Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
DERECHO DE FAMILIA
1. INTRODUCCIÓN
Actualmente la audiencia reservada ante tribunales de familia se desarrolla de
acuerdo a un conjunto de prácticas que configuran la forma en cómo esta es lle-
vada a cabo. Más importante aún es el hecho de que estas formas de proceder son
entendidas por los operadores del sistema (jueces, consejeros técnicos y abogados)
como inmutables y cuya razón de ser, se asume, es incuestionable y compartida
por todos. El objetivo del presente artículo es cuestionar esta realidad.
La necesidad de criticar la operatoria de la audiencia reservada deriva de la
identificación de diversos problemas que su puesta en práctica genera, afectando
el funcionamiento del sistema en diversos sentidos. Se afirma que la manera en
cómo se lleva a cabo esta audiencia afecta derechos de las partes, pero también
potencialmente puede afectar los derechos de los niños, niñas o adolescentes (en
* Abogado y Magíster en Derecho por la Universidad Diego Portales. Master of the Science of
Law, Stanford University. Candidato a Doctor, Stanford University. Profesor de Derecho Procesal
y Litigación, Facultad de Derecho, Universidad Diego Portales. Profesor del Magíster en Derecho
Procesal de Familia, UCSC. Correo electrónico: claudio.fuentes@mail.udp.cl.
** Abogado Universidad Católica de Chile. Candidato a Doctor, Universidad Católica de
adelante “NNA”), dada la gran opacidad que rodea su puesta en escena. En este
sentido, si bien se reconocen los valores que tales prácticas pretenden proteger,
lo cierto es que con ellas se desconocen completamente otros valores igualmente
relevantes, configurándose una forma de proceder estandarizada o mecanizada, y,
en todo caso, sin que se perciba la necesidad de efectuar el adecuado balance que
dicha tensión de valores exige. En otras palabras, se trata de un mecanismo tosco
y desbalanceado.
Es igualmente preocupante el hecho de que la actual forma de proceder sea
asumida sin cuestionamientos, tal como se dijo previamente. En otras palabras,
los operadores del sistema no parecen ser capaces de concebir o imaginar una
forma de proceder distinta a la actual, aceptando con resignación sus deficiencias
y limitaciones. Adicionalmente está el hecho de que los jueces de familia, pade-
ciendo del mismo mal, no se molestan en realizar justificación alguna respecto
de su forma de proceder y de cómo esta limita en buena medida el derecho de
las partes e incluso limita derechos que la misma convención de los derechos del
niño otorga a estos.
Se pretende entonces cuestionar desde diversas perspectivas y dimensiones las
actuales prácticas que rodean esta audiencia sui generis. Con este objetivo, en la
segunda sección se hará una descripción de los actuales problemas que afectan a
estas audiencias, dando cuenta de sus complejas consecuencias. Luego se examinará
críticamente las razones que normalmente se esgrimen para justificar las actuales
formas de proceder y se mostrará cómo estas admiten limitaciones que el actual
proceder no reconoce como viables. Finalmente, se lleva a cabo una revisión de de-
recho comparado que tiene dos funciones. La primera dice relación con demostrar
que la conciliación del derecho del NNA a participar y ser oído con otros derechos
o valores no es un problema propio de Chile, sino que un problema muy común, no
obstante, la gran diferencia con nuestro país radica en que en nuestra comunidad
no existe una visión crítica del actual proceder. La segunda función es dar cuenta
de otros mecanismos que a juicio de los autores son capaces de resguardar las fina-
lidades que la audiencia reservada pretende asegurar, pero permitiendo que otros
valores igualmente relevantes tengan espacio para desarrollarse y ser respetados,
generando un mecanismo que sea capaz de modular estos diversos intereses.
