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Universidad del Magdalena

Departamento de Estudios Generales e Idiomas


Expresión Oral y Argumentación
Grupo 14
Principios Argumentación
2013-II

Estructura de Argumentos

La argumentación es una variedad discursiva con la cual se pretende defender una opinión y persuadir de


ella a un receptor mediante pruebas y razonamientos, a partir de: la lógica (leyes del razonamiento humano),
la dialéctica (procedimientos que se ponen en juego para probar o refutar algo) y la retórica (uso de recursos
lingüísticos con el fin de persuadir movilizando resortes no racionales, como son los afectos, las emociones,
las sugestiones ... ). Pero para tener más claros estos conceptos, es preciso dejar en claro estos tres
conceptos:

- LÓGICA: es una ciencia formal que estudia los principios de la demostración e inferencia válida. Ahora, así
como el objeto de estudio tradicional de la química es la materia, y el de la biología la vida, el de la lógica es la
inferencia. La inferencia es el proceso por el cual se derivan conclusiones a partir de premisas. La lógica
investiga los principios por los cuales algunas inferencias son aceptables, y otras no. Cuando una inferencia
es aceptable, lo es por su estructura lógica, y no por el contenido específico del argumento o el lenguaje
utilizado.

- DIALÉCTICA: Es la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos, así como la detección y
superación de estos contrapuestos. De manera más esquemática puede definirse la dialéctica como el
discurso en el que se contrapone una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra
de los problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer
momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema.

- RETÓRICA: Se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje,


puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad comunicativa.
Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, en palabras de los
tratadistas clásicos, como la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del
destinatario. En otras palabras, la retórica se configura como un sistema de procesos y recursos que actúan
en distintos niveles en la construcción de un discurso.

Con esto en mente, la estructura de todo argumento es la siguiente:

PREMISA(S)

(Inferencia)

CONCLUSIÒN

Ateniéndonos a lo anterior, en lógica, una premisa es cada una de las proposiciones anteriores a la conclusión
de un argumento. En un argumento válido, las premisas implican la conclusión, pero esto no es necesario
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para que una proposición sea una premisa: lo único relevante es su lugar en el argumento, no su rol. Al ser
proposiciones, las premisas siempre afirman o niegan algo y pueden ser verdaderas o falsas.

Considérese el siguiente argumento:


O es martes o es miércoles.
Si es martes, entonces tengo que ir a trabajar.
Si es miércoles, tengo que ir a trabajar.
Por lo tanto, tengo que ir a trabajar.

En este argumento, las proposiciones 1, 2 y 3 son las premisas, y la proposición 4 es la conclusión. Un


argumento puede tener cualquier número (en general finito) de premisas, incluso 0 (en cuyo caso la
conclusión suele ser un teorema y una verdad lógica). Por ejemplo:

Todos los hombres tienen el cabello corto


David es hombre
Por lo tanto David tiene el cabello corto

Hay razonamientos de una premisa (hubo al menos un testigo o Juan lo vio todo), y razonamientos con
más de una premisa. Así sucede con los silogismos ordinarios de dos premisas: una «premisa mayor» (que
contiene el término mayor, predicado de la conclusión) y una «premisa menor» (que contiene el término
menor, que hace de sujeto en la conclusión). Por ejemplo:

Todos los mamíferos son animales de sangre caliente. (Premisa mayor)


Todos los humanos son mamíferos. (Premisa menor)
Por tanto, todos los humanos son animales de sangre caliente. (Conclusión)

Con esto claro hay que tener siempre presente las siguientes consideraciones y/o características:

1. El número de premisas de un argumento es variable. Esto quiere decir que puede haber argumentos que
sólo consten de una premisa, pero también puede haber argumentos que tengan dos, tres y más premisas. El
siguiente argumento, por ejemplo, sólo posee una premisa:

La vida en el fundamento de todo sistema político; por lo tanto, el aborto debe ser penalizado.

