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Vicari
Bibliografía:
Alicia R. W. de Camillani
Un tema recurrente en la didáctica de las últimas décadas ha sido el análisis de las relaciones de los profesores
con el saber didáctico, esto es, con lo que aquí denominaremos «didáctica erudita». Es manifiesta la cre- ciente
importancia que ha adquirido esta cuestión en razón de que la pro- blemática de la formación didáctica de los
profesores, tanto de los futuros docentes cuanto de los docentes en servicio, no se puede reducir a presen-
tarles el saber didáctico disciplinario a través de una versión enseñable y adaptada a una rápida transmisión,
sino que debe centrarse en la necesidad de producir en ellos cambios conceptuales, en algunos casos muy
impor- tantes, de modo de lograr desarrollar su capacidad para traducir los principios fundamentales del
discurso didáctico en un proyecto y una práctica pedagó- gica. Así como el propósito de la didáctica es que los
estudiantes de estos profesores aprendan el saber erudito y no una versión manipulada y simpli- ficada de ese
saber, la formación didáctica de los docentes se plantea la necesidad de brindar orientación a los profesores
para el aprendizaje del saber disciplinario sabio que ofrece la didáctica como disciplina teórica dedicada a
estudiar la enseñanza.
42 EL SABER DIDÁCTICO prác- tica. Las teorías didácticas están destinadas a
describir, explicar y configurar las prácticas de la
LA UTILIDAD DE LAS TEORÍAS PARA LA enseñanza. Son teorías para la acción. Si la
ENSEÑANZA dificultad es muy importante e insuperable, las
teorías didácticas pierden su sentido pues se
¿Son útiles las teorías? Ante esta pregunta, que es distancian demasiado de la práctica, colocándose
fundamental para la didáctica, encontramos en fuera del horizonte de la acción docente. Sin
Jerome Bruner (1987)1 una respuesta afirmativa. embargo, esto tampoco supone que deban
Éste sostiene que las teorías de la enseñanza son, presentar condiciones de «facilidad» de empleo
sin duda, necesarias, aunque también observa, con por parte de los docentes. Seguramente toda teoría
reservas, que esto no significa que las teorías, implica un desafío para la creatividad en la
todas y siempre, tengan un alto valor. Su utilidad enseñanza, para la dedicación al estudio de los
depende, en primer lugar, de la naturaleza y la docentes, para su capacidad de transformación
calidad de la teoría (Bruner, 1987: 111 y 112).
Las teorías no son útiles cuando están equivocadas
o son incompletas. Preocupado por este tema, 1. Bruner (1987: 28) caracteriza a la teoría afirmando que «es
Joseph Schwab (1958: 169-189), en su momento, algo más que una descripción general de lo que ocurre [ ... J.
Incluye, explícita o implícitamente un modelo de aquello
ya había señalado el daño producido en la
sobre lo cual uno teoriza, un conjunto de proposiciones que,
educación por la adopción de teorías psicológicas tomadas globalmente, dan lugar y ocasión a predicciones
parciales cuando se les otorgaba el valor de teorías acerca de las cosas»).
tota- les. Un error causado por la pretensión de Los profesores y el saber didáctico 43
apartar o ignorar ese carácter de explicación
sectorial que les era propio y de cubrir todo el de las ideas más generales y abstractas propias de
campo de la educación mediante la aplicación de los planteo s teóricos en un programa de prácticas
una interpretación que sólo había sido concebida cotidianas.
para explicar una clase de conducta o un aspecto Las teorías, por último, no pueden ser ineficaces
parcial de la conducta. . en la práctica para lo- grar los fines que se
Tampoco son útiles las teorías cuando son persiguen de acuerdo con las urgencias sociales
inadecuadas para el logro del fin para el que se las del momento. Los criterios de pertinencia social
quiere emplear. Es importante señalar que la ade- de las teorías son, en última instancia, los que
cuación no se debe limitar a la efectividad de la definirán su utilidad para la enseñanza en el marco
aplicación de los principios de la teoría para la de una clara y propositiva definición de los fines y
obtención de los resultados deseados, sino que son objetivos que debe perseguir la escuela.
igual- mente importantes para el aprendizaje los Varios riesgos existen en la concreción de la
procesos y los resultados, ya que nunca se insistirá relación teoría-práctica. Éstos resultan
demasiado en el principio de que jamás en fundamentalmente del nivel de comprensión que
educación «el fin justifica los medios». Los el docente alcanza de la teoría o las teorías en
medios y no sólo los fines tiñen el resultado cuestión. «Buenas» y probadas teorías pe-
alcanzado y definen el alcance y el significado de dagógicas pueden ser mal comprendidas por
10 aprendido por el alumno. Las teorías tampoco quienes se proponen llevarlas a la práctica en
son útiles cuando son difíciles de aplicar en la situaciones o instituciones determinadas. Es
necesario, sin embargo, no sacar conclusiones imprescindible ocuparse de ellas, ya que los alumnos
apresuradas. La mala comprensión y el empo- pueden ser las víctimas de ideas erróneas y prácticas
brecimiento del significado de la teoría por parte inadecuadas. Las teorías de los docentes y futuros
de algunos sujetos de la enseñanza, esto es, docentes reciben en la literatura especializada
algunos docentes, no permiten inferir que esas diversas denominaciones, según se acentúe uno u
teorías deban ser desechadas. Ante estos peligros otro aspecto del objeto en estudio. Encontramos, de
de aceptación o rechazo indebido de las teorías, la este modo, que algunos autores las denominan
«creencias», «conocimiento práctico», «teorías
didáctica, por el contrario, invita a lograr una
implí- citas», «teorías personales», «concepciones
mejor com- prensión de las teorías. Para ello,
del profesor» o «principios de práctica». Sanders y
revisa sus principios, relaciona sus concep- tos
McCutcheon definen las teorías prácticas como «las
principales e identifica sus raíces. Efectúa, por
estructuras conceptuales y las visiones que
ende, una cuidadosa y consciente profundización
proporcionan a los docentes razones para actuar
de sus significados, realiza una revisión rigurosa como lo hacen y para elegir las actividades de
de la consistencia teórica de las acciones enseñanza y los materiales curriculares que eligen
programadas e implementadas y hace una con el objetivo de ser efectivos» (1986: 50-67). Estas
evaluación tanto de los procesos como de los teorías o creencias no siempre son conscientes o
resultados obtenidos. cohe- rentes. Por esta razón, algunos autores señalan
con mayor énfasis su carácter implícito (<<teorías
tácitas» o «conocimiento tácito»). Otros acentúan su
LAS CREENCIAS DE LOS DOCENTES cuño subjetivo (<<teorías personales» o «creencias»)
y algunos se centran en su implicación con la acción
Las teorías de los docentes han sido estudiadas por (<<teorías prácticas», «teorías-en-acción» o «princi-
diferentes autores que se han interesado por pios de práctica»). Otros autores registran,
conocer los contenidos y valores de esas teorías e, fundamentalmente, la modalidad de su formación
igualmente, por explicar las modalidades (<<teorías ingenuas», «teorías del sentido común» o
epistemológicas de su formación y las «teorías follo». Por tanto, si bien todos se refieren en
posibilidades de su transformación. Las teorías general a las ideas que los docentes tienen acerca de
su labor, en cada estudio se analiza este complejo
comprenden concep- ciones acerca de cómo se
objeto desde una perspectiva diferente.
enseña y cómo se aprende, así como los principios
que sustentan las decisiones acerca de variadas Una cuestión fundamental es la que relaciona la
cuestiones tales como la relación entre la formación o el origen de estas concepciones con sus
enseñanza y las modalidades de la evaluación de posibilidades de cambio en el transcurso del proceso
de formación de los docentes. Un trabajo clásico
los apren- dizajes que eligen y cómo se visualizan
sobre este tema es el publicado por Zeichner y
las posibilidades de aprendizaje de cada alumno,
Tabachnick (1981: 7-11), en el que sostienen que las
las funciones que como docentes deben cumplir y
creencias se han configurado en las miles de horas
las misiones que la escuela tiene como resultado
que los docentes han pasado como alumnos en el
de su compromiso con la sociedad y con cada
sistema escolar. Estas creencias, marcadamente
individuo. Estos estudios constituyen un capítulo conservadoras, permanecen latentes durante el
importante del área de trabajo sobre el período de formación docente y reaparecen con gran
pensamiento del profesor y, asimismo, pertenecen fortaleza cuando el docente se encuentra ante su
44 EL SABER DIDÁCTICO propia clase y debe iniciar su trabajo. También,
según Mary M. Kennedy (1997, 1999) las creencias
al dominio de estudio de los procesos de formación de los docentes se forman prematuramente y desa-
de los docentes. En ellos encontramos una rrollan conceptos que dejan una marca indeleble: qué
coincidencia en cuanto a que las creencias de los es enseñar, cómo se explican las diferencias
docentes tienen efectos sobre la enseñanza y que es individuales que existen entre los alumnos, qué es lo
bueno y lo malo en una clase. Sin embargo no está una postura constructivista y ser capaz de construir
claro cuál es su origen. Pueden ser producto de la nuevas teorías y reconstruir sus teorías previas»-. En
crianza, de las experiencias en la vida fuera de la este último caso, la formación del docente debería
escuela o de las experiencias escolares. En ser coherente con las concepciones que se procura
concordancia con las conclusiones de Zeichner y que él desarrolle y ponga en práctica en el ejercicio
Tabachnick, afirma que las creencias acerca de qué profesional.
es ser un
Los profesores y el saber didáctico 45
LA DIDÁCTICA ORDINARIA O DEL SENTIDO
buen docente se emplean para evaluar las nuevas COMÚN
ideas que se enseñan en el período de formación
docente acerca de la escuela, la enseñanza y el apren- La didáctica ordinaria incluye mitos arcaicos sobre el
dizaje. Estas nuevas ideas son confrontadas con las papel de los docentes, sobre los tipos de docentes y
previas y, si son dife- rentes, son rechazadas. Pero no los tipos de alumnos (Bruner, 1996: 44 y 55). Plantea
todas las creencias tienen la misma fuerza de de modo firme ideas acerca de qué es enseñar y
resistencia. James Raths (2001) diferencia entre cuáles son sus posibilidades y sus límites. Se
creencias más importantes y otras menos importantes presenta como un conjunto de ideas gene- rales que
y señala que cuanto más importantes son las se expresan como macroteorías sobre el desarrollo y
creencias, más difíciles son de cambiar. En los el aprendi-
estudios sobre autobiografías de maestros realizados
por Raths, éste halló que las ideas sobre ser maestro
46 EL SABER DIDÁCTICO
y enseñar se forman muy tempranamente, se asocian
con la construcción de la identidad y se encuentran zaje y también sobre el destino y el fin de la
entre los conceptos «básicos» que se desarro- llaron educación y los fines de la escuela. Tiene una
en la infancia, porque están referidos, en particular, a marcada tendencia a hacer generalizaciones y
la asunción de los roles de escolar, decisivos en el afirma- ciones categóricas. En razón de que
establecimiento de relaciones con los adultos. muchos docentes suelen otorgar un carácter
Concluye, entonces, que el cambio de las creencias natural a estas concepciones, a las que no someten
debe efectuarse temprano en la formación para que ni a revisión ni a crítica, tienden a pensar que las
tenga resultados positivos. PrDpone que el proceso creencias que dan lugar a la construcción de la
de formación para la docencia, más que en las didáctica ordinaria constituyen una descripción
creencias, se con- centre en la formación de objetiva de la realidad. Creen que están dando
disposiciones, entendidas como conjuntos de cuenta de ésta tal cual ella es y actúan enseñando
acciones que pueden ser observadas. En tanto las de acuerdo con esas creencias. Por esta razón, sus
creencias, que, por cierto, están sosteniendo las concepciones, lejos de ser meramente descriptivas
disposiciones, no son explícitas y son difíciles de y explicativas, son en verdad normativas, aunque
cam- biar, algunas disposiciones pueden ser sus defensores crean que se limitan a describir y
«reforzadas» en el nivel de las con- ductas. Éstas se explicar lo que ocurre cuando se enseña y se
relacionan con el conocimiento que el docente debe aprende. En estas creencias, con frecuencia, se
poseer, su capacidad para trabajar con colegas, y su
pre- supone racionalidad tanto en el educador
acción en favor de la justicia, la honestidad y la
cuanto en el educando y, particu- larmente, en la
equidad. Cada disposición conduce a desarrollar
relación que se entabla entre ambos, por
conjuntos de acciones que resultan menos discutibles
consiguiente, el edu- cador, si sabe, enseña bien y,
u opinables que las creencias.
en consecuencia, el alumno aprende. Si el alumno
Encontramos, pues, en la materia, posturas
estudia entonces lo indicado por el docente,
pesimistas -«el cambio de las creencias previas es
aprende. Según una u otra concepción, uno y otro
imposible», «es una labor muy dificultosa» - y
docente, los límites de la educabilidad se en-
posturas optimistas -«el futuro docente debe asumir
cuentran en el exterior del alumno, en su situación,
o en el interior del alumno, en sus aptitudes. Al anteriores. Así se siguen invocando refranes y
igual que como caracterizaba Dennett a la proverbios como «la letra con sangre entra» y «lo
psicología ordinaria, la didáctica ordinaria tiene la que natura non da, Salamanca non presta», que
índole de una norma de racionalidad: describe y encierran cada uno una teoría acerca del aprender
explica por qué y, en consecuencia, prevé. De este y del enseñar, de cómo enseñar y cuáles son los
modo, la enseñanza se convierte en una actividad límites de la educación. Su carácter metafórico
calculada, pronosticable en lo po- sitivo y en lo tiene un alto poder evocador de imágenes que
negativo y siempre justificable por el docente en parecen facilitar la interpre- tación de la realidad y
que, al mismo tiempo, producen una descontextua-
su decurso y sus resultados. En el discurso de la
lización de las situaciones de enseñanza y de
didáctica ordinaria se exponen lemas pedagógicos aprendizaje haciéndolas atemporales y
que consisten en esquemas prácticos de aespaciales. Lo mismo ocurre con el docente y el
pensamiento y acción. Son una ex- presión alumno que son convertidos en personajes de una
concentrada de la cultura que, como los refranes y acción que pretende representar lo universal. La
los proverbios, emplean metáforas e implican naturaleza de las metáforas cambia según las
juicios de valor. Estos lemas han sido estu- diados épocas, primero biológicas, después
por los filósofos analíticos que, entre sus estudios administrativas, luego económicas, su referencia
sobre el lenguaje informal, incluyeron el lenguaje disciplinaria se asocia al prestigio que se otorga al
en la educación como un caso particular. George concepto acuñado. Tam- bién la concisión de los
Kneller, por ejemplo, les asigna un doble carácter, proverbios, resultado de una condensación de
afectivo y práctico. Refiriéndose a los lemas, ideas y tradiciones, y su evidente pertenencia al
afirma que «La función de éstos es suscitar emo- reservorio de las frases aprendidas de memoria y
ciones más que transmitir información» (1969: fijadas de una vez para siempre les otorgan un
221) y, al igual que Israel Scheffler, sostiene que, carácter permanente e indiscutible. En todos estos
si bien cada lema tiene un propósito práctico, casos encontramos representa- ciones teóricas
aunque dos lemas sean contradictorios, sus construidas sobre la base de un pensamiento
propósitos prácticos pueden no serlo. La razón de analógico que se orienta a alcanzar un altísimo
este extraño efecto es que dado su carácter grado de generalización que habilita a las
ambiguo, pueden ser empleados en diferentes personas, docentes, alumnos y padres para
contextos sin perder su capacidad de asumir un interpretar las diversas situaciones pedagógicas de
sentido. En algunas épocas se introducen modo similar, si resulta conveniente o, de modo
enunciados en forma de decálogos o expresiones diferente si esto se considera preferible.
como «todo en su medida y armoniosamente», «de
La didáctica ordinaria cambia según las épocas
lo simple a lo complejo», «el proceso de
pero sus concepciones se acumulan
enseñanza-aprendizaje», «el docente investi-
arqueológicamente. Lo más antiguo parece quedar
tos profesores y el saber didáctico 47
sepultado cuando aflora sólo lo nuevo O novísimo.