Las prácticas y problemáticas a las que alude la presente sección fueron identi-
ficadas por los autores a través de tres mecanismos distintos. En primer lugar, se
trata de un tema recurrente de consulta por los alumnos durante los 5 años que
los autores han impartido el módulo de litigación en el programa de magíster en
Derecho Procesal de Familia de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
En estas 5 versiones los autores han tenido la oportunidad de conversar y debatir
con operadores del sistema, esto es, abogados, tanto de la CAJ como particula-
res, y jueces de familia de distintas regiones del país, los cuales identifican esta
audiencia en los Tribunales de Familia como un tema que es fuente de diversos
problemas. A esto se suma la experiencia de uno de los autores en la elaboración
de estudios empíricos referidos al funcionamiento de los Tribunales de Familia,1
y, en particular, a los problemas y desafíos que estos jueces enfrentan de manera
regular.2 Finalmente, mediante el desarrollo de recientes entrevistas con algunos
jueces y abogados de familia, actividad que nos permitió corroborar la vigencia
de estas distintas formas de proceder.3
De la información obtenida a través de estas fuentes se constata que la decla-
ración del NNA en el contexto de esta audiencia es compleja debido a diversas
prácticas y problemas que la rodean. En esta breve sección daremos cuenta de ellos.
1 Fuentes, Claudio; Marín, Felipe y Ríos, Erick (2010): “Funcionamiento de los Tribunales de
Santiago”, en Centro de Estudios de Justicia de las Américas, Reformas a la Justicia en América
Latina. Experiencias de Innovación (Santiago, Centro de Estudios de Justicia de las Américas),
pp. 371-459.
2 Fuentes, Claudio, “Los dilemas del Juez de Familia”, artículo aceptado para su publicación
en la Revista de Derecho de la Universidad Católica de Chile.
3 Las personas entrevistadas solicitaron mantener su nombre en reserva.
4 Fuentes.17 y Correa, Paula y Vargas, Macarena (2011): “La Voz de los niños en la Justicia
de Familia de Chile”, Ius et Praxis, vol. 17, núm. 1, pp. 188-190.
mente al registro de audio, genera que aquello que ocurre en ella sea desconocido
y, por tanto, no pueda saberse cuál fue el comportamiento del juez ni del NNA. En
este escenario diversos problemas pueden ocurrir. Por ejemplo, puede que el juez
o el consejero técnico hagan uso de técnicas para conversar con el NNA que sean
altamente sugestivas, haciendo que los dichos de este puedan ser inadvertidamente
modificados o alterados, o incluso, en su peor versión, que ello sea dañino para
el NNA. Asimismo, es posible que en el contexto de la audiencia los jueces o sus
asesores tengan conductas que llevan a que la declaración del niño vaya más allá
de conocer la opinión o los deseos de este y, de facto, se trate en un escenario en
donde el NNA se transforma en un testigo de la causa, situación en la cual las partes
no podrán hacerle ver al tribunal lo problemático de este proceder, ni operará el
principio del contradictorio. 5
A estos problemas y complejidades deben sumarse los problemas derivados
de la práctica de no dar cuenta en la sentencia del contenido de la declaración del
NNA, ni de su razonamiento a su respecto, lo cual es un obstáculo desde diversas
perspectivas. Si bien la ley no establece que los deseos del NNA sean vinculantes
para el juez, sí es su deber respetar su opinión y valorarla adecuadamente según
su desarrollo progresivo.6 Si esta valoración fue adecuada no solo no es posible ve-
rificarlo por las partes, sino que tampoco por el propio NNA mediante el curador
ad-litem. A este respecto, los jueces de familia tienen la práctica de simplemente
mencionar en su fallo que la declaración reservada tuvo lugar, pero no explicitan
las razones por las cuales le asignaron mayor o menor incidencia en la decisión. En
este sentido Lovera da cuenta del problema de fondo cuando indica: “Me preocupa,
del Estado de Michigan, fallando acerca de la audiencia reservada y su uso por parte de los jue-
ces: “Después de una debida consideración, fallamos que la audiencia reservada (Child´s in camera
interview) durante juicios de cuidado personal debe limitarse a una búsqueda razonable respecto de
las preferencias del niño. (…) Sin embargo, cuando la audiencia reservada es usada para determinar
la ocurrencia de los hechos de la causa esto invita diversos problemas de debido proceso. (…) Los
tribunales históricamente han permitido la audiencia reservada reconociendo el trauma que un niño
puede sufrir si es requerido que declare en público o frente a sus padres. (…) Con todo, esta sensible
atención en el bienestar del niño no debería permitir a los tribunales ignorar aspectos de justicia fun-
damental en los procesos que afectan los derechos de cuidado de los padres. La entrevista reservada
con el niño no está pensada para ser una forma confiable de averiguación de los hechos”. Corte de
Apelaciones del Estado de Michigan, Caso Molloy v. Molloy, Sentencia de 4 de septiembre de
2001, 247 Mich. App. 348, p. 6. (La traducción y el destacado es nuestro).