Por el contrario, el siguiente argumento tiene dos premisas:

Dado que los abortos clandestinos causan miles de muertes al año y dado que la mujer debe tener el
derecho de decidir sobre su propio cuerpo, penalizar el aborto no es la mejor solución en un sistema
jurídico democrático.

2. Las premisas de un argumento bien pueden ir al comienzo del mismo, en la mitad, o al final; lo mismo que
la conclusión. Por ejemplo el anterior argumento sobre el aborto bien puede ir de la siguiente forma:

Penalizar el aborto no es la mejor solución de sistema jurídico democrático puesto que los abortos
clandestinos causan miles de muertes al año y la mujer debe tener derecho a decidir sobre los asuntos
atinentes a su propio cuerpo.
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Y la conclusión seguiría siendo la misma, a saber, “penalizar el aborto no es la mejor solución en un sistema
jurídico democrático”. De igual forma, la conclusión podría ir en la mitad, así:

Dado que los abortos clandestinos causan miles de muertes al año, penalizar el aborto no es la mejor
solución para un sistema jurídico democrático, ya que la mujer debe tener el derecho a decidir en los
asuntos atinentes a su propio cuerpo

3. El lenguaje en que se expresan las premisas o conclusiones no siempre es informativo, declarativo o


descriptivo. Esto quiere decir que, en muchos casos, una orden a una pregunta puede aparecer en un
argumento ya sea como una premisa del mismo o incluso como su conclusión. Así sucede en los siguientes
casos:

a. La sabiduría es lo principal; por lo tanto, hay que buscar la sabiduría


b. Prohibido juzgar, porque todos somos pecadores
c. ¿Amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el elemento de que está
hecha la vida.

En el primero de ellos, como se ve, la conclusión aparece como si fuera una orden: “hay que buscar la
sabiduría”. Lo mismo pasa en el segundo caso en donde la conclusión es la orden: “prohibido juzgar”.
Finalmente, en el tercer argumento, además de ocurrir exactamente lo mismo en que los otros casos (la
conclusión en una orden: “no malgastes el tiempo”), aparece también una premisa en forma de pregunta: la
oración “¿Amas a la vida?”, la cual no constituye una verdadera pregunta sino una autentica premisa que da
por sentado la respuesta afirmativa. Es decir, el tercer argumento bien podría ser expresando de la siguiente
forma: “Ya que tú amas la vida, y el tiempo es el elemento del que está hecha la vida, entonces no malgaste el
tiempo”.

4. Los términos premisa y conclusión son términos relativos, Esto se entiende fácilmente al reflexionar sobre
las definiciones de los términos “premisas” y “conclusión”. Veamos: una premisa es una proposición que se
afirma como apoyo o base para aceptar otra. Esta “otra” es justamente la conclusión, la cual, a su vez, es una
proposición que afirma con base en la previa aceptación de otra u otras, es decir, las premisas. Como se ve,
es absolutamente imposible definir el concepto de “premisa” sin hacer referencia al concepto de “conclusión” y
viceversa. Esto quiere decir, entonces, que los términos premisas y conclusión son términos elativos; como
también lo son, por ejemplo, los términos “causa” y “efecto”. Ahora bien, esto tiene una importante
consecuencia que hay que notar: y que es una misma proposición puede ser una premisa en un argumento y,
también, ser conclusión en otro, como sucede en los siguientes casos:

a. “Todo lo que está predeterminado es necesario. Toso suceso está predeterminado. Por lo tanto,
todo suceso es necesario”
b. Todo suceso causado por otros está predeterminado. Todo suceso esta causado por otro suceso.
Por lo tanto, todo suceso está predeterminado.

Como se ve, en el primer caso la proposición “Todo suceso está predeterminado” es una premisa del
argumento. En cambio, en el segundo caso, la misma proposición “Todo suceso está predeterminado” es la
conclusión. Esto implica, además, que ninguna preposición por si misma puede ser considerada una premisa
o una conclusión, ya que sólo puede ser premisa cuando, en un argumento, aparece como apoyo de una
conclusión; y es conclusión solamente cuando, en un argumento, aparece fundamentada en una premisa.