gador de su propia práctica», «los contenidos Pero lo antiguo no se desvanece totalmente y
socialmente significativos» y «enseñanza centrada vuelve a aparecer en la superficie cuando la
en el alumno», entre otros. También se usan voluntad de explicar los procesos que acaecen en
metáforas que engloban un mundo de el aula así lo exige. Queda guardado, de este
significados: «maestro jardinero», «adaptar los modo, en la memoria para su uso en las
conocimientos» y «asimilar los conocimientos», situaciones en que resulte conveniente apelar a esa
«construir los conocimien- tos», «apropiación de noción, momentáneamente abandonada hasta que
los conocimientos», «capital cultural», entre sea oportuno. Es fácil advertir, entonces, la falta
muchos otros cuya aparición se sucede en el de cohesión de las teorías en uso, que, si bien
tiempo sin que pierdan vigencia las metáforas están fuertemente arraigadas en el pensamiento y
la acción, no son necesariamente coherentes. aquello que el alumno dice o escribe en clase o en
Pueden, simultáneamente, contradecirse y una instancia de evaluación del aprendizaje es lo
coexistir. La didáctica ordinaria ofrece un abanico que cree realmente o si sólo repite lo que sabe que
de explicaciones entre las que en cada caso es se espera que él diga o escriba. El docente
posible encontrar una repuesta adecuada, que tiene tampoco se interroga acerca de qué es saber. ¿Hay
48 EL SABER DIDÁCTICO saberes más profundos y otros más superficiales?
Si se afirma que «lo que el docente enseña es
el valor reconocido de lo que está consagrado por verdad», ¿ésta es toda la verdad?, ¿parte de la
la tradición. En la didáctica ordinaria hallamos, verdad?, ¿una interpretación? Y si es una
pues, un esquema normativo idealizado que no interpretación ¿de quién es obra?, ¿del docente?,
diferencia lo natural de lo cultural. Tiene la ¿del autor de un libro?, ¿de la ciencia? O ¿es que
pretensión de verdad que presenta el cono- la realidad es, simplemente, de esta forma? El
cimiento del sentido común. Los principios a los lenguaje que usa con frecuencia la didác- tica
que recurre no se ponen en duda, no hay voluntad ordinaria es el lenguaje cotidiano. Pero adopta
expresa de lograr coherencia entre ellos y, por esta términos de la jerga científica, aunque sin el
razón, puede navegar de un extremo al otro marco teórico en el que ésta tuvo su origen. Reem-
cuando resul ta ventajoso, con el propósito de plaza ese marco por una interpretación en la que
encontrar un principio de razonabilidad que 10 nuevo se integra, sin colisión, en la estructura
permita justificar sean las palabras o las acciones. de las creencias preexistentes. De esta manera,
Fuertemente relacionada con las tradiciones del aunque incluye conceptos que poseen precisos
pensamiento pedagógico -más bien, con algunos significados técnicos, éstos se deslizan hacia una
pensamientos peda- gógicos gestados en la interpretación propia que les permite incorporarse
historia-la didáctica ordinaria no es ciertamente al
una creación de cada docente. Si bien carece de 49
Los profesores y el saber didáctico
cohesión en cuanto a las con- cepciones que le dan
origen, no se trata de una creación individual. Las
ideas propias de esta didáctica son compartidas discurso corriente. Producto del desconocimiento
por muchos docentes e, incluso, se observa que de la teoría original o de su mala comprensión, se
son corrientes entre padres y alumnos. Cabe que produce, en consecuencia, un empobrecimiento
nos preguntemos, entonces, si no se trata de una del significado de esa teoría original. De esta
creación individual, ¿es el producto de un manera se construye una didác- tica pseudoerudita
proyecto cultural colectivo? Podemos responder que parece estar al día con relación al desarrollo
que, cier- tamente, la didáctica ordinaria es la de la didáctica erudita y que se presume
expresión de concepciones en las que las culturas distanciada, a la vez, de la didáctica ordinaria.
han dejado sucesivamente su impronta. En ella se
manifiestan ideas acerca de cómo se produce la
LA DIDÁCTICA PSEUDOERUDITA
transmisión de conocimientos y su apren- dizaje,
del papel de los docentes en esa relación y de la
Una característica saliente de la didáctica
visión optimista o pesimista de cada época y
pseudoerudita es que está fuertemente afectada por
situación social que se expresan claramente en las
las modas pedagógicas. Una corriente de pensa-
ideas circulantes con respecto a la educación.
miento es súbita e inexplicablemente sustituida
Entre éstas encontramos esquemas abstractos que
por otra. Lo «antiguo» -ideas y autores que habían
parecen naturales y que guían la acción, como por
sido enseñados, aplicados en la práctica y
ejemplo, el supuesto de que «si el alumno lo dice
defendidos-, se deja de lado, los libros se olvidan
o lo escribe, lo sabe». Quien acepta esta
en los anaqueles de las bibliotecas y se adopta,
afirmación sin discusión omite preguntarse si
acríticamente, la palabra de los nuevos expertos,
sus conceptos, sus obras, sus metáforas, sus teórica. No se trata, sin embargo, de que la madurez
amigos y, también, sus enemigos, que, con fre- deba provenir de una aparente solidez producto de la
cuencia, han sido antiguos amigos, defendidos y hegemonía momentánea de una teoría di- dáctica sobre
las demás. La inmadurez es producto de la
enseñados en otros tiempos. La didáctica
superficialidad de las decisiones teóricas que se
pseudoerudita, a diferencia de la didáctica
adoptan. La solidez sólo podrá provenir de la seriedad
ordinaria, no presenta contradicciones internas de las fuentes sobre las que se erija. Denominamos
sino que, en razón de su carácter dogmático, tiene didáctica erudita a la disciplina que se apoya en fuentes
una fuerte cohesión de ideas y, si es débil, lo es serias y rigurosas.
como producto de los meca- nismos de
construcción del conocimiento que se han
empleado en los procesos de su adopción y LA DIDÁCTICA ERUDITA
asimilación. Carece de raíces y, aun cuando puede
ser llevada a la práctica durante un cierto tiempo, La didáctica erudita es una teoría de la acción
su reemplazo por una nueva postura didáctica pedagógica, una teoría de la enseñanza. Cuando nos
constituye su destino cierto. Un reemplazo que preguntamos qué clase de teoría, encontramos diversas
tiene tan escasos fundamentos como su adopción respuestas en distintos autores. ¿Es una teoría práctica?
previa. Es esta carencia de fortaleza de sus bases ¿Es una ciencia? La respuesta depende del concepto de
teóricas, la modalidad rápida de la sustitución de ciencia que se asuma y de la concepción que se tenga
una convicción por otra, la que determina su acerca de las relaciones que se entablan entre teoría y
práctica. Cuando nos alejamos de las concepciones
distancia respecto de lo que deno- minamos acá
positivistas de la cien- cia, cuando aceptamos que en
didáctica erudita y que se caracteriza por contar
una ciencia pueden coexistir diferentes teorías, cuando
con bases científicas y filosóficas sólidas y con éstas cuentan con evidencia fáctica y desarrollan
una historia que permite explicar la aparición de nuestra capacidad para interpretar e intervenir en los
tendencias y corrientes, de principios y conceptos, procesos relacionados con la enseñanza, cuando
de estrategias de construcción del conocimiento y aceptamos que la ciencia no es necesariamente
de justificación y validación de sus discursos. desinteresada, cuando entendemos que las cuestiones
relacionadas con la práctica no son ajenas a la ciencia,
Encontramos expresiones de la didáctica este concepto de ciencia puede ser aplicable a la
didáctica.
pseudoerudita en discursos de docentes, en
Pero no toda disciplina es científica ni toda teoría tiene
programas de enseñanza de la didáctica, en
las características que se demandan al conocimiento
discursos y docu- mentos oficiales yen libros de científico. Ciencia y conocimiento cientí- fico, en sus
texto. Es una modalidad de construcción del variadas manifestaciones, requieren ser construidos de
conocimiento que ataca las bases mismas de la manera rigurosa. El conocimiento es científico cuando
constitución de la didáctica como disciplina. es un pensamiento fundado, cuando es integral y no
Afectada por la necesidad de resolver difíciles acepta incoherencias. Su carácter científico exige
cuestiones prácticas, debil teóricamente, y con la comprobación de las teorías y la posesión de una base
urgencia de poner al día posturas empírica. De acuerdo con nuestro concepto de ciencia,
el conocimiento, el interés y la intervención en la
50 EL SABER DIDÁCTICO práctica, así como la pluralidad teórica y el carácter
normativo pueden conjugarse sin contravenir principios
ideológicas, contenidos curriculares y estrategias de epistemológicos. Afirmamos, por ende, que la didáctica
enseñanza, sin el tiempo necesario de decantación, los es, o al menos puede ser, una ciencia (Camilloni, 1994).
riesgos que la falta de vigilancia conlleva con- ducen a
De acuerdo con la comúnmente empleada clasificación
que mucho de lo bueno de lo «antiguo» se pierda y que
de las ciencias en formales y fácticas, y la división de
mucho de lo «nuevo» resulte ineficaz o inadecuado. La
estas últimas en naturales y sociales,
didáctica como disciplina parece carecer de madurez y
Los profesores y el saber didáctico 51
su rumbo, zigzagueante, no permite su consolidación
ubicamos a la didáctica en el campo de las ciencias otra parte, la teoría y la investigación didáctica no se
sociales, en atención a que tiene como objeto de agotan en la des- cripción y explicación de las acciones
conocimiento a la enseñanza, que es una acción social, y las situaciones de enseñanza. El discurso de la
una clase específica de acción de intervención social didáctica es, como decía Jerome Bruner (1996),
con un propósito propio, la orientación hacia la prescriptivo y
producción de aprendizajes significativos. 52 EL SABER DIDÁCTICO
Para ubicar la didáctica en una clasificación de las
ciencias, podríamos también emplear, adicionalmente, nonnativo. La didáctica no consiste sólo en
la nueva categoría de ciencia desarrollada por Herbert describir y explicar sino que supone
Simon (1978) y colocar la didáctica entre las ciencias necesariamente un compromiso con la acción
de lo arti- ficial o del diseño, ya que presenta también
práctica. Su discurso nonnativo está enderezado a
las características que corres- ponden a este tipo de
orientar la acción, nos dice qué y cómo debemos
ciencias.
hacer para que la enseñanza sea efectiva, exitosa,
Las teorías de la enseñanza no son teorías
lograda, en su intención educativa.
fragmentarias, aunque puede que algunas lo sean, pero
el trabajo de construcción de la didáctica exige su El discurso de la didáctica configura, de esta
integración en una teoría global. Debe pretender manera, un texto complejo. En él conviven
conocer la totalidad, al menos míticamente, y contar diversas teorías generales y parciales, descriptivas,
con las mejores garantías de rigurosidad. explica- tivas, interpretativas y normativas
referidas a los procesos de enseñanza y a sus
relaciones con el aprendizaje.
LA DIDÁCTICA COMO DISCIPLINA TEÓRICA Como hemos visto al presentar los contrastes entre
lo que denominamos didáctica pseudoerudita y
¿Cuál es el objeto de conocimiento de la didáctica? didáctica erudita, las condiciones en las que se
Respondemos que el objeto es la enseñanza. La produce el desarrollo histórico de las ideas
didáctica es una teoría de la enseñanza o, mejor, es un
didácticas es un criterio funda- mental para
conjunto de teorías de la enseñanza con enfoques
determinar el carácter de la disciplina. Como en
diversos; la didáctica se propone describir la enseñanza,
explicarla y establecer normas para la acción de toda ciencia social, el pluralismo teórico es
enseñar. Su discurso se compone, entonces, no sólo de esencial. Por esta razón, en el estudio de la
teorías que responden a concepciones diferentes, sino, didáctica, resulta de gran importancia organizar y
también, de enunciados de dife- rente carácter. Cuando estructurar de manera racional las teorías. Pero
describe trata de presentar una realidad objetivada y cuando procuramos dar cuenta de su constitución
conceptualizada que abarca tanto los actos que se diacrónica y sincrónica y ordenar el campo, se nos
observan en los otros cuanto los procesos mentales y plantea la cuestión de la elección de una unidad de
afectivos que se infieren a partir de la com- prensión e
análisis que nos permita no sólo organizar las
interpretación de lo observado en uno mismo y en los
teorías de modo de abarcar integralmente la
demás. Cuando explica, la didáctica se ocupa de los
componentes de la acción y la situación de enseñanza, disciplina, sino disponer también de un esquema
de las relaciones entre los componentes, de la natu- conceptual fértil para comprender, prever y
raleza y los alcances de esas relaciones, así como de la contener futuros desarrollos. Así, pues, nos
incidencia de las variables y los rasgos de los factores preguntamos cuál ha de ser, desde un punto de
que se logra identificar y que interactúan en la situación vista epistemológico, la unidad de análisis que
didáctica. Procura predecir cuál ha de ser el resultado resultaría más adecuada en este caso. De acuerdo
del juego entre esos factores, aunque como veremos, con la tradición de la epistemología del siglo XX,
esta tarea encuentra los límites propios del tipo de
¿debería ser la teoría de Karl Popper, el paradigma
relación estudiada. La enseñanza se revela, en tanto
kuhniano, el programa de investigación científica
objeto de conocimiento, con caracteres de
impredictibilidad e incerti- dumbre que no parece que
de Imre Lakatos o la tradición de investigación de
se puedan descartar en los modelos explicativos. Por Larry Laudan?
En el proceso de elegir entre estas unidades de inalterado a través del tiempo. Sufre cambios
análisis, consideramos que teorías y programas de significativos. Sus transfonnaciones son tan
investigación científica son herramientas útiles y importantes que nos señalan que con mayor peso
que pueden presidir nuestra tarea de ordenamiento que la de la singularidad y permanencia del o los
del trabajo teórico en el campo de la didáctica. objetos que estudia, la disciplina se ocupa de los
La didáctica está fundada sobre teorías tomadas de espacios en los que los diversos objetos (o cons-
diversos campos científicos y filosóficos. Cada trucciones de los objetos), «se perfilan y
teoría didáctica global adopta una postura en el continuamente se transfonnan» (1970: 53 y 55).
dominio de las teorías del conocimiento, de la Por lo tanto, se trata de «describir la dispersión de
naturaleza del conocimiento en cada disciplina, los obje- tos, los intersticios que los separan,
del aprendizaje, del desarrollo, del origen y el medir las distancias que reinan entre ellos».
desarrollo de las cualidades personales, de las De este modo, podemos pensar que estudiar las
misiones de la escuela, de los fines y alcances de transformaciones del objeto de conocimiento de la
la educación. didáctica, esto es, de la enseñanza, es estudiar las
La didáctica, en tanto tiene como objeto de diversas teorías didácticas al tiempo que
conocimiento la enseñanza, y ésta se ocupa del identificar lo que constituye la identidad profunda
aprendizaje de conocimientos, se relaciona con de la disciplina.
todas las posibles fuentes de conocimiento y, en ¿Cómo se ha construido la didáctica? Si bien
especial, con todas las disciplinas. En términos nuestra disciplina tiene como objeto de
generales, su objeto de conocimiento es la conocimiento la enseñanza, ésta ha sido definida y
enseñanza. Su desa- redefinida en cada una de las teorías, corrientes o
Los profesores y el saber didáctico 53 enfoques que se han sucedido o que conviven en
la historia de la disciplina. ¿Es un mismo objeto o
rrollo como disciplina requiere validar el objeto en son objetos diferentes? Los espacios históricos
los términos en los cuales su enfoque teórico sociales y culturales le otorgaron signi- ficados tan
define el objeto y que depende del modo en que se diferentes que sólo adoptando una perspectiva
construye el conocimiento didáctico, las histórica es posible comprender su devenir y
herramientas conceptuales con las que opera, los restituir a la didáctica el carácter de una disciplina
problemas que aborda y procura resolver, las única.
formas de enun- ciación de los discursos teóricos Foucault también se pregunta si es posible afirmar
que la constituyen, y, dado el carácter propio de la que la unicidad de una disciplina deviene del
disciplina, las relaciones que establece entre la carácter de sus enunciados, de un determinado
teoría y la práctica. estilo constante de la enunciación. Y cuando éste
Es útil, para efectuar un análisis de las no existe, como en el caso de los objetos de una
características de la disciplina, emplear los disciplina, afirma igualmente que «habría que
criterios que usa Michel Foucault y tratar de carac- terizar la coexistencia de esos enunciados
definir el conjunto de enunciados que la dispersos y heterogéneos».
constituyen, los conceptos propios que emplea, los 54 EL SABER DIDÁCTICO
temas, el estilo de enunciación y las formaciones
discursivas de su discurso. ¿Se caracteriza la En el caso de la didáctica, a partir del análisis de los
didáctica por estudiar a un objeto? El análisis de textos que contienen lo que podríamos denominar
Michel Foucault en La arqueología del saber, en el «el discurso didáctico», surge una variedad de estilos
que procura encontrar principios que permitan de enunciados. Encontramos descripciones,
interpretar la historia de una disciplina, nos puede apelaciones a la auto- ridad religiosa, filosófica o
auxiliar en la búsqueda de una respuesta. El objeto psicológica, explicaciones, ejemplos, referencias a
del que se ocupa una disciplina no permanece resultados de trabajos experimentales, consejos,
reglas y preceptos espe- cíficos e, igualmente, esta postura de negación del carácter científico de la
normas generales. No aparece un estilo único de didáctica, dos fundamentos diferentes. Por un lado,
enun- ciados, pero en el heterogéneo conjunto de una con-
formas de expresión y de justificación, los rO.I' fmifesores y el saber didáctico 55
«precepto» es cada una de las instrucciones o La didáctica como disciplina es una fuente de
reglas que se dan o establecen para el conocimientos destinada a apoyar la tarea del
conocimiento o manejo de un arte o facultad. Sus profesor, a ayudarlo a tomar decisiones en su
significados son ciertamente semejantes, pero acción con grupos específicos de alumnos que
cuando se encuentran diferencias en el uso o en deben realizar aprendizajes especiales en
los diccionarios, ellas se refieren al carácter más contextos particulares y en momentos
general de la norma y al alcance más analítico y determinados. La didáctica no puede resolver cada
específico del precepto. Ambos términos pueden uno de estos casos, pero puede brindar apoyo
recibir, sin embargo, definiciones programáticas, desde la
en el sentido que asigna Israel Scheffler a este tipo
de definición. Las definiciones programáticas,
según Scheffler, poseen un propósito moral. 2. Así Robert Mager (1980: VIII) se adelanta a afinnar que no
Proponen que el objeto de la definición sea de una se ocupará de cuáles han de ser los objetivos, porque ésa es
manera determinada; por lo tanto, debe ser cuestión de la filosofia de la educación. El tema de su libro se
juzgado por el valor de los programas que reduce a la técnica de fonnulación de los objetivos.
Alicia R. W. de Camilloni
Entre las tareas que debe emprender una epistemología de la didáctica se encuentra, en un lugar destacado, el
análisis del carácter del sujeto al que se refiere y al que se dirige el teórico de la didáctica. El sujeto al que, en este
caso, nos referiremos, es el docente, ya que se trata de la construcción e inter- pretación de una teoría de la
enseñanza.
La determinación del carácter de este sujeto no sólo permitiría brindar una base para la construcción del discurso
sino que, además, ofrecería un marco para la interpretación de su alcance y de sus límites. De aquí podrá devenir
también, finalmente, una justificación de la relación que se establece entre el discurso y el actor pedagógico, es
decir, el docente, para conducir, finalmen- te, a una proyección de algunas tareas que deberían estar necesariamente
implicadas en el proceso de formación de los docentes.
