDICA DE LOS CONYUGES;
INAPLICABILIDAD DE ALGUNAS NORMAS DEL MATRIMONIO A LA UNION LIBRE.
CONSECUENCIAS.
HECHOS SUCINTOS Demanda de inconstitucionalidad de los artículos siguientes del Código Civil, en forma parcial:
411 numerales 1 y 4; 423, modificado por la ley 1a. de 1976, artículo 24; 1016, numeral 5; 1025,
numeral 2; 1026, modificado por el decreto 2820 de 1974, artículo 57; 1040, subrogado por la
ley 29 de 1982, artículo 2°; 1045, modificado por la ley 29 de 1982, artículo 4°; 1046,
modificado por la ley 29 de 1982, artículo 5°; 1047, modificado por la ley 29 de 1982, artículo
6°; 1051, modificado por la ley 29 de 1982, artículo 8°; 1054; 1230; 1231; 1232; 1233; 1234;
1235; 1236; 1237; 1238 y 1266, numeral 1° del Código Civil. Y el artículo 263 del Código Penal.

El demandante solicita se hagan extensivos a los compañeros permanentes los derechos de los
cónyuges en relación con la vocación hereditaria, el optar por porción conyugal y el solicitar
alimentos. Agrega que debe dictarse por esta Corte una sentencia integradora.
PROBLEMA JURIDICO
¿Se pueden entender como situaciones jurídicas iguales la unión marital de hecho y el matrimonio, y de no hacerlo,
constituye esto una violación al derecho constitucional de la igualdad?
CONSIDERACIONES
Es verdad que en el artículo 42 de la Constitución, se reconoció que la familia se constituye “por vínculos naturales o
jurídicos, por la decisión de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de
conformarlo”. Pero de ahí a sostener que la Constitución estableció igualdad entre el matrimonio y la unión libre hay
mucha distancia. El matrimonio es diferente de la unión libre, y, por lo mismo, difieren entre si las situaciones
jurídicas de los cónyuges y de los compañeros permanentes.

Incluso del mismo artículo 42 hay otras normas sobre el matrimonio inaplicables a la unión libre, algunas son:
 Inc 10. “Los matrimonios religiosos tendrán efectos civiles en los términos que establezca la ley.” Obsérvese
que la atribución de los efectos civiles de los matrimonios religiosos, no está sometida a lo que disponga la
respectiva religión.
 Inc 11. “los efectos civiles de todo matrimonio cesaran por divorcio con arreglo a la ley civil” Norma que nada
tiene que ver con la unión marital de hecho.
 Inc 12. “también tendrán efectos civiles las sentencias de nulidad de matrimonios religiosos dictadas por las
autoridades de la respectiva religión, en los términos que establece la ley”

Las formas del matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los deberes y derechos de los cónyuges, su
separación y la disolución del vínculo se rigen por la ley civil (art. 42 inc. 9) si bien diversas leyes, entre ellas la ley 54
de 1990 han atribuido efectos civiles, por razones de equidad, a la unión libre, es evidente que el legislador no podría
llegar a establecer una reglamentación como la prevista para el matrimonio, pues iría en contra de la esencia de la
unión libre.

Prohibiciones para los cónyuges que no existen para los compañeros permanentes:
1. Contrato de compraventa entre cónyuges no divorciados (da lugar a la nulidad del contrato)
2. Donaciones irrevocables entre cónyuges (nulidad absoluta)
3. Todos los contratos relativos a inmuebles entre los mismos (nulidad absoluta) con excepción del mandato
general especial.
4. La compra de bienes directa entre cónyuges no divorciados. Ni aun en pública subasta. (nulidad absoluta)
5. El cónyuge del testador no puede ser testigo en el testamento solemne.

Según el art. 1774 del CC “a falta de pacto escrito se entenderá, por el mero hecho del matrimonio, contraído la
sociedad conyugal…”. Entre los compañeros permanentes, por el contrario, la sociedad patrimonial solo se presume y
hay lugar a declararla judicialmente cuando la unión marital de hecho ha durado por un lapso superior a dos años, y
se reúnen los requisitos en el art 2 de la ley 54 del 90.

Es inadmisible pedir a la Corte que al examinar la constitucionalidad, que no se discute, y ni siquiera se pone en duda,
de normas que asignan derechos y obligaciones a quienes tienen el estado civil de casados, asigne esos mismos
derechos y obligaciones a quienes no tienen tal estado civil, sino uno diferente.
El juez constitucional no puede crear una igualdad entre quienes la propia Constitución considero diferentes, es decir,
entre los cónyuges y los compañeros permanentes. Por tanto, no se quebranta el principio de igualdad consagrado en
la constitución, cuando se da por ley un trato diferente a quienes están en situaciones diferentes, no solo jurídicas
sino socialmente.

IDENTIFICACION Corte Suprema De Justicia, Sala De Casación Civil, Sentencia enero 30/2006 Exp. 1995-29402-
DE LA SENTENCIA 02, MP: Manuel Isidro Ardila Velásquez.
DE QUE TRATA RENUNCIA DE GANACIALES. No puede afectar derechos de terceros. El fenómeno que genera
una renuncia de gananciales es la de la inoponibilidad. La renuncia no puede equipararse a la
donación y por ese aspecto no hay lugar a la nulidad de la misma.
HECHOS SUCINTOS  Hubo un matrimonio con una prosperidad económica considerable. Acumulada esa
fortuna en 35 años, y tan solo un año y medio antes de morir, sin motivo conocido, el
cónyuge toma la decisión de renunciar a los gananciales, beneficiando ampliamente a
su pareja, puesto que en cabeza de aquel estaba la mayoría de los bienes.

 Esto tuvo como consecuencia el desaparecimiento de la herencia de la demandante.

 Una hija extramatrimonial que convivio con la familia matrimonial, que tiempo después
retiro sus afectos, según afirman algunos demandados.

 La demandante formula cuatro pretensiones. La principal ateniente a la inoponibilidad


de la renuncia a los gananciales del causante y otras subsidiarias referidas a la
declaración de la nulidad relativa y absoluta de la mentada renuncia, e inexistencia
de la misma.
PROBLEMA JURIDICO
¿Pueden los herederos que se vean afectados por la renuncia de gananciales de sus causantes, afectar el alcance de
tal negocio jurídico?
CONSIDERACIONES
RESUMEN HISTORICO
La figura de la renuncia de gananciales, de la forma que fue concebida inicialmente en el Código Civil, se había
establecido, dada la manifiesta desigualdad entre los cónyuges, para proteger a la mujer en relación con el hombre, y
el perjuicio que pudiere tener de la mal administración de los bienes que este pudiere tener. No obstante, con la Ley
28 de 1932, donde se establecía la igualdad jurídica entre de los cónyuges, la mujer ya no perdía la capacidad por el
hecho del matrimonio, y esto llevo a algunos a pensar que la figura de la renuncia de gananciales había desaparecido
por sustracción de materia, al desaparecer la desventaja de la mujer.

Pero el legislador zanjo la discusión con el decreto 2820 de 1974, en donde no solo no derogaba la figura, sino que la
ratifico, adecuándola a las necesidad concurrentes. Por lo que cualquiera de los cónyuges estaba en la posibilidad de
hacer esta renuncia.

Esta renuncia es válida “sin perjuicio de terceros”, esto es: “en el bien entendido que se trata en verdad de un interés
de carácter particular e individual. Y si no daña a terceros, el cónyuge obrara a su voluntad, porque entonces el
imperio de la autonomía de la voluntad es pleno. Si, por caso, no tiene acreedores, ni otros terceros a quienes pueda
perjudicar, conducirá sus designios muy a su sabor.”

A la pregunta de si los herederos son considerados terceros se responde lo siguiente: “no otra cosa es la que sucede…
cuando cuestiona la renuncia de gananciales. Sin dubitación de ningún género se trata de un tercero y como tal
encaja dentro de los que menciona el artículo 1775 del CC. Por supuesto que también en esta ocasión está velando
por su propio derecho, el de las asignaciones forzosas.”