6 “Debemos recordar que en la OC-17 los estados son llamados a integrar ‘el interés superior
del niño, entendido como premisa bajo la cual se debe interpretar, integrar y aplicar la normativa
de la niñez y la adolescencia, y que constituye, por ello, un límite a la discrecionalidad de las
autoridades en la adopción de decisiones relacionadas con los niños’. Incluidos los jueces, para
quien la valoración adecuada de la autonomía de los niños, es un límite a su discrecionalidad, y los
padres”. Lovera, Domingo (2008), “Razonamiento judicial y derechos del Niño: de Ventrílocuos
y marionetas”, en Revista Justicia y Derechos del Niño, Nº 10, 2008, p. 54.
para insistir, que el juez prefiera satisfacer sus propias convicciones de vida, antes que
las del niño –a quien, desde luego, asignará escaso papel en esa determinación, y bajo
poder decisional”.7 En otras palabras, dado que no es posible saber qué ocurrió
en la audiencia reservada, ya que los jueces no dan cuenta en sus fallos de lo que
indicó el NNA y cuánto peso le dieron –unido al hecho de que la presencia del
curador ad-litem no está asegurada–, no existe garantía alguna para las partes y
sobre todo para el NNA de que sus deseos y preferencias serán considerados y
adecuadamente valorados.
Estos problemas no son meramente teóricos, sino que están basados en infor-
mación empírica. Al respecto, el informe elaborado en 2011 por Macarena Vargas
y Paula Correa sobre el derecho a ser oído de los niños, niñas y adolescentes en
los tribunales de familia, da cuenta de una falta de claridad en los jueces respecto
de la finalidad y la función de la audiencia reservada. Así el informe indica que
en dichas audiencias los jueces de familia no solo preguntaban por el parecer del
NNA, sino que algunos instaban a los NNA a evaluar las habilidades parentales
de sus padres, les daban consejos buscando derechamente influenciarlos en sus
deseos o derechamente realizaban un interrogatorio, 8 escenario en donde el NNA
va más allá de dar a conocer sus deseos y preferencias y derechamente se vuelve
un medio de información acerca de los hechos de la causa, situación en el cual las
partes no pueden controlar la información que está siendo entregada.
Datos consistentes con el anterior documento fueron detectados en un estudio
más reciente del año 2014, el cual mediante el uso de entrevistas con jueces de
familia de tres regiones del país da cuenta de los problemas que estos presentan al
momento de realizar la audiencia reservada. Al respecto los jueces entrevistados
manifestaron dudas con relación a su conocimiento y entrenamiento respecto de
cómo llevar a cabo esta audiencia. Asimismo, algunos de ellos indicaron que las
complejidades emocionales de la audiencia reservada los desincentivaban de escu-
char al NNA.9 Este es un problema que no es exclusivo de Chile y que la literatura
comparada ha identificado, como se verá más adelante.10
Se observa entonces un escenario de completa incertidumbre tanto para las
partes como para los NNA respecto de lo ocurre en la audiencia y el impacto que los
dichos de estos últimos tienen en el tribunal, afectando así aspectos fundamentales
de debido proceso (especialmente cuando la audiencia supone que el NNA es un
testigo respecto del cual no hay posibilidad de cuestionar) y de la efectividad del
derecho a ser oído del mismo niño, niña o adolescente.
sonas con discapacidad, migrantes, niñas, niños, adolescentes, comunidades y pueblos indígenas
(2014), p. 35 Disponible en http://www.cumbrejudicial.org/c/document_library/get_file?p_l_id
=587623&folderId=675878&name=DLFE-5897.pdf.
14 Puyol, Carolina y Troncoso, María (2014), “Derecho de niños, niñas y adolescentes a ser
Comité de los Derechos del Niño, Observación General Nº 12 “El derecho del niño a ser
18
19 Sostienen Troncoso y Puyol que el derecho a ser informado requiere: “(…) la existencia
23 En este sentido incluso la posición de Puyol y Troncoso, que es bastante restrictiva, reconoce
falta de evidencia sobre el escaso impacto de sus relatos en la decisión final del caso”, Correa y Var-
gas, 2011, 190. Asimismo Lovera indica: “Lo que debemos cuidar, desde luego, es no permitir que el
juzgador contrabandee sus propias decisiones y convicciones bajo ese manto de (entonces aparente)
irracionalidad [de los niños]”, Lovera, 2008, 55.
