Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
LENGUAJE
De este modo los trastornos del lenguaje aparecen cuando el desarrollo del
lenguaje no sigue el patrón previsto o se producen déficits significativos en
algunos de sus aspectos.
El lenguaje verbal es una habilidad que no solo sirve para expresar necesidades y
deseos; es una competencia que influye mucho en la capacidad de organizar,
estructurar y asimilar mentalmente la información externa.
Las primeras frases y las palabras más complejas se adquieren entre los 3 y los 4
años y se espera que en estas edades se desarrollan también otras habilidades de
comunicación como saludar o despedirse, interactuar oralmente con sus pares,
comprender órdenes, repetir temas, realizar algunas preguntas, hablar
espontáneamente, mejorar la pronunciación, entre otras.
Puede pasar que los niños o niñas tarden un poco más en adquirir las habilidades
necesarias para comunicarse verbalmente, y generalmente esta situación provoca
a los cuidadores mucho estrés, sobre todo si los pequeños ya han empezado a ir
la escuela.
Afortunadamente hay varios ejercicios que podemos realizar, incluso en casa, y
que estimulan varias de las habilidades necesarias para desarrollar lenguaje oral.
Las praxias son las habilidades motoras voluntarias que adquirimos generalmente
por imitación. Las praxias linguales son los movimientos que realizamos con la
lengua de manera voluntaria y las praxias labiales son movimientos que
realizamos con los labios.
Asimismo podemos hacer juegos que impliquen soplar, sonreír o hacer gestos
faciales que permitan mover los labios de distintas maneras. Uno de los ejercicios
más atractivos para los pequeños es realizar un dado con distintas imágenes que
ilustran formas diferentes de mover los labios y la lengua, y pedirle que los imite
junto a nosotros.
Una onomatopeya es una palabra que imita el sonido de la acción o del objeto al
que hace referencia. Por ejemplo, el sonido que hacemos al tocar una puerta, el
sonido del timbre, del reloj, de un objeto al caer, el sonido que hacen los perros,
las aves, las vacas, las ovejas, los trenes, los coches, las campas o las sirenas de
las ambulancias.
Todos estos son sonidos atractivos y fáciles de pronunciar para los pequeños; por
eso son un buen punto de partida cuando queremos estimular el lenguaje oral. Así
que podemos realizar juegos como carreras con coches, imitar el sonido de las
sirenas cuando vamos con ellos por la calle o si vemos un tren, o jugar a que ser
distintos animales.
Por eso, algunas de las herramientas que tenemos para estimular el lenguaje de
los pequeños son las imágenes llamativas. Por ejemplo, podemos sentarnos con
el niño y mostrarle distintas fotos o dibujos (nuevamente puede ser útil empezar
con animales, medios de transporte o los objetos más cotidianos).
Una vez que han reconocido y diferenciado el sonido de cada objeto podemos
decirle su nombre y pedirle que lo repita, e incluso incorporar otros objetos
también cotidianos como los alimentos o los utensilios de cocina (por ejemplo,
nombres de frutas o verduras, pan, taza, vaso, plato).
Hay que recordar que según la edad es más sencillo que pronuncien algunas
sílabas que otras, por lo tanto es bueno iniciar con palabras de una o dos sílabas y
que tengan vocales y consonantes fáciles de articular.
Además, cada niño y niña tiene su propio ritmo, debemos ser pacientes, realizar
las repeticiones que sean necesarias. Y en el mismo sentido recordar que este
tipo de estrategias no necesariamente aceleran el proceso en todos los niños o
niñas.
#1 – Ejercicios respiratorios:
Para realizar la pronunciación el niño debe inhalar lentamente por la nariz, retener
el aire y luego exhalar lentamente mencionando las 5 vocales. También puede
aumentarse la velocidad, de acuerdo a como se maneje el aire.
#4 – Ejercicio de ritmo:
En los problemas del lenguaje, el ritmo es esencial de tratar, para que puedan
articularse correctamente las palabras. Para realizarlo, se pueden dar pequeños
golpes a una mesa o tambor, y luego pedirle al niño que imite los sonidos con la
voz, de esta manera podrá adaptarse al ritmo.
#6 – Articular frases:
Abarcan diversidad de movimientos con la lengua, ideales para los problemas del
lenguaje en los que se ve afectada la articulación de algunos fonemas. Pueden
realizarse giros con la lengua en todas las direcciones, estirar la lengua, llevarla al
paladar superior, comer goma de mascar y tocar todos los dientes con la punta de
la lengua.
#8 – Ejercicios de silencio:
Primero deben ubicarse en una habitación completamente silenciosa, y luego
realizar algún sonido, de manera que el niño pueda detectarlos y prestar atención,
para luego preguntarle que sonido escucho.
Con este ejercicio no solo se ayuda a mejorar los problemas del lenguaje, sino
también, puede ayudarles a distinguir la duración e intensidad e los sonidos,
ejercitando la localización del mismo y reconocimiento de los objetos que lo
emiten.
El ejercicio con espejo es muy útil para los niños que tienen dificultad al pronunciar
palabras y sonidos. El espejo sirve para enseñarles cómo realizar de forma
correcta el movimiento de la boca y el sonido que acompaña a cada palabra.