Sunteți pe pagina 1din 4

Trastorno negativista desafiante

En muchos casos, los niños y adolescentes suelen mostrarse reacios a seguir las
normas establecidas, incluso con las figuras de autoridad. A pesar de que esto
puede ser  parte de la etapa de vida en la que se encuentran, en ocasiones, puede
tratarse de un problema mayor.

El trastorno negativista desafiante se caracteriza por un patrón de conducta hostil,


desafiante y desobediente ante padres y figuras de autoridad. Esto sucede de
manera recurrente. El inicio del trastorno se da durante la infancia y está
caracterizado por dificultades en el desarrollo social, emocional y académico, al
igual que en el ámbito familiar (Monsalve Robayo et al., 2017).

¿Por qué se produce el trastorno negativista desafiante?

Es un trastorno que inicia a partir de los 3 años de edad, en la etapa escolar o en


la adolescencia. Algunos estudios indican que hay mayor prevalencia en niños.
Existen varios factores que influyen en su aparición, se sugieren los siguientes:

 Genéticos: Estas conductas disruptivas pueden ser heredadas de los


padres.
 Ambientales: Existe más probabilidades de que el trastorno se presente
en un ambiente conflictivo. En otras palabras, puede ser producto de
problemas intrafamiliares, disfuncionalidad, maltrato o abuso, hacinamiento,
entre otros.
 Psicológicos: Los niños que presentan apego inseguro con los
padres, crianzas muy estrictas o negligentes. Así mismo, se ha observado
que si los padres tienden a sufrir depresión, los niños son más proclives a
desarrollar este trastorno.
 Sociales: Un ambiente inseguro o rodeado de violencia, sumado a una
situación socioeconómica baja, influyen con más fuerza en estos casos.
 Comorbilidad: Estudios indican que quienes padecen de otros trastornos
como el Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o el trastorno disocial
de la conducta, pueden estar relacionados.

Bases neurológicas del trastorno negativista desafiante.

Fonseca-Parra y Rey (2013) realizaron un estudio en el que indicaron que quienes


padecen este trastorno suelen presentar ciertas características a
nivel neuropsicológico. Dentro de sus hallazgos, encontraron un menor
desempeño en las habilidades metalingüísticas, conceptuales y de expresión
verbal.

Adicionalmente, manifestaron que había menor capacidad de


organización, flexibilidad cognoscitiva al momento de tomar decisiones. Su fluidez
verbal y memoria verbal (codificación y diferida) se ven disminuidas. Estas
características son similares a las encontradas en quienes padecen trastorno
disocial.

Diagnóstico del trastorno negativista desafiante

Los criterios diagnósticos que se deben tomar en cuenta para este trastorno,
según la American Psychiatric Association (Manual Diagnóstico – DSM-V) son:

a) Enojo o irritabilidad: A menudo pierde la calma, está susceptible a molestarse


con facilidad. Se muestra resentido o enfadado frecuentemente.

b) Discusiones o actitud desafiante: Por ejemplo, constantemente discute con la


autoridad o los adultos, desafiando las normas propuestas. Puede llegar a ser
disruptivo o molesto con los demás de forma deliberada. No asume las
consecuencias de sus actos y culpa a los demás por ellos.

c) Se muestra vengativo o rencoroso por lo menos dos veces en los últimos seis
meses.

¿qué estrategias de intervención son recomendables en estos casos?

Monsalve Robayo et al. (2017) sugieren las siguientes:

 Psicoeducación: Estrategias de manejo y afrontamiento para los padres


de familia. Se destaca la importancia de reforzar positivamente aquellos
comportamientos que sean socialmente positivos.
 Modelos de crianza: Adicionalmente, se basa en torno a la dinámica
familiar, intentando encontrar alternativas de resolución de los conflictos
intrafamiliares.
 Educativo: Es importante que los profesores disminuyan toda conducta
disruptiva que se presente. Es recomendable establecer rutinas, acuerdos y
reglas claras. Asimismo, reforzar positivamente mediante recompensas
todas aquellas interacciones positivas.
 Psicoterapia: Enfocada no solo en el niño sino también en la familia y
con recomendaciones para el centro escolar. Ciertamente, se busca
estructurar rutinas, definir límites y fortalecer los procesos de regulación
emocional. Esto puede realizarse mediante estrategias de
juego terapéutico, por ejemplo. Desarrollar y fortalecer habilidades
sociales que pueden ser transferidas al hogar y a los contextos en los que
se desenvuelve.

Con estas estrategias se busca que el niño desarrolle habilidades que le permitan


adaptarse en el lugar en el que se desenvuelve. Es decir, facilitar su desempeño,
promover que participe activamente con otras personas y asumir
responsabilidades. Como resultado, estas medidas pretenden apoyar y empoderar
a los padres y figuras de autoridad con las que se relaciona.
RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES DE FAMILIA:

 La estructuración de hábitos es beneficiosa en estos casos. Por


ejemplo, establecer una rutina insta al niño a asumir responsabilidades y
gestionar su tiempo adecuadamente.
 Entendiendo que la conducta inadecuada es resultado del nivel de
permisividad que los padres tengan frente a esta, es importante delimitar
reglas de respeto. Establecer acuerdos en común, pero establecer límites
que no son negociables.
 Por lo tanto, dichas reglas deben basarse en el diálogo. Es importante
recordar que los padres son los principales referentes de comportamiento
para el niño. De igual manera, es fundamental que la forma en la que se
relaciona la familia sea un modelo positivo para el niño, empezando por los
padres de familia.
 Comunicar sobre las normas a las personas más allegadas al niño. De
esta manera se refuerzan las conductas en los contextos en los que se
desenvuelve. Por lo tanto, deben ser consistentes y aplicadas en todo
momento.
 Evitar molestarse, castigar o llamar la atención fuertemente, pues esto
generará mayor irritabilidad y menor efectividad en la resolución del
conflicto. Es preferible recurrir al refuerzo positivo.

CONCLUSIÓN

El trastorno negativista desafiante puede producir muchas dificultades para quien


la padece, por lo que es necesaria la prevención en intervención temprana. Es un
trastorno que genera desadaptación social por lo que los límites y normas tienen
que estar bien definidos.

Es fundamental que el niño aprenda a respetar, gestionar sus emociones y


desarrolle medidas de autocontrol. Finalmente, es necesario el apoyo familiar y
escolar para lograr que todos los contextos estén alineados con un mismo
propósito. Lo más importante es basar los acuerdos en el diálogo y el refuerzo
positivo, pues serán mucho más útiles que los reclamos y sanciones.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical


manual of mental disorders (5th ed.). Washington, DC: Author.
 Monsalve Robayo, Mora Caro, Ramírez López, Rozo Hernández, &
Rojas Puerto, (2017). Intervention strategies used in the treatment of
children with oppositional defiant disorder, a review of literature. Revista
Ciencias de la Salud, 15, 105-127.
 Fonseca-Parra, L.F. & Rey, César. (2013). Neuropsychological
characteristics of children with oppositional defiant disorder. Revista de
Psicopatología y Psicología Clínica, 18 (3), 233-244. 

S-ar putea să vă placă și