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Una psicoterapia de la libertad

1) Menciona las tres condiciones necesarias y suficientes, según C. Rogers, en la


labor psicoterapéutica.
2) Desarrolla o describe a éstas tres.
3) Cómo describe el autor a la psicoterapia de C. Rogers. Menciona algunos
aspectos.
4) Cómo resultó para ti hacer este trabajo.

1) Las tres condiciones necesarias son: La congruencia, la aceptación incondicional, y


la empatía.

2) Congruencia: Que el terapeuta sea auténtico, o congruente, significa que se


encuentra en contacto con sus sentimientos y que los comunica al cliente de forma
abierta. Esto ayuda a crear una relación personal sincera y puede implicar que el
terapeuta haga autorrevelaciones con respecto a su propia vida.

Aceptación incondicional: El terapeuta debe aceptar al cliente tal y como es, sin juzgar sus
actos o pensamientos, además de respetarlo e interesarse sinceramente por él. La
aceptación positiva incondicional permite que el cliente perciba sus experiencias sin la
distorsión propia de las relaciones cotidianas, y por tanto que pueda reinterpretarse a sí
mismo sin juicios apriorísticos.

Empática: Para Rogers la empatía implica la capacidad de introducirse en la perspectiva


del cliente y de percibir el mundo desde ésta, así como de experimentar sus sentimientos.
La comprensión por parte del terapeuta facilita que el cliente se acepte a sí mismo y a sus
experiencias.

3) La psicoterapia de Rogers es una psicoterapia de la libertad. La psicoterapia en


general, pretende hacer accesible al paciente su propia realidad, ponerle en sus
manos, incrementar, su auto posesión: liberarle. Pero Rogers es uno de los pocos
que han tomado en serio esta dimensión de la psicoterapia. Tanto, que a ella lo
reduce todo. La psicoterapia de Rogers no sólo es psicoterapia de la libertad,
sino que es sólo psicoterapia de la libertad. De ahí la terminología negativa con
que abundantemente describe Rogers su teoría y su método: No directivo, no
técnico, no interpretativo, no diagnóstico. Nadie puede ser libre por otro, nadie
puede hacer libre a otro desde fuera. La libertad es de cada uno, cada uno tiene
que liberarse a sí mismo. No se puede ser quien se es, sino siéndolo,
buscándose. El psicoterapeuta no dirige; es decir, no aplica ningún
procedimiento al paciente para obtener de él tal o cual resultado. Hacerlo, sería
manejar al otro, decidir por él, tratarlo, en suma, como cosa, enajenarlo. El
psicoterapeuta participa con el paciente en la búsqueda mutua, le ofrece su
esfuerzo personal, no para que haga esto o lo otro, sino para que sea quien es y
pueda decidir desde su intimidad el curso de su acción. Hay, por supuesto,
dirección, pero es una dirección común y mutua, cada uno desde su incanjeable
originalidad. Hay, por supuesto, una técnica, pero es la técnica de no reposar en
ninguna como algo ya dado y sabido; es la técnica de la anti-técnica; la técnica
que disuelve toda técnica que se afirma como automática y suficiente; la técnica
que elimina la tentación de quedarse en ella como una defensa, un disfraz o una
protección, y que incita de continuo al paciente a poner el acto personal que
deje en franquía su libertad creadora.

4) Hacer el trabajo me resulto bastante interesante, debido a que el texto y el autor


es bastante claro a la hora de explicar y describir los conceptos. Por otro lado, el
estudio sobre la psicoterapia de Rogers, es muy interesante e innovador
poniendo siempre la cuestión de la libertad como algo fundamental en la terapia
y en el paciente.

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