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Marsella

Marsella tiene la suerte de ofrecer a sus habitantes y a los turistas una fachada litoral
extraordinaria, una ensenada envidiada por todos los marineros del mundo y una
cantidad de días de sol insolente: ¡más de 300 días al año! Marsella, la puerta de
la Provenza. Fundada hace 2.600 años por griegos procedentes de
Focea, Marsella es la decana de las ciudades francesas y la segunda en tamaño tras
París. 1 millón de habitantes viven en sus 16 barrios que, en su mayoría, han sabido
conservar un carácter auténtico de pueblo.

El patrimonio natural de Marsella es excepcional: numerosos parques, verdaderos


pulmones verdes, están situados en pleno centro y se convierten en unos oasis de
frescor cuando el sol pega demasiado fuerte. A unos kilómetros del  Viejo Puerto, se
encuentra el macizo de las Calanques, declarado Parque Natural Nacional y que
permite durante todo el año practicar deportes en plena naturaleza. A lo largo de más de
20 kilómetros se suceden las célebres calanques, unas calas a veces habitadas y otras
todavía salvajes donde el agua turquesa invita al descanso.

Una docena de museos presentan colecciones variadas, desde la Antigüedad al arte


contemporáneo, y numerosas galerías exponen artistas de reconocido talento o jóvenes en
ascenso. Marsella fue la Capital Europea de la Cultura en 2013.
A lo largo de tus paseos descubrirás el sorprendente patrimonio de esta ciudad
mediterránea, del barrio histórico del Panier a los edificios del Segundo Imperio o las
iglesias románicas, Marsella tiene más de un secreto a revelar a quien sabe observar.
Marsella se impone también gracias a su dinamismo económico, en especial a través
del proyecto Euroméditerranée en el que los más importantes arquitectos como
Zaha Hadid, Kengo Kuma o Stefano Boeri, entre otros, se reparten los encargos. Por
su parte, el Viejo Puerto ha sido totalmente rediseñado por los arquitectos del estudio
de Norman Foster. ¿Estás listo para realizar un paseo por la historia?

Lo que no debes perderte en Marsella:

 Admirar las vistas desde la basílica de Notre-Dame de la Garde.


 Descubrir los puertecitos pesqueros, las calanques, el Castillo de If y el
archipiélago del Frioul.
 Visitar los mercados de Marsella.
 Tomarte un pastis (anisete) al atardecer en el Viejo Puerto.
 Ver una exposición en la Vieille-Charité y pasearte por el barrio antiguo del
Panier.
 MuCem, Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo de
Marsella.
 Ver un partido de fútbol en el Estadio Vélodrome.
 Practicar el jogging en la cornisa que bordea el litoral.
 Probar las especialidades gastronómicas: la bullabesa, los pieds et paquets
(receta a base de cordero), las navettes (panecillos)…

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