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Yo no voto por la Revolución...

Yo no voto por la Revolución... una vez...diecinueve veces... sino todas las veces que haga falta para
garantizar la creación del Estado Social de Derecho y de Justicia, es decir el Estado Comunal. Y
además de votar se trata de combinar las distintas formas de lucha, el “como sea” que nos propone el
presidente Maduro.

La reacción desaforada de la élite económica, al servicio del capital transnacional, ante las políticas
redistributivas impulsadas por el Gobierno Revolucionario es una expresión de posturas de
acumulación extremista de privilegios, sazonada con odio social y prácticas facistas.

En momentos que se reduce el monto de la renta petrolera, esta actitud monopolista y excluyente se
dispara de manera incontrolable. Y ante la falta de respaldo popular a su proyecto retrógrado, apela a la
desestabilización económica, psicológica y terrorista para tratar de impedir las transformaciones de la
sociedad venezolana.

Además toca la puerta del centro para el sicariato contra la independencia de las naciones y el bienestar
de los pueblos representado por el Fondo Monetario Internacional, tristemente célebre por la
imposición de severas medidas de ajuste (contracción del gasto público, reducción del empleo,
liberación de precios, privatizaciones, eliminación de pensiones y otras).

Precisamente el próximo 6D acudiremos al enfrentamiento entre dos modelos; el de la independencia y


el bienestar social frente al de la entrega al imperio y la explotación del pueblo. Ese día decidiremos si
continuan o no las Misiones Sociales (Robinson, Ribas, Sucre, Barrio Adentro, Vivienda Venezuela,
Barrio Nuevo Tricolor y todas las demás). Si continúa o no la distribución gratuita de las computadoras
en los centros educativos públicos.

Es el debate entre si mantenemos y profundizamos, corrigiendo los errores que se reconoce existen, el
proyecto de dignificaión popular, participación y democratización de la riqueza nacional, o si
retornamos al paquete neoliberal para repotenciar la acumulación del capital que controla la
agroindustria, el comercio, la banca y demás sectores de la economía nacional, en alianza con sus
socios imperiales.

Por estas razones debemos votar por la Revolución todas las veces que sea necesario para enfrentar y
derrotar a las fuerzas reaccionarias de la burguesía, sus expresiones partidistas y sus amos del Norte;
para expulsar la quinta columna infiltrada en el proceso revolucionario; para fortalecer al Poder Popular
y así profundizar y radicalizar las transformaciones requeridas para destruir el sistema capitalista y su
sistema político y hacer irreversible el triunfo del socialismo bolivariano.

Francisco Cañizales Lomelli

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