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A María Santísima,
trono de la sabiduría
y Madre de la Iglesia
A mi ángel de la guarda,
que me asiste en todas mis necesidades,
apoya en todas mis empresas
y, auxilia y defiende en todas mis locuras.
1
SUMARIO
SUMARIO .............................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3
Capítulo I................................................................................................................................ 4
LA CATEQUESIS Y LA INICIACIÓN CRISTIANA ....................................................... 4
1. Catequesis e Iniciación Cristiana .................................................................................. 4
2. Iniciación Cristiana en sus orígenes .............................................................................10
Capítulo II:
INSPIRACIÓN CATECUMENAL EN LA CATEQUESIS DE ITINERARIO ..............13
1. La Catequesis como itinerario ......................................................................................13
2. La inspiración Catecumenal en el itinerario catequético .............................................14
Capítulo III:
El ITINERARIO DE CATEQUESIS “SERÁN MIS TESTIGOS” ...................................20
1. Introducción al itinerario “Serán mis testigos” ............................................................20
2. Visión general del Itinerario .........................................................................................26
CONCLUSIONES .................................................................................................................42
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................43
INDICE DE GRÁFICOS .......................................................................................................45
INDICE GENERAL ..............................................................................................................46
2
INTRODUCCIÓN
3
Capítulo I
4
espectadores. En la Biblia, el sustantivo catequesis, katechesis, no aparece en el NT. Se
encuentra, en cambio, seis veces el verbo, katecheo, en cinco formas verbales distintas. Es
una palabra tardía y raramente usada en el griego profano. En sentido derivado, el verbo
katecheo, en el griego bíblico, quiere decir informar, contar, comunicar una noticia (por
ejemplo He 21,21-24; Lc 1,4). En sentido estricto significa dar una instrucción cristiana (He
18,25; Rom 2,18; Gál 6,6).
En la época apostólica encontramos una multiplicidad de términos para designar el
ministerio de la Palabra y la enseñanza. Sin embargo, dentro de esa multiplicidad
terminológica, unos términos tienden a expresar el anuncio del evangelio a los no creyentes,
mientras que otros se refieren, más bien, a la enseñanza dirigida a los ya convertidos. Dentro
de este segundo momento de enseñanza, incluso se habla de una primera enseñanza elemental
(leche espiritual, rudimentos de la fe...) y de una enseñanza más honda (alimento sólido,
enseñanzas más profundas...). En esta época apostólica, el término catequesis, catequizar,
catecúmeno es uno más entre otros y apunta a la enseñanza de los convertidos.
A partir del siglo II se perfila el contenido del término catequesis. Este es empleado
por primera vez por san Clemente de Roma (siglo II) preferentemente para designar la
instrucción fundamental dada a los candidatos al bautismo. Y para san Hipólito (siglo III) el
vocablo tiene ya ese significado como específico y exclusivo. En efecto, el contenido preciso
de catequesis brota en una época en que la Iglesia está ya extendida y bien organizada en sus
instituciones, entre las cuales sobresale el catecumenado.
En su interior, el nombre de catequesis se aplica a una acción concreta, cuyos rasgos
van a ser de alguna manera paradigmáticos en el futuro eclesial. Es la edad de oro del
catecumenado para la iniciación cristiana, y la catequesis, juntamente con los sacramentos de
la iniciación, «es elemento central de la iniciación cristiana» (C. Floristán).
Efectivamente, katechizein, catechesis, catechizare, catechizatio designan la
enseñanza cristiana dentro de la institución catecumenal, con la finalidad de preparar al
bautismo. Por tanto, en la época patrística, katejein indica la instrucción dada a los
catecúmenos y didaskein se refiere a la instrucción de los ya bautizados. No obstante, todos
los componentes de la catequesis: La enseñanza, la oración, los elementos litúrgicos, las
5
consecuencias morales, todo ello recibido y vivido en la comunidad catecumenal hacen de la
catequesis, en este tiempo de los santos Padres, una iniciación cristiana integral.
En la exhortación apostólica Catechesi tradendae vemos como San Juan Pablo II
describe la catequesis de modo diverso en diferentes párrafos numerados, pero siempre
insistiendo en su carácter iniciatorio: «Globalmente se puede considerar aquí la catequesis
en cuanto educación de la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende
especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico
y sistemático, con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana» (CT 21). La
catequesis es «una iniciación cristiana integral, abierta a todas las esferas de la vida
cristiana» (CT 18; cfr. CCE 5). «La auténtica catequesis es siempre una iniciación ordenada
y sistemática a la revelación que Dios mismo ha hecho al hombre en Jesucristo; revelación
conservada en la memoria profunda de la Iglesia y en las Sagradas Escrituras, y comunicada
constantemente mediante una traditio viva y activa, de generación en generación» (CT 22c).
Todos estos párrafos de la Catechesi tradendae expresan la identidad de la catequesis
en su sentido más específico:
1) su naturaleza se expresa llamándola iniciación cristiana integral que afecta a todas
las dimensiones de la vida cristiana;
2) es una educación iniciática ordenada (orgánica) y sistemática, en cuanto a la
doctrina que transmite;
3) su contenido no es meramente doctrinal, aislado de la vida, es una buena noticia
capaz de dar el sentido último a la existencia humana desde sus más profundas experiencias.
Ahora bien, al observar de forma breve la definición de catequesis, destacando su
origen bíblico, patrístico y del magisterio, específicamente en la Catechesi tradendae, nos es
necesario hacer una aproximación a la Iniciación Cristiana.
2
Cfr. Ibídem, “INICIACIÓN CRISTIANA, la”, III Naturaleza de la iniciación Cristiana.
6
ritos encaminados a producir un cambio radical en la persona iniciada. Representa, pues, un
proceso de aprendizaje, de asimilación y adquisición progresiva de una doctrina o de una
práctica determinada, de unas creencias y valores o de unas costumbres y comportamientos
nuevos (cfr. IC 17). Es un aprendizaje, en definitiva, que afecta a toda la persona y supone
una renovación profunda de su ser.
