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Lavarse con agua y jabón impide que los virus y bacterias se adhieran a nuestra
piel. Al realizar esta limpieza, nos deshacemos de todos los restos que podrían
quedar en la superficie de nuestras manos. El Dr. Luis Ortega, docente
del Departamento de Ciencias PUCP, nos brinda información para prevenir el
coronavirus a través de una higiene adecuada.
Hay que evitar jabones con triclosán que, a pesar de ser un buen
desinfectante, tiene efectos negativos para la salud.
¿Qué efecto tiene el jabón en el coronavirus?
Las bacterias y muchos virus, entre ellos el COVID-19, están recubiertos por una
membrana que es, esencialmente, un conjunto de lípidos. Esta capa es afectada
por la sustancia química “tensioactiva” del jabón.
Una fracción del jabón puede introducirse en la capa que rodea al virus y
romperla, pues inactiva su capacidad de infectar células. De este modo, el
material genético (ARN) del virus no queda impregnado en nuestras manos.
El día a día
Cada vez que salimos de casa, tocamos superficies –incluido el dinero– que han
sido tocadas, a su vez, por decenas de personas. Si alguna de ellas tiene un virus
o una bacteria causante de una enfermedad contagiosa, lo más probable es que
estos permanezcan en esos espacios y que otra persona, al tocarlos, se los lleve en
la mano. Esto, en sí, no causa que nos infectemos, pero si nos llevamos la mano a
la cara y tocamos nuestras mucosas (ojos, nariz o boca), nos podemos contagiar
rápidamente. Aunque no nos demos cuenta, nos tocamos la cara muchas veces al
día.
Si bien los geles previenen el contagio, el jabón es más efectivo. Con este nos
cubrimos rápidamente las manos, mientras que con los geles, a veces, hay que
echarse bastante cantidad para tratar toda la superficie.