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EL CASO DE LA LOTERÍA DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Fernando de Trazegnies

El Líder había anunciado en su campaña electoral que, si resultaba elegido, disolvería el Congreso
y el Poder Judicial, declararía sin vigencia la Constitución y asumiría personalmente todos los
Poderes del Estado, con el objeto de crear una nueva sociedad. Las bases de esta nueva sociedad
estarían dadas por un mayor acercamiento a Dios y una reivindicación social de aquellos que se
encontraban económicamente postergados y explotados por la actual clase propietaria. Luego de
una intensa campaña, el Líder obtiene una votación verdaderamente abrumadora y resulta elegido
Presidente de la República. Inmediatamente, de acuerdo a su programa, disuelve el Congreso y da
al país una nueva Constitución en la que los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial quedan
concentrados en sus manos sin limitación alguna. Además, para facilitar la labor de transformación
social, la nueva Constitución establece que las leyes podrían ser retroactivas y que no se necesita
su promulgación para que entren en vigencia sino que basta que sean firmadas por el Líder.

Desarrollando las líneas de su filosofía política, considera que los hombres no son suficientemente
religiosos porque se han sobrevalorado a sí mismos: encandilados por los progresos materiales de
la humanidad en los últimos tiempos, han olvidado que todo hombre es limitado y mortal, que el
único Poder Absoluto es Dios. Por consiguiente, la actividad del Gobierno destinada a incrementar
la religiosidad deberá consistir en formar a los ciudadanos a tomar conciencia de su condición
contingente; hay que recordarles vívidamente lo que en otros tiempos era evidente: Que todo
hombre debe morir, que nadie sabe cuándo y que ningún hombre puede llevarse sus bienes al otro
mundo. Para ello, bajo la custodia permanente de la División Blindada, se instala en la Plaza
Principal una gigantesca urna giratoria donde se encuentran desglosadas las hojas del Registro
Electoral. Esta urna fue oficialmente bautizada como la “Lotería de la Vida y de la Muerte” en una
ceremonia solemne a la que asistió el Líder y su Consejo de Asesores. Cada mañana un funcionario
hace girar varias veces la urna y extrae una hoja del Registro: Las personas cuyos nombres se
encuentran en dicha hoja, deben ser fusiladas dentro de las 48 horas. Así, todo hombre tendrá
más vivamente presente que cualquier mañana puede ser decretada su muerte y vivirá de manera
más coherente con esta condición humana; según el líder, la única actitud consecuente de los
ciudadanos es centrar sus vidas en algo que está más allá de la Vida y de la Muerte, es decir, en
Dios.

Por otra parte, hay personas que no pueden llegar a Dios porque nunca se liberan suficientemente
de sus inferiores necesidades materiales; la tarea de subsistir les ocupa todo su tiempo y no les
queda oportunidad para pensar en la Divinidad. Estos son los Pobres. Es, pues, preciso otorgarles
los medios materiales que les permitan abrir sus vidas a la Trascendencia. Y mejor aún si con las
mismas medidas se contribuye a intensificar el sentimiento de riesgo y la conciencia de su propia
contingencia en los burgueses, demasiados confortables y seguros. Para eso se coloca una
segunda urna en la Plaza Mayor, a la que se le denomina “Lotería de los Pobres”. En ella se
encuentra copia de todas las declaraciones juradas del impuesto sobre el patrimonio. Cada día se
extrae al azar una de estas declaraciones y al propietario correspondiente se le confiscan más
predios rústicos o urbanos; cualquiera que sea su extensión o valor. Esos predios son adjudicados
a no-propietarios, seleccionados igualmente al azar.