No es posible pretender homologar los discursos teóricos de la didáctica que se produjeron a lo largo de muchos
siglos. Las condiciones de la relación objetividad (¿filosófica?, ¿científica?, ¿práctica?) I subjetividad (¿cultural?,
* Trabajo presentado en el Congreso Internacional de Didáctica Volver a pensar la educa- ción, La Coruña, setiembre de 1993. Publicado en
PRAXIS Educativa, año 3, n° 3, febrero de 1998.
Teorías poscriticas 20
identidad, alteridad, diferencia subjetividad
significación y discurso saber-poder
representación cultura género, raza, etnia,
sexualidad multiculturalismo
IL De las teorías
tradicionales a las teorías
críticas 21
IL De las teorías
tradicionales a las teorías
críticas 21
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campo especializado de estudios. Tal vez fueron las
condiciones asociadas con la institucionalización de
la educación de masas las que per- mitieron que el
campo de estudios del currículum surgiese, en campo especializado de estudios: The
Estados Unidos, como un campo
profesional~;pecializado. Podemos enumerar
entre esas condiciones las siguientes: la forma- ción Currículum. El libro de Bobbitt se escribió en un
momento crucial de la historia de la educación empresa económica. Bobbitt quería transferir a la
estadounidense, cuando las diferentes fuerzas econó- escuela el modelo de organización propuesto por
micas, políticas y culturales procuraban moldear los Frederick Taylor. En la propuesta de Bobbitt, la
objetivos y las formas de educación de las masas de educación debía funcionar de acuerdo a los
acuerdo con sus diferen- tes y particulares visiones. principios de la organización científica del trabajo
En esa época se buscó responder a cuestiones propuestos por Taylor.
cruciales sobre las finalidades y los perfiles de la
esco- larización de masas. ¿Cuáles serán los La orientación dada por Bobbitt constituiría una
objetivos de la educación escolarizada: formar un de las ver- tientes dominantes de la educación
trabajador especializado o proporcionar una estadounidense en lo que res- taba del siglo xx.
educación general, académica, para la población? Pero ésta tuvo que competir con vertientes más
¿Qué es lo que se debe enseñar: las habilidades progresistas, como la liderada por John Dewey,
básicas de escribir, leer y con- tar; las disciplinas por ejemplo. Mucho antes que Bobbitt, Dewey
académicas humanistas; las disciplinas científi- cas; había escrito, en 1902, un libro que incluía la
las habilidades prácticas necesarias para las distintas palabra «currículum» en el título, The Child and
ocupa- ciones laborales? ¿Cuáles son las fuentes
the Currículum. En ese libro, Dewey estaba
principales del conocimiento que debe enseñarse: el
mucho más pre- ocupado por la construcción de la
conocimiento académico; las disciplinas científicas;
democracia que por el funcio- namiento de la
los saberes profesionales del mundo laboral? ¿Qué es
economía. También, en contraste con Bobbitt,
lo que debe estar en el centro de la enseñanza: los
creía importante considerar, en el planeamiento
saberes «objetivos» del conocimiento organizado o
las percep- ciones y las experiencias «subjetivas» de curricular, los intereses y experiencias de los niños
los niños y jóvenes? En términos sociales ¿cuáles y jóvenes. Para Dewey, la educación no era tanto
deben ser los fines de la educación: adaptar a los una preparación para la vida laboral adul- ta como
niños y jóvenes a la sociedad tal como ya existe o un espacio de vivencia y práctica de los principios
prepararlos para transformarla; la preparación para la demo- cráticos. Sin embargo, las teorías de Dewey
economía o la preparación para la democracia? no repercutirían de la misma forma que las de
Bobbitt en la formación del currícu- lum como
Las respuestas de Bobbitt eran claramente
campo de estudios.
conservadoras, aunque su intervención buscase
transformar radicalmente el sis- tema educativo.
Bobbitt proponía que la escuela funcionara de la
misma forma que una empresa comercial o
industrial. Quería que el sistema educativo fuera
capaz de especificar qué resultados pretendía
obtener, que pudiera establecer métodos para
obtener- los de forma precisa y formas de medición
que permitieran saber con precisión si realmente se
26
alcanzaban. El sistema educativo 25 Lo que hizo que las teorías de Bobbit ejercieran
con mayor atractivo, probablemente fue el hecho
debía comenzar por establecer de forma precisa
de que su propuesta pare- cía hacer que la
cuáles eran sus objetivos. Estos objetivos, a su
educación se tornara científica. No había por qué
vez, debían basarse en un examen de aquellas
discutir abstractamente las finalidades últimas de
habilidades necesarias para ejercer eficazmente las
la educación:
tareas laborales de la vida adulta. El modelo de
Bobbitt estaba claramente orientado a la
economía. Su palabra clave era «efi- ciencia». El
sistema educativo debía ser tan eficiente como una
educación es fundamental que se establezcan
I
patrones de referencia. El esta- blecimiento de
estos patrones es tan importante en la educación
como, digamos, en una planta de fabricación de
I acero, ya que, según Bobbitt: «la educación, tal
como la planta de fabricación de acero, es un
proceso de moldeado». El ejemplo dado por el
éstas estaban dadas por la vida laboral adulta.
propio Bobbitt es esclarecedor. En una clase,
Todo lo que era preciso hacer era investigar y
según dice, algunos niños hacen sumas «a un
definir cuáles eran las habilidades necesarias para
ritmo de 35 combinaciones por minu- to»,
las diversas ocupaciones. Con un esquema preci-
mientras que otros «suman a un ritmo medio de
so de esas habilidades, era posible, organizar un
105 com- binaciones por minuto». Para Bobbitt el
currículum que permitiese su aprendizaje. La tarea
establecitniento de un patrón permitiría acabar con
del especialista en currÍcula consistía, pues, en
d2scubrir esas habilidades, establecer un currí-
esa variación. En las últimas déca-27
culum que permitiese desarrollarlas y, finalmente,
elaborar ins- trumentos de medición que
permitieran evaluar con precisión si éstas
realmente se aprendían.
éstas estaban dadas por la vida laboral adulta.
Todo lo que era preciso hacer era investigar y
definir cuáles eran las habilidades necesarias para
las diversas ocupaciones. Con un esquema preci-
so de esas habilidades, era posible, organizar un
currículum que permitiese su aprendizaje. La tarea
del especialista en currÍcula consistía, pues, en
d2scubrir esas habilidades, establecer un currí-
culum que permitiese desarrollarlas y, finalmente, , I 1: , , 1 1
elaborar ins- trumentos de medición que
permitieran evaluar con precisión si éstas
realmente se aprendían. ,i I id ,',i[I,:1 i '1:
Desde la perspectiva de Bobbitt, la cuestión del das, dice Bobbitt, los educadores llegaron a
currículum se transforma en una cuestión de «percibir que es posi- ble establecer patrones
organización. El currículum es simplemente una definitivos para los diversos producros educativos.
mecánica. La actividad supuestamente científi- ca La capacidad para sumar a una velocidad de 65
del especialista en currículums no pasa de ser una com- binaciones por minuro [ ... ] es una
actividad burocrática. No es casual que desde esta especificación tan definida como la que se puede
óptica el concepto cen- tral sea el de «desarrollo establecer para cualquier aspecto del tra- bajo en
curricular», un concepto que dominaría la una fábrica de acero».)
literatura estadounidense sobre el currículum hasta
El modelo de currículum de Bobbitt encontraría su
los años ochenta. En una perspectiva que
consoli- dación definitiva en un libro de Ralph
considera que las finalidades de la educación están
Tyler, publicado en 1949. El paradigma instituido
dadas por las exigencias profesionales de la vida
por Tyler dominaría e! campo del currí- culum en
adulta el currículum se reduce a una cuestión de
Estados Unidos, con influencia en diversos países
desarrollo, a una cuestión técnica.
durante las siguientes cuatro décadas. Con el libro
Según Bobbit, al igual que en la industria, en la de Tyler, los estudios sobre e! currículum se
establecen decididamente en torno a la idea de considerarse por igual: l. Estudios sobre los
organización y desarrollo. A pesar de admitir la propios aprendices; 2. estudios sobre la vida
filosofía y la sociedad como posibles fuentes de contemporánea fuera de la educación; 3.
objetivos para e! currículum, e! paradigma sugerencias de los especialistas de distintas
formulado por Tyler se centra en cues- tiones de disciplinas. Aquí, Tyler amplía el modelo de
organización y desarrollo. Al igual que en el Bobbitt, al incluir dos fuentes que éste no
modelo de Bobbitt, el currículum es consideraba: la psicología y las disciplinas
esencialmente una cuestión técnica. Veamos, de académicas. La segunda fuente es una
forma sintética, e! modelo propuesto por Tyler. demostración de cierta continuidad res- pecto del
modelo de Bobbitt.
La organización y el desarrollo del currículum
deben respon- der, según Tyler, cuatro preguntas Estas fuentes generarían un número excesivo de
básicas: ({ l. ¿Qué objetivos educativos debe objetivos, los cuales podrían, además, ser
alcanzar la escuela?; 2. ¿qué experiencias educa- contradictorios. Para enmendar esa situación,
tivas pueden tener posibilidades de que se Tyler sugiere someterlos a dos filtros: la filosofía
alcancen esos propósi- ros?; 3. ¿cómo organizar social y educativa, con la cual la escuela está
eficientemente esas experiencias educa- tivas?; 4. comprometida, y la psicología de! aprendizaje.
¿cómo podemos tener la certeza de que esos Tyler insiste en la afirmación de que los objetivos
objetivos se alcanzan?}). Las cuatro preguntas de deben ser claramente definidos y establecidos. Los
Tyler corresponden a la divi- sión tradicional de la objetivos deben formularse en términos de
actividad educativa: «currículum)), «ense- ñanza e comportamiento explícito. Esta orien- tación
instrucción» (2 y 3) Y «evaluación» (4). conductisra se radicalizaría, en los años sesenta,
con el resur- gimiento de una tendencia
fuertemente tecnicista en la educación
estadounidense, representada, sobre todo, por un
libro de Roben Mager, AnáLisis de objetivos.
Sólo mediante esa formulación preci- sa, detallada
y conductista de los objetivos se puede responder
a otras preguntas que constituyen e! paradigma de
Tyler. La decisión acerca de qué experiencias
28
deben alentarse y cómo organizarlas depende de
En términos estrictos, sólo la primera pregunta se
esa especificación de los objetivos. De la misma
refiere al currículum. A esta pregunta, Tyler
mane- ra, es imposible evaluar, como decía
dedica la mayor parte de su libro. Tyler, identifica
Bobbitt, sin haber establecido con precisión cuáles
tres fuentes en las cuales se deben buscar los
son los patrones de referencia.
objetivos de la educación, afirmando que cada una
Estas fuentes generarían un número excesivo de
de ellas debe
objetivos, los cuales podrían, además, ser
considerarse por igual: l. Estudios sobre los
contradictorios. Para enmendar esa situación,
propios aprendices; 2. estudios sobre la vida
Tyler sugiere someterlos a dos filtros: la filosofía
contemporánea fuera de la educación; 3.
social y educativa, con la cual la escuela está
sugerencias de los especialistas de distintas
comprometida, y la psicología de! aprendizaje.
disciplinas. Aquí, Tyler amplía el modelo de
Tyler insiste en la afirmación de que los objetivos
Bobbitt, al incluir dos fuentes que éste no
deben ser claramente definidos y establecidos. Los
consideraba: la psicología y las disciplinas
objetivos deben formularse en términos de
académicas. La segunda fuente es una
comportamiento explícito. Esta orien- tación
demostración de cierta continuidad res- pecto del
conductisra se radicalizaría, en los años sesenta,
modelo de Bobbitt.
con el resur- gimiento de una tendencia sabe, ese currículum era heredero del de las
fuertemente tecnicista en la educación
estadounidense, representada, sobre todo, por un llamadas «artes liberales» que, 29
libro de Roben Mager, AnáLisis de objetivos. Es interesante observar que tanto los modelos más
Sólo mediante esa formulación preci- sa, detallada tecnocráti- cos, los de Bobbitt y Tyler, como los
y conductista de los objetivos se puede responder modelos más progresistas del currículum, el de
a otras preguntas que constituyen e! paradigma de Dewey, que cristalizaron a principios de! siglo
Tyler. La decisión acerca de qué experiencias
xx, en Estados Unidos, constituían de cierta
deben alentarse y cómo organizarlas depende de
forma una reacción al currículum clásico,
esa especificación de los objetivos. De la misma
humanista, que había dominado la educa- ción
mane- ra, es imposible evaluar, como decía
secundaria desde su institucionalización. Como se
Bobbitt, sin haber establecido con precisión cuáles
sabe, ese currículum era heredero del de las
son los patrones de referencia.
Estas fuentes generarían un número excesivo de
llamadas «artes liberales» que, 29
objetivos, los cuales podrían, además, ser
contradictorios. Para enmendar esa situación, Es interesante observar que tanto los modelos más
Tyler sugiere someterlos a dos filtros: la filosofía tecnocráti- cos, los de Bobbitt y Tyler, como los
social y educativa, con la cual la escuela está modelos más progresistas del currículum, el de
comprometida, y la psicología de! aprendizaje. Dewey, que cristalizaron a principios de! siglo
Tyler insiste en la afirmación de que los objetivos xx, en Estados Unidos, constituían de cierta
deben ser claramente definidos y establecidos. Los forma una reacción al currículum clásico,
objetivos deben formularse en términos de humanista, que había dominado la educa- ción
comportamiento explícito. Esta orien- tación secundaria desde su institucionalización. Como se
conductisra se radicalizaría, en los años sesenta, sabe, ese currículum era heredero del de las
con el resur- gimiento de una tendencia
fuertemente tecnicista en la educación llamadas «artes liberales» que, 29
estadounidense, representada, sobre todo, por un
Es interesante observar que tanto los modelos más
libro de Roben Mager, AnáLisis de objetivos. tecnocráti- cos, los de Bobbitt y Tyler, como los
Sólo mediante esa formulación preci- sa, detallada modelos más progresistas del currículum, el de
y conductista de los objetivos se puede responder Dewey, que cristalizaron a principios de! siglo
a otras preguntas que constituyen e! paradigma de
xx, en Estados Unidos, constituían de cierta
Tyler. La decisión acerca de qué experiencias
forma una reacción al currículum clásico,
deben alentarse y cómo organizarlas depende de
humanista, que había dominado la educa- ción
esa especificación de los objetivos. De la misma
secundaria desde su institucionalización. Como se
mane- ra, es imposible evaluar, como decía
sabe, ese currículum era heredero del de las
Bobbitt, sin haber establecido con precisión cuáles
son los patrones de referencia.
llamadas «artes liberales» que, 29
Es interesante observar que tanto los modelos más
Es interesante observar que tanto los modelos más
tecnocráti- cos, los de Bobbitt y Tyler, como los
tecnocráti- cos, los de Bobbitt y Tyler, como los
modelos más progresistas del currículum, el de
modelos más progresistas del currículum, el de
Dewey, que cristalizaron a principios de! siglo
Dewey, que cristalizaron a principios de! siglo
xx, en Estados Unidos, constituían de cierta
xx, en Estados Unidos, constituían de cierta
forma una reacción al currículum clásico,
forma una reacción al currículum clásico,
humanista, que había dominado la educa- ción
humanista, que había dominado la educa- ción
secundaria desde su institucionalización. Como se
secundaria desde su institucionalización. Como se obviamente, en el contexto de la generalización de
sabe, ese currículum era heredero del de las la escolarización, sobre todo de
Como sabemos, la década de los sesenta fueron años de grandes agitaciones y transformaciones. Los
movimientos de indepen- dencia de las antiguas colonias europeas; las protestas estudianti- les en Francia y
otros países; la continuación del movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos; las protestas contra la
guerra de Vietnam; los movimientos contraculturales; el movi- miento feminista; la liberación sexual, son sólo
algunos de los importantes movimientos sociales y culturales que caracterizaron dichos años. No fue
coincidencia que también en esa década apa- recieran libros, ensayos y teorizaciones que pusieron en jaque el
pensamiento y la estructura educativa tradicional.
Es comprensible que las personas que se aprestaron a revisar esos movimientos tiendan a dar prioridad a los
que se iniciaron en su propio país. En este sentido, para la literatura estadounidense, la renovación de la
teorización sobre el currículum parece deber- se exclusivamente al llamado «movimiento de reconceptualiza-
cióm>. De igual manera, la literatura inglesa reivindica la llamada «nueva sociología de la educación», un
movimiento identificado 33
con el sociólogo inglés Michael Young. Una orden educati- vo existente, ni las formas
revisión brasileña no dejaría de señalar el papel dominantes de conocimiento, ni, en general, el
importante de la obra de Paulo Freire, mientras modelo social dominante. Al tomar el statu quo
que los franceses destacarían el papel de los como una referencia deseable, las teorías
ensayos de Althusser, Bourdieu y Passeron, tradicionales se centraban en las formas de
Baudelot y Establet. Un examen más equilibrado organización y elaboración del currículum. Los
argumentaría que el movimiento de renovación de modelos tradicionales del currículum se limitaban
la teoría educativa que minó la teoría educativa a establecer con paráme- tros técnicos cómo
tradicional, con una influencia no sólo teórica sino hacer el currículum. Las teorías críticas sobre el
inspirando verdaderas revoluciones, «estalló» en currículum, por el contrario, comienzan por
varios lugares al mismo tiempo. cuestionar precisa- mente los presupuestos del
Las teorías críticas del currículum efectuaron una orden social y educativo existente. Las teorías
inversión completa de los fundamentos de las críticas desconfían del statu quo,
teorías tradicionales. Como hemos visto, los responsabilizándolo de las desigualdades e
modelos tradicionales, por ejemplo el de Tyler, no injusticias sociales. Las teorías tradicionales eran
estaban preocupados en cuestionar radicalmente el teorías de aceptación, ajuste y adaptación. Las
teorías críticas son teorías de desconfianza, cronología de los marcos fundamentales tanto de
cuestionamiento y transformación radical. Para las la teoría educativa crítica más general como de la
teorías críticas lo importante no es desarrollar teoría crítica sobre el currículum.
técnicas sobre cómo hacer el currículum, sino
definir conceptos que nos per- mitan comprender
1970- Paulo Freire, La pedagogía del oprimido.
lo que el currículum hace.
