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Posesión y Detentación

Abogado, Eladio Román Urbina Tortolero.

Barquisimeto, Venezuela. 2012


elurbina@outlook.com

POSESIÓN Y DETENTACIÓN.

Partiendo de que la posesión según el artículo 771 del Código Civil


Venezolano es “la tenencia de una cosa, por el goce de un derecho que ejercemos
por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la cosa o ejerce el
derecho en nuestro nombre”.

Nos encontramos con que la detentación o tenencia, llamada también posesión


precaria, posesión natural o posesión en nombre ajeno de acuerdo con lo expuesto
viene a enlazarse pues con la "possessio alieno nomine" mencionada en las fuentes
romanas. Posee en su propio nombre quien tiene una cosa "animus domini" (sin
reconocer que otra persona tenga mejor derecho sobre dicha cosa), mientras que,
quien tiene la cosa sin "animus domini" posee en nombre de otro (precisamente, en
nombre de la persona a quien reconoce mejor derecho sobre la cosa). En esta última
hipótesis, afirma Savigny, el poder de hecho produce los efectos posesorios, no en
favor de quien tiene la cosa, puesto que éste carece de la intención de tenerla para sí,
sino en favor de la persona en cuyo nombre posee. Así pues, la detentación se
distinguiría de la posesión en que carece de "animus". El detentador tiene el
"corpus", pero no el "animus" de la posesión; no le falta la intención de mantener una
relación de hecho con la cosa; pero no tiene la intención de tener la cosa para sí sino
en nombre de otra a quien reconoce mejor el derecho.

Para evitar confusiones es necesario aclarar que la detentación no constituye


el ejercicio de un poder de representación. El campo más característico de la

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representación es el negocio jurídico mientras que el campo de la detentación es la


posesión. Por ello, aun cuando se diga que el detentador actúa "en nombre de otro",
su actuación no consiste en una declaración de voluntad hecha en ejercicio del poder
de representación sino en el cumplimiento del "corpus" posesorio,
independientemente de que se tenga poder de representación o se carezca de él.

Por ello es más exacto hablar de "mediación posesoria" que de "posesión en


nombre de otro". Cuando alguien posee en nombre de otro lo que ocurre es que ese
"otro" en vez de tener una posesión inmediata posee a través de un mediador. Este
mediador dentro de nuestro sistema, en principio, no es un poseedor sino un
detentador.

Si se dice que el detentador posee "en nombre de otro" y hasta se habla


impropiamente de "representación posesoria" es porque en la detentación se da el
fenómeno de que mientras una persona ejerce el poder de hecho de la posesión, otra
es la que aprovecha sus consecuencias jurídicas, a semejanza de lo que ocurre en la
representación propiamente dicha donde el acto realizado por una persona produce
sus efectos respecto de otra.

Pero, como se ha dicho, dado que en nuestro Derecho existe tanto la llamada
posesión de cosas como la de derechos, el detentador puede ser al mismo tiempo
poseedor, aunque bajo distintos conceptos. Así, repetimos, quien de hecho mantiene
con la cosa la relación propia de un usufructuario sin reconocer que otro tenga mejor
derecho a ese usufructo, pero reconociendo que otra persona es la propietaria de la
cosa, es detentador de la cosa ("rectius" de la propiedad) y poseedor del usufructo, o
si se quiere tiene la cosa en nombre de otro y ejerce el derecho de usufructo en
nombre propio.

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Tipos de Detentación.

La detentación en interés ajeno a causa de una relación de dependencia, como sería


el caso del sirviente o dependiente que en el cumplimiento de sus funciones usa
cosas del patrono. La doctrina alemana llama servidores de la posesión a esta clase
de detentadores.

La detentación en interés ajeno por motivos de hospitalidad o amistad (por ejemplo,


cuando el invitado a un banquete utiliza copa, cubiertos o piezas de vajilla de quien
invita a la fiesta).

La detentación en interés ajeno para el cumplimiento de una obligación como ocurre


cuando se le ha entregado una cosa al mandatario para el cumplimiento de su encargo
(o cuando el jardinero de una casa tiene en su poder herramientas que le ha entregado
el propietario a fin de que realice las labores para las cuales lo contrató).

La detentación en interés propio del detentador para ejercitar un derecho personal


sobre la cosa como es el caso de los arrendatarios o comodatarios que tienen la cosa
en su poder. Personalmente creemos que en los dos primeros casos
señalados no existe siquiera detentación porque los actos que la persona realiza sobre
la cosa no tienen entidad suficiente como para constituir el "corpus" de una posesión.

Por otra parte, consideramos que puede señalarse otra clase de detentadores de
la cosa ("rectius" de la propiedad de la cosa), constituida por quienes detentan la cosa
en interés propio para ejercitar un derecho real distinto de la
propiedad. Naturalmente dichas personas son al propio tiempo, poseedores respecto
del derecho en cuestión y detentadores respecto de la propiedad de la cosa.

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Efectos de la Detentación.

 La detentación se inicia en virtud de un título que por su naturaleza es apto para


autorizar el ejercicio de un poder de hecho sobre la cosa; pero que, al mismo
tiempo, impone el deber de restituirla a una persona determinada "nominatim"
a quien, por lo tanto, se le reconoce implícita o explícitamente "mejor derecho".
o El título puede ser de diversa naturaleza: un contrato como el comodato,
depósito o arrendamiento; una decisión judicial como la que pone la cosa
embargada en manos de un depositario; una norma legal como la que faculta
al representante legal de un menor para ejercer poderes de hecho sobre los
bienes de éste; etc.
o No es necesario que en el caso concreto el título autorice realmente el
ejercicio del poder de hecho sobre la cosa; basta con que por su naturaleza sea
apto para ello.
o En cambio es indispensable que el título imponga el deber de restituir a una
persona en particular, o sea a una persona determinada "nominatim" (por
ejemplo, a la contraparte que le entregó la cosa como comodante, a la persona
que le señale el Tribunal al depositario judicial, etc.). No bastaría pues, que
quien tuviera la cosa estuviera en el deber genérico de devolvérsela a "su
dueño", ya que ese deber también lo tiene el poseedor que no sea propietario o
titular del derecho de que se trate.
o Es obvio que si el título impone el deber de restituir a alguien en particular,
expréselo o no se lo exprese, ello implica reconocer a esa persona "mejor
derecho" porque, si no fuera así, el título no impondría la restitución.
o No es completamente exacto afirmar que la detentación constituye el ejercicio
de un "poder de derecho" porque si bien la detentación siempre se inicia en
virtud de un título que por su naturaleza legitima el ejercicio de un poder de
hecho, no sólo puede ocurrir que en el caso concreto el título adolezca de un
vicio que le impida producir ese efecto, sino también que el detentador, sin

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dejar de serlo, ejerza el poder de hecho extralimitando las facultades que le


confiere su título. Tal sería el caso, por ejemplo, del comodatario que siguiera
en el uso de la cosa después de vencido el plazo del préstamo o para un fin
distinto del señalado en el contrato.
 La detentación es una situación perpetua en el sentido de que por más que se
prolongue, el solo transcurso del tiempo no hará que la detentación deje de ser
detentación. Dicho en otros términos, la detentación no lleva en sí una causa de
extinción por razón del tiempo. En cambio, la detentación no es perpetua en el
sentido de que implique necesariamente el ejercicio perpetuo de un poder de
hecho. Quien ejerció el poder de hecho sobre la cosa durante los seis meses por
los cuales la arrendó y al cabo de los cuales la restituyó al arrendador, fue
detentador durante esos seis meses, aunque posteriormente dejó de serlo.
Lo importante es que aún cuando prolongara el ejercicio de ese poder de
hecho (con el consentimiento del arrendador o sin él), por larga que fuera esa
prolongación, nunca bastaría el solo transcurso del tiempo para que dejara de ser
detentador y menos aún para que llegara a convertirse en poseedor. Es más, la
detentación pasa a los causahabientes a título universal conservando su carácter
de detentación.
 Como se acaba de señalar, la detentación puede transformarse en posesión; pero
para ello no basta ni el solo transcurso del tiempo ni tampoco la sola voluntad del
detentador sino que es necesario que ocurra la llamada conversión de la posesión
o la interversión del título.

