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Bengoechea Bartolomé, M. (2015) Lengua y género.

Madrid: Síntesis
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Introducción

Este libro presenta un panorama general de una rama de la lingüística, los estu-
dios de lengua y género con perspectiva feminista. El libro recoge la historia de la
disciplina desde sus primeras investigaciones, a finales de los aflos 60 del si-
glo XX, hasta las últimas tendencias: los supuestos de partida, los objetivos que se
han ido marcando, los marcos analíticos más importantes, sus principales hallaz-
gos, las críticas propias y ajenas a las que tuvieron que enfrentarse para poder
avanzar y desarrollarse y la posición adoptada en los últimos años.
Los estudios de lengua y género son estudios lingüísticos que han sido impul-
sados y perfeccionados desde ese movimiento heterogéneo filosófico-político que
son los feminismos. Los objetivos de los feminismos son la emancipación de las
mujeres, el fin del sistema político patriarcal y la transformación social. Con tal
objetivo emancipador como telón de fondo, los estudios de lengua y género se
ocupan de explorar el papel que desempeña el lenguaje a la hora de establecer y
mantener las diferencias entre mujeres y hombres no marcadas por la biología,
diferencias a las que denominan 'género'. Los estudios asumen que la función del
lenguaje en la reproducción y la pervivencia del 'género' se lleva a cabo a través
de lo que se dice de mujeres y hombres, las expectativas sobre cómo deberían
hablar, la división de los roles conversacionales entre hombres y mujeres, las
representaciones de la feminidad y la masculinidad en los medios de comunica-
ción, la sanción para hablar en público y un largo etcétera de prácticas verbales y
sociales que conforman los temas de investigación de la disciplina.
Los asuntos que centran las preocupaciones de los estudios de lengua y géne-
ro pueden tratarse, asimismo, desde perspectivas no feministas. Por ejemplo, en
1922, Otto Jespersen publicó Language, its Nature, Development and Origin, uno
de cuyos capítulos, "The woman" ['La mujer'], presentaba la lengua hablada por
las inglesas blancas de clase media como una rareza deficiente que se apartaba de
la norma general (masculina) que describía en el resto del volumen. Posterior-
mente, otros trabajos han abordado desde enfoques igualmente no feministas

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cuestiones que tienen que ver con el uso de la lengua por parte de mujeres u hom- La aplicación del concepto de género ha resultado altamente fructífera, al
bres, o con la forma en la que las lenguas clasifican a hombres y mujeres . Sin constituirse tanto en categoría de análisis como en categoría de transformación
embargo, este libro se centrará en aquellas investigaciones realizadas, fundamen- social. Una categoría de análisis que, como una lupa, se acerca a la realidad de
talmente desde los feminismos, con el objetivo de interrogarse críticamente por la mujeres y hombres para escudriflar detalles del orden establecido que pasan inad-
manera en la que la lengua ayuda a configurar las actuales relaciones de poder vertidos, para interpretar ese orden social y para impugnarlo. Es, además, una
entre mujeres y hombres. categoría de transformación porque, una vez interpretada la realidad, se utiliza
para enarbolar la resistencia y luchar por un cambio . Frente al 'sexo', que vendría
dado por la biología, el 'género' puede convertirse en liberador por tratarse de una
1.1. El concepto de 'género' como punto de partida realidad que ha construido a mujeres y hombres desde fuera (por el sistema pa-
triarcal); pero ahora se puede reinventar y reescribir , esta vez sin jerarquías, antí-
Las investigaciones feministas de los años 60 y 70 demostraron que el concepto de tesis y desigualdad .
'sexo' no es suficiente para explicar las diferencias entre mujeres y hombres en las Respecto a la terminología, y para evitar la anfibología, en este libro, cuando
sociedades. Para los feminismos, la posición social de las mujeres no está dictada nos ocupemos del género gramatical, lo indicaremos expresamente. Cualquier
por la naturaleza (esto es, por su biología o su sexo), sino que depende de un artifi- otra referencia al 'género' se entenderá referente al género social.
cio cultural. Los feminismos elaboraron entonces el concepto de 'género' como
categoría de análisis que permite diferenciar y separar lo biológico, atribuido al
'sexo', de lo cultural, determinado por e 1 'género'. A diferencia de las característi- 1.1.1. La ideología de género
cas (sexuales) determinadas biológicamente, el género se refiere a comportamien-
tos y valores aprendidos, a expectativas y actitudes adquiridas para satisfacer una Las ideologías son conjuntos de valores sociales, creencias, ideas, sentimientos,
imagen de masculinidad o feminidad. representaciones, imágenes e instituciones mediante los cuales las personas, de
El género es un sistema normativo ( dicta las normas de conducta de mujeres y fonna colectiva , dan sentido al mundo en el que viven . Las ideologías nos expli-
hombres) y coercitivo (reprime las conductas que no se ajustan a las normas). can cómo funciona la sociedad y nos interpretan el mundo . Hablamos de ideolo-
Asigna al hombre y a la mujer roles y funciones diferenciados, así como distintos gías -en plural- porque todos los grupos sociales tienen su propia forma de pen-
espacios, actividades, identidades , derechos y deberes. De esa forma, el género se sar, sentir, creer y entender el mundo. Existen, por tanto, múltiples ideologías.
ocupa de construir la diferencia sexual como desigualdad social : en razón de los Pero no todas tienen el mismo peso.
roles y las características asignadas a cada sexo, el sistema de género atribuye a Según Althusser, todas las sociedades tienen una ideología dominante, com-
las mujeres una posición subordinada y a los hombres una de poder sobre los partida por la mayor parte de la sociedad y formada por un conjunto de creencias
principales recursos. y valores coincidentes que parecen "naturales", de sentido común. Se llama 'do-
El (mandato del) género se interioriza no mediante la coacción fisica, sino por minante' porque es la que profesa la mayor parte de la sociedad y porque apoya
asentimiento: gracias a un consenso basado en la aceptación de la norma como los intereses y las creencias de los grupos dominantes. Los valores de estos gru-
algo "natural" , a través de la "ideología de género", una noción de la que nos pos poderosos llegan a ser aceptados y compartidos por muchos otros grupos,
ocuparemos en el apartado siguiente. En la construcción de ese consenso desem- incluso por grupos a los que estos valores discriminan o perjudican, normalmente
peñan un papel fundamental los mitos , las historias, las narrativas, los discursos y no mediante la coacción física o el castigo, sino a través del sistema educativo, la
el lenguaje verbal e icónico, si bien, como construcción cultural y simbólica, el familia, los medios de comunicación, las religiones ... Los discursos de estas insti-
género presenta gran variación a lo largo de la historia de la humanidad y difiere tuciones y otros que circulan a nuestro alrededor contribuyen a lograr esa acepta-
enormemente entre sociedades, e incluso dentro de una misma sociedad. Se trata, ción.
por tanto, de un artificio sociocultural susceptible de modificación, reinterpreta- Para Gramsci, la ideología dominante se convierte en hegemonía cuando, de
ción y reconstrucción. forma casi siempre inconsciente, nos mueve a la acción e interviene en la organi-
A lo largo de décadas de investigación, la propia categoría de 'género' ha ido zación de la vida diaria privada (desde el espacio doméstico, a la interacción con-
a su vez evolucionando; también ha cambiado su aplicación a los análisis feminis- versacional) y pública. El consenso y la aceptación que acompañan a la ideología
tas . Esta variación se reflejará en cada uno de los capítulos que componen el libro. dominante no excluyen la presencia de conflictos . La hegemonía constantemente

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ha de ser renovada, recreada, defendida y modificada. Pero también encuentra El hecho de que la ideología de género permee nuestras instituciones y nues-
resistencia continuamente, se ve limitada, alterada y desafiada por presiones ex- tras vidas no significa que no pueda ponerse en tela de juicio y combatirse. Sin
ternas.
embargo, resulta más fácil analizarla y diseccionarla que cambiarla. Por una parte,
Una de las ideologías que explican la realidad social es la de género. Enten- porque, al formar parte sustancial del poder cultural, se puede recrear y revestir de
dernos por "ideología de género" las características y los atributos que son reco- modernidad, sin transformarse; por otra, porque las ideologías hegemónicas dis-
nocidos como masculinos o como femeninos en una determinada sociedad, así ponen de mecanismos de castigo para quienes las transgreden.
como el valor que se les asigna. Desempeña un papel fundamental en el proceso La ideología de género será consustancial al interés investigador de los estu-
de socialización, durante el cual se configuran y se asumen las identidades feme- dios de lengua y género. Estos se preguntarán cómo se produce y recrea a través
nina Y masculina. Y, puesto que la construcción social de la identidad del género del lenguaje y el discurso y cómo afecta a los comportamientos de hombres y
t!ene aspectos compartidos por las diferentes culturas, pero también aspectos par- mujeres.
ticulares que cambian de un grupo social a otro, de acuerdo con su acervo cultu-
ral, valores y ámbitos o espacios geográficos diferenciados, se puede hablar de
"construcciones sociales" de la identidad de género, en referencia a que no se 1.2. Estudios lingüísticos feministas
trata de la construcción de un proceso social único, sino de muchos. De ahí la
heterogeneidad de identidades femeninas y masculinas que se observan en la so- Partiendo de la consideración de que el grupo "mujeres" está en desventaja frente
ciedad. al grupo "hombres", a partir de los años 70, los feminismos procedieron a estudiar
La ideología de género es hegemónica en el sentido de que no se percibe co- las prácticas sociales mediante las que la desigualdad se manifiesta y se produce.
mo una fonna de dominación, sino como algo natural y aceptado por toda la so- El lenguaje, por ser el punto de articulación del vínculo entre representación, sub-
ciedad. La creencia de que "siempre ha sido así" y "no puede ser de otra manera" jetividad e ideología, pareció ser el terreno perfecto para analizar tales prácticas:
que caracteriza a las ideologías hegemónicas se logra principalmente a través de desempeña un papel fundamental en la identidad social y personal (con el nombre
los discursos: las ideas y las formas de hablar sobre las cosas que circulan a nues- adquirimos estatus, función, prestigio e incluso acceso a bienes materiales) y es,
tro alrededor explicándonos el mundo y la relación entre los seres humanos. Así asimismo, un recurso básico para el pensamiento y la acción. Por otra parte, los
llegarnos a asumir que existen dos sexos con comportamientos necesariamente feminismos eran conscientes de que la asimetría de género se sustenta en ciertos
diferenciados, pero complementarios, algo que es incluso deseable. La creencia discursos.
oscurece el hecho de que la diferenciación supone desigualdad y que el poder Fue así como, una vez las mujeres ganaron el voto y el derecho a ocupar el
queda repartido de forma asimétrica. mundo público, los feminismos fijaron su mirada en la representación de las mu-
La ideología de género tiene además un carácter estructural. Con ello quere- jeres en los lenguajes gráficos, artísticos, literarios y verbales. En la década de
mos decir que se recrea y se renueva constantemente en las instituciones y las 1970, fue abriéndose paso un debate sobre la importancia de la lengua para alcan-
prácticas sociales, con independencia de la voluntad individual. Por ejemplo, la zar la igualdad entre mujeres y hombres, al principio en los Estados Unidos, pro-
idea del amor romántico (íntimamente unida a la ideología de género) aparece gresivamente en el mundo occidental, para pasar al resto de culturas. Así, las pro-
representada en los primeros cuentos infantiles, en las conversaciones con niños y testas por carteles o imágenes en los medios, las sentadas para manifestar la
niñas de muy temprana edad, en los dibujos animados, en los folletos de viajes, en protesta contra concursos de belleza o las denuncias de obras literarias misóginas
los anuncios comerciales, en el cine y la literatura, en las fotografias que se cuel- dieron paso a una interrogación sobre los usos de la lengua por parte de lingüistas
gan en las redes sociales, en los debates en ciertos canales de televisión ... El pla- feministas.
cer que engendra para las mujeres entregarse al amor romántico proviene de una Lo hicieron poniendo en tela de juicio la pretensión de neutralidad de la disci-
construcción cultural que se presenta como aspiración anhelada, mientras esconde plina de la lingüística, que no reconocía en los años 60 y 70 que todo conocimien-
que no asigna los mismos papeles a hombres y mujeres, otorga derecho de control to se construye desde una posición sociohistórica determinada y desde una escala
a unos y deber de sumisión a otras y está tan vinculado a la feminidad que las de valores concreta. La suya, sin embargo, será una tarea llevada a cabo desde
niñas y las mujeres (más que los niños y los hombres) necesitarán lograrlo para una posición ideológica que se reconoce abiertamente.
sentirse realizadas en su feminidad. En sus más de cuarenta años de existencia, los estudios lingüísticos feminis-
tas han seguido tres líneas diferenciadas. En un primer momento, se han ocupado

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fundamentalmente de diseccionar cómo la lengua, como sistema, se encarga de lengua por parte de mujeres y hombres. El capítulo 5 aborda la creación de las
situar a las mujeres en el sitio que la jerarquía del género les asigna. Se ha de- identidades de género y las sexualidades a través del discurso.
mostrado que la posición devaluada e inferior que la lengua señala para las muje- Desde un punto de vista analítico-metodológico, los estudios de lengua y gé-
res se produce principalmente a través del género gramatical, que las vuelve invi- nero adoptan una posición ecléctica. Según sea el foco de su investigación, pue-
sibles y les otorga un papel secundario, y de ciertas construcciones léxicas (p. ej., den recurrir, entre otras, a subdisciplinas de la lingüística como la lingüística es-
falta de términos para profesiones en femenino, palabras con distinto significado tructuralista (capítulo 2), el análisis crítico del discurso (capítulos 3 y 5), la
según se apliquen a mujeres o a hombres, vocabulario que trivializa, degrada o lingüística de corpus (capítulo 3), los estudios sobre ideologías lingüísticas (capí-
aminora a las mujeres, construcciones verbales asimétricas, etc.). En consecuen- tulos 2 y 4), la sociolingüística variacionista y la sociopragmática (capítulos 4 y
cia, los feminismos han procedido a presentar alternativas léxicas y sintácticas 5), el análisis de la conversación y la sociolingüística de la identidad (capítulos 4
que equilibren la presencia y la fonna de representar a los sexos por parte de las y 5) o la lingüística queer (capítulo 5). Como supuestos de partida, se cuentan
lenguas. desde los del feminismo de la igualdad o la diferencia hasta los del feminismo
Por otra parte, han analizado cómo, a través de las prácticas y los discursos posestructuralista que se ha apropiado de Foucault o los escritos de Voloshinov-
del poder, la desigualdad entre mujeres y hombres se aprende, se acepta, se acata. Bajtín o Gramsci sobre las ideologías. Todo ello se irá presentando a lo largo de
La lingüística feminista ha demostrado el efecto de la interiorización de las nor- los capítulos que integran la obra.
mas imperantes, así como los procesos de consolidación de los discursos que las Con el fin de que se pueda ejercitar lo aprendido, en todos los capítulos se en-
construyen a ellas como subordinadas y a ellos como dominantes. cuentran sugerencias de actividades tras los apartados más relevantes. La mayoría
Una tercera línea ha promovido el estudio del habla femenina y masculina, son actividades para poder iniciarse en la investigación en las líneas propuestas, pero
con la creencia de que sus diferencias constituyen la identidad de género. otras tienen simplemente el objetivo de hacer reflexionar sobre los hechos y las ideas
Tomando las tres líneas -(a), qué se dice de las mujeres; (b), cómo se crean y expuestos y sobre situaciones conocidas. Algunas de las actividades van seguidas de
recrean los discursos responsables del sistema de género, y (c), cómo hablan mu- posibles respuestas, que no son exclusivas: se pueden encontrar otras igualmente
jeres y hombres- como tres ejes de investigación no necesariamente excluyentes, válidas. En los casos en los que se sugieren posibles respuestas, estas están incluidas
nacieron los estudios de lengua y género que se desarrollarán hasta nuestros días, en la caja que contiene la actividad.
dotados de un aparato conceptual y metodológico cada vez más sofisticado.

Bibliografía recomendada
1.3. La perspectiva multidisciplinar en los estudios de lengua y género
• Una buena introducción al pensamiento feminista: Varela (2005).
• Las teorías feministas de las que surgieron los estudios de lengua y género en los
Los trabajos sobre género, ideología y lenguaje que componen los estudios de lengua
años 60 y 70 en los Estados Unidos: Burgos y Aliaga (2002).
Y género son necesariamente complejos y multidisciplinares. Toman de distintas
• Una exposición (a nivel avanzado) de las perspectivas teóricas, los marcos analíti-
escuelas lingüísticas los enfoques analíticos fundamentales, pero sustentan sus su- cos y las metodologías de la lingüística feminista actual: Milis y Mullan y (2011 ).
puestos sociopolíticos en disciplinas tan diversas como la filosofia, la sociología o la
psicología, siempre desde una perspectiva feminista.
En este libro se han dividido las investigaciones que componen los estudios
de lengua y género en cuatro tipos, a cada uno de los cuales se ha asignado un
capítulo. Los tres primeros se corresponden con los tres ejes de investigación que
guían los estudios, a los que se ha añadido en los últimos años un cuarto eje, el
estudio de las sexualidades. Siguiendo estos ejes, el capítulo 2 resume los estudios
sobre la estructura y el vocabulario de la lengua, así como las políticas lingüísti-
cas a las que la lengua está sometida. El capítulo 3 presenta las metodologías de
estudio del discurso utilizado para construir las relaciones de género. El capítulo 4
se centra en los trabajos llevados a cabo para recoger e interpretar los usos de la

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Género y representación:
la política del nombre

En todos los países, los estudios de lengua y género se han interesado, en su pri-
mera fase, por la representación de las mujeres y la transmisión de la ideología
patriarcal en las diversas lenguas. Por una parte, se preguntan cómo se nombra a
las mujeres, a quiénes se las asemeja, cómo se las metaforiza, cómo se las escon-
de en el lenguaje o cómo se las hace aparecer. Por otra parte, se plantean si el
lenguaje desempeña algún papel en el mantenimiento y la reproducción de 1a
ideología patriarcal y, si es así, qué medidas pueden tomarse para transformar la
ideología y construir una cultura igualitaria.
Para responder a estas cuestiones, recurren a la antropología, la sociología crí-
tica (frecuentemente de base marxista) y las escuelas lingüísticas centradas en los
aspectos más sociales de las lenguas, y asumen, como señaló en parte Calero Fer-
nández:

• que, al ser el lenguaje un fenómeno eminentemente social, ha sido confor-


mado necesariamente por la historia (J. Grimm) y el poder (N. Fairclough);
• que la evolución del sistema lingüístico refleja la evolución de las ideas
(K. Vossler);
• que observamos e interpretamos la realidad a través del tamiz de la lengua
(E. Sapir);
• que la lengua tiene cierta influencia en la forma en que conceptualizamos y
memorizamos la realidad, fundamentalmente a nivel semántico (B. L.
Whorf);
• que las relaciones de poder en el orden simbólico tienden a reforzar y re-
producir las relaciones de poder que constituyen la estructura del espacio
social (P. Bourdieu);

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Lengua y género Género y repr esentación: la políti ca del nombre

• que en todas las sociedades existe una serie de ideologías dominantes 2.1.1. El género gramatical masculino utilizado con valor universal :
que nos explican cómo funciona la sociedad y nos interpretan el mundo, ¿una manifestación de androcentrismo ?
y que, pese a beneficiar los intereses de los grupos poderosos, son acep-
tadas y compartidas por muchos otros grupos, a quienes impelen a la La óptica androcéntrica consiste en considerar al hombre el prototipo de la repre-
acción y a la organización de la vida personal y social (A. Gramsci, sentación humana, lo que reduce a las mujeres al estatus de seres subsumidos en
L. Althusser); la norma general, de la que son meros casos particulares o diferentes. La similitud
• que para estudiar las ideologías es fundamental prestar especial atención al con el sistema del género gramatical vendría dada por el hecho de que, en muchas
lenguaje (V. Volóshinov), lenguas, entre ellas el castellano , el catalán o el gallego, la referencia universal se
• que los signos no tienen significado propio: lo adquieren en su situación produce mediante los signos y las formas usados para representar al varón (los
relativa en el sistema lingüístico (F. Saussure). Por tanto, los signos no son hombres, los europeos .. .). Como consecuencia, las mujeres quedarían no solo
sexistas en sí mismos, sino en relación a otros signos (de ahí la relevancia invisibles en los discursos universales, sino también sometidas al masculino lla-
de la asimetría entre las formas femeninas y masculinas) . mado 'genérico', que, al representar a la humanidad entera, las convertiría en
diferentes a la norma universal.
La confluencia de estos supuestos, refonnulados para adecuarlos a su objeto El funcionamiento del sistema de género gramatical se puso en cuestión por
de estudio, es el punto de partida de los primeros feminismos lingüísticos, de base tres motivos iniciales, que hacían dudar de su eficacia. Un primer motivo es que no
estructuralista, cuyas investigaciones se desarrollan hasta la actualidad, a partir de es paralelo: la frase "Los derechos del hombre" puede incluir a mujeres, mientras
los años 70 del siglo XX. Dichas investigaciones se centraron primero en el inglés "Los derechos de la mujer" no puede incluir a los hombres. Un segundo motivo es
y en otras lenguas europeas como el alemán, el francés, el catalán o el español. En que, por su doble valor específico/genérico, resulta con frecuencia ambiguo: "Los
unas décadas, se habían extendido a gran variedad de lenguas para incluir algunas derechos del hombre" puede incluir a mujeres en unos casos y en otros no. En
más minoritarias y otras no occidentales, con o sin sistema de género, como el tercer lugar, puede convertirse -y, de hecho, se convierte frecuentemente- en ex-
húngaro, el chino o el japonés . clusivo, pues excluye a las mujeres del grupo si se considera de forma androcéntri-
Los estudios muestran resultados coincidentes : en las lenguas analizadas, pa- ca (como en "Todos los valencianos debemos luchar contra el cambio climático
rece existir una representación "establecida" de las mujeres que podría calificarse renunciando a llevar corbata en verano", frase en la que, de forma implícita, se
de sexista, resida esta en las diferencias léxicas o en el uso del género gramatical niega a las mujeres su participación en la lucha contra el cambio climático).
masculino como 'no marcado'. A las diferencias en el vocabulario aplicado a
mujeres y hombres en el español, dedicaremos el apartado 2.2 . Antes, en el apar-
tado 2.1, nos centraremos en la crítica y el análisis del género gramatical realiza- Actividad 2. 1
dos desde los estudios de lengua y género.
En el texto siguiente , se reproducen los artículos 1 y 2 de la Constitución de la
Monarquía Española de 18 de junio de 1837. Analiza las expresiones masculinas
2.1. El género gramatical subrayadas. ¿Crees que el término 'españoles' tiene el mismo significado en
ambos artículos? Si crees que alguna de las expresiones es androcéntrica , expli-
ca tus razones para clasificarla así. ¿Se da alguno de los motivos que pueden
El género gramatical, que hay quien considera simplemente un sistema de con-
señalar la ineficacia del sistema de género gramatical?
cordancias entre elementos de la oración, ha sido examinado con lupa, y después
denunciado, por su posible repercusión en la desigualdad entre mujeres y hom-
Artículo 1. Son españoles:
bres. La denuncia se basa en el hecho de que existe en la mente de la comunidad
hablante un nexo entre género gramatical y sexo, y se identifica el comportamien-
1. Todas las personas nacidas en los dominios de España.
to del género gramatical masculino con la posición histórica de los hombres en el
2. Los hijos de padre o madre españoles, aunque hayan nacido fuera de
patriarcado. Como esta, el sistema gramatical del género parecería estar impreg-
nado de androcentrismo. España.
3. Los extranjeros que hayan obtenido carta de naturaleza .. .

