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CAP.

I: INTRODUCCIÓN GENERAL 1

I.1.- PROCESOS PATOLÓGICOS REPRODUCTIVOS

Las patologías reproductivas son una de las causas más importantes de pérdidas
económicas en el sector vacuno, debido a los costes directos por tratamientos, gastos de
reposición y servicios veterinarios y a los costes indirectos, por disminución de las
producciones (Anderson, 2000; Espí y cols., 2000).

El aborto es una de las consecuencias más graves de estos procesos y su


etiología muy difícil de identificar. Los abortos, suelen ser la consecuencia de procesos
que se pueden desarrollar semanas e incluso meses antes, de tal forma que la causa
puede haber desaparecido en el momento del mismo. Igualmente, el feto puede ser
retenido en el útero durante un largo período tras producirse su muerte, apareciendo
fenómenos de autolisis que facilitan la proliferación de diversos microorganismos y que
dificultan la viabilidad del agente etiológico y la observación de lesiones (Espí y cols.,
2000; Suárez, 2003).

La variación de la prevalencia de los distintos agentes infecciosos, entre


poblaciones, se debe a factores como: las condiciones ambientales, el tipo de
producción, la alimentación, el manejo, el movimiento de animales, las poblaciones
silvestres del entorno, los métodos de diagnóstico de laboratorio disponibles y la calidad
de las muestras empleadas en dicho diagnóstico (Anderson, 2000; Espí y cols., 2000).

Las patologías reproductivas tratadas en este estudio: diarrea vírica bovina


(BVD), rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR) y neosporosis bovina, son las incluídas
en los programas de control de las Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganadera
(ADSG) de Galicia.

Así, la BVD es una enfermedad ampliamente difundida y su implicación,


probada en muchos de los abortos estudiados en nuestra comunidad autónoma (Eiras y
cols., 1999; Mora y cols., 2000). La inclusión de esta enfermedad en los programas de
2 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

las ADSG es la respuesta, de la administración autonómica, a la demanda por parte del


sector, debido a las graves pérdidas económicas generadas por este proceso.

Por otra parte, aunque en la actualidad la IBR no parece ser problemática en


Galicia, el abandono de la vacunación sistemática en los últimos años, el hecho de estar
incluída en la lista de enfermedades de declaración obligatoria de la Organización
Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la existencia de programas de control y/o
erradicación en muchos países de nuestro entorno, que pueden suponer trabas en el libre
comercio de animales en el mercado común, justifican la inclusión de esta enfermedad
en los programas sanitarios de las ADSG.

Por último, la neosporosis bovina se reveló, recientemente, como la causa más


importante del aborto bovino y ya es probada, su implicación en muchos de los abortos
estudiados en Galicia y en otras regiones ganaderas importantes (Espí y cols., 2000;
Mora y cols., 2000). Su reciente descubrimiento, conlleva la existencia de muchas
incógnitas sobre sus mecanismos patológicos, así como la necesidad de desarrollar
técnicas de diagnóstico de laboratorio adecuadas.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 3

I.2.- DIARREA VÍRICA BOVINA (BVD)

La BVD es una enfermedad infectocontagiosa, del ganado vacuno, de


distribución mundial, descrita por primera vez en Estados Unidos (Olafson y cols.,
1946). En 1953, se describió un nuevo proceso que recordaba a la BVD, pero se
diferenciaba de ella porque afectaba a pocos animales y la letalidad era muy elevada. Se
denominó enfermedad de las mucosas (MD), por las lesiones erosivas que se observaron
(Ramsey y Chivers, 1953). En 1961, se pudo demostrar que el virus aislado de un
animal que padecía la MD era el mismo que el de la BVD, con lo que se pasó a definir
como el síndrome BVD/MD, que engloba a un grupo de procesos clínicos con etiología
común (Gillespie y cols., 1961).

I.2.1.- ETIOLOGÍA

El virus de la diarrea vírica bovina (BVDV) pertenece a la familia Flaviviridae,


género Pestivirus. En este género se incluyen otros virus, como el de la peste porcina
clásica (PPC) y el de la enfermedad de la frontera del ganado ovino (BD).

El virión posee una envoltura lipídica, con tres glicoproteínas (gp) estructurales
(gp48/E0; gp25/E1; gp53/E2). La gp53/E2 es la responsable de la formación de
anticuerpos (Acs) neutralizantes (Álvarez, 1997; Boulanger y cols., 1992). La cuarta
proteína estructural (p14/C) se halla en la nucleocápside icosaédrica. El genoma vírico
se organiza en una cadena simple de ácido ribonucleico (RNA), de polaridad positiva,
con 12,5-16,5 Kilobases. Presenta regiones de alta variabilidad que codifican para las 4
proteínas estructurales anteriormente mencionadas y para 7 no estructurales (p20/Npro,
p7, p125/NS2-3, p10/NS4A, p32/NS4B, p58/NS5A, p25/NS5B) (fig. 1.1).

La p20/Npro es característica del género Pestivirus y tiene actividad proteolítica.


De la p7 no se conoce exactamente su función pero parece estar relacionada con la
infectividad del virus. La p125/NS2-3, por su carácter proteolítico, participa en la
4 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

escisión del resto de las proteínas no estructurales, al igual que la p10/NS4A. La


p32/NS4B parece tener un papel en la citopatogenicidad de las cepas citopáticas. Por
último, la p58/NS4A interviene en la síntesis del RNA vírico y la p25/NS5B tiene
actividad RNA polimerasa (Lai y cols., 1999).

5´UTR p14/c gp25/E1 p7 p10/NS4A 3´UTR

NCP gp53/E2 p125/NS2-3 p58/NS5A p25/NS5B

p20/Npro gp48/E0 p32/NS4B

p54/NS2 p80/NS3 CP

Figura 1.1.- Organización del genoma del BVDV.

Existen dos biotipos (formas de presentación diferentes) según el efecto que


desarrollan en los cultivos celulares (Lee y Gillespie, 1957): no citopático (NCP) y
citopático (CP). Las cepas CP producen la lisis celular al cabo de 2-3 días pos-
inoculación (Hoff y cols., 1997). El biotipo NCP constituye el 90-95% de los aislados y
es el único que produce infección persistente al poder atravesar la placenta e infectar al
feto (Dubovi, 1992; Kampa, 2006). El biotipo CP se asocia únicamente a la MD
(Boulanger y cols., 1992).

Serológicamente, los dos biotipos no se distinguen, pero sí lo hacen atendiendo a


ciertas proteínas no estructurales. La cepa NCP contiene la p125/NS23 que se produce
en gran cantidad en la célula infectada durante la replicación del virus (Álvarez y Arias,
2000; Deregt y Leewen, 1995). La cepa CP también presenta la p125/NS23, pero en
menor cantidad, ya que normalmente se escinde para producir la p80/NS3 y la p54/NS2
(Boulanger y cols., 1992). La p54/NS2 se puede encontrar también en la cepa NCP,
pero la p80/NS3 es exclusiva de la CP, por tanto es un antígeno (Ag) específico de la
misma (Álvarez, 1997; Boulanger y cols., 1992).

Comparando las secuencias genómicas de las cepas del virus se pudieron


establecer dos genotipos: BVDV-1 y BVDV-2. El BVDV-1 o clásico, posee 14
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 5

subtipos identificados (Giangaspero y Harasawa, 2004). El BVDV-2, con 4 subtipos


reconocidos, está asociado al síndrome hemorrágico y a las formas agudas y graves
(Giangaspero y Harasawa, 2004; Hamers y cols., 2001). En un estudio realizado en
España sobre 24 aislados del BVDV (Arias y cols., 2003) y en otro realizado en Galicia
a partir de 15 animales persistentemente infectados (PI) (Diéguez-Casalta, 2007) no se
evidenció la presencia de este genotipo. Aún así, no se puede descartar la existencia en
nuestro territorio de BVDV-2 ya que Galicia, es un gran importador de ganado de países
como Alemania o Francia, en donde ya se identificaron virus de dicho genotipo (Vilcek
y cols., 2004). Igualmente, en el vecino Portugal, ya se identificaron virus del BVDV-2
(Barros y cols., 2006).

I.2.2.- EPIDEMIOLOGÍA

I.2.2.1.- Prevalencia

La BVD es una enfermedad de distribución mundial con grandes diferencias


regionales, siendo endémica en los países con mayor producción bovina y alta densidad
de rebaños (Alenius y cols., 1996).

En los países que no realizan programas de control de la BVD existe una gran
variación regional con un rango de prevalencia por rebaño del 29,2-98% (29,2%-36%
Portugal; 56,1%-98% Italia; 70% Lituania; 57% Escocia), situación que se repite en
otras zonas antes de la implementación de programas de control 19-90% (60% Bretaña;
46% Suecia; 60-90% Alemania; 19% Noruega; 64% Dinamarca) salvo en el caso de
Finlandia con una prevalencia inicial del 1% (tabla 1.1).
6 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Área Año P. an (%) P. reb (%) Autores


Alto Minho (Portugal) 27,0 29,2 Niza y cols., 2004; 2005
Norte Portugal 30,0 36,0 Soares y cols., 2006
Roma (Italia) 1999 56,1 Ferrari y cols., 1999
Piamonte (Italia) 2003 78,0
Campania (Italia) 2004 79,0 Guercio y cols., 2004
Sicilia (Italia) 2004 98,0
Norte Italia 1999 91,0 Luzzago y cols., 1999
Bretaña (Francia) 1998-2004 60,0-33,0 Joly y cols., 2005
Hult y Lindberg, 2004
Suecia 1991-2005 46,0-4,0
Niskanen y cols., 1991
Sajonia (Alemania) 1994 60,0 Gaede y cols., 2004
Norte Alemania 2004 90,0 Eiken y cols., 2004
Eslovenia 1999 17,8 Grom y Barlic-Maganja, 1999
Lituania 2004 70,0 Mockeliuniene y cols., 2004
Austria 2005 42,7 Rossmanith y cols., 2005
Noruega 1991 19,0 Loken y cols., 1991
Dinamarca 1991 64,0 Houe y Meyling, 1991
Escocia 1999 57,0 Synge y cols., 1999
Nuotio y cols., 1999
Finlandia 1999-2003 1,0- 0,2
Rikula y cols., 2005
Tabla 1.1.- Estudios de seroprevalencia de la BVD en Europa. P.an= prevalencia por animal. P.reb=
prevalencia por rebaño.

En las regiones que aplican programas de control, se observó una evolución


favorable en el tiempo. Son ejemplos los casos de Bretaña 60%-33% (1998-2004),
Suecia 46%-4% (1991-2004) y Finlandia 1%-0,15% (1991-2003). Otros países que
también desarrollan en la actualidad programas de lucha son Alemania, Eslovenia,
Noruega y Dinamarca (tabla 1.1).

En España existen varios estudios de seroprevalencia en diferentes zonas y


comunidades ganaderas que evidencian la amplia difusión de la BVD (tabla 1.2).

Área Año Población P. an (%) P. reb (%) Autores


A Coruña 2001 Leche 57,1 Guitián, 2001
Asturias 1988 General 48,8 84,4 Prieto, 1988
Asturias 2001 Leche 21,1 86,0 Mainar-Jaime y cols., 2001
Andalucía 1997 Carne (extensivo) 100,0 Gómez-Pacheco y cols., 1997
Andalucía 2006 General 42,3 70,9 Gómez-Pacheco y cols., 2006
León 1994 Leche 51,3 91,5 Álvarez y cols., 1994
Extremadura 1997 General 53,3 Marín, 1997
Madrid 2004 General 65,6 94,2 Vega y cols., 2004
Tabla 1.2.- Estudios de seroprevalencia de la BVD en España. P.an= prevalencia por animal. P.reb= prevalencia
por rebaño.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 7

I.2.2.2.- Factores de riesgo

La fuente principal de difusión y mantenimiento de la infección son los PI que


eliminan el virus en secreciones y excreciones (saliva, semen, orina, leche, etc.) de
forma continua y en grandes cantidades a lo largo de toda su vida (Houe, 1999;
Niskanen y cols., 2000; Radostits y Littlejohns, 1988).

Otra fuente de contagio, aunque menos eficaz, son los animales en la fase aguda
de la infección, que eliminan el virus durante 4-10 días post-infección (p.i.) y en menor
cantidad que los PI (Duffell y Harkness, 1985).

También es importante señalar el hecho de la existencia de otras especies que


pueden ser reservorio del BVDV como son: el ovino, caprino, otros rumiantes
domésticos o silvestres y el cerdo (Arias y cols., 2003; Baker, 1987; Duncan y cols.,
2008; Moennig, 1990).

El empleo de vacunas vivas, en hembras gestantes seronegativas, puede


provocar el nacimiento de un PI al ser capaz, el virus de la vacuna, de atravesar las
barrera transplacentaria (Corrales y cols., 2001; Ruiz y cols., 1996). Igualmente, las
operaciones quirúrgicas, con instrumental contaminado, también pueden ser vehículos
de infección (vía yatrogénica) (Corrales y cols., 2001). Se comprobó, por ejemplo, la
transmisión por el empleo de la misma aguja en animales seropositivos tras haberla
usado previamente en un animal PI. Se observó la viabilidad del virus hasta 3 días en la
aguja (Guun, 1993). Igualmente, mediante el empleo de un guante de exploración rectal
en una hembra PI, se comprobó la transmisión a 8 hembras seronegativas en las que se
usó el mismo guante (Lang-Ree y cols., 1994).

La forma más frecuente de transmisión entre rebaños es la incorporación de un


PI, una hembra gestante que porte un PI o un animal en la fase aguda de la infección.
Otras formas de transmisión son el empleo de semen o embriones infectados (monta
natural, inseminación artificial o transferencia de embriones) (Álvarez-Martínez y cols.,
2002; Meyling y Jensen, 1988; Voges y cols., 1998).
8 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

La transmisión dentro de los rebaños, como ya comentamos anteriormente, se


debe principalmente a los PI, siendo la vía de contagio más frecuente la oro-nasal y en
menor medida el semen, orina y heces (Houe, 1999; Nettleton y Entrican, 1995). Así
mismo, se comprobó, de forma experimental, que algunas moscas hematófagas pueden
transmitir la enfermedad (Guun, 1993; Tarry y cols., 1991).

I.2.3.- PATOGENIA Y CUADRO CLÍNICO

Debido a la afinidad del BVDV por las células inmunocompetentes, se produce


una inmunosupresión transitoria, en los animales con infección aguda o una respuesta
inmunológica alterada permanentemente, en los PI (Moennig, 1990). Estos animales son
más sensibles a otros procesos, dando lugar a enfermedades concomitantes o
secundarias, que hacen todavía más variado el cuadro clínico relacionado con la BVD
(Baker, 1987; Gómez-Pacheco, 1999).

Dependiendo de la vía de entrada, el virus se puede multiplicar en la mucosa de


las vías respiratorias altas o en el tejido ovárico y testicular, produciéndose
posteriormente la diseminación sistémica a todos los órganos (con preferencia del
sistema linfoide), bien como virus libre en suero, bien asociado a células sanguíneas de
la serie blanca, sobre todo linfocitos y monocitos. La viremia comienza a los 4-5 días
p.i. y se mantiene hasta el día 15 p.i. (Baker, 1995).

I.2.3.1.- Infección aguda

Se considera que en un 70-90% de los casos los animales no presentan


manifestaciones clínicas (Baker, 1987; Gómez-Pacheco, 1999).

La infección aguda produce una respuesta inmune, tanto celular como humoral,
de larga duración. Los Acs neutralizantes son detectables, generalmente, entre la 2ª y 4ª
semana p.i., alcanzan su título máximo entre la 5ª-10ª semana p.i. y persisten
prácticamente toda la vida del animal (Baker, 1987; Howard, 1990; Prieto, 1991). Esta
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 9

respuesta inmune es muy específica, por lo que los animales se pueden reinfectar con
cepas diferentes antigénicamente (Baker, 1995; Howard, 1990).

El cuadro de diarrea vírica bovina, afecta fundamentalmente a animales entre


los 6 meses y los 2 años de edad y aunque la morbilidad es elevada, la letalidad es muy
baja o nula. Tras un período de incubación, de 5 a 7 días, los animales presentan fiebre
moderada, leucopenia, depresión, anorexia, flujo nasal, disminución de la producción
láctea y a veces diarrea. En algunas ocasiones, también se pueden observar úlceras o
erosiones en la cavidad bucal. Los animales desarrollan Acs neutralizantes contra el virus
y se recuperan en pocos días (Baker, 1995).

La infección venérea puede producir una disminución en la tasa de concepción,


abortos y reabsorciones fetales que se traducen en un aumento de la repetición de celos.
Los toros infectados excretan el virus en el semen de manera continua o transitoria, más
allá del período de viremia, debido a la multiplicación local del virus en la vesícula
seminal y en la próstata (Baker, 1987).

El síndrome hemorrágico se describió por primera vez, en Estados Unidos


(Rhebhun y cols., 1989), asociado a la infección aguda por el BVDV, pero con
trombocitopenia grave y hemorragias. Los virus aislados hasta el momento como
causantes de este proceso pertenecen al genotipo 2 (Baker, 1995; Deregt y Loewen,
1995). Afecta a animales adultos y se caracteriza por la presencia de diarrea
sanguinolenta, hemorragias petequiales, equimosis en mucosas, fiebre y leucopenia.
También se pudo observar, que los animales a los que se les inyectaba el tratamiento por
vía parenteral, sangraban en el punto de inoculación (Baker, 1995).

La infección aguda grave se describió por primera vez, en el Reino Unido


(Hibberd y Turkington, 1993), asociado a una cepa NCP del genotipo 2, que afectaba a
animales de todas las edades dentro de la explotación (Baker, 1995; Deregt y Loewen,
1995). Clínicamente se observó anorexia, pérdida de producción láctea, diarrea profusa,
cojeras, erosiones en lengua y faringe y una elevada letalidad (De la Fuente y cols.,
1996).
10 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.2.3.2.- Infección fetal

El BVDV en raras ocasiones infecta a fetos de vacas seropositivas por


exposición natural al virus. Parece, por lo tanto, que los Acs maternos son capaces de
prevenir la infección transplacentaria (Brock, 2003; Duffell y cols., 1984). En la
inmunización derivada de la vacunación, la protección fetal no se puede garantizar,
especialmente si la pauta de vacunación no es rigurosa (Cortesse y cols., 1998; Graham
y cols., 2004). En el caso de hembras seronegativas gestantes, si sufren una infección
aguda, en la mayoría de los casos, se produce una infección transplacentaria. Las
consecuencias de la infección de estas hembras seronegativas dependen, sobre todo, del
momento de la gestación en que se produce la infección (Baker, 1987; Baker, 1995; De
la Fuente y cols., 1996).

Así, si la infección se produce en los primeros 125 días de gestación, puede


ocasionar la muerte embrionaria, abortos o la consecuencia más grave que es, el
nacimiento de un PI. El feto posee un sistema inmune inmaduro que no le permite
reaccionar ante la presencia del virus, desarrollando inmunotolerancia. La mayor
frecuencia de desarrollo de PI se produce entre el día 30 y 90 de gestación, reduciéndose
la probabilidad a medida que la infección fetal se aproxima al día 125 (Roeder y cols.,
1986). Normalmente, los PI, tienen un índice de crecimiento mucho menor y la
mortalidad ronda el 50% en el primer año de vida, ya que la inmunosupresión que
padecen los hace más sensibles a las infecciones (Roth y cols., 1986). Sin embargo,
cada vez es más frecuente la identificación de PI adultos sin ninguna sintomatología
apreciable (Mars y Van Maanen, 2005; Niza-Ribeiro y cols., 2004).

La muerte embrionaria provoca la aparición de celos irregulares y


empeoramiento de los índices reproductivos (McGowan y cols., 1993).

Los abortos son más frecuentes en los 4 primeros meses de gestación aunque
también se han descrito en fases más tardías (Done y cols., 1980; Duffell, 1984; Roeder
y cols., 1986). Los fetos son expulsados, normalmente, entre 10-60 días después de la
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 11

infección por BVDV, por lo que frecuentemente están momificados (Done y cols.,
1980; Scoot y cols., 1973).

Si la infección se produce entre los 125-180 días de gestación, se pueden


observar alteraciones fetales, sobre todo en el sistema nervioso central, por el hecho de
no haberse completado la organogénesis (Duffell y Harkness, 1985). Las alteraciones
más frecuentes son la hipoplasia cerebelar (Brown y cols., 1973; Hewicker-Tratwein,
1995; Scoot y cols., 1973) y las lesiones oculares (Brown y cols., 1975; Roeder y cols.,
1986).

Finalmente, la infección en el último tercio de gestación, rara vez tiene


consecuencias para el feto. Los terneros nacen con normalidad y tienen Acs
neutralizantes (precalostrales) frente al BVDV (Done y cols., 1980).

I.2.3.3.- Enfermedad de las mucosas

La MD se observó, únicamente, en animales PI (cepa NCP) que sufren una


superinfección, con una cepa CP antigénicamente similar (homóloga) o diferente
(heteróloga) a la NCP (Brownlie, 1985) o por recombinación o mutación de la cepa
NCP (Bolin, 1995; Boulanger y cols., 1992).

Existen, clínicamente, dos formas de MD (aguda y crónica), cuya presentación


parece estar relacionada con el grado de homología existente entre las dos cepas que
intervienen en el proceso (Baker, 1995; Gómez-Pacheco, 1999).

La MD aguda afecta a animales entre los 6 meses y los 2 años de edad y la


morbilidad suele rondar el 5%. Cursa con pirexia (40-41ºC), depresión, debilidad,
anorexia, taquicardia, polipnea, disminución de la producción láctea y con el paso de los
días, emaciación y deshidratación. Los animales presentan erosiones en los labios,
encías, lengua, paladar, ollares, cavidad nasal y espacios interdigitales. Estas lesiones
pueden confluir dando lugar a áreas de necrosis que provocan la aparición de úlceras y
12 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

como consecuencia ptialismo, flujo nasal y cojeras. Tras 3 o 4 días, aparece una diarrea
acuosa, profusa y sanguinolenta. Son frecuentes las complicaciones por infecciones
secundarias que agravan el estado del animal. La letalidad es prácticamente del 100% y
se produce entre el 2º día y la 3ª semana p.i., dependiendo de la gravedad de los
síntomas y las lesiones. En casos sobreagudos el animal muere antes de poder observar
la diarrea (Baker, 1987; Bolin, 1995).

La MD crónica se produce en aquellos animales PI en los que las cepas CP y


NCP son antigénicamente diferentes (Bolin, 1995). El proceso se caracteriza por
inapetencia, mal aspecto y pérdida progresiva de peso hasta la emaciación. La diarrea
puede ser continua o intermitente, al igual que el flujo nasal. En ocasiones, se presentan
áreas de alopecia e hiperqueratinización en el cuello, piel perineal, prepucial, vulvar y
en la zona de inserción de los cuernos y en las pezuñas. Estas lesiones no se curan y
pueden derivar en cojeras. Son frecuentes, igualmente, las infecciones secundarias. Los
animales pueden vivir durante meses y mueren como consecuencia de su extrema
debilidad (Baker, 1987; Bolin, 1995).

I.2.4.- DIAGNÓSTICO

La BVD presenta una gran variedad de manifestaciones clínicas que van, desde
los procesos subclínicos, hasta las muertes en los casos más graves, pudiendo
observarse también cuadros entéricos, respiratorios o reproductivos, cuya gravedad
puede variar por la existencia de infecciones secundarias o concomitantes. Esta amplia
variedad de síntomas, hace que el diagnóstico clínico sea muy difícil por lo que, el
diagnóstico de laboratorio y los estudios epidemiológicos, se convierten en herramientas
fundamentales para la identificación del proceso.

I.2.4.1.- Identificación de rebaños infectados

El primer paso, para cualquier programa de control de la BVD, es la realización


de un estudio de prevalencia que permitirá conocer el estado inmunológico del rebaño,
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 13

mediante un muestreo significativo, por grupos de edad. A pesar de que la prueba


serológica de referencia sigue siendo la seroneutralización (SN), la técnica más
frecuentemente empleada es el ELISA de detección de Acs (ELISA-Ac) que permite
muestrear un número grande de animales en poco tiempo y a bajo coste (Rossi y Kiesel,
1971). Por otra parte, la existencia de ELISA-Ac que determinan la presencia de Acs
anti-p80, permite diferenciar los Acs derivados de una infección de campo de los
procedentes de la vacunación con vacunas inactivadas (Álvarez, 1997; Makoschey y
cols., 2007; Niza-Ribeiro y cols., 2005).

Para poder interpretar los resultados serológicos es necesario indicar que la


seropositividad, en el grupo de animales jóvenes mayores de 8 meses, es un indicador
de la existencia de una infección activa (Ferrari y cols., 1999; Houe, 1999). La
aparición de Acs, en los animales menores de 8 meses, puede tener un origen materno
por la ingestión de calostro (Mainar-Jaime y cols., 2001).

I.2.4.2.- Detección de PI

Ante la sospecha de la existencia de circulación vírica es necesaria la


identificación de los animales PI. Se sospechará, en primer lugar, de los animales
seronegativos, aunque pueden existir animales PI con Acs con origen en reinfecciones,
vacunación o calostro (Gómez-Pacheco, 1999; Houe y cols., 2006). La técnica más
empleada es el ELISA de captura de antígeno (ELISA-Ag) que permite el diagnóstico
rápido y barato de un número grande de muestras (Álvarez y Arias, 2000; Dubovi,
1990).

Actualmente, se está extendiendo el empleo de la reacción en cadena de la


polimerasa-retrotranscripción (PCR-RT) en el diagnóstico de rutina, por el aumento de
la oferta comercial y su alta sensibilidad (Se). Permite el empleo de muestras colectivas
(mezclas de sueros de varios animales y leche de tanque (LT)) (Houe y cols., 2006). En
este sentido, un resultado negativo sobre la muestra de LT, permite descartar la
presencia de infección en el grupo de animales en lactación aunque es necesario,
14 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

identificar a los animales que en ese momento estén en el período de secado (Mars y
Van Maanen, 2005; Renshaw y cols., 2000; Sandvik, 1999).

También es fundamental, el control de los animales que nazcan en el primer año


después de la eliminación de la infección del rebaño, para evitar la presencia de nuevos
PI procedentes de animales gestantes en el período de la circulación del BVDV. Una
alternativa, para el diagnóstico de estos animales, es el ELISA-Ag sobre una muestra de
tejido auricular, que en varios estudios realizados presenta una Se y especificidad (Sp)
del 100% (Cornish y cols., 2005; Holmquist y cols., 2004). El empleo de esta muestra
elimina los problemas de interferencias con la presencia de Acs calostrales en el
diagnósitco de Ag a partir de la muestra de suero (Holmquist y cols., 2004;
Huchzermeier y cols., 2004). También se puede emplear la PCR-RT, pero es una
alternativa más cara.

I.2.4.3.- Investigación de fetos y animales muertos

El estudio de los abortos y de los animales muertos en el rebaño, puede ser una
herramienta valiosa para poner de manifiesto la presencia del BVDV.

El aislamiento del BVDV en cultivos celulares, a partir del macerado de


órganos (pulmón, riñón, hígado, bazo, timo, parótida, placenta, etc.) y su posterior
identificación mediante inmunofluorescencia directa (IFD) o inmunoperoxidasa (IP) y,
la IFD sobre cortes histológicos de los órganos anteriormente enumerados, son dos
técnicas de diagnóstico muy empleadas tradicionalmente (Bechmann y cols., 1997). La
elevada Se del aislamiento vírico hace que, aunque este método ya no se emplee mucho
en el diagnóstico rutinario, por su laboriosidad y lentitud, sea la técnica de referencia
para la validación de nuevas técnicas de diagnóstico de laboratorio (Sandvik, 2005). La
IFD, por su parte, es una técnica laboriosa que requiere una gran experiencia en la
interpretación de los resultados (Bechmann y cols., 1997; Ruckerbauer y cols., 1971).

En las últimas décadas, estos métodos se han visto, en parte, sustituidos por
otros métodos como son, el ELISA-Ag y la PCR-RT, que permiten el diagnóstico de un
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 15

número amplio de muestras en poco tiempo. En el primer caso, a bajo coste y en el caso
de la PCR-RT, con una alta Se (Afshar y Eaglesome, 1990; Álvarez y Arias, 2000;
Vilcek y cols., 2001).

La identificación del BVDV en fetos es muy difícil ya que, en muchas


ocasiones, la muerte del feto y su expulsión, están muy separadas en el tiempo con lo
que el virus ya no está presente (Ellis y cols., 1995; Prieto, 1991).

La detección de Acs específicos frente al BVDV en los líquidos fetales, permite


sospechar de una infección transplacentaria, cuando el feto ya es inmunocompetente. El
análisis del suero de la madre, puede ser, igualmente, una fuente de información para el
diagnóstico de la BVD (Anderson, 2000; Eiras y Méndez, 1999).