La corte había confundido anteriormente la renuncia de gananciales con la donación, pero resulta insostenible si se
aprecia que aquel es un negocio jurídico univoluntario, mientras que el segundo es plurivoluntario. Así como que en
la donación necesariamente hay un crecimiento de patrimonio de una de las partes, y un detrimento correlativo, no
habiéndolo así necesariamente en la renuncia de gananciales. Si fuere una donación, habría una nulidad, pero no la
hay.

Lo que hay, según la sala, es una inoponibilidad al juzgar que un negocio entre partes afecta de forma general a la
población obligándole a reconocerle su existencia. Se diferencia la inoponibilidad esencialmente de la nulidad, toda
vez que el negocio jurídico no desaparece, simplemente sus proyecciones se paralizan o neutralizan frente a ciertos
terceros, como es el caso frente a la demandante.
ANALISIS DEL LIBRO
“Si bien es cierto que en vida del causante nadie puede considerarse heredero y que, por lo tanto, el derecho a la
herencia es una mera expectativa, un asunto como el que tiene que ver con los efectos que produce una renuncia de
gananciales frente a quienes alcanzan la condición de herederos del causante que renuncio, pasa de ser una
eventualidad para concretarse en las consecuencias jurídicas.

Ante circunstancias como esas, la Corte, tras prolongadas disquisiciones jurídicas contenidas en la citada sentencia,
concluye que un contrato de renuncia de gananciales si afecta a ciertos terceros, a menos de forma indirecta, por lo
que es menester que, en casos como estos, pese a que esa clase de negocios son válidos entre los contratantes, el
contrato no es oponible a los terceros interesados, puesto que tales terceros –los heredero, por ejemplo—tiene
derecho a ponerse salvo de los efectos que les perjudican. No han intervenido en el contrato y por lo tanto, dicho
contrato no puede imponérseles de manera absoluta, explica la Corte, precisando que el fenómeno que genera una
renuncia, frente a quienes puedan acreditar un interés jurídico en ella, es el de la oponibilidad.” (Régimen económico
del matrimonio De la sociedad conyugal, p. 234)

IDENTIFICACION Corte Constitucional, Sala de revisión, sentencia T-494 de 1992, MP Ciro Angarita Barón
DE LA SENTENCIA

DE QUE TRATA SOCIEDAD DE HECHO ENTRE CONCUBIONOS, DERECHO FUNDAMENTAL A LA POSESION; VALOR
DE LOS APORTES EN TRABAJO DOMESTICO; DERECHO A LA IGUALDAD; CARÁCTER
OBLIGATORIO DE LA DOCTRINA CONSTITUCIONAL
HECHOS SUCINTOS Durante la convivencia de la peticionaria, con su difunto compañero, adquirieron una casa a la
cual hicieron algunas mejoras y arrendaron habitaciones a inquilinos que pagaban los cánones
con rigor.
La peticionaria habitaba en la actualidad en el inmueble y a través de sus apoderados ha
manifestado sus pretensiones de propietaria del 50%, condición que no ha sido desvirtuada
hasta el momento.

En tales circunstancias la peticionaria es cuando menos titular activa de una relación posesoria
cuya naturaleza esencial conviene dilucidar.

El trabajo doméstico “femenino” y la desigualdad:


Entre los hechos mencionados y probados en el expediente aparecen las diversas actividades
que la peticionaria realizo desde el momento mismo en que inicio sus relaciones permanentes
con su difunto compañero, …las cuales se prolongaron por espacio de 24 años.
PROBLEMA JURIDICO
¿Es una vulneración del principio de la igualdad real, el desconocer que la labor domestica de la mujer no es un
aporte a la sociedad de hecho?
CONSIDERACIONES
La posesión como derecho fundamental:
La posesión resulta ser un poder de hecho jurídicamente relevante que por su naturaleza puede ser instrumento
efectivo para la adquisición de la propiedad y como tal guarda con este último derecho una conexidad de efectos
sociales muy saludables que no pueden ignorarse, especialmente en el ámbito del Estado social de derecho. No es
infundado afirmar que en la actual coyuntura colombiana, la posesión es un derecho fundamental, en efecto, tiene,
como ya se señaló, conexión íntima con el derecho de propiedad.

Actividades que se comprenden dentro del trabajo doméstico femenino del caso: labores domésticas propias del
hogar, la colabo0racion en actividades comerciales, la explotación conjunta de una casa mediante arrendamiento de
inquilinos, cuidado permanente de la salud de su compañero, arreglo lavo y plancho ropa fuera del hogar para
contribuir a su sostenimiento.

Paralelamente se adelantaba un recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia. Frente a la decisión del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali que considero:
“a juicio de la sala, no se reunieron los presupuestos específicos del contrato de sociedad, pues no se
estableció que la señora… hubiera efectuado algún aporte para la constitución de la sociedad que pretende se
reconozca. … ninguno de los declarantes indica cual fue el aporte de la demandante, todos se limitan a indicar
que esta colaboraba en las labores domésticas y que realizaba algunos oficios como lavar ropa y cuidar niños
que le reportaban algún beneficio económico, pero no indican en que consistió el aporte a la sociedad, si fue
en dinero y en que cuantía, o en especie y que bienes aporto”
El sentenciador parece creer que los únicos aportes a una sociedad de hecho deben ser dinero o bienes relevantes en
el mercado, con lo cual descarta de plano el denominado aporte de industria. Seguramente por eso se abstuvo de
considerar por un momento siquiera si el trabajo doméstico de la concubina tuvo o no significación económica para
reconocerle, con todas sus consecuencias, la calidad de socio.

Las obligaciones tradicionales de la mujer con respecto de la familia y su trabajo no remunerado en el hogar con
frecuencia no se reconocen, pese a tratarse de actividades económicas que contribuyen al ingreso del hogar, y por
ende al ingreso nacional.

El desconocimiento del trabajo doméstico de la peticionaria involucrado en la amenaza de despojo, sin debido
proceso, del inmueble del inmueble en que ella habita hoy adquirido y mejorado progresivamente durante la unión
de hecho, y como fruto del esfuerzo conjunto de los concubinos, viola abiertamente los derechos constitucionales de
igualdad, debido proceso y no discriminación en contra de la mujer, consagrados en los artículos 13, 29 y 43 de la
Carta Política. Por lo cual esta Corte protegerá tales derechos de la peticionaria en la forma en que se indicara en la
parte resolutiva.

Decisión: En todos aquellos casos similares al presente por sus hechos o circunstancias, siempre que exista realmente
trabajo doméstico en las relaciones entre hombre y mujer, la doctrina constitucional enunciada en esta sentencia
tendrá carácter obligatorio para las autoridades en los términos del Art. 23 del decreto 2591 de 1991.
ANALISIS DEL LIBRO
“La razón de ser de la sociedad, no se halla en la mera cohabitación, sino en el aporte de bienes o, en la reciproca
colaboración de la pareja en una actividad económica con miras al logro de un propósito común…”
Estos aportes pueden hacerse, ya en dinero, ora en especies. Y además, en industria o trabajo de cualquiera de los
compañeros, incluido el trabajo doméstico, pues este debe ser tenido en cuenta como una contribución económica.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA- SALA DE CASACIÓN CIVIL.


FECHA: DICIEMBRE 06 DE 1961.
TEMA: PRESUNCIÓN “JURIS TANTUM”.
M.P: GUSTAVO FAJARDO PINZÓN.

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Es la escritura pública un mecanismo idóneo para desvirtuar la titularidad de un bien propio
de uno de los cónyuges, cuando este fue adquirido mediante donación y se aportó en vigencia de la sociedad conyugal?
CONSIDERACIONES
No, de acuerdo con el artículo 1795 del Código Civil, al crear una unión matrimonial, se presume que los bienes muebles
o inmuebles, que existan en poder de cualquier de los cónyuges al momento de disolverse la sociedad conyugal,
pertenecen a esta, salvo que sea patente o se demuestre lo contrario.
Se entiende que se consagra una presunción “juris tantum”, cuando un cónyuge que reclama el bien como suyo o a un
tercero que se atribuye como propio de este bien, deberá demostrar:
1. Bien mueble: Se le atribuye la carga de la prueba con el fin de demostrar que es suyo.
2. Bien inmueble: Que esté lo aportó a la sociedad a cualquier título excluyente, tales como la donación entre vivos,
legado, herencia, subrogación real, accesión o hallazgo.