Por iniciación cristiana ha de entenderse la incorporación del candidato, mediante los
tres sacramentos de iniciación, en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la
comunidad de la Iglesia, sacramento de salvación; de tal modo que el iniciado,
profundamente transformado e introducido en la nueva condición de vida, muere al pecado y
comienza una nueva existencia hacia su plena realización. Esta inserción y transformación
radical, llevada a cabo dentro del ámbito de fe de la comunidad eclesial, donde ha de
integrarse la respuesta de fe del candidato, exige, por lo mismo, un proceso gradual o
itinerario catequético que ayude a madurar en la fe (cfr. IC 43). El Directorio general para la
catequesis afirma que «la catequesis es elemento fundamental de la iniciación cristiana y
está estrechamente vinculada a los sacramentos de iniciación» (DGC 66). Podemos afirmar
que la iniciación cristiana comprende los siguientes elementos esenciales:
1) el misterio pascual de Cristo;
2) la Iglesia, comunidad de salvación;
3) la unidad indisoluble de los tres sacramentos de la iniciación;
4) el anuncio de Jesucristo y su mensaje de salvación;
5) la fe y la adhesión personal a la intervención salvadora de Dios en Cristo por el
Espíritu Santo;
6) la maduración de esa fe, el progresivo y radical cambio de mentalidad y de estilo
de vida, en la comunidad eclesial.
De este modo lo expresa el Catecismo de la Iglesia católica: «Desde los tiempos
apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que consta de
varias etapas. Y comprende siempre algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra,
la acogida del evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el bautismo, la efusión
del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística» (CCE 1229).
7
El documento episcopal La iniciación cristiana, resume los elementos propios de la
iniciación cristiana:
1) la iniciativa eficaz y gratuita de Dios;
2) la respuesta de la fe que se realiza en la escucha y en la acogida interior del
evangelio;
3) la acogida de la Iglesia, que recibe en su seno maternal e inserto en el misterio de
Cristo y en la propia vida eclesial;
4) esta acción de la Iglesia integra básicamente la predicación de la Palabra y su
explicación, la catequesis que introduce en los misterios y en la vida de la Iglesia, la
celebración de los sacramentos, y el acompañamiento posterior (cfr. IC 31).
Una vez hecho una aproximación a lo que es propiamente Catequesis e Iniciación
Cristiana, podemos hablar con mayor claridad acerca de la relación entre ambas.
8
de la Iglesia se lleva a cabo mediante un proceso catequético de educación de la fe y por los
sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía. Mediante los sacramentos de
iniciación, el hombre es vinculado a Cristo y asimilado a él en el ser y en el obrar,
introduciéndole en la comunión trinitaria y en la Iglesia. Mediante el itinerario catequético,
que precede, acompaña o sigue a la celebración de los sacramentos, el catequizando alcanza
el conocimiento del misterio de la salvación, afianza su compromiso personal de respuesta a
Dios y de cambio progresivo de mentalidad y de costumbres, fundamenta su fe y avanza en el
aprendizaje de la vida cristiana, acompañado por la comunidad eclesial (cfr. RICA,
Observaciones previas).
La catequesis de iniciación cristiana no es una mera exposición de dogmas y
preceptos, es algo más que una simple instrucción o un desarrollo discursivo o práctico de las
capacidades del catequizando; es algo más que un adiestramiento en las cosas de la fe o un
programa rigurosamente diseñado al modo académico; es, ante todo, una escuela de fe, es
«formación y noviciado debidamente prolongado de toda la vida cristiana, en que los
discípulos se unen a Cristo, su Maestro» (AG 14; DGC 63; cfr. IC 42). Es un itinerario que
supone una formación orgánica, sistemática y básica de la fe cristiana. Toda catequesis es, en
efecto, un acto de tradición viva al servicio de la transmisión de la fe, y la catequesis propia
de la iniciación cristiana con más motivo. Su contenido es, pues, la revelación de Dios; es
decir, el acontecimiento de la manifestación de su misterio y designio amoroso de salvación,
y el acontecimiento de su donación y entrega en favor del hombre.
Estas realidades de la fe, que vienen expresadas en distintos lenguajes (bíblico,
litúrgico, doctrinal, testimonial) y que constituyen un cuerpo orgánico y coherente de certezas
y verdades, deben ser presentadas orgánicamente, mostrando su coherencia interna a los
catequizandos. Y, asimismo, deben ser de tal modo comunicadas que puedan ser
comprendidas y asumidas como realidades que son de fe para nuestra salvación. El catequista
habla desde la fe y trata de suscitar la fe ante los profundos misterios que contiene la acción
de Dios en favor del hombre; se propone no sólo formar la mente, sino educar en la fe a los
9
catequizandos e introducirles en la vida cristiana, para que, por la fe, puedan conocer la
riqueza del amor de Dios en Jesucristo y la esperanza de la gloria. (Cfr. Col 1,26-27).3
3
Cfr. Ibídem, IV. Itinerario de conversión y de crecimiento en la fe.
4
Cfr. Ibídem, II. La iniciación cristiana en la historia.
10
Este camino constaba de las siguientes etapas:
a) La etapa misionera, destinada a los paganos. Se centraba en los preámbulos de la
fe y el primer anuncio de Jesucristo, y se dirigía a suscitar la fe y la conversión. Cuando, tras
una primera prueba o examen se valoraban positivamente las motivaciones y disposiciones
del candidato, este era admitido al catecumenado. Esta incorporación iba acompañada en
algunas Iglesias de la signación en la frente y la imposición de las manos. Para los hijos de
familias cristianas esta primera etapa se realizaba en la familia y corría a cargo
ordinariamente de los padres.
b) La segunda etapa era el tiempo del catecumenado propiamente dicho. Esta etapa
tenía una duración aproximada de tres años y suponía un tiempo de formación y de prueba
bajo la guía de un catequista. Los catecúmenos podían participar en la liturgia de la Palabra
de la misa, junto a la comunidad de los fieles. Al concluir este período estaba previsto un
nuevo examen para comprobar la autenticidad de las actitudes del catecúmeno, su progreso
en el conocimiento del evangelio y en la vida conforme a él, y, de este modo, decidir su
admisión a la etapa siguiente.
c) La tercera etapa, que comprendía el tiempo de la cuaresma, era de preparación
inmediata a los sacramentos de la iniciación. Al comienzo de la cuaresma, en una ceremonia
litúrgica especial, el obispo inscribía a los elegidos y pronunciaba la homilía, llamada
también protocatequesis.