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

Artículo 2._Los españoles, todos, sin distinción de nacimiento, son admisibles clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de
a los desfl?os Y los empleos eclesiásticos, civiles y militares, y están igual- sexos. [...]
mente ob/Jgados a contribuir a las cargas del Estado ... Es habitual en las lenguas románicas, y también en las de otras familias
lingüísticas, usar en plural los sustantivos de persona para designar todos los
. Las tres objeciones anteriores pueden aplicarse a este texto. El primer masculino individuos de la clase o el grupo que se mencione, sean varones o mujeres. Así
designa a hombres Y mujeres! _elsegundo excluye de su significado a las mujeres, pues, el llamado USO GENÉRICO del masculino es consecuencia del carácter
puesto que ellas ~o eran adm1t1dasen los empleos eclesiásticos, civiles o militares. no marcado de este género (RAE y Asociación de Academias de la Lengua
Ju:ga con la _amb'.güedadde la inclusión/exclusión femenina al utilizar el mismo tér- Española, 2009: I, §2.2a y 2.2b, 85).
mino ~asculm~ s_mmención explícita de cuándo las ciudadanas están incluidas en el
co~terndo s_e'.11ant'.co
del ~é~ino. Al alternar entre el masculino específico y el mas- Sin embargo, la justificación del funcionamiento del género gramatical mas-
~ulmo genenc,? sm,,trans1c10nalguna, se universaliza pragmáticamente el colectivo culino por el funcionamiento del género no marcado resulta, en primer lugar, circu-
varones e~panoles que pa~ece representar a toda la ciudadanía, aunque no sea así. lar, según entienden los estudios de lengua y género. No explica la vinculación que
En ese sentido, podemos cahficarlo de androcéntrico.
parece percibirse entre el género gramatical y el género sociocultural, al alegar el
. Por los tres ~otivos citados, los estudios de lengua y género han negado la capa-
cidad del masculino para expresar la genericidad y han postulado la necesidad de fo- carácter puramente formal o gramatical de la categoría y de las relaciones que se
ment~r usos verbales alternativos verdaderamente incluyentes cuando se desee incluir producen en su seno . Además, es una descripción parcial, porque las pautas del
ª mu1,;resY ho~bre~,CP·et, ~i en el artículo 1 del ejemplo anterior sustituyésemos la sistema que rigen el funcionamiento asimétrico de la categoría gramatical de género
frase Son espanoles por Tienen nacionalidad española"). constituyen un entramado más complejo que el formado por una relación unívoca
del tipo "femenino-marcado/masculino-no marcado", como ha desvelado Aliaga
Jiménez (2007).
2.1.2. El género no marcado y el masculino sexuado Para empezar, según Aliaga, resulta problemático asignar una propiedad es-
tructural a una categoría cuando dicha propiedad solo concierne a un número res-
La den~mc!a de un _Posible sesgo androcéntrico en la utilización del masculino tringido de miembros de dicha categoría. Y es que, aunque todos los sustantivos
c?mo termmo_ ge~,énco ha sido respondida por lingüistas especialistas en el análi- del español se dividen en masculinos y femeninos, el supuesto carácter genérico
sis Y _la _descnpc10n de las lenguas, quienes remiten precisamente a sus propias del masculino solo afectaría a una parcela léxica concreta . No concierne asustan-
de~cnpc1ones del funcionamiento formal de las lenguas como justificación- no tivos de persona sin diferenciación sexual (vecindario, pueblo, víctima); tampoco a
existe sesgo androcéntrico en el sistema de género; se trata, simplemente, de ~ue, los sustantivos no animados que establecen relaciones entre árbol y su fruto (al-
en castellano, el no marcado es el masculino y como tal debe utilizarse. Dicho en mendro/almendra) o de tamaño (jarro/jarra), por ejemplo. Concierne únicamente
~tras palabras, para justi_ficar ~¡ funcionamiento de un sistema que ha sido cues- a algunos nombres animados que presentan oposición de género y sexo, pero no
tionado, se apela al fu~c10nam1ento del sistema. Como dijo Celia Amorós en otro siempre a los heterónimos, esos pares de palabras con términos diferentes para el
c?ntexto, la respuesta mcurre en la "falacia naturalista": la derivación de un enun- masculino y el femenino (toro/vaca). Es más, en algunos pares heterónimos de
ciado_de carácter normativo, que afirma algo concerniente al deber ser a partir de animales, el término no marcado sería el femenino (Las ovejas se encuentran pas-
premis~s purament~ d~scriptivas que se refieren solo a aquello que es. tando, donde el término 'ovejas' puede contener a ovejas y cameros).
. La idea ~e un termmo marcado' y otro 'no marcado' entró hace décadas en la Este comportamiento restringido ya resulta significativo en cuanto que pare-
Jerga gra~a~tca_l. La Nueva Gramática de la Lengua Española establece los con- ce remitirnos a la posibilidad de que la clasificación lingüística y cognitiva de la
ceptos de termmo no marcado' y 'término marcado' de la siguiente manera: realidad pueda originarse en términos de la experiencia humana y no solo sea
una cuestión formal, sin vinculación con la experiencia. En ese sentido, algunas
El GÉNERO NO M~RCADO en español es el masculino, y el GÉNERO autoras interpretan que la atribución de género no marcado a los términos feme-
MARCADO _e~_el f~me~mo. [ .. . ] La expresión no marcado alude al miembro ninos de los dos principales animales domésticos (Las ovejas pacen m el prado ,
?e una opos1c1on.bmana que puede abarcarla en su conjunto, lo que hace por ovejas y cameros, o Tener vacas da mucho trabajo, por vacas y toros) se
mnece~ano menc1~nar el término marcado. Cuando se hace referencia a debe a la importancia de contar con hembras reproductoras en la ganadería. Si
susta_ntivos que _de:1~nan seres animados, el masculino no solo se emplea para
esto fuese así, sería muy dificil negar alguna conexión entre la estructura asimé-
refenrse a los md1v1duosde sexo masculino, sino también para designar la

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

trica del género para muchos sustantivos sexuados referidos a seres humanos y cia. El carácter no marcado del masculino se manifestaría en la regla según la cual
la estructura social patriarcal en la que se desarrollaron las lenguas. la coordinación de dos o más sustantivos de género distinto impone el masculino
en el adjetivo, el participio o el pronombre que concuerda con aquellos: Esta ha-
bitación tiene techo, paredes y suelo blancos; los voy a pintar . Sin embargo,
Actividad 2.2
cuando el adjetivo precede o sigue inmediatamente al término femenino, puede
concordar "por proximidad" en femenino: Esta habitación tiene techo, suelo y
Interpreta las _ si~uientes frases y responde a la pregunta: ¿actúan las formas
paredes blancas . Así pues, el masculino también muestra ciertas restricciones
mas~uhnas s1gu1entes como términos 'no marcados'? Si crees que no es así,
como término no marcado en la resolución de la concordancia.
¿que razones se te ocurren que puedan explicarlo? ¿Podría indicar este hecho el
origen del género 'no marcado' o su interpretación? Todo ello lleva a Aliaga a concluir que la categoría 'marcado/no marcado' go-
za de una cierta inestabilidad . Para él, el principal foco de inestabilidad de la cate-
goría se encuentra en la relación asimétrica de sus miembros . Entre otras razones
a) Los azafatos de Iberia están en huelga para no ser absorbidos por otra em-
presa. porque, al coincidir formalmente el término no marcado con uno de los términos
b) Hay que contratar parteros para el nuevo hospital. de la oposición que, en los nombres de persona, es siempre el masculino, este se ve
c) El parque está lleno de prostitutos . sometido a tensiones de signo contrario que forman parte del propio sistema, que ,
d) Necesito un enfermero que cuide de mi vecina impedida. de una parte, prevé el funcionamiento del masculino como término referencial-
mente neutro y, de otra, lo vincula sólidamente con un rasgo de sexo específico. Si
_Elcarácter 'm~rca~o' del femenino no parece afectar a profesiones ocupadas esto es así, la inestabilidad se manifestará en la interpretación específica (en lugar
trad1c1onalY mayontanamente por mujeres, para las que la forma masculina (azafa- de genérica) del término no marcado, punto que se tratará en el apartado 2.1.5.
to,_enfer,:zero, amo de casa, partero, prostituto, matrón) no parece servir como tér- A la vista de la inestabilidad de la categoría de género descrita anteriormente
mmo universal, no marcado, y se interpreta como masculino específico (En Hay que y su poca funcionalidad en otras lenguas, hay lingüistas como Roger Lass o Peter
contratar par~eros para el nuevo hospital, 'parteros' dificilmente se entiende que Trudgill que ven el género tan vacío de función que lo han llegado a comparar
abarqu~ a muJeres). Este comportamiento es similar al de otros sustantivos cuyo con el pezón masculino: un fardo histórico carente de función . Funcionalmente
mas~ulmo _plural t_ampo~oparece englobar a mujeres: monje/monja, brujo/bruja,
sería un lujo, una categoría redundante sin papel en la gramática y la comunica-
mandolmu1er, varonlmu1er, yerno/nuera y, cada vez más, hombre/mujer .
ción, al revés que otras categorías como el número y el tiempo. Varias son las
El hech~ de que los masculinos de nombres de profesión, o agentivos , en los
que la moc10n de género se ha producido desde el femenino hasta el masculino razones que aducen quienes ponen de manifiesto esta "falta de utilidad" del géne-
(azaJ_ato,enfermero, amo de_casa, partero, matrón, niñero, modisto ...), tengan tan- ro. Entre otras, que en ninguna lengua pidgin o criolla se ha introducido la catego-
t~s dificultades para convertrrse en genéricos podría significar que Ja forma mascu- ría de género y que el inglés, a lo largo de su evolución, ha prescindido casi to-
lina_del resto de términos sexuados tiende a producir primariamente imágenes de talmente de él. Se trataría, además, de una categoría no universal, puesto que
var?n Y qu_eestas solo nos _chocan cuando se contradicen con nuestra experiencia existen lenguas sin género gramatical.
(quienes atienden mayontan~mente en l?s ?artos son mujeres). En los casos en que
no choca su uso es porque ahentan una optica androcéntrica o son producto de ella.
Amb~s argumentos incitarían a los estudios de lengua y género a promover usos al- 2.1.3. ¿Es el género gramatical "el pezón masculino"? ¿Tiene valor
ternativos al masculino genérico que representen con mayor equidad a mujeres y
?omb~e~ ~ver 2.4.3). De h_echo,es muy elocuente que Aliaga (2007) exprese que la
semántico o únicamente formal? El género en la teoría lingüística
1mp~~1b1hdaddel masculino para ser utilizado como genérico en los pares niñe-
ralnmero, a~a d_ec~salamo de casa , modista/modisto, azafata/azafato , etc., "se de- La configuración asimétrica de la categoría del género gramatical tratada en el
be a la relac1on s1metnca entre ambos miembros". apartado anterior es uno de los elementos más intrincados e intrigantes para los
estudios de lengua y género y también uno de los que tropiezan con respuestas
~demás, la relación asimétric~ que mantienen los miembros de la oposición más desalentadoras. A presentar el debate sobre la función, el origen y el signifi-
de genero s~ comporta d~ f~rn:a diferente en el plano léxico estudiado en los pá- cado del género gramatical dedicamos este apartado.
rrafos antenores y en el smtact1co, como puede ser la resolución de la concordan- Cuando los estudios de lengua y género exponen los argumentos que parecen
vincular la gramática a la sociedad (el género 'no marcado' se comportaría como un

22 23
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

espejo de los hombres en el patriarcado), sistemáticamente se produce una reacción basados exclusivamente en elementos fónicos que tenían poca consistencia, dado
por parte de algunas escuelas lingüísticas que niegan la relación entre gramática y que no existe en español una correlación unívoca entre las vocales finales de los
androcentrismo, e incluso -lo que es más sorprendente- entre gramática y sexo. sustantivos y sus rasgos de género . Otros se centraron fundamentalmente en el
Efectivamente, desde ciertas corrientes de la lingüística, dos son las alegacio- género como mecanismo de concordancia .
nes hechas a la crítica feminista del pretendido uso androcéntrico del género gra- A favor de la corriente formalista, hay que decir que sería imposible estable-
matical. Una (que se ha examinado en el apartado anterior), que el uso del mascu- cer una correlación estricta entre género y sexo sin entrar en conflicto en nume-
lino como genérico responde al mecanismo económico de las lenguas a través del rosas ocasiones . La supuesta arbitrariedad semántica del género gramatical que-
sistema 'marcado/no marcado'. Así, el género en español estaría organizado en daría ilustrada por la existencia de sustantivos con referente humano que pueden
una estructura de dos términos, femenino y masculino, que funcionan asimétrica- ser bien masculinos , bien femeninos, pero indiferentes a la diferenciación sexual
mente: el femenino tendría carácter 'marcado' frente al masculino, que sería el (marimacho ); sustantivos epicenos (sean masculinos o femeninos, no tienen rela-
término 'no marcado' de la oposición y representaría a la categoría. La otra alega- ción con el sexo de las personas a quienes se aplican: víctima, personaje); nom-
ción es que el género es una categoría gramatical con carácter puramente formal bres de seres inanimados (que carecen de sexo); el género de los animados de la
desligada del sexo. Lo que llamamos 'género de las palabras' -se aduce- no es escala más baja animal (cucaracha, escarabajo), y el pequeño porcentaje de
más que un mecanismo de la lengua para establecer relaciones de concordancia. sustantivos con sexo a quienes se aplica (profesor/profesora), frente a una mayo-
Esta alegación se pronuncia desde una de las tendencias que ha regido la lin- ría de sustantivos sin sexo (árbol). Los enfoques formalistas acentúan precisa-
güística contemporánea durante unos años, la cual predica la arbitrariedad semán- mente la falta de una regularidad absoluta a la hora de asignar sexo u otra catego-
tica del género. En esta línea se encuadrarían quienes consideran el género grama- ría (por ejemplo, tamaño o árbol/fruto), así como -en lingüística contrastiva- la
tical una categoría gramaticalizada que deriva de una puramente lingüística, diferente manera de asignar sexo según el tipo de género gramatical de cada
mecánica y formal, cuyo fin es cohesionar elementos mediante la concordancia y lengua.
que está motivada única -o principalmente- en criterios morfológicos o fonológi- Otras corrientes lingüísticas, sin embargo, consideran que en el género grama-
cos, no semánticos. Sería, por tanto, el género una clasificación formal y arbitra- tical concurren una forma de expresión y una forma de contenido y que el género
ria, desprovista de cualquier significado. Dicho de otra forma, el género en espa- se proyecta sintagmáticamente a través de procesos de concordancia dentro del
ñol solo serviría para cohesionar sustantivos-artículos-adjetivos y participios dominio del sustantivo que organizan el discurso. Pero no se trataría de una cate-
pasivos, Y establecer una cadena de referencias mutuas entre esos elementos y los goría totalmente arbitraria, ni puramente formal, al estar dotada, al menos par-
pronombres y otras partículas anafóricas que ayudasen a descodificar los mensa- cialmente, de valor semántico relacionado con la diferencia sexual, entre otras
jes de la forma más rápida y económica posible. Pero la separación de sustantivos realidades (Aliaga, 2007). Y es que resulta dificil negar la regularidad semántica
en género masculino o femenino no sería sino puro azar. del género gramatical, sus funciones discursivas y su correlación cognitiva.
No siempre la lingüística (o la gramática) se ha decantado por las tendencias De hecho, como se ha apuntado ya, si estudiamos la concepción del género
formalistas, ni antes del siglo XXI ni en la actualidad. Debemos el término 'géne- desde la Antigua Grecia hasta nuestros días, y a la luz de los estudios en lenguas
ro' gramatical al filósofo griego Protágoras, quien lo acuñó para designar el sis- diversas de los últimos años, podemos percatamos de la regularidad de la atribución
tema por el cual indicamos si el referente es macho, hembra (de ahí la denomina- semántica al género gramatical a lo largo de la historia (Calero, 2006a; Kilarsky,
ción 'masculino' y 'femenino') o neutro, a través de un complejo sistema de 2007). Tanto en la época clásica como en la medieval, la asignación de género se
concordancia y desinencias . Después de él, la gramática tradicional mantuvo du- atribuía en general a la naturaleza (o lo que se leía como natural). Dicho de otro
rante años esta supuesta base semántica del género (Calero, 2006a), si bien, en el modo, la división entre sexos y las supuestas actividad masculina y pasividad
siglo XIII, ya Ockham consideraba el género una categoría innecesaria y carente femenina estarían en la raíz de la división y la clasificación de sustantivos. Durante
de sentido, muy distinta del número, que sí creía necesaria y universal. El estruc- los siglos XVIII y XIX, la lingüística se centró en el estudio del origen del género del
turalismo intentó superar las limitaciones de la descripción tradicional de base indoeuropeo, esa protolengua de la que derivarían casi todas las lenguas europeas
semántica que se resumirán más adelante, centrándose en elementos formales. De actuales. Para Herder, Humboldt y Grimm, habría que buscar el género en la
hecho, parte de los trabajos del estructuralismo en España suponen un intento de personificación, en los seres inanimados, de las propiedades atribuidas a los
prescindir de cualquier referencia al significado, y llegan hasta a tratar de pres- animados, como extensión al reino de los objetos de las cualidades de los seres
cindir también de los mecanismos de concordancia. Hubo análisis descriptivos vivos tal como los veían esas civilizaciones. Para Humboldt especialmente, las dos

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Lengua y género Género y representación : la política del nombr e

cualidades que confonnaron la construcción de la gramática del género fueron la este caso, el sexo), ya no se puede definir como categoría vacía y puramente gra-
percepción humana y la capacidad cognitiva de categorizar. matical. La referencia a la experiencia se refleja en el léxico, por ejemplo, a través
Según Kilarsky, la escuela neogramática cuestionó estos supuestos, no tanto de la desinencia -o/-a o el artículo el/la. "La semántica nos proporciona los crite-
porq~e n_egase de fonna rotunda la conexión entre gramática y realidad (sexo, rios para juzgar el género como categoría conformadora de orden semántico y
tamano, arbol/fruto, etc.), sino porque consideró que esta analogía era menos im- gramatical" (Arias, 1995: 24).
P?rtante que un reanálisis morfológico de ciertas desinencias que se habría produ-
cido a lo largo del tiempo. Mientras posteriormente las escuelas más formalistas La pregunta inicial que nos planteamos se refiere al tipo de significado, es
negarían la base semántica del género en el siglo XX, algunas de las estructuralis- decir, ¿se trata de un significado lingüístico en el sentido estricto, o de un
t~s de finales del XIX y principios del XX influidas por la antropología ( como Sa- significado gramatical, y, por ello, metalingüístico? ¿O habrá algún indicio,
p1r Y Whorf) o la psicología (como Sperber) trataron el género como el resultado como en principio creemos, que nos permita diferenciar ambos tipos de
de la interacción de fuerzas estructurales y extralingüísticas. Establecieron analo- significado , de manera que, por una parte, la expresión de género lo sea de una
gí_as entre el gé~ero _Y~actores como las religiones, los períodos matriarcales y parcela de la realidad y de una función categorial perteneciente a la gramática?
~ornadas de la_historia mdoeuropea, el clima y la geografia, la energía mágica e Desde luego, que si se llega a demostrar al menos algún caso en el que el
monema de género cataloga y "etiqueta" la concepción social de una parcela de
incluso_ la puls1ón_sex~al masculina. Martinet postuló que la asignación de género
la realidad, es decir, organiza una zona de experiencia por mínima que sea, será
gramat~cal a los mammados tenía su base en los supuestos rasgos femenino y forzoso reconocer que el género [gramatical] se sale semánticamente de las
masculmo de pasividad y actividad.
categorías morfemáticas. La aceptación de lo contrario supondría negar a priori
Ya en nuestros días, una visión puramente formalista es defendida solo por la base significativa sexuada y de otras dimensiones [p. ej., el tamaño], que se
algu~as escuelas. Frente a ellas, lingüistas como Corbett (1991) insisten en sus muestran con frecuencia demasiado evidentes (Arias, 1995: 26).
tr~baJos en el ~rgu~ento de q~e existe una base común en todas las lenguas de
~ene~o. de mot1vac10n semántica o referencial. Todos los estudios descriptivo- Y es que, como suponía Hjelmslev, su estructura fonnal (concordancia entre ele-
tlpolog _1cos ~~e expl~ran los principios semánticos comunes y la organización de mentos) no impide, sin embargo, que la categoría del género gramatical, tomada en
la clas1ficac10n nommal en _lenguas diversas coinciden en lo inadecuados que conjunto, sea significativa, por lo que habría que abandonar el prejuicio consistente
resu(tan los enfoques ~xclus1vamente formales del género. Entre otras razones, en considerar, a priori, tal categoría desprovista de razón; una vez constatada la exis-
p~r 1g~orar la ~rese~~ta de la base semántica que se refleja en las propiedades tencia de una categoría fonnal, debemos presumir que tiene un fondo significativo.
pnmanas de ammac1on/sexo, así como en criterios secundarios como propieda- Como expresa Kilarsky, el rechazo a la motivación cognitiva y la insistencia
des fisicas o como que sean o no contables. ' en la naturaleza casual del género gramatical anulan la posibilidad de un estudio
Alexandra_ Aikhenv~ld (2000) es otra de las voces internacionales que han más universal del género gramatical en relación a las categorías cognitivas, y
mostrado su d1sconform1dad con la concepción meramente formal de la categoría. oculta su desarrollo histórico en cualquier lengua. Por otra parte, el estudio del
Para_Ai1<!1envald, el "género es probablemente la única categoría gramatical que género y otros sistemas de clasificación nominal ofrece una ventana única para
refleJ~ _directamen~~ [ ... ] tr~~sfonnaciones y fen~menos sociales" (2000: 347). estudiar cómo los seres humanos construyen representaciones de la estructura
Tamb1en la ~xtens10n metafonca de los géneros ammados a los inanimados apun- lingüística y la codifican en sus gramáticas (2007: 31-32): es decir, cómo su vi-
ta a correlaciones con parámetros culturales. sión del mundo explica su sistema lingüístico y cómo esa explicación queda codi-
Por ?tr~parte, parece c_Iaro_
1ue el g~n~ro sí goza de ~unción, como apuntan su ficada en sus manuales gramaticales. Kilarsky, por tanto, parece seguro de que la
rol semantJco en la orgamzac1on del lex1co y sus func10nes referenciales en el "visión del mundo" de las escuelas lingüísticas (su ideología) ocupa un papel
discurso. relevante en la forma en que tratan la lengua y su funcionamiento.
En _España, dos autores contemporáneos que conceden significado al género
gra~atical_ son Aníbal Arias Barrerlo (1995) y Théophile Ambadiang (1999).
Am_bal Ar_1asha hecho ver la incidencia que la evolución del pensamiento y la 2.1.4. El sistema de género desde los feminismos
sociedad tiene en la lengua como depositaria de la cultura y en cuanto mecanismo
represe~tativo de la ideación . Afinna Arias - en línea con Hjelmslev- que, si una El papel de la ideología en la metanarración del género es acentuado por feminis-
categona (en este caso, el género gramatical) asocia contenidos de experiencia (en tas como Patrizia Violi, para quien analizar la forma en la que "la categoría del

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

género ha sido descrita por la teoría lingüística [formalista] es una forma de reco- las clasificaciones inconscientes ? ¿Cómo los conceptos de lo femenino y lo mas-
rrer una ~e las muchas re~ucciones de las que ha sido objeto lo femenino" (1991: culino han desempeñado un papel tan importante en el primitivo "inventario de la
3?,~- ~egun ella, el recorrido por las explicaciones del género hechas por la lin- experiencia" de la raza humana corno para permanecer inscritos en todos los
gu1st1ca formalista de los siglos XIX y XX revela un elemento común. idiomas, si no son más que una casualidad, simples hechos sin significación pro-
pia ni simbolizados antes de que el idioma, con su inercia, los impusiera? La hi-
~I rasgo común a todas las distintas explicaciones elaboradas por los Iingüis- pótesis formalista no resuelve las contradicciones.
~~ [sic) parece s~r la ocultación de la diferencia sexual que se manifiesta en el
Los estudios de lengua y género se cuestionan, además, por qué se originó el
1~1omay la negación d~ su pos_iblesentido. El género, en cuanto categoríagrama-
tical portadora de esa diferencia dentro del idioma, se reduce así a una forma va- sistema de género en su momento; si las categorías son motivadas; cómo uno de
cía, ar~i~raria,ilógi~~y carente _de sentido, sin motivación semántica( ... ) cuya los géneros se convierte en el no marcado y capaz de representar las dos catego-
formacwn Y evoluc1onson debidas a causas estrictamente internas del idioma rías además de la suya propia; si va camino de su extinción, y si interviene en la
como la evolución fonética, el papel de la analogía o similitudes morfológicas. forma en la que el ser humano percibe la realidad.
[: ·.] E_sta ~~ una interpretaciónde los datos que presenta el aspecto de ser una ra-
c1onahzac1ondel fenómeno,y como sucede a menudo con las racionalizaciones
se revela como algo profundamenteirracionaldesde el momento en vez de expli~ Actividad 2.3
camo~ la naturaleza del_problema, esconde sus datos, ocultando su alcance, para
reducirlo a un mero accidentecasual (Violi, 1991 : 48). Describe lo más detalladamente que puedas las similitudes entre el funciona-
miento del género gramatical y la relación entre mujeres y hombres a lo largo de
Las críticas feministas no confunden sexo con género, algo de lo que se las ha los siglos. Puedes basar tu comparación en los mitos patriarcales más relevan-
~cusado, pero recuerdan que el sexo sí es operador semántico de género en espa- tes, p. ej., la creación de Adán y Eva.
nol Y e~ otras muchas lenguas. Aun sabiendo que esta motivación no es la única y
que_existen otras, nonnalmente más débiles -animación (segador/segadora), ta-
ma?? (cha,~colcha~ca, pero cuchillo/cuchilla), cantidad (leño/leña), etc.-, resulta Tres catedráticas, de las universidades de Lleida, Leipzig y Bolonia, respecti-
casi 1mpos1ble obviar el sexo . Como afirma Arias Barredo: vamente, han tratado de dar respuesta a algunos de estos interrogantes . Según
explica la primera de ellas, María Ángeles Calero Femández (2006a), el género
No_esque[ ...)_pongam?s el "sexo" como pedestal único e inamovible para gramatical en español es el resultado de una simplificación del género en latín ,
construir una teona del genero. Pero estamos convencidos de que negarlo que es a su vez una remodelación de lo que creemos que fue el género en la hipo-
tozudamente, en cuanto motivación fundamental y generalizadora, representa
tética lengua protoindoeuropea. El latín contaba con tres géneros que respondían a
nega~ una buena razón histórica y científica que el mismo sistema del español
nos impone constantemente, y que vivenciamos a través de creaciones una división entre seres inanimados, a los que correspondería el género neutro, y
analógicas dentro del (ámbito semántico del nombre), tanto se trate de humanos seres animados, divididos en animales hembras y machos, y a quienes correspon-
como de animales ( 1995: 45). derían, respectivamente, el femenino y el masculino. La distribución no puede
sino responder a una preocupación cultural por distinguir entre mujeres y hom-
Las descripciones del funcionamiento del género elaboradas desde la lingüís- bres, y entre machos y hembras, según explica Calero. Esta remite al gramático
tica formalista no pueden responder a preguntas como las que formula Violi Varrón, quien, en su De lingua latina, fundamentaba la distinción gramatical en la
~1991: 46-48): ¿cómo podemos explicar el hecho de que, por lo menos en el caso importancia que tenía para la cultura romana distinguir el sexo de cada especie.
mdo~uropeo, e? todos los idiomas aparece una distinción entre masculino y fe- Un ejemplo ilustrativo aportado por el propio Varrón es que columba ('paloma')
menino, es de~1~,.se expresa lingüísticamente una categoría [el género gramatical] perteneció al género femenino y no tuvo masculino (columbus) hasta que se cria-
como la opos1c10n sexual, de por sí extralingüística? ¿Está generada semántica- ron estas aves para uso doméstico.
me?te ~ partir de la experiencia de la realidad o es una pura forma lingüística Para Calero, la prueba más tangible de que el género gramatical en indoeuro-
arb1t_rar'.~ Y_carente de sentido, un puro accidente, como propugnan ciertas escue- peo se construyó sobre parámetros culturales es que se le atribuyeron una morfo-
las lmgmst1cas del XIX y principios del XX? Y, si así fuera, ¿cómo este "acciden- logía y un funcionamiento jerárquicos:
te" supuestamente burdo e irrelevante ha podido condicionar tan profundamente

28 29

..................................................... = ......=...-...."""'"""""---------------------------------------
_,........__....._......._....._"""""""""'"'"'"""'"""' - --- - - - ·-- --·-
Lengua y género
Género y representación: la política del nombr e