Por tanto, no es necesario que un cónyuge que quisiese demostrar mediante escritura pública, que dicho bien inmueble fue
adquirido bajo estas modalidades, y se empeñe a someter a este a un proceso eliminatorio de la presunción, cuando este
hace parte de su pertenencia exclusiva. Lo mismo ocurre cuando alguno de los cónyuges en vigencia del matrimonio,
eleva a escritura pública la compra de un bien, y del cual éste aportó a la sociedad conyugal.
Por tanto, quienes quisieran desconocer la calidad social del bien para tomarlo como propio, tendrá necesariamente que
probar, no en contra de la presunción 1975, sino en contra de la adquisición del bien del que se es titular y del cual sólo
podrá ser desvirtuado por los medios legalmente idóneos a contrarrestar los actos de su clase.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA- SALA DE CASACIÓN CIVIL
FECHA: NOVIEMBRE 20 DE 1973
TEMA: VIGENCIA DE LAS NORMAS SOBRE CAPITULACIONES Y/O REGULACIÓN DE LA SOCIEDAD
PATRIMONIAL DE LOS CÓNYUGES EN CUANTO A SUS PROPIOS BIENES.
M. P: AURELIO CAMACHO RUEDA.

PROBLEMA JURÍDICO: Las normas sobre disolución y liquidación que trae el código Civil fueron derogadas por la
Ley 28 de 1932 para las sociedades conyugales formadas con posterioridad a la vigencia de dicha ley, dejando sin efectos
al art 1797 del C. Ci.
CONSIDERACIONES
Se entiende que la sociedad desde 1933, cuenta con dos administradores con autonomía propias, cada uno sobre el
respectivo conjunto de bienes muebles o inmuebles aportados al matrimonio o adquiridos durante la unión entre el hombre
o la mujer. Sin embargo, cada administrador responde ante terceros de las deudas personales que contraiga, de manera que
los acreedores sólo tienen la acción contra bienes del cónyuge deudor, salvo se entiende por solidaridad y se afecte los
bienes del otro.
Se encuentra vigente por cuanto a sus normas no se oponen a la misma Ley 28, debido a que se conservó la formación de
la sociedad conyugal (constitución de activos y pasivos, aportes, etc.), debido que la reforma consiste primordialmente en
el sistema de administración y de la disposición de los bienes sociales y propios de los cónyuges antes de su disolución.
Como no se contrarían normas del Código Civil la ley, el cual se está inspirado en la teoría del enriquecimiento sin causa,
y que regula la situación patrimonial de los cónyuges en cuanto a sus bienes propios y para los efectos de la liquidación de
la sociedad conyugal, al permitir este que cada uno de ellos, podrá excluir de su masa los especies o cuerpos ciertos que le
pertenezcan, o los precios, saldos o recompensas que constituyen de su haber.
Así mismo, disponer que, vendida alguna cosa del marido o de la mujer, la sociedad deberá el precio al cónyuge
vendedor, salvo cuando dicho precio se haya invertido por subrogación (Art 1789) o en otro negocio personal del cónyuge
de quien era la cosa vendida y la sociedad no se haya enriquecido. Así como aquella deuda se entiende de la sociedad más
no del otro cónyuge.
Deberán declararse que estas disposiciones no se pueden contar con que se realice de manera actual en vigencia de la
sociedad sino en caso que se realice la liquidación.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA- SALA DE CASACIÓN CIVIL.
SENTENCIA: SC 3864.
FECHA: ABRIL 07 DE 2015.
TEMA: SIMULACIÓN ABSOLUTA.
M.P: FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ.

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Puede demandarse la simulación de venta de bienes, que fueron vendidos durante la
vigencia de la sociedad conyugal, y ser reclamados en juicio ante la declaración de la disolución de la sociedad?
CONSIDERACIONES
No. Cuando no se realice la disolución de una la sociedad conyugal por algunos de los motivos señalados por el Art 1820
del C.Ci, los cónyuges se entenderán como separados de bienes, y gozarán de total independencia del otro, salvo cuando
exista la afectación de vivienda familiar. Es decir, que no se puede demandar los actos ni por el cónyuge ni como por los
herederos, ante actos celebrados por el otro cónyuge debido a que existe una desnaturalización del régimen legal.
Solo se podrá iniciar un proceso en casos que exista la disolución de la sociedad, debido a que se encuentran legitimados
para demandar la simulación de actos celebrados por el otro. Este se encuentra ligado al interés jurídico de las partes,
debido a que consten sobre los bienes sociales y la determinación de los gananciales que a cada uno le corresponde.
Existen eventos que podrá realizarse la demanda de simulación en vigencia del matrimonio solo cuando esta sea posterior
a la existencia de un juicio de separación de bienes, divorcio o nulidad del matrimonio, y del cual conlleva a la disolución
de la sociedad conyugal. Sin embargo, esta se encuentra sujeta a que deberá encontrarse notificado el otro cónyuge antes
de la presentación de la demanda, y que a partir de la notificación es que se encuentra legitimado para demandar por
simulación.
Estos eventos incurren en un falta grave a los derechos del demandante debido a que persiste el negocio simulado; pues
estando aún en vigencia de la sociedad conyugal, el cónyuge dispone real y efectivamente de los bienes, que podrá
realizar actos de manera aparente o simulada con estos.
Con relación al artículo 1 de la Ley 28 de 1932, la “disposición real” se encuentra en conflicto debido a que no se puede
“anular la facultad que la misma ley le concede a cada uno de ellos para disponer libremente de los bienes que adquiera
durante la unión matrimonial”,donde en vigencia de este “cada uno de los cónyuges tiene la libre administración de los
bienes que le pertenezcan al momento de contraer matrimonio o que hubiere aportado a él como de los demás que por
cualquier cosa hubiere adquirido o adquiera; pero la disolución del matrimonio o cualquier otro evento en que conforme
al código civil deba liquidarse la sociedad conyugal, se considera que los cónyuges ha tenido esa sociedad desde la
celebración del matrimonio y en consecuencia se procede a su liquidación”.

Por tanto, ni el marido tiene derecho sobre los bienes de la sociedad manejados por la mujer, ni esta tampoco sobre los
bienes de la sociedad manejador por el aquel, generando una doble administración de los bienes, cuyo carácter de sociales
no viene a revelarse ante terceros sino al disolverse la sociedad.
Ahora bien, se entiende que la libre administración se predica de actos o negocios jurídicos reales, y no de los aparentes
con el propósito de engañar o lesionar los intereses del otro cónyuge. En caso de ser así, aquello que se ve afectado con
esta situación jurídica es sobre la reclamación de los “gananciales con libre administración” y que se encuentra sujeta a la
notificación de la parte convocada para iniciar su proceso.

SENTENCIA Bogotá, D. C., diez (10) de septiembre de dos mil tres (2003).
MAGISTRADO PONENTE: Manuel Isidro Ardila Velásquez