Transformación de la Detentación en Posesión.

Es indispensable el señalar que para que el detentador se convierta en


poseedor se debe tomar en cuenta lo establecido en el artículo número 1963 del
Código Civil el cual indica que en parte que “Nadie puede prescribir contra su título,

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en el sentido de que nadie puede cambiarse a sí mismo la causa y el principio de su


posesión" La imposibilidad de que el detentador por su sola voluntad pueda
convertirse en poseedor resulta de la famosa regla —enunciada al regularse la
usucapión—. Así quien comenzó siendo detentador (poseedor en nombre de otro),
no puede por sí mismo cambiar la causa y el principio de su posesión para pretender
que ahora posee para sí.

La conversión ocurre cuando el poseedor y el detentador de mutuo acuerdo


convienen en que éste asuma la condición de poseedor. Así, por ejemplo, si el
arrendatario que tiene la cosa en su poder compra al arrendador la cosa arrendada, ese
contrato entre arrendador y arrendatario tiene la virtualidad de cambiar la causa de la
"posesión" del arrendatario y, por ende, de convertirlo en poseedor propiamente
dicho.

La Inversión o Intervención del Título.

La inversión o, como más comúnmente se la llama, la intraversión del


título está legalmente en el artículo 1961 del Código Civil que indica que "Quien
tiene o posee la cosa en nombre de otro, y sus herederos a título universal, no pueden
jamás prescribirla, a menos que se haya cambiado el título de su posesión por causa
procedente de un tercero, o por la oposición que ellos mismos hayan hecho al
derecho del propietario". En efecto, quien comenzó detentando, o sea, teniendo la
posesión en nombre de otro no puede prescribirla fuera de los casos señalados porque
es un mero detentador y la usucapión requiere la posesión propiamente dicha y por
cierto calificada (la posesión legítima).

Pero como lo señala la Ley, el detentador puede cambiar el título a su


posesión, o sea, dejar de ser detentador para convertirse en poseedor por causa

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procedente de un tercero. Así ocurriría, por ejemplo, si el arrendatario de una cosa se


la comprará a un tercero.

En efecto, la compra hecha al tercero cambia la "causa possessionis" en el


sentido que si bien del arrendamiento se deducía la intención de tener la cosa para
otro a quien se reconocía mejor derecho (el arrendador), de la compra se deduce la
intención de tener la cosa para sí. Dicho sea de paso, poco importa que el título
procedente del tercero sea inválido: de todos modos se invierte el título del
detentador. Pero, es necesario que junto con el cambio de título, ocurra un cambio
correlativo en la actuación respecto de la cosa. Por ejemplo, en el caso del
arrendatario que compra a un tercero, no habría interversión si siguiera pagando
cánones a su primitivo arrendador.

También produce la interversión del título la oposición del detentador "al


derecho del propietario (o titular de otro derecho)" o, mejor dicho, a los derechos de
la persona en nombre de quien posee. Esta oposición ha de consistir en actos que
inequívocamente revelen su voluntad de iniciar una nueva posesión para sí. Así pues,
es necesario que la conducta del detentador se exteriorice en términos posesorios, en
relación con la cosa. Precisamente porque no constituye la indicada manifestación
inequívoca, el abuso en la tenencia o el incumplimiento de sus obligaciones por parte
del detentador, no bastan para producir la interversión del título, ya que ese abuso o
incumplimiento pueden deberse a razones distintas a la de querer iniciar una nueva
posesión para sí.

Tampoco producen intervención del título la simple negación de los derechos


del poseedor (como sería el caso de que un arrendatario expresara, incluso en público,
que su arrendador no es el propietario de la cosa), ni tampoco la sola notificación al
poseedor de que el detentador pretende poseer en lo sucesivo para sí. En efecto, en
estos casos la conducta del detentador no se ha exteriorizado en términos posesorios,
en su actuación sobre la cosa. Así pues, la interversión del título por la vía de

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oposición a los derechos del poseedor requiere que el detentador manifieste su


voluntad de poseer para sí ejecutando sobre la cosa actos de propietario (o de titular
de otro derecho).

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La Tutela de la Posesión.

La tutela o protección de la posesión, se encuentra bajo la figura de una serie


de mecanismos o especies legales que la resguardan. En el derecho venezolano, la
posesión es defendida por los llamados imprevistos, que tienden a proteger al
poseedor contra los actos que le perturben en la posesión o lo de posean, y persiguen
la cesación de tales perturbaciones o a la readquisición de la posesión. Pero no se
agota su campo de aplicación en el restablecimiento del orden jurídico transgredido,
porque también se extienden a situaciones aún no ocurridas, pero que se teme que en
caso que sucedan cause un daño a las cosas que se poseen.

En este sentido, cuando una obra nueva o una obra vieja puedan ocasionar un
daño a la posesión, puede el poseedor denunciar tales obras, a fin de que, en el primer
caso se paralice la continuación de la misma; y, en el segundo, que se tomen las
medidas necesarias para evitar el daño.

Es indispensable señalar que las acciones de tutela posesoria, son de carácter


provisional, como consecuencia de la posesión misma; lo que indica que las
decisiones recaídas en las acciones interdictales no amparan indefinidamente o
perpetuamente la situación creada por ellas.

Las acciones posesorias, se basan en tres (3) teorías, las cuales indican su
naturaleza y razón de ser, siendo estas teorías las siguientes:

 La Teoría Absoluta: considera que el fundamento de la protección posesoria está


en la inviolabilidad de la voluntad. La posesión en la voluntad incorporada a la
materia; la voluntad particular contiene en sí algo sustancial y merece defensa;
tener la cosa por efecto de la voluntad particular y de la voluntad universal (ley)
constituye la propiedad, mientras que tenerla tan sólo por voluntad particular es la
posesión.
 La Teoría Relativa: en su primera posición, funda la posesión en la necesidad de

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impedir la violencia, considerando los interdictos posesorios como acciones


nacidas del delito o perturbación cometido contra el poseedor o como medidas de
policía encaminadas a mantener el orden público, impidiendo la gente hacerse
justicia a sí misma. La segunda posición, funda la posesión en la propiedad,
considerando la protección posesoria como un complemento necesario de la
protección de la propiedad.
 La Teoría Mixta: señala que la protección a la posesión tiene un doble
fundamento práctico: en primer lugar, es manifestación de aquel principio por
virtud de la cual se respeta la apariencia del derecho, por lo que es igual se
presume, por el hecho del ejercicio de un derecho, la cualidad del titular en quien
ejercita el derecho mismo. En segundo lugar, está ligada al principio del respeto al
orden constituido, según el cual, para que no quede turbada la paz social, no se
puede modificar una situación, jurídica o de hecho, sin intervención judicial.

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Acción Posesoria de Mantenimiento (Interdicto de Amparo).

Tal y como lo establece el artículo número 782 del Código Civil, según lo
expresado en el siguiente fragmento “Quien encontrándose por más de un año en la
posesión legítima de un inmueble, de un derecho real, o de una universalidad de
bienes muebles, es perturbado en ella, puede dentro del año, a contar desde la
perturbación, pedir que se le mantenga en dicha posesión…”.