I.2.5.- CONTROL Y PREVENCIÓN

Los esfuerzos para la lucha contra la BVD deben dirigirse hacia la prevención y
el control de la infección. El diagnóstico precoz es la piedra angular en la lucha contra
la enfermedad, junto con medidas de manejo y bioseguridad que minimicen los factores
de riesgo (Gómez-Pacheco y cols., 2006; Mainar-Jaime y cols., 2001).

Otro punto fundamental, para el éxito de cualquier actuación, es la implicación


de los ganaderos que son los que tienen contacto directo y diario con el ganado y deben
aplicar todas las medidas necesarias (Alenius y cols., 1996; Driskell y Ridpath, 2006).

I.2.5.1.- Clasificación de los rebaños según su estado sanitario

Para poder establecer un programa de control y prevención de la BVD, el primer


paso, es la clasificación de los rebaños según su situación sanitaria. El análisis
serológico de los animales por grupos de edad, permite conocer la existencia de una
infección y la antigüedad de la misma (Houe, 1999).
16 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Los rebaños se pueden agrupar en tres categorías: Rebaños no infectados en los


que los animales nacidos en la explotación son seronegativos. En España son muy
escasos y generalmente corresponden a explotaciones pequeñas, aisladas y cerradas
(Vega y cols., 2004). Rebaños con infección reciente que tienen animales entre 8
meses y 2 años, nacidos en la explotación, seropositivos. Rebaños con infección
antigua en los que sólo existen animales seropositivos, nacidos en la explotación,
mayores de 2 años (Houe, 1999).

I.2.5.2.- Identificación de animales infectados

Si existe una alta prevalencia en el rebaño o animales seropositivos, en todos los


grupos de edad, es probable que exista al menos un PI (Álvarez, 1997; Houe y cols.,
1995).

En los rebaños en los que se sospecha de la presencia de una infección activa es


necesario proceder a la identificación de los PI y de los animales con viremia
transitoria, mediante las técnicas de diagnóstico directas y/o indirectas, mencionadas
en el apartado de diagnóstico (Alenius y cols., 1996; Baker, 1987).

I.2.5.3.- Vigilancia y monitorización

En las explotaciones no infectadas, con infecciones antiguas o en las que se haya


eliminado una infección reciente, es fundamental evitar las reinfecciones mediante el
establecimiento de medidas de bioseguridad sobre el movimiento de animales y
personas. Es fundamental, igualmente, conocer la situación de los rebaños con los que se
relacionan (pastos y caminos comunes, vecindad, etc.) (Álvarez-Martínez y cols., 2002;
Mainar-Jaime y cols., 2001; Rikula y cols., 2005).

Es necesaria la realización de cuarentenas de las incorporaciones, para poder


realizar los análisis de laboratorio necesarios (detección de Ag y Ac) y controlar, la
aparición de síntomas de enfermedad. Las hembras preñadas deberían ser aisladas en el
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 17

momento del parto hasta poder descartar al ternero como PI (Alenius y cols., 1996;
Álvarez-Martínez y cols., 2002; Baker, 1987).

Si aún aplicando estas medidas el riesgo de infección sigue siendo alto (zonas de
alta prevalencia o densidad de rebaños) se puede recurrir a un programa de
vacunación adaptado a cada situación (Gómez-Pacheco, 1999; Houe y cols., 2006).

Para realizar una vigilancia en el tiempo y así conocer la evolución de


infecciones y poder detectar las reinfecciones en un rebaño, es necesario aplicar técnicas
de monitorización del rebaño.

En los rebaños de leche, el análisis periódico de la LT, es la alternativa más


barata para la monitorización ya que, es probada la buena correlación existente entre los
niveles de Acs en el tanque con la seroprevalencia en el rebaño, salvo excepciones
(Houe y cols., 2006; Joly y cols., 2005; Niskanen, 1993). El análisis seriado de esta
muestra, permite la detección de variaciones en dichos niveles de Acs y por tanto, la
identificación de nuevas infecciones (Houe, 1999, Lindberg y cols., 1999). En algunas
ocasiones, las variaciones no son detectables en el momento de la entrada de una nueva
infección por lo que, para evitar esta situación, sería recomendable la alternancia del
análisis del tanque con el de los animales jóvenes del rebaño (Bitsch y cols., 2000;
Ferrari y cols., 1999; Houe y cols., 2006).

En los rebaños de carne la monitorización deberá realizarse mediante en análisis


periódico de los animales jóvenes (Houe y cols., 2006).

I.2.6.- IMPACTO ECONÓMICO

Las pérdidas económicas en un rebaño, debidas al BVDV, son difíciles de


cuantificar ya que, las consecuencias de una infección dependen de factores como la
virulencia de la cepa, el estado inmunitario del rebaño y el estado reproductivo de los
animales afectados (Houe, 1999).
18 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Las principales pérdidas económicas se deben a la disminución de la producción


láctea y cárnica, al empeoramiento de los índices reproductivos y al incremento en la
aparición de otras enfermedades. También es importante el incremento de los gastos por
tratamientos veterinarios directos o derivados de las infecciones secundarias (Corrales y
cols., 2001; Greiser-Wilke y cols., 2003; Houe, 2003) y para la eliminación de la
infección del rebaño (Djkhuizen y cols., 1995).

El riesgo de enfermedades respiratorias se puede incrementar del 2% al 5%,


mientras que el riesgo de otras enfermedades, principalmente diarreas neonatales, puede
elevarse entre el 1% y el 10% (Diéguez y cols., 2009; Houe, 2003).

Se estima que el BVDV es responsable del 10% de los abortos que se producen
en el ganado vacuno de España (Aduriz y cols., 1999). Un trabajo realizado en Galicia,
sobre 132 fetos bovinos, demostró la presencia del BVDV en el 10,6% de ellos,
mediante la técnica de IFD (Mora y cols., 2000).

También se comprobó la asociación entre la presencia de BVD con el


incremento de mamitis clínicas, retención placentaria y aumento de tratamientos para
estimular el celo. El BVD aumenta el período entre partos por las implicaciones
reproductivas que produce (Fourichon y cols., 2007; Niskanen y cols., 1995).

Así mismo, el aumento de los gastos de reposición externa por la disminución de


los nacimientos, el aumento de la mortalidad y la eliminación prematura de animales
infectados, incrementan igualmente, las pérdidas (Duffell y cols., 1986; Houe, 2003).

Existen varios trabajos europeos que proponen modelos para la estimación de las
pérdidas económicas en rebaños y poblaciones según la aptitud, tamaño de rebaños
situación epidemilógica, etc. Estos trabajos revelaron el alto coste económico que
supone, para un rebaño, la presencia de una infección activa por BVD (Houe, 2003;
Stott y cols., 2003; Swasdipan y cols., 2004).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 19

I.3.- RINOTRAQUEÍTIS INFECCIOSA BOVINA (IBR)

La IBR/Vulvovaginitis pustular infecciosa (IPV)/Balanopostitis pustular


infecciosa (IPB) es una enfermedad infectocontagiosa, de difusión mundial, con grandes
variaciones de prevalencia y presentación. Su agente etiológico fue descubierto en 1956
(Madin y cols., 1956).

I.3.1.- ETIOLOGÍA

La IBR está producida por el herpesvirus bovino tipo 1 (BHV-1), género


Herpesvirus, familia Herpesviridae que, como el resto de los géneros de la subfamilia
Alphaherpesvirinae (Simplexvirus y Varicellovirus) a la que pertenece, se caracteriza
por poseer un alto rango de hospedadores, un ciclo reproductivo corto, rápida
propagación en cultivos celulares y la capacidad para establecer infecciones latentes
(Muylkens y cols., 2007).

El virión está formado por una doble cadena lineal de ácido desoxirribonucleico
(DNA) con 135.000-140.000 pares de bases. El genoma está compuesto por un
segmento largo (UL) y un segmento corto (US) (Muylkens y cols., 2007; Schynts y cols.,
2003) (fig.1.2). La cápside es icosaédrica y con una envoltura lipídica con proyecciones
en forma de espículas. El diámetro varía entre los 150-200 nm (Leuzinger y cols., 2005;
Santurde y Tabares, 1995; Valícek y Smíd, 1976). A medida que los equipos de
investigación se fueron perfeccionando, se pudieron estudiar las principales proteínas.
Así, se identificaron 38 proteínas estructurales y entre 5 y 15 no estructurales (Metzler y
cols., 1986; Misra y cols., 1981). Las proteínas estructurales más destacadas, son las 5
gp (gB, gC, gD, gE y gG), que están implicadas en todos los estadíos de la infección.
Las gB, gC y gD producen respuesta inmunitaria. Así la gB provoca la formación
temprana de Acs neutralizantes mientras que en la gC y gD dicha respuesta es más
tardía y variable (Baranowsky y cols., 1996; Li y cols., 1995; Van Drunen-Littel-Van
den Hurk y Babiuk, 1986).
20 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Mediante el análisis de endonucleasas de restricción se establecieron 3 subtipos


(1, 2 (a, b) y 3) que se diferencian por la presencia de uno o varios epitopos (Engels y
cols., 1981; Metzler y cols., 1985). Parece probado que el subtipo 1 se excreta en títulos
más altos y se disemina con más eficacia (Wentiuk y cols., 1993). Aunque los subtipos
1 y 2a se suelen asociar con las formas respiratorias, el 2b con las formas reproductivas
y el subtipo 3 con encefalitis (Wentiuk y cols., 1993), las formas de presentacion,
podrían estar más relacionadas con la vía de entrada, que con el subtipo (Jones y
Chowdhury, 2008).

UL Us

Figura 1.2.- Organización del genoma del BHV-1.

I.3.2.- EPIDEMIOLOGÍA

I.3.2.1.- Prevalencia

La IBR es una enfermedad de distribución mundial con grandes diferencias de


prevalencia entre países. La morbilidad que puede llegar al 100% y la letalidad varían
con la edad, la gravedad y la presencia de otras enfermedades secundarias que
compliquen el proceso (Suárez y cols., 1995).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 21

Borchers en 2006, estableció una prevalencia en Europa entre el 10-80% de los


rebaños. Finlandia, Noruega, Suecia, Austria, Dinamarca, Suiza y Bolzano (Italia), tras
la aplicación de programas de erradicación durante décadas, están reconocidas por la
OIE como zonas libres de IBR desde 2003. En Alemania, tras un programa de control
iniciado en 1997 y uno de erradicación que comenzó en 2002, la prevalencia por rebaño
descendió desde el 50% en 1996, hasta el 29,2% en 2004, con grandes diferencias
regionales (Teuffer, 2006). Otros países como Hungría, Holanda, Bélgica y Francia
también están adoptando medidas de lucha contra la IBR (Ackerman y Engels, 2006;
Pálfi y Földi, 2006) (tabla 1.3).

Área (país) Año Población P. an (%) P. reb (%) Autores


Alto Miño (Portugal) 2006 Carne (monte) 47,2 Soares y cols.,2006
Venetto (Italia) 1999 Carne 47,0 Nardelli y cols.,1999
Italia 2006 General 61,0 Cavinari, 2006
Hungría 1993 Leche 64,1 79,3 Tekes y cols., 1999
Holanda 1996 General 70,3 Muñoz, 2005
Bélgica 2000 Leche/carne/mixta 84,0/53,0/89,0 Boelaert y cols., 2000
Alemania 2004 General 29,2 Teuffer, 2006
Reino Unido 1996 General 50,0 Muñoz, 2005
Francia 1996 General 10,0 Muñoz, 2005
Tabla 1.3.- Estudios de seroprevalencia de la IBR en Europa. P.an= prevalencia por animal. P.reb= prevalencia por rebaño.

La situación en España es difícil de conocer porque los trabajos existentes se


refieren a poblaciones o aspectos de la enfermedad muy concretos. Aún así, dichos
trabajos permiten evidenciar la difusión de la enfermedad (tabla 1.4).

Área Año Población P. an (%) P. reb (%) Autores


A Coruña 2001 Leche 49,4 Guitián, 2001
Asturias 1991 Leche 23,0 Prieto, 1991
Asturias 1998 Leche y mixto 17,3 Guitián y cols., 1998
Asturias 2006 General 55,0 Fernández-Cabezas, 2007
Cantabria 2006 General 40,0 75,0 Fernández, 2007
País Vasco 2006 General 25,0 45,8,0 Juste, 2007
Andalucía 1997 Carne (extensivo) 96,0 Gómez-Pacheco y cols., 1997
España 1995 General 30,0 50,0 Suárez y cols., 1995
España 1988 Leche 54,0 Espuña y cols., 1988
Tabla 1.4.- Estudios de seroprevalencia de la IBR en España. P.an= prevalencia por animal. P.reb= prevalencia por
rebaño.

En la actualidad, existe un programa de control a nivel nacional, en elaboración,


que permitirá conocer la situación de la IBR en España, para poder aplicar las medidas
de lucha y control más adecuadas y de manera más uniforme, en todo el territorio
nacional.
22 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.3.2.2.- Factores de riesgo

Los responsables del mantenimiento y difusión de la enfermedad son los


animales con infección aguda o con infección latente reactivada (Borchers, 2006;
Pritchard y cols, 2003, Suárez y cols., 1995).

El hospedador principal y única especie responsable de la diseminación del virus


es el ganado vacuno aunque, también se observaron signos clínicos en caprino y la
presencia de Acs neutralizantes en ovejas, cabras y rumiantes silvestres (Ackermann y
cols., 1986; Ackermann y Engels, 2006; Hasler y Engels, 1986).

Los ruminantes silvestres y las garrapatas podrían actuar como reservorio del
virus durante períodos prolongados de tiempo (Taylor y cols., 1982).

Las principales rutas de infección son la nasal y la monta natural o la


inseminación artificial con semen contaminado de animales con infección aguda
(Nuotio y cols., 2007; Suárez y cols., 1995).

Por tanto, la transmisión entre rebaños se producirá, sobre todo, por la


incorporación de animales portadores del virus o por el empleo de semen o embriones
contaminados (Drew y cols., 1987; Nuotio y cols., 2007).

También es importante mencionar, la infección a partir de instrumentos,


vehículos, alimentos o personal contaminado (Suárez y cols., 1995).

La transmisión dentro del rebaño se producirá a través de las vías oro-nasal y


genital o, como se mencionó anteriormente, a través de garrapatas.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 23

I.3.3.- PATOGENIA Y CUADRO CLÍNICO

La enfermedad puede cursar con cuadros clínicos muy diversos, dependiendo de


la edad y estado inmunitario del animal, virulencia de la cepa, ruta de infección y
manejo del rebaño. Así, se pueden observar desde infecciones inaparentes hasta
procesos letales, pudiendo producir cuadros respiratorios, digestivos, nerviosos y
reproductivos y con mucha menor frecuencia, mamitis y dermatitis (Miller, 1991;
Müller, 2006).

Dependiendo de la vía de entrada, el virus se multiplicará en la mucosa de tracto


genital o de las vías respiratorias altas. La viremia es débil y transitoria y parece existir
implicación de monocitos y macrófagos (Forman y cols., 1982).

Tras la infección el virus induce una respuesta inmunitaria celular y humoral de


larga duración con la presencia de Acs durante toda la vida del animal (Jones y
Chowdhury, 2008; Müller, 2006).

I.3.3.1.- Forma respiratoria-ocular

El período de incubación es de 2-7 días. La vía de contagio es la nasal y ocular


y los animales enfermos pueden eliminar el virus durante 10-16 días p.i. (Suárez y cols.,
1995). Los animales presentan fiebre, apatía, anorexia, disnea con respiración
superficial y tos seca y persistente. En ocasiones, adoptan posturas ortopneicas, como la
apertura de la boca y extremidades anteriores, para facilitar la respiración y mitigar el
dolor. También se puede observar secreción nasal, lagrimeo y salivación excesiva
debido a la inflamación de mucosas. En los animales jóvenes los signos se intensifican
pudiendo también presentar, mal pelaje y escalofríos (Müller, 2006).

Si no existen infecciones secundarias, la fase aguda puede durar 5-10 días con
recuperación total en 4-5 semanas (Sanjuán y cols., 1995). Debido a la acción
inmunosupresora del virus, es frecuente la aparición de infecciones bacterianas
24 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

secundarias (Pasteurella haemolytica, Pasteurella multocida, Haemophilus sommnus)


que pueden derivar en neumonías (Yates, 1982).

I.3.3.2.- Forma reproductiva

En la IPV e IPB el período de incubación es de 1-4 días y el contagio se produce


a través de fluidos vaginales y seminales, abortos, tejidos fetales y placenta. El virus
puede ser detectado en las secreciones vaginales entre 8-14 días p.i. y en las seminales
entre 14-22 días p.i. (Suárez y cols., 1995). Los animales presentan hipertermia e
inquietud. En las hembras se observa micción frecuente y mucosa edematosa con
pústulas que confluyen y en ocasiones, secreción vaginal mucopurulenta. Los machos se
muestran reacios a la monta y presentan inflamación prepucial con pústulas en pene y
prepucio (Müller, 2006; Sanjuán y cols., 1995).

Las alteraciones en la reproducción dependen del momento de la infección. En


las primeras fases de gestación se produce muerte embrionaria y salida a celo. Si la
gestación es avanzada, se puede producir aborto (más frecuente entre el 6º y 8º mes). El
intervalo entre la muerte fetal y la expulsión es variable (hasta 100 días) con lo que, el
aspecto del feto, puede presentar distintos grados de autolisis. Si la infección es a
término, pueden nacer terneros infectados, poco viables, que mueren a las pocas horas
o, terneros sanos con Acs (Müller, 2006; Sanjuán y cols., 1995).

I.3.3.3.- Forma nerviosa o meningoencefalítica

Se presenta, fundamentalmente, en terneros menores de 6 semanas con escasa


inmunización frente al BHV-1. Pueden morir sin presentar signos clínicos aunque lo
más frecuente es que comience con la aparición de fiebre e incapacidad para comer y
beber, para continuar con: incoordinación motora, movimientos en círculo, espasmos,
salivación excesiva, parálisis de la lengua, nistagmo y ceguera. La fase terminal se
desarrolla con postración, convulsiones, coma y muerte (Sanjuán y cols., 1995).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 25

I.3.3.4.- Forma sistémica

Infección generalizada, observada en terneros recién nacidos, con cuadro


neumoentérico (diarrea, abdomen retraído, síntomas respiratorios) y desenlace fatal, en
pocos días (Sanjuán y cols., 1995).

I.3.3.5.- Latencia

Se define como la persistencia silenciosa del virus en el organismo. Es típica de


los herpesvirus. El virus puede permanecer en esta forma latente durante toda la vida del
hospedador o reactivarse, periódicamente, de manera espontánea, por procesos que
provoquen alteración del estado inmune del animal como: estrés, tratamientos con
corticoides, parto, transporte, infecciones bacterianas o víricas, alta carga parasitaria,
etc. (Jones, 2003; Thiry y cols., 1984; Thiry y cols., 1987).

La latencia tiene una localización nerviosa, principalmente en los ganglios


trigémino (IBR) y sacro (IPV) (Ackermann y cols., 1982; Ackermann y Wyler, 1984).
También puede permanecer en el sistema nervioso central (SNC), (bulbo olfatorio,
médula oblonga) y en macrófagos, linfocitos y células epiteliales (Forman y cols., 1982;
Jones, 2003).

I.3.4.- DIAGNÓSTICO

La gran variedad de cuadros clínicos existentes junto con la presencia de otras


enfermedades secundarias, que influyen en el curso de la enfermedad y la gravedad de
los síntomas, así como la participación en muchos síndromes reproductivos y
respiratorios, nos da una idea de la gran dificultad que tiene el diagnóstico clínico de la
IBR.
26 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.3.4.1.- Identificación de rebaños infectados

Al igual en el caso de la BVD, la detección de Acs específicos en el suero o en la


leche, de un grupo significativo de animales, es muy útil para detectar explotaciones con
infección subclínica y conocer la situación de un rebaño con respecto a la enfermedad
(Ackermann y Engels, 2006).

Cada vez se emplea más la muestra de LT, ya que permite conocer la situación
del grupo de animales en lactación. En el caso de los rebaños de aptitud cárnica, se
pueden analizar las mezclas de sueros de animales por grupos de edad (Frankena y cols.,
1997; Nuotio y cols., 2007).

El ELISA es la técnica de detección de Acs más empleada, debido a la gran


cantidad de protocolos comerciales que existen en el mercado, con buenos valores de Se
y Sp y al hecho de poder realizar el análisis de un colectivo en poco tiempo y a bajo
coste.

Existe una nueva generación de vacunas marcadoras, en las que el virus está
modificado, mediante la delección de secuencias que codifican ciertas gp (gC, gG, gE).
El desarrollo de ELISA-Ac específicos frente a estas proteínas (anti-gC, anti-gG o anti-
gE) permite diferenciar los Acs debidos a infecciones naturales (resultado positivo) de
los generados por vacunación con vacuna marcadora (resultado negativo). En la
mayoría de dichas vacunas, la gp deleccionada es la gE. Este hecho se debe a que la gE,
no tiene gran importancia para la generación de los primeros Acs neutralizantes, si no
que induce una respuesta humoral tardía (Babiuk y cols., 1996; Beer y König, 2006;
Schwyzer y Ackermann, 1996).

La presencia de Acs en un animal puede tener un origen variado: calostro,


vacunación, animales que superaron la infección y animales con infección latente. Por
eso, es fundamental realizar un diagnóstico de rebaño y una encuesta epidemiológica,
que facilitarán la identificación de los rebaños con infección. La presencia de
seropositividad en el grupo de animales jóvenes mayores de 8 meses es un indicador de
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 27

la existencia de una infección activa (Ferrari y cols., 1999; Houe, 1999). La aparición de
Acs en los animales menores de 8 meses puede tener un origen materno, por la
ingestión de calostro (Mainar-Jaime y cols., 2001).

I.3.4.2.- Identificación de animales infectados

La detección de los animales infectados es muy difícil, ya que la mayoría de


ellos no presentan síntomas y además, el BHV-1 sólo es detectable, a partir de las
secreciones, durante la fase de multiplicación del virus en la mucosa de las vías de
entrada.

Por tanto, se puede intentar la identificación del virus a partir de muestras de


secreciones nasales, oculares, prepuciales o vaginales. El aislamiento del virus en
cultivos celulares sensibles al BHV-1, es una técnica con alta Se y Sp, pero costosa,
laboriosa y lenta. El virus del IBR produce efecto citopático (ECP) con redondeamiento
celular, formación de sincitios, lisis y desprendimiento de las células infectadas
(Anderson, 2000; Lucas y cols., 1986). Es un diagnóstico difícil porque la obtención de
estas muestras es complicada y con frecuencia existen contaminaciones fúngicas o
bacterianas que dificultan el diagnóstico (Espí y cols., 2000; Mora y cols., 2000).

Otra alternativa de diagnóstico, a partir de estas muestras, es la IFD. Es una


técnica más económica y rápida pero que requiere gran especialización y su Se depende
mucho de la fase de la infección en la que se recoja la muestra (Lucas y cols., 1986;
Mora y cols., 2000; Yus y cols., 1995).

Actualmente, se están desarrollando protocolos comerciales de reacción en


cadena de la polimerasa (PCR), para la detección del DNA del BHV-1, que podrían
ser una alternativa al aislamiento vírico y además, parece ser capaz de detectar animales
con enfermedad latente (Moore y cols., 2000; Muylkens y cols., 2007).
28 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.3.4.3.- Investigación de fetos y animales muertos

Al igual que en apartado anterior, el aislamiento del virus en cultivos celulares


y la PCR, a partir de macerados de vísceras (pulmón, riñón, hígado, bazo, etc.), son
técnicas con alta Se y Sp. Por otro lado, la IFD y la IP, a partir de cortes histológicos,
son alternativas de diagnóstico.

La identificación del BHV-1 en fetos es muy difícil ya que, en muchas


ocasiones, la muerte del feto y su expulsión están muy separadas en el tiempo con lo
que el virus ya no está presente (Anderson, 2000).

La detección de Acs específicos frente al BHV-1 en los líquidos fetales permite


sospechar de una infección transplacentaria cuando el feto ya es inmunocompetente. El
análisis del suero de la madre, puede dar, igualmente, mucha información para el
diagnóstico de la enfermedad (Anderson, 2000; Eiras y Méndez, 1999).

I.3.5.- CONTROL Y PREVENCIÓN

I.3.5.1.- Clasificación de los rebaños según su estado sanitario

Ante la sospecha de una infección por IBR, el primer paso, debería ser la
investigación del estado sanitario de rebaño, mediante la realización de una encuesta
epidemiológica y un estudio de seroprevalencia, por grupos de edad, para establecer la
presencia y antigüedad del proceso (Houe, 1999).

El empleo sistemático de la vacunación, con vacunas convencionales, dificulta la


clasificación de los rebaños ya que, mediante ELISA, no se pueden distinguir los Acs
derivados de una infección natural de los originados por un programa de vacunación
(Ackermann y Engels, 2006; Nardelli y cols., 1999). En España, el empleo de las
vacunas marcadoras es muy reciente, siendo sólo obligatorias en los programas de las
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 29

ADSG de Galicia, Asturias y Cantabria, por lo que es imposible conocer con certeza la
prevalencia real de la enfermedad. Por tanto, los programas de erradicación, deberán
considerar como infectado a todo animal seropositivo a gE (Beer y König, 2006;
Furtado-Flores y cols., 1993).

En la actualidad, existen 2 líneas de actuación en los programas de erradicación


de la IBR en Europa. Países como Dinamarca, Austria, Finlandia e Italia, no contemplan
la vacunación, mientras que en otros, como Alemania y Francia, la vacunación forma
parte de las actuaciones incluídas en los programas de erradicación (Beer y König,
2006; Borchers, 2006; Franken, 2006; Nardelli y cols., 1999).

En España, dada la situación actual, con el empleo extendido de vacunas no


marcadoras, que impiden conocer la prevalencia real de la infección, un programa de
control debería comenzar por la identificación de los rebaños no infectados. En los
rebaños positivos con baja prevalencia se podría intentar la eliminación de los animales
seropositivos. En los rebaños con seroprevalencia elevada o con peligro de sufrir
reinfecciones, podría incluírse el empleo de vacunas marcadoras, en las primeras etapas
del programa de control. Así, los rebaños se podrán clasificar en tres grupos:
explotaciones no infectadas que son aquellas en las que los animales son seronegativos
a Acs anti-gE; explotaciones con infección reciente, en las que existentes animales,
entre 8 meses y 2 años, positivos a Acs anti-gE y; explotaciones con infección antigua,
que sólo tienen animales positivos a Acs anti-gE, entre los mayores de 2 años (Cavinari,
2006).

I.3.5.2.- Identificación de animales infectados

Los rebaños, en los que exista una alta prevalencia o animales jóvenes
seropositivos, son sospechosos de tener circulación vírica. En estos casos, es necesario
realizar una investigación de los animales con cuadros clínicos compatibles con la IBR
y de todos aquellos que, aún sin sintomatología, puedan ser infectados asintomáticos o
latentes (Solís-Calderón y cols., 2003).
30 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

En caso de aparición de problemas respiratorios o reproductivos tras la


incorporación de animales en la granja, éstos serán los principales sospechosos.

Si por el contrario, aún aplicando estrictamente las medidas de bioseguridad


necesarias, se detectara un brote de IBR, se podría sospechar que el origen está en la
activación de una infección latente (Pritchard y cols., 2003).

I.3.5.3.- Vigilancia y monitorización

En las explotaciones no infectadas, lo fundamental es evitar el contagio


aplicando medidas de bioseguridad y vigilancia. Es importante el control de todos los
animales de nueva incorporación, mediante análisis serológicos y cuarenta, para poder
observar la aparición de síntomas clínicos.

En las explotaciones infectadas con síntomas, se deben aislar los animales


enfermos y extremar las medidas de manejo en todo el rebaño (para evitar fenómenos de
inmunosupresión por estrés), aplicar tratamientos sintomáticos y evitar las infecciones
secundarias que agravarían el proceso. En estos rebaños y en los que sufren infección
subclínica es necesario, intentar localizar a los animales portadores y con infección
latente, responsables de la diseminación y mantenimiento del proceso (Solana y Da
Silva, 1995). Normalmente, estos animales son seropositivos, salvo en el caso de los
portadores latentes seronegativos, que se originan cuando la infección se produce en
animales que aún conservan Acs calostrales (Álvarez-Martínez y cols., 2002; Müller,
2006).