Esta preparación inmediata comprendía tres aspectos:
1) La enseñanza o instrucción: durante las primeras semanas, en reunión diaria, el
obispo explicaba la Sagrada Escritura; a partir de la cuarta semana de cuaresma (la sexta en
oriente) se desarrollaba la catequesis propiamente doctrinal, que se iniciaba con la traditio
Symboli, como acto de tradición, de transmisión oficial de la fe de la Iglesia, y que era
explicado en sus distintos artículos por el obispo durante las dos semanas siguientes; se
finalizaba con la redditio Symboli.
2) La formación espiritual: Implica la superación del pecado, el ejercicio de la vida
en el Espíritu y la iniciación en las costumbres cristianas; por eso, la cuaresma es entendida
como tiempo de lucha, de penitencia, de retiro espiritual y de oración.
11
3) La formación litúrgica y ritual: la preparación inmediata es, pues, tiempo de
prueba y de combate contra el príncipe de este mundo; el catecúmeno ha de ejercitarse en el
combate espiritual, en la renuncia a Satanás y la adhesión a Cristo; para ello encontrará ayuda
en la vida litúrgica: los ritos, exorcismos y escrutinios serán frecuentes. Esta tercera etapa
culminará en la vigilia pascual con la celebración de los sacramentos del bautismo, de la
confirmación y de la eucaristía.
d) La última etapa del catecumenado corresponde al tiempo pascual. Durante la
semana de pascua tendrá lugar la catequesis mistagógica para los neófitos, y en ella se
explicará el simbolismo de los ritos, las figuras bíblicas de los sacramentos y se exhortará a
vivir en Cristo.
Más adelante por distintas circunstancias de tipo sociopolítico, fueron cambiando de
rumbo las urgencias pastorales de la Iglesia. No obstante siguió el avance de esta institución
catecumenal y, por ejemplo, la cuaresma sería considerada como el tiempo y el espacio
propio de la iniciación cristiana, en cuanto preparación para la pascua: el nuevo nacimiento
de los hijos de Dios. La práctica de la iniciación cristiana pasará por largos períodos de
oscuridad, debido especialmente a la escisión de la catequesis y de la liturgia, así como a su
desorientación. Cuando la liturgia se ritualiza y la catequesis se desvanece en virtud de una
situación de cristiandad, la iniciación cristiana acabará perdiendo su valor y sentido
originario. Pasarán siglos y muchos acontecimientos históricos que permitirán una
renovación de la iniciación cristiana en nuestros días, más propiamente gracias al Concilio
Vaticano II.
Este primer capítulo ha sido una pequeña revisión de lo que es propiamente la
Catequesis y la Iniciación Cristiana, cómo se relacionan y cómo era esta última en sus
origines. Ahora, una vez expuesto esto, pasaremos, en el segundo capítulo, a abordar otro
punto importante de la Iniciación Cristiana que nos ayudará a acercarnos mejor al Itinerario
de Catequesis “Serán mis testigos”, para comprenderlo.
12
Capítulo II
INSPIRACIÓN CATECUMENAL EN
LA CATEQUESIS DE ITINERARIO
13
Por eso “Una catequesis inspirada en el proceso catecumenal ante todo es procesual,
gradual, integral y mistagógica.”5
Ya lo expresa el Catecismo de la Iglesia en su numeral 1233 «Hoy, en todos los ritos
latinos y orientales, la iniciación cristiana de adultos comienza con su entrada en el
catecumenado, para alcanzar su punto culminante en una sola celebración de los tres
sacramentos: del bautismo, de la confirmación y de la eucaristía». En este sentido, el Ritual
para la iniciación cristiana de adultos (RICA), con su articulación por etapas, o preparación
por grados, será un ejemplo típico de un itinerario gradual y progresivo de iniciación
cristiana.6
5
La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época, CELAM, n. 60.
6
Cfr. AA.VV. “Iniciación Cristiana, la”, Nuevo Diccionario de Catequética, Vol. I, San Pablo, Madrid
1999., IV. Itinerario de conversión y de crecimiento en la fe, 3. Como un camino a recorrer en
distintas etapas.
7
Ibídem, “Catecumenado e inspiración catecumenal”, I Catecumenado.
8
LXXVIII Asamblea Plenaria De La Conferencia Episcopal Española, Orientaciones pastorales para
el catecumenado, Madrid, 1 de marzo de 2002, n. 7.
14
El catecumenado es una verdadera iniciación cristiana y fue considerado una de las
mayores instituciones de la Iglesia de todos los tiempos.9 Toda la catequesis debe inspirarse
en el modelo catecumenal, como afirma el DGC. (90-91). Este camino de iniciación que tiene
el catecumenado como modelo se comprende mejor a la luz del Ritual de Iniciación
Cristiana de Adultos (RICA). Este presenta un camino litúrgico-sacramental y, a la vez,
indica que en cada etapa del itinerario se desarrolle creativamente el proceso catequístico
necesario para el crecimiento y maduración en la fe que habilita el sacramento. Esta
propuesta tiene como finalidad profundizar la fe de los que han aceptado seguir a Jesucristo,
y llevarla a la madurez en el seguimiento y en la comunidad eclesial. 10 Es por ello que la
catequesis por la cual apuesta el Magisterio reciente, a partir del Concilio Vaticano II, es una
catequesis de inspiración catecumenal. Tomando de este, se desarrolla un itinerario
catequístico de iniciación que pueda responder a los nuevos tiempos. 11
Ahora, valiéndonos del Nuevo Diccionario de Catequética, en su voz “Iniciación
Cristiana, la” se presenta a continuación un desarrollo del itinerario de la iniciación cristiana,
propuesto por los autores del diccionario, con sus correspondientes tiempos o etapas 12 .
Notaremos que corresponden a las cuatro principales etapas del catecumenado en la Iglesia
de los primeros siglos, que se presentaban en el punto 2 del primer capítulo, pero
desarrolladas como se presentan en el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos. Aunque
contiene siete puntos, son las cuatro etapas distribuidos de la siguiente manera: El ‘a’ el
Precatecumenado, el ‘c’, el Catecumenado, el ‘e’, con el tiempo de la Purificación e
Iluminación, y el ‘g’ con el tiempo de la Mistagogía. Los puntos ‘b’ y ‘d’ son los momentos
de paso de etapas, de la primera a la segunda, y de la segunda a la tercera, respectivamente.
