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La electroterapia o electroestimulación
consiste en la aplicación de una corriente
eléctrica no dolorosa, similar a la que emiten
nuestros nervios, sobre una zona
determinada del cuerpo provocando la
contracción del músculo tratado.
Beneficios de la electroestimulación
Despierta los músculos del suelo pélvico y ayuda a que éstos mantengan
su contracción. En aquellas personas que tienen muy debilitada esta zona,
la electroestimulación es casi la única manera de que consigan contraer
eso que llamamos suelo pélvico.
Permite localizar con precisión y sentir perfectamente unos músculos que,
para algunas personas, son unos completos desconocidos, facilitando el
camino para ejercitarlos en un futuro sin necesidad de esos aparatos
electroestimuladores.
Mejora sustancialmente el flujo de sangre que nutre y recupera el músculo,
multiplicándolo en cada contracción generada por el aparato.
Ayuda a localizar, contraer y, por tanto, reforzar el periné y los esfínteres
anales y/o urinarios mejorando la incontinencia urinaria y fecal con un alto
grado de éxito.
Puede resultar útil en caso de vejigas hiperactivas, ayudando a que el
músculo que nos avisa de que vayamos al baño sólo se contraiga en caso
de que nuestra vejiga se encuentre suficientemente llena.
En otras ocasiones se utiliza para calmar zonas dolorosas o hipersensibles
del área vulvar y vaginal, tales como la cicatriz de la episiotomía, desgarros
perineales o vaginales tras el parto o tras un traumatismo.
¿Qué técnicas de electroterapia están indicadas en la rehabilitación del
suelo pélvico?
I-Método de aplicación.
Electrodos.
Aplicación de la técnica.
Tratamiento.
Acciones previas.
Evolución.
Aplicación de la técnica.