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oe Alicia Hartmann Lala Altschuler - Raquel Aquesta - Graciela Cerrutti - Patricia Garcia Monica Imen - Graciela Kahanoff - Carla De Miguel - Graciela Ravizzoli AUN LOS NINOS PSICOANALISIS Y SUBJETIVIDAD DEL NINO EN NUESTRA EPOCA Leia Escaneado con CamScanner Acerca de los padres por Graciela Cerruti Que el andlisis de un nifio no es sin los padres es un tema sobre el cual los psicoanalistas, mas alld de la linea tedrica en la que nos ubiquemos para pensar un paciente, coincidimos. Es interesante detenerse sobre ciertas particularidades que a inclusién de los padres supone. La multiplicidad de cues- tiones que se suscitan es muy amplia y plantea muchos pro- plemas te6ricos y técnicos. ‘Al Hospital de Niifios, los nifios concurren acompaniados por sus madres. Ocasionalmente, se cuenta también con la presen- cia ms o menos intrusiva, segtn los casos, de alguna abuela, tia o vecina solidaria. No es habitual la presencia de los padres varones en la consulta. Es frecuente que éste haya llegado has- tala puerta trayendo a su familia en el taxi o esté sentado en la sala de espera para Ilevarlos de vuelta a casa. Seguin las gene- rales de la ley, papa va a trabajar y mamé se ocupa de los chi- cos, especialmente si de salud o educacién se trata. La Unidad de Psicopatologia inaugura una excepcién en pessria ee el requerimiento de la presencia de das nite a la consulta. La variedad de respuestas obteni- eae parse requerimiento, es sorprendente: desde recibir ver”, “ocupate ie ‘yo en eso no creo”, ino tengo nada que des por haber. es A concurrir complacidos y agradeci- a transitar: una nce os en cuenta. Significativos caminos solicita a nuestro reclamo relata ha- Escaneado con CamScanner os ber explicado a su marido que “los Psicélogos te requisito que vayan los padres para después ee como co”; con ese argumento, el marido acepté concurrig Cel hi. nos comun es la versién “amenaza”: “Mire que no tan No me. po para perder, pregunte lo que quiere saber Porque yo tiem. hoy y no vengo mas.” Vengo Escuchar reiteradamente “no puedo Perder “tengo cosas que hacer...”, “yo no entiendo de eso” sar qué particular lugar ocupa para cada adulto la crianza q los nifios. En los tiempos socioeconémicos actuales, la piaiég y el malestar alcanzan niveles dificiles de Soportar, poniendg a los adultos cada vez mds al Ifmite de sus Posibilidades psi- quicas. El agobio genera enojo e irritacién. Los ambientes fa. miliares se tornan violentos. Los hdbitos familiares se ven modificados, con fines adap- tativos generdndose, en muchos casos, un alto grado de insa- tisfaccién. Al respecto es interesante observar una modifica- cin significativa en la organizacién del sistema familiar. Con mayor frecuencia los padres varones se quedan en en casa: cuidan de los nifios, hacen la comida, los Ievan al colegio. La falta de trabajo hace que los hombres queden desocupados antes que las mujeres, quienes atin pueden emplearse, con relativos buenos sueldos, en el servicio doméstico. Estamos frente a un particular cambio de roles: hombres realizando tareas hogarefias en relacién a los nifios, mamas trabajando afuera; un cambio cuyos efectos atin no se puede evaluar, aun- que si se puede observar que esta presencia de “papa en casa no garantiza la eficacia de la funcién paterna. Insistir sobre la necesidad de la presencia de ambos pa- dres, sortear el “no” 0, por lo menos, intentarlo, ha trafdo be- neficios significativos en nuestro quehacer. Para no dar luger a equivocos, cabe aclarar que esa “presencia” puede, en oe siones, no ser concreta. Se ha trabajado durante ocho mes tiempo,» » hace pen. 172 Escaneado con CamScanner con una acompafiaba el tratamiento de su hijito de 5 afios, el cual padecfa importantes inhibiciones y “retraso adurativo’s sin que su padre concurriera realmente al hos- pital. Elsefior trabajaba en un lugar alejado de Capital y, por de horario, era imposible que estuviera presente. Sin ba de estarlo. Escribfa notas, esperaba “el embargo, 8° 0cUPS rte de las charlas “con la doctora” y reflexionaba junto a su mujer. También hacfa llegar sus desacuerdos. Menos resistida, pero igualmente dificil, resulta a veces la convocatoria a involucrarse de las mamés, en la probleméti- cade los nifos. La sefiora antes mencionada, consideraba que gus reuniones con el terapeuta, tal como lo expres6, “eran un ra que se ocuparan de su hijo”, pero no du- requisito formal pa luirse emocionalmente en sus relatos. de la clinica, intentamos s complejos caminos sinnumero de preguntas: gEs posible el ifio sin el acuerdo ‘de el/los padres? ¢En encia de los padres el soporte del po- eden ser diferentes los ] que traen manifiesto éutico a los padres sin dividual de un nifio? sefiora que dar respuesta 4 un tratamiento de un n qué medida es la transfer: tencial transferencial de un nifio? Pu: motivos de consulta de un nifio, de aque! sus padres? 