26 Al respeto Lovera señala: “Es cierto que los jueces pueden resolver, como ocurren en los
asuntos de familia –al menos en Chile– conforme a las reglas de la sana crítica. Pero de ello no se
sigue que los jueces puedan resolver cómo quieran y, por lo mismo, les exigimos argumentar para
poder conocer cuáles son las razones que definitivamente logran su convicción”. Lovera, 2008, 58.
27 Entre otras, por medio del reporte de un perito, de su curador, del testimonio de terceros,
y del mismo niño actuando como parte o como testigo. Cfr. Fernando, Michelle (2011), Judicial
Meetings with Children in Australian Family Law Proceedings: Hearing Children’s Voices (PHD
Thesis), pp. 84 a 130, disponible en http://eprints.utas.edu.au/11749/2/Thesis_Final_Submis-
sion_Fernando.pdf.
tualizada al tomar una decisión. Finalmente, se consigna que los niños tienen el
derecho a ser oídos, y que ello puede alentar los acuerdos y la mediación fuera de
la sala de audiencias, y que si los niños han participado en el proceso de determinar
las órdenes de cuidado, son menos propensos a sufrir consecuencias negativas.28
Algunos jueces, sin embargo, siguen siendo reacios a hablar con los niños direc-
tamente. Se señalan entre las principales razones: 1) El hecho de que la evidencia
dada en privado por los niños puede ser visto como una prueba no testeada, y
disminuir la confianza de cualquiera de las partes en el sistema. 2) Muchos jueces
no creen que estén debidamente capacitados para hablar con los niños. 3) Un niño
puede hacer una revelación (disclouser) durante una reunión (esto es, entregar una
información sobre un hecho nuevo de la causa); y 4) Que puede ser intimidante o
perjudicial para un niño. Puede, o que se sienta presionado o preparado por uno
de los padres, o sentir que se les está pidiendo tomar partido.29
Se observa, en consecuencia, una primera preocupación sobre la posibilidad
de que a propósito de una entrevista con el NNA, aparezcan hechos que las partes
no han planteado como parte de sus alegaciones ni sus ofrecimientos de prueba,
y respecto de los cuales no han tenido la oportunidad de testearlos en cuanto a su
veracidad y exactitud. Se trata de un escenario donde la entrevista con el NNA
cambia de objetivo, de ser una instancia para escucharlo y conocer sus deseos, se
transforma súbitamente en una instancia probatoria, pero desprovista de todo
control y participación de las partes. Esto, por cierto, es una eventualidad, pero no
por ello menos posible ni imprevisible, sobre todo, como se verá a continuación,
si es que los jueces carecen de las competencias para realizar las entrevistas o de
un entrenamiento que permita conducirlas adecuadamente a sus fines propios.
En tales casos, se observan tensiones con los derechos de los litigantes. En efecto,
la audiencia reservada constituye un espacio donde podría generarse información
relevante sobre el caso, pero en el cual el sistema no entrega la posibilidad a las
partes de intervenir en la producción de esta clase de información ni permite
cuestionarla. Así, desde la perspectiva de las partes, la reserva de esta audiencia
genera una colisión con su derecho a participar en toda instancia significativa del
proceso de toma de decisiones.
Un segundo nivel de problemas que se detecta se refiere al entrenamiento o
habilidad de los jueces para llevar a cabo una entrevista con los NNA. En efecto,
en el derecho comparado se constatan diferentes percepciones sobre la capacidad
de los jueces para llevar a efecto esta audiencia.
28 “Should judges receive evidence direct from children? The debate”. Disponible en el sitio
https://www.wattsmccray.com.au/blog/should-judges-receive-evidence-direct-from-children-
the-debate.