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Puede presumirse la existencia de la sociedad patrimonial aun cuando no se ha liquidado la
sociedad conyugal anterior al bienio que haría suponer la existencia de una unión marital de hecho?
CONSIDERACIONES
“(…) la mera disolución es lo que a la conyugal pone fin, lo dice el hecho de que justo es en ese momento cuando queda
fijado definitivamente el patrimonio de ella, es decir, sus activos y pasivos, y entre unos y otros se sigue una comunidad
universal de bienes sociales, administrados en adelante en igualdad de condiciones por ambos cónyuges (o, en su caso,
por el sobreviviente y los herederos del difunto). En dicha comunidad apenas sí tienen los cónyuges derechos de cuotas
indivisas, y se encuentran en estado de transición hacia los derechos concretos y determinados; como en toda indivisión,
allí está latente la liquidación. Pero jamás traduce esto que, en el interregno, la sociedad subsiste, porque, como su
nombre lo pone de relieve, la liquidación consiste en simples operaciones numéricas sobre lo que constituye gananciales,
con el fin de establecer qué es lo que se va distribuir, al cabo de lo cual se concreta en especies ciertas los derechos
abstractos de los cónyuges. Es, en suma, traducir en números lo que hubo la sociedad conyugal, desde el momento
mismo en que inició (el hecho del matrimonio) y hasta cuando feneció (disolución); ni más ni menos. En términos más
elípticos, liquidar lo que acabado está.(…)
(…)Por otra parte, y quizás en esto haya una razón bastante más apreciable, ha de verse en ello un trato desnivelado;
sábese que para contraer segundas nupcias lo más que exige la ley es que, y sólo por salvaguardar los intereses de los
hijos menores, se confeccione previamente un inventario solemne -cosa extensible cuando en vez de un nuevo
matrimonio se quiere formar la unión marital de hecho, según sentencia C 289 de 2000-; pero no demanda, a buen
seguro porque lo sabe anodino, que la sociedad conyugal anterior esté liquidada; se conforma con que apenas esté
disuelta. Demandar más, e innecesariamente, por el sólo hecho de no observar la forma matrimonial, compromete el
trato igualitario a que aspira la Constitución; e incluso en la misma ley 54 puede palparse la disparidad, (art. 5, letra b) en
cuanto conviene ella en que el solo hecho del matrimonio de uno de los compañeros disuelve la sociedad patrimonial, lo
que es admitir que la sociedad conyugal podría emerger sin necesidad de liquidarse la patrimonial. (…)”
“(…)Y si tal unión mantúvose hasta la propia muerte de Porfirio Rodríguez -acaecida en el año 1996-, es patente que
perduró por más del bienio que hace presumir la sociedad patrimonial. Ya se vio, con ocasión del fallo de casación, que
la falta de liquidación de una sociedad conyugal preexistente no obsta el surgimiento de aquella, -como equivocadamente
lo cree el a-quo- pues al efecto basta que se encuentre disuelta, como aquí la tenía Porfirio Rodríguez por el hecho de la
muerte de su cónyuge, ocurrida desde 1986. Así que se reconocerá también la existencia de la sociedad patrimonial entre
el 31 de diciembre de 1990 y el 22 de julio de 1996. Por consiguiente, también fracasa la excepción propuesta en el
punto.(…) “ por lo anterior, podemos decir que si puede existir una nueva sociedad patrimonial aun cuando a pesar de la
disolución de una sociedad conyugal anterior, esta no haya sido liquidada.

SENTENCIA: SC12015-2015
MAGISTRADO PONENTE: MARGARITA CABELLO BLANCO

PROBLEMA JURÍDICO: ¿La ley 54 del 90, que regula la unión marital de hecho, puede tener efectos retrospectivos
con respecto a las relaciones conformadas antes de su promulgación?
CONSIDERACIONES
(…)la Ley 54 de 1990 sí aplica a las uniones maritales que, surgidas con anterioridad a su promulgación, continuaron
desarrollándose sin solución de continuidad durante su vigencia –no así a las que para ese momento ya habían fenecido-
por manera que para los efectos de la conformación de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, debe
tenerse en cuenta la totalidad del tiempo que ellos convivieron, incluido, por supuesto, el anterior al 31 de diciembre de
1990, en el obvio entendido que se verifiquen todos los presupuestos requeridos por la normatividad patria»(…)
(…)se determina que para el caso es procedente aplicar la «teoría de la retrospectividad» del citado estatuto legal, en
virtud del cual respecto de las relaciones de pareja de hecho surgidas o conformadas con antelación a su promulgación,
que prosiguieron sin solución de continuidad durante su vigencia, ha de reconocerse la totalidad del tiempo de
convivencia de la pareja, para los efectos de la declaración de existencia de la «unión marital de hecho» y la «sociedad
patrimonial entre compañeros permanentes».(…)
SENTENCIA: Bogotá D. C., veinticinco (25) de noviembre de dos mil cuatro (2004)
MAGISTRADO PONENTE: PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA

PROBLEMA JURÍDICO: ¿existe vinculo matrimonial mientras no se decrete por sentencia judicial la nulidad de un
matrimonio? ¿se entiende como inexistente el matrimonio declarado nulo?
CONSIDERACIONES
“(…)no puede decirse, entonces, que el matrimonio nulo debe tenerse como absolutamente ineficaz, o como si no hubiese
existido, pues, de un lado, como ha quedado establecido, mientras no se declare su invalidez, produce, por regla general,
todos los efectos que le son propios, de modo que los contrayentes se reputan casados y son titulares de los mismos
derechos y obligaciones que aquellos que no están afectados de vicio legal alguno, y no de manera aparente o artificial
sino real y verdadera; y, de otro lado, porque la nulidad judicialmente declarada no produce efectos retroactivos de tal
modo absolutos que pueda colegirse que se tiene por no celebrado.(…)(…) En ese orden de ideas, tampoco puede decirse
que el matrimonio cuya nulidad se declara por razón de existir respecto de ambos o uno de los contrayentes el vínculo de
un matrimonio anterior, deba tenerse como ineficaz y, por ende, que no constituye obstáculo para que se forme entre la
pareja una sociedad patrimonial similar a la de los compañeros permanentes, pues esa unión conyugal existe como tal y
produce los efectos que le son propios mientras no se declare su invalidez. Más exactamente: Mientras no se decrete
judicialmente la nulidad, existe vínculo matrimonial y los contrayentes tienen la calidad de cónyuges y, obviamente, los
derechos y obligaciones que la ley les impone (…)”

SALA CIVIL DE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA- SENTENCIA C-219 SEPTIEMBRE 2005


MP: Pedro Octavio Munar Cadena
Se da un carácter supletorio a la ley 54 de 1990, en cuanto tiene que ver con la constitución de la sociedad
patrimonial entre compañeros permanentes, donde también le da la aplicación a las normas del código civil
para ser aplicadas a la liquidación.
Problema Jurídico: ¿Puede surgir una unión marital de hecho o sociedad patrimonial con un matrimonio
vigente?

CONSIDERACIONES
- No surge unión marital de hecho entre compañeros permanentes
- No puede presumirse una sociedad patrimonial cuando subsiste un vínculo matrimonial entre ellos mismos.
- La unión marital de hecho es cuando 2 personas sin estar casadas conforman una comunidad de vida
permanente y singular superior a 2 años y ningún impedimento legal para contraer matrimonio.

Se analizo la PRESUNCION DE CONFORMACION DE LA SOCIEDAD PATRIMONIAL y surge a la vida jurídica a


condición que las sociedades conyugales preexistentes hayan sido disueltas por lo menos un año antes que se
inició la unión marital de hecho.
El matrimonio nulo no puede verse con ineficaz, mientras no se declare su nulidad, es decir, mientras no se
declare la nulidad existe aún el vínculo matrimonial y siguen teniendo calidad de cónyuges.
La nulidad judicialmente declarada no produce efectos retroactivos.
En Colombia no es posible convenir de un contrato autónomo, teniendo en cuenta los elementos concisos de
la unión marital de hecho, una “sociedad patrimonial de hecho entre compañeros permanentes” pues
escaparía la voluntad de los interesados.

La sociedad patrimonial es desvirtuable porque es una mera presunción legal.


El patrimonio o capital de trabajo, ayuda y socorro pertenece por partes iguales a ambos compañeros
permanentes, pero no forman parte del haber de la sociedad los bienes adquiridos en virtud de donación,
herencia o legado, ni que se hubiesen adquirido antes de iniciar la unión marital de hecho, pero si lo serán los
frutos.

SALA CIVIL DE LA CORTE 1 NOVIEMBRE DE 1960


LA SOCIEDAD CONYUGAL COMO INSTITUCION DE ORDEN PUBLICO

Problema jurídico: ¿La sociedad conyugal aun teniendo en cuenta que se forma en primera medida por medio
de la autonomía de la voluntad de los contrayentes puede denominarse un contrato?

CONSIDERACIONES

R: No, esta sociedad conyugal es de orden público.


