Sunteți pe pagina 1din 2

DESARROLLO DE LA CULTURA VENTARRÓN

1. El desarrollo de la complejidad social en los Andes centrales.

En el departamento de Lambayeque, la evidencia más representativa de la complejidad alcanzada, la


encontramos en el centro arqueológico de Ventarrón (Arcaico tardío, 2000 a.C.); pero será en el Formativo,
donde las complejas relaciones sociales y económicas, se volverán mayores, siendo las sociedades Cupisnique
el ejemplo por excelencia. En este caso, podemos afirmar, como sugiere, Burger (2000, p. 7), que los templos
que datan de dicha época, constituyeron ¨…manifestaciones físicas de las ideologías que sustentan derechos
de grupo para el uso del espacio determinado y el aprovechamiento de sus recursos; los rituales que se
realizaban en ellos habrían servido para sustentar y legitimar esas demandas mediante el establecimiento de
vínculos con el mundo sobrenatural de los ancestros y las divinidades.

2. El centro ceremonial de ventarrón:

Alva (2008) nos describe el centro arqueológico de Ventarrón, de la siguiente manera: Se trata del templo
principal del centro ceremonial, erigido en la falda oeste del cerro Ventarrón, sobre un promontorio rocoso en
el centro de la ensenada. Su arquitectura consiste de una gran plataforma escalonada con acceso desde el
norte, con recinto culminante y salas laterales en la parte baja. Fue edificado en tres fases superpuestas y
posteriores remodelaciones sintetizaron el diseño; hasta el momento, suman 10 fases identificadas.

3. El ¨templo los peces, primera fase constructiva:

El fechado más antiguo del complejo, arroja una antigüedad de 2300 – 2035 a.C., en esta fase, se ha encontrado
un altorrelieve de dos peces, los cuales, están dispuestos lado a lado, con la particularidad de mirar en dirección
opuesta; el mismo que representa, según se cree, la abundancia natural de la región.

4. El ¨templo rojo-blanco¨: la segunda fase constructiva:

Es una fase, que se encuentra superpuesta a la anterior, debe su nombre a las anchas bandas oblicuas de color
blanco en forma de zigzag sobre fondo rojo. Su amplio vano delantero, de 5,80 metros, presentaba jambas de
color negro. Aquí se registraron porciones decoradas con los mismos colores derruidos a lo largo del umbral.
Estos pudieron corresponder a un enorme dintel de barro dispuesto sobre la portada, que pudo haber sido
derribado o que colapsó antes del enterramiento para dar paso a la tercera fase. El recinto, de 9,70 metros de
ancho por 16,70 de largo, tiene esquinas redondeadas.

5. El mural del venado cautivo - El tema de la caza del venado:

Hace suponer que tuvo una importancia, podríamos decir, hasta ideológica en la población de las primeras
sociedades andinas, esto es muy llamativo debido a que se mantuvo con su aura sacra hasta el advenimiento
de los Mochicas. Se ha propuesto que existe cierta continuidad entre el Venado en la Red y la deidad Arácnida,
la que fabrica redes; por lo que es probable que esto haya sido una alegoría de la importancia de los diferentes
sectores de la economía, entiéndase, la creación y confección de las redes y la posterior caza del venado.

6. El ¨templo verde¨: la fase constructiva final de ventarrón.

En esta ocasión, los pobladores de Ventarrón, cubrieron por completo el templo anterior, dejando en el
transcurso ofrendas sobre el relleno, lo que evidencia la importancia religiosa del Templo, y que el rellenado
que se llevaba a cabo, fue de carácter ceremonial, lejos de ser un sacrilegio, puede haberse tomado como una
muestra de respeto a la anterior construcción.

Hay que destacar que este hecho, logró que se conservara en las mejores condiciones, lo que permite que en
la actualidad se pueda estudiar con mayor detalle estos centros, además de poder identificar las distintas fases,
ya que cada una se construyó sobre el relleno del anterior, enterrando para la posteridad todos sus tesoros y
secretos que fueron posteriormente buscados por los huaqueros, hasta que se pudo proteger en la década de
los 90.
LA MUJER COMO FUERZA DE GOBIERNO EN VENTARRÓN

Ventarrón fue probablemente una de las civilizaciones más antiguas del Perú y América. La antigüedad no es
su única carta de presentación, sino una singular manera de detentar el poder con la participación de la mujer,
una paradoja en un país signado históricamente por el machismo. Esta representaba la figura de la creación y
compartía el poder con el hombre que encarnaba la fuerza. La dualidad masculina y femenina está reflejada en
los vestigios rescatados de la huaca, ubicada a 10 kilómetros de Chiclayo. En el recinto de gobierno diseñaron
dos formas geométricas: una circular que sería para la mujer y el cuadrado para el hombre.

El sitio pertenece a la etapa formativa inicial, aproximadamente 2500 años antes de Cristo, donde se edificaron
los primeros templos con información cósmica. Estos peruanos antiguos desarrollaron la capacidad para leer
estrellas, la forma de la constelación de Orión en el espacio coincide con la forma trapezoidal de la huaca
edificada con barro y fibras. Era el centro religioso y de gobierno. Se sostiene que Ventarrón es contemporánea
de Caral, una cultura desarrollada en lo que hoy es Lima. La diferencia con esta civilización son los íconos, y
colores carentes en Caral, dice el arqueólogo Ignacio Alva Meneses.

Alva es uno de los estudiosos de este complejo desde el 2007. Se ha propuesto postularlo como Paisaje Cultural
ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). No solo quiere
convertirlo en un museo para captar turismo sino desarrollar industrias de origen ancestral, por el cultivo de
especies nativas como lúcuma, cuyos orígenes se remontan a hace cuatro mil años, palta has y el algodón
nativo.

La huaca tiene una extensión de una hectárea. En ella había tumbas de 1800 años después de Cristo construidas
por los pobladores de Collud, un asentamiento posterior a Ventarrón. Como no tenían definido un lugar para
el cementerio comenzaron a utilizar la huaca como panteón.

También había tumbas Cupisnique con cerámica muy fina. Eran sepulcros de pobladores que no tenían posición
importante, eso lo delata la carencia de piedras preciosas, detalla Alva Meneses.

Las tumbas fueron huaqueadas por los pobladores del lugar. A inicios de la década del 90', un poblador de la
zona le contó al arqueólogo Walter Alva de la existencia de ésta. El proyecto de investigación se postergó hasta
el 2007.

Los vecinos la habían usado como cantera para hacer adobe, construir sus casas, y también para venderlos,
según Ignacio Alva. Se estima que fabricaron hasta 9 mil adobes por semana. Eso confirma la escasa
identificación con las raíces culturales.

Terán Salvatierra, Lizeth , Columna, Diario La República, 07/06/2014.

S-ar putea să vă placă și