Por un lado, el masculino y el neutro presentabanel mismo tema d 1


solía d · 1 ti · , e que se gico a la categoría cultural del género (social y gramatical). Ella considera el gé-
. , envar e emem_no , 1o cual nos recuerda el mito judeocristiano de la
cre~c1?nde Eva a partITde la costilla de Adán O del mito grecorromano del nero gramatical el resultado de una inversión semántica previa , inversión extra-
nac1m1entode Palas Atenea, salida de la cabeza de Zeus a consecuencia de lingüística de por sí, pero ya simbolizada en el momento en que organiza la dis-
hachazo: estamos ante la dependencia social del sexo femenino como t, _un tribución nominal según determinadas categorías. No sería el dato biológico de la
con:ipartidopor muchas culturas. Por otro lado, el masculinotenía dos funci:~:s~ diferencia de sexos lo que estructuraría la categoría del género , sino la simboliza-
d~s1gnara los machos y designar toda la especie; por consiguiente englobab~ ción que esta diferencia ha padecido con respecto a estructuras que parecen ante-
a gunas vec~~a las hembras, convirtiéndose el femenino en el géne;o marcado riores e independientes de las formas gramaticales específicas con las que quedará
en la excepc1ona la regla, en lo que se aleja del patrón, que es masculino. ' reflejada en cada lengua hasta llegar a un dato común de las lenguas de género: lo
femenino se absorbe por lo masculino. Las excepciones a esta regla son el diyari
Por todo ello, "el ~éne;o gramatical es un reducto de la jerarquía entre los se- (lengua aborigen australiana), la lengua nilótica masái de África oriental , la cushi-
xos al _establecer la pnmac1~ ~el masculino sobre el femenino" (2006a: 243). ta afar (una de las ometo orientales habladas en Etiopía), el koyra (variedad
. El_1sabeth Burr, catedratica de Filología Románica de la Universidad de songhai hablada en zonas de Mal i), algunas lenguas dravídicas (del extremo me-
Leip~ig, s~ adentra en_la co?_cepción que las sociedades han tenido del énero ridional del subcontinente indio), las iroquesas (habladas por las comunidades
va mas alla de la cons1derac1on de Calero Femández del , ~ y
pasado. Burr afirm , . . . genero como residuo del nativas norteamericanas) y el guajiro (del Caribe colombiano-venezolano) , en las
. ~ que 01 la preemmenc1a m la naturaleza supuestamente que el femenino tiene el valor universal, si bien las mujeres aparecen clasificadas
u_mversal del masculmo (e_nlas lenguas románicas que estudia) son hechos de los como seres inanimados (Corbett, 1991). En todas las demás lenguas con género,
st
si e~as de las lenguas,. smo "un constructo elaborado conscientemente a través el término no marcado siempre es el masculino. De esa forma, el lenguaje refleja-
del !tempo hasta convertirse en una doctrina" (2012 : 37). Se trataría de
ría en su propia estructura la diferencia sexual mediante la categoría del género
1~¡~ tr
un_a c~nS ucción que_supone un tipo de planificación lingüística con un fin
rmma o. Ambos fenomenos representan una parte integral de la doctrina
gramatical, que, aunque no es universal, al menos se encuentra presente en las
lenguas que derivan del indoeuropeo y en las semíticas, y que atribuye a lo mas-
que, ~mpezando por la sexualización del género gramatical se construyó culino y lo femenino lugares y funciones . La lengua lleva incorporada la diferen-
consc1entem~ntea lo largo de los siglos, y en la que e.1 ord~n natural ue cia sexual en su estructura y en el uso que de ella hacemos, y transforma la dife-
propugna comc1decon la idea de la mayor dignidad de fos homb fi ql rencia sexual - un dato "natural", extrasemiótico- en estructura simbólica dotada
muJeres (2012 : 29). res rente a as de significación y a la vez productora de sentido.
Las hipótesis de Calero Femández , Violi y Burr, al plantear que el género es
, Tal construcción, pese a no haberse realizado de forma idéntica en todos los un producto histórico, sugieren que también es susceptible de transformación. De
pa1ses Y las lenguas, en todas ellas ha tenido un mismo fin: hecho, en la historia de las lenguas, se ha documentado tanto la reasignación de
género gramatical como la transformación del sistema de género . El inglés, sin ir
[ .._.]_la ~dificaci~nde un orden natural donde se concibe el masculino como el más lejos, perdió paulatinamente el sistema de género durante su evolución de
ongmano, el pnmero, el activo, el más digno, el que se acomoda me·or a inglés antiguo a medieval, a lo largo de los siglos XI a XIV. También formas,
nu~stro pensamiento, el más noble, mientras el femenino se concibe ~orno palabras y usos han mudado, aparecido o desaparecido para hacer sitio a nuevas
denvado del masculmo, el secundario, el pasivo el menos digno aquel
realidades o formas de conceptualizar el mundo . Varias autoras han documentado ,
es el centro ~e nuestro pensamiento, el menos ~oble. Este arde~ no hac:u:i~~
por ejemplo, cómo la humanista italiana del siglo XV Laura Cereta innova la
retomar ~I ~ito de la formación de Eva a partir de la costilla de Adán afirmar
la supe_r~ondad del macho sobre la hembra y contribuir a la exclus,ión la lengua latina al utilizar en sus textos nombres y adjetivos que en latín clásico se
ocultac10nde las mu1eresen el discurso (2012: 37). y declinaban solo en masculino, pero que ella conjugaba con el femenino de la
tercera declinación (-trix, como enfaratrix) . Feminizó , por tanto , la lengua latina ,
d P~ra ~io~_ (l 991~, catedrática en Bolonia, el problema precisamente es enten- al no sentirse reconocida en los modelos patriarcales que la lengua le ofrecía.
er_?orno ~. !ferenc1a sexual, dato biológico, y, por tanto , anterior a la estructu Para la lingüística feminista, además, si se acepta el supuesto de que el género
racio~ sen:11ot1ca , se elabora social y culturalmente , es decir se "semiotiza" ai gramatical carece de función , quedaría la duda de por qué ha persistido durante
estar mscnta en un complejo sistema de representaciones : el ;aso del sexo bioló- tanto tiempo en muchas lenguas . Porque , aunque el sexo no sea la única opción
clasificatoria mental, puesto que existen lenguas con hasta dieciséis géneros dife-

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31
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

rentes, el género tiene la función de clasificar los objetos y los seres. En ese senti- 90 del siglo XX en los Estados Unidos, y sus conclusiones fueron muy parecidas:
do, es posible preguntarse si tiene alguna relación el género lingüístico con nues- dieron como resultado una respuesta negativa a la descodificación del masculino
tra percepción y conocimiento de la realidad: quizá intervenga especialmente en genérico como referido a mujeres y hombres indistintamente.
el mantenimiento de la óptica androcéntrica. Porque resulta evidente que la mane-
ra en que un idioma selecciona ciertas cosas (y no otras) a la hora de organizar el
mundo en géneros contribuirá a determinar la forma de percibir lo real y de confi- Actividad 2.4
gurar la experiencia de la comunidad que lo habla. No hace falta ser estrictamente
d~terrninista para intuir que "la organización de la lengua influye en el sistema Presenta una de estas frases a personas de tu alrededor que no cursen tu misma
s1mbóli~o ~ ~ognitivo ~e quien ~a?la desde el momento en que los géneros (sean carrera. Después de leerlas (no antes), pide que te indiquen si la imagen que se
dos o d1ec1se1s)tenderan a ser v1v1dos como categorías naturales a las que llevar ha formado en sus mentes al oírlas incluye o no a mujeres. ¿Qué frase produce
la experiencia de la realidad" (Violi, 199 I: 41 ). más efecto androcéntrico? ¿Quiénes "ven" a mujeres en las frases, los varones o
Precisamente por ello, según Calero Femández, en el mundo contemporáneo, las mujeres, la gente mayor o la gente joven? ¿Cómo las interpretan niños y ni-
qu~ se presume igualitario, la gramática del género produce conflictos en su uso y ñas de entre 4 y 6 años?
su mterpretación. El género gramatical es el resultado de las necesidades comunica-
tivas de unas c_ulturas concretas. Se ha ido transformando a lo largo de los siglos El hombre inventó la rueda.
( c_omo se ha dicho, en el paso del latín al español, prácticamente desapareció el Los hombres primitivos pronto aprendieron a curar a sus congéneres.
genero neu_tro)y, para Calero, si va a ser útil lingüísticamente, tendrá que adaptarse El enfermo obediente y dócil sana antes.
a los camb10s sociales que se están produciendo. Si el hecho de que el inglés cuente Los que son buenos alumnos en el instituto acaban yendo a la Universidad.
con unos meros residuos del sistema de género en los pronombres de tercera
persona llevó a relevantes lingüistas a creer que el sistema de género es un fardo Compara tus resultados con los experimentos que se describen a continuación
histórico sin función condenado a la extinción con la evolución, los estudios de en este apartado.
lengua Y género se pueden permitir creer que la denuncia de su funcionamiento
forma parte del proceso de su transformación.
Los estudios empíricos sobre la lengua inglesa demostraron que los masculi-
nos genéricos frecuentemente se entienden como específicos -representan a varo-
2. 1.5. Descodificación y cognición del masculino genérico nes solamente- y que la gente que los escucha percibe a menudo una imagen
mental de masculinidad. Las fonnas genéricas men ['los hombres'] y man ['el
Se ha dicho en 2.1.2 que la categoría marcado/no marcado es relativamente ines- hombre'] y los pronombres masculinos utilizados como genéricos (he ['él']) son
table, entre otras razones por el hecho de que el ténnino no marcado coincide interpretados literalmente, como si la referencia fuese únicamente masculina y no
formalmente con uno de los términos de la oposición, que, en los nombres de general. Las investigaciones revelaron que eran particularmente los varones jóve-
per_s?na, es si~mpre el masculino. Este se ve así sometido a tensiones de interpre- nes quienes más tendían a asumir que el género gramatical masculino utilizado
tac1on. De ah1 que Corbett (1991: 220) subrayase la pertinencia lingüística de como genérico se refiere únicamente a hombres.
preguntarse si el masculino genérico es realmente descodificado por las personas Así pues, en esa interpretación, la variable del sexo no es irrelevante. En todos
~ec~p~oras en el sentido esperable, es decir, como referido a hombres y mujeres los experimentos llevados a cabo, se concluía que, aunque unas y otros tendían a
md1stmtamente. Para responder a esa pregunta, ha sido decisiva la contribución interpretar el pronombre masculino he ['él'] o el sustantivo man ['hombre'] en refe-
de la psicología social, al proporcionar demostración empírica de que el uso del rencia a varones, y no a varones y mujeres, eran los hombres quienes tendían a asig-
masculino genérico alimenta un sesgo cognitivo contra las mujeres. narle más un uso específico porque veían en él casi exclusivamente imágenes de
~on ~umerosos los experimentos realizados dentro de la psicología social para varón. Las mujeres, sin embargo, eran más proclives a leerlo como universal, y po-
med1~ ~l impacto de las formas consideradas androcéntricas en inglés en procesos dían "ver" en el pronombre a una mujer o a un hombre en frases como When a
cogmt1vos como la percepción, la comprensión y la memoria. La mayoría de las teenager finíshes hígh school, he can go to Universíty ['Cuando un alumno de se-
investigaciones se realizaron con hablantes de inglés en la década de los 70, 80 y cundaria termina sus estudios, puede ir a la Universidad']. Una posible razón de esa

32 33
Lengua y género Género y repre sentación: la política del nombre

disparidad puede hallarse, según una de las investigadoras, Wendy Martyna, en que, ejemplo, en 200 l se observó que el uso de términos genéricos masculinos en una
si no lo hicieran así, las mujeres se autoexc\uirían constantemente de la vida social. narración reduce el número de mujeres mencionadas que se recuerdan, y, en 1998,
Naturalmente, eso significaría que el aprendizaje del masculino podría ser di- que la proporción de hombres y mujeres que se cree que forman parte de un grupo
ferente en niños y niñas. Un niño aprendería que la expresión en masculino uni- varía según se utilicen o no términos no marcados para referirse a ese grupo. Los
versal siempre le incluye como sexo (niño, español, sevillano, alumno .. .) y quizá equipos investigadores que llevaron a cabo estos dos experimentos plantearon como
por ello excluiría automáticamente a las mujeres; una niña debería aprender a consecuencia la posibilidad de que la utilización de masculinos no marcados podría
discriminar cuándo el empleo del masculino la excluye y cuándo la incluye . Pero llegar a afectar a la promoción laboral, la oferta de puestos laborales e incluso el
la investigación de si es así y cómo se produce está por hacerse. nombramiento de cargos políticos, algo que demostraron parcialmente en 2005.
Otro experimento demostró que, ante dos relatos idénticos, excepto en que uno Se han realizado estudios, de nuevo en Alemania, sobre la interpretación de los
utilizaba masculinos genéricos y el otro formas femeninas y masculinas (he and términos masculinos en la Constitución . Gran parte de la población entrevistada
she, slhe ['él y ella']), los hombres recordaban mejor el primero, mientras las muje- entendía que el masculino utilizado genéricamente se entendía que excluía a las
res el segundo. El estudio partió de la base de que, si el masculino genérico excluye mujeres, incluso en la frase Diese beiden Arbeiter nehmen ihren Schwangerschaft-
a las mujeres, también intervendrá en el proceso de la memoria. Como se sabe que surlaub ['Tomando ambos trabajadores permiso por embarazo']. También se inves-
el proceso de recordar se ve afectado por la interpretación, que a su vez depende de tigaron las imágenes evocadas por sustantivos masculinos utilizados con valor ge-
la relevancia de la historia para la persona y de los propios intereses, se planteó la nérico como Lehrer ['profesor'] o Bürger ['ciudadano'] frente a los casos de doble
hipótesis de que los hombres, si interpretasen las referencias en masculino de forma forma (Lehrer/Lehrerin, Bürger/Bürgerin), para concluir que los masculinos evo-
específica y no genérica (es decir, "hombre" significaría únicamente 'varón', y no caban imágenes masculinas casi en exclusiva, mientras las dobles formas hacían
'varones y mujeres'), recordarían más una historia en la que se usase masculino pensar en ambos sexos.
genérico. A su vez, las mujeres recordarían más una historia en la que las referen- Las investigaciones disponibles sobre el español (Perissinotto, 1983 y 1985;
cias fuesen específicas ("ellos y ellas", "hombres y mujeres", etc.). El experimento N issen, 1997; Calero Femández, 2006a) ofrecen casi idénticas conclusiones a las
confirmó la hipótesis inicial, de lo que se concluyó que los masculinos son más referidas al inglés norteamericano: los varones asignan mayoritariamente a los
relevantes para los varones, que tienden a interpretarlos literalmente, mientras las masculinos genéricos una interpretación específica, referida solo a varones. Y
formas en las que se especifica a las mujeres son más relevantes para ellas. estos son, a su vez, quienes los utilizan con mayor frecuencia. El hispanista Gior-
En todos los experimentos, las mujeres también eran más proclives a utilizar gio Perissinotto (1983) , por ejemplo, estudió el efecto de la palabra 'hombre',
formas no androcéntricas (como serían en español las expresiones sus compañe- supuestamente con sentido genérico, en la Constitución mexicana, para descubrir
ros y compañeras) que los hombres. Un estudio llegó a la conclusión de que se que el 85% de sus informantes entendían con sentido únicamente masculino fra-
persuadía mejor a las mujeres mediante la utilización de formas neutrales o me- ses como Todo hombre tiene derecho de entrar en la República y salir de ella.
diante referencia femenina directa (men and women ['hombres y mujeres'] , she Desafortunadamente, son muy pocas las investigaciones realizadas en España
and he ['ella y él']) que mediante el masculino genérico, mientras a los hombres sobre el efecto cognitivo del masculino genérico. Frases del tipo "La mayoría de
les ocurría lo contrario. De otros estudios se infiere que el masculino genérico las mujeres que conozco se identifican en el uso del masculino genérico" nor-
tiene un efecto negativo en la autoestima de las chicas jóvenes. Existen, finalmen- malmente son afirmaciones lanzadas al viento con nulo valor científico . Se re-
te, estudios que han tenido fuerte impacto en el mundo laboral, al descubrir que solici- quieren estudios que demuestren si las conclusiones de los trabajos estadouniden -
tan trabajo en mayor medida miembros de ambos sexos cuando los anuncios de em- ses son extrapolables a la comunidad hispanohablante.
pleo están redactados usando las formas femenina y masculina, mientras se inhiben Las dos investigaciones sobre el español de España más conocidas son las men-
más cuando están redactados de forma que tan solo uno de los sexos figura expresa- cionadas anteriorment.e : Calero Femández (2006a) y Nissen ( 1997). Ambas tratan
mente. Es decir, menos hombres que mujeres solicitarían un empleo anunciado como de medir el grado de androcentrismo en la población al estudiar la atribución sexual
"cuidadora", y menos mujeres que hombres uno anunciado como ''jardinero". Aunque de una voz narrativa en un texto escrito en el que no hay r~ferencias al sexo de la
no está demostrado que los resultados obtenidos para el inglés sean extrapolables al persona que habla, o de alguien sobre cuya ocupación solo se proporciona un tér-
español, los experimentos sobre otras lenguas llegan a conclusiones similares. mino invariable (masajista), sin artículo o adjetivo, o de un término colectivo no
Para el alemán se ha descubierto que la elección de términos de género marcado sexuado (alumnado). En el estudio de Nissen, solo la mitad de las frases con mas-
o no marcado puede determinar las representaciones mentales que se activan. Por culino genérico se entendían como tales, y eran especialmente los varones quienes

34 35
Lengua y género Género y repres entación: la política del nombre

tendían a interpretar el masculino universal corno referencia exclusiva a varones. vos sexuados masculinos exclusivamente con hombres (o niñ?s) Y los sexuados
Respecto a los términos comunes, invariables para el género, en ambos experimen- femeninos, con mujeres (y niñas). Intercambios como el que sigue entre una per-
tos los varones eran más proclives a interpretarlos como referidos a varones, mien- sona adulta y una criatura son frecuentes:
tras las mujeres informantes tendían más a entender el término como genérico . Por ' . ?
otra parte, la utilización de colectivos como alumnado favorecía la formación de - ¿Hasjugado en el parquecon tus am1gu1tos.
imágenes de mujer en las mentes femeninas, antes que en las masculinas. "Las mu- - Sí, y también con mis amiguitas.
jeres parecen mostrar una menor disposición que los miembros del sexo masculino
El diálogo que aparece a continuación es una transcripción de uno real :
al androcentrismo, puesto que los sustantivos y los adjetivos invariables no las con-
ducen [necesariamente] a imaginar que se trata de varones" (Calero, 2006a: 256). _ NIÑO (al volver a casa): El entrenador nos ha dado un recado para papá.
En ambos casos, sin embargo, existe una cierta tendencia a identificar el término no
- MADRE: ¿Qué os ha dicho? .
sexuado (p. ej., alumnado) como masculino, incluso entre mujeres. _ NIÑO: Que digamosa nuestros papás que mañana no hay entrenamiento.
Es significativo que en el experimento de Calero Fernández sean las mujeres con
nivel de instrucción universitaria quienes más identifiquen a mujeres en los términos Desde la psicología se ha planteado -pero no demostrado- la hipótesis ?e que
genéricos. Una posible interpretación que ofrece Calero Femández es que: "[ . ..] tal este primer significado deje una huella mental que pudi:ra afectar despues a la
vez las universitarias, que trabajan en un mundo masculino, se vean a sí mismas cognición, de forma que los masculinos se ent~nd~rian pnmeran_i~ntecomo espe-
comprendidas en las designaciones que históricamente solo han incluido a varones" cíficos, y tan solo a Jo largo del proceso comumcat1vo como genen~os.
(2006a: 257). Vinculando esta hipótesis con la ofrecida por Wendy Martyna que se En todo caso, lo que parece innegable es que en edades postenor~s se apren-
ha mencionado antes, podríamos pensar que son precisamente aquellas que han su- dería a descodificar el género gramatical a través del contexto. Es dectr, se l~gra-
perado los obstáculos sociales para terminar una carrera universitaria quienes se han ·a una razonable competencia a la hora de realizar en el contexto ~e cada s1t~~-
propuesto, consciente o inconscientemente, autoidentificarse con el masculino gené- nción concreta una interpretac10n , · de ¡ mascu ¡·mo.. En esa mterpretac10n
. , pragmat1ca . .,
rico, para no autoexcluirse. Pero otra interpretación también es posible: aquellas intervendrían las presuposiciones, el conocimiento c~mpart1do de ~a s1tuac10n, el
mujeres que no han sido capaces de autoincluirse en el masculino genérico tienen conocimiento del mundo compartido y el contexto mtratextual. S1 los contex~?s
más dificultades para concluir estudios superiores (con toda la carga androcéntrica textual y extratextual dejasen claro que la enunciación se refiere a una pob)~c10n
que todavía suelen conllevar las perspectivas actuales de las ciencias y las letras). mixta se interpretaría el masculino genérico como tal. Con toda probab1l~dad,
Con posterioridad a estas investigaciones, y quizá como consecuencia de esto ;e realiza sistemáticamente con un éxito razonable_, puesto que parece mn:-
ellas, en algún caso, la publicidad comercial y las campañas políticas han adopta- gable que la comunidad se comunica utilizando y maneJand? co_~soltura el ~ene-
do fórmulas no androcéntricas. Desde grandes almacenes que se publicitan con el rico masculino sin que aparentemente se rompa la comumcac1on. La,s muJ~r:s,
lema "Si no queda satisfecha o satisfecho, le devolvemos su dinero" hasta pro- por ejemplo, visitan diariamente webs en las que se pide el nombre de usuano Y
gramas deportivos que desean atraer audiencia femenina mediante saludos con teclean el suyo espontáneamente. .
doble forma ("Buenas tardes a todos y todas"), diversas fórmulas que evitan oca- Sería interesante, de todas formas, investigar los proce~os me~t~les qu~ si-
sionalmente el uso del masculino genérico van haciéndose un hueco en el discur- guen para hacerlo y comprobar que efectivamente el masculino ~enenco no tiene
so del español (ver 2.7). por resultado que se autoexcluyan de ciertos procesos de la realidad, como ~e ha
demostrado para el inglés. También habría que estudiar cómo_~an aprendido a
sentirse incluidas a lo largo de su socialización, que. es tamb1en el_proc:so de
2.1.6. Androcentrismo e interpretaciónpragmática del masculino genérico prendizaje de la lengua y de construcción de su identidad. Al~unas mvestlgado-

Los experimentos mencionados en el apartado anterior muestran un sesgo en la


:as han apuntado la posibilidad de que el apre_ndiz~jedel fem~mmo como marcado
pudiera repercutir en la formación de una su~1dent1dad-~ememna. . , .
interpretación del masculino genérico, pero no demuestran que siempre y en todo Probablemente, el proceso cognitivo de mterpretac1on del masculmo genenco
lugar el masculino se perciba como excluyente. en los hombres discurra por otra senda. Al menos eso parecen probar l?s frecuentes
Sabemos que, en la primera etapa de la adquisición de la lengua, durante los ejemplos de realizaciones por parte de varones en las que la expectativa de que el
cinco o seis primeros años de vida, se tiende en general a identificar los sustanti-

37
36
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

término masculino sea supuestamente genérico o incluyente queda rota por la apari- 2.2. La representación del género: el nombre
ción de un femenino que excluye a las mujeres del ámbito referencial de aquel,
como las que aparecen a continuación, procedentes de periódicos nacionales. Los Como se ha dicho al principio del capítulo, en todas las lenguas analizadas por los
masculinos presuntamente genéricos se han marcado en cursiva. La genericidad se estudios de lengua y género, se han identificado rasgos similares en el léxico uti-
rompe en las frases posteriores, bien por la aparición de un femenino que excluye a lizado para representar verbalmente a mujeres y hombres, fundamentalmente
las mujeres del genérico, bien por la referencia a "solo hombres" (p. ej., la mili): sesgos asimétricos . Los hallazgos se han leído como huellas patriarcales en la
lengua y como mecanismo colaborador de la desigualdad entre hombres y muje-
"SELECTIVIDAD" . Miles de muchachos se están jugando en estos res, por lo que se denominaron 'sexistas', una etiqueta propuesta por los feminis-
momentos su futuro. Sin haber hecho la mili siquiera, sin dejar de jugar a las mos que cuajó rápidamente.
chapas aún muchos de ellos, los resultados que obtengan en el examen de Que el léxico es un repositorio de información histórica, social y cultural de
selectividad decidirán si van a ser el día de mañana aquello a lo que les inclina su los pueblos que lo usan ha sido reconocido desde hace tiempo por la lingüística.
vocación. Miles de muchachos cuya vocación por la medicina han demostrado En 1992, la Real Academia Española (a partir de ahora, RAE) proporcionó carta de
desde su más tierna infancia, pues siempre estaban estudiando anatomía con las naturaleza a esta creencia en el preámbulo de la 21 .ª edición del Diccionario de la
amiguitas de su hermana[ ... ].
Real Academia (a partir de ahora, DRAE):
Éramos muy jóvenes cuando creíamos que la injusticia de este mundo la iban [La Academia quiere] contribuir a la celebración del V Centenario del
a remediar[ ... ] la paloma de Picasso [... ]. No hay que avergonzarse por haber descubrimiento [sic] de América publicando una nueva edición, la vigésima
creído que un día todos los hombres seríamos iguales. Esta utopía coincidió con primera, de su DICCIONARIO usual. Lo hace para cooperar al mantenimiento
un tiempo feliz en que también teníamos a bellas muchachas en brazos. de la unidad lingüística de los más de trescientos millones de seres humano s
que , a un lado y otro del Atlántico, hablan hoy el idioma nacido hace más de
El IVA ha caído sobre los intelectuales como una maldición terrible y mil años en el solar castellano y se valen de él como instrumento expresivo y
confusa [ ... ] Menos mal que generalmente suelen tener a su lado sufridas y conformador de una misma visión del mundo y de la vida.
valientes compañeras que les llevan las cuentas.
En esta tradición, heredera de la antropología lingüística, el vocabulario y los pa-
Parece necesario preguntarse por qué los varones tienden a interpretar los mas-
trones generales de su uso se consideran indicativos de actitudes y valores culturales
culinos genéricos como específicos e imaginan solo a varones en ellos.
que pueden ser compartidos -o predominantes- en la comunidad. No resulta sor-
prendente, por tanto, que la crítica feminista al lenguaje haya fijado su mirada en
primer lugar en el vocabulario referente a mujeres y hombres, la sexualidad y la
Actividad 2.5
distribución de los roles y el estatus social para cada uno de los sexos, es decir, el
léxico del género sociocultural ( el léxico que construye a unos y a otras y la relación
Para terminar este apartado dedicado al género gramatical, puedes reflexionar
sobre algunas de las preguntas cuya lectura quizá te haya suscitado: entre los sexos).
Los estudios de lengua y género partieron en sus primeros pasos de una con-
cepción de la lengua heredera en cierto modo de la visión saussuriana, en la que
• ¿Qué se ha escapado en la exposición del proceso pragmático de inter-
pretación del masculino que se ha expuesto que pudiera explicar la razón los elementos verbales se estudian como si se tratase de categorías homogéneas
de que sean especialmente los varones quienes caigan en realizaciones discretas y se asume que el significado reside de forma aislada en los compo-
como las anteriores, que "expulsan" a las mujeres del universo discursivo nentes léxicos de la lengua. De ahí que el interés inicial se focalizara principal-
y que se repiten insistentemente en infinidad de textos a diario? mente en los nombres y los pronombres. (Más tarde, como veremos en el capí-
• ¿Puede tratarse meramente de un síntoma de una orientación mental an- tulo 3, los estudios se enriquecerían con concepciones desarrolladas a lo largo
drocéntrica que sería más acusada en ellos que en las mujeres? del último cuarto de siglo XX, el análisis del discurso y las teorías lingüísticas
• Y, si así fuera, ¿justifica esto la propuesta de recomendaciones para un que subrayaban el valor del contexto y la ideología para interpretar y crear sig-
uso no androcéntrico de la lengua por parte de instituciones y feminismos? nificado.)