Concepto de orden público: Es el buen funcionamiento, en especial la armonía de las relaciones humanas
como lo es el matrimonio.
La sociedad no es un contrato, sino una institución de orden público y de carácter accesorio porque se forma
por el hecho del matrimonio y no puede subsistir sin él. Entre connubios no puede haber sociedad conyugal,
pero si puede darse una compañía de índole convencional cuando la pactan de modo expreso o cuando ambos
trabajan y colaboran en una empresa o negocio común e independientemente sus relaciones concubinarias.
La sociedad conyugal no se origina en el consentimiento particular, se forma fuera de la zona contractual de
derecho privado, dentro de la institución familiar que corresponde al orden público, como una consecuencia
legal del matrimonio que es su fuente y antecedente ineludible.
La sociedad conyugal no se puede desvirtuar mediante convenio de las partes
Es diferente a un contrato porque NO opera la prescripción
No pueden dejarse de lado los bienes adquiridos por algún cónyuge porque al ser de orden público se
entiende como una masa de bienes con los cuales se forma el haber conyugal.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL


Mayo 19 de 2004
MP: Cesar Julio Valencia
“Reafirma que los muebles habidos antes del matrimonio entran al haber social”.

PROBLEMA JURIDICO ¿Los bienes muebles puestos a disposición por parte de la mujer al momento de
conformar una sociedad SAS dan cabida al haber relativo?

CONSIDERACIONES
Respuesta: NO, es al haber social
Resumen: Una mujer quiso aporto unos bienes muebles (adquiridos antes del matrimonio) para conformar
una sociedad, pero lo que hizo realmente fue una simulación y la sala creo equívocamente que estos bienes
hacían parte del haber relativo.

“Cada contuve dispones y administra con entera libertad e independencia del otro, los bienes adquiridos por
cada cónyuge “ -> IGUALDAD DE SEXOS, YA EL HOMBRE NO TIENE LA POTESTAD PARA MANDAR SOBRE LOS
BIENES DE LA MUJER.
Solicito el demandante declarar que son simulados los actos jurídicos contenidos en las escrituras públicas.
Se consagró un nuevo régimen en la administración y disposición patrimonial entre esposos, sentó las bases
para el tratamiento de los pasivos concernientes a la comunidad y dejó viva la sociedad conyugal.
El “haber de la sociedad conyugal se compone, entre otros bienes, del dinero que cualquiera de los cónyuges
aportare al matrimonio, o durante el adquiriere, obligándose la sociedad a su restitución.”
Componen el haber de la sociedad las especies muebles que cualquiera de los cónyuges aportare al
patrimonio, o durante el adquiriere, quedando obligada la sociedad a restituir su valor según el que tuvieron a
tiempo del aporte o de la adquisición.

Por acto simulado debe entenderse todo acuerdo mediante el cual los contratantes deliberadamente emiten
una declaración de voluntad disconforme con la realidad o con el verdadero querer de los mismos.
En esta sentencia se critica de cierto modo que el legislador omite la potestad marital al otorgársele plena
capacidad jurídica para administrar sus bienes cuando dijo que no estaba legitimada para disponer sus bienes.
Los bienes inmuebles son MUY importantes al momento de la liquidación, por eso se entiende que son del
haber social teniendo en cuenta que hacer parte del matrimonio celebrado por los cónyuges. Se desconoció
que no habiendo salido las cuotas de interés del patrimonio de la demanda se debe dar lugar a la
LIQUIDACION Y DISTRIBUCION.
En esta sentencia no se casa porque se dice que lo bienes forman partes del haber relativo, mas no como
debería decir o sea del haber social. Las cuotas o partes de interés hacen parte del haber social donde en el
presente caso se constituyó una sociedad con bienes inmuebles que si se atribuyen al haber social.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: Sala de Casación Civil 


Magistrado Ponente: Manuel Isidro Ardila Velásquez 

Bogotá, D.C., primero (1º) de octubre de dos mil cuatro (2004). 

Problema Jurídico: ¿Cuáles son los efectos para la sociedad conyugal una vez el matrimonio a través del cual se origino
es declarado nulo?

Consideraciones:

El tema central es el de definir en ultimas la hermenéutica de lo dispuesto por el numeral 4 del artículo 1820 del Código
Civil.

“ 4.) Por la declaración de nulidad del matrimonio, salvo en el caso de que la nulidad haya sido declarada con
fundamento en lo dispuesto por el numeral 12 del artículo  140  de este Código. En este evento, no se forma sociedad
conyugal”

La nulidad de un negocio jurídico tiene como consecuencia mirar el negocio como si nunca se hubiera celebrado, una
nulidad se proyecta así para el futuro como para el pasado.

En el matrimonio las consecuencias anulatorias no pueden operar con todo su rigor y por eso se ha de convenir un
régimen especial, ante todo en lo que dice se da en relación con los efectos del pasado, como por ejemplo la
imposibilidad material de que dejen de ser hijos los que ya lo han sido, el decreto de nulidad del matrimonio sustrae del
rigor jurídico a los hijos habidos dentro del matrimonio, es decir, que no pierdan su condición inicial de hijos
matrimoniales.

Respecto a los efectos económicos del matrimonio nulo, la sociedad conyugal se presume en todo matrimonio, el
Código Civil colombiano precisamente en el numeral 4 del articulo 1820 dejo en claro que la nulidad del matrimonio
carece de virtualidad para borrar la sociedad conyugal que perduro en el intervalo. El decreto de nulidad traduce la
disolución de la sociedad conyugal.

Cuando la nulidad del matrimonio se produce precisamente por la prexistencia de otro vinculo matrimonial, justamente
esto fue lo que el legislador quiso aclarar con la ley 1 de 1976 que estipula que la nulidad del matrimonio no disolvía la
sociedad conyugal cuando se trataba de la nulidad por bigamia, porque el segundo matrimonio no generaba sociedad
conyugal. Esta norma debe operar siempre y en todo supuesto.

La norma de 1976 tiene como fin no sancionar a quienes se casan doblemente sino evitar la existencia de varias
sociedades conyugales. En el caso, si la sociedad conyugal anterior ya era cuestión del pasado por el hecho de que
estaba liquidada, la colisión es imposible y solo hay una sociedad, la del matrimonio declarado nulo.

El legislador precisamente previó la posibilidad de que una persona casada decida conformar una unión marital de
hecho, bajo la única consideración de que no hubiese choque de la sociedad conyugal con la sociedad patrimonial que
genera la segunda (ley 54 de 1990).

La corte no casa la sentencia del Tribunal dado que aplico la norma de manera correcta.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIASALA DE CASACIÓN CIVIL


Magistrado Ponente WILLIAM NAMÉN VARGAS
Bogotá, D. C., once (11) de marzo de dos mil nueve (2009)
Discutida y aprobada en Sala de veinticinco (25) de agosto de dos mil ocho (2008)

PROBLEMA JURÍDICO: ¿Cuáles son las condiciones sobre las cuales se desarrolla una unión marital de hecho según la
Ley 54 de1994?
 ¿Es la acción declarativa de la unión marital de hecho imprescriptible?

CONSIDERACIONES
 El juzgador considera que la demandante tenia de un plazo de un año para solicitar la declaratoria de sociedad
patrimonial y de disolución y liquidación de la misma, plazo que se interrumpía con la presentación de la demanda,
pero no con el Art. 13 de la ley 986 de 2005 concerniente a interrupción de plazos.
 El 28 de diciembre de 1990, el legislador expide la Ley 54, 618 de 31 de diciembre de 1990, “por la cual se definen
las uniones maritales de hecho y el régimen patrimonial entre compañeros permanentes” para corregir mediante “el
reconocimiento legal de un núcleo familiar, con las obligaciones y derechos que de él dimanan”.
En este sentido la declaración de la unión marital de hecho pretendía la certidumbre sobre las relaciones análogas al
matrimonio a través de las cuales se daba origen a un núcleo familiar, reconociendo además que a partir de la
declaración de la unión marital de hecho es posible dar vigencia a la existencia de una sociedad patrimonial, la cual
es eminentemente de carácter económico. Esta sociedad patrimonial se presume una vez se cumplan dos años de
convivencia y cuando las sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas y liquidadas por lo menos un año
antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho”, siendo esa la causal de impedimento.
Siendo lógico considerar que debe nacer la unión marital para que pueda surgir una Sociedad patrimonial y
eventualmente una causal de disolución y liquidación de la misma.
 Siendo posible catalogar a la unión libre como una unión extramatrimonial, alterna al matrimonio que constituye
familia.
Es un aspecto a resaltar que la declaratoria de la unión marital es un elemento de orden público, a través del cual se
busca la regulación de las situaciones familiares, siendo indispensable e imprescriptible, salvo por los derechos
económicos que dimanen de la relación, los cuales si estos sujetos a prescripción.