Presentamos ahora estas etapas del proceso:
9
Cfr. La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época, CELAM, n. 41.
10
Cfr. Ibídem, n. 45.
11
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán Mis
Testigos, Manuela del Catequista, Paulinas, Caracas 2015.
12
AA.VV. “Iniciación Cristiana, la”, Nuevo Diccionario de Catequética, Vol. I, San Pablo, Madrid
1999., IV. Itinerario de conversión y de crecimiento en la fe, 3. Como un camino a recorrer en
distintas etapas.
15
destinado a los inicios de la fe y a la primera presentación del mensaje cristiano (cfr. RICA,
Obs. previas; IC 24). El centro es el anuncio de la buena noticia, que es la proclamación del
Dios vivo, de su misterio de salvación para todos los hombres y de su cumplimiento en
Cristo, muerto y resucitado. Este anuncio debe, en definitiva, dar a conocer el kerigma
cristiano y sus consecuencias para el hombre. Pero además, es conveniente que integre una
exposición inicial sobre la moral cristiana, la Iglesia y los novísimos, con objeto de conducir
al candidato, con la ayuda del Espíritu Santo, a la conversión inicial y a la adhesión primera a
Dios y, de este modo, «ir madurando la verdadera voluntad de seguir a Cristo y de pedir el
bautismo» (RICA 10).
Hoy la Iglesia, consciente de la exigencia de la nueva evangelización, sabe que este
primer empeño misionero es de extraordinaria importancia y que su ejercicio, acompañado de
testimonios explícitos de vida cristiana, es una prueba de calidad para la comunidad cristiana.
Durante este tiempo, la comunidad debe crear en torno a quien se siente atraído por la fe
cristiana un ambiente de acogida fraterna y de vida cristiana; debe esforzarse por ofrecer una
atención esmerada a cada persona, en su singular condición, y asimismo un clima de
reflexión y de búsqueda sincera, junto al testimonio de fe y de oración.
b) La entrada en el catecumenado: La entrada en el catecumenado de aquellos que
han manifestado este deseo, y en cuanto tales son presentados a la Iglesia por los padrinos o
por los catequistas, supone, en primer lugar, un examen sobre las motivaciones y la idoneidad
de cada candidato a quien se le pedirá para su admisión: una vida espiritual preliminar y los
conocimientos fundamentales de la doctrina cristiana, la conversión inicial y la voluntad de
cambiar de vida y de empezar el trato con Dios en Cristo, un incipiente sentido de la
penitencia y práctica de la oración, una primera experiencia de trato con la comunidad
cristiana (cfr. RICA, Obs. previas 15; IC 25).
La entrada en el catecumenado va precedida de la celebración de un rito llamado de
entrada en el catecumenado, mediante el cual la Iglesia expresa la acogida de aquellos que
han aceptado el evangelio de Jesucristo y desean ser miembros de ella, y consagra su
conversión inicial. A partir de este momento los candidatos son ya de la casa de Cristo: son
alimentados por la Iglesia con la palabra de Dios y favorecidos con las ayudas litúrgicas
(RICA 8). Y así, recibidos entre el número de los catecúmenos, son ya cristianos, aunque de
16
un modo imperfecto: «No habéis renacido todavía por el bautismo sagrado, pero ya por la
señal de la cruz habéis sido recibidos en el seno de la madre Iglesia».
c) El tiempo del catecumenado: Es el tiempo de la formación cristiana integral, del
aprendizaje de la fe y de la vida cristiana, de la maduración de la conversión y adhesión a
Dios. La Iglesia lleva a cabo esta educación de los catecúmenos mediante una catequesis
progresiva, sistemática y orgánica, que se acomoda al año litúrgico y se acompaña de
celebraciones y ritos litúrgicos, de tal manera que la fe de la Iglesia sea transmitida íntegra,
para el conocimiento vivo del misterio de la salvación y la educación en la totalidad de la
vida cristiana. Los catecúmenos deben ser «adecuadamente iniciados en el misterio de la
salvación, en el ejercicio de las costumbres evangélicas y en la celebración de los ritos
sagrados, e introducidos en la vida de la fe, la liturgia y la caridad del pueblo de Dios» (AG
14).
Este camino de formación integral, de aprendizaje y maduración de la fe, de
progresiva conversión y de cambio de vida, incluye, y es también para el catecúmeno, un
tiempo de lucha espiritual contra las fuerzas del mal que ha de vencer. Ha de aprender que la
vida cristiana es también un combate espiritual contra el mal y el pecado. De ahí la presencia
de la ascesis, los ejercicios penitenciales y la invocación de la ayuda divina, tan presentes en
el catecumenado. Y así, los catecúmenos, que se esfuerzan por avanzar en este camino
inicial, fortalecidos por la bendición divina, purificados por el Espíritu y ayudados por el
ejemplo y el auxilio de la comunidad eclesial, y de modo especial por los padrinos y por los
catequistas, se instruyen en la fe, se ejercitan en la oración, aprenden las costumbres
evangélicas de la vida en Cristo y son introducidos paulatinamente en las responsabilidades
apostólicas y misioneras propias del cristiano (cfr. IC 26).
d) La elección e inscripción del nombre: La elección viene precedida por un
examen de idoneidad del catecúmeno. Además de la fe y la firme voluntad de recibir los
sacramentos de la Iglesia, se requiere de él «la conversión de la mente y de las costumbres,
un suficiente conocimiento de la doctrina cristiana y sentimientos de fe y de caridad» (RICA,
Obs. previas, 23).
La celebración del rito de la elección e inscripción del nombre tiene lugar
habitualmente el primer domingo de cuaresma y es presidido por el obispo. A él le son
17
presentados los candidatos y él elige a aquellos que son admitidos para el bautismo,
inscribiéndoles como elegidos. Con esta celebración de la llamada decisiva por parte de la
Iglesia, signo de la llamada de Dios, y de la inscripción del nombre en el libro de los
elegidos, signo de la respuesta del hombre, concluye el tiempo del catecumenado.
e) El tiempo de la purificación y de la iluminación: En esta etapa, que coincide
con la cuaresma y concluye con la vigilia pascual, los catecúmenos se preparan de modo
intensivo para las celebraciones pascuales y para recibir los sacramentos de la iniciación
(RICA 21-22; IC 27). La Iglesia abre para ellos, sosteniéndoles con su participación y ayuda,
un camino de preparación inmediata, mediante la catequesis y la liturgia, la reflexión y la
oración, la penitencia y el ayuno, la lucha ante las pruebas y la purificación del corazón. La
Iglesia, que es madre, se dispone de este modo a engendrar en Cristo, por la fuerza del
Espíritu Santo, a quienes recorren este camino de purificación y de iluminación.