38 39

i
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

2.2.1. La asimetría del léxico


caballero, ra. [ ... ] // 6. El que se porta con nobleza y generosidad.// 7. Persona
La asimetría semántica parece ser un rasgo distintivo de la representación verbal de alguna consideración o de buen porte[ ... ]
caballeroso, sa. 1. adj. Propio de un caballero, por su gentileza, desprendi-
de hombres y mujeres en las lenguas, al producirse con una cierta frecuencia una
miento, cortesía, nobleza de ánimo u otras cualidades semejantes.//[ ... ]
serie de fenómenos verbales que aminoran, degradan o sexualizan a las mujeres.
dama 1. f. Mujer noble o de calidad distinguida. // 2. Mujer galanteada o
Cuando estos comenzaron a estudiarse, se pensó que se trataba de mecanismos que
pretendida de un hombre. // [... ] 4. Criada primera que en las casas de las
se habían solidificado en la lengua. Se analizaron, por tanto, no como fenómenos
grandes señoras servía inmediatamente a su ama.
ligados a la actuación (paro/e), sino como si ese uso derivase prácticamente de la
raíz del propio sistema. Cinco fenómenos asimétricos especialmente han sido estu- comadrona. 1. f. Partera.
diados con profundidad: la existencia de términos de cortesía distintos para muje- comadrón. 1. m. Cirujano que asiste a la mujer en el acto del parto.
res y hombres (señora, señorita/señor), la degradación semántica de los términos
femeninos, las metáforas utilizadas para representar a las mujeres, la sobreabun-
dancia de léxico para denominar a mujeres (y varones) cuya sexualidad no siga las partero, ra. 1. m. y f. Persona con títulos legales que asiste a la parturien_ta.// 2.
pautas patriarcales hegemónicas y un vocabulario estereotipado para hombres o f. Mujer que, sin tener estudios o titulación, ayuda o asiste a la parturienta.
mujeres. Los cinco fenómenos se han documentado en lenguas tan diversas como
el inglés, el alemán, el húngaro o el japonés. En todas ellas, los cinco fenómenos cortesano[ ... ]// m. Palaciego que servía al rey en la corte.
se han interpretado como vehículos transmisores de estereotipos de género. dama cortesana. Ramera de calidad.
La degradación sistemática de la mujer y lo femenino afecta también al español.
Además de la violencia y el desprecio hacia las mujeres que esconden muchos de ama. 1. f. [ ... ] 5. Criada superior que suele haber en casa del clérigo o del
los refranes y los insultos (ver capítulo 3), son bien conocidos los pares de palabras seglar que vive solo. // 6. Criada principal de una casa.
en masculino y femenino, en teoría simétricas, pero en las que el femenino ha ad- amo.[ ... ] 5. Persona que tiene predominio o ascendiente decisivo sobre otra u
quirido valores negativos o peyorativos (gobernante/gobernanta) que frecuente- otras. // 6. Se usa a veces como tratamiento dirigido al señor o a alguien a
mente resaltan una supuesta sexualidad promiscua o mercenaria: zorro/zorra, aven- quien se desea manifestar respeto o sumisión.
turero/aventurera, entretenido/entretenida, bribón/bribona, etc. Estos pares de
gobernanta. 1. f. Mujer que en los grandes hoteles tiene a su cargo el ~~rvicio
palabras fueron bautizados como "duales aparentes" por García Meseguer en 1977.
de un piso en lo tocante a la limpieza de habitaciones, conservac1on del
Un par de años antes, se había observado cómo en la historia del inglés algu- mobiliario, alfombras y demás enseres. // 2. Encargada de la administra-
nos términos perfectamente neutrales para denominar a las mujeres habían sufrido ción de una casa o institución.
un proceso de empeoramiento semántico frente al término utilizado para los varo- gobernante. 1. p. a. de gobernar. Que gobierna. Ú. m. c. s. // 2. m. fam. El que
nes, que en unos casos las degradaba (governor/governess ['gobernador' se mete a gobernar una cosa.
/'institutriz'] y en otros las asociaba con la prostitución (professional [para ellos,
'profesional'; para ellas, 'prostituta']) o con el amancebamiento (master/mistress -/mujer del partido. 1. Ramera
['amo', 'maestro' /'amante', 'querida']).
Tanto en español como en otras lenguas, se estudiaron los repositorios lexi- -/mujer pública. 1. Ramera.
cográficos para documentar tales asimetrías, relativamente numerosas.
cornudo/-. 2. Dícese del marido cuya mujer le ha faltado a la fidelidad
conyugal.
Actividad 2. 6
sargenta. [... ] 3. f. Mujer del sargento. 4. Mujer corpulenta, hombruna y de dura
A continuación aparecen algunas asimetrías léxicas que refleja el DRAE (1998), condición.
en el orden de aparición en el Diccionario. Explica en qué consiste el empeora-
miento semántico del femenino de cada par:

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

sargento. 1. m. Individuo de la clase de tropa, que tiene empleo superior al de Entre otros mecanismos de formación morfológica, Guerrero describe los términos
cabo, y, que bajo la inmediata dependencia de los oficiales, cuida del despectivos para mujeres creados sobre el nombre propio de mujer María y su
orden, administración y disciplina de una compañía o parte de ella . apócope Mari/Maruja:maribobales, maricándida , mariclaque, marigargajo , ma-
riguiñapos, marimacho, marimandona, maripili, maripuri, marisabidilla, maritítu-
los, maritornes, maruja , marujona. De los otros mecanismos de formación léxica
Calero Femández ( 1999: 108-115) extendió la descripción de los duales apa- de insultos, Guerrero destaca aquellos creados por sufijación (putona , salidi/la,
rentes al campo del léxico laboral : estudió los estereotipos que laten tras la crea- viciosilla o pingajo) y composición (calientapollas , rabisalsera o chocho.frío), en
ción y el mantenimiento de ciertos femeninos tal como se presentan en las dife- los cuales la valoración subjetiva peyorativa está siempre presente. Su estudio
rentes ediciones del DRAE y la degradación sufrida por algunos agentivos también revela el proceso de empeoramiento semántico de ciertos términos aplica-
femeninos (secretario/secretaria , halconero /halconera). También observa Calero dos a mujeres , al concluir que algunos de los insultos contra las mujeres son diló-
Femández que, al pasar los varones a ejercer profesiones tradicionalmente ejerci- gicos, es decir, "además del sentido habitua l con el que se emplean (camarera,
das por mujeres, el agentivo para varones no se masculiniza necesariamente me- 'sirvienta'), han adquirido, por metáfora o deslizamiento, el sentido despectivo que
diante desinencia regular, sino con la irregular (modisto/modista), o se acuña una ataf\e al sexo femenino (camarera, 'prostituta de bar')" (2005: 85).
expresión más técnica (ATS/enfermera; tripulante de cabina/azafata; auxiliar de El español cuenta además con una serie de palabras para mujer que la catego-
vuelo/azafata) que acaba siendo más prestigiosa que la forma femenina y se con- rizan como objeto sexual a través de metáforas de animales, comida, órgano se-
vierte en el término no marcado o universal (ya se ha dicho en 2.1.2 que no ocurre xual u objeto al que se manipula. Fuertes Olivera (1992: 129- 142) ilustra algunos
así con los masculinos derivados del femenino: enfermero no es el término no de los dominios de las imágenes : las referencias a una mujer como vagina (alme-
marcado de la oposición enfermero/enfermera). ja, bacalao , chirla, conejo, etc.), como ser promiscuo (lagarta, _leona , tigresa ,
La hipótesis de la asimetría en la representación de los sexos se refuerza si gata, zorrón ...), como puro cuerpo úaca, pava), como bocad? nacido _paraque un
acudimos a diccionarios que compilan insultos y palabras malsonantes. Guerrero varón lo deguste (bombón , higo, breva, jamona) o como objeto mantpulable por
~alazar (2004) documenta la doble moral implícita en insultos que son neutros, un varón (en construcciones como calzársela, cepillársela , hincársela , pasarla
mcluso halagadores, cuando van dirigidos a varones, pero que se desplazan cuando por la piedra , tirársela) . Las metáforas tienen un im~ortante pap~I regulad?r cog-
van dirigidos a mujeres . Este desplazamiento semántico que sufre el insulto cuan- nitivo: no solo describen desde una cierta perspectiva (masculina y patnarcal),
do se refiere a las mujeres se orienta hacia la promiscuidad (cachondo/cachonda), sino que evalúan y enjuician. Revelan un modelo social subyacente que se apun-
la prostitución (mercenario/mercenaria), la frigidez (estrecho/estrecha), la coque- tala cada vez que la metáfora se enuncia de nuevo.
tería (-/voluble), la fealdad como maldad (-/bruja) , el autoritarismo (sargen- Mientras el léxico del español que recogen los diccionarios es parco en ténninos
to/sargenta) o el marido cuya mujer le es infiel (cornudo /-). referidos a la sexualidad de los varones heterosexuales , contiene abundancia de tér-
En general, se puede afirmar que la valoración peyorativa alcanzada por pala- minos para mujeres como prostituta s (ramera, fulana , furcia , zorra, puta, meretriz,
bras comunes de la lengua cuyo referente es 'mujer' en español es regular y ex- cortesana, coima, pelandusca, buscona, pingo, mantenida, mesalina, hetaira, mu-
tensa. Se trataría de un fenómeno denominado por algunas autoras "varita anti rey jerzuela, pendón ... hasta setecientos veinticinco eufemism~s y ~isfemism?s .de 'fros-
Midas", que todo lo femenino que toca se devalúa. Fuertes Olivera (1992) presen- tituta' en español fueron recogidos por el profesor de la Umvers1dad de Cad1z Miguel
ta frases tomadas de textos periodísticos en los que se aprecia claramente el valor Casas Gómez) y casi igual cantidad de términos para varones que no se acomodan al
negativo alcanzado por palabras como señora (p. ej., señora de la limpieza) o estereotipo de varón heterosexual. Esta visión se refuerza si acudimos a diccionarios
dama, que no han sufrido sus correspondientes masculinos señor o caballero. La que compilan el léxico no canónico que no ha sido recogido en el DRAE por su in-
tendencia hacia el empeoramiento semántico de las palabras de mujer se mani- formalidad extrema (Calero Femández, 1999: 94-142; Guerrero Salazar, 2004, 2005).
fiesta también en ciertos significados peyorativos adquiridos por algunos nombres Pero puede rastrearse incluso en diccionarios escolares y normativos.
propios de mujer: las marujas o las asignaturas marías, o los órganos sexuales Según reflejan los estudios lexicográficos mencionados, la asimetría en el tra-
femeninos, entre ellos, los senos , denominados informalmente las teresas , las tamiento verbal de mujeres y hombres se extiende a los vacíos léxicos de las len-
dom ingas o las catalinas. guas (al menos, tal como quedan registradas estas en los repo sitorios de vocabula-
A veces, la degradación semántica se manifiesta a través de procesos morfoló- rio que son los diccionarios). Hace pocos años, faltaban en español nombres "de
gicos que han sido estudiados detenidamente por Susana Guerrero Salazar (2005). curso legal" en femenino para denominar a las mujeres en cargos, profe siones Y

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42
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

posiciones relevantes (obispa, vicegerenta) hasta hace poco reservados a los sexo débil. 1. Las mujeres.
hombres (se estudiará este aspecto en el apartado 2.2.2) y faltaban términos acep- sexo feo, o fuerte. 1. Los hombres.
masculino, na. [... ] 3. fig. Varonil, enérgico.
tados para ocupaciones masculinas de poca consideración social en terrenos ocu-
femenino. [ ... ] 5. fig. Débil, endeble.
pados estereotípicamente por mujeres: prostituto, amo de casa, azafato. También hombre. [ ... ] // 5. Individuo que tiene las cualidades consideradasvaroniles por
se pueden encontrar incluso ahora vacíos léxicos en los diccionarios para deno- excelencia,como el valor y la firmeza. ¡Ese sí que es un HOMBRE!//[ ... ]
minar áreas de la experiencia femenina (¿dar a luz mediante cesárea?, ¿marido ser todo un hombre. 1. Tener destacadas cualidades varoniles, como el valor, la
que pega a su mujer?, ¿ 'fraternidad' femenina?). firmeza y la fuerza.
ser uno muy hombre. 1. fr. Ser valiente y esforzado.
no ser uno hombre de pelea. 1. fi-. fig. Carecer de ánimo, resolucióny habilidad
A) Hipótesis sobre las causas de los duales aparentes para empresas varoniles o negocios de importancia.
varonil. [ ... ] // 2. Esforzado,valeroso y firme.
. El _e~p~oramiento se~ántico puede ser indicativo de un cambio social produ- fuerte. [... ) // 3. Animoso, varonil.//[ ... ]
cido h1stonca~ente por diversos factores. Stephen Ullmann formuló la hipótesis muñeco. [ ... ] // 2. fig. y fam. Mozuelo afeminado e insustancial.// 3. fig. y fam.
de q~e cualqmer palabra es susceptible de adquirir un significado negativo si se Hombre de poco carácter.
damería. (De dama). 1. f. p. us. Melindre, delicadeza, aire desdeñoso.// 2. fig.
asocia con un concepto "contaminado", si se emplea como eufemismo o si existen
p. us. Reparo, escrupulosidad.
prejuicios hacia el concepto significado por la palabra. Fuertes Olivera (1992) enerve. 1. adj. desus. Débil, afeminado, sin fuerza.
trató de constatar esta hipótesis determinando qué factores de los enumerados por marica.[ ... ]// 3. m. fig. y fam.Hombreafeminadoy de pocoánimoy esfuerzo.//[... ]
Ullmann han concun:ido en español para el empeoramiento del concepto 'mujer', pisaverde. 1. m. fig. y fam. Hombre presumido y afeminado, que no conoce
y concluye que han sido los tres factores. más ocupación que la de acicalarse, perfumarse y andar vagando todo el
En primer lugar, se ha debido a la asociación semántica del término mujer a día en busca de galanteos.
un concepto "contaminado": la prostitución. Fuertes proporciona dos ejemplos calzonazos. 1. m. fig. y fam. Hombre de carácter débil y condescendiente.
tomados de su muestra de diarios españoles contemporáneos: '"Vino y mujeres (DRAE, 1992)
para todos mis hombres', gritó el oficial que iba al mando de [ ... ]" (El País,
26/05/1990) y "Los soldados estadounidenses en el frente echan de menos el al-
Otra de las razones que se aducen para la creación de disfemismos para muje-
cohol y las mujeres" (El País, 26/01/1991) (al referirse este ejemplo a la guerra
res (y para homosexuales: ver 5.3.1) es que esta se produce y mantiene en los
del. Golfo, en la que_ la tropa estadounidense estaba compuesta por hombres y
círculos informales de varones heterosexuales, corno pueden ser el ejército, los
muJeres, la connotación "contaminada" queda más expuesta). Esta asociación
clubes deportivos, las tabernas, etc. "El empeoramiento semántico cumple de esta
funciona simultáneamente como eufemismo.
forma la misión de ayudar en la conservación de los estereotipos que los miem-
También chica se emplea como eufemismo para referirse a una mujer como
bros de los grupos [masculinos] tienen sobre quienes no forman parte del grupo"
prostituta u objeto sexual: chica de alquiler, chica fácil, chicas de alterne, chica del
(Fuertes Olivera, 1992: 125). Sería en esos círculos donde se habrían aceptado y
año, etc. (aunque la palabra chico empieza a contaminarse del mismo modo).
alentado esos significados como reforzamiento del propio grupo y donde se utili-
Pero el tercer factor de los enumerados por Ullmann ha tenido también segura-
zarían tacos como marca de pertenencia al grupo. Fuertes Olivera explica la ex-
mente su parte de responsabilidad en el proceso de empeoramiento semántico de
tensión continua del campo semántico de la mujer como objeto sexual por la ne-
términos relacionados con la mujer: el prejuicio contra ellas, su valoración social.
cesidad que experimentan los varones de reforzar la visión que tienen de su
Quizá sea el más productivo, puesto que, históricamente, las mujeres en nuestra
propia masculinidad a través del uso metafórico del concepto 'mujer' como obje-
cultura fueron tenidas por corruptoras de Adán, seres sin alma o seres sin derechos.
to y cuerpo de consumo. Para Fuertes Olivera, este uso se produce y reproduce
Quizá, al igual que el resto del léxico, los duales aparentes reflejan la cosmovisión
entre varones, que en sus relaciones recrean la masculinidad hegemónica y re-
de una cierta cultura: esa supuesta visión del mundo a la que el prólogo de la edi-
fuerzan sus lazos de interconexión en el grupo (como se estudiará en 5.2.1).
ción 21 .ª del DRAE hacía referencia. En ese sentido, el diccionario proporciona una
Calero Fernández, al estudiar los tacos y el léxico malsonante propios de tales
tupida red semántica en la que queda consolidada una cierta perspectiva, induda-
círculos masculinos, concluye que los tacos contribuyen a ocultar a las mujeres y
blemente sexista, dicotómica y estereotípica, de lo femenino y lo masculino:

44 45
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

su mundo porque la óptica que presentan es claramente masculina, la sexualidad acepten necesariamente el significado dominante que circula; pueden resistirse y
libre femenina no existe y el orgasmo y el coito se expresan de tal forma que que- contestarlo. En ese caso, hablamos de resistencias.
dan asociados al sexo masculino (199 la: 121- 123). La teoría de la hegemonía de Gramsci se centra en la localización del poder
en las estructuras rutinarias del día a día para subrayar que la forma más eficaz de
dominación es conseguir que la gran mayoría de personas adopten el punto de
Actividad 2. 7 vista ajeno de fonna que todos los procesos sociales queden orga~izados_a trav~s
de prácticas regidas por ciertos significados y val_ores \los de_la 1deol~gia domi-
Busca en diccionarios diversos, incluyendo diccionarios escolares, términos so- nante). La hegemonía se ocupa de bloquear la res1stenc1a y remventar mstrumen-
bre los genitales masculinos y femeninos. Analiza las entradas de términos como tos para mantener su dominio ( contrarresistencia hegemónica). .
pene, ovarios, útero, testículos, vagina y clítoris. Estudia si se separa placer, Dentro del patriarcado, existen unas ideologías que se ocupan de ha~er circu-
reproducción y coito, y si se reconoce el placer sexual femenino. lar representaciones sobre la realidad de mujeres y hombres y la relac1~n entre
ellos. Esas ideologías, que responderían siempre a los intereses del patnarcado,
serían responsables de crear, mante~er, difundi_r _Y convertir_ e~ heg~_mónicos cier-
Sin restar importancia a este factor de creación de lazos de solidaridad interna tos significados que en último ténnmo conducman ~ la sohd1ficac~on de los dua-
del grupo masculino y su categorización de los "otros grupos" (mujeres, homose- les aparentes o del léxico femenino peyorativo, por eJemplo. Posteriormente, fren-
xuales .. . ), es necesario explicar la razón de que los significados así creados hayan te a las resistencias feministas ante la representación patriarcal, se ocuparían de
pervivido fuera de los círculos en los que se crearon, afianzándose como signifi- reinventar nuevos significados que mantuviesen al margen las resistencias femi-
cados legítimos. Asimismo, debemos tratar de entender la razón de que no se nistas ( con conceptos como feminazi, por ejemplo): se trataría de procesos de re-
produzcan, o sean mucho menos conocidos y legitimados, los significados inter- producción del poder o de contrarresistencia h~gem~nica . . . . . .
nos sobre otros grupos y sobre sí mismos que han creado en sus propios círculos Los conceptos de ideología, hegemonía y res1stenc1a llevan a mqumr s1un camb1?
informales los grupos femeninos (pitopausia) y homosexuales (gañán o entender, social O lingüístico puede o no provocar un c~mbio en la ac~itud i~~ema de la co~unt-
acepción que no ha entrado en el DRAE hasta 2001). dad de habla, es decir, en su ideología dommante y su onentac1on ge_neralhacia el
Para responder a la pregunta de cómo en una cultura los significados sobre los mundo. Eso parecen entender los estudios de lengua y género en su pnmera fase. Al
diversos grupos se fijan, e indagar sobre las razones por las que el grupo perjudi- poner gran énfasis en cambiar las pautas de representación dominante, ~arecen creer
cado acepta -e incluso comparte y utiliza- esos significados, para poder com- que las actitudes producto de las ideologías también cambiarán. En el último apartado
prehender las formas en que se producen los cambios que llevan a la desaparición de este capítulo y en los siguientes, se verá si las cosas son así de simples.
de esos significados -o la acuñación de otros sustitutivos ( como feminazi)-, debe-
mos acudir a teóricos de la ideología como Althusser o Gramsci. Sin los conceptos
de hegemonía, consenso y resistencia, es muy dificil explicar por qué las mujeres 2.2.2. Los términos ocupacionales o agentivos
(y las personas homosexuales) utilizan esos ténninos y contribuyen a su difusión.
Como se ha adelantado en J. l. l, por 'ideologías' no se entiende ideas o creen- Los ténnínos ocupacionales y profesionales, también denominados ~gentivos o er-
cias individuales, sino construcciones sociales, formas de entender la realidad que gónimos, han sido un importante objeto de investigación en ~os estudios _d~ (~ngua Y
se originan al entrar en contacto con ciertas representaciones que circulan públi- género. Los feminismos igualitarios, una de cu~as preocupac1on~s es l_ad1v1s1on~ste-
camente en una cultura. Las ideologías no solo funcionan como elementos de reotípica de las ocupaciones de los sexos, entienden que la existencia de agent1vos
conocimiento e interpretación de la realidad: responden a complejos mecanismos simétricos para hombres y mujeres forma parte de la_iguald~den el ~ampo laboral.
y a los intereses de cada grupo social. Cuando funcionan como elementos de po- A esta preocupación se han sumado organismos m!~mac1onales . coro? la
der (en el caso de las ideologías dominantes), ya no se trata de representaciones Unesco O el Consejo de Europa, los cuales han instado a utihzar el agent1vo, titulo
inocuas y transparentes, sino que borran las huellas de su origen y se convierten profesional O denominación de cargo o puesto de trabajo que corresponda a la
en "sentido común". Y es que las ideologías pueden imponerse por la fuerza, identidad de la persona que lo ocupe. La Directiva 76/207/CEE, de 9 de febrero
pero, normalmente, el poder prefiere "convencer" mediante consenso, para no de ]976 relativa a la aplicabilidad del principio de igualdad de trato entre hom-
tener que recurrir a la coacción fisica. Lo cual no significa que todos los grupos bres y :nujeres en lo que se refiere al acceso al empleo , a la formación y a la

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Lengua y género Género y representación: la política del nombr e

promoción familiar y las condiciones de trabajo prescribía la igualdad de trata- Pardo Bazán, quien, al concedérsele una cátedra en la Universidad para que aban-
miento en la Comunidad Europea entre mujeres y hombres respecto al acceso a la donase su aspiración a entrar en la Academia, decidió denominarse catedrático. Sin
profesión . A esta directiva siguieron acciones y normativas en los diversos países embargo, la sociedad de su época seguramente no consideraba problemático deno-
conducentes a alcanzar la igualdad de oportunidades en el empleo que recomien- minar doméstica a una criada. De forma similar, mientras capataza y aprendiza se
dan el uso femenino de los agentivos para mujeres como parte del proceso. Aca- feminizaron hacía muchas décadas con normalidad, jueza ha encontrado muchas
tando la normativa, en España, el Instituto de la Mujer publicó en 1994 y 2006 un más dificultades. También ha habido resistencia para la masculinización de aquellas
glosario con la denominación de muchas profesiones en femenino y en masculino ocupaciones estereotípicamente femeninas (amo de casa) sin prestigio social.
(<www.inmujer.gob.es/centroDocMujer/abnetcI.exe/07002/ID70807735/NT9>). Se trata, por tanto, de un problema de prestigio, fronteras de privilegio y clase
En inglés, los sustantivos carecen de género gramatical: la ocupación se de- social en razón del sexo que se ha hecho más agudo en los dos últimos siglos. Des-
signa mediante un sustantivo aplicable normalmente a cualquiera de los sexos de la Edad Media, los nombres de profesiones han tendido a ser morfológicamente
(writer ['escritor', 'escritora']). La atención en inglés se centró precisamente en masculinos o femeninos, dependiendo del sexo de la persona, tanto en francés como
denunciar los agentivos para mujeres anómalos respecto a la regla general, al en español. Cuando las mujeres ocupaban un puesto elevado en la escala social,
haber desarrollado una terminación (-esse, -ette ...) que podía contribuir a restar fuese por nacimiento, matrimonio o méritos propios, la denominación solía ser
dignidad a las mujeres que desempeñaban la ocupación (usher, usherette ['aco- femenina: duquesa, alcaldesa, "doctora de la Iglesia", "abogada de los pobres" o
modador', 'acomodadora']), dado que la terminación -ette se emplea para desig- incluso infanta. Históricamente, sin embargo, en las sociedades europeas, se deslin-
nar algo más pequeño que el original, o una copia del objeto auténtico (kitchen, daron algunas ocupaciones prestigiosas, que monopolizaban los varones Ouez, mi-
['cocina'], kitchenette ['mini-cocina']) . En segundo lugar, se escudriñaron los nistro, obispo, sacerdote) y se denominaban en masculino, de otras, peor pagadas y
sustantivos ocupacionales que contenían el suftjo -man ['hombre'], al considerar- valoradas, en las que se admitía a las mujeres y las formas femeninas de denomina-
se que invisibilizaban o discriminaban a las mujeres así denominadas, y se propu- ción (campesina, costurera, labradora, obrera). De ahí se podría deducir que la
sieron alternativas en las que los dos sexos estuviesen representados. En los Esta- resistencia a la feminización es de tipo ideológico y no lingüístico.
dos Unidos, pronto el propio Departamento de Empleo se preocupó de revisar el Pese a que la ideología casi seguro desempeña un papel relevante, el asunto es
catálogo de profesiones y ocupaciones (Dictionary of occupational titles, US complejo. ¿Por qué a muchas personas les "cuesta" decir la fiscala o por qué se
Department of Labor [en línea], <www.oalj.dol.gov/LIBDOT.HTM >), para no utiliza masivamente la abogado o una mujer árbitro? A la hora de explicar esta
discriminar ni por edad ni por sexo: "Job title revisions to eliminate sex- and age- cuestión , se citan factores fonéticos, semánticos, sociales, actitudinales, de falta
referent language from the Dictionary of occupational titles", una revisión y una de hábito y de otra índole, además de los ideológicos.
actualización que se han realizado desde 1975 de forma periódica.
Mucha mayor controversia se ha producido en sociedades con lenguas roman-
ces, donde puede haber flexión de género en los agentivos. En español, la estrecha Actividad 2.8
asociación que la comunidad hablante del español ha establecido entre género gra-
matical y sexo explica la tendencia desde hace siglos a diferenciar por desinencia Lee los artículos disponibles en línea:
los cargos, los títulos profesionales y las ocupaciones según el sexo. Consecuente-
E. Lledó Cunill (2002): "Ministras, arrieras y azabacheras. De la feminización
mente, basándose en que la asociación entre el sexo del referente y ciertas marcas
de tres lemas en el DRAE'', El Cajetín de la Lengua. Espéculo UCM,
formales diferenciadas contribuye a impedir los procesos de ocultación o encubri-
<Www.ucm.es/info/especulo/cajetin/lledo.html>.
miento de la mujer, la pregunta fundamental que se hicieron los feminismos es por A. M. Vigara Tauste (2002): "¿Árbitra?", El Cajetín de la Lengua. Espéculo
qué no se ha producido la flexión de género regular precisamente en tales agentivos. UCM, <Www.ucm .es/info/especulo/cajetin/arbitra .html>.
La pauta general encontrada para el español -y en ese aspecto se produce una
coincidencia significativa con otras lenguas romances- es que existen escollos para Ambos tratan de la resistencia a la feminización de profesiones y de los ar-
la feminización de profesiones prestigiosas o estereotípicamente masculinas. Es gumentos que se utilizan contra la feminización. Pregunta en tu entorno por la
decir, tradicionalmente, las profesiones no cualificadas (lechero/lechera, panade- actitud ante femeninos como obispa, comisaria , árbitra, jefa o gerenta. Apunta los
ro/panadera, pastor /pastora ...) no han encontrado tanto obstáculo para femini:zarse argumentos utilizados y mira si coinciden con los que observaron Lledó y Vigara.
como las cualificadas o prestigiosas (jefe, juez, médico). Un ejemplo lo dio Emilia

