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HISTORIA

Las primeras narraciones de patologías relacionadas con estrés las podemos encontrar
en piezas clásicas como la Ilíada, Las cartas de Cicerón a sus amigos, en la Épica de
Gilgamesh y en múltiples obras shakesperianas, como Macbeth y el propio Hamlet,
donde el trauma causado ante la muerte de un ser querido crea estados de estrés
insoportables para los protagonistas en mención. [CITATION Jua05 \l 10250 ]

En el siglo XIV, el término de estrés fue tomado del latín (stringere: tensar o
comprimir) y utilizado por el idioma inglés (strain: tensión) para describir la opresión,
la adversidad y la dificultad (Moscoso, 1998). Después, en el siglo XV esta palabra fue
usada por la física para hacer referencia a la fuerza o presión externa que se ejerce sobre
estructuras mecánicas elásticas, donde dicha fuerza o presión puede provocar un estado
de tensión al grado de llegar a deformarlas. Ya en el siglo XVII, el concepto se
generalizó a la ingeniería y a la arquitectura para denotar dificultad o adversidad. A
finales del siglo XIX, el fisiólogo francés Claude Bernard observó que los organismos
poseen un mecanismo de autorregulación que mantiene estable su medio interno ante las
presiones del medio ambiente externo (Johnson, Kamilaris, Chrousos, y Gold, 1992).
Poco después, en 1914, el fisiólogo estadounidense Walter Cannon (1927)
conceptualizó al estrés como un síndrome de lucha–huida y acuñó el concepto de
homeostasis para referirse a la tendencia que poseen la mayoría de los seres vivos para
mantener un equilibrio fisiológico (Johnson 1992). Más adelante, el endocrinólogo
Hans Selye (1930) un joven austriaco de 20 años de edad, estudiante de segundo año de
la carrera de medicina en la Universidad de Praga fue el primero que utilizo la palabra
“estrés” en un contexto científico y contribuyo a su popularización en general , observó
que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia,
presentaban síntomas comunes y generales: cansancio, pérdida del apetito, baja de peso,
astenia, etc. Esto llamó mucho la atención a Selye, quien le denominó el "Síndrome de
estar Enfermo". Selye consideró entonces que varias enfermedades desconocidas como
las cardiacas, la hipertensión arterial y los trastornos emocionales o mentales no eran
sino la resultante de cambios fisiológicos resultantes de un prolongado estrés en los
órganos de choque mencionados y que estas alteraciones podrían estar predeterminadas
genética o constitucionalmente. Los estudios de Walter y Bradford Cannon y Walter
rufo hess fueron esenciales para sentar las bases fisiológicas y neurobiológicas de estrés,
cabe influir al fundador de la Psicoendocrinología, John W Mason, que dio el
componente psicológico del estrés.

Pero ahora bien de acuerdo a lo anterior el concepto de estrés proviene desde la década
de los 30’s y de ahí en adelante empezaron a surgir diversos tipos de estrés, tanto
nuevas formas de tratamiento así como nuevas características, definiendo al estrés como
una respuesta vegetativa inespecífica a alguna amenaza, englobada en el concepto de
Síndrome General de Adaptación, definido como una compleja respuesta fisiológica
caracterizada por tres fases: fase de alarma, fase de resistencia, fase de agotamiento o
cese de la respuesta de adaptación, la cual conduce a la enfermedad y eventualmente a
la muerte (McEwen, 2005; von Borell, 2001; von Onciul, 1996). La teoría sobre la
respuesta inespecífica al estrés propuesta por Selye fue cuestionada por algunos
psicofisiólogos como Mason (1968), quien propuso que los estímulos estresantes
generan el síndrome general de adaptación siempre y cuando el individuo perciba la
situación como amenazante y resaltó la importancia de los facto-res sociales. Desde un
punto de vista sociológico, la misma forma de estrés puede tener varios desenlaces
(Peterson, 1994) en función de contextos estructurales y culturales (Jacobson, 1989).

DEFINICIÓN
El término de estrés; se refiere a las reacciones de «lucha-huida», respuestas
automáticas que emiten los organismos en defensa de estímulos amenazantes externos o
internos (por ejemplo, pérdida de sangre, excitación, etc.). En esta respuesta interviene
básicamente la activación del sistema nervioso simpático, con la subsecuente liberación
de catecolaminas por la médula suprarrenal (adrenalina y noradrenalina), liberación de
glucosa a los músculos, etc. (CANNON 1932).