29 Id.
badas y off-the-record en los procedimientos de custodia viola el debido proceso de los padres.
a) Cfr. Ynclan v. Woodward, 237 P. 3d 145, 152-53 (Okla. 2010) en que se resuelve que, si bien, el
bienestar de un niño es atendido por la realización de una entrevista “en la calma del despacho
del juez, lejos de la presión de los padres”, sin embargo, la realización de una entrevista como la
que se plantea innegablemente manifiesta preocupaciones con respecto a los derechos al debido
proceso de los padres; b) La Corte de Michigan dictaminó que el riesgo de una privación errónea
de los derechos fundamentales del niño y los padres es muy alto cuando una entrevista reservada
es conducida. En este fallo el tribunal llegó a la conclusión de que el valor de la entrevista es bajo
en comparación a este riesgo y conlleva un alto potencial de influir indebidamente en la toma de
decisión del tribunal. Además, la Corte sostuvo que la realización de una entrevista “en cámara”
priva a los padres de un derecho a contra examinar, confrontar, o apelar, por lo tanto, el tribunal
determinó que el uso de entrevistas no grabadas y off-the-record en cámara (en privado) en los
procedimientos de menores para cualquier propósito en la terminación de los derechos paternales
viola los derechos al debido proceso de los padres. D’Ambra, 2014, 337; c) Otro fallo observa que
las entrevistas privadas deben ser utilizadas en raras ocasiones, y sólo cuando realmente es necesa-
rio, debido a que el proceso en cámara crea un riesgo de infringir los derechos al debido proceso
de los padres. Cfr. Helen S.K. v. Samuel M.K., 288 P. 3d 463, 473 (Alaska 2012); d) Finalmente
en otra sentencia-fallo, se objeta desde la perspectiva del derecho al debido proceso del padre, la
realización de una entrevista no grabada sin el consentimiento del padre Cfr. C.E.T. v. K.M.T.,
880 So. 2d 466, 468 (Ala. Civ. App. 2003).
38 A diferencia del caso español donde se ha resuelto que “con fundamento en el art. 235 LOPJ
y en el art. 2.2 del Reglamento 1/2005, de 15 de septiembre (actuaciones en archivos) y 234 LOPJ,
140 LEC y 5 Reglamento 1/2005 (actuaciones en tramitación) en procesos en los que se resuelva sobre
aspectos relativos a la vida familiar de los menores habrá de entenderse que la necesidad de preservar
la intimidad de los mismos puede erigirse en legítimo límite frente al derecho de información de los
interesados, bien entendido que estas restricciones derivadas de la declaración de reserva de las actua-
ciones no alcanzan a las partes del proceso, sino sólo a terceros, como ha sido ha sido enfáticamente
subrayado por la jurisprudencia menor, en atención a la necesaria preservación del derecho de defensa
de las partes”. Sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña, sec. 6ª, Nº 113/2006, de 15 de
marzo, y auto de la Audiencia Provincial de Guadalajara, sec. 1ª, Nº 9/2004, de 21 de enero, cit.
en Arangüena Fanego, 2008, 164 (el destacado es nuestro).
para manipular o presionar a sus niños.39 Esto nos hace advertir nuevamente
que nuestra doctrina sólo se ha preocupado por las eventuales manipulaciones
o presiones que puede sufrir el NNA en el momento mismo de la entrevista o
después, pero no advierte la posibilidad de que la manipulación sobre el NNA se
puede producir antes de que ella sea decretada. Así, los padres advertidos de que
es posible que el Tribunal decrete una audiencia reservada con el NNA, pueden
intentar manipular al NNA anticipadamente.
En suma, es posible distinguir en el derecho comparado como fuentes de tensio-
nes: a) la confidencialidad de la entrevista y el derecho de las partes de intervenir/
participar en el juicio,40 problema que se agudiza cuando se propone por el juez o
por el niño, que la información obtenida en la reunión siga siendo “confidencial”,41
ya que en el derecho comparado, a diferencia de nuestra realidad, la regla es que
se entregue información a las partes sobre el contenido de lo que sucedió en la
audiencia reservada y que ello se refleje, de algún modo, también en la sentencia;
b) el uso indiscriminado o automatizado de la entrevista con el NNA, sin conside-
rar la necesidad de ella en relación con el caso concreto, ni la consideración de la
calidad de derecho que le asiste al NNA de participar o no de la entrevista, o bien,
la ausencia de ponderación con otros valores en juego, especialmente de los padres;
c) el acceso a la información producida en la entrevista. En efecto, un registro o
acta excesivamente exiguo o parco puede causar indefensión a las partes, desde
que se les priva del conocimiento y valoración del resultado y les impide ejercer
debidamente del derecho de defensa, y su derecho a recurrir; y, d) el acceso al
contenido de la sentencia que se ha pronunciado en el procedimiento donde se
verificó una audiencia reservada.