48 49

l ··- -,~~~ · ..
.
Lengua y género Géneroy representación:la política del nombre

AJ La locución 'mujer árbitro ' B) La forma masculina con artículo femenino ('la árbitro '*)

Es dudoso que se utilice frecuentemente la forma masculina para mujeres en Dentro de los factores lingüísticos que podrían intervenir en la resistencia a la
ciertas ocupaciones debido a que "siempre ha habido hombres en la profesión", feminización y el consiguiente recurso a la forma masculina con artículo feme-
como ocasionalmente se aduce para interpretar que en francés o en español se nino, se ha mencionado la posible falta de eufonía de ciertas palabras, posible-
haya documentado que existe a veces una primera fase en la que se añade 'fem- mente por falta de hábito (p. ej.,jiscala), así como la existencia de vocablos ocu-
me' o 'mujer' al término masculino. Si la expresión 'mujer abogado' pudiera pados, bien por un arte o una técnica (música sería una forma ya "ocupada" por el
tener su origen simplemente en que el espacio semántico de la profesión está ocu- vocablo que significa 'el arte de combinar armoniosamente los sonidos'), bien por
pado por quien ha monopolizado la profesión, la regla inversa también se habría un objeto (jardinera remitiría a 'recipiente para colocar macetas'). Entre los fe-
aplicado, y lo cierto es que lo contrario no se ha producido. Nunca se ha masculi- meninos así "ocupados", se encontrarían formas como técnica , soldada , perfora-
nizado un término femenino con 'varón': varón modista*, varón ama de casa*, dora ... También se alude a los duales aparentes como resistencia lingüística a la
varón azafata*, varón matrona* . Tampoco se ha dicho hombre limpiadora*, feminización: formas feminizadas que se han utilizado para designar a la esposa
hombre enfermera* ni hombre ama de casa*. Las razones, pues, deben ser distin- de quien ejerce el oficio o cargo (generala, boticaria , médica .. .) o que muestran
tas . Lo cual vuelve a poner sobre la mesa la cuestión del androcentrismo. un proceso de empeoramiento semántico (asistenta , gobernanta).
En este caso, el androcentrismo residiría en creer que una serie de profesiones Lo más curioso es que no se ha opuesto resistencia a los términos masculinos
son eminentemente masculinas, y de ahí que se articule la diferencia como subor- polisémicos. En castellano contamos con decenas de sustantivos de objetos que
dinante: en lugar de árbitra, 'mujer árbitro' sería una mujer que ejerce de árbitro coinciden con un ténnino masculino de la profesión: joyero, monedero y frutero
(como si lo hiciese de forma provisional o gracias a la condescendencia del grupo están entre ellas, sin que ninguna investigación haya documentado objeciones al
dominante , pero no porque la etiqueta le corresponda). Quizá precisamente así se uso de cualquiera de sus acepciones. Lledó (2002), quien no cree que la posible
marque la rareza de una mujer en la profesión y se mantenga la carta de naturale- anfibología sea una resistencia verbal real, ha recogido más de ochenta oficios que
za masculina en los términos para varones. No hay más que consultar ciertas defi- en masculino pueden confundirse con objetos (monedero , billetero) , sitios (basure-
niciones del DRAE para que esta sospecha se convierta en certeza : ro, varadero), adjetivos (demoledor, casero, estadístico) . Jamás se ha invocado esta
posible ambigüedad para vetar el uso del masculino y proponer otra denominación .
alcalde. 1. m. Presidente del ayuntamiento de un pueblo o ténnino municipal, En todo caso, no se trataría ni de una resistencia puramente lingüística, ni de
encargado de ejecutar sus acuerdos, dictar bandos para el buen orden, una resistencia a la feminización extensiva a toda la comunidad de habla. Tres
salubridad y limpieza de la población, y cuidar de todo lo relativo a la
miembros de academias de la Lengua Española, Julio Casares (España), Berro-
Policía urbana. Es además, en su grado jerárquico, delegado del Gobierno
en el orden administrativo. García (Uruguay) y Bustamente y Rivero (Perú), publicaron, entre los años 1945
alcaldesa. 1. f. Mujer que ejerce el cargo de alcalde. y 1960, sendos trabajos sobre la doble terminación para oficios y profesiones, en
los que se mostraban a título individual en contra del artículo femenino seguido
juez l. com. Persona que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar. de la forma masculina (la archivero). Según documenta Aliaga (2011 ), antes lo
jueza . l. f. Mujer que desempeña el cargo de juez. habían hecho Ramón Cotarelo y Juan Moneva y Puyol y, en los años 50, varios
miembros de número o correspondientes de la RAE más se manifestaron contra-
juglar. 5. m. ant. Trovador, poeta. rios a tal uso. La propia RAE, respondiendo en 1995 a una consulta efectuada por
juglaresa. 1. f. Mujer que actúa comojuglar. el Ministerio de Educación y Ciencia para equiparar los títulos académicos oficia-
les al sexo de quienes los obtuvieran, se mostró "favorable a la feminización de
mayordomo. l. m. Criado principal a cuyo cargo está el gobierno económico de los títulos, [ ... ] [si bien] partidaria de mantener inalterado el uso en aquellas de-
una casa o hacienda. 2. m. Oficial que se nombra en las congregaciones o
cofradías para que atienda a los gastos y al cuidado y gobierno de las nominaciones que por su terminación valen tanto para el masculino como para el
funciones.3. m. Cada uno de los individuosde ciertas cofradías religiosas. femenino". Este pronunciamiento está quizá expresado con menor firmeza que el
mayordoma. l. f. Mujer que ejerce funcionesde mayordomo (DRAE, 2001). que la propia RAE había realizado en 1930, a raíz de una consulta del Ministerio
de Instrucción Pública y Bellas Artes de entonces, según documenta Planelles
Iváñez ( 1995: 107-108):

50 51
f
Lengua y género
Género y representación: la políti ca del nombr e

[ ... ) en ses iones ordinaria~ se examinó la consulta [por parte de la RAE], y sin
Este "nuevo" uso masculino parece atentar contra la costumbre, costumbre
sombr~ de duda en el sentido fundamental de la contestación[ ... ] [que] fue por
mayona aprobada la que dice así: que recuerda el decreto presentando una lista de "cómo se llamó siempre" en Es-
El título tendrá distinta denominación, masculina o femenina, según el sexo paña en femenino a reina, infanta, princesa, abadesa, diaconi sa, maestra, actriz,
de la persona que lo posea. Es decir, título de Bachiller , Licenciado o Doctor si vicaria , sacristana, celadora, presidenta, secretaria, guardesa .. .
el que lo posea es varón; título de Bachillera, Licenciada o Doctora, si quien' lo Así pues, si tomamos el real decreto de 193 I como registro sociolingüístico fia-
posee es hembra. ble, en los años 30, en "el lenguaje hablado", se usaba el femenino, mientras "algu-
Aparte de lo del diploma del título mismo, no se supuso duda alguna en nas de las reivindicadoras de los derechos del feminismo" (suponemos que partida-
rechazar los barbarismos de frase corno la de una Doctor una Catedrático la rias del avance femenino en el campo profesional) luchaban por mantener el título
Profesor o la Secretario[ ... ]. ' '
profesional en masculino, algo que la RAE calificaría en 1931 como "barbarismo" .
También los miembros de la RAE mencionados en Aliaga (2011 : 83) se refieren a
En atención a esta contestación de la RAE, en el real decreto de 16 de enero destacadas feministas de la época como Clara Campoamor o Matilde Huici, quie-
de 1931, se exponía :
nes, "para abogar ante los Tribunales , se llaman abogado " . No resulta descabellado
suponer que esas mujeres lo creían dotado de mayor autoridad y prestigio, como
S. M. el Rey (q.D.g.) se ha servido resolver:
ocurrirá tres cuartos de siglo después en la España contemporánea.
l.º Que las señoritas o señoras que figuren en los cargos y Escalafones de los
Cue~os del pro'.esorado y los restantes dependientes del Ministerio, o que logren
los t_itul~~propios del mismo, se llamarán en toda la documentación con la
tenm _nac10n ~e~enina . de las respe ctivas palabras Catedráticas, Profesora s, C) Resist encia detectada en algunas mujeres al agentivo femenino
Archiveras , B1bl_1otecanas,~rqueólogas, Arquitectas , Veterinarias, Odontólogas ,
Conta~oras, Pentas, ApareJadoras, Jefas de la Administración, de Sección, de
Nego_c,ado, Rectoras , Decanas , Directoras, Secretarias , Doctoras , Licenciadas, Actividad 2. 9
Bachilleras , Maestras , etc.
2.º Tend~án indistintam ente, as í solteras como casadas o viudas , en la Haz una lista de posibles razones que expliquen que mujeres profesionales se
~ocumen~a~1on .~so del _"señora" y "doña" , y, en su caso, de los tratamientos de autodesignen como 'abogado', 'socio del bufete' o 'ingeniero ', pese a que aboga-
excelent1s1mas o de "ilustrísimas " . da, socia e ingeniera son formas aceptadas desde hace tiempo en la norma. ¿Se
quieren separar del grupo femenino? ¿Desean acentuar su profesionalidad? ¿Es
S~ ad~lantó de esta forma la ley en 1931 al propio Diccionario de la RAE, que producto de motivaciones ideológicas inconscientes?
tardar~ decadas en reconocer el femenino de cargos como 'rectora' . Resulta muy Después, pregunta a gente de tu alrededor (de alto y bajo nivel de instruc-
expresivo en ~ste real decr~to ~e 1931 que el Ministerio de Instrucción Pública y ción) la impresión que les produce oír a una mujer autodescribirse ocupacional-
Bellas Artes , Joya_ ~e la h1stona sociolingüí stica del español de las profesiones, mente en masculino ("Soy médico "). ¿Creen que le otorga mayor categoría so-
ª?rrnas~,haber sohc1ta~o contestación de la RAE debido a que, aunque había aten- cial? ¿Se fiarían más de ella profesionalmente?
dido el,, desde _luego mtenso y después muy extenso movimiento del feminismo
c_ultural Y med _iante real ord~n había acordado abrir a la mujer española carreras y
~!tulos Y profes1?nes dependientes de la Administración, la novedad había cogido Como se ha observado anteriormente, pudiera ser que en la preferencia de al-
algo desprevemdo el uso de la habla de las gentes" , por lo que resultó que, gunas mujeres por una u otra forma de los agentivos concurran factores psicológi-
cos . Uno de los primeros trabajos sobre el vocabulario ocupacional del español
[ ... ] m_ientras en el lenguaje hablado de todos [sic] se usa el femenino del (Hampares, 1976), que, al igual que la RAE en 1931, cuestionaba como absurdo
susta~tivo corre spondiente y se dice a una Catedrática , a otra Archivera , a otras el uso de la forma masculina con artículo femenino (la abogad o) , atribuía este uso
Taquigrafas o Mecanógrafas [ ... ], algunas de las reivindicadoras de los a factores psicológicos "sutiles y complejos". Entre ellos, "una actitud subcons-
de~echos del fem!nismo qui eren forz ar a que las aludidas, con el uso del ciente en la mente que trasluce la idea de que lo masculino tiene prioridad", ade-
articul~ _en femenino , se llamen con sustantivo en masculino , diciéndolas la más de que, cuando se usa la fonna masculina, no se piensa "en la mujer indivi-
Catedrat1co, o una Archivero .
dual como profesional, sino como parte de toda una profesión que es

52
53
Lengua y género Género y repres entación: la política del nombre

predominantemente masculina" (Hampares, 1976: 108). Como se trata de un ele- eran cuatro: el término masculino, el femenino con morfema final -a, la coloca-
mento inconsciente (algo aún por demostrar), pensaba Hampares que tenía una ción "mujer + término masculino" o "término masculino + mujer", por ejemplo,
solución fácil: llevar el problema a la consciencia. una albañil, una albañila , una mujer albañil , una albañil mujer. Los resultados
No sabemos si por falta de la consciencia que reclama Hampares, lo cierto es señalan que son solo el 33% de las informantes -frente a un 37% de los informan-
q~e hay mujeres que muestran su preferencia todavía hoy por el masculino, por tes- quienes optan por la feminización en -a (2006a: 266).
eJemplo, al clavar en su portal placas de metal con su denominación en mascu- Sin embargo, los resultados fueron diferentes en una investigación algo poste-
lino: "Verónica Carvajales - Podólogo" o "Julia Durán - Arquitecto". Puesto que rior, de 201 O, encaminada a medir la actitud de la juventud universitaria madrile-
la RAE alega este indiscutible hecho como excusa para no feminizar términos (o ña ante los términos ocupacionales feminizados (Bengoechea y Simón, 2014). La
para reclasificar términos que se habían feminizado en décadas anteriores, como encuesta trataba de evaluar hasta qué punto las generaciones jóvenes con alto
jefa , ?erenta ojueza), no parece baladí preguntarse a qué se debe tal preferencia y nivel de formación aceptaban y utilizaban términos femeninos de títulos profesio-
qué tipo de hablantes prefiere qué variante, la forma femenina o la masculina. nales y ocupaciones (ingeniera, bedela, arquitecta , médica, jefa, aparejadora,
Las investigaciones llevadas a cabo para medir las actitudes de la población gerenta, perita ... , todas ellas aceptadas por la Academia Española). En líneas
espaflola muestran un panorama complejo . En la preferencia por la forma mascu- generales, el estudio concluyó que hay una gran tendencia hacia la aceptación de
lina o femenina de un término profesional para mujer, parecen incidir motivacio- la denominación en femenino de profesiones como ingeniera, arquitecta, médica,
nes de clase social -un dato coherente con el hecho antes mencionado de que se jefa o aparejadora y a su utilización (se llega al 80% en algunas formas), pero se
han feminizado antes los términos para designar a mujeres en ocupaciones de producen importantes reticencias en gerenta , bedela o perita, que suscitan ma~or
poco prestigio social, como capataza, aprendiza, criada o dependienta- y de tipo rechazo. En cuanto a la distribución por sexos, la pauta observada es la contrana a
textual: en Internet, los blogs y los chats informales, la feminización de cualquier la del estudio de Calero: son en general los alumnos quienes manifiestan mayor
término, incluso sustantivos y adjetivos comunes, es absolutamente masiva, algo oposición a las formas femeninas , y son ellas quienes muestran mayor disposición
que no ocurre cuando los y las hablantes son conscientes de la formalidad de la a utilizar el término femenino, excepto en los casos de gerenta (forma rechazada
situación y tratan de adecuarse a la norma. Ambos aspectos son también destaca- por igual por chicas y chicos) y perita (forma rechazada masivamente por las
dos por los autores que menciona Aliaga (20 l 1): Moneva y Puyo 1, por ejemplo, chicas). El rechazo de las mujeres, más que de los varones, a la forma perita,
llega a decir sobre las mujeres que se autodesignaban abogado que "en taller que puede interpretarse por la historia sexista del término ('perita en dulce' ha sido
estuviesen y no en oficina burguesa , se hubieran allanado desde el principio a la durante años una denominación metafórica del dominio de la comida aplicada a
Gramática y serían jefas, oficialas, cajeras, contadoras, como entre sí dicen las las mujeres, quienes quedan así designadas como manjar dulce y apetecible, algo
obreras o las empleadas de comercio" (Aliaga, 2011: 83). Moneva remitía al ha- que posiblemente resulte fuera de lugar en el ámbito profesional).
bla de las clases superiores (antigramatical, a su parecer) y a la jerga jurídico- No parece extraño que existan mujeres que no se identifican con los términos
administrativa como los factores responsables de haber alterado la gramática. femeninos. Por una parte, ya hemos visto que una característica de las lenguas
Ambadiang (1999) incluyó además el nivel de instrucción, la propia historia patriarcales analizadas es la degradación semántica de lo femenino. Por otra parte,
de la palabra y las actitudes lingüísticas de cada hablante como factores determi- son Jas propias mujeres, a veces, quienes, inconsciente o conscientemente, desean
nantes en la preferencia por la forma femenina o masculina. Posteriormente, se ha pertenecer a lo universal (masculino), y no a lo especial y marginal (lo femenino),
achacado la preferencia por el masculino de algunas mujeres a un rechazo de su que tiene cariz peyorativo en un mundo teñido de androcentrismo. Es aquí donde
condición femenina; el rechazo se produciría cuando, deseando integrarse plena- entraría en juego la hegemonía, que, como se ha señalado, se manifiesta en actos
mente en la esfera de poder (masculina), temen inconscientemente que por su y, más fundamentalmente, en valores, cuando funciona a pleno re~dimiento. .
sexo se las margine en su faceta profesional. Para Calero, el rechazo de algunas mujeres a la forma femenma puede expli-
En coherencia con esa hipótesis, en su estudio de 2006a, Calero Femández carse como "autoodio". El autoodio es un concepto tomado de la investigación
descubrió que las mujeres no eran las principales patrocinadoras de la feminiza- psicosocial en grupos étnicos, y se ha aplicado a situaciones mult!étnicas o mult~-
ción del vocabulario laboral. Se les proporcionó a 54 hablantes un cuestionario en culturales en las que existe una hegemonía clara de un grupo social que se mam-
el que se les pedía que eligiesen la opción por la que se decantaban para nombrar fiesta en los miembros de los grupos estigmatizados en una ideología de rechazo
a una mujer que ejerciese una serie de oficios para los que se les ofrecía el sustan- al propio grupo de pertenencia. El esfuerzo del cantante Michael Jackson por
tivo masculino (barbero, soldador , capitán, oficial, constructor .. .). Las opciones blanquearse la piel fue interpretado como un caso de autoodio, por ejemplo. En

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Géneroy representación:la política del nombre
Lenguay género

Cristina Femández es presidenta de la Nación, mientras las españolas Soraya Sáenz


las situaciones en las que se produce el autoodio, existe previamente una identifi-
de Santamaría o Teresa Femández de la Vega son vicepresidentas. .
cación con el grupo dominante que provoca en miembros de grupos de bajo esta-
Aun aceptando la explicación anterior, es necesario investigar en profundidad
tus el sentimiento de rechazo ante características propias consideradas inferiores a
sobre el uso masculino para mujeres profesionales , algo q~e parece atentar c~ntra
las de los grupos dominantes. El autoodio se ha aplicado a situaciones de bilin-
las leyes gramaticales y los usos populares de la lengua (s1 ace~tamos e! testimo-
güismo, como podría ser el caso de Asturias, donde el bable lamentablemente no
nio del real decreto de J931 ), entre qué colectivos se produce, s1 se mant1en~ en el
goza del mismo prestigio que el castellano. Calero Femández explica:
tiempo, cuáles son ]as causas explícitas e implícitas y cuáles sus consecuencias.
[ ... ]la fuerza que tiene la ideología lingüística es tal que puede conducir a que
los grupos sociales más débiles y con una identidad social menos valorada se
refonnulen su etnicidad, es decir, los rasgos que los definen como colectivo. En D) Títulos profesionales e intervención institucional
esta circunstancia las reacciones pueden ser diversas : mantenerse en una
indefinición conductual, abandonar las peculiaridades distintivas para asumir Teniendo en cuenta la ideología lingüística imperante que asigna a la RAE Y a
las del grupo dominante, fortalecer los rasgos propios que están desprestigiados la Académie franyaise el papel de prescriptoras de la norma, no es baladí _interr_o-
con el fin de aumentar su estima social , o enfrentarse de manera manifiesta al garse por el papel desempeñado por las acade~ias de 1~ le2g~a al consolidar te;,-
sector preponderante (2006a: 240-241 ). minos que atentan contra la flexión regular ( ~l mo~1~to , Rosa es abogado ,
DRAE, 200 J) y postergar injustificadamente la mclus10n de la forma regular fe-
Pero el concepto también puede aplicarse al caso de las mujeres, quienes, menina (o, en ciertos casos, masculina). . . .,
desde un punto de vista psicológico, se proyectan en el grupo de referencia (el de Es más, pese a que la tendencia de la lengua castellana a la femm1zac1on(y la
los varones) y se desmarcan incluso hostilmente del grupo de pertenencia (las rnasculinización) mediante desinencia parece estar plenamente asentada~ lo l~rgo
mujeres) para no ser identificadas con él y sus características estigmatizadas. de su historia, el DRAE ha mostrado hasta el siglo XXI una enorme ret1ce~c1aa
aceptar dos formas en palabras que podían flexionar o a reconocer que pod1a ha-
En la polémica de la feminización del vocabulario laboral, el autoodio se
ber mujeres en cientos de ocupaciones.
manifiesta en que ciertas mujeres no solo no se consideran designadas con el Al comparar las ediciones de 1992 y 2001 del DRA_E, puede observarse que,
género gramatical que se atribuye tradicionalmente al sexo femenino
en esta última, se feminizaron 30 cargos o títulos profesionales que figuraban s~lo
prefiriendo ser nombradas con el masculino, sino que además ridiculizan y
repudian a las otras mujeres que sí aceptan una designación en femenino de su
en masculino en la edición anterior: anticuaria, arriera, balsera, banquera, bane-
labor profesional o de su cargo (Calero , 2006a: 241 ). ra, bateadora, bombera, cabildera, cachicana, colona, comprom~saria, dignata-
ria dulzainera estanciera, gerenta, gladiadora, machetera, magistrada, manda-
Aunque el autoodio no es el único factor que explica el rechazo a ciertas for- ta/ia, mercaddra, oleicultora, platera, pulpera, rectora universitaria, saine~era,
mas femeninas para profesiones y cargos prestigiosos en Francia, España o Italia, subgobernadora, subinspectora, subjefa, tipógrafa y vocera . En 2001, t_odav1ase
sí es un elemento que debe tenerse en cuenta. encontraban, sin embargo, 397 títulos profesionales solo en masculmo en el
Sin embargo, esta muestra de autoodio , si es que lo es, podría tener repercusiones DRAE · la Academia no reconocía agentivos como dramaturga o alfarera. Este
en la mentalidad colectiva. La utilización del término masculino por parte de las mu- hecho 'probablemente no es trivial. Desde un punto de ~is~a cognitivo, se ha e~pe-
jeres para referirse bien a sí mismas, bien a otras mujeres, representa su exclusión del culado con ta posibilidad de que contribuya al mantemm1ento ~e los este:~ot~pos
espacio verbal público, incluso si se permite estar a mujeres individualmente, al refle- de género. Quizá ahí estribe la razón de haber ~egado durante decadas leg1t1m1dad
jar los límites de la participación femenina en la cultura. Esto podría explicar el hecho al término amo de casa (que no se ha reconocido hasta que las novelas de Almu-
de que a una mujer que llega por vez primera a un espacio público privilegiado se la dena Grandes han entrado a formar parte del cuerpo de "autoridades").
denomine en masculino. La sociedad no "ve" en el puesto a una mujer y lo significa La intervención de las academias se ha interpretado tambi~n como con~ucente a
mediante la etiqueta gramatical asociada al sexo masculino; con ello también le indica la ocultación de la realidad histórica; la negación del papel activo de las r_nuJer~s
pre-
el límite de su participación en la cultura. Un ejemplo sería María Estela Martínez, sentes, pasadas y futuras; el mantenimiento de la dicot?mía mun~o púbhco/pnvado;
~enominada por la prensa española en los años 70 presidente de la República Argen- la negación de la evidencia histórica, y la persistencia de la d1:icul!d del -~cceso
tina. Años después, la comunidad hablante "ve" mujeres en ese puesto y la argentina femenino a profesiones prestigiosas (gerenta), poderosas (capitana del eJerczto)