Lo anterior indica que la finalidad del interdicto de amparo, es mantener al


querellante en la posesión de la cosa o del derecho real, indicando también cuáles
requisitos se deben cumplir para que sea procedente esta acción. Estos requisitos son
los siguientes:

- El querellante debe ser poseedor legítimo: aquel cuya posesión es continua, no


interrumpida, pacífica, pública, no equivoca y con la intención de tener la cosa
como suya propia (artículo 772 del código civil). El detentador, también puede
solicitar esta acción interdictal, no en nombre propio, pero si en nombre y en
interés del poseedor (artículo 782 del código civil).
- Debe tener más de un año en dicha posesión: para iniciar esta acción, se debe
demostrar que se tienen más de un año en la posesión del derecho real.
- Los bienes protegidos son los inmuebles, derechos reales y universalidad de
bienes muebles: en el caso de los bienes inmuebles, son protegidos los inmuebles
por su naturaleza y por su destinación, quedando fuera de esta acción aquellos
bienes inmuebles inalienables e imprescriptibles, no permiten la presunción de
propiedad; así como las cosas que están fuera del comercio. En cuanto a los
derechos reales, deben ser derechos reales inmobiliarios y además posibles, por
tanto se excluye la hipoteca que es un derecho real accesorio no posible.
Tratándose de la universalidad de bienes muebles, no es la universalidad de hecho
la protegida por la acción interdictal de amparo, sino la universalidad de derecho,
entendida como el conjunto de bienes y deudas que constituyen un todo

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indivisible, como es el caso del patrimonio y la herencia.


- La perturbación, que es el hecho generador de la protección interdictal: son actos
perturbatorios todos aquellos derechos que no permitan el libre ejercicio de los
poderes que supone la relación posesoria, y que se realizan con la intención de
oponer a la posesión del poseedor legítimo un derecho contrario y que pone en
discusión la posesión, son pues molestias que no implican la privación de la cosa,
porque en este último caso estaríamos en presencia de un despojo. Precisa que el
acto se realice con la intención de ejercer un derecho en la cosa y con la intención
de oponerse al goce del poseedor y puede ser de hecho o de derecho. Será de
hecho si se turba, al que era materialmente la posesión, como cuando alguien
construye en suelo ajeno, o tala árboles ajenos o pretende pasar a través de un
fundo, sin ser titular de la servidumbre de paso. Es de derecho si consiste en un
acto judicial o extrajudicial como si alguien actúa en posesorio contra el poseedor
legítimo, u ordena al arrendatario en que no pague en lo sucesivo a la arrendadora
el precio del arrendamiento.
- Debe ser solicitada la protección interdigital dentro del año, contado a partir de la
fecha de la perturbación: esta acción debe intentarse dentro de este lapso de
caducidad, de modo que si el poseedor legítimo intenta la acción dentro del año
contado a partir de la perturbación, ya no podrá intentarlo. Si son varios los actos
perturbatorios, y estos son de distinta naturaleza, cada uno de ellos para surgir la
protección interdictal. Si el poseedor ignorar los hechos constitutivos de la
perturbación, de igual manera el tiempo transcurre. La única excepción para este
lapso de tiempo está dada cuando la manifestación de la perturbación se da a
través de la fuerza, es decir, de violencia, en cuyo caso sólo cuando éstas ese es
que se inicia el lapso del año para intentar el interdicto de amparo.

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Acción Posesoria de Restitución (Interdicto Restitutorio o de Despojo).

Esta acción se encuentra contemplada en el artículo 783 del código civil, el


cual dispone que “Quien haya sido despojado de la posesión, cualquiera que ella
sea, de una cosa mueble o inmueble, puede, dentro del año del despojo, pedir contra
el autor de él, aunque fuere el propietario, que se le restituya en la posesión”.

A diferencia con el interdicto de amparo, nos encontramos que el interdicto


restitutorio no exige la posesión legitima, así como tampoco la posesión por más de
un año de la cosa. Teniendo entonces los siguientes requisitos:

- La Existencia de la Posesión: es necesario que el poseedor despojado (poseedor


legítimo) debe acreditar la inexistencia de su posición al tiempo de la ocurrencia
del despojo, porque sólo puede considerarse despojado aquel que se encontraba
en posesión de la cosa, sin necesidad de mostrar que su posición sea legítima. En
esta acción, debe distinguirse entre quien tiene el nombre propio y posee el
nombre ajeno (arrendatario, acreedor prendario, el anticrético) quien tiene y posee
el nombre ajeno (mandatario, el encargado, gerente). Es decir, que esta acción
solo puede ejercerse en nombre del poseedor o del detentador.
- La posesión de un bien mueble o inmueble: tal y como se señaló en el artículo
783 del Código Civil, el objeto del interdicto restitutorio son tanto los bienes
muebles e inmuebles, y aunque el artículo no lo exprese directamente también los
derechos se encuentran protegidos por él.
- La ocurrencia del despojo: el despojo es la privación total o parcial, e injusta de la
posesión. Los actos cuya resultante han sido privar total o parcialmente al
poseedor de su posesión, constituyen un despojo; porque en uno u otro caso hay
atentado a la seguridad social. Así mismo se hace necesario diferenciar el despojo
de la perturbación, ya que la perturbación el poseedor mantiene la posesión de la
cosa, sólo que no realiza sus actos posesorios a plenitud, conserva el corpus;
mientras que en el despojo, su posesión ha sido interrumpida pues ha perdido el

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corpus como elemento integrante de cualquier posesión.


- El lapso para intentar el interdicto: debe la acción ejercitarse dentro del año de
haber ocurrido el despojo, y se puede intentar contra el autor del despojo aunque
fuere el propietario de la cosa. El lapso es de un año para su caducidad. También
hay que tener en consideración que aún que antes del despojo hayan existido actos
perturbadores los, estos no serán tomados en cuenta para el cómputo del período,
aunque hayan precedido al despojo. En este mismo sentido, sólo se tomara en
cuenta la existencia de actos violentos en el despojo; tal y como lo establece el
artículo 709 del Código de Procedimiento Civil, que imparte indica “si se hizo
uso de la fuerza contra el poseedor, el lapso no comenzará a contarse mientras
no haya cesado la violencia”.

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El Interdicto de Obra Nueva.

Esta acción se encuentra tipificada en el artículo 785 del Código Civil, el cual
en su primera parte indica que “Quien tenga razón para temer por una obra nueva
emprendida por otro, sea en su propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un
inmueble, a un derecho real u otro objeto poseído por él, puede denunciar al juez la
obra nueva, con tal que no esté terminada y de que no haya transcurrido un año
desde su principio”.

Para que se pueda poner en marcha esta acción, se deben cumplir una serie de
requisitos, a saber:

- Que el querellante se halle en posesión de un inmueble o de otro objeto: no se


requiere calificación alguna de la posesión, pudiendo ser cualquier poseedor o
detentador, tal y como se expresa en el artículo 785 del Código Civil, el cual
indica en parte “ quien tenga razón para temer”, por lo tanto no limita al alcance
de la norma a determinadas personas, basta con que sea poseedor de un inmueble,
de un derecho real u otro objeto poseído por él, y sienta que dicha obra puede
afectar los bienes de su posesión. Asimismo, se tiene que tomar en cuenta que no
sólo recae sobre un inmueble sino también de un derecho que sobre el mismo
corresponde, como por ejemplo en el caso de una servidumbre. Y a su vez,
también recae sobre los bienes muebles.
- Que se trate de una obra nueva: la obra nueva consiste en el hecho del hombre
con que se modifica o altera el suelo, que produce un cambio del estado de las
cosas y los lugares, bien sea levantando en el una edificación o construcción
nueva, o haciendo en él una excavación o un movimiento de tierra, porque
modifican las condiciones del suelo.
- La obra no debe haberse concluido ni debe haber transcurrido un año desde su
inicio: es indispensable que la obra no haya sido terminada y que no haya
transcurrido un año desde su inicio, debe encontrarse en uno de los estados