1970- Louis Althusser, Ideología y aparatos
ideológicos del Estado. 1970- Pierre Bourdieu y
Jean Claude Passeron, La reproducción. 1971-
Baudelot y Establet, La escuela capitalista en
Francia. 1971- Basil Bernstein, Clases, códigos
y control, vol. 1. 1971- Michael Young,
Knowledge and ControL- New Directions
I centradas más
40
Ahora bien, ¿dónde entran la escuela y la educación en este proceso? Según Bourdieu y Passeron,
contrariamente a otros aná- lisis críticos, la escuela no actúa mediante la inculcación de la cul- tura dominante
a los niños y jóvenes de las clases dominadas, sino
I
Ahora bien, ¿dónde entran la escuela y la educación en este proceso? Según Bourdieu y Passeron,
contrariamente a otros aná- lisis críticos, la escuela no actúa mediante la inculcación de la cul- tura dominante
41
41
41
44
su grupo en la Universidad de Rochester, Nueva York, en 1973. El movimiento de reconceptualización
expresaba una insatisfac- ción con los parámetros tecnocráticos establecidos por los mode- los de Bobbitt y
Tyler. Las personas identificadas con lo que se conoció como el «movimiento de reconceptualización» comen-
zaban a percibir que la comprensión del currículum como una actividad meramente técnica y administrativa no
cuadraba bien con las teorías sociales, de origen sobre todo europeo, con las cuales estaban familiarizadas: la
fenomenología, la hermenéutica, el marxismo, la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt. Aquello que, en las
perspectivas tradicionales, se entendía como currícu- lum era justamente 10 que, de acuerdo con aquellas
teorías socia- les, precisaba ser cuestionado y criticado. Así, por ejemplo, desde el punto de vista de la
fenomenología, las categorías de aprendi- zaje, objetivos, medición y evaluación nada tenían que ver con los
significados del «mundo de la vida» a través de los cuales las personas construyen y perciben su experiencia.
De acuerdo con la perspectiva fenomenológica esas categorías tenían que ser «puestas entre paréntesis»,
cuestionadas, para poder llegar a la «esencia» de la educación y del currículum. Desde el punto de vista
marxista, por poner otro ejemplo, e! hincapié en la eficien- cia y en la racionalidad administrativa sólo
reflejaba la domina- ción del capitalismo sobre la educación yel currículum, cosa que contribuía a la
reproducción de las desigualdades de clase.
Estos dos ejemplos reflejan un antagonismo entre los dos campos en los que, en Estados Unidos, se dividió la
crítica de los modelos tradicionales. Por un lado, estaban aquellos que utiliza- ban los conceptos marxistas,
filtrados a través de los análisis mar- xistas contemporáneos, como los de Gramsci y los de la Escuela de
Frankfurt, para hacer la crítica de la escuela y de! currículum existente. Esos análisis enfatizaban e! papel de
las estructuras eco-
nómicas y políticas en la reproducción cultural y social a través de la educación y el currículum. Por otro,
estaban las críticas de la educación y del currículum tradicionales inspiradas en estrate- gias interpretativas de
investigación, como la fenomenología y la hermenéutica. Aquí, el acento no recaía en el papel de las estruc-
turas o en las categorías teóricas abstractas (como ideología, capi- talismo, control, dominación de clase), sino
en los significados subjetivos que las personas dan a sus experiencias pedagógicas y curriculares. Ambas
perspectivas trataban de desafiar los modelos técnicos dominantes. Ambas perspectivas recurrían a estrategias
analíticas que permitiesen poner en jaque a las concepciones más arraigadas del mundo social, en particular, de
la pedagogía y del currículum. En el caso de la fenomenología, de la hermenéutica, de la autobiografía, sin
embargo, no dar por sentadas las catego- rías con las que, ordinariamente, comprendemos y vivimos lo
cotidiano, significa enfocarlas a través de una perspectiva pro- fundamente personal y subjetiva. Hay un
vínculo con lo social, en la medida en que esas categorías son creadas y se mantienen, intersubjetivamente y a
través del lenguaje; pero, en última ins- tancia, e! foco está en las experiencias y en las significaciones sub-
jetivas. En contraste, en la crítica de inspiración marxista, «des- naturalizan) el mundo «natural» de la
pedagogía y del currículum significa someterlo a un análisis científico, centrado en los con- ceptos que rompen
con las categorías de! sentido común con las que, ordinariamente, vemos y comprendemos dicho mundo.
El movimiento de reconceptualización, tal como fue definido por sus iniciadores, pretendía incluir tanto las
vertientes fenome- nológicas como las vertientes marxistas, pero las personas impli- cadas en estas últimas
rechazaron, por lo general, identificarse ple- namente con aquel movimiento. Incluso, procuraron distanciarse
46 cuestiones subjetivas, como un movimiento muy poco político. Para autores de inspiración marxista, como
Michael Apple, el movimiento de reconceptualización, aunque constituyese un cuestionamiento del modelo
técnico dominante, era visto como un retroceso a lo personal, a lo narcisista y a lo subjetivo. Al final, el rótulo
de «reconceptualización» que caracterizó un movimien- to hoy disuelto en el postestructuralismo, en el
feminismo yen los estudios culturales, quedó limitado a las concepciones fenomeno- lógicas, hermenéuticas y
autobiográficas de la crítica a los mode- los tradicionales del currículum. Por eso, en este apartado, limita-
remos nuestra exposición a esas concepciones. Las perspectivas más marxistas y estructurales, como la de
Michael Apple y la de Henry Giroux, serán tratadas en otra sección.
La concepción contemporánea de la fenomenología tiene ori- gen, como sabemos, en Edmund Husserl, y
posteriormente fue desarrollada por autores como Heiddeger y Merleau Ponty. El acto fenomenológico
fundamental consiste en «dejar en suspenso» el entendimiento que normalmente tenemos del mundo cotidiano.
La investigación fenomenológica comienza por ubicar los signifi- cados ordinarios de lo cotidiano «entre
paréntesis». Los significa- dos que tomamos como naturales constituyen tan sólo una «apa- riencia» de las
cosas. Tenemos que poner esa apariencia en duda, en cuestión, para poder llegar a su «esencia». De este modo,
la investigación fenomenológica pone en cuestión las categorías del sentido común, pero no las sustituye por
categorías teóricas y cien- tíficas abstractas. Se centra, por el contrario, en la experiencia vivi- da, en el
«mundo de la vida», de los significados subjetiva e inter- subjetivamente construidos. El concepto de
«significado» no tiene para la fenomenología el mismo sentido que, después, tendría para una semiología
estructuralista, la cual surge y se desarrolla, en cier- ta forma, como reacción y oposición a aquélla. El
«significado»,
para la fenomenología, no puede venir determinado por su valor «objetivo» en una cadena de oposiciones
estructurales, como en la semiología. El significado es algo profundamente personal y subje- tivo. Su conexión
con lo social no se da a través de estructuras sociales impersonales y abstractas, sino mediante conexiones
inter- subjetivas. Para la fenomenología, el signitlcado se manifiesta en el lenguaje, a través del lenguaje, pero
es también aquello que escapa al lenguaje ordinario, al sentido común incluido en el lenguaje. Los verdaderos
significados de nuestras experiencias tienen que volver al lenguaje para encontrar su expresión, pero antes
tienen que ser recuperados, encontrados debajo del lenguaje, en aquello que huye del lenguaje, en su sustrato.
Intelectuales como Max van Mannen, Ted Aoki (ambos de Canadá) y Madeleine Grumet (Estados Unidos),
que participa- ron en el desarrollo de una comprensión fenomenológica del currículum, no estaban
preocupados tanto por los aspectos filo- sóficos de la fenomenología como por las posibilidades que la
fenomenología presentaba para el estudio del currículum. La perspectiva fenomenológica del currículum es, en
términos epis- temológicos, la más radical de las perspectivas críticas, en la medida en que representa una
ruptura fundamental con la epis- temología tradicional. La tradición fenomenológica del análisis del
currículum es aquella que tal vez reconozca menos la estruc- turaci/m tradicional del mismo en disciplinas o
materias. Para la F(;IS?~C';', 1 fenomenológica, con su énfasis en la experiencia, en el mundo vivido, en los
significados subjetivos e intersubjetivos, poco sentido tienen las formas de comprensión técnica y cientí- fica
implicadas en la organización y estructuración del currícu- lum en materias. Las disciplinas trádicionales están
concebidas en torno a conceptos científicos, instrumentales, es decir, del mundo de .segundo orden de los
/ 48 primer orden de las experiencias directas. A lo sumo, las discipli- nas y materias tradicionales aparecen
como categorías que deben cuestionarse, "puestas entre paréntesis».
En la perspectiva fenomenológica, el currículum no está, pues, constituido ni por hechos ni por conceptos
teóricos y abs- tractos. El currículum es un espacio en el que los docentes y aprendices tienen la oportunidad
de examinar, de forma renova- da, aquellos significados de la vida cotidiana que suelen verse como dados y
naturales. El currículum se considera experiencia, y espacio de interrogación y cuestionamiento de la
experiencia. En la perspectiva fenomenológica, en primer lugar, las categorías de las perspectivas tradicionales
sobre el currículum, sobre la pedagogía y la enseñanza se someten a la «suspensión» y reduc- ción
fenomenológicas. «Objetivos», «aprendizaje», «evaluación», «metodología» son conceptos de segundo orden,
que aprisionan la experiencia pedagógica y educativa del mundo real de docen- tes y estudiantes. Después, es
la propia experiencia de los estu- diantes la que se vuelve objeto de investigación fenomenológica. De este
modo, mientras que en el currículum tradicional- los estudiantes eran incentivados a adoptar la actitud
supuestamen- te científica que caracterizaba las disciplinas académicas, en el currículum fenomenológico se
les incentiva para que apliquen a su propia experiencia, a su propio mundo vivido, la actitud que caracteriza la
investigación fenomenológica.
La actitud fenomenológica implica, en primer lugar, la selec- ción de temas que puedan someterse al análisis
fenomenológico. En general, estos temas, como se desprende de los ejemplos desa- rrollados en la literatura
educativa fenomenológica, forman parte de la vida cotidiana, rutinaria, ya sea de la propia persona que hace el
análisis o de las personas implicadas en la situación anali- zada. De este modo, para dar un ejemplo
pedagógico, una profe-
sara principiante podría analizar su propia experiencia al dar sus primeras clases. Así procuraría evitar, sobre
todo, una descripción que se limitase al significado comúnmente atribuido a una situa- ción como ésa, y
buscaría huir de una descripción demasiado dependiente de categorías abstractas o científicas. En vez de en
eso, se centraría en la singularidad del significado que esa expe- riencia tiene para ella. Buscaría la «esencia))
de esa experiencia, no en el sentido de una «esencia» anterior, preexistente, sino en el sentido de una «esencia»
que esté más allá de las categorías tanto del sentido común como de la ciencia. Además de a una intros-
pección prolongada, la profesora, transformada en analista feno- menológica, podría recurrir a los significados
que otras personas atribuyen a esa situación, así como a los significados con los que la situación puede haber
sido descrita en la literatura y en el arte. El análisis fenomenológico termina en una escritura fenomenoló- gica,
en la que el analista reconstituye, a través del lenguaje (siem- pre una experiencia de segundo orden), la
experiencia vivida por ella o por otras personas partícipes de la situación.
Los temas sometidos al análisis en la literatura fenomenológi- ca sobre el currículum parecen casi siempre
«banales», precisa- mente porque se toman de la experiencia trivial de la vida coti- diana. En cierto sentido, lo
que el análisis fenomenológico procura es destrivialízarlos, volverlos, otra vez, significativos. De este modo,
por ejemplo, un conjunto de textos fenomenológicos divulgados recientemente por el canadiense Max van
Manen en Internet tratan, entre otros, los siguientes temas: la espera; el sen- tirse en casa; el saludo «¿cómo te
va?); la experiencia de ser madrastra; el workout; así como temas no tan banales como la muerte, el dolor y la
experiencia de recibir un diagnóstico médi- co. Algunas veces el objeto del análisis fenomenológico coincide
50
son, también se ocupa, en última instancia, de la utilización de una gama de estrategias interpretativas.
La misma autobiografía ha sido combinada con una orienta- ción fenomenológica al enfatizar los aspectos
formativos del currículum, entendido, de forma amplia, como la experiencia vivida. En algunos autores, como
Wiliam Pinar, por ejemplo, se echa mano también de los recursos analíticos del psicoanálisis. De este modo el
método autobiográfico nos permitiría investigar las formas por las que se forman nuestra subjetividad e
identidad. Wliliam Pinar recurre a la etimología de la palabra currículum para darle un sentido renovado. Este
autor destaca que esa pala- bra, que significa originalmente «pista de carreras», deriva del verbo currere, en
latín, correr. El «currícululm» es, por tanto y antes que nada, un verbo, una acción y no una cosa, un sustan-
tivo. De esta forma, se desplaza el énfasis de la «pista de carreras» al acto de «recorrer la pista». El currículum
debe entenderse como una actividad, una actividad que no se limita a nuestra vida escolar, edllcativa, sino que
afecta a nuestra vida entera.
En oposición tanto a las perspectivas tradicionales como a las perspectivas críticas macrosociológicas, e!
método autobiográfi- co, en la visión de Pinar, permite enfocar lo concreto, lo singu~ lar, lo situacional, lo
histórico de nuestra vida. Permite conectar lo individual con lo social de una forma que las otras perspecti- vas
no consiguen hacerlo. El método autobiográfico no se limita a desvelar los momentos y los aspectos
formativos de nuestra vida, sobre todo de nuestra vida educativa y pedagógica. Tiene una dimensión formativa,
autotransformativa. En última instan- cia, al menos en el lenguaje de los años iniciales del desarrollo de la
perspectiva autobiográfica, la autobiografía tiene un objetivo liberador, emancipador. Al permitir que se hagan
Esa preocupación llevó a Apple a recurrir al concepto de hege- monía, tal como lo formuló Antonio Gramsci y
lo desarrolló Raymond Williams. El concepto de hegemonía permite ver el campo social como un campo
conflictivo, como un campo donde los grupos dominantes se ven obligados a recurrir a un esfuerzo permanente
de convencimiento ideológico para mante- ner su dominación. A través de ese esfuerzo de convencimiento la
dominación económica se transforma en hegemonía cultural. Este convencimiento alcanza su máxima eficacia
cuando se trans- forma en sentido común. El campo cultural no es un simple reflejo de la economía, tiene su
propia dinámica. Las estructuras
económicas no son suficientes para garantizar la conciencia; la conciencia precisa ser conquistada en su propio
campo.
Con estos elementos, añadidos a aportaciones de aura res como Pierre Bourdieu, Basil Bernstein y Michael
Young, Michael Apple sitúa al currículum en el centro de las teorías educativas críticas. En contra de las
perspectivas tradicionales sobre el currí- culum, Apple ve el currículum en términos estructurales y rela-
cionales. El currículum está estrechamente relacionado con las estructuras económicas y sociales más amplias.
El currículum no es un cuerpo neutro, inocente y desinteresado de conocimientos. Contrariamente a lo que
supone el modelo de Tyler, por ejem- plo, el currículum no se organiza a través de un proceso de selec- ción
que recurre a fuentes imparciales de la filosofía o de los valo- res supuestamente consensuados de la sociedad.
El conocimiento encarnado en el currículum es un conocimiento particular. La selección que constituye el
currículum es el resultado de un pro- ceso que refleja los intereses particulares de las clases y grupos
dominantes.
En el análisis de Apple, la preocupación no es la validez epis- temológica del conocimiento encarnado en el
currículum. La cuestión no es saber qué conocimiento es verdadero, sino qué c.:onocimiento se
consiaeraverdadero. La preocupación es por qué procedimientos ciertos conocimientos son vistos como
legítimos, en detrimento de otros, a los que se juzga ilegítimos. En los modelos tradicionales, el conocimiento
existente es tomado como dado, como incuestionable. Si exi"te algún cut'stionamien· to, no va más allá de
criterios epistemológicos estrechos de ver- dad y falsedad. Como consecuencia, los modelos técnicos del
currículum se limitan a la cuestión de «cómo» organizar el currí- culum. En la perspectiva política postulada
por Apple, en cam- bio, la cuestión importante es «por qué». ¿Por qué esos conoci- 55
En el análisis de Apple, la preocupación no es la validez epis- temológica del conocimiento encarnado en el
currículum. La cuestión no es saber qué conocimiento es verdadero, sino qué c.:onocimiento se
consiaeraverdadero. La preocupación es por qué procedimientos ciertos conocimientos son vistos como
legítimos, en detrimento de otros, a los que se juzga ilegítimos. En los modelos tradicionales, el conocimiento
existente es tomado como dado, como incuestionable. Si exi"te algún cut'stionamien· to, no va más allá de
criterios epistemológicos estrechos de ver- dad y falsedad. Como consecuencia, los modelos técnicos del
currículum se limitan a la cuestión de «cómo» organizar el currí- culum. En la perspectiva política postulada
por Apple, en cam- bio, la cuestión importante es «por qué». ¿Por qué esos conoci- 55
mientos y no otros? ¿Por qué ese conocimiento se juzga impor- tante y no Otros? Y para evitar que ese
«por qué}) sea respondido simplemente por criterios de verdad y falsedad, es extremada- mente
importante preguntar: «¿de quién es ese conocimiento;i). ¿Qué intereses guiaron la selección de ese
conocimiento particu- lar? ¿Cuáles son las relaciones de poder implicadas en el proceso de selección que
dio como resultado ese currículum particular?