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l
Lengua y género
, Género y representación: la política del nombr e

o estereotípicamente masculinas (albañila, forma idéntica a la locución 'abeja nino/mundo público masculino de los siglos XVlll y XIX habían borrado del reposi-
albañila', o alguacil a, durante años así denominada la mujer de un alguacil). torio léxico para demostrar que las mujeres habían tenido un campo de ocupaciones
El DRAE no solo ha ignorado la incorporación de la población femenina a mu- más amplio que lo que reconocía el DRAE y que la tachadura de estas ocupaciones
chos campos profesionales (que ya reconocía el real decreto de 1931 y que men- mediante la negación de formas femeninas como platera, joyera , anticuaria u olei-
cionan los miembros de la RAE de principios del siglo XX antes citados), sino que cultora era producto de una ideología patriarcal. Así, Asunción Blasco realizó un
pasa por alto que, en los trabajos, las profesiones y los oficios considerados tradi- estudio sobre las mujeres judías aragonesas en los siglos XIV y XV en el que presen-
cionalmente masculinos, ha habido mujeres que los han ejercido a pesar de las taba a mujeres involucradas en la gestión de bienes económicos y el comercio de
prohibiciones y los prejuicios sociales, bien junto a sus maridos, padres o herma- joyas e inmuebles, mientras otras, en calidad de intermediarias , se encargaban de
nos, bien en solitario. A lo largo de la historia, en el ámbito militar, por ejemplo, relacionar a las personas en las compras y las ventas: eran corredoras, profesión
las mujeres han ocupado cargos jerárquicos, especialmente en los levantamientos femenina que no será reconocida como tal en el DRAE hasta 2014.
populares . Hoy en día, se han incorporado a las fuerzas armadas institucionales y Parece deducirse, por tanto, que la resistencia hacia la feminización (o el re-
guerrilleras en la mayoría de países. ¿Por qué, entonces, por ejemplo, mantener las conocimiento de la presencia femenina en ciertas ocupaciones) puede tener una
voces masculinas en el ejército, y no feminizarlas a caba, soldada , coronela, te- raíz ideológica y no lingüística . Lo demuestra también el hecho de que, pese a que
nienta o generala, como se ha hecho en algunos países de habla hispana? la edición 20 .ª del DRAE proporcionaba únicamente el masculino en profesiones
Otras veces es realmente arduo adivinar la causa de que el DRAE omita el fe- prestigiosas ya entonces ocupadas por mujeres, como médico, arquitecto , científi-
menino en ciertas profesiones, cargos, oficios o actividades. Veamos algunos co, crítico, dermatólogo, diplomático, dramaturgo, farmacéutico, fisico, geógra-
ejemplos que en el DRAE de 1992 y de 2001 aparecen en masculino exclusiva- fo , geólogo, ingeniero, psicólogo o zoólogo, la sociedad usaba las formas femeni-
mente, algo sobre lo que alguna investigadora ha mostrado su extrañeza: nas de esos términos. Pese a la agorera defensa de su imposibilidad, la sociedad
utilizaba un mecanismo presente en su sistema , con lo que se demuestra que el
atabalero. m. El que toca el atabal. (¿No hay mujeres que tocan el tamboril o cambio morfológico es perfectamente posible .
atabal?). Asimismo, podemos observar que, en cada país, sus instituciones desempeñan
un papel crucial en el cambio lingüístico. Mientras Francia se caracteriza por una
barcinador. m. And. El que barcina.(¿No hubo mujeresbarcinadoras,es decir, que resistencia a la feminización de profesiones y ocupaciones muy conservadora, la
"cogíanlas gavillasde mies, echándolasen el carroy conduciéndolasa la era"?). región francófona canadiense de Quebec no ha opuesto resistencia a la feminización
de muchos términos. La Academia Española, a su vez, ha ido feminizando las en-
casullero. m. El que hace casullas y demás vestiduras y ornamentos para el
tradas de su diccionario normativo a partir de 200 l con infinitamente menos reti-
servicio del culto divino. (¿No hay mujeres que realizan este cometido?).
cencias que la Académie frani;:aise,si bien es cierto que el camino del español no ha
cátedra. m. En lenguaje estudiantil, catedrático. (¿No hay, en este mismo sido siempre lineal o consistente. De cualquier modo, la comparación de los casos
lenguaje, cátedras?). francés , canadiense y español lleva a concluir que la resistencia al cambio en los
usos no estriba en el sistema lingüístico, sino en las ideologías locales (2.5 y 2.6).
cimbalero. m. Tañedor de címbalo. (¿No hubo nunca tañedoras de címbalo?). Así lo demostraría la mayor tendencia hacia la feminización de términos ocu-
pacionales mediante diferente terminación en el español de América que en el
La lista de términos que aparecen en el DRAE (200 l) exclusivamente con for- español de Europa (Ambadiang, 1999: 4867-4870). Otra prueba de que la resis-
ma masculina podría continuar. Sin embargo, muchas de las profesiones que no tencia es social -y no lingüística- la encontramos en un estudio realizado en 1981
aparecen en el Diccionario como femeninas tienen un pasado de uso bien documen- en Puerto Rico. En esta isla, la legislación que prohíbe discriminación por razón
tado. Aparecen, por ejemplo, en La pícara Justina o en el Libro de buen amor. Por de sexo (o color, origen y condición social) en los anuncios de ofertas de empleo
eso los feminismos han estudiado la historia del léxico ocupacional, bien porque es relativamente temprana: se trata de la ley n.º 100, aprobada en 1959. Quizá
puede dar cuenta de los cambios sociales del pasado, bien para negar implicaciones debido a la existencia adelantada de esta ley y a la aprobación de las políticas
simplistas del presente, bien porque quizá sea un espejo de las pautas sociocultura- lingüistas antisexistas en los Estados Unidos, se feminizaron los agentivos mucho
les presentes. Diversas historiadoras han sacado a la luz la existencia de términos antes que en España. Nash (1982), al analizar las ofertas de empleo publicadas en
referidos a ocupaciones femeninas que la ideología de mundo privado feme- los más importantes diarios en español en Puerto Rico en 1981, reveló la prefe-

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Género y representación: la política del nombre '. i C
Lengua y género

rencia por la distinción genérica en las descripciones de los empleos utilizando


para ello los recursos idiomáticos disponibles de forma creativa: "Contador(a)"
"perforador(a) de datos", "cajera(o)", "secretaria o secretario", cuando el DRAE
clasificará el sustantivo que ha sido masculino durante diez años (gerente) de nuevo
como común, mientras mantendrá la fonna femenina (g erenta) solo como america-
nismo y sin etimología, igual que ocurre con otros términos referidos a mujeres:
''¡

de 1992 tod?vía _no reconocía la forma "secretaria" para mujeres (pese a que no gerente. (Del lat. gerens, -entis). l . com. Persona que dirige los negocios y
sol~ las hab1a, sm? que eran mayoría en España). Véase cómo el sustantivo apa- lleva la firma en una sociedad o empresa mercantil, con arreglo a su
rec1a como exclusivamente masculino en la 21 .ª edición del DRAE: constitución (DRA E, 21 .ª edición, 1992).
gerente, ta. (Del lat. gerens, -entis). J. m. y f . Persona que lleva la gestión
secretario, ria. [ ... ] 2. m. Sujeto encargado de escribir la correspondencia, ex- administrativa de una empresa o institución . MORF. U. t. la forma en m.
tender las actas, dar fe de los acuerdos y custodiar los documentos de una para designar el f. Ana es gerente (DRAE, 22.ª edición, 2001).
oficina, asamblea o corporación. 3. [m.] El que redacta la correspondencia ger ente. (Del lat. gerens, -entis). I. com. Persona que lleva la gestión
de la p_ers~na.ª quien sirve para este fin. 4. [m.] Máximo dirigente de al- administrativa de una empresa o institución.
gunas mst1tuc1onesy partidos políticos. 5. [m.] Escribiente o amanuense. gerenta. I. f. Am . Mujer que lleva la gestión administrativa de una empresa o
6. _[~.] El que por oficio público da fe de escritos y actos. 7. [m.] Amér. institución (DRAE, avance 23." edición).
Mm,stro.
(DRAE , 1992) En el DRAE (2001 y 2014), otros agentivos de doble forma también aparecen
con la forma masculina como ejemplo de uso para mujeres, frente a la femenina.
~u_ede qu_ela RAE , con_ su. política cambiante, o cuando menos vacilante, de Con ello se aceptan y normalizan algunos usos que la RAE en 1931 había conside-
los ultimos anos, haya contnbu1do a la inseguridad de la comunidad hablante. rad o "barbarismos" (la abogado) . Dada la formidable influencia de la RAE en el
uso de la lengua, no parece sorprendente que la comunidad de habla dude a la hora
de denominar a las mujeres como profesionales .
Actividad 2.10 En todo caso, el conflictivo ámbito de los nombres de profesiones sigue te-
niendo relev ancia dentro de los estudios de lengua y género. La idea latente de
Para estudiar el cambio de la RAE en las tres últimas ediciones del DRAE (1998
2001 ~ 201~, esta última disponible en la web), elabora una tabla con las forma~ estos es que el reconocimiento y el uso extensivo de términos femeninos para
ocupaciones una vez vedadas a las mujeres o en las que no se ha reconocido su
f~m~nina (s1 la hay) y m~sculina de las entradas correspondientes a los agentivos
~1~u1entes. S_e han escogido estos términos precisamente por ser doce de ellos los presencia, así como de términos masculinos en profe ~iones ejercidas duran~e un
urncos agent1vos de mujer que aparecen con su ejemplo de uso en el DRAE (2001 ): tiempo solo por muj eres, propo rcionarán a la comumdad un mapa ocupacional
rico y diversificado, libre de est ereotipos . Puede que también logren que desapa-
aboga?o/abogada, aparejador/aparejadora, arquitecto/arquitecta, bachiller/ba- rezcan los motivos psicológicos que todavía las llevan a nombrarse en masculino.
~h1llera, concejal/concejala, edil/edila, gerente/gerenta, ingeniero/ingeniera,
intendente/intendenta, jefe/jefa, juez!jueza, médico/médica perito/perita
subjefe/subjefa. ' ' 2.3. La norma de la autoridad: mujeres y hombres en los diccionarios

Una vez e!aborada la tabla, ¿crees que ha sido la falta de uso popular de las Las investigaciones sobre el léxico y las formas denominadas sexistas sugier en que
formas _femeninas lo que ha llevado a la RAE a cambiar las entradas o puede ciertos usos verbales perpetúan y mantienen los estereotipos , la subordinación fe-
h~ber sido también la política de la RAE en parte responsable de que no se hayan menina y la adherencia a valores androcéntricos. De ahí que los estudios de lengua
afianzado algunas formas femeninas? y género se hayan concentrado en el aspecto más denotativo de las palabras y su
descripción lexicográfica : el significado autorizado . . .
Es dificil refutar la afirmación de que, a lo largo de los siglos, han sido los
. ~n eje~plo de vacilación por parte de la RAE puede verse en gerent e: en la hombres quienes han estado al cargo de la codificación de las len guas. Su autoridad
ed1c1on 2 l. del DRJ?-E(1992), ~ra un sustantivo común; en la edición 22.ª, pasa a se ha manif estado en la crea ción de las normas , la fundación de las academias y de
tener f~rmas masculma y fem~nma, para hombre y mujer (gerente /gerenta) , aunque otras instituciones normativas y la elaboración de diccionarios y gramátic as, activi-
se admite la forma en masculmo para el femenino; sin embargo, en 2014, el DRAE

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Lengua y género Género y representación: la poUtica del nombre

dades todas ellas vedadas durante centurias a las mujeres, para quienes se reservaba sobre la sexualidad femenina pasiva y la ausencia de genitales en la mujer, algo
el papel de hacer cumplir la norma como madres y educadoras. En el caso del espa- que también ha sido uno de los resultados de los análisis de diccionarios de espa-
ñol, no hay un ejemplo que ilustre mejor tal afirmación que la votación negativa ñol (Vargas et al., I 998).
que obtuvo María Moliner, la autora de la mejor obra lexicográfica del siglo XX, Calero Femández (I 999: 105-106) se pregunta a su vez por la razón de que,
cuando fue propuesta para su inclusión en la Real Academia. en un momento en el que el DRAE no incluía voces muy informales o vulgares, se
Este dominio masculino en las actividades normativas de las lenguas se ha incorporase un buen número de palabras que constituyen el campo semántico de
puesto en entredicho en muchos países. Se ha revelado el papel del género y la 'cornudo', pese a ser consideradas malsonantes (cabestro, cabrito, cabrón, ca-
ideología en la composición de las academias y en la confección de la norma y los bronzuelo , consentido, cornudo, cornúpeta, cuclillo , novillo, paciente y predesti-
diccionarios, entre cuyas "autoridades", aquellas personas cuyo dominio de la len- nado), para responderse que todas ellas dejan patente que el adulterio femenino es
gua se consideraba modélico, no figuraban mujeres o, si las había, su número era reprobable y que correspondería al marido mantener sujeta a su esposa. Su sospe-
muy reducido. Además, se ha denunciado el carácter discriminatorio de muchos cha es que "aquí ha entrado en juego, aunque sea de modo inconsciente, el sexo al
usos verbales legitimados a través de los diccionarios . que pertenece la totalidad de los académicos: son varones y este montaje ideoló-
gico y cultural [ .. . ] no puede dejarlos impasibles" (1999: 106) . Esta sospecha se
extiende a la respuesta de la pregunta que igualmente se hace :
2.3.1. La crítica feminista a los diccionarios
¿Cómo puede explicarse, también, que cojón [ ... ] tenga una entrada lexi-
Desde mediados del siglo XX, diversas investigaciones en todo el planeta han
cográfica desde la aparición del Tesoro de la lengua castellana o española en
puesto al descubierto el sexismo de las prácticas lexicográficas en los diccionarios
1611, de Sebastián de Covarrubias, o desde el diccionario de autoridades de
normativos de español, francés, alemán, inglés ... , como han recogido Hellinger y 1726 -que es el primero publicado por la RAE- y que coño no encontrara espa-
BuBmann (2001-2003). Se han analizado fundamentalmente los diccionarios cio en los lexicones hasta varias centurias después (en 1983) [... ] [pese a que]
normativos, pero también diccionarios escolares, monolingües, bilingües, para el término coño tiene una tradición de siglos que puede constatarse fácilmente
estudiantes de segundas lenguas y tesauros. en la literatura[ ... ], al remontarse a la primera mitad del siglo XIII, según Joan
Los primeros análisis del DRAE concluyeron unánimemente que el diccio- Corominas? (1999: 106).
nario es un reflejo de la sociedad de la época en que se redacta, pero, más fun-
damentalmente, es un reflejo de los conceptos y la visión del mundo dominantes
y de quienes lo compusieron, como demostraría la definición de 'femenino' Actividad 2. 11
como "débil y endeble", según reza la entrada reproducida en 2.2.1.
Esto no implica que no existan otros significados alternativos a los que allí fi- Busca en el DRAE (2001) las definiciones de los siguientes lemas: abortar, ama-
guran. En las entradas referentes a mujeres y hombres, a su sexualidad y sus cam- charse, calostro, concebir, coño, desmadrar, embarazo, gestar, hembra, leche,
pos de actividad, frecuentemente los análisis han revelado la distancia entre la madre, naturaleza y vagina.
experiencia femenina y las definiciones que allí aparecen. No es sorprendente que Luego contrástalas con las de los lemas semen, macho, padre, padrear y pene.
las investigadoras se hayan sentido excluidas del DRAE y hayan pensado que este Explica cómo el DRAE construye a mujeres y a hombres en esas entradas.
ignoraba su experiencia, dado que contenía definiciones como: "gozar . 3. conocer
carnalmente a una mujer" (DRAE, 2001). Una lingüista británica, por su parte, se Según la crítica feminista, el diccionario asimila las mujeres a las hembras de los
mamíferos. En el DRAE existen al menos 27 voces que pueden referirse a hembras
ha preguntado en clave de humor, al descubrir que unfeminine ['poco femenino']
humanas. Sin embargo, el discurso del DRAE hace indistinguibles las hembras no
se define en los diccionarios monolingües ingleses como 'no característico de la humanas de las humanas, al no existir separación referencial entre unas y otras (supo-
mujer', cómo es que el vello que todas las mujeres tienen se denomine unfeminine nen una excepción las definiciones de 'preñez' y 'preñado, da'). En contraste y en
hair ['vello poco femenino']. términos generales, el DRAE trata de distinguir a los machos de la especie humana de
Algunos análisis han puesto el acento en solo un campo semántico, como por los machos animales. Para ello se vale, entre otros mecanismos, de la definición que
ejemplo un estudio sobre las definiciones de vagina y clítoris en una serie de dic- presenta de 'macho' y 'hembra', donde se excluye la posibilidad de que un hombre
cionarios que concluyó que las definiciones refuerzan los presupuestos sexistas sea denominado "macho". Además, en las pocas entradas referidas al cuerpo o a la

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

sexualidad de hombres y otros animales machos, se separa expresamente a unos de ción de los usos que transmite y normaliza, colabora a mantener una situación
otros. Vemos, pues, que el sujeto "mujer" se construye así corno derivado de su 'natu- injusta y discriminatoria entre los sexos.
raleza' (definida como "especialmente en las hembras, sexo o condición orgánica"), Uno de los valores de las críticas feministas al Diccionario es negarle la con-
esto es, de su condición sexual: hembra. sideración de obra neutra, objetiva, atemporal y científica; en suma, cuestionar la
presunta autoridad de la norma y de quienes la elaboran. Y es que una de las fala-
Además de la asimilación de las mujeres a las hembras animales, figuran, en- cias más extendidas es la noción de que los diccionarios contienen la esencia de la
tre otras críticas al diccionario de la RAE por el tratamiento que las mujeres reci- lengua y la única verdad posible sobre las palabras. Frente a esta creencia, las
ben en sus páginas, las siguientes: investigaciones sobre el tratamiento de los sexos en el DRAE desvelan en cada
página que el diccionario no es la lengua, sino la concretización y la interpreta-
• La ausencia de la forma femenina en entradas en las que debería figurar, por ción de esta por parte de un grupo de personas con una visión de lo que es válido
ejemplo en los agentivos 'dramaturgo', 'flautero' ... mencionados en 2.2.2. y de lo que es condenable. Eso se deja sentir unas veces en la voluntad de in~l~ir
• La ausencia femenina en definiciones que no permiten imaginar a mujeres nuevas voces o de enmendar redacciones ideologizadas y trasnochadas de ed1c10-
realizando la actividad ("escritorio. 3. m. Aposento donde tienen su despa- nes anteriores, y otras veces en la determinación por parte de la RAE de mantener
cho los hombres de negocios, como los banqueros, los notarios, los comer- una cierta manera de definir y ejemplificar, así como en la decisión de negar carta
ciantes, etc."). de naturaleza a ciertas palabras y formas sociales de expresión (dramaturga, amo
• La ausencia de etimología y genealogía femeninas. de casa, familia monoparental o violencia de género, ninguna de las cuales apa-
• La preeminencia y la prelación de los hombres frente a las mujeres en el recía en la edición de 2001, aunque algunas sí lo harán en la edición de 2014).
texto, el discurso y la organización. La demostración de que los diccionarios se hacen desde una cierta perspectiva,
• La asimilación de las mujeres a la infancia y a seres débiles. con un cierto sesgo, regidos por una cierta ideología y afectados por un cierto con-
• El mantenimiento de estereotipos sexuales a través de definiciones y ejem- texto sociocultural, puede verse en la comparación entre las ediciones de 1998 Y
plos inventados ("escarapelar. intr. Dicho de dos o más personas: Reñir, 2001, para la cual la RAE optó por mantener o modificar ciertas definiciones, pun-
trabar cuestiones o disputas y contiendas. Se usa principalmente hablando tos de vista y omisiones. Como ejemplo ilustrativo de tal determinación académi-
de las riñas que arman las mujeres"). ca, podemos tomar, entre otras, las entradas referentes al verbo 'periquear':

Dos ediciones ( 1992 y 2001) del diccionario normativo del español han sido Periquear. Disfrutar de excesiva libertad las mujeres. Ú. m. en ger. con el verbo
analizadas exhaustivamente por Vargas et al. (1998), Lledó Cunill (2004) y For- andar (DRAE, edición de 1992).
Periquear. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad. Andar
gas Berdet (2009, 2011). Estos trabajos no reprochan al Diccionario la inclusión
periqueando (DRAE, edición de 2001 ).
de términos sexistas. Bien al contrario, insisten en varias ocasiones en la obliga-
ción del diccionario de recoger el imaginario compartido por las comunidades La comparación que se hace entre ambas entradas demuestra que la Academia
hablantes del castellano, incluso cuando este se rige por pautas que puedan hoy estudió la de 1992, midió el alcance de la definición y, aunque cambió parcial-
parecemos sexistas, puesto que es tarea del diccionario que aparezcan en sus pá- mente su redacción, decidió mantener el adverbio "excesiva", clara marca ideoló-
ginas las muchas voces que denotan la misoginia de parte de la sociedad que ha gica en cuanto que responde a una percepción de alguien respecto a lo que debe
usado la lengua. El reproche de las investigadoras viene, en primer lugar, ante la ser la libertad femenina. Esa misma interferencia de la ideología en la supuesta
resistencia a marcar esos términos con indicaciones de que su uso puede ser anti- neutralidad que debería regir la tarea lexicográfica se ve en entradas como: "ma-
cuado, insultante o despreciativo (cuando lo es) y, sobre todo, ante "el sesgo dis- ridazo. Marido demasiado condescendiente", donde la forma de redactar nos indi-
criminatorio gratuito, la definición tergiversada, los términos despectivos e hirien- ca que la Academia considera que existe una adecuada condescendencia por parte
tes y el aire burlón o patemalista de algunas de sus definiciones", que consideran de los maridos, más allá de la cual se convierte en "demasiada".
"responsabilidad única de quienes las han redactado" (Lledó Cunill, 2004: 447). Otro tipo de diccionarios en los que puede percibirse el diferente tratamiento
Además, todos los trabajos se plantean si, en la selección de léxico, usos y signi- de los sexos son los tesauros o diccionarios de sinónimos. Con el fin de someter-
ficados (no están todos los posibles), en las definiciones (realizadas inevitable- los a análisis, Pedro Fuertes Olivera (1992) buscó sinónimos en pares diversos,
mente desde una perspectiva; no se puede redactar sin tomar postura) y en la san-

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Leng ua y género Género y repr esentación : la política del nombr e

como señor/señora, y encontró para 'señor': amo, caballero, caudill o, dueño, También se han analizado diccionarios ide ológicos o "lexicones" en los que
jefe, micado, patrono , principal , sob erano, superior , tirano, cabeza, patrono , las unidades léxicas aparecen ordenadas por campos semántico s. En ellos se pudo
propietari o, caballero , adalid, hidalgo , honorable, aristócrata , noble, ciudadano, comprobar una cierta ordenación patriarcal del vocabulario de las lenguas. Sirva
habitante, dueño, casero y cacique. En ellos se destacan valores semánticos rela- de ilustración que 'violación' [rape} no aparece clasificado en un diccionario
cionados con el trabajo, la propiedad y la importancia social. Los sinónimos de inglés dentro de "delitos, crímenes o actos violentos", sino dentro del campo de
'señora', teóricamente su simétrico femenino, son ama y dama, pero también "actividades sexuales", junto a masturbación o fornicar, como si fuera una
otros relacionados con la relación familiar de las mujeres y algunos que han ido posibilidad más de la expresión de la sexualidad humana . Este dato, como los
adquiriendo valores negativos como propiedad de los hombres, mera acompañan- anteriores , lleva a preguntar se sobre las causas y los efecto s de las clasificaciones
te o puro valor sexual : esposa, cónyug e, dueña, patrona, pupilera , trotona, costi- y los nombres sancionados socialmente.
lla, partera , hembra, matrona, mujer.
Por la relevancia en el mundo informatizado del sistema operativo Windows,
también se ha creído fundamental estudiar el papel que cumple el The saurus del 2.4. El poder del nombre
programa probablemente más utilizado del planeta , Word de Microsoft , investi-
gación que ha sido llevada a cabo para varias lenguas por Thüne, Leonardi y Baz- ¿Tienen algún efecto las representaciones sexistas o androcéntricas en la vida real
zanella (2006). La legitimidad del Thesaurus está avalada por el propio paquete de mujeres y hombres? ¿Son los duales aparentes y las formas verbales sexistas
informático. La autoridad conferida a Windows hace que se acepten los sinóni- mero residuo del pasado sin efecto en la vida de hombres y mujeres hoy en día?
mos como alternativas no problemáticas , inmediatas, eficaces y objetivas; se usan En general, los estudios de lengua y género tienden a creer que el sentido peyora-
de fonna acrítica y automática , a mero toque de ratón . Para el español, se analiza- tivo que sufren rutinariamente los nombres atribuidos a las mujeres refleja y ayu-
ron los sin ónimos que la herramienta informática proporciona para 24 pares de da a perpetuar la actitud social de menosprecio hacia las mujeres.
palabras supuestamente simétricas: j efa/jefe, solterona /solterón ... El resultado Así lo refleja el lingüista e hispanista estadounidense Dwigt Bolinger, quien,
fue, una vez más, asombroso respecto a la vivencia per sonal de las investigadoras, basándose en los primeros estudios de lengua y género, escribió un artículo que
con enormes desequilibrios entre las formas femenina y masculina y con estereo- sería después parte de su famoso libro Langua ge: The Load ed Weapon ['La len-
tipos y falsedades que describen un mundo imaginado , pero cohesionado en su gua : el arma cargada']. En el artículo advertía del potencial del lenguaje sexista ,
representa ción de los sexos. A continuación se reproducen dos de las entradas frente a quienes negaban la importancia de que una lengua poseyera términos de
analizadas: abuso e insulto hacia una parte de la sociedad:

j efa: dueña (dueña, señora, patrona , propietaria, ama, casera) Las mujeres aprenden su lugar en el mundo [ .. . ] gracias a las mentiras
j efe: director (director, dirigente , superior, regente, rector, superintendente, implícitas que de ellas dice la lengua. Se me puede argumentar que una palabra
decano, señor, patrón, patrono , amo, dueño, soberano, tirano , dictador, no es una proposición y, por tanto, tener a mano una palabra no constituye una
autócrata) mentira,[ ... ] que quien miente es la gente y no las palabras. Es un argumento
hija: nena (nena, chiquilla, infanta, cría, chicuela , mocosuela, muchacha, chica, que me suena. Lo oímos en el Congreso cada vez que se intenta aprobar una ley
pequeña, niña) que restrinja la posesión de armas [... ) Pero lo cierto es que muchas víctimas
hijo: retoño (retoño, vástago, descendiente, sucesor, heredero, familiar) mortales y mucha gente lisiada son el resultado simplemente de tener a mano
un arma ( 1980: 164).
Los estudios incluidos en Thüne , Leonardi y Bazzanella (2006) concluyen
que, en tod as las lenguas , los estereotipos son omnipr esentes, así como la superio- Mientras la lingüística cognitiva trata de responder a la pregunta de si repre -
ridad masculina y la rel egación de la mujer a asuntos domésticos, triviales o me- sentaciones sexistas afectan a la conceptualización que tenemos unos y otras, y,
nos importantes. Además , algo en principio sorprendente, aunque no sea el caso puesto que es compleja la relación entre lengua y pensamiento, quizá sea preferi-
de los ejemplos reproducidos arriba : las formas masculinas gozan de mucho ma- ble fijar nuestra mirada en la realidad de nuestro alrededor. Solo si investigamos
yor número de sinónimos que las femeninas . Estas , por otra parte , llevan una car- lo que se hace con las representaciones en la vida real podemos acaso llegar a
ga peyorativ a de la que car ecen las masculinas . descubrir la relación entre representación y realidad.