La profundización en la Sagrada Escritura y en el símbolo de la fe, la intensificación
espiritual, la celebración de exorcismos y escrutinios, y la entrega de los símbolos de la
identidad cristiana (el credo y el padrenuestro) constituyen los hitos más importantes de esta
preparación. Por su importancia y significación catequética merece ser destacada la
explicación y entrega de la fe en el símbolo, a lo que el catequizando responderá con la
manifestación de la profesión de la fe de la Iglesia.
f) Celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana: La celebración
unitaria de los sacramentos del bautismo, de la confirmación y de la eucaristía coronan la
vigilia pascual. Con ello se quiere expresar la unidad del misterio pascual y la plena
participación en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Por el bautismo, los catecúmenos, que
han renunciado a Satanás y pronunciado la profesión de fe, reciben el Espíritu de adopción,
renacen como hijos de Dios y son incorporados a la Iglesia (cfr. CCE 1213). Por la
confirmación, los neófitos son sellados por el don del Espíritu Santo y configurados
sacramentalmente a la imagen de Cristo, el Ungido. Al participar con todo el pueblo de Dios
en la eucaristía, celebran el memorial de la muerte y resurrección de Cristo y reciben la
comunión del cuerpo y sangre del Señor que consuma la unión con él (cfr. RICA Obs.
previas 27ss.; IC 28).
18
g) El tiempo de la mistagogía: Recibidos los tres sacramentos, comienza una
nueva y definitiva etapa de la iniciación cristiana: el tiempo de la mistagogía. Durante este
tiempo los neófitos, ayudados por la comunidad de los fieles, y a través de la meditación del
evangelio, la catequesis, la experiencia sacramental frecuente y el ejercicio de la caridad,
profundizan en los misterios celebrados, consolidan la práctica de la vida cristiana y se
ejercitan en las responsabilidades de su incorporación a la comunidad (cfr. RICA, Obs.
previas, 37-40; IC 29-30).
Es esta inspiración catecumenal la que se presenta como paradigma de la catequesis
para estos nuevos tiempos13; es por ello que la Conferencia Episcopal Venezolana ha tenido a
bien, y como una necesidad, el responder a través de la catequesis a la situación religiosa de
nuestro pueblo Venezolano; lo que dio como resultado un itinerario de Catequesis
desarrollado a la luz del magisterio, de inspiración catecumenal y adaptado a las necesidades
y condiciones culturales, sociales y políticas de nuestro país.
13
Cfr. La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época, CELAM
19
Capítulo III
EL ITINERARIO DE CATEQUESIS
“SERÁN MIS TESTIGOS”
20
Iniciación Cristiana de Adultos (RICA), el Directorio General para la Catequesis (1997), las
opciones catequísticas de América Latina 14 , el documento de Aparecida (Cfr. 278) y en
particular al Documento sobre la Catequesis del Concilio Plenario de Venezuela. 15
Como se presentó en el segundo capítulo, el modelo de la iniciación cristiana es el
catecumenado bautismal. Esta catequesis está íntimamente unida a la liturgia de los tres
sacramentos de iniciación y es una fuerte vivencia de comunión eclesial. Algo que hay que
destacar de este itinerario es la dimensión misionera la cual se complementa con un fuerte
sentido de compromiso por la transformación de la sociedad a la luz de los principios del
evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia.16
1.1. Objetivo:
Este itinerario tiene como objetivo “ofrecer a los adultos las orientaciones, ámbitos y
medios que favorecen la conversión y la adhesión a Cristo, el crecimiento y maduración de
la fe, la participación en la comunidad eclesial y la opción de un proyecto cristiano de vida,
según el Evangelio”.17
1.2. Destinatarios18
Con los textos de este itinerario se opta decididamente por los adultos como los
interlocutores preferenciales de la catequesis. Este es un itinerario de fe para adultos, es decir
para personas que han alcanzado su autonomía, asumen el destino de sus vidas y tienen una
responsabilidad en la familia y en la sociedad. Los adultos tiene “el derecho y el deber de
hacer madurar el germen de la fe que Dios les ha dado” (DGC 173). Sobre ellos recae la
14
II Semana Latinoamericana de Catequesis, Caracas: 17 al 24 de septiembre de 1994.
15
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
16
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Manual del catequista, Paulinas, Caracas 2015, 5-6.
17
Ibídem, 7.
18
Cfr. Ibídem, 12-13.
21
responsabilidad de las tomas de decisión en la sociedad y, además, son testigos y modelos
para los niños y jóvenes.
Se ofrece a aquellos adultos que no han sido bautizados, o no han completado su
iniciación cristiana, o que habiendo recibido los sacramentos en su infancia, no han sido
debidamente iniciados; o, en general, todos aquellos que desean descubrir la gracia del
bautismo y vivir una fe adulta: hombres y mujeres, casados y solteros, unidos o viudos, todos
son destinatarios de esta catequesis. Con el itinerario de iniciación a la vida cristiana se abren
nuevos horizontes a la renovación pastoral de la catequesis en su opción por los adultos en un
proceso catecumenal. 19 Por su contenido catecumenal e iniciático, también resultara útil para
los casos particulares de jóvenes y adultos que quieran ser bautizados.
Hay que considerar también que a pesar de ser los adultos su opción preferencial, con
sus respectivas adaptaciones a las edades y condiciones, resulta un itinerario muy útil para los
casos de jóvenes que deseen ser confirmados y no hayan hecho un camino de fe.
1.3. Metodología20
19
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
20
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Manual del catequista, Paulinas, Caracas 2015, 13-17.
22
está formado por los que parten de la vida para llegar a la fe (método de Jesús, método de
Pablo en el Areópago, Hch 17, 22-31); y el segundo grupo lo componen los métodos que
parten de la fe para llegar a la vida (exposición del mensaje, enseñanza de la doctrina
desarrollo del primer anuncio del kerigma). Corresponden a los llamados Método Inductivo y
el Método Deductivo, respectivamente.