En lo que concierne al papel del currículum en el proceso de reproducción cultural y social, la critica
inicial a menudo postu- laba dos criterios distintos. Por un lado, estaban las críticas que hacían hincapié
en el papel del llamado «currículum oculto}) en esa reproducción. Es el caso, por ejemplo, de Bowles y
Gintis, que llamaron la atención sobre el papel ejercido por las relaciones sociales de la escuela en el
proceso de reproducción social. Es el caso también de Bernstein, que centró su análisis no tanto en
aquello que se transmite como en la forma en que se transmite. Del otro lado, se situaron las críticas que
daban más importancia al currículum explícito, oficial, al «contenido» del currículum. Este fue el caso de
Althusser, al menos en la primera parte de su ensayo sobre la ideología y los aparatos ideológicos del
estado.
56
Apple procura realizar un análisis que dé igual importancia a los dos aspectos del currículum, aunque se
pueda notar un énfa- sis ligeramente mayor en su contenido explícito, en aquello que él llama el
«currículum oficial}). autor considera necesario examinar tanto aquello que él llama la «regularídad de la
cotidia- nidad escolar» como el currículum explícito; tanto la enseñanza implícita de las normas, valores y
disposiciones como los presu- puestos ideológicos y epistemológicos de las disciplinas que cons- tituyen
el currículum oficial.
Como buena parte de la literatura sociológica crítica sobre el currículum de este período inicial, Apple
hizo hincapié, en
Ideología y currículo, en el proceso que la escuela ejerce en la dis- tribución del conocimiento oficial. La
suposición es que la escue- la transmite y distribuye el conocimiento que se crea en algún otro lugar.
Apple, sin embargo, concede un papel igualmente importante a la escuela como productora de
conocimiento, sobre todo de aquello que él llama «conocimiento técnico», El «cono- cimiento técnico» se
relaciona directamente con la estructura y el funcionamiento de la sociedad capitalista, en tanto que se
trata del conocimiento relevante para la economía y la producción. Obviamente, esa producción se da
principalmente en los niveles superiores del sistema educativo, es decir, en la universidad. Pero en la
medida en que los requisitos de entrada a la universidad presionan sobre los currÍcula de Otros niveles
educativos, estos currícula reflejan el mismo énfasis en el «conocimiento técnico». tipo de conocimientos
termina siendo «el de más prestigio», en detrimento de otras formas de conocimiento, como el cono-
cimiento estético y artístico. Se trata de uno de los muchos mecanismos por los que el currículum se
vincula al proceso de reproducción cultural y social.
En su primer libro, Ideología y currículo,. Apple, en consonan- cia con el paradigma marxista adoptado,
ponía el acento en las relaciones sociales de clase, aunque admitiendo, tal vez secunda- riamente, la
importancia de las relaciones de sexo y raza en el proceso de reproducción cultural y social ejercido por el
currícu- lum. La importancia atríbuida a esas diferentes dinámicas se vol- vería más equilibrada en los
libros posteriores. Lo que se mante- nía, sin embargo, era una preocupación común por el poder. Lo que
torna ~u análisis «político» es precisamente esa centralidad atribuida a las relaciones de poder.
Currículum y poder, ésa es la ecuación básica que estructura la crítica del currículum desarro- llada por
Lecturas
APPLE, Michael, <<Yendo a educac,:áo de forma relacional: classe e cultura na sociologia do conhecimento escolar», Educafao e
realidade, II (1), 1986: p. 19-34.
MORElRA, Antonio Flavio B., «A conrribui¡;:áo de Míchel Apple para o desen- volvimenro de uma teoría curricular crítica no Brasih.,
Fórum educacional, 1989,13 (4), p. 17-30.
59
El currículum como política cultural: Henry Giroux
Entre los autores norteamericanos que contribuyeron a desarro- llar una teorización crítica sobre el currículum,
se destaca Henry Giroux. Aunque su trabajo se inicia un poco más tarde que el de Michael Apple, Giroux
contribuyó de forma decisiva a trazar los perfiles de una teorización crítica que florecería de modo tal vez
inesperado. Tal como hicimos con Michael Apple, vamos a limitar- nos a hacer una síntesis de las
teorizaciones y.conceptos desarrolla- dos en su primera etapa. Giroux se ha volcado, desde entonces, en
temáticas y direcciones que algunas veces parecen un tanto distantes de las iniciales, a diferencia de Apple. En
sus últimos libros, Giroux se ha preocupado cada vez más por la problemática de la cultura popular tal como
aparece en el cine, en la música y en la televisión. Aunque siempre en conexión con la cuestión pedagógica y
curricular, sus análisis parecen haberse vuelto más culturales que propiamente educativos. Además de eso, sus
últi- mos escritos incorporan, aunque de forma limitada y contenida, las recientes contribuciones del
posmodernismo y del postestruc- turalismo. La síntesis que sigue se basa, pues, en sus primeros 61
libros: Ideology, culture and the process of currículum, como hemos visto, estaba
schooling (1981) y Theory and resistance in estrechamente ligado -en contraposición al
education (1983). empirismo y al pragmatismo vulgar de las
Tal como ocurrió con otros autores de esta etapa perspectivas tradicio- nales- a la utilización de la
inicial, tam- bién la crítica de Giroux fue, en su teoría social crítica en sentido amplio. Giroux fue,
momento, tina reacción fren- te a las perspectivas sin embargo, tal vez uno de los pocos autores que
empíricas y técnicas sobre el currículum entonces utilizó, en esta etapa, los insights teóricos de los
dominantes. Utilizando conceptos desarrollados investigadores de la Escuela de Frankfurt. Giroux
por los autores de la Escuela de Frankfurt se inclinaba hacia una posición que era claramente
(Adorno, Horkheimer, Marcuse), Giroux atacó la tributaria del marxismo, pero quería evitar la
racionalidad técnica y utilitaria, así como el rigidez economicista de ciertos enfoques
positivismo de las perspectivas dominantes sobre marxistas. La produc- ción teórica de la Escuela
el currículum. En el análisis de Giroux, las de Frankfurt, con su énfasis en la diná- mica
perspectivas dominan- tes, al centrarse en criterios cultural y en la crítica de la razón iluminista y de
de eficiencia y racionalidad burocrá- tica, dejaban la racio- nalidad técnica, se ajustaba perfectamente
de tener en cuenta el carácter histórico, ético y a este objetivo. La Escuela de Frankfurt
polí- tico de las acciones humanas y sociales y, suministraba una crítica a la epistemología
particularmente, en el caSo del currículum,. del
conocimiento. Como resultado de esa omisión del
carácter social e histórico del conocimiento, las
teo- rías tradicionales sobre el currículum, así 62
como el mismo currí- culum, contribuían a la implícita en la racionalidad técnica que podía
reproducción de las desigualdades y de las aplicarse tanto a la crítica de las perspectivas
injusticias sociales. dominantes sobre el currículum como al propio
currículum existente.
El desarrollo de las teorías críticas sobre el
En el momento en que Giroux comienza a escribir sobre el conocimiento, el currículum y la vida
ya estaban en circulación las teorizaciones que educativa en general. Lo que estaba en juego,
después tendrían tanta influencia en la teoría desde la perspectiva de esos análisis, era la
educativa crítica: la crítica la ideología de construcción social de esos significados por los
Althusser, la crítica cultural de Bourdieu y propios agentes en el espacio de la escuela y del
Passeron; el princi- pio de correspondencia de currículum. Giroux criticaba esos análisis por no
Bowles y Gintis. Giroux, al igual que Apple, no prestar suficiente o ninguna atención a las
estaba satisfecho con la rigidez estructural y con conexiones entre, por un lado, las formas en cómo
las consecuencias pesimistas de esas teorizaciones. se desarrollan esas construcciones en el espacio
Su trabajo inicial se centraría, en buena medida, limitado de la escuela y del currículum y, por el
en el desarrollo de una cuidadosa crítica de esas otro, las relaciones sociales más amplias de
perspectivas, así como en esbozar alternativas que control y poder.
pudiesen superar aquello que él veía como fallos y
omisiones de esas teorías. Así, por ejemplo,
criticaba a Bowles y Gintis por el carácter
mecanicista y determinista de su principio de
corres- pondencia, que no dejaba ningún espacio
para la mediación y la acción humanas. En ese
modelo, lo que ocurría en la escuela yen el
currículum estaba determinado por lo que
acontecía en la eco- nomía y en la producción. Por
otro lado, la teorización que Bourdieu y Passeron
hacían del proceso de reproducción cultural y
social daba un peso excesivo a la dominación y a
la cultura dominante, en detrimento de las culturas
dominadas y de los procesos de resistencia.
Giroux era igualmente crítico con aquellas
vertientes de la crí- tica educativa que se
inspiraban más en la fenomenología y en los
modelos interpretativos de la teorización social
que en los diver- sos estructuralismos. Como he
descrito en otro capítulo, una de las corrientes del
movimiento de reconceptualización de la teori-
zación curricular en Estados Unidos estaba
centrada en el estu- dio fenomenológico de la
comprensión que las propias personas que 64
participan de la escena educativa tienen de sus En el concepto de «resistencia», Giroux buscó las
bases para desarrollar una teorización crítica, más
actos y signi-63 alternativa, sobre la peda- gogía y el currículum.
ficados. En Gran Bretaña, una parte importante de Giroux estaba preocupado, en esta etapa inicial,
la llamada «nueva sociología de la educación» por presentar una alternativa que superara el
también estaba preocupada en desarrollar análisis pesimismo y el inmovilismo derivados de las
que tuvieran en cuenta las formas por las cuales teorías de la reproducción. Él ya hablaba a este
los estudiantes y docentes desarrollan, a través de respecto de una «pedagogía de la posibilidad», un
procesos de negociación, sus propios significados concepto que será central en las teorizaciones de
su etapa inter- media. Contra la dominación rígida sea crítico con las creencias y con los acuerdos
de las estructuras económi- cas y sociales sociales dominantes. Al menos en esta etapa,
sugeridas por el núcleo «duro» de las teorías Giroux comprende el currículum
críticas de la reproducción, Giroux afirma que fundamentalmente a través de los con- ceptos de
existen mediaciones y acciones en el nivel de la emancipación y liberación. Nuevamente, bajo la
escuela y del currículum que pueden tra- bajar fuer- te influencia de los teóricos de la Escuela de
contra los designios del poder y del control. La Frankfurt, él ve el proceso de emancipación como
vida social en general, y la pedagogía y el uno de los objetivos centrales de una acción social
currículum en particular, no están hechas tan sólo politizada. A través de un proceso pedagógico que
de dominación y control. Debe haber un lugar para permita a las personas tomar conciencia del papel
la oposición y la resistencia, para la rebelión y la del control y del poder ejercido por las
subversión. Como a otros autores, a Giroux le
influyeron mucho en este aspecto las instituciones y las estructuras socia-65
investigaciones del sociólogo inglés Paul Willis.
Esa posibilidad de resistencia, Giroux la
Ex alumno del importante Centre for
desarrollará en sus primeros trabajos. Creía que es
Contemporary Cultural
posible canalizar el potencial de resistencia
Studies, de la Universidad de Birminghan, Paul
demostrado por estudiantes y profesores para
Willis sería cono- cido por la investigación
desarro- llar una pedagogía y un currículum que
relatada en el libro Aprendiendo a tra- bajar.
tengan un contenido cla- ramente político y que
También insatisfecho con el determinismo
sea crítico con las creencias y con los acuerdos
económico de las teorías de la reproducción,
sociales dominantes. Al menos en esta etapa,
Willis quería saber qué llevaba a los jóvenes de las
Giroux comprende el currículum
clases trabajadoras a escoger voluntariamente
fundamentalmente a través de los con- ceptos de
empleos manuales. Para eso, Willis acompañó a
emancipación y liberación. Nuevamente, bajo la
un grupo de jóvenes de clase trabajadora de una
fuer- te influencia de los teóricos de la Escuela de
escuela secundaria en sus acti- vidades tanto en la
Frankfurt, él ve el proceso de emancipación como
escuela como en el trabajo. Básicamente, lo que
uno de los objetivos centrales de una acción social
Willis argumentaba es que la disposición de esos
politizada. A través de un proceso pedagógico que
jóvenes para ocupaciones manuales no era el
permita a las personas tomar conciencia del papel
simple resultado pasivo de una ley económica o
del control y del poder ejercido por las
social. Ese destino estaba activamente creado en la
propia cultura juvenil trabajadora a través, sobre
instituciones y las estructuras socia-65
todo, de la celebración, en esta cultura, de una
masculinidad fuertemente asociada con la cultura les, dichas personas pueden emanciparse o
trabajadora del espacio de la fábrica. Por liberarse de ese poder y ese controL
desgracia, el resultado final es el mismo, pero lo Tres conceptos son centrales en esta concepción
que Willis vis- lumbra aquí, en esa cultura, es un emancipado- ra o liberadora del currículum y de la
momento y un espacio de crea- ción autónoma y pedagogía: esfera pública, intelectual
activa que podría ser explotado para una resis- transformador, voz. Tomando en préstamo de
tencia más orientada en términos políticos. Habermas el concepto de «esfera pública», Giroux
Esa posibilidad de resistencia, Giroux la argumenta que la escuela y el currículum deben
desarrollará en sus primeros trabajos. Creía que es ser espacios donde los estudian- tes tengan la
posible canalizar el potencial de resistencia oportunidad de ejercer habilidades democráticas
demostrado por estudiantes y profesores para de discusión y participación, de cuestionamiento
desarro- llar una pedagogía y un currículum que de los presupuestos del sentido común de la vida
tengan un contenido cla- ramente político y que social. Por otro lado, los profesores y profesoras
no pueden ser vistos como técnicos o burócratas, conexiones entre la pedagogía y la política, entre
sino como personas activamente comprometidas la educación y el poder. La crítica que Freire hace
en las actividades de la crítica y del de la «educación bancaria» y su concepción del
cuestionamiento, al servicio del proceso de eman- conocimiento como un acto activo y dialéctico
cipación y liberación. Tomando como base la encajaba a la perfección con los esfuerzos de
noción de «intelec- tual orgánico» de Gramsci, Giroux por desarrollar una perspectiva del currícu-
Giroux ve a los profesores y las profe- soras como lum que cuestionase los modelos técnicos a la
«intelectuales transformadores}). Finalmente, el sazón dominantes. En resumen, en una tendencia
concepto de «voz», que Giroux desarrollaría en la que más adelante ganaría impulso, Giroux ve la
etapa interme- dia de su obra, apunta la necesidad pedagogía y el currículum a través de la noción de
de construcción de un espacio donde las ansias, «política cultural». El currículum implica la
los deseos y los pensamientos de los estudiantes construc- ción de significados y valores culturales.
puedan ser oídos y considerados con atención. A El currículum no está simplemente involucrado
través del con- cepto de «voz», Giroux concede un con la transmisión de «hechos» y cono- cimientos
papel activo a su participa- ción, un papel que «objetivos». El currículum es un espacio donde se
pone en cuestión las relaciones de poder a tra- vés pro- ducen y crean significados sociales. Estos
de las cuales esa voz ha sido, por lo general, significados, sin embar- go, no se sitúan
suprimida. símplemente al nivel de la conciencia personal o
individual. Están estrechamente ligados a las
relaciones sociales de poder y desigualdad. Son
significados en disputa, significados que son
impuestos, pero también puestos en cuestión. En
la visión de Giroux, hay poca diferencia entre, por
un lado, el campo de la pedagogía y el currículum
y, por el otro, el campo de la cultura. Lo que está
en juego en ambos es una política cul- tural.
Lectucas
Parece evidente que Paulo Freire no desarrolló una teorización específica sobre el currículum. En su obra, sin
embargo, como ocurre con otras teorías pedagógicas, examina cuestiones fre- cuentemente asociadas con
teorías específicamente curriculares. Se puede decir q4e su esfuerzo de teorización consiste, al menos en parte,
en responder a la pregunta curricular central: «¿qué enseñar?». En su preocupación por la cl,lestión
epistemológica fundamental (<<¿qué significa conocer?,,), Paulo Freire desarrolló una obra que tiene
importantes implicaciones para la teorización sobre el currículum. Asimismo, es conocida su influencia sobre
las teorías de autoras y autores dedicados al desarrollo de pers- pectivas más específicamente curriculares.
Como hicimos con otros autores, vamos a limitarnos a sus libros iniciales, particularmente a La educación
como prdctica de la libertad (1%7) ya Pedagogía del oprimido (1970). En verdad, Pedagogía del oprimido
representa mejor el pensamiento por el cual sería reconocido internacionalmente. La educación como prdctica
J
en el currículum, algunos de los temas que serían
centrales en la teoría poscolonialista. Ya en
I
88 centraran en el currículum, éste no es, sin embargo, su preocu- pación central. En verdad, Bernstein fue dejando
de mencionar el término currículum, si bien el mismo está implícito en varias fases de su teoría de los «códigos».
Sin embargo, su teoría es, al menos en parte, una teoría sociológica del currículum. Pero Bernstein no está
interesado por el «contenido» propiamente dicho del currículum. No pre- gunta por qué se enseña ese tipo específico
de conocimiento y no otro, ni tampoco por qué ese conocimiento particular se considera válido y aquel otro, no. Está
más interesado por las relaciones estructurales entre los diferentes tipos de conoci- mientos que constituyen el
currículum. Bernstein quiere saber cómo está estructuralmente organizado el currículum. Además, se pregunta cómo
los diferentes tipos de organización del currí- culum se vinculan con principios diferentes de poder y de con- trol.
Por ejemplo, en sus primeros artículos, Bernstein distin- guía dos tipos fundamentales de organización estructural
del currículum: el currículum tipo «colección» y el currículum «integrado». En el currículum tipo colección, las
áreas y campos del conocimiento se mantienen aislados, separados. No hay per- meabilidad entre las diferentes áreas
del conocimiento. En el currículum integrado las distinciones entre las diferentes áreas del conocimiento son mucho
menos nítidas, mucho menos marca- das. La organización del currículum obedece a un principio englobador al cual
se subordinan todas las áreas que lo componen. Bernstein acuñó un término para referirse al mayor o menor grado
de aislamiento y separación entre las diversas áreas del conocimiento que constituyen el currículum: «clasificación».