66 67
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

2.4.1. Nombre y realidad o impunidad legal, puesto que la distinción en la definición legitimaba el compor-
tamiento de unos y otras.
Es innegable que gracias a los nombres categorizamos el mundo. Las etiquetas nos También nuestra cultura, a través de la lengua, nos proporciona el vocabulario
ayudan a ordenar la realidad que nos rodea. En primer lugar, tener una palabra de las emociones, que, al ser estereotípicamente diferente para hombres y muje-
"establecida" significa que no necesitamos recurrir a una narración personal para res, puede repercutir en los comportamientos e incluso en la categorización de
explicar el concepto. En segundo lugar, tener una palabra legitima el concepto. En enfermedades. Parece que estudios diversos han demostrado que la ira, el enfado
tercer lugar, tener una palabra compartida ayuda a establecer un vínculo con otras y la cólera son emociones que se permiten a los hombres más que a las mujeres.
personas para las que el concepto es útil. El nombre sirve, pues, para ordenar la Un hombre puede estar enojado o enfadado, o puede ser iracundo o colérico, sin
masa informe de sensaciones dispares y sitúa un concepto en la vida social. que la percepción que de él nos transmiten los términos sea negativa; es más, la
Precisamente por esa razón, los nombres pueden ser una herramienta de con- consideramos aceptable. Los adjetivos que se pueden encontrar en las obras litera-
trol social. Y es que parece que los nombres (y su ausencia) y las definiciones rias y no literarias referidas a la ira femenina no coinciden exactamente con los
hegemónicas producen efectos en la vida real: parafraseando a Austin, se hacen atribuidos a varones. Las mujeres son descritas como irritables, nerviosas, llori-
cosas con las palabras. cas, lloronas, erráticas, quejicas, quejumbrosas, irracionales, neuróticas o enfa-
En 1977, el Oxford English Dictionary contenía 220 términos para referirse a dicas, pero raramente airadas, dado que esta es una emoción fuerte no compatible
prostituta. Estas denominaciones se aplicaban no solo a las prostitutas, sino tam- con el estereotipo de la feminidad. La intemalización de los epítetos hace que,
bién a mujeres que tenían vida sexual rica o simplemente mostraban su deseo ante una situación injusta, las mujeres no reaccionen airadamente (una emoción
sexual. Lo mismo ocurre en la mayoría de las lenguas de las sociedades europeas, que no se les permite), sino que tiendan a la tristeza y la depresión. Las conse-
incluido el español, que ha acuñado a lo largo de los siglos centenares de términos cuencias son muy significativas, puesto que el enfado lleva a la acción; la depre-
para denominarlas, como se ha visto en 2.2.1 (puta, guarra, furcia ...). Es un caso sión, a la inercia y la autodestrucción.
típico de doble moral, puesto que para los hombres apenas existen términos simi- De ahí que la práctica médica haya atribuido en ocasiones causas puramente
lares (salido, rijoso, mujeriego). Pero la función social del nombre en este caso va psicológicas al malestar femenino y, al masculino, razones físicas claras. Una
mucho más allá. No solo sirve para definir comportamientos sexuales considera- investigación publicada a principios del siglo XXI por la Asociación Médica de
dos impropios, sino también para delimitarlos y controlarlos. Un estudio socioló- Norteamérica en la revista New England Journal of Medicine detectaba que se
gico británico de 1986 demostró el papel de regulador del comportamiento que prescriben tratamientos más potentes -como trasplantes de riñón o cirugía coro-
tienen esos términos para las adolescentes. Tanto los temían que las jóvenes se naria- a los hombres que a las mujeres. Al intentar averiguar la razón, se descu-
comportaban de forma que ni en su presentación en público (ropa, posturas) ni en brió que, en general, los médicos tienden a pensar que las quejas de las mujeres
las relaciones con los chicos se les adjudicaran esas etiquetas, ya fuera por parte tienen un origen psicológico y, las de los varones, exclusivamente físico. A cada
de los chicos de su alrededor, ya por parte de sus propias amigas. Es decir, la pro- sexo se le asigna el tratamiento correspondiente a la percepción estereotipada de
liferación de sustantivos para prostituta sirve para tener a mano un epíteto injurio- los adjetivos aplicados a unos y a otras. El estereotipo y la etiqueta estereotípica
so que se utiliza para mantener a raya el comportamiento femenino . Como con- demostraron aquí ser más significativos que la observación, incluso que la prác-
cluyó una de las investigaciones sobre ese campo léxico del inglés, con esa tica médica.
proliferación, "la lengua proscribe los límites de las vidas que las mujeres se po- La ausencia de un nombre sancionado oficialmente también tiene efecto en
drían imaginar vivir". la vida real. El DRAE se opuso durante años a la canonización y el reconoci-
Una sociedad también controla comportamientos mediante las definiciones. miento del término 'homofobia', pese a que los colectivos homosexuales lo
Durante siglos, el ordenamiento legal ha distinguido entre infidelidad masculina y habían solicitado repetidamente, pese a la existencia de sentencias en las que la
femenina . La masculina consistía en "tener manceba"; la femenina, en tener una 'homofobia' se considera un agravante del delito y pese al hecho de que, en
relación sexual fuera del matrimonio. Como argumenta Diana Maffia, la defini- multitud de artículos de periódicos y revistas, se hacía uso del término 'homo-
ción marcaba la diferencia sexual y la construcción del género, pero, lo que era fobia'. Esta negativa tuvo su efecto "real": en 1996, el Ministerio de Asuntos
más importante, la aplicación del nombre en el derecho convertía a unos y otras Sociales trató de realizar una campaña institucional en TVE contra la homofo-
no solo en sujeto o no de derecho, sino en potencial objeto de protección, sanción bia; la propuesta fue rechazada con la alegación de que la palabra 'homofobia'
no existía en el DRAE.

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

2. 4.2. El intento de control de las denominaciones: fueron rechazados tajantemente. En esa ocasión y en otras posteriores, la RAE ha
la política ideológica de la lengua argumentado que 'sexo' debería ser suficiente para la comunidad hispanohablan-
te, pues la palabra, según la RAE, no tiene un sentido meramente biológico en
Vistos los efectos del nombre, no es extraño que se produzcan intentos de cambiar español, como ilustrarían las expresiones sexo fuerte/sexo débil. Diez años des-
Y controlar las denominaciones. Sabemos que los significados hegemónicos tien- pués, a pesar de la permanente presencia de la expresión en los medios, la RAE
den a mantener el statu quo (que a su vez se apoya en ellos), pero eso no significa sigue obstinándose en impedir el acceso de esta acepción de 'género' al libro ofi-
que se~n ~os únicos significados que circulan a nuestro alrededor. Entre unos y cial del léxico español, el DRAE.
o~o_s s1g~1ficados, se produce una lucha, una disputa, una dialéctica en la que las La lucha por el control de las denominaciones se produce incluso dentro de la
?1stmtas ideologías tratan de "amarrar" definiciones, conceptos y nombres con las lingüística, para abarcar el metalenguaje de esa ciencia. Uno de los logros induda-
mterpretaciones que mejor se ajustan a sus intereses. Podemos encuadrar esas bles del movimiento feminista y de los estudios de lengua y género ha sido la difu-
disputas en la "política ideológica de la lengua". sión social del concepto de 'lenguaje sexista'. Quizá por ello, hay quienes tratan de
. En ocasiones, la RAE ha tomado un papel muy activo en esa política, por negar la etiqueta de 'lenguaje sexista' y cambiarlo por 'lenguaje de género'. Pero,
eJemplo, en 2005. Cuando el Gobierno socialista presentó ese año un proyecto de incluso para negar su existencia, quienes se oponen a la implantación y la difusión
ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo la RAE medió de las recomendaciones para evitar el uso sexista, deben recurrir a un término acu-
para impedir que se aprobase la redacción de la propuesta, aduci;ndo que 'matri- ñado fuera de su dominio, lo que demostraría la heteroglosia de la sociedad: en cada
monio' se _definía en el DRAE como "unión entre un hombre y una mujer". El momento histórico, más de una voz y más de una ideología se dan cita en ella.
debate social, a favor y en contra de la adjudicación del nombre de 'matrimonio' 'Heteroglosia' señala la coexistencia de distintas variedades dentro de un único
al homosexual, que siguió al pronunciamiento de la RAE, ilustra lo que entende- idioma. Mediante ese término, Bajtín y Volóshinov designan los conflictos, las
mos por "política de la lengua". En el debate, la lucha por los derechos y la lucha tensiones y las múltiples voces a que están sometidos los signos lingüísticos. ' He-
por los_ signific~dos se produjeron de forma simultánea, cada una de las partes teroglosia' se refiere no solo a las variedades diacrónicas, geográficas, sociales y
defendiendo atrmcherada su posición (siempre ideológica). Una de las partes ne- situacionales y a las jergas profesionales que pueden observarse dentro de cual-
gaba no solo el derecho, sino más fundamentalmente el nombre, a la ampliación quier lengua, sino también a los "acentos ideológicos" que la pueblan. Las diferen-
~:I
de los_límites contrato-sacra~e~to. La otra parte luchaba no solo por el dere- tes ideologías "acentuarían" el signo lingüístico , el cual sería por definición un
cho, smo tamb1en por el reconoc1m1ento del nombre, frente a lo que consideraba "signo ideológico". De ahí que afirmen que el signo está multiacentuado y es el
intromisión dogmática en un dominio ajeno. espacio donde tiene lugar la lucha entre las diferentes posturas. Para estos autores
Just!ficados por su creencia en el efecto del nombre, los feminismos trataron rusos, el lenguaje está "plagado de intenciones y acentos", sin que puedan caber,
de modificar valores connotativos de algunos términos, o crear nuevos conceptos por tanto, palabras neutras. El hecho de que exista heteroglosia social no implica
que aport~sen su perspec~iva de la realidad. Uno de esos conceptos fue 'género', que todos los "acentos ideológicos" tengan idéntica relevancia, puesto que existen
en el sentido que se explica en el capítulo 1. Sin embargo, aunque todos los gru- ideologías dominantes, como ya se ha dicho.
pos poseen la facultad de nombrar su experiencia, lo que no está al alcance de
cualquiera es la posibilidad de que cuaje ese nombre, de que se fije más o menos
permanentemente en la lengua, porque para ello debe emplearse repetidamente 2.4.3 . Planificación y políticas lingüísticas
po,r ~n cierto número de hablantes, pasar al lenguaje público, y ser aceptado por el
mas importante guardián de la lengua, la RAE. No parece ser el caso de 'género ', El sexismo en el uso del lenguaje fue identificado como un problema internacio-
puesto que, en 2004, cuando anunció el Gobierno antes mencionado su intención nal durante la primera conferencia mundial sobre la condición de las mujeres,
de aprobar una ley contra la violencia de género, también la RAE decidió motu celebrada en México en 1975. Los feminismos esgrimieron los experimentos
proprio intervenir a raíz de la expresión violencia de género. Lejos de interesarse (mencionados en 2.1.5) que demostraban que el masculino genérico es a menudo
· por ~uestiones puramente formales sobre la redacción del texto, se interesó por la interpretado como específico y, por tanto, invisibiliza a las mujeres o las subordi-
propia categoría acuñada por las mujeres para pensar y nombrar la realidad que na a nivel simbólico, para abogar por una reforma en el uso de las lenguas, espe-
las a~ectaba Y concluyó -demostrando un desconocimiento profundo sobre la cialmente en textos públicos: ofertas de empleo, leyes, documentos administrati-
matena- que la ley no debía incluir el término 'género'. La categoría y el término vos, manuales educativos, etc .

70 71

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Lengua y género Género y representación : la política del nombre

A partir de entonces, se sucederían las propuestas y las recomendaciones para Actividad 2. 12


evitar una utilización sexista o androcéntrica de las lenguas. En 1989, la Organi-
zación de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unes- Descárgate de la Web el folleto "Recomendaciones para un uso no sexista del
co) publicó en varias lenguas, entre ellas el español, "Recomendaciones para un lenguaje" de la Unesco {<http ://unesdoc.unesco.org/images/0011 /001149/114950
uso no sexista del lenguaje", un folleto cuyo objetivo era ayudar a "autores y edi- so.pdf>). Aplica sus recomendaciones para evitar el masculino genérico a varios
tores [sic] a evitar escribir de una manera que refuerce actitudes y supuestos cues- textos administrativos, entre ellos el siguien1e, que contiene los apartados 5, 6 Y 7
de la Carta de derechos de los ciudadanos [sic] ante la Justicia aprobada por
tionables sobre las personas y los roles sexuales". Organizaciones como la ONU o
todos los grupos parlamentarios del Congreso el 16 de abril de 2002:
la OMT cambiaron sus estatutos y difundieron recomendaciones de uso no sexista
de las lenguas en las que operaban . Organismos supranacionales también lo hicie-
5. El ciudadano tiene derecho a que las notificaciones, citaciones, empla-
ron, como el Consejo de Europa o el Parlamento Europeo. En inglés, pronto las
zamientos y requerimientos contengan términos sencillos y comprensi-
editoriales más importantes se hicieron eco de las propuestas, que fueron incorpo-
bles, evitándose el uso de elementos intimidatorios innecesarios.
radas a sus guías de estilo.
6. El ciudadano tiene derecho a que en las vistas y comparecencias se utili-
Los gobiernos, por su parte, se tomaron en serio la denominación de las
ce un lenguaje que, respetando las exigencias técnicas necesarias, resul-
ocupaciones y los puestos, y agencias gubernamentales diversas se ocuparon de
te comprensible para los ciudadanos que no sean especialistas en Dere-
que las ofertas de empleo careciesen de sesgos sexistas . En España se elabora-
cho [ ... ].
ron repertorios de ocupaciones en femenino y en masculino, como se ha descrito 7. El ciudadano tiene derecho a que las sentencias y demás resoluciones
en 2.2.2. judiciales se redacten de tal forma que sean comprensibles por sus desti-
Simultáneamente, en la mayoría de países proliferaron las guías que señala- natarios, empleando una sintaxis y estructura sencillas , sin perjuicio de su
ban a los departamentos de las administraciones cómo construir textos libres de rigortécnico.
sesgos sexistas. También en España se editaron guías con recomendaciones en las
que, además del interés por la feminización de las profesiones y los agentivos y Una inteNención en el texto, de las muchas posibles, lo convertiría en el siguien-
por modificar los usos de las formas apelativas y los términos de cortesía aplica- te {los cambios aparecen en cursiva):
dos a mujeres (p. ej., señorita), se instaba a evitar el masculino genérico en cierto
tipo de textos escritos, normalmente documentos de la Administración, la legisla- 5. La ciudadanía tiene derecho a que las notificaciones, citaciones, empla-
ción o la educación. zamientos y requerimientos contengan términos sencillos y comprensi-
Como alternativa al masculino genérico, las guías típicamente sugieren cam- bles, evitándose el uso de elementos intimidatorios innecesarios.
bios en palabras individuales, según sean adjetivos, sustantivos, pronombres o 6. La ciudadanía tiene derecho a que en las vistas y comparecencias se uti-
participios. Para sustantivos recomiendan utilizar términos colectivos (profesora- J lice un lenguaje que, respetando las exigencias técnicas necesarias, re-
do) o abstractos no sexuados (candidaturas), además de en todo momento usar la
forma gramatical que se corresponde con el sexo de la persona de referencia. To-
1
t
sulte comprensible para quienes no sean especialistas en Derecho[ . ..].
7. La ciudadanía tiene derecho a que las sentencias y demás resoluciones
das las opciones se concentran en alternativas a palabras con género gramatical, í
judiciales se redacten de tal forma que sean comprensibles por_/as pe_r-
aunque, en ciertos casos, se sugieren cambios en el verbo, de forma personal a sonas destinatarias, empleando una sintaxis y estructura sencillas, sin
impersonal, de tercera a primera o segunda persona o de voz pasiva a voz activa. perjuicio de su rigor técnico.
Las guías en raras ocasiones entran en cuestiones menos formales.
El español no ha sido la única lengua para la que han surgido este tipo de re-
formas. Para el alemán, por ejemplo, además de otras alternativas, se ha recomen- 1 Paralelamente a las recomendaciones, se aprobaron leyes que obligaban al uso
dado la terminación femenina -in para feminizar profesiones y cargos (Bischofin no sexista de la lengua. Estamos, por tanto, ante un caso claro de los enmarcados
'obispa'), así como recurrir a nombres colectivos o abstractos (das Priisidium 'la 1 en "planificación y políticas lingüísticas", una rama de la Iingüística que se ocupa
presidencia', en lugar de der President 'el presidente') o la doble forma femenina- de la gestión política de los idiomas. Aunque el término se suele reser~ar p~~a los
masculina o viceversa (man/frau) para evitar la invisibilidad a la que condena el procesos de normalización de lenguas minoritarias , . lla~amos plam~~ac1on (y
masculino genérico. 1
¡
políticas) lingüística(s) a todo intento deliberado de mfluir en la func10n, la es-

¡'·

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Lengua y gén ero I Género y repr esentaci ón: la políti ca del nombre

tructura, la adquisición o el mantenimiento de una lengua dentro de una comuni-


dad (y no debe confundirse con lo que se ha denominado "política ideológica de
1 nicado, la manifestación de incrédula sorpresa por parte de la RAE por no haber
sido consultada y por haber contravenido sus normas:
la le?gua'~ ~n 2.4.2). La intervención estatal es normalmente la responsable de tal
plan1ficac10n, p_ero,en ~ontadas ocasiones, se puede también deber a organizacio- La mayor parte de estas guías han sido escritas sin la participación de los
nes de base. Siempre tiene un fin social. Entre sus objetivos se encuentran: la lingüistas. [ ... ] Cabe pensar que [.. . ] entienden que no corresponde a los lin-
conservació~ de la lengua en una forma no contaminada, la revitalización de una güistas determinar si los usos verbales de los hispanohablantes son o no sexis-
lengua ma~gm_a ,I, la normalización de una lengua para su uso como lengua oficial, tas.[ ... ] parecen entender que las decisiones sobre todas estas cuestiones deben
la mo~em1zac1on de una lengua, la adopción de una lengua ajena a la comunidad tomarse sin la intervención de los profesionales del lenguaje,[ . ..] sin consultar
para ciertos fi~es. ·_-,En España serían casos de planificación lingüística los proce- con ellos y sin tener en cuenta sus puntos de vista, cuando no despreciando
abiertamente sus criterios . ( .. . J contienen recomendaciones que contravienen
so~ de normahzac1on ~el euskera, el catalán o el gallego, la implantación del in-
no solo normas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias,
gles como lengua veh1cular en la educación primaria en algunas comunidades la
sino también de varias gramáticas normativas( ... }.
labor de la RAE en el mantenimiento de la pureza del idioma ... o los intentos' de
evitar el uso sexista.
Tiene, pues, pleno sentido preguntarse qué autoridad (profesional, científi-
_Ya Cooper (19~9) o Pauwels (1998) incluyeron las políticas lingüísticas anti- ca, social, política, administrativa) poseen las personas que tan escrupulosa-
sexistas entre los eJemplos de planificación lingüística, y además las consideraron mente dictaminan la presencia de sexismo en tales expresiones (Bosque, 2012:
un~ de los q~e mayo~ éxito han logrado en el mundo (anglófono) . En el caso es- 1, 6).
pan?I, han s1~0 asumidas por el Estado, han venido avaladas por un cuerpo nor- 1
¡
mativo , han ~ido fo~entadas por organizaciones políticas y por feministas y han Puesto que algunas de las guías criticadas habían sido redactadas por lingüis-
~ tas -profesoras universitarias compañeras del autor del informe de la RAE- y
cobrado sentido y vigor al producirse en un momento de transformación de una
sociedad que luchaba por desprenderse de su herencia patriarcal. otras, como la de CC. OO., por filólogas o doctoras en Filología, la relevancia de
la cita anterior radica no en lo que dice, sino en la posición desde la que se habla,
al reivindicar la legitimación exclusiva de un grupo de personas expertas, justa-
2.5. La autoridad de la ley y la norma de la autoridad mente aquellas que no contradigan la doctrina, quienes se arrogarían el poder en
exclusiva para legislar y dictaminar sobre la lengua. Lo que significa que el in-
~ras la apr?bación en España de la Ley Orgánica 03/2007 para la igualdad efec- forme pretende ser técnico, pero también es ideológico.
t1~a de_7:1u1e~es_
Y hombres, que obliga al uso no sexista de la lengua en la Admi- Las ideologías lingüísticas se han convertido en los últimos años en un intere-
m~trac10n ~ubhca y en las webs financiadas con fondos públicos , a las primeras sante foco de investigación dentro de la sociolingüística y la antropología lingüís-
guias se ume~on otras ~ara el ámbito universitario, sindical, empresarial y políti- tica. Se trata de concepciones de la comunidad sobre la lengua y su funcionamien-
co. C~da g?b1emo autonomo, cada ayuntamiento, muchas empresas y casi todas to que afectan al uso diario de la lengua y se implican en ese uso en situaciones
las umvers1dades contaban en 2011 con su propia guía para evitar el sexismo en sociales íntimamente unidas al poder. Pueden ser más o menos explícitas, pero
sus textos, una situa~ión que se asemeja a la que se ha producido en países angló- sirven de guía a la hora de decidir cómo hablar y qué decir. No se refieren sola-
fonos, o en Alemama, Holanda, etc. , y que han documentado exhaustivamente mente a la lengua, sino que conectan la lengua con la identidad, el poder o la éti-
Pauwels (1998) y Hellinger y BuBmann (2001-2003) . Las recomendaciones de ca. Al hablar de ideologías , en plural, se subraya la multiplicidad de ideologías
estas guías Y el espíritu que tras ellas late han sido motivo de encendidos debates existentes y la posibilidad de que surja alguna controversia, si bien existen algu-
que en España se magnificaron al tropezar con una institución que creía tener el nas que son hegemónicas . Lo cual no significa que todos los grupos sociales acep-
monopolio de la planificación y las políticas lingüísticas del espafíol. ten necesariamente el significado dominante; pueden resistirse y contestarlo. De
En marzo de 2012, la RAE publicó en todos los periódicos nacionales un in- hecho, la hegemonía encuentra resistencia continuamente, se ve limitada, altera-
forme (Bosque, 2012) que llamaba la atención sobre la difusión de las guías y, da, desafiada por presiones externas , por lo cual constantemente ha de ser renova-
entre otras cosas, negaba su legitimidad (no su legalidad). Más adelante se abor- da, recreada, defendida y modificada.
darán algunas cuestiones que el comunicado plantea y algunas de las respuestas J El informe de Bosque (2012) pone de manifiesto una vez más las ideologías
que recibió. De momento nos centraremos en uno de los puntos claves del comu- 1 lingüísticas dominantes en relación al papel de la RAE en la lengua y la comuni-

'
74
l1. 75
Lengua y género Género y representación: la política del nombre

dad hispanófona, algo ya revelado en diversas obras (Senz y Alberte, 2011 ): el 2.5.1. Efectos de las políticas lingüísticas
concepto de lengua común uniformizada bajo unos parámetros, la homogeneiza-
ción de la comunidad bajo el férreo cetro de una única institución, la identifi- La política de la obligatoriedad de utilizar lenguaje no sexista llevó, hasta marzo
cación de la comunidad y el dialecto normativo con la institución que representa a de 2012, por el artículo 22.bis de la Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas
ambos, la superioridad de la norma frente a la lengua, el desprecio por quien se urgentes para la reforma del mercado de trabajo, a considerar discriminatorias las
resista al dominio de la norma, etc. ofertas de empleo referidas a uno de los sexos (p. ej.: "Se necesita vendedor para
En el fondo, el planteamiento del informe remite a la frase tantas veces ci- zona norte"), las cuales podían ser motivo de sanción por la Inspección de Trabajo.
tada de Humpty Dumpty en Alicia a través del espejo: lo que importa no es lo Este es un patente efecto de una cierta ideología y unas políticas lingüísticas.
que alguien quiera decir; lo verdaderamente importante es quién tiene poder
para decidir qué significan las palabras. Y, en ese sentido, si los nombres tienen
efecto en la vida real, las ideologías lingüísticas tienen a su vez un peso consi- Actividad 2. 14
derable.
¿Crees justo que se obligue a las empresas a publicar ofertas de trabajo de for-
ma que se explicite que la oferta está abierta a mujeres y a hombres? Por ejem-
Actividad 2. 13 plo: Se necesita directoria de ventas. ¿Lo consideras innecesario? Da razones.