En los casos en los que no se pueda controlar un brote o en rebaños negativos


con alto riesgo de infección (zonas con alta prevalencia) puede ser adecuada la
aplicación de vacunas (Thiry y cols., 2006). Las vacunas utilizadas deben ser
marcadoras, para poder distinguir los Acs por vacunación de los derivados de
infecciones naturales (Ackermann y Engels, 2006; Beer y König, 2006; Chowdhury y
cols., 2000; Whitbeck y cols., 1996). Las vacunas marcadoras más ampliamente usadas,
en los programas de erradicación de los países europeos, son las que poseen la gE
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 31

deleccionada (Jones y Chowdhury, 2008). A pesar de no ser las vacunas más eficaces
(Kaashoek y cols., 1998), se demostró que, frente a otras vacunas, no producen
reactivación de latencias (Butchi y cols., 2007; Kaashoek y cols., 1998).

La vigilancia periódica del rebaño, mediante la monitorización con técnicas de


diagnóstico colectivo (LT, mezclas de sueros), puede alertar de la entrada de una
infección o controlar la evolución de un rebaño en el que se haya eliminado una
infección, mediante la observación de las variaciones en los niveles de Acs en la LT o
seroconversiones en el grupo de animales control (Ackermann y Engels, 2006;
Borchers, 2006; Solana y Da Silva, 1995).

I.3.6.- IMPACTO ECONÓMICO

Al igual que el caso de la BVD, las pérdidas causadas por la IBR son muy
difíciles de cuantificar ya que las consecuencias de una infección dependen de factores
como la virulencia de la cepa, la vía de entrada, el estado inmunitario del rebaño, el
estado reproductivo de los animales infectados, el número de animales del rebaños y las
condiciones de manejo (Houe, 1999; Pritchard y cols., 2003).

Se estima que la mayoría de las cepas de BHV-1 que circulan por Europa son de
baja virulencia, por lo que en la mayoría de los rebaños, la infección cursa de forma
subclínica, siendo menores las pérdidas generadas.

Las principales pérdidas se derivan de su participación en el síndrome


respiratorio bovino, de la disminución de la producción láctea y cárnica y del
empeoramiento de los índices reproductivos. También es importante, la valoración del
incremento de los gastos por tratamientos veterinarios y los generados por el aumento
de la reposición externa, por la disminución de los nacimientos, la mayor mortalidad y
la eliminación prematura de animales infectados (Borchers, 2006; Houe, 2003).
32 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Es importante destacar, que en un futuro próximo, las principales repercusiones


economicas provendrán de las limitaciones al movimiento de animales y sus productos
(semen, embriones), que vendrán impuestas por los países declarados libres de IBR. Por
otra parte, siendo España un país eminentemente importador, es necesario evitar que se
convierta en un país receptor de animales infectados (Álvarez-Martínez, 2006).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 33

I.4.- NEOSPOROSIS BOVINA

La neosporosis bovina es una enfermedad parasitaria del ganado bovino que


cursa con aborto, mortalidad neonatal o nacimiento de terneros con síntomas
neuromusculares o sanos, pero crónicamente infectados. Tiene una gran importancia
económica por las pérdidas derivadas de los abortos, la disminución de producción
láctea y cárnica y por los gastos de investigación del proceso.

Fue diagnosticada por primera vez, en Noruega, en perros con transtornos


nerviosos (Bjerkas y cols., 1984), siendo identificado el agente etiológico, en 1988
(Dubey y cols., 1988). Su descubrimiento como causa de aborto en el ganado vacuno se
produjo en 1989 (Dubey y Lindsay, 1989).

Es pues, una enfermedad relativamente reciente, que aún tiene muchos campos
de investigación abiertos, pero que ya se ha revelado como el agente más importante en
los abortos del ganado vacuno (Anderson y cols., 1991; Dubey y Lindsay, 1996), tanto
en su forma de presentación endémica, epidémica o esporádica (Davison y cols., 1999b;
Dubey, 2003b).

Existen estudios que evidencian la presencia de Acs frente al patógeno en


humanos (Nam y cols., 1998) y aunque, aún no se ha aislado el parásito, sí se han
podido establecer infecciones experimentales en macaco (Barr y cols., 1994).

I.4.1.- ETIOLOGÍA

La enfermedad está producida por un protozoo intracelular, Neospora caninum


(N.caninum) cuyo género está incluido en la familia Sarcocystidae, junto con lo géneros
Toxoplasma y Sarcocystis (Dubey y cols., 1988).
34 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

En las infecciones naturales se detectaron tres estadíos del parásito: taquizoítos,


bradizoítos en quistes tisulares y esporozoítos dentro de ooquistes. Los dos primeros se
encuentran en el hospedador intermediario, mientras que, los ooquistes son eliminados,
exclusivamente, por el hospedador definitivo (Basso y cols., 2001; Dubey y Lindsay,
1996).

Los taquizoítos tienen morfología ovoide. Son la forma de multiplicación rápida


del parásito durante la fase aguda de la infección. Penetran en la célula hospedadora
mediante invasión activa y se localizan en vacuolas en el citoplasma. Una célula
infectada puede contener varias vacuolas de hasta 100 taquizoítos. Las células diana
están en el SNC, músculo esquelético, músculo cardíaco y en el endotelio (Dubey y
Lindsay, 1996). Tras la rotura de la célula infectada, los taquizoítos se liberan, pudiendo
infectar a nuevas células (Buxton y cols., 2002; Hemphill y cols., 1999).

Los quistes titulares tienen forma redondeada u oval. Se encuentran en el


tejido nervioso y con menor frecuencia, en el músculo estriado (Lindsay y cols., 1996).
Pueden contener hasta 200 bradizoítos que son la forma de resistencia endógena del
parásito y se asocian a la fase de infección crónica (Dubey y Lindsay, 1996).

Los ooquistes son subesféricos y los causantes de la diseminación de la


infección. El perro, como hospedador definitivo, elimina ooquistes que esporulan en el
ambiente liberando esporoquistes que contienen cuatro esporozoítos (McAllister y
cols., 1998). La ingestión de estos ooquistes por parte del ganado vacuno (hospedador
intermediario) permite la continuación del ciclo (Dijkstra y cols., 2001a).

El ciclo biológico de N.caninum incluye una amplia variedad de hospedadores


silvestres y domésticos. Se demostró la existencia de diversos hospedadores
definitivos: perro (Lindsay y cols., 1999; McAllister y cols., 1998), coyote (Gondim y
cols., 2004), zorros y lobos (Sobrino y cols., 2008). Estos cánidos, se infectan al ingerir
tejidos de hospedadores intermediarios, con quistes titulares. Los ooquistes, eliminados
en las heces de estos animales, son infectivos a las 24 horas de ser liberados al ambiente
(McAllister y cols., 1998) (fig.1.3).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 35

Los hospedadores intermediarios (vacas, ovejas, búfalos, ciervos, perros, etc.)


se pueden infectar por vía transplacentaria o transmisión horizontal, por la ingestión de
alimentos, agua o placentas infectadas (Dijkstra y cols., 2001a). Los esporozoítos se
liberan en el tracto digestivo y, por vía sanguinea y linfáticas, alcanzan los tejidos en
donde formarán posteriormente quistes titulares (SNC, músculo esquelético) (Dubey y
Lindsay, 1996) (fig.1.3).

Exógena Endógena

Infección primaria Ternero infectado

Aborto Vacas persistentemente


infectadas

Figura 1.3.- Esquema de la transmisión de Neospora caninum en el ganado vacuno.


36 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

Un perro que consuma fetos, placentas u otros tejidos infectados, puede eliminar
ooquistes aún siendo seronegativo (Dubey y cols., 2007). Igualmente, un perro que
actúe como hospedador intermediario, puede ser seropositivo e infectar a su camada, de
manera asintomática o presentando miositis, parálisis y/o dermatitis (Dubey, 1999).

En el caso del ganado vacuno la principal vía de contagio es la vertical. La


presencia de infección activa en la madre (infección oral o reactivación de quistes
titulares) permite que el parásito alcance el torrente sanguíneo y atraviese la placenta
infectando al feto. El resultado será el aborto o el nacimiento de un ternero infectado
congénitamente (Dubey y Lindsay, 1996; Dubey y cols., 2007).

En España se han identificado varias cepas del parásito, que presentan diferente
virulencia. Pueden estar relacionadas con la evolución de la infección en el rebaño, la
trasmisión y las consecuencias de la infección (Regidor-Cerrillo y cols., 2008; Rojo-
Montejo y cols., 2009).

I.4.2.- EPIDEMIOLOGÍA

I.4.2.1.- Prevalencia

Los estudios de prevalencia de N.caninum, en el ganado europeo, reflejan una


amplia distribución, con grandes diferencias regionales, que varían entre el 1-60% de
prevalencia por animal y el 1-59% por rebaño (tabla 1.5). Son valores difíciles de
comparar por las grandes diferencias existentes entre las poblaciones estudiadas y las
técnicas de diagnóstico empleadas (Bartels y cols., 2006a). Diversos estudios revelan
que existe una mayor prevalencia en rebaños con historial de abortos (Pereira-Bueno y
cols., 1999a; Pitel y cols., 2001).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 37

Área Año Población P. an (%) P. reb (%) Autores


1996 Leche 4,1 Conraths y cols., 1996
Alemania 1998 Leche 27,0 Schares y cols., 1998
2006 Leche/carne 49,0/41,0 Bartels y cols., 2006a
Francia 1997 Leche/carne 26,0/14,0 Klein y cols., 1997
Dinamarca 1997 Leche 1,0-59,0 Lind y cols., 1997
1997 Leche 23,0 Hentrich y cols., 1997
Suiza
1998 Leche 11,5 Gottstein y cols., 1998
Suecia 1995 Leche 28,6 Holmdahl y cols., 1995
1996 Leche 29 Björkman y cols., 1996
Holanda 2004 Leche/carne 9,9/13,0 76,0/61,0
Bartels y cols., 2006a
Suecia 2004 Leche 1,3 30,0
Portugal 2006 General 11,9 Lopes y cols., 2006
Italia 2001 Leche/carne 11,0 50,4/33,3 Otranto y cols., 2003
Bélgica 2002 Leche/carne 29,0/14,0 De Meerschaman y cols., 2002
Tabla 1.5.- Estudios de seroprevalencia de N. caninum en Europa. P.an= prevalencia por animal. P.reb=
prevalencia por rebaño.

Los estudios realizados en España, aunque escasos, reflejan una situación similar
al resto de Europa con una la amplia prevalencia de N.caninum (tabla 1.6).

Área Año Población P. an (%) P. reb (%) Autores


Leche/carne 19,1/13,8
Pontevedra 1999 Arnaiz y cols., 2001
Mixta/extensivo 23,3/6,2
León 1999 Leche/carne 35,9/17,9 83,2/55,1 Quintanilla-Gozalo y cols., 1999
Galicia 2003 Leche / carne 16,5/16,0 63,0/ 46,0 Bartels y cols., 2006a
Navarra 2001 Leche 10,0-57,8 Caballero-de Toro y cols., 2001
Asturias 1997 General 29,6 30,6 Mainar-Jaime y cols., 1999
Tabla 1.6.- Estudios de seroprevalencia de N. caninum en España. P.an= prevalencia por animal. P.reb= prevalencia
por rebaño.

I.4.2.2.- Factores de riesgo

El contagio por N. caninum se puede producir por dos vías: vertical (congénita o
transplacentaria) y horizontal (postnatal). La transmisión vertical se produce a partir de
una hembra infectada que infecta a su descendencia durante la fase de gestación. La
transmisión horizontal, por el contrario, se produce por la ingestión de comida y bebida
contaminada (Bergeron y cols., 2000; Hall y cols., 2005; Thurmond y cols., 1997).

La transmisión vertical, es la forma más eficaz para la difusión y


mantenimiento de la infección en bovino. Esta vía de contagio se descubrió, al
comprobar la presencia de Acs precalostrales en terneros de vacas seropositivas
(Davison y cols., 1999a; Hietala y Thurmond, 1999). Una vez adquirida la infección, los
animales permanecen infectados de por vida, pudiendo contagiar a su descendencia en
38 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

el 78-88% de los casos de manera consecutiva o alternativa (Álvarez y cols., 1999; Paré
y cols., 1996) hasta al menos 5 o 6 generaciones (Björkman y cols., 1996; Frössling y
cols., 2005). Diversos trabajos indican, sin embargo, que la transmisión vertical por sí
sola no es capaz de mantener la infección en el rebaño (Antony y Williamson, 2001;
Dubey y cols., 2007; French y cols., 1999).

Por tanto, la transmisión horizontal también juega un papel importante, aunque


menos eficaz, en el mantenimiento del proceso (Dijkstra y cols., 2001b; Dubey, 1999;
Hall y cols., 2005; McAllister y cols., 1998). La existencia de este tipo de contagio
quedó demostrada al descubrir que los perros eran los hospedadores definitivos del
protozoo. Las heces contienen ooquistes que pueden contaminar el agua y los alimentos
y ser ingeridos por el ganado vacuno (De Marez y cols., 1999; Gondim y cols., 2002;
Hietala y Thurmond, 1999; McAllister y cols., 1998).

También se demostró la relación entre la presencia y densidad de perros, con la


mayor seroprevalencia de los rebaños (Paré y cols., 1998). Igualmente, la alta
prevalencia encontrada en perros de granja, hasta el 51% (Collantes-Fernández y cols.,
2008), pone de manifiesto la importancia de la transmisión horizontal en el
mantenimiento de la infección por N. caninum.

El hallazgo de DNA de N. caninum, en el semen de toros infectados de manera


natural, hizo sospechar que podía ser otra vía de infección horizontal, aunque se
demostró que este tipo de transmisión es poco frecuente (Caetano-da-Silva y cols.,
2004; Ferre y cols., 2005; Ortega-Mora y cols., 2003; Osoro y cols., 2009).

Igualmente se demostró la presencia del DNA de N. caninum en leche, incluso


en el calostro (Moskwa y cols., 2003; Moskwa y cols., 2007), pero no se pudo
comprobar la infección natural por esta vía (Dijkstra y cols., 2001a).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 39

I.4.3.- PATOGENIA Y CUADRO CLÍNICO

El aborto, endémico o epidémico, es la consecuencia más importante de la


infección por N. caninum. Los abortos endémicos se relacionan, normalmente, con las
infecciones crónicas y la transmisión vertical del parásito (Björkman y cols., 1996;
Davison y cols., 1999b; Dijskstra y cols., 2001b; Pereira-Bueno y cols, 2000; Schares y
cols., 2002). Los abortos epidémicos, por su parte, parecen estar más relacionados con
infecciones postnatales recientes (Dijskstra y cols., 2001b; Schares y cols., 2002;
Wouda y cols., 1997). Esta situación sugiere que la patogenia del aborto por N. caninum
depende del tipo de presentación del aborto (Wouda y cols., 1997).

I.4.3.1.- Infección aguda

Los taquizoítos son la forma de multiplicación rápida del parásito y los


responsables de la infección aguda (Dubey y cols., 1988; Hemphill y cols., 1999). La
multiplicación masiva de los taquizoítos en las células parasitadas, produce su
destrucción, con formación de áreas de necrosis, que son la principal lesión observable.
Si las células son del SNC puede producir transtornos neuromusculares graves (Barr y
cols., 1991b).

Los abortos son el único signo de infección en los adultos y se producen, bien
por la invasión placentaria que provoca necrosis y placentitis, bien por lesiones graves
en los órganos del feto (Barr y cols., 1994; Malley y cols., 2003). Los abortos se pueden
producir en cualquier época del año y de forma esporádica, endémica o como un brote
epidémico (Pereira-Bueno y cols., 1999b). Aunque se pueden presentar en cualquier
fase de la gestación, son más frecuentes, entre los 5-7 meses (Buxton y cols., 2002;
González y cols., 1999). Las consecuencias para el feto dependen de factores como: el
momento de la infección, magnitud, infectividad y duración de la parasitemia, respuesta
inmune de la madre, entre otros (Innes y cols., 2002).

Si la infección tiene lugar en las primeras fases de gestación, se produce


reabsorción fetal. Si es en el segundo tercio de gestación, puede provocar aborto o el
40 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

nacimiento de terneros infectados congénitamente. Finalmente, en el último tercio de


gestación, lo más frecuente es el nacimiento de terneros sanos, con altos títulos de Acs
precalostrales, infectados congénitamente (Dubey, 2003a).

I.4.3.2.- Infección crónica y reactivación

Con el desarrollo de la inmunidad, los taquizoítos se transforman en bradizoítos,


dando lugar a la fase lenta de multiplicación, en forma de quistes tisulares localizados,
sobre todo, en el SNC. Esta forma del parásito sigue siendo infectiva durante largos
períodos de tiempo (Barr y cols., 1992; Dubey y cols., 1988).

Un estado de inmunodepresión, como puede ser la gestación, puede producir la


reactivación del proceso mediante la liberación de los bradizoítos que se transforman en
taquizoítos dando lugar a otra infección aguda (Quinn y cols., 2002).

I.4.4.- DIAGNÓSTICO

Al igual que en la BVD y la IBR, el diagnóstico clínico de la neosporosis bovina


es complicado. En los animales adultos, el único síntoma suele ser la aparición del
aborto. Al ser una infección que, fundamentalmente, se transmite por vía
transplacentaria, la existencia de antecedentes de aborto en los ascendientes o
descendientes puede ser un dato importante (Schares y cols., 2002). Así mismo, las
existencia de repeticiones de abortos, la edad del feto y la observación frecuente de
fetos momificados pueden ser orientativos (Pereira-Bueno y cols., 1999b).

I.4.4.1.- Identificación de rebaños infectados

Es importante la realización de estudios seroepidemiológicos, para conocer la


presencia de N.caninum en el rebaño. Se puede comenzar por el análisis de los animales
que hayan abortado y en caso de positividad, continuar el control por sus ascendientes y
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 41

descendientes. Posteriormente, el diagnóstico se puede hacer extensivo al resto de


rebaño, para identificar a los animales seronegativos, a partir de los que se podrá
realizar la reposición (Hall y cols., 2005; Ortega-Mora, 1999).

I.4.4.2.- Identificación de animales infectados

El diagnóstico indirecto, para la detección de Acs específicos frente a


N.caninum, es la forma más adecuada y eficaz de detectar la infección. Se han
desarrollado diferentes pruebas serológicas siendo, la inmunofluorescencia indirecta
(IFI) y el ELISA, las técnicas más empleadas (Dubey y Schares, 2006; Ferre y cols.,
2003; Pereira-Bueno y cols., 2003). Existen varios ELISA comerciales, indirectos y de
competición, para la detección de Acs frente a N.caninum, a partir de muestras de suero,
fluidos fetales y leche. En la actualidad, se están optimizando ELISA de avidez que
permitirán diferenciar las infecciones recientes de las crónicas (Aguado-Martínez y
cols., 2005; Björkman y cols., 2003).

Los animales adultos desarrollan Acs frente a N.caninum, detectándose IgM a


partir del día 12 p.i. e IgG desde el día 29 p.i. con un máximo el día 35 p.i. Es
importante señalar que en las infecciones crónicas, los niveles de Acs fluctúan, siendo
más altos en el momento del aborto para ir disminuyendo con el tiempo y volver a
incrementarse en una nueva gestación (Arnaiz-Seco y cols. 2004; Quintanilla-Gozalo y
cols., 2000).

I.4.4.3.- Investigación de fetos

El examen histológico, sobre tejidos fetales, permite la observación de lesiones


degenerativas e inflamatorias en cerebro y corazón que pueden hacer sospechar de
N.caninum como causa del aborto (Barr y cols., 1991a).

Las técnicas inmunohistoquímicas (IHQ), permiten la identificación del


parásito en los cortes de tejido fetal (Lindsay y Dubey, 1989b; van Maanen y cols.,
42 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

2004). Habitualmente se utiliza, como técnica de confirmación, de las muestras que


histológicamente mostraron lesiones compatibles. Ambas técnicas son poco sensibles,
porque el feto no suele tener muchos tejidos afectados y por los procesos autolíticos que
dificultan el diagnóstico.

El aislamiento del parásito se puede realizar empleando cultivos celulares o por


inoculación en ratones. Son técnicas que no han tenido mucho éxito ya que, en muchas
ocasiones, en las muestras la carga parasitaria es baja o no es viable (Conrad y cols.,
1993; Lindsay y Dubey, 1989a).

Existen diversos protocolos de PCR comerciales para la detección del DNA en


tejidos fetales (sobre todo encéfalo), con valores de Se y Sp muy buenos, que la hacen
ser la técnica de diagnóstico directo más empleada en la actualidad, a pesar de su alto
coste y laboriosidad (McInnes y cols., 2006; Ockeoma y cols., 2004). La desigual
distribución del parásito, en los órganos del feto hace, que la elección de los mismos,
sea un factor decisivo para un correcto diagnóstico, así Baszler y cols., 1999,
observaron la mayor frecuencia de detección en cerebro y Collantes-Fernández y cols.,
2006, en cerebro, seguido del corazón e hígado, tanto en abortos epidémicos como
endémicos.

Por otra parte, los fetos inmunocompetentes son capaces de desarrollar Acs
específicos frente a N.caninum. El hallazgo de Acs en los fluidos fetales confirma la
infección del feto. Por el contrario, un resultado negativo no es concluyente ya que, el
feto puede no ser inmunocompetente en el momento de la infección o, haber
transcurrido poco tiempo entre la infección y la muerte (Pereira-Bueno y cols., 1999b).

I.4.5.- CONTROL Y PREVENCIÓN

Dado que la principal vía de contagio de la enfermedad es la transmisión


vertical, las medidas de prevención y lucha deberán ir encaminadas a minimizar esta
tipo de contagio, sin por ello descuidar el control de la infección postnatal.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 43

El objetivo debe ser, pues, la reducción del número de hembras seropositivas


para conseguir ralentizar la diseminación dentro del rebaño.

I.4.5.1.- Identificación de los rebaños y animales infectados

Las actuaciones se pueden dividir en dos fases. La primera será la identificación


de las hembras y “estirpes” seropositivas, mediante un estudio de seroprevalencia sobre
todo el rebaño o sobre el grupo de hembras que en algún momento sufrieron un aborto y
de sus ascendentes y descendientes. Posteriormente, se realizará la eliminación de los
animales seropositivos (Álvarez y cols., 1999).

I.4.5.2.- Vigilancia y monitorización

En los rebaños seronegativos, se puede evitar la entrada de nuevas infecciones


con medidas básicas de bioseguridad, como la realización de cuarentena a todos los
animales de nueva incorporación y la realización de pruebas serológicas, para evitar la
introducción de animales seropositivos en el rebaño (Haddad y cols., 2005).

En los rebaños infectados, el control se basará en intentar minimizar los


contagios. Para evitar la transmisión horizontal, es necesaria la aplicación de medidas
higiénicas, como impedir el acceso de los perros a las instalaciones, para evitar la
contaminación del alimento del ganado. Igualmente, la eliminación de los restos de los
abortos y placentas, evitará el contagio en los perros (Ortega-Mora, 1999). El
hacinamiento de los animales también puede aumentar la incidencia de este tipo de
transmisión (Otranto y cols., 2003; Quintanilla-Gozalo y cols., 1999).

Para disminuir la transmisión vertical, será necesaria la eliminación de los


animales seropositivos. En el caso de explotaciones con baja prevalencia, se puede
realizar una eliminación drástica de estos animales pero, en rebaños con alta
prevalencia, esta medida no es factible económicamente. En estos casos, se puede
comenzar con la eliminación de las vacas que tienen antecedentes de abortos o que
44 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

tienen hijas seropositivas y la reposición con novillas seronegativas, hasta llegar a una
prevalencia baja, que nos permita eliminar al resto de los animales seropositivos de
manera gradual (Jensen y cols., 1999).

Dos estudios realizados recientemente, mediante la inseminación artificial de


vacas frisonas-holstein seropositivas, con semen de toros frisones y de diferentes razas
de aptitud cárnica, revelaron que, el empleo de razas de carne, disminuye el riesgo de
aborto en los rebaños lecheros (Almería y cols., 2009; López-Gatius y cols., 2005).

La monitorización del rebaño se puede realizar mediante técnicas serológicas.


El análisis de sueros individuales nos permitirá conocer la variación en el número de
animales seropositivos. El empleo de la muestra de LT es una alternativa eficaz y barata
que permite visualizar la fluctuación de los niveles de Acs y aproximar el nivel de
prevalencia del rebaño, pero no es muy útil en rebaños con prevalencia menor del 10-
15%. Por esta razón, no es una técnica recomendable para descartar la infección en un
rebaño pero sí para realizar el seguimiento serológico de los rebaños infectados (Bartels
y cols., 2005; Varcasia y cols., 2006).

I.4.6.- IMPACTO ECONÓMICO

El coste económico que la infección por N. caninum genera en un rebaño es muy


variable y difícil de cuantificar. Depende de muchos factores como son: el nivel de
seroprevalencia, la aptitud de rebaño, el sistema de producción, condiciones de manejo,
el tipo de aborto (endémico, epidémico), la ruta de transmisión, el número y densidad de
animales, la virulencia de la cepa, etc. (Bartels y cols., 2006b; Chi y cols., 2002; Dubey
y cols., 2007; Häsler y cols., 2006; Larson y cols., 2204; Reichel y Ellis, 2006).

El aborto es la principal manifestación clínica de la neosporosis. Por tanto, la


disminución de las producciones y el incremento de la reposición son las causas
principales de las pérdidas económicas (Dubey, 1999; Trees y cols., 1999).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 45

También es necesario tener en cuenta el coste económico derivado de los


servicios veterinarios, sobre todo, a la hora de identificar la presencia de la infección por
N. caninum y para la eliminación de la infección del rebaño. Además, el diagnóstico de
la enfermedad se basa en el análisis de laboratorio, que es díficil y caro (Dubey y
Schares, 2006).

Existen diferentes opiniones sobre la influencia de la infección por N. caninum


en la producción láctea. Así, mientras en varios estudios se demostró la relación entre la
infección y la disminución en dicha producción (Hernández y cols., 2001; Romero y
cols., 2005; Thurmond y cols., 1997), otros autores no apreciaron dicha relación en sus
trabajos (Hobson y cols., 2002; VanLeeuwen y cols., 2002).

Las pérdidas directas por abortos son difíciles de cuantificar, tanto en los
rebaños de leche como en los de carne, porque la mayoría de los fetos son expulsados
en el primer tercio de gestación. Habría que añadir, además, el incremento del período
entre partos y la disminución en el número de nacimientos. Así, se produce disminución
en la producción de carne y aumento en los gastos de reposición en los rebaños (Dubey
y cols., 2007; Hoar y cols., 1996).

Por otra parte, el hecho de existir una probada relación entre la presencia de Acs
y el aumento de probabilidad de aborto, hace que los animales seropositivos tengan un
mercado más reducido y disminuya el valor de la recría seropositiva (Trees y cols.,
1999).
46 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.5.- ENTORNO GEOGRÁFICO Y ECONÓMICO

La pertenencia de España a la Unión europea (UE) ha provocado un


acercamiento al concepto europeo de explotación agraria, pasando de ser un
complemento de la economía familiar, a una empresa en la que lo fundamental es la
relación coste-beneficio.

El incremento en el intercambio intracomunitario de animales y sus productos


llevó a un cambio substancial en los criterios de actuación en sanidad animal, para
garantizar la seguridad sanitaria de la cabaña ganadera europea. Estas actuaciones
conjuntas, por lo general beneficiosas, pueden resultar perjudiciales si no se tienen en
cuenta los problemas y peculiaridades regionales. Para poder establecer líneas de
actuación sobre una población es necesario, además de conocer la situación sanitaria de
los rebaños, hacer un estudio detallado de la realidad sociocultural y medioambiental de
la región que, por su influencia en el establecimiento, difusión y mantenimiento de
cualquier patología, debe ser tenida en cuenta en el desarrollo de cualquier programa de
control y lucha.

Galicia, con 29.575 km2, está situada en el noroeste de la península ibérica,


siendo una de las regiones con mayor índice de pluviosidad de España. Sobre esta base
territorial se asientan 29.998 núcleos de población integrados en 315 municipios. El
hecho de que el 99,7% de estos núcleos tengan menos de 2.000 habitantes da una idea
del marcado carácter rural de la población y de la gran dispersión geográfica (Instituto
Galego de Estatística (IGE) 2005).

La pequeña extensión de las parcelas (minifundios) deriva en una agricultura de


policultivo intensivo y una ganadería tradicional, basada en el pastoreo rotacional, tan
diferente al carácter latifundista del centro y sur de España. Así mismo, la pequeña base
territorial de las explotaciones, influye en el bajo número de animales por rebaño. En las
llanuras (buenos pastizales y climatología más benigna) predominan las explotaciones
de aptitud láctea mientras que en las regiones montañosas abundan los rebaños de carne.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 47

La existencia de ganado en pastoreo extensivo, en montes de propiedad


comunal, aunque reducido en número de cabezas, tiene gran importancia por el
aprovechamiento de zonas de baja productividad y difícil acceso y por ser, el lugar de
conservación de las razas autóctonas gallegas en vías de extinción (cachena, caldelá,
limiá, vianesa y frieresa) que destacan por su fuerte instinto maternal y su gran
rusticidad.