4Como dar un espacio terap invadir 0 superponerlo con el espacio in Un lugar, otra mirada... al, no lo dejaste ser muy el doctor me lo explique. ie] no es como quien “Yo le dije a ella, ‘éste nos salié m: macho que digamos’. No necesito que Sin desmerecerlo, yo ya lo sabia. Ezequi dirfa, todo un hombrecito. Ella lo tuvo muy entre sus polleras. Ahora con esto peor, le tienen que operar los testiculos, y ya me lo arruinaron para siempre... A ella le faltan 4nimos, los chicos la pueden, los dos mas grandes los agarré, los saqué a 173 —| Escaneado con CamScanner ndieron lo que es la vida. No hace fal lo veo asf, la cosa esta jugada.., ae Me para m{ los psicélogos no existen, digo algo, + 10 Sirven la calle y apre digan nada, yo no lo tome a mal, para nada.” Este parrafo, extraido de una entrevista de admisi¢ 16n, bor. dea de modo paradigmatico, algunas de las cuesti nos ocupan. José es uno de esos padres que dicen set al saber médico, al que “con todo respeto” deccalitcal ie los psicélogos que no tienen por qué meterse, “cada = lo" a Jo suyo”. Y por supuesto “no” a su presencia en el heart que, en principio, no va a volver: “Hoy vine porque ella no # sabe explicar.” e La mama de do las certeras afi Ezequiel no dice palabra. Sdlo mira asintien- maciones de su marido. Sin embargo, con- curre a una segunda entrevista. Sola con Ja terapeuta habla de su preocupacién por Ezequiel y explica que “no es tonto ni marica, sino un chico dejado del padre”. Describe muchas virtudes de Ezequiel y, a modo de justificacion, aclara que no Jo prefiera sino que trata de compensar el recha- ZO. Rechazado por bueno, por no ser violento, por no patotear. Manifiesta sin demasiados reparos SU sufrimiento y denun- cia los arranques violentos del marido frente a “algo que no se puede, que no sale bien 0 como a élle gusta”. Ezequiel na- cid con una malformacién congénita y desde ahi el papa no lo acepto. Eloisa queria ayuda a que su hijo aprendiera 4 defen- derse y no sufriera. Ella estaba dispuesta @ traerlo. : un espacio terapéutico {Qué hacer? Indudablemente abrir individual para Ezequiel parecia necesario. Se contaba, ade mas, con la posibilidad de trabajar con Ja mama. Pero algo ha- cia obstéculo a la hora de implementar la estrategia- Indicat al nifio tratamiento, aumentar sus citas en el hospital, 6° Jo confirmaria a los ojos del padre en ese lugar de enferm?, le- pil e incapaz? No colaboraria a alejarlo mas de él,@ ubicarlo es que ella Escaneado con CamScanner | res in-validas? Estos y otros interrogan- Hlevaron & decidir no continuar sin José. Desafio transfe- sal, apuesta que fue, de inicio, una contienda. rencial, OP «perdida” la primera batalla. Dejar del lado del Sedio capacidad de ayudar a Ezequiel sin la colabo- de José, “sin todo lo que él sabia y podfa explicarnos”. El saber erade ély era necesario. ; rs 2 i Ast convocado, José se “hizo un tiempito para venir”. Mas adelante se acordaria que entre “su calle y los libros de la te- rapeuta” Se podria hacer algo bueno por sus hijos. Segundo tiempo: mas dificil resulté abordar el tema de las emociones dolorosas, de la impotencia, el dolor, las ganas de llorar, el odio de un hombre que, criado en la calle, abandona- do por sus padres, se prometié a si mismo sacar a Eloisa y a sus siete hijos de debajo de la autopista y no lo estaba pudien- do lograr. ‘Términos como: duro, macho, jnsensible, circulaban con insistencia en su discurso. Mientras José y el terapeut sa, sin abrir la boca, mejoraba su a! bajo como modista y tenia largas charlas con sus hijos donde planteaba “su modo de ver las cosas”, que a veces no concorda- ba con lo que su marido proponia. Se opuso definitivamente a que los chicos jugaran a cruzar la autopista, batiendo récords de tiempo y los obligé a todos a colaborar con tareas minimas en el hogar. “Hablo con ellos de lo que siento”, sefiala. 2 Un corrimiento de sentidos parecia haber sucedido. De la incapacidad de un niio a la impotencia de los grandes. Del lu- : ea fe “ano” a la inclusién del “otro”. Del ocultamiento a la po- jero ee) in quedar “solo” en la “lucha por la vida”. Del agu- fs tiftune aa Ja inscripeién de la falta en tanto limite real El a ae al mismo, tiempo inaugura otras opciones. la mano d e zequiel en su familia se habia modificado de le papa. También el sentido de su tratamiento co- el Jado de las muje a confrontaban “saberes”, Eloi- specto fisico, conseguia tra- 17% Escaneado con CamScanner ~~ menzado meses antes. Los efectos fueron notorios bios observados en Ezequiel, quien dejé de Portar et 108 cam. de la debilidad y el fracaso. emblema Recorridos similares transitados con ‘ franqueables obstaculos cuando no tangy ee ae Ih. nos ubican cada vez mas en la importancia del trab; ee péutico con los padres. aJO tera. Se trata de instalar ciertas coordenadas, en las que si tablezca una transferencia que haga posible el tratamient, de un nifio. Escaneado con CamScanner

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