5. Existen ciertos términos que ayudan a identificar los elementos de un argumento. Es natural que la primera
pregunta que surja cuando se habla de argumentos, premisas y conclusiones sea la siguiente: ¿cómo saber
cuál proposición de un argumento es una premisa y cuál es la conclusión? Pues bien, por desgracia no hay
fórmulas mágicas ni técnicas infalibles más allá de una buena y cuidadosa comprensión del texto. Sin
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embargo, ciertas palabras pueden ser de ayuda como indicadores de premisas o indicadores se conclusión,
como se muestra en los siguientes ejemplos:

 Las reformas son muy difíciles de implementar porque la mayoría de la gente tiende a ser
conservadora.
 El lunes tengo parcial de lógica; por lo tanto debo quedarme en casa estudiando.
 Dado que María nació en Bucaramanga, se sigue que María es Santandereana.
 Jurgen no es colombianos puesto que es alto, rubio y habla con acento extranjero.
 Este líquido es un ácido o una base. Si fuera un ácido volvería el papel tornasol rojo.
 Pero no ha vuelto el papel tornasol rojo; en consecuencia, este líquido es una base.

Los anteriores ejemplo “dado que” y “puesto que”. En cambio, las palabras “por lo tanto”, “se sigue” y “en
consecuencia” nos señalan que a continuación de ellas se enunciará la conclusión que se fundamenta en lo
que se ha dicho anteriormente. En la siguiente tabla se encuentra los principales indicadores de premisas y
conclusiones que usamos en el español:

Indicadores de premisas Indicadores de conclusión

Porque Por lo tanto


Ya que En conclusión
Puesto que Por ello
En tanto que Por consiguiente
Debido a Podemos inferir que
Por la razón de que Podemos concluir
Por el motivo de Podemos determinar
Pues Concluyo que
Dado que Luego
A causa de Entonces
Se sigue de Así
Como muestra Se sigue que
Como es indicado por De ahí que
La razón es que En consecuencia
Por las siguientes razones Consecuentemente
Se puede inferir de Lo cual prueba que
Se puede derivar de Como resultado
Se puede deducir de Por esta razón
En vista de que Lo cual muestra que
En la misma que Lo cual significa que
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En virtud de Lo cual implica que

Sin embargo, lo anterior debe ser tomado con gran precaución, pues es perfectamente posible que en un
argumento no aparezca ninguno de los anteriores indicadores. Como acontece en el siguiente argumento de
John Stuart Mill:

El perjuicio peculiar que se causa al silenciar la expresión de una opinión es el de un robo contra la
raza humana; contra la posteridad al igual que contra la generación existente; contra los que
disienten de la opinión, aun más contra los que la aceptan. Si la opinión es correcta, se les priva de la
oportunidad de cambiar el error por la verdad; di es errónea, pierden un beneficio casi igual, la
percepción más clara y viva de la verdad, producida por su contraste con el error.
JHON STUART MILL, Sobre la Libertad (1859)

Como se ve, acá no aparece ninguno de los anteriores términos y, sin embargo, una buena lectura nos señala
que la conclusión de Mill es la primera oración de su argumento: (El perjuicio peculiar que se cauda al
silenciar la expresión se una opinión es el se un robo contra la raza humana; contra la posteridad al igual que
contra la generación existente; contra los disiente de la opinión, aun más contra los que la aceptan), la cual se
sustenta en las oraciones que le siguen: (Si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de cambiar el
error por la verdad; si es errónea pierden un beneficio casi igual, la percepción mas clara y viva de la verdad,
producida por su contraste con el error). Lo más aconsejable sigue siendo entonces una buena y cuidadosa
lectura de texto en cuestión.

