Importancia de la geografía

Aunque en nuestro quehacer diario reparamos poco en ello, muchas de las

actividades que desarrollamos, y algunos eventos inesperados que
suceden, están en vinculación directa con la geografía, una de las ciencias
más relevantes desde su creación hasta nuestros días, y que no ha
descansado de trabajar en pos de seguir ofreciéndonos conocimientos
sobre lugares, relaciones entre personas y su entorno, entre otros.

Una ciencia cercana y con influencia en los seres humanos y el planeta

Los seres humanos dejamos marcas en el territorio en el cual habitamos y

también los diferentes lugares que componen la tierra producen un impacto
en las personas que viven en ellos, y ahí está la geografía, valiéndose de
otras ramas auxiliares, como son la economía, política,
ecología, sociología, entre otras, para estudiar los fenómenos que suceden
y rigen el planeta y como los territorios van cambiando con el paso del
tiempo.
En constante incorporación de novedades, la geografía evolucionó
notablemente en el devenir del tiempo, básicamente, por los cambios físicos
que se produjeron y producen en el planeta y por los avances tecnológicos
que cada día ofrecen mejores recursos para explorar la tierra y que no
queden cabos sueltos sobre el porqué sí o no de tal fenómeno.

Gracias a la geografía las personas podemos conocer cuál es el clima, el

relieve del lugar donde vivimos y de otros que no hemos conocido aún, o un
gobierno saber características puntuales de su territorio para desarrollar
políticas efectivas en diversas áreas, especialmente en el campo
económico: dilucidar por ejemplo cuáles son las mejores actividades que
pueden desarrollarse en un área específica.
Un campo de análisis importante y que siempre suma muchos adeptos está
ligado a las formaciones geológicas, teniendo importancia las teorías de
los grandes períodos de orogénesis y plegamiento que dieron lugar a las
formaciones de los grandes cordones montañosos y cordilleranos que
hoy en día podemos disfrutar como atractivos paisajes naturales.
Nuestros antepasados víctimas del desconocimiento geográfico

Sin lugar a dudas uno de los principales obstáculos a los que se enfrentaron
nuestros ancestros fue no conocer con tanta exactitud como hoy el territorio
en el que vivían y el más próximo, porque esta coyuntura les impedía
expandirse económicamente, o desarrollar una estrategia victoriosa a
instancias de una guerra.

Por otra parte, durante siglos, volcanes y terremotos fueron fenómenos

catastróficos sobre los que no había una explicación científica y por
ende posibilidad de anticiparse.
Si bien hoy tampoco se puede impedir que sucedan, lo que sí ha permitido
el desarrollo de esta ciencia es su conocimiento, porqué se producen, y
pergeñar herramientas que facilitan su anticipación, que midan su
magnitud, y que reducen sus consecuencias materiales y mortales.
La evolución del mapa mundial, de la mano de la tecnología

También, el mapa del mundo evolucionó con el crecimiento de esta ciencia

y esto lo demuestra la enorme cantidad de mapas que existen sobre nuestro
planeta en las diversas épocas hasta llegar a la actualidad.

Infinidad de cuestiones y materias se han representado en esos mapas,

especialmente aquellas que interesaban al hombre en el tiempo en los que
se generaban.

Los soportes, y la representación de los continentes y sus correspondientes

territorios fueron cambiando a medida que se descubrían nuevas tierras que
revolucionaban al mundo y a las personas que se enteraban de la existencia
de pares detrás de un océano en donde ni siquiera se pensaba que había
algo…

En la actualidad, la revolución tecnológica creó sistemas magníficos y

extremadamente precisos que, a través de fotografías aéreas y satelitales,
nos permiten acceder a un mapa del planeta que no da posibilidad a errores
interpretativos, o de zonas desconocidas, todo nuestro fabuloso y rico
mundo puede verse desde una pequeña pantalla que llevamos en el bolsillo,
y que está presente para cuando lo necesitamos a menos que se agote la
batería, y uno se vea forzado, estando en la calle, a preguntar a otra
persona por indicaciones como se hacía en la “antigüedad”.