El problema, en síntesis, resulta de la necesidad que los jueces adviertan la
necesidad de una constante ponderación entre el interés del menor con los inte-
reses de las partes, que permita el (difícil) equilibrio entre los intereses en juego.
nal_Submission_Fernando.pdf.
42 Cfr. Family Law Courts, Guidelines for Independent Children’s Lawyers (2007), disponible
en, http://www.familylawcourts.gov.au/wps/wcm/resources/file/eb02ee0237902cd/ICL%20
guidelines-6-12-07.pdf (revisado por última vez el 14 de septiembre de 2015).
43 Crf. Family Court of New Zealand, Judges’ Guidelines: Decisions with Children (2007), http://
www.justice.govt.nz/courts/family-court/practice-and-procedure/guidelines/judges-guidelines-
decisions-with-children (revisado por última vez el 15 de septiembre de 2015).
44 Cfr. Family Justice Council (UK), Guidelines for Judges Meeting Children who are Subject to
www.courts.ca.gov/cms/rules/index.cfm?title=five&linkid=rule5_250.
46 “La reforma operada en el artículo 770.4ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil con la adición
de un nuevo párrafo que establece una serie de garantías mínimas en cuanto al modo de practicar
esta audiencia, supone un paso importante, aunque insuficiente, para hacer frente a la falta de
regulación de la Ley de Enjuiciamiento Civil”. Arangüena Fanego, 2008, 157.
47 Cfr. Fernando, Michelle (2012), Proposed guidelines for judges meeting with children in
courts.ca.gov/cms/rules/index.cfm?title=five&linkid=rule5_250.
Fernando, 2011, 284. Disponible en http://eprints.utas.edu.au/11749/2/Thesis_Fi-
50
nal_Submission_Fernando.pdf.
los-menores-en-los-procesos-de-familia/
52 Arangüena Fanego, 2008, 159.
emitida por el NNA. Esta idea, que parece ser bastante clara en estos estudios,
contrasta con lo que parece ser la realidad chilena, en la cual los jueces sim-
plemente indican que la audiencia reservada tuvo lugar y no existe posterior
desarrollo en el fallo.
Si bien se trata de una especulación por parte de los autores,53 esta omisión
de toda valoración en el fallo acerca de la reunión con el niño, niña o adolescente
puede deberse al temor de que si esta ocurre los jueces se verían obligados a dar
cuenta de las motivaciones o preferencias presentadas por los NNA, colocando
a estos es una situación de riesgo o en una situación en que la relación con sus
progenitores puede verse afectada. En otras palabras, pareciera ser que los jueces
confunden o entienden como un requisito sine qua non de la fundamentación el
hacer referencia explícita a los deseos del NNA o derechamente transcribir la
audiencia. Frente a esto nuevamente el derecho comparado presenta experiencias
de interés, demostrando que es posible valorar las preferencias y deseos del NNA
sin entrar a tener que dar cuenta de una transcripción de la audiencia.
Un primer ejemplo es un caso resuelto por el tribunal de primera instancia del
Estado de Pensilvania, el cual tuvo que resolver una contienda por secuestro inter-
nacional en la cual un ciudadano mexicano sostenía que su esposa estadounidense
se habría llevado a sus tres hijos a su país natal sin su autorización,54 solicitando al
tribunal federal que ordenara que sus hijos volvieran a México. Después de haber
examinado los antecedentes disponibles, lo que incluía entrevistas reservadas entre
el juez y los NNA, este decidió rechazar la solicitud.