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intermedios entre su inicio y culminación, en sentido jurídico la obra no puede


darse por iniciada si tan sólo se han hecho las labores preparatorias para la misma,
como por ejemplo transportar al lugar los materiales y equipamientos necesarios
para dar inicio a la misma. Existen casos específicos, en los cuales no es necesaria
la culminación de la obra de manera global, para que quede sin efecto esta acción;
ya que si la obra nueva atenta contra la obstrucción de una ventana, y la misma ya
ha sido obstruida, se da por concluida la obra, en el caso de esta acción tutelar
posesoria, aún cuando la obra en general no haya sido culmina. Cuando la obra ha
sido culminada, queda sin efecto esta acción tutelar; teniendo que recurrirse a una
acción posesoria de mantenimiento (interdicto amparo) o a un juicio ordinario
correspondiente para que decida que no le corresponde al vecino que significa el
derecho de cambiar las ventanas.
- Que se tema racionalmente un daño al bien poseído: para determinar este aspecto,
se parte desde dos vertientes diferentes, una en cuanto ofenda a nuestra posesión,
disminuyendo o restringiendo de hecho nuestra facultad de ejercitarla plenamente;
y la otra en cuanto me nace con un daño que se resuelva en la disminución de
nuestro patrimonio. En ambos casos hay acciones específicas para cada una, en el
primero se puede pedir que se mantenga en la posesión legítima mediante el
ejercicio de un interdicto amparo; la otra, denunciando el juez la obra para que
prohíba continuar la obra iniciada, toda vez que existe el temor a que se produjo
un daño.
El daño que se teme causará la obra nueva debe ser futuro y justificado
objetivamente, a los fines de ser analizado por el juez, es decir, que se trata de un
daño que aún no es una realidad, pero el temor debe ser razonable y fundado
sobre el hecho ilegítimo de quien ejecuta la obra. Si el daño se ha verificado,
pueden intentarse las otras acciones sucesorias, mas no la obra nueva aún cuando
la obra no esté concluida y no haya transcurrido un año desde su inicio.

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El Interdicto de Obra Vieja o Denuncia de Daño Temido.

Esta acción tutelar, se encuentra prevista en el artículo 786 del Código Civil,
el cual establece que “Quien tuviere motivo racional para temer de un edificio, un
árbol o cualquier otro objeto amenace con daño próximo un predio u otro objeto
poseído por él, tendrá derecho de denunciarlo al juez y de obtener, según las
circunstancias, que se tomen las medidas conducentes a evitar el peligro, porque se
incline al interesado la obligación de dar caución por los daños posibles”.

La finalidad de este interdicto de obra vieja, es garantizar al propietario cual


poseedor de la cosa amenazada contra el peligro y las consecuencias del mismo. Para
poder llevar a cabo esta acción se deben reunir una serie de requisitos, los cuales son:

- Que el querellante esté en posesión de un mueble o un inmueble: tal y como lo


hace el interdicto de obra nueva, el interdicto de obra vieja no exige calificación
en cuanto a la posesión, de manera que todo aquel que tema que una obra vieja
puede causarle un daño a los bienes por el poseídos, puede denunciarla.
- Que tenga razón para temer un daño próximo: el daño que amenaza debe ser
grave, próximo, inminente, porque si se trata de un daño remoto, no hay razón
aceptable para obrar preventivamente. Lo dice el código cuáles son las medidas
conducentes a evitar el peligro, razón por la cual se deja al prudente arbitrio del
juez. Este año puede provenir de la caída de una pared, filtraciones,
desprendimiento de tierra, desbordamiento de una conducción de agua, etc.
- Que la amenaza provenga de un edificio, un árbol o cualquier otro objeto: el
propietario de la cosa que amenaza con peligro, sólo será responsable del daño
cuando éste sea la consecuencia de haber dejado la cosa en el estado de ruina sin
haber hecho aquellas reparaciones adecuadas para garantizar las propiedades
vecinas; es decir, que la cosa que amenaza con daño a otra no es por el descuido o
por negligencia su propietario. Quedan exentos los hechos fortuitos y de fuerza
mayor.

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Este interdicto no cuenta con un lapso de tiempo para su ejercicio, ya que esta
acción tiene por objeto impedir un daño futuro, próximo, pero si el daño se
hubiere verificado en parte y pudiera temerse otro mayor, si puede ejercerse la
acción, debiendo aclarar que no se intentará por el daño ya verificado cuyo caso
puede pedirse el resarcimiento del daño en juicio ordinario, ya que no se puede
prevenir aquello que ya ha ocurrido, pero con relación al futuro procede el
ejercicio de la acción, porque es posible prevenirlo, toda vez que el daño presente
no excluye al que está por venir. En esta acción son más amplios los poderes del
juez, a quien la ley le concede la facultad de adoptar las medidas más adecuadas;
pero, en general, puede reducirse a dos especies: una orden de realizar las obras
para remover el peligro, o la condena a prestar una caución con la cual se resarza
al propietario de la cosa amenazada cuando el daño se produzca realmente.

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CONCEPTO POSESORIO.

Partiendo de que la posesión según el artículo 771 del Código Civil


Venezolano es “la tenencia de una cosa, por el goce de un derecho que ejercemos
por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la cosa o ejerce el
derecho en nuestro nombre”.

En el caso del concepto posesorio se tiene que es, la cualidad determinante del
contenido detentario sobre un bien. Es decir, si bien es posible detentar una cosa cuyo
dominio pertenece a otra persona, ello no puede ser considerado tenencia porque
detentar una cosa ajena con título de crédito, título de arrendamiento o con título real,
es posesión (tal y como lo expresa el artículo 771 del C.C.).

En cuanto a un mediador posesorio se tiene que: cuando la posesión se ejerce


por medio de otra persona es una posesión Mediata o Secundaria, creándose así la
Mediación posesoria, quien ejerce la posesión en nombre del poseedor de grado
superior recibe el calificativo de Mediador Posesorio o Sub Poseedor. Ejemplo, de
ello, es el poseedor en concepto de dueño que entrega la cosa en arrendamiento. El
primero conserva la posesión legitima a través del arrendatario, la posesión del dueño
es mediata, puesto que no ejercía ya directamente, sino por medio de otro que posee
en su nombre, en virtud de una relación jurídica que provoca una pretensión de
entrega. La posesión del mediador deriva del derecho de poseer del poseedor mediato
y se haya en un grado inferior, en efecto, la limitación del derecho del mediador
posesorio frente al poseedor mediato, se infiere que la mediación no puede ser nunca
en concepto de dueño, porque no cumple los requisito del artículo 772 del código
civil, de tener la cosa como suya propia. En tal sentido se tiene por ejemplo que, el
mediador posesorio no tiene cualidad activa para intentar la acción interdictal de
amparo, pues es un poseedor precario.

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Posesión y Detentación

En el caso del servidor posesorio, el poseedor como no titular no es el


servidor de la posesión, este es, un instrumento del titular, esto es, el caso en el que
quien posee lo hace por sí mismo, no por representante, pero ejercita su posesión
mediante el servidor posesorio, que es un puro instrumento inteligente de la posesión
de aquél; el poseedor como no titular no es un instrumento, sino que es un poseedor.
En pocas palabras, el servidor posesorio, es quien se sirve de la posesión ajena de un
mediador posesorio.

De lo anterior podemos entonces desarrollar o definir los conceptos de


posesión mediata y posesión inmediata, en donde la posesión inmediata, es la que se
obtiene directamente, sin necesidad de mediador posesorio. Es una posesión de
derecho, la que conserva el propietario y no es susceptible de tener varios grados,
un ejemplo de esta es el arrendamiento.

En el caso de la posesión mediata, es la que se tiene a través de un mediador


posesorio, a través de la posesión de otro. Es susceptible de varios grados,
ejemplificando este caso a través de la figura de un subarrendamiento.

La causa proveniente de un tercero, es cuando una persona ajena a la relación


jurídica que conforma la precariedad de una posesión enajena a cualquier título el
objeto posesorio a favor del poseedor en nombre ajeno, quien de buena fe adquiere en
las consideraciones que ese tercero es el propietario.