Este itinerario catequístico se vale del método Inductivo, también llamado Método
Antropológico, cuyos pasos propios son, VER-JUZGAR-ACTUAR-CELEBRAR. A
diferencia de la primera etapa (el tiempo del anuncio misionero), en la catequesis de las tres
últimas etapas se desarrolla el método antropológico de la siguiente manera:
VER: es el momento en que el catequista ayuda al grupo a conectar la situación
histórica con su realidad existencial y las preguntas de significado de los hechos que surgen
cuando se ahonda en ellos. Partir de la realidad ha de ser llegar a los sentimientos e
interrogantes que hay en el corazón humano que busca el sentido de lo que acontece en la fe.
Recibe el nombre: “Partimos de la realidad”.
JUZGAR: La Palabra de Dios ilumina todo el acto catequético y es el elemento que
da conexión a todos los demás. La Palabra ilumina la vida. En un clima propicio para la
escucha, la reflexión y el diálogo ella es proclamada. El Dios de la revelación se hace
presente en medio del grupo con señales, personas, gestos que vienen contenidos de forma
especial en su palabra. El juzgar lleva a la síntesis que conjuga textos bíblicos y explicaciones
sencillas que dan cuerpo a lo que creemos. Recibe el nombre: “Nos abrimos al mensaje
Cristiano”.
ACTUAR: Acoger la Palabra en la vida conlleva la respuesta en el compromiso
transformador. El catequista ayuda con sugerencias para que brote de los catequizandos la
necesidad de encaminar la vida a la luz del evangelio, en la respuesta de fe. Es iniciación a la
vida de seguimiento y testimonio. Recibe el nombre; “Respondemos con la vida”.
CELEBRAR: es el momento de la respuesta festiva y orante a la Palabra recibida y al
encuentro con la persona de Jesús. Este momento es esencial para la iniciación en la vida de
oración y liturgia de la Iglesia. El encuentro catequético tiene como cierre una celebración en
la que todos los responden festivamente a la Palabra recibida. Recibe el nombre:
“Celebramos nuestra fe”.
23
Por su parte, la primera etapa, la etapa precatecumenal, por su naturaleza, conlleva
una diferencia en la metodología con el resto de las etapas. Esto es comprensible ya que la
primera etapa se inscribe en el anuncio misionero, mientras el resto del itinerario es
catequético propiamente dicho. Como se trata del Kerigma, el método antropológico se
adapta a las características particulares de la etapa previa a la catequesis y que conduce al
encuentro con Dios en Jesús resucitado, invita a la conversión y a la adhesión de fe. Para esta
etapa se ha hecho una modificación para no adelantar el proceso, en atención a la experiencia
gradual del encuentro con Jesús Resucitado.
En esta primera etapa el VER: es la toma de conciencia de la realidad humana y a
partir de ella se invita a profundizar en las preguntas más hondas y significativas de toda
persona. El JUZGAR: es el “abrirse al mensaje cristiano”, es desde el testimonio de los
discípulos de Emaús, no tratados como “lectura de la Palabra de Dios”, sino la experiencia de
personas que pasan por situaciones muy humanas. El ACTUAR: en este caso no se habla de
compromiso sino de continuar profundizando y mirando la vida. El CELEBRAR: no se hace
todavía “oración cristiana” ni lectura de la Palabra de Dios, esto vendrá a partir de la 2ª etapa
cuando se entre en la catequesis propiamente dicha. Hablamos de “celebrar la vida”, con
palabras humanas y textos de otras personas en búsqueda.
21
Cfr. Diócesis de Maturín, Curso monográfico itinerarios de iniciación cristiana, Secretariado de
Catequesis, Maturín 2010, tema 5: contenidos y áreas del itinerario de iniciación cristiana de
adultos, pág. 39-40.
24
Jesucristo”. Esta, por su mismo dinamismo, introducen a la dimensión trinitaria de la fe: “por
Cristo, en el Espíritu Santo, al Padre” (Cf. Doxología de la Plegaría Eucarística).
Catequesis litúrgico-sacramental: la dimensión celebrativa de la fe ha de vivirse en
la catequesis como iniciación a los signos, gestos, actitudes y expresiones que animan toda la
liturgia. Además ha de ser experiencia de vida sacramental, como vivencia de la salvación
realizada en Cristo.
Catequesis eclesial: la catequesis tiene su origen en la confesión de fe de la Iglesia y
conduce a la profesión de fe del catequizando en la comunidad. Crea la conciencia de
pertenecer a la Iglesia, mediante la inserción activa en una comunidad concreta.
A la luz de estos criterios se determinan la elección de las áreas temáticas en las que
están articulados los contenidos catequísticos de los itinerarios; estas abarcan la integralidad
de la experiencia cristiana y garantizan la integridad en cada etapa y permiten evidenciar la
gradualidad en la profundización de la experiencia cristiana. 22 Estas son:
Área antropológico-social: la dimensión personal y el entorno familiar, comunitario
y social a la luz de la fe.
Área bíblica: la historia de la salvación en los momentos y personajes bíblicos más
relevantes.
Área cristológica: Jesús, centro de la catequesis, revelador del Padre, “camino,
verdad y vida”, presentado sobre todo a través de los Evangelios.
Área eclesial-comunitaria: el nacimiento de la Iglesia, la acción del Espíritu Santo,
en los apóstoles y en las primeras comunidades, y la experiencia eclesial de hoy.
Área litúrgico-sacramental: la experiencia de la celebración de la fe en la liturgia y
en cada sacramento. Dimensión sacramental de la vida cristiana.
Área vida espiritual: la vida “nueva” recibida en el Bautismo, que se desarrolla en la
vivencia de la fe, en la experiencia de la oración y en la lectura cristiana de los signos de los
tiempos.
Área moral: la dimensión ética del seguimiento de Cristo. Adquisición de valores y
actitudes básicas del cristiano, inspirados en el Evangelio y orientando el compromiso.
22
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Manual del catequista, Paulinas, Caracas 2015, 23.
25
En cada una de las etapas se presentará un gráfico que mostrará el contenido
catequístico de cada área temática.
Ahora presentamos una visión general del contenido temático del itinerario.