A diferencia de la práctica predominante en Chile, el fallo razona explícitamente
acerca de la posición de los niños. Al respecto, si bien el tribunal norteamericano
da cuenta de los deseos de los niños (ambos indicaron que deseaban permanecer
en USA) este no tuvo que realizar una transcripción íntegra y literal de la audien-
cia reservada para justificar su razonamiento. A mayor abundamiento, después
de analizar el marco legal establecido por la Convención de la Haya, el tribunal se
refiere a los antecedentes que apoyan el hecho de que los niños se encontraban
debidamente asentados en USA. Específicamente el tribunal indica:
“La prueba muestra de manera abundante que los tres niños se encuentra bien
asentados en los Estados Unidos. La prueba presentada en la audiencia de juicio y
las entrevistas reservadas sostenidas con los niños demuestran que Paquito y Katie
análisis jurisprudencial, sin mencionar que es imposible dado que las bases de datos comerciales
solo entregan fallos de segunda instancia y las decisiones de primera son solo para las partes.
Con todo, los autores reiteramos la información recogida por fuentes distintas mencionadas al
comienzo de este documento.
Corte del Distrito oriental de Pensilvania, Caso Ramírez v. Buyauskas, Sentencia de 24 de
54
son niños inteligentes notablemente maduros. Ellos hablan inglés de manera fluida
y elocuente a pesar de haber vivido en los Estados Unidos por menos de 17 meses”.55
Si bien este ejemplo no es plenamente aplicable a la realidad chilena dado que
los jueces chilenos no desean hacer mención alguna a las preferencias de los NNA,
se observa que los jueces extranjeros no se limitan simplemente a decir cuál es esta
voluntad. Al contrario, realizan un razonamiento que va más allá de ello.
Se observa que el tribunal de Pensilvania, basado en lo que percibió en la au-
diencia reservada, centró su razonamiento en sus impresiones respecto del nivel
de madurez de los niños y cómo estos tenían una conducta en dicho sentido. Igual-
mente aludió a la manera en cómo estos se expresaban, la claridad de sus dichos, el
dominio de un idioma extranjero, todas estas consideraciones que pueden justificar
que un juez otorgue peso a la declaración del NNA sin tener que necesariamente
entrar al detalle de lo que dijo. Este parece ser, de hecho, el fundamento de la
inmediación que inicialmente justificó la Ley Nº 19.968.
Otro caso que puede ser de interés nuevamente referido a cuidado personal,
esta vez fallado por la Corte de Apelaciones de Nueva Jersey. La decisión de pri-
mera instancia fue revisada por el tribunal superior, el cual transcribe parte del
razonamiento del juez a quo respecto de la preferencia que los niños realizaron y
respecto de la cual se enteró gracias a dos audiencias reservadas, una con cada niño.
Al respecto la Corte de Apelaciones indica que el juez de primera instancia
falló que los niños eran “articulados” y que parecían “maduros y bien educados
en comparación a niños de edad similar”. También el juez de primera instancia
sostuvo que si bien los niños deseaban permanecer con su madre, estos igualmente
“amaban y adoraban a sus dos padres, así como a su madrastra”, para posterior-
mente referirse a las razones que justificaban la preferencia de los niños:
“Esta preferencia está basada en la ubicación de sus amigos, su escuela y su escuela
de danza. A este respecto, los niños tuvieron la oportunidad de reunirse con los niños
del vecindario de su padre y a ellos no les gustaron los niños que serían sus compañe-
ros (…). Adicionalmente el tribunal siente que los niños estarán más cómodos en la
casa de su madre. Ninguno de ellos se quejó del estado de transición de la madre o
cambiarse de una casa a otra. La preferencia es clara y este tribunal falla que existe
una factor decisivo a favor de mantener el cuidado personal con la madre”.56
Nuevamente este fallo puede cuestionarse por la tendencia de indicar la pre-
ferencia del NNA, con todo es de interés notar que el tribunal estadounidense
va más allá nuevamente. Así, el juez justifica, en parte, dada la impresión que se
formó de los niños gracias a la audiencia reservada, refiriéndose a su madurez,
55 Corte del Distrito oriental de Pensilvania, Caso Ramirez v. Buyauskas, ibíd. 15 (la traduc-
ción es propia).
56 Corte de Apelaciones de Nueva Jersey, Varvar v. Varvar, Setencia de 22 de diciembre de
2006, 2006 N.J. Super. Unpub. LEXIS 2016, p. 3 (la traducción es propia).