PRESCRIPCION
UNION MARITAL DE HECHO LIQUIDACION Y DISOLUCION
 Su reconocimiento es relativo al orden  Procede una vez se hayan dado dos
público. años de convivencia a través de los
 Reconoce un estado civil cuales se haya configurado una unión
 Constitutiva de la familia marital de hecho
 No prescribe  Prescribe en un año, a partir de la
separación física y definitiva de los
compañeros, del matrimonio con
terceros o de la muerte de uno o de
ambos compañeros.

 Para la Corte, la acción declarativa de la unión marital de hecho entre compañeros permanentes en cuanto
refiere al estado civil es imprescriptible, en tanto que, la concerniente a la declaración judicial de existencia de la
sociedad patrimonial derivada de la unión marital y la relativa a su disolución y liquidación, es prescriptible.
 Para la unión marital de hecho se habla de usualmente de una declaratoria, pero la misma no se encuentra
reducida a que se efectué mediante escritura pública o por documento privado. Lo anterior en razón de que el
vínculo llega a su fin independientemente de que haya mediado o no la declaración referida por la ley.
 La unión marital llega a su fin por distanciamiento, matrimonio de los compañeros o muerte de uno de los
mismos, pero su reconocimiento en todo caso es imprescriptible en lo relativo al estado civil.
 El derecho a la disolución y liquidación surge con la separación definitiva de los compañeros permanentes.
 Dicha comunidad es singular “que sea solo esa, sin que exista otra de la misma especie”, de carácter estable,
permanente y toca “con la duración firme, la constancia, la perseverancia y, sobre todo, la estabilidad de la
comunidad de vida, y excluye la que es meramente pasajera o casual” y “no nace, sino en cuanto que se exprese
a través de los hechos, reveladores de suyo de la intención genuina de mantenerse juntos los compañeros
 Del mismo modo, la unión marital de hecho en las condiciones de singularidad dispuestas por el ordenamiento
por lapso no inferior a dos años entre personas sin impedimento legal para contraer matrimonio, entraña
presumir la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, en los términos del artículo 2º de la Ley 54 de
1990.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA CASACIÓN CIVIL
Magistrado Ponente
EDGARDO VILLAMIL PORTILLA
Bogotá, D.C., dos de febrero de dos mil nueve
Exp. No. 05001-3110- 008-2000-00483-01

Problema jurídico: ¿Se puede configurar la acción rescisoria por lesión enorme en un acto de liquidación entre
cónyuges en el caso en el cual se infravaloraron los bienes y donde los cónyuges por medio de una clausula
renuncio a cualquier reclamo en torno a sus gananciales?
Solución:
La Corte considera que la presencia objetiva de un desequilibrio intolerable para una de las partes, constitutivo de lesión
enorme, será lo que exigirá determinar la fuerza y eficacia legal de la clausula de renuncia a alegar la lesión enorme, es
decir, si hay ausencia de dicha lesión de que valdría al recurrente en casación lograr algún pronunciamiento acerca de la
no renunciabilidad la acción rescisoria por lesión enorme, si es que el proceso carece de prueba irrefragable del
desequilibrio de las adjudicaciones que se hicieron en el acto liquidatario.
Todo acto de partición se anula o rescinden de la misma manera que los contratos. En verdad las particiones son actos y
no contratos, lo cual no obsta para que sobre ellas recaiga alguna causal genérica de nulidad, como tampoco se descarta
que pueda haber una ruptura de la proporcionalidad de las adjudicaciones que a cada participe se otorgan y, que ello
pueda deparar una lesión enorme. Desde el propio comienzo, el artículo 1405 del Código Civil tiene consagrado que los
actos partitivos pueden adolecer de nulidad y también de lesión enorme.
Es necesario que para que se configure la lesión enorme exista un desequilibrio grave cuya presencia es necesaria para
introducir la actividad corredora y justiciera que inspira la lesión enorme, como forma excepcional de interferencia de la
autonomía privada.
En el caso en el que La infravaloración de los bienes afecta por igual a ambos participes de la liquidación no lleva a que se
configure la lesión enorme, pues a la luz del inciso final del artículo 1405 del Código Civil, para que tal fenómeno se
presente es menester que exista una diferencia entre el valor declarado y el valor real, y que, además, esa diferencia
beneficie en términos reales a una de las partes y agravie a la otra “en más de la mitad de su cuota”, en los casos en los
que no seria posible dar por establecida la existencia de la lesión enorme, se torna innecesario un pronunciamiento sobre
la validez de la cláusula en virtud de la cual la demandante renunció a cualquier reclamo en torno a sus gananciales.

SENTENCIA C114-96 Ref.: Expediente D-934.

Demanda de inconstitucionalidad del artículo 8o., parcial, de la ley 54 de 1990.

Actor: Jaime Ballesteros Beltrán.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ARANGO MEJIA.

PROBLEMA JURIDICO:

 ¿Se justifican las diferencias entre la sociedad conyugal y la sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes?
 ¿Se justifican, además, las diferencias de trámite para la liquidación de la sociedad conyugal y de la sociedad
patrimonial entre compañeros permanentes?

CONSIDERACIONES

En relación con la primera de estas dos preguntas, ya se vio, (en la sentencia C-239 de 1994), cómo la Corte
Constitucional no considera que la Constitución consagre la absoluta igualdad entre el matrimonio y la unión libre, o
unión marital de hecho, como la denomina la ley 54 de 1990. Por análogas razones, tampoco son iguales la sociedad
conyugal y la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes.

Las diferencias en cuanto al trámite procesal de la liquidación judicial de uno y otro tipo de sociedad, están
determinadas por su diferente naturaleza. Y no implican discriminación contraria a la igualdad consagrada por la
Constitución, porque el concepto de igualdad debe entenderse no en forma absoluta, sino relativa, como lo ha
sostenido la Corte.

Por sus mismas características, y especialmente por haberse originado en una unión libre, es razonable que la acción
encaminada a demostrar la existencia y disolución de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes,
prescriba en un término relativamente breve, contado a partir de la separación física y definitiva de los compañeros,
del matrimonio con terceros o de la muerte de uno o ambos compañeros. Por eso, el término de un año, fijado por el
artículo 8° de la ley 54, no parece insuficiente. Con mayor razón, si se tiene en cuenta que el término se interrumpe
con la sola presentación de la demanda, como expresamente lo determina el parágrafo del artículo últimamente
citado. Y recuérdese que, como se ha dicho, tal término, por mandato del artículo 2541 del Código Civil, se suspende
en favor de las personas señaladas en el artículo 2530 del mismo, y de la herencia yacente, por ser un término de
prescripción y no de caducidad.

En síntesis: la diferente regulación en lo que se refiere a la sociedad conyugal y a la sociedad patrimonial entre
compañeros permanentes, obedece a las diferencias entre las dos instituciones. Ya la Corte Constitucional ha
reconocido, en la citada sentencia 239/94, que "es erróneo sostener... que la Constitución consagre la absoluta
igualdad entre el matrimonio y la unión libre, o unión marital de hecho, como la denomina la ley 54 de 1990." Por
eso, las diferencias consagradas en la ley 54 son lógicas y no contrarían el principio de igualdad.

Todo lo dicho no impide que el Congreso de la República modifique la ley, fijando un término diferente de
prescripción para la acción de que trata el artículo 8° de la ley citada, o modificando cualquiera otra de las
reglamentaciones relacionadas con la unión marital de hecho. Esto, siguiendo la orientación de disminuir las
diferencias entre la sociedad conyugal y la patrimonial entre compañeros permanentes, diferencias que, en sí
mismas, no son contrarias a la Constitución.