Cuanto mayor es el aislamiento, mayor la clasificación. La clasi- ficación es una cuestión de fronteras. La
clasificación responde, básicamente, a la pregunta: ¿qué cosas pueden permanecer jun-
tas? Un currículum de tipo tradicional, marcadamente organiza- do en torno a las disciplinas académicas
tradicionales, sería, en la jerga de Bernstein, muy clasificado. Un currículum interdiscipli- nar, sería, por contra,
poco clasificado.
Sin embargo, Bernstein insiste en que no se pueden separar las cuestiones del currículum de las cuestiones de la
pedagogía y de la evaluación. No se puede separar, en otras palabras, el análisis de lo que forma una organización
válida del conocimiento de aquello que constituyen las formas válidas de transmisión y eva- luación del
conocimiento. Este autor concede particular atención a la cuestión de la pedagogía, a la cuestión de la transmisión.
Independientemente de la forma en que se organice el conoci- miento -más o menos clasificada- hay variaciones en
cómo se transmite. El estudiante, por ejemplo, puede tener mayor o menor control sobre el ritmo de la transmisión.
Los objetivos pueden ser más o menos explícitos. La división del espacio puede ser más o menos rígida. Los
criterios de evaluación pueden ser más o menos explícitos. Podemos, por ejemplo, imaginar una clase tradicional: el
profesor decide qué enseñar, cuándo enseñar, con qué ritmo; decide los criterios por Los que se puede decir si el
estudiante ha aprendido o no. El espacio de transmisión es también rígidamente limitado. Comparemos esa situación
con una clase centrada en el alumno, con una clase constructivista: la organización del espacio es mucho más libre.
Los estudiantes tie- nen un grado mucho mayor de control sobre el tiempo yel ritmo de aprendizaje. En
compensación, los objetivos y los criterios para saber si esos objetivos se alcanzan son muchos menos explí- citos.
Esta característica del proceso de transmisión, Bernstein la designa con el término «enmarcamiento». Cuanto mayor
es el control del proceso de transmisión por parte del profesor, mayor es el enmarcamiento. De este modo, la
enseñanza tradicional 89
tiene un fuerte enmarcamiento, en tanto que la enseñanza cen- trada en el alumno apenas si está enmarcada.
Bernstein hace una distinción importante entre poder y con- trol. El poder está esencialmente ligado a la
clasificación. Como hemos visto, la clasificación dice qué es legítimo o ilegítimo incluir en el currículum. La
clasificación es una expresión de poder. Si estamos hablando de cosas que se pueden hacer y de cosas que no,
estamos hablando de poder. Por otro lado, el con- trol se refiere esencialmente a la forma de la transmisión. El
con- trol está asociado al enmarcamiento, al ritmo, al tiempo, al espa- cio de la transmisión.
Las nociones de poder y de control de Bernstein son bastante distintas de las empleadas en otras perspectivas
críticas sobre el currículum, sobre todo de las marxistas. Están, en cierto sentido, más próximas a la noción de
poder de Foucault. Para Bernstein, el poder no es algo que distorsiona el currículum o la pedagogía (la
transmisión). Esa noción de poder como un factor de distor- sión implica vislumbrar una situación de no-poder
y, por lo tanto, no distorsionada. En la concepción de Bernstein, se trata simplemente de diferentes principios
de poder y de control. Un currículum con una débil clasificación, por ejemplo, en el cual las fronteras entre los
diferentes campos sean poco nítidas, no significa ausencia de poder, sino simplemente que está organiza- do
según principios diferentes de poder. Del mismo modo, no se puede decir que, en una forma de transmisión en
la que los estu- diantes tienen un poder mayor de decisión sobre los diversos aspectos de la pedagogía (ritmo,
tiempo, espacio), el control esté ausente. Simplemente entran en acción otros principiof de con- trol, más
sutiles, pero no por eso menos eficaces. En verdad, en la medida en que implican una evidencia mayor de
estados sub- jetivos del educando, pueden ser hasta más eficaces.
Ahora bien, la cuestión crucial para Bernstein es: ¿cómo se aprenden las actitudes de clase? ¿Cómo las
estructuras de clase se traducen en estructuras de conciencia? Y aquí entra el concepto, importantísimo, de
«código». El código es precisamente la gra- mática de la clase. El código es la gramática implícita y diferen-
cialmente adquirida por las personas de las diferentes clases, una gramática que les permite distinguir entres
los distintos contex- tos, distinguir cuáles son los significados relevantes en cada con- texto y cómo expresar
públicamente esos significados en los con- textos respectivos. En una conferencia dada en Santiago de Chile,
Bernstein dio un ejemplo bastante ilustrativo del concep- to de código. Aunque su ejemplo no se refiera
propiamente a un código de clase, sino a un código nacional, podemos fácilmente imaginar un ejemplo similar
ligado a la clase. Bernstein dio el ejemplo del ritual en Chile de besar en las mejillas para saludar en los
encuentros sociales. Como extranjero, encontraba suma- mente difícil saber cuándo besar, a quién besar, cómo
besar. ¿Besar sólo a las mujeres o a los hombres también? ¿En qué situa- ciones besar? ¿Qué lados de la cara
besar? ¿Cuántas veces? Los chilenos sabían distinguir entre los diferentes contextos (aquí cabe besar, aquí no),
sabían cuáles eran las formas de beso apro- piadas en cada contexto y sabían cómo expresarlas en cada uno de
esos contextos. Tenían un código: un conjunto de reglas implícitas.
Es el código lo que conecta las estructuras macrosociológicas de la clase social, la conciencia individual y las
interacciones sociales del nivel micro sociológico. Bernstein no tiene una defi- nición muy clara del concepto
de clase social. Su concepto de clase social está muy ligado al concepto de división social del tra- bajo de
Durkheim. La clase social es simplemente la posición que las personas ocupan en la división social del trabajo:
si es más 91
especializada o menos especializada, si está más o menos relacio- nada con la producción material o la
producción simbólica ... Pero lo importante es que la posición ocupada en la división social determina, el tipo
de código aprendido. El tipo de código determina por su parte, la conciencia de la persona, lo que pien- sa y,
por lo tanto, los significados que produce en la interacción social. Con esta base, Bernstein distingue entre dos
tipos de códi- gos: el código elaborado y e! código restringido. En e! código ela- borado, los significados
realizados por la persona -el «texto» que produce- son relativamente independientes del contexto local. Al
contrario, en el código restringido, el «texto» producido en la interacción social es muy dependiente del
contexto.
92
Podemos imaginar, por ejemplo, dos grupos de niños descri- biendo un grabado cualquiera. Un grupo de niños
tiende a darle descripciones que dependen del hecho de que e! grabado esté presente para series inteligible.
Pueden decir, por ejemplo, que «el niño está allá abajo» o «él está alIado de ella». Otro grupo, sin embargo,
tiende a describir el grabado de una forma en que puede prescindir de su presencia. Pueden decir, por ejemplo,
que «el niño está debajo de un gran árbol» o «el niño mayor está al lado del niño más pequeño». En los
términos de Bernstein, el primer grupo de niños está utilizando un código restringido, mientras que el segundo
está utilizando un código elaborado. No existe, en la argumentación de Bernstein, ninguna jerarquía entre los
dos códigos. Son, simplemente, códigos culturales diferentes. ¿Cómo se relaciona esto con el currículum y la
pedagogía? En la perspectiva de Bernstein, el código se aprende en diversas acti- vidades sociales, dentro de
las familias y en la escuela. Sin embargo, sier,npre se aprende e! código, de forma implícita, viviendo en las
estructuras sociales en las que e! código se expre- sa. el caso de la educación, esas estructuras se expresan por
medio del currículum, de la pedagogía y de la evaluación. En el caso del currículum, no se aprende el código a
través del conte- nido explicito de las áreas de! conocimiento o de su ideología. El código se aprende
implícitamente a través de la mayor o menor clasificación del currículum o a través del mayor o menor
enmarcamiento de la pedagogía. Es la estructura del currículum o de la pedagogía lo que determina qué
modalidades de códigos se aprenderán.
La investigación inicial de Bernstein estaba muy ligada a las temáticas centrales de la reforma educativa de los
años sesenta. De un lado, estaban las preocupaciones sobre el fracaso escolar de los niños y jóvenes de las
clases trabajadoras. De! otro, la época era fecunda en reformas educativas que procuraban disminuir las di-
visiones entre la enseñanza académica tradicional, dirigida a las clases dominantes, y la enseñanza más
orientada a la profesionali- zación, destinada a la clase trabajadora. En ese contexto, el esfuer- zo de Bernstein
consistía en identificar las razones de aquel fraca- so, así como comprender e! papel de las diferentes
pedagogías en el proceso de reproducción cultural, sobre todo e! pape! de aque- llo que él llamó la «pedagogía
invisible». l1ediante el desarrollo de los conceptos de código elaborado y código restringido, Bernstein quería
llamar la atención sobre la discrepancia entre e! código elaborado supuesto por la escuela y el código
restringido de los niños de la clase trabajadora, discrepancia que podría estar en el origen de su fracaso escolar.
Más allá de eso, yendo en direc- ción contraria al pensamiento educativo considerado «progresis- ta», la teoría
de Bernstein ponía en duda el pape! supuestamente «progresista» de las pedagogías centradas en el niño
entonces en boga. Para él, esas pedagogías simplemente cambiaban los prin- cipios del poder y del control en
el seno del currículum, dejando intactos los principios del poder de la división social.
93
94
La teorización de Bernstein no tuvo el impacto que tal vez mereciese, en parte a causa de su lenguaje complejo y
relativa- mente oscuro. Su teorización se fue volviendo cada vez más for- mal a lo largo de los años, y acabó siendo
casi matemática. Si conseguimos penetrar en esa aparente impenetrabilidad hay mucho que aprender de ella.
Continúa mostrándonos, sobre todo, que es imposible comprender el currículum (y la pedago- gía) sin una
perspectiva sociológica. Finalmente, una teorización crítica de la educación no puede dejar de preguntarse cuál es el
papel de la escuela en el proceso de reproducción cultural y social. Es evidente que el currículum ocupa un lugar
central en ese proceso. La sociología de la educación de Bernstein nos ayuda a comprender mejor ese papel.
Lecturas
Aun cuando no sea propiamente una teoría, la noción de «currículum ocultO» ejerció una fuerte y extraña
atracción en casi todas las perspectivas críticas sobre el currículum. La noción de currículum oculto estaba implícita,
por ejemplo, en el análisis que Bowles y Gintis hicieron de la escuela capitalista norteamericana. Allí, a través del
«principio de corresponden- cia», las relaciones sociales en la escuela, más que su contenido explícito, eran las
responsables de la socialización de los niños y jóvenes en las normas y actitudes necesarias para una buena
adaptación a las exigencias del trabajo capitalista. Pese a que no estaba directamente relacionada con la escuela, la
noción de ideología desarrollada por Althusser en la segunda parte de su famoso ensayo, Ideología y los aparatos
ideológicos del Estado, sugería ya, en cierto modo, la exitencia de un «currículum ocul- to». Como hemos visto,
Althusser daba una definición de ide- ología que destacaba su dimensión práctica, material. La ideo- logía, según
esta definición, se expresaba más a través de rituales, gestos y prácticas corporales que a través de manifesta- ciones
verbales.
95
La ideología «se aprendía» a través de esas prácticas: una defi- nición que se aproxima bastante a la definición
del currículum oculto. En la teorización de Bernstein, por ejemplo, los códigos de clase se aprendían a través
de la estructura del currículum y de la pedagogía. Pero el concepto de currículum oculto se extendió mucho
más allá de estos ejemplos, siendo utilizado por casi todas las perspectivas críticas del currículum en su
período inicial.
96
A pesar de esa utilización crítica, el concepto tiene su origen en el campo más conservador de la sociología
funcionalista. El concepto fue tal vez utilizado por primera vez por Philip Jackson, en 1968, en el libro Life in
ctassrooms. En palabras de Jackson, «en los grandes grupos, la utilización del elogio y del poder que se
combinan para dar un sabor distinto a la vida de la clase colec- tiva forman un currículum oculto, que cada
estudiante (y cada profesor) debe dominar si quiere tener éxito en la escuela». Robert Dreeben, en un libro
titulado On What Is Learned In School, ampliaría y desarrollaría esa definición funcionalista del
«currículum oculto». Estos autores funcionalistas ya destacaban la determinación estructural del currículum
oculto. Eran las características estructurales de la clase y de la situación de ense- ñanza, más que su contenido
explícito, las que «enseñaban» cier- tas cosas: las relaciones de autoridad, la organización espacial, la
distribución del tiempo, los patrones de recompensa y castigo.
Lo que distinguiría la utilización funcionalista del concepto de la empleada por las perspectivas críticas sería,
esencialmente, la deseabilidad o no de los comportamientos que se enseñaban, de forma implícita, a través del
currículum ocuIto. En esta visión, los comportamientos así enseñados eran funcionalmente necesarios para el
buen funcionamiento de la sociedad y, por lo tanto, desea- bles. En el análisis de Dreeben, por ejemplo, la
escuela, a través del tratamiento impersonal que, en contraste con la familia, pro-
porciona, enseña la noción de universalismo necesaria para el per- fecto funcionamiento de las sociedades
«avanzadas». Por el con- trario, en los análisis críticos, las actitudes y comportamientos transmitidos a través
del currículum oculto se consideran indesea- bles, una distorsión de los auténticos objetivos de la educación,
en la medida en que moldean a los niños y jóvenes para adaptarse a las injustas estructuras de las sociedad
capitalista. El ejemplo más claro lo proporciona tal vez el análisis de Bowles y Gintis. Para ellos, la escuela, a
través de la correspondencia entre las relaciones sociales que enfatiza y las relaciones sociales predominantes
en el lugar de trabajo, enseña a los niños y jóvenes de las clases subor- dinadas a conformarse a las exigencias
de su papel subalterno en las relaciones sociales de producción.
Pero ¿qué es, al final, el currículum oculto? El currículum oculto está constituido por todos aquellos aspectos
del ambiente escolar que, sin formar parte del currículum oficial, explícito, contribuyen, de forma implícita, a
los aprendizajes sociales rele- vantes. y ahora concretaremos cuáles son esos aspectos y aprendi- zajes, esto
es, «qué» se aprende en el currículum oculto y a través de qué «medios». Para la perspectiva crítica, lo que se
aprende en el currículum oculto son fundamentalmente actitudes, compor- tamientos, valores y orientaciones
que permiten que niños y jóvenes se ajusten de la forma más conveniente a las estructuras ya las pautas de
funcionamiento, consideradas injustas y antide- mocráticas y, por lo tanto, indeseables, de la sociedad
capitalista. Entre otras cosas, el currículum oculto enseña el conformismo, la obediencia, el individualismo. En
particular, los niños de las cla- ses trabajadoras aprenden las actitudes propias de su papel de subordinación,
mientras que los niños de las clases propietarias aprenden los rasgos sociales apropiados a su papel de domina-
98
Finalmente, es importante saber qué hacer con un currículum oculto cuando encontramos ante éL En la
teorización crítica, la noción de currículum oculto implica la posibilidad de tener un momento de lucidez en el
que identificamos una determinada situación como un elemento del currículum oculto. La idea es que un
análisis basado en ese concepto nos permite volvernos
i I
-j
1! I ¡ ~ II1
conscientes de algo que hasta entonces estaba oculto a nuestra conciencia. El asunto consiste en desvelar el
currículum oculto. Parte de su eficacia reside precisamente en su naturaleza oculta. Lo que está implícito en la
noción de currículum oculto es la idea de que si conseguimos desvelarlo, se tornará menos eficaz y deja- rá de
tener los efectos que tiene por la única razón de ser oculto. Supuestamente, esa conciencia permite modificarlo.
Ser cons- ciente del currículum oculto significa, en cierto modo, anularlo. Obviamente, el concepto de
«currículum OCUltOli cumplió un papel importante en el desarrollo de una perspectiva crítica sobre el
currículum. Expresaba una operación fundamental del análisis sociológico, que consiste en describir los
procesos sociales que moldean nuestra subjetividad, comO si fuera a espaldas nuestras, sin nuestro
conocimiento consciente. El concepto encierra una preocupación sociológica permanente por los procesos
«invisi- bles}" por los procesos que están ocultos a la comprensión común que tenemos de la vida cotidiana.
En eso reside, tal vez, precisa- mente, su atracción. La noción de «currículum oculto}) constituía, así, un
instrumento analítico de penetración de la opacidad de la vida cotidiana en el aula. Es comO si volviera
repentinamente transparente aquello que normalmente aparecía como opaco. {( Voila, ahora lo veo ... " En
ese sentido, el concepto sigue siendo importante, a pesar del predominio de un postestructuralismo que enfatiza
más la «visibilidad» del texto y del discurso que la «invisibilidad,) de las relaciones sociales.
conscientes de algo que hasta entonces estaba oculto a nuestra conciencia. El asunto consiste en desvelar el
currículum oculto. Parte de su eficacia reside precisamente en su naturaleza oculta. Lo que está implícito en la
noción de currículum oculto es la idea de que si conseguimos desvelarlo, se tornará menos eficaz y deja- rá de
tener los efectos que tiene por la única razón de ser oculto. Supuestamente, esa conciencia permite modificarlo.
Ser cons- ciente del currículum oculto significa, en cierto modo, anularlo. Obviamente, el concepto de
«currículum OCUltOli cumplió un papel importante en el desarrollo de una perspectiva crítica sobre el
currículum. Expresaba una operación fundamental del análisis sociológico, que consiste en describir los
procesos sociales que moldean nuestra subjetividad, comO si fuera a espaldas nuestras, sin nuestro
conocimiento consciente. El concepto encierra una preocupación sociológica permanente por los procesos
«invisi- bles}" por los procesos que están ocultos a la comprensión común que tenemos de la vida cotidiana.