En condiciones de equilibrio el organismo vive bajo la actividad normal de sus


funciones biopsicosociales moduladas por los ritmos de sueño y vigilia. Bajo estas
condiciones, el funcionamiento fisiológico y psicológico está sometido a niveles de
activación que se consideran normales. Esta activación fluctúa según las vivencias
diarias y ordinariamente está asociada a emociones (ira, tristeza, alegría, etc.). El estrés
se produce cuando ocurre una alteración en este funcionamiento normal por la acción de
algún agente externo o interno. El organismo, en estas circunstancias, reacciona de
forma extraordinaria realizando un esfuerzo para contrarrestar el desequilibrio. La
respuesta de estrés es extraordinaria, implica esfuerzo y produce una sensación subjetiva
de tensión (presión). Esto suele suponer, además, un incremento de la activación o
inhibición y, por tanto, un cambio en los estados emocionales (SANDÍN, 1989, P. 54).

El estrés se produce cuando la persona valora lo que sucede como algo que supera los
recursos con los que cuenta y pone en peligro su bienestar personal, esto debido a las
interrelaciones que se producen entre la persona y su contexto, en el que está inserto. A
su vez, dicho impacto está mediatizado por dos variables: en primer lugar, por las
evaluaciones que hace la persona del agente estresor, y, en segundo lugar, por los
recursos personales, sociales o culturales de que dispone la persona al enfrentarse a tal
agente. (LAZARUS Y FOLKMAN 1986).

El estrés es una respuesta general del organismo ante cualquier estimulo o situación
estresante, aunque enfatiza la situación biológica global producida y afirma que estrés
no es meramente “tensión nerviosa”, sino que es” la respuesta no específica del cuerpo a
cualquier demanda realizada”, también conocida con el nombre “Síndrome de
Adaptación General”, el estrés es considerado el común denominador de todas las
respuestas adaptativas del cuerpo. (HANS SELYE 1956).

El estrés como una respuesta vegetativa inespecífica a cualquier amenaza y lo clasifica


como positivo (eutrés), en el cual la persona que lo experimenta logra diversas formas
de afrontar sus problemas; en cambio el estrés negativo (distrés) hace que a la persona
se le dificulte resolver los inconvenientes que vive día a día. (HANS SELYE).

El término estrés se refiere a experiencias emocionales negativas con cambios


conductuales, bioquímicos y psicológicos que están relacionados con retos agudos o
crónicos percibidos. Los factores estresantes son eventos que estimulan estos cambios.
No obstante, una situación desencadenante del estrés para una persona puede ser un
evento neutral que para otra. Para que una cierta situación sea estresante depende de
cómo se aprecia un evento y como se califica la habilidad para manejarlo. Además de
los efectos psicológicos, el estrés también tiene múltiples consecuencias corporales. Los
investigadores están estudiando la totalidad de la experiencia estresante.

Las personas difieren no sólo en los sucesos de la vida que experimentan, sino también
en la vulnerabilidad que tienen ante éstos. La vulnerabilidadal estrés de una persona está
condicionada por su temperamento, resiliencia, habilidades para el afrontamiento y el
apoyo social con el que cuenta. La vulnerabilidad aumenta la probabilidad de una
respuesta desadaptada ante el estrés. [ CITATION SAR06 \l 10250 ]

ETIOLOGÍA PSICOFISIOLÓGICO

No todo aquel que enfrenta eventos estresantes desarrolla una enfermedad o muestra un
sistema inmunológico reducido. La vida diaria implica una exposición constante a los
estresores: las expectativas en la escuela o en el trabajo, los problemas en las relaciones,
la enfermedad, el matrimonio, el divorcio y el envejecimiento, por nombrar algunas.
¿Por qué sólo algunos individuos contraen un trastorno físico cuando son expuestos a
estresores? En esta sección, utilizaremos el modelo de vías múltiples para explorar
algunas dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y socioculturales del proceso de
la enfermedad, como se muestra en la figura. Las dimensiones interactúan entre sí y se
combinan de diferentes maneras que resulta un trastorno específico (SUE, D. WING)