6. No todo lo que se dice en un argumento es una premisa del mismo a la conclusión. En ciertos pasajes
puede aparecer información que tiene la función de ser contexto para permitirnos entender mejor el
argumento. Como sucede en el siguiente caso:

Si el derecho penal prohíbe el suicidio, esto no es un argumento válido para la iglesia; y, además, la
prohibición es ridícula pues ¿qué pena puede atemorizar a una persona que no tiene miedo ni
siquiera a la muerte? Schopenhauer

Como vemos, las primeras afirmaciones del anterior pasaje (Si el derecho penal prohíbe el suicidio, esto no es
un argumento valido para la iglesia) no hace parte propiamente del argumento que concluye acerca de la
ridiculez de la prohibición del suicidio a partir de la premisa según la cual una persona que no le tiene miedo a
la muerte no se siente atemorizada por ninguna pena. Sin embargo, tales afirmaciones iniciales son permiten
entender de qué prohibición se está hablando.

7. En algunos argumentos se puede no mencionar explícitamente alguno de sus elementos. Esto quiere decir
que en algunas ocasiones ciertas premisas de un argumento o incluso su conclusión so se mencionan
explícitamente por darse como sobreentendidas. Por ejemplo:

Si él es una persona lista, no va ir por ahí disparando sobre esas personas, y él es una persona lista.

No es necesario hacer un gran esfuerzo mental para entender que de lo anterior se quiere concluir que la
persona de la se habla “no va a ir disparando por ahí”

8. No todo pasaje en donde se afirmen proposiciones contiene necesariamente un argumento. Esto quiere
decir que, como lo señalamos anteriormente, un argumento no es cualquier conjunto de proposiciones
seguidas una después de la otra. Para que exista un argumento se requiere que alguna de las tales
proposiciones, es decir, la conclusión, se afirme con base en otras, las premisas. Es decir, se requiere que
exista una inferencia. Es claro que en el siguiente pasaje esto no se hace y, por ende, no hay allí ningún
argumento.
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9. Un solo pasaje puede contener varios argumentos. El número de argumentos en un pasaje depende del
número de conclusiones a las que se llegue; el siguiente pasaje, por ejemplo, contiene dos argumentos:

“El uso de drogas no debe ser penalizado, porque es un asunto de libertad humana; y esto es así
porque este uso se refiere a lo que yo puedo hacer o no hacer con mi cuerpo”

Se ve que se esta afirmando que “el uso de drogas se refiere a lo que yo puedo hacer o no hacer con mi
cuerpo” para inferir de ahí que “el uso de drogas es un asunto de libertas humana” (primera conclusión). Y,
posteriormente, aunque sea al principio del pasaje, de la información de que “el uso de drogas es un asunto
de libertad humana” se pretende concluir el enunciado “el uso de drogas no debe ser penalizado” (segunda
conclusión del argumento).

10. La relación premisa – conclusión puede darse de forma inductiva o deductiva. Por lo general, se suele
afirmar que la inducción es una clase de razonamiento o argumento que va de lo particular a lo general, es
decir, un argumento que, partiendo de premisas particulares llega a una conclusión general. Por ejemplo:

Sócrates es humano y mortal, Platón es humano y mortal, Aristóteles es humano y mortal, Gorgias
es humano y mortal. Por lo tanto, probablemente todos los seres humanos son mortales.

En contraste con esto, se suele afirmar que el razonamiento deductivo se caracteriza por ser una clase de
razonamiento o argumento que va de lo general a lo particular, es decir, por ser un argumento que, partiendo
de premisas generales llega a una conclusión particular. Y el ejemplo es ya milenario:

Todos los hombres son mortales.


Sócrates es hombre.
Por lo tanto, Sócrates es mortal.

Ahora bien, las anteriores definiciones no son totalmente correctas. Si bien es cierto que algunos argumentos
inductivos tienen la anterior estructura que va de lo particular a lo general, no es correcto afirmar que todos la
tienen. Y lo mismo pasa cono los argumentos deductivos. Veamos el siguiente ejemplo:

Todos los chimpancés son mamíferos y tienen pulmones. Todos los caballos son mamíferos y tienen
pulmones. Todos los humanos son mamíferos y tiene pulmones. Por lo tanto probablemente todos
los mamíferos tienen pulmones.

Es claro que tanto las premisas como la conclusión del anterior argumento son todas generales. Sin embargo,
se trata de un autentico argumento inductivo.