En eso reside, tal vez, precisa- mente, su atracción. La noción de «currículum oculto}) constituía, así, un
instrumento analítico de penetración de la opacidad de la vida cotidiana en el aula. Es comO si volviera
repentinamente transparente aquello que normalmente aparecía como opaco. {( Voila, ahora lo veo ... " En
ese sentido, el concepto sigue siendo importante, a pesar del predominio de un postestructuralismo que enfatiza
más la «visibilidad» del texto y del discurso que la «invisibilidad,) de las relaciones sociales.
conscientes de algo que hasta entonces estaba oculto a nuestra conciencia. El asunto consiste en desvelar el
currículum oculto. Parte de su eficacia reside precisamente en su naturaleza oculta. Lo que está implícito en la
noción de currículum oculto es la idea de que si conseguimos desvelarlo, se tornará menos eficaz y deja- rá de
tener los efectos que tiene por la única razón de ser oculto. Supuestamente, esa conciencia permite modificarlo.
Ser cons- ciente del currículum oculto significa, en cierto modo, anularlo. Obviamente, el concepto de
«currículum OCUltOli cumplió un papel importante en el desarrollo de una perspectiva crítica sobre el
currículum. Expresaba una operación fundamental del análisis sociológico, que consiste en describir los
procesos sociales que moldean nuestra subjetividad, comO si fuera a espaldas nuestras, sin nuestro
conocimiento consciente. El concepto encierra una preocupación sociológica permanente por los procesos
«invisi- bles}" por los procesos que están ocultos a la comprensión común que tenemos de la vida cotidiana.
En eso reside, tal vez, precisa- mente, su atracción. La noción de «currículum oculto}) constituía, así, un
instrumento analítico de penetración de la opacidad de la vida cotidiana en el aula. Es comO si volviera
repentinamente transparente aquello que normalmente aparecía como opaco. {( Voila, ahora lo veo ... " En
ese sentido, el concepto sigue siendo importante, a pesar del predominio de un postestructuralismo que enfatiza
más la «visibilidad» del texto y del discurso que la «invisibilidad,) de las relaciones sociales.
conscientes de algo que hasta entonces estaba oculto a nuestra conciencia. El asunto consiste en desvelar el
currículum oculto. Parte de su eficacia reside precisamente en su naturaleza oculta. Lo que está implícito en la
noción de currículum oculto es la idea de que si conseguimos desvelarlo, se tornará menos eficaz y deja- rá de
tener los efectos que tiene por la única razón de ser oculto. Supuestamente, esa conciencia permite modificarlo.
Ser cons- ciente del currículum oculto significa, en cierto modo, anularlo. Obviamente, el concepto de
«currículum OCUltOli cumplió un papel importante en el desarrollo de una perspectiva crítica sobre el
currículum. Expresaba una operación fundamental del análisis sociológico, que consiste en describir los
procesos sociales que moldean nuestra subjetividad, comO si fuera a espaldas nuestras, sin nuestro
conocimiento consciente. El concepto encierra una preocupación sociológica permanente por los procesos
«invisi- bles}" por los procesos que están ocultos a la comprensión común que tenemos de la vida cotidiana.
En eso reside, tal vez, precisa- mente, su atracción. La noción de «currículum oculto}) constituía, así, un
instrumento analítico de penetración de la opacidad de la vida cotidiana en el aula. Es comO si volviera
repentinamente transparente aquello que normalmente aparecía como opaco. {( Voila, ahora lo veo ... " En
ese sentido, el concepto sigue siendo importante, a pesar del predominio de un postestructuralismo que enfatiza
más la «visibilidad» del texto y del discurso que la «invisibilidad,) de las relaciones sociales.
El concepto, sin embargo, fue desgastándose, lo que tal vez explique su declive en el análisis educativo crítico.
Hubo proba- blemente una cierta trivialización del concepto. Algunos análisis se limitaban a «perseguir»
ejemplos de currículum oculto por todas partes, en un esfuerw de catalogación, olvidándose de sus conexiones
distinción entre hipótesis geométricas e hipótesis astronómicas propuesta por Kepler. He aquí su importancia trascendental.
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86
Epistemología de la Didáctica. Un campo de fuegos cruzados: modelo de análisis de dimensiones valorativas
l. Introducción
Pablo Vicari Universidad de Buenos Aires, Argentina pablovicari@gmail.com
La cuestión de los fundamentos, objeto y razón de ser de la Didáctica que durante siglos no ofreció mayores discusiones hoy constituye
un campo abierto a reflexiones y controversias. La necesidad educativa de atender al binomio inclusión-calidad hace que pensar la
Didáctica, en nuestro caso desde la epistemología, sea un desafío ineludible.
Desde su aparición sistemática en el siglo XVII la Didáctica se asume como un saber prescriptivo-normativo que busca reunir las reglas
a seguir por el maestro para que los estudiantes "aprendan mejor". Pero tras la claridad de tal sentencia aparecen cuestiones que se tornan
problemáticas. ¿Qué implica "reglas de enseñanza para aprender mejor"? ¿Bajo qué criterios? Esta pregunta que otrora hubiese sido
impropia por su naturalizada respuesta hoy conmueve los fundamentos de la disciplina. La razón de ser de la Didáctica estaría en mejorar
la enseñanza para lograr un mejor aprendizaje pero qué es un buen aprendizaje dependerá de un conjunto complejo de criterios propios
de la disciplina que se enseña y de las prioridades que la sociedad tenga en función de la formación de las nuevas generaciones.
Esta dificultad no es privativa de la Didáctica, los saberes reunidos en la órbita de las "ciencias de la educación" constituyen, en análisis
de Tenti Fanfani (1998), un campo de baja estructuración yautonomía relativa que no presenta las características que, según Bourdieu,
son propias de un campo científico 1. Así también Gimeno Sacristán (1978) ve las complejidades de un ámbito heterogéneo y disperso
que, según su análisis, se debe al uso que hace de teorías descriptivo-explicativas provenientes de otras disciplinas científicas como la
psicología, la sociología, la economía, la epistemología, entre otras, sin que medien procesos de integración.
87
!"
Este uso de teorizaciones provenientes de otros campos, muy especialmente del campo psi, nos permite comprender el intento de
clarificar la naturaleza de la Didáctica subsumiéndola dentro del ámbito de la psicología del aprendizaje. Así algunos pedagogos
(Márquez, 1983, y Novak, 1977) afirmaron que la tarea educativa devine actividad "racional, consciente y científica" cuando se reconoce
el vínculo existente entre la práctica educativa y los fundamentos psicológicos que allí operan. Son numerosas las didácticas
1Un campo científico clarifica sus intereses, objetivos específicos, presenta un hábitus que permite el juego entre sus integrantes y consolida una estructura en la cuál
se dan las luchas y distribución del capital específico.
sostenidas en las corrientes actuales de la psicología cognitiva,
fundamentación de la normatividad pedagógica, pero estas
de las obras de Piaget, Vigotsky, Bruner y Ausubel, para
nombrar sólo los más utilizados. últimas no se pueden reducir a una psicología aplicada. Por
Sin embargo este intento recibió numerosas críticas. La esta razón es necesario que nos detengamos en dilucidar qué
extrapolación de algunas teorías gestadas fuera del marco pueden y qué no pueden aportarnos las teorías del aprendizaje
escolar para pautar allí las acciones suscitó reservas. Aunque a la didáctica" (Contreras Domingo, 1990: 80).
hay acuerdo en que la ciencia psicológica brinda las bases
conceptuales para comprender los procesos de aprendizaje y el La compleja trama de los procesos de enseñanza demanda la
desarrollo, la Didáctica quedaría empobrecida y simplificada comprensión de los contextos propiamente escolares y sus
si tan solo es la fase aplicable de una psicología educacional. lógicas internas articuladas: -aula, escuela, nivel, modalidad,
Los críticos ven allí el peligro de un reduccionismo sistema educativo, etc. "Finalmente, la enseñanza tiene un
empobrecedor. componente teleológico, intencional, que desborda la
Contreras nos advierte que toda didáctica presupone una naturaleza descriptiva o explicativa de las teorías del
psicología del aprendizaje pero no puede reducirse a ella: aprendizaje. La teoría y la práctica pedagógicas están
atravesadas por una intencionalidad en el sentido de cómo
"[ ... 1 Hay una gran diferencia entre el reconocimiento de intervenir para provocar determinados cambios en línea con
que en toda formulación teórica o en toda práctica de una finalidad que también está sujeta a discusión y debate."
enseñanza se halla incrustada una concepción de aprendizaje, (Araujo 2006:48)
y tratar de defender que la enseñanza tenga que ser una De esta forma, tras reconocer el complejo estado de la
derivación técnica, mecánica y directa, de las teorías del cuestión, el presente trabajo busca ensayar una reflexión
aprendizaje. Por supuesto que el análisis y explicación de los filosófica que centre su atención en cómo se articulan los
fenómenos de aprendizaje suponen una aportación valores epistémicos y no epistémicos (ético-políticos) en el
incuestionable a la crítica de las prácticas didácticas y a la campo de la didáctica.
1.11. Tensiones epistemológicas en el campo de la articula:
Didáctica.
• Valores epistémicos: la cuestión de la "verdad" de los
La presencia de valoraciones que podríamos llamar técnico- conQcimientos a enseñar y la selección de los mismos,
metodológicas ha sido propia del campo disciplinar de la • Valores ético-políticos: la cuestión de la promoción del bien
Didáctica pero la pedagogía critica ha mostrado los peligros común, la libertad y la justicia.
de que tales valoraciones hegemonicen la planificación, puesta • Valores técnico-metodológicos: la cuestión de la eficiencia y
en acto y evaluación de las practicas de enseñanza. De esta eficacia de las estrategias para llegar a la meta.
forma un campo tradicionalmente preocupado por encontrar la
metodología más eficaz se complejiza y se convierte en un Se presentan de forma combinada y los abordajes
ámbito de entrecruzamientos valorativos que deben ser fragmentarios generan falsas oposiciones que analizaremos
explicitados y puestos en análisis para ejercer acciones seguidamente como obstáculos a superar en las elaboraciones
pedagógicas de carácter profesional. didácticas contemporáneas.
y de bien. Sin embargo tales concepciones no son las que 11.1. Teorías criticas del curriculum vs. Metodología de la
están siendo discutidas y funcionan tácitamente en la acción enseñanza
didáctica. La cuestión de la evangelización en el contexto de
una Europa de reformas religiosas pauta la verdad y el bien a Esta falsa oposlclon se asimila a aquella que Feldman (2004)
alcanzar. Para lograrlo, la cuestión es cuestión de método, caracterizaba como la querella entre "los críticos y los
universal y para todos, cómo lo es Dios y el orden del mundo. prácticos", la escisión entre quienes conciben la teoría de la
Por su parte en el ejemplo de Tyler, un realismo científico enseñanza como una reflexión sociocultural sobre los
naturalista-positivista funciona como criterio epistemológico y mecanismos ocultos de poder y reproducción y quienes la
los valores del industrialismo califican como virtud primordial entienden como una ingeniería sutil para potenciar la calidad
la adaptabilidad de los individuos al incorporarse a las líneas de los aprendizajes.
La pedagogía crítica se enfrenta a la racionalidad técnica, a la
de producción. Pero en el estado actual de los debates ninguno lógica mercantil y desmitifica el carácter neutral de la
escolaridad y del currículum. Asume que toda pedagogía es
de los elementos de la práctica pedagógica puede asumirse
política y pone a discusión nuevas temática antes no
tácitamente sin pasar por el tamiz de la reflexión y
desarrolladas: qué se enseña, por qué, a quiénes beneficia un
explicitación. Ni la validación y selección de contenidos, ni la
determinado formato escolar, cuál es el sentido de aquello que
perspectiva ético política pueden saltearse o darse por
se dice, de aquello que se enseña sin decir, e incluso de
sentadas. En toda acción pedagógica intervienen al menos tres
aquello que se omite y silencia por completo, entre otras
dimensiones analizables, diferenciables pero inescindibles e
cuestiones.
irreductibles entre si. Una racionalidad práctica que ponga en
Clásicos autores de las teorías de la reproducción social y de
discusión el "deber ser", el "conocer" y el "camino" para
la teoría pedagógica de la resistencia han sído Althusser,
lograrlo pondría en funcionamiento una Didáctica potente y
Bourdieu, Passeron, Baudelot, Establet, Berstein, Foucault,
acorde a las discusiones vigentes.
Bowles y Gintis, para nombrar sólo algunos desde esta
perspectiva. En el análisis de Araujo (2006) esta pedagogía
Esquemáticamente podemos decir que la acción pedagógica
permitió destronar ciertos mitos del liberalismo, a saber:
que el sistema escolar ofrece iguales oportunidades a todos los complejidad de las prácticas efectivas (Gimeno Sacristán,
individuos de la sociedad para lograr el desarrollo individual, 1989) y la presencia de valores ético-políticos. Esta
la movilidad social, la igualdad económica y la conquista del reconcepción de lo metodológico subsanaría a una de las
poder político; advertencias más acertadas de la teoría crítica: el peligro que
• la visión de la educación como una práctica apolítica; la función del magisterio se reduzca a la aplicación mecánica
• el mito de la homogeneidad del sistema escolar y de la de recetas, que el maestro sea simplemente un autómata
objetividad del conocimiento que circula en las escuelas, entre aplicador de operaciones prediseñadas por expertos en otros
otros. ámbitos.
Diferente seria concebir al maestro como el creador original
Esta perspectiva, aunque heterogénea en su interior, converge de la propuesta curricular siempre nueva y el diseñador de las
en la critica a la Didáctica tecnocrática y eficientista. Gimeno estrategias adecuadas a momento, el tema, el grupo y la
Sacristán dedica una de sus obras mas significativas a mostrar situación sociocultural que los atraviesa. Pensar la
los problemas de la "pedagogía eficientista de los objetivos" construcción metodológica por fuera del paradigma
(Sacristán, 1978). tecnocrático podría salvar al docente de su triste rol de mero
Dado estos desarrollos teóricos ya incorporados al campo técnico que aplica procedimientos y reubicarlo en el lugar de
disciplinar seria inviable llevar a cabo una Didáctica que los experto en el campo-aula y creador de caminos nunca
desconozca. Pero así también, en la línea de Davini (1996) y idénticos aunque no por ello ininteligibles o irracionales.
Eldestein (1996) podríamos afirmar que una Didáctica que
omita la dimensión metodológica podrá devenir teoría
11.11. Carácter neutral de las teorías vs. Carácter valorativo
curricular o sociología de la enseñanza pero ya no será una
(éticopolítico) de las aplicaciones
Didáctica y su potencial será solo parcial para el ejercicio
efectivo. Omitir !a cuestión de las reglas y estrategias del
Desde las concepciones filosófica, incluso tradicionales en el
cómo enseñar, un desprecio por la metodología sería en
campo de la epistemología (Bunge, 1997), los desarrolios de
nuestro análisis "arrojar al niño al tirar el agua sucia".
aplicación técnica están siempre imbuidos de valoraciones
Este menosprecio por el método es también consecuencia de
ético políticas. En todo caso la discusión es el lugar que los
una caricaturización, pensar que el método es una lista de
valores ocupan en las teorías científicas.
pasos uniformes a seguir para todas las situaciones y todos los
Sin embargo, en el campo de la Didáctica el método fue
contenidos, universal, neutral, un camino eficaz.
concebido desde la matriz eficientista como neutral y objetivo.
Varias son las falsedades en torno al "método" que dibujan la
Desde nuestro análisis de dimensiones valorativas tanto el
caricatura que luego critican, a saber,
método seguido como las teorías en sí mismas adscriben a
concepciones de bien y de verdad; en todo caso el problema
radica en ocultar o no tales compromisos.
90 La aplicación de una metodología no es neutral, por ejemplo
• Que la preocupación por la metodología es caer bajo el una enseñanza que valora el rol libre y activo del sujeto así
embrujo tecnocrático (que no atiende al sentido y a la validez como los ideales de justicia social y educativa raramente
crítica de los conocimientos ). podría aplicar como metodología principal
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96
Libro impreso por:
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r! 1I previamente soUdtada.
ISBN 950-29-0292-0
trabajo final. Estos diversos aportes nos han permitido enriquecer la pro- puesta inicial y llegar así a esta
presentación que, de todos modos, no deja de ser un punto de partida para seguir pensando sobre una
, lodiee
Presentación ........................................................................ 11
Presentación
Este libro está escrito por profesores de filosofía y dedicado, en primer lugar, a colegas. Partimos pues de una
complicidad inicial, fruto de un interés y una actividad comunes, la filosofía y la docencia. Esta complicidad
inicial puede traducirse en necesidades, inquietudes, anhelos compartidos. En efecto, la enseñanza filosófica
nos plantea cotidianamente, en tanto profesores, la necesidad de asumir un com- promiso múltiple: qué
enseñar, cómo hacerlo, para qué. Si bien esta inquietud es común a la enseñanza de cualquier asignatura, en el
caso de la filosofía, dada la dificultad en fijar un "objeto" de estudio y aun un modo de proceder, dados los
movimientos oscilantes de su histo- ria, en fin, dada la pluralidad de lo filosófico, la cuestión se torna algo más
compleja.
Esta complicidad inicial también reconoce un diagnóstico mu- chas veces insatisfactorio en nuestra tarea
docente. En este sentido, a menudo percibimos que hay una distancia significativa entre las expec- tativas
propias y ajenas en cuanto a los resultados de nuestra práctica en el aula. Nos preguntamos si realmente tiene
allí lugar una reflexión filosófica o en qué medida somos capaces de pensar filosóficamente, docentes y
estudiantes. También reconocemos las dificultades que sole- mos tener para alcanzar este propósito.