ESTRÉS

1). DIMENSIÓN BIOLÓGICA: Los estresores pueden producir directamente


cambios fisiológicos por medio de la liberación de neurohormonas (epinefrina,
noradrenalina, catecolaminas y cortisol). Estas neurohormonas, junto con la activación
del sistema nervioso simpático, preparan al cuerpo para una acción de urgencia
aumentando el ritmo cardiaco, la respiración estado de alerta y la vulnerabilidad
disminuida a la inflamación. Esta preparación ayuda a los seres humanos a responder
con rapidez ante una situación de crisis. Sin embargo, cuando tal activación ocurre en
un periodo extenso, es posible desarrollar un trastorno psicofisiológico (Stone et al.,
2000; White y Moorey, 1997).
Como se mencionó antes, las condiciones físicas como dolores de cabeza, asma,
hipertensión y funcionamiento inmunológico, pueden tener un componente genético.
Además, la exposición al estrés crónico conduce a la activación continua de los sistemas
hipotalámico-pituitario-adrenal y la liberación de hormonas del estrés que contribuyen a
los trastornos psicofisiológicos y a debilitar el sistema inmunológico. Es posible que las
influencias ambientales tempranas, como las experiencias traumáticas en la niñez,
también produzcan modificaciones en la estructura cerebral y en los sistemas de
respuesta al estrés neurobiológico, lo que resulta en una mayor vulnerabilidad al
desarrollo de un trastorno psicofisiológico (Anda et al., 2006).
2) DIMENSIONES PSICOLÓGICAS: Las características psicológicas y de la
personalidad también pueden mediar los efectos de exposición a los estresores. Por
ejemplo, un estudio longitudinal con empleados restantes, después de que casi la mitad
del personal fue despedido durante un recorte, mostró que aunque dos tercios
desarrollaron problemas de salud, un tercio parecía prosperar. Los individuos que lo
hicieron bien tenían tres características: 1) compromiso: intervienen en los cambios
continuos en lugar de rendirse y sentirse aislados; 2) control: hicieron intentos para
influir en las decisiones y se negaron a sentirse impotentes, y 3) desafío: veían los
cambios como oportunidades (Maddi, 2002).
DEPRESIÓN: Condiciones psicológicas como la depresión pueden influir tanto en el
funcionamiento fisiológico como en las conductas que afectan la salud.
IMPOTENCIA O CONTROL El control y la percepción de control sobre un ambiente
y sus estresores parecen mitigar los efectos del estrés
AUTOEFICACIA Otra variable cognitiva que parece tener un impacto en la
enfermedad es la creencia de que uno tiene la capacidad de tomar acción para alcanzar
ciertas metas o causar un cambio.
HOSTILIDAD La hostilidad se ha implicado en varios trastornos fisiológicos, en
particular la enfermedad coronaria del corazón (Richards et al., 2000).
OPTIMISMO El optimismo, otro estado cognitivo, parece mediar también el impacto
de una enfermedad y ayudar a las personas a enfrentar eventos intensamente estresantes
y que ponen en peligro la vida”

3) DIMENSIONES SOCIOCULTURAL: Los conflictos con estándares sociales, la


discriminación y las expectativas culturales pueden tener un impacto significativo en la
salud. Las mujeres son más propensas a ser afectadas por el estrés debido a su papel
como cuidadoras de niños, parejas y madres (Stambor, 2006). Las mujeres que dijeron
sufrir un alto estrés laboral o que consideraban deficientes sus relaciones con sus jefes
tenían niveles más altos de fibrinógenos que los que se han encontrado entre otras
empleadas. El fibrinógeno, un compuesto de coagulación de la sangre, interviene en el
desarrollo de las enfermedades coronarias al contribuir a la aterosclerosis y la formación
de coágulos de sangre (SUE…)

4) DIMENSIONES SOCIAL: La enfermedad coronaria, el funcionamiento


inmunológico dañado y otros resultados adversos de salud, se han asociado con una
variedad de estresores sociales. Los hombres divorciados o separados tienen más
enfermedades físicas que los casados (Eaker et al., 2007), y los que estaban separados o
divorciados y se preocupaban con pensamientos referentes a sus exparejas mostraban un
nivel bajo de funcionamiento inmunológico. El número y la calidad de las relaciones
sociales también podrían afectar nuestra vulnerabilidad a las enfermedades, y la
percepción o interpretación que una persona hace de un evento también es importante
(SUE…)

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