5. CONCLUSIONES
Las actuales prácticas que rodean la audiencia reservada solo son posibles de
entender desde una perspectiva unidimensional o, si se prefiere en términos colo-
quiales “miope”, que considera al interés superior del niño como el único derecho
en juego tras su puesta en escena. Es esta mirada unidimensional la que justifica
que este trabajo se inicie calificándola de “mecanismo tosco y desbalanceado”,
ya que si bien se reconocen los fines que esta audiencia pretende resguardar y la
relevancia que estos tienen, las prácticas de reserva absoluta y falta de fundamen-
tación solo pueden entenderse bajo una concepción de los derechos del NNA como
absolutos, no reconociendo ningún contrapeso.
Al respecto, no parece que los jueces identifiquen los efectos nocivos que las ac-
tuales prácticas producen en la imagen que los usuarios del sistema tienen al existir
una audiencia a la cual las partes nunca podrán presenciar. Tampoco identifican
de qué manera esta audiencia puede afectar el debido proceso si es que ellos no la
conducen de una determinada forma. Asimismo, la audiencia reservada presenta
una gran preocupación por permitir que el NNA pueda manifestar su opinión
sin presiones, pero otras dimensiones de su derecho a participar son imposibles
de fiscalizar según las actuales formas de proceder (que las preferencias del NNA
sean efectivamente tomadas en cuenta, que se le den razones de ello y que pueda
negarse a participar, entre otras).
Ahora bien, en el presente texto se intentó ir más allá, es decir, en vez de simple-
mente mostrar los problemas que hoy la audiencia presenta, el documento llama a
reflexionar acerca de por qué las actuales prácticas son nocivas y para ello el derecho
comparado provee de experiencias de interés. En este sentido, la percepción de los
autores es que no parece existir un mayor cuestionamiento acerca de la audiencia
reservada, ignorando muchas veces que si bien se trata de un mecanismo que tiene
muchos beneficios, igualmente padece de muchas limitaciones y efectos nocivos.
Todo este razonamiento se espera llame a reflexionar a que la audiencia reservada
debe ser sujeto de ponderación y de control, con el fin de minimizar sus aspectos
defectuosos y maximizar sus beneficios.
En este sentido el texto provee de orientación acerca de cómo avanzar para poder
diseñar un mecanismo que sí sea capaz de balancear adecuadamente los valores y
derechos que están en juego. El derecho comparado muestra que en esto Chile no
tiene para qué partir desde cero, existiendo mucha experiencia que permite anti-
cipar problemas y diseñar soluciones o prácticas que admitan participar al NNA
y que la audiencia sea objeto de control. Y al final del día ese es todo el punto.
Es decir, en la actualidad la audiencia reservada opera como una caja oscura, en
donde ni las partes, ni los niños, tienen certeza de cuál ha sido el impacto que la
participación de este último ha tenido en el proceso. En este escenario el remedio
puede resultar peor que la enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA
Arangüena Fanego, Coral (2008), “La Oralidad y Sus Consecuencias En La Diligen-
cia De Exploración Del Menor En Los Procesos Matrimoniales”, en Coloquio
de la Asociación Internacional de Derecho Procesal, Federico Carpi y Manuel
Pascual Ortells Ramos (edits.), vol. 2.
Correa, Paula y Vargas, Macarena (2011): “La Voz de los niños en la Justicia de
Familia de Chile”, Ius et Praxis, vol. 17, núm. 1.
D’Ambra, Laureen A. (2014), The Importance of Conducting In-Camera Testi-
mony of Child Witnesses in Court Proceedings: A Comparative Legal Analysis
of Relevant Domestic Relations, Juvenile Justice and Criminal Cases, en Roger
Williams University Law Review, 19, 2014.
Fernando, Michelle (2013), “Children’s direct participation and the views of
Australian judges”, en Family Matters, Nº 92, 2013.
Fernando, Michelle (2012), Proposed guidelines for judges meeting with children
in family law proceedings, en Family Law Review, 213 (2), 2012.
Fernando, Michelle (2011); Judicial Meetings with Children in Australian Family
Law Proceedings: Hearing Children’s Voices (PHD Thesis).
Fuentes, Claudio; Marín, Felipe y Ríos, Erick (2010): “Funcionamiento de los
Tribunales de Santiago”, en Centro de Estudios de Justicia de las Américas,