La inclusión del medioambiente como asunto de seguridad ha sido entendida como una
“Pequeña revolución” para una agenda de seguridad definida tradicionalmente en terminas
estatocéntricos y militaristas. ¿En qué consiste tal revolución? Para entender más de fondo el problema presentado debemos profundizar en los términos correspondientes y así realizar el análisis ha lugar con el fin de esclarecer y entender porque se entiende como “Pequeña revolución”, la inclusión del medioambiente como asunto de seguridad en las naciones, para lo cual debemos contextualizar el tema de seguridad el cual para el caso en mención hace referencia a un concepto que a lo largo de la historia ha sido controvertido, es decir, existe como consenso de elasticidad e imparcialidad del término, a su vez en la historia (Gallie en 1956, y Wolfers 1952), menciona que siempre ha existió ambigüedad en el concepto de seguridad, ya que se pueden incluir para este término un amplio rango de conceptos y/u objetivos por lo que para muchos gobiernos y naciones el significado netamente de seguridad corresponde a seguridad política o militar. Por otro lado para Williams 2008 define la palabra seguridad como el centro de amenazas a valores preciados tango políticos como ambientales, a pesar de que para el carezca de falta de consenso. Antes de realizar el análisis pragmático del tema tratado debemos es importante contextualizar más a fondo la distinta epistemología con las que se revisan las discusiones sobre el termino de seguridad, las mejores formas de abordarlos, es citar a Buzan (2009), que manifiesta que existe en primer lugar, una concepción “Objetiva”, de la seguridad en términos materiales y en segundo lugar una concepción subjetiva que resalta claramente la importancia de la historia, las normas, las percepciones y los contextos relacionados, y en tercer y último lugar una concepción intersubjetiva y/o discursiva de la seguridad que reconoce a la seguridad como el acto discursivo por parte de los representantes del Estado para declararlo como condiciones de emergencia y legitimar así el derecho de utilizar los medios necesarios para hacer frente a los focos de inseguridad estatal. A partir de las transformaciones en el orden mundial, la política y la realidad internacional, surgió la necesidad de replantear las dimensiones y los alcances de la seguridad para considerar aspectos más amplios correspondientes, es por esto como bajo las condiciones de relatividad surgen escenarios internacionales llamados amenazas “no tradicionales a la seguridad”, caracterizadas por considerar las amenazas a nivel sub-estatal, estatal y transestatal y por separarse un poco a una visión estatocéntricos, que da paso a una visión cooperativa y colectiva de la seguridad Uno de los cambios correspondientes y transcendentes de la política de defensa de seguridad corresponde a los cambios y a clasificación del agua, la biodiversidad y el medioambiente tratado principalmente para este caso, enfocados en el interés naciones principal y prevalente, por lo que se convierte en un asunto de seguridad nacional su protección, preservación y conservación a los frentes foráneos, como lo son la extracción ilícita de minerales y la deforestación. Por consiguiente a algunas personas les parecerá extraño este tema de inclusión del medioambiente como asunto de seguridad, y como punto prioritario en la política de defensa y seguridad nacional, para lo cual es necesario resaltar que lo que ocurre en las diferentes naciones atenta principalmente a la soberanía nacional, la integridad de los recursos naturales propios para el progreso de los países y lo más importante de todo, contra los soportes vitales y el bienestar de los ciudadanos. Y es que como hemos venido diciendo debemos establecer que el pilar principal de la política de defensa y seguridad es el reconocimiento del medioambiente, como un activo estratégico de las naciones y del mundo entero, por lo cual para muchos gobiernos los cuales su enfoque no está atado con esta problemática lo ven como una amenaza, como una “Pequeña revolución”, es por este reconocimiento del enfoque de seguridad que ha sido necesario un contexto global en donde las organizaciones se prevean eventuales conflictos por el acceso y control de los recursos, de los que las demás naciones gozan y evitar conflictos de intereses entre las mismas, para frenar la expansión de cultivos de origen ilícito, arraigados directamente a la demanda global y a las organizaciones delictivas internacionales, generando daños inconmensurables en todos los órdenes de la sociedad, llámese a estos para un mejor entendimiento, órdenes del tipo sociopolítico, cultural, ambiental, educativo entre otros. Este tema se ha venido tratando desde mucho tiempo atrás, con el fin de realizar las aclaraciones correspondientes a los temas, todo esto se