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Episodio 4: Pensar la fe

Hoy queremos hacer un episodio un poco diferente. Los dos últimos episodios
han sido bastante densos en información, queremos en este episodio recordar
algunas de las ideas que hemos expuesto y lanzar preguntas que nos ayuden a
pensar. Al fin y al cabo, hacer teología no consiste en engullir ideas y datos sino
en aprender a pensar la fe.

Pero antes, permítanme introducir un concepto fundamental para la Teología.


Es un concepto fundamental y extremadamente fácil de comprender: la
analogía.

No dejen que esta palabra griega les intimide. Lo único que queremos decir
cuando afirmamos que una cosa es análoga a otra es que entre ambas cosas –
aunque sean diferentes– hay un cierto parecido. Así que “analogía” quiere decir
semejanza o parecido, ni más ni menos.

En los episodios anteriores vimos que la fe cristiana se entiende a sí misma


ante todo como encuentro. La analogía más próxima a esta relación con Dios
que es la fe es la amistad humana.

Cuando decimos que la analogía más próxima a la relación con Dios es la


amistad humana no estamos diciendo que Dios es un amigo como mi amigo
Juan o mi amiga María. Entre otras cosas a mis amigos hombres y mujeres los
puedo ver, puedo hablar con ellos y ellos me hablan a mí, podemos quedar e ir
juntos a algún sitio, etc. Obviamente, estas son cosas que no podemos hacer
con Dios. “A Dios nadie lo ha visto nunca” (1Jn 4,12). Aun cuando se revela,
Dios sigue siendo Dios, y eso conlleva que no podamos percibirlo con nuestros
sentidos físicos.

La analogía nos permite decir algo acerca de Dios. Todo lo que digamos acerca
de Dios es sólo una analogía, pero la alternativa a hablar de Dios
analógicamente es limitarnos a decir lo que Dios no es, o bien no decir nada en
absoluto. Esto es lo que se llama teología apofática o Teología negativa. Dios no
es una criatura, Dios no es de este mundo, Dios está más allá de todo lo que
podamos conocer y decir.

Estas afirmaciones son propias de la teología apofática, la teología que dice lo


que Dios no es, o podríamos optar simplemente por no decir nada en absoluto,
como dijo el filósofo Wittgenstein “De lo que no se puede hablar es mejor
callar”.

La teología cristiana hace una opción por hablar y lo hace necesariamente


mediante analogías. Dios no es lo nada de lo que yo pueda decir, pero aun así
necesito hablar de Él y lo hago de la única manera que puedo, con términos
sacados de la experiencia humana.

Podemos decir así que la relación con Dios es como una amistad humana. No es
igual que una amistad humana, pero hay algo de semejanza entre estas dos
relaciones, hasta el punto que es posible hablar “analógicamente” de una
amistad con Dios: Una relación basada en el amor, el respeto, el intercambio de
palabras y signos de aprecio.
Y esto es de lo que quisiéramos hablar hoy: ¿Se acuerdan? La Teología es fe
que busca comprender. ¿Cómo las ideas que hemos ido exponiendo en los dos
últimos episodios nos ayudan a pensar nuestra fe?

En el episodio número 2 hablamos de cinco aspectos de la fe:


-intelectual, experiencial, relacional, histórico y comunitario-. Dijimos también
que el tercer aspecto es el centro, de tal manera que igualmente podríamos
hablar de la fe como relación con Dios que tiene cuatro aspectos intelectual,
experiencial, histórico y comunitario.Les invito a reflexionar desde su propia
experiencia de fe cómo vivimos cada uno de estos aspectos. Empecemos por el
primero: la dimensión intelectual

Para algunos cristianos, la dimensión intelectual es como el todo de la fe. Hay


gente, por ejemplo, que cree que su fe se está tambaleando porque tiene
dudas sobre algunas afirmaciones sobre Dios que la Iglesia propone. Y una
pregunta que podríamos hacernos es Cuando digo “yo creo”, ¿qué quiero decir?
Para mí “creer en Dios” es solo cuestión de ideas? Las ideas que tengo acerca
de Dios, ¿de dónde vienen?

Pasemos al segundo punto: la experiencia. ¿Cuál es mi experiencia de Dios?


¿Puedo decir que en algún momento de mi vida he experimentado a Dios? Más
personas de la que creemos han tenido experiencias de Dios que les han
marcado profundamente. Otros más bien lo perciben como un trasfondo casi
imperceptible, que sin embargo, no pueden negar que está ahí. ¿Cuál es tu
caso? ¿Cómo ha sido tu experiencia de Dios? Cuando te pones en presencia de
Dios, ¿qué sentimientos o emociones predominan en ti?

Las experiencias de Dios son importantes, pero no son aún la fe. La fe es una
relación con Dios que va más allá de lo que podamos sentir o experimentar. Es
un poco como la relación con una persona (humana). A veces nos apetece estar
con esa persona, a veces, no; pero hay una relación que trasciende lo que en
un momento dado pueda sentir ¿Es así con Dios? ¿Es Dios para mí una
persona, un “tú”? ¿En qué sentido la relación con Dios es una amistad y en qué
sentido no lo es? ¿Qué otras metáforas de relaciones humanas se asemejan a
lo que vives con Dios? (la relación padre-hijo; la relación esposo-esposa; la
relación esclavo-Señor)?

¿Cuál es tu historia de fe? ¿Recuerdas algún momento especialmente intenso?


¿Ha habido períodos de indiferencia o abandono? ¿Cómo tu historia de fe te ha
conducido a ser lo que eres hoy?

El último aspecto es el comunitario. ¿Cómo has llegado a la fe? ¿La heredaste


de tus padres? ¿Has asumido tu fe con responsabilidad personal o sigues
funcionando de manera un tanto infantil sin hacerte verdaderamente cargo de
ella? En tu vida de fe, ¿sientes el apoyo de otros cristianos? ¿o vives tu fe de
manera más bien individualista?

La Teología es la fe que busca comprender. Esperamos que estos conceptos te


ayuden a comprenderte mejor a ti mismo como creyente, a ser consciente del
don que has recibido y te está dando vida, quizás también a darte cuenta de lo
que podrían ser carencias.

El próximo episodio queremos grabarlo en comunidad. Necesitamos algunos


voluntarios que nos ayuden a tener una conversación viva sobre la fe, que
grabaremos y emitiremos en el próximo podcast.

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