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Cristo venció en la cruz para que nosotros diéramos en el blanco! Pero NO queremos!
Juan 6:66-67 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con
El. 67 dijo entonces Jesús a los 12, Quieren irse ustedes también?
El miedo al costo del discipulado puede alejarnos del propósito principal de Dios para nuestra vida;
escogemos blancos a los cuales ni apuntar se necesita.
Algunos son excepcionalmente sagaces, analíticos, suspicaces, calculadores e ingeniosos. Jacob nunca
pudo salirse con la suya a pesar de su sagacidad.
Jacob se caracterizaba por su astucia.
El era una persona que podía engañar a cualquiera.
El podía hacer cualquier cosa y lograr cualquier cosa.
o El podía hacerse rico tan solo con sus habilidades, fue a su tío con las manos
vacías y regresó lleno de posesiones.
El tomó por el calcañar a su hermano, pero de todos modos nació el segundo; tu siempre
queriendo ser el primero…
Engañó a su hermano por la primogenitura; aun así, fue él quien tuvo que huir de casa, no
su hermano.
El recibió la bendición de su padre, pero fue él quien tuvo que vagar errante, no su
hermano.
Cuando fue a la casa de su tío, él quería casarse con Raquel, pero Labán le dio a Lea
primero, no a Raquel.
o Lea=débil, es el fruto de la carne. Raquel=Oveja, el fruto de lo que se ama.
c. La Disciplina vs “Jacob”.
Una vez hecha esta aclaración podemos relacionar el discipulado con la disciplina. En una de las
definiciones que hemos tomado aparece tal relación, proveniente de la misma raíz en común: discípulo-
disciplina. Esta vinculación a simple vista puede sugerirnos la idea de que siendo disciplinados seremos
discípulos; o bien que un discípulo se hace con disciplina. A nuestro entender tal vinculación no es
recíproca. Podemos ser cristianos disciplinados y no ser discípulos de Jesús. El evangelio no es mágico:
saber la Biblia de memoria no nos garantiza la ausencia de pecado en nuestra vida. Asociar la calidad de
discípulo con la disciplina únicamente nos lleva a vivir un evangelio farisaico, “del deber ser”, de la
apariencia.
La disciplina del discípulo proviene de la obediencia, producto de haber entendido que “ya no vivo yo,
sino que Cristo vive en mí”, como dice el apóstol Pablo. No se trata de obedecer por miedo al castigo
divino, o para que nos vaya bien, sino que esta obediencia se funda en una entrega diaria al señorío de
Cristo que se manifiesta en la búsqueda de su voluntad a través de la obediencia a su Palabra. Esta
obediencia responde a una entrega diaria, es la retribución voluntaria a su gracia para con nosotros. Va
más allá de “cumplir” como cristianos asistiendo a la iglesia, diezmando, colaborando “con la obra”. Es
sentirnos parte de Su Pueblo, es estar comprometidos con sus planes, al punto de involucrar nuestra vida
para reflejarlo.
La disciplina forma y prueba de que estamos hechos. La identidad natural es confrontada para producir
la identidad divina en ti, esa a la cual NOS conduce!
Tú eres como una flecha… Dios tiene un blanco para ti y pecado es errar en el blanco… si quieres
atinarle al objetivo divino, ponte en sus manos, se un discípulo.
Siempre oponiéndose al liderazgo de Dios. Dios tocaba la parte más fuerte de su vida natural.
Génesis 32:26 Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Jacob
respondió: No te soltaré si no me bendices.
b. No te sueltes hasta que te bendiga.
-No te soltaré si no te arrodillas en bondad hacia mí y me das tu favor- Jacob aprendió que vivir bajo
sus propias reglas le llevaría a una carrera vana, y El necesitaba que un ser superior se arrodillara y le
mostrara su bondad, ¿Estás siendo discipulado? ¿Remojado?
Conclusión.
Isaac y Rebeca VIERON a uno que hace tropezar por el talón a su hermano!
o Dios vio a un discípulo cojo, caminando en su bondad, su gracia y su poder!
Isaac y Rebeca vieron a un ladrón de identidades, Dios vio a un príncipe en su Reino. Acepta ser
discipulado, Dios tiene un futuro digno para sus hijos, quiere hacerte merecedor!
Rebeca al animarlo al engaño le hizo bastardo, Dios le hizo hijo! ¿Cómo Miras a tus hijos?