Como este es fundamentalmente un itinerario de inspiración catecumenal, está
conformado por cuatro etapas, cada una de las cuales se inspiran en las cuatro etapas del
catecumenado bautismal, adaptándolas a las circunstancias concretas del grupo de adultos,
sean catecúmenos o catequizandos. Estas cuentan, cada una, con su propio texto de apoyo o
instrumento, que sirven de guía para la preparación y realización de los encuentros
catequéticos que se contienen en el itinerario; sumándole el “Manual del Catequista”, el cual
tiene tanto el contenido de los otros cuatro textos, como de los apuntes necesarios para el
catequista. La catequesis de inspiración catecumenal sigue las cuatro etapas del
catecumenado, Y celebra cada etapa alcanzada en lo que se llama “paso de etapa”, en la que
23
la libre respuesta del catequizando es la clave.
Cada una de las etapas está dividida en áreas temáticas, cada una con su propio
objetivo, en las cuales están los temas para los encuentros. Se presentará de cada etapa una
pequeña introducción, el objetivo principal de la etapa, sus características, su duración, y un
esquema de la misma con sus áreas, objetivos y contenido temático. Nos ceñiremos al
contenido de los textos, principalmente a sus introducciones, en las cuales se presenta y
explica cada etapa.
23
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Manual del catequista, Paulinas, Caracas 2015, 13-17.
24
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Primera Etapa, Una Buena Noticia, Paulinas, Caracas 2015, 8-9.
26
es el tiempo para hacer el primer anuncio, del kerigma, el cual trata sobre el anuncio del
núcleo de nuestra fe: Cristo, que padeció, murió y resucitó por nuestra salvación; es en él se
realiza la salvación, él nos muestra el amor inagotable de Dios. Es clave comprender que,
como se expresó el punto “Método”, esta etapa NO es de catequesis, por eso la metodología
difiere en aspectos esenciales de la propia del resto de las etapas. Se llama Pre-catecumenado
por esto, porque aún no se ha entrado propiamente a la etapa de formación para la vida
cristiana.
La finalidad de la etapa precatecumenal es acercase a los creyentes y no creyentes,
bautizados no iniciados y no bautizados, desde las experiencias más hondas del ser humano al
encuentro con la persona de Jesús resucitado, rostro y manifestación del amor infinito de
Dios para cada uno de nosotros. Por lo tanto es importante no hacer saltos ni dar por supuesto
nada.
El momento clave de la etapa es la PROCLAMACIÓN DEL KERIGMA.
Nuevamente hay que decir que esta proclamación tiene unas características propias. Unción y
testimonio, alegría y fuerza en el Espíritu. “Lo que hemos visto, oído, sentido… se los
anunciamos” (I Jn 1,1ss). Este encuentro es particularmente vivencial, y que acompaña a los
participantes a hacer la misma experiencia de descubrir el rostro personal de Dios en Jesús.
La finalidad de esta etapa es la base irrenunciable de toda respuesta de fe: el encuentro con
Jesús vivo. Toda catequesis necesita dar un tiempo para el encuentro, la conversión y la
adhesión de fe. Solo a partir la conversión a Jesús y el deseo de conocerlo para seguirlo,
comienza la catequesis (ver DGC 66, 67, 82 entre otros).
El texto de apoyo para esta etapa es: “UNA BUENA NOTICIA”.
25
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
27
2.1.3. Duración: Dos meses. Desde octubre del primer año de Catequesis, hasta
finales de enero o inicios de febrero, aproximadamente. 26
Podemos observar que esta etapa no tiene todas las áreas, ya que, como se explica el
punto presente y el 1.3 Metodología y el presente, esta etapa no es propiamente catequesis,
sino que tiene su propia intensión y su manera específica de aplicarse.
Encuentros previos:
26
Cfr. Ibídem.
28
Primera área: ¿QUIÉN SOY?
Objetivo del área: Entrar en contacto con el misterio más profundo del ser humano y su
apertura a la trascendencia
3. En búsqueda de mi identidad.
4. En búsqueda de la felicidad.
5. ¿Éxito o fracaso?
6. Yo te busco
Celebraciones:
29
2.2. Segunda Etapa: Luz para todos los pueblos27
27
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Segunda Etapa, Luz para todos los pueblos, Paulinas, Caracas 2015., 9
28
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
29
Cfr. Ibídem.
30
2.2.4. Contenidos catequísticos en las áreas temáticas:
Primera área: “NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO” (Gn2, 18)
Objetivo del área: Descubrir los signos del amor de Dios presentes en la dimensión personal
y comunitaria de los seres humanos.
31
Talleres:
1. ¿Qué es la Biblia? Introducción general y manejo de los textos.
2. Introducción al Antiguo Testamento: libros, autores, clasificación, géneros
literarios.
3. Introducción al Nuevo Testamento.
6. La acción de Dios en los Orígenes: la Creación.
7. Pecado y Promesa.
8. El Éxodo y la Alianza.
9. Dios establece una nueva relación con su pueblo: el código de la Alianza.
32
Objetivo del área: Comenzar a vivir el proceso de transformación que brota de la fe.
Celebraciones:
Entrega de la Biblia
Celebración penitencial: renuncia a los ídolos y profesión de fe.
Celebración de paso de etapa: Petición de los sacramentos o renovación de las
promesas bautismales.
Signo: Inscripción del nombre en el libro de Bautismo.
33
sacramentos, el ingreso a la comunidad y la vida nueva en Jesús. La etapa de iluminación
y purificación, se inicia con el rito llamado de elección.
En la Vigilia Pascual se celebra, con toda la solemnidad posible, el bautismo de los
adultos y la renovación de las promesas bautismales de aquellos que han hecho este itinerario
como “reiniciación cristiana”. El tiempo de purificación e iluminación, catequesis centrada en
los sacramentos de iniciación, en particular del bautismo, y de la reconciliación para los que
renuevan su iniciación; es el momento del compromiso bautismal y de la vivencia cristiana
Se trata de ayudar a descubrir el sentido de la iniciación sacramental y que el
catecúmeno/catequizando llegue a una mejor comprensión y valoración de los signos
sacramentales de la comunidad cristiana.
El texto de apoyo para esta etapa es: “Felices los que...”.
34
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
35
Cfr. Ibídem.
34
2.3.4. Contenidos catequísticos en las áreas temáticas:
1. El verdadero cambio.
35
Cuarta área: “EL SEÑOR HACÍA CRECER LA COMUNIDAD CON EL NÚMERO DE
LOS QUE IBA LLAMANDO” (Hch 2,47)
Objetivo del área: Confesar la fe de la Iglesia.