El peso económico que tiene el sector ganadero bovino en Galicia se puede


observar a partir de los datos recogidos en los Anuarios de Estadística del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). En el año 2001, con 713.383 animales,
Galicia poseía el 21,1% censo bovino de España, siendo el primer productor de leche
con 1.856.218 miles de litros (29,3% de la producción española). La producción de
79.056.317 kg de carne (12,5% de la española) sitúa a esta comunidad como la 4ª
productora nacional. En 2004, con 682.148 cabezas, poseía el 19% del censo total de
España y con 2.168.990 miles de litros seguía siendo la 1ª productora de leche (34% del
total español) y con 94.035.866 kg (17,2% de España) la 3ª productora de carne. A
pesar de la disminución en el número de cabezas en estos 4 años, Galicia experimentó
un aumento en las producciones de carne y leche, lo que indica un aumento en el
rendimiento productivo.

El desarrollo de las ADSG de ganado vacuno en Galicia en 2003 y, el


crecimiento experimentado en estos años, hace que esta población tenga cada vez mayor
importancia dentro del porcentaje total del ganado gallego (fig.1.4). Así, mientras que
en el año 2003, las ADSG agrupaban al 4,6% de los rebaños y al 13% de los animales
del total del censo vacuno gallego, en 2008, estas cifras se elevaron hasta el 27,7% de
los rebaños y el 36% de los animales (datos cedidos por la Consellería do Medio Rural).
Por consiguiente, la implementación de programas sanitarios en estos rebaños puede
suponer un primer paso para la ampliación de los mismos, en un futuro, al resto de la
cabaña bovina gallega.
48 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

2003 2004

2005 2006

2007-8

Figura 1.4.- Mapas de la expansión territorial


de las ADSG en Galicia por municipios entre
los años 2003 y 2008.
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 49

La pertenencia a las ADSG es voluntaria y los rebaños debe cumplir los


requisitos dispuestos en la legislación de creación de ADSG (RD 1880/1996; D
91/2001; D 245/2002) y realizar, de manera obligatoria, el programa sanitario que se
actualiza anualmente (Orde do 24/10/2008).

El programa sanitario incluye el control, entre otros, de parasitos externos e


internos, mamitis, enfermedades de declaración obligatoria, desinfección,
desinsectación, desratización y también, programas específicos de control de la BVD,
IBR, neosporosis bovina y paratuberculosis.

Todos los programas específicos de control, comienzan con la realización de un


estudio serológico de los animales, por grupos de edad, para poder establecer la
seroprevalencia de cada rebaño y la existencia de infecciones recientes. También es
obligatorio, el control de los animales de nueva incorporación, para evitar reinfecciones
y por último, el seguimiento de los rebaños en el tiempo.

En el programa de BVD es obligatoria la identificación y eliminación de


animales PI. En el caso de IBR, está prohibido el empleo de vacunas no marcadoras. En
el programa de neosporosis bovina, se recomienda la eliminación de los animales
positivos como fuente de reposición.

Los objetivos de estos programas son: reducir la seroprevalencia en los rebaños,


evitar nuevas infecciones e identificar los rebaños libres. Así, en el futuro, se podrá
realizar una clasificación de rebaños, para facilitar el control en el movimiento de
animales y, como base para programas de erradicación.
50 CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL

I.6.- PERFIL DE LA TESIS

La presente tesis doctoral nace con el objetivo de desarrollar herramientas de


trabajo encaminadas al control y disminución de la prevalencia de la BVD, la IBR y la
neosporosis bovina, atendiendo a las demandas del sector vacuno gallego.

Tras el primer capítulo, en el que se incluye la revisión bibliográfica de los tres


procesos objeto de estudio, así como una pequeña reseña sobre el entorno geográfico y
socio-económico, se procedió al desarrollo de la investigación.

En el segundo capítulo, se desarrollan dos estudios serológicos para conocer la


seroprevalencia de la BVD, la IBR y la neosporosis bovina en Galicia, en el año 2000, y
en los rebaños de las ADSG, en el año 2004. Estos estudios son la base para la
implementación de programas de control ya que permiten, evaluar la situación de
partida, aplicar las medidas más adecuadas, preveer la duración en el tiempo y las etapas
del programa y aproximar el coste económico.

En el tercer y último capítulo, se exponen los trabajos realizados para adaptar las
técnicas de ELISA-Ac al diagnóstico de rebaño de BVD e IBR, a partir de la muestra de
LT. El objetivo es convertirlo en una herramienta de diagnóstico, que permita establecer
la seroprevalencia inicial y realizar los trabajos de vigilancia y monitorización en los
rebaños de leche. El empleo de esta técnica de análisis, disminuirá el coste de los
programas de control y el tiempo de ejecución de las tareas (recogida de muestras,
diagnóstico de laboratorio, etc.).
CAP.I: INTRODUCCIÓN GENERAL 51

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Yates, W.D.G. (1982). A review of infectious bovine rhinotracheitis, shipping fever


pneumonia, and virla-bacterial synergism in respiratoru disease of cattle. Can.
J. Comp. Med., 46: 225-263.

Yus, E.; Guitián, F.J.; Sanjuán, M.L. (1995). Diagnóstico. Bovis, 64: 51-61.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 81

II.1.- INTRODUCCIÓN

Los estudios de seroprevalencia permiten establecer, de manera bastante


aproximada, la expansión de un proceso infeccioso dentro de una población concreta.
Igualmente pueden constituir el punto de partida para la elaboración de programas de
lucha y control adaptados a las necesidades de dicha población (Alenius y cols., 1996).

La probada presencia de la BVD, de la neosporosis bovina y en menor medida,


de la IBR, en muchas patologías reproductivas de los rebaños bovinos gallegos, planteó
la necesidad de conocer la verdadera difusión que dichos procesos tienen en esta región
(Eiras y cols., 1999; Mora y cols., 2000).

La inclusión de medidas de control para estas tres enfermedades en los


programas sanitarios de las ADSG de Galicia, desde 2004, creó la necesidad de definir
la situación de partida de los rebaños que las integran para así, poder aplicar las medidas
más adecuadas en cada caso.

Para intentar cubrir estas necesidades se diseñaron dos estudios de


seroprevalencia, uno en el año 2000 y otro en el 2004. El objetivo del primer estudio era
estimar la seroprevalencia que la BVD, la IBR y la neosporosis, tenían en la cabaña
bovina gallega en 2000. El segundo estudio se realizó para poder establecer la situación
epidemiológica de los rebaños pertenecientes a las ADSG de Galicia, en 2004, con
respecto a estos tres procesos.
82 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.2.- MATERIALES Y MÉTODOS

II.2.1.- MUESTRAS

II.2.1.1.- Estudio de seroprevalencia en Galicia en el año 2000

La población objeto de estudio fue el censo de ganado vacuno, mayor de 1 año,


existente en Galicia en el año 2000 (36.481 explotaciones de leche y 38.241 de carne)
según los datos recogidos en la “Campaña de Saneamento Gandeiro” de ese año. Para
que el tamaño de muestra (n) fuera significativo, se consideró un tamaño de población
infinito, un nivel de confianza del 95% (z) y un 5% de error (e) partiendo de una
prevalencia esperada (p) y siendo q = 1 - p (Thrusfield, 1997):

n = z2pq/e2

Para poder establecer la prevalencia esperada (PE) se consultaron varios estudios


de seroprevalencia sobre estas enfermedades, en distintas poblaciones bovinas
españolas.

Existen diversos trabajos de prevalencia de la BVD en ganado vacuno de leche.


Entre ellos, Mainar-Jaime y cols., 2001, establecieron una prevalencia por rebaño del
86% en el ganado lechero de Asturias, sobre una población de características similares a
la gallega. Los estudios de BVD sobre ganado de carne eran, sin embargo, muy escasos.

Por su parte, los datos de prevalencia de la IBR hallados son escasos y puntuales
y el empleo extendido de la vacunación, impide conocer la difusión real de la
enfermedad (Guitián y cols., 1998).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 83

Igualmente, los trabajos de prevalencia de la neosporosis bovina existentes, con


anterioridad al año 2000, debido al hecho de ser una enfermedad de aparición reciente,
se reducían a estudios en poblaciones muy concretas (Pereira-Bueno y cols., 1999a).

Ante esta situación, se consideró una PE del 50% (situación más desfavorable
por requerir un mayor tamaño de muestra) (Thrusfield, 1997) para todos los casos, salvo
para la prevalencia de la BVD, en los rebaños lecheros, que se estableció en el 86%, al
considerar como PE la obtenida por Mainar-Jaime cols., 2001, en su estudio.

Se comenzó el estudio por la provincia de Lugo, la de mayor importancia


ganadera de las cuatro gallegas. Los valores de prevalencia obtenidos en las granjas de
leche fueron del 70% en IBR y del 80% en BVD y neosporosis bovina y en las de carne,
del 50% IBR y neosporosis bovina y del 70% en BVD. Estos valores de seroprevalencia
fueron empleados, como PE, en el estudio de las otras tres provincias (A Coruña,
Ourense y Pontevedra). Se consideró como positivo a todo rebaño en el que al menos
uno de sus animales era seropositivo.

Los rebaños analizados se escogieron, mediante un muestreo aleatorio estratificado,


para cada municipio y aptitud, previo estudio del porcentaje de participación de cada
municipio, en el censo total de su provincia. Las muestras de suero empleadas se obtuvieron
mediante venopunción, con tubos de vacío, de la vena caudal. Tras el desuerado, los sueros
fueron almacenados a -80º C hasta su empleo. Se analizaron todos los animales mayores de
1 año, siendo el tamaño final de muestra y su distribución los resumidos a continuación.

En la tabla 2.1, se refleja el número de rebaños y animales incluídos en el estudio,


para cada enfermedad, según la provincia y aptitud. No se analizaron las explotaciones de
aptitud mixta, por no ser representativas en el total de los rebaños de la población estudiada.
84 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Nº de rebaños Nº de animales
Provincia Aptitud IBR BVD Neosporosis IBR BVD Neosporosis
Leche 140 90 140 2969 1838 3002
Lugo
Carne 121 121 121 1122 1119 1128
Leche 138 105 105 2178 1640 1654
A Coruña
Carne 141 120 141 802 725 834
Leche 35 35 35 484 483 486
Ourense
Carne 57 50 57 526 445 530
Leche 62 47 47 407 302 300
Pontevedra
Carne 66 56 66 240 208 236
Leche 375 277 327 6038 4263 5442
Galicia
Carne 385 347 385 2690 2497 2728
Tabla 2.1.- Tamaño de muestra del estudio del año 2000 (nº de rebaños y animales) para cada
enfermedad estudiada por aptitud y por provincia.

En la tabla 2.2 se pueden observar los tamaños medios de los rebaños según la
aptitud y la provincia.

Aptitud Lugo A Coruña Ourense Pontevedra Galicia


Leche 21,1 15,8 13,8 6,6 16,1
Carne 9,3 5,9 9,3 3,6 7,1
Tabla 2.2.- Tamaño medio de rebaño en el estudio del año 2000 por
aptitud y provincia.

En la figura 2.1 se puede observar el porcentaje de los rebaños para cada aptitud,
incluídos en cada uno de los 4 grupos establecidos, según el número de animales (1-10,
11-30, 31-50 y > 50).

100% Leche
79%
80% Carne
62%
60% 45% Total
42%
40% 31%
20%
20% 10% 5%
2% 3% 0% 2%
0%
1-10 11-30 31-50 > 50

Figura 2.1.- Gráfico del porcentaje de rebaños por tamaño, según la aptitud, en el estudio del año 2000.

Por su parte, en las figuras 2.2 y 2.3, se puede observar la localización


geográfica de los municipios en los que se obtuvieron las muestras de los rebaños de
aptitud láctea y cárnica, respectivamente.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 85

■ 1 rebaño ■ 4 rebaños ■ 7 rebaños ■ 11 rebaños


■ 2 rebaños ■ 5 rebaños ■ 8 rebaños
■ 3 rebaños ■ 6 rebaños ■ 9 rebaños

Figura 2.2.- Mapa de la distribución por municipios de los rebaños de leche muestreados en el estudio del 2000, con el
número de rebaños obtenidos en cada uno de ellos.
86 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

■ 1 rebaño ■ 3 rebaños ■ 5 rebaños ■ 7 rebaños


■ 2 rebaños ■ 4 rebaños ■ 6 rebaños ■ 10 rebaños

Figura 2.3.- Mapa de la distribución por municipios de los rebaños de carne muestreados en el estudio del 2000, con el
número de rebaños recogidos en cada uno de ellos.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 87

II.2.1.2.- Estudio de seroprevalencia en las ADSG de Galicia en el


año 2004

En este estudio se incluyeron todos los rebaños pertenecientes a las 15 ADSG


existentes de Galicia en el año 2004. En 585 de los rebaños de aptitud láctea, se conocía
la situación de vacunación frente a BVD: 159 vacunados (3511 animales) y 426 no
vacunados (8242 animales). En el caso de IBR, el número de rebaños de aptitud láctea
con situación de vacunación conocida fue de 859: 222 vacunados (4883 animales) y 637
no vacunados (12077 animales).

En la tabla 2.3 se resume el número de rebaños y animales analizados en el


estudio de seroprevalencia, agrupados según la aptitud del rebaño (leche, carne y mixta)
y la ADSG a la que pertenecían. Se consideraron de aptitud mixta los rebaños con una
distribución del 40-60% de animales de aptitud láctea y cárnica.

Nº rebaños Nº animales
ADSG Leche Carne Mixtas Total Leche Carne Mixtas Total
1 2 85 1 88 92 1302 19 1413
2 59 59 1776 1776
3 100 100 1689 1689
4 99 99 1485 1485
5 395 572 88 1055 12184 6596 1501 20281
6 32 131 6 169 1038 2237 166 3441
7 87 87 1430 1430
8 32 99 10 141 963 1306 207 2476
9 99 5 104 1411 80 1491
10 73 16 2 91 3196 317 42 3555
11 27 9 36 1173 105 1278
12 80 28 6 114 2603 424 77 3104
13 61 2 2 65 2805 10 20 2835
14 41 62 10 113 1493 761 148 2402
15 404 16 11 431 12573 370 244 13187
Total 1147 1464 141 2752 38120 21219 2504 61843
Tabla 2.3.- Tamaño de muestra del estudio del año 2004 (nº de rebaños y animales) por aptitud y
ADSG.
88 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

En la tabla 2.4 se incluye el tamaño medio de los rebaños según la aptitud.

Aptitud Nº animales/nº rebaños Media


Leche 38120/1147 33,2
Carne 21219/1464 14,5
Mixta 2504/141 17,8
Tabla 2.4.- Tamaño medio de rebaño en el estudio del
año 2004 por aptitud.

Por su parte, en la figura 2.4, se refleja la distribución de los rebaños según el


tamaño y la aptitud.

46% 46%43%46% Leche


50% 46%
39% Carne
40%
31% Mixta
30% 27%
Total
20% 15%15% 17%
10% 8%
10% 6%
2% 3%
0%
1-10 11-30 31-50 > 50

Figura 2.4.- Gráfico del porcentaje de rebaños por tamaño, según la aptitud, en el estudio del año 2004.

Por último, en la figura 2.5, se puede ver la distribución geográfica de los


municipios en los que se realizó la recogida de muetras para el estudio.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 89

Figura 2.5.- Mapa de los municipios integrados en ADSG en 2004, en cada una de las 4 provincias gallegas.
90 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.2.2.- TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO

En el estudio de prevalencia de la BVD se utilizó un ELISA comercial de


competición (ELISA BVD/MD/BD p80 monocúpula, Institut Pourquier) para la
detección de Acs frente a la proteína p80 del virus, con el 97,6% de Se y el 97,3% de
Sp (valores facilitados por el Institut Pourquier), empleando los controles y puntos de
corte aconsejados en el test, expresados en % inhibición: > 40% negativo y ≤ 40%
positivo.

Para el estudio de prevalencia de la IBR se empleó un ELISA comercial de


competición (Idexx HerdChec IBRgB) que detecta Acs específicos frente a la gB, con
una Se del 95,4% y Sp del 99% (Kramps y cols., 1994), empleando los controles y
puntos de corte indicados por el fabricante, expresados en términos de % inhibición: <
45% negativo y ≥ 45% positivo.

Para los análisis de la neosporosis bovina, en el estudio del 2000, se utilizó un


Elisa comercial indirecto (Hipra Civtest bovis Neospora) con un 83,3% de Se y un
94,7% de Sp (Rebordosa y cols., 2001), empleando los controles y puntos de corte
aconsejados por el fabricante, expresados en valores de índice relativo x 100 (IRPC): ≤
6 negativo, > 6 positivo.

En el trabajo de 2004, para el estudio de neosporosis bovina, se utilizó un


ELISA comercial indirecto (Idexx Herdchek Neospora caninum) con el 98,6% de Se y
el 98,9% de Sp (valores facilitados por Idexx Laboratories), empleando los controles y
puntos de corte recomendados por el fabricante, expresados como valores de índice de
muestra (S/P): < 0,50 negativo y ≥ 0,50 positivo. Ambos ELISA emplean como Ag
proteínas solubles de los taquizoítos.

El empleo de diferentes kits de diagnótico en los estudios de neosporosis bovina,


se debió, únicamente, a motivos administrativos. Para comprobar si las diferencias de
seroprevalencias, entre ambos estudios, se podrían deber al empleo de kits de
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 91

diagnóstico diferentes, se analizaron 161 sueros positivos del estudio de 2004, con
valores próximos al punto de corte (S/P entre 0,5-1), con el ELISA empleado en el
estudio de 2000.

II.2.3.- ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Los programas empleados para el análisis estadístico de los datos obtenidos en


los estudios de seroprevalencia fueron el SPSS 11.5 y Grahpad Instat.

Se aplicó el estadístico χ2 para la comparación de los valores de prevalencia en


función de distintos factores para cada estudio y entre ambos estudios, considerando
significativos los valores de probabilidad ≤ 5% (p ≤ 0,05). Así, se realizó la
comparación según la aptitud (leche, carne y mixta). Para la comparación según el
tamaño de rebaño, se establecieron 4 grupos (1-9, 10-17, 18-29, > 29 animales) tras la
aplicación de cuartiles en la variable de tamaño de rebaño del estudio de 2004. Se
emplearon dichos grupos en ambos estudios, para poder realizar la comparación entre
ellos.

Seguidamente se establecieron grupos según el porcentaje de prevalencia del


rebaño. Para BVD se consideraron 4 grupos según el riesgo de infección: sin riesgo de
infección, prevalencia < 5%; bajo riesgo de infección, entre el 5-25%; riesgo medio de
infección con problabilidad de tener PI o haberlos tenido, entre el 25-65% y alto riesgo
de presencia de PI, que son los rebaños de más del > 65% de prevalencia (Bitsh y
Ronsholt, 1995; Pritchard, 2001).

Para IBR, se establecieron 4 grupos de prevalencia (Pritchard, 2001), con


diferentes posibilidades para llevar a cabo la erradicación. Así se considera que en los
rebaños con < 5% prevalencia, la erradicación es fácil, mediante la eliminación de los
animales seropositivos. En los rebaños con prevalencia entre el 5-20%, la erradicación
se puede realizar en un corto período de tiempo. En los rebaños con el 20-60% y > 60%
de prevalencia, la erradicación se podrá realizar a medio o largo plazo, respectivamente,
92 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

mediante la combinación de la eliminación de los animales seropositivos con la


vacunación con vacuna marcadora, ya que son rebaños con riesgo de poseer animales
infectados (Beer y König, 2006; Borchers, 2006; Nardelli y cols., 1999; Thiry y cols.,
2006).

Y, para neosporosis bovina, los 4 grupos establecidos, según el nivel de


infección fueron: rebaños con un nivel bajo de infección (< 5% de prevalencia), en los
que se podría eliminar, de manera rápida, la infección, mediante la eliminación de los
animales seropositivos. Rebaños con bajo nivel de infección (5-20% de prevalencia),
rebaños con nivel medio de infección (20-40% de prevalencia) y rebaños con una alto
nivel de infección, con una prevalencia > 40%.

Por último, se establecieron 3 grupos por edad, 12-24, 24-36 y > 36 meses, que
permitirán establecer si existen diferencias de prevalencia según la edad.

El análisis de los sueros de los animales de todos los rebaños permitió obtener el
valor de la prevalencia aparente (AP) (nº de animales seropositivos del total de animales
analizados) de cada una de las enfermedades. La prevalencia real (TP) se calculó
aplicando la fórmula (Noordhuizen y cols., 1997):

TP = AP + Sp - 1/Se + Sp - 1

En la TP por animal se emplearon los valores de Se y Sp indicados por el


fabricante pero en la TP por rebaño (HTP), la Se (HSe) y la Sp (HSp) se hallaron a
partir de los valores de la AP de los animales pertenecientes a rebaños positivos,
prevalencia intrarrebaño (pPa) y de la media de animales de todos los rebaños incluidos
en el estudio (n), según las fórmulas (Martin y cols., 1992):

HSe = 1-(1-pPa)n HSp = (Sp)n


CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 93

Para obtener el intervalo de confianza (IC) de los valores de prevalencia, para un


número elevado de muestras y el 95% de confianza, se aplicó la fórmula (Greiner y
cols., 2000):

IC: TP +/- 1,96 √ var TP siendo var TP = AP (1- AP)/n (Se+Sp-1)2

var = varianza, n = nº total de muestras

La pPa se halló dividiendo el nº de animales seropositivos entre el nº total de


animales de los rebaños seropositivos (Martin y cols., 1992):

pPa = nº animales positivos de los rebaños positivos


nº total de animales de los rebaños positivos
94 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.3.- RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE

BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.3.1.- RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE

LA BVD

Considerando como positivos todos los rebaños en los que al menos uno de sus
animales era seropositivo, los valores de TP, AP y pPa obtenidos, en los estudios del
2000 y 2004, se resumen en las tablas 2.5 y 2.6, respectivamente. La estimación de las
prevalencias del estudio de 2000 reflejó la existencia de una HTP significativamente
mayor en los rebaños de aptitud láctea (p < 0,001) que no se observa, sin embargo, en la
TP de los animales de dicha aptitud (p = 0,748).

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 77,6 66,0 (58,5-73,5) 31,2 30,0 (28,5-31,5) 35,4
Carne 64,3 58,5 (52,5-64,5) 31,6 30,5 (28,6-32,4) 39,2
Total 70,2 60,5 (55,6-65,4) 31,3 30,1 (28,9-31,3) 36,7
Tabla 2.5.- Prevalencia aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de la BVD, en el
estudio de 2000, por explotación y animal, según la aptitud.

En el estudio de 2004, por el contrario, se observó una seropositividad


significativamente mayor (p < 0,001) en los rebaños y animales de carne.

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 79,8 49,9 (44,1-55,7) 22,8 21,2 (20,8-21,6) 27,1
Carne 70,0 55,4 (52,4-58,4) 33,2 32,1 (31,4-32,8) 40,6
Mixta 69,5 50,8 (38,8-62,8) 23,9 22,3 (20,6-24,0) 30,4
Total 74,1 52,0 (49,0-55,0) 26,4 25,0 (24,6-25,4) 31,7
Tabla 2.6.- Prevalencia aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de la BVD, en el
estudio de 2004, por explotación y animal, según la aptitud.

Observando los valores de seroprevalencia hallados en ambos estudios se detecta


una menor prevalencia, próxima a la significación estadística (p = 0,055), de la HTP en
las ADSG. Esta disminución se debe a los rebaños de aptitud láctea (p = 0,044) ya que
la disminución observada en los de carne no es significativa (p = 0,476).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 95

Así mismo, se observó una menor TP significativa (p < 0,001) de los animales
de las ADSG, debida a la menor seropositividad de los animales de leche (p < 0,001), ya
que en los de carne es mayor (p = 0,121).

Agrupadas las explotaciones por tamaño de rebaño, tras aplicar los cuartiles en
la variable del tamaño de rebaño, se observó, en ambos estudios, que el porcentaje de
rebaños positivos aumenta de manera significativa al aumentar el tamaño de los mismos
(p < 0,001), como se refleja en la tabla 2.7.

Tamaño Leche Carne Mixta Total


rebaño 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
65/111 63/101 144/257 307/609 26/48
1-9 56,8% 52,7%
58,6% 62,4% 56% 50,4% 54,2%
58/66 149/211 46/56 334/426 27/35
10-17 85,2% 75,7%
87,9% 70,6% 82,1% 78,4% 77,1%
59/64 255/319 28/29 266/301 22/32
18-29 93,5% 83,3%
92,2% 80% 96,6% 88,4% 68,8%
33/36 448/516 5/5 118/128 23/26
> 29 92,7% 87,9%
91,7% 86,8% 100% 92,2% 88,5%
Tabla 2.7.- Porcentaje de seropositividad de la BVD por tamaño de rebaño y aptitud en ambos
estudios.

Tras establecer los grupos de rebaños según el riesgo de infección se pudo


conocer el porcentaje de rebaños existentes en cada uno de ellos, que se resumen en la
tabla 2.8.

Grupo Leche Carne Mixta Total


Prevalencia 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
69/277 369/1147 126/347 468/1464 55/141
< 5% 31,2% 32,4%
24,9% 32,1% 36,3% 32% 39%
86/277 422/1147 73/347 368/1464 38/141
5-25% 25,5% 30,1%
31% 36,8% 21% 25,1% 27%
79/277 234/1147 88/347 411/1464 35/141
25-65% 26,8% 24,7%
28,5% 20,4% 25,4% 28,1% 24,8%
43/277 122/1147 60/347 217/1464 13/141
> 65% 16,5% 12,8%
15,5% 10,6% 17,3% 14,8% 9,2%
Tabla 2.8.- Porcentaje de positividad de la BVD por grupos de riesgo de infección en ambos estudios (Pritchard,
2001).

El 56,7% de los rebaños del estudio del 2000 se encuentran en el grupo de bajo
riesgo de infección (< 25%), el 26,8% en el de riesgo medio (25-65%) y el 16,5% sería
rebaños con alto riesgo de circulación vírica (> 65%).
96 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Así mismo, en el estudio del 2004, el 62,5% de los rebaños presentan bajo riesgo
de infección, el 24,7% un riesgo medio y el 12,8% alta probabilidad de presentar
circulación vírica.

Comparando los resultados entre ambos estudios, se puede observar la mejor


situación de los rebaños del estudio del 2004, con un porcentaje significativamente
mayor en los rebaños de bajo riesgo de infección y significativamente menor en los de
alto riesgo (p = 0,025 en ambos casos).

Observando los datos obtenidos de los rebaños con animales menores de 24


meses seropositivos, que se recogen en la tabla 2.9, se detectó menor positividad en los
rebaños de carne de ambos estudios, p = 0,123 y p = 0,011, para el estudio del 2000 y
2004, respectivamente.

Igualmente se observó la existencia de un porcentaje significativamente menor


(p = 0,032) de rebaños con animales seropositivos menores de 24 meses en el estudio
del 2004, en comparación con el estudio de 2000.

Aptitud 2000 2004


Leche 47/171 27,5% 217/1040 20,9%
Carne 32/159 20,1% 149/916 16,3%
Total 79/330 23,9% 366/1956 18,7%
Tabla 2.9.- Porcentaje de rebaños con animales < 24
meses positivos a BVD según aptitud y para ambos
estudios.

En la seropositividad por grupos de edad se observó, en ambos estudios, una


relación estadísticamente significativa (p < 0,001) entre la edad y la positividad,
aumentando el número de animales positivos al aumentar la edad de los mismos. Estos
datos se resumen en la tabla 2.10.

Comparando ambos estudios se observó una menor positividad de los animales


de las ADSG en todos los grupos de edad, 12-24, 24-36 y > 36 meses (p = 0,018; p =
0,003 y p < 0,001 respectivamente).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 97

Edad Leche Carne Total


meses 2000 2004 2000 2004 2000 2004
93/643 626/5489 46/280 244/1716
12-24 15,1% 12,1%
14,5% 11,4% 16,4% 14,2%
131/623 989/6405 52/251 356/2122
25-36 20,9% 15,8%
21% 15,4% 20,7% 16,8%
1078/2970 7023/26002 676/1950 6243/17854
> 36 35,7% 30,2%
36,3% 27% 34,7% 35%
Tabla 2.10.- Porcentaje de seropositividad de la BVD por edad según la aptitud y para ambos
estudios.

Para poder comprobar si la existencia de rebaños vacunados pudo influir en los


resultados de seroprevalencia obtenidos para BVD, se observaron los resultados
obtenidos en los 585 rebaños de aptitud láctea del estudio de 2004, en los que se
conocía la situación de vacunación: 159 rebaños vacunados (27,2%) y 426 (72,8%) no
vacunados. Los resultados se resumen en la tabla 2.11.