Tanto en la Nueva gramática de la lengua española (2009) como en el informe Por su parte, el informe de la RAE también ha tenido efectos reales diversos.
(<Www.rae.es/sites/default/files/Sexismo_linguistico_y_visibilidad_de_la_mujer_ Uno de los más importantes fue el examen de selectividad de junio de 2012 en la
O.pdf >) (Bosque, 2012), la RAE critica el uso de las formas femenina y mascu- Universidad de Castilla-La Mancha, en el que se obligaba al alumnado que desea-
lina en lugar de recurrir al masculino como genérico. En este informe se repro- se acceder a estudios universitarios a comentar un texto sobre el informe. Habría
cha a las guías de lenguaje igualitario que pidan "sustituir la frase Los afectados sido extraño encontrar estudiantes con valor para criticarlo en ese contexto. La
recibirán una indemnización por esta otra: Los afectados, hombres y mujeres, disputa por los significados sigue, pues, viva, como en cualquier sociedad hetero-
recibirán una indemnización". Sin embargo, a continuación se afirma: "cualquier glósica. La diferencia está en que, ante un caso de aplicación de las políticas anti-
alemán, hombre o mujer, reconoce ( ... ]". Esta frase parece revelar una contra- sexistas en el ámbito laboral mencionado en el párrafo anterior, un miembro de la
dicción, en la que se volvería a caer al finalizar el informe: "intuyo que somos RAE calificó de chantaje la obligación de anunciar un puesto de trabajo con la
muchos -y muchas- los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad frase "Se necesita auditor/a" ( en lugar de "Se necesita auditor"), y de feminazi a la
[ ... ]". inspectora de trabajo que lo comunicó a la empresa anunciadora. Nadie, sin em-
Por su parte, el DRAE también recurre a formas femeninas y masculinas en bargo, ha calificado de coacción política o de purga ideológica la obligación de
ocasiones. Por ejemplo, en las siguientes entradas: realizar un comentario de texto de selectividad bajo unas ciertas premisas ideoló-
gicas, pese a las decenas de jóvenes que se jugaron su futuro en esa prueba.
secretariado:[ ...] 2. [m.] Carrera o profesión de secretario o secretaria (DRAE, Otra consecuencia del informe de Bosque (2012) es que, a partir de su publi-
1992). cación, la Inspección de Trabajo ha entendido que cualquier puesto de trabajo
hábito. Vestido o traje que cada persona usa según su estado, ministerio o puede ofrecerse en masculino exclusivamente, pero no en femenino exclusiva-
nación, y especialmente el que usan los religiosos y religiosas (DRAE, mente. Para el Ministerio, ninguna mujer podría alegar discriminación ante un
2001).
texto que anunciase "Se necesita Director Técnico. Se requiere el título de inge-
niero", pero sí podría hacerlo cualquier varón ante un anuncio como el siguiente:
Da razones que expliquen por qué, si el masculino incluye al femenino, se des- "Se necesita cuidadora". Este hecho es indicativo no de quién puede dictar leyes,
dobla en estas dos entradas del DRAE o en el informe de 2012 (una de las posi-
sino de quién decide lo que significan las leyes, en el sentido de Humpty Dumpty.
bles causas es que, cuando de verdad se piensa en mujeres, se las nombra, y
Pero, como se ha dicho antes, las ideologías lingüísticas dominantes pueden
quizá solo se las nombra cuando se piensa en ellas, pero puede haber muchos
más motivos). ser contestadas, y, de hecho, encuentran resistencia frecuentemente. El informe de
la RAE de 2012, publicado significativamente en el Día de la Mujer en todos los

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

periódicos nacionales, alcanzó formidables cotas de visibilidad y provocó una puestas feministas han sido acusadas de atentar contra la libertad de expresión,
encendida polémica en los medios y en la calle. Aunque mayoritariamente recibió normalmente por quienes se arrogan bajo otra ideología lingüística el derecho a
una excelente acogida, sufrió también críticas fuertes, extensivas a la institución legislar sobre la lengua con mano férrea . También se alega que el cambio social
de la que emanaba, a la cual se le reprochó no haberse distinguido a lo largo de su precede a los cambios en los usos de la lengua y que se debería esperar a que las
historia precisamente por su celo en erradicar el sexismo de las páginas de su mujeres posean la mitad de los recursos económicos y a que compartan la vida
diccionario, o por elegir mujeres para fon11ar parte de la corporación. Las críticas pública y privada en igualdad de condiciones con los hombres para que se trans-
debieron de considerarse tan profundas y extendidas que un grupo de docentes de forme la lengua por sí misma, como si las lenguas evolucionasen de forma absolu-
lengua española de diversas universidades creyó necesario firmar un manifiesto tamente espontánea, sin intervención ninguna. En otras ocasiones, se manifiesta
de desagravio al firmante del informe (<http://manifiestolinguistica.weebly.com
/index.html >). El manifiesto, que destila una cierta ternura en su adhesión reve- 1 que la preocupación por la "nimiedad" del lenguaje es inoperante y fútil, mientras
se insta al feminismo a ocuparse por la "auténtica" injusta realidad entre mujeres y
rencial, únicamente puede entenderse por el papel ideológico y unificador que hombres, situación que parece ser profundo foco de preocupación para quienes así
cumple la RAE no solo de la lengua, sino también de las actitudes hacia la lengua hablan. No se suele aclarar la razón por la que los problemas "auténticos" de las
y su uso.
El manifiesto de apoyo fue a su vez respondido por el catedrático de la Uni- 1 mujeres deberían tener prioridad respecto a los lingüísticos, ni por qué los unos

versidad Autónoma de Madrid Juan Carlos Moreno Cabrera (<http://infoling.org t excluyen a los otros, cuando precisamente los feminismos han expresado su sospe-
cha de que la discriminación simbólica es uno de los principales elementos que
/repositorio/MORENOSEXISMO.pdf>), quien replanteó el problema en términos sostienen el armazón ideológico que posibilita hechos como la inferioridad de los
puramente metalingüísticos. Moreno Cabrera fue a su vez contestado por Ignacio 1 sueldos femeninos frente a los masculinos o la devastadora violencia de algunos
Roca (<www .fundeu.es/noticias-articulos-algunas-reflexiones-criticas-sobre-acerca- f hombres hacia sus parejas : si la lengua degrada sistemáticamente a las mujeres ,
de-la-discrim inacion-de-la-mujer-y-de-los-linguistas-en-la-sociedad- 7067 .htm l>), y ¿cómo evitar que ganen una cuarta parte menos que los hombres en su situación?
quizá la espiral dialéctica alrededor del tema no haya visto su fin aún. Las socie- Por su parte, las perspectivas que impregnan todos los estudios de lengua y
dades ricas y complejas son eminentemente heteroglósicas. Como se ha reiterado
en el capítulo, en todas ellas se dan cita corrientes ideológicas de distinto sentido 1 género que abordan el tema del sexismo en el lenguaje revelan también una cierta
conceptualización del "problema" del sexismo y de cómo erradicarlo. Todas las
que marcan los signos verbales y ejercen presión sobre ellos. Esta serie de mani- guías con recomendaciones de uso no sexista del lenguaje están imbuidas de una
fiestos demuestran la falta de un consenso social absoluto y sacan a la luz el cho- concepción de la lengua que, como toda ideología lingüística, establece conexio-
que entre quienes tratan de controlar (y aún controlan) los discursos y quienes nes entre lengua y realidad, ética, identidad o poder . De hecho , los cambios pro-
plantean una insurrección discursiva, que es a la vez una insurrección social que puestos en todos los países por organismos, organizaciones, estados y gobiernos
pretende liberarse de ese control y denunciarlo. solo tienen sentido si se cree que existe una conexión entre lenguaje, pensamiento
y actitudes , lo que llevaría a largo plazo a alcanzar la igualdad.
Se puede afirmar, por tanto, que las propuestas antisexistas han recibido la in-
2.6. Otras ideologías lingüísticas y sus consecuencias fluencia de los escritos de las escuelas antropológicas y lingüísticas norteamerica-
nas de los años 20 y 30 del pasado siglo, fundadoras de lo que después se denominó
Las propuestas feministas de cambiar los usos de la lengua han sido impelidas por el determinismo y el relativismo lingüísticos. De estas dos corrientes tomarían la
ideologías diversas y contestadas por otras ideologías. Unas y otras van a disec- idea de que, aunque el lenguaje no determine absolutamente el pensamiento, sí
cionarse a continuación.
puede limitar su alcance estrechando el radio de acción de la mente y la conciencia.
Como todo intento de cuestionar usos hegemónicos, han encontrado contrarre- En ese sentido, el cambio en el uso de la lengua es visto en las guías antisexis-
sistencias hegemónicas , entre ellas la descrita en el apartado anterior. Pauwels tas no tanto como una condición suficiente para el cambio social, sino más bien
(1998), a nivel global, y, para España, Bengoechea (2000) han documentado la como un elemento más del intento de alterar actitudes y comportamientos sexis-
expresión de las ideologías de resistencia, significativamente idénticas en todos los tas . El uso sexista de la lengua se considera una forma de comportamiento social
países. Las personas que redactaron las propuestas han sido blanco de burla o des- que crea y mantiene una atmósfera de desigualdad. Es, por tanto, un hecho que,
precio, sistemáticamente tildadas de ignorantes y de estar inhabilitadas para "ha- como revela la siguiente cita de una de las guías, se asemejaría a una enfermedad
blar" sobre la lengua, pese a tratarse en general de lingüistas cualificadas. Las pro- (social) que hay que paliar o erradicar. Solo si se la trata, puede tener cura:

1
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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

[... ) es necesario reflexionar sobre la educación lingüística y poner de paternalistas aplicados a la mujer era una obligación ética (sería probablemente el
manifiesto el grado de sexismo en el que, consciente o inconscientemente, nos énfasis puesto en el lado ético de la modificación en la actuación lo que llevaría a
movemos. Solo quien tiene consciencia de una enfermedad siente la necesidad un crítico de las propuestas feministas a hablar de "despotismo ético"). Para cum-
de paliarla. Y, en este sentido, solo quien es consciente de que incurre en plir un fin tan loable, se considera necesario propugnar políticas lingüísticas, en-
sexismo lingüístico podrá, si quiere, utilizar las estrategias no sexistas que la tendidas como "intervenciones", divulgación de "recomendaciones" (Consejo de
lengua le ofrece (Guerrero Salazar, 2005: 67).
Europa, Unesco ... ) o "uso real" de términos no normativos frente a la contrarresis-
tencia hegemónica.
Hampares, al denunciar la asimetría léxica del español (1976), tenía una idea
No parece deducirse de los estudios de lengua y género que, por adquirir visibi-
en mente que se repetirá en otros estudios: en el momento en que la comunidad
lidad lingüística, la situación de las mujeres vaya a transformarse drásticamente de
sea consciente del sexismo, "cambiarán las actitudes y de ahí se producirán los
la noche a la mañana. La idea de la relación entre lengua, pensamiento y sociedad
necesarios y deseables cambios en el uso". Aunque no formulado de forma explí-
no significa aceptar consideraciones tan simplistas como creer que la adopción de la
cita, el modelo se asemeja a la idea de que cada hablante puede monitorizar su
fórmula "españoles y españolas" acabará de inmediato con la discriminación de las
discurso de forma reflexiva, es decir, valorar la variación sociolingüística (en este
mujeres en el mercado laboral, por ejemplo. Pero sí parece colegirse que, revelando
caso, la forma sexista frente a la forma no sexista) y su propio conocimiento de
la presencia femenina y eliminando los usos sexistas, se contribuye a que las muje-
ella, prestar atención a su propio discurso y cambiar su producción comunicativa.
res ganen el respeto y el reconocimiento que una sociedad discriminatoria les nega-
Probablemente a la modificación en la producción no sexista no se le otorga la
ba y a que empiecen a sentir su potencial como miembros de su sociedad.
inmediatez que se asigna al supuesto monitor sociolingüístico, dado que a este se
La lingüística se ha ocupado poco de estudiar el papel del uso lingüístico (es
lo considera capaz de realizar todo el proceso al instante.
decir, de la actuación) en el mantenimiento y la transmisión de valores. Tampoco
El cambio en los usos conscientes derivados de la toma de conciencia vendría
se sabe exactamente cuál es el papel del cambio lingüístico en las transformaciones
valorado favorablemente en cuanto supondría un compromiso con la justicia,
sociales (lo contrario sí se ha diseccionado a posteriori). Resulta difícil, sin embar-
como indica Suardiaz (2002):
go, negar el valor de las pautas (de uso) de la lengua como indicador de las actitu-
Una vez que las personas comprenden lo que implica el uso de [ama de des y los valores sociales, así como la conexión existente entre esas pautas y el
casa], se abre camino para que lleguen a ser conscientes -cada vez que oigan el mantenimiento de la estratificación social y la hegemonía por parte de ciertos gru-
término o se dispongan a utilizarlo- de la injusticia de la situación (no de la pos. Por tal motivo, en la formulación de políticas lingüísticas igualitarias, se en-
palabra), y para que recuerden la necesidad de cambiar dicha situación. tiende implícitamente que, llamando la atención sobre la injusticia, se "desnatura-
Reflexionando de este modo resultaría más sencillo evitar la denominación liza" la ideología dominante que late tras los usos verbales llamados "sexistas" y
[ama de casa] [ ... ] como una pequeña muestra del compromiso de eliminar la que es responsable de la aceptación de la injusticia social. La reflexión que seguirá
citada injusticia social (Suardiaz, 2002: 145-146) puede ser el principio de la transformación del sistema social.

Tales cambios en el uso deberían acometerse, incluso si fuesen mínimas las


posibilidades de que con ello cambiase la sociedad:"[ ... ] aunque resulte imposi- Actividad 2. 15
ble especificar qué transformaciones intelectuales o actitudinales podrían sobre-
venir por medio de cambios en [los usos de] la lengua, estos últimos deberían Teclea en un buscador de Internet "lenguaje sexista". Te remitirá a blogs y artícu-
acometerse de todas formas, siquiera por motivos éticos" (Suardiaz, 2002: 21 O). los en los que se expresa una opinión a favor o en contra de las alternativas pro-
La "cura" de la enfermedad, por tanto, se basaría en pura actuación verbal. Pa- puestas para un uso igualitario de la lengua. Trata de clasificar las ideologías
ra quienes realizan los estudios de lengua y género, no se trataría, pues, de cambiar lingüísticas que laten tras los discursos allí expresados. Por ejemplo: la lengua es
el sistema lingüístico, sino de "curar sus males", "enriquecerlo", actuar de forma un ser vivo cuyo crecimiento no debe ser alterado; la lengua es una forma de
ética y comprometerse por la justicia social. La recepción de las denuncias y las acción social y como tal puede guiarse por criterios éticos, etc. Luego analiza y
propuestas también parece unir la actuación verbal a la ética. El catedrático de la comenta las ideologías descubiertas.
Universidad de Valencia Ángel López García, por ejemplo, afirmó enfáticamente
en 1999 que desterrar definitivamente los términos ofensivos, discriminatorios o

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Lengua y género Género y representación: la política del nombre

De la notable abundancia en el español actual de estos usos que retan la neu-


2.7. ¿Cambios en el español?
tralización del género a través del uso no marcado del masculino, Aliaga (2007)
Que la lengua española está en proceso de transformación en la representación de destaca lo siguiente:
mujeres y hombres y que esto se ha producido antes, después y junto a la trans-
Su frecuencia de aparición es particularmente significativa en textos escri-
formación de la situación social de las mujeres y de forma simultánea a las políti- •
cas lingüísticas antisexistas es dificil de negar. Algunos de los usos denunciados tos y, en cualquier caso, en la comunicación de carácter formal con un
por las primeras investigaciones ya son anacrónicos, obsoletos y casi desconoci- destinatario múltiple o indeterminado.
Su difusión ha superado la etapa de uso ocasional en circunstancias co-
dos para criaturas que han entrado en el sistema hace poco. Este sería el caso de • municativas bien delimitadas y han sido adoptados por un grupo significa-
mujer pública como sinónimo de 'prostituta', uno de los duales aparentes para el
que el término femenino había sufrido un proceso de degradación semántica tivo de hablantes que los emplean ya sin finalidad extralingüística .
Son un exponente más de un proceso de variación que afecta a un ámbito
abordado en el apartado 2.2.1, o de 'médica' para referirse a la esposa del médico. • de la lengua, el género, donde coexisten y compiten soluciones lingüísti-
Quizá este hecho sea indicativo de un cambio de mentalidad producido por la
transformación en la situación social de las mujeres y por una mayor conciencia cas innovadoras y conservadoras.
Los desdoblamientos femenino/masculino constituyen una innovac10n
de la realización sexista que su uso conllevaba. Hay, pues, aspectos de la lengua • orientada en sentido contrario a la categoría del género gramatical. Así, de
cuya denuncia ha podido ser causa de su debilitación o su desaparición del uso
contemporáneo. adoptarse y generalizarse en todo tipo de texto y situación comunicativa,
También el femenino y el masculino de los términos ocupacionales han sido podría llegar a alterar una de las propiedades estructurales de la categoría,
plenamente asumidos por la sociedad, en su necesidad de decir, aunque continúan esto es, la capacidad de neutralizarse la oposición de género en nombres
produciéndose los fenómenos descritos en 2.2.2. de persona .
Respecto al uso no marcado del masculino, un estudio (Rodríguez Femández,
2009) documentó una disminución de la frecuencia de la utilización y la rentabili- En este último sentido, existen, además de los desdoblamientos, otros usos que
dad del masculino singular -pero no del masculino plural- en la prensa española también podrían llegar a alterar el papel del femenino como marcado (Bengoechea,
(El País y ABC) entre 1976 y 2006. La investigación detectó también un aumento 2008, 2015; Lledó Cunill, 2012). Se trata de la producción de realizaciones contr~-
en el uso de gente y persona en ese período. Sin embargo, una vez más, la variable rias a la norma de género marcado, incluso en casos que conducen a mayor ambi-
sexo parece ser especialmente relevante, puesto que la investigación reveló, asi- güedad, en lugar de a menor. Las siguientes son suficientemente ilustrativas:
mismo, el menor uso del masculino genérico en revistas dirigidas a las mujeres
Hay una cierta tendencia a utilizar la etiqueta identificativa, sea cargo,
(Te/va, Mía y Marie Claire), lo que demuestra que, en estas revistas, "los sustanti- • clase, título profesional o función, en femenino para mujeres individuales
vos masculinos, tanto plurales como singulares, fueron siempre vistos como inca-
paces de articular referencias auténticamente genéricas por sí solos" (2009: 198). ('actuó de presidenta'; 'tiene el título de licenciada'; 'sacó la oposición de
Se puede observar, además, cierta frecuencia de usos innovadores contrarios a registradora de la propiedad'), lo que obstaculizaría la idea de que el car-
la norma en determinados tipos textuales: una cierta proliferación de sustantivos go, el título o la función se designan con el término no marcado.
Tienden a ser femeninos los adjetivos ordinales que indican el orden o la
abstractos y colectivos que representan un grupo humano sexuado (alumnado, pro- • colocación de una mujer que es parte de un grupo mixto, compuesto por
fesorado, electorado .. .), la adopción sistemática en textos administrativos y legales
de los términos persona o quien(es) para sustituir usos masculinos no marcados mujeres y hombres: "Ha nacido la infanta Irene, la octava nieta del rey"
(p. ej., 'la persona abajo firmante', 'quien abajo firma' en sustitución de 'el abajo (el rey no tiene ocho nietas, sino cuatro); "María Dolores, Zaragoz~ _se
firmante'), las fonnas femenina y masculina de los términos sexuados y sus equiva- convirtió ayer en la tercera alcaldesa de Polop del actual penado admm1s-
lentes en barras (querido/a) o guiones (Dr.,-a.) en formularios, cartas comerciales, trativo" (sus dos antecesores en el período eran hombres) .
Pueden encontrarse multitud de construcciones comparativas y superlativas
anuncios de empleo, campañas políticas, etc., o el uso popular de la arroba (@) • en tas que se utiliza el femenino para denotar a _ambos sexos; el suµerlativ~
como mecanismo englobador de mujeres y hombres, símbolo que no estaba inclui-
do inicialmente en ninguna de las recomendaciones de las guías antisexistas. relativo abunda especialmente: "Esperanza Agmrre, del PP, que va a conti-
f¡ nuar presidiendo la Cámara Alta, fue la senadora más respaldada" [sic: la más

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lengua y género Género y representación: la política del nombre

respaldada de senadores y senadoras]; "Michelle Bachelet, la mejor presiden- En todo caso, cambien o no la lengua y sus usos, tengan o no éxito las propues-
ta de Chile" [en la historia chilena solo ha habido una presidenta; sin embar- tas feministas, al menos han logrado desenmascarar la presunta neutralidad semán-
go, la expresión "Bachelet, el mejor presidente de Chile" parece chirriar]. tica de los usos considerados normativos o hegemónicos. La conciencia de la exis-
• De forma paralela y en cabal correspondencia, el masculino va paulatina- tencia de usos discriminatorios se deja notar en el hecho de que muchos textos
mente perdiendo su carácter androcéntrico para 'marcarse' cuando se usa administrativos o legales han adoptado como fórmula hacer una salvedad del tipo:
como específico, como demostraría el mayor uso de los complementos ad- "Cualquier referencia, indicación o alusión, directa o indirecta, que se haga en el
jetivales varones o masculinos con la función de restringir las expresiones articulado de la presente normativa [convocatoria, documentación, reglamento ... ]
a quienes acompañan , para que estas no sean tomadas como universales: en masculino habrá de entenderse realizada indistintamente a mujeres y hombres" .
"Le correspondió un bonus inferior en unos 41 .000 euros al cobrado por
otros colegas varones del mismo rango"; "En raras ocasiones, los escritores
v~ro~es tienen en cuenta a la literatura escrita por mujeres"; "En el siglo 2.8. La producción y la reproducción del significado
d1ec1ocho los escritores masculinos procuraban imitar la voz femenina".
El resultado final de las nuevas realizaciones que se acaban de mencionar es in-
Resulta por otra parte significativo que la RAE, que se muestra convencida de cierto e impredecible. Quizá salvedades como la anterior podrían desembocar en
que el mas~uli_norepresenta adecuadamente a mujeres y hombres como género no una interpretación del masculino como realmente englobador de mujeres y hom-
marcado e ms1ste en ello en sus comunicados y sus informes, haya sustituido la bres, con lo cual se reforzaría su función no marcada. Pero también podría ocurrir
construcción 'El que ... ' con la que empezaban algunas definiciones de su dicciona- que se mantuviese una percepción androcéntrica (sobre todo por parte de varones,
~o e? _ediciones anteriores por 'Persona que', lo que puede leerse como aceptación como se ha visto en 2.1.5 y 2.1 .6), incluso pese a tales salvedades.
1mphc1tade que el masculino singular hace aguas en su función de no marcado : Los significados no son unívocos, ni fijos o estáticos . En el castellano medie-
val, aunque el masculino genérico se utilizaba con prodigalidad, también abunda-
Director, ra ban las dobles formas. De ello dan fe desde el Cantar de Mio Cid y el Libro de
- artístico. 1. El que acepta o rechaza las obras teatrales cuya representación se buen amor hasta el decreto de expulsión del pueblo judío del siglo XV, donde
pretende, y señala la orientación artística de la temporada. expresamente se interpela a judíos y judías, u ordenanzas en las que aparecen
- de escena. 1. El que dispone todo lo relativo a la representación de las obras repetidamente formas como "conpanneros o conpanneras". A partir del siglo XVII,
teatrales, propiedad de la escena, caracterización y movimiento de los la función no marcada del masculino se fortaleció hasta hacer de la doble forma
actores, etc.
una opción individual y minoritaria. Pero no se debe olvidar que también fue en-
(DRAE, 1992)
tonces cuando se empezaron a elaborar lenguas cultivadas muy androcéntricas
- artístico, ca. l. m. y f. Persona que acepta o rechaza las obras teatrales cuya (como el lenguaje administrativo propio de un estado centralizado y moderno) y
representación se pretende, y señala la orientación artística de la se reforzaron rasgos patriarcales como la división absoluta entre el mundo priva-
temporada . do y el público, del que se expulsó a las mujeres. No sería sorprendente que, al
- de escena. l. m. y f. Persona que dispone todo lo relativo a la representación disfrutar ahora la mujer de pleno derecho para estar presente en el mundo público,
de las obras teatrales, propiedad de la escena, caracterización y movimiento la doble forma adquiera (o recobre) esplendor .
de Ios actores, etc. En todo caso, lo que parece innegable es que la difusión de los trabajos de los
(DRAE, 2001) estudios de lengua y género y las propuestas feministas de uso no sexista del len-
guaje han tenido como consecuencia cambios en las formas de representación de
Actividad 2. 16 las mujeres. Pero también ha cambiado la forma con la que se articula el sexismo
en nuevas estrategias de contrarresistencia hegemónica. Por ejemplo, aunque las
Busca en Internet textos en los que aparezcan formas que contradicen el carác- fórmulas de tratamiento y los términos referenciales se hayan visto modificados
ter n~ mar:ado del género masculino (@, barra [ola], dobles formas, etc.). Haz cuando mujeres y hombres han adoptado nuevos roles y posiciones, como el cam-
una t1polog1a de ellos según el tipo de texto, su formalidad, las personas partici- bio de "señorita" a "su señoría la jueza", eso no garantiza que la juez.a no sea obje-
pantes ... Resume e interpreta tus hallazgos . to de consideración sexista (que no se la sexualice, no se la infravalore , etc .).

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Género y representación: la política del nombre
lengua y género

Actividad 2. 17 Actividad 2. 18

Busca en Internet el texto de la antropóloga feminista Marcela Lagarde "El caste-


Los duales aparentes y la doble vara de medir a mujeres y hombres sigue vigen-
llano, una lengua de caballeros". Después de leerlo, aplica lo leído en este capí-
te, aunque quizá no mediante las formas criticadas hace décadas (p. ej . hombre
público/mujer pública). Busca en los discursos y en el habla ejemplos de nuevos tulo y responde a las preguntas:
duales aparentes.
• ¿A qué se refiere con que "la condición masculina resulta limitadísima y
equívoca para representar y simbolizar a las mujeres"? (párrafo 3).
Aquí tienes algunos:
• ¿A qué crees que se refiere la expresión "el hombre universal" como
construcción lingüística? ¿ Y como construcción filosófica y política? (pá-
• Ese es mi jefe I Esa es la bruja de mi jefa.
• ¡Cuidado con él: hoy está cabreado! I ¡Cuidado con ella: hoy debe tener rrafo 6).
• ¿Qué podría entenderse por "otros pactos"? (párrafo 14).
la regla!
• Sale con una chica veinte años más joven. ¡Qué tío! I Sale con un chico
veinte años más joven. ¡Qué ridículo!
Bibliografía recomendada

Si quieres saber más sobre...


El siguiente titular de prensa de un diario nacional ilustra perfectamente cómo
el cambio verbal no asegura la modificación de actitudes hacia las mujeres. Ob- La inestabilidad del sistema de género en español : Aliaga Jiménez (2007) y Al-
sérvese cómo en él se recupera el femenino de gobernante para el ámbito de la

meida (2012).
política (y no de la limpieza de un hotel), lo que aparentemente confirmaría el fin El sexismo y el androcentrismo en la lengua: L\edó Cunill (1992) .
del dual aparente. Sin embargo, sigue sin utilizarse de fonna simétrica al mascu-

El sexismo y los estereotipos de género de la lengua española: Pedro Fuertes Oli-
lino. Aunque designe a la lideresa de un partido político, no es para significar
• vera (1992), Calero Fernández (1999) y Delia Suardiaz (2002 (1975]), incluido el
"que gobierna" (definición del DRAE de gobernante) : la nueva denotación es estudio preliminar (Burgos y Aliaga, 2002) .
'déspota', o, como más adelante el texto pone de manifiesto, una mujer con "un Duales aparentes: García Meseguer (1977), Fuertes Olivera (1992) y Guerrero

comportamiento dominante, exigente y altivo": Salazar (2004).
Los términos profesionales femeninos: Ana María Vigara Tauste ha analizado la
• polémica surgida con los vocablos árbitra (2002) y jueza (2009), y Lledó Cunill
Rosa Diez, la "gobernanta" de Asturias . No dudó en eclipsar al diputado
de su partido en Asturias para protagonizar ella el pacto que dará un nuevo el de ministra (2002). Para una bibliografia sobre el tema con perspectiva históri-
Gobierno al Principado. "Ahí no te metas", le ordenó en medio de la rueda de ca: Burgos y Aliaga (2002: 95-96).
El tratamiento de los sexos en el Diccionario: Vargas et al. ( 1998), Lledó Cunill
prensa ante las preguntas incómodas. [ ... ] un comportamiento dominante, •
exigente y altivo (ABC.es, 18/05/2012). (coord.) (2004) y Forgas Berdet (2009, 2011) .
• El androcentrismo de la RAE: Moreno Cabrera (2014) .
La categorización de los sexos, lo femenino y lo masculino en los sinónimos de
Según demuestra este caso, la reivindicación de la recuperación de la dignidad • Word: Thüne, Leonardi y Bazzanella (2006).
perdida para aquellos sustantivos femeninos cuyo significado había adquirido
tintes peyorativos no siempre tiene frutos positivos. Y es que los significados no • Guías para evitar el uso sexista del español: Medina Guerra (coord.) (2002) .
Críticas feministas, propuestas de uso y cambios ocurridos en distintas lenguas:
residen en palabras independientes de su contexto, sino que se negocian en los • Pauwels (! 998) y Hellinger y BuBmann (eds.) (2001-2003).
discursos . Los estudios de lengua y género han cobrado conciencia de que exami-
Cambios ocurridos en el español: Bengoechea (2008, 2015), !<.odríguezFemán-
nar cómo se construyen textos sexistas y discriminatorios en diversos contextos •
dez (2009) y Lledó Cunill (2012).
r~sulta mucho más productivo que criticar usos solidificados o palabras indepen-
dientes. A plantear el enfoque discursivo en los estudios de género interesados en
la representación, se dedicará el capítulo 3.

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