Y se puede decir que se realiza la oposición a título del propietario sólo en


forma teórica, pues ellos son actos que componen una calidad de propietario en el
poseedor en nombre ajeno con la tolerancia del verdadero propietario. Es de difícil
realización este concepto.

Abogado, Eladio Urbina Página 27


Posesión y Detentación

Adquisición de la Posesión.

La adquisición es el momento en que empieza la relación sujeto – objeto o


sujeto- cosa, capaz de producir efectos jurídicos. Es el momento en que una persona
entra en contacto directo, inminente, tangible, sin lugar a dudas e incuestionable, con
el objeto que piensa poseer. Existe el sujeto en abstracto y desde el momento en que
entra en una relación de hecho, en una relación fáctica, con el objeto, se produce la
adquisición de posesión.

Esto, traduce unas interrogantes ¿Existe sólo Posesión Originaria, de generación


espontanea, o existe también una Posesión Derivativa o Derivada? En este sentido,
afirmamos que la posesión puede ser de dos clases: originaria y derivada, según
como esa relación entre sujeto y objeto se vaya produciendo. No existe en nuestro
Código Civil las condiciones de existencia, mediante las cuales vamos a determinar
cuándo se ha producido una adquisición de posesión. Es decir, que para adquirir una
propiedad en determinadas condiciones, ¿qué establece el Código?:

1. Que la persona sea titular de los derechos que va a transmitir.


2. Que la cosa tenga existencia real.
3. Que haya cumplido con los elementos o requisitos regístrales, etc.
Pero cuando vamos al proceso de la posesión, a la adquisición de la posesión,
no existen en nuestro Código ni en la mayoría de los Códigos, condiciones de
existencia para determinar que se ha producido un hecho posesorio.

La posesión, en consecuencia, dentro de este concepto de adquisición


originaria de la posesión, es una generación espontánea, que se transmite en el
mismo momento en que se produce una relación del Sujeto con el Objeto. Claro está
que todas las cosas que nosotros palpamos, tocamos con las cuales estamos en una
relación permanente por razón de nuestro trabajo, por razón de nuestro quehacer
cotidiano, se van producir contactos, en las cuales entramos en una relación sujeto –
objeto, sin que haya, realmente, una posesión, y es aquí cuando decimos de que no

Abogado, Eladio Urbina Página 28


Posesión y Detentación

basta solamente, de acuerdo con aquella teoría, la existencia fáctica de la cosa, sino la
intención realmente de entrar en posesión de la cosa.

En Venezuela, en consecuencia, la Posesión no es un acto jurídico negocial.


La Posesión no se contrata, la Posesión Originaria no se determina por causas
imperativas de la Ley ni por la voluntad de parte contratante. En Venezuela, la
posesión es un comportamiento. Un comportamiento que deriva, que se infiere de los
dos elementos que contienen la posesión: el Corpus y el Animus.

¿Cuáles son los efectos normales de una relación entre sujetos en el mundo
jurídico? ¿Cuáles son las consecuencias que producen esa relación entre personas que
violan un convenio o un acuerdo de voluntades en un mundo jurídico?

Eso, desde el punto de vista negocial, desde el punto de vista petitorio, está
plenamente establecido. Sin embargo, en los artículos 771 al 795 del Código Civil,
ambos inclusive, no vamos a encontrar, por ninguna parte, condiciones que nos
determinen la eficacia de ese acuerdo de voluntades cuando se trata de posesión
originaria. Y llegamos a la conclusión, sin objeción alguna, de que aquella doctrina
romana que concebía la Adquisición de la Posesión de la cosa, desde el momento en
que sentimos la voluntad de tomarla como propia, y de ejercer en ella todos aquellos
actos que se derivan de la posesión, existe en nuestro Instituto Posesorio.

Originariamente se adquiere la posesión por un comportamiento de hecho, sin


otra voluntad distinta en un poseedor anterior, lo que significa que ocupación y
posesión puedan llagar a confundirse. Sin embargo, en la ocupación hay una
característica especial que la distingue de la posesión: La ocupación se ocupa sobre
cosas “res nullius”, es decir, sobre cosas que no pertenecen al mundo negocial, por la
eficacia jurídica del Código Civil.

Abogado, Eladio Urbina Página 29


Posesión y Detentación

Adquisición derivada o derivativa de la Posesión.

Derivativamente la posesión se adquiere desde tres (3) puntos de vista:

1. Por la llamada traditio

2. Por la traditio brevi manu.

3. Por la traditio instrumental o documental.

1. La traditio o tradición de la Posesión, ocurre cuando un poseedor anterior pone


todos los poderes derivados de su posesión en manos del adquirente. El causante
pone temporalmente la cosa en manos del nuevo poseedor, y requiere en ese
momento de la posesión derivada el concurso de voluntades entre el que enajena y
el que recibe la cosa objeto de la posesión. Ello significa que, a pesar de negar en
la posesión las supuestas condiciones de existencia; sin embargo, aquella se
vienen acaeciendo en el Derecho, vienen sucediéndose dentro de la Sociedad
Venezolana, pero es condición indispensable, para que un poseedor enajene la
cosa objeto de su posesión, la llamada iusta causae, es decir, el llamado justo
título o buena fe. Una persona que posee precariamente, que no tienen en sus
manos el animus disponendi de la cosa, que no pueden ejercer sobre ella los
hechos posesorios con animo de dueño, obviamente que no pueden enajenar con
derecho la cosa que posee; en consecuencia, es requisito indispensable que ese
poseedor tenga iusta causae, justo título.
Esta Institución de la Posesión Derivativa nos conduce a un campo
sumamente interesante, que es el del artículo 794 del Código Civil vigente, que es
el principio aquel, mediante el cual la posesión de buena fe sobre bienes muebles
equivale a título.
2. La traditio brevi manu, supone una transmisión automática, una traslación de
posesión, coincidente con el acto mismo de la enajenación, bien porque la poseía

Abogado, Eladio Urbina Página 30


Posesión y Detentación

a otro título, o bien porque se le invirtió el título que tenía. Tal y como se ha
explicado con anterioridad, que en una posesión existían diversos grados de
posesión. Partiendo del poseedor, que entendemos que es legítimo, obtenemos:
poseedores precarios, usufructuarios, usuarios, derechos de habitación, etc., y que
estas personas se llamaban Mediadores Posesorios.
La traditio brevi manu se realiza cuando la persona que va a recibir la
posesión desde el punto de vista del ius disponendi, de la capacidad de realizar
hechos posesorios, ya poseía la cosa por otro título (cualquiera de estos títulos que
componen el Mediador Posesorio). Como es el caso del arrendatario que compra
la cosa, la adquiere desde el punto de vista de la posesión; era usufructuario y la
cosa se le enajena, sigue manteniendo la posesión de la cosa. Es decir, se produce
instantáneamente. Por eso se dice traditio brevi manu.
- La intervención del título, se produce cuando el título se interviene dentro
de las posibilidades en que el adquirente, por razones distintas a las del
acuerdo de voluntades, va a adquirir con distinto título al que tenía.
3. La adquisición o traditio instrumental o documental, se verifica cuando se
entregan los títulos que contienen la cosa o cosas a ser poseídas, como por
ejemplo: los certificados de depósito. Hay cosas que están contenidas en títulos,
en papeles o en documentos. Hay personas que a través de un título están
poseyendo, porque el título es suficiente: los documentos de depósito (cuando uno
deposita un dinero en una cuenta bancaria y tiene el documento de depósito). En
estos casos, cuando se tiene certificados de depósitos, las cosas se poseen a través
de la posesión instrumental o documental.

Sistematizando las consideraciones anteriores, afirmamos que la adquisición


derivativa implica necesariamente una sucesión jurídica de posesión que supone una
pre – existencia de un derecho por parte del pretenso causante que la transmite al
adquirente derivativo.

