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¿Cómo Saber Hacia Donde ir…

si no Sabes Quien Eres? 

¿Alguna vez has tenido hambre emocional? Somos cuerpo, mente y alma, pero, ¿le damos la
importancia que verdaderamente tienen? Si ejercitamos correctamente las emociones, ¿por qué
se producen tantos suicidios, ansiedad o trastornos alimenticios? Una parte de nosotros está
pidiendo atención, pero solemos silenciarla.

Habitualmente te imponen qué decir, qué pensar y qué sentir, hablando de emociones como si
fueran buenas o malas. Apenas prestamos atención a las emociones, motivadas por 3 factores:

1. Falta de vulnerabilidad: Nos encontramos en una sociedad microondas, de lo instantáneo.


Conseguir las cosas de manera fácil, bueno, barato y que no requiera esfuerzo. Corremos a
todas partes, no teniendo ni un solo momento para detenernos. La tendencia a vivir deprisa
apenas deja tiempo para la reflexión, pero lo aceptamos porque es muy incómodo quedarse a
solas consigo mismo. La vulnerabilidad es incómoda porque parece que te hace algo más débil,
más humano.
2. Pérdida de la empatía: Somos una especie social, sin embargo, nos sentimos más solos
que nunca. Esto viene motivado en gran parte por la superficialidad de las relaciones. El modo
en el que nos relacionamos es opuesto a la vulnerabilidad. La superficialidad genera falta de
empatía. Vivir en comunidad requiere empatía.
3. Identidad no definida: Cuando no eres capaz de mostrarte a otros como verdaderamente
eres, algo falla. El error reside es que tenemos un falso concepto de nosotros mismo. ¿Existe la
verdadera vocación a tu alrededor? Cuando no se tiene una identidad definida, te sientes
perdido, inseguro. Si no sabes quien eres, cómo saber hasta donde se puede llegar.
Puede que cuando salgas a la calle y te rodees de personas te sientas cómodo, feliz. ¿Qué sucede
cuando vuelves a casa? Continúa esa sensación o por el contrario, aparecen los miedos, las
inseguridades, el reencuentro con tu voz más íntima y personal, aquellas cosas de la vida que no te
gustan.

Hazte la siguiente pregunta: ¿La gente quiere a la persona o al personaje? ¿Te sientes solo?
Aislándote por querer dejar de fingir. El poder de la vulnerabilidad te permite mostrarte tal y como
eres, nada merece más la pena que ser vulnerable porque te hace poderoso (no débil). Te hace ser
consciente de que tienes defectos.
A veces, solo se requiere interactuar de otro modo para comprender quienes te quieren
verdaderamente tal y como eres. No todo el mundo quiere hablar de temas profundos,
inseguridades o complejos personales. Cuando se interactúa e intercambia opiniones con otros, se
deja de estar solo.

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