Sin embargo, pronto el Líder advierte que existen ciertas personas que colaboran decididamente
con la tarea del Gobierno y sin cuyo apoyo intelectual, moral o económico, no sería posible
alcanzar los objetivos políticos propuestos. Esta situación se hace patente cuando el más
importante de los asesores del Líder resulta sorteado para el fusilamiento. Si se cumple con la Ley,
toda la política futura del Gobierno se encuentra comprometida. El Líder considera que a este tipo
de personas debe corresponderle los últimos turnos a fin de no paralizar la transformación; no se
trata de favoritismo sino de estricta consecuencia con los objetivos generales del Estado. Por eso,
da una ley con carácter retroactivo por la que los nacidos en luna llena no están sometidos a la
Lotería. El asesor es el único de la lista de ese día que nació en luna llena y, por tanto, sale libre. Al
día siguiente, esta ley de excepción es derogada, pero cada vez que resultan sorteadas personas
con posiciones claves para la Revolución, se dan nuevas leyes retroactivas de excepción que se
derogan inmediatamente después de que han tenido la virtualidad de liberar a una determinada
persona. Un procedimiento similar de excepción se crea, en base a las mismas razones de Estado,
respecto de la Lotería de los Pobres.

Sin embargo, esta Lotería de los Pobres redistribuye la propiedad en forma demasiado lenta para
las aspiraciones del Gobierno y los deseos de los presuntos favorecidos. En parte, las excepciones
frecuentes distorsionan el sistema y crean focos de frustración entre los no propietarios. Por eso,
el Líder comprende la necesidad de acelerar el proceso. En consecuencia, firma leyes que no son
promulgadas y que sólo conocen las dependencias estatales encargadas de la redistribución de
propiedad, en las que se establecen nuevas causales de confiscación; éstas operan como
“directivas secretas” que sólo se dan a conocer cuando se produce el hecho mencionado por ellas.
Así, por ejemplo, una persona pinta su casa de amarillo; al día siguiente su casa es confiscada
porque una ley no promulgada sancionaba ese color con la expropiación. Otra persona omitió
colocar en su fábrica el cartel que indicaba el nuevo horario de trabajo para el verano; la fábrica es
confiscada porque una ley establecía que no cumplir con las obligaciones laborales es causal de
confiscación y un Decreto Supremo “secreto” reglamentaba esa ley interpretando que la simple
omisión del cartel del horario configuraba ya la causal. Algún tiempo después, se modificaron las
antiguas sanciones legales, para reducirlas a dos: muerte y confiscación de todos los bienes en
algunos casos; confiscación de ciertos bienes en otros casos. Así, toda infracción de tránsito era
castigada con la confiscación del automóvil; pero si se trataba de un choque que había alterado la
normal circulación de vehículos durante más de 10 minutos, se imponía pena de muerte y
confiscación general de bienes para ambos conductores. Finalmente, a fin de apresurar la
redistribución, el Líder dio una ley por la que se imponía un tributo a toda propiedad –salvo la
adquirida por adjudicación de su Gobierno– por un importe equivalente al valor de la propiedad;
todo aquel que no estaba dispuesto a pagarlo, perdía el bien. Pronto el Líder reinó sobre un
pueblo descontento constituido por parientes de muertos o confiscados. Incluso los adjudicatarios
de la Lotería de los pobres temían caer algún día en la Lotería de la Vida y de la Muerte o que el
Líder inventara en el futuro algún otro tipo de Lotería que los perjudicaría.

El Gobierno del Líder ha sido derrocado. Tanto el Líder como sus principales asesores se
encuentran presos, aún cuando todavía no existe acusación formal contra ellos. El país entero
enfurecido por los actos del gobierno anterior, pide las más severas sanciones para el Líder y sus
asesores y que se regularice la situación de la propiedad pues la aplicación de las leyes del Líder ha
dado origen a una tal confusión de derechos que nadie sabe ya lo que le pertenece. Con este
motivo surge un debate público sobre las medidas a adoptar, en el que usted tiene que tomar
parte.

1. Que, no obstante el Líder había anunciado en su campaña electoral que asumiría


personalmente todos los Poderes del Estado y fue elegido por abrumadora mayoría ¿Usted cree
que está legitimado para proceder de tal forma?

2. ¿Considera que los fines que persigue el Líder son buenos? De ser afirmativa su respuesta, la
pregunta sería ¿Es a través de una regulación jurídica que se puede lograr estos fines?

3. Es evidente que las leyes promulgadas por el Líder, transgreden derechos, sin embargo,
¿Podemos afirmar que al haber acumulado todos los poderes, cuenta con esas facultades?

4. Qué opinas de las leyes otorgadas con Retroactividad y qué de las No Publicadas?

5. ¿Cómo sancionaría al Líder (si procede) y como regularizaría la situación de la propiedad?

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