Prevalencia Rebaños Vac (%) Rebaños no vac (%)


< 5% 20,1 46,0
5-25% 37,1 29,6
25-65% 22,6 12,0
> 65% 20,1 12,2
Tabla 2.11.- Porcentaje de rebaños vacunados (vac)/no vacunados
(no vac) frente a BVD, por grupo de prevalencia, en 585 rebaños de
leche del estudio de las ADSG, con situación de vacunación conocida.

Con los datos obtenidos, se pudo observar la existencia de una relación


estadísticamente significativa (p = 0,028), entre la presencia de vacunación y la mayor
seroprevalencia del rebaño. Analizando la seropositividad por animal, se observó,
igualmente, esta relación (p < 0,001). En los rebaños vacunados el 33,2% (1166/3511)
de los animales fueron seropositivos, mientras que en los rebaños no vacunados fueron
un 19,5% (1604/8242).

En la figura 2.6 se puede observar la distribución de los rebaños, vacunados y no


vacunados, según los grupos de prevalencia.
98 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

100%
90%
80%
70%

% de rebaños
60%
No vac
50%
Vac
40%
30%
20%
10%
0%
< 5% 5-25% 25-65% > 65%
% de prevalencia

Figura 2.6.- Gráfico de distribución, por grupos de prevalencia, de los rebaños


no vac/vac, frente a BVD.

II.3.2.- RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE

LA IBR

Los resultados de TP y AP y de pPa obtenidos se muestran en las tablas 2.12 y 2.13


y reflejan unos valores, significativamente superiores, tanto en los rebaños como en los
animales de aptitud láctea de ambos estudios (p < 0,001). Igual que en el caso de BVD, se
consideró positivo todo rebaño con, al menos, un animal seropositivo.

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 64,5 58,3 (52,6-64,0) 42,4 43,2 (41,9-44,5) 53,8
Carne 47,3 48,1 (42,2-54,0) 26,5 26,8 (25,0-28,6) 41,9
Total 55,8 50,4 (46,4-54,4) 37,5 38,4 (37,3-39,5) 50,6
Tabla 2.12.- Seroprevalencias aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de la IBR en
el estudio de 2000, por explotación y animal, según la aptitud.

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 65,3 51,5 (47,7-55,3) 36,9 37,8 (37,3-38,3) 50,3
Carne 52,7 45,2 (42,2-48,2) 32,4 33,1 (32,4-33,8) 47,3
Mixta 51,8 42,3 (32,4-52,2) 25,3 25,5 (23,7-27,3) 40,3
Total 57,9 47,2 (44,9-49,5) 34,9 35,7 (35,3-36,1) 49,0
Tabla 2.13.- Seroprevalencias aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de la IBR en el
estudio de 2004, por explotación y animal, según la aptitud.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 99

Entre ambos estudios no se observó diferencia significativa (p = 0,321) en la


HTP ni en la TP por animal (p = 0,287). Sin embargo, se aprecia una menor TP en los
animales de aptitud láctea y una mayor TP en los de aptitud cárnica (p < 0,018), en el
estudio de 2004.

Para estudiar la positividad de los rebaños por tamaño, se dividieron en 4


grupos, aplicando los cuartiles en la variable del tamaño de explotación. Se observó que
el porcentaje de positividad se incrementa significativamente, conforme aumenta el
tamaño de rebaño (p < 0,001), en todos los casos. Los resultados se resumen en la tabla
2.14.

Tamaño Leche Carne Mixta Total


rebaño 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
68/151 42/103 111/289 203/635 14/51
1-9 40,7% 32,8%
45% 40,7% 38,4% 32% 27,5%
59/84 121/228 44/60 242/425 25/37
10-17 71,5% 56,2%
70,2% 53,1% 73,3% 57% 67,6%
67/88 202/315 21/30 227/293 15/27
18-29 74,6% 69,9%
76,1% 64,1% 70% 77,5% 55,6%
48/52 384/501 6/6 99/111 19/26
> 29 93,1% 78,7%
92,3% 76,6% 100% 89,2% 73,1%
Tabla 2.14.- Porcentaje de seropositividad de la IBR, por tamaño de rebaño y aptitud, en ambos
estudios.

Agrupadas las granjas, según el grupo de prevalencia, resultados recogidos en


la tabla 2.15, se observó que, en el estudio de 2000, el 61,2% de los rebaños presentan
una prevalencia menor del 20%, el 18,2% entre el 20-60% y el 20,7% más de 60% de
prevalencia.

Grupo Leche Carne Mixta Total


Prevalencia 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
146/375 507/1147 205/385 748/1464 78/141
< 5% 46,2% 48,4%
39% 44,2% 53,2% 51,1% 55,3%
63/375 176/1147 51/385 253/1464 25/141
5-20% 15,0% 16,5%
16,8% 15,3% 13,2% 17,3% 17,7%
66/375 142/1147 72/385 173/1464 16/141
20-60% 18,2% 12,0%
17,6% 12,4% 18,7% 11,8% 11,3%
100/375 322/1147 57/385 290/1464 22/141
> 60% 20,7% 23,1%
26,7% 28,1% 14,8% 19,9% 15,6%
Tabla 2.15.- Porcentaje de positividad de la IBR, por grupos de prevalencia, en ambos estudios
(Pritchard, 2001).

En el estudio de 2004, el 64,9% de los rebaños presentan prevalencia menor del


20%, el 12,0% entre el 20-60% y el 23,1% más del 60% de prevalencia.
100 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Comparando ambos estudios, se observó, en el estudio del 2004, un mayor


número de rebaños, con prevalencia menor del 20% y mayor del 60% (p = 0,007 y p =
0,087, respectivamente) y una disminución del grupo del 20-60% de prevalencia (p <
0,001).

Observando los resultados, que se reflejan en la tabla 2.16, de los rebaños que
poseían animales positivos menores de 24 meses, se pudo detectar una presencia menor
en los rebaños de carne, p = 0,068 y p = 0,005, en los estudios de 2000 y 2004,
respectivamente.

Así mismo, comparando ambos estudios, se comprobó la existencia de un


menor porcentaje de positividad sin significación estadística (p = 0,091) en los rebaños
del estudio de 2004, tanto para los rebaños de leche (p = 0,115) como para los de carne
(p = 0,534).

Aptitud 2000 2004


Leche 70/232 30,2% 260/1040 25%
Carne 37/171 21,6% 180/916 19,7%
Total 107/403 26,6% 440/1956 22,5%
Tabla 2.16.- Porcentaje de rebaños con animales < 24
meses seropositivos a IBR para ambos estudios, por
aptitud.

Al estudiar la positividad de los animales atendiendo a su edad, resultados en la


tabla 2.17, se observó un aumento significativo del porcentaje de seropositividad al
aumentar la edad de los animales, para ambas aptitudes y estudios (p < 0,001).

Comparando ambos estudios, en el estudio de ADSG, se apreció una menor


positividad en los grupos de edad de 12-24 y 24-36 meses (p< 0,001) y un aumento en
el grupo de animales > 36 meses (p = 0,407). Estudiando los resultados, por aptitud, se
pudo observar que la disminución de positividad se debió, exclusivamente, a los
animales de los rebaños de leche, ya que, en los rebaños de carne la positividad
aumenta, en los tres grupos de edad.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 101

Edad Leche Carne Total


meses 2000 2004 2000 2004 2000 2004
269/921 1096/5190 46/298 295/1506
12-24 25,8% 20,8%
29,2% 21,1% 15,4% 19,6%
373/916 1909/6241 45/272 505/2000
25-36 35,1% 29,3%
40,7% 30,6% 16,5% 25,3%
1800/4144 10735/25389 575/2060 5738/17068
> 36 38,3% 38,9%
43,4% 42,3% 27,9% 33,6%
Tabla 2.17.- Porcentaje de seropositividad de la IBR por grupos de edad y aptitud de los
animales.

Para poder conocer la influencia que la existencia de rebaños vacunados puede


tener sobre los valores de seroprevalencia hallados, se estudiaron 859 rebaños de aptitud
láctea del estudio de ADSG, con situación de vacunación conocida: 222 (25,8%)
rebaños vacunados y 637 (74,2%) no vacunados. Los resultados se presentan en la tabla
2.18.

Prevalencia Rebaños Vac (%) Rebaños no vac (%)


< 5% 0,9 61,2
5-20% 2,7 17,6
25-60% 4,1 12,6
> 60% 92,3 8,6
Tabla 2.18.- Porcentaje de rebaños vacunados (vac)/no vacunados
(no vac) frente a BVD, por grupo de prevalencia, en 859 rebaños de
leche del estudio de las ADSG, con situación de vacunación
conocida.

Como era de esperar, se evidenció la existencia de una relación, estadísticamente


significativa, entre la presencia de vacunación y la alta seroprevalencia del rebaño (p <
0,001). Analizando la seropositividad por animal, se observó igualmente, una
seropositividad mayor en los animales de los rebaños vacunados, con un 95,9%
(4683/4883) de animales seropositivos, frente al 16,7% (2016/12077) de animales
seropositivos en los rebaños no vacunados (p < 0,001).

En la figura 2.7 se puede observar la proporción de rebaños, vacunados y no


vacunados, para los distintos grupos de seroprevalencia. Los rebaños no vacunados se
distribuyeron, principalmente, en los grupos de menor prevalencia, mientras que por el
contrario, el mayor porcentaje de los rebaños vacunados, se encontró entre los grupos de
mayor prevalencia.
102 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

100%

80%

% de rebaños
60%
No vac
40% Vac

20%

0%
<5 20-60 20-60 > 60
% prevalencia

Figura 2.7.- Gráfico de distribución, por grupos de prevalencia, de los rebaños


no vac/vac, frente a IBR.

II.3.3.- RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE

NEOSPOROSIS BOVINA

Los resultados de TP, AP y pPa del 2000, agrupados en la tabla 2.19, reflejaron
una seropositividad, significativamente mayor, tanto en los rebaños como en los
animales de aptitud láctea (p < 0,001), mientras que la mayor pPa pertenece a los
rebaños de aptitud cárnica.

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 72,2 32,6 (20,6-44,6) 18,9 17,4 (16,1-18,7) 21,9
Carne 47,3 29,1 (19,6-38,6) 15,3 12,8 (11,1-14,5) 23,1
Total 58,7 25,8 (18,2-33,4) 17,7 15,9 (14,8-17,0) 22,2
Tabla 2.19.- Seroprevalencias aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de N.caninum
en el estudio de 2000 por explotación y animal según la aptitud.

En los resultados del AP, TP y pPa obtenidos en el estudio de las ADSG, que se
recogen en la tabla 2.20, se observó una mayor HTP en los de leche (p < 0,001),
mientras que la TP y la pPa son significativamente mayores en los animales de aptitud
cárnica (p < 0,001).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 103

Por explotación Por animal


Aptitud AP (%) HTP (IC) (%) AP (%) TP (IC) (%) pPa (%)
Leche 91,5 87,7 (85,4-90,0) 22,5 21,9 (21,5-22,3) 23,6
Carne 79,8 76,7 (73,7-79,7) 25,6 25,1 (24,5-25,7) 28,3
Mixta 82,3 78,4 (70,7-86,1) 25,4 24,9 (23,1-26,7) 28,6
Total 84,8 80,6 (78,9-82,3) 23,7 23,2 (22,9-23,5) 25,4
Tabla 2.20.- Seroprevalencias aparente (AP), real (TP) e intrarrebaño (pPa) de N.caninum
en el estudio de 2004 por explotación y animal según la aptitud.

Comparando ambos estudios, se observó que la seroprevalencia es mayor para


los rebaños y animales, de ambas aptitudes, en el estudio de 2004 (p < 0,001).

Para comprobar la hipótesis del aumento de prevalencia, por el empleo de


diferentes ELISA en cada estudio, se sometió a 161 sueros positivos, con valores de S/P
cercanos al punto de corte (S/P 0,5-1), en el estudio del 2004, a un análisis con el
ELISA empleado en el 2000. En los resultados, resumidos en la tabla 2.21, se observó
que un 75,8% de sueros positivos con el ELISA-Idexx fueron negativos con el ELISA-
Hipra. Así mismo, un 11,2% de sueros positivos con el ELISA-Idexx, resultaron
dudosos con el ELISA-Hipra. El grado de coincidencia de positividad fue del 6,9% para
los sueros con valores entre 0,5-0,8 y del 23,7% en los de 0,8-1.

Hipra (2000)
Idexx (2004)
Negativo Dudoso Positivo
Positivo S/P (0,5-0,8) 89/102 (87,3%) 6/102 (5,9%) 7/102 (6,9%)
Positivo S/P (0,8-1) 33/59 (55,9%) 12/59 (20,3%) 14/59 (23,7%)
Tabla 2.21.- Comparación de los resultados de los sueros, próximos al punto de corte con
el ELISA de Idexx (S/P 0,50), analizados con el ELISA de Hipra.

Al agrupar los rebaños, atendiendo al tamaño, se pudo observar, en ambos


estudios, un incremento de la seropositividad al aumentar el tamaño del rebaño (p <
0,001). Estos resultados se resumen en la tabla 2.22.

Tamaño Leche Carne Mixta Total


rebaño 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
57/124 69/101 106/289 380/609 32/48
1-9 53,3% 63,5%
46% 68,3% 36,7% 62,4% 66,7%
61/73 188/211 46/60 372/426 31/35
10-17 80,5% 87,9%
83,6% 89,1% 76,7% 87,3% 88,6%
72/82 299/319 24/30 290/301 30/32
18-29 85,7% 94,9%
87,8% 93,7% 80% 96,3% 93,8%
46/48 494/516 6/6 126/128 23/26
> 29 96,3% 96,0%
95,8% 95,7% 100% 98,4% 88,5%
Tabla 2.22.- Porcentaje de seropositividad de N.caninum, por tamaño de rebaño y aptitud, en ambos
estudios.
104 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Para poder determinar el grado de infección, los rebaños se agruparon en 4


niveles, según el porcentaje de prevalencia. Los resultados se pueden observar en la
tabla 2.23.

Leche Carne Mixta Total


Prevalencia 2000 2004 2000 2004 2004 2000 2004
101/327 174/1147 207/385 335/1464 28/141
0-5% 43,3% 19,5%
30,9% 15,17% 53,7% 22,9% 19,8%
108/327 433/1147 69/385 381/1464 37/141
5-20% 24,9% 30,9%
33% 37,8% 17,9% 26% 26,2%
78/327 342/1147 63/385 409/1464 40/141
20-40% 19,8% 28,7%
23,9% 29,8% 16,4% 27,9% 28,4%
40/327 198/1147 46/385 339/1464 36/141
> 40% 12,1% 20,8%
12,2% 17,3% 11,9% 23,2% 25,5%
Tabla 2.23.- Porcentaje de positividad de N.caninum, según el grado de infección, por aptitud, en ambos
estudios.

Observando el porcentaje de rebaños que poseían animales positivos < 24


meses, resumido en la tabla 2.24, se detectó menor positividad, con significación
estadística, en los rebaños de carne de ambos estudios (p < 0,001).

Aptitud 2000 2004


Leche 77/208 37% 495/1040 47,6%
Carne 20/238 8,4% 235/916 25,7%
Total 97/446 21,7% 730/1956 37,3%
Tabla 2.24.- Porcentaje de rebaños con animales < 24
meses positivos a N.caninum, por aptitud, en ambos
estudios.

Estudiando los resultados de positividad de los animales, según la edad, tabla


2.25, se observó un incremento de seropositividad al aumentar la edad de los animales,
en ambos estudios y para ambas aptitudes (p < 0,001).

Edad Leche Carne Total


meses 2000 2004 2000 2004 2000 2004
112/800 570/5489 27/309 222/1716
12-24 12,6% 11,0%
14,0% 10,4% 8,7% 12,9%
148/810 900/6405 37/282 324/2122
25-36 17,0% 14,4%
18,3% 14,1% 13,1% 15,3%
769/3678 6394/26002 353/2135 5683/17854
> 36 19,3% 27,5%
20,9% 24,6% 16,5% 31,8%
Tabla 2.25.-Seropositividad de N.caninum por grupos de edad de los animales según la aptitud y
para cada estudio.
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 105

Para establecer la existencia de variaciones en los niveles de Acs, según la edad


de los animales, se hallaron las medias de los valores de densidad óptica (DO)
corregidas: IRPC en el estudio del 2000 y cociente S/P en el del 2004, que se resumen
en la tabla 2.26.

Edad Valores de DO corregida


meses 2000 (IRPC) 2004 (S/P)
12-24 35,8 4,9
24-36 49,3 6,7
> 36 62,3 7,3
Tabla 2.26.- Valores medios de los niveles
de Acs de los animales, según a edad, en
ambos estudios.

Se evidenció un incremento, significativo estadísticamente (p < 0,001), de los


niveles medios de Acs para todos los grupos, al aumentar la edad de los animales.
106 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.4.- DISCUSIÓN

Uno de los factores que más puede influir en los resultados de HTP hallados, es
el tamaño medio de los rebaños incluídos en los estudios de seroprevalencia (Álvarez y
cols., 1994; Corrales y cols., 2001; Gómez-Pacheco y cols., 2006; Guercio y cols.,
2004; Mockeliuniene y cols., 2004). Es importante destacar el mayor tamaño de los
rebaños de leche frente a los de carne, 16,1 frente a 7,1 en el estudio de 2000 y 33,2
frente a 14,5 en el estudio de 2004. Así mismo, el tamaño medio de los rebaños se
duplica, en los rebaños de ambas aptitudes, en el estudio de 2004 frente al de 2000.

II.4.1.- DISCUSIÓN DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE LA

BVD

En España existen varios estudios de seroprevalencia, en diferentes zonas y


comunidades ganaderas, que nos permitieron comparar la situación encontrada en
Galicia con la existente en el resto del territorio.

Así en Asturias, un estudio realizado sobre el ganado de leche, estableció una


prevalencia por rebaño del 86% y por animal del 21,1% (Mainar-Jaime y cols., 2001).
En Andalucía, obtuvieron una prevalencia por rebaño del 70,9% y por animal del 42,3%
(Gómez-Pacheco y cols., 2006). En las granjas lecheras de León, la prevalencia por
rebaño fue del 91,5% y la prevalencia por animal del 51,3% (Álvarez y cols., 1994). En
la Comunidad madrileña, el 94,2% de los rebaños y el 65,6% de los animales fueron
seropositivos (Vega y cols., 2004). En Extremadura, se obtuvo un 53,3% de prevalencia
por animal (Marín, 1997).

La BVD tiene una distribución mundial (50-90% de los animales y 70-100%


de los rebaños) con grandes diferencias regionales, siendo endémica en los países con
mayor producción bovina y alta densidad de rebaños (Alenius y cols., 1996; Baker,
1987; Corrales y cols., 2001; Houe, 1999; Vega y cols., 2004).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 107

En los países o regiones europeas que no realizan programas de control de la


BVD existen grandes variaciones regionales en la prevalencia por rebaño, siendo
ejemplos: Portugal con el 29,2% - 36% (Niza-Ribeiro y cols., 2004; Niza-Ribeiro y
cols., 2005; Soares y cols., 2006), Italia con el 56,1% - 98% (Ferrari y cols., 1999;
Guercio y cols., 2004), Lituania con el 70% (Mockeliuniene y cols., 2004) o Escocia
con el 57% (Synge y cols., 1999).

Esta alta prevalencia también existía en otras regiones antes de la


implementación de programas de control: 60% de Bretaña (Joly y cols., 2005), 46% de
Suecia (Greiser-Wilke y cols., 2003; Nuotio y cols., 1999), 60-90% de Alemania (Eiken
y cols., 2004; Gaede y cols., 2004), 19% de Noruega y 64% de Dinamarca (Greiser-
Wilke y cols., 2003; Nuotio y cols., 1999). La excepción era Finlandia con una
prevalencia inicial del 1% (Nuotio y cols., 1999).

La consulta de todos estos trabajos permitió conocer la alta difusión que la BVD
tiene en España y en Europa. Comparando los valores de seroprevalencia aportados por
dichos estudios, con los observados en el presente trabajo, se puede concluir que la
situación de la cabaña ganadera de Galicia es similar e incluso mejor, que la existente en
otras regiones españolas y otros países europeos que no realizan programas de control
de la BVD o al comienzo de su implementación.

El ELISA empleado en ambos estudios detecta Acs específicos frente a la p80.


La p80 es una proteína no estructural que sólo da lugar a la formación de Acs durante la
replicación del virus, como consecuencia de una infección de campo o tras una
vacunación con vacuna viva (Álvarez, 1997; Deregt y cols., 2005; Graham y cols.,
2003; Kampa, 2006). Por tanto, como este ELISA no detecta Acs derivados de
vacunaciones con vacuna inactivada y el empleo de la vacuna viva, en Galicia, es
escaso, los resultados encontrados en estos estudios son un reflejo de la difusión de la
BVD en Galicia, sin interferencias de Acs por vacunaciones. Un animal seropositivo
será pues, aquel que tras sufrir una infección logró superarla y está sano o un PI que
haya sufrido una reinfección (Álvarez y cols., 2000).
108 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Las pruebas realizadas sobre la influencia que la vacunación podría tener en los
resultados de seroprevalencia, reflejaron la existencia de dicha relación. Aún así, no se
observa una clara tendencia ya que sólo el 20,1% de los rebaños vacunados presentaron
un prevalencia > 65%. Igualmente, el número de animales seropositivos de los rebaños
vacunados se estableció en el 33,2%. Normalmente la vacunación se realiza cuando se
confirma la existencia de BVD en el rebaño. Es decir, la positividad observada en los
rebaños vacunados, se debió a los animales que sufrieron una infección natural.

La existencia de una diferencia apreciable, entre los valores de AP y la HTP,


sobre todo, en los rebaños de leche del 2004, se debe a la influencia que tiene el tamaño
de rebaño, en la obtención de dichos valores. Así, cuanto mayor sea el número de
animales del rebaño, menor es la HSp, es decir, aumenta la posibilidad de diagnosticar
como seropositivo un animal que en realidad es seronegativo. Este hecho supondría un
incremento en el número de rebaños falsamente positivos. La fórmula de la HTP,
incluye una corrección que minimiza dicho riesgo (Delgado y cols., 2005).

La mayor HTP, detectada en las explotaciones de leche, en el estudio del 2000,


se puede explicar teniendo en cuenta que se consideró como positivo, todo rebaño en el
que al menos uno de sus animales lo era. Al ser significativamente mayor el tamaño de
las explotaciones de aptitud láctea, la probabilidad de que estas granjas sean positivas es
mayor (Guitián y cols., 1998; Solis-Calderón y cols., 2003). El hecho de que no exista
una diferencia, estadísticamente significativa, en la TP por animal y de que la pPa sea
más elevada para los rebaños de aptitud cárnica, respalda la idea de la mayor
seropositividad de los rebaños de leche, debido a su mayor tamaño.

En el estudio de las ADSG, la TP por rebaño y animal y la pPa fueron


mayores en la población de aptitud cárnica. Esta situación se puede deber a la diferente
intensidad, a la hora de aplicar medidas de control ya que, al igual que en otros países
europeos, las explotaciones de carne suelen tener sistemas de producción extensivos que
dificultan la aplicación de medidas de bioseguridad que en el caso de los rebaños de
leche, de producción mayoritariamente intensiva, son más sencillas de incluír en la
rutina de trabajo (Guitián, 2001).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 109

La baja pPa hallada, reflejó la presencia de animales seropositivos en muchos


rebaños. Por otra parte, teniendo en cuenta que en los rebaños en los que existen PI, la
seroprevalencia es elevada, se pudo concluir que el número de explotaciones con PI no
fue elevado (Bitsch y Ronsholt, 1995; Pritchard, 2001).

Comparando ambos estudios, se observó que la TP es menor en los rebaños y


animales de las ADSG, por la menor seroprevalencia de los rebaños y animales de
aptitud láctea. Posiblemente, la mejor situación observada en los rebaños de leche, se
deba a la aplicación más estricta de medidas de control y bioseguridad, que disminuyen
el riesgo y la difusión de la infección en el rebaño.

Por otra parte, las granjas pertenecientes a las ADSG, suelen ser rebaños que ya
venían realizando prácticas para el control de la BVD como son, la identificación y
eliminación de animales PI y medidas de bioseguridad, encaminadas a minimizar la
aparición de reinfecciones (control de incorporaciones, control de acceso a la granja,
etc.). La reducción de la tasa de infección se traducirá, a corto plazo, en un menor
número de animales seropositivos y por tanto, en una disminución rápida de la
prevalencia por animal y pPa. Dicha disminución se observará a medio y largo plazo en
la prevalencia por rebaño, ya que los animales seropositivos mantendrán sus Acs de por
vida alcanzándose la seronegatividad del rebaño cuando sean eliminados (desvieje,
muerte, venta, etc.) (Houe, 1999; Mainar-Jaime y cols., 2001).

Al agrupar las granjas por tamaño, se observó una relación estadísticamente


significativa entre la positividad y el tamaño del rebaño. La consideración del tamaño
del rebaño como un factor de riesgo es respaldada por otros autores (Álvarez y cols.,
1994; Corrales y cols., 2001; Gómez-Pacheco y cols., 2006; Guercio y cols., 2004;
Mockeliuniene y cols., 2004), salvo en un estudio realizado sobre los rebaños de la
Comunidad de Madrid (Vega y cols., 2004), en la que esta diferencia no se observó,
seguramente porque sólo se establecieron 2 grupos de estudio, rebaños de más y menos
de 100 cabezas.
110 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Para conocer el riesgo de infección, se realizó una clasificación de los rebaños


en 4 grupos según la prevalencia: sin riesgo de infección (< 5% de prevalencia), bajo
riesgo de infección (5-25%), riesgo medio de infección y probabilidad de tener PI o
haberlos tenido (25-65%) y alto riesgo de presencia de PI (> 65% de prevalencia), ya
que en los rebaños con infección activa, la difusión del virus es muy rápida y la
seroprevalencia aumenta rápidamente (Pritchard, 2001).

El 56,7% de los rebaños del 2000 y el 62,5% de los del 2004 presentan un
riesgo bajo de infección (< 25% de prevalencia) de los cuales algo más del 30% de las
granjas de ambos estudios son consideradas no infectadas (< 5% de prevalencia). Estos
datos reflejaron que la circulación del virus no es tan elevada como se podría deducir de
los valores de prevalencia real hallados. La disminución significativa del número de
rebaños de los grupos de medio y alto riesgo en las granjas de las ADSG es un reflejo,
de nuevo, de la evolución positiva que supone la implementación de medidas de control
para la BVD en las explotaciones.

Por otro lado, el menor porcentaje de rebaños del estudio del 2004 con animales
seropositivos < 24 meses refleja, igualmente, la evolución positiva que supone la
aplicación de medidas de luchas frente al BVD, ya que los animales jóvenes son los
indicadores de la existencia de infecciones recientes y/o de circulación vírica (Alenius y
cols., 1996).

El 71,4% de los rebaños, con animales < 24 meses seropositivos, se encontraban


en el grupo de prevalencia de alto riesgo de infección; el 24,7% en el grupo de riesgo
medio; el 16,5% en los rebaños con riesgo bajo. No se encontró ningún rebaño con
prevalencia < 5% con animales < 24 meses seropositivos. Este hallazgo, corrobora las
ideas expuestas con anterioridad, de que los animales jóvenes son los indicadores de
infecciones recientes y que éstas, se encuentran en los rebaños con mayores
seroprevalencias (> 25%).

Una vez establecido el riesgo de infección en una explotación, es necesario


conocer el grupo o grupos de edades en los que se encuentran los animales positivos,
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 111

para saber si existe infección y, si ésta es reciente o antigua (Alenius y cols., 1996;
Houe, 1999). Los resultados obtenidos revelaron la existencia de una relación directa
entre la edad y la positividad, aumentando la probabilidad de que un animal sea
seropositivo a medida que aumenta su edad. Cuanto mayor es un animal más
probabilidad existe de que en algún momento de su vida haya tenido contacto con el
virus de la BVD (Mockeliuniene y cols., 2004). A su vez, los Acs derivados de una
infección natural, comienzan a detectarse a las 2-3 semanas p.i. y alcanzan su nivel
máximo a las 5-6 semanas, para permanecer toda la vida (Álvarez, 1997; Luzzago y
cols., 1999; Mockeliuniene y cols., 2004).

II.4.2.- DISCUSIÓN DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE LA

IBR

La comparación, de los resultados de seroprevalencia obtenidos en nuestros


estudios, con otros trabajos existentes en España, fue complicada ya que suelen
referirse a poblaciones muy concretas. Aún así, Suárez y cols., en 1995, consideraron
que la IBR era una enfermedad enzoótica en las zonas de mayor densidad de ganado
vacuno de España (Galicia, Asturias y Cantabria).