Téngase en cuenta, además, que al llegar a declararse inexequible la expresión demandada, habría que aplicar el
artículo 2536 del Código Civil, que en su inciso primero establece: "La acción ejecutiva se prescribe por diez años, y la
ordinaria por veinte". Tendríamos, entonces, que a partir del fallecimiento de uno de los compañeros permanentes o
de ambos, empezaría a contarse un término de veinte años, para pedir la declaración de existencia y disolución, y la
consecuente liquidación, de la sociedad patrimonial.  Nada sería más contrario a la seguridad jurídica.

Piénsese, por último, que la situación cuando se disuelve la sociedad conyugal por muerte de uno de los cónyuges, es
diferente a la que se presenta cuando se disuelve la sociedad patrimonial por muerte de uno de los compañeros
permanentes. En el primer caso, como está demostrada plenamente, pues por el solo hecho del matrimonio se
contrae la sociedad conyugal, y sólo hay que proceder a su liquidación, los derechos del cónyuge supérstite y de los
herederos del difunto a participar en la liquidación, no están en duda. En el segundo caso, por el contrario, primero
hay que declarar judicialmente la existencia de la sociedad patrimonial y su disolución, como lo prevé el artículo 2o.
de la ley 54.
Por otra parte, no es ésta la única prescripción que tiene señalado un término relativamente breve, en guarda, de la
seguridad jurídica y en defensa, precisamente, de la estabilidad familiar. A manera de ejemplo, pueden citarse éstas,
consagradas en el Código Civil y leyes complementarias:

En conclusión: en guarda de la seguridad jurídica y de la estabilidad familiar es razonable y justificado el señalar un


término para la prescripción de la acción consagrada en el artículo 8o. de la ley 54 de 1990. Y el de un año que la
misma ley establece en su artículo 8o., no quebranta norma alguna de la Constitución. Así se decidirá, en
consecuencia.

De otra parte, hay que advertir que la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes a que se refiere la ley 54
de 1990, no es la única que puede existir entre compañeros permanentes o concubinos. También puede existir la
sociedad de hecho, o creada por los hechos, como lo ha reconocido la Corte Suprema de Justicia:

Es claro, en consecuencia, que si uno de los compañeros permanentes, o uno de sus herederos, no reúne los
presupuestos señalados en la ley para demandar el reconocimiento de la existencia y disolución de la sociedad
patrimonial regulada por la citada ley 54, podrá demandar para que se declare la existencia y disolución de la
sociedad de hecho entre concubinos.

En este último caso, es obvio que no se le podrá exigir la prueba de los supuestos de hecho que establece la ley 54, y,
concretamente, no podrá oponérsele la prescripción de un (1) año establecida por el artículo 8 de tal ley, En la
medida que tal prescripción se refiere específicamente a la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, y
no podría extenderse a la sociedad de hecho entre concubinos.

Sentencia C-238/12
Referencia: expediente D-8662
Asunto: Demanda de inconstitucionalidad en contra de la expresión “cónyuge” contenida en los artículos 1040, 1046,
1047 y 1233 del Código Civil 
Actor: Juan Carlos Marín Quiceno
Magistrado Ponente: GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO
Bogotá D.C., veintidós (22) de marzo de dos mil doce (2012) 

En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, el ciudadano Juan Carlos Marín Quiceno demandó la expresión
“cónyuge” contenida en los artículos 1040, 1046, 1047 y 1233 del Código Civil.

CODIGO CIVIL

ARTICULO 1040. PERSONAS EN LA SUCESIÓN INTESTADA. Artículo subrogado por el artículo 2o. de la Ley 29
de 1982. El nuevo texto es el siguiente: 

Son llamados a sucesión intestada: los descendientes; los hijos adoptivos; los ascendientes; los padres
adoptantes; los hermanos; los hijos de éstos;  el  cónyuge  supérstite; el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar. 

ARTICULO 1046. SEGUNDO ORDEN HEREDITARIO - LOS ASCENDIENTES DE GRADO MÁS PRÓXIMO. Artículo
modificado por el artículo 5o. de la Ley 29 de 1982. El nuevo texto es el siguiente: 

Si el difunto no deja posteridad, le sucederán sus ascendientes de grado más próximo, sus padres adoptantes
y su  cónyuge. La herencia se repartirá entre ellos por cabezas.  

ARTICULO 1047. TERCER ORDEN HEREDITARIO - HERMANOS Y CONYUGE. Artículo subrogado por el artículo
6o. de la Ley 29 de 1982. El nuevo texto es el siguiente: 

 
Si el difunto no deja descendientes ni ascendientes, ni hijos adoptivos, ni padres adoptantes, le sucederán sus
hermanos y su  cónyuge. La herencia se divide la mitad para éste y la otra mitad para aquéllos por partes
iguales. 

A falta de  cónyuge, llevarán la herencia los hermanos, y a falta de éstos aquél. 

Los hermanos carnales recibirán doble porción que los que sean simplemente paternos o maternos. 

ARTICULO 1233. CARENCIA DE BIENES POSTERIOR AL FALLECIMIENTO DEL CONYUGE.


El  cónyuge  sobreviviente que al tiempo de fallecer el otro  cónyuge  no tuvo derecho a porción conyugal, no lo
adquirirá después por el hecho de caer en pobreza.

Problema jurídico: ¿La expresión cónyuge de los artículos 1040, 1046, 1047 y 1233 del Código Civil contravienen los
artículos 1,2,5,13 y 85 de la Constitución Política en el sentido que privan de derechos herenciales a las personas
que conforman una familia surgida de la unión marital de hecho, incluidas las parejas del mismo sexo?

El vocablo “cónyuge”, contenido en los artículos 1040, 1046, 1047 y 1233 del Código Civil, ha sido demandado por
considerar que excluye a los compañeros permanentes que conformen una unión marital de hecho, trátese de parejas
de distinto sexo o de las integradas por personas del mismo sexo, exclusión que en el caso de los tres primeros artículos
tendría por consecuencia el privarlos de la vocación hereditaria, mientras que, respecto del último, los dejaría por fuera
de la regulación allí plasmada sobre el derecho a la porción conyugal.

Consideraciones:

La Corte considera que los artículos 1040, 1046 y 1047 del Código Civil que únicamente reconocen al cónyuge
sobreviviente la vocación hereditaria de la que, en cambio, privan al compañero o compañera supérstite del causante
incurren en inconstitucionalidad a causa de esta exclusión derivada de una regulación cuya insuficiencia, se ha tornado
patente a partir de la entrada en vigencia de la Constitución de 1991 con la ampliación del ámbito de protección de la
familia. La Corte estimó que los derechos de esta índole deben ser reconocidos a los compañeros permanentes, quienes
requieren una protección similar a la que, en el caso de los cónyuges, brinda la sociedad conyugal.

Así entonces, al reconocer el derecho a suceder, en los respectivos órdenes, solo a quien en vida haya estado unido con
el causante en virtud del vínculo matrimonial se priva de esa concreta medida, a la unión marital que, comparte con el
matrimonio el efecto de dar lugar a una familia y, desde luego, al compañero o compañera permanente que en vida del
fallecido conformó con él una familia de hecho. La pauta organizativa de los distintos órdenes hereditarios y de la
vocación sucesoral no es el contrato de matrimonio, sino la familia, concepto en el cual se encuentra la unión marital de
hecho. La contribución del compañero permanente en el mantenimiento y hasta en el acrecentamiento del patrimonio
personal de la pareja, razón de más que justifica que en materia sucesoral la protección de la familia comprenda al
compañero o compañera permanente del causante, de la misma manera como comprende al cónyuge supérstite.

Adicionalmente, la Corte enfatizó que esa familia conformada por personas del mismo sexo es, como las demás,
“institución básica y núcleo fundamental de la sociedad”, por lo que “merece la protección de la sociedad misma y del
Estado”, de donde fluye que al excluir de la vocación hereditaria al compañero o compañera permanente del mismo
sexo también es inconstitucional, en la medida en que la protección que, en la materia analizada, se discierne solamente
al cónyuge resulta insuficiente, dados los más amplios términos en que la Constitución la ha concebido.