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Posesión y Detentación

Esta adquisición derivativa puede realizarse bien por acto entre vivos o bien
en consecuencias de mortis causa. La primera de ellas constituye el principio, en tanto
que la segunda es la excepción.

La adquisición derivativa por acto entre vivos implica la existencia de ese


enajenante a que nos hemos referido y un adquirente quien es que recibe la cosa
materialmente, aun cuando en circunstancias excepcionales la aprehensión material
queda diferida.

La adquisición derivativa por causa de muerte es una circunstancia de


excepción mediante la cual el causante de la transmisión ha muerto y el adquirente le
sustituye por existencia de un derecho en la posesión. A pesar de la consideración
excepcional, es un principio simple que impide la desaparición del concepto
posesorio con la muerte de su poseedor, pues el heredero lo adquiere por adquisición
derivativa por causa de su muerte.

La ignorancia del sucesor de la existencia de esta institución en su causante no


menos caba sus derechos legítimos. De este asunto nos ocuparemos con más
detenimiento cuando estudiemos la llamada posesión civilísima.

Adquisición derivativa mediante representante.

Es un fenómeno innegable que la adquisición de la posesión se puede realizar


a través de una tercera persona que representa al verdadero adquirente y que lo
representa, actuando en su nombre e interés. Al adquirir la cosa en nombre de otro,
los derechos y el señorío implícito en ellos no pasan al representante, sino al
representado.

Si la representación se realiza con la ignorancia del representado, ella surte


sus efectos legales desde el momento en que el representado entra en conocimiento de

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Posesión y Detentación

la situación y manifiesta expresa o tácitamente su aceptación. En todo caso, la


posesión se retrotrae al momento en que el representante adquirió la cosa
fácticamente.

Cuando la representación es directa y el representante actúa por mandato, la


entrada en posesión del representado es coetánea al momento mismo en que la cosa,
materialmente entendida, entra en contacto con el representante, porque desde ese
mismo momento aquel mandante puede ejecutar los actos posesorios a que tienen
derecho.

La Sucesión a título particular de la Posesión.

El segundo párrafo del artículo 781 del Código Civil, está referido al sucesor
a título particular. Dice el artículo: “... El sucesor a título particular puede unir a su
propia posesión la de su causante, para invocar sus efectos y gozar de ellos”. Ya no
se trata de heredero a título universal, sino del heredero a título particular (cuando hay
sucesión de bienes determinables, no de una universalidad de bienes). Entre el
cedente y el cesionario se produce una relación de enajenación, de donación, de
cesión, de transmisión, de sus hechos posesorios; pero la posesión en el heredero a
título particular, está supeditada, en este caso y según este artículo, a la voluntad del
sucesor a título particular, y él puede, a su libre arbitrio, escoger entre poseer
independientemente aquel bien que ha recibido, que ha recibido, que le ha sido
transmitido, en relación a los otros bienes que posee o en unir a su posesión la de su
causante para invocar los efectos que esta posesión pueda tener y gozar de ellos.

Conservación de la Posesión.

El poseedor conserva la posesión mientras posea simultáneamente el corpus y


el animus de la misma con la advertencia de que la existencia de uno y otro se juzgan
con menor rigor que cuando se trata de determinar la adquisición de la posesión. Así

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Posesión y Detentación

mismo es imposible conservar la posesión solo animo (solo animo) y en tal sentido la
posesión se conserva en casos en que el corpus sufra una atenuación, mas no la
ausencia total de este elemento. Por ejemplo: aquel animal que sale del lugar donde lo
tiene su poseedor, mientras el animal conserve la costumbre de volver, se conserva
así mismo la posesión de una cosa aun cuando se ignore accidentalmente su paradero
viéndose atenuada el corpus de la posesión.

Pérdida de la Posesión.

La pérdida de la posesión puede ocurrir de tres (3) maneras, a saber:

a) Por desaparición simultánea de animus y del corpus: un caso típico de este


tipo de pérdidas es el abandono de la cosa por el poseedor, su
enajenación seguida de la tradición de la cosa y el perecimiento total de la
cosa.

b) Por desaparición de solo el corpus: cuando la cosa cae en el dominio público o


cuando un tercero se apodera de ella. Entonces deducimos que las cosas de
dominio público no se pueden poseer porque no son susceptibles
de propiedad siendo esto necesario para que en ellos recaiga la posesión, y
esto se debe a que son bienes que pertenecen al estado y gozan de una
protección especial.

c) Por ausencia del animus: es el caso del constitutum posesorium el cual


consiste en una forma de tradición consensual donde el poseedor conviene en
enajenar la cosa a un tercero, pero continua detentándola tal es el ejemplo del
poseedor que vende una vivienda, pero conviene en quedarse en la misma
como arrendatario manteniendo en detención el corpus de la cosa.

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Posesión y Detentación

Pérdida de la Posesión.

Para Grateron (2010), de varias maneras puede perderse la posesión, y todas


estas formas están estrechamente vinculadas con los elementos conformadores de
todo posesión:

1. Por la pérdida o desaparición simultanea del Corpus y el Animus.


2. Por la sola pérdida de Corpus.
3. Por la sola pérdida del Animus.

1. Pérdida de la posesión por la pérdida del Corpus y el Animus: normalmente


quien pierde la posesión pierde al mismo tiempo el corpus y el animus. Al
desaparecer los dos elementos que integran la posesión, es lógico que se pierda.
Este supuesto se da en los siguiente casos:
1.1 Por la renuncia o abandono de la cosa.
1.2 Por la enajenación de la cosa.
2. Pérdida de la Posesión por la pérdida del Corpus: sucede cuando poseedor
despojado de la cosa (no tiene el corpus), pero manifiesta su intención de
recuperar la través del ejercicio de la acción interdictal (interdicto restitutorio).
También sucede cuando sin la intención de nadie, la cosa escapa materialmente
del poseedor o se extravío. Sus en ambos casos el poseedor no pueden ser de
hecho los actos materiales que constituyen el corpus, queda sólo su intención de
poseer sus (animus), ha perdido la posesión. Se da en los siguientes casos:
2.1 Por el despojo de la cosa.
2.2 Por el extravío de la cosa.
3. Pérdida de la Posesión por la pérdida del Animus: cuando el poseedor
poseyendo el bien (tiene el Corpus), pero no con el animus domini que antes
tenía, porque el animus sufrió una transformación, animus detinendi, pasa a
poseer a título precario. Se da en el siguiente caso:

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Posesión y Detentación

3.1 Inversión o Intervención del título de posesión.

La Tutela de la Posesión.

La tutela o protección de la posesión, se encuentra bajo la figura de una serie


de mecanismos o especies legales que la resguardan. En el derecho venezolano, la
posesión es defendida por los llamados imprevistos, que tienden a proteger al
poseedor contra los actos que le perturben en la posesión o lo de posean, y persiguen
la cesación de tales perturbaciones o a la readquisición de la posesión. Pero no se
agota su campo de aplicación en el restablecimiento del orden jurídico transgredido,
porque también se extienden a situaciones aún no ocurridas, pero que se teme que en
caso que sucedan cause un daño a las cosas que se poseen.

Es indispensable señalar que las acciones de tutela posesoria, son de carácter


provisional, como consecuencia de la posesión misma; lo que indica que las
decisiones recaídas en las acciones interdictales no amparan indefinidamente o
perpetuamente la situación creada por ellas.

Ahora bien los procedimientos a seguir en cada caso, indicados en el Código


de Procedimiento Civil, se encuentran en el Libro Tercero, Título III, Capitulo II. En
donde la Sección Primera trata acerca de los interdictos en general, en la Sección
Segunda lo tendiente a los interdictos posesorios y en la Sección Tercera lo
relacionado a los interdictos prohibitivos.

Acción Posesoria de Mantenimiento (Interdicto de Amparo).