Si pretendemos que de nuestras escuelas, y en especial de nues- tros cursos de filosofía, salgan personas
capaces de pensar la realidad y que ese pensar les sirva para estar en mejores condiciones de deci- dir su
relación con el mundo, debemos comenzar por dirigir la mirada analítica sobre nuestra práctica cotidiana de
enseñar filpsofía. Y más aún, debemos extender esta mirada a nuestra propia inquietud de formación
permanente o actualización: ¿por qué y para qué quere- mos capacitarnos o actualizarnos?, ¿cómo imaginamos
que los nue- vos aportes se reflejarán en nuestra actividad?, ¿qué cambiaría en nues-
12 La filosofía en la escuela / A. Cerletti - W. perspectiva propiamente fi losófica. Esto supone,
Kohan entre otras co- sns, tener presente las condiciones
actuales de producción de un sa- ber filosófico y
las posibilidades de su enseñanza. Este espectro de
tra posición o situación de profesores de filosofía fttllsllsis es muy amplio e incluye en especial una
en la institución don- de trabajamos? Así, problemática que ha atrftvcsado de maneras muy
estaremos también mejor situados para compren-
dispares nuestro mundo político-ideoló- gico y
der los alcances e implicaciones de nuestras
inquietudes más usuales e inmediatas (" ¿qué cultural, y también la vida adolescente: nos
temas serán más interesantes?", "¿cómo hacer más
entretenida la clase?"). Pues estas demandas referimos a la deno- minada, confusamente,
puntuales se constituyen a partir de necesidades
originadas en múltiples factores (personales, posmodernidad o condición posmoderna. ""'mol
institucionales, sociales) que es preciso revisar.
¿"Qué nos lleva a focalizar nuestros alumnos inmersos en un espacio socio-cultural
requerimientos en términos de estrategias de
entretenimien- to?", "¿qué relación guarda nuestra predomi- ... m.nt. posmoderno y, a la vez, en una
práctica y sus requerimientos con aquellas
institución escolar, es-
motivaciones primeras que nos llevaron a la
.s
filosofía?", "¿qué papel desempeña la filosofía en
el diseño curricular de nuestra institu- ción?" son • hllt6rlcamente, moderna. .u./a la última
ejemplos de interrogantes posibles. Revisar el
origen y las consecuencias de nuestros
excepción al self-service generaliza- .,.,.., .1
requerimientos iniciales es también condi- ción de
posibilidad de una capacitación filosófica malentendido que separa esta institución de sus 1ft
concebida como prác- tica crítica. Esto nos aum.nto: la escuela es moderna, los alumnos son
permitiría comprender mejor nuestras posibilida-
des y limitaciones, facilitándonos proponer nuevas
.IIa tI.ne por objeto formar los espíritus, ellos le
relaciones pedagó- gicas.
La mirada atenta volcada sobre la enseñanza
._."lón Ilotante del joven telespectador; la
filosófica desnuda el interrogante sobre aquello a
que nos referimos cuando hablamos de filosofía, escuela tien-
en la actualidad y frente al mundo adolescente. El
proble- ma del sentido (que desde el pragmatismo Presentación 13
a veces se asimila con la utilidad) de la filosofía
en la escuela de hoy, debe abordarse desde una
de, según Condorcet, a "borrar el límite entre la enseñanza de la filosofía obliga también,
porción grosera y la porción iluminada del género correlativamente, a tematizar el lugar y la función
humano"; ellos retraducen este objetivo del profesor de filosofía, en tanto pensador activo
emancipador en programa arcaico de sujeción y y promo- tor de la reflexión, compartida con sus
confun- den, en un mismo rechazo de la autoridad, jóvenes interlocutores. La prác-
14 La filosofía en la escuela / A. Cerletti - W.
la disciplina y la transmi- sión, el maestro que
Kohan
instruye y el amo que domina. ¿Cómo resolver esta
contradicción? "Posmodernizando la es- cuela",
afirman substancialmente tanto los gestionarios tica filosófica en el aula debería partir, entonces,
como los reformadores. Estos buscan los medios de los intereses y las inquietudes que emergen de
la propia experiencia, para volverse re- flexión y
de aproximar la formación al consumo ... puesta en cuestión de esa experiencia. En otros
términos, podríamos decir que la filosofía en la
(Finkielkraut, A., La derrota del pensamiento (1987), escuela coloca en la superficie aquellos valores,
trad. cast., Barcelona: Anagrama, 1990, p. 131)
saberes, prácticas y creencias que subyacen a la
cotidianeidad, y que la discusión filosófica en las
Formación y consumo se han transformado en los
aulas deviene problematización y cuestionamiento
referentes principales de una tensión constante
compartido de aquel subyacente de la experiencia
para nuestra actividad, que pone de manifiesto las
común.
condiciones actuales en que se inscriben la
enseñan- za filosófica y la filosofía. Centrar la Esta forma de acceso múltiple a la posibilidad de
atención en estos rasgos nos permitirá considerar la filosofía en la escuela no tendría mayor sentido
nuevas alternativas didácticas, sobre lo que cree- si se manifestara como una impo- sición externa
mos puede ser una base común con nuestros arbitraria y carente de Significación para el
estudiantes; pero, fun- damentalmente, nos estudiante. Tampoco se trata de intentar seducir al
posibilitará pensar el espacio social y cultural en "público" estudiantil apro- piándonos de sus temas
el que nos movemos y en el que se inscribe y problemas ocasionales, pretendiendo des- pertar
nuestra práctica. intereses filosóficos aletargados o ausentes. En esta
tarea se estará siempre en una infranqueable
desventaja, sobre todo frente a la presencia actual
La cuestión es que nosotros estamos en el interior
de los multimedios, en buena medida
de la cul- tura del posmodernismo hasta un punto
potenciadores de un consumo tan indiscriminado
tal en donde su rechazo sin más es tan imposible
como irreflexivo. "Posmodernizar" o
como cualquier festejo irreflexivo, y am- bas se
"adolescentizar" la enseñanza conduce
igualan como actitudes complacientes. Un juicio
inexorablemente a quedarse a mitad de camino
ideológico sobre el posmodernismo hoy en día
entre dos mundos. Además, podría incluso colabo-
implica necesariamente una reflexión sobre
rar en una tarea de fragmentación que acentuaría
nosotros mismos así como sobre los artefactos
la pasividad y la sumisión. Se trata más bien de
problematizados. pensar conjuntamente por qué son significativos
ciertos temas o qué construcciones culturales y
(Jameson, F., "Las políticas de la teoría . Posiciones sociales hacen que adquieran vigencia. Se trata pe
ideológicas en el debate posmodernista", en Ensayos cultivar una forma de mirar el mundo circundante,
sobre el posmodernismo (1984), trad. cast., Buenos una manera no ingenua de vincularnos con nuestra
Aires: Imago Mundi, 1991, p. 100) experiencia. El acercamiento filosófico a la
cotidianeidad, entonces, no puede plantearse como
Una aproximación filosófica al problema de la un simple recurso didáctico más, sino que debería
adoptarse como un intento de establecer un punto también en un cierto modo de repensar Y
donde se apoye una manera de pensar repreguntar viejas cuestiones, vividas de nuevo
eminentemente cuestionadora en los estudiantes, por nues- tra experiencia hasta llegar a
para abrir a partir de allí nuevos campos de signi- transformarlas. Del mismo modo, la filosofía está
ficaciones y sentidos. presente en una cierta forma de generar nuevos
interrogantes, surgidos de las nuevas relaciones
[ ... ] el secreto para despertar la necesidad de con el mundo. Enton- ces, la filosofía se aleja de la
la filosofía -sin la cual su enseñanza sería, más posibilidad de volverse una práctica esté- ril y se
que oana, dañina, porque engen- draría la vuelve en nosotros una auténtica exigencia de
aversión o el escarnio que acompañan siempre a cuestionar una y otra vez los caminos que marcan
la in- comprensión- está precisamente en las situaciones de nuestro tiempo.
establecer un punto de apoyo sobre Intereses ya En este libro intentaremos recorrer un trayecto que
operantes y vivos para mover al espíritu hacia el cruza gran parte de los temas anteriormente
camino que desemboca en los problemas señalados. Partiremos del análisis de la tarea del
filosóficos. La filosofía no debe presentarse profesor de filosofía y su relación con las
como una región nueoa y separada de aque- condiciones actuales para la reflexión filosófica en
la escuela. Esto nos conducirá a centrar la atención
Presentación 15 sobre un problema siempre presente: la
autorreflexión filosófica, la pregunta de la
filosofía sobre ella misma. Finalmente,
lIas en que suele detenerse la mente del joven; propondremos un posible camino para otorgar un
debe presentarse como el desemboque natural senti- do actual a la filosofía en la escuela, en
de muchos caminos que suele reco- rrer. El relación con su enseñanza. Cada capítulo
interés debe nacer de la realidad concreta de la representará un intento de aproximación parcial en
vida espiri- tual vivida por el mismo joven; de la búsqueda de este sentido. Por este motivo, no
esta vida espiritual el maestro debe hacer debe extrañar que va- yan apareciendo múltiples
brotar la necesidad de la investigación acercamientos (sobre todo a las ideas de
filosófica, la cual, al salir de la intimidad del 16 La filosofía en la escuela / A. Cerletli - W.
espíritu como exigencia propia, ya no corre el Kohan
riesgo de esterilizarse en su propia fuente.
(Mondolfo, R., Problemas de cultura y educación,
práctica filosófica y de enseñanza), que recién su
Buenos Aires: Hachette, 1957, p. 138)
tratamiento global permitirá integrar.
En este texto, publicado hace casi cuarenta años, No anima este trabajo una inquietud meramente
Mondolfo afirmaba la necesidad de la filosofía y metodológica ni tampoco un interés esencialmente
de la indagación filosófica. Necesidad surgida del teórico sobre la enseñanza filo- sófica. Creemos
camino conocido de la vida y la realidad reco- que es imposible deslindar estos dos aspectos. Una
rridas. Necesidad de pensar e indagar un mundo y mirada filosófica sobre su disposición didáctica
una realidad con- creta. Necesidad nacida de algo debería permitir re- plantear el sentido de la
cercano, conocido, no ajeno. La filo- sofía se práctica docente y, con ello, las estrategias
desliza por la experiencia propia, individual y ocasionales de enseñanza, en un marco unificado y
colectiva, por el continuo que conforman las complementario. Lo metodológico y lo teórico,
prácticas pasadas, presentes y futuras. La filosofía abordados integralmente, ofrecen un campo para
está ahí, en una cierta manera de abrir los pensar qué hacemos al enseñar filosofía. Nos
problemas e intereses que nos atraviesan; pero propone- mos, en fin, ofrecer entrelazar los qué,
los cómo y los para qué de la enseñanza de la
filosofía bajo el prisma de su sentido. la problemática del género en la filosofía; este
Hemos acompañado cada capítulo con una variada estudio puede echar luz sobre algunas cuestiones
selección de textos (algunos de ellos muy opuestos de las que la escritura de este libro no ha podido
a nuestras posturas), con el objeto de posibilitar un dar cuenta. Por cierto, en todo momento
diálogo más amplio con las propuestas del libro. intentamos dialogar con profesoras y profesores,
Toda selección implica, por cierto, omisiones y filósofos y filósofas, alumnas y alumnos, mujeres
exclusiones. Con el objeto de acercar al lector y hombres.
material más o menos reciente, hemos privilegiado Las lecturas que acompañan cada capítulo tienen
la inclusión de fragmentos de escritos de pensa- como objeti- vo permitir pensar a partir de algunos
dores contemporáneos. En este mismo sentido, interrogantes surgidos del libro y también con el
tradujimos algunos textos que no se encuentran en material seleccionado, para alimentar así una
castellano, como una forma de ofre- cer un vuelta sobre la práctica que eventualmente pueda
material de difícil acceso. Optamos también por la proyectarse al aula. Se
fluidez y la vivacidad de las lecturas; por ello,
hemos incluido un buen número de reportajes y Presentación 17
ensayos breves que aportan agilidad sin quitar
profundi- dad a la reflexión. Hemos tratado de
elegir fragmentos cuyo conteni- do ofrezca una intentará de esta manera abrir un espacio a la
autonomía tal que permita atenuar la inevitable reflexión filosófica, que invite a la crítica ya la
descontextualización que supone el recorte de un creatividad.
texto más extenso. Agregamos, entre paréntesis, el Cierra el volumen una selección bibliográfica que
año de edición original de cada tra- bajo cuando incluye traba- jos tenidos en cuenta en la
difiere del año de publicación, con el fin de elaboración este libro, y otros, que buscan ampliar
facilitar su ubicación temporal. Por último, los horizontes de las temáticas abordadas y
incluimos un trabajo de San MacColl que aborda profundizar algu- nas cuestiones puntuales.
Parte 1
La lealtad a la filosofía significa no permitir que el miedo disminuya nuestra capacidad de pensar.
M. Horkheimer, Crftica de 10 razón instrumental
Capítulo 1
El profesor de filosofía y la filosofía
Deseo tender un puente entre la cátedra y la vida. La filosofía pierde su dignidad si se convierte en un juego
malabar de proposiciones abstractas, sin contenido real. Me dirijo a quienes, sin el ocio necesario para
ahondar el secreto esotérico de las especulaciones filosóficas, experimentan, sin em- bargo, una obsesionan te
inquietud espiritual.
Korn, A., Sistema Filosófico
Enseñar disciplinas filosóficas implica poner en juego una prácti- ca teórica concreta, un ejercicio riguroso del
pensamiento sobre pro- blemáticas contextualizadas. La filosofía, a diferencia del saber científi- co, dirige la
mirada crítica a todo supuesto o fundamento (volviéndose incluso sobre sí misma). Se trata, por lo tanto, de un
pensar radical. No sólo porque no acepta ninguna afirmación "porque sí" sino porque revisa y discute, en cada
caso, las razones que pretenden justificarlas.
La filosofía en la escuela / A. Cerletti - W.
22 función docente. Desde la formación profesional,
Kohan
la institución educativa involucra al docente en
saberes y prácticas que son, deliberadamente o no,
reproductoras y legitimadoras de los valores y
En filosofía toda afirmación es susceptible de creencias (sociales y culturales) dominantes. En
reflexión y revisión. En cada caso, habrá que nuestros tiempos, los distintos niveles edu- cativos
explicitar y debatir supuestos, consecuencias, están siendo atravesados por saberes y prácticas
implicancias. Allí se manifiesta su carácter que intentan reproducir y legitimar valores Y
creencias fundamentalmente mercan- tiles y
radicalmente crítico.
empresariales. Esto es, se impone progresiva y
Así pues, el aula de filosofía es (o tendría que ser)
uniformemente una operatividad cada vez más
el ámbito por excelencia donde esta apertura al
tecnocrática que privilegia la "eficien- cia", la
pensamiento crítico diera sentido a toda
"productividad" y la "utilidad", desde una lógica
intervención didáctica. Los contenidos a
seleccionar y las metodologías a emplear se que evalúa, fríamente, costos y beneficios. Con
implican y se enlazan muy estrechamente, no
siendo posible, a riesgo de perder lo más esta perspectiva el docente suele terminar
Significativo de la inquie- tud filosófica,
cumpliendo una función de ejecución o mera
abordarlos de manera independiente. Es por esto
reproducción de pautas y valores, por lo general
que las modalidades de enseñanza que se adopten diseñadas externamente, frente a las que tiene
estarán orientadas o condicionadas (en forma escaso poder de reflexión y decisión. En el mejor
explícita o no) por el sentido que se atribuye a la de los casos podrá transformarse en un buen gestor
o administrador de los saberes y las prácticas filosóficos, y en general, a los hombres cientificos con los
filósofos, - en que justo aqul se dé rigurosamente "a cada uno
pensadas por otros. Un desempeño de este tipo
lo suyo·, a los primeros no demasiado, y a los segundos no
garantiza comporta- mientos predecibles, demasiado poco. Acaso para la educación del verdadero
conductas organizables y controlables, prácti- filóso- fo se necesite que él mismo haya estado alguna vez
cas estandarizables Y jerarquizables, no sólo en también en todos esos niveles en los que permanecen, en los
que tienen que permanecer sus servi- dores, los obreros
los estudiantes sino también en los profesores. científicos de la filosofla; él mismo tiene que haber sido tal
Entonces, el docente habrá pasado a for- mar vez crítico y escéptico y dogmático e historiador y, además,
parte, por 10 general de manera acrítica, de un poeta y coleccio- nista y viajero y adivinador de enigmas y
dispositivo funcio- nal que lo lleva a reproducir moralista y vidente y "espíritu libre" y casi todas las cosas, a
fin de recorrer el circulo entero de los valores y de los
valores que mantienen y profundizar la sentimientos de valor del hombre y a fin de poder mirar con
dominación impuesta por el capitalismo muchos ojos y conciencias, desde la altura hacia toda lejanla,
contemporáneo. Estos valo- res se originan, desde la profundidad hacia toda altura, desde el rincón hacia
fundamentalmente, en el mercado o en las toda amplitud. Pero todas estas cosas son únicamente
condiciones previas de su tarea: esta misma quiere algo
estrategias empresariales. distinto, - exige que él cree valores. Aquellos obreros
fJ profesor de filosofía y la filosofía 23 filosóficos modelados según el noble patrón de Kant y de
Hegel tienen que establecer y que reducir a fórmu- las
cualquier gran hecho de valoraciones - es decir, de anteriores
posiciones de valor, creaciones de valor que llegaron a ser
Si los tres momentos del concepto son la dominantes y que durante algún tiempo fueron llamadas
enciclopedia, la pedagogía y la formación "verdades" - bien en el reino de lo lógico, bien
Lecturas
(Deleuze, G.,- Guaitari, F., ¿Qué es la filosofía? (1991),
trad. cast., Madrid: Anagrama, 1993, p. 18.)
Texto 1
Nietzsche, F., Más allá del bien y del mal (1885), trad. cast.,
Madrid: Alianza, 1994, Parte VI, sección 211, p. 154-5.