La prevalencia por animal en España se puede establecer, de manera


aproximada, entre el 25-40% siendo la seropositividad debida tanto a Acs de infección
natural como de vacunación, por lo que se presume que la prevalencia real de la
infección será menor (Fernández, 2007; Juste, 2007; Suárez y cols., 1995).

La prevalencia por rebaño, observada en otros estudios, fue también muy


variada. Los datos hallados en otros trabajos de investigación sobre poblaciones
similares a las nuestras, reflejaron que por ejemplo, en Asturias, la prevalencia por
rebaño fue del 55% (Fernández-Cabezas, 2007), en Cantabria del 75% (Fernández,
2007) y en el País Vasco del 45,8% (Juste, 2007).
112 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

La situación de otros países de la UE, difiere mucho de unas regiones a otras.


Así Borchers en 2006, estableció una prevalencia en Europa entre el 10-80% de los
rebaños. Existen países como Finlandia, Noruega, Suecia, Austria, Dinamarca, Suiza y
Bolzano (Italia), que tras la aplicación de programas de erradicación durante décadas,
están reconocidas por la OIE como zonas libres de la IBR desde 2003. Otros países
como Hungría, Holanda, Bélgica y Francia también están adoptando medidas de lucha
contra IBR (Ackerman y cols., 2006; Pálfi y cols., 2006). Un tercer grupo, en el que se
halla España, está formado por los países en los que no existe ningún programa de lucha
frente a esta enfermedad.

La prevalencia por rebaño y por animal, obtenida en nuestro estudio, es


similar e incluso menor, que la observada en países europeos que no tienen programas
de lucha contra la IBR: Portugal, con un 47,2% de prevalencia en los rebaños de carne
(Soares y cols., 2006), Italia con el 61% de prevalencia en los rebaños de leche no
vacunados (Cavinari, 2006), Bélgica con 84% de prevalencia en los rebaños de leche,
53% en los de carne y 89% en los mixtos y con el 35%, 31% y 43% de prevalencia en
los animales de aptitud láctea, cárnica o de rebaños mixtos respectivamente (Boelaert y
cols., 2000). Estos valores también son similares a los que presentaban países como
Alemania con el 50% de prevalencia (Teuffer, 2006) o Hungría con el 80% (Pálfi y
cols., 2006) antes del comienzo de los programas de erradicación.

El ELISA empleado no distingue entre los Acs producidos tras la vacunación y


los Acs derivados de una infección de campo, así pues, la seroprevalencia hallada es
mayor que los valores verdaderos de infección en la cabaña gallega (Nardelli y cols.,
1999). Un animal seropositivo podrá ser un animal vacunado o que ha sufrido una
infección. Los animales que superan una infección pueden ser portadores latentes,
pudiendo reactivarse la infección en casos de estrés o inmunosupresión (parto,
corticoides, transporte, enfermedad, etc.) (Ackermann y cols., 2006; Muylkens y cols.,
2007). El hecho de no poder distinguir entre los Acs de origen vacunal de los derivados
de infección, hace que en los programas de erradicación, se considere como infectado,
cualquier animal que presente Acs frente a la IBR (Beer y König, 2006; Furtado-Flores
y cols., 1993).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 113

Así, al conocer la situación de vacunación de 859 de los rebaños lecheros,


incluídos en el estudio de las ADSG, se comprobó el aumento de la seroprevalencias al
incrementarse el número de rebaños vacunados. Del estudio de los 222 rebaños
vacunados, también se puede concluir, la existencia de una mala aplicación de las
pautas vacunales. El 7,7% de estos rebaños, presentaban una prevalencia < 60%.

La mayor HTP obtenida, en ambos estudios, para las explotaciones lácteas, se


puede atribuir al hecho de que se consideró como positiva toda explotación en la que al
menos uno de sus animales lo era. Los rebaños de leche tienen un número de cabezas
significativamente mayor que los de carne y mixtos. Los porcentajes de positividad
obtenidos, por tamaño de rebaño, avalaron esta teoría al reflejar, un aumento
significativo en el porcentaje de positividad de las granjas al aumentar el número de
animales que las integran. Estos resultados coinciden con otros trabajos que
demostraron que cuanto mayor es un rebaño mayor probabilidad existe de positividad
(Guitián y cols., 1998; McDermott y cols., 1997; Nardelli y cols., 1999; Solis-Calderón
y cols., 2003).

En este sentido, la vacunación está más extendida en los rebaños de leche y de


mayor tamaño (Guitián y cols., 1998). El hecho de que las vacunas marcadoras aún no
tuvieran un uso extendido y que el ELISA empleado fue de Acs gB, aumentó la
probabilidad de que una granja grande de leche fuera positiva, por este motivo.

La TP por animal fue también mayor en los animales pertenecientes a los


rebaños de leche, en comparación con los de carne y mixtos, por varios motivos. El
manejo intensivo y la mayor densidad de animales en los rebaños de leche y en las
zonas ganaderas de leche, frente a los manejos extensivos o semi-extensivos de los
rebaños de carne y mixtos, facilitan la circulación vírica, aumentando la probabilidad de
que animales sanos entren en contacto con animales infectados (Guitián y cols., 1998;
Muylkens y cols., 2007). Igualmente, en este caso, el empleo de vacunación incrementó
los valores de seroprevalencia.
114 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

Por otra parte, en los rebaños pequeños es más difícil que la infección se
mantenga, por la baja tasa de nuevas infecciones, mientras que en los grandes, existe
una mayor posibilidad de contacto entre animales infectados y susceptibles,
manteniéndose en el tiempo, por tanto, la posibilidad de aumentar el número de
animales infectados (Guitián y cols., 1998). Además en los rebaños grandes suele existir
mayor movimiento de personas y animales (incorporaciones, ferias, etc.) que aumentan
la posibilidad de infección (Guitián y cols., 1998; Muylkens y cols., 2007).

Las menores prevalencias por rebaño y animal detectadas en las ADSG, en


comparación con el estudio del 2000, se debieron a la disminución significativa de la
positividad en los animales de aptitud láctea ya que en los de carne existe un aumento
significativo de la seropositividad. Esta situación se pudo deber, a la diferente
intensidad, a la hora de aplicar medidas de control y que, al igual que en otros países
europeos, las explotaciones de carne suelen tener sistemas de producción extensivos que
dificultan la aplicación de medidas de bioseguridad. En el caso de los rebaños de leche,
de producción mayoritariamente intensiva, son más sencillas de incluír en la rutina de
trabajo (Guitián, 2001).

Por otra parte, los rebaños que solicitan su entrada en una ADSG, suelen haber
aplicado, desde el pasado, medidas para evitar las infecciones por el BHV-1, como son
el control de las incorporaciones y el muestreo periódico para la detección precoz de
nuevas infecciones (Álvarez-Martínez y cols., 2002).

En ambos estudios, la pPa se estableció alrededor del 50%, siendo mayor en los
rebaños de aptitud láctea. La positividad se concentra en un grupo explotaciones, bien
sea por infección o vacunación con vacuna convencional.

Una vez establecida la seroprevalencia de la IBR, se estudió el porcentaje de


rebaños por grupos de prevalencia: < 5% prevalencia, 5-20%, 20-60% y > 60%
(Pritchard, 2001).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 115

El 46,2% de los rebaños del estudio del 2000 se hallaban en el grupo de no


infectados (< 5%) y el 20,7%, en el grupo de alto riesgo de infección (> 60%). En el
estudio del 2004, el 48,4% de los rebaños pertenecían al grupo de no infectados y el
23,1% al de alto riesgo. Este porcentaje sería realmente menor teniendo en cuenta que,
el 77,1% de los rebaños integrantes del grupo de > 60% de prevalencia, podrían poseer
Acs por vacunación. De ahí la importancia de dejar de vacunar con vacunas
convencionales.

La disminución, en el estudio del 2004, del porcentaje de rebaños que poseían


animales menores de 24 meses seropositivos, aún sin significación estadística, indica
una menor presencia de infecciones y de vacunación sistemática.

El estudio de la seropositividad de los animales, según su edad, permitirá


establecer el grado de protección de la cabaña y la antigüedad de las infecciones y
vacunaciones. En ambos estudios, existe un aumento, extremadamente significativo, del
porcentaje de seropositividad al aumentar la edad de los animales, siendo un resultado
esperado, ya que cuanto mayor es la edad del animal más probabilidad tiene de haber
sido vacunado o haber estado expuesto a una infección natural (Nardelli y cols., 1999;
Solis-Calderón y cols., 2003). Los Acs de infección natural comienzan a detectarse a los
8-10 p.i. y permanecen en el animal de por vida (Álvarez-Martínez y cols., 2000;
Muylkens y cols., 2007) y los derivados de vacunaciones durante años (Nardelli y cols.,
1999; Van der Poel y cols., 1995).

La disminución del porcentaje de positividad entre los animales jóvenes de los


rebaños de leche y el aumento en los de los rebaños de carne, observada en el estudio de
2004 reflejó, de nuevo, el beneficio que conlleva la aplicación de las medidas de
control, mucho más estrictas en las granjas de aptitud láctea. La disminución de las
infecciones se observa, en primer lugar, en los grupos de animales jóvenes mientras que,
en el grupo de adultos, esta situación es previsible que se detecte a largo plazo, al ir
eliminando a los animales seropositivos más viejos e incorporando a los animales
seronegativos de los otros grupos de edad (Arnaiz y cols., 2006; Lehmann y cols., 2002,
Nardelli y cols., 1999).
116 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.4.3.- DISCUSIÓN DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE LA

NEOSPOROSIS BOVINA

La prevalencia hallada en nuestro estudio es difícil de comparar con la existente


en otras zonas de España y de Europa, debido a la variabilidad de las poblaciones
estudiadas y las técnicas de diagnóstico empleadas (Bartels y cols., 2006; Pereira-Bueno
y cols., 1999a).

Así, observando varios estudios realizados en España, el rango de positividad se


estableció entre el 10,0-83,2% para los rebaños de leche y aproximadamente, el 50%
para los de carne (Arnaiz y cols., 2001; Bartels y cols., 2006; Caballero y cols., 2001;
Mainar-Jaime y cols., 1999; Quintanilla-Gozalo y cols., 1999).

Comparando los resultados obtenidos en estudios, de regiones próximas a


Galicia, podemos observar que por ejemplo, en Asturias, la prevalencia en los animales
de leche se estableció en un 30,6% (Mainar-Jaime y cols., 1999). Esta prevalencia es
mucho mayor que la observada en nuestro estudio, aunque es necesario tener en cuenta
que el estudio de Asturias se realizó sobre rebaños con historial de abortos. Otro
ejemplo, es el estudio realizado sobre la cabaña ganadera de León, en el que se observó
positividad en el 83,2% de los rebaños de leche y el 55,1% de los de carne y con el
36,8% de prevalencia en los animales de leche y el 17,9% en los de carne (Quintanilla-
Gozalo y cols., 1999). Estos resultados se aproximan más a los obtenidos en nuestro
estudio de 2004, seguramente, porque el ELISA empleado presentaba una Se del 100%
y una Sp del 93,8%.

En Europa se aprecian, igualmente, grandes diferencias de seropositividad entre


regiones, aptitudes y antecedentes de patologías abortivas (Pereira-Bueno y cols.,
1999a). Por ejemplo, en la región del Alto Minho portugués se detectó un 11,9% de
animales seropositivos (Lopes y cols., 2006). En las regiones italianas de Basilicata y
Venetto la positividad fue del 44,1% de los rebaños y el 11% de los animales (Otranto y
cols., 2003). En Francia la prevalencia en los animales de leche fue del 26% y del 14%
en los de carne (Klein y cols., 1997).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 117

En un estudio comparativo, realizado en 4 países europeos, por Bartels y cols.,


2006, se observó una prevalencia en los rebaños de leche entre el 30%-80% (Alemania
50%; Suecia 30%; Holanda 80%; España 63%) y en los de carne entre el 41%-71%
(Alemania 41%; Holanda 71%; España 46%). En los animales de leche la
seroprevalencia osciló entre el 0,5%-16,2% (Alemania 1,6%; Suecia 0,5%; Holanda
9,9%; España 16,2%) y en los de carne entre el 4,1%-15,8% (Alemania 4,1%; Holanda
13,3%; España 15,2%).

Los resultados obtenidos en el estudio del 2000 con el 25,8% de los rebaños
positivos y el 15,9% de los animales seropositivos, permiten pensar que la situación de
la cabaña gallega es mejor que la de muchas regiones españolas y europeas. Por el
contrario, los resultados obtenidos en el estudio del 2004 con el 80,6% de los rebaños y
el 23,2% de los animales positivos parecen indicar un empeoramiento significativo de la
situación, aunque existen varias razones que pueden explicar esta situación.

En primer lugar, se consideró como positivo, todo rebaño en el que al menos uno
de sus animales lo era. El mayor tamaño de los rebaños de las ADSG, frente a los del
estudio del 2000, aumenta la probabilidad de que un rebaño del estudio de las ADSG,
sea positivo.

En segundo lugar, el empleo de ELISA diferentes para cada estudio podría


influir en los resultados (Aguado-Martínez y cols., 2006; Bjorkman y cols., 1999;
Dubey y Schares, 2006). El ELISA del estudio de 2004, presenta un valor de Se mucho
mayor que el del ELISA empleado en el 2000, mientras que los valores de Sp son
similares, aunque superiores en el 2004. Esta situación, supondría la detección de un
mayor número de animales positivos en el estudio de 2004, como se demuestra, en la
comparación realizada con los 161 sueros positivos, próximos al punto de corte con el
ELISA del estudio del 2004, que fueron negativos al analizarlos con el ELISA del
estudio del 2000. Esta diferencia podría justificar la mayor TP por animal y HTP del
estudio de las ADSG de 2004.
118 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

En este sentido, el trabajo presentado por Aguado-Martínez y cols., en 2006,


reflejó la gran variedad, en cuanto a Se y Sp, de los ELISA existentes en el mercado.
Incluso detectaron variaciones de estos valores, dentro del mismo ELISA, al emplear
muestras de animales positivos por infección natural o experimental. En el diagnóstico
de un rebaño sería necesario hallar distintos puntos de corte para aproximar la Se y la Sp
a valores más adecuados para el tipo de estudio que se quiera realizar.

En el diagnóstico individual es necesario tener en cuenta que la Se y Sp de los


ELISA también pueden variar con la edad del animal, la fase de gestación, número de
partos, etc. siendo también necesario, en estos casos, ajustar los puntos de corte para
cada situación (Álvarez-García y cols., 2003; Arnaiz y cols., 2004; Stenlund y cols.,
1999).

A pesar de las limitaciones del estudio, la inexistencia de vacunación en España


frente a la neosporosis bovina, permitió que los valores de seroprevalencia hallados
reflejen la difusión real de la infección en las poblaciones analizadas. Un animal
seropositivo será aquel que sufrió una infección y seguirá siendo infectivo de por vida,
pudiendo contagiar a su descendencia en el 78-88% de los casos de manera consecutiva
o alternativa (Álvarez y cols., 1999; Paré y cols., 1996) hasta al menos 5 o 6
generaciones (Björkman y cols., 1996; Frössling y cols., 2005).

En ambos estudios, se observó una prevalencia significativamente mayor en los


rebaños de aptitud láctea debido, probablemente, a que los rebaños de leche son de
mayor tamaño que los de carne, con lo que la probabilidad de que alguno de sus
animales sea positivo es mayor (Bartels y cols., 2006; Otranto y cols., 2003). Esta teoría
se demostró al agrupar los rebaños por número de reses, confirmando un aumento de
positividad estadísticamente significativa al aumentar el tamaño del rebaño,
coincidiendo con las conclusiones de otros autores (Bartels y cols., 2006; Pereira-Bueno
y cols., 1999b) Sin embargo, Quintanilla-Gozalo y cols., 1999, no encontraron esta
asociación en los rebaños de leche, pero sí en los de carne, aunque la mayor positividad
la hallaron en los rebaños de tamaño medio (11-49 animales).
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 119

Por otra parte, la existencia de más reproductoras en los rebaños de leche


permite una mayor proporción de reposición interna que, si se hace a partir de
individuos seropositivos, puede establecer “una estirpe” de animales que perpetúe y
aumente el número de animales infectados, ya que la transmisión vertical es la forma
más efectiva de persistencia y difusión de la infección (Ferre y cols., 2003; Frössling y
cols., 2005; Ortega-Mora, 1999).

Por último, suele existir una mayor prevalencia asociada a los rebaños lecheros
(manejo intensivo) frente a los rebaños cárnicos (manejo extensivo de razas autóctonas
en pastos con baja densidad de animales), más por el tipo de manejo que por una
predisposición racial (Pereira-Bueno y cols., 1999a; Quintanilla-Gozalo y cols., 1999).
Así varios autores evidenciaron que el hacinamiento de los animales aumenta la tasa de
transmisión horizontal o postnatal (Otranto y cols., 2003; Schares y cols., 2003).
Igualmente, en un estudio realizado en la provincia de Pontevedra, sobre el censo total
de las “vacas de monte”, que son animales de aptitud cárnica de razas autóctonas,
mantenidos en libertad en el monte, la prevalencia por animal se estimó en un 6,2%,
frente al 19,1% de los animales de los rebaños de leche y al 13,8% de los de carne
(Arnaiz y cols., 2001).

En el estudio de 2000, se observó mayor TP en los animales de leche, mientras


que en el de 2004, dicho grupo presentaba un porcentaje de seropositividad menor. Sin
embargo, la pPa fue, en ambos estudios, mayor para los rebaños de aptitud cárnica. Es
decir, los rebaños positivos de aptitud cárnica tienen mayor porcentaje de animales
positivos que los de leche. Al ser rebaños de menor tamaño, la presencia de un animal
seropositivo aumenta mucho el porcentaje de prevalencia intrarrebaño (Bartels y cols.,
2006).

Al agrupar los rebaños, según el nivel de prevalencia, se observó que el 12% de


los del 2000 y el 20% de los del 2004, presentan más del 40% de prevalencia. Este
grupo es el más problemático, para poder establecer un programa de lucha frente a la
neosporosis, porque al aumentar el número de animales infectados, aumenta la
probabilidad de que exista transmisión horizontal (Bartels y cols., 2006). Igualmente, el
120 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

grupo de reproductoras seronegativas disminuye y con él, la posibilidad de cubrir las


necesidades de recría de manera interna, disparándose los gastos de reposición y
aumentando el riesgo de incorporación de animales positivos (Pereira-Bueno y cols.,
1999b).

El menor porcentaje de animales positivos < 24 meses, observado en los


rebaños de carne de ambos estudios podría deberse, en primer lugar, a la menor tasa de
transmisión vertical ya que, la tasa de reposición interna es mucho menor que en los
rebaños de leche. En segundo lugar, también es menor la tasa de transmisión horizontal,
por la menor densidad de animales, derivada del manejo extensivo de la mayoría de los
rebaños de esta aptitud (Bartels y cols., 2006). Y por último, existe un menor
movimiento de animales y una tasa de reposición externa menor, que minimizan el
riesgo de entrada de animales infectados en el rebaño (Bartels y cols., 2006; Otranto y
cols., 2003; Quintanilla-Gozalo y cols., 1999).

Al agrupar a los animales, según la edad, se observó, en ambos estudios, una


relación significativa entre la edad y la positividad. Diversos autores no evidenciaron
esta relación en sus estudios (Lopes y cols., 2006; Otranto y cols., 2003; Sanderson y
cols., 2000). Otros autores, por el contrario, observaron que en las novillas y animales
de primer y segundo parto existen grandes fluctuaciones de Acs (con períodos incluso
de seronegatividad), mientras que en los mayores de 3 años, estos valores parecer
mantenerse en niveles altos sin grandes variaciones, siendo más fácilmente detectables
(Arnaiz y cols., 2004; Hemphill y cols., 2000; Romero y cols., 2002).

La observación del incremento de los valores medios de IRPC y del coeficiente


S/P, de los animales seropositivos, en los estudios del 2000 y 2004, respectivamente,
permitió corroborar igualmente la teoría de la existencia de un mayor nivel de Acs en
los animales seropositivos de mayor edad.

Por otra parte, la mayor seropositividad detectada en los animales adultos, podría
reflejar la existencia de la transmisión horizontal (Bartels y cols., 2006; Davison y cols.,
1999) o, lo que es más probable, deberse al hecho de que el desvieje se realiza, en
CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA 121

Galicia, más tarde que en otras regiones y países europeos, prolongándose el tiempo
medio de permanencia de los animales en el rebaño (mayor porcentaje de adultos en el
rebaño) y el mantenimiento del riesgo de infección (Bartels y cols., 2006).

El estudio expuesto en el presente capítulo, supone el primer paso para la lucha


frente a la neoporosis bovina, ya que permitió identificar a los rebaños y animales libres
de N. Caninum, que serán de gran utilidad como fuente de reposición para el resto de
los rebaños.

Los resultados obtenidos, en los estudios de seroprevalencia presentados,


revelaron la necesidad de una aplicación estricta del programa de control de neosporosis
bovina, que se realiza en las ADSG de Galicia. Dicho programa se basa en la
eliminación de los animales seropositivos con historial de abortos, en el desecho del
resto de los animales infectados como productores de recría y, la reposición con
animales seronegativos. También será importante incidir en actuaciones que minimicen
el riesgo de transmisión horizontal, evitando la contaminación de pastos, comida y
bebida con ooquistes del parásito y el hacinamiento de animales. Así se reducirá, de
manera rápida, la prevalencia por animal y más lentamente, la prevalencia por rebaño,
hasta la eliminación total de los animales seropositivos y por tanto, de la infección en el
rebaño (Álvarez y cols., 1999; Dubey y cols., 2007; Hall y cols., 2005; Ortega-Mora,
1999).
122 CAP.II: ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

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CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 131

III.1.- INTRODUCCIÓN

El ELISA-Ac es un método de análisis ampliamente utilizado en el diagnóstico


rutinario de poblaciones e individuos, debido a la gran oferta comercial existente, su
rapidez, su sencillez de realización y, por ser la técnica más económica, para el análisis
de un número de muestras elevado (Beaudeau y cols., 2001a; Sánchez-Vizcaíno, 2000).

El suero sanguíneo fue la muestra más empleada tradicionalmente para la


realización de la técnica de ELISA-Ac. Los avances en la evolución de esta técnica se
encaminaron hacia la creación de test cada vez más robustos, sensibles y específicos, a
su empleo en una amplia gama de enfermedades y también, a una mayor diversificación
en cuanto a la naturaleza de las muestras empleadas. En la actualidad, existen ELISA
comerciales que detectan Acs a partir de muestras de distinto origen (fluidos fetales,
leche, etc.) lo que permite escoger la más adecuada en cada circunstancia (Beaudeau y
cols., 2001a; Beaudeau y cols., 2001b; Kirkbride y cols., 1989; Kramps y cols., 2004).

El desarrollo y adaptación de las técnicas de ELISA-Ac, para el empleo de la


muestra de LT, constituye una alternativa barata y fiable en el control de las
enfermedades dentro de los rebaños lecheros ya que, puede dar información sobre la
situación de un grupo numeroso de individuos (animales en lactación) a partir de una
única muestra (Obando y cols., 2003; Pritchard, 2001).

Para poder emplear el ELISA-Ac a partir de la muestra de LT en los programas


de control frente a la BVD y a la IBR se establecieron los siguientes pasos que
constituyen también los objetivos de este capítulo:

El primer paso de este capítulo, consistió en la realización de un estudio de


repetibilidad, para todos los ELISA-Ac que se emplearon en los estudios de
equivalencia entre la muestra de LT y la prevalencia frente a BVD e IBR. Los ELISA-
Ac escogidos para el estudio fueron aquellos que se empleaban con más frecuencia en el
diagnóstico de ambas enfermedades, en Galicia.
132 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

El segundo paso, fue la realización de un estudio comparativo, para valorar la


correlación existente entre los resultados alcanzados a partir de una muestra de suero,
empleada como prueba de referencia, por ser la muestra con la que se optimizaron los
ELISA-Ac, y de leche individual del mismo animal, analizadas con varios ELISA-Ac
comerciales frente a la BVD y a la IBR.

El tercer y último paso de este capítulo, fue la realización de un estudio que


permitiera establecer la concordancia entre los valores de Acs en la muestra de LT y la
prevalencia de BVD e IBR del rebaño, empleando diferentes ELISA-Ac comerciales.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 133

III.2.- MATERIALES Y MÉTODOS

III.2.1.- ANIMALES Y EXPLOTACIONES MUESTREADOS

A continuación se reflejan las características de las muestras empleadas para


poder alcanzar los objetivos descritos.

III.2.1.1.- Repetibilidad de diferentes ELISA-Ac frente a la BVD y la


IBR con muestras de LT

Para el estudio de BVD se empleó la muestra de LT de 4 explotaciones con


prevalencia conocida (1: 78%, 2: 24%, 3: 69% y 4: 0%) y para el de IBR, la de 4
rebaños con prevalencia, igualmente, conocida (1: 97%, 2: 10%, 3: 94% y 4: 0%). Para
comprobar el comportamiento de los ELISA-Ac, en muestras de diferente positividad,
se escogieron muestras de LT pertenecientes a rebaños con distintos niveles de
seroprevalencia.

Todas las muestras fueron analizadas por cuadriplicado en cada placa, en 5 días
diferentes y por 3 técnicos de laboratorio distintos (Jacobson, 1998).

III.2.1.2.- Correlación de niveles de Acs frente a la BVD y a la IBR


entre muestras de suero y leche individuales, por el método de ELISA-Ac

Se recogieron muestras de leche (mezcla de los 4 cuarterones) y de sangre sin


anticoagulante, de todos los animales en lactación de 14 explotaciones (603 animales)
para BVD y de 11 explotaciones (366 animales) para IBR, de diferentes tamaños y
prevalencias de rebaño, recibidas en el Laboratorio de Sanidade e Produción Animal de
Galicia (LASAPAGA), en el año 2004, para el análisis completo de todos los animales.
134 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

El tamaño de rebaño y la seroprevalencia de los rebaños empleados en el estudio, se


resumen en la tabla 3.1.

Las sangres se obtuvieron, por venopunción con tubos de vacío, de la vena


caudal y fueron desueradas a temperatura ambiente. En las leches, se realizó la
eliminación de la fracción grasa tras 24 horas en reposo en refrigeración. Posteriormente
todas las muestras fueron almacenadas a -20ºC hasta el momento de su análisis.

BVD
% prev 0,0 2,3 5,3 5,4
6,5 15,3 15,4 17,9 20,0 28,0 67,8 85,7 86,2 90,0
T. rebaño 33 44 57 9246 59 13 56 15 36 59 14 29 50
IBR
% prev 0,0 3,2 8,9 36,1 46,2 77,8 98,3 100,0 100,0 100,0 100,0
T. rebaño 14 32 56 36 13 36 59 15 59 13 33
Tabla 3.1.- Porcentaje de prevalencia (% prev) de Acs frente a BVD e IBR y nº de animales (T. rebaño) de los rebaños
empleados en los estudios de correlación de Acs de las muestras de suero y leche individual para BVD e IBR.

III.2.1.3.- Concordancia entre la muestra de LT y la prevalencia de


rebaño frente a la BVD y la IBR por la técnica por ELISA-Ac

Se recogieron un total 292 muestras de LT para el estudio de BVD y 221 para el


estudio de IBR. En todos los rebaños se conocía la seroprevalencia por haberse
realizado, previamente, el análisis del suero de todos los animales que estaban en
lactación en el momento de la recogida de la muestra. El número de muestras empleadas
fueron las disponibles en el momento del estudio.

La situación de vacunación y el número de rebaños pertenecientes a cada grupo


de prevalencia, para BVD, se resumen en las tablas 3.2.

Grupos de prevalencia BVD


Vacunación
< 5% 5-25% 25-65% > 65% Totales
Vacunada 13 23 21 14 71
No vacunada 79 58 39 45 221
Totales 92 81 60 59 292
Tabla 3.2.- Nº de rebaños empleados en el estudio de equivalencia entre la
muestra de LT y la prevalencia de BVD según su situación de vacunación y el
grupo de prevalencia al que pertenecen (Pritchard, 2001).
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 135

Así mismo, las características de los rebaños empleados en el estudio de IBR, se


resumen en la tabla 3.3.

Grupos de prevalencia IBR


Vacunación
< 5% 5-20% 20-60% > 60% Total
Vacunada 0 3 1 44 48
No vacunada 71 34 33 26 164
Desconocida 5 3 1 0 9
Totales 76 40 35 70 221
Tabla 3.3.- Nº de rebaños empleados en el estudio de equivalencia entre la
muestra de LT y la prevalencia de IBR según su situación de vacunación y el
grupo de prevalencia al que pertenecen (Pritchard, 2001).