Tal y como lo establece el artículo número 782 del Código Civil, según lo
expresado en el siguiente fragmento “Quien encontrándose por más de un año en la
posesión legítima de un inmueble, de un derecho real, o de una universalidad de

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Posesión y Detentación

bienes muebles, es perturbado en ella, puede dentro del año, a contar desde la
perturbación, pedir que se le mantenga en dicha posesión…”.

Lo anterior indica que la finalidad del interdicto de amparo, es mantener al


querellante en la posesión de la cosa o del derecho real, indicando también cuáles
requisitos se deben cumplir para que sea procedente esta acción. Estos requisitos son
los siguientes:

- El querellante debe ser poseedor legítimo.


- Debe tener más de un año en dicha posesión.
- Los bienes protegidos son los inmuebles, derechos reales y universalidad de
bienes muebles.
- La perturbación, que es el hecho generador de la protección interdictal.
- Debe ser solicitada la protección interdigital dentro del año, contado a partir de la
fecha de la perturbación.

Procedimiento a Seguir:

El artículo 697 del Código de Procedimiento Civil, establece la competencia


por razón de la materia, señalando que el conocimiento de los interdictos corresponde
exclusivamente a la jurisdicción civil ordinaria, salvo lo dispuesto en las leyes
especiales, y en el artículo 698 ejusdem, preceptúa que el juez competente para
conocer los interdicto es en el que ejerza la jurisdicción ordinaria de Primera
Instancia en el lugar donde está situada la cosa objeto de ellos (competencia por razón
de territorio).

Una vez indicado el juez con competencia en la materia, es importante señalar


que no se hace referencia a la competencia en cuanto a la cuantía, lo cual según el
artículo 38 del Código Procedimiento Civil, puesto que la estimación de la demanda

Abogado, Eladio Urbina Página 37


Posesión y Detentación

permitiría la admisión posterior de recurso de casación, así como también la


condenatoria en costas.

El procedimiento del interdicto de amparo está previsto en el artículo 700 del


Código Procedimiento Civil. Donde se indica que una vez interpuesta la querella, en
la cual el querellante demostrará su posesión legítima y la ocurrencia de la
perturbación, el juez la examinará y si encuentra suficiente la prueba o pruebas
promovidas, decretará el amparo a la posesión del querellante, practicando todas las
medidas y diligencias que aseguren el cumplimiento de su derecho. Es indispensable
indicar que el decreto de amparo tiene carácter preventivo, por tanto puede ser
confirmado o revocado por la sentencia definitiva que se dicte.

Una vez practicadas las medidas que aseguren el amparo, el juez ordenará la
citación del querellado, la cual se llevará a efecto siguiendo las formalidades que en
materia de citación establece el Código Procedimiento Civil.

Una vez practicada la citación, la causa quedará abierta a pruebas por 10 días,
que lo son para promover y evacuar pruebas. Esta etapa es exclusiva de los interdictos
posesorios.

Concluida la fase probatoria, las partes deberán presentar, dentro de los tres
días siguientes, los alegatos que consideren convenientes. Los alegatos vienen a
constituir los informes de procedimiento ordinario es decir las respectivas
conclusiones de lo que ha acontecido en el proceso.

Una vez terminados los tres días que se le conceden a las partes para presentar
sus alegatos, el juez tendrá un plazo de ocho días, para que dentro de los mismos
produzca su sentencia definitiva que puede declarar como sin lugar la querella
interdictal de amparo. La sentencia será apelable en un sólo efecto, pero el tribunal
remitirá al superior el expediente completo de las actuaciones.

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Posesión y Detentación

Interdicto de Amparo

La querella debe
Juez Competente:
contener los requisitos
Primera Instancia en lo
indicados en el artículo
Civil
782 del C.C.

Procedimiento:
Si el juez encuentra
suficientes las pruebas
promovidas:

Ordenando la cesación Practicando todas las


de los actos medidas que aseguren
perturbatorios, y el decreto

Citación del Querellado

Período Probatorio
(10 Días)

Sentencia
(8 días)

Apelación

Abogado, Eladio Urbina Página 39


Posesión y Detentación

Acción Posesoria de Restitución (Interdicto Restitutorio o de Despojo).

Esta acción se encuentra contemplada en el artículo 783 del código civil, el


cual dispone que “Quien haya sido despojado de la posesión, cualquiera que ella
sea, de una cosa mueble o inmueble, puede, dentro del año del despojo, pedir contra
el autor de él, aunque fuere el propietario, que se le restituya en la posesión”.

A diferencia con el interdicto de amparo, nos encontramos que el interdicto


restitutorio no exige la posesión legítima, así como tampoco la posesión por más de
un año de la cosa. Teniendo entonces los siguientes requisitos:

- La Existencia de la Posesión.
- La posesión de un bien mueble o inmueble.
- La ocurrencia del despojo.
- El lapso para intentar el interdicto.

Procedimiento a Seguir:

En el artículo 699 del Código de Procedimiento Civil, se establece que el


interdicto deberá demostrar la ocurrencia del despojo, además que estaba en posesión
de la cosa al tiempo en que éste ocurrió, y si el juez encuentra suficiente la prueba o
pruebas promovidas, exigirá al querellante la constitución de una garantía cuyo
monto fijará. La función que cumple esta garantía es la de responder de los posibles
daños y perjuicios que pueda causar el decreto restitución al querellado, si la querella
es declarada sin lugar.

Si el querellante constituye la caución o garantías y ésta es suficientemente


conforme a lo fijado por el juez, este decretará la restitución de la posesión, dictando

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Posesión y Detentación

y practicando todas las medidas y diligencias que aseguren el cumplimiento de su


decreto, utilizando la fuerza pública si ello fuere necesario.

Puede suceder que el querellante manifieste al juez no estar dispuesto a


constituir la garantía, en este caso el juez solamente decretará el secuestro de la cosa
o derecho objeto de la posesión, siempre que a su juicio, de las pruebas presentadas se
establezca una presunción grave a favor del querellante, esto es, presunción grave de
los presupuestos materiales para el ejercicio de la acción: que el querellante haya
estado poseyendo la cosa, que haya sido despojado de ella, que el despojo lo haya
realizado el querellado y que no haya transcurrido el lapso de caducidad del año.

El decreto de secuestro constituye al de restitución, e implica que la cosa no


estará en poder ni del querellante ni del querellado, sino de un tercero depositario
quien la conservará hasta tanto se dicte la sentencia definitiva. De modo que si la
querella es declarada con lugar, en la sentencia se ordenará la restitución de la cosa al
querellante convirtiéndose en secuestro en una medida ejecutiva de restitución; y si
fuere declarada sin lugar, se levanta la medida de secuestro y se le restituya el bien al
querellado. Es importante señalar que los gastos de depósito serán por cuenta de la
parte que en definitiva resultare condenada en costas.

En el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, se establece la


sustanciación del procedimiento, común para el interdicto de amparo y de despojo,
esto es: citación del querellado, apertura a pruebas, presentación de los alegatos de las
partes sentencia. La sentencia que se dicte en el interdicto restitutorio tendrá efectos
diferentes si es declarada con o sin lugar. Tales efectos son los siguientes:

a. En caso de ser declarada con lugar: se hará pronunciamiento expreso sobre la


extinción de la garantía, puesto que el querellante demostró la existencia del
despojo y que el querellado fue el que lo realizó, se extingue la garantía toda
vez que el querellado no le ocasionó daño alguno al decreto de restitución.
b. En caso de ser declarada sin lugar: se hará la asignación y determinación de

Abogado, Eladio Urbina Página 41


Posesión y Detentación

los daños y perjuicios al querellado, mediante experticia complementaria del


fallo y se ejecutará la garantía, tal y como lo establece el artículo 702 del
Código Procedimiento Civil.
De presentarse alguna apelación, de acuerdo con lo establecido en el artículo
701, la sentencia será apelable en un sólo efecto. Si la sentencia revoca el decreto, se
le devolverá de inmediato la cosa al querellado, pero si el querellante apela, la
apelación se oirá en el efecto evolutivo pero con la particularidad de que se remitirá al
superior, la totalidad del expediente.