O el siguiente caso:

Hitler fue un dictador y fue cruel. Stalin fue un dictador y fue cruel. Castro es un dictador. Por lo tanto,
probablemente Castro es cruel.

Acá estamos en presencia de un autentico argumento inductivo en donde tanto las premisas de las que se
parte, como la conclusión a la que se llega, son afirmaciones particulares. Por lo tanto, no es correcto definir a
los argumentos inductivos como aquellos en los cuales, a partir de una premisa particular, se llega a una
conclusión general.

Lo mismo ocurre con los argumentos deductivos. Por ejemplo:


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Si Sócrates es humano, entonces Sócrates es mortal. Sócrates es humano. Por lo tanto, Sócrates es
mortal.

Como se ve, en este caso todos los elementos del argumento, es decir sus premisas y su conclusión, son
particulares; pero el argumento es deductivo.

O este otro:

Todos los animales son mortales. Todos los humanos son animales. Por lo tanto, todos los humanos
son mortales.

Como se ve, se parte de lago general (Todos los animales son mortales) y se llega también a algo general
(Todos los humanos son mortales); a pesar de que se trate de un argumento deductivo.

Queda visto entonces que lo que define a un argumento deductivo o a uno inductivo no puede ser el nivel de
generalidad o particularidad del que se parte ni el nivel de generalidad o particularidad al que se llega.

La característica definitoria debe buscarse en cambio a partir de la forma en que determinado argumento
relaciona las premisas con la conclusión, pero no en el nivel de generalidad o particularidad, sino en la clase
de apoyo con el que las premisas pretenden sustentar la conclusión. Observemos el típico ejemplo de
argumento deductivo citado anteriormente:

Todos los hombres son mortales.


Sócrates es hombre.
Por lo tanto, Sócrates es mortal

Es claro que si las premisas son verdaderas la conclusión NECESARIAMENTE tiene que serlo sin necesidad
de otra información. De nada nos sirve saber que Sócrates está muy enfermo, o que su doctor le ha dicho que
le quedan pocos meses de vida, o que el padre y madre de Sócrates murieron, o que por lo general hay una
tendencia que muestra que los atenienses se mueren antes de cumplir 120 años. No necesitamos nada mas
para concluir, CON TOTAL CERTEZA, que si es verdad que todos los hombre son mortales y que Sócrates es
hombre, es verdad entonces que Sócrates es mortal. Todo esto muestra que lo que realmente caracteriza a
un argumento deductivo es que sus premisas ofrecen apoyo TOTAL a la conclusión; es decir, en un
argumento deductivo valido la conclusión se infiere de forma necesaria de las premisas.

En cambio, en un argumento inductivo, por más valido que sea, lo anterior no ocurre, pues el apoyo que dan
las premisas para inferir la conclusión en un argumento inductivo siempre será un apoyo parcial. Por esta
razón en todos nuestros ejemplos siempre hemos colocado es adverbio “probablemente”. Y, por lo mismo,
todo argumento inductivo podrá recibir nueva información que refuerce o debilite la inferencia que se realiza a
partir de las premisas. Retomemos uno de nuestros ejemplos:

Hitler fue un dictador y fue cruel. Stalin fue un dictador y fue cruel. Castro es un dictador. Por lo tanto,
probablemente Castro es cruel.

A la anterior argumentación podríamos agregarle las siguientes premisas que nos reforzaría nuestra
inferencia;

Según destacados organismos internacionales Castro es el mayor violador de los derechos humanos
en el mundo.

En esta nueva premisa nos permitiría concluir con mayor razón que Castro efectivamente es cruel.
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Pero también puede ocurrir lo contrario. Por ejemplo si afirmamos que el 100% se los habitantes de Cuba
tienen garantizados, por el Gobierno de Castro, la salud, la educación y la alimentación necesarias para una
vida digna. Con base ene esta nueva premisa que le agregamos a nuestro argumento, la conclusión de que
“Castro es cruel” parece debilitarse

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