III.2.2.- ELISA-AC EMPLEADOS EN LOS ESTUDIOS DE

REPETIBILIDAD, EQUIVALENCIA Y CONCORDANCIA PARA BVD E IBR

Para el análisis de las muestras de suero, empleadas en el estudio de


equivalencia del nivel de Acs, entre las muestras de suero y leche individuales, frente a
la BVD, se utilizó un ELISA de competición (Institut Pourquier BVD/MD/BD p80
monocúpula) para la detección de Acs anti- p80 del virus en suero, plasma y leche con
Se y Sp del 100% (datos fabricante). Los puntos de corte empleados, para la
interpretación de los resultados fueron los recomendados por el fabricante (%
inhibición): Positivo ≤ 50% y negativo > 50%.

El análisis de las muestras de leche individuales y de tanque, para los estudios


de repetibilidad, equivalencia y concordancia, se realizó con 4 ELISA-Ac comerciales,
aplicando igualmente, los puntos de corte recomendados por el fabricante, para la
interpretación de los resultados. Los ELISA A y B, de competición, detectaban Acs
anti-p80, mientras que los ELISA C y D, indirectos, detectaban Acs totales. Las
características de estos ELISA se resumen en la tabla 3.4.
136 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


Fabricante Pourquier Hipra Idexx Svanova
BVD/MD/BD Civtest bovis BVD
Denominación Herdchek BVDV Svanovir BVDV-Ab
p80 monocúpula p80
Tipo de ELISA Competición Competición Indirecto Indirecto
Muestra Leche Suero y leche Suero y leche Suero y leche
% inhibición % inhibición M/P DO
Puntos de
Positivo < 80% Positivo ≥ 30% Positivo ≥ 0,3 Positivo > 2 x DO CN
corte
Negativo ≥ 80% Negativo < 30% Negativo < 0,3 Negativo < 0,1
Tabla 3.4.- Características de los ELISA-Ac empleados en el análisis de las muestras de leche individual y de
tanque para el estudio de Acs frente a la BVD.

Para el análisis de las muestras de suero, empleadas en el estudio de


equivalencia de la muestras de suero y leche individuales, para Acs frente a la IBR, se
utilizó un ELISA de competición (Idexx HerdChec IBRgB) que detecta Acs específicos
frente a la gB en suero y leche, con una Se del 95,4% y Sp del 99% en suero (Kramps et
al., 2004). Para la interpretación de los resultados se emplearon los puntos de corte
recomendados por el fabricante (% inhibición): Positivo ≥ 45% y negativo < 45%. Se
utilizó este ELISA, porque era el que empleado rutinariamente en el LASAPAGA.

El análisis de las muestras de leche individuales y de tanque, para los estudios


de repetibilidad, equivalencia y concordancia, se realizó, con 4 ELISA-Ac comerciales
frente a IBR, aplicando igualmente, para la interpretación de los resultados, los puntos
de corte recomendados por el fabricante. El ELISA A, de competición, fue el mismo
empleado para las muestras de suero. Los otros 3 ELISA empleados (B, C y D) eran
indirectos y para la detección de Acs específicos. Las características principales de estos
ELISA se resumen en la tabla 3.5.

ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


Fabricante Idexx Svanova Bommeli-Chekit Pourquier
HerdChec Trachitest milk
Denominación IBR-Ab Svanovir IBR monocúpula
IBRgB monophasic
Tipo de ELISA Competición Indirecto Indirecto Indirecto
Muestra Suero y leche Suero y leche Leche Suero y leche
% inhibición DO % M/P % M/P
Puntos de
Positivo ≥ 45% Positivo > 2 x DO CN Positivo ≥ 40% Positivo > 25%
corte
Negativo < 45% Negativo < 0,2 Negativo < 40% Negativo ≤ 25%
Tabla 3.5.- Características de los ELISA-Ac empleados en el análisis de las muestras de leche individual y de
tanque para el estudio de Acs frente a la IBR.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 137

III.2.3.- ANÁLISIS ESTADÍSTICO

El programa empleado para el análisis estadístico de los datos obtenidos en los 3


objetivos de este capítulo fue el SPSS 11.5.

Para la interpretación de los resultados del estudio de repetibilidad se


calcularon, con un 95% de confianza, los coeficientes de correlación (CC) intraclase,
dentro de una placa (intraplaca), entre placas y entre observadores. Las muestras fueron
analizadas por cuadriplicado en cada placa, en 5 días diferentes y por 3 técnicos de
laboratorio distintos (Jacobson, 1998). Se consideró que existía una buena repetibilidad
si el valor del CC era mayor del 0,750 (Delgado y cols., 2005).

Los resultados obtenidos, en el estudio de correlación de muestras de suero y


de leche individuales, se ordenaron en tablas de contingencia 2x2, con el fin de hallar
los valores del coeficiente Kappa, para cada uno del los ELISA empleados. Tomando
como prueba de referencia el resultado de la muestra de suero individual, se calcularon
los valores de Se y Sp de cada ELISA, para las muestras de leche. A partir de la
obtención de las curvas Características Operativas de Recibidor (ROC), se pudieron
identificar los puntos de corte que permitían mejorar la Se o la Sp de la prueba o, fijar el
punto de corte con la mejor combinación de ambos parámetros.

Para la valoración de los resultados obtenidos en el estudio de la concordancia,


entre el valor de Acs en la muestra de LT y la prevalencia del rebaño, se empleó el
estadístico de correlación ANOVA mediante una aproximación categórica. Se
dividieron las explotaciones en 4 grupos, en función del porcentaje de animales
seropositivos del rebaño. Los 4 grupos para el estudio de BVD fueron: < 5%, 5-25%,
25-65% y > 65% de prevalencia y para el estudio de IBR fueron: < 5%, 5-20%, 20-60%
y > 60%. Posteriormente, se establecieron los IC y los puntos de corte para cada grupo
de prevalencia, a partir de los valores medios de DO corregida, obtenida de las muestras
de la LT.
138 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

La concordancia se estimó mediante los coeficientes Kappa lineal y cuadrático.


A su vez, mediante la elaboración de gráficos de dispersión, se pudo valorar la misma
correlación de forma cuantitativa.

Para establecer los extremos de los intervalos de valores, que permitieran


clasificar un rebaño dentro de uno de los grupos de prevalencias establecidos, se partió
de los valores medios obtenidos y del error típico obtenido mediante el test ANOVA,
aplicando coeficientes de confianza, siguiendo la fórmula:

(error típico del grupo x coef. confianza) +/- valor medio del grupo
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 139

III.3.- RESULTADOS

III.3.1.- REPETIBILIDAD DE LOS DIFERENTES ELISA-AC FRENTE A

LA BVD Y LA IBR A PARTIR DE MUESTRAS DE LT

En la tabla 3.6, se pueden observar, los CC hallados en el estudio de


repetibilidad de los 4 ELISA-Ac empleados para BVD.

Correlación ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


t1 0,980 0,932 0,995 0,996
t2 0,995 0,945 0,994 0,835
Intraplaca t3 0,980 0,981 0,997 0,996
t4 0,990 0,941 0,961 0,999
t5 0,955 0,991
Entre placas 0,936 0,915 0,950 0,750
Entre técnicos 0,980 0,927 0,994 0,901
Tabla 3.6.- Coeficientes de correlación para los 4 ELISA-Ac empleados
en el estudio de repetibilidad de las muestras de leche de tanque para
BVD. t1, t2, t3, t4 y t5: diferentes días de realización de los ELISA.

En la tabla 3.7, se observan, los CC obtenidos en el estudio de IBR. Tanto en el


caso de BVD como de IBR, los CC fueron estadísticamente significativos (p < 0,05).

Correlación ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


t1 0,997 0,996 0,985 0,967
t2 0,994 0,977 0,982
Intraplaca t3 0,999 0,986 0,982
t4 0,998 0,979 0,994 0,985
t5 0,999 0,999 0,998 0,993
Entre placas 0,952 0,984 0,977 0,956
Entre técnicos 0,995 0,993 0,986 0,972
Tabla 3.7.- Coeficientes de correlación para los 4 ELISA-Ac empleados
en el estudio de repetibilidad de las muestras de leche de tanque para
IBR. t1, t2, t3, t4 y t5: diferentes días de realización de los ELISA.

III.3.2.- CORRELACIÓN DE LOS NIVELES DE ACS FRENTE A BVD E

IBR ENTRE MUESTRAS DE SUERO Y LECHE INDIVIDUALES

Los 603 animales, incluídos en el estudio de BVD, fueron testados, en primer


lugar, a partir de la muestra de suero, obteniendo un total de 174 animales positivos y
140 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

429 negativos. Posteriormente, se realizó el análisis de todas las leches con 4 ELISA
comerciales.

En el ELISA B, se eliminaron del análisis 5 animales con resultado positivo en


suero, al no poder ser testados a partir de la muestra de leche.

Los resultados obtenidos, recogidos en la tabla 3.8, al igual que en el estudio de


IBR, demuestran una alta correlación en todos los casos.

Elisa A: p80 Suero Elisa C: totales Suero


K = 0,95 Positivo Negativo K = 0,86 Positivo Negativo
Positivo 173 13 Positivo 172 36
Leche Leche
Negativo 1 416 Negativo 2 393

Elisa B: p80 Suero Elisa D: totales Suero


K =0,86 Positivo Negativo K = 0,75 Positivo Negativo
Positivo 157 29 Positivo 164 56
Leche Leche
Negativo 12 400 Negativo 10 373
Tabla 3.8.- Tablas de contingencia y valores del coeficiente kappa para los ELISA empleados en el estudio de
comparación de muestras de suero y leche individuales frente a la BVD.

La Se y Sp obtenidos, para cada uno de los ELISA-Ac testados se resumen en la


tabla 3.9:

ELISA A (IC) ELISA B (IC) ELISA C (IC) ELISA D (IC)


Se 99,4% (99,1-99,7) 92,9% (92,6-93,2) 98,9% (98,6-99,2) 94,3% (93,9-94,6)
Sp 97% (96,8-97,1) 93,2% (93,1-93,4) 91,6% (91,5-91,7) 87% (86,8-87,1)
Tabla 3.9.- Valores de Se y Sp obtenidos en el estudio de comparación de muestras de suero y
leche individuales frente a la BVD.

Calculando las curvas ROC, figura 3.1, se obtuvieron los valores del área bajo la
curva, para un IC del 95%, siendo para el ELISA A: 0,996; para el ELISA B: 0,964;
para el ELISA C: 0,991 y, para el ELISA D: 0,961. Estos valores reflejan una buena
concordancia, para los 4 ELISAs testados ya que, la curva ROC perfecta tiene un área
bajo la curva de 1,000 (Maldonado, 2004).
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 141

Curva COR Curva COR

1,0 1,0

0,8 0,8
Área 0,996 Área 0,964

Sensibilidad
Sensibilidad

0,6 0,6

0,4 0,4

0,2 0,2

ELISA A ELISA B
0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
1 - Especificidad 1 - Especificidad

Curva COR Curva COR

1,0 1,0

0,8 0,8
Área 0,991 Área 0,961
Sensibilidad
Sensibilidad

0,6 0,6

0,4 0,4

0,2 0,2

ELISA C ELISA D

0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
1 - Especificidad 1 - Especificidad

Figura 3.1.- Curvas ROC de los 4 ELISA-Ac frente a BVD.

Observando los valores de Se y Sp, para cada punto de la curva ROC, se pueden
ajustar los puntos de corte de cada ELISA, con el fin de maximizar la Se o la Sp o, para
poder establecer el punto de corte que posea la mejor combinación de los valores de Se
y Sp. Estos valores se agrupan en la tabla 3.10.
142 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


(% inh) (% inh) (m/p) (DO)
Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp
Ptos corte 73,298 98,33 35,07 25,88 - 5,82 69,83 0,30 0,11 1,24 0,1035 0,057 2,91
Kappa 0,96 0,36 0,88 0,79 0,05 0,55 0,86 0,95 0,30 0,75 0,24 0,008
% Se 99,4 100 83,3 95 100 45,6 98,9 100 23,6 96 100 0,57
% Sp 98,1 49,2 100 89 8,9 100 91,6 76,5 100 86 35,9 100
Tabla 3.10.- Valores de los puntos de corte y Kappa para obtener la máxima Se (M.Se), la máxima Sp (M.Sp) o el punto con mejor
combinación Se-Sp (Int.) para BVD.

Los 366 animales, incluídos en el estudio de IBR fueron testados, en primer


lugar, a partir de la muestra de suero, obteniendo un total de 229 animales positivos y
137 negativos. Posteriormente se realizó el análisis de todas las muestras de leche con
los 4 ELISA comerciales descritos.

Los resultados obtenidos, al comparar las muestras de suero y leche individuales


y, los valores del coeficiente kappa, para cada uno de los ELISA, recogidos en la tabla
3.11, mostrando una alta correlación en todos los casos.

Elisa A Suero Elisa B Suero


K = 0,98 Positivo Negativo K = 0,93 Positivo Negativo
Positivo 225 0 Positivo 216 0
Leche Leche
Negativo 4 137 Negativo 13 137

Elisa C Suero Elisa D Suero


K = 0,98 Positivo Negativo K = 0,96 Positivo Negativo
Positivo 225 0 Positivo 228 5
Leche Leche
Negativo 4 137 Negativo 1 132
Tabla 3.11.- Tablas de contingencia y valores del coeficiente kappa para los ELISA empleados en el estudio de
comparación de muestras de suero y leche individuales frente a la IBR.

Los valores de Se y Sp obtenidos, empleando los puntos de corte recomendados


por los fabricantes, para cada uno de los ELISA testados se resumen en la tabla 3.12:

ELISA A (IC) ELISA B (IC) ELISA C (IC) ELISA D (IC)


Se 98,3% (98-98,5) 94,3% (94,1-94,6) 98,3% (98-98,5) 99,6% (99,3-99,8)
Sp 100% (99,6-100) 100% (99,6-100) 100% (99,6-100) 96,4% (96-96,7)
Tabla 3.12.- Valores de Se y Sp obtenidos en el estudio de comparación de muestras de
suero y leche individuales frente a la IBR y para cada uno de los ELISA.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 143

Calculando las curvas ROC, figura 3.2, se obtuvieron los valores del área bajo la
curva, 95% de confianza, siendo para el ELISA A: 1,000; para el ELISA B: 0,998; para
el ELISA C: 1,000 y, para el ELISA D: 0,999. Los resultados obtenidos evidencian una
buena correlación para los 4 ELISA.

Curva COR Curva COR

1,0 1,0

0,8 0,8
Área 1,000 Área 0,998

Sensibilidad
Sensibilidad

0,6 0,6

0,4 0,4

0,2
0,2
Elisa A Elisa B

0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
1 - Especificidad 1 - Especificidad

Curva COR Curva COR

1,0 1,0

0,8 0,8

Área 1,000 Área 0,999


Sensibilidad

Sensibilidad

0,6 0,6

0,4 0,4

0,2 0,2
Elisa C Elisa D
0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
1 - Especificidad 1 - Especificidad

Figura 3.2.- Curvas ROC para los 4 ELISA-Ac frente a IBR.

Observando los valores de Se y Sp, para cada punto de la curva ROC, se pueden
ajustar los puntos de corte de cada ELISA, con el fin de maximizar la Se o la Sp o, para
poder establecer el punto de corte que posea la mejor combinación de los valores de Se
y Sp (Maldonado, 2004).
144 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

Los valores kappa, Se y Sp para los puntos de corte establecidos, para cada uno
de los ELISA-Ac empleados, se reflejan en la tabla 3.13.

ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


(% inh) (DO) (% M/P) (% M/P)
Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp Int. M.Se M.Sp
Pto corte 21,41 21,41 35,05 0,104 0,965 0,18 28,96 28,046 30,2 28,23 20,05 45,73
Kappa 0,99 0,99 0,99 0,94 0,94 0,93 0,99 0,99 0,99 0,97 0,97 0,97
% Se 100,0 100,0 99,1 99,1 100,0 94,8 99,6 100,0 99,2 99,6 100,0 99,6
% Sp 99,3 99,3 100,0 94,2 92,8 100,0 99,3 98,5 100,0 96,4 96,4 100,0
Tabla 3.13.- Valores de los puntos de corte y Kappa para obtener la máxima Se (M.Se), la máxima Sp (M.Sp) o el punto con
mejor combinación Se-Sp (Int.) para IBR.

III.3.3.- ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE LOS NIVELES DE ACS EN

MUESTRAS DE LT Y LA PREVALENCIA DEL REBAÑO FRENTE A LA BVD Y A LA IBR

Analizadas las muestras de LT, mediante los 4 ELISA de detección de Acs


frente a la BVD, se obtuvieron los valores medios para cada uno de los grupos de riesgo
de infección. En los ELISA C y D para detección de Acs totales se realizó, además, la
observación de dichos valores medios para el grupo de muestras de LT de granjas
vacunadas y no vacunadas de manera diferenciada. Estos valores se detallan en las
tablas 3.14 y 3.15.

ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D


<5% 95,37 13,37 Todos No vac Vac Todos No vac Vac
5-25% 71,12 34,18 <5% 0,028 0,025 0,046 0,050 0,045 0,088
25-65% 42,98 54,72 5-25% 0,234 0,217 0,276 0,290 0,249 0,397
>65% 15,32 67,59 25-65% 0,534 0,529 0,544 0,567 0,546 0,607
Tabla 3.14.- Valores medios de los >65% 1,050 1,028 1,121 1,198 1,108 1,481
ELISA de Ac anti-p80 de BVD para Tabla 3.15.- Valores medios de los ELISA de Ac totales de BVD para
cada grupo de prevalencia. cada grupo de prevalencia diferenciando los rebaños vacunados (vac) y
de los no vacunados (no vac).

Aplicando el test ANOVA, con un 95% de confianza, se detectaron diferencias


significativas entre los valores medios obtenidos para cada uno de los grupos de
prevalencia en los 4 ELISA testados (p < 0,001).

En el ELISA C se observaron diferencias significativas (p < 0,05) entre los


valores medios del grupo de rebaños < 5% de prevalencia. En el caso del ELISA D estas
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 145

diferencias se observaron en los grupos < 5% y 5-25% con valores de p = 0,007 y


p = 0,047, respectivamente.

Los puntos de corte para establecer el intervalo de valores, que permitirán


clasificar un rebaño dentro del grupo de prevalencia correspondiente, se resumen en la
tabla 3.16.

ELISA Ac anti-p80 ELISA Ac totales


Intervalo
%prev Intervalo %prev No vac Vac
<5% > 84,32 <5%* < 0,11 < 0,12
5-25% (84,32 – 56,7) 5-25% 0,11-0,35 0,12-0,41
A C
25-65% (56,7 – 27,28) 25-65% 0,35-0,79 0,41-0,80
>65% < 27,28 >65% > 0,79 > 0,80
<5% < 22,28 <5%* < 0,12 < 0,20
5-25% (22,28 – 44,66) 5-25%* 0,12-0,37 0,20-0,50
B D
25-65% (44,66 – 61,88) 25-65% 0,37-0,82 0,50-0,92
>65% > 61,88 >65% > 0,82 > 0,92
Tabla 3.16.- Intervalos de puntos de corte para cada grupo de prevalencia de los
ELISA empleados en BVD. N vac = rebaños no vacunados. Vac = rebaños
vacunados. * Existen diferencias significativas en los valores medios de DO de los
ELISA entre rebaños vacunados y no vacunados.

Los valores de concordancia, Kappa lineal y cuadrática, se hallaron para los 4


ELISA. En el caso de los ELISA C y D también se hallaron, de manera diferenciada,
para los rebaños vacunados y no vacunados, como se puede observar en la tabla 3.17.

Kappa lineal Kappa cuadrática


Todos No vac Vac Todos No vac Vac
ELISA A 0,66 0,79
ELISA B 0,75 0,85
ELISA C 0,74 0,76 0,67 0,86 0,88 0,80
ELISA D 0,65 0,71 0,60 0,77 0,81 0,72
Tabla 3.17.- Índices de concordancia kappa para los 4 ELISA-Ac del
estudio de equivalencia para BVD.
146 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

Al observar los gráficos de dispersión de la figura 3.3 se puede apreciar un buen


agrupamiento de los datos para los 4 ELISA.


  
     

    

     
120,00     75,00    
    

          
  

 
   
     
  
       



      
  

     

 
         
 

   


       
 

 
  
% inhibición

% inhibición
       
   50,00  

80,00    
      



      
   
              
   
    
       
    
  
      
   
  
     
   25,00
     
40,00 
 
      

 
      

 

        
        
 


 
       
 
        
 

  
          
 

       
 

   
        




  

0,00
    
 
0,00

0,00 0,25 0,50 0,75 1,00 0,00 0,25 0,50 0,75 1,00

Prevalencia por rebaño Prevalencia por rebaño


ELISA A ELISA B


   

 
1,50 
2,00  
 
 
  
    
  
 
 
  
  
      
        

   
       
1,00    
      
1,00     
 
         
    
 


    
   
D.O

    
m/p

      
      
 
  
  
  
  
         
    
            
  
        
   
     

0,50        
      
   

  
    0,00 

   


       
     
       
   

     
       
 
   
  
 

 
 
0,00 
 
 
-1,00

0,00 0,25 0,50 0,75 1,00 0,00 0,25 0,50 0,75 1,00
Prevalencia por rebaño Prevalencia por rebaño
ELISA C ELISA D

Figura 3.3.- Gráficos de dispersión de la correlación entre los valores de Acs de la muestra de leche de tanque y la
prevalencia de rebaño de los 4 ELISA-Ac empleados en el estudio de BVD.

Los resultados presentados en el estudio de IBR pertenecen, únicamente, a los


rebaños no vacunados (164). Se descartaron los rebaños vacunados ya que todos ellos lo
estaban con vacuna no marcadora y se detectaron irregularidades, como por ejemplo, la
vacunación de los efectivos de forma anárquica o, la presencia de una seroprevalencia
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 147

muy baja en el rebaño. Al no disponer de muestras homogéneas, los resultados


obtenidos no fueron interpretables y por tanto, eliminados del estudio.

Al observar los valores medios obtenidos, resumidos en la tabla 3.18, se


evidenciaron diferencias significativas, para todos los grupos de prevalencia y en los 4
ELISA testados (p < 0,001).

Acs gB Acs totales


ELISA A ELISA B ELISA C ELISA D
<5% -6,51 0,10 28,03 26,54
5-20% 27,83 0,33 77,47 79,69
25-60% 56,76 0,56 70,96 97,96
>60% 79,11 1,11 147,61 150,45
Tabla 3.18.- Valores medios de los niveles de Acs frente a la IBR
para cada grupo de prevalencia y cada ELISA.

En la tabla 3.19, se puede observar los intervalos obtenidos para cada grupo de
prevalencia y para cada ELISA-Ac.

%prev Intervalo %prev Intervalo


<5% < 7,14 <5% < 45,66
5-20% (7,14 – 42) 5-20% (45,66 – 75,77)
A C
20-60% (42 – 69,66) 20-60% (75,77 – 111,13)
>60% > 69,66 >60% > 111,13
<5% < 0,17 <5% < 46,11
5-20% (0,17 – 0,41) 5-20% (46,11 – 87,82)
B D
20-60% (0,41 – 0,79) 20-60% (87,82 – 126,47)
>60% > 0,79 >60% > 126,47
Tabla 3.19.- Intervalos de puntos de corte para cada grupo de
prevalencia de los ELISA empleados en IBR.

Seguidamente, se hallaron los índices de concordancia Kappa, tanto lineal como


cuadrática, que se recogen en la tabla 3.20.

K lineal K cuadrática
ELISA A 0,59 0,71
ELISA B 0,48 0,58
ELISA C 0,53 0,62
ELISA D 0,51 0,62
Tabla 3.20.- índices de concordancia kappa para los 4 ELISA-
Ac del estudio de equivalencia para IBR.
148 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

En los gráficos de dispersión, figura 3.4, se puede apreciar que existe poca
dispersión de los datos y que, los que no son correctos, se incluyen en grupos próximos.

100,00
        
     

 
        
 
 
    
     
  
  2,00  
  

  
 

 
50,00  
 
 1,50

q


   
% inhibición

 

D.O
   
  
     
   

   
  
  1,00  
 
    
0,00 
   

   

    

  

     
   

    


   
 0,50   
  
  
 
  
 
      
     

  
-50,00 

 

       

 

 
  
0,00

0,00 0,25 0,50 0,75 1,00 0,00 0,25 0,50 0,75 1,00

Prevalencia por rebaño Prevalencia por rebaño


ELISA A ELISA B

 






200,00  
  200,00  
 
 

 
    
   
  
  
  
%_pm/p

% m/p


  
     
 
    
   
100,00   
100,00 
 
p

  
 
  
  
 
   
 
  
  
  

   
    
    
  
 
   
   
   
   
0,00 0,00
0,00 0,25 0,50 0,75 1,00 0,00 0,25 0,50 0,75 1,00

Prevalencia por rebaño Prevalencia por rebaño


ELISA C ELISA D

Figura 3.4.- Gráficos de dispersión de la correlación entre los valores de Acs de la muestra de leche de tanque y la
prevalencia de rebaño de los 4 ELISA-Ac empleados en el estudio de IBR.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 149

III.4.- DISCUSIÓN

III.4.1.- ESTUDIO DE REPETIBILIDAD DE LOS ELISA-AC FRENTE A

BVD E IBR A PARTIR DE MUESTRAS DE LT

En los estudios de repetibilidad, los CC dan una medida de la similitud existente,


entre los valores observados para cada muestra, en las diferentes condiciones de análisis
a las que fueron sometidas.

El CC intraclase, permite valorar la repetibilidad intraobservadores al valorar


cada muestra, así como la repetibilidad entre observadores, al valorar el grado de
coincidencia entre 2 o más técnicos de laboratorio, en la valoración de una misma
muestra (Delgado y cols., 2005).

Los CC obtenidos, en todas las pruebas de repetibilidad y para los 4 ELISA-Ac


frente a BVD, superan el límite de aceptación (> 0,750), salvo el coeficiente de
correlación obtenido para la repetibilidad entre placas del ELISA D, que está en el
límite aceptable (Delgado y cols., 2005). Esta situación se produjo, por la obtención de
valores inferiores, en la muestra de leche de tanque del 69% de prevalencia, en 2 de las
placas, mientras que los valores de los controles, positivo y negativo, fueron correctos.
Este fallo podría deberse a una mala homogenización de la muestra.

En el estudio para los 4 ELISA-Ac frente a IBR, todos los resultados fueron
aceptables (> 0,750). Es decir, fueron estables frente las variaciones que pudieran existir
dentro de una misma placa, en diferentes días (temperatura ambiental, equipos, etc.),
por diferentes técnicos de laboratorio (experiencia, rapidez, etc.) y para muestras con
diferentes niveles de Acs (Delgado y cols., 2005).
150 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

III.4.2.- CORRELACIÓN DE LOS NIVELES DE ACS FRENTE A BVD E

IBR ENTRE MUESTRAS DE SUERO Y LECHE INDIVIDUALES

En el estudio de los 4 ELISA-Ac frente a BVD, debemos tener en cuenta que los
ELISA A y B detectan Acs anti-p80, al igual que el ELISA empleado para el análisis de
las muestras de suero, mientras que los ELISA C y D detectan Ac totales.

Comparando, en primer lugar, los ELISA-Ac anti-p80, la mayor Se corresponde


al ELISA A (99,4%) y la menor al ELISA B (92,9%) coincidiendo con la disminución
del número de animales “falso negativo” (A: 1; B: 12). La existencia de estos animales
se puede deber al hecho de que el nivel de Acs en suero puede ser hasta 20 o 40 veces
mayor que en leche (Dannachers et al., 1984; Kerkhofs et al. 1991; Kramps et al.,
1999).

El valor de Sp más elevado corresponde también al ELISA A (97%) y el menor


al ELISA B (93,2%). El aumento del valor de este parámetro se corresponde con una
disminución en el número de animales “falso positivo” (A: 13; B: 29). La existencia de
estos resultados podrían ser atribuidos probablemente a la dificultad que presenta la
eliminación, mediante el lavado, de las muestras del leche de las placas de reacción
(Diéguez, 2007).

Los valores de Kappa hallados reflejan una alta correlación para los 2 ELISA-
Ac anti-p80 testados pudiendo ser adecuado su empleo para el diagnóstico rutinario. La
elección de uno u otro dependerá de las necesidades y objetivos establecidos. En nuestro
caso, el ELISA de elección deberá poseer una alta Se, ya que, además de usarlo para el
análisis de animales de manera individual, también se empleará para la vigilancia de
rebaños a partir de la muestra de LT.