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Posesión y Detentación

Interdicto Restitutorio de
Despojo

Que cumpla los requisitos


Juez Competente
del Art. 783 del C.C.

El juez examinará la
reunión de los extremos
de la ley y la suficiencia de
las pruebas y decretará

La Restitución El Secuestro

Citación del Querellado

Período Probatorio
(10 días)

Presentación de alegatos
(3 días)

Sentencia
(8 días)

Con Lugar Sin Lugar

Abogado, Eladio Urbina Página 43


Posesión y Detentación

El Interdicto de Obra Nueva.

Esta acción se encuentra tipificada en el artículo 785 del Código Civil, el cual
en su primera parte indica que “Quien tenga razón para temer por una obra nueva
emprendida por otro, sea en su propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un
inmueble, a un derecho real u otro objeto poseído por él, puede denunciar al juez la
obra nueva, con tal que no esté terminada y de que no haya transcurrido un año
desde su principio”.

Para que se pueda poner en marcha esta acción, se deben cumplir una serie de
requisitos, a saber:

- Que el querellante se halle en posesión de un inmueble o de otro objeto.


- Que se trate de una obra nueva.
- La obra no debe haberse concluido ni debe haber transcurrido un año desde su
inicio.
- Que se tema racionalmente un daño al bien poseído.

Procedimiento a Seguir.

Según lo establecido en el artículo 697 del Código Procedimiento Civil, el


juez competente para conocer de los interdictos es en el que ejerza la jurisdicción
civil ordinaria. El artículo 712 del Código Procedimiento Civil dispone que es
competente para conocer los interdicto prohibitivos el Juez de Distrito o
Departamento de lugar donde está situada la cosa cuya protección posesoria se
solicita, a menos que hubiese en la localidad un tribunal de primera instancia en lo
civil, en cuyo caso corresponde a este el conocimiento del asunto.

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Posesión y Detentación

En el artículo 713 ejusdem, impone al querellante interponer una denuncia


ante el juez competente, expresando el perjuicio que teme, la descripción de las
circunstancias de hecho atinentes al caso, y producirá junto con su querella el título
que invoca para solicitar la protección posesoria.

Una vez presentada la denuncia ante el juez competente, corresponde a este


examinarla están llenos los extremos exigidos, en el menor tiempo posible se
trasladará al lugar indicado en la querella, y asistido por un profesional experto,
resolverá sin audiencia de la otra parte, sobre la prohibición de continuar la obra
nueva o permitirla. Según sea el caso éstos son los pasos a seguir:

a. Si el juez prohíbe la continuación de la obra nueva, total o parcialmente:


dictará las medidas que considere necesarias para hacer efectivo el decreto y
exigir a las garantías oportunas al querellante conforme al artículo 785 del
Código Civil, para asegurar al querellado el resarcimiento del daño que la
suspensión de la obra le puede producir y que resulten demostrados en el
procedimiento ordinario a que se refiere el artículo 716.
Cuando el querellado, pese al decreto que prohíbe continuar con la
obra, la continúa, las obras realizadas bajo esta circunstancia serán destruidas
por cuenta del dueño y los gastos serán abonados por este.
Sin embargo, conforme al artículo 715 del Código Procedimiento
Civil, puede el querellado cuando le ha sido prohibida la continuación de la
obra, solicitar al juez que lo autorice para continuarla. El juez mandará
practicar una experticia a costa del querellado y si el dictamen de los expertos
es favorable, podrá autorizar la continuación de la obra, previó el
cumplimiento de las recomendaciones medidas de seguridad que hayan
indicado los expertos, y el tribunal exigida al querellado las garantías
oportunas para el aseguramiento de la resarcimiento de los daños que la
continuación de la obra cause al querellante y resulten demostrados en el
juicio ordinario.

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Posesión y Detentación

b. Si el juez permite la continuación de la obra: en este caso se exigirán las


garantías al querellado, para resarcir los posibles daños que la continuación de
la obra cause al querellante.

En cuanto al procedimiento de apelación, en el artículo 714 in fine del Código


de Procedimiento Civil, establece que la resolución del juez prohibiendo la
continuación de la obra, se oirá apelación al querellado en un sólo efecto y de la
resolución que permita su continuación, se oirá apelación al querellante en ambos
efectos.

Concluye el interdicto de obra nueva con la resolución que tome el juez; y,


dependiendo de ella, con la constitución de las garantías. En lo sucesivo, toda
reclamación entre las partes se ventilará por el procedimiento ordinario.

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Posesión y Detentación

El Interdicto de Obra Vieja o Denuncia de Daño Temido.

Esta acción tutelar, se encuentra prevista en el artículo 786 del Código Civil,
el cual establece que “Quien tuviere motivo racional para temer de un edificio, un
árbol o cualquier otro objeto amenace con daño próximo un predio u otro objeto

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Posesión y Detentación

poseído por él, tendrá derecho de denunciarlo al juez y de obtener, según las
circunstancias, que se tomen las medidas conducentes a evitar el peligro, porque se
incline al interesado la obligación de dar caución por los daños posibles”.

La finalidad de este interdicto de obra vieja, es garantizar al propietario cual


poseedor de la cosa amenazada contra el peligro y las consecuencias del mismo. Para
poder llevar a cabo esta acción se deben reunir una serie de requisitos, los cuales son:

- Que el querellante esté en posesión de un mueble o un inmueble.


- Que tenga razón para temer un daño próximo.
- Que la amenaza provenga de un edificio, un árbol o cualquier otro objeto.

Procedimiento a Seguir.

El procedimiento del interdicto de obra vieja o de daño temido, está previsto


en el artículo 717 del Código de Procedimiento Civil, que a su vez remite al artículo
713 ejusdem, es decir, que es semejante al procedimiento pautado para el interdicto
de obra nueva, en cuanto al contenido de la denuncia (perjuicio que se teme,
descripción de las circunstancias de hecho atinentes al caso, el título que se invoca
para solicitar la protección posesorio) y en cuanto a la actividad que debe ser
cumplida por el juez (examen de los extremos legales y traslado al sitio en compañía
de un experto).

La resolución del juez, según las circunstancias será:

- Tomar las medidas conducentes a evitar el peligro; o,


- Intimar al querellado la constitución de una garantía suficiente para responder de
los daños posibles, de acuerdo a lo pedido por el querellante.
De acuerdo con el artículo 717 se deja al juez decidir entre obligar al
querellado a constituir caución suficiente para responder de los posibles daños o

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Posesión y Detentación

tomar las medidas necesarias encaminadas a evitar el peligro, tomando en


consideración las circunstancias y la gravedad del caso.

En cuanto a la apelación, prevé el artículo 718 ejusdem, que de la resolución


del juez cualquiera que ella sea, se oirá apelación en un sólo efecto. Por último toda
reclamación entre las partes se ventilará por el procedimiento ordinario.

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Posesión y Detentación

Interdicto de Obra Vieja

Exposición de motivos
Juez Competente (el perjuicio que se
teme)

El Juez
(en el menor tiempo
posible)

Se trasladará (enviará
Examinará que se un perito) al lugar
llenaran las exigencias indicado en la querella
de Ley en compañía de un
experto

Decreto

Intimar al querellado la
Evitar las medidas constitución de una
conducentes a evitar el garantía para responder
peligro por los daños al
querellante

Apelación: se oirá en un
solo efecto

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Posesión y Detentación

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Civil II. Décima Edición. UCAB. Caracas, Venezuela.

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http://apuntes.rincondelvago.com/posesion_1.html [Consultado: septiembre,
2011].

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http://www.monografias.com/trabajos23/la-posesion/la-posesion.shtml
[Consultado: agosto, 2011].

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Cuarta Edición. Ediciones Paredes. Caracas, Venezuela.

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