El articulo 1233 del Código Civil el cual regula un aspecto referente a la porción conyugal y nombra al cónyuge
sobreviviente y al cónyuge que ha fallecido, por las razones anotadas, la inconstitucionalidad originada en la insuficiencia
de la regulación y en la consecuente exclusión del compañero o compañera, de distinto sexo o del mismo sexo, también
alcanza a este precepto, motivo por el cual se impone entender que en las menciones en él hechas al “cónyuge”
comprenden al compañero o compañera permanente que sobrevive al causante, sea que la respectiva unión de hecho
haya sido conformada por personas de distinto sexo o por personas del mismo sexo.

RESUELVE:
Primero. - Declarar EXEQUIBLE, por los cargos analizados en esta sentencia, la expresión “cónyuge”, contenida en los
artículos 1040, 1046 y 1047 del Código Civil, siempre y cuando se entienda que ella comprende al compañero o
compañera permanente de distinto sexo o del mismo sexo que conformó con el causante, a quien sobrevive, una unión
de hecho.

Segundo. - Declarar EXEQUIBLE, por los cargos analizados en esta sentencia, la expresión “cónyuge”, contenida en el
artículo 1233 del Código Civil, siempre y cuando se entienda que ella comprende al compañero o compañera
permanente de distinto sexo o del mismo sexo que conformó con el causante, a quien sobrevive, una unión de hecho.

Sentencia septiembre 8 de 1998

Magistrado ponente: Pedron Lafon Pianetta

Problema jurídico: ¿Es posible subrogar un bien propio de alguno de los cónyuges, y que este mismo bien siga siendo
propio y no social?

Antecedentes de la sentencia

En los hechos de la sentencia, se establece que los señores F.D.G (Demandado)Y R.E( demandante) se unieron en
matrimonio el día 4 de septiembre de 1976, tiempo después fallece el padre del esposo quien es el demandado, el
padre dejo a titulo de herencia unas acciones de una sociedad, a las que el demandante se hace acreedor recibiéndolas
a titulo gratuito por la naturaleza de la misma, el demandado decide subrogar dichas acciones con la compra de la finca
DUQUELANDIA, la cual fue debidamente registrada y notariada y se expresa el animo de subrogar.

Posterior a esto se adelanta la liquidación de la Sociedad Marital en donde en el inventario se adiciona la mencionada
Finca, que es aquí donde se origina el problema jurídico; siguiendo la línea de los hechos se dice que la demandante
reconoce la subrogación de la finca, pero al liquidar la sociedad esta demanda argumentando que no sabia la existencia
de dicha Subrogación de la misma.

RESUELVE

Si es meramente personal, ya que la corte en sala de casación determina que la subrogación es un es un mecanismo
meramente personal y voluntario, que hecho en tiempo y forma debida, se hace para que los bienes personales sigan
teniendo este carácter, aún así exista una régimen patrimonial económico distinto esto a razón del matrimonio, esta
figura consiste en que se traspasa un bien inmueble propio a otra persona a titulo de venta personal y la otra persona
recibe este bien inmueble y transfiere el bien en venta al primero, quedando asa en su patrimonio personal y no hace
parte de los bienes sociales, a menos que se el otro cónyuge haya participado económicamente en la compra del
inmueble, en este caso este bien será con proporción a su participación social.

Sentencia complementaria de 19 de septiembre de 1967

En esta sentencia se aclara la figura de la subrogación y cito textualmente, suele definirse como la sustitución de una
persona o cosa por otra, que pasa por ocupar jurídicamente el lugar de la anterior. Es de dos clases: real y personal. La
subrogación personal tratada en el capitulo 8 del titulo XIV del libro cuarto del código civil, referente al pago con
subrogación. El articulo 1666 que dice que la subrogación es la transmisión de los derechos del acreedor a un tercero,
que le paga.

El articulo 1789 del código civil expresa, para que un inmueble se entienda subrogado a otro inmueble de uno de los
cónyuges, es necesario que el segundo se haya permutado por el primero o que vendido el segundo durante el
matrimonio, se haya comprado con su precio el primero, y que en la escritura de permuta o en las escrituras de venta y
de compra se exprese el animo de subrogar.

Sentencia septiembre 8 de 1998

Magistrado ponente: Pedron Lafon Pianetta


Problema jurídico

¿Es posible subrogar un bien propio de alguno de los cónyuges, y que este mismo bien siga siendo propio y no social?

Antecedentes de la sentencia

En los hechos de la sentencia, se establece que los señores F.D.G (Demandado)Y R.E( demandante) se unieron en
matrimonio el día 4 de septiembre de 1976, tiempo después fallece el padre del esposo quien es el demandado, el padre
dejo a titulo de herencia unas acciones de una sociedad, a las que el demandante se hace acreedor recibiéndolas a
titulo gratuito por la naturaleza de la misma, el demandado decide subrogar dichas acciones con la compra de la finca
DUQUELANDIA, la cual fue debidamente registrada y notariada y se expresa el animo de subrogar.

Posterior a esto se adelanta la liquidación de la Sociedad Marital en donde en el inventario se adiciona la mencionada
Finca, que es aquí donde se origina el problema jurídico; siguiendo la línea de los hechos se dice que la demandante
reconoce la subrogación de la finca, pero al liquidar la sociedad esta demanda argumentando que no sabia la existencia
de dicha Subrogación de la misma.

RESUELVE

Si es meramente personal, ya que la corte en sala de casación determina que la subrogación es un es un mecanismo
meramente personal y voluntario, que hecho en tiempo y forma debida, se hace para que los bienes personales sigan
teniendo este carácter, aún así exista una régimen patrimonial económico distinto esto a razón del matrimonio, esta
figura consiste en que se traspasa un bien inmueble propio a otra persona a titulo de venta personal y la otra persona
recibe este bien inmueble y transfiere el bien en venta al primero, quedando asa en su patrimonio personal y no hace
parte de los bienes sociales, a menos que se el otro cónyuge haya participado económicamente en la compra del
inmueble, en este caso este bien será con proporción a su participación social.

Sentencia complementaria de 19 de septiembre de 1967

En esta sentencia se aclara la figura de la subrogación y cito textualmente, suele definirse como la sustitución de una
persona o cosa por otra, que pasa por ocupar jurídicamente el lugar de la anterior. Es de dos clases: real y personal. La
subrogación personal tratada en el capitulo 8 del titulo XIV del libro cuarto del código civil, referente al pago con
subrogación. El articulo 1666 que dice que la subrogación es la transmisión de los derechos del acreedor a un tercero,
que le paga.

El articulo 1789 del código civil expresa, para que un inmueble se entienda subrogado a otro inmueble de uno de los
cónyuges, es necesario que el segundo se haya permutado por el primero o que, vendido el segundo durante el
matrimonio, se haya comprado con su precio el primero, y que en la escritura de permuta o en las escrituras de venta y
de compra se exprese el animo de subrogar.

Sentencia corte suprema de justicia, sala de casación civil, diciembre 4 de 1972

Tema: Formas de subrogación

El planteamiento del problema ¿Un bien subrogado por un conyugué entra a ser parte de los bienes sociales de la
sociedad conyugal?

En esta sentencia se establece que la subrogación es personal y real.

El que nos atañe al caso es el que hace el cónyuge en vigencia de la sociedad conyugal relativo a los inmuebles que
durante la existencia de dicha suciedad se subrogan a otros bienes, propios del marido o de la mujer.

Resuelve
No puesto que lo establecido en el articulo 1789, tiene por objeto evitar que al patrimonio de la sociedad conyugal
ingresen los inmuebles adquiridos por los cónyuges a titulo oneroso durante el matrimonio o el precio de los bienes
raíces propios de los consortes, y reviste dos formas; de inmueble a inmueble; de mueble a mueble y de inmueble a
valores; a su vez la primera de estas formas puede ser por permuta o por compra.

El bien subrogado siempre debe ser propio del conyugue que quiere usar el mecanismo, que en la escritura pública de
permuta se exprese claramente el animo de subrogar, es decir, que se haga constar en forma inequívoca, que un
inmueble sustituye al otro y que exista proporcionalidad entre el valor de los bienes que se permutan.

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