Quinta área: “LO QUE IMPORTA ES SER UNA CRIATURA NUEVA” (Ga 6, 15)
Objetivo del área: Descubrir el sentido del “nuevo nacimiento” realizado en el Bautismo.
Celebraciones:
36
Paso de etapa: celebración de los Sacramentos de la iniciación cristiana para los
catecúmenos en la Vigilia Pascual, o de Renovación de las promesas bautismales
(reiniciación).
o Celebración de la iniciación cristiana para los catecúmenos
36
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Cuarta Etapa, Un Solo Corazón, Paulinas, Caracas 2015, 11-12.
37
manifestación cada vez más perfecta del mismo en su vida.” 37 La descripción se ajusta al
objetivo de la cuarta etapa en el itinerario Serán mis testigos: Consolidar la vivencia del
seguimiento de Jesús por la celebración sacramental, la participación en la comunidad
cristiana, y la capacitación para afrontar desde la fe las situaciones complejas de la realidad.
La lectura orante de la palabra de Dios, la participación en la celebración litúrgica de
la comunidad, y los encuentros catequéticos conforman la experiencia de esta etapa
culminante. Particular importancia tiene el conocimiento de la vida parroquial, de sus grupos
y movimientos así como de la acción pastoral, a fin de que puedas descubrir la vocación y
ministerio al que te sientes llamado a vivir en la parroquia.
Al terminar el itinerario de iniciación el catequizando se integra en las tareas y
misión de edificación de la Iglesia y la sociedad. Los contenidos de esta última etapa se
organizan en torno a la identidad de la mistagogía. Así los temas comienzan por el área
cristológica, sigue la litúrgica, y la comunitaria, para ir al área antropológica y cerrar con la
moral y la de espiritualidad.
El aspecto celebrativo del itinerario en esta etapa se centra en la eucaristía dominical
y en el sacramento de la reconciliación. La participación en la liturgia de la comunidad tiene
la doble finalidad de ayudar a integrar activamente al grupo en la asamblea litúrgica y animar
con su testimonio a los fieles que frecuentan la parroquia. El proceso de iniciación cristiana
concluye con una celebración de envío en la que los catequizandos expresan su compromiso
en la comunidad y son enviados a la misión.
El texto de apoyo para esta etapa es: “Un Solo Corazón”.
37
RICA, Orientaciones previas, 37
38
2.4.2. Características: Se intensifica la vivencia sacramental y eclesial, subrayando
la presencia de Jesús en medio de la comunidad por el sacramento y la fraternidad. Es tiempo
además de discernimiento y misión al servicio de la Iglesia. 38
38
Cfr. Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
39
Cfr. Ibídem.
39
Taller: Lectura orante de la Palabra de Dios (Lectio Divina).
Quinta área: “CRISTO NOS HA LIBERADO PARA SER LIBRES” (Ga 5,1)
Objetivo del área: Vivenciar la dimensión moral del cristiano en la comunidad.
40
Celebraciones:
40
Cfr. Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana, Serán
Mis Testigos, Manual del catequista, Paulinas, Caracas 2015, 7.
41
CONCLUSIONES
42
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV. “Catequesis”, Nuevo Diccionario de Catequética, Vol. I, San Pablo, Madrid 1999.
Catecismo de la Iglesia Católica
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana,
Serán Mis Testigos, Manuela del Catequista, Paulinas, Caracas 2015.
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana,
Serán Mis Testigos, I Etapa: Una Buena Noticia, Paulinas, Caracas 2015.
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana,
Serán Mis Testigos, II Etapa: Luz para todos los pueblos, Paulinas, Caracas 2015.
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana,
Serán Mis Testigos, III Etapa: Felices los que…, Paulinas, Caracas 2015.
Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis Venezuela, Itinerario de Iniciación Cristiana,
Serán Mis Testigos, IV Etapa: Un solo corazón, Paulinas, Caracas 2015.
Conferencia Episcopal Venezolana, Comisión Nacional de Catequesis y Biblia, Iniciación
Cristiana de Adultos, Itinerario catequístico, “Serán Mis Testigos”, Paulinas, Caracas
Venezuela, Subsidio.
Constitución sobre la Sagrada Liturgia: Sacrosanctum Concilium.
Decreto sobre la Actividad Misionera de la Iglesia: Ad Gentes.
Diócesis de Maturín, Curso monográfico itinerarios de iniciación cristiana, Secretariado de
Catequesis, Maturín 2010.
Directorio General para la Catequesis (1997).
La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época, CELAM, Departamento
de Misión y Espiritualidad, Bogotá 2015.
43
LXXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, Orientaciones pastorales
para el catecumenado, Madrid, 1 de marzo de 2002.
Ritual de iniciación Cristiana de Adultos (RICA).
S. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Catechesi Trandendae.
44
INDICE DE GRÁFICOS
45 c
INDICE GENERAL
SUMARIO .............................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3
Capítulo I................................................................................................................................ 4
LA CATEQUESIS Y LA INICIACIÓN CRISTIANA ....................................................... 4
1. Catequesis e Iniciación Cristiana .................................................................................. 4
Capítulo II:
INSPIRACIÓN CATECUMENAL EN LA CATEQUESIS DE ITINERARIO ..............13
1. La Catequesis como itinerario ......................................................................................13
2. La inspiración Catecumenal en el itinerario catequético .............................................14
46
Capítulo III:
EL ITINERARIO DE CATEQUESIS “SERÁN MIS TESTIGOS” ..................................20
1. Introducción al itinerario “Serán mis testigos” ............................................................20
1.1. Objetivo:.................................................................................................................21
1.2. Destinatarios ..........................................................................................................21
1.3. Metodología ...........................................................................................................22
1.4. Criterios del itinerario ...........................................................................................24
47
2.4.2. Características ...............................................................................................39
2.4.3. Duración. .......................................................................................................39
2.4.4. Contenidos catequísticos en las áreas temáticas ...........................................39
2.4.5. Contenido temático ........................................................................................39
CONCLUSIONES .................................................................................................................42
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................43
INDICE DE GRÁFICOS .......................................................................................................45
INDICE GENERAL ..............................................................................................................46
48