puede enfocar y visualizar en términos en la desaparición de valiosos bosques no solo de los productos del medio ambiente, sino la tala y quemas de amplias áreas de la selva continúa en las selvas de todo el mundo, es el producto de la acción de empresarios que a partir de grandes inversiones están destruyendo parte del patrimonio nacional con una clara violación de la ley. Y, como lo he reiterado, el único nombre que les cabe es el de empresariado criminal, y de él forman también parte funcionarios del Estado y políticos que se han transformado en patéticos líderes de la inseguridad ambiental. Tal como se plantea en las políticas de defensas y seguridad, la recuperación de los territorios requiere como condición principal, fundamental y necesaria, pero no suficiente la intervención de las fuerzas armadas, y por esto se establece intervenciones que permitan pesar de un control militar a un control institucional de los territorios, que significa una acción continua, coordinada y permanente de los entes gubernamentales como lo son la Fiscalía, la Procuraduría, los ministerios de Defensa, Ambiente, Agricultura, Minas, Salud, etc., y naturalmente, de las entidades territoriales. Podemos inferir que los hechos, eventos y discursos (en la forma de actos de habla y documentos) que han contribuido para que las alteraciones climáticas se incluyesen en la agenda política y en los estudios sobre seguridad, derivados de un proceso de securitización en construcción, se conoce de actos de habla (discursos políticos y documentos oficiales), posicionamientos políticos de actores internacionales y eventos que suministraron elementos básicos para apoyar las fases iniciales del proceso de securitización, en que las alteraciones climáticas surgen como amenazas a los objetos referentes vinculados a la seguridad. Algunos puntos abordan desastres, catalizados por alteraciones climáticas, donde hubo la actuación de las fuerzas armadas y discursos políticos resultantes La securitización puede ser entendida como un acto de habla (discurso político) que construye, en la comunidad política, el entendimiento de la existencia de una amenaza real que permite la adopción de medidas urgentes y excepcionales para tratar esta amenaza, así, un tema solamente estaría securitizado cuando ingresa a la agenda de seguridad, como amenaza a un objeto referente, y a partir del momento que el público lo acepta como tal Según Buzan et al. (1998), el proceso de securitización posee tres componentes crecientes: la existencia de amenaza, acciones de emergencia y quiebra de la situación normal (políticas de legitimación de acciones para tratar la amenaza, incluso el uso de la fuerza militar). La desecuritización sería el proceso inverso, que busca evitar, por medio de otros discursos, que el tema sea securitizado y la resultante aceptación de medidas excepcionales. En los anteriores puntos, se identifican la existencia de amenazas a la existencia del objeto referente y surgen como amenaza militar y no militar, como la primera de ellas se identifica la posibilidad de que las fuerzas sean las catalizadores de los conflictos y tensiones sociales existentes en las naciones, las cuales debido a las frágil capacidad de gestión de los organismos, instituciones y Estados, pueden evolucionar en un conflicto armado, considerando que estas, probablemente afecte a los sectores económicos de los países en desarrollo sostenible, y los respectivos sub niveles de rendimiento e indicadores de la calidad de vida, y puede contribuir a los posibles conflictos en el sector primara de los países, sin embargo, no es posible identificar empíricamente las consecuencias de los cambios climáticos con relación a los Estados, regiones y sistemas internacionales. Por otro lado, la construcción de las fuerzas militares como amenaza no está asociada a los desastres naturales como lluvias torrenciales, huracanes, ondas de calor, subida del nivel medio del mar, entre otros. Del análisis realizado anteriormente, se señala de manera expresa también en todas las naciones sobre este tema, particularmente sobre las fuerzas militares, cambiando el cuadro tradicional de importar modelos y teorías europeas y estadounidenses sobre seguridad. Ejemplo de ello son los eventos, como seminarios y congresos, desarrollados por las fuerzas y las comunidades académicas que contribuyen para profundizar los estudios sobre estas, desastres y fuerzas militares. Luego de abordada la primera componente del proceso de securitización, la existencia de amenaza y sus relaciones conceptuales con el sistema de seguridad medioambiental como “Pequeña amenaza”; por lo cual y a manera de conclusión se puede inferir de manera clara y concreta que la inclusión del medioambiente como asunto de seguridad es y será entendido como una de las revoluciones en términos estatocéntricos y militaristas.