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PLAN ESTRATÉGICO PARA MINIMIZAR EL RIESGO DE SANCIONES POR

INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES FORMALES COMO DECLARANTES

DE IVA

En nuestro país es importante conocer y entender todo lo concerniente respecto a la

normatividad contable, fiscal y tributaria, debido a que; estas permiten el debido

funcionamiento y, por lo tanto, el desarrollo de las empresas, sean grandes, medianas o

pequeñas. Por esta razón, se hace necesario el uso de un Plan Estratégico orientado a

minimizar el riesgo de incurrir en sanciones por el incumplimiento de los deberes formales

como declarantes de IVA.

De acuerdo a lo anterior, cuando hablamos de un plan estratégico, se afirma que es aquella

declaración por parte de la gerencia, la cual permite guiar a una empresa para el

cumplimiento de su misión, visión y objetivos, todo esto; a partir de precisar su mercado,

así como su competencia, para lograr el aprovechamiento de oportunidades y así minimizar

amenazas. Por lo tanto, la planeación estratégica diseña y establece lineamientos de manera

general respecto a la planeación, sirviendo de base a los demás planes (tácticos y

operativos). Este diseño, es realizado por los miembros de mayor jerarquía de la compañía

y su función consiste en regir la obtención, uso y disposición, de los medios necesarios para

alcanzar los objetivos generales de la organización.

Es por ello, que por medio del diseño de un plan estratégico que se recomiendan las

siguientes alternativas para evitar las respectivas sanciones por parte de la autoridad de

recaudo tributario y aduanero; la DIRECCIÓN NACIONAL DE IMPUESTOS Y

ADUANAS NACIONALES (DIAN), las cuales, después que sean utilizadas con
responsabilidad, permiten garantías que logran la optimización en el desarrollo de sus

operaciones.

Los principales pasos para la realización de un plan estratégico son:

Se debe conocer la misión o propósito que define la naturaleza del negocio, así como el

verificar las políticas básicas que sirven de guías a las acciones de gestión, por lo tanto,

debemos analizar su situación, en donde se resume las tendencias en las áreas claves de

exteriores de la empresa. Debemos de igual manera, identificar los supuestos del entorno

para estimar el desarrollo futuro en las áreas variables exteriores de la empresa. Realizado

todo esto, procedemos a la realización de un diagnóstico de debilidades, amenazas,

fortalezas y oportunidades. Todo ello, sin dejar de lado la realización de un resumen

financiero como expresión cuantitativa de los objetivos y programas. Así mismo, los

procesos de control sistemático nos permiten la realización de la verificación del

cumplimiento de los programas. Por lo tanto, todas las definiciones y conceptos antes

mencionadas, sólo son útiles si se encuentran bien entendidos y aplicados; el área contable

y administrativa de la empresa es la responsable de la ejecución de estas actividades de

planeación.

Por consiguiente, es desde este departamento que se debe empezar a generar cultura

tributaria en toda la compañía, es por ello, que, como primera medida debe incluirse la

planeación tributaria dentro de la planeación estratégica. No obstante, en la fijación de

objetivos, normatividad y políticas previamente establecidas, se instauran parámetros

relacionados con la parte impositiva. Por lo tanto, la empresa podrá tener en cuenta cada

uno de los aspectos que la afectarían, generalmente por falta de conocimiento, o la poca

claridad en los temas, los cuales podrían acarrear las sanciones tributarias.
Por ende, por medio del uso de la planeación tributaria, se establecen objetivos claros en

materia de impuestos, cuya finalidad es el cumplimiento de todas las obligaciones fiscales;

por lo tanto, se hace necesario conocer los distintos incentivos y beneficios tributarios que

otorga la ley colombiana, para así lograr un mejor aprovechamiento y optimización de los

impuestos, y para este caso, el impuesto de ventas por pagar IVA. Es por ello, que, al hablar

de beneficio, podemos afirmar que; es toda modificación que permite alterar la valoración

de un tributo en virtud de la realización de determinada conducta; sin embargo, el incentivo

tributario no es más que un estímulo que en relación con una determinada conducta puede

provocar el reconocimiento de un beneficio tributario. Por consiguiente, es necesario

aclarar que no todo beneficio tributario es un incentivo.

Así mismo, vale mencionar los beneficios tributarios establecidos por el Estatuto

Tributario, como son:

INGRESOS NO CONSTITUTIVOS DE RENTA NI GANANCIA

OCASIONAL: de los que se desglosan los siguientes elementos;

 Utilidad en venta de acciones o aportes,

 Capitalizaciones no gravadas,

 Indemnizaciones por seguros de daño,

 Dividendos o participaciones

 Aportes a fondos de pensiones

RENTAS EXENTAS

DEDUCCIONES: de los que se desglosan los siguientes elementos;

 Deducción por pagos laborales,

 Deducción por Leasing,


 Indemnizaciones por seguros de daño,

 Dividendos o participaciones

 Aportes a fondos de pensiones

Una vez conocidos los beneficios e incentivos tributarios que ofrece la normatividad

colombiana, se debe tener claro el concepto del riesgo, que se define como la probabilidad

de obtener un resultado diferente a lo planeado que pueda tener consecuencias negativas o

positivas.

Dicho esto, se debe establecer la administración de riesgos, puesto que a través de este

recurso sistemático se identifica, analiza y maneja el riesgo con el fin minimizar pérdidas o

maximizar oportunidades dentro de la empresa. Por consiguiente, este proceso puede darse

en cinco (5) pasos:

Identificación de los riesgos

Evaluación de los riegos

Diseños de medidas de tratamientos

Implementación de las medidas

Monitoreo y evolución

Una vez identificado los elementos de la organización se definen las medidas de

tratamiento del riesgo, en el cual se deben tener en cuenta: los controles del riesgo, en

donde se busca; evitar, prevenir o proteger y el financiamiento del riesgo, que permite,

aceptar, retener o transferir.

Es por ello, que se recomienda como primera para evitar sanciones; presentar a tiempo las

declaraciones de impuestos, por lo tanto, la empresa deberá elaborar una Planeación


tributaria. Adicionalmente. Se sugiere que la compañía cuente con una programación

tributaria que describa las tarifas, las fechas de la declaración y las sanciones a las que

puede incurrir por el incumplimiento de los diferentes impuestos a pagar. El cual, puede ir

de la mano con el flujo de caja proyectado de la empresa, para que se pueda planear cuándo

se tendría excedentes o faltantes de liquidez y cómo se relacionan con sus obligaciones

tributarias.

Por consiguiente, las empresas deben considerar el poder ingresar a la cultura de la

planeación de impuestos. Así como también el evaluar y fortalecer continuamente en

materia tributaria las verificaciones, y demás actividades de auto fiscalización, lo que

permite detectar errores tiempo e identificar sus causas para que de esta manera se pueda

tomar las acciones preventivas y/o correctivas necesarias para minimizar los riesgos

tributarios.

No se debe olvidar que el ignorar los procesos tributarios, no debe ser excusa ante la ley.

Por tal razón, un elemento de la planeación tributaria debe incluir la actualización de los

cambios tributarios, con la finalidad de mitigar los riesgos que puedan afectar de forma

negativa la empresa.

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