Al realizar la comparación con los 2 ELISA-Ac totales (C y D), se observó una


Se mayor en el ELISA C (98,9%) con 2 resultados “falso negativo” frente al 94,3% del
ELISA D con 10 “falso negativo”.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 151

Así, se apreció que existía un nº elevado de animales con serología negativa y


positividad en la muestra de leche. Seguramente se trataba de animales vacunados con
vacuna inactivada que no fueron detectados al emplear el ELISA-Ac anti-p80, pero sí al
emplear ELISA-Ac totales.

La mayor Sp corresponde igualmente al ELISA C (91,6 %) que presenta un


menor número de animales “falso positivo” (36) que el ELISA D (56). Los resultados
“falso positivo” podrían pertenecer a animales vacunados con vacuna inactivada que se
detectan con los ELISA-Ac totales, en las muestras de leche, pero no con el ELISA-Ac
anti-p80 empleado en el análisis de las muestras de suero.

Los valores de Kappa hallados en el caso de los ELISA-Ac totales (C y D), a


pesar de las excepciones comentadas, también presentan una buena correlación aunque,
con valores menos favorables que los que presentan los ELISA A y B, para detección de
Acs anti-p80.

Las áreas de las curvas ROC halladas reflejan, igualmente, una alta correlación
para los 4 ELISA testados, por tanto, todos los kits son aptos para ser empleados en el
diagnóstico de rutina y la elección de unos u otros, así como el ajuste de los puntos de
corte dependerán de las características de la población objeto de estudio.

En el estudio de los 4 ELISA-Ac testados frente a IBR, la mayor Se hallada


corresponde al ELISA D (99,6%) y la menor al ELISA B (94,3%). El ELISA D será
pues, capaz de detectar un mayor número de animales positivos. Por otra parte, el
número de animales “falso negativo” en las muestras de leche (animales positivos que
no son detectados) aumenta al disminuir el valor de Se del ELISA (A: 4; B: 13; C: 4; D:
1). La existencia de animales “falso negativo” se puede justificar teniendo en cuenta que
el nivel de Acs en suero pueden ser hasta 20 o 40 veces mayor que en leche, como así
recogen diferentes autores en estudios similares (Dannachers et al., 1984; Kerkhofs et
al. 1991; Kramps et al., 1999). Además el ELISA empleado para el análisis de los
sueros era frente a la gB mientras que los ELISA B, C y D eran frente a Acs totales. Los
152 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

ELISA-gB presentan mayor Se (Beer y König, 2006; Kramps y cols., 1994; Kramps y
cols., 2004; Schelp y Egli, 2006).

Los valores de Sp de los 4 ELISA-Ac fueron del 100% en los ELISA A, B y C


y del 96,4% en el ELISA D. Este valor aumentó, al disminuir el número de muestras
“falso positivo” (animales negativos detectados como positivos) (A: 0; B: 0; C: 0; D: 5).
La existencia de estos resultados podrían ser atribuidos probablemente a la falta de
homogeneidad de las muestras de leche y a la dificultad que presenta la eliminación,
mediante lavado, de dichas muestras de las placas de reacción (Diéguez, 2007; Kramps
y cols., 2004).

Los valores de Kappa y las áreas de las curvas ROC hallados, reflejan una
alta correlación para los 4 ELISA testados, por tanto, todos los kits son aptos para ser
empleados en el diagnóstico de rutina. La elección de unos u otros, dependerá de varios
factores. Así por ejemplo, las características de la población a estudiar, el objetivo del
estudio, la disponibilidad, el precio, la facilidad de manejo, la estabilidad en el tiempo,
etc. En nuestro caso, el objetivo fundamental, es el empleo para vigilancia de los
rebaños, con el fin de eliminar las infecciones existentes y evitar la entrada de nuevas
infecciones. Por tanto, se empleará un ELISA-Ac con una alta Se, que permitirá
identificar a todos los animales con posible infección y alertar con rapidez la entrada de
una nueva infección.

Así mismo, observando los puntos de correlación de las curvas ROC, se podrían
ajustar los puntos de corte según la necesidad del momento, mediante el aumento o
disminución de la Se y la Sp, como ya se observó en trabajos anteriores (Beaudeau y
cols., 2001a; Beaudeau y cols., 2001b).

Debido a los buenos resultados de correlación obtenidos en el estudio que


acabamos de desarrollar se podría considerar la muestra de leche como una buena
elección para la realización de estudios de Acs frente a la BVD y la IBR, aunque es
necesario ajustar los puntos de corte para las muestras de leche (Kramps y cols., 2004;
Obando y cols., 2003). La obtención de dicha muestra de manera incruenta, disminuiría
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 153

el estrés que plantea la recogida de la muestra de suero, así como el riesgo de los
operarios y la reducción en el coste y en el tiempo de la obtención de la muestra
(Beaudeau y cols., 2001a; Beaudeau y cols., 2001b).

III.4.3.- CONCORDANCIA ENTRE LOS NIVELES DE ACS EN MUESTRAS DE LT Y


LA PREVALENCIA DEL REBAÑO FRENTE A LA BVD Y A LA IBR

En el estudio de concordancia para BVD se emplearon 2 ELISA-Ac anti-p80 y 2


ELISA-Ac totales. Estudiando, por separado, los grupos de rebaños vacunados y no
vacunados, sólo se obtuvieron diferencias significativas en los valores de los grupos de
baja prevalencia en los ELISA-Ac totales. Esta diferencia se puede deber a que los
animales con infección natural tienen unos niveles de Acs mucho mayores que los
generados en los animales vacunados (Houe y cols., 1995). Las vacunas suelen inducir
mayor respuesta celular que humoral y ésta varía con el tipo de vacuna tanto en el
tiempo de aparición de los Acs neutralizantes como en el nivel de los mismos
(DesCôteaux y cols., 2003; Fulton y cols., 2003). En las explotaciones con niveles altos
de seroprevalencia, las lecturas de DO se compensan pero, en las de bajo nivel de
prevalencia (< 25%), las diferencias entre niveles de Ac pueden ser detectables.

Los índices Kappa reflejan una buena correlación para los 4 ELISA-Ac testados,
pudiendo ser empleados para los estudios de prevalencia de rebaño. Así mismo, los
gráficos de dispersión obtenidos para cada ELISA reflejan un buen agrupamiento de los
resultados.

En el estudio de concordancia para IBR, inicialmente se analizaron las muestras


de todos los rebaños en conjunto y posteriormente, las de los de rebaños vacunados y no
vacunados por separado. Debido a los resultados dispares obtenidos y al bajo número de
muestras de leche de tanque de explotaciones vacunadas (48), se decidió la exclusión de
dichas muestras del estudio. Por tanto, los resultados reflejados en este apartado se
refieren, únicamente, a las muestras de LT de los rebaños no vacunados.
154 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

En el momento del estudio, la vacunación se realizaba con vacuna convencional


no marcadora. Como cabía esperar, no existe ningún rebaño vacunado con < 5% de
prevalencia, pero sí se encontraron 3 rebaños con una prevalencia entre el 5-20%, tal
vez debido a fallos en la vacunación. Existe otro rebaño con prevalencia entre el 20-
60% que o bien, presentó un fallo en la vacunación o bien, no vacunó a todo el efectivo
del rebaño. Los 44 rebaños restantes poseían una prevalencia > 60%.

Por tanto, los intervalos hallados permitirán, según el valor obtenido a partir de
la muestra de leche de tanque, establecer la prevalencia de IBR en un rebaño no
vacunado o que emplea vacuna marcadora. Para rebaños vacunados con vacuna no
marcadora, sería necesario realizar un estudio más amplio ya que, a priori, no parece
que los valores obtenidos para los rebaños no vacunados sean aplicables directamente a
dicho colectivo.

Por otro lado, los índices kappa obtenidos reflejan un correlación moderada para
los 4 ELISA-Ac utilizados, por tanto, es importante seleccionar el ELISA más adecuado
en cada caso. Como era de esperar, los valores de kappa lineal fueron menores que los
de kappa cuadrática porque la primera penaliza igual a todos los valores erróneos
mientras que, la cuadrática, penaliza mucho más a los valores extremos que a los que,
siendo erróneos, se incluyen en un grupo próximo al que sería el correcto. Ésta situación
se observó los gráficos de dispersión, elaborados para cada uno de los ELISA-Ac
empleados en el estudio. Se puede apreciar que existió una baja dispersión de los
valores y, que los valores que se encuentraban fuera del intervalo correspondiente,
solían hallarse en los grupos adyacentes.

El establecimiento de la concordancia, entre los valores en los niveles de Acs en


la muestra de LT con la prevalencia del rebaño, constituye una herramienta más en el
control de la BVD y de la IBR en un rebaño. Así, se puede realizar una clasificación
inicial de un rebaño y ayudar, mediante la monitorización a partir de dicha muestra, al
control y vigilancia en el tiempo, como se puede observar en muchos programas de
control de dichas enfermedades en diferentes regiones o países.
CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO 155

Así por ejemplo, en el programa de control de la BVD en Bretaña, se empleó la


muestra de LT para la clasificación de los rebaños de leche en 3 categorías: < 10% de
prevalencia, entre el 10-30% y > del 30% (Beaudeau y cols., 2001c; Joly y cols., 2005).
En los programas de control de la BVD en Escandinavia, se empleó para la distinción
entre los rebaños infectados y no infectados y para su posterior monitorización (Hult y
cols., 2005; Lindberg y cols., 1999; Rikula y cols., 2005). En el programa de control
danés para la IBR, la muestra de LT se empleó para la identificación de las
explotaciones infectadas y libres (Nylin y cols., 2000). Otro ejemplo fue el empleo de
dicha muestra en la clasificación inicial de los rebaños, para IBR y BVD, en Perú (Stahl
y cols., 2002).

Aún así, es necesario tener en cuenta las excepciones que podrían provocar una
incorrecta clasificación de los rebaños respecto a la prevalencia. Es posible que la
existencia de un pequeño grupo de animales con títulos de Acs elevados, de lugar a un
alto nivel de Acs en la muestra de LT, reflejando una HTP mayor de la real (Frediksen y
cols., 1998). Por el contrario, la presencia de animales PI en el grupo de lactación puede
provocar, que el virus excretado por dichos animales neutralice los Acs presentes en la
muestra de LT, produciendo una menor lectura en los niveles de Acs en la muestras de
LT, reflejando una HTP menor de la real (Carnero y cols., 2007; Niskanen, 1995).

Igualmente, una única muestra de LT no es suficiente para conocer la antigüedad


de una infección, ya que no permite distinguir un rebaño con una infección activa de
otro con una infección eliminada recientemente. Sin embargo, el seguimento en el
tiempo a partir del tanque, sí permite conocer la evolución del rebaño, comparando los
niveles de Acs observados en los muestreos periódicos (Franken, 2006; Valle y cols.,
2001).
156 CAP.III: ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

III.5.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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160 CAP.IV: CONCLUSIONES
CAP.IV: CONCLUSIONES 161

Conclusión 1.- La seroprevalencia de BVD, en el estudio de 2000, fue del 60,5% para
los rebaños y del 30,1% para los animales. Se observó una mayor
prevalencia en los rebaños de leche y en los animales de aptitud cárnica.
En el estudio de 2004, la seroprevalencia por rebaño se estableció en el
52,0% y por animal en el 25,0%. En esta ocasión, la seropositividad fue
mayor para los rebaños y animales de aptitud cárnica. Comparando
ambos estudios se detectó una mejor situación en la población de las
ADSG.

Conclusión 2.- La seroprevalencia de IBR, en el estudio de 2000, se situó en el 50,4%


de los rebaños y el 38,4% de los animales, siendo más elevada en los
rebaños de aptitud láctea. En el estudio del 2004, la seroprevalencia se
estableció en el 47,2% para los rebaños y en el 35,7% para los animales,
siendo igualmente, mayor en los rebaños de leche. Comparando ambos
estudios, no se observaron diferencias significativas entre ambas
poblaciones. Los valores de seroprevalencia hallados no indican,
realmente, el grado de infección, ya no se pudo distinguir entre los Acs
derivados de una infección y los derivados de la vacunación.

Conclusión 3.- La seroprevalencia de neosporosis bovina, en el estudio del 2000, se


estableció en el 25,8% de los rebaños y el 15,9% de los animales, siendo
mayor para los rebaños y animales de aptitud láctea. En el estudio del
2004 la prevalencia por rebaño se estableció en un 80,6% y por animal
en un 23,2%. En este caso, la seroprevalencia fue mayor para los
rebaños de leche y para los animales de carne.

Conclusión 4.- Tanto en los estudios de BVD, como de IBR y neosporosis bovina, se
observó que el porcentaje de seropositividad aumentaba, de manera
significativa, al incrementarse el tamaño de los rebaños y la edad de los
animales. A pesar de ello, se observó un menor riesgo de infección por
162 CAP.IV: CONCLUSIONES

BVD y menor porcentaje de seropositividad frente a IBR, en los rebaños


de las ADSG.

Conclusión 5.- Todos los ELISA de detección de anticuerpos frente a BVD e IBR,
empleados en el estudio comparativo entre las muestras de suero leche
individuales, presentaron buenos resultados de correlación, por lo que se
puede concluír, que la muestra de leche es válida para el estudio de
anticuerpos de manera individual.

Conclusión 6.- Los 4 ELISA de detección de anticuerpos frente a BVD, empleados en


el estudio de concordancia de los niveles de anticuerpos de la muestra
de leche de tanque con la prevalencia del rebaño, presentaron buenos
valores de concordancia. Así, se pudieron establecer los puntos de corte
e intervalos, que permitirán realizar una clasificación de los rebaños,
según el nivel de seroprevalencia, frente a BVD y la monitorización
para el seguimento periódico del mismo.

Conclusión 7.- Los 4 ELISA de detección de anticuerpos frente a IBR, empleados en el


estudio de concordancia de los niveles de anticuerpos de la muestra de
leche de tanque con la prevalencia del rebaño, presentaron valores
moderados de concordancia, para los rebaños no vacunados. En los
rebaños vacunados con vacuna marcadora no se pudo realizar el estudio.
Por tanto, aunque la muestra de leche de tanque puede ser útil para la
monitorización de los rebaños, en la clasificación inicial de los mismos
podría presentar problemas en algunos rebaños.
CAP.V: RESUMEN 163

En esta tesis doctoral, se realizó el primer acercamiento a la importancia que la


BVD, la IBR y la neosporosis bovina tienen en la cabaña ganadera gallega.

Se comenzó el trabajo por la realización de un estudio de seroprevalencia en


Galicia en el año 2000. Los resultados obtenidos permitieron comprobar la amplia
expansión de los 3 procesos. En el caso de la IBR, los resultados de seroprevalencia
hallados, no reflejan el grado real de infección. La vacunación frente a la IBR está muy
extendida y, en el momento del estudio, se realizaba con vacunas convencionales y el
ELISA empleado detecta Acs frente a la gB. Por tanto, no se puede diferenciar si los
Acs detectados proceden de infecciones naturales o de vacunaciones.

Aunque los valores de seroprevalencia hallados son altos, no son peores que los
de otros países de nuestro entorno. El hecho de que haya países con programas de
erradicación en curso y que España y Galicia, sean eminentemente importadores de
ganado, hace necesario el establecimiento de programas de control en España, para
evitar ser los receptores de animales desechados de dichos países.

Al constituirse las ADSG en Galicia, se consideró necesaria la inclusión de


programas sanitarios obligatorios para la BVD, la IBR y la neosporosis bovina, entre
otros. Ante esta situación, se realizó el estudio de seroprevalencia del 2004, sobre los
rebaños de las ADSG, como paso previo para la aplicación del programa sanitario, con
las medidas más adecuadas para cada caso.

Con este segundo estudio de seroprevalencia, se pudo conocer la importancia de


dichos procesos en los rebaños pertenecientes a las ADSG. Mediante el análisis de
todos los animales mayores de 1 año, de todos los rebaños de las ADSG, también se
pudieron identificar las explotaciones libres de BVD, IBR o neosporosis bovina que
jugarán un papel fundamental, como fuente de reposición para el resto de los rebaños.
Se identificaron, igualmente, los rebaños con infecciones recientes de BVD e IBR y las
reproductoras con infección por N. caninum.
164 CAP.V: RESUMEN

La carga de trabajo, el coste económico, el incremento de los rebaños que


ingresan cada año en las ADSG y los trabajos de seguimento de los rebaños ya incluídos
en estas asociaciones, evidenciaron la necesidad de disminuir el número de análisis sin
disminuir la eficacia y fiabilidad del diagnóstico de laboratorio, parte fundamental del
programa de control.

En este sentido, se pensó en el empleo de muestras colectivas, como la muestra


de LT. Como paso previo, se realizó el estudio de correlación de los niveles de Acs,
entre las muestras de suero y leche de un mismo animal. Los resultados obtenidos
evidenciaron, que la muestra de leche tiene la misma validez que la muestra de suero
para el análisis individual de Acs frente a BVD e IBR. Podría ser empleada como
alternativa, por ser una muestra que los ganaderos pueden recoger de manera segura y
sencilla, disminuyendo el tiempo invertido por el veterinario en cada explotación.

Los buenos resultados obtenidos en este estudio previo, permitieron pensar que
el empleo de la muestra de LT, a través del diagnóstico del grupo de animales en
lactación, podría ser útil, para conocer la prevalencia del rebaño y realizar el
seguimiento de la evolución de las infecciones. Con el estudio desarrollado en esta tesis,
se pudo establer la concordancia entre los niveles de Acs de la muestra de LT y la
seroprevalencia de la BVD en un rebaño. También se halló dicha concordancia para la
IBR, pero sólo en los rebaños no vacunados o vacunados con vacuna marcadora.

Este trabajo cumplió las expectativas establecidas inicialmente. En los rebaños


de leche, a partir de la muestra de LT, se podrá establecer la seroprevalencia inicial, que
permitirá aplicar las medidas más adecuadas del programa sanitario e igualmente,
realizar una vigilancia en el tiempo, mediante un muestreo períodico. Así, se podrá
conocer la evolución de los rebaños tras la eliminación de una infección y se podrá
detectar de manera precoz la presencia de una nueva infección.

El empleo de la muestra de LT, el muestreo de los animales por grupos de edad


y el análisis de todos los animales de nueva incorporación, en otros, son herramientas
fundamentales en los programas de control de la BVD y la IBR.
CAP.VI:SUMMARY 165

The studies presented in the present doctoral thesis were the first approximation
realized to the importance that the IBR, BVD and neosporis have in the Galician cattle
population, one of the most important cattle areas from Spain.

The work was begun by the accomplishment of a seroprevalence study from


Galicia in 2000, choosing the 3 mentioned diseases by the diverse reasons.

The fact that many European countries are free of IBR or develope control
programs, can supposes hobbles for the traffic of IBR seropositive animals.

The BVD virus infection in the Galician cattle population and the economic
losses generated, that were proved by diverse finds realized in the LASAPAGA, so
much of serological studies, as by the often identification of the etiological agent in
animals or fetuses from herds with respiratory, enteric or reproductive pathologies.

Finally, neosporosis was appearing, in a lot of Spanish and European papers as


one of the principal cause of abortion in cattle, being able to be the response of many
abortions in which the causal agent was not identified.

Once realized the seroprevalence study, it was verified the expansion of 3


processes, though in case of the IBR the values found probably are overvalued. The
vaccination against IBR is widespread in Galicia and in the moment of the study it was
realized mainly by means of non-marker vaccines.

Though the seroprevalence values found were high, they were not worse than
those of other close countries. The fact that there are countries with eradication
programs in process and that Spain and Galicia are eminently importing of cattle, it
makes necessary the establishment of programs with strict control of purcahsed cattle.
166 CAP.VI: SUMMARY

With the creation of the ADSG in Galicia, the sanitary authorities, on the basis
of the results obtained in 2000, considered to be necessary the incorporation of
compulsory programs for IBR, BVD and neosporosis. Before this situation, arose the
need to realize the seroprevalence study of 2004 in herds belonging to ADSG as
previous step for the future application of the programs.

With this second study it was possible to know the importance of the mentioned
processes in herds from the ADSG. By means of serological analysis of all animals
older than 1 year, there could be identified herds free of IBR, BVD or neosporosis that
will play a fundamental role as source of reinstatement for the rest of the herds. The
herds were identified equally by IBR and BVD recent infections and the breeding cows
by N. caninum infection, which will allow to establish the optimal measures in every
herd.

The load of work, the economic cost, the increase of the herds that deposit every
year the ADSG and the follow-up works already included in these associations,
demonstrated the need to diminish the number analysis without diminishing the
efficiency and reliability of the laborator diagnosis, which is a fundamental part of the
control program.

In this respect several actions were thought. First, the employment of sera
samples mix of several animals for the analysis of different age groups.

Secondly, the employment of milk samples for the individual examination of the
animals. In this respect, with the study of correlation included in this work, was
observed that the sample of milk could have also validity, though bit less sensitive than
the sample of serum for the individual analysis of antibodies against to IBR and BVD.

Thirdly, it was thought about the employment of the sample of bulk tank milk to
be able, thouhg othe diagnosis of the group animals in lactation, to know the prevalence
of the herd and realize the follow-up of the evolution of the infections. The study
presented in this thesis allowed to establish the agreement between the levels of
CAP.VI:SUMMARY 167

antibodies of the sample of bulk tank milk and the seroprevalence of the herd for IBR
and BVD.
ÍNDICE

I.- INTRODUCCIÓN GENERAL

I.1.- PROCESOS PATOLÓGICOS REPRODUCTIVOS ................................................................ 1

I.2.- DIARREA VÍRICA BOVINA (BVD) .............................................................................. 3

I.2.1.- Etiología ............................................................................................. 3

I.2.2.- Epidemiología .................................................................................... 5

I.2.2.1.- Prevalencia .................................................................................. 5

I.2.2.2.- Factores de riesgo ........................................................................ 7

I.2.3.- Patogenia y Cuadro clínico................................................................. 8

I.2.3.1.- Infección aguda ........................................................................... 8

I.2.3.2.- Infección fetal ............................................................................ 10

I.2.3.3.- Enfermedad de las mucosas ...................................................... 11

I.2.4.- Diagnóstico ....................................................................................... 12

I.2.4.1.- Identificación de rebaños infectados ......................................... 12

I.2.4.2.- Detección de PI ......................................................................... 13

I.2.4.3.- Investigación de fetos y animales muertos ................................ 14

I.2.5.- Control y Prevención ........................................................................ 15

I.2.5.1.- Clasificación de los rebaños según su estado sanitario ............. 15

I.2.5.2.- Identificación de animales infectados ....................................... 16

I.2.5.3.- Vigilancia y monitorización ...................................................... 16


I.2.6.- Impacto económico .......................................................................... 17

I.3.- RINOTRAQUEÍTIS INFECCIOSA BOVINA (IBR)........................................................... 19

I.3.1.- Etiología ........................................................................................... 19

I.3.2.- Epidemiología .................................................................................. 20

I.3.2.1.- Prevalencia ................................................................................ 20

I.3.2.2.- Factores de riesgo ...................................................................... 22

I.3.3.- Patogenia y Cuadro clínico............................................................... 23

I.3.3.1.- Forma respiratoria-ocular .......................................................... 23

I.3.3.2.- Forma reproductiva ................................................................... 24

I.3.3.3.- Forma nerviosa o meningoencefalítica...................................... 24

I.3.3.4.- Forma sistémica ......................................................................... 25

I.3.3.5.- Latencia ..................................................................................... 25

I.3.4.- Diagnóstico ....................................................................................... 25

I.3.4.1.- Identificación de rebaños infectados ......................................... 26

I.3.4.2.- Identificación de animales infectados ....................................... 27

I.3.4.3.- Investigación de fetos y animales muertos ................................ 28

I.3.5.- Control y Prevención ........................................................................ 28

I.3.5.1.- Clasificación de los rebaños según su estado sanitario ............. 28

I.3.5.2.- Identificación de animales infectados ....................................... 29


I.3.5.3.- Vigilancia y monitorización ...................................................... 30

I.3.6.- Impacto económico .......................................................................... 31

I.4.- NEOSPOROSIS BOVINA ............................................................................................. 33

I.4.1.- Etiología ........................................................................................... 33

I.4.2.- Epidemiología…….……………………....…………… …………..36

I.4.2.1.- Prevalencia ................................................................................ 36

I.4.2.2.- Factores de riesgo ...................................................................... 37

I.4.3.- Patogenia y cuadro clínico ............................................................... 39

I.4.3.1.- Infección aguda ......................................................................... 39

I.4.3.2.- Infección crónica y reactivación ................................................ 40

I.4.4.- Diagnóstico ....................................................................................... 40

I.4.4.1.- Identificación de rebaños infectados ......................................... 40

I.4.4.2.- Identificación de animales infectados ....................................... 41

I.4.4.3.- Investigación de fetos ................................................................ 41

I.4.5.- Control y prevención ........................................................................ 42

I.4.5.1.- Identificación de los rebaños y animales infectados ................. 43

I.4.5.2.- Vigilancia y monitorización ...................................................... 43

I.4.6.- Impacto económico .......................................................................... 44

I.5.- ENTORNO GEOGRÁFICO Y ECONÓMICO .................................................................... 46

I.6.- PERFIL DE LA TESIS ................................................................................................... 50


I.7.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................ 51

II.- ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y NEOSPOROSIS BOVINA

II.1.- INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 81

II.2.- MATERIALES Y MÉTODOS ........................................................................................ 82

II.2.1.- Muestras .......................................................................................... 82

II.2.1.1.- Estudio de seroprevalencia en Galicia en el año 2000 ............. 82

II.2.1.2.- Estudio de seroprevalencia en las ADSG de Galicia en el año


2004 ....................................................................................................... 87

II.2.2.- Técnicas de diagnóstico .................................................................. 90

II.2.3.- Análisis estadístico .......................................................................... 91

II.3.- RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE SEROPREVALENCIA DE BVD, IBR Y

NEOSPOROSIS BOVINA ...................................................................................................... 94

II.3.1.- Resultados de los estudios de seroprevalencia de la BVD.............. 94

II.3.2.- Resultados de los estudios de seroprevalencia de la IBR ............... 98

II.3.3.- Resultados de los estudios de seroprevalencia de Neosporosis


bovina ........................................................................................................ 102

II.4.- DISCUSIÓN ............................................................................................................ 106

II.4.1.- Discusión de los estudios de seroprevalencia de la BVD ............. 106

II.4.2.- Discusión de los estudios de seroprevalencia de la IBR ............... 111


II.4.3.- Discusión de los estudios de seroprevalencia de la neosporosis
bovina ........................................................................................................ 116

II.5.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................. 122

III.- ESTUDIO DE CONCORDANCIA ENTRE EL NIVEL DE ACS DE LA MUESTRA DE LT Y LA


PREVALENCIA DE BVD E IBR DEL REBAÑO

III.1.- INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 131

III.2.- MATERIALES Y MÉTODOS .................................................................................... 133

III.2.1.- Animales y explotaciones muestreados ....................................... 133

III.2.1.1.- Repetibilidad de diferentes ELISA-Ac frente a la BVD y la


IBR con muestras de LT........................................................................ 133

III.2.1.2.- Correlación de niveles de Acs frente a la BVD y a la IBR entre


muestras de suero y leche individuales, por el método de ELISA-Ac . 133

III.2.1.3.- Concordancia entre la muestra de LT y la prevalencia de


rebaño frente a la BVD y la IBR por la técnica por ELISA-Ac ............ 134

III.2.2.- ELISA-Ac empleados en los estudios de repetibilidad, equivalencia


y concordancia para BVD e IBR ............................................................... 135

III.2.3.- Análisis estadístico ...................................................................... 137

III.3.- RESULTADOS ....................................................................................................... 139

III.3.1.- Repetibilidad de los diferentes ELISA-Ac frente a la BVD y la IBR


a partir de muestras de LT......................................................................... 139

III.3.2.- Correlación de los niveles de Acs frente a BVD e IBR entre


muestras de suero y leche individuales ..................................................... 139
III.3.3.- Estudio de concordancia entre los niveles de Acs en muestras de
LT y la prevalencia del rebaño frente a la BVD y a la IBR ...................... 144

III.4.- DISCUSIÓN ........................................................................................................... 149

III.4.1.- Estudio de repetibilidad de los ELISA-Ac frente a BVD e IBR a


partir de muestras de leche de tanque ....................................................... 149

III.4.2.- Correlación de los niveles de Acs frente a BVD e IBR entre


muestras de suero y leche individuales ..................................................... 150

III.4.3.- concordancia entre los niveles de Acs en muestras de LT y la


prevalencia del rebaño frente a la BVD y a la IBR ................................... 153

III.5.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................... 156

IV.- CONCLUSIONES…………………………………….……………………………..161

V.- RESUMEN………………………………………………………….………………163

VI.- SUMMARY